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Trabajo realizado por Lic. Nahima Caram para la optativa Sobre el amor y la muerte en
Borges dictada por la prof. Dra. Ruth Ramasco en Marzo-Junio, 2018.
“Son innumerables los hombres, son innumerables los tiempos y todo lo que pasa, me pasa
precisamente a mí”. Borges, J. L. El jardín de los senderos que se bifurca.
El espejo y la máscara
Brian Boru había gobernado la mayor parte de Irlanda desde 1002, pero la isla
distaba mucho de estar sometida a su control y el título de Gran Rey de Irlanda era
más un título ceremonial que una autoridad: Brian contaba con cambiar esto, y unificar
la isla, de lo cual se ocupó durante varios años de su vida.
1
Conozco los linajes mitológicos de todas las casas de Irlanda. Poseo
las virtudes de las hierbas, la astrología judiciaria, las matemáticas y
el derecho canónico. He derrotado en público certamen a mis rivales.
Me he adiestrado en la sátira, que causa enfermedades de la piel,
incluso la lepra. Sé manejar la espada, como lo probé en tu batalla.
Solo una cosa ignoro: la de agradecer el don que me haces1.
Al término de un año el poeta regresa con otra loa. Ante la cual el rey le dice:
El tercer regalo del rey es una daga. Con ella el poeta se da muerte a sí mismo
al salir del palacio. Del rey sabemos que se vuelve un mendigo y que no ha repetido
nunca el poema.
No quedará la noche.
1
BORGES, JORGE LUIS. El libro de la arena, Editorial La Nación, Buenos Aires, 2005, p. 98.
2
BORGES, JORGE LUIS. El libro de la arena…., p. 100.
2
los continentes y las caras.
Es imposible entender las razones por las cuales alguien puede darse muerte a
sí mismo. Quizás una sensación de desagrado, de vacío, no hay forma de saberlo.
Pero para los que quedan vivos, la muerte de esa persona es la muerte del universo
entero que la contenía. Karl Menninger3 (1893- 1990) en El hombre contra sí mismo
afirma que existen tres componentes de hostilidad en todo acto suicida: el deseo de
matar, el deseo de ser muerto, y el deseo de morir. Lacan (1901- 1981) va más lejos y
afirma que el hombre no sólo es el único ser que puede suicidarse, sino que también
es el único que sabe que morirá, saber condicionado por la existencia de la palabra,
del lenguaje, donde se enlazan el sentido de la vida y el sentido de la muerte.
El testigo
De acuerdo con Agamben existen dos palabras en latín para decir “testigo” 4. La
primera es testis y la segunda superstes. En el primer caso se testigo es el que se
pone como tercero en un proceso o en una pelea entre dos contendientes. En el
segundo caso, designa al que ha vivido algo, al que ha atravesado hasta el final un
acontecimiento y puede por ello, dar testimonio. Ahora bien, si el suicida es testigo de
su propia muerte ¿cómo puede saber que está muerto? ¿Dónde es que se van los
muertos cuando mueren?
3
Cfr. COHEN AGREST, DIANA. Por mano propia. Estudio sobre las prácticas suicidas, Editorial Fondo de
Cultura Económica, Bs. As. 2007, p. 179.
4
AGAMBEN, Lo que resta de Auschwitz, Adriana Hidalgo Editora, Bs. As., 2017, p. 17.
3
En este texto introduce Borges una disyunción al parecer exclusiva que hace
que el lector se detenga por el peso que pone en cada una de esas posibilidades. Así,
o una cosa (o número infinito de cosas) muere en cada agonía a menos de que exista
una memoria del universo (como conjeturan los teósofos). Así, o cada vez que muere
algo muere el conjunto entero que contenía a esa cosa o existe una especie de
memoria colectiva que hace que todo esté vinculado con todo y cuando muere algo
muere todo. No sabemos qué o quién o cómo se forma esa memoria colectiva, pero
aparentemente traspasa los límites de lo meramente individual para abarcar al
universo entero, o a todos los recuerdos habidos y por haber, a los que fueron, a los
que son y a los que serán.
5
BORGES, JORGE LUIS. El hacedor, Editorial La Nación, Buenos Aires, 2005, p. 37.
4
● “¿Una barra de azufre en el cajón de un escritorio de caoba?”
El poeta declara su nombradía
Sin embargo, también es cierto que la muerte rodea nuestras vidas y la de los
otros continuamente. Teniéndola presente o no, mientras vivimos alguien está
muriendo. Así lo dice Roberto Juarroz en Poesía Vertical6:
mientras odias,
6
JUARROZ, ROBERTO. Poesía vertical en
http://www.paginadepoesia.com.ar/escritos_pdf/juarroz_poesiavertical.pdf
5
a pesar de tu legítimo deseo
Pero el inicio del poema es un tanto más revelador, dice que es “medido” por el
cielo. Por el título, sabemos que habla el poeta, y conocemos que enuncia su
reputación, fama, o en palabras de Borges “nombradía”. Dice también, que es buscado
por príncipes para llenar con oro su boca. Notemos que el oro es un material
imperecedero, lo cual de alguna manera denota un carácter parecido a la eternidad.
Añade que sus versos son conocidos por los ángeles, y lo saben de memoria.
Esas criaturas celestiales conocen los versos del poeta. Tendríamos que preguntarnos
si acaso conocen la angustia y la humillación con la cual fueron escritos esos versos,
pues eso no nos lo hace saber Borges. ¿Hasta dónde pueden conocer los ángeles?
¿Pueden saberse los poemas y no el dolor que los ha causado? ¿O acaso saber el
poema, es equivalente a saber el dolor? O más bien ¿el poema es el dolor?
Algo así como leer un jeroglífico, leemos unos signos pictográficos puestos
sobre algún soporte en algún milenio de la historia egipcia por ejemplo, supongamos
que en el tercer milenio antes de Cristo. Pero eso no importa, ¿Cuándo vemos la fuete
escrita en jeroglífico vemos el dolor que lo ha llevado a semejante construcción? No lo
vemos, sólo vemos la fuente. El dolor no se lo puede ver, y aún más si no es nuestro.
El dolor no se puede tocar, es tan abstracto que sólo podemos sentirlo y no todos y no
de la misma manera, y sólo si es nuestro. ¿Vemos el dolor de Borges en este bello
poema? No lo sé, sólo veo palabras que fluyen unas a otras, atisbo el dolor…No sé si
da igual atisbar o mirar.
6
crear, como si fuese un dios pero con palabras, sino como alguien que realiza y
después puede. ¿Primero podemos escribir y después escribimos? Para Agamben no
sería así. No es que obramos porque podemos, sino al revés primero obramos y
después nos damos cuenta de que hemos podido hacerlo. Precisamente por eso han
sido posibles tantas aberraciones en la historia como el exterminio de judíos. Alguien
lo ha hecho, en este caso, Hitler y toda su ingeniería de la destrucción, y después ha
construido su potencia para hacerlo. Pero si ha podido hacerlo, entonces también
puede no hacerlo. La potencialidad también vale para la omisión de los actos. El
hombre puede matar a los otros y a sí mismo. Lo maravilloso es que decida no hacerlo
cuando perfectamente puede hacerlo.
Así:
Vale la pena hacer incapié en la noción de “uso” porque alguien puede tener la
potencialidad de hacer algo pero si no lo hace dicha posibilidad es vacía. Así, alguien
7
AGAMBEN, GIORGIO. El uso de los cuerpos, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2017, p. 127- 128.
7
puede tener “ojos” pero si no los usa para ver entonces no tiene sentido esa posesión
de la vista.
Nada y nadie
¿Hacia dónde van los poetas cuando mueren? Si se han dado la muerte a sí
mismos por considerar que su yo no puede ser llenado con algo entonces realizan un
acto de des-subjetivación para transformar su nombre en el nombre de nadie. Allí
donde había una persona ya no la habrá más.
8
AGAMBEN, G. El uso de los cuerpos…, p. 441.
9
BÁRCENA, FERNANDO. El aprendiz eterno, Miño y Dávila Editores, Buenos Aires, 2012, p. 139.
8
solo puro y denotante (la palabra “nada”) es al instante llenar la nada,
desmentirla: como Orfeo que pierde a Eurídice volviéndose a ella,
nada pierde un poco de su sentido cada vez que se la enuncia (que
se la de-nuncia). Por lo tanto es necesario hacer trampa. La nada
solo puede ser asida por el discurso obicuamente, al sesgo, mediante
una especie de alusión deceptiva.10
Nada mejor que citar a un poeta que murió por suicidio, se trata de De Paul
Celan12 (1920- 1970):
Nadie.
10
BARTHES, ROLAND. El grado cero de la escritura, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 2015, p. 164
11
BORGES, JORGE LUIS, en https://www.poemas-del-alma.com/soy.htm
12
https://verseando.com/blog/poemas-paul-celan-salmo/
9
Alabado seas tú. Nadie.
Por ti queremos
florecer
hasta ti.
Nada
floreciendo:
la nada,
la rosa de nadie.
de la palabra púrpura
cantamos a las,
10