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Pedagogía Universitaria Vol. XXI No.

4 2016

LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS NO VERBALES EN LA


FORMACIÓN INICIAL DE LOS COMUNICADORES
PROFESIONALES
DEVELOPMENT OF NON-COMMUNUNICATIVE SKILLS IN INITIAL
FORMATION OF PROFESSIONAL COMMUNICATORS

Emilio Alberto Ortiz Torres. Profesor titular. Doctor en Ciencias Psicológicas º


Mercedes Roxana Almeida Macías. Ingeniera Comercia. Docente principal ºº

º Universidad de Holguín, Cuba,


ºº Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador.

eortiz@uho.edu.cu

RECIBIDO 12/12/16 APROBADO 12/4/2017


Palabras clave: comunicación, comunicación no verbal, habilidades comunicativas,
comunicadores profesionales.
Keywords: communication, non-verbal communication, communicative skills,
professional communicators.
Resumen:
El desarrollo de las habilidades comunicativas no verbales constituye un objetivo
importante en la formación inicial de los comunicadores profesionales, ya que contribuye a
un desempeño exitoso en los diferentes contextos comunicativos. Sin embargo, estas
habilidades comunicativas no verbales no han tenido la misma atención que las habilidades
comunicativas verbales, quizás por considerarlas solamente un complemento de la
comunicación interpersonal, cuando en realidad tienen un gran valor al adquirir, en
ocasiones, cierta independencia por la información que trasmiten por sí mismas. En la
revisión de la literatura científica sobre el tema se reportan que estas habilidades han sido
menos investigadas en la formación inicial de profesionales universitarios, como es el caso
de los comunicadores profesionales: profesores, periodistas, artistas, médicos y
comunicadores sociales, en que la comunicación constituye un objeto de atención y
reflexión esencial en su labor cotidiana. El objetivo del artículo es analizar teóricamente la
importancia de las habilidades comunicativas no verbales en la formación inicial de los
comunicadores profesionales y la importancia de su desarrollo como parte del resto de las
habilidades profesionales dentro de una concepción personológica, que supere al
predominio de la interpretación tradicional de las habilidades como cadenas de acciones,
conocimiento en acción o saber hacer. Se aporta una reconceptualización de las habilidades
comunicativas no verbales como cualidades conformadoras del desarrollo personal con la
precisión de sus dimensiones, indicadores y niveles para su evaluación.
Abstract:
The development of nonverbal communicative skills is an important objective in the initial
training of professional communicators, since it contributes to a successful performance in
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different communicative contexts. However, these nonverbal communicative skills have


not been given the same attention as verbal communication skills, perhaps because they are
considered only as an adjunct to interpersonal communication, when in fact they have a
great value in acquiring, at times, certain independence due to the information transmitted
by them. Reviews of scientific literature on the subject report that these skills have been
less investigated in the initial training of university professionals, such as professional
communicators: teachers, journalists, artists, physicians and social communicators, where
communication is an object of attention and reflection essential in their daily work. The
objective of the article is to analyze theoretically the importance of nonverbal
communicative skills in the initial training of professional communicators and the
importance of their development as part of the whole of the professional skills within a
personological conception that surpasses the predominance of the traditional Interpretation
of skills as chains of actions, knowledge in action or know-how. A reconceptualization of
nonverbal communicative skills as qualities that shape the personal development with the
precision of their dimensions, indicators and levels for their evaluation are provided.

INTRODUCCIÓN
Una mirada no dice nada
Y al mismo tiempo lo dice todo….
Carlos Varela
Las personas adquieren las habilidades comunicativas de manera intuitiva y espontánea en
el seno familiar como parte del proceso inicial de socialización, posteriormente continúa su
formación en el complicado entramado que tiene la vida social contemporánea donde la
educación juega un papel decisivo.
El desarrollo de las habilidades comunicativas dentro del proceso formativo universitario
tiene la peculiaridad de ser intencional, planificado y organizado, de acuerdo con las
especificidades de cada profesión, pues todas requieren de la comunicación como
herramienta que le permita al profesional un desempeño laboral acorde con los problemas
profesionales que enfrenta una vez egresado.
En el caso de los comunicadores profesionales, como el periodista, el profesor, el artista, el
médico y el comunicador social, el desarrollo de las habilidades comunicativas no tiene
solamente un valor instrumental, ya que constituye un objeto de atención y reflexión por
ser un elemento esencial en su labor cotidiana.
Se han realizado múltiples investigaciones sobre la importancia de las habilidades
comunicativas verbales en los profesionales de la comunicación, con la participación de
varias disciplinas científicas, divulgadas en eventos y publicaciones con el aporte de
resultados pertinentes, novedosos y con aplicación inmediata en la práctica formativa. Sin
embargo, se han encontrado menos estudios referidos a las habilidades comunicativas no
verbales.
Los estudios sobre la comunicación no verbal tienen su origen en la Antigüedad Clásica,
pues los maestros del pensamiento y la retórica fueron los primeros en interesarse por el
efecto que tenían en el arte de la oratoria, los gestos, las expresiones faciales, la voz y la
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postura. No fue hasta el siglo XIX que se realizaron las primeras investigaciones científicas
sobre la incidencia de la conducta no verbal en la manera de comunicarse (DAVIS, 1998).
WATZLAWICK, BEAVIN y JACKSON (1993) plantearon que uno de los axiomas
fundamentales en la teoría de la comunicación humana es la imposibilidad de no
comunicar, es decir, que el comportamiento y la acción trasmiten una información que
tiene un aspecto de contenido y otro relacional.
La comunicación no verbal constituye un subsistema esencial en la conducta expresiva del
hombre. Aporta información valiosa en las relaciones interpersonales y es una
manifestación genuina del individuo porque tiene un carácter espontáneo, inconsciente y a
veces difícil de controlar, lo que no excluye la posibilidad de que puedan realizarse
acciones encaminadas a su uso para reforzar ciertas expresiones verbales o contenidos de
manera intencional, pero sólo se logra por aquellas personas que son entrenadas
profesionalmente para ese fin (LÓPEZ, 2010).
Las palabras son tan solo el comienzo, tienen su hermosura y el grado de fascinación que
puedan causar, pero se han sobrestimado en exceso pues no representan la totalidad del
mensaje, por tanto, no hay comunicación verbal si no está acompañada de la comunicación
no verbal (OJALVO, 1999).
En el desempeño laboral de los comunicadores profesionales, las habilidades
comunicativas no verbales poseen la misma importancia que las verbales, ya que en
ocasiones adquieren independencia propia de acuerdo con el contexto comunicativo. Sin
embargo, el reiterado énfasis en el estudio de las habilidades comunicativas verbales ha
provocado que las no verbales se desarrollen de manera desigual e insuficiente en la
formación inicial de estos profesionales, con el consiguiente impacto negativo en su
desempeño laboral.
El objetivo del artículo es analizar teóricamente la importancia de las habilidades
comunicativas no verbales en la formación inicial de los comunicadores profesionales y la
pertinencia de su desarrollo integrado al resto de las habilidades profesionales desde una
concepción personológica, que supere al predominio de la conceptualización tradicional de
las habilidades como cadenas de acciones, conocimientos en acción o saber hacer.

DESARROLLO
La comunicación no verbal es el proceso de emitir y recibir mensajes que acompañan,
modifican o remplazan el habla, sin llegar a ser un sistema comunicativo autónomo con el
objetivo de comprender el gran número de actos y eventos que ésta entraña. Es imposible
que el sistema comunicativo verbal este separado del no verbal, pues cuando existe una
interrelación se activan todos los sentidos y cada uno de ellos expresa desde sus
capacidades lo que quieren trasmitir. La unión de ambos constituye la comunicación como
un todo, se complementan y se refuerzan. No es propiamente parte de lo que se dice
mediante las palabras, sino que define el marco en el cual se interpretan dichas palabras.
(MUÑOZ, s/f; BETTY, 2006; LANDA y SÁNCHEZ, s/f; DAVIS, 1998).
Se han realizado varios estudios sobre la comunicación no verbal en la medicina, el arte, la
publicidad, la propaganda, la cultura física, la educación especial, el derecho y en las
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lenguas extranjeras, con el aporte de resultados científicos originales y muy pertinentes


(MASAYA, 2001; ÁGUILA, 2006; TEJERA, 2010, MACHADO, 2011; SCHMIDT,
2013; DIMITRINKA y ANDJELKA, 2015).
ANTÚNEZ (2008) asegura que la comunicación no verbal siempre ha sido relegada a un
segundo plano por su carácter marginal en la lingüística. Esta comunicación juega un papel
muy importante en las relaciones interpersonales pues tiene como funciones principales la
de sustituir, contradecir, enfatizar o regular los mensajes verbales.
En los últimos años las investigaciones sobre la comunicación no verbal empiezan a tener
una perspectiva mucho más integradora, más pedagógica y pragmática, aportando nuevos
conocimientos en la búsqueda de una comunicación más efectiva (DAVIS, 1998).
URPÍ (2004) afirma que el mensaje tiene un impacto para influir y captar la atención del
interlocutor, de un 7% en el componente verbal, un 38% en el vocal (tono, matices y otras
características) y un 55% de señales y gestos.
El componente no verbal constituye la parte principal de la comunicación diaria cara a
cara, el rostro puede producir más de doscientas cincuenta mil expresiones distintas. La
comunicación ha sido vital para la conservación y evolución de la especie, no se puede
convencer ni tener relaciones afectivas con los demás si no se sabe reaccionar, leer e
interactuar con ellos a nivel no verbal (CORRALES, 2013).
GORDILLO y col. (2013) afirman que la expresión facial permite la comunicación,
adecuación y regulación de las emociones dentro del contexto social. MATSUMOTO y
col. (2013) conciben que la lectura de las expresiones faciales de la emoción, y sobre todo,
de las microexpresiones, puede ayudar al desarrollo de las relaciones interpersonales, la
confianza y el compañerismo.
BROCHE PÉREZ y col. (2014) se refieren a la posibilidad de reconocer emociones en los
demás con precisión que modulan el comportamiento, de esta forma al interpretar
correctamente las expresiones emocionales del rostro de una persona, se regula la conducta
en función de una comunicación adecuada y de una interacción social positiva.
PETISCO y LÓPEZ (2014) analizan la existencia de varios componentes del habla: la
frecuencia, la duración y la calidad de la voz que son importantes para identificar
emociones. La voz de una persona se hace más grave cuando habla de un tema que le
deprime o que le entristece y se asocia a una voz más varonil, así como a perfiles
masculinos positivos de belleza, heroicidad, seguridad o seducción. El volumen de la voz
aumenta cuando un individuo siente miedo, excitación o rabia.
GORDILLO y col. (2014) expresan que los buenos negociadores saben cómo utilizar el
lenguaje corporal a su favor y cómo leer el código no verbal de los demás para traerlos a su
terreno.
Las tendencias más recientes en la formación de profesionales enfatizan en la necesidad
de desarrollar en los estudiantes diversas habilidades comunicativas que faciliten la
interacción personal, la sensibilización hacia la situación dinámica del medio donde se
desenvuelven (FERNÁNDEZ y col., 1999).

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Varios autores coinciden en los principales subsistemas de la comunicación no verbal: la


kinesia, la proxemia y el paralenguaje. Este último es considerado por algunos de ellos
como un componente separado de lo no verbal (MUÑOZ, s/f; MACHADO, 2011;
CESTEROS, 2006; ANTÚNEZ, 2008; BLANCO, 2007 y GARCÍA, 2012):
• La kinésica o cinesis estudia el significado de los movimientos corporales
(intencionales o no) y los gestos en una situación comunicativa. Entre los tipos de
cinesis están:
 La postura: que expresa la actitud de las personas en relación con su entorno. Se
distingue entre una postura y una posición cerrada cuando se cruzan los brazos y/o
las piernas.
 Los gestos: son movimientos de cualquier parte del cuerpo a través de los cuales se
pueden expresar una multitud de sensaciones y emociones.
 Expresiones del rostro: reflejan múltiples estados de ánimo con sus
correspondientes emociones y sentimientos (felicidad, tristeza, ira, asco, sorpresa,
miedo y desprecio).
 La mirada: el contacto ocular desempeña una serie de roles que regulan la
comunicación, puede ser un indicador del turno para hablar o actuar, es una fuente de
información, expresa emociones y comunica la naturaleza de la relación
interpersonal.
 La sonrisa: expresa alegría, simpatía o felicidad. Existen diferentes tipos de sonrisas
basados en combinaciones de los quince músculos faciales implicados.
 El tacto y el olfato: la piel y la nariz constituyen canales de comunicación como
receptores de mensajes.
• El paralenguaje: es el conjunto de elementos no verbales de la voz, referidos a su
intensidad, volumen, velocidad, ritmo, entonación, risa y llanto.
• La proxemia: el uso del espacio que hacen dos o más personas en el proceso
comunicativo, la distancia existente entre el emisor y el receptor.
OJALVO (1999) afirma que el desarrollo de las habilidades comunicativas en el
profesional puede alcanzarse mediante la utilización de diferentes vías: entrenamiento
sociopsicológico, cursos, reflexión sobre las condiciones de la comunicación propia y su
autoperfeccionamiento.
CEVALLOS (2016) considera que las habilidades comunicativas en los profesionales
permiten establecer relaciones humanas sustentadas en el respeto y la consideración por el
otro, pero no bastan solo los aprendizajes comunicativos que, de manera natural y
espontánea, se adquieren. Los profesionales que no hayan desarrollado sus habilidades
comunicativas en correspondencia con las características de las actividades que ejecutarán
en el futuro, carecerían de posibilidades y oportunidades para participar, concebir y
desarrollar exitosamente intercambios en situaciones de socialización.
HERNÁNDEZ (2006) define que las habilidades profesionales están compuestas por una
exigencia social y un modo de actuación común a cualquier profesión, condicionadas por
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el contexto y el momento histórico en que se produce la formación. Se caracterizan


fundamentalmente por ser más independientes del área particular del conocimiento en el
que se desempeña y puede formar parte o no de las habilidades específicas
PUNÍN (2012) considera que existe un desfase entre las habilidades enseñadas y las
requeridas en el mundo profesional y el olvido sobre la importancia de la formación en
relación a las ciencias humanistas. El comunicador requiere de una serie de conocimientos
y habilidades de orden práctico, muchas de las cuales no están contempladas dentro de las
mallas curriculares, ni han sido asumidas por la academia.
Las habilidades comunicativas no verbales se manifiestan a través de los niveles kinésico,
proxémico y paralingüístico. Las habilidades kinésicas se manifiestan a través de:
• La expresión gestual y visual.
• Los movimientos corporales de lo que se está expresando verbalmente, que reflejan los
sentimientos, los estados de ánimo y actitudes.
Las habilidades proxémicas se expresan por medio de:
• La proximidad física en la interacción y el contacto personal.
• La utilización del espacio que tiene en el lugar donde se encuentra.
Las habilidades paralingüísticas se revelan en:
• El volumen alto o bajo de voz que debe mantener en correspondencia con el contenido
de la comunicación.
• El timbre de la voz como aguda, hueca, plana o robusta se justifican en dependencia del
contenido tratado.
• La fluidez verbal con la que se interrelaciona.
SÁNCHEZ (2014) afirma que las habilidades comunicativas no verbales dependen de las
capacidades de codificar y decodificar las señales que tengan las personas, ya que a partir
de esa habilidad, se puede desarrollar una interacción más fluida y precisa que logre el
objetivo comunicativo. Para obtener una decodificación en las expresiones y conducta
exitosa el comunicador requiere tener motivación y empatía.
ALMEIDA y ORTIZ (2016) constataron deficiencias en el nivel de desarrollo de las
habilidades comunicativas no verbales en varios egresados de la carrera de Comunicación
Social debido a una utilización espontánea, inadecuada e incoherente en los contextos
comunicativos laborales donde se desempeñaban, como por ejemplo, en el contacto visual
directo con el interlocutor, en sus expresiones faciales, en el movimiento de las manos y el
cuerpo, la sonrisa, la cercanía física, el tono de voz, su ritmo e intensidad.
Los autores analizados contribuyen a la fundamentación teórica de la comunicación no
verbal y su importancia de la comunicación interpersonal, con la precisión de sus
peculiaridades esenciales y los elementos que la integran, así como su importancia en la
formación de profesionales, especialmente en aquellos profesionales que utilizan la
comunicación como herramienta y como contenido esencial.

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Este componente comunicativo no verbal se manifiesta como habilidades comunicativas en


la formación de profesionales, por lo que su desarrollo debe ser intencionado desde el
proceso de enseñanza aprendizaje a través de diferentes disciplinas y asignaturas del plan
de estudios, así como en las prácticas profesionales. Sin embargo, en la literatura revisada
ha predominado la concepción cognitiva ejecutiva de las habilidades como conocimiento
en acción, por lo que en su formación ha predominado su aplicación aislada e
independiente del resto de las habilidades comunicativas verbales, lo que se contradice
con la intención formativa integral dirigida al desarrollo de la personalidad de los
educandos en la universidad.
El enfoque personológico en el desarrollo de las habilidades comunicativas no
verbales
El término enfoque es considerado como la forma de comprender un fenómeno, proviene
de enfocar, que significa dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde
supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente (RAE). En la ciencia el enfoque
tiene una connotación más compleja porque asume determinados presupuestos teóricos y
metodológicos, de acuerdo con una postura epistemológica específica.
VALERA (2003) considera que el enfoque es una concepción más filosófica y
epistemológica, pues el investigador asume su postura desde el abordaje del objeto de
estudio y por consiguiente, tendrá sus consecuencias metodológicas. Un mismo problema
de la ciencia, por ejemplo, la determinación de la personalidad puede ser abordado desde
enfoques diferentes por lo común ligado a alguna corriente, escuela o teoría psicológica de
la personalidad. En este sentido hay una unidad conceptual-metodológica e incluso
ideológica entre enfoque, teorías, corrientes y escuelas científicas.
En las ciencias psicopedagógicas es frecuente encontrar más de un enfoque sobre un
mismo fenómeno, en dependencia de los supuestos teóricos de partida y del contexto
histórico social en que surge y se desarrolla, como por ejemplo, en el caso del enfoque
personológico.
El origen de este enfoque está en la Psicología Humanista puesto que sus precursores
fueron los primeros en destacar el carácter holístico e integrador de la categoría
personalidad, al considerarla un principio a partir del cual se desarrollan las personas. La
influencia de la Psicología Humanista en la Pedagogía se manifestó en la conformación de
un modelo educativo donde el proceso de enseñanza aprendizaje constituye un elemento
esencial que se resalta el papel del diálogo entre profesores y alumnos como protagonistas
de dicho proceso, favoreciendo la comunicación entre ellos.
También la Escuela Histórico Cultural dentro de la psicología de orientación marxista
fundamentó el enfoque personológico, precisando los principios de la unidad de lo
cognitivo y lo afectivo y de la actividad y la comunicación que han tenido amplia
aplicación a la educación.
GONZÁLEZ (1995) afirma que la personalidad se va desarrollando en configuraciones
subjetivas, las cuales expresan su amplitud, profundidad y relevancia en diversas áreas de
la vida. GONZÁLEZ y MITJÁNS (1989) conceptualizan a la categoría personalidad como
una manifestación psicológica que se expresa en el comportamiento del sujeto, constituye

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una organización sistémica, viva y relativamente estable. Definen al sujeto como un ente
pensante que expresa su naturaleza de modo subjetivo dentro de la vida cotidiana.
El enfoque personológico obliga a romper con viejos esquemas tradicionalistas que
consideraban al educando como un objeto pasivo y deber ser concebido con un criterio
holístico (integrador), donde no solo es importante que se enseñen nuevos contenidos
(conocimientos, habilidades, hábitos y valores) sino también se desarrollen otras esferas de
la personalidad.
El enfoque personológico expresa las posibilidades del individuo de lograr un alto nivel de
autonomía que sea la base de una actuación predeterminada. Todos los elementos que se
integran en la personalidad tienen una naturaleza cognitiva y afectiva, es imposible
delimitar un hecho o fenómeno psicológico puramente afectivo o puramente cognitivo en
el funcionamiento normal de las personas.
En el proceso formativo los contenidos curriculares se deben ir integrando en cualidades
individuales de manera que los conocimientos, las habilidades, las capacidades, los valores
y las actitudes no surgen ni se desarrollan aisladamente, sino que se configuran como un
todo con cierta armonía y coherencia. Por lo que el enfoque personológico refleja ese
carácter integrador en la educación de la personalidad, en este caso en la formación de
profesionales universitarios.
Actualmente, en los perfiles de egreso de las carreras universitarias se infiere este enfoque
personológico en la formación inicial, ya que expresan explícitamente la aspiración a
integrar en el egresado los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y competencias
profesionales.
Sin embargo, en la práctica formativa no siempre se es consecuente con este enfoque
porque se intentan desarrollar por separado a las habilidades profesionales debido, entre
otras causas y condiciones, a la falta de la profesionalización del claustro y a la insuficiente
realización de investigaciones pedagógicas consecuentes con esta intención integradora.
La escuela conductista fue la precursora en destacar la importancia del desarrollo de las
habilidades en el proceso educativo, a partir de su conceptualización como saber hacer, es
decir, el conocimiento en acción, lo que estimuló la determinación de los diferentes tipos
de habilidades con sus correspondientes acciones en la formación de profesionales.
Estas consideraciones sobre el carácter práctico y aplicado de las habilidades
perfeccionaron el proceso educativo, en el que predominaba una enseñanza memorística y
teoricista, desvinculada de la práctica que no contribuía a formar un profesional
competente de acuerdo con las demandas sociales. Sin embargo, subestimaron el carácter
subjetivo que tiene este proceso por lo que la afectividad, la motivación, los valores y las
actitudes no fueron objeto de atención.
Pero el enfoque conductista en la educación con su desmedido énfasis en los cambios
externos como resultado del aprendizaje, fue conduciendo a esquematizar y a externalizar
demasiado los resultados del proceso formativo. La individualidad humana como punto
de partida y de llegada en el proceso formativo requiere ser destacada y ubicada en el
centro de la concepción psicopedagógica y su repercusión metodológica debe traducirse en
una investigación más profunda, como por ejemplo, en el estudio de casos y la predicción
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científica a nivel personológico y no solamente a nivel conductual. En la actualidad las


investigaciones sobre el desarrollo de habilidades profesionales tienen en cuenta los
aportes realizados por los conductistas aunque tratan de incorporar los otros fenómenos
subjetivos ya mencionados.
FARIÑAS (2005) critica la concepción tradicional de habilidad porque tendría que apuntar
hacia una visión mucho más compleja de la eficacia humana. Las considera
conformadoras del desarrollo personal, ya que constituyen los cimientos del aprender a
aprender basados en el intercambio de experiencias personales a través de la actividad y la
comunicación, incluyendo también a los sentimientos, los intereses y los valores. Las
habilidades no quedan reducidas entonces a simples cadenas de acciones y no se
encuentran bien determinadas hasta que no exista una dinámica entre lo cognitivo y
afectivo como conformadoras del desarrollo personal.
El desarrollo de las habilidades profesionales en la universidad debe estimularse desde lo
instructivo de manera activa y vinculada con la futura labor profesional, por ello es
necesario brindar orientaciones más precisas en cuanto al contenido de cada habilidad, sus
componentes y cómo evaluarlas, pero no limitarse al cognitivo ejecutivo sino considerar al
afectivo, ya que los alumnos adoptan actitudes donde se encuentran implicados las
motivaciones y los sentimientos.
Por tanto, las habilidades profesionales en general y las comunicativas en particular deben
ser investigadas con un carácter personal, donde además de abordar el desarrollo cognitivo
exista una comprensión integradora que incorpore a los valores, la motivación y la
afectividad.
Sin embargo, dentro de la formación profesional de los comunicadores profesionales en la
actualidad esta comprensión personológica de las habilidades profesionales no ha sido
siempre tenida en cuenta, en especial en las prácticas profesionales vinculadas con el
proceso docente. Por lo tanto, las habilidades comunicativas no verbales deben ser
investigadas desde un enfoque personológico en el que se asuma el principio de la unidad
de lo cognitivo, afectivo y lo desarrollador.
Para reconceptualizar y evaluar el desarrollo de las habilidades comunicativas no verbales
desde el enfoque personológico es necesario la determinación de sus dimensiones e
indicadores, con la correspondiente argumentación a partir de la lógica deductiva que
aporta la teoría prexistente. Las dimensiones son cognitiva, afectiva, ejecutiva y el estilo
comunicativo.
La dimensión cognitiva contiene los conocimientos esenciales sobre las habilidades
comunicativas no verbales precisados en la literatura científica revisada, que incluye a la
kinesia, proxemia y paralingüística. La kinesia estudia el significado de los movimientos
corporales y los gestos en una situación comunicativa. Entre los tipos de kinesis están:
 La postura: que expresa la actitud de las personas en relación con su entorno. Se
distingue entre una postura y una posición cerrada cuando se cruzan los brazos y/o las
piernas.
 Los gestos son movimientos de cualquier parte del cuerpo a través de los cuales se
pueden expresar una multitud de sensaciones y emociones.
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 Expresiones del rostro: refleja múltiples estados de ánimo, con sus correspondientes
emociones y sentimientos (felicidad, tristeza, ira, asco, sorpresa, miedo y desprecio).
 La mirada: el contacto ocular desempeña una serie de roles que regulan la
comunicación, puede ser un indicador del turno para hablar o actuar, es una fuente de
información, expresa emociones y comunica la naturaleza de la relación interpersonal.
 La sonrisa: expresa alegría, simpatía o felicidad. Existen diferentes tipos de sonrisas
basados en combinaciones de los quince músculos faciales implicados.
 El tacto y el olfato: la piel y la nariz constituyen canales de comunicación como
receptores de mensajes.
La proxemia es el uso del espacio que hacen dos o más personas en el proceso
comunicativo, la distancia existente entre el emisor y el receptor. La paralingüística
contiene el conjunto de elementos no verbales de la voz, referidos a su intensidad,
volumen, velocidad, ritmo, entonación, risa y llanto.
La dimensión afectiva comprende la motivación por la carrera en su carácter intrínseco y
extrínseco, así como por las actividades comunicativas que realiza, la satisfacción personal
que le brinda la praxis en el desempeño profesional. Y La dimensión ejecutiva está
relacionada con el saber hacer, la independencia y efectividad en su aplicación.
La dimensión estilo comunicativo es la forma personal, original, única y peculiar de
comunicarse que caracterizan a las relaciones interpersonales, se integran elementos
adquiridos mediante el aprendizaje intuitivo con motivos, necesidades y afectos hacia otras
personas y hacia sí mismo. Puede manifestarse como flexibilidad-rigidez y como
originalidad-imitación.
Los indicadores correspondientes a cada dimensión serían los siguientes:
• Cognitivo: conocimientos teóricos esenciales sobre la comunicación no verbal, su
especificidad y complementariedad con la comunicación no verbal, es decir, definición
y clasificación.
• Afectivo: relaciones entre la motivación intrínseca y extrínseca en cuanto al predominio
de una u otra o su complementariedad.
• Ejecutivo: la independencia, calidad, errores, repeticiones y efectividad en su
utilización.
• Estilo comunicativo: la flexibilidad o rigidez y la originalidad o imitación.
Estos indicadores personológicos pueden ser utilizados por el docente de manera operativa
en la evaluación del desarrollo de estas habilidades comunicativas no verbales en los
siguientes niveles:
• Alto: conoce los conceptos fundamentales de la comunicación no verbal y sus
componentes, los define y ejemplifica. Manifiesta independencia y coherencia en la
utilización en la unidad de los componentes verbales y no verbales de la comunicación.
Evidencia una motivación profesional predominantemente intrínseca por la carrera y
específicamente por la comunicación interpersonal. Su estilo comunicativo es flexible.
El nivel de ayuda del profesor es mínimo.
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• Medio: conoce de manera parcial los conceptos fundamentales de la comunicación no


verbal, logra definirlos o ejemplificarlos en su totalidad. Manifiesta independencia y
coherencia limitadas en la unidad de los componentes verbales y no verbales de la
comunicación. Evidencia una motivación profesional predominantemente intrínseca por
la carrera y específicamente por la comunicación interpersonal. Su estilo comunicativo
es transitorio entre la rigidez y la flexibilidad. Requiere de cierta ayuda del profesor.
• Bajo: conoce de manera empírica los conceptos fundamentales de la comunicación no
verbal y no logra definirlos ni ejemplificarlos adecuadamente. No manifiesta
independencia ni coherencia en la unidad de los componentes verbales y no verbales de
la comunicación. Su motivación profesional es predominantemente extrínseca por la
carrera y particularmente por la comunicación interpersonal. Su estilo comunicativo es
rígido. Requiere total ayuda del profesor.
El estilo comunicativo puede ser clasificado de la siguiente manera:
− Flexible: permite que la persona posea una adecuada orientación en la situación
comunicativa para utilizar los recursos y medios necesarios y realice una valoración
objetiva y justa de otros y de sí mismo. Los portadores de este estilo logran una
comprensión exacta no sólo del contenido directo de la comunicación sino de los
demás elementos que están latentes en ella conocidos como el subtexto. Poseen la
habilidad para mantener el estado emocional deseado en correspondencia con las
características y particularidades de la situación comunicativa, hacen asequible la
utilización de recursos verbales y no verbales de la comunicación y favorecen la
creación de un ambiente de seguridad y confianza para la comunicación sincera.
Asimismo, logran la percepción exacta de la palabra ajena y son precisos y
convincentes en la utilización del idioma materno.
− Rígido: existe ausencia de análisis de la conducta propia y de los de otros, inadecuada
autovaloración e incomprensión de la comunicación. El sujeto no logra encontrar el
tono y la forma adecuada de la comunicación para realizar una influencia efectiva.
− Transitorio: constituye un estilo intermedio de los anteriores. La comprensión entre las
personas es incompleta y la influencia ejercida no siempre es efectiva y adecuada a la
situación.
Pero estos indicadores son solamente una propuesta útil para evaluar el desarrollo de las
habilidades comunicativas no verbales en los comunicadores profesionales en formación,
ya que requieren de su adecuación a la riqueza del contexto social, cultural y comunicativo
en que se desarrollan pues constituyen una esquematización de un fenómeno complejo.
También requieren de su validación empírica a través de la práctica comunicativa
profesional para enriquecerlos y perfeccionarlos, como única vía para el logro de la
necesaria certeza científica que exige toda nueva propuesta innovadora en el ámbito
educativo y así puedan ser aceptados, aplicados y generalizados.

CONCLUSIONES

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En la formación inicial de los comunicadores profesionales las habilidades comunicativas


no verbales son tan importantes como las verbales, ya que contribuyen a un desempeño
profesional eficaz y exitoso en las diferentes situaciones comunicativas que enfrentan. Pero
en la formación de las habilidades comunicativas no verbales ha predominado su
comprensión limitada como cadenas de acciones, conocimiento en acción o saber hacer, lo
que no contribuye a desarrollarlas como cualidades profesionales que se integran al
desarrollo de la personalidad de los educandos. Por tanto, el enfoque personológico
constituye una vía pertinente en la formación de comunicadores profesionales, con la
correspondiente determinación de dimensiones, indicadores personológicos y niveles para
evaluar el desempeño profesional y así establecer las correcciones pertinentes. Pero para el
logro de la obligatoria certeza científica se requiere de la correspondiente validación
empírica a través de su aplicación y adecuación a la variable, compleja y rica práctica
formativa universitaria.
La comunicación no verbal es tan importante que ha sido objeto de atención no solo en la
ciencia sino en la literatura, como por ejemplo, en esta reflexión de Eduardo Galeano:
“Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien
la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por
donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que
merece ser por los demás celebrada o perdonada” (El Libro de los Abrazos).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ÁGUILA, ALISVECH. (2006). Metodología para el desarrollo de la competencia
comunicativa desde lo paralingüístico en estudiantes de la carrera de Derecho. Tesis
doctoral. Centro de Estudios de Ciencias de la Educación Enrique José Varona.
Universidad de Camagüey. (Pág. 2).
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