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El Programa Nacional de Salud 2001-2006 establece tres retos a los que deberá responder:
calidad, equidad y protección financiera. Una forma de dar respuesta a estos restos es el
desarrollo de programas de acción vinculados con los principales problemas de salud que
enfrenta México.
En este contexto se desarrolló el Prorama de Acción en Salud Ambiental (PRASA), mismo que
incorpora las líneas de acción de Fortalecimiento de la Salud Ambiental y la de Mejoría de la
Salud Ocupacional, que forman parte de la primera estrategia instrumental del Programa
Nacional de Salud (PRONASA) 2001-2006, relativa a la vinculación de la salud con el desarrollo
social y económico. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2001-2006 enmarca el programa con
sus principios, postulados, criterios y normas básicas, señalando las cuatro transiciones
fundamentales: la política, la económica, la social y la demográfica.
El PRASA se construyó a partir de los insumos provenientes de las consultas públicas, de las
consultas con Ex - directores de la Dirección General de Salud Ambiental de la Secretaría de
Salud y, de manera importante, con la de los servicios de salud de las entidades federativas.
En México, si bien no se cuenta con un diagnóstico nacional completo del impacto de las
condiciones ambientales sobre la salud de la población, mediante la utilización y el análisis de
información secundaria tanto del sector salud como de otras dependencias gubernamentales, o
de investigaciones realizadas en el país, se ha podido estimar que el 35% de la carga de la
enfermedad puede atribuirse a exposiciones ambientales y el 15% a exposiciones
ocupacionales.
Por ejemplo, el análisis de esta información permite estimar que el promedio de plomo en
sangre es de 11 a 18 µ g/dL, lo que tiene efectos en el coeficiente intelectual de la población
infantil.
Se estima que, al menos 150,000 personas consumen agua con concentraciones de arsénico
arriba de lo establecido por la normatividad.
En los hogares donde se utiliza leña, las personas, básicamente mujeres y niñas se exponen a
350 imecas durante varias horas al día.
Visión
La población de México se sienta segura de respirar, tomar y usar agua, entrar en contacto con
el suelo y otros medios, así como trabajar sabiendo que se definen y efectúan intervenciones
eficaces para proteger su salud de riesgos ambientales. Asimismo, que las instituciones
públicas de todos los niveles, las organizaciones privadas y sociales a la autoridad en Salud
Ambiental, como una instancia de coparticipación y co-responsabilidad que impulsa estrategias
que potencian la protección de la salud ambiental y laboral en el marco del desarrollo
sustentable, siendo su referente técnico.
Misión
Proteger la salud de la población de los efectos por la exposición innecesaria o excesiva a
agentes físicos, químicos, biológicos que no dependan exclusivamente de la decisión personal.
Dado que la población no la asume de manera voluntaria y la enfrenta en forma colectiva,
reduce la libertad de las personas de respirar, alimentarse y moverse generando un daño a su
salud, y por tanto se traduce en una violación a sus derechos humanos. Para ello, se medirán
la exposición, y en su caso, sus efectos en la salud humana para analizar el riesgo e
instrumentar medidas de intervención eficaces y participativas.
Objetivo
Incrementar la protección de la salud de la población contra la exposición innecesaria o
excesiva a agentes físicos, químicos y biológicos que no dependan exclusivamente de la
decisión personal.
Un instrumento para el manejo de riesgos son los Planes Estratégicos de Acción en Salud
Ambiental (PEASA), que combinan acciones regulatorias y no regulatorias y en los cuales se
establecen metas sanitarias concretas. Estos planes se pueden instrumentar en el ámbito
nacional, regional, estatal o local dependiendo de la magnitud del problema.
Estos programas sustantivos se abordan bajo el enfoque que establece el modelo y se apoyan
para su instrumentación en siete estrategias operativas:
La última de estas estrategias permite identificar a aquellos grupos que por distintas razones
son más vulnerables a los riesgos ambientales y requiere de una atención integral que permita
mejorar su calidad de vida y su nivel de salud, así el PRASA identifica cuatro poblaciones foco:
la infantil, la ocupacionalmente expuesta, la indígena y las mujeres en edad fértil.
El PRASA busca trabajar de manera coordinada con instituciones del sector social y académico,
incluyendo organismos civiles, así como con representantes del sector privado. A nivel
internacional se tienen obligaciones que cumplir y se buscan oportunidades de atracción de
recursos y capacidades con múltiples organismos y agencias vinculados con las áreas de salud
y ambiente.
PROGRAMAS SUSTANTIVOS
ESTRATEGIA
S
• Reducir 70% la prevalencia de niveles de plomo alto en sangre en los niños menores de
cinco años
• Reducir en 30% la incidencia de enfermedades respiratorias por exposición atmosférica y en
60% las enfermedades respiratorias por exposición intramuros en la infancia
• Asegurar al 70% de la población la provisión de agua física, química y microbiológicamente
potable
• Reducir 15% la exposición promedio de contaminantes atmosféricos en la población general
• Vigilar el ciclo de vida de 50% de los agentes químicos manufacturados de uso común en el
mercado
Bibliografía: www.salud.gob.mx.