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INTRODUCCION

Tratado escrito entre el año 1763 y 1764 por el filósofo y jurista Cesar
Beccaria, quien se propuso a revelar por medio de esta obra las carencias
de la legislación judicial de aquel tiempo. Beccaria resalto la situación de
atraso y barbarie de los métodos empleados para juzgar y castigar los
delitos. Se trataba de un sistema inquisitivo, caracterizado por la
acusación secreta con un procedimiento escrito, no contradictorio y donde
el reo tenía escasos recursos defensivos.
Beccaria propone una reforma a la legislación penal, humanizándola y
dotándola de todas las garantías procesales. Su pensamiento altruista lo
llevo a plantear hipótesis que más adelante fueron tenidas en cuenta en
la estructura de lo que hoy sería el nuevo sistema penal.
Indicios y formas del juicio el filósofo menciona unos parámetros sobre
las pruebas que pueden confluir en la comisión de algún delito, cuya
comprobación se da por la presentación de las pruebas, ya teniendo la
misma es mayor la probabilidad del hecho. El autor las penas las divide
en perfectas e imperfectas.
Pruebas perfectas son aquellas que no dependen en su existencia y su
veracidad de la una a la otra; con la muestra de una sola bastara
determinar que es culpable el individuo, por ejemplo esta testigos, prueba
pericial, y la confesión mientras que las pruebas imperfectas son las que
no demuestra con exactitud que el individuo fue culpable.
Acusaciones secretas Beccaria resalta que en muchas partes son
admitidas las acusaciones secretas y necesarias para persuadir la
constitución, ocasionando en el hombre una doble moral, es así que la
denuncia anónima no es tan bien vista pues se le considera inmoral y se
le cataloga traición. . Pues las acusaciones las hacia cualquier persona tan
solo por sospechar de otra. Sin tener claras las pruebas o algún indicio de
que esta acusación fuera. Las acusaciones secretas son desordenes
evidentes.
La tortura utilizada en ese periodo de juicio como objetivo de que el reo
dispusiera a oídos de los jueces la aceptación del hecho fue una de las
barbaries más destacadas pues el reo tenía que jugar con la verdad o la
mentira para poder que se le diera un veredicto. A un hombre no se le
puede ser llamado reo antes de la sentencia del juez, ni la sociedad
estigmatizarlo antes de imponer una pena, corroborando si el delito es
cierto o incierto, siendo cierto la pena será la establecida por las leyes.
Entonces cabe resaltar que la tortura es una pena anticipada y al mismo
tiempo una infracción de la presunción de inocencia, pues se torturaría
para conocer una culpabilidad sin tener veracidad de la misma. A su vez
se daría la autoincriminación pues el acusado deberá incriminarse a sí
mismo. Beccaria reconoce la injusticia de la tortura con respecto a la
presunción de inocencia ya que el indiciado tendrá la desventaja de
confesar con veracidad ante el sufrimiento causado por la tortura.
Prontitud de la pena. Cuanto más pronta y más cercana al delito cometido
sea la pena, será más justa y más útil.
Será más justa porque el reo evita los inútiles y feroces tormentos de la
incertidumbre que crecen con el vigor de la imaginación y con el
sentimiento de la propia debilidad.
La cárcel sólo debe ser una simple custodia de un ciudadano que espera
ser juzgado. Debe durar el menor tiempo posible y ser lo menos dura para
el ciudadano. La estrechez de la cárcel no debe ser más que la necesaria
que para impedir la fuga, o para que se oculten la prueba de los delitos.
La prontitud de las penas es más útil porque cuanto es menor la distancia
del tiempo que pasa entre la pena y el delito, tanto es más fuerte y
durable la asociación de estas dos ideas "delito" y "pena".
Por otro lado, la sentencia y aplicación de las penas debe ser lo más
pronto posible, señalamiento que considero es correcta, ya que la pena
no es otra cosa que la consecuencia del delito y aplazar su aplicación, no
representa otra cosa que la separación cada vez más errónea de estos
dos conceptos, íntimamente ligados, tanto en la teoría como en la
práctica.
Con un sentido totalmente humanista, Beccaria resalta la necesidad de
terminar con el suplicio del acusado, el cual de ser sentenciado con una
tardía innecesaria, entraría en una etapa de tortura psicológica, al estar
inmerso en la incertidumbre sobre la pena a la que se hará acreedor, a lo
que suma la necesidad de no dar tiempo a que el inculpado o alguna
persona que esté en contubernio, pueda modificar o destruir los
elementos que servirán para decretarle la culpabilidad.

CONCLUSION
Para beccaria la pena seria la sanción que el delincuente recibiera del juez,
la cual debería ser justa con la finalidad que no se repita el delito, otro
factor fundamental es la resocialización del imputado cuyo fin es la poder
integrarse a la sociedad.
En nuestra opinión personal si se debería implementar un reajuste a
nuestra legislación ya que en muchos casos no es el apego de las leyes la
importancia que se le da si no es el criterio del juez el que impone la
sanción, siendo esta muy dócil para el que comente conductas contrarias
a las del orden social. Si realmente se plasmaran penas considerables al
daño ocasionado tendríamos menos individuos judicializados, y la
sociedad entendería la importancia del respeto por las normas, sin
cuestionarnos que cada vez se legislan más normas pero se infringe
mucho más.
FICHA BIBLIOGRAFICA
Autor: Cesar Beccaria Título del libro: de los delitos y las penas

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