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Un enlace químico es el proceso químico responsable de las interacciones atractivas entre átomos y moléculas,1y
que confiere estabilidad a los compuestos químicos diatómicos y poliatómicos. La explicación de tales fuerzas
atractivas es un área compleja que está descrita por las leyes de la química cuántica.
Una definición más sencilla es que un enlace químico es la fuerza existente entre los átomos una vez que se ha
formado un sistema estable.2
Las moléculas, cristales, metales y gases diatómicos (que forman la mayor parte del ambiente físico que nos rodea)
están unidos por enlaces químicos, que determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.
Las cargas opuestas se atraen porque al estar unidas adquieren una situación más estable que cuando estaban
separadas. Esta situación de mayor estabilidad suele darse cuando el número de electrones que poseen los átomos
en su último nivel es igual a ocho, estructura que coincide con la de los gases nobles ya que los electrones que
orbitan el núcleo están cargados negativamente, y que los protones en el núcleo lo están positivamente, la
configuración más estable del núcleo y los electrones es una en la que los electrones pasan la mayor parte del
tiempo entre los núcleos, que en otro lugar del espacio. Estos electrones hacen que los núcleos se atraigan
mutuamente.
En el año 1927, la teoría de enlace de valencia fue formulada, argumentando esencialmente que el enlace químico
se forma cuando dos electrones de valencia, en sus respectivos orbitales atómicos, trabajan o funcionan para
mantener los dos núcleos juntos, en virtud a los efectos de disminución de energía del sistema. En 1939, a partir de
esta teoría, el químico Linus Pauling publicó lo que algunos consideran uno de las más importantes publicaciones
en la historia de la química: "Sobre la naturaleza del enlace químico". En este documento, tomando en cuenta los
trabajos de Lewis, la teoría del enlace de valencia (TEV) de Heitler y London, así como su propio trabajo preliminar,
presentó seis reglas para el enlace de electrones compartidos, aunque las tres primeras ya eran conocidas
genéricamente:
1. El enlace de par de electrones a través de la interacción de un electrón desapareado de cada uno de
dos átomos.
2. El spin de los electrones involucrados en el enlace, tienen que ser opuestos.
3. Una vez apareados, los dos electrones no pueden formar parte de enlaces adicionales.
Sus tres últimas reglas eran nuevas:
4. Los términos de intercambio de electrones para formar el enlace involucra sólo una función de onda de
cada átomo.
5. Los electrones disponibles en el menor nivel de energía forman los enlaces más fuertes.
6. De dos orbitales en un átomo, el que pueda solaparse en mayor proporción con un orbital de otro átomo
formará el enlace más fuerte, y este enlace tenderá a orientarse en la dirección del orbital más concentrado.
A partir de este artículo, Pauling publicaría en 1939 un libro de texto, Sobre la Naturaleza del Enlace Químico', que
vendría a ser llamado por algunos como la "biblia" de la química moderna. Este libro ayudó a los químicos
experimentales a entender el impacto de la teoría cuántica sobre la química. Sin embargo, la edición posterior de
1939 falló en explicar adecuadamente los problemas que parecían ser mejor entendibles por la teoría de orbitales
moleculares. El impacto de la teoría del enlace de valencia declinó durante la década de 1960 y 1970 a la par con el
crecimiento en popularidad de la teoría de orbitales moleculares, que estaba siendo implementada en muchos
programas de grandes ordenadores. A partir de la década de 1960, los problemas más difíciles de la implementación
de la teoría del enlace de valencia en programas de computadoras habían sido mayormente resueltos y la teoría del
enlace de valencia vio un resurgimiento.
La teoría de los orbitales moleculares (TOM) usa una combinación lineal de orbitales atómicos para formar orbitales
moleculares, que abarcan la molécula entera. Estos orbitales son divididos frecuentemente en orbitales
enlazantes, orbitales antienlazantes, y orbitales de no enlace. Un orbital molecular es simplemente un orbital de
Schrödinger que incluye varios, pero frecuentemente sólo dos, núcleos. Si este orbital es del tipo en que los
electrones tienen una mayor probabilidad de estar entre los núcleos que en cualquier otro lugar, el orbital será un
orbital enlazante, y tenderá a mantener los núcleos cerca. Si los electrones tienden a estar presentes en un orbital
molecular en que pasan la mayor parte del tiempo en cualquier lugar excepto entre los núcleos, el orbital funcionará
como un orbital antienlazante, y realmente debilitará el enlace. Los electrones en orbitales no enlazantes tienden a
estar en orbitales profundos (cerca a los orbitales atómicos) asociados casi enteramente o con un núcleo o con otro
y entonces pasarán igual tiempo entre los núcleos y no en ese espacio. Estos electrones no contribuyen ni detractan
la fuerza del enlace.
Na - Cl Enlace iónico