Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
UN PUEBLO Y UN REINO
FONDO EDITORIAL
UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYA
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
Luis Ascenjo, ocd, Juan Carlos Díaz Lara, Manuel Díaz Mateos, sj,
Gonzalo Gamio Gehri, José Luís Idígoras, sj, Alberto Simons Camino, sj.
Instituto de Fe y Cultura
© UARM
1ª Edición, Lima, noviembre del 2007
Tiraje: 1000 ejemplares
ISBN: 978-603-45130-0-6
Hecho el Depósito legal en la
Biblioteca Nacional del Perú N.o 2007-11490
Código de barras: 9786034513006
AUTORES
7
PRESENTACIÓN
9
EN TORNO A LOS
‘CAMINOS DE SABIDURÍA’
Gonzalo Gamio Gehri
55
6
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
ÍDOLOS E IMÁGENES
¿ATEÍSMO O IDOLATRÍA?
Alberto Simons Camino, sj
71
UN PUEBLO Y UN REINO.
LA EXPERIENCIA REAL DE DIOS CON SU PUEBLO
Juan Carlos Díaz Lara
125
AUTORES
PRESENTACIÓN
Este libro tiene continuidad con los tres anteriores ofrecidos por
el Instituto. Si los dos primeros, Madurez humana y ética (2004), y
Cuidar de lo humano (2005) fueron parte del ciclo “Aprendiendo
a vivir”, y el tercero inauguraba el ciclo “Cuidar de lo humano”
haciendo referencia a la búsqueda del sentido de la vida (sentido
trascendente del hombre), “Buscando un sentido a la vida” (2006), el
presente alude a la relación entre Dios y el ser humano a través
de la revelación de Dios en la historia y la respuesta del hombre
en la fe.
INTRODUCCIÓN
I LA PEDAGOGÍA DE DIOS
II EXPERIENCIA DE DIOS*
A) ¿QUÉ ES LA EXPERIENCIA?
Por ello, el sentido no puede ser percibido como desde fuera sino
como gestándose desde dentro, porque la acción y la experiencia
de Dios no se dan por encima de la libertad del hombre, sino a
través de ella y allí hay que descubrirlas a pesar de que las tras-
cienden. Así caemos en la cuenta que esta experiencia nos remite
Esto guarda relación con lo que son las culturas como “ethos”,
como formas de sentir, pensar, organizarse, celebrar y buscar
sentido a la vida, detrás de lo cual se da un sistema de valores, de
significados y visiones del mundo que se expresan en el lenguaje,
los símbolos, los ritos y estilos de vida.
recorrer etapas parecidas a las del pueblo judío para poder llegar
a ser capaces de experimentar al Dios cristiano. Como dice San
Pablo: “En el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y
hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco
en parte, pero entonces conoceré como soy conocido” (1Cor 13,12). Por ello
es posible comprender, a partir de Jesucristo, la revelación como
el asumir progresivamente, por parte de Dios, de la historia y la
vida del hombre y del mundo, a la vez siempre más presente y
escondido.
IV LA FE
A) LA FE HUMANA
B) FORMAS DE FE
– Fe irracional
– Fe inteligente
C) FE BÍBLICA
Dios, para el que cree, no es una cosa más, un ser más en el uni-
verso que pueda determinar o probar, sino que es la razón de ser,
el fundamento y el sentido de todo, sin lo cual todo queda sin
última y radical explicación. Por eso dice San Pablo que “en Él
existimos, nos movemos y somos”. Dios no es sólo lo que desborda y
contiene al ser humano y al mundo, sino que es lo más íntimo y
profundo de ellos.
Tener fe no es sólo creer en lo que Dios nos dice (fides quae) sino
y, sobre todo, creer en él, lo cual implica una actitud de confianza,
fiarse de él, una entrega personal (fides qua).
D) DISPOSICIONES NECESARIAS DE LA FE
E) DIMENSIONES DE LA FE
Características de la fe
I INTRODUCCIÓN
“El pueblo que caminaba a oscuras vio una luz intensa, los que
habitaban en un país de sombras, se inundaron de luz: acreciste
la alegría, aumentaste el gozo” (Is 9,1s). Y da tres razones: por-
que se da el final de la guerra, el final de la opresión y “porque
un niño nos ha nacido”. Razón extraña esta última pues se nos
dice que por el camino de la debilidad, no de la fuerza, viene la
esperanza al mundo.
viarán, volverán por ella los rescatados del Señor, volverán a Sión
con cánticos; en cabeza, alegría perpetua, siguiéndolos, gozo y
alegría, pena y aflicción se alejarán” (Is 35, 8.10).
IV CONCLUSIÓN:
EN TORNO A LOS
‘CAMINOS DE SABIDURÍA’
mental a las cosas que están bajo el sol, a esas cosas finitas –como
nosotros mismos, desde luego–, entonces lo único que vamos a
encontrar es vacío. Como quien caza el aire y se queda con nada,
igual pasa con las cosas que son meramente humanas y fugaces,
aquellas en las que encontramos (o creemos encontrar) el fun-
damento de nuestras convicciones y nuestras creencias: son sólo
polvo en el viento. En esto coinciden el Eclesiastés y el Libro de la
Sabiduría. Todo está a merced de la voracidad del tiempo, “con el
tiempo, se olvidarán de nuestro nombre, nadie más pensará en lo
que hicimos, nuestra vida pasa como la sombra de una nube, se
desvanece como niebla a los rayos del sol”3.
3 Sabiduría 2,4.
63
EN TORNO A LOS ‘CAMINOS DE SABIDURÍA’
4 Job 1, 20.
65
EN TORNO A LOS ‘CAMINOS DE SABIDURÍA’
que querían hacer los amigos de Job. Ellos tenían bien claro en
qué consistía la justicia divina, la justicia retributiva.
5 Cfr. Caputo, John Sobre la Religión, Madrid, Técnos, 2005, pp. 18 y ss.
68
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
ÍDOLOS E IMÁGENES
¿ATEÍSMO O IDOLATRÍA?
INTRODUCCIÓN
I ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES:
ATEÍSMO: L. FEUERBACH
LA BIBLIA
II EL DIOS DE LA “RELIGIÓN”
O DE LA SUPERSTICIÓN
DINERO Y CONSUMO
EL PODER
IMAGEN Y APARIENCIA
PLACER Y COMODIDAD
INDIVIDUALISMO
RESIGNACIÓN Y FATALISMO
ACTIVISMO
PERFECCIONISMO
CONCLUSIÓN
La Biblia tenía una visión estática del mundo, como la tenían los
hombres a los que se dirigía. Pero su mensaje permanece vivo,
aunque el hombre moderno haya cambiado su visión de la rea-
lidad y llegado a concebir la existencia como un proceso inin-
terrumpido de autotransformación hacia metas más elevadas.
Como notaba Teilhard de Chardin, más maravilloso es el orden
de un ser en movimiento que el de un ser quieto y estable. Y la
93
ALIENACIÓN Y LIBERACIÓN EN EL GÉNESIS
LA CREACIÓN DE LA MUJER
EL MISTERIO DE LA SEXUALIDAD
que lleguen a ser uno solo. Pero sin duda incluye primariamente
la sexualidad. También aquí se trata de una unión entre dos seres.
Los órganos sexuales muestran claramente una adaptación del
hombre para la mujer y viceversa. Y el atractivo humano arras-
tra lo mismo el varón que a la mujer al encuentro carnal. Es un
encuentro pasional y extático, una especie de llama que trata de
fundir dos seres en un abrazo de unidad, aun cuando su corta
duración hace ver que es un ideal siempre inalcanzable.
surgir hijos que sepan acoger la vida con amor y sin egoísmos
deformes.
Pero el vínculo más estrecho entre los padres y también entre los
hijos ha de ser el amor cristiano de autodonación y entrega. El
amor cristiano no es tanto el eros deslumbrante y revelador del
mundo y de sus energías internas, cuanto el amor de autodona-
ción, tan característico en la madre. Es un amor desinteresado
que goza con el bien del otro y le comunica lo que tiene para ha-
cerlo feliz. Esta forma de amor comunicativo no es exclusivo de
la madre. Se ha de dar en todos en el hogar, de manera que en ese
recinto santo, sea más dichoso el dar que el recibir. En concreto,
Pablo hablando del amor entre los esposos, pone de relieve la
importancia de este amor. Los esposos deben amar a sus esposas
con amor de autodonación, “como Cristo amó a la Iglesia y se
103
ALIENACIÓN Y LIBERACIÓN EN EL GÉNESIS
Hegel hace otra exégesis de este pasaje bíblico. Para él, el paraíso
simboliza la etapa prehumana en la que el hombre, por falta de
conciencia pertenecía aún a la categoría del animal. El pecado es
la expresión de la conciencia humana, el darse cuenta el hombre
de sí mismo y de su propia condición, lo que implica la concien-
107
ALIENACIÓN Y LIBERACIÓN EN EL GÉNESIS
Por eso, intentar conocer el sentido del misterio del mal, es in-
tentar comprender la tragedia humana y su misión misma en la
historia.
ADÁN Y EVA
LA “CAÍDA” EN EL PECADO
Pablo habla del pecado original, Juan, del pecado del mundo. Pa-
blo insiste, ante todo, en la concupiscencia que actúa en nosotros
y nos arrastra al pecado, convirtiéndonos en esclavos suyos. Juan
insiste en el pecado del mundo, cuyas estructuras son soberbia,
concupiscencia y vanidad. Pablo habla de Adán como origen del
pecado. Juan habla del demonio que desde el comienzo engaña
a la humanidad. En el fondo, se trata de los dos aspectos funda-
121
ALIENACIÓN Y LIBERACIÓN EN EL GÉNESIS
UN PUEBLO Y UN REINO
LA EXPERIENCIA REAL DE DIOS CON SU PUEBLO
Deseo hacer este esfuerzo con una doble clave de lectura: prime-
ra, que Dios elige y acompaña a un grupo humano que hace suyo,
y segunda, que este grupo humano está constantemente invitado
a hacerse verdaderamente pueblo de Dios. Creo que tal estrategia
puede permitirnos precisar de qué pueblo y sobre todo de qué
tipo de reinado (y rey) estamos hablando.
para hoy (2). Por último, haré un balance de estas lecciones para
nuestro propio itinerario como creyentes (3).
Por ultimo, ochlos, traduce el populus latino del que ya hemos ha-
blado. Dentro del laós, ochlos se refiere a la masa popular que (a
ojos de los demás) no tiene identidad, las personas que no tienen
ningún peso político, la gente pobre y despreciada. En el Nuevo
Testamento ochlos indica la multitud de los sin nombre, aquellos
abandonadas a su suerte: son los “anawim” o “pobres de Yavé”,
la plebe que se abre al evangelio de Jesús.
Por otro lado, para aludir al mensaje del plan de Dios se emplea
normalmente la expresión “Reino de Dios”. Dicha frase que apa-
rece de manera expresa en el Nuevo Testamento es utilizada por
128
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
el mismo Jesús; aunque no fue inventada por él. Ella tiene una
larga historia en el pueblo judío. La esperanza del Reino de Dios
en el Primer Testamento representa a Dios como Rey del pueblo
de Israel y la humanidad, como realidad presente y esperanza
futura. Pero ¿en qué sentido reina?, ¿cuál es lo lógica de su reina-
do?, ¿el poder y la majestad?
2
“Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré
y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Y en ti serán benditas todas las familias de la
tierra.” (Génesis 12:1-3)
ABRAHAM
2 Sara que tenía una sierva le propone a su marido: “ruego que te lle-
gues a mi sierva, quizá tendré hijos de ella.” (Gén 16:1-2) Tal pro-
posición sale de boca de una mujer que sabe cual es el peso de la
maternidad en la sociedad en la que vive; además conviene atender
al hecho siguiente: Sara dice: “ruego que te llegues a mi sierva, quizá
tendré hijos de ella”, o de un modo más literal, para “que yo me construya
de ella”, como si la fertilidad de esta esclava fuera de alguna manera
a influir positivamente su propia capacidad de procrear, de edificar y
construir su heredad.
3 Abraham es el depositario de la bendición para todos los pueblos
(Gen 12,3). Es él quien recibe la Promesa (Ex 2,24; Dt 1,8 etc.; 2Re
13,23). Abraham es amigo de Dios (Is 41,8), su servidor (Sal 105,6),
padre de los creyentes (Rom 4,11).
131
UN PUEBLO Y UN REINO
Acaso sea bueno que nos preguntemos qué significa para noso-
tros dejar lo cierto por lo incierto, lo conocido por lo descono-
cido, para caminar en la fe, y constatar a la vez, que el llamado de
Dios no se limita a ser una ruptura, y es sobre todo una promesa.
Aunque Abrahan tuvo que abandonarlo todo, aunque tuvo que
ir por hambre a Egipto, aunque la promesa tardaba en cumplirse,
siempre confió en la palabra dada por este Dios que acompaña y da
esperanza con sabor a vida nueva.
MOISÉS Y JOSUÉ
En Egipto se creía que los dioses eran los que hacían ricos a los
ricos y pobres a los pobres. Los dioses egipcios ordenaban a los
pobres someterse a los ricos. Los rebeldes eran castigados por
los mismos dioses a través de un cruel sistema de control desa-
rrollado en nombre suyo. Los pobres creían que los dioses no se
preocupaban de sus sufrimientos, sino que, por el contrario, ellos
eran quienes se los infligían.
Pero el pueblo “no quiso escuchar a Samuel” y afirmo su deseo de ser “como
los demás pueblos” (1 Sam 8,19). Samuel respeta su decisión, pero
siempre estará dispuesto a criticar al poder cuando no ve cohe-
rencia entre la fe en Dios y la vida del día a día.
(b) El Templo ya no es sólo para los judíos, sino para todos los
pueblos (Isaías 56, 7)
Este pueblo sin más, uno entre otros, pertenece a la historia con-
creta de su tiempo. No obstante tiene algo de trascendente de-
bido a la elección divina que es para Israel algo así como una
nueva creación y que hace de la historia de Israel la historia de las
intervenciones de Dios en la historia del hombre.
Por eso tal proceso es a la vez de Dios y del ser humano: pro-
ceso en el que Dios acompaña al pueblo sin desatender sus pro-
blemas, experiencias, anhelos, marchas y retrocesos. De allí que
esta presencia se revele en tiempos de crisis, en el esfuerzo por
reconquistar el sentido y el dinamismo que suelen perderse con
el correr del tiempo, con la sedimentación de las creencias, las
prácticas, los ritos y las palabras.
PREGUNTAS
REFERENCIAS
ANDRADE, Bárbara,
1985 Encuentro con Dios en la Historia, Salamanca: Sígueme
ESTEVAO, Henrique
1981 “¿En la Iglesia quién es el pueblo?”, pp 63-67
En: Selecciones de Teología, Vol 20, N° 77
LAGUNA, José
2000 ¿Y si Dios no fuera perfecto?, pp 7-31
En: Cuadernos Cristianismo y Justicia. Barcelona:
Cristianisme i Justicia
PIKAZA, Xabier
1990 Para leer la historia del pueblo de Dios. Navarra: Verbo Divino
SARAVIA, Javier
1986. El camino de Israel y el camino de Jesús. México D.F. : Paulinas.
VERMEYLEN Jacques
1990 El Dios de la Promesa y el Dios de la Alianza, Santander: Sal
Terrae.
151
LECCIONES DE UNA HISTORIA
• Os 5,6-7: “Con sus ovejas y sus vacas irán en busca del Se-
ñor, pero no lo encontrarán porque se apartó de ellos. Han
sido infieles al Señor, pues tienen hijos de otro padre. Por su
infidelidad, en un solo mes sus tierras serán devoradas.”
• Am 6,1: “Ay de los que llevan una vida fácil en Sión! ¡Ay de
los que viven confiados en Samaria, los jefes de la nación
más importante, a quienes recurren los israelitas!”
• Sal 33, 5: “El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena
toda la tierra!”
• Sal 89, 15: “Oh Señor, feliz el pueblo que sabe alabarte con
alegría y camina alumbrado por tu luz…!”
• Sal 145, 9: “El Señor es bueno para con todos, y con ternura
cuida sus obras.”
154
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
• Sal 86, 15: “Pero tú, Señor, eres Dios tierno y compasivo,
paciente, todo amor y verdad.”
distinción. Esto vale también para las relaciones con Dios: Israel
es llamado a volverse a Yahvé con fidelidad y rectitud (Jos 24, 14;
1 Sam 12, 24; Is 10, 20).
Entonces, ¿en qué consiste la fidelidad? El fiel tiene que ver con
aquel que es capaz de mantenerse firme, aunque el otro se vuelva
hacia otros. En la Biblia amor y fidelidad son dos elementos de
una misma realidad.
• Gen 12, 1-3: “Un día el Señor le dijo a Abram: ‘Deja tu tierra,
tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te
voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran
nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendi-
ción para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré
a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las
familias del mundo.”
• Jer 31,33: “Esta será la alianza que haré con Israel en aquel
tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su
mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.”
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
INTRODUCCIÓN
lo que puede ser una relación cabal entre el ser humano y Dios.
Para ello vamos a seguir el camino que siguieron las personas que
convivieron con Jesús, el camino de sus discípulos. Ellos vieron
a Jesús como un ser humano como ellos y poco a poco fueron
descubriendo toda la riqueza que se escondía en ese hombre.
JESÚS Y EL PADRE
1 Cf. para esta parte NOLAN, A. ¿Quién es este hombre? Santander, 1981.
P. 194 y s.
167
EL HOMBRE QUE VENÍA DE DIOS
con Dios. La frase que expresa esto de forma sintética es “tú eres
mi hijo amado, en el que me complazco”. La escena y la frase
revelan la experiencia decisiva y fundamental de Jesús que va a
definir toda su vida: el sentirse amado apasionada e incondicio-
nalmente por Dios, de tal manera que puede poner en Él toda su
confianza. Esto lo expresa Jesús con el término “abbá” al referir-
se a Dios, que era la forma más íntima como los niños judíos se
referían a sus padres y que hasta ese momento ningún hombre
se había atrevido a emplear con Dios. Así, pues, la identidad de
Jesús está dada por su experiencia de filiación en relación con
Dios.
Por otra parte la vinculación de Dios con todo ser humano, que
tiene una dimensión universal, se deduce del monoteísmo judío:
La idea de un Dios, padre, bueno, que como dice Jesús, “hace salir
su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos.” (Mt
5,45) y “que es bueno con los malos y desagradecidos.” (Lc 6,35). La uni-
versalidad va más allá del “pueblo santo”, y la parábola del trigo
y la cizaña (Mt 13, 24-30) nos sugiere renunciar a la pretensión
de una ‘comunidad de buenos o de puros’, ya que en la medida
en que la comunidad sea purificada (arrancando la cizaña) dejará
de ser comunidad de buenos y puros (se arrancará también el
trigo).
169
EL HOMBRE QUE VENÍA DE DIOS
falta una cosa: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres, y
tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme. Ante tal respuesta, el
hombre se fue triste, pues era muy rico. El contraste entre estos
dos casos es llamativo pues mientras Zaqueo el despreciado por
ser pecador es apreciado y crece en su ser de hombre, el otro que
había cumplido los mandamientos desde joven, se descarta a sí
mismo en el seguimiento de Jesús.
pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se
humilla será enaltecido (Lc. 18, 9 – 14).
2 Cf. para toda esta parte, J. Sobrino, Cristología desde América Latina,
Ediciones CRT, México, 1977, 123 y ss.
174
DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA
DIOS EN JESUCRISTO
9). Todo lo que hace Jesús es acción de Dios pero sin que por
ello deje de ser humana. En todo gesto de Jesús hay lo que puede
decirnos ese gesto humano, pero siempre se nos está diciendo
más que eso. Así, cuando Jesús lava los pies a sus discípulos está
enseñando el valor del servicio y más cosas, pero también se nos
está diciendo algo tan increíble como que Dios se está poniendo
a los pies, al servicio, del hombre. En la carta a Tito se nos dice
bellamente que en Jesús apareció la humanidad de nuestro Dios (3, 4).
Podemos decir que en Jesús Dios ha vivido nuestra misma vida
porque como dice Leonardo Boff refiriéndose a Jesús: tan huma-
no, tan humano, sólo podía ser Dios.
DIOS EN NOSOTROS
mera carta dice: Miren qué amor tan singular nos ha tenido el Padre: que
no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos... Amados, a pesar
de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos;
pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal como es (3,1 - 2). Notemos que no sólo se dice
que somos verdaderamente hijos de Dios, sino que en ese senti-
do, como Jesús, no hemos nacido de padre humano. Finalmente
en la segunda carta de San Pedro se indica que: (Dios) nos ha
concedido lo más grande y precioso que se pueda ofrecer: ustedes han llegado
a ser partícipes de la naturaleza divina (1, 4).
CONCLUSIÓN:
Impresión:
Gráfica Ava S.A.C.
Psje. Adán Mejía 178, Lima 11 - Perú
Telf. 471-1411 / 99945996