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ÍNDICE
1.- OBJETIVOS 2
4. EL CÓDIGO MODFLOW 9
4.1 Ámbito de aplicación de Modflow
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RECOMENDACIÓN
Los primeros seis apartados de esta unidad son teóricos, mientras que el séptimo es práctico. Algunos de
los primeros (en especial del 6.1 al 6.8) pueden resultar un tanto abstractos a primera vista. En realidad,
están concebidos más como un elemento de referencia para el apartado 7 que como material de lectura. Si
te resultan difíciles de seguir, lo mejor es pasar directamente al apartado 7, donde se explican de una
forma más llana mediante ejemplos: siempre puedes volver a la explicación teórica si necesitas ampliar
cualquier información.
1. OBJETIVOS
Esta unidad consiste en una primera aproximación a la modelización hidrogeológica. Para facilitar el
aprendizaje autónomo se ha intentado primar la claridad conceptual sobre la exhaustividad
académica.
Comenzaremos por definir lo que es un modelo digital de flujo subterráneo y sus principales
aplicaciones prácticas, para después exponer su fundamentación teórica en base a la ecuación general
de flujo. Además haremos una breve introducción al código Modflow, justificando su elección como
herramienta para el aprendizaje, y expondremos algunas breves precauciones que siempre han de
tenerse en cuenta a la hora de interpretar los resultados de estudios de modelización. Por último,
resolveremos paso a paso un ejemplo práctico con ayuda de Processing Modflow al objeto de fijar los
conceptos aprendidos.
Desde el punto de vista docente, el objetivo de esta unidad es que los estudiantes adquieran unos
conocimientos suficientes como para ser capaces de empezar a profundizar por su cuenta en la
materia.
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2. QUÉ ES UN MODELO
Un modelo es una maqueta por ordenador de un sistema acuífero. Los modelos permiten simular
las condiciones de flujo del agua en el subsuelo, incluyendo su trayectoria, velocidad y tiempo de
residencia. Por su propia naturaleza, los modelos encuentran su ámbito de aplicación en aquellas
problemáticas hidrogeológicas cuya complejidad desaconseja el uso de técnicas y cálculos sencillos.
2.2 Evolución histórica de las técnicas de modelización: del tanque de arena al modelo digital
Desde los albores de la civilización, zahoríes, agricultores, ingenieros y geólogos se han formulado
las mismas preguntas: ¿hay agua en el subsuelo?, ¿a qué profundidad debo llegar para encontrarla?,
¿en qué dirección se mueve?, ¿cuánto deprimiré su nivel al extraerla?
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Con algunas complejidades añadidas, estas preguntas siguen constituyendo el núcleo duro de
muchos estudios hidrogeológicos modernos. Como ya sabemos, la dirección del movimiento del agua
en el subsuelo depende de la energía del agua (potencial hidráulico) en cada punto. Así, partiendo del
hecho empírico de que el agua se mueve siempre de mayor a menor potencial, podemos predecir el
camino que sigue desde las zonas de recarga de un acuífero a las zonas de descarga.
El estudio del movimiento de las aguas subterráneas mediante modelos a escala comienza a finales
del siglo XIX. El primer modelo de agua subterránea del que se tiene noticia fue el realizado por
Forchheimer en 1898. Se trataba de un modelo físico, es decir, de un tanque de arena conectado a un
sistema de grifería, y tenía por objeto simular el flujo de agua hacia un pozo en Graz (Austria). Los
modelos físicos presentan la ventaja de ser muy visuales, y por tanto muy útiles en determinados
ámbitos. Por desgracia, su elevado coste y escasa versatilidad ha llevado a que hayan ido cayendo en
desuso.
Por esas mismas fechas comienzan a desarrollarse los primeros modelos analógicos, conocidos así
por tratarse de simulaciones de procesos físicos análogos a los descritos por la ley de Darcy. Se
cuentan entre ellos los modelos de fluidos viscosos, a los que se hacía circulan entre placas paralelas
separadas entre sí una distancia capilar. También pueden citarse los de membrana elástica y los de
transferencia de calor, así como los modelos eléctricos, que tuvieron una importante aceptación hasta
la década de los años sesenta del siglo pasado.
Es precisamente entonces cuando aparecen los primeros ordenadores. Poco a poco, estos fueron
reemplazando a los tanques de arena y a los circuitos eléctricos, que quedaron casi totalmente
relegados al ámbito docente. Esto se debe, en gran medida, a la enorme capacidad de cálculo de los
microprocesadores, que permite resolver complejos problemas matemáticos en breves lapsos de
tiempo. Los modelos matemáticos realizados por ordenador, o modelos numéricos, se conocen
coloquialmente como modelos digitales.
En los años setenta, el norteamericano Trescott desarrolló el primer software para abordar el flujo
tridimensional del agua en el subsuelo. Su importancia reside en sentar las bases del moderno código
Modflow, publicado por McDonald y Harbaugh en los ochenta. Como comentaremos más adelante,
Modflow se ha convertido en una de las herramientas de mayor aceptación entre los hidrogeólogos de
todo el mundo, hasta el punto de haberse convertido en un auténtico estándar mundial. De ahí que lo
utilicemos como herramienta de referencia en esta unidad.
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Antes hablábamos a nivel conceptual sobre lo que es un modelo y para qué sirve. Desde el punto
de vista matemático, todo lo expuesto se traduce en que un modelo nos proporciona una forma
rápida y eficiente de aproximar la solución a la ecuación general del flujo subterráneo.
Como en unidades anteriores se han tratado tanto el concepto de potencial hidráulico como las
peculiaridades del flujo subterráneo, aquí nos limitaremos a un breve recordatorio sobre la ecuación
general de flujo y su problemática de resolución.
Existen dos formas de conocer el potencial del agua en un lugar determinado de un acuífero. La
primera es perforar un sondeo que nos permita medirlo directamente. Este método tiene la ventaja
de ser inequívoco, pero es lento y costoso. Además, habitualmente existen múltiples inconvenientes
prácticos que impiden la proliferación de sondeos piezométricos.
El segundo método es calcular el nivel de manera indirecta, utilizando los distintos métodos
disponibles para la resolución de la ecuación general de flujo, una expresión matemática aplicable en
todos aquellos medios acuíferos donde pueda asumirse válida la ley de Darcy.
Donde K es la conductividad hidráulica en cada una de las tres dimensiones del espacio (x, y, z), h
es el valor del potencial hidráulico en dicho punto, ω representa el intercambio de agua con el
exterior del sistema, S* es el coeficiente de almacenamiento específico y t es el tiempo.
Aunque se trata de una expresión ciertamente compleja, su interpretación conceptual es bastante
más sencilla de lo que parece. Consideremos un acuífero y dividámoslo en muchos elementos
unitarios (Figura 5.1). Por elemento unitario entenderemos un trozo de acuífero de forma cúbica y
dimensiones Δx, Δy e Δz, orientado en el espacio según unos ejes cartesianos. Por motivos que
estudiaremos más adelante, a efectos de modelización se asume que los acuíferos consisten en la
suma de múltiples elementos unitarios, a los que llamamos celdas. Al conjunto de celdas que
componen un modelo se le llama malla.
No es difícil deducir que el nivel del agua en el interior de un elemento unitario de acuífero estará
relacionado con el volumen agua almacenado en su interior: cuanta más agua contenga, más alto
estará el nivel (Figura 5.2). De la misma manera, y por el principio de conservación de la masa, la
oscilación del nivel será función de la diferencia entre el volumen de agua que le entra y la que sale
de él hacia los elementos adyacentes.
Esto es precisamente lo que representan las variables x, y, z, h, ω y t de la ecuación [5.1]: la
variación del nivel a lo largo del tiempo (δh/δt) vendrá dada por la suma de las oscilaciones de nivel
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asociadas al intercambio de agua de nuestro elemento con otros elementos adyacentes del acuífero
en las tres direcciones del espacio (δ2h/δx2, δ2h/δy2, δ2h/δz2). También estará condicionada por el
intercambio de agua con el exterior (ω) si nuestro elemento de acuífero está en la frontera del
sistema: por ejemplo, si se encuentra en la superficie y recibe la infiltración directa del agua de lluvia.
Los parámetros K y S* están relacionados con la naturaleza de los acuíferos. Como es sabido, un
acuífero es toda aquella formación geológica capaz de almacenar y transmitir agua en cantidades
significativas. Esto quiere decir que la posibilidad de flujo entre los distintos elementos unitarios de
un acuífero estará condicionada por la capacidad de los mismos de almacenar y transmitir agua.
Así, el intercambio de flujo de nuestro elemento unitario en las tres dimensiones del espacio
estará necesariamente limitado por la permeabilidad del medio: de ahí que la K multiplique al
intercambio de agua en las tres direcciones (Kx·δ2h/δx2, Ky·δ2h/δy2, Kz·δ2h/δz2).
Figura 5.1. Un elemento unitario de acuífero se define como una porción de terreno de dimensiones Δx, Δy, Δz, orientado
en el espacio según unos ejes cartesianos. Por motivos que estudiaremos los próximos epígrafes, a efectos de
modelización se asume que los acuíferos consisten en la suma de múltiples elementos unitarios. Los elementos unitarios,
también llamados “celdas”, pueden adoptar diversas formas. Lo más corriente es que sean prismas cuadrangulares
(cúbicos) o rectangulares.
Por último, la oscilación del potencial hidráulico en nuestro elemento unitario a lo largo del
tiempo estará condicionada por su capacidad de almacenar agua (S*). Cuanto mayor es dicha
capacidad, menores son las oscilaciones producidas por un flujo de entrada o de salida. Para
comprender esto, basta con pensar en dos vasos: uno lleno de canicas y otro completamente vacío. Si
echamos el mismo volumen de agua dentro de ambos, el nivel subirá más en el que está lleno de
canicas, puesto que parte de su capacidad ya está ocupada. También bajará más el nivel en él si de
ambos vasos extraemos un volumen de agua equivalente. De ahí que la oscilación del nivel a lo largo
del tiempo en la ecuación [5.1] esté también condicionada por la capacidad de almacenamiento
(S*·δh/δt).
Cuando el nivel del agua en el elemento unitario considerado varía a lo largo del tiempo, decimos
que se encuentra en régimen transitorio o variable, lo que significa que existen diferencias entre los
flujos de entrada y salida.
Si por el contrario existe equilibrio entre ambos, el nivel del agua en el elemento considerado se
mantendrá estable. En ese caso hablaremos de régimen permanente o estacionario. Por tanto, el
término de la derecha de la ecuación general de flujo será cero, y esta quedará como sigue:
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2h 2h 2h
Kx 2 K y 2 Kz 2 0 [5.2]
x y z
Figura 5.2. El agua en el subsuelo se mueve de mayor a menor potencial hidráulico. En este caso, el flujo va de derecha a
izquierda, puesto que el potencial hidráulico h 5 es mayor que h0. El nivel en cada elemento unitario es función de las
entradas y salidas que experimenta con respecto a los elementos adyacentes. En este caso, el nivel del elemento 3
dependerá de la diferencia entre el volumen de agua que recibe del elemento 4 y la que le cede al elemento 2. Por tanto,
tendería a subir si el primero excediese al segundo, a bajar en caso contrario, y a mantenerse estable si ambos fuesen
iguales.
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4. EL CÓDIGO MODFLOW
Modflow es un paquete informático desarrollado por investigadores del Servicio Geológico de los
Estados Unidos en la década de los ochenta. El propósito de sus creadores fue programar un
algoritmo matemático capaz de automatizar la resolución de la ecuación general del flujo en tres
dimensiones, de manera que los modelos desarrollados con él fuesen capaces de describir y predecir
el comportamiento de cualquier sistema acuífero en el que pudiera darse por válida la ley de Darcy.
Modflow fue programado en lenguaje Fortran. Su primera versión pública data de 1988, y fue
mejorada por sucesivas revisiones del código en 1996, 2000 y 2005. El código original fue
considerablemente enriquecido por su naturaleza abierta: muchos de los módulos y plug-ins que hoy
forman parte integral del programa fueron en su origen contribuciones desinteresadas de distintos
investigadores.
Pese a esto último, no puede decirse que Modflow fuese originalmente un programa diseñado
para el gran público. De hecho, ni siquiera era asequible para la mayoría de los hidrogeólogos, puesto
que carecía de una interfaz de usuario lo suficientemente accesible. Sin embargo, desde el principio
existió un amplio consenso en torno a su utilidad práctica, puesto que incluso las primitivas versiones
de Modflow permitían abordar problemáticas más complejas que las técnicas hidrogeológicas
tradicionales. Quizá es por ello que no tardaron en surgir conceptualizaciones de Modflow enfocadas
a facilitar la labor del usuario. Entre ellas podemos destacar dos, Visual Modflow y Processing
Modflow. Su éxito ha sido tal que han terminado por convertirse en un auténtico estándar mundial
de la modelización.
Visual Modflow es una interfaz de usuario comercializada actualmente por la firma canadiense
Schlumberger. Se trata del paquete informático más ampliamente difundido dentro del mundo de la
hidrogeología, y destaca por su continua evolución y su atractiva apariencia gráfica. No en vano, la
firma cuenta con un verdadero ejército de programadores dedicado en cuerpo y alma al desarrollo y
mejora de su producto estrella. En su debe puede citarse su elevado precio y la problemática práctica
que en ocasiones genera su complejo sistema de licencias.
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Por su parte, Processing Modflow es una interfaz de usuario programada por los investigadores
Chiang y Kinzelbach, de la Universidad de Leipzig. Desde hace algunos años es comercializado por la
firma Simcore. Desde el punto de vista gráfico es menos atractivo que Visual Modflow, y su capacidad
de evolución es menor. Sin embargo, su robustez y fiabilidad está fuera de toda duda, siendo
comparativamente mucho más barato. Además, algunas versiones pueden descargarse
gratuitamente de la página web de la firma y funcionan sin limitaciones, lo que lo convierte en la
alternativa óptima tanto para la docencia universitaria como para el aprendizaje personal.
A pesar de estas diferencias, puede afirmarse que ambos programas son bastante equivalentes en
la práctica. Así, un usuario capaz de manejarse con Visual no tendrá dificultades en adaptarse a
Processing y viceversa. Para facilitar la tarea de introducirnos en la modelización (y, sobre todo, por
su carácter gratuito), a lo largo de las páginas siguientes adoptaremos Processing Modflow como
herramienta de trabajo.
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atestiguan las numerosas publicaciones que en tiempos recientes han ido saliendo en revistas y
boletines científicos especializados.
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Figura 5.3 Los resultados de la calibración del modelo de flujo de la Sierra de Mijas son mejores en los subsistemas del
Alhaurín el Grande y Torremolinos, donde el modelo reproduce las oscilaciones de nivel medidas en campo con
razonable precisión. En el caso del subsistema Benalmádena, Modflow sólo produce resultados válidos a escala de
tendencia, puesto que presenta picos que no se manifiestan en los datos de campo. Por último, en lo que respecta al
subsistema Mijas (abajo a la izquierda) puede decirse que las observaciones son insuficientes para evaluar la validez del
modelo.
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una excepción. Es por ello que necesario que en su utilización se respeten siempre los criterios
profesionales y éticos elementales.
6. PROTOCOLO DE ELABORACIÓN DE UN MODELO
Como hemos dicho antes, un modelo es una maqueta por ordenador de un acuífero (o de un
sector del mismo). Por tanto, los pasos requeridos son, en cierto modo, análogos a los que
seguiríamos si quisiésemos hacer una maqueta de un acuífero en un tanque de arena.
Así, la construcción de un modelo digital es una tarea bastante mecánica. Casi siempre será
necesario cubrir todas y cada una de las siguientes etapas, si bien cada software y cada problemática
son distintos y tienen sus propias peculiaridades (de ahí que estos epígrafes no se correspondan
exactamente con los del ejemplo resuelto en el apartado 7):
o Establecer la necesidad y objetivos del modelo
o Recogida y procesado de datos de campo
o Definición del modelo conceptual y condiciones de contorno
o Selección del software a utilizar
o Discretización del medio físico y parámetros hidrogeológicos
o Calibración del modelo en régimen permanente
o Régimen transitorio y discretización del tiempo
o Calibración y validación del modelo en régimen transitorio
o Análisis de sensibilidad
o Definición de hipótesis de simulación
o Análisis de resultados, recomendaciones y toma de decisiones
En las próximas páginas obviaremos los apartados de recogida de datos y selección de software: el
primero porque es materia hidrogeológica básica que debería ser conocida antes de abordar esta
unidad, y el segundo porque deja de tener sentido en el momento en que se ha concebido este texto
como una introducción a la modelización centrada en el uso de Processing Modflow.
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Es por ello necesario conocer bien las unidades hidrogeológicas de la zona a modelar y su relación
con las adyacentes, las zonas de recarga y descarga, el sistema de flujo subterráneo y los parámetros
que lo regulan. También es necesario conocer las acciones que, históricamente, se han llevado a cabo
sobre el sistema y el efecto producido. Con esto nos referimos principalmente –aunque no de forma
exclusiva– a las variaciones producidas en los niveles como consecuencia de la explotación.
Tener claros estos aspectos es fundamental por dos motivos. Primero porque los balances de
entradas y salidas son parte esencial de la resolución de la ecuación general de flujo; y en segundo
lugar, porque que es aquí donde definimos lo que vamos a modelizar en el ordenador: si nuestra
síntesis no se corresponde con lo que realmente ocurre en la naturaleza, nuestro modelo carecerá de
valor.
El modelo conceptual guarda una relación muy estrecha con lo que se conoce como condiciones
de contorno.
En efecto, la ecuación general del flujo es una expresión matemática genérica, es decir, tiene un
valor universal en medio acuífero siempre y cuando pueda asumirse válida la ley de Darcy. Sin
embargo, para que sea útil en la práctica es necesario ajustarla a las condiciones específicas de cada
problema. El ajuste se realiza mediante las denominadas condiciones de contorno, que en la práctica
nos permitirán establecer la geometría (forma y dimensiones del medio acuífero a modelizar) y sus
flujos de intercambio de entrada y salida con el exterior.
En otras palabras, definir las condiciones de contorno implica establecer la relación entre el
sistema hidrogeológico a modelar y su entorno. En el término de entorno debe incluirse tanto el
carácter de las unidades hidrogeológicas adyacentes –acuíferos, acuitardos, acuicludos y acuífugos–
como otros elementos que inciden sobre el sistema hidrogeológico desde el exterior a él y que sea
necesario tener en cuenta. Por ejemplo, ríos, humedales, lagos o manantiales.
En modelización existen tres tipos de condiciones de contorno fundamentales, cuyo
esclarecimiento debe ser objetivo prioritario del estudio hidrogeológico previo. Hacer coincidir los
límites de la zona a modelar con alguno de los tres tipos de condiciones de contorno favorece el
ajuste del modelo digital al modelo conceptual y facilita en gran medida la etapa de calibración de los
resultados.
Existen varios tipos de condiciones de contorno. Entre ellos podemos citar las de la Tabla 5.1.
Tabla 5.1 Condiciones de contorno de un modelo (con algunos ejemplos concretos)
Condición Características Aplicación Ejemplos
Cuerpos de agua superficial
La celda mantiene el mismo
cuyo elevado caudal o Ríos caudalosos
nivel durante toda la
almacenamiento sugiere que
simulación Lagos y embalses
Potencial constante su nivel no se verá modificado
Para ello cede o toma tanta durante las simulaciones Mar
(Dirichlet)
agua como sea necesario: se Líneas equipotenciales de
Líneas equipotenciales cuando
convierte en fuente o nivel conocido
se utilizan como condiciones
sumidero infinito de agua
de contorno del modelo
Deja entrar o salir un caudal Pozos de extracción o
Flujo constante Zonas del modelo donde los
de agua conocido de la celda inyección
valores de recarga o descarga
(Neumann) o conjunto de celdas
son conocidos Recarga por infiltración
especificadas
Flujo condicionado por El ordenador calcula el flujo Se utiliza en aquellas zonas Ríos
potencial hidráulico entre estas celdas y las celdas donde existe un flujo de agua
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6.3.1 La malla
Como se ha explicado antes, la ecuación general de flujo permite calcular el potencial hidráulico
para cada punto del acuífero. Al tratarse de un balance de entradas y salidas, el nivel en dicho punto
guardará relación con el de los adyacentes. Así, la dirección de flujo entre dos puntos contiguos –A y
B– dependerá del nivel relativo del agua. Es decir, si el nivel en el punto A está más alto, el agua fluirá
de A hacia B y viceversa.
Esto implica que el nivel en cada punto del acuífero depende en último término del nivel en todos
los demás, ya que todos los puntos están conectados entre si hidráulicamente. Para calcular la
distribución de todos los niveles, y con ella la dirección global de flujo, el ordenador debe resolver la
ecuación para cada uno de los puntos del acuífero.
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Figura 5.4 La resolución de la ecuación general de flujo mediante el método de diferencias finitas arroja un único valor de
potencial hidráulico por celda. El valor calculado se considera representativo de toda ella. Cuanto más pequeñas son las
celdas, menos se nota el efecto de su forma rectangular y, por tanto, nos aproximamos más a un medio continuo. Sin
embargo, necesitamos una mayor potencia de cálculo para resolver el sistema de ecuaciones. En ocasiones, esto puede
ocasionar problemas en la resolución del algoritmo, por lo que conviene evitar trabajar con celdas demasiado pequeñas si
las condiciones del problema lo permiten.
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Por definición, los bordes de la malla son equivalentes a filas de celdas inactivas, que aíslan el
sector modelizado del exterior.
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rara vez existe como tal. Más bien podríamos decir que se corresponde con un "estado medio de
equilibrio".
Aunque los acuíferos tienden naturalmente al régimen permanente, la intervención del ser
humano puede ocasionar importantes perturbaciones. Puede alcanzarse así un nuevo régimen
permanente que nada tenga que ver con el natural.
Imaginemos un pozo del que se extrae un pequeño caudal de agua. Si el pozo está en las
inmediaciones de un río muy caudaloso, su zona de captura crecerá hasta llegar al mismo. A partir de
ese momento, el pozo no ocasionará mayores descensos, puesto que el río será capaz de ceder toda
el agua que el pozo tenga la capacidad de extraer. En otras palabras, se llegará a un nuevo estado de
equilibrio –régimen permanente– caracterizado porque el nivel freático en las inmediaciones del
pozo estará más deprimido que en condiciones naturales.
La calibración en régimen permanente normalmente consiste en comparar los resultados que
obtenemos de esta simulación (un mapa de isopiezas, un caudal), con un valor medido en campo
para unas condiciones similares.
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Para ilustrar todo lo anteriormente expuesto vamos a abordar la elaboración de nuestro primer
modelo. Las siguientes páginas explican el desarrollo del modelo paso a paso y de principio a fin. Para
poder seguirlo es necesario bajarse Processing Modflow (versión 8.041 Demo) de la página web
www.simcore.com. La descarga es sencilla, puesto que solo hay que hacer clic sobre el fichero
referido a la versión citada y seguir los pasos indicados. El programa no pesa demasiado y el proceso
es prácticamente automático.
7.1 Enunciado
Un pequeño acuífero libre está compuesto por materiales granulares homogéneos. Tiene una
superficie de 5x3km2 y un espesor medio de 225m. El sistema está en contacto con un gran lago
situado al sur, cuyo potencial puede considerarse aproximadamente constante en el tiempo. Los
límites E, W y N son impermeables a efectos prácticos, y la principal fuente de recarga del sistema es
el agua de lluvia, que en un año medio asciende a 450mm. Existen tres piezómetros en el acuífero
donde se viene midiendo la evolución del nivel desde 2011.
Datos adicionales:
o Cota de la superficie del terreno: 625 m.s.n.m.
o Cota de la superficie del lago: 595 m.s.n.m.
o Cota de la base impermeable (muro del acuífero): 400 m.s.n.m.
o Conductividad hidráulica: 0.1 m/d
o Porosidad eficaz: 0.5%
o Recarga media: 10% de la precipitación
o Ubicación de los pozos: celdas (20, 14), (11, 24) y (18, 39)
o Datos históricos de piezometría: fichero "piezometria.complete_obs"
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Hace tres años, a comienzos de 2011, se puso en funcionamiento una batería de tres pozos para
regar unas explotaciones agrarias cercanas durante los meses de primavera y verano. Actualmente se
piensa en incrementar el caudal de bombeo de dichos pozos al doble, a fin de poner una mayor
superficie en explotación. El objetivo de nuestro modelo es estudiar los descensos que el incremento
de extracciones podría producir en el acuífero, y si alguno de nuestros pozos podría llegar a secarse
como resultado.
Nota importante: En la resolución de este ejercicio asumiremos a todos los efectos que nos
encontramos actualmente a finales del año 2013.
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que nuestro modelo se comporta de forma similar a la realidad física ante cualquier estímulo
hidrológico. Por tanto, podremos "olvidarnos" de esta última y utilizar nuestro modelo para predecir
cómo se comportaría el acuífero bajo distintos escenarios de simulación.
Resumiendo, el proceso consta de tres fases:
o Una primera simulación en régimen permanente, enfocada a obtener las condiciones
naturales del sistema (un estado medio de equilibrio).
o Partiendo de ellas, una simulación histórica en régimen transitorio, a fin de comprobar que
nuestro modelo es capaz de reproducir adecuadamente la realidad física observada en campo
(calibración del modelo).
o Partiendo de lo anterior, una o varias simulaciones en régimen transitorio en las que
utilizamos el modelo para predecir el comportamiento futuro del acuífero bajo escenarios
hipotéticos.
Entonces buscaremos el lugar de nuestro disco duro donde queramos guardar nuestro modelo. En
nuestro caso, y para simplificar, utilizaremos la ventana que se abre para crear una carpeta en el
escritorio, a la que llamaremos "RegPerm" (dado que Modflow "baja" a DOS a correr, es
recomendable utilizar nombres cortos y sin espacios). Acto seguido haremos clic sobre la misma y
crearemos un archivo llamado "Ejercicio".
Lo que hemos hecho hasta aquí ha sido simplemente decirle al ordenador dónde queremos que
guarde todo lo relativo a nuestro modelo. A partir de ahora empezaremos a construirlo.
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Los dos recuadros siguientes (Row, Column) sirven para definir la cuadrícula. Number of rows y
number of columns permiten establecer el número de celdas que queremos en cada una de las dos
dimensiones horizontales. En cada caso, Model extent hace referencia a la longitud total de la malla
en cada dirección (3000 y 5000 metros).
Al establecer 30 filas para una longitud de 3000 metros y 50 columnas para 5000 metros, estamos
definiendo las dimensiones de cada celda en 100x100 metros.
Nota importante en relación a las unidades: Como se puede observar, Processing Modflow no nos
pide en ningún momento unidades de longitud. Podemos elegir libremente si queremos trabajar en
metros, centímetros o kilómetros. Eso sí, nuestras unidades de longitud deben ser coherentes. Es
decir, debemos trabajar siempre en la unidad de longitud en la que definimos el model extent. Esta
elección afecta también a las unidades volumétricas, ya que Processing Modflow trabaja en unidades
de longitud al cubo (metros cúbicos, kilómetros cúbicos) y no en unidades de capacidad (litros).
También afecta a magnitudes como la permeabilidad, que se mide en unidades de longitud partido
por tiempo o a la transmisividad (unidades de longitud al cuadrado partido por tiempo). En la
práctica, nosotros trabajaremos en metros como unidad de longitud y días como unidad de tiempo.
Esto significa que nuestros caudales irán en metros cúbicos por día, nuestras permeabilidades en
metros partido por día y nuestras transmisividades en metros cuadrados por día.
Por el momento no es necesario preocuparse por nada más en esta ventana. Por tanto, haremos
clic en el botón OK. Inmediatamente aparecerá nuestra malla (Figura 5.7).
Si estamos de acuerdo con la malla, simplemente haremos clic en el icono de una puerta que hay
en la parte superior izquierda de la imagen y diremos que sí queremos guardar los cambios a la malla.
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Si estamos de acuerdo con la malla, simplemente haremos clic en el icono de una puerta que hay
en la parte superior izquierda de la imagen y diremos que sí queremos guardar los cambios a la malla.
Antes de definir nuestro tipo de acuífero, entraremos en el siguiente menú (para los pasos
posteriores es recomendable maximizar completamente la pantalla):
Grid >> Top of layers
Entraremos de nuevo en la malla, si bien esta vez observamos que en la parte inferior de la
pantalla, en vez de Mesh size, pone Elevation of the Layer Top (Figuras 5.7 y 5.8). Esta etiqueta, por
tanto, nos recuerda qué variable estamos modificando cada vez que entramos en nuestra malla.
Si ahora pinchamos sobre cualquier celda, observaremos que el valor que sale en la parte inferior
izquierda de la pantalla pone 625, cota que se corresponde con el techo de nuestro acuífero (Figura
5.8). Si por lo que sea no aparece este valor, conviene corregirlo entrando en el menú Value:
Value >> Reset matrix >> 625 >> OK
En ocasiones, las celdas son demasiado pequeñas para verlas en ese tamaño. Para ajustar la malla
al espacio blanco de la pantalla es necesario hacer clic en el botón Switch to grid view (Figura 5.8).
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Para establecer que estamos en un acuífero libre, pincharemos en la celda de la tabla que está
inmediatamente debajo de Layer y escogeremos la capa de tipo 1 (unconfined, que significa "no
confinado" o "libre") (Figura 5.9).
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o Celdas impermeables: todos los bordes de la malla exceptuando el lago (un borde de la
malla es, por definición, impermeable - condición de flujo impuesto (no flujo)
El resto de celdas del modelo se corresponden con la roca permeable del acuífero, y se marcan
como celdas activas.
En Processing Modflow las condiciones de contorno están separadas en dos sitios distintos. La
definición de celdas permeables, impermeables y de potencial constante está en el menú Grid >> Cell
status >> IBOUND (Modflow), mientras que flujos constantes (pozos, recarga por lluvia, manantiales,
etc) están bajo el menú Models >> Modflow >> Flow Packages.
Para definir el lago entraremos en el primer menú:
Grid >> Cell status >> IBOUND (Modflow)
Una vez retornemos a nuestra malla, establecemos que todas las celdas son permeables y que el
borde sur del sistema está formado por un gran lago que mantiene su potencial constante en el
tiempo. Para ello:
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Con esto asignamos el valor 1 a todas las celdas. Dentro del menú IBOUND, una celda tiene tres
valores posibles: 1 significa celda permeable (celda blanca), 0 significa celda impermeable (celda gris)
y -1 significa celda de potencial constante (celda azul oscuro). Por tanto, lo que hemos hecho ha sido
decirle al ordenador que todas las celdas son permeables.
Para definir el lago tenemos que asignar un potencial impuesto a todo el límite inferior de la malla.
Para ello pincharemos sobre la que está en la esquina inferior izquierda con el botón izquierdo
primero y con el derecho después. En la ventana que se abre escribiremos -1 (Figura 5.10) y
pulsaremos Ok. Observamos que la celda se tiñe de color azul oscuro. Con esto la hemos
transformado en una celda de nivel constante.
Figura 5.10 Condiciones de contorno: celdas permeables (blanco) y celdas de potencial impuesto (azul oscuro).
Podríamos repetir la operación para el resto de celdas de la parte inferior de la pantalla, pero sería
lento y tedioso. En esta ocasión es más práctico utilizar el comando copiar celda. Primero pinchamos
con el botón izquierdo sobre la celda de color azul oscuro, y después pulsaremos el icono de copiar
celda (Figura 5.10). Después pincharemos sobre todas las celdas de la fila inferior, que se irán
poniendo azules. Finalmente, pulsaremos de nuevo sobre el botón de copiar celda para desactivarlo y
sobre el icono de la puerta para guardar y salir.
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Ahora mismo, el ordenador sabe que las celdas del lago deben tener un nivel constante, pero no
sabe a qué cota tiene que fijarlo. Por tanto, tenemos que establecer dicha cota. Lo haremos entrando
en:
Parameters >> Initial & Prescribed Hydraulic Heads
E introduciremos el valor de 595 metros sobre el nivel del mar (cota del lago). Lo hacemos con
Reset Matrix porque es necesario que todas las celdas tengan un nivel de agua de partida (si están
“vacías”, la resolución de la ecuación general de flujo no es posible).
La última condición de contorno que falta es la recarga por lluvia.
De acuerdo con el enunciado, la recarga del acuífero asciende por término medio al 10% de la
precipitación, siendo esta última de 450mm/año. Por tanto, nuestra recarga media es de 45 mm/año.
Antes hemos establecido que íbamos a trabajar en metros como unidad de longitud y días como
unidad de tiempo, pero todavía no le hemos dicho al ordenador esto último. Para establecer el día
como unidad de tiempo, entraremos en el menú:
Parameters >> Time
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Figura 5.11 Estableciendo el día como unidad de tiempo para los cálculos internos del modelo.
En la ventana que se abre (Figura 5.11) cambiaremos la simulation time unit a days y después
pulsaremos Ok.
A continuación, es necesario pasar el valor medio de recarga a m/d. Un sencillo cambio de
unidades revela que 45 mm/año son 0.00012 m/d. Para introducirlo en el modelo, tendremos que ir
al menú Recharge (recarga), que está en:
Models >> Modflow >> Flow packages >> Recarga
Para asignar dicho valor de recarga en todas las celdas del modelo, iremos a:
Value >> Reset Matrix
Introduciremos la cifra 0.00012 m/d en la casilla Recharge Flux y daremos a Ok. Acto seguido
pulsaremos sobre el icono puerta para guardar y salir.
Nota sobre decimales: Por lo general, Processing Modflow "prefiere" el punto como separador
decimal. En algunos ordenadores, entiende la coma en mitad de un número como un carácter
extraño, e ignora cualquier valor que quede a la derecha de la misma. La consecuencia en este caso
sería que tomaría la recarga como cero. Conviene tener esto en cuenta si en algún momento vemos
que no está leyendo correctamente nuestros datos de recarga.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Acto seguido, introducimos el valor 0.1 en la casilla contigua a Horizontal Hydraulic Conductivity y
pulsamos Ok. Después, icono puerta para guardar y salir.
Y en el caso de la porosidad:
Parameters >> Effective porosity >> Value >> Reset Matrix
Introducimos el valor 0.05 en la casilla contigua a Effective Porosity (Processing Modflow trata los
porcentajes en tanto por uno) y pulsamos Ok. Después, pulsamos el icono puerta para guardar y salir.
Nota sobre la porosidad: En realidad, la porosidad en régimen permanente se utiliza únicamente
para calcular el campo de velocidades de flujo y no como sinónimo de almacenamiento (como
veíamos en la ecuación [5.2], el almacenamiento no varía en régimen permanente al ser iguales las
entradas y salidas de agua al modelo).
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Se nos abrirá una ventana similar a la de la Figura 5.12, donde podemos observar los distintos
módulos que Processing Modflow va a correr internamente y donde se nos plantean una serie de
opciones en la parte inferior. Conviene marcar las pestañas Check model data y Regenerate all input
files. La primera sirve para que Processing Modflow haga un chequeo predeterminado en busca de
incongruencias en los datos que hemos introducido (por ejemplo, si hemos puesto la base del
acuífero por encima del techo, si tenemos permeabilidades negativas, etc). Esta opción no detectará
absolutamente todos los errores que hayamos podido cometer, pero sí algunos de los más comunes.
La segunda sirve para especificar que queremos que corra todos los módulos. Así nos aseguramos de
que incluya en la simulación los cambios más recientes que hayamos podido hacer. Las otras dos
pestañas cumplen funciones muy específicas que escapan al ámbito de un ejercicio introductorio
como este. Por último pulsaremos Ok. Se abrirá una ventana de color negro mostrándonos las
iteraciones del modelo numérico hasta que este llegue a la solución del problema, es decir, a la
distribución del nivel freático que resulta de igualar las entradas de agua al acuífero por lluvia con las
salidas a través del lago.
Para ver el mapa de isopiezas que obtenemos como resultado, pulsaremos sobre:
Tools >> 2D Visualization >> Hydraulic Head >> Ok
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Observamos un mapa de isopiezas un tanto complicado de leer (Figura 5.13), puesto que las
notaciones son exponenciales y no nos permiten apreciar bien el gradiente hidráulico. Para hacerlo
más visual, vamos a cambiar la notación exponencial a notación decimal y después vamos a
establecer un intervalo adecuado entre isopiezas y a introducir color.
Para cambiar el tipo de notación:
Options >> Environment >> Contours >> Label Format
Se abrirá entonces una ventana como la de la Figura 5.14, donde fijaremos notación decimal
(fixed), con una única cifra a la derecha de la coma (decimal digits, 1). Después pulsaremos Ok para
cerrar dicha ventana.
Figura 5.13 La primera impresión del resultado tiene un valor gráfico algo limitado, por lo que es conveniente retocarla.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Figura 5.14. En esta ventana se define la notación de las cifras del mapa de isopiezas (decimal=fixed o
exponencial=exponential)
Antes de cerrar la ventana Contours, pulsaremos sobre la cabecera de la columna Level (es decir,
sobre la propia palabra Level). Se nos abre una ventana adicional como la de la Figura 5.15 donde
podemos establecer la isopieza de valor máximo que queremos representar, la de valor mínimo y el
salto de nivel entre isopiezas. Pondremos 621 como valor máximo, 595 como valor mínimo y un salto
de 2 metros entre isopiezas. Acto seguido pulsaremos Ok dos veces para cerrar ambas ventanas. El
resultado es el de la Figura 5.16, más fácil de leer que el de la Figura 5.14.
Figura 5.15. En la ventana Environment Options se definen las características básicas de las isopiezas (valores, color,
relleno, tamaño de letra, espaciado entre etiquetas, etc)
En la ventana Environment Options hay alguna cosa más que vale la pena retocar. Por ejemplo,
podríamos pinchar sobre la pestaña Fill contours y después dar a Ok. Con ello rellenaríamos el
espacio entre isopiezas según la gradación de colores de la columna Fill. Por defecto, Processing
Modflow utiliza un azul oscuro que hace los valores un poco difíciles de leer. Así, es más práctico
utilizar como relleno colores un poco más claros. Para cambiarlos, basta con hacer clic sobre el
encabezado de la columna Fill, pinchar sobre el recuadro azul de la ventana que sale y cambiar dicho
color por un naranja. Así, obtendríamos un mapa como el de la Figura 5.17.
El color resulta de especial utilidad a la hora de mostrar los resultados a personas que, aun siendo
técnicos, no necesariamente tienen una formación hidrogeológica: es más sencillo decir que el agua
se mueve del naranja al verde que decir que lo hace de mayor a menor potencial.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
En cualquier caso, el modelo arroja resultados que parecen razonables, puesto que el agua se
mueve en la dirección en que cabría esperar que lo hiciese (desde cualquier punto del acuífero en
dirección al lago). La calibración en régimen permanente consistiría en comparar estas isopiezas con
un mapa de isopiezas del acuífero en condiciones naturales, para apreciar las discrepancias entre uno
y otro. Si estas fueran "demasiado grandes" para nuestros propósitos, habría que reevaluar nuestros
datos de entrada. Por lo que respecta a este ejercicio, asumiremos que la calibración en régimen
permanente es adecuada, y que podemos utilizar estos niveles como punto de partida para trabajar
en régimen transitorio.
Figura 5.16. Así queda nuestro resultado con una notación decimal y un salto entre isopiezas más cómodo de leer.
Antes de continuar, vamos a guardar los resultados obtenidos en un fichero que luego podamos
cargar como punto de partida para el régimen transitorio. Para ello:
Value >> Matrix >> Save
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Figura 5.17. Así queda nuestro resultado una vez hemos incluido color.
Se abrirá una ventana nueva con el programa PMPath. Pincharemos aleatoriamente por la
pantalla con el botón derecho del ratón, observando que en cada sitio que pulsamos aparece un
punto rojo. Acto seguido, pulsaremos repetidas veces el botón de Play que hay en la parte superior
de la pantalla. Tras hacerlo unas cuantas veces, deberíamos obtener una imagen parecida a la de la
Figura 5.18.
Cada una de las líneas rojas es una trayectoria de flujo, por lo que podríamos decir que cada punto
rojo que hemos pintado se corresponde con una gota de agua. El lateral derecho y la parte inferior de
la pantalla representan la proyección de las trayectorias vistas desde estos ángulos. El número de
días al que corresponde cada pulsación del Play se puede cambiar en el menú Options >> Particle
Tracking. Asimismo, podemos añadir las isopiezas tal como hicimos anteriormente usando el menú
Options >> Environment >> Contours.
Y si marcamos la pestaña Visible en el menú Options >> Environment >> Velocity Vectors
representaremos la velocidad relativa del agua en cada una de las celdas (Figura 5.19).
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Como veremos, todo ello variará sensiblemente una vez abordemos en régimen transitorio.
La segunda cosa que vamos a hacer antes de continuar es llevar a cabo una evaluación cuantitativa
de los flujos de agua en nuestro acuífero, es decir, un balance hidrológico. Para ello, cerramos
PMPath y entramos en:
Tools >> Water Budget >> Ok
Se abrirá entonces una ventana como la de la Figura 5.20, donde observamos que hay cuatro
columnas. La primera representa las condiciones de contorno y el almacenamiento de agua en el
sistema. La segunda son las entradas de agua al acuífero, la tercera las salidas y la cuarta la diferencia
entre ambas. Como reza la primera línea de la ventana blanca, los flujos están en unidades de
longitud al cubo partido por tiempo (en nuestro caso, metros cúbicos por día, ya que hemos
respetado estas unidades en todo momento).
Observamos que las entradas por recarga de la lluvia (recharge) son prácticamente idénticas a las
salidas por las celdas de potencial constante (constant head), como corresponde al hecho de que
estamos en régimen permanente, y que ascienden a unos 1740 m3/d (la notación es exponencial). La
diferencia entre unas y otras (inferior al 1 por mil), se debe al método numérico de resolución.
Alcanzar una precisión mayor es posible, pero no suele valer la pena teniendo en cuenta las
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incertidumbres que habitualmente manejamos en hidrogeología, y que ello puede implicar que el
cálculo dure horas (en vez de unas décimas de segundo).
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Figura 5.20. Balance de las entradas y salidas de agua del modelo (Water Budget).
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Un pequeño truco: si no queremos teclear 90 las doce veces, podemos pinchar sobre Period
Length y teclear 90 en la ventana que se abre.
Una vez nuestra tabla quede como la de la Figura, pulsamos Ok.
Entonces buscaremos el fichero potini.dat y le daremos a ok (Figura 5.22). En la tabla que aparece
en la pantalla tenemos ahora los resultados de la pasada al modelo en régimen permanente para
cada una de las celdas de la malla.
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Figura 5.22. Los niveles iniciales para la simulación histórica se corresponden con los resultados de la pasada en régimen
permanente. Cada celda tiene ahora un valor distinto.
Pulsamos Ok para aceptar y después pulsaremos sobre el icono de la puerta para guardar y salir.
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la tabla que sale, haremos lo propio sobre el número 2 de manera que la flecha negra apunte hacia él
(Figura 5.23). Por último pulsaremos Edit data.
Figura 5.23. Esta tabla nos sirve para saltar de un paso de tiempo a otro y editar las características de cada uno
independientemente.
Al entrar de nuevo en la malla, comprobaremos que hemos pasado al paso de tiempo 2 (period 2).
Nuestros pozos están en las celdas (20, 14), (11, 24) y (18, 39). Para introducir el primero
pulsaremos con el botón izquierdo del ratón sobre la celda correspondiente y después con el
derecho. En la ventana que se abre nos pregunta el "caudal de inyección del pozo" (injection rate of
the well). Si insertamos un valor positivo, nuestro pozo estará inyectando agua en el acuífero (el
convenio de signos de Processing Modflow es que los valores positivos de caudal son siempre
entradas al acuífero, mientras que los negativos son salidas). Dado que nuestros pozos son pozos
convencionales de extracción, tendremos que introducir el caudal en esta ventana con signo
negativo, es decir, -1000.
Tan pronto lo hagamos, la casilla quedará rellena de rojo. Repetiremos el mismo proceso para los
otros dos pozos, de manera que nos quede algo similar a la Figura 5.24.
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Para el tercer paso de tiempo repetiremos la operación. Solo habrá que pulsar sobre el icono de
cambiar de paso de tiempo y marcar en este caso el número 3. Dado que los bombeos en el período
3 son idénticos a los del 2, y que el patrón de extracciones se repite todos los años (bombeo cero en
el primer y cuarto trimestre, bombeo de 1000 m3/d en cada pozo durante el segundo y el tercero),
podemos tomar un atajo para introducir los datos en el modelo. Para ello pulsaremos el icono de
cambiar de paso de tiempo, y copiaremos la información de unos pasos a otros.
Teniendo la flecha negra junto al número 2, pinchamos sobre copy data y decimos que la copie del
período 2 (from stress period 2) al 3 (to stress period 3). Después repetiremos la operación para
copiar del periodo 2 a los períodos 6, 7, 10 y 11 (trimestres segundo y tercero de 2012 y 2013). Acto
seguido, copiaremos el período 1 al 4, 5, 8, 9 y 12. Por último, pincharemos sobre los cuadraditos
vacíos de la tabla para activarlos, de manera que esta quede como en la Figura 5.25.
Una vez hayamos terminado, pulsaremos sobre el botón close para cerrar la tabla y después sobre
el icono de la puerta para guardar y salir.
La recarga es algo más tediosa de introducir, ya que los valores varían en cada paso de tiempo. En
cualquier caso, se trata de teclear solo los doce valores de la última columna de la Tabla 5.2, por lo
que no nos llevará mucho trabajo (para modelos con muchos pasos de tiempo, puede ser
conveniente editar directamente el fichero rch.dat que hay en la carpeta donde se encuentra nuestro
modelo, pero no nos detendremos en eso aquí). El proceso similar al de los bombeos:
Models >> Modflow >> Flow packages >> Recharge
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Figura 5.25. La tabla de los bombeos debería quedar así una vez acabemos el proceso de introducir los datos.
Si nos sale una ventana inquiriendo sobre si queremos desactivar o editar la recarga, pulsaremos
el botón Edit.
Volveremos entonces a la malla para editar el primer período de tiempo. Para introducir la recarga
del primer trimestre de 2011 (I-2011):
Value >> Reset Matrix >> 0.00016
Después pulsamos sobre el icono de cambiar período y entramos en el paso de tiempo 2, donde
repetimos la operación metiendo esta vez el valor de recarga del segundo trimestre de 2011 (II-
2011):
Value >> Reset Matrix >> 0.00008
Y así sucesivamente hasta que terminemos de meter los doce valores. Una vez hayamos
terminado, pulsamos el icono puerta para guardar y salir.
NOTA: Dado que estamos trabajando en metros y días, hay que tener mucho cuidado con el
número de ceros. Un cero de más o de menos cambia la recarga en un orden de magnitud, por lo que
afecta muy sensiblemente a los resultados del modelo.
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Acto seguido buscaremos y abriremos el fichero “piezometria” (Figura 5.26). Para encontrarlo, es
necesario abrir, en la parte inferior derecha, la extensión “complete information” (complete_obs).
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Ahora el ordenador conoce todo lo necesario para efectuar la simulación histórica: sabe la
geometría del acuífero, sus parámetros hidrogeológicos, los puntos de entrada y salida de agua y la
variación espacio-temporal de los mismos. Asimismo, sabe que tiene que proporcionarnos resultados
trimestrales en función de los pasos de tiempo que hemos descrito y que tiene que compararlos con
una serie de datos medidos en campo. Por tanto, podemos ponerlo a correr para ver si es capaz de
reproducir las tendencias piezométricas observadas en el campo durante la serie histórica. Para ello:
Models >> Modflow >> Run
Y activamos Regenerate all input files y Check model data por los motivos explicados
anteriormente antes de pulsar Ok. Modflow se pondrá a correr y llegará a una distribución de nivel
piezométrico para cada paso de tiempo en función de las entradas y las salidas de agua de nuestro
acuífero.
Antes de ver los mapas de isopiezas y las trayectorias, vamos a observar si la calibración es buena.
Para ello iremos a:
Models >> Modflow >> View >> Head-Time curves
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Saldrá una ventana como la de la Figura 5.27. En la columna OBSNAM sale cada uno de los tres
piezómetros. El hecho de que tengan la marca de activación al lado significa que, cuando a
continuación representemos las gráficas de nivel, los tres piezómetros van a salir representados.
Dado que los tres tienen asignado el color negro en la columna color, conviene modificarlos para
distinguirlos mejor. Es tan sencillo como pulsar sobre la flecha de menú desplegable que hay junto a
cada casilla negra y seleccionar un color distinto. En este caso hemos optado por negro, azul y rosa.
Una vez hemos seleccionado un color para cada piezómetro, pulsamos la pestaña chart (Figura
5.28).
La Figura 5.28 muestra los resultados de la calibración. Para cada punto de observación (para cada
color), la línea discontinua representa los niveles piezométricos medidos en campo, mientras que la
línea continua hace referencia a los calculados por el modelo. En los piezómetros 2 (rosa) y 3 (azul) se
observan ciclos estacionales, con bajadas y subidas más o menos pronunciadas. Las subidas se
corresponden con los períodos en los que llueve más y no se bombea (primer y último cuatrimestre
de cada año), mientras que las bajadas coinciden con los períodos en los que llueve menos y se
bombea más (segundo y tercer trimestre). Por tanto, podemos decir que los resultados tienen
sentido conceptualmente. El hecho de que los descensos sean más acusados en el piezómetro 3 y
menos en el 1 tiene que ver con la distancia de cada piezómetro al pozo de extracción de agua:
cuando más cercano, más notará el efecto del bombeo.
Como puede apreciarse, el modelo reproduce con bastante fidelidad las tendencias observadas
(de hecho, no es habitual tener una calibración tan buena en todos los puntos de observación de un
acuífero, puesto que nuestros datos de partida suelen tener sus incertidumbres asociadas). Por tanto,
podemos afirmar que reproduce fielmente la realidad física y utilizarlo para hacer simulaciones de
carácter predictivo.
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Figura 5.27. A la izquierda tenemos los tres piezómetros de referencia para calibrar el modelo (OBSNAM 1, 2 y 3). Los
datos de la tabla de la derecha comparan el valor calculado por el modelo para cada punto con el observado en campo.
Entonces, tal como hicimos en el apartado 7.3.5, pincharemos sobre el encabezado de la columna
level para establecer la cota mínima y máxima de las isopiezas que queremos representar, así como
en salto de potencial entre isopiezas. Como cota mínima pondremos 580 metros, la cota máxima será
622 metros y el intervalo dos metros.
Una vez hemos hecho esto daremos a Ok y podremos utilizar las flechas que hay a la derecha de
Simulation time para navegar de los resultados de un paso de tiempo al siguiente. Si navegamos
hasta el paso de tiempo 11 (tiempo 990 días), iremos viendo una "película" de la evolución del nivel
freático en todo el acuífero, y acabaremos con algo muy parecido a lo que se aprecia en la Figura
5.29.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
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Figura 5.29 Mapa de isopiezas correspondiente al paso de tiempo 11 de la simulación (es decir, los niveles en el acuífero
tras el tercer trimestre de 2013).
Vale la pena comparar la Figura 5.29 con la Figura 5.17 para observar cómo los pozos influyen en
la dinámica natural de flujo del acuífero. Otra forma de verlo es utilizar PMPath. Simplemente
saldremos con el icono puerta y abriremos dicho programa. Para representar las líneas de flujo en el
período de tiempo 11, vamos a:
Options >> Particle Tracking
En la casilla Stress Period introduciremos el valor 11 (Figura 5.30). Acto seguido, iremos a:
Options >> Environment >> Contours >> Visible
Y pincharemos sobre level para volver a indicar que queremos como cota mínima de la isopieza
580, cota máxima 622 e intervalo dos metro, tal como hicimos en la visualización de la Figura 5.29.
Por último, pulsaremos Ok para cerrar la ventana de los niveles y pincharemos aleatoriamente con el
botón derecho del ratón por toda la pantalla para poner distintas partículas de agua. Pulsando el
botón de Play varias veces llegaremos a algo parecido a lo de la Figura 5.31, que podemos comparar
con la Figura 5.18 para ver cómo los pozos han distorsionado el patrón de flujo del agua subterránea
en el acuífero: en condiciones naturales (régimen permanente), el acuífero en su totalidad vertía
hacia el lago; ahora los pozos captan gran parte de esa descarga.
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Figura 5.30 Especificando en PMPath el paso de tiempo cuyas líneas de flujo queremos representar.
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Con todo lo expuesto hasta aquí, podemos afirmar varias cosas: (1) En condiciones naturales,
nuestro acuífero vertía hacia el lago; (2) Tras tres años de extracciones, los bombeos han alterado
significativamente el flujo natural del agua subterránea; (3) Nuestro modelo es capaz de reproducir
con fiabilidad lo que hemos observado en el campo; y (4) por tanto, podemos utilizarlo para resolver
la cuestión que nos planteaba el enunciado: suponiendo unas condiciones de recarga media para los
próximos tres años, qué depresión adicional en el nivel en nuestro acuífero esperaríamos obtener si
hiciese falta bombear el doble de agua de cada pozo.
Antes de pasar a la simulación con carácter predictivo, haremos una breve descripción de lo que
es un análisis de sensibilidad.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
abordar la (b) para no prolongar innecesariamente el ejercicio. Las otras quedan como tarea
individual.
Como hicimos al pasar de régimen permanente a transitorio, conviene hacer una copia de la
carpeta donde tenemos nuestro modelo calibrado y trabajar sobre ella. Así nos aseguramos de
mantener a buen recaudo el trabajo que llevamos hecho hasta ahora. A la carpeta nueva la
llamaremos RegTransSimul (simulaciones en régimen transitorio).
Después, entramos en Processing Modflow y vamos a:
File >> Open model
E introduciremos otros doce períodos de tiempo de noventa días cada uno, de manera que
nuestra tabla de tiempos quede como la de la Figura 5.32.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
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Figura 5.33 Evolución esperable de los niveles en el acuífero según la hipótesis de simulación descrita (recarga media, tasa
de extracción doble). Año horizonte 2017. Los valores simulados comienzan donde terminan las líneas discontinuas de
colores (tiempo 1080 días).
Como puede observarse, los descensos esperados llevarían el nivel durante los períodos de
explotación al entorno de la cota 550 m.s.n.m., es decir unos 30 metros por debajo de los mínimos
registrados durante la simulación histórica. Esto por ejemplo nos serviría para estimar el incremento
de nuestros costes energéticos (el coste de la energía que hay que suministrar a la bomba para que
extraiga el agua) o para planificar la ubicación de nuevos sondeos de extracción. También nos sirve
para ver que el incremento de las extracciones no agotaría el acuífero a corto plazo (la base del
mismo está a cota 400 m.s.n.m.) pero sí podría suponer un problema importante a medio o largo
plazo, puesto que los niveles bajan relativamente deprisa. Por último, observamos que el incremento
de los bombeos lleva a que al acuífero le cueste más recuperar su nivel durante las épocas húmedas,
puesto que los picos de recarga cada vez alcanzan una cota menor.
Otro enfoque que podríamos dar a nuestras simulaciones es ver cuándo tardaría la relación
natural acuífero-lago en restablecerse si dejásemos de bombear por completo durante algún tiempo.
En este sentido, podríamos hacer uso de la herramienta Water Budget (apartado 7.3.5) para estudiar
cómo ha evolucionado el intercambio de caudal entre ambos desde que se comenzó a bombear.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
El hecho es que, una vez nuestro modelo está calibrado tenemos la herramienta adecuada para
evaluar un amplísimo espectro de escenarios y problemáticas, pero a partir de aquí eso queda para
que cada uno explore por su cuenta.
UNIDAD 4 UNIDAD 5
Anderson MP, Woessner WW (1991). Applied Groundwater Modeling: Simulation of Flow and
Advective Transport. Academic Press Inc, 381p.
Chiang WH (2005). 3D-Groundwater Modeling with PMWIN: A Simulation System for Modeling
Groundwater Flow and Transport Processes. Springer, 397p.