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La ética forma parte, tanto de nuestro ámbito personal como, por extensión, de nuestro

ámbito profesional, recalcando principios y valores como la sinceridad, la buena fe y la


profesionalidad en las funciones, los contadores profesionales necesitan un conocimiento
completo de las posibles implicaciones éticas de las decisiones profesionales y gerenciales, deben
ser responsables con su trabajo, que demuestren sus conocimientos y habilidades.

La contabilidad se ocupa de registrar, clasificar y resumir las operaciones contables y


financieras de una empresa, con el fin de analizar e interpretar los resultados, para la toma de
decisiones en la dirección y gestión de las empresas, esta información debe ser veraz, confiable,
transparente, esto puede traer buenos beneficios ya que esto refleja la calidad de información que
se presenta y a la vez refleja a un buen contador que realiza todo este trabajo.

Tanto los contadores como auditores cumplen un papel muy importante en las empresas,
ayudan a llevar mejores finanzas y tener un buen control de las cuentas, ellos deben de mantenerse
actualizados ya que todos los días hay algo nuevo y deben de estar adelante ya que de toda esta
información que se hace dependen muchas tomas de decisiones.

Todo departamento contable debe de tener la voluntad de aplicar las normativas


correspondientes sea cual sea el escenario económico, no maquillar ningún estado financiero ya
que esto puede salir más caro y puede traer muchos problemas y eso no es lo que se busca.

La moral y la ética van de la mano. La moral es el conjunto de hechos sicológicos que


dignifican la vida, y la ética es la ciencia aplicada al arte de vivir. La conciencia moral, la actitud
de honestidad en lo profesional, y la independencia mental, constituyen la esencia espiritual del
contador público. Son aspectos importantes que sirven para llevar a cabo su trabajo con la
transparencia que se requiere.

En consecuencia, el contador público, en todas sus actuaciones debe considerar, estudiar y


analizar al usuario de sus servicios como ente económico separado e independiente, relacionarlo
con las circunstancias particulares de su actividad, sean estas internas o externas y observando en
todos los casos los principios de: a) Integridad moral. Se espera de él, rectitud, honestidad,
conciencia moral, lealtad, veracidad, justicia y equidad. b) Objetividad e independencia mental.
Ser imparcial y actuar sin prejuicios, especialmente cuando se trata de analizar, emitir dictámenes
y opiniones sobre los estados financieros. Demostrar independencia mental y de criterio con
respecto a cualquier interés que pudiere considerarse incompatible. c) Responsabilidad. Promueve
la confianza en los usuarios de los servicios. En la medida en que se adquiere un mejor
comportamiento y buenos hábitos la responsabilidad mejora. d) Confidencialidad. Se habla de
secreto profesional. El uso y manejo de la información debe fundarse en un compromiso
responsable y leal, de acuerdo con las recomendaciones de los clientes. e) Competencia y
diligencia profesional. Mantenerse actualizado de acuerdo a los cambios que se van presentando
en el ejercicio de la profesión y actuar con entusiasmo, cuidado, prontitud y eficiencia en el
desarrollo de las actividades. f) Conducta ética (comportamiento profesional). El trabajo
profesional para que sea ético, tiene que reunir condiciones de calidad. La ética y el control de
calidad, son temas que han preocupado permanentemente a los profesionales y organismos que
regulan esta actividad. Se pretende que el contador deba abstenerse de realizar cualquier acto que
pueda afectar negativamente la buena reputación de la profesión.

Bibliografía

Herrera, M. d. (2018). CONTABILIDAD PRIVADA VERSUS CONTABILDAD PUBLICA. UNIVERSIDAD SAN


MARCOS.

https://www.euribor.com.es/bolsa/la-importancia-de-la-etica-en-la-contabilidad/

http://www.latribuna.hn/2015/05/17/el-deber-moral-y-etico-del-contador/

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