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“Año de la Consolidación del Mar de Grau

UNIVERSIDAD NACIONAL JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRION

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

“La educación no es la respuesta a la pregunta. La educación es el medio para


encontrar la respuesta a todas las preguntas”

William Allin

Estatuto de Roma

Asignatura: Derechos Humanos

Docente: Vicente David Rojas


Paico

Ciclo: VI-A

Autores:

-Acuña López, Euler Daniel

-Inguilla Sandoval, Darwin


Derechos Humanos

ESTATUTO DE ROMA
CORTE PENAL INTERNACIONAL: “UN GRAN PASO PARA LA
HUMANIDAD”

I. INTRODUCCIÓN

No se puede hablar propiamente del Estatuto de Roma, sin


hacer mención al Derecho Internacional Humanitario (en adelante DIH), pues forma parte de
uno de los tratados suscritos por la misma, cuyas normas tienen por finalidad, en tiempos de
conflicto armado, por una parte, proteger a las personas que no participan, o han dejado de
participar, en las hostilidades y, por otra, limitar los métodos y medios de hacer la guerra.
Así mismo, está comprendido de dos ramas distintas: por un lado, derecho de Ginebra, cuyo
objetivo es proteger a los militares que han dejado de participar en los combates y a las
personas que no participan directamente en las hostilidades, por ejemplo, la población civil; y
por otro lado, el derecho de La Haya, por el que se determinan los derechos y las
obligaciones de los beligerantes en la conducción de las operaciones militares y se limita la
elección de los medios para perjudicar al enemigo.

Dicho lo anterior, podemos decir que el Estatuto de Roma se


celebró el 17 de julio de 1998 en Roma por la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios
de las Naciones Unidas, donde participaron representantes de estados, de organismos
internacionales y de organizaciones de la sociedad civil, con 120 votos a favor, 7 en contra y
21 abstenciones y, entró en vigor el 01 de julio de 2002, la misma que significó una respuesta
a la impunidad y la no continuación de la violación de los derechos humanos. Con la
celebración del Estatuto se creó la Corte Penal Internacional, órgano que tendría carácter
permanente e independiente, y sería competente para conocer los crímenes más graves del
Derecho Internacional: genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y
crímenes de agresión.

La creación de la Corte Penal Internacional fue consecuencia


de la falta de aplicación de normas internas que tipifican los crímenes de trascendencia
internacional, así como también de la inexistencia de sistemas que involucren la
responsabilidad individual en estos crímenes. Es importante tener en cuenta que en razón de
su naturaleza, lo anterior no se trata al interior de la Corte Internacional de Justicia, como
principal órgano judicial de Naciones Unidas, debido a que éste solo se ocupa de disputas
entre Estados.

Actualmente, 118 países son Estados Partes del Estatuto de


Roma de la Corte Penal Internacional, 32 son Estados Africanos, 17 son Estados Asiáticos,
18 son del Este de Europa, 26 son de América Latina y del Caribe, 25 son del Oeste de
Europa y otros. El Perú firmó el Estatuto de Roma el 7 de diciembre del año 2000, en el
período de transición presidido por el Dr. Valentín Paniagua, y el 10 de noviembre del 2001,
bajo el régimen actual, se produjo la ratificación de este instrumento.

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Derechos Humanos

II. COMPETENCIA DE LA CORTE

La competencia de la Corte Penal Internacional ha definido su


intervención respecto de aquellos crímenes más graves con trascendencia para la comunidad
internacional (artículo 5 del Estatuto).

En efecto, los bienes jurídicos amparados por el Derecho Penal


Internacional serán aquellos de mayor trascendencia para la sociedad internacional y no es
que los demás bienes dejan de estar amparados, sino que lo están por otros instrumentos
internacionales no criminalizados o a su vez lo están por el derecho penal interno y que no
requiere ser perseguido por el Derecho Penal Internacional.

Las disposiciones en cuestión la podemos señalar


resumidamente como lo hace la Comisión Andina de Juristas en el siguiente tenor:

 Genocidio (artículo 6) matanza, lesión grave a la


integridad física o mental o demás conductas cometidas con la intención de destruir
total o parcial totalmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
 Crímenes de Lesa Humanidad (artículo 7)
asesinato, exterminio, tortura y demás actos cometidos como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra la una población civil.
 Crímenes de Guerra (artículo 8): violaciones
graves a los 4 convenios de Ginebra de 1949 o a su dos Protocolos Adicionales de
1977 en el contexto de conflictos armados internacionales o no internacionales. Cabe
destacar que los estados parte podrán hacer, por una sola vez una reserva a la
competencia de la CPI sobre estos crímenes durante 7 años a partir de la entrada en
vigor del Estatuto.
 Crimen de Agresión (artículo 5): El antecedente
de este tipo es el crimen contra la paz pero en el proceso de negociación del Estatuto,
no se pudo llegar a un acuerdo sobre su contenido.
Por otro lado, la Corte Penal actúa en forma complementaria o
subsidiaria a la actividad procesal de los estados (artículo 1 del Estatuto de Roma), lo que
genera que la Corte no tenga competencia sobre delitos abocados por la jurisdicción interna
de un país. Esta afirmación si bien es cierta, pero tiene algunas excepciones, por cuanto el
Fiscal y la Sala pueden estar vigilantes ante procesos falsos o que no cumplan con estándares
de respeto al debido proceso y otros derechos fundamentales como también de aquellos
procesos que tengan por objetivo proteger la impunidad. En estos casos el Fiscal y la Corte
pueden solicitar las explicaciones que requieran (artículo 17 del Estatuto).

Cabe destacar que los Estados Parte tienen la obligación de


incorporar el contenido del Estatuto en su ordenamiento interno. En este sentido, lo más
importante que se puede destacar son los dos principales lineamientos de la Corte como (i) el
principio de complementariedad en los crímenes de su competencia, y (ii) el principio de
cooperación, consistente en la implementación de mecanismo internos para cumplir con esta

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Derechos Humanos

labor, así como la derogación de cualquier disposición legislativa que pueda constituirse en
una traba al ejercicio de las funciones de la Corte.

En consecuencia la complementariedad y subsidiariedad tendrá


efecto cuando las investigaciones a los autores del delitos sean correctamente investigados en
un proceso serio.

Por último, de acuerdo al artículo 11.1 del Estatuto, “la Corte


tendrá competencia únicamente respecto de crímenes cometidos después de la entrada en
vigor del presente Estatuto”. En consecuencia, para el caso peruano, la Corte asume
jurisdicción sólo de los crímenes (no juzgados por el Perú, no olvidemos que su competencia
es subsidiaria) a partir de julio del 2002. Entonces, queda entendido que los crímenes
cometidos durante las dos décadas, 1980 al 2000, nunca tendrán competencia en la Corte
Penal Internacional, no por voluntad del sistema internacional sino por un tema de
competencia y de retroactividad penal.

III. RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL ANTE LA CORTE PENAL


INTERNACIONAL
Se concreta la responsabilidad penal internacional del
individuo, en contraste a como había sido antes, donde priorizaba la responsabilidad de los
Estados. Hasta entonces la jurisdicción internacional propugnaba que los titulares de las
obligaciones eran los Estados, que a su vez eran los titulares de la sanción; el individuo era
responsable de sus actos de acuerdo a la legislación interna de cada país.

La Dra. Giovanna Vélez señala estos aspectos importantes, que


han sido de valiosa ayuda en el Perú para identificar y procesar a los miembros del Grupo
paramilitar Colina:

En el artículo 25.3 del Estatuto de Roma se establecen


las reglas de autoría y participación en el Derecho Penal Internacional, así como
formas de autoría se reconocen la autoría individual, la coautoría y la autoría mediata.
Como formas de participación se prevén la instigación, complicidad y encubrimiento.
Respecto a la autoría mediata, la cual ha sido también
acogida en el artículo 23 del Código Penal peruano se puede decir que, la concepción
utilizada en el artículo 25.3 del Estatuto es más amplia que la recogida en nuestro
ordenamiento, pues no solamente incluye los supuestos en los que el ejecutor actúa
atípicamente, de modo justificado o sin culpabilidad sino también cuando es
plenamente responsable.
Sobre la calidad estatal del agente, el Estatuto de Roma
consagra que el cargo oficial como jefe de Estado o de gobierno o cualquier otra
forma resulta irrelevante a los efectos de la responsabilidad criminal. El artículo 28
establece que también serán responsables ante la Corte los jefes militares respecto de
los crímenes que cometan las fuerzas bajo su mando, control efectivo o autoridad.

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Derechos Humanos

Asimismo, también serán responsables los superiores respecto de los subordinados


por los crímenes de competencia de la Corte que estos cometan. Así, en este artículo
se reconoce la responsabilidad por omisión del jefe militar y del superior civil, de esta
manera se establece el llamado principio de “responsabilidad de mando” reconocido
ya en la sentencia de la Suprema Corte de los Estados Unidos en el caso del General
Yamashita.
En este sentido, la posibilidad de control configura la
base legal y legítima sobre la que descansa la responsabilidad del superior, lo que
justifica su deber de intervención (deber de garante). De esta forma, la responsabilidad
del superior se fundamenta en los hechos imputables por la violación a los casos
de “deber de control de una fuente de peligro por conducta de tercero”, este
supuesto ha sido abarcado por el artículo 13 del Código Penal peruano que establece
como fórmula general la omisión impropia o comisión por omisión.
Estos elementos que la jurisprudencia y la doctrina nos ha
proveído han sido reconocidos universalmente y después incluidos dentro de los artículo 25 y
28 del Estatuto de Roma.

Sin embargo, se mantiene la responsabilidad del Estado


conforme al Derecho Internacional conforme al artículo 25 numeral 4 del Estatuto, con ello
no se refiere a una responsabilidad penal internacional, sino a las consecuencias que derivan
de la aplicación del Derecho Internacional Público en general, frente a las acciones u
omisiones de los Estados involucrados en graves violaciones de los Derechos Humanos

IV. ACTUACIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD

En cuanto a este órgano de Seguridad, es importante tener en


cuenta que podrá de manera general recomendar a las partes de un conflicto, para que
alcancen un acuerdo a través de medios pacíficos, emprendiendo en algunos casos de oficio
las investigaciones debidas. Dentro de sus capacidades, el Consejo de Seguridad podrá en
caso de existencia de hostilidades, poner fin a estas a través de medidas de cesación de fuego,
desplegando incluso observadores militares u Operaciones del Mantenimiento de la Paz tanto
antes, durante, como después del conflicto20. Adicionalmente, este órgano tiene la potestad
impregnada por la Carta de Naciones Unidas, de imponer medidas como embargos, sanciones
pecuniarias, incluso autorizar como última ratio el uso de la fuerza para hacer cumplir sus
mandatos.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, está


compuesto por 15 miembros, cinco de ellos considerados Permanentes (China, Estados
Unidos, La Federación Rusa, Francia y el Reino Unido) y otros diez miembros electos por la
Asamblea General por periodos de dos años.

Respecto al poder de decisión, cada miembro del Consejo posee


un voto, y las decisiones son tomadas de la siguiente manera:

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Derechos Humanos

1. “Para tomar decisiones sobre cuestiones de


procedimiento, se necesita el voto afirmativo de nueve de los 15 miembros.

2. Para tomar decisiones respecto a cuestiones de


fondo, es requerido el voto afirmativo de 9 Estados, incluyendo necesariamente los de
los cinco miembros Permanentes. La anterior anotación nos ubica necesariamente
bajo la “Regla de la Unanimidad de las Grandes potencias”, y alcanza a dilucidar en
su contraposición el llamado “Poder del Veto”, a través del cual, un miembro
Permanente puede bloquear algún tipo de decisión.”

En cuanto a la Relación particular entre el Consejo de


Seguridad y la Corte Penal Internacional, el artículo 17 de la Resolución ICC-ASP/3/Res.1
del 7 de septiembre de 2004, establece que en lo concerniente al capítulo séptimo de la Carta
de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad a través del Secretario General podrá
remitir al Fiscal información acerca de una situación en la que parezca haberse cometido uno
o varios crímenes enunciados bajo el artículo 5 del “Estatuto”. Al Respecto, la “Corte” se
comprometerá a mantener informado al Consejo de Seguridad de conformidad con las reglas
procedimentales. Dado el caso en que el Consejo de Seguridad pida a la “Corte” que no inicie
o suspenda un proceso, éste órgano internacional judicial informará al peticionario, si es
procedente, cuáles serán las medidas que se llevarán a cabo, si las hubiere. Por otro lado, en
el evento en que un Estado se niegue a cooperar con la “Corte” respecto de un caso que ha
sido resultado de una petición del
Consejo de Seguridad, la “Corte” remitirá la cuestión al
“Consejo”, y este comunicará cuáles serán las medidas que se deberán llevar a cabo.

Como bien es expresado por la Carta de las Naciones Unidas,


existe una obligación por parte de los Estados Miembros de solucionar los conflictos a través
de medios pacíficos, con una abstención del uso de la fuerza o de algún tipo de amenaza.

Adicionalmente, se establece que, cualquier tipo de controversia


será sometida al Consejo de Seguridad como conducto regular, y los Estados Miembros
estarán obligados a aceptar y cumplir sus decisiones. Lo anterior se colige de la característica
vinculante que poseen las decisiones del “Consejo” a diferencia de los otros órganos de
Naciones Unidas que sólo se expresan a través de recomendaciones.

Antes de la creación de la Corte Penal Internacional, el tema de


responsabilidad penal se regía por la voluntad de los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad con respecto a la determinación del cuándo y dónde la justicia internacional se
podía aplicar. Al ampliar el proceso de referencia más allá del Consejo de Seguridad, y crear
la Corte, el Estatuto de Roma tiene en efecto la facultad de escuchar voces más allá de los
que dominan el Consejo.

Un aspecto novedoso que trae la “Corte” es la posibilidad de


que mediante un fiscal independiente se puedan investigar casos sobre la base de pruebas
reunidas por organizaciones no gubernamentales, el “Estatuto” ha permitido que los grupos
que no necesariamente son representados por los Estados puedan hacer reclamaciones ante
este Tribunal.

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Derechos Humanos

Entre otras cosas, el Estatuto de Roma incluye el Principio de


Complementariedad, mediante el cual un Estado puede evitar una investigación por el Fiscal,
al anunciar con plazo de un mes que ya se ha iniciado una investigación al interior del Estado.
El Principio anterior, es uno de los más importantes en tanto se entiende que la Corte sólo
entrará a analizar la situación cuando el Estado no inicie una investigación sobre el mismo.
Este principio puede verse violado por el Consejo de Seguridad cuando considere que en un
Estado que no es parte del Estatuto, existe un conflicto que amenaza la paz y seguridad
internacionales.

V. VÍAS DE LA DENUNCIA ANTE LA CORTE


PENAL INTERNACIONAL
¿Cómo llega la noticia criminal a la corte?

1) En primer lugar, es el Consejo de Seguridad de


la ONU (artículo 13.b) que tiene tal privilegio, en cuyo caso la Fiscalía tiene la
obligación de denunciar el caso a la Sala, no requiriendo incluso ninguna evaluación
(de investigación y prueba) o investigación preliminar; y la Sala a su vez tiene la
obligación de abrir proceso. El Consejo de Seguridad de la ONU es una instancia
muchas veces, más o igual en importancia que la Asamblea de Naciones Unidas,
entonces se entiende que exista toda la previsión del caso (denuncia) para que el
proceso llegue a buen recaudo, es decir que sea un tema de conocimiento obligatorio
de la Sala, donde recién se determinará el grado de culpabilidad o eventualmente la
inocencia. Esta atribución del Consejo de Seguridad resulta una opción política que
veremos más adelante como el mismo organismo puede solicitar se paralice un
proceso por un tiempo o en forma indefinida.

2) En segundo lugar, la noticia criminal es puesta en


conocimiento por cualquier estado parte del Estatuto (artículo 13.a), en cuyo caso
el Fiscal puede realizar algunas indagaciones antes de poner en conocimiento de la
Sala, pero al igual que en el caso anterior existe obligación de poner en conocimiento
de la Sala y a su vez la Sala está en la obligación de abrir proceso.

3) En tercer lugar, el Fiscal de oficio (artículo 15.1)


puede realizar las investigaciones, pero para proceder a denunciar tiene que pedir
autorización a la Sala. En esta parte, el sistema se convierte en un sistema inquisitivo.

Los tres organismos están facultados para llevar la noticia


criminal a una investigación oficial. A estos organismos es necesario agregar también, los
medios no oficiales, que corresponde a cualquier persona u organización no gubernamental
o institución de defensa de los derechos humanos que puede acudir a la Fiscalía, poniendo en
conocimiento de una noticia criminal, en este caso para que prospere la “denuncia” el Fiscal

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Derechos Humanos

asume de oficio la investigación. Así se puede advertir del artículo 15 del Estatuto referente a
las facultades del Fiscal.

VI. ACERCA DE LOS CRÍMENES QUE FALTÓ TIPIFICAR

Nos parece importante hacer un pequeño análisis respecto a


temas que se relacionan con el trabajo de la Corte Penal Internacional, en razón a ciertos
actos de trascendencia internacional que no fueron incluidos en el articulado del Estatuto de
Roma, como lo son: El terrorismo y el tráfico ilícito de drogas.

En la Conferencia de Plenipotenciarios que creó el Estatuto de


Roma hubo gran interés en que se incluyera el flagelo del terrorismo, aunque finalmente por
no haber consenso se decidió no hacerlo. Lo anterior radica en que la definición de terrorismo
reviste una gran complejidad debido a las diferentes percepciones al respecto. La gran
mayoría de países de la Liga Árabe y la Conferencia Islámica, consideran viable el terrorismo
como medio legítimo de defensa y avalado por sus creencias culturales y religiosas, aspecto
que es totalmente rechazado por el resto de la comunidad internacional. Adicionalmente,
existe otra corriente respecto al terrorismo, considerado éste como los actos cometidos por las
potencias que someten a otros Estados a través de invasiones y otros tipos de actos violatorios
del derecho internacional, considerada “Terrorismo de Estado”. Lo anterior dificulta las
negociaciones en el marco de las Naciones Unidas a la hora de establecer un común
denominador del flagelo en mención. Hoy en día de manera paralela a la normatividad de la
Corte Penal Internacional, se ha trabajado en la elaboración de instrumentos que proscriban
los actos terroristas, como lo es la Convención Global contra el Terrorismo, bajo los grupos
de trabajo de “Medidas para eliminar el terrorismo internacional” y “Acción global contra el
terrorismo”, los cuales han fracasado repetidamente desde 1992.

Ahora bien, es preciso mencionar que en relación a la Corte


Penal Internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU, a través de la resolución 1373 ha
determinado que todo acto terrorista de carácter internacional es una amenaza a la paz y a la
seguridad a este nivel, motivo por el cual sostienen algunos mandatarios y doctrinantes, que
en desarrollo de un conflicto armado se podrían elevar ante la Corte, actos de terrorismo.

En cuanto al comercio ilícito de drogas y estupefacientes


aunque no constituye una transgresión grave al Derecho Internacional como lo son los
crímenes adoptados por el Estatuto de Roma, su rechazo es universal y muchos gobiernos han
tomado cartas en el asunto, dadas las consecuencias que esto conlleva. Algunos Estados
consideran que se debería incluir éste delito en la jurisdicción de la Corte acá analizada, y su
tipificación en los Estatutos sería un gran golpe a la barrera que implica no poder juzgarlos.

Los actos anteriormente mencionados, aunque tienen una


connotación contravencional de trascendencia internacional, se escapan actualmente de la
jurisdicción de la “Corte”. Para responder a esta preocupación, el Estatuto contiene en su
articulado, una provisión que prevé la posibilidad de llamar a una conferencia de revisión
para realizar enmiendas, entre otros aspectos. Adicionalmente la conferencia de
Plenipotenciarios al redactar el texto creador de la “Corte”, recomienda que en las

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conferencias de revisión se tengan en cuenta la inclusión de nuevos crímenes, en aras de


convertirse en un documento dinámico y adaptable a las situaciones del momento.
Por otro lado, es menester recordar que a través de la Cumbre
Mundial de 2005, en la reunión plenaria de alto nivel del 60 período de sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, cada Estado se comprometió a tener la
responsabilidad de proteger a su población de Genocidios, Crímenes de Guerra, Crímenes
contra la Humanidad y Limpieza Étnica y Social. En el ejercicio de esta Responsabilidad, la
comunidad internacional debe intervenir a través de continuos actos de prevención, como
aspecto más importante de la norma de Responsabilidad para Proteger. Este concepto
consiste en un amplio espectro de medidas, incluyendo económicas, políticas y diplomáticas,
estableciendo como última medida, la intervención militar. La Corte Penal Internacional y el
Principio de Responsabilidad para Proteger están vinculados bajo el concepto de
complementariedad. En el marco de éste último, cada sistema legal nacional tiene la
responsabilidad primaria de investigar y juzgar los crímenes establecidos bajo el Estatuto de
Roma; la “Corte” sólo asume jurisdicción cuando las Naciones no puedan o no desean actuar.
Ambos, el Estatuto de Roma y la
Responsabilidad para Proteger, refuerzan el compromiso de las
Naciones soberanas frente a los crímenes de trascendencia internacional.

VII. CORTE PENAL INTERNACIONAL: “CONTRASTES Y VARIACIONES


DESDE SU CONSTITUCIÓN A LA ACTUALIDAD”

Desde mucho tiempo atrás, la violencia por conseguir el poder y


dominio en el mundo ha sido muy notoria y sanguinaria, al punto de que el hombre se ha
hecho responsable de cruentas y horripilantes matanzas alrededor de toda la historia, graves
crímenes que han mermado y pisoteado la integridad y la vida de la persona humana. Es así
que, sin ir muy lejos, el último ciclo pasado de nuestra era ha sido testigo de las barbaries
cometidas, dejando estragos para la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad.

Teniendo en cuenta todos los sucesos acontecidos en el pasado,


es el deber el cual llama a la cooperación de toda la comunidad jurídica mundial para atender
el problema y evitar este tipo de acciones queden impunes y sin castigo, sometiéndolos a la
justicia.

Es así como se establece el Estatuto de Roma, como


instrumento de la Corte Penal Internacional. Y es que ante los antecedentes de exterminios,
secuestros, desapariciones, causando pánico y terror, afectando negativamente el respeto a la
dignidad Humana, siendo así que se hace necesario un organismo que haga valer y dejar en
claro a la comunidad internacional jurídica la presencia de justicia para éstas barbaries,
tomando como punto de partida que en los últimos 50 años de violaciones de Derechos
humanos, se han caracterizado por ser perpetrados en los mismos Estados, sobretodo el
genocidio, los crímenes de agresión , los llamados crímenes contra la humanidad los cuales se
han dado hasta en tiempos de paz, y los crímenes de guerra.

Esta corte, en teoría, ha resultar de mucho beneficio al ser de


carácter independiente, permanente, sin restricciones, ejerciendo su jurisdicción ante posibles

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Derechos Humanos

amenazas de manera rápida y eficaz, lo que en la práctica no ha logrado plasmar, intentando


solo disuadir a los posibles perpetuadores y lanzándoles un mensaje de advertencia.

Si bien es cierto, los objetivos están marcados, para así


establecer normas objetivas respecto a estas vulneraciones, de esa forma poder llegar a la
justicia penal sin tener que alcanzar ambigüedades que puedan devenir en decisiones
arbitrarias.

VIII. LA UNIVERSALIDAD, EL APOYO Y ABANDONO AL CPI

Es sabido que en la actualidad, estos crímenes continúan


presentes; no encontramos una universalidad que pueda asegurarle al CPI una ratificación
sólida y consistente en base al respaldo de todos los países en el mundo, siendo importante
resaltar que entre los Estados que destacan por no querer asumir responsabilidad frente al
Estatuto están EE.UU., Israel, China, India, Cuba, Rusia; destacando el caso de éste primero,
que años atrás emitió una ley que databa acerca de la protección del personal de servicio
Estadounidense, siendo de carácter contrario a la Corte, ya que prohibía la extradición de
cualquier persona de los Estados Unidos a la corte y que además prohibía a los agentes del
Tribunal realizar investigaciones en los Estados Unidos, autorizando al presidente de los
Estados Unidos a que emplee "todos los medios necesarios y adecuados para lograr la
liberación de cualquier personal estadounidense o aliado detenido o encarcelado, en
nombre de, o a solicitud de la Corte Penal Internacional", siendo ésta una clara postura en
contra de la mencionada corte y de manera indirecta, al Derecho Internacional.

Teniendo como referencia éste caso, es claro que al ser una de


las potencias mundiales, muestra su descontento en contra del CPI en parte porque de cierta
forma, limitan sus acciones como Estados, las cuales han sido motivos de controversia en
distintos casos, poniendo como ejemplo las acciones realizadas en Siria, Palestina, por tener
algunos ejemplos.

Ante esta situación, es inevitable tratar de formular una opinión


respecto a qué hacer viendo teniendo en cuenta como una cifra considerable, que en los
últimos 14 años, y resaltando que el CPI, al ser un instrumento independiente, encargado de
asegurar la paz internacional y la seguridad, solo ha dictado 4 fallos en sus 14 años de
funcionamiento, sin contar que ha realizado gastos de más de 1.000 millón de dólares, una
actitud muy cuestionable que deja mucho que desear de la Corte.

Es debido a éstas cifras, y a la aparente parcialidad, pasividad e


ineficacia de la Corte, que se da motivo de que muchos países se retiren del Estatuto de Roma
de la Corte Penal Internacional, acusan mucha arbitrariedad y es que al ser 14 años y contar
con solo 4 fallos, se les da un pretexto más que suficiente para abandonar, acción que debería
ser más a la inversa. Como claro ejemplo de ésta tenemos recientemente el abandono de
Rusia a la Corte Penal Internacional, argumentando que “no cumplió las expectativas” y
“no es independiente y prestigioso”, tomando como punto de partida los sucesos
perpetrados en 2008, cuando Georgia atacó Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, con el intento

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Derechos Humanos

de anexionarla, en la cual la Corte respondió en contra de los milicianos de Osetia y en contra


de los militares rusos, resaltando que las investigaciones de los eventos acaecidos, fueron
entregados deliberadamente a la justicia de Georgia en vez de que se asigne a los fiscales
respectivos del CPI, un acto más que cuestionable, si en realidad hablamos de la Corte que
debe impartir justicia a nivel Internacional pero que, en el papel, no ha demostrado ser eficaz
ante los casos que se le han presentado y más aún, que no existen muchos en los cuales haya
actuado dicha Corte.

Otro antecedente para remarcar y que denota el otro lado de la


moneda es el caso de Palestina, que en el año 2015 se adhirió al Estatuto de Roma para
realizar el pedido a la Corte de que el órgano judicial levante un caso respecto a los crímenes
de guerra cometidos por las Fuerzas Armadas israelíes en la guerra de los 50 días en el año
2014, que según registros, 2,000 palestinos perdieron la vida (1,462 civiles y 495 niños),
según cifras otorgadas por la ONU.

Por ese entonces, Palestina no pertenecía a la entidad jurídica,


pero que sin embargo, estaba tomando un paso muy importante el cual aún no se materializa
en amplitud: la universalidad en la ratificación de todos los países para con el Estatuto de
Roma.

Teniendo en cuenta estos sucesos, hay que hacer un paréntesis:


es cierto que hablamos de un ente Internacional que, por las características y
responsabilidades asignadas, debería de tener un historial intachable, de paso firme en su
proceder con el respecto a la justicia, y que sin embargo, no ha resultado ser lo que se
esperaba por la comunidad Internacional, dejando muchos cabos sueltos, y con un poco
accionar jurídico en aras de alcanzar la paz y la seguridad Internacional , eso habla de cierta
ineficacia en un organismo que en teoría, debería denotar una función efectiva.

Es aquí en donde es necesario resaltar la ratificación universal


de todos los países. Si no conseguimos este objetivo primero, no puede requerirse con justa
autoridad la intervención de la Corte Penal Internacional si es que ésta no dispone de la
cooperación de los Estados para así poder operar con normalidad, y es que si los países que
no brindan la debida cooperación hacen imposible que se pueda actuar eficazmente.

Lo que hace falta en este tipo de situaciones es que los Estados


brinden apoyo para así poder asegurar que el CPI pueda desarrollar sus acciones con
normalidad y consolidación. Si los Estados no muestran su ratificación al CPI en su totalidad,
éste no puede ejercer acción en el territorio en el cual se haya cometido el crimen de su
competencia, de esta forma, no habrá interferencia alguna y las operaciones judiciales de la
Corte podrán llevarse eficazmente.

Si no existe una ratificación total, como puede esperarse que el


CPI pueda llevar su cometido, viendo desde este punto, el darle el beneficio de la duda frente

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Derechos Humanos

a todos los argumentos que se han planteado en su contra y que han causado controversia por
los casos en los que no interviene y la poca participación ante ellos.

La gran mayoría de Estados encuentra que retirarse del Estatuto


de Roma es lo más sencillo pero no es así, tiene que haber un empleo de cooperatividad entre
todos para lograr el objetivo apuntado: hacer justicia Internacional, conseguir una fuerza
unilateral con la que el CPI sea respaldado, pueda ampliar su campo de investigaciones, en la
que los Estados trabajen en conjunto para cuando se requiera detener o hacer entrega de
sospechosos para su respectiva investigación, para que mejoren sus sistemas jurídicos en los
cuales podamos evitar la contradictoria arbitrariedad para con los acusados y podamos
prevalecer el respeto a las víctimas y testigos.

Si en primer plano, se consigue la unidad entre los Estados y la


Corte, habrá un campo de acción mucho más despejado y asimilable en el cual el organismo
pueda desempeñar sus labores con precisión, y alcanzando la paz y seguridad Internacional.

IX. LABOR DE APOYO DEL CPI PARA CON LOS PUEBLOS VULNERADOS

Es cierto que la principal tarea del CPI es realizar las


investigaciones correspondientes para con la competencia asignada a ello, de acuerdo al
sistema jurídico Internacional, pero lo que hará prevalecer y destacar las acciones de éste
serán el trabajo continuo para con los pueblos vulnerados.

Para complementar, tomaremos el concepto de victima desde el


punto de vista del Derecho Humanitario, teniendo en consideración la distinción de parte de
quienes participan activamente, y aquellos que no intervienen en ellos. En cuestión al
principio de distinción entre los combatientes y no combatientes, en virtud del Derecho
Internacional, son los no combatientes quienes han de gozar del derecho de protección y la
inmunidad de los ataques, siendo este concepto desglosado, de manera que en cuanto a
interpretación, existe un cambio producido respecto a si pertenecen o no al grupo de
combatientes, en razón a que debido al constante cambio y enfrentamientos entre sistemas en
pos de la defensa de la vida, es una idea que ha gozado de gran defensa por parte de partes
influyentes en todo el siglo XX.

No puede tomarse por consideración que los pueblos y


comunidades por sobre las cuales se pronuncia se queden sin apoyo, muy por aparte de la
investigación que la Corte realice, debe mantener sus actividades de reforzamiento ante el
impacto y daño que han causado sus perpetradores.

Como ejemplos podemos tomar los casos de los países en el


África, tales como Congo, Uganda y Sudan, en los cuales si bien es cierto que la Corte
ordenó la detención de los responsables ante la violación de los DD.HH., el trabajo no
solamente queda ahí, sobretodo en estos lugares en donde una gran cantidad de población
tiende a estar olvidada por su gobierno, que no solo deja en el aire el aseguramiento de los

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Derechos Humanos

derechos de éstos, sino que en algunas ocasiones, son ellos mismos quienes pisotean la
integridad y la paz de la gente.

Es entonces que aquí es donde muy aparte del deber jurídico


que enviste a la Corte, hay que mantener las relaciones de información para con las
comunidades afectadas. Es el mismo Estado quien tiene el deber de velar por su población y
no solo dejar que sea la CPI quien tome cartas en el asunto, para ello deben trabajar en
conjunto, para que de esta forma regulen y mejoren su sistema jurídico en aplicación de sus
leyes nacionales, con el objetivo de permitirle a la Corte una mayor posibilidad de ejercer la
investigación correspondiente.

Con esto, no solo aseguramos que el organismo Internacional


realice su trabajo, sino que en adelante permitirá que las investigaciones posteriores y
enjuiciamientos puedan desarrollarse en un contexto más beneficioso, con la asistencia de la
Corte en los aspectos que sean de su competencia.

Como complemento a esto, si existiese una mejor comunicación


con las comunidades acerca de la situación y de las herramientas y procedimientos a
disposición frente a este tipo de casos, el acceso a la justicia será beneficiado en ese aspecto
ante cualquier eventualidad futura.

X. ASEGURAR EL BIENESTAR FUTURO Y LA PROTECCION DE LAS


COMUNIDADES VULNERADAS

Ahora bien, debemos comprender que un aspecto muy


importante a tener en cuenta es la situación futura que devendrá a las comunidades que hayan
sido afectadas. Para ello la CPI está dotada de un mandato a través del cual asegure una
reparación para las víctimas. Dicho esto en base a que los jueces de la Corte otorguen
medidas para la reparación, reconstrucción, indemnización y rehabilitación para con las
víctimas de las violaciones de los Derechos Humanos.

En este punto, se hace necesaria la participación del Estado, que


facilite y brinde las medidas respectivas para la retención de los bienes de los acusados,
con la consigna de que él o los Estados involucrados cooperen con el procedimiento en
cuestión.
Estos posibles bienes embargados contarán con un mecanismo
de administración, a fin de que su valor se mantenga. La Corte debe contar con la
información precisa y detallada de estos bienes para realizar el correcto embargo.

Este fondo fiduciario empleado a beneficio para las victimas ha


de actuar en cuestión al mandato que la Corte exija, llevando también a cabo su iniciativa de
asistencia en cuestiones médicas y psicológicas para un tratamiento exhaustivo de las
víctimas, todo esto como mecanismo de reparación establecido.

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Derechos Humanos

Contará también con la contribución de los Estados de manera


voluntaria así como también abarcará la contribución de empresas y organizaciones privadas
que quieran sumar.

Con respecto a la protección de víctimas, cabe resaltar que en


esta categoría pueden ser incluidas los llamados testigos, puesto que en el procedimiento
realizado para el juzgamiento de las violaciones Internacionales, el concepto de testigo queda
ligado al de víctima.

La protección que el sujeto goce en relación a que si carga con


ambas figuras o no, de no ser así, influye en las distintas actividades para su protección,
siendo que al ser víctima, requerirá de un panorama amplio respecto a su recuperación física,
mental; en tanto que al ser testigo, será básico que ésta persona disponga de los mecanismos
legales necesarios para asegurar y proteger su participación en el proceso, al igual que sus
declaraciones.

Como antecedentes podemos tomar a los tribunales antes del


CPI, teniendo como ejemplo los casos de Nüremberg y Tokio, en los cuales no se halló
alguna disposición en referencia al cuidado y protección de los testigos y víctimas.

Si bien es cierto, se encontró la presencia de innumerables


víctimas y de testigos de los sucesos, no son materia de normativización. Sin embargo eso no
es motivo para mantenerlos excluidos del caso, puesto que es la existencia de estas víctimas
el principal argumento en la importancia de juzgar estos crímenes de guerra suscitados,
excluyendo la política militar de aquellos años.

Es hasta el año 1994 que, con el tribunal penal para Ruanda, las
víctimas y los testigos no alcanzaban ser considerados objetos de estudio en los objetivos del
Derecho Internacional, condición que con el paso del tiempo fue adquiriendo, hasta la
creación de la Corte Penal Internacional, cuya aparición ha significado un gran avance en
cuanto a la evolución de las concepciones e inclusión de la calidad de ser víctimas y testigos
en temas de coyuntura Internacional.

Es la Corte hoy en nuestros días la que debe firmar acuerdos


con los Estados para poder permitir la reubicación de estas víctimas y testigos del peligro, a
fin de poner a salvo su integridad en tanto las investigaciones sigan desarrollándose hasta
alcanzar un veredicto. Es necesario un sistema de protección futura de la misma Corte, que
sea eficaz e independiente con el propósito de asegurar presencia y garantía en los distintos
países del mundo.

El Estatuto de Roma es el encargado de obligar a la Corte Penal


Internacional el garantizar los derechos y seguridad de las víctimas y testigos, para lo cual se
ha designado a la Unidad de Víctimas y Testigos de la Secretaria la tarea de encargarse de su
protección.

Es por tanto que los encargados del UVT han de tomar todas las
medidas correspondientes, proporcionando medidas de protección, de seguridad,

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Derechos Humanos

asesoramiento y asistencia, preparados para la protección de testigos especializados en


Derecho humanitario y penal, psicología.

De esta forma se asegura una interacción entre los especialistas


del sistema de protección del CPI para con las víctimas y testigos, de manera oculta frente al
público en general. Encontramos diferentes tipos de medidas de protección, tanto dentro
como fuera del tribunal. Es así que tenemos:

 Medidas de protección operacionales: se


adecuan en el lugar de residencia de los testigos para asegurar su seguridad, ya sea
que éstos sean blancos de persecución o con temor de serlo.

 Medidas de protección procedimentales:


aquellas que se emplean dentro del tribunal, como la distorsión del rostro y de la voz,
uso de seudónimos, etc., por mencionar algunas.

Asimismo los jueces pueden disponer de otro tipo de medidas


en la Sala, en el caso que deba protegerse a los testigos del público, los medios de
comunicación y de esa forma, garantizar su privacidad. Se incluye también la supresión del
nombre o cualquier tipo de información relacionada al testigo en los registros públicos. De
otra forma, el testigo y sus parientes pueden mudarse lejos de la fuente de amenaza, siendo
ésta una medida tomada como último recurso.

El equipo de la UVT brindará en todo momento la asistencia a


las víctimas y testigos para todo cuanto tenga que ver en el proceso, las audiencias,
facilitación respecto a las condiciones del lugar, dependiendo también de que éstas tengan
alguna necesidad social, religiosa o cultural.

XI. CONCLUSION

Finalmente, después de analizar los pros y contras de la


coyuntura actual que gira alrededor del prestigio de la CPI, se llegó a las siguientes
conclusiones:

La Corte Penal Internacional tiene competencia absoluta en el


juzgamiento de individuos que vulneren los Derechos Humanos, siendo un instrumento en
beneficio de la paz Internacional con una gran importancia para el sistema jurídico en
general.

La eficacia de las acciones de la Corte Penal Internacional


posee una gran relación en cuanto a la ratificación de todos los Estados en el orbe para ejercer

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Derechos Humanos

a cabalidad sus funciones respecto a los crímenes que poseen trascendencia internacional
puestas a responsabilidad del Estatuto de Roma.

El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional constituye


una gran y significativo avance en la rama de los Derechos Humanos marcando un punto en
la historia para el juzgamiento de criminales perpetuadores de la perturbación de la dignidad
humana y la paz mundial.

La protección de víctimas y testigos en cuanto a los crímenes


Internacionales es un punto que no poseía relevancia en gran parte del siglo XX , por hacer
mención a los casos de los juicios de Nuremberg y Tokio, en cuanto a la normatividad y en
la parte procedimental del juzgamiento , hecho que cambia con los Tribunales de la ex
Yugoslavia y Ruanda en cuanto a la relación de la persona con las obligaciones jurídicas del
Derecho Internacional.

XII. BIBLIOGRAFÍA

 Comité Internacional de la cruz Roja (1998) “Estatuto de Roma de la Corte Penal


Internacional” https://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/treaty-1998-icc-
5tdm58.htm

 Human Rights Watch (1998) “Establecer una Corte Penal Internacional eficaz”
https://www.hrw.org/es/news/1998/02/01/establecer-una-corte-penal-internacional-
eficaz

 Netsanet Belay (2016) “Corte Penal Internacional: Los Estados deben fortalecer, no
abandonar, la única vía para hacer justicia a millones de víctimas”
https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/11/icc-states-must-not-abandon-only-
route-to-justice-for-millions-of-victims/

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