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ESTILO PARA LA REDACCIÓN Y CORRECCIÓN CIENTÍFICA


(NORMA APA)

Módulo 1. La comunicación científica escrita


Tema 1. El estilo científico

Desde tiempos inmemorables el ser humano ha tenido la necesidad de convivir en grupo,


comunicarse y compartir su vida con otros. En el proceso de interrelacion social, la cultura
ha desempenado un papel meritorio, pues a traves de ella el hombre se expresa, toma
conciencia de sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea
obras que le reconozcan. La palabra escrita, a diferencia de la expresion oral, trasciende
las fronteras del tiempo con un mensaje inalterado; de ahí que para la difusion del
conocimiento se apoye en dos invenciones que revolucionaron por completo la
civilizacion: la imprenta, hace ya mas de cinco siglos —sin desestimar el surgimiento de
la tinta y el papel en China—, y los modernos sistemas de computacion que hoy se
expanden vertiginosamente en todas las latitudes.
La escritura deviene medio eficaz para informar a la humanidad de todo cuanto le ha
antecedido, se desarrolla o se planifica para tiempo futuro. Variadas son las tipologías de
textos que responden a una estructura específica y a un significado propio, segun sea el
estilo de redaccion; por ejemplo, el texto científico, que constituye —de alguna manera—
una exposicion ordenada de un trabajo previo de investigacion y una reelaboracion de
conocimientos ya existentes. No obstante, para la efectividad de lo que se aspira a
documentar es necesario dominar las habilidades de la comunicación científica escrita en
la lengua en que se redacte (e. g. el castellano).

1.1. Características de la ciencia

La ciencia (del lat. scientĭa ‘conocimiento’) es conjunto ordenado de conocimientos,


estructurados, objetivos y verificables sobre una materia determinada; los cuales se

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obtienen a través de la observación y la experimentación en un ámbito específico. A partir


de estos, se genera la explicación de sus principios y causas, la formulación y verificación
de hipótesis, y se utiliza una metodología adecuada y una sistematización de los
resultados. De ahí que la difusión del conocimiento científico se caracterice por:

Versar sobre un objeto reconocible y definido, de tal modo que sea reconocible por
los demás […]

Decir sobre este objeto cosas que todavía no ha sido dicho o exponer una nueva arista
del mismo […]

Ser útil a los demás […]

Suministrar elementos para la verificación y refutación de la hipótesis que se presenta


[…]1

Además de que la ciencia se clasifica en dos variantes, según presupuestos del filósofo,
físico y profesor argentino Mario Bunge (1976); quien la considera en función del enfoque
que se da al conocimiento científico: el estudio de los procesos naturales o sociales (el de
los hechos en sí) y el estudio de procesos puramente lógicos (el de las formas generales
del pensamiento humano racional). Por lo que podemos hablar, entonces, de la existencia
de una ciencia formal y una ciencia fáctica.2

1. Ciencia formal (corresponde a la lógica y las matemáticas): usa el método deductivo


o teórico (de lo general a lo particular) y su propósito es la demostración de teoremas
y postulados; de ahí que se trabaja con conceptos abstractos.

2. Ciencia fáctica (las naturales, biológicas y sociales): usa el método inductivo o


experimental (de lo particular a lo general) y su propósito es la verificación ―se basa
en la percepción―; de ahí que genera un conocimiento temporal que es válido hasta
que se prueben nuevas razones.

Como se ha mencionado, en la praxis científica es necesario seguir una metodología


adecuada que permita el análisis del objeto de estudio; por lo que se debe determinar con
exactitud el método científico a emplearse. El método científico es entendido como el

1 V. Eco, U. (2007). II.6.1. ¿Qué es la cientificidad?, pp. 44-49.


2 V. Bunge, M. (1976). ¿Qué es la ciencia?, pp. 6-23.

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procedimiento planteado que se sigue en la investigación para: a) descubrir las formas de


existencia de los procesos objetivos; b) desentrañar sus conexiones internas y externas;
c) generalizar y profundizar los conocimientos así adquiridos; d) llegar a demostrarlos
con rigor racional, y e) comprobarlos en el experimento y con las técnicas de su aplicación.
A su vez, el método científico está sustentado por dos pilares fundamentales: la
reproducibilidad (capacidad de repetir un determinado experimento, en cualquier lugar
y por cualquier persona, y su verificación por la comunidad científica) y la refutabilidad
(toda proposición científica debe ser susceptible de ser falseada o refutada). Por lo tanto,
la ciencia empleará el lenguaje para crear proposiciones, términos y conceptos, que
demuestran el uso de un estilo científico:

a) Las proposiciones están entendidas como aquellas expresiones lingüísticas con la que
se formulan hipótesis, leyes y teorías; por lo que deben ser verdaderas, falsas,
dudosas, cambiantes y subjetivas.

b) Los términos constituyen predicados científicos que se determinan para la


comunicación; de ahí que hablamos de la terminología científica y de un lenguaje
especializado según el área de estudio.

c) Los conceptos devienen representaciones mentales a partir de las proposiciones y


términos establecidos; por lo que pueden ser empíricos (bien sean observables o
concretos) o teóricos (no observables o abstractos). Por lo tanto, los conceptos se
establecen según la metodología que se persigue en la investigación.

1.2. La comunicación científica escrita

La comunicación (del lat. communicatĭo, -onis ‘hacer común’) es una capacidad intrínseca
del ser humano que también observamos en el mundo animal, aunque nuestro lenguaje
presenta características diferentes que lo hacen único. Se trata de un conjunto de hechos
que conforman la transmisión del mensaje entre un emisor y un receptor, con una
intención comunicativa por parte del primero, a través de un medio determinado, en el
que el segundo recibe dicho mensaje y codifica el signo lingüístico.
Además, en la producción del menaje los interlocutores deben tener en consideración
cuál de las dos formas específicas de socializar la información es la más efectiva, o si
puedes emplear amabas a la vez:

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1. La comunicación verbal es la transmisión del pensamiento a través del lenguaje oral


o escrito, con sus variedades según factores geográficos, sociales o de situación
comunicativa. Por lo tanto, se debe mantener un respeto al mensaje que trasmite y
a la manera en que se ofrece (v. Tema2, módulo 1; Tema 2, módulo 4).

2. La comunicación visual es una forma de transmisión del mensaje a través de un


medio visual, que en ciencia debe ser objetivo. Se suele expresar en imágenes
bidimensionales, con dominio en la tipografía, la ilustración en sí, el color, el diseño
gráfico y la animación. Por lo tanto, deviene apoyatura del texto que otorga mayor
comprensión a la información que se le ofrece al receptor (v. Tema 3, modulo 4).

Lo antes manifiesto permite entender que el lenguaje es un instrumento de


comunicación por excelencia que asume el ser humano y surge de la vida en sociedad; por
lo que posee una doble significación funcional: comunicativa, mediante la cual se
trasmiten la información obtenida de unos a otros, y cognoscitiva, que consiste en la
aprehensión de la realidad y construcción de conceptos que han de convencer y educar al
receptor.
Aplicado al campo de la investigación científica, comprendemos que la finalidad
comunicativa en ciencia es socializar la información obtenida a través de la investigación.
Por lo tanto, la publicación de textos en estilo científico deviene última acción de esta
praxis; puesto que acredita sus resultados investigativos que pasan a formar parte del
conocimiento científico universal y local. En este sentido, podemos hablar de la existencia
de una comunicación científica escrita: proceso mediante el cual los investigadores
utilizan la información obtenida, la materializan en un texto determinado (e. g. el artículo)
y publican sus estudios a través de canales tanto formales como informales.
A su vez, cuatro son las categorizaciones para la difusión del conocimiento científico:

La comunicación científica formal se refiere a la que se publica en libros, revistas


periódicas, obras de referencia en general, informes técnicos, revisiones
bibliográficas y otros materiales. Como se advierte, esta forma de comunicación se
apoya en el código escrito.

Por su parte, la comunicación científica informal utiliza canales menos


convencionales. La transferencia de información ocurre por contactos directos de
persona a persona, en reuniones científicas o en encuentros de investigadores en

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asociaciones profesionales. La comunicación oral incorpora formas públicas de


intercambio de informaciones, tales como conferencias, coloquios, seminarios; así
como conversaciones entre colegas al visitarse en centros de investigación y
laboratorios. Ese intercambio incluye tanto recursos orales (pueden ser
conversaciones telefónicas) como recursos escritos (cartas, mensajes electrónicos,
etc.). Por supuesto, tales particularidades de la comunicación informal no le
disminuyen su importancia.

La denominada comunicación científica semiformal guarda aspectos formales e


informales, simultáneamente, posibilitando la discusión crítica entre pares; lo que
conduce a modificaciones o confirmaciones de las ideas originales.

Por último, la comunicación científica electrónica se refiere a la transmisión de


informaciones científicas por intermedio de medios electrónicos.3

1.3. La escritura de textos científicos

Sin libros o revistas, sin artículos o informes de investigación, la ciencia moderna


resultaría inconcebible; de ahí que sea necesario para el investigador o —en términos más
generales— cualquier profesional el dominio del lenguaje escrito y de las formas
específicas de la comunicación científica: un modo preciso y claro, sin ambigüedades ni
giros efectistas y el uso de normas de estilo (e. g. APA) que potencien una optima
socializacion del conocimiento digital o impreso.
Todo texto posee una finalidad comunicativa, pues se busca transmitir un mensaje que
se ajusta a las siguientes características esenciales como producto de conocimiento; pero
de no cumplirse, el mensaje devendrá conjunto de palabras inconexas.

a) Intencionalidad: el querer decir algo a alguien a través de estrategias pertinentes para


alcanzar eficacia y eficiencia comunicativa.

b) Coherencia: organización lógica y ordenada del contenido.

c) Cohesión: interrelación entre los mecanismos lingüísticos: categorías gramaticales y


relaciones semánticas.

d) Adecuación: trasmitir el mensaje efectivo al lector ideal.

3 Cfr. Traducción del portugués del texto de Targino, M. das G. y Balmaseda Neyra, O. N. (2006, jul.-dic.).
Dinâmica de apresentação de trabalhos em eventos científicos, pp. 15-16

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En nuestro ambito profesional, de una manera u otra, nos hemos relacionado con
diversos tipos de textos científicos (e. g. informe, monografía, tesis, artículo y ensayo); pues
constituyen una exposicion ordenada de un trabajo previo de investigacion y una
reelaboracion de conocimientos ya existentes que se publicaran en una revista, un libro,
folleto o una pagina web. Por lo tanto, el texto científico que se elabore debe mostrar ante
todo originalidad (ha de ser fruto de una investigación o estudio), fiabilidad (debe ser
objetivo y válido) y, por último, utilidad (de fácil acceso, al permitir la posibilidad de ser
utilizado y difundido).
Estos tres principios antes destacados permiten que la escritura científica conciba en
sí los siguientes aspectos:
a) Requiere de una planificación y estructuración: se ajusta a un estilo específico y tiene
que ser corregido para garantizar, a su vez, la validez de la información.
b) En ella prevalece la economía del lenguaje: ha de ser preciso, objetivo y claro; aunque
también se mantiene un respeto a las normas ortográficas y gramaticales de la lengua
en que se redacta.
c) No emplea recursos no verbales, pero en el mensaje sí influyen otros elementos como
el soporte (bien sea en papel o en medios electrónicos), el formato (en libros revistas,
folletos, páginas web), la tipografía y la inclusión de imágenes como apoyaturas del
texto.

Como se ha demostrado, todo investigador debe dominar el estilo científico; que garantiza
la documentación de los resultados en cualquiera de las variedades de texto científico y la
socialización efectiva para la comunidad científica. Porque su objetivo es único:
comunicar el conocimiento obtenido, a través de una coherencia lógica de lo que se
trasmite y una cohesión entre los mecanismos lingüísticos que le constituyen, para que
así el receptor se apropie de este conocimiento.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Bunge, M. (1976). ¿Que es la ciencia? En La ciencia. Su método y su filosofía (pp. 6-23).


Buenos Aires: Siglo Veinte.

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Eco, U. (2007). II. 6.1. ¿Qué es la cientificidad? [versión digital, documento en pdf]. En
Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de estudios, investigación y escritura.
(pp. 44-49). (s. e., s. l.).
Locke, D. (2004). La ciencia como escritura [en línea]. En La ciencia y sus modos de
expresión. Recuperado de http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/ensayos/
resena.asp?id=36
Real Academia Española. (2010). Diccionario de la lengua española [en línea]. Recuperado
de http://dle.rae.es/?w=diccionario
Targino, M. das G. y Balmaseda Neyra, O. N. (2006, jul.-dic.). Dinâmica de apresentação de
trabalhos em eventos científicos [versión digital, documento en pdf]. En Informação &
Sociedade: Estudos, 16(2), 13-23. Recuperado de http://www.brapci.inf.br/
_repositorio/2010/11/pdf_cd08a561a4_0012819.pdf

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