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"LA ÓPERA DEL MENDIGO" / "THE BEGGAR´S OPERA", 1728.

JOHN GAY
“La ópera del mendigo” de John Gay es una sátira, originalmente pretendía ridiculizar la ópera italiana. Se representó sesenta y
dos veces en Londres. La sátira va en contra de todas las clases sociales, profesiones y gremios, ya que presenta el mundo del
hampa al tiempo que sugiere claramente similitudes con políticos y miembros de las clases altas. De esta forma, la obra sugiere
que si existen vicios entre los criminales es porque los gobernantes y los poderes fácticos están también corrompidos – al
tiempo que estos últimos tienen más responsabilidad y culpabilidad en el crimen – en su mal uso del poder. (Hablamos sobre el
hampa de Londres en un post anterior).
Hablemos ahora sobre el argumento de la obra:
En la escena introductoria de “La ópera del mendigo” aparecen el mendigo y el jugador. Ambos se dirigen al público de forma
campechana para hablar sobre la inminente historia que va a tener lugar en el escenario, la intención de la historia y la forma. Es
de vital importancia el hecho de que el mendigo dice que la obra puede entenderse como una ópera, incluso aunque no contenga
ni prólogo, ni epílogo, ni recitación. El mendigo – autor de la pieza – afirma con rotundidad que la obra sigue todas las
convenciones de las óperas de su época.
ACTO I
La historia comienza en la casa de Peachum. Peachum hojea las páginas de su libro de cuentas. Peachum es un “informador”
profesional que dirige con vehemencia una banda de bandidos, ladrones, asaltadores de caminos y prostitutas, de la que siempre
obtiene pingües beneficios. Cuando los miembros de la banda ya no le resultan útiles, los traiciona y los conduce al juzgado para
cobrar recompensa.
Peachum le pregunta a su esposa, la señora Peachum, acerca de si recientemente ha visto al Capitán Macheath, uno de sus más
famosos y distinguidos asaltadores de caminos. Ella le contesta que sí, y más aún, le dice que cree que su hija Polly está
teniendo un idilio amoroso con el Capitán. Peachum se retuerce iracundo ante estas palabras. Es vital para él interceder lo antes
posible para romper la relación entre su hija y el Capitán. Por encima de todo Polly no debe casarse con Macheath o todo su
dinero y posible herencia irían a parar a Macheath.
La señora Peachum interroga sobre este romance a uno de sus secuaces, Filch. Filch se siente atormentado por sentirse obligado
por un lado a guardar lealmente los secretos que le confiere Polly, y por otro lado a serle leal también a la señora Peachum. La
señora Peachum, astutamente, logra emborrachar a Filch para que le diga toda la información que posee.
Mientras tanto Peachum encuentra a Polly, quien aparece en escena asegurándole a su padre que ella sólo conoce a Macheath
de forma superficial, y que ellos sólo se intercambian bienes y regalos. Esto en verdad es completamente falso y la señora
Peachum entra en escena contrariada y muy sofocada para anunciar abatida que Macheath y Polly no sólo son amantes, sino que
además se han casado (información que ha obtenido de Filch). Ambos padres montan en cólera.
Polly confiesa que se casó con Macheath pero dice que es inocente, ya que ella se casó por pura necesidad: Porque necesitaba
calmar su ardor sexual al tiempo que entendía que debía guardar la reputación y las formas.
Peachum, escandalizado, sospecha que Macheath se ha casado con Polly en un intento de controlar todo el patrimonio de la
familia. Empero, también descubre que él puede sacar partido de esta unión. Si Polly es capaz de asegurarse una coyuntura – una
propiedad que por ley le corresponde a una viuda cuando muere su esposo – él podría con facilidad traicionar a Macheath y
entregarlo a las autoridades. Tras esto, la familia Peachum recibiría tanto el dinero de la recompensa por entregar a la ley a
Macheath, como también todas las propiedades de éste. Al tiempo que Macheath sería justamente ahorcado. Polly protesta ante
este retorcido plan con todas sus fuerzas, y grita que ella se ha casado con Macheath por amor, no por dinero.
Polly decide advertir a Macheath de las crueles intenciones de su padre, por tanto acude a su dormitorio, donde Macheath ha
estado escondido todo el tiempo. Este por su parte jura fidelidad eterna a Polly y no quiere marcharse sino afrontar de cara el
temporal, venga éste como venga. Sin embargo, Polly lo conmina a huir e insiste en que se volverán a reunir cuando la situación
sea más tranquila y segura.
ACTO II
En una taberna cerca de la prisión de Newgate, los malhechores de la banda de Peachum se entretienen fumando, bebiendo,
maldiciendo y exaltando la amistad. Matt de la Menta, apasionado por la situación, da un breve discurso en el que justifica todas
las malas artes que practican en la banda bajo la excusa de que son simplemente actos en los que se lleva a cabo una
redistribución justa de la riqueza.
Macheath entra en la taberna y le pide a los hombres que convenzan a Peachum de que él ha huido de la ciudad y de que ha
dejado la banda. El resto de los hombres se marchan a trabajar en sus fechorías, abandonando a Macheath solo en la taberna.
Pero no está solo por mucho tiempo. Pronto es visitado por varias mujeres de la banda. Aunque estas mujeres imitan las maneras
de las señoras de la alta burguesía y gustan de darse grandes aires, en realidad son bastante obscenas y lascivas. Macheath les
da empujones de cuando en cuando de forma coqueta o insinuante, y dos de ellas, Jenny Diver y Suky Tawdry, forcejean de un
modo zalamero con él hasta acabar todos en una posición física un tanto comprometida. En ese preciso instante las mujeres
sacan unas pistolas y encañonan a Macheath, que está totalmente desprevenido. Luego hacen una señal a Peachum y éste entra
con el alguacil para detener a Macheath y trasladarlo a la prisión de Newgate.
En la prisión, el carcelero Lockit muestra su excelente y variada gama de grilletes. Macheath, previo pago de una cierta cantidad,
puede elegir el par que le resulte más cómodo. Lockit es además el socio más importante de Peachum, hasta el punto que ambos
ya piensan en repartir las ganancias obtenidas tras la ejecución de Macheath.
Macheath, solo en su celda, lamenta su enredo con Polly. Entra en escena Lucía, ella es la hija de Lockit y amante despechada de
Macheath. Lucía se encuentra muy malhumorada debido a que Macheath le había prometido casarse con ella y no obstante
acabó casándose con Polly. Macheath miente a Lucía, asegurándole con encarecimiento que él no se ha casado con Polly, al
tiempo que ésta se ablanda.
Peachum y Lockit, en diferentes partes de la prisión, mantienen una riña entre ellos cuando Peachum acusa a Lockit de robarle
dinero. Pronto resuelven los dos hombres esta discusión al caer en la cuenta de que ambos se necesitan. Lucía entra y ruega a
su padre con gran encono que libere a Macheath, cosa que Lockit rechaza hacer categóricamente. Lucía acude de regreso a
Macheath para comunicarle la mala noticia.
Entra ahora en escena Polly, que ha ido a la prisión a visitar a su amado esposo. En un esfuerzo de mantener la buena fe y la
buena disposición de Lucía – quien, después de todo, tiene mucho más poder real para liberarlo que Polly – Macheath ignora a
Polly. La enemistad mutua entre las dos mujeres se acrecienta. Finalmente llega a la celda Peachum y se lleva a Polly.
Lucía concibe un modo de liberar a Macheath: Su padre tiene la costumbre de beber con los internos hasta caer desmayado.
Luego suele dormir durante varias horas. Ella le arrebatará las llaves a su padre entonces.
ACTO III
El plan de Lucía ha funcionado a la perfección (se supone que en el entreacto) y Macheath se ha escapado de la prisión. Lockit
inmediatamente comprende que su hija ha tomado parte en esta fuga. Piensa con rapidez y con ilusión en la posibilidad de que
Lucía haya cobrado a Macheath por sus servicios, entonces el daño acaecido podría ser subsanado. Sin embargo, al darse cuenta
de que su hija ha actuado sólo por amor, tiene un arrebato de ira y manda a su hija retirarse de su vista. Ya en soledad, Lockit se
da cuenta de que Peachum obtendrá para sí solo toda la recompensa por la captura de Macheath, ya que asume que Macheath
con toda seguridad acudirá a buscar a Polly.
Mientras tanto, Machead ha acudido a la casa de juegos, donde se reune con los miembros de la banda. Macheath reparte dinero
sufragando así deudas que tiene pendientes con sus amigos. Posteriormente los hombres discuten acerca de sus planes de robo
para esa noche.
Lockit conduce a Peachum al almacén de objetos robados. Allí, los dos discuten sobre las ganancias de la jornada hasta que
aparece la señora Diana Trapes. Esta señora es la gerente del almacén de los objetos robados, al tiempo que ejerce de madame
de las prostitutas. La señora Trapes se muestra desconsolada, ya que la señora Coaxer, una prostituta, se encuentra muy
endeudada. La señora Trapes ha obligado a la señora Coaxer a “trabajar” durante toda la noche con un caballero – el Capitán –
hasta que la deuda quedara pagada. (Hace referencia al caballero como “el Capitán”). Peachum al momento discierne que este
capitán es Macheath y se ofrece a pagar toda la deuda de la señora Coaxer a cambio de tener acceso al Capitán.
En la prisión de Newgate, Lucía se ha reunido con Polly con el pretexto de reconciliarse con ella. El verdadero objetivo de Lucía,
sin embargo, es envenenar a Polly. Polly sospecha algo raro en la excitación de Lucía y rechaza beber. Las dos mujeres son
interrumpidas por un Macheath encadenado que es conducido nuevamente a su celda, habiendo sido capturado en la casa de la
señora Trapes.
Las mujeres corren hacia Macheath, suplicando ambas de él un signo de afecto. Cada una piensa que es (o será) su única y
verdadera esposa. Peachum le pide a Macheath que resuelva el asunto con el fin de evitar un pleito judicial entre las mujeres
después de que Macheath haya sido ahorcado. Macheath se niega a resolver nada ni a tener que elegir. Las mujeres una vez más
suplican a sus padres con ahínco clemencia para Macheath, pero los hombres desatienden sus ruegos.
Poco tiempo después, Macheath bebe alcohol copiosamente y pretende ser recio ante su inminente ahorcamiento. Sus amigos
Ben Budge y Matt de la Menta entran para decir una sentida despedida. Una vez que se han marchado, Lucía y Polly se abalanzan
a Macheath con gran frenesí, sollozando y jurando al condenado su amor.
Una carcelero entra toscamente anunciando la llegada de cuatro mujeres más, cada una de las cuales lleva un niño en los brazos,
y todas dicen ser las verdaderas esposas de Macheath. Macheath, ya completamente desesperado, exige ser ahorcado
inmediatamente y llama a viva voz al verdugo para que le ayude a escapar de esa situación; lo conducen fuera.
El jugador y el mendigo vuelven a entrar en escena (la antepenúltima de la obra). El jugador discute con el mendigo sobre el final
de la obra, sugiriendo que la muerte de Macheath sería algo rudo, descorazonado y que provocaría que la ópera fuera una
tragedia y no una comedia popular. El mendigo acepta el hecho de que las óperas de moda del momento siempre tenían un final
feliz y entonces accede a seguir ese patrón en el argumento. Se dirige a continuación al gentío (a los actores desconsolados del
escenario) y les dice que se calmen, que les dará un respiro y un resquicio de esperanza a sus lamentos.
En la escena final, Macheath ha sido perdonado. Acompañado de las mujeres y de otros personajes, Macheath entra de muy buen
humor. Públicamente Macheath declara su amor por Polly y que ella es su única y verdadera esposa. La obra termina en un tono
muy jovial, con todos los personajes alegres y entusiasmados cantando una canción desenfadada y danzando despreocupados.
- EN LAS IMÁGENES: 1); 2) "La Farandole du Ballet de l’Opéra de Marseille". Eduardo León Garrido (1856-1906); 3); 4) "La ópera del
mendigo". WILLIAM HOGARTH (1697 - 1764) -

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