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6.

ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL TIPO

1. EL DOLO

1- Clasificación del dolo

2- El error en el dolo

a) El error de tipo
b) Error sobre los presupuestos objetivos de una causa de justificación
c) Los errores al revés

3- Dolo en los delitos de omisión

4- Alcance de la voz “voluntaria” del artículo 1 C

2. CULPA O IMPRUDENCIA

1- Naturaleza de la culpa

2- Clases de culpa

3- Delitos preterintencionales

4- La exención de responsabilidad penal de quien comete un cuasidelito, con


excepción de aquellos casos que se encuentren expresamente penados por la
ley.

3. OTROS ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL TIPO


6. EL DOLO

Dolo es el conocer (elemento cognositivo) y querer (elemento volitivo) la


realización de los elementos del tipo objetivo.

Si bien es cierto, la ley no otorga un concepto legal de dolo, si entrega ciertos


matices de lo que el concepto significa, los cuales fueron utilizados por la
doctrina para establecer el concepto actualmente utilizado.

– Art. 1 inc. 3 oración final, Art. 17, Art. 64 CP.

ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL TIPO

Así, el dolo posee la necesidad de:

1- Conocimiento o representación por parte del actor; El sujeto debe advertir


lo malo en su actuar y posteriores efectos.
2- Conocimiento del dolo debe ser efectivo y no meramente potencial.
3- Cocimiento debe ser actual: Debe ser coetáneo a la realización de la
conducta por parte del sujeto.

Hoy en día a tomado fuerza el concepto de un dolo natural o neutro,


constituyendo un abandono a la concepción de un dolo malo.

No solo basta el conocimiento o representación de la realización del tipo, sino


que, además, es necesario que exista una voluntad de realización de la conducta.

Nunca podrá existir un dolo genérico, sino que siempre debe tratarse de un dolo
específico.

1. Clasificación del dolo

En consideración al elemento intelectual o volitivo, el dolo se clasifica en:

1- Dolo directo.
2- Dolo de las consecuencias necesarias o seguras o indirectas (Dolo
directo o de segundo grado).
3- Dolo eventual.

Dolo directo: Es aquel dolo presente en aquellos casos en que el sujeto persigue
la realización de un tipo determinado, teniendo su cumplimiento como su objetivo
o intención.
Dolo de las consecuencias necesarias o seguras o indirecto (dolo directo de
segundo grado): Se da en aquellas circunstancias en donde el sujeto se
representa como una consecuencia clara o segura de su actuación la realización
del tipo y, a pesar de ello, igualmente obra asumiendo la realización del tipo como
una consecuencia necesaria para llevar a cabo su actuar y lograr sus objetivos.

Dolo eventual: Esta categoría se da en aquellas ocasiones en donde el sujeto no


busca la realización del tipo, ni tampoco se representa su realización como algo
seguro o necesario, sino que, más bien, lo plantea como una posibilidad y, a
pesar de aquello, actúa de todas maneras.

2. El error en el dolo

El dolo exige la concurrencia del conocimiento o, al menos, de la representación,


de manera que la ausencia de este elemento, implica, bajo ciertas circunstancias,
la ausencia o inexistencia del dolo.

El tema de la ausencia del conocimiento ha sido tratado por la doctrina bajo el


concepto del error, en especial el error de tipo y el error de prohibición.

a- El error en el tipo.

Es aquel error que recae sobre alguno de los elementos objetivos de un


determinado tipo penal.

En cuanto a sus efectos, el error de tipo excluye al dolo, independientemente de


si éste posee un carácter vencible o invencible.

Dentro del error de tipo podemos encontrar cuatro tipos de error:

- Error sobre el curso causal: Este error se origina por las diferencias
existentes entre el curso causal previsto por el sujeto y por el curso causal
que efectivamente provocó o causo el resultado.
- Aberratio ictus o error en el golpe: Este error se constituye cuando el
agente dirige su conducta a un objeto determinado, pero el resultado,
producto de una desviación del curso casual anteriormente previsto por el
sujeto, recae sobre un objeto distinto al buscado originalmente.
- Consumación retardada o dolo de Weber: Este tipo de error se da en
aquellos casos en que el sujeto o actor cree haber consumado un delito
determinado a través de determinados actos, pero no advierte que el delito
en realidad se consumó a través de actos posteriores que el mismo
realizó.
- La consumación anticipada: Este tipo de consumación se da cuando el
sujeto o autor quiere llevar a cabo un determinado delito en contra de
cierto bien jurídico, sin embargo no se percata de que el delito ya ha sido
cometido a través de otras acciones de su propia autoría.

b- Error sobre los presupuestos objetivos de una causa de justificación

Este es un caso bastante controvertido dentro de la doctrina chilena ya que se


discute sobre la posibilidad de considerar como un error de tipo a aquel error que
recae sobre los presupuestos objetivos de una determinada causa de
justificación, o si bien, este tipo de error ha de ser considerado como un error de
prohibición.

Si bien el error de tipo excluye el dolo respecto de un determinado delito, esto no


significará necesariamente que se excluirá el dolo respecto de otros tipos, es
decir, el error de tipo no se convertirá en una causal genérica de exclusión del
dolo.

c- Los errores al revés


- Error al revés dentro del error de tipo: La doctrina habla de la existencia de
un error de tipo al revés en perjuicio del agente, el cual se da en aquellas
circunstancias en que el sujeto cree estar cumpliendo un tipo penal pero,
por estar ante la circunstancia de faltar algún requisito típico, en realidad
no lo cumple o realiza un tipo menos grave.

- Error al revés dentro del error de prohibición: Se puede subdividir en:


a) Error al revés de prohibición directo: El sujeto cree erróneamente que su
conducta constituye un delito. La doctrina establece la impunidad del sujeto
respecto de aquella conducta que erróneamente consideraba como un
delito.
b) Error al revés de prohibición indirecto: Este tipo de error se produce
cuando el sujeto posee una errónea interpretación o aplicación de una
causal de justificación provocada por un desconocimiento de los
presupuestos objetivos o facticos de la misma norma.
3-Dolo en los delitos de omisión.

Dentro del contexto de estos delitos, existirá dolo cuando el sujeto advierta la
existencia de un deber de actuar por parte suya y no lo realiza.

En los casos de los delitos por omisión impropia será necesario que el sujeto a su
vez conozca aquellas circunstancias objetivas que lo elevan a la posición de
garante.

Respecto al caso del sujeto que, conociendo las circunstancias objetivas que
fundan su posición de garante, no actúa como tal, ya que erróneamente cree que
no posee la obligación de evitar el resultado, la doctrina ha señalado que no se
excluye el dolo del sujeto, constituyéndose tan solo un error en la prohibición.

4- Alcance de la voz “voluntaria” del artículo 1 CP

A partir de una interpretación textual podemos establecer que el legislador


establece una presunción de voluntariedad respecto de todas las acciones u
omisiones que se encuentren penadas por la Ley, a no ser que conste lo
contrario.

– Sin embargo, no se aplicaría en aquellos casos en que la Ley exige un efectivo


conocimiento o de un propósito efectivo, señalándolo a través de expresiones
como “a sabiendas”, “con conocimiento de causa”, “maliciosamente”, “debiendo
conocer”, etc., entendiendo que en estos casos existe una clara exigencia de un
dolo directo.
2. CULPA O IMPRUDENCIA

La ley establece ciertos parámetros de acción que han de ser respetados y


acatados por todos los miembros de la sociedad para minimizar los riesgos
propios de las actividades inherentemente riesgosas.

Art. 2 CP.

Como lo señala Vargas, en estos delitos, a diferencia de los que se cometen con
dolo, los sujetos no buscar el hecho descrito en el tipo, pero se produce porque
no emplean el cuidado debido.

Así, el actuar negligente del agente en aquellas circunstancias lleva a la


realización de un resultado contrario a Derecho que era previsible.

Habrá culpa por el solo hecho de que el sujeto activo haya ejecutado el acto
prohibido o no haya realizado el ordenado por la ley o el reglamento, pues
significa que omitió las medidas de prudencia o precaución necesarias para
evitar un daño (CS, 10/11/2005, ROL 853‐2003).

En el caso anterior es preferible hablar de “imprudencia” o de “delitos


imprudentes”, porque expresa más claramente el sentido de este elemento
subjetivo de la conducta y evita la confusión con la “culpabilidad” como último
elemento del delito y que es subjetivo también, ya que supone un juicio al sujeto

Por la conducta típica y antijurídica ejecutada (Vargas).

Para que exista un cuasidelito es necesario que concurran las siguientes


circunstancias:

a) Que la conducta del agente se verifique mediando la culpa;


b) Que la conducta satisfaga un tipo penal determinado el cual establezca
una penalidad a título de culpa; y
c) Que el tipo o naturaleza de la culpa (imprudencia temeraria, negligencia,
etc.) coincida con el tipo o naturaleza de culpa que establezca la ley para el
caso en concreto.

En los cuasidelitos por regla general debe concurrir la producción de una


conducta culposa o imprudente acompañado de la producción de un resultado
típico.

Sin embargo, como lo recuerda Garrido, en nuestra legislación existen una serie
de normas en las cuales se contemplan delitos imprudentes o culposos de mera
actividad. Art 494 N°10 y 224 N°1 del CP , entre otros.
En lo que respecta al deber de cuidado, surge del ordenamiento jurídico como un
medio para salvaguardar un bien jurídico de la libertad. Esto se clasifica en:

- Deber de cuidado en un sentido interno: Se trata del deber que posee el


sujeto de prever la posibilidad de la producción de un daño.
- Deber de cuidado en el sentido externo: Este consiste en el deber de
adoptar las medidas y providencias adecuadas y exigibles en
consideración a la naturaleza y circunstancias de la respectivacion
actividad.

En este punto se debe determinar el parámetro que ha de emplearse para


delimitar el deber de cuidado del sujeto: se reduce a preguntarse si se deben
considerar o no las capacidades o características innatas del sujeto de tal forma
que se debe determinar si al sujeto se le debe exigir un cuidado en consideración
de sus dotes y capacidades innatas o en cambio, basta para eximirse de
responsabilidad el cumplimiento de los deberes de cuidado exigibles a cualquier
otra persona .

En cuanto al resultado típico, por regla general los cuasidelitos requieren de un


resultado de naturaleza lesiva.

Sin embargo, la culpa como una infracción del deber de cuidado se verifica de
forma exclusiva través de la conducta, y noa través del resultado no querido o no
previsto.

La importancia del significado dogmático del resultado dentro de los cuasidelitos


nos conduce al análisis que se debe dar en aquellos casos en que una sola
conducta culposa produce más de un resultado típico.

En estos casos la doctrina, basándose en el desvalor absoluto que se le atribuye


al resultado, ha establecido que se ha cometido un sólo cuasidelito, el cual ha
provocado una pluralidad de resultados, pero en concreto se ha infringido una
sola vez el deber de cuidado.

Otro sector de la doctrina establece que se le debe otorgar importancia tanto al


desvalor del resultado, el cual se encuentra tratado a propósito de la pluralidad
de víctimas establecido en el artículo 75; y no se debe olvidar que dentro del
ordenamiento chileno no se castiga la culpa como tal, sino que se castiga la
realización culposa de cierto tipos penales. De esta manera, los autores que
adscriben a esta posición afirman la existencia de tantos cuasidelitos como
resultados típicos imputables existan, criterio que pareciese ser acertado.
1- Naturaleza de la culpa

Para lograr determinar la naturaleza de la culpa se han formulado una serie de


teorías dentro de las cuales se encuentran las siguientes:

1) Teorías intelectuales,

2) Teorías de la personalidad,

3) Teorías volitivas,

4) Teorías de la causación ilícita, y

5) Teorías del peligro.

1. Teorías intelectuales: Quienes siguen estas teorías buscan explicar la culpa


como un defecto de la inteligencia del agente.

– El problema que posee esta teoría es que, al considerar la culpa como una
deficiencia de la inteligencia del agente, se está renunciando a la punibilidad que
plantea nuestro Derecho penal respecto de los delitos culposos.

2. Teorías de la personalidad: Estas teorías se centran en explicar la culpa


mediante una referencia a la personalidad total del sujeto, pero conforme a dos
posiciones distintas.

– Por una parte se centran en que el acto imprudente es un desprecio por todos
los valores y normas de una sociedad; por otro lado están quienes piensan que el
desprecio del agente es solo respecto determinados bienes jurídicos.

Estas dos posturas se refieren a un defecto de la personalidad. Esta tesis se


rechaza, pues es propia de un Derecho penal de autor y no de actos. (Vargas).

3. Teorías volitivas: Estas teorías buscan explicar la culpa a través de un acto


proveniente de la voluntad del autor, explicándola de dos formas diferentes:

Por un lado, está la explicación planteada por Exner, que se centra en establecer
que la culpabilidad es una voluntad mala inexistente, concepto que carece de
toda aplicación, como bien señala Garrido, al ser una voluntad inexistente, de
ésta no se puede deslindar la culpa del “casus”.
Del mismo modo, tuvo poco éxito Binding al tratar de explicar la culpa como un
querer inconsciente, ya que si entendemos este querer de esa manera, no
formará parte del elemento del resultado de la voluntad en la cual consiste la
culpa.

4. Teorías de la causación ilícita: Esta teoría excluye el presupuesto subjetivo


dentro de los delitos culposos.

Estos autores, postulan que la punibilidad de los delitos culposos consisten en


una mera imposición de una norma, la cual ordena sancionar de una manera
determinada a quien cometa un acto ilícito y que cause con ello un resultado
típico.

-Hernández rechaza esta postura ya que “el reconocer para todo grupo de delitos
culposos una responsabilidad objetiva, significa dar al traste con el principio de
que no hay pena sin culpabilidad y renunciar a una conquista que para la ciencia
penal ha sido meta ansiosamente perseguida”.

5.Teorías del peligro: Los autores que subscriben a esta teoría asimilan la culpa
con el dolo de peligro.

– Hernández estima que no pueden aceptarse estas opiniones, puesto que en


ellas se toma la negligencia como la realización dolosa de una acción
imprudente.

Hernández toma en consideración todos los fundamentos señalados por las


distintas teorías y sostiene que el problema de éstas radica en que, en el caso de
los delitos culposos, generalmente se cae en la tentación de introducir el
resultado dentro de su estructura, hecho que no reviste un mayor problema, ya
que lo que será objeto de la valoración jurídica es tanto la acción, su resultado y
su nexo causal; pero el problema surge al momento de considerar estos tres
elementos al mismo tiempo, lo cual se prestaría para errores, por lo que la
solución por él planteada es considerar a la acción como un elemento autónomo
respecto del resultado y del nexo causal que los une, cuya naturaleza debe
determinarse de forma independiente con los demás elementos ya mencionados.
2. Clases de culpa

La culpa puede clasificarse en:

1) Culpa activa: Imprudencia.


2) Culpa pasiva: Negligencia, descuido o abandono.

La diferencia relevante entre las clases de culpa es la intensidad de la culpa, o el


grado o nivel de cuidado exigido en cada caso.

Adicionalmente se distingue entre:

1) Culpa con representación (Con consciente o con previsión): se presenta


cuando el agente, que ha supuesto como posible la producción del
resultado lesivo para el bien jurídico porque estaba en posibilidad de
hacerlo, confía en poder evitarlo, pese a que advierte la amenaza objetiva
de su conducta.
2) Culpa sin representación (Inconsciente o sin previsión): Se realiza cuando
el autor no se representa la posible ocurrencia del resultado típico dañoso
para el bien jurídico derivado de su conducta, habiendo podido y debido
hacerlo.

Para demarcar o delimitar la imprudencia con el dolo eventual, tema que,


generalmente, se resuelve a través de la apelación a la falta de aceptación por
parte del agente en la realización del tipo penal.

3. Delitos preterintencionales

Son aquellos en donde el sujeto posee el dolo de cometer una conducta típica
pero causa, culposamente, una conducta típica más grave a la originalmente
buscada.

– Por una parte, nos encontramos con un sujeto el cual se representa y quiere la
realización de una determinada conducta, así como también la realización o
ejecución de un resultado típico y, por el otro lado, este mismo sujeto no pone
durante la ejecución final de su conducta el debido cuidado que le era exigible
para evitar la producción previsible de un resultado típico más grave que el
buscado inicialmente.

Nuestra legislación no establece disposición alguna que regule y establezca el


camino a seguir para la determinación de la pena de los delitos
preterintencionales, por ello tanto la doctrina como la jurisprudencia han ido
buscando diversas formas para solucionar este problema a través de la aplicación
de los principios generales.
La solución final a la cual se ha logrado llegar es la aplicación de un concurso
ideal de delitos, conforme a la norma establecida en el artículo 75 CP.

4. La exención de la responsabilidad penal de quien comete un cuasidelito, con


excepción de aquellos casos que se encuentren expresamente penados por la
ley.

Esta causal de exclusión de responsabilidad penal se encuentra actualmente


regulada dentro del artículo 10 N°13 del CP.

Lo anterior significa que el delito culposo constituye una excepción para castigar
una conducta atípica que es resultado de la imprudencia del sujeto en aquellos
casos que lo establezca la ley, como lo son:

a) Casos en que se da la tipificación especial de ciertas conductas en las


cuales aparece la culpa como un elemento subjetivo.
b) Ciertos casos especiales establecidos en el Titulo X del Libro II,
específicamente aquellos casos de cuasidelito de homicidio y de lesiones.

3. OTROS ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL TIPO

Estos elementos subjetivos reciben el nombre de ánimos específicos, los cuales


poseen la función de limitar la intervención penal en contra de una determinada
acción, ya que la ausencia de estos conlleva a la improcedencia del delito.

Los elementos subjetivos pueden sub clasificarse en los siguientes elementos:

1) Elementos subjetivos de tendencia, y


2) Elementos subjetivos de intención trascendente.

Elementos subjetivos de tendencia: Se encuentran al interior de todos aquellos


delitos en los cuales, para su ejecución, se requiera de un solo acto y de una
tendencia interna intensa.

Elementos subjetivos de intención trascendente: Este tipo de elemento subjetivo lo


podemos encontrar en aquellos delitos que, para entenderse consumados,
requieren de la procedencia de dos acciones o resultados.

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