Entrenadores: Vocación en plural
1. SABER DE TODO
Escribe: Santiago Coca
O lo tienen fácil los entrenadores por aquello de que al ser
N responsables únicos de lo que sucede en su equipo tienen
que soportar la crítica acerca de quienes no saben matizar lo que
corresponde a cada uno en el seno del club. Los entrenadores,
por lo visto y por lo oído, tienen la culpa de todo. Y el entrenador
que se ve de esta manera acosado sin descanso en su tarea, se
siente motivado, por lo mismo, a saber de TODO, a no quedar
satisfecho con lo que sabe o con lo que ha experimentado hasta
el momento y a mantener siempre su inquietud por las noveda-
des técnicas que de continuo se están produciendo en el mundo.
El entrenador que se colocara, a sabiendas, de espaldas al desa-
rrollo de la ciencia aplicada al fútbol, acarrearía además de su
desprestigio profesional, la decadencia progresiva del fútbol con-
vertido, desde la ignorancia, en su deporte rutinario y sin el recla-
mo emocional del espectáculo.
El entrenador —por necesidad de su compromiso plural al
frente de un equipo y por vocación sentida hacia esa pluralidad
de cometidos—, tiene que «estar al día», sin excusas posibles,
en todo aquello que se refiera al buen funcionamiento de todas
las facetas que definen al fútbol, sin que tenga que ser, necesa-
riamente, un especialista de todas ellas. Pero sí tendrá que res-
ponsabilizarse de todo el trabajo que se realice en el equipo, pre-
sidiendo y encauzando lo que en él se lleve a feliz término.
Desde esta perspectiva el entrenador de fútbol es un coordina-
dor de tareas bajo cuya tutela caben estructuradas las distintas
aportaciones que llegan a su dirección. El entrenador no tiene
por qué ser médico, ni preparador físico, ni fisioterapeuta, ni psi-
2
cólogo como tal y, sin embargo, no será ajeno a ninguno de estos
campos específicos del saber. Y sobre todo no será obstáculo, él
mismo, a ese trabajo en equipo necesario a todas luces.
Aquí radica la explicación de ese «saber de TODO» que he
utilizado como título de este artículo. «Saber de TODO» significa
la capacidad de un entrenador para ser centro dinámico de la
vida de un equipo, de un grupo humano, que espera de su res-
ponsable máximo, por una parte, el saber integrar —en síntesis
adecuada—, las iniciativas de todos, y por otra parte saber apli-
carlas como corresponda en el momento oportuno. «Saber de
TODO» querrá decir «saber aprovecharse de TODO» lo que
humanamente y científicamente estuviera a su alcance en bene-
ficio del fútbol.
Pero este «saber de TODO» exige, además, que el entrena-
dor esté interesado por «saber de TODO», que no acepte las dis-
culpas fáciles de la falta de medios económicos para proveerse
de los conocimientos que el fútbol moderno requiere, que no se
resigne a repetir lo de siempre en los entrenamientos, que dis-
curra a la búsqueda de caminos nuevos por donde conducir sus
sistemas y que renuncie al encasillamiento de respuestas porque
sabe que es preciso dar a cada futbolista lo que necesita perso-
nalmente, a su equipo lo que requiere como colectivo en cada
circunstancia y a sí mismo lo que el tiempo presente lo deman-
de.
«Saber de TODO» empieza por darse cuenta de que necesi -
ta «saber de TODO».
 II EPOCA
JULIO 1984
200 PESETAS

Revista de
información y
documentación
de fútbol

Edita:
Comité Nacional
de Entrenadores
de Fútbol

Director del Comité

Nacional de
n.º
Entrenadores:
Manuel Alepuz

Director técnico
de la Revista:
Santiago Coca.

Diseño y maqueta:
Pancho Guijarro
sumario
Dirección y
Administración: Desde el foso: Aniversario, recuerdo y proyecto. Por Santiago Coca. 4
Alberto Bosch, 13
Madrid-14 El XXV Aniversario del Comité Nacional de Entrenadores.
España Por José Luis Díez. 6

Fotomecánica
Cuaderno del entrenador:
y Fotocomposición:
CASTELLANA, S.A.
Solana de Luche, 11 • La presencia médica en un club de fútbol profesional.
Madrid-19 Por el Dr. Angel Gutiérrez 12
• Estructura de las habilidades específicas del futbolista.
Imprime:
Por Jaromir Votik 18
RAYCAR, S.A.
Matilde Hernández, 27 • Tiempo de aprendizaje en fútbol.
Madrid-19 Por Michel Ritschard 25
• Entrenamiento de la condición física específica del fútbol.
Depósito legal: Por Dirk Albrech 32
M. 1382-1965 • Algunos determinantes de la efectividad de los tiros a puerta durante
Precio de venta los campeonatos mundiales de fútbol en España-82.
al público: Por Patricio Wladzimierz Stroncznski 40
250 Ptas. • El portero.
Por Joël Corbeau 46
Precio para colegiados: • Resultados de la cooperación del entrenador y el psicólogo.
200 ptas.
Por Jan Zadrazil 51
Precio suscriptor: • Libros Fútbol 84/85 53
200 Ptas. por número.
La suscripción, Colaboraciones: Entrenadores en el fútbol base. Por Félix Amador. 65
como mínimo,
a cuatro números.
 Aniversario:
recuerdo y proyecto
Presidencia del acto en el INEF de Madrid. La junta directiva del Comité Nacional de Entrenadores.
CABAMOS de celebrar el veinticinco aniversario del Comité
A Nacional de Entrenadores. Una fecha de aniversario que
señala, como otras, lo que fue en su día el comienzo de una her-
mosa iniciativa y que hoy ha cristalizado en una conmemoración
que pronto será a su vez un dato para la memoria. En los actos
que recordaban estos años vividos se habló de todo un poco, se
hicieron presente nombres que fueron famosos, se distribuyeron
premios y diplomas, hablaron unos y otros acordándose de tiem-
pos antiguos y de amigos con quienes se habían compartido
competiciones y entrenamientos. La verdad es que aquellas
horas de convivencia fueron muy agradables y contribuyeron a
resucitar unos capítulos de la historia del fútbol. En las veinti-
cuatro horas, aproximadamente, que duraron las celebraciones
el pasado se hizo presente sin apenas esfuerzo. El veinticinco
aniversario que entonces recordó un pasado es ahora, también,
una evocación, algo pretérito.
Pero es preciso no detenerse en el recuerdo aunque evi-
dentemente sea legítimo hacerlo. Hay que mirar al futuro con un
DESDE EL FOSO
4
proyecto serio entre las manos. Lo importante, ahora, es abrirse,
sin prejuicios, al panorama actual de los entrenadores, darse
cuenta de sus dificultades y brindarle ese apoyo incondicional
que tanto necesitan.
Muchos son los problemas que aquejan a los entrenadores y
no todos, por supuesto, son fáciles de resolver ni tempranamen-
te. Pero cuando se tiene el privilegio de tener una hermosa his-
toria a sus espaldas —veinticinco años de trabajos fecundos de
éxitos—, el futuro obliga aún más. Obliga ante todo a no esca-
motear ninguna respuesta a las preguntas que lleguen desde las
más insignificantes solicitudes a las más trascendentales. Crear
una atmósfera de acogida y de receptividad sin condiciones a las
demandas de un cuerpo de entrenadores enfrentados con pro-
blemas de paro, con problemas de respeto a sus funciones y con
dificultades técnicas y económicas. Como al final de estas acti-
tudes quedaría aún la aproximación práctica, en forma de solu-
ciones, a esos problemas.
Carlos Alvarez del Villar, Domingo Balmanya, Miguel Muñoz y Santiago Coca ponentes en sus respectivas especialidades.
Un aspecto de los asistentes al acto.
Hablando de aproximaciones, es preciso constatar que urge
el apoyo mutuo y el intercambio de experiencias y de saberes
entre todos los entrenadores. Estamos demasiado dispersos,
demasiado solos en una profesión que parece hablar únicamen-
te de competencia frente a los demás y apenas de esfuerzo
común, como si cada uno caminara a su aire olvidándose del
nombre y del quehacer de su vecino. ¿No podría ser el próximo
aniversario, el que comenzamos a celebrar hace unos días en
dirección a los otros veinticinco años, la memoria emocionada de
un punto de partida solidario, más solidario, de trabajo, de ideas,
de compromisos comunes? Muchos entrenadores tienen
muchas cosas que decir, ¿por qué no las dicen? Otros tienen
muchas cosas que hacer, ¿por qué no las dirigen a quienes
corresponda? Otros quisieran o podrían sugerir modificaciones,
novedades, al reglamento de fútbol, a su escuela nacional, al
comité nacional, a los directivos, a sus compañeros, ¿por qué no
las sugieren? ¿Por qué puede dar la impresión de que los entre -
nadores sólo son seres nacidos para sufrir los impactos de la crí-
tica negativa y no para brindar los aspectos más creativos de su
profesión?
Antes de que se apaguen los ecos de este aniversario y
dejando las anécdotas aparte, vamos a comenzar una tempora-
da de propósitos esperanzados con una meta de todos, la de
situar, como se merece, al entrenador de fútbol entre las profe-
siones más acreditadas de nuestra sociedad.
Escribe: Santiago Coca
5
 EL XXV ANIVERSARIO
DEL COMITE NACIONAL
DE ENTRENADORES
Escribe: José Luis Díez y Díaz. Vocal del Comité Nacional
PROGRAMA DE ACTOS
DIA 3, JUEVES
18,00 h. en el AUDITORIUM del INEF (Avda. de A.
Fierro, s/n.) mesa redonda en torno a
Entrenadores de Primera División.
20,30 h. Cóctel de bienvenida a todos los asis-
tentes, especialmente a los veteranos; invi-
tados de cada Colegio Territorial.
DIA 4, VIERNES
10,30 h. Misa, en el campo de la Ciudad Deportiva
del Real Madrid, en recuerdo de todos los
compañeros fallecidos.
11,00 h. en el mencionado campo, gran partido con-
memorativo entre:
SELECCION CENTRO de ENTRENADORES y
COMBINADO DEL RESTO, formado por
un entrenador de cada Colegio Territorial.
14,30 h. en el salón «El Hidalgo» del Hotel Meliá
Castilla, almuerzo de clausura, con el
Comité Nacional y autoridades futbolísti-
cas, entrega de los títulos de honor de
entrenador y otras distinciones, así como
los galardones a los veteranos de cada
Colegio.
6
ON un importante coloquio, celebrado a partir de las siete de
C la tarde del pasado día 3 de mayo, en el auditorium del INEF,
dio comienzo el programa de los actos conmemorativos del XXV
Aniversario del Comité Nacional.
En la presidencia don MANUEL ALEPUZ, con el resto de
miembros del Comité; vicepresidente señor INCHAUSTI, tesore -
ro señor BELTRAN, vocales señores DIEZ y VAQUERO, asesor
jurídico señor TEXEIRA y secretario señor MARTIN.
El señor ALEPUZ abrió el acto, dando la bienvenida a la nutri-
da y cualificada asistencia; más tarde pasó a presentar a los
diversos ponentes y acompañantes, que fueron los iniciadores
del interesante cambio de impresiones, que se produjo y se alar-
gó hasta casi las nueve y media de la tarde.
Comenzó el seleccionador señor MUÑOZ y los señores BAL-
MANYA, ALVAREZ DEL VILLAR Y COCA (éste último, como
moderador también) que dieron durante unos minutos una opi-
nión particular sobre diferentes temas que previamente habían
preparado y que posteriormente serían objeto de análisis y pre-
guntas por parte de los asistentes y que a su vez debían ser con-
testadas por una serie de jóvenes técnicos de primera línea del
fútbol español, que estaban sentados enfrente de los ponentes:
los señores ALZATE, AZCARGOTA, BENHAKER, MARIANO
MORENO y GARCIATRAID.
A destacar de la intervención de los primeros: la referencia
del señor MUÑOZ al respeto que debe tener el técnico al adver-
sario, en especial en las declaraciones, y a mantener un mínimo
de ética profesional para pasar luego a una serie de considera-
ciones sobre los problemas de la calidad técnica en nuestro fút-
bol: falta de tiempo, falsa preparación física, espacios pequeños,
etc., algo que está afectando al fútbol de base, que es donde pre-
cisamente se debe comenzar con la técnica diferenciándola del
malabarismo, y teniendo en cuenta el juego con el compañero, y
el arma más importante: el dominio del pase.
Por su parte DOMINGO BALMANYA, en su exposición que
resultó muy interesante y tratada desde un punto de vista muy
pedagógico, se refirió a la velocidad en el juego y la organización
del mismo, hablando de la temporización y del entrenamiento
que se ve y el invisible.
ALVAREZ DEL VILLAR, que justificó su entrada en el fútbol
gracias a técnicos que han considerado importante e imprescin-
dible el trabajo del preparador físico, hizo un breve análisis de los
factores obstáculo del grupo técnico de la selección nacional,
comentando la falta de información de lo que hace el jugador en
su Club, y su forma de trabajo que tiene que ser a base de no
pasarse por defecto, al objeto de no «estropear» al jugador que
Sabino Barinaga, en una de sus intervenciones.
7
EL XXV ANIVERSARIO DEL COMITE NACIONAL DE ENTRENADORES
Miguel Muñoz. Domingo Balmanya.
temporal y circunstancialmente está en sus manos durante la
concentración o períodos previos a algún encuentro.
Siguió haciendo hincapié en lo importante que sería conocer
los test físicos de cada entrenador en su Club, para terminar afir-
mando según su opinión que la capacidad física de los jugado-
res españoles, en contra de lo que se dice, es realmente privile-
giada, refiriéndose claro está a los que normalmente tiene en la
selección, pero sin que desmerezcan los de las mismas catego-
rías.
Por último, cerró el turno de ponentes, para pasar luego a
realizar su papel de moderador del coloquio, don SANTIAGO
COCA, quien con su fácil y entonado verbo, hizo una loa al entre-
nador español, comentando que se le exige lo que a nadie en
este país, y exclamar: ¡Qué bien lo estamos haciendo…!
Siguió haciendo referencia a la importancia de esta conme-
moración y al aplauso que se merece el entrenador, analizando
desde el punto de vista psicológico varios factores del mundo
actual del fútbol, consiguiendo mantener una viva atención de
todos los asistentes, y a continuación dar lugar al turno de pre-
guntas.
Tomaron la palabra varios de los asistentes, destacando
BARINAGA, EDUARDO TOBA, GERARDO SASIA, y hasta el
vicepresidente de la Federación Gallega, don BASILIO CARA-
MES, y se hicieron en algunos casos, más que preguntas, expo -
sición de diferentes criterios y puntos de vista de algunos de los
intervinientes.
8
Carlos Alvarez del Villar.
No obstante merece destacar las breves pero importantes con-
testaciones (en algunos casos), y en otros opiniones, de los seño-
res ALZATE sobre su labor en el Betis y el dejar realizarse al juga-
dor; o del señor LEO BENHAKER en relación al fútbol de ataque,
y al problema que puede plantearse con un equipo que gane siem-
pre pero que al final no tenga espectadores.
También MARIANO MORENO tuvo que tomar la palabra en
dos ocasiones, aclarando temas de los cursos nacionales y de la
formación del entrenador español.
La última intervención fue la de GARCIA TRAID, en contesta-
ción a una pregunta realizada por el señor TEXEIRA sobre lo que
siente y piensa un entrenador cesado, teniendo el señor GARCIA
TRAID una sincera y clara exposición.
Cerró el acto el Presidente señor ALEPUZ, agradeciendo al
INEF la deferencia tenida y su total disposición para poder celebrar
este acto en el grandioso marco del auditorium del mismo Instituto
de Educación Física, dando motivo, en el cóctel servido posterior-
mente, al casi centenar de los presentes, a un entretenido y cor-
dial encuentro, ya que había entrenadores de todo tipo, edad y
categoría, pasando por nuestro seleccionador nacional, y otros
técnicos de prestigio además de los ya citados en la presente cró-
nica como: MIERA, LEON, BOSKOV, IVAN BRICZ, NIETO, BENA-
VENTE, VALERIANO FERNANDEZ, veteranos como JUAN
RAMON y otros de la nueva ola como DEL SOL, ENDERIZ, etc.,
además de representantes del Comité Nacional de Arbitros (señor
ACEVEDO) y de algunas federaciones territoriales y Escuelas.
 ENCUENTRO DE FUTBOL
El día 4, viernes, por la mañana se celebró el encuentro de
fútbol entre las Selecciones CASTILLA-CENTRO y RESTO DE
ESPAÑA, en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Real
Madrid, cedidas gentilmente por este Club.
Antes de comenzar el encuentro, y con los jugadores en el
centro del terreno, así como el trío arbitral, y parte de los espec-
tadores y técnicos de los equipos y diferentes colegios, el P. diri-
gió unas palabras a todos, recordando a los fallecidos, y así
mismo hizo alusión al interés que tenía en haber acudido al obis-
po auxiliar de la diócesis, pero que a última hora no había podi-
do hacerlo, y nos enviaba de su parte, su mejor recuerdo. La
Misa no pudo celebrarse debido a ciertos imponderables un tanto
complejos de explicar.
Ambos seleccionadores, el castellano VALERIANO FER-
NANDEZ y el tinerfeño FERNANDO COVA, del resto de España,
han tenido sus dificultades para llegar al —once— inicial, ya que
en el primer caso a la hora del comienzo había más de una vein-
tena de animosos entrenadores dispuestos a saltar al terreno de
juego, y en el caso del combinado resto, el problema era para el
seleccionador a la hora de coordinar debidamente las posiciones
de sus seleccionados, dado que prácticamente se veían por pri-
mera vez en ese momento, pues se trataba de un entrenador
representante de cada Colegio Territorial.
No obstante el partido comenzó a la hora prevista con un
estupendo día, luciendo el sol, lo que hizo muy agradable la per-
manencia en la Ciudad Deportiva para los asistentes.
El arbitraje corrió a cargo del señor LAMO CASTILLO, con
líneas del Colegio Castellano, colaborando con ello activamente
el Comité Nacional de Arbitros.
No seríamos justos si comenzásemos a nombrar a famosos
entre los asistentes, pues la verdad es que fueron cantidad de
prestigiosos técnicos, pero a la hora de destacar habría que citar
a dos entrenadores de honor, de los tiempos de Arozamena, dos
importantes periodistas: GILERA (Enrique Gil, de la Vega), y
ANTONIO VALENCIA, que vinieron a sumarse a esta cordial y
entrañable conmemoración.
A continuación facilitamos las alineaciones de los equipos,
pero pedimos perdón con antelación por si omitimos o erramos
algún nombre, pues fue imposible seguir los cambios y «permu-
tas» realizados a lo largo del partido. Alineaciones de ambos
combinados:
SELECCION CENTRO-CASTILLA
(Seleccionador VALERIANO FERNANDEZ)
De salida: RODRI, CHATO GONZALES, BORRDONS, OVE-
JERO PACHIN, ANTONIO RUIZ: UFARTE, AMANCIO, CHAVES,
GROSSO y AGUILAR.
9
EL XXV ANIVERSARIO DEL COMITE NACIONAL DE ENTRENADORES

Intervinieron también: SANCHIS, CARMELO, BERNAL,

MATIN SANTOS, SEGURA, JIMENEZ PIÑEIRO, FELINES y
CAMARERO. Además de los porteros AGUINAGAy VALBUENA.
SELECCION RESTO DE ESPAÑA
(Seleccionador FERNANDO COVA, presidente del Colegio
Tinerfeño)
De salida: PESUDO (C. Valenciano) y en la segunda parte
GOST (C. Balear), con M. ARCHE (Norte Africa), COBO
(Castilla), BONET (C. Murciano), DELSOL(C. Andaluz), IRURE-
TA (C. Vizcaíno), ENDERIZ (C. Oeste), LEON (C. Las Palmas),
ORERO (C. Navarro Riojano) y CANARIO (C. Aragonés).
Intervinieron también: además del portero citado, LACASA
(C. Guipuzcoano), ALZATE, VARILLA(C. Cántabro), MUÑOZ (C.
Valenciano) MEDINA(C. Extremeño).
En la primera parte se impuso el combinado centro-castilla,
que se fue al descanso con 1-0.
A continuación siguió el fútbol más coordinado y debido sin
duda al mayor conocimiento entre ellos, de los jugadores caste-
llanos, llegando a ponerse con 3-0 a su favor, para el final que-
dar empatados a tres tantos, debido un poco al desfondamiento
de los primeros, y los cambios y aciertos de la selección resto.
De todas formas con un contemporizador empate, un arbitra-
je sin complicaciones del mundialistas LAMO CASTILLO, segui-
do desde la banda por su presidente señor PLAZA, terminó el
espectáculo deportivo, que fue contemplado desde la barandilla
superior que rodea el campo por numerosos curiosos y compa-
ñeros que llegaron tarde, y por el resto que siguieron atenta-
mente las evoluciones de ambos conjuntos alrededor de los ves-
tuarios, haciéndose notar la presencia de famosos como SAN-
TAMARIA, DI STEFANO, PEIRO, IVAN BRICZ, GARCIATRAID,
CARRIEGA, etc., además de los veteranos, de los que luego
hablaremos, y que acudieron al mencionado encuentro.
Se me olvidaba, los goleadores: CHAVES y A. UFARTE (2) y
por la otra selección IRURETA (2) y VARILLAS.

10
 21
cuaderno
del
entrenador
Págs.

< La presencia médica en un club de fútbol profesional.

Por el Dr. Angel Gutiérrez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
< Estructura de las habilidades específicas del futbolista. Por Jaromir Votik . . . . 18
< Tiempo de aprendizaje en fútbol. Por Michel Ritschard . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
< Entrenamiento de la condición física específica del fútbol. Por Dirk Albrech . . 32
< Algunos determinantes de la efectividad de los tiros a puerta durante
los campeonatos mundiales de fútbol en España-82.
Por Patricio Wladzimierz Stroncznski . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
< El portero. Por Joël Corbeau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
< Resultados de la cooperación del entrenador y el psicólogo.
Por Jan Zadrazi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .l 51
< Libros Fútbol 84/85 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

11
1194
La presencia médica en un club de
fútbol profesional
Texto: Dr. Angel Gutiérrez Sainz. Del INEF de Granada.
ENTRO de los planes de trabajo del actual entre-
D nador nacional de Fútbol se encuentra el que sus
jugadores puedan beneficiarse de la mejor atención
médica posible para poder jugar en las mejores condi-
ciones el mayor tiempo, y así poder con el concurso del
médico adaptar el entrenamiento en función de los
resultados de los test Fisiológicos de sus diferentes
lesiones o enfermedades.
El papel que ha jugado y juega actualmente el direc-
tivo en lo que respecta a la atención médica de los
equipos es decisiva.
Hasta hace pocos años era el presidente el que
pedía a alguno de sus amigos médicos colaboración
para cubrir de manera benévola el puesto de director
de los servicios médicos del club, teniendo así su
conciencia tranquila por un módico precio, y el afortu-
nado elegido gozaba de una gran fama y clientela entre
los habitantes de su ciudad. Posteriormente, conforme
la medicina se desarrolla, son los médicos quienes
guiados por su afán investigador y ganas de aprender,
comienzan a contactar con los clubs con el fin de reali-
zar test y pruebas que van dando sus frutos avalados
por buenos resultados.
Actualmente las directivas van tomando conscien-
cia de los beneficios que la medicina deportiva puede
aportar a un club, y comienza a haber una demanda
por parte de ellos. Esta demanda exige una calidad de
atención y unos conocimientos que el amiguete de
antaño no posee, siendo sustituido por el especialista
en Medicina del Deporte, un médico de cabecera, el
médico general del deportista, que conozca de una
manera específica sus problemas, domine la prepara-
ción biológica del deportista, sepa realizar e interpretar
la extensa variedad de test funcionales, y un montón
más de conocimientos de dietética, reeducación etcé-
tera.
La dificultad se centra ahora en cómo decir al
amigo que colaboró de una manera más o menos
desinteresada que sus servicios ya no nos son útiles,
y cómo plantear al profesional que se ha formado en
12
la especialidad concreta de medicina del deporte que
ha de trabajar en un medio donde las estructuras y los
medios materiales son escasos. La solución emplea-
da, que no puede ser más que provisional, es la de
hacer coexistir a los dos médicos juntos, con la consi-
guiente aparición de problemas que repercuten direc-
tamente en el jugador, como expondré más adelante,
y la contratación de médicos que posean todo el
material necesario para realizar el seguimiento y la
reeducación aprovechándose de sus instalaciones
personales.
La actitud del actual directivo ofrece una disyuntiva:
o bien cierra los ojos ante la evidencia y vive sin impor-
tarle el número de lesiones y el tiempo que le lleva
recuperarlas al deportista, sin preocuparse de los ries-
gos a que se ve expuesto por la falta de una vigilancia
continua y rigurosa, o bien busca soluciones para finan-
ciar una estructura médica, e invertir así en una planifi-
cación que permita un mejor rendimiento de cada juga-
dor y una carrera más larga y exenta de riesgos impre-
vistos.
Sería necesario legislar las directrices de los clubs
exigiendo un servicio médico al servicio del deportista,
lo mismo que se exige unos requerimientos mínimos al
estadio donde se realizan los entrenamientos y se lle-
van a cabo los partidos.
El problema más importante que se plantea es la
financiación de los equipos médicos. Quizá una solu-
ción fuese el que los propios jugadores estuviesen aso-
ciados a la vida de su empresa y realizar un sistema de
tipo autogestionario dentro de una sociedad civil coo-
perativa mixta, en donde se crearan grupos de interés
económico que clarificaran el conjunto de los flujos
financieros alrededor de los propios clubs, empleando
el dinero de socios, taquillas, publicidad, etc., en fun-
ción de sus intereses, y a buen seguro la infraestructu-
ra médica estaría prevista y cubierta, cosa que hasta
ahora tan sólo han logrado algunos entrenadores de
renombre que exigen trabajar en las mejores condicio-
nes posibles.

La presencia del médico es deseada por la mayoría
de los jugadores y de los clubs, siendo lo ideal la figu-
ra del médico polivalente, que domine diferentes áreas
de la medicina, todas las relacionadas con el deportis-
ta, conocimientos que se pueden adquirir realizando
los estudios de la especialidad en medicina del depor-
te, que desgraciadamente en España nunca se han
podido cursar.
El médico ha de estar complementado por el
Fisioterapeuta, llevando ambos el peso del trabajo en
el borde mismo del terreno, formando un equipo com-
penetrado que se completará con la participación fun-
damental del entrenador y el preparador físico.
Alrededor de este equipo estaría un equipo paralelo de
especialistas, preveyendo asimismo la posibilidad de
hospitalización, teniendo éstos una asistencia periódica
discontinua en el club.
1195
El cirujano, siendo necesario, es el último que debe
intervenir cuando se habla de vigilancia y seguimiento
de un deportista, siendo ellos los maestros cuando
aparece la lesión grave, dominando las técnicas que
hagan volver al jugador lo antes posible al terreno de
juego.
La compenetración entre los diversos miembros del
equipo es primordial, debiendo realizar un trabajo que
sea creíble por el jugador, para ganarnos su confianza,
y del propio entrenador, así como de todas las perso-
nas que rodeen al deportista. Para ello el equipo de tra-
bajo debe ser coordinado, cada uno conociendo clara-
mente sus competencias y funciones, y aceptando sus
responsabilidades. Para esto es necesaria la reducción
al mínimo de la plantilla de asistencia médica (en algu-
nos medios vemos hasta tres y cuatro médicos, la
mayoría de las veces enfrentados, sin compenetración,
13
1196
que dan diagnósticos diferentes, interfieren en los tra-
tamientos de los colegas y hunden al deportista en un
mar de dudas que desemboca en una profunda des-
confianza).
El médico tiene la obligación de estar al día en las
últimas técnicas de reeducación, seguimiento, y trata-
mientos de vanguardia que den al deportista seguridad
y confianza, pero a veces es difícil poner a trabajar a
profesionales aferrados a una posición de privilegio,
que han perdido el hábito del estudio y las ganas de
mejorar luchando así por su club e integrado en él
como uno más.
Una vez establecida la confianza, deberemos ade-
más establecer una corriente educativa que debe hacer
al jugador una persona consciente. Una vez logradas
esta confianza afectiva y esta corriente educativa el
médico podrá realizar eficazmente su papel. Esta
transferencia positiva lograda entre el equipo y su
médico deberá mantenerse a lo largo de toda la tem-
porada y a lo largo de los años, con resultados sor-
prendentes a la hora de solucionar problemas, muchas
veces tangenciales al aspecto puramente lesional, pero
que afectan a la estabilidad emocional y al rendimiento
del jugador.
Pero volvamos al problema del equipamiento médi-
co del club, muchas veces reacio a proveerse de una
estructura médica completa, y necesaria por otra parte,
y el problema de la remuneración del médico, que
debería estar recogida en un estatuto del médico de
clubs profesionales, llegando a unos acuerdos econó-
micos concretos, que le permitieran una absoluta dedi-
cación al club, cosa actualmente casi imposible, tenien-
do diversas ocupaciones y una atención parcial al equi-
po.
La presencia diaria del médico implica un equipa-
miento material, que ha de estar emplazado pre-
ferentemente en el lugar de la competición, en unidad
con el lugar de entrenamientos, vestuarios y gabinete
médico.
El papel del médico que se ocupa de los jugadores
profesionales es múltiple.
I. Ante todo su primera función es la prevención
de la muy diversa patología que puede aparecer.
Bajo este término de Prevención entendemos la acción
desarrollada por el médico para anticiparnos a una con-
secuencia desagradable precedida de una actuación
anómala en las diversas áreas de la higiene sanitaria,
y por otra parte esforzarnos en neutralizar o disminuir
en lo posible dichas consecuencias cuando son inevi-
tables, mediante un tratamiento precoz (para lo cual
hay que hacer una medicina «sobre el terreno»), y una
correcta vigilancia del tratamiento y control preciso de
la evolución atentos a la aparición de complicaciones.
Esta manera de ver la medicina, bajo el prisma de
una correcta prevención, ha de ser la política que prive
14
en los dirigentes deportivos, en el entrenador, y en todo
el grupo entero.
Pero la prevención es un proceso complejo que
tiene mucho que ver con la práctica médica cotidiana.
En un primer término y ante la aparición de cual-
quier proceso patológico, las acciones que el médico
del club puede emprender son de varios tipos:
1. Medidas de cara a mejorar las condiciones de tra-
bajo del futbolista:
a) Adquisición del gesto útil mediante el trabajo de téc-
nica individual corrigiendo ejes anatómicos, fortale-
ciendo grupos musculares, recomendando un
determinado calzado, plantillas, etc., en pro de eli-
minar el gesto inútil, el gesto parásito, relajar ade-
cuadamente musculatura antagonista, etc.
b) Planificación del entrenamiento en estrecha colabo-
ración con el preparador físico y el entrenador, tra-
bajando las diversas facetas del metabolismo,
potencia, resistencia y endurance o tolerancia,
potenciando músculos respiratorios, impidiendo la
pubalgia, mal corriente en los futbolistas, con una
correcta musculación de recto anterior del abdomen
y oblicuos, haciendo una buena programación neu-
romotriz con técnicas de vanguardia de educación
propioceptiva, etcétera.
2. La vigilancia médica ha de ser rigurosa y conti-
nua, llevándose con minuciosidad vacunaciones, test
fisiológicos mensuales completos con balance hidroe-
lectrolítico, análisis de sangre, etc., y análisis más com-
plejos al inicio, en la mitad y al final de la temporada.
3. Otro factor de gran importancia es la educación
del jugador, que aceptará de mejor grado y mostrará un
mayor resultado ante un tipo de entrenamiento o de tra-
tamiento que conozca y comprenda.
a) Correcta higiene de vida corporal y mental.
b) Principios de dietética.
c) Acercamiento del jugador hacia la nomenclatura y
significado de los tratamientos y de la valoración y
principios terapéuticos elementales adoptados en
las lesiones, o en las acciones encaminadas a la
prevención, teniendo cuidado de no caer en la vul-
garización, por el peligro de que el jugador pueda
dar interpretaciones erróneas y asimilar conceptos
erróneos.
Ni el mejor de los libros puede explicar al deportista
tan bien como el médico cualquier duda que se le plan-
tee con respecto a un tema relacionado con su depor-
te y una lesión. El papel del médico en el seno del club
se basa en cantidad de consejos, explicaciones, repe-
ticiones, que contribuyen a la educación sanitaria del
jugador.
Cada prueba y tratamiento será mejor aceptado en
la medida en que sean comprendidos.

II. Un segundo aspecto de la prevención es el
despistaje de una patología preexistente, labor que
ha de ser sobre todo intensa en los jóvenes jugadores
que se incorporan a un club profesional, aunque lo
ideal sería que se hubiese detectado en categorías
inferiores si hubiese una buena infraestructura de
medicina deportiva, de la cual por ahora carecemos.
Este examen debería hacerse por médicos espe-
cializados, y llevarse con rigurosidad para evitarse sor-
presas desagradables en categorías superiores.
1197
El médico que revisa a un jugador que va a ser
fichado, ha de actuar de la misma forma que como lo
hace un médico de empresa, siendo el futbolista un tra-
bajador que se incorpora para mejorar el rendimiento
de su club. Si éste presenta alguna anomalía ha de ser
denunciada independientemente de las presiones que
por parte de directivos o de jugadores se hagan sobre
él.
En otros niveles también sufre el médico las influen-
cias de directivos y entrenador, obligando a hacer jugar
15
1198
a un jugador que no se encuentra en perfectas con-
diciones, sometiéndolo a la acción de drogas, infil-
traciones con el consiguiente riesgo de rotura tendi-
nosa, etc., unas veces con el fin de conservar el
puesto (con lo que conlleva de reputación y dinero),
otras para apuntarse un tanto con una curación mila-
grosa con la simpleza de un tratamiento que un estu-
diante de medicina podría realizar, pero tal vez su
aún intacta vocación y honestidad le impedirían rea-
lizar.
III. Encontramos otro nivel de prevención allí
donde ponemos todos los medios para impedir que
una lesión descubierta no extienda sus conse-
cuencias. Es aquí donde la reeducación toma un
aspecto importante, quizá la faceta más bonita y agra-
decida de un tratamiento a un deportista lesionado. Lo
ideal es llegar a hacerla en el lugar mismo del entrena-
miento, con el fin de permitir al jugador lesionado guar-
dar el contacto con el equipo, muy importante en el
plano psicológico, y de la readaptación progresiva
sobre el terreno con una gama de ejercicios que per-
mitan al médico y al fisioterapeuta valorar los progresos
que se van haciendo en contacto con el medio.
Otro grave riesgo que debe evitar el médico es el
querer superar con medios antifisiológicos la capacidad
real de sus jugadores. El dopping, el cáncer del depor-
te, amenaza al jugador en muchas facetas de su salud,
acortando su vida deportiva, favoreciendo la aparición
de lesiones, además de ir en contra de las más ele-
mentales normas del juego, del deporte y de la deonto-
logía profesional. Muchas veces el médico cede ante el
chantaje de directivas enardecidas por los triunfos, no
siempre colaborando, sino tomando una actitud pasiva,
no denunciando casos concretos conocidos.
Afortunadamente somos muchos los que opinamos
como ese magnífico entrenador de fútbol y mejor per-
sona, el doctor Esteban Gorostiaga, que se encuentra
actualmente trabajando en el laboratorio de Fisiología
Aplicada a la Educación Física y los deportes de Lyon
(Francia), especialista en medicina del Deporte, quien
dice que no hay mejor droga ni dopping más eficaz que
un buen planteamiento del entrenamiento deportivo y
una buena armonía en el seno de un club.
La puesta en marcha de una buena política de pre-
vención pasa por la experiencia de los numerosos
médicos que atienden a los equipos de nuestro fútbol.
Estas experiencias no deben permanecer en el anoni-
mato, sino ser objeto de estudio por parte de todos los
profesionales que vivimos por y para el deporte,
mediante reuniones de reciclaje y puesta al día en
donde se intercambiarán experiencias positivas y
negativas para avanzar más rápido el camino que nos
queda hasta lograr una buena medicina de equipo en
el seno de un club de fútbol.
16
Otra función de capital importancia del médico en el
seno de un club profesional del que se ocupa cotidia-
namente es la labor asistencial directa y urgente, que
conlleva: 1. vigilar al jugador y seguir los microtrauma-
tismos debidos al entrenamiento; 2. evitar, mediante
cuidados y consejos adecuados, el agravamiento de
estas lesiones; 3. tratar toda afección benigna, pero
que en un deportista confirmado puede tener repercu-
siones considerables sobre su estado de forma y el
rendimiento en su trabajo; 4. asegurarse de que el tra-
tamiento indicado se sigue y la reeducación se lleva a
cabo con regularidad y progresión.
Es interesante resaltar que el número de jugadores
que interrumpen su actividad deportiva es mayor en
aquellos clubs donde existe la presencia de un médico
de equipo que en aquellos donde no los hay, pero, sin
embargo el tiempo en que estos jugadores se encuen-
tran detenidos es mucho menor en aquellos en que se
ha implantado un tratamiento precoz y racional, estan-
do los otros jugadores un tiempo considerablemente
mayor en el «dique seco» como consecuencia de una
lesión agravada por no haber sido tratada a tiempo.
Aotro nivel, la actuación del médico sobre el control
de la preparación biológica es importantísimo median-
te la realización de test más o menos complejos que
nos dan algunos parámetros básicos, fiel reflejo de su
estado de forma en cada momento, como el consumo
de oxígeno, potencia anaeróbica, tiempos de reacción,
etc. Esta vigilancia del entrenamiento es fruto de una
perfecta labor de equipo, una compenetración y armo-
nía debe existir entre médico-entrenador-jugador, y sus
resultados, con un buen planteamiento, no se hacen
esperar.
En resumen, la presencia del médico en el seno de
un club de fútbol profesional requiere una infraestructu-
ra material, equipamiento y medios humanos, que per-
mitan una buena tarea preventiva, una perfecta labor
terapéutica y asistencias con pautas de reeducación
rigurosas, y una perfecta vigilancia fisiológica de los
jugadores con finalidad de mejora a través de la línea
de investigación que se haya trazado el club.
BIBLIOGRAFIA
— Sports et medicine. H. Monod et H. Vandewalle.
— raumatologie du sport. J. Bennasy.
— Manual de medicina del deporte. Guillet y Genety.
— Guide practique de medicine du sport. Pierre
Wullaert.
— Fisiología del ejercicio. Laurence E. Morehouse.
— ¡Oh deporte! J. M. Cajigal.
— La preparación física del Fútbol basada en el
Atletismo. Carlos Alvarez del Villar.
— Sport medicine, Rev. n.º 22-82. A. Commandré.
— Le Futbol professionel. Thèse Doctorel 1980. Pierre
Ottoz.
1199

17
1200
Estructura de las habilidades
específicas del futbolista
Texto: Jaromir Votik. Publicado en la revista «TEORIE A PRAXE TELESNÉ VYCHOVY»
de Checoslovaquia, en 1983. Número 7. Páginas 403-408.
Traducción y adaptación: Carmen Aguado.
A mayoría de los estudiosos del tema coincide en
L que la habilidad deportiva específica es el conjun-
to de premisas para la actividad motriz dada, adquiri-
das a lo largo del proceso de aprendizaje. El número
posible de estas habilidades específicas es práctica-
mente infinito. En el estudio comentado a continua-
ción, realizado con cuatro grupos de jugadores de fút-
bol de diferentes edades y niveles de rendimiento, se
han identificado tres factores (habilidades) de alta
especialización: la conducción del balón en línea
recta, la conducción del balón en línea moderada-
mente ondulada (slalom) y la conducción del balón
con cambios de sentido bruscos (en línea quebrada).
Si se llegase a confirmar en estudios subsiguientes la
posibilidad de tal especialización refinada, habría que
corregir hasta cierto punto el actual concepto de
modelo de la preparación del futbolista.
El propósito original de los autores era seguir la
influencia de algunas cualidades de velocidad en el
rendimiento del futbolista en una acción técnica sim-
ple (conducción del balón). Se partía del supuesto de
que el rendimiento final de un jugador de nivel más
bien bajo depende, prácticamente por entero, del
grado de dominio de la habilidad específica en cues-
tión y que con el aumento del nivel de rendimiento del
jugador, el resultado final depende cada vez más de
sus cualidades individuales de velocidad.
Según datos de la investigación, puede suponerse
que la transferencia directa e inmediata de la veloci-
dad sólo es posible en el caso de movimientos que
coinciden en cuanto a su biomecánica, dinámica y
estructura de coordinación, es decir, cuando los movi-
mientos son del mismo tipo (Celikovsky, 1976,
Matveiev et al., 1976). La medición de las cualidades
de velocidad por razones del deporte sólo tiene senti-
do si la actividad que constituye la prueba está en
armonía con la práctica deportiva (Butenko, 1968,
Cumbee, 1954, Lockerman, 1972, Matveiev et al.,
1976). Entre las condiciones bajo las que esas cuali-
dades pueden manifestarse en el rendimiento depor-
18
tivo suele citarse, entre otras, el grado de dominio de
la técnica de la acción motriz correspondiente
(Celikovsky, 1976, Choutka, 1976, Zatsiorskiy, 1970).
Algunos autores opinan que la velocidad de manifes-
taciones complejas de la motricidad deportiva no
puede desarrollarse con éxito sin aumentar paralela-
mente el nivel de las demás cualidades físicas (fuer-
za, resistencia); los autores de este trabajo son del
parecer que deben considerarse como híbridos con-
ceptos del tipo de «resistencia en la velocidad»
(Asovic, 1968, Filin, 1974, Korestskiy, 1963,
Kudriavtsev, 1975, Pálfai, 1966, Resner, 1979).
En el fútbol, la velocidad se caracteriza como «una
cualidad que permite al jugador realizar estructuras
motrices sencillas y sus combinaciones en el mínimo
de tiempo (Choutka, 1968, Mencl, 1980, Navara,
1976). Sin embargo, el velocista más rápido no tiene
que ser necesariamente el futbolista más rápido y los
autores de este estudio entienden, junto con Korcek,
la velocidad futbolística como un fenómeno integral,
complejo. Algunos investigadores tratan, no obstante,
de expresar numéricamente sus manifestaciones
externas (Choutka, 1968, 1976, Korcek, 1967, 1970,
Morozov, Terentev, 1974, Navara, 1966, 1976). La
mayoría de ellos concibe la velocidad de ejecución de
la acción técnica individual como una de las formas de
la velocidad de juego específica.
Metodología
Los primeros dos estudios iniciales, que tenían por
sujetos a los miembros del equipo de fútbol de la
Facultad de Pedagogía de Pilsen (n = 21) y a los
niños participantes en un campeonato infantil de vera-
no (n = 23), se llevaron a cabo en los meses de mayo
y julio de 1981. El fin de estos estudios consistía en
comprobar la forma de administrar y la fiabilidad del
conjunto de pruebas ideado. El estudio principal se
organizó posteriormente en dos etapas: en septiem-

bre de 1981 y en abril-mayo de 1982. Como sujetos
experimentales se eligió a cuatro equipos de fútbol del
club TJ Skoda Pilsen: infantiles B (11-12 años, n = 14)
e infantiles A (13-14 años, n = 15), juveniles B (15-16
años, n = 14) y juveniles A (17-18 años, n = 15). En
las distintas etapas del trabajo se comprobó un total
de 35 test motores y en la última, expuesta aquí, su
número se redujo a 25 pruebas de velocidad especí-
fica y no específica.
Relativamente pocas veces trata de resolverse
teóricamente el problema de qué intento debe consi-
1201
derarse cuando se dispone del resultado de más de
uno, medidos en un solo día. Los autores de este
estudio opinan que es preciso considerar este tema
tanto desde el punto de vista de la fiabilidad, como del
de la validez del test. La fiabilidad suele aumentar si
no se anotan los intentos fallidos de aparición esporá-
dica. En la práctica suele registrarse, por ejemplo, el
mejor de tres intentos, etc. Por otra parte, el investi-
gador llega a encontrarse en una situación difícil: la
validez del test está limitada por la raíz de su fiabili-
dad, pero a menudo, un test relativamente fiable no
19
1202
responde exactamente a la pregunta que el investiga-
dor se plantea. Hay que distinguir: A) de qué rendi-
miento máximo es capaz el sujeto del experimento o
b) qué rendimiento alcanza el sujeto por término
medio, eventualmente cuál es la dispersión de su ren-
dimiento.
Los autores suponen que dentro de la valoración
del jugador de fútbol debe figurar la medida y la fre-
cuencia tanto de las jugadas logradas como de las
menos afortunadas y, después de repetidos análisis,
han llegado a la conclusión de que es preciso regis-
trar como resultado de las pruebas siempre la suma
de todos los valores calculados.
Resultados
Ya a la hora de estructurar el plan de la investiga-
ción salió a relucir que el análisis de correlación y,
especialmente, el factorial, de los datos reunidos en
los conjuntos experimentales, que constaban aproxi-
madamente de 15 personas, podían conducir a enga-
ño. El experimento se llevó a cabo sólo porque se
contaba con cuatro conjuntos experimentales (que
diferían entre sí en edad y rendimiento, pero que coin-
cidían en llevar cinco años entrenándose sistemática-
mente para el fútbol). Los experimentadores suponían
que los extensos intervalos de fiabilidad de los resul-
tados parciales podían aprovecharse al menos de
modo especulativo (siempre y cuando hubiese una
convergencia mutua de los resultados). Las tablas 1 a
4 recogen los resultados de cada uno de los grupos.
El primer factor puede denominarse medidas físi -
cas. La saturación en el test de la edad no siempre es
totalmente convincente, fenómeno que puede expli-
carse con la evolución biológica desigual: jugadores
más jóvenes tienen una talla y un peso superiores o
viceversa.
Las cargas aisladas en las siguientes pruebas se
consideran como fortuitas. También se considera
casual el hecho de que en el caso de los juveniles A
se hayan agrupado las medidas físicas en un solo fac-
tor junto con la carrera de slalom.
El segundo factor ha sido denominado factor de la
fuerza explosiva. La saturación mayor apareció en el
salto de longitud, salto de altura, eventualmente en el
salto de longitud desde la posición de rodillas. Las
cargas secundarias que se esperaban en las pruebas
de carrera sólo se hallaron, sin embargo, en el caso
del grupo de mayor edad.
El tercer factor ha sido, al parecer, el más comple-
jo, sobre todo en el caso de los sujetos más jóvenes.
Se le denominó velocidad de carrera y capacidad de
cambiar rápidamente de sentido del movimiento. Las
cargas mayores se hallaron en las pruebas de sprint
20
(carrera lisa, en slalom, incluso en línea quebrada).
En el caso del grupo de más edad sólo se hallaron
cargas significativas en la carrera de slalom.
Algunas cargas secundarias en las pruebas de
conducción del balón y en los saltos serían explica-
bles, pero sólo aparecen de forma aislada.
La deducción de conclusiones respecto al desa-
rrollo de la diferenciación de la estructura de las cua-
lidades motrices, como funciones de la edad y del
entrenamiento, se consideran prematuras. Es un
tema que raramente se discute en los estudios espe-
cializados. La que mejor responde a la realidad es
probablemente la opinión sintetizadora de Mencl: la
estructura de la motricidad viene dada por la genética,
la maduración biológica, y el entrenamiento dota al
individuo de la posibilidad de exteriorizarla, eventual-
mente de aplicarla.
El cuarto factor también resultó ser unívoco: la
conducción del balón en línea recta. La afinidad
motriz explica fácilmente las cargas secundarias en
las pruebas de conducción del balón en slalom y en
línea quebrada, igual que en la prueba del recorrido
de obstáculos que también comprendía la conducción
del balón, representando probablemente un compo-
nente importante que influye en el resultado final.
Quinto factor: conducción del balón en slalom. La
saturación secundaria en las pruebas de carrera
(juveniles B) aparece irregularmente, por lo que no
pueden sacarse conclusiones sobre la eventual
influencia de la velocidad de carrera en la conducción
del balón, aunque sea en un recorrido idéntico.
El sexto factor pudo aislarse sólo en el caso de los
equipos juveniles. El único denominador común eran
las saturaciones altas en la prueba del tiempo selecti-
vo de reacción y saturaciones secundarias disemina-
das fortuitamente en otras pruebas. Los autores no
consideran posible interpretar este factor con sufi-
ciente fiabilidad.
Si se resumen los resultados de los análisis facto-
riales, la existencia de factores independientes de la
conducción del balón en línea recta, en slalom y en
línea quebrada resulta ser la mayor sorpresa. Este
hecho indicaría que incluso en grupos tan reducidos y
homogéneos existen «especialistas» en modalidades
distintas, aunque muy afines desde el punto de vista
motor. Según informaciones de los autores, nadie ha
demostrado hasta la fecha factores de tan estrecha
especialización, si no se tiene en cuenta el hoy olvi-
dado estudio de Cumbee (1954) en que se identifica-
ban dos factores como la «percepción de la velocidad
del movimiento del balón en vuelo» y el «manejo de
diferentes segmentos del cuerpo para atrapar el
balón».
Si estudios futuros no demuestran que se trata de
«seudofactores», cabrá recordar en este contexto la

teoría de Mednikov (1974) de que a mayor rendimien-
to del futbolista y mayor importancia del partido,
mayor es el porcentaje de acciones técnicas con
balón que el futbolista resuelve con la pierna «más
hábil».
Caso de confirmarse los resultados de este estu-
dio con otras investigaciones, habría que analizar un
número mayor de habilidades específicas de fútbol y
proceder a una cierta revisión del modelo de la pre-
paración del futbolista, así como de la metodología de
su entrenamiento. Con otras palabras, habría que dis-
tanciarse sobre todo del modelo de universalidad
absoluta y orientar los entrenamientos a desarrollar
con preferencia las habilidades para las que el juga-
dor reúne las mayores dotes. En el juego propiamen-
te dicho eso significaría que el éxito del futbolista en
el sentido individual dependería más bien de su capa-
cidad de adaptarse a la situación del juego, de saber
1203
aplicar precisamente las habilidades que domina al
máximo.
Conclusiones
El estudio ha demostrado que los futbolistas no
desarrollan uniformemente sus cualidades de veloci-
dad. Los análisis correlativo y factorial han indicado la
independencia (o una dependencia muy holgada) de
las manifestaciones de velocidad específica y no
específica, lo que quiere decir que la velocidad de
carrera no influye en la velocidad de la conducción del
balón en recorridos iguales. Dentro de los conjuntos
estudiados no se ha logrado demostrar que las cuali-
dades de velocidad no específica fuesen un factor
que limitara la velocidad de ejecución de las habilida-
des específicas estudiadas (conducción del balón).
21
1204
El hecho de que en el estudio se aislaran tres fac-
tores especializados de conducción del balón (en
línea recta, en slalom y en línea quebrada) es sor-
prendente. Si se averiguara que la estructura de la
acción técnica individual del jugador es tan articulada
como indican los resultados del presente estudio,
sería preciso revisar el actual concepto de la estruc-
tura del rendimiento en el juego, y no sólo individual,
sino también colectiva, de todo el equipo. Habría que
pensar en tal caso en una cierta especialización de
cada uno de los jugadores y no sólo a base de las
tareas implícitas en la posición que ocupa en el
campo y de las que se desprenden del plan táctico del
equipo, sino también según las habilidades específi-
cas de fútbol que mejor domine.
22
Leyenda:
Factorización realizada por el método centroide según
Harman, rotación VARIMAX. Sólo se indican saturaciones de
0,5 y más. Los valores más bajos (entre paréntesis) se pre-
sentan sólo si tienen importancia para la interpretación. Se
omiten los ceros y las comas.
Test:
1. Edad del sujeto.
2. Peso corporal.
3. Talla corporal.
4. Salto de longitud sin carrera con impulso de ambos pies.
5. Salto de longitud desde la posición de arrodillado.
6. Salto de altura sin carrera e impulso con ambos pies.
7. Carrera lisa de 10 m - salida alta.
8. Carrera lisa de 20 m - salida lanzada.
 1205

9. Carrera lisa de 30 m - salida alta. menos hábil.

10. Carrera en slalom de 10 m - salida alta. 19. Conducción del balón en slalom, 30 m, con la pierna
11. Carrera en slalom de 20 m - salida alzada. más hábil.
12. Carrera en slalom de 30 m - salida alta (5 m. recorrido 20. Conducción del balón en slalom, 30 m, con cualquiera
ondulado, 5 m en línea recta, etc.). de las piernas.
13. Carrera en línea quebrada de 30 m - salida alta. (5 m en 21. Suma de los test 18, 19 y 20.
línea recta, cambio de sentido de 90º, otros 5 m en línea 22. Conducción del balón en línea quebrada, 30 m, con la
recta, etc.). pierna menos hábil.
14. Conducción del balón en línea recta, 30 m, con la pier- 23. Conducción del balón en línea quebrada, 30 m, con la
na menos hábil. pierna más hábil.
15. Conducción del balón en línea recta, 30 m, con la pier- 24. Conducción del balón en línea quebrada, 30 m, con
na más hábil. cualquiera de las piernas.
16. Conducción del balón en línea recta, 30 m, con cual- 25. Suma de los test 22, 23 y 24.
quiera de las piernas. 26. Tiempo de reacción simple
17. Suma de los tests 14, 15 y 16. 27. Tiempo de reacción selectivo.
18. Conducción del balón en slalom, 30 m, con la pierna 28. Recorrido de obstáculos.

23
1206

24
 1207

Tiempo de aprendizaje en fútbol

Puesta a punto de un instrumento de medición para
evaluar el tiempo de aprendizaje en supervisión del
entrenamiento
(III PARTE)
Texto: Ritschard, Michel. Publicado en la revista «MACOLIN», de Suiza, en 1983.
Número 9. Páginas 7-10
Traducción y adaptación: Mercedes Edo.

En este número publicamos la tercera y última parte del trabajo de obser-

vación de Michel Ritschard. Consta esencialmente de recomendaciones
técnicas concluyendo útil y positivamente una forma de análisis poco
corriente, realizada ya en los otros deportes y que era preciso, evidente-
mente, realizar también en fútbol.

Discusión de los resultados relativos al ciendo una influencia negativa en el conjunto del
tiempo de aprendizaje aprendizaje de todo el grupo.

ODOS estos datos nos permiten proceder a un

T primer análisis y exponer tres puntos importantes:
Segundo

El tiempo de aprendizaje de que disponen los

Primero
Los períodos de inactividad que se desprenden de
las tablas de resultados son muy largos, o por lo
menos lo parecen, para este nivel de preparación. El
tiempo correspondiente a la espera antes de entrar en
situación de aprendizaje (6,8 por ciento y el tiempo
durante el cual los jugadores están esperando (no
comprometido: espera) durante el desarrollo de una
actividad (14,6 por ciento, representan un total de
21,3 por ciento del tiempo global de entrenamiento, es
decir un porcentaje bastante elevado. Dado que los
períodos dedicados a la organización del grupo (5,4
por ciento y los momentos en que los jugadores se
preparan para reanudar una situación de aprendizaje
(19,1 por ciento) (no comprometido: organiza) repre-
sentan el 24,2 por ciento del tiempo global, obtene-
mos un «tiempo muerto» de 50,9 por ciento, o sea
más de la mitad del tiempo total de entrenamiento.
Si bien son inevitables los tiempos de espera e
inactividad (organización, recuperación, etc.) no hay
que olvidar que en caso de ser excesivos acaban ejer-
jugadores en las situaciones de entrenamiento pro-
piamente dichas es satisfactorio (82,4 por ciento). La
práctica del fútbol implica necesariamente la utiliza-
ción de un enorme espacio de juego y, consecuente-
mente una proporción menor de tiempo durante el
cual los jugadores pueden estar activos en situación
de aprendizaje. Si comparamos este porcentaje (82,4
por ciento) con el correspondiente al baloncesto (90,2
por ciento) en el estudio de McLean (1981), llegamos
a la conclusión de que es normal. Lo que ya no es tan
normal es la elección y la repartición de las situacio-
nes de aprendizaje. Efectivamente, en contra de los
principios modernos de metodología del entrenamien-
to, se observa, entre otras cosas, la ausencia total de
situaciones de entrenamiento en condición física
separada y de situaciones de competición reales
(tabla 1). Por otra parte, teniendo en cuenta el poten-
cial técnico de la mayoría de los jugadores, conside-
ramos muy escaso el tiempo dedicado a los ejercicios
en situación de habilidad individual (7,4 por ciento).
En nuestra opinión, la adecuada elección de las
situaciones de aprendizaje y su grado de aplicación
pueden tener consecuencias en el tiempo de aprendi-
25
1208
zaje. Seguramente es posible aumentar el tiempo de
compromiso mediante un procedimiento más racional
y más variado.
Tercero
Durante el tiempo en que los jugadores se encuen-
tran efectivamente comprometidos en situación de
entrenamiento (66,3 por ciento) lo están de forma
directa en el aspecto motor a 34,7 por ciento y de
forma indirecta (los jugadores sólo intervienen de
lejos en la acción o la jugada) a 23,6 por ciento. Si
comparamos estos resultados con los obtenidos en
baloncesto por McLean (52,7 por ciento de compro-
miso motor y 4,1 por ciento de compromiso indirecto),
parece a primera vista que el compromiso motor es
relativamente bajo, pero afirmarlo sería muy aventu-
rado pues —tal como ya lo hemos subrayado— no
disponemos de ninguna referencia de comparación
puesto que ningún estudio se ha realizado hasta hoy
día sobre el tiempo de aprendizaje en fútbol.
También hay que tener en cuenta que las medidas
del campo de juego pueden asimismo representar un
factor reductor del tiempo de compromiso motor influ-
yendo, por ejemplo, en las distancias entre los juga-
dores y las jugadas, no estando todos los jugadores
directamente implicados en la acción y, por tanto, no
jugando todos con la misma intensidad. En base a
estos datos, nos parece más apropiado, habida cuen-
ta de las particularidades de este deporte, destacar
los elementos metodológicos susceptibles de reducir
el tiempo de compromiso indirecto que consideramos
relativamente elevado, especialmente en período de
entrenamiento.
26
En cuanto al grado de logros, requiere un compor-
tamiento de juego apropiado a la tarea, es decir, efi-
caz tanto desde un punto de vista técnico como tácti-
co, físico y psíquico. Por ejemplo: cuando el atacante
se deja arrebatar el balón, tiene que volver rápida y
eficazmente a realizar una función defensiva. Esta efi-
cacia de comportamiento puede estar directamente
relacionada con el compromiso motor del jugador.
Por ello podemos decir, sin indicar aquí medios
precisos, que es posible elevar el tiempo de compro-
miso motor mediante un rendimiento más eficaz de
los jugadores, lo que acarreará automáticamente una
disminución del índice de fracaso.
Tiempo de aprendizaje que se ofrece en las cuatro
sesiones diferentes de entrenamiento
Con todas estas observaciones, lo que pretendía-
mos era conocer el tiempo de aprendizaje ofrecido
por el entrenador en cada una de las sesiones de
entrenamiento. La tabla 4 nos da precisiones al res-
pecto e indica como se distribuye el tiempo empleado
en las diferentes situaciones de entrenamiento.
En primer lugar, observamos que los valores (mín-
máx.) en tanto por ciento del tiempo de aprendizaje
correspondientes a dos sesiones consecutivas de
entrenamiento (n.º 2 y n.º 3) arrojan una diferencia
bastante importante (35 y 57,7 por ciento).
En segundo lugar, aunque las situaciones de
aprendizaje propiamente dichas estén normalmente
distribuidas, se observa que, durante el primer entre-
namiento, los jugadores han pasado más tiempo «no-
comprometidos» (50,3 por ciento) que «activos»
(comprometido: 49,6 por ciento). En otras sesiones,
 1209

CONDICIONES DIRECTAS E INDIRECTAS SUSCEPTIBLES DE ASEGURAR EL COMPROMISO ACTIVO DEL JUGADOR

Figura 4. Condiciones directas e indirectas susceptibles de asegurar el compromiso activo del jugador

27
1210
en cambio, los jugadores se encuentran afortunada-
mente más tiempo «comprometidos» que «no-com-
prometidos». No obstante, cabe también señalar que
el tiempo de aprendizaje de la tercera sesión (57,7 por
ciento) y de la cuarta sesión (50,2 por ciento) se han
obtenido en entrenamientos con dominante táctica
durante el cual los jugadores han pasado el tiempo
del compromiso practicando esencialmente una
misma forma de juego. En este caso tampoco hay nin-
guna variante en las consignas de juego y muy pocas
tareas particulares en relación con una competición
real. En el curso de estas sesiones, el entrenador ha
utilizado la situación de juego colectivo en una pro-
porción de 64,5 por ciento y de 89,4 por ciento.
Durante las dos primeras sesiones de entrena-
miento con dominante técnica, el entrenador ha
empleado diferentes situaciones de aprendizaje, tanto
en habilidad individual (4,1 por ciento y 22,7 por cien-
to) como en habilidad técnico-táctica (46,8 por ciento
y 35,2 por ciento). El tiempo de compromiso es infe-
rior (49,6 por ciento y 64,7 por ciento) al de las demás
sesiones. Esta situación se ve parcialmente justifica-
da por implicar el aprendizaje técnico más tiempo en
la organización y preparación de las actividades.
Asimismo es obvio que este tipo de entrenamiento
supone tiempos de situaciones preparatorias más ele-
vados, pero pensamos que es exagerada la propor-
ción observada, a saber 12,7 por ciento a 21,8 por
ciento (es decir, 17,6 por ciento de media) del tiempo
total. Todas las cifras que anteceden son reveladoras
de lo que hemos podido observar en los entrena-
mientos. Entre otras cosas, prueban —y es un punto
28
negativo— la irregularidad de la intensidad de los
esfuerzos de entrenamiento.
Este análisis nos hace concienciarnos de que el
proceso de intervención utilizado por el entrenador,
para encauzar a sus jugadores hacia un auténtico tra-
bajo de entrenamiento, afecta directamente al tiempo
de aprendizaje. Su tarea no debe limitarse a brindar
un cuadro de operación donde los jugadores tienen la
posibilidad de trabajar, sino que debe ofrecer diferen-
tes tipos de actividades que les permita expresarse lo
mismo que en situación de juego real y hacer alarde
de su habilidad.
Cómo mejorar el tiempo de aprendizaje
A la vista de los resultados relativos al tiempo de
aprendizaje en fútbol, constatamos que la dirección
de un equipo, en el contexto real del entrenamiento,
se reduce prácticamente a un problema de estrategia,
mayor será también la calidad del aprendizaje. En
otras palabras, una intervención positiva favorece una
preparación eficaz de los jugadores para la competi-
ción.
Ahora es el momento de presentar al entrenador
«investigado» un diagnóstico de su entrenamiento y
darle algunos consejos con el propósito de que su efi-
cacia sea óptima.
A continuación indicamos muy brevemente algu-
nos medios precisos que pueden contribuir a mejorar
la estrategia de intervención en el terreno. Gracias a

Figura 5. Factores directos para los que se proponen medios a corto plazo (ciclo de tres fases)
ellos, se supone que podrían alcanzarse los siguien-
tes objetivos:
A corto plazo
Aumentar el tiempo del compromiso de los juga-
dores con relación a la realidad de la competición.
A medio plazo
Mejorar el contenido de las sesiones de entrena-
miento con respecto al nivel de los jugadores y de la
competición.
A largo plazo
Hacer más eficaz la estrategia de intervención del
entrenador.
No pretendemos de ningún modo realizar ahora el
examen detallado de un procedimiento que debe ser
ante todo conciso, lógico y conducir a propuestas pre-
cisas. En efecto, cuando un entrenador tiene la opor-
tunidad de ver el análisis de su perfil de intervención,
suele hacer la siguiente pregunta: «Por ahora, ¿qué
debo hacer para que mis jugadores sean más activos
y para aumentar su tiempo de aprendizaje con rela-
ción a la realidad del juego?»
Antes de abordar lo más importante del tema,
recordemos una vez más que, antes de proponer con-
sejos al entrenador, es preciso conocer:
— el nivel de sus jugadores,
— las exigencias de la competición en la que se
encuentran comprometidos,
— los períodos anuales del entrenamiento,
— el ciclo semanal del entrenamiento (microciclo).
En base a las teorías modernas existentes sobre
fútbol (Heddergott, Palfai, Kovacs, Weisweiler,
Greenwood, etc.), apoyamos el método más sistemá-
tico posible:
1211
a) Identificamos, en la figura 4, los elementos que
pueden influir directamente en el compromiso
activo del jugador.
b) Indicamos, en la tabla 5, los puntos esenciales de
cada elemento en los que el entrenador deberá
prestar una atención muy especial en el curso de
sus intervenciones.
c) En base a los resultados en porcentaje del tiempo
de aprendizaje, destacamos tres grandes factores
que requieren medios directos para favorecer el
compromiso del jugador (figura 5).
d) Por último, en la tabla 6, proponemos medios con-
cretos susceptibles de intensificar el rendimiento
de los jugadores.
Finalmente, en términos de supervisión global, el
Tiempo de Aprendizaje (TA) permite acceder a una
información gracias a la cual un supervisor entendido
(experto-asesor) puede formular consejos que ten-
drán una influencia directa en la calidad del entrena-
miento.
A continuación damos unos consejos a modo de
ejemplo (evaluación formativa) destinados al entrena-
dor investigado.
Consejos al entrenador
Tiene que procurar:
— ser más organizado y sobre todo más metódico
en el proceso de entrenamiento,
— fijar objetivos precisos basados en un plan sema-
nal,
— equilibrar el entrenamiento dando un puesto pre-
ferente a las situaciones de juego colectivo (for-
mas reales de juego) e introduciendo consignas
técnicas y tácticas específicas,
29
1212
— individualizar el entrenamiento en función de las
tareas particulares correspondientes al puesto de
cada uno de los jugadores,
— organizar con más precisión las actividades del
entrenamiento y tener más en cuenta las realida-
des de la competición,
— situarse el puesto de observador con el fin de
conocer mejor el comportamiento positivo y/o
negativo de sus jugadores,
— documentarse y tomar conciencia de la importan-
cia de todas las novedades que aparecen en
materia de concepción del entrenamiento en fút-
bol.
Conclusión
Este estudio experimental nos ha permitido
constatar la necesidad, en lo que respecta a la super-
visión, de un análisis sistemático, metódico y capaz
de resaltar los aspectos reales del proceso de la inter-
vención en situación de entrenamiento. Por otra parte,
también ha venido a reforzar la importancia del papel
pedagógico del entrenador.
El método de observación que hemos aplicado ha
demostrado además que, a partir del comportamiento
de los jugadores en situación de entrenamiento, es
posible establecer un diagnóstico preciso de las con-
diciones ofrecidas por el entrenador y controlar sus
efectos. Deja entera libertad al entrenador investigado
para poner en tela de juicio su propio comportamien-
to respecto a los efectos que produce en sus pupilos.
Por lo tanto, tiene la posibilidad de tomar consciencia
de la manera en que mejor podría aprovechar tanto
sus conocimientos como sus cualidades para mejorar
su intervención.
30
El instrumento de evaluación del TA viene a ser
ante todo una herramienta al servicio de la formación
de los entrenadores. Aunque la base de sus datos sea
evidentemente cualitativa, no debe considerarse
como imposible una evaluación formativa.
Si bien la técnica de evaluación del SETA-F encie-
rra varias ventajas, para que sea realmente eficaz es
preciso tener muy en cuenta las siguientes recomen-
daciones:
— La utilización del instrumento de medición requie-
re gente muy preparada, enterada del sistema y
con buenos conocimientos de fútbol.
— Los observadores tienen que tener la «vista
entrenada» para favorecer al máximo la fidelidad
y exactitud de las mediciones así como la objetivi-
dad de la evaluación.
— Los supervisores que tengan que trabajar en este
campo deberán tener necesariamente una amplia
experiencia en cuanto a la intervención en la
materia, y también buenos conocimientos en
entrenamiento con objeto de poder analizar los
resultados objetivamente.
— Conviene proceder a un mínimo de tres sesiones
de observación para poder hablar de resultados
con valor representativo.
— Es necesario conocer muy bien los objetivos de la
sesión observada, fijados de antemano por el
entrenador, para orientar el análisis de los resulta-
dos.
— Es conveniente repetir estudios similares al que
hemos realizado con diferentes entrenadores y
con otras categorías de jugadores, para así con-
seguir mediciones mucho más representativas.
1213

31
1214
Entrenamiento de la condición
física específica del fútbol
Texto: Dirk Albrecht; Detlev Brueggemann. Publicado en la revista «Praxis der
Leibesübungen, de RFA, de 1978. Número 2. Páginas 68-70.
Traducción y adaptación: Casimiro Tylko.
EFINIMOS como condición
D física aquellas capacidades
físicas del aparato locomotor
humano y de sus órganos, basa-
das en la acción conjunta de la
fuerza, la velocidad y la resisten-
cia, y que pueden conseguirse o
mejorar por medio del entrena-
miento.
Las exigencias de fuerza, velo-
cidad y resistencia varían según
las diferentes modalidades depor-
tivas, aunque realmente esas dife-
rencias no son considerables. Si
la mejora de la condición física se
refiere al entrenamiento de los
movimientos motores específicos
de un deporte determinado en el
que colabora la fuerza, velocidad
y resistencia, hablamos entonces
del «entrenamiento de la condi -
ción física específica». Por el con-
trario, el concepto de «condición
32
física general» comprende sólo la
creación de una base física para
el esfuerzo que suponen las car-
gas del entrenamiento deportivo.
Por consiguiente, el entrenamien-
to de la condición física general
sirve como preparación corporal
para los estímulos ampliados e
intensificados, propios del entre-
namiento específico para un
deporte dado. Este tipo de entre-
namiento estructurado mediante
un programa de ejercicios no rela-
cionado directamente con ningún
tipo de deporte se presenta, ante
todo al comienzo de una tempora-
da o después de una prolongada
inactividad debida a una lesión,
una base para el ulterior entrena-
miento de una condición física
específica y especial. La condi-
ción física especial guarda una
relación directa con otros factores
decisivos para la eficacia del
juego. Por consiguiente el entre-
namiento específico ha de tener
en cuenta las necesidades pro-
pias de las competiciones a las
que debe corresponder el grado
de consecución y mejoramiento
del acondicionamiento físico
especial, a partir de la condición
física previa cuya transformación
en la específica constituye el arte
del buen entrenar.
Las ventajas decisivas del
entrenamiento de la condición físi-
ca específica con su empleo
directo en el juego dejan sólo
poco espacio para los ejercicios
de acondicionamiento general
dentro del programa de entrena-
miento futbolístico:
1. Los jugadores se concentran
en el desarrollo y curso del
juego, por lo que no experi-
mentan de modo directo las
exigencias de la condición
corporal.
2. Las capacidades técnicas, los
comportamientos tácticos y,
ante todo, los factores psíqui-
cos se perfeccionan conjunta-
mente.
3. La motivación por medio del
juego para aumentar la capa-
cidad de rendimiento de los
jugadores.
Con este fin proponen unas
series de ejercicios en forma de
juego que contienen en su debida
proporción los factores de acondi-
cionamiento —fuerza, velocidad y
resistencia— y permiten un entre-
namiento racional, acorde con las
exigencias del juego de fútbol.
Caben, naturalmente, otras for-
mas de ejercicios, procedentes de
un juego con reglas variadas, que
no analizaremos aquí, pero funda-
mentalmente hay que tener siem-
pre en cuenta un principio básico:
cuanto más reducido sea el grupo
de ejercitantes, tanto mayor será
la exigencia de la condición física
individual.
PERFECCIONAMIENTO DE LA
FUERZA
Al igual que otros juegos de
balón, el fútbol no crea situacio-
nes para sus practicantes sino las
que requieren un empleo corto de
la fuerza máxima. Por esta razón,
el entrenamiento de fuerza en fút-

bol se refiere más a la mejora de
la llamada fuerza rápida necesaria
durante el empleo activo del cuer-
po en dos espacios: sobre el
suelo (dominio del balón, pase,
disparo) y en el aire (juego de
cabeza).
EJERCICIO 1
Forma de organización:
— Campo reducido (25 x 40 m)
con 1 portería reglamentaria.
— 1 portería delimitada por ban-
derines, de 3 m de anchura,
situada 25 m delante de la
portería reglamentaria.
— 1 TW neutral.
— 2 equipos de 2 jugadores
cada uno: 1 atacante contra 2
defensas en el campo y 1 ata-
cante para el cambio del ejer-
cicio, situado detrás de la por-
tería marcada con los banderi-
nes.
Objetivo/regla:
— 1 atacante juega contra 2
defensas en una portería.
— Al conseguir el atacante el
tanto, el TW lanza el balón
con la mano al 2.º atacante
situado detrás de la portería
de los banderines. Este vuel-
ve a jugar contra 2 defensas;
si el balón sale fuera o es
detenido: el TW lanza el balón
a uno de los dos defensas.
— Si un defensa recupera el
balón o lo recibe el TW, reali-
za un contraataque individual
en condición de 1:1 contra el
atacante y procura marcar un
tanto en la portería pequeña.
— Después de un contraataque
victorioso contra la portería de
banderines: cambio de pape-
les y contraataque del atacan-
te;
— Un tiro certero a la portería de
banderines = 1 tanto para el
equipo defensor.
— Balón fuera durante el contra-
ataque: nuevo contraataque
del 2.º atacante.
— 3 corners = 1 tiro de penaliza-
ción para el equipo atacante.
— Tiempo de juego: 5 minutos
(fig. 1).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Empleo de la fuerza corporal
en competición entre dos.
— Perfeccionamiento técnico:
conducción del balón con opo-
sición.
— Perfeccionamiento táctico:
juego personal, tiro a puerta,
marcaje del atacante y pase.
EJERCICIO 2
Forma de organización:
— 1 medio campo con 1 portería
reglamentaria.
— 2 equipos de 4 jugadores
cada uno: 2 jugadores están
situados delante de la portería
en posición 2:2, 1 jugador de
cada equipo es el ejecutor de
los saques de esquina situado
al lado del banderín de corner
con 3 balones y 2 jugadores
emparejados 1:1 colocados
fuera del área de penalty.
Objetivo/regla:
— Jugadas contra la portería sin
TW, después del saque de
esquina.
— Cada ataque se realiza por el
flanco del córner correspon-
diente al equipo que fue el últi-
mo en conducir el balón.
— Los goles pueden hacerse
sólo con la cabeza o con vole-
as a pase directo efectuado
1215
con la cabeza (también por los
jugadores situados fuera del
área).
— Después de la ejecución del
tanto: nuevo ataque con lan-
zamiento de córner durante el
cual el balón ha de ser devuel-
to por el defensa más cercano
hacia la posición del lanzador,
antes de ser jugado de nuevo;
en caso contrario: 1 minuto de
penalización.
— Después de un balón lanzado
fuera o a córner: nuevo ata-
que mediante el lanzamiento
de esquina del equipo atacan-
te; los defensas recogen el
balón, lo pasan al lanzador
desde la esquina y sólo enton-
ces se sitúan para defender el
saque, si no lo hacen a tiempo
quedan castigados con la pér-
dida del balón.
— Los balones rechazados hacia
el campo serán recogidos por
los jugadores situados fuera
del área de penalty en una
lucha 1:1 y pasados al área de
córner propia.
— 3 centros rechazados al cór-
ner sin recuperación previa
del balón o 3 faltas consecuti-
vas cometidas por el equipo
defensor = 1 tanto adicional a
favor del equipo atacante.
— A la mitad del tiempo: cambio
de posiciones y funciones
dentro de ambos equipos.
— Tiempo de juego: 2 x 5 minu-
tos (fig. 2).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Fuerza corporal y agresividad
en competición entre dos.
33
1216

34
1217

35
1218
— Perfeccionamiento técnico:
juego con la parte interior,
exterior y empeine del pie;
juego de cabeza.
— Perfeccionamiento táctico:
juego de cabeza en ataque y
defensa; tiro a la portería; cen-
tros desde los flancos.
Comentario:
Durante el ejercicio 1 el guar-
dameta (TW) debe disponer de
varios balones para no perder el
tiempo en recogerlos. Dentro del
mismo ejercicio y con el fin de
reforzar la actividad de lucha, sólo
deben pitarse y sancionarse las
faltas graves para que los jugado-
res aprendan el empleo enérgico
de sus fuerzas corporales.
Las reglas del juego durante el
segundo ejercicio deben llevar a
los jugadores a no entorpecer el
juego de cabeza del contrario,
sino a concentrarse en rechazar y
defender los balones. Si se traba-
ja con jugadores poco experimen-
tados que no dominan todavía los
centros largos desde las esquinas
del campo, el ataque puede ini-
ciarse con un simple saque de
banda. El reparto reglamentado
del juego de ataque y de defensa
junto con los disparos a la portería
aseguran no sólo la rápida conti-
nuidad del juego, sino que sirve
de aliciente para el vigoroso juego
de cabeza de los atacantes.
Perfeccionamiento de la veloci-
dad
La velocidad es imprescindible
en el fútbol para realizar sprints
sin balón durante los frecuentes y
sorprendentes cambios de posi-
ción (reacciones), o bien para
efectuar un cambio planificado de
las situaciones (acción). Por el
contrario, la conducción rápida del
balón debe enseñarse en forma
de perfeccionamiento técnico; una
conducción imperfecta del balón
es el obstáculo para la consecu-
ción de la velocidad individual
máxima de los jugadores.
36
EJERCICIO 3
Forma de organización:
— 1 medio campo con portería
reglamentaria y señalización
del área de penalty.
— 2 equipos compuestos de 3
jugadores cada uno, de los
que: 2 jugadores de cada
equipo se sitúan en cada late-
ral fuera del área de penalty
en lucha de 2 x 1:1 y 1 dentro
del área o bien delante de la
portería.
— 1 jugador neutral se sitúa 25
m delante de la portería con
varios balones.
Objetivo/regla:
— Juego en una portería.
— Cada jugador atacante juega
contra su contrincante fuera
del área de penalty en cada
ala en función de extremo.
— El tercer jugador de campo del
equipo atacante juega como
delantero centro en la proximi-
dad de la portería, mientras el
3.º del equipo defensor actúa
como TW en la portería.
— El jugador neutral juega siem-
pre con el equipo en posesión
del balón.
— Cada ataque ha de transcurrir
siempre mediante la colabora-
ción del neutral con su extre-
mo atacante (pase vertical o
jugada en pared).
— Los tantos pueden obtenerse
sólo por el delantero centro al
rematar los centros retrasa-
dos con tiros directos o rema-
tes; si no se consiguen, el
balón pasa al jugador neutral.
— Al conseguirse el tanto, salir el
balón fuera o a córner: saque
del TW con la mano al jugador
neutral y nuevo ataque con
pase de éste al extremo del
equipo que realizó el último
ataque.
— Durante la recuperación del
balón por el equipo defensor
en el campo: cambio de posi-
ciones de los jugadores, pase
del balón al jugador neutral,
cambio de delanteros centros
y del portero, continuando el
juego anterior.
— Los jugadores del campo jue-
gan con sólo 2 toques de
balón.
— Un gol conseguido = 2 tantos.
— 2 pasos directos hacia el
mismo atacante extremo, uno
detrás del otro, sin que éste
haya cambiado de posición =
1 tanto (fig. 3).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Rapidez de entrada y retroce-
so.
— Perfeccionamiento técnico:
juego con la parte interior,
exterior y empeine del pie.
— Perfeccionamiento táctico:
juego de 2:1 en las alas, el
pase doble, el desmarque, el
tiro a puerta.
EJERCICIO 4
Forma de organización:
— Campo reducido (20 x 40 m),
sin portería.
— 2 equipos de 2 jugadores en
el campo en formación de 2 x
1:1.
— 1 jugador neutral por equipo
como iniciador del juego en
ambas líneas del campo.
Objetivo/regla:
— Juego de un equipo desde un
jugador neutral al otro, ida y
vuelta; sin pérdida del balón =
1 tanto.

— Los neutrales juegan siempre
con el equipo que posee el
balón con pases rasos a la
carrera hacia el atacante y no
deben ser atacados.
— El balón puede ser recupera-
do sólo dentro del campo.
— Los atacantes pueden jugar el
balón en el campo sólo una
vez con un máximo de 2
toques (sin dribling y varios
pases entre ellos).
— Están permitidos los pases
atrasados al mismo jugador
neutral.
— Al fallar el pase a un jugador
neutral: pérdida del balón.
— Al producirse la pérdida del
balón: cambio de objetivos
entre ambos equipos.
— Tiempo de juego: 5 minutos
(fig. 4).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Rapidez de entrada al contrin-
cante para forzarle a efectuar
el pase.
— Perfeccionamiento técnico:
juego con la parte interior,
exterior y empeine del pie.
— Perfeccionamiento táctico:
desmarque, juego de conjunto
sin balón mediante el cambio
de posición, carrera en curva,
pases verticales en carrera.
Comentario:
En el ejercicio 3, los jugadores
disponen de varios balones. La
regla con 2 pases directos a los
mismos extremos obliga a los
defensas a efectuar un marcaje
estrecho hombre a hombre y
entrarle al contrincante con rapi-
dez, abriendo con esto los espa-
cios para unas carreras rápidas,
obligando a los neutrales a efec-
tuar pases precisos. Los objetivos
de las parejas de jugadores pue-
den modificarse libremente duran-
te el juego, por lo que todos los
jugadores están obligados a reali-
zar entradas muy rápidas.
En el ejercicio 4, los jugadores
neutrales realizan el pase vertical
preciso en carrera del atacante
sólo cuando éste se haya librado
claramente del contrincante,
habiendo creado el espacio para
el pase sin peligro de su intercep-
ción. Una observación a este res-
pecto: cambio de posiciones por
medio de cruces y carreras en
curva, creación de espacios para
el pase del compañero.
La regla de poder jugar el
balón sólo una vez y con 2 toques
dentro del campo, impide la reali-
zación de jugadas entre ambos
jugadores del campo y obliga a
realizar unas carreras rápidas y
frecuentes de sostenida duración,
de acuerdo con el propio objetivo
de acondicionamiento físico.
Ambos jugadores neutrales
pueden formar una especie de
tercer equipo que puede realizar
jugadas en el campo; en este
caso se estima que los pases
equivocados entre los neutrales
significan la pérdida de un tanto
en el juego siguiente.
Perfeccionamiento de la resis-
tencia
Dentro del entrenamiento
especial de la condición física, la
resistencia de velocidad y la fuer-
za de velocidad cobran una
importancia especial mediante la
distribución interválica de las car-
gas, propias del juego. Mediante
un constante cambio de las exi-
gencias máximas y de las fases
cortas de esfuerzos más reduci-
dos se va dibujando la forma típi-
ca del juego de fútbol, con su exi-
gencia de fortalecimiento de la
resistencia del jugador mediante
unos ejercicios en forma de juego.
1219
EJERCICIO 5
Forma de organización:
— Campo de juego delimitado
(15 x 15 m) sin portería.
— 4 jugadores de campo: 2 en
pareja con marcaje 1:1 y 2
como neutrales.
Objetivo/regla:
— 1 jugador dribla y protege el
balón contra 1 defensa en
forma 1:1.
— 2 jugadores neutrales juegan
sólo con un toque de balón en
forma de «frontón» siempre
con el que lleva el balón.
— Cada paso doble conseguido
= 1 tanto.
— Pérdida del balón: cambios de
equipos.
— Juego de uno contra todos
con duración de 2 minutos
cada prueba. ¿Quién logra el
mayor número de tantos?
— Fallo del pase de un neutral: 1
tanto menos en su haber y
cambio de equipos con una
defensa hasta la conclusión
del juego de 2 minutos de
duración (fig. 5).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Resistencia de velocidad.
— Perfeccionamiento técnico:
conducción del balón, juego
con la parte interior, exterior
del pie y el empeine.
— Perfeccionamiento táctico:
protección del balón, doble
pase.
37
1220
EJERCICIO 6
Forma de organización:
— Campo de juego delimitado
(20 x 30 m) con 2 porterías.
— 2 TW neutrales.
— 2 equipos compuestos cada
uno de 4 jugadores de campo;
división por parejas en forma
de 4 x 1:1.
Objetivo/regla:
— Juego a 2 porterías.
— Ambos jugadores de una
pareja pueden conducir el
balón y driblar en forma de
medios (MFS), los restantes
les ayudan en las jugadas en
forma de «frontón» con sólo
un toque de balón.
— Por lo menos cada tercer pase
ha de ir dirigido al medio del
equipo que posee el balón, en
el caso contrario: pérdida del
balón.
— Pasados 2 minutos de juego
éste pasa a otra pareja de los
MFS en ataque y defensa, sin
interrupción del juego.
— ¿Qué equipo gana después de
8 minutos de juego? (fig. 6).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Resistencia de velocidad y de
fuerza de velocidad en las
entradas y luchas individua-
les.
— Perfeccionamiento técnico:
conducción del balón, juego
con la parte interior, exterior
del pie y el empeine.
— Perfeccionamiento táctico:
juego individual, pasos
dobles, tiro a la portería,
pases, juego posicional, des-
marque.
38
Comentario:
En el ejercicio 5, el defensa pro-
cura impedir el pase doble que sig-
nifica la consecución de un tanto;
regla adicional: posesión del balón
durante 10 segundos sin pase = 1
tanto.
Las dimensiones del campo
facilitan la ejecución técnica del
juego, pero, a la vez, aumenta las
exigencias de condición física. En
el ejercicio 6 puede intervenir un
5.º jugador en cada equipo como
MTW, con lo que los MFS, des-
pués de 2 minutos de juego, cam-
bian de equipos para descansar,
mientras otra pareja de jugadores
se encarga del mismo objetivo
como MFS. El cambio de objetivos
sin interrupción del juego puede
realizarse por orden del entrena-
dor, previo aviso; en tal caso el
MFS que posee el balón lo pasa a
su «perseguidor» y ambos cam-
bian sus funciones.
Si los defensas se limitan a
cubrir sólo el área delante de la
portería, entra en juego una regla
adicional: posesión del balón
durante 15 segundos por un equi-
po = 1 tanto.
EJERCICIO 7
Forma de organización:
— Campo de juego normal con 2
porterías.
— 2 equipos compuestos de 8
jugadores y 1 portero cada
uno.
Objetivo/regla:
— Juego a 2 porterías.
— Sólo puede obtenerse un tanto
cuando todos los jugadores del
equipo que posee el balón se
encuentran en la mitad del
campo del equipo defensor.
— Recuperado el balón, su pose-
sión y tiro a puerta han de rea-
lizarse en 20 segundos, en
caso contrario, pérdida del
balón.
— Realizada una parada o des-
viado el balón por el portero,
saque de esquina; cualquier
otra interrupción del juego sig-
nifica nuevo comienzo de 20
segundos de acción ofensiva a
partir del primer contacto.
— Cada jugador dispone sólo de
2 toques de balón; si no, pérdi-
da del balón.
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Resistencia general.
— Perfeccionamiento táctico: com-
binaciones rápidas culminadas
con el tiro a la portería; rápido
retroceso para ocupar posicio-
nes defensivas; rápido cambio
de defensa en ataque.
EJERCICIO 8
Forma de organización:
— Campo de juego normal con 4
banderines de córner (sin por-
terías).
— 2 equipos de 8 jugadores cada
uno dividido por pares 1:1,
cada 2 parejas forman un
grupo (2 x 1:1) con numeración
consecutiva de 1 a 4.
Objetivo/regla:
— Mantener el balón en la propia
fila.
— Cada uno juega solo contra su
oponente directo.
— El conductor del balón hace un
pase largo al jugador con el
número siguiente, de por lo
menos 20 metros; al no conse-
guirlo, pérdida del balón (2
posibilidades de realizar la
jugada).
— Iniciado el juego hacia el grupo
siguiente de jugadores, ambas
parejas de jugadores del último
grupo en posesión del balón,
corren alrededor del banderín
de córner antes de poder reci-
bir de nuevo el pase para la
siguiente jugada.
— Todos los jugadores del equipo
que lancen un balón fuera, han
de realizar ejercicios gimnásti-
cos hasta que el balón sea

devuelto, iniciándose de
nuevo el ejercicio.
— 5 jugadas sin pérdida del
balón = 1 tanto.
— Duración del juego: 5 minutos
(fig. 7).
Objetivos del ejercicio:
— Condición física.
— Resistencia de velocidad.
— Perfeccionamiento técnico:
juego con el empeine del pie,
recepción del balón y dominio
del mismo.
— Perfeccionamiento táctico:
desmarque, fintas.
Comentario:
Los ejercicios 7 y 8 afectan a
todos los jugadores del grupo. En
el ejercicio 7, los porteros TW
deben disponer de varios balones.
En este ejercicio, la regla de 20
segundos de posesión del balón,
el abandono rápido de la propia
mitad del campo para poder obte-
1221
ner el tanto y la reducción de los
toques del balón a sólo 2, impri-
men un ritmo de juego tan trepi-
dante que el efecto de resistencia
física salta a la vista.
En el ejercicio 8, ambos equi-
pos deben diferenciarse perfecta-
mente por las camisetas.
La carrera alrededor de los
banderines de córner constituye
un ejercicio de acondicionamiento
general y ofrece a la vez, por su
dificultad, las ventajas de un ejer-
cicio de orientación para los juga-
dores en posesión del balón que
han de efectuar los pases largos.
Este ejercicio asegura también la
fluidez del juego.
39
1222
Algunos determinantes de la
efectividad de los tiros a puerta
durante los campeonatos
mundiales de fútbol en
España-1982
Texto: Wladzimierz Stronczynski; Krystian Norek. Publicado en la revista «Sport
Wyczynowy», de Polonia, en 1983. Número 10. Páginas 7-11.
Traducción y adaptación: Casimiro Tylko.
Aevaluación de las acciones de los jugadores en el
L curso de un encuentro de fútbol depende, en gran
parte, del resultado obtenido por el equipo. La conse-
cución de un mayor número de tantos que el contrin-
cante identifica con la representación de un nivel
deportivo superior, puesto que todas las actividades
técnico-tácticas realizadas han de conducir a la conse-
cución de este fin. Sin embargo las investigaciones que
determinan el coeficiente de seguridad e infalibilidad de
las diferentes actividades técnicas demuestran que los
disparos a la portería —elemento decisivo para el
resultado del encuentro— son menos estables que los
demás elementos técnico-tácticos, tales como los
pases, driblings, recepciones del balón, intercepción y
conducción del mismo. Algunos autores polacos
demostraron además que el mayor número de tantos
se consigue con disparos lanzados desde la zona cen-
tral del área de penalty, que los disparos más frecuen-
tes se realizan con el empeine directo o lateral, corres-
pondiendo el mayor porcentaje de eficacia al golpeo del
balón con la parte interior del pie.
Los resultados obtenidos por dichos autores sir-
vieron de base para ampliar el análisis de algunos
parámetros de eficacia de los disparos a la portería
realizados por los futbolistas de alta cualificación.
Los encuentros de los Campeonatos Mundiales
España’82 fueron registrados con el empleo del
video, dividiéndose el juego en fases de 15 minutos
de duración. A continuación se procedió a la lectura
de unas características seleccionadas de todos los
disparos certeros realizados, es decir, de todos los
tiros eficaces. En la observación se tuvo en cuenta el
modo de prepararse el jugador para la ejecución de
un disparo certero, los pases del balón hacia la porte-
40
ría con el llamado «primer toque», así como la ejecu-
ción de un disparo eficaz después de una acción indi-
vidual, lo que significa que el jugador, antes de con-
seguir el tanto recibía el balón, lo conducía, regatea-
ba a los contrincantes y, en definitiva, estaba algún
tiempo en posesión del balón.
El parámetro que determina el carácter de la eje-
cución del disparo a la portería es la diferente altura
del vuelo del balón. El golpeo certero determina la
colocación del balón en un sector dado de la portería.
Según la altura del vuelo, el balón se coloca dentro de
la portería, traspasándola a diferentes alturas.
Teniendo en cuenta la altura de la portería, se la
dividió en tres partes iguales definiéndolas como
parte superior, de media altura e inferior. Como pun-
tos de referencia a la hora de determinar dicha divi-
sión de la portería se tomaron las partes del cuerpo
del guardameta en posición de pie. La parte inferior
de la portería quedó determinada desde el suelo
hasta la línea de las caderas; la altura media com-
prendía el área desde la línea de las caderas hasta la
cabeza, mientras la parte superior iba de la línea de la
cabeza hasta el travesaño.
Esta división de la portería tuvo por objeto la con-
frontación de la fase de preparación del disparo (gol-
peo sin recepción del balón y con su dominio previo)
y el modo de realización del disparo (considerándose
los parámetros del movimiento del balón) con el lugar
en que el balón sobrepasa «el diámetro interior» de la
portería.
El análisis del material recogido de este modo ofre-
ce múltiples indicios prácticos para el entrenamiento,
referentes especialmente a la táctica de la lucha de
los futbolistas.

La división del encuentro en seis partes (tabla 1)
resaltó la importancia de las fases centrales de cada
mitad del encuentro, durante las cuales se consiguió el
mayor número de tantos. Resulta claramente superior
el número de tantos conseguidos en la segunda mitad
del encuentro. Los resultados obtenidos confirman las
opiniones de otros autores.
Estos resultados empíricos resaltan la importancia
significativa de las fases centrales, cosa relacionada
probablemente con la consecución del ritmo del juego
con los contendientes. Seguramente también los índi-
ces inferiores de eficacia en las fases III y VI se deben
al creciente cansancio psicofísico de los jugadores, así
como a la táctica del juego (deseo de mantener el
resultado que impone una mayor concentración en las
acciones defensivas). El entrenador nacional J. Gmoch
apunta la importancia del cansancio psíquico de las
defensas en las fases centrales —II y V— la nueva
concentración de las mismas acontece después de la
pérdida de tantos.
La táctica del juego de fútbol moderno y de más alta
categoría deportiva, demostrada por los equipos más
destacados durante los Campeonatos Mundiales, es
muy precisa y se basa en gran parte en la anticipación
a las actividades del contrario.
En la fase inicial del juego (primera mitad del juego)
se emprenden, por lo general, acciones técnico-tácti-
cas encaminadas a descubrir y conocer los puntos
fuertes y flacos del juego del equipo contrario. El juego
se basa principalmente en las actividades integradas
de la línea de defensa y de medios de ambos conjun-
tos (recordando un «encuentro de ajedrez»). Hay que
tener en cuenta que las acciones del equipo que posee
el balón no han de tener forzosamente carácter ofensi-
vo. Las jugadas de los diferentes componentes del
equipo se rigen por las razones tácticas, cuyo fin con-
siste en descubrir el esquema del procedimiento del
equipo contrario, así como en modificar el ritmo y velo-
cidad de juego del equipo rival. Esto se refleja en la efi-
1223
cacia de las acciones ofensivas que, en la primera
parte del encuentro, es considerablemente más baja
que en las fases siguientes.
Se puede suponer que la mayor eficacia de la
segunda mitad es, en cierto modo, el resultado de una
decisión de realizar el juego por las zonas más débiles
del equipo contrario en ese momento. Dado que cada
encuentro, en una competición deportiva de la catego-
ría de los Campeonatos Mundiales, es decisivo para la
eliminación de un equipo o para su paso a las fases
superiores, el juego en la segunda mitad del encuentro
se hace más «abierto». Esto significa una mayor fre-
cuencia de disparos a la portería (lo que se confirma
por el mayor índice de eficacia).
Dentro de la estrategia de investigación referente a
la eficacia de los disparos, centramos también la aten-
ción en las acciones de los jugadores-goleadores, en
los momentos inmediatos que preceden la ejecución
de un disparo certero. Se aceptó la división en dos gru-
pos de situación: en el primero se tuvieron en cuenta
los remates «al primer pase» y en ellos, los golpeos
con diferentes partes del pie, con la cabeza, etc. El
segundo grupo lo compusieron acciones encaminadas
a superar la defensa contraria por medio de regates,
fintas, conducciones del balón, concluidos con la con-
secución del tanto.
El análisis realizado teniendo en cuenta las fases
del juego y referente a la consecución de los tantos con
remates directos, así como, con un contacto algo pro-
longado con el balón, muestra la superioridad cuanti-
tativa del grupo de los golpeos sin parada del balón
(tabla 2).
La distribución de la eficacia en las diferentes fases
del juego, aquí conseguida, constituye la confirmación
de la tesis según la cual el juego cada vez más perfec-
to de las líneas defensivas obliga al contrincante a rea-
lizar las jugadas con el balón con un ritmo muy rápido.
Las acciones compuestas de 2-4 pases antes del dis-
paro son las más eficaces, cosa que confirma la litera-
41
1224

tura más reciente. La falta de libertad en el manejo del me de la eficacia de tal golpeo. Los tiros de penalty
balón (pressing), el tiempo reducido de acción, obligan suelen dirigirse hacia los sectores inferiores de la por-
a los jugadores a emplear golpes «al primer pase», sin tería, mientras los golpes francos eficaces hacen que el
previo dominio del balón. balón «corte» la parte superior del área delimitada por
Concluida la acción del equipo atacante, el balón los postes y el travesaño (tabla 4).
golpeado se dirige a distinta altura hacia la portería del
equipo que se defiende. Esto se debe, entre otras
cosas a una determinada posición del balón en relación
con el suelo en el momento de efectuar el disparo.
Como lo indica la tabla 3, al jugador le resulta más fácil
efectuar un disparo preciso desde abajo, cuando el
balón rueda sobre el suelo, que desde el aire con el pie
o con la cabeza. Es evidente que le resulta considera-
blemente más difícil colocarse en una posición ade-
cuada para realizar un disparo de este tipo. Además, la
trayectoria del vuelo del balón golpeado de volea o con
la cabeza es más alta, menos exacta, porque con la
elevada velocidad y variabilidad del juego, no le es fácil
al jugador evaluar los parámetros espacio-temporales
de su vuelo y ajustar a él el gesto de golpeo. Durante
el disparo desde el suelo, el movimiento de la pierna es Los datos contenidos en la taba 4 confirman fun-
más natural, por lo que se logra mayor dominio y eje- damentalmente las relaciones anteriormente observa-
cución que en el caso del tiro de volea o de cabeza. das. Se puede suponer que los movimientos del juga-
La máxima eficacia de los disparos con balones dor con el balón constituyen actividades que sirven en
pasados a ras de suelo señala la importancia del juego gran medida de señales para el guardameta.
bajo —rodando el balón por el suelo— en la fase final
del ataque. Los análisis de los Campeonatos
Mundiales de 1978 demuestran la máxima efectividad
de los pases rasos —75,9% de todos los pases. La
recepción del balón que rueda por el césped asegura,
en el momento decisivo, la precisión del golpeo que,
por regla general, se realiza de tal manera que el balón
alcance las regiones inferiores o superiores de la por-
tería. Podemos suponer que la mayor eficacia de los
tiros dirigidos al sector inferior de la portería se debe a
la agilidad de los guardametas, que, dada su estatura
corporal, juega un papel importante. La parte central de
la altura de la portería es la más resguardada debido a
la trayectoria más corta de la acción del guardameta
para defender los disparos dirigidos a este sector inter-
medio.
La eficacia conseguida con los disparos de volea Cuando la preparación para el golpeo del balón
demuestra que esta forma de concluir las acciones por el atacante es larga, el guardameta logra con
ofensivas dirige el balón a las regiones semialtas y mayor facilidad anticipar mentalmente el vuelo del
altas de la portería. Esta es la consecuencia del carác- balón (percepción del balanceo del cuerpo, del movi-
ter mismo del movimiento del golpeo desde el aire: el miento golpeante de la pierna, etc.). Por el contrario,
balón en el momento de su contacto con el pie del juga- el balón golpeado sin su previa recepción y dominio,
dor vuela por encima del suelo. La extremidad que gol- crea un peligro mucho mayor, porque es el factor sor-
pea está elevada por lo que la trayectoria del movi- presa el que desempeña entonces el papel principal.
miento de golpeo determina un vuelo más alto del La reacción del guardameta a la trayectoria del balón
balón. El análisis referente a los demás elementos téc- suele ser en tales casos tardía. Además existe mayor
nico-tácticos (juego de cabeza, fragmentos permanen- probabilidad de que el balón que está en movimiento,
tes del juego), no aporta observaciones de importancia. una vez golpeado adquiera un efecto rotativo, cosa
El remate de cabeza constituye, en gran parte, un gol- que dificultará aún más la determinación por el guar-
peo de situación, lo que confirma la distribución unifor- dameta de la trayectoria de su vuelo.

42

RESUMEN
Los criterios de efectividad de los golpeos del
balón, a saber: la puntería, la sorpresa del contrin-
cante, el imprimir al balón una velocidad adecuada,
determinan la efectividad del golpeo del balón. Las
observaciones realizadas durante los Campeonatos
Mundiales España’82 constituyen la confirmación de
la certeza de esos criterios.
Los lugares más difíciles para la defensa por el
guardameta son las regiones inferiores de la portería.
El acertar en dirigir el balón hacia aquellas regiones
crea grandes probabilidades de conseguir un tanto.
Esta observación debe servir como una valiosa indi-
cación a la hora de programar los entrenamientos de
los tiros a puerta y especiales para los guardametas.
En el entrenamiento de disparos a la portería hay que
insistir especialmente en que los golpeos del balón se
realicen con la oposición activa del defensa, para difi-
cultar la ejecución de los mismos.
También se hace imprescindible el perfecciona -
miento de los disparos bajos, a ras del suelo con un
efecto bien acentuado en la rotación del balón. Cobra
aquí una importancia especial el entrenamiento enca-
minado a perfeccionar los golpeos difíciles, es decir,
los disparos sin parar el balón. El entrenamiento de
1225
las jugadas tácticas con el balón en la última fase del
ataque, debe insistir en el juego raso, con el fin de
facilitar la ejecución de un disparo eficaz.
Se puede suponer que en condiciones de juego de
más alto nivel, jueguen un importante papel los pro-
cesos de decisión. Durante un partido importante, una
magnífica actuación cerca de la portería para conse-
guir un tanto puede crear miedo, dificultando la deci-
sión para efectuar el disparo, trastornando además
las funciones motrices del organismo. La toma de
decisión rápida crea precisamente el elemento sor-
presa, facilita una mejor preparación del gesto de gol-
peo, cosa que, a su vez, tiene relación con la posibili-
dad de imprimir al balón una velocidad adecuada para
la situación.
A la hora de estabilizar los parámetros técnico-tác -
ticos de los disparos hacia la portería, hay que tener
en cuenta que la máxima eficacia del juego pertenece
a aquel jugador que disponga de mayores predisposi -
ciones psíquicas, útiles para el juego a proximidad de
la portería del contrincante, tales como: la capacidad
para una rápida toma de decisiones, el equilibrio emo -
cional y una buena visión de la situación creada. Por
consiguiente, el prestar mayor atención al aspecto
psicológico del disparo a la portería se convierte en
una necesidad urgente en el entrenamiento.
43
1226

44
1227

45
1228
El portero
Texto: Joël Corbeau. Publicado en la revista «Education Physique et Sport», de
Francia, en 1983. Número 183. Páginas 57-59.
Traducción y adaptación: Mercedes Edo.
N un equipo de fútbol, el guardameta tiene un
E papel muy particular: es el único que tiene dere-
cho a utilizar las manos en su área de castigo y por
ello se le considera el último defensa pero no hay que
olvidar que también es al mismo tiempo el primer ata-
cante.
Tiene que impedir que el balón penetre en su por-
tería, ancha de 7,32 metros y alta de 2,44 metros;
entre sus cualidades hay que destacar la concentra-
ción, la sangre fría, la presencia de ánimo y la iniciati-
va, sin dejar de lado otras muchas cualidades como
energía, dinamismo, buenos reflejos, agilidad y arrojo.
En su entrenamiento destacan pues los ejercicios
específicos, sin excluir una preparación física idéntica
a la de los demás jugadores del equipo, especialmen-
te en lo que respecta a todas las sesiones de trabajo
aeróbico (trabajo inferior a 170 puls./min.). En el
aspecto anaeróbico (trabajo de duración muy corta,
185 a 200 puls./min.), la intervención del portero es
muy breve, aunque a veces sea repetida y su esfuer-
zo es de tipo aláctico, permitiéndosele numerosos
tiempos relativos de reposo.
En la primera parte presentamos un conjunto de
ejercicios, de intensidad y dificultad progresivas, sim-
ples. Constituyen la base de los diferentes gestos úti-
les y necesarios para el guardameta, teniendo en
cuenta las características señaladas un poco más
arriba.
Estos ejercicios se pueden dividir en cuatro gru-
pos:
— Calentamiento.
— Juego en la línea de meta.
— Salidas: de frente, laterales.
— Despejes.
En la segunda parte proponemos juegos de apli-
cación.
46
EJERCICIOS
Calentamiento
— Rotaciones de hombros, con saltos intercalados,
al trote (rotaciones de brazos, adelante, atrás,
simultáneas, alternativas).
— Rotación de tronco, piernas separadas.
— Manipulaciones de balón con las manos (entre las
piernas, por detrás de la nuca, alrededor del tron-
co, etc.).
— Saltar a la comba (ejercicios para tobillos, piernas,
muñecas).
— Lanzamientos como en balonmano con una
mano, seguidamente con la otra.
— Lanzar el balón hacia arriba, de volea, recogerlo
antes de que toque el suelo.
Juego en la línea de meta
ORGANIZACION
Expondremos cinco situaciones diferentes que
pueden ser objeto de un trabajo individual o colectivo
con el portero.
Ejemplo: Situar al portero varios jugadores con un
balón (distancia variable: de 2 a 5 metros) y ejecutar
el ejercicio en sucesión rápida.
— En el sitio, bloquear los balones que los jugadores
envían cada vez más fuerte, a alturas variables,
desde la altura de las rodillas hasta la cabeza.

Para la musculación, este mismo ejercicio puede
realizarse con balón medicinal.
— Desplazamientos rápidos sobre la línea de porte-
ría para recoger o bloquear el balón, situándose
obligatoriamente detrás de éste (sin tirarse en
plancha). [Dibujo n.º 1]
— En cuclillas: balones a ras de tierra, hacia un lado;
plancha del portero; apenas levantado, recibe otro
balón del mismo lado; hay por tanto progresión
hacia un lado; lo mismo del otro para volver al
punto de partida.
1229
— El mismo ejercicio pero fuera de la portería, el
balón tiene que pasar entre las piernas del porte-
ro antes de que éste se tire en plancha para
cogerlo. [Dibujo n.º 2]
— Juego en la línea de cinco metros: balones bom-
beados y búsqueda de un gesto que permita
rechazar el balón por encima del larguero
mediante un desequilibrio hacia atrás (palma de
la mano, o puño, brazo y cuerpo entero en exten-
sión).
47
1230

48

Salidas
DE FRENTE
— Los jugadores van llegando de uno en uno frente
al portero, conduciendo obligatoriamente el balón;
hacer hincapié en que la salida del portero debe
realizarse sin titubeos, con la máxima concentra-
ción y sin perder nunca de vista el balón que tra-
tará de coger siempre con las manos, empleando
el resto del cuerpo como barrera; a partir del
punto de penalty, los jugadores avanzarán con
rapidez hasta la portería.
LATERALES
— Se considera la línea que une el punto de penalty
y el centro de la portería como… una portería,
perpendicular a la meta verdadera. El portero se
situará en esta línea donde tendrá que parar
balones altos y a media altura. Como variante, un
grupo de jugadores se encuentra en esa zona
(para dificultar juego, primero pasivamente y des-
pués tratando de meter goles). El portero tiene
que parar los balones o golpearlos con el puño,
según la consigna que le haya sido dada. [Dibujo
n.º 3]
Despejes
— Con la mano, lanzamiento tipo jabalina, como en
balonmano.
— Con el pie, de volea o media volea. Búsqueda
de la precisión y seguidamente de la distancia
mediante repeticiones; trabajar con blancos, primero
con fijos y después con móviles.
Hay que insistir en la preparación del despeje con
visión anticipada del juego, antes incluso de la recep-
ción del balón, con el fin de favorecer el contraataque
(portero = primer atacante).
JUEGOS
Se utilizan dos porterías situadas muy cerca una
de otra (20 m): una portería normal y otra móvil colo-
cada enfrente, en la parte superior del arco que pro-
longa el área de castigo.
1231
Uno contra uno con porteros
Juego para ejercitar las salidas. Dos equipos (azu-
les y rojos por ejemplo), un guardameta en cada equi-
po situándose cada uno de ellos en su correspondien-
te portería.
El jugador azul se sitúa en la línea de meta, el rojo
hace lo mismo enfrente suyo; se lanza un balón al
punto de penalty y ambos jugadores deben disputárse-
lo intentando meter cada uno el mayor número de
goles posible en un minuto o minuto y medio (según la
edad de los jugadores); en cuanto el balón sale de la
superficie de juego, se mete inmediatamente otro en
juego para evitar toda pérdida de tiempo; se van con-
tabilizando los goles marcados por los diferentes juga-
dores en cada equipo. [Dibujo n.º 4]
Todos los demás jugadores esperan su turno alre-
dedor de la superficie de juego y se encargan de reco-
ger los balones que salen fuera.
Seis contra seis, con porteros
Se trata de practicar el juego en la línea de portería
y de ejercitar los reflejos.
Juegan dos equipos de seis jugadores y un guarda-
meta para cada equipo. Se utiliza la misma superficie
que en el juego anterior. El portero pasa el balón a un
compañero, éste se lo pasa a otro y el siguiente tiene
que tirar a puerta obligatoriamente (dos pases máxi-
mo). Se permite tirar a puerta sin dar el segundo pase,
pero no se permiten más de dos toques de balón.
Desde el momento en que un contrario arrebata el
balón, se vuelve a contar desde cero.
MATERIAL PARA ESTOS DOS JUEGOS
— 2 juegos de dorsales de color diferente.
— 1 portería móvil.
— 11 balones (5 dentro de cada una de las porterías,
1 en juego).
Porterías muy juntas, pero situadas en una misma
línea
Se trabaja la rapidez y las salidas laterales. [Dibujo
n.º 5]
— 2 equipos de 6 jugadores y un portero en cada
equipo.
— 4 porterías móviles de fútbol a 7 (de 6 m de ancho).
— 1 balón.
— 2 juegos de dorsales de color diferente.
Limitando el número de toques de balón entre los
jugadores de campo, se obtiene un juego más rápido
y más ligero (por ejemplo, dos toques máximo: prime-
ro dominar el balón y luego un pase por jugador).
49
1232
Porterías perpendiculares
Se ejercitan las salidas laterales y los tiros bombe-
ados. [Dibujo n.º 6]
— 2 equipos de 4 jugadores y un portero en cada
equipo.
— 2 porterías móviles.
— 1 balón.
— 2 juegos de dorsales de diferente color.
Las mismas observaciones que para el juego ante-
rior; cambiar de campo en la mitad del juego.
Importante: Por medida de seguridad, es necesa-
rio fijar en el suelo las porterías móviles una vez que
se encuentran en su sitio; suele hacerse con amarras
especiales.
50
Gana-terreno
Trabajo de los despejes (con la mano o con el pie,
de volea o semi volea).
Todos estos ejercicios muy simples pueden incluir-
se en cualquier sesión de entrenamiento ya que, aun-
que sean más específicos del portero, también son
útiles para todos los demás jugadores del equipo que
son los encargados de suministrarle los balones,
practicando así el juego frente al portero y las accio-
nes delante de la meta.
En esta relación de juegos —no limitativa— se
hace especial hincapié en el trabajo perpendicular a la
meta; el portero debe ser el amo tanto en su línea de
portería como en la mayor parte del área de castigo
(principalmente hasta el punto de penalty). Si consi-
gue inspirar confianza a sus compañeros de equipo y
respeto a sus adversarios, sin duda se hará dueño del
juego e incluso muchas veces de su resultado.

Resultados de la cooperación del
entrenador y el psicólogo
Texto: Jan Zadrazil. Publicado en la revista «TRENER» de Checoslovaquia, en 1983.
Número 5. Páginas 217-218.
Traducción y adaptación: Dolores Aguado.
S indiscutible de que en los deportes de equipo
E más populares, especialmente, en aquellos equi-
pos que aspiran a clasificarse en los primeros puestos
de las competiciones más importantes, debería pres-
tarse una especial atención a la preparación cualitati-
va de todo jugador, entre otras cosas, porque de ella
dependen los resultados en los encuentros decisivos.
El buen rendimiento deportivo de cada jugador
está determinado, principalmente, por el talento, es
decir, la unión favorable de todas aquellas aptitudes y
cualidades que permiten realizar de forma creativa
una actividad determinada y obtener en dicha activi-
dad máximos resultados. Uno de los hechos más
importantes es la selección e introducción dentro del
equipo de un jugador nuevo. Utilizando métodos com-
probados y verificados el psicólogo puede realizar un
análisis de la personalidad del aspirante, certificar el
nivel de las aptitudes exigidas, de las cualidades
caracteriales, del temperamento y con sus datos ayu-
dar al entrenador a elaborar el perfil característico del
nuevo jugador, así como a hacerse una idea objetiva
de cómo utilizarlo en el equipo. Es sorprendente que
hasta ahora en la mayoría de los equipos no se cuen-
te con la colaboración fija de un psicólogo especialis-
ta que debería actuar en calidad de consejero del
entrenador en la preparación psicológica tanto de
cada uno de los jugadores como de todo el equipo.
Cuando el entrenador de uno de los mejores equi-
pos de fútbol juveniles solicitó la verificación de las
cualidades y aptitudes psicológicas de los jugadores
de dicho equipo (perteneciente a la 1.ª liga juvenil) se
eligió, como el más apropiado y por razones de tiem-
po, el cuestionario de Eysen, que pone de manifiesto
la existencia de tendencias neuróticas y el de Leary
que clasifica a los individuos según los diferentes gru-
pos de rasgos característicos, como pueden ser, por
ejemplo, el tipo dominante, enérgico, agresivo, reser-
vado, adaptativo, influenciable, etc. Para valorar el
coeficiente de inteligencia (CI) se eligió un test ins-
tructivo comprobado. Los métodos empleados se
1233
consideran el mínimo todavía suficiente para cumplir
el cometido deseado siempre que éstos se completen
con una entrevista personal. Para ello se elaboró un
conjunto de cincuenta preguntas que se le presenta-
ban al jugador dado en el transcurso de una hora. Se
prestaba una gran atención a las anotaciones sobre el
nivel de los aspirantes y sobre los estados precompe-
ticionales.
Las preguntas contenían datos personales, infor-
mación sobre la preparación actual para la profesión,
sobre el método y procedimiento empleados para
incluir al aspirante en un equipo competitivo, sobre las
sensaciones e impresiones de los jugadores en el
momento de entrar en el campo de juego, sobre las
circunstancias que influyeron e influyen tanto positiva
como negativamente, a lo largo del juego, en su esta-
do psicológico, sobre cómo llevan el juego duro y des-
considerado del contrario, sobre cómo reacciona a
este tipo de juego, sobre cómo reacciona al arbitraje
erróneo, al comportamiento del público, sobre cuán-
tas veces y por qué fue expulsado el jugador del terre-
no de juego, sancionado con la tarjeta amarilla, sobre
cuántas veces y por qué no finalizó el partido por
lesión. También se determinaba el estado de salud del
jugador en el momento dado, en qué emplea su tiem-
po de ocio, qué considera que debería hacerse para
mejorar su rendimiento deportivo como juvenil y otras
preguntas.
Según los resultados del material elaborado se
constató inestabilidad nerviosa en cinco juveniles, en
cinco tipos equilibrados, sin tendencias neuróticas
que se manifestaron en los restantes diez en forma
muy limitada.
Desde el punto de vista del intelecto, de la agilidad
mental, de la capacidad de comprensión, de la capa-
cidad para solucionar problemas personales se divi-
dieron los juveniles en tres grupos: en el primero —9
jugadores cuyo CI (120 y más) indica un grado de
inteligencia por encima de lo normal, en el segundo —
6 juveniles con una inteligencia media y en el tercero
51
1234
—5 jugadores con el CI hasta 90 que refleja un nivel
bajo de dicha capacidad. Sin embargo, ya se ha
demostrado suficientemente que el talento para el
juego es independiente del grado de inteligencia. El
coeficiente intelectual es sólo un factor más que con-
tribuye al desarrollo del talento.
Según la valoración conjunta se ha llegado a la
conclusión de que el equipo de veinte juveniles está
compuesto por individuos disciplinados, en su mayo-
ría tipos adaptativos e influenciables y en menor
representación, de sana agresividad, es decir, cuali-
dades que se manifiestan en el juego con valentía,
decisión y seguridad en sí mismo que pueden influir
decisivamente en el resultado final.
Sobre cada uno de los veinte jugadores juveniles
investigados se elaboró un informe cuya primera
parte comprendía el contenido de la entrevista verbal
con el psicólogo y la segunda, al final, la valoración
psicológica de su personalidad relacionada con algu-
nas cualidades y aptitudes. A modo de conclusión se
publica a continuación la parte final del informe
correspondiente al jugador investigado:
«De carácter maduro, equilibrado, sin tendencias
neuróticas.
Manifiesta rasgos de tipo dominante. Sabe influir
en las personas, ganarse el respeto de todos. Es
buen líder, con sana agresividad, decidido, actúa sin
rodeos, si es necesario con dureza, pero con rectitud.
Es sincero y abierto. Intransigente si las circunstan -
cias lo exigen.
Sociable, adaptativo, amigable, delicado, genero -
so. En el equipo, por su en mayor parte buenas cuali -
dades, es popular y apreciado. Buena capacidad de
comprensión y agilidad mental. Respeta la autoridad
y se deja conducir. Cumple las tareas responsable -
mente, juega entregándose de lleno y con el propósi -
to de ganar.
52
Con una buena dirección es muy probable que se
desarrollen positivamente sus aptitudes de juego.»
Una vez finalizado el informe se entregó al entre-
nador del equipo juvenil en cuestión y se discutió con
el resto de los especialistas del equipo.
El psicólogo también puede ayudar eficazmente a
mantener la buena condición física de los jugadores
de un equipo de fútbol siguiendo su comportamiento
en el transcurso del partido, podría analizar y explicar
algunas peculiaridades, por ejemplo, la agresividad o,
por el contrario, el miedo, etc., de forma que, sus
observaciones junto con las del entrenador y las del
médico ayuden a hacer una valoración objetiva del
partido.
En el presente artículo sólo se han tratado, en ras-
gos muy generales, algunas formas básicas de apli-
cación de las observaciones psicológicas en un equi-
po de fútbol. Estas deben utilizarse en colaboración
con el psicólogo y el médico para que, de esta forma,
basándose en los resultados de un análisis más pro-
fundo de las cualidades psíquicas y físicas de cada
uno de los jugadores, el entrenador pueda llevar a su
equipo hacia mejores resultados.
La ya tan conocida afirmación de que «para poder
educar bien a la persona hay que conocerla bien», es
más verdad en el deporte que en cualquier otra acti-
vidad humana. Una de las fuentes más importantes
de dicho conocimiento es, junto con la biología y fisio-
logía, la psicología (psicología y deporte).
A modo de conclusión es conveniente anotar que
el psicólogo sólo puede ser, en un equipo de fútbol, un
consejero especialista, pero que de ninguna manera
puede decidir, por ejemplo, sobre la alineación del
equipo, ni tampoco influir en el entrenador a la hora
de seleccionar o despedir a los jugadores.

LIBROS FUTBOL 84/85
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Tácticas. Pedagogía. Dibujos. Fotografías.
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Preparación física. Dirección. Dietética. Lesiones.
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Enseñanza táctica. Planificación del partido. Agotado.
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Biografía. Jugadores destacados. 600 ptas.
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especialidades. Planificación. Medios. Valoración.
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tácticas. Entrenamiento. 560 ptas.
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Zapata, G. «Fútbol. Doping. Veneno». Murcia 1977. 241
págs. R. Anecdotario. Legislación. 275 ptas.
59
60
EL XXV ANIVERSARIO DEL COMITE NACIONAL DE ENTRENADORES
Casimiro Benavente habla en nombre de los entrenadores homenajeados.
Como final del XXV Aniversario tuvo lugar en el «Salón del
Prado» del Hotel Meliá Castilla, un almuerzo con la asistencia de
representaciones de cada Colegio: presidente y secretario, y los
jugadores de ambas selecciones, así como otros entrenadores
residentes en Madrid y varios desplazados de diferentes regio-
nes del país.
Este acto, presidido por don PABLO PORTA y don MANUEL
ALEPUZ; acompañados en la mesa de la presidencia de:
Vicepresidentes 1.º y 2.º de la RFEF, don JOSE LUIS NUÑEZ y
don ADOLFO GIL DE LA SERNA, con los miembros del Comité
Nacional señores INCHAUSTI y BELTRAN, y el Presidente del
Comité Nacional de Arbitros, señor PLAZA, tenía como motivo
principal la entrega de los títulos de honor a cuatro entrenadores
que a lo largo de su vida se habían distinguido en el servicio al
Comité Nacional: el expresidente EDUARDO TOBA, DOMINGO
BALMANYA, MIGUEL MUÑOZ, y el secretario desde su comien-
zo don EUSEBIO MARTIN.
Igualmente el asesor jurídico, también incluido en el censo de
los veteranos, pero de dinámico y joven espíritu, don ANTONIO
TEIXEIRA, se le hizo entrega de una distinción por su dilatada
labor y desinteresada dedicación a la defensa de nuestro esta-
mento.
Además se hizo un homenaje, que coordinó el presidente del
C. Murciano, don CASIMIRO BENAVENTE, a un entrenador
veterano representante de cada Colegio, haciéndoles entrega de
una sencilla placa, recuerdo de esta conmemoración.
Los homenajeados de cada Colegio fueron:
Don ANTONIO VEGA GODOY (C. Andaluz).
Don PEDRO LAS HERAS MARTINEZ (C. Aragonés).
Don JOSE SAMPOL CERDA (C. Balear).
Don FERNANDO MENDICUCHIA SANTOS (C. Cántabro).
Don JOSE GIL MONTERO (C. Castellano).
Don CARMELO ECHAVE ALVAREZ (C. Extremeño).
Don LUIS RODRIGUEZ VAZ (C. Gallego).
Don JOSE LUIS AMESTOY (C. Guipuzcoano).
Don SEBASTIAN RODRIGUEZ MENDOZA «POLO» (C. Las
Palmas).
Don JOSE VALDOR SIERRA (C. Murciano).
Don PEDRO ARNEDO SAENZ (C. Navarro-Riojano).
Don JOSE ARCHE DE LA O. (C. Norte-Africa).
Don EDUARDO ENDERIZ (C. Oeste).
Don VICTORIANO ALBERTO MEDINA (C. Tenerife).
Don JUAN RAMON SANTIAGO (C. Valenciano).
Don MANUEL DE NICOLAS SANTOS (C. Vizcaíno).
El almuerzo homenaje tuvo como colofón, el discurso de
nuestro presidente, don MANUEL ALEPUZ, cediendo al final la
palabra al presidente de la RFEF que en certeras frases puso a
los entrenadores en su lugar, y así mismo se refirió a lo que hoy
representa nuestro fútbol en el país.
El desarrollo de la presentación de todos estos actos corrió a
cargo del compañero de Castilla PEPE MARTINEZ TEJEIRO.
Terminado el acto, tras una larga sobremesa, y no sin antes
volver a producirse las escenas de emocionados saludos y
recuerdos, entre los casi doscientos asistentes, se produjo el
retorno de cada uno a su lugar de origen, algunos en las islas y
otros también como los norteafricanos al otro lado del estrecho,
dando así fin a esta importante celebración.
61
EL XXV ANIVERSARIO DEL COMITE NACIONAL DE ENTRENADORES

Antonio Teixeira, asesor jurídico del Comité nacional, recibe su La entrega de las placas conmemorativas del aniversario a cada
distinción de manos del Presidente de la Real Federación uno de los representantes de los colegios allí representados.
Española de Fútbol, Pablo Porta.

Diversos grupos de entrenadores en el acto.

62
Presidencia del acto en el hotel Meliá Castilla.
Extracto del discurso de don MANUEL ALEPUZ,
Presidente del Comité Nacional, en el almuerzo-clausura
del XXV Aniversario.
ES para mí una gran satisfacción, y lo digo con orgullo,
encontrarme entre vosotros, en estos actos conmemorati -
vos del XXV Aniversario de nuestro Comité Nacional, os
agradezco de todo corazón vuestra activa presencia, y
obligado por mi cargo, quiero hacer para comenzar una
breve semblanza de la historia del Comité, que se crea en
el año 1959, siendo su primer presidente don JESUS
MARIA DE AROZAMENA, y a quien sustituye el gran
maestro y mejor entrenador don PEPE VILLALONGA, por
cierto ambos desgraciadamente fallecidos, y de quienes
tantas enseñanzas hemos recibido los primeramente
alumnos y luego sucesores.
Posteriormente ocupa el cargo don EDUARDO TOBA,
muy conocido por todos y reciente en su cargo de selec -
cionador y Director de la Escuela, aquí presente, y que
junto con don MIGUEL MUÑOZ y don DOMINGO BAL -
MANYA, de los que no tengo nada que decir pues todos
los sabéis, y el eficaz y eterno secretario del Comité don
EUSEBIO MARTIN, van a ser de paso dignamente home -
najeados, y se les va a hacer entrega del título de entre -
nador de honor.
A vosotros queridos entrenadores, os diría que lo pri -
mero que hay que tener en esta vida para poder triunfar es
vocación profesional, ya que la vocación es ni más ni
menos que la inclinación natural de las personas por cual -
quier actividad concreta, pero debiendo además poseer
una fuerte dosis de espíritu de sacrificio, unido a una gran
prudencia, cualidades, ambas, indispensables para poder
realizar una buena labor en nuestro campo de entrenador
de fútbol.
El entrenador tiene que ser comedido en sus manifes -
taciones y no vanagloriarse de sus triunfos, respetar al
adversario y no alegrarse de las derrotas ajenas.
No guardar rencor al técnico que está al frente del equi -
po que nos ha vencido, sino más bien hay que demostrar
amabilidad y cordialidad con él, pues también nos gusta -
ría que así ocurriese si fuera al contrario.
Es fundamental el respeto a las ideas y planteamientos
de la otra parte, y al mismo tiempo exigir un mínimo de
respeto para nuestra postura, ya que los odios, rencores y
revanchismos siempre resultan inadmisibles, por lo tanto,
hay que evitar el ser nada más protagonista o intentar la
destrucción, y ser comprensible con quien siente una sana
ambición de mejora, tanto técnica como en cualquier otro
orden de la vida deportiva.
En mi opinión, los actuales entrenadores españoles
están perfectamente capacitados y gozan de gran presti -
gio en el mundo futbolístico pero resulta anecdótico,
haciendo una comparación, que cuando hablamos de un
motor y de alguna pieza que le falla decimos «es de fabri -
cación nacional», cosa que podemos aplicar a lo que tam -
bién solemos decir de nuestros técnicos.
Creemos que lo bueno, lo auténticamente bueno no se
puede fabricar en nuestro país, y yo me pregunto ¿por qué
no?
Estoy plenamente convencido de que nuestra Escuela
Nacional está a la altura de las mejores del mundo, y
quizá, en algún caso, por encima, y que la misma cuenta
con un excelente y cualificado cuadro de profesores, y que
los alumnos que salen con el título superior están perfec -
63
EL XXV ANIVERSARIO DEL COMITE NACIONAL DE ENTRENADORES
Discurso de Manuel Alepuz.
tamente capacitados para entrenar equipos de la máxima
categoría.
Hay entrenadores españoles que suelen impresionarse
por diversos procedimientos que utilizan los extranjeros, y
se sienten atraídos por esos métodos, y yo les diría que
también en España tenemos nuestras experiencias, alta -
mente positivas, y lo que es más importante y fundamen -
tal, un directo y profundo conocimiento de las cualidades
raciales de nuestros jugadores.
Antes de finalizar, y como entiendo que lo menos que
se puede ser en este mundo es agradecido, ya que no es
habitual ser justo con los demás, quiero en nombre de
todo el Comité hacer justicia a una persona, que hoy nos
visita y preside, don PABLO PORTA, presidente del fútbol
español, quien en todo momento y cuantas veces se le
consultó, estuvo dispuesto a prestar su ayuda, no sólo
moral, sino también con su presencia y conocimientos, en
nuestro titubeante comienzo y posterior andadura de
nuestro desarrollo reglamentario.
64
Y como epílogo, de esta mi intervención final en el XXV
Aniversario del Comité Nacional de E., os reitero mis gra -
cias por vuestra presencia y colaboración y termino con un
ruego hacia vosotros, como fiel exponente y máxima
expresión de mis deseos:
Os pido que os mantengáis unidos, no sólo para
defender lo conseguido hasta ahora, sino para lograr una
mejora o perfeccionamiento, en lo que consideramos nos
corresponde, dentro de esta organización, para lo cual
deberemos abandonar actitudes que puedan o parezcan
ser egoístas y de esta forma cuando hayan transcurrido
otros veinticinco años y os halléis, muchos de vosotros
reunidos otra vez, celebrando las Bodas de Oro, sepáis
reconocer que si algo se hizo en nuestra época, fue por -
que siempre se obró con la mira exclusiva del interés
común y sobre todo pensando en beneficio del fútbol
español.
Un abrazo a todos.
Colaboraciones
Entrenadores en el fútbol base
N varios comentarios entre la
E gente del mundo del Fútbol, se
sigue exponiendo la tesis de que
para entrenar un equipo —sobre
todo de infantiles y juveniles— no
tiene demasiada importancia que el
entrenador haya sido jugador,
basándose en que lo necesario
para dirigir un equipo es saber
enseñar a sus jugadores, saber
transmitirles sus ideas para que
estos las desarrollen en el terreno
de juego, con lo que bastaría ojear
algunos libros de Táctica, para al
menos, colocarlos adecuadamen-
te, y estudiar las distintas materias
que componen los conocimientos
fundamentales que un preparador
debe saber, sin olvidar que aunque
se sepa mucha teórica, lo difícil, es
llevarlo a la práctica.
Haciendo hincapié en lo de
saber transmitir las ideas, siempre
se dice que, aunque se haya sido
muy buen jugador si no se sabe
enseñar… Efectivamente, habrá
muchos que hayan sido excelentes
jugadores y no sepan ser educado-
Para suscribirse a la revista, envíe el siguiente boletín
Texto: Felix Amador
res, pero también, a buen seguro
que existirán otros muchos fenó-
menos exjugadores que sí sepan
ser entrenadores, sepan colocar a
sus jugadores, les sepan
ENSEÑAR y les sepan TRANSMI-
TIR sus ideas.
Estos preparadores que tienen
una gran experiencia futbolística, al
haber estado ejerciendo como
jugadores — sobre todo los que lo
han hecho en Clubs de Primera y
Segunda divisiones— cuentan de
antemano con una gran ventaja
sobre los entrenadores que no han
sido jugadores, al decir jugadores
nos referimos a futbolistas que han
actuado en equipos de liga
nacional, no a los que lo han hecho
en un equipo de barrio. Insistimos
sabrán llevar mejor un equipo, y,
sobre todo les podrán enseñar
Técnica, cosa que un entrenador
que no haya sido jugador, difícil-
mente podrá hacer.
Y en las categorías que citába-
mos anteriormente, Infantiles y
Juveniles, donde desgraciadamen-
te estamos más faltos de entrena-
dores que sean futbolistas, que
tengan una gran Técnica, y como
prueba irrefutable de que tienen
esa técnica, que tanta falta les
hace a nuestros futuros futbolis-
tas, es tener un buen curriculum
como jugador, pues un ENTRENA-
DOR debe adiestrar a sus jugado-
res para que aprendan a dominar
el balón, les tiene que enseñar
cómo tienen que pegar a la pelota,
pararla, chutar a gol y muchos
más aspectos técnicos que ellos
conocen a la perfección.
Reiteramos nuestro deseo,
entrenadores para los Clubs de
categorías inferiores que hayan
sido jugadores, y si han sido bue-
nos, mejor que mejor, que haber-
los que sepan enseñar y transmitir
sus ideas, a buen seguro que los
hay, y sobre todo enseñarán lo
que más falta hace en estos
momentos a nuestro querido fút-
bol, TECNICA.
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GALLEGO Menéndez y Pelayo, 18, 2.º LA CORUÑA 22 33 30
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 Entrenadores: vocación en plural
2. SABER DE TODOS
Escribe: Santiago Coca
O le basta al entrenador ese conocimiento o ese
N «saber de TODO» del que hablé en el apartado pri-
mero de este comentario. Tiene que esforzarse por llegar
a esa sabiduría, a ese «saber de TODOS», a ese contar,
en la práctica con las posibilidades que le ofrecen TODOS
los hombres que constituyen su equipo. De nada le valdrí-
an los tesoros de ciencia acumulados en su mente, ni los
años pródigos en experiencia de su anterior vida futbolís-
tica, si la hubiera tenido, si no contara con ese «saber de
TODOS» y de cada uno de los jugadores que integran su
plantilla y de quienes, junto a él, participan en las tareas
técnicas de la preparación del equipo.
Ser entrenador significará ante todo ser conocedor,
aprovechador y conductor de hombres, afirmaciones que
no revelan una esclavitud como si los jugadores fueran
mercancía de quita y pon en manos de unos técnicos que
buscaran únicamente su provecho, sino una realidad,
incuestionable ya, de que si el entrenador se mantiene dis-
tante de sus hombres, o los desconoce, o no dialoga con
ellos, o no acierta a dirigirlos o no cuenta con sus aporta-
ciones y sugerencias, jamás conseguirá el éxito deseado.
Si hay mimbres para hacer un cesto —hombres para un
equipo—, pero falla el artesano, de nada valdrán los ele-
mentos humanos que existirán dispersos y sin la cohesión
necesaria para que cuaje el equipo.
Cuando se lleva a cabo el análisis de los resultados
tanto positivos como negativos que consigue un equipo,
rara vez se contempla esa dimensión «saber de TODOS»,
que caracteriza a un entrenador y que es causa principal
de los éxitos y de los fracasos de una temporada. Figura
poco el entrenador como dirigente de hombres en las valo-
raciones que los críticos asignan a las tareas de un equi-
po. Se habla de sistemas adecuados, de juego defensivo
o de juego ofensivo, de escasa preparación física, de tra-
bajo con la cantera, de fichajes que no dieron resultado,
pero apenas de cómo se trató —en el sentido pleno de la
palabra—, a los jugadores. Y fijar, sin ambigüedades, esta
relación entrenadores-futbolistas es una de las prioridades
que deberíamos tener presente a la hora de mejorar nues-
tro fútbol.
Ya sé que es otra obligación la que echamos encima de
los entrenadores al pedirles que se ocupen, así de los
jugadores pero no creo que sea ajena, ni mucho menos, al
conjunto de sus otros deberes, al revés, los fundamenta y
los potencia. Lo que no podemos pensar —y desde luego
no lo justificamos—, es que exista una marcada diso-
ciación entre unos y otros. Todos están comprometidos en
el mismo trabajo y entre todos tienen que sacarlo adelan-
te. Por eso el «saber de TODOS» del que estoy hablando
forma parte de la profesión de cualquier técnico responsa-
ble y debería constituir punto de reflexión obligada cuando
alguien optara a ser entrenador: en qué medida —cómo—
, me intereso por todos los que me rodean. Si la respues-
ta a esta pregunta no arrojara un balance positivo, sería
mejor —para bien de TODOS—, que esa persona desis-
tiera de ser entrenador.
«Saber de TODOS» no es una mera curiosidad sobre
las vidas de los futbolistas o sobre las vidas de quienes
trabajan en equipo al lado del entrenador, es una necesi-
dad de aprender de ellos, de apoyarse en ellos y de ayu-
darles a triunfar.
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