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ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL

POLICIAL – YUNGAY

“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

 ALUMNO:
Echavarria Maza Paul Ronaldo

 TEMA:
Juntas vecinales

 CATEDRÁTICA:

So1. PNP. Muñoz Minaya Juana Cristina

YUNGAY – PERU
2018

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DEDICATORIA

Este trabajo está dedicado a Dios, a mis padres


por todo el esfuerzo que hicieron para poder
lograr alcanzar mi sueño de ingresar y formar
parte de la POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ.

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene por objetivo analizar la participación de las juntas vecinales en
las acciones de seguridad.

Las juntas vecinales son organismos que tienen el noble fin de articular los modos de
participación ciudadana, como forma de canalización y garantía efectiva del derecho a
participar, que es a la vez una obligación cívica. La Constitución Provincial promueve, en
su artículo 240, la creación de juntas vecinales.

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INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 3
JUNTAS VECINALES ........................................................................................................... 5

EXPERIENCIAS EXITOSAS ................................................................................................. 8

TIPOS DE ORATORIA .......................................................................................................... 8

CONCLUCIONES ................................................................................................................ 12

BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................... 13

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JUNTAS VECINALES

RESEÑA HISTORICA

Son órganos de coordinación, que tienen como misión primordial representar a los
vecinos ante la Municipalidad, para trabajar, en forma gratuita, de manera conjunta y
organizada; coadyuvando a la eficiencia en la gestión municipal, en la cimentación del
desarrollo local, dentro del marco del Principio de Planeación Local contenido en el
Artículo IX del Título Preliminar de la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley N° 27972,
articulando así a la Municipalidad con sus vecinos. En este sentido, la presente norma
tiene por objeto establecer los mecanismos para elegir a las Juntas Vecinales. Las Juntas
de Delegados Vecinales son un conjunto de personas con vocación de servicio, altruistas
y con espíritu de superación que trabajan organizadamente y son el nexo entre los demás
vecinos de su zona y la Municipalidad. La preocupación por el desarrollo local, ha sido
una de las constantes del actual gobierno. Es así que en 1995 se crea el Plan de
Desarrollo Metropolitano (PLANDEMETRU), luego de un largo proceso de concertación
con diversas instituciones locales. Dos organismos dan viabilidad a estos planes, las
juntas vecinales y los comités de progreso. Estas juntas y comités de alguna manera han
aliviado la demanda por obras involucrando a la población en la ejecución de las mismas.
Las juntas vecinales surgieron en 1981. Organizaciones más pequeñas que las juntas,
son los comités de progreso, conformado por un grupo de vecinos elegidos por la
comunidad que se organizan para ejecutar una determinada obra. Estos comités
usualmente duran el tiempo que dura la obra. La junta vecinal es definida por sus
autoridades como un ente administrativo que pertenece al municipio. Son intermediarios
entre el Municipio y la comunidad. Las juntas vecinales hacen conocer al municipio las
necesidades de la población y su demanda por la ejecución de algunas obras. Estas
obras son ejecutadas por comités de progreso, los cuales se conforman en una asamblea
organizada por la población beneficiaria de las obras. La junta vecinal y las autoridades
municipales se encargan de supervisar su ejecución. Los comités no pueden hacer
gestiones directamente con el municipio, si quieren solicitar algún material o ayuda, lo
tienen que hacer por intermedio de la junta vecinal. Las gestiones se hacen de forma
conjunta, entre el comité y la Junta.

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El principal mecanismo a través del cual se materializa esta participación ciudadana son
las Juntas Vecinales. Éstas, como su nombre lo dice, son agrupaciones vecinales que se
conforman por razones de autoprotección y están integradas por personas que residen o
laboran en un mismo barrio, sector, urbanización o distrito. Entre los principales objetivos
que desarrollan las Juntas Vecinales cabe mencionar los siguientes:

 Lograr la participación activa de la población en estrecha colaboración con la


policía, en actividades preventivas, tales como el patrullaje de calles y avenidas.
 Establecer una comunicación y coordinación en forma permanente entre los
vecinos y su comisaría, a fin de mantener un estado de alerta efectiva frente a
cualquier amenaza que genere la delincuencia. Los vecinos están en muchas
ocasiones en mejor posición que la policía para identificar los focos delictivos y
pueden aportar valiosa información a los agentes policiales.
 Promover el sentido de cooperación entre vecinos e internalizar una “cultura de
seguridad”.
 Fomentar la participación social mediante el desarrollo de programas culturales,
deportivos, cívico-patrióticos, ecológicos, educativos y de salud, entre otros.

Cabe precisar que las Juntas Vecinales forman parte el Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana (SINASEC), por cuanto en los artículos 15º y 16º de la Ley N.º 27933 se
reconoce la participación de las Juntas Vecinales en los Comités Provinciales y Distritales,
respectivamente, a fin de hacer sentir la voz de los vecinos en el diseño e implementación
de las políticas de seguridad ciudadana de su respectiva jurisdicción.
De otro lado, si bien las Juntas Vecinales son la representación por excelencia de la
participación de la comunidad en materia de seguridad ciudadana reconocidas en el
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marco del SINASEC, no quiere decir que sea el único mecanismo pues, tal como lo refiere
el Comandante PNP Guillermo Bonilla, existen otras instituciones de la sociedad civil que
pueden colaborar en la lucha por la seguridad ciudadana, tales como:
Los comités de vigilancia ciudadana.
- Las mesas de concertación para la lucha contra la pobreza.
- Las rondas campesinas y los comités de autodefensa.
- Las comunidades campesinas y nativas, a cuyas autoridades la Constitución, en su
artículo 149º, les reconoce funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial.
- Los comités de Defensa Civil.
- Las instituciones educativas.
- Las asociaciones de padres de familia.
- Las compañías de bomberos voluntarios.

En síntesis, el rol de la ciudadanía puede ser resumido de la siguiente manera:

Organizar Juntas Vecinales para colaborar con la Policía Nacional en las labores de
prevención del delito, bridándole información oportuna y manteniendo a la población en
estado de alerta frente a cualquier amenaza para su seguridad.

Por otra parte, si bien las Juntas Vecinales son iniciativas ciudadanas, tanto las
municipalidades como la Policía Nacional deben fomentar su conformación pues son los
mecanismos a través de los cuales pueden comunicarse con la población y conocer sus
intereses y demandas. Específicamente, corresponde a la Policía Nacional, en tanto que
cuenta con la experiencia y la especialización necesarias, capacitar a los integrantes de
las Juntas Vecinales en aspectos preventivos de seguridad.

También cabe advertir, tal como lo hace el Mayor PNP Comandante Bonilla6 , que las
Juntas Vecinales, a fin de funcionar efectivamente, no pueden tener un sentido político
partidario pues ello hace que se desnaturalicen los fines para los cuales fueron creadas,
haciendo que los esfuerzos vecinales se destinen a fines políticos de las autoridades
ediles de turno y que los ciudadanos se sientan utilizados. Asimismo, se requiere un
fuerte compromiso por parte de los integrantes de las Juntas Vecinales. La participación
debe ser activa, constante y permanente.

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A continuación presentamos tres casos que reflejan que la participación vecinal
organizada y constante puede marcar la diferencia en lo que respecta a la lucha por la
seguridad ciudadana.

Experiencias exitosas

- La Floral (La Victoria – Lima Metropolitana)


Hasta fines de los años noventa, la avenida La Floral, en el distrito de La Victoria (Lima
Metropolitana), estaba tomada por más de 700 delincuentes y drogadictos. Asaltaban
personas, saqueaban viviendas, desmantelaban autos, robaban a los microbuseros y a
los taxistas. Las principales víctimas de estos delitos eran, desde luego, los vecinos del
lugar. Toda empresa estaba condenada al fracaso, todo negocio era imposible; y la vida
expresaba el infierno cotidiano del miedo y la penuria.
Cuando Susano Enciso llegó a ese vecindario, en 1990, solo quedaban 3 empresas
agonizando en La Floral. Nadie quería llegar a ese lugar. Ni para pasar, menos para
comprar o vender otra cosa que no fuera droga. Los vecinos malvendían sus casas y las
que quedaban eran ocupadas por los delincuentes. La esquina de Yerbateros y la avenida
Circunvalación era considerada como tierra de nadie. Los carros de transporte público
eran los objetivos preferidos de asaltos y desmantelamientos al paso. Las autoridades
sabían lo que pasaba pero no actuaban. Algunas, por el contrario, lucraban con las
bandas.
El vecino Susano Enciso decidió emprender la titánica tarea de recuperar el vecindario
para la inmensa mayoría de habitantes honestos. En 1997 convocó a algunos vecinos
(inicialmente solo cinco aceptaron unirse; luego, poco a poco, el número de personas se
incrementó) y comenzaron a conversar con la gente para organizarse. Una vez que
lograron consolidar un núcleo de acción, pidieron ayuda a la Policía para poder limpiar la
zona de manera conjunta.
Fortalecidos con este respaldo, los vecinos salieron al frente, encontrando una fuerte
resistencia, amenazas y ataques por parte de los delincuentes. Lejos de amilanarse,
persuadieron a más vecinos para que se sumen a la cruzada. Poco después descubrieron
que muchos policías no solo se negaban a actuar sino que les ponían obstáculos. Había
complicidad y corrupción extendida. Se llegó a detectar que muchos actuaban en
combinación con los delincuentes. Entonces, Susano y los vecinos organizados tuvieron
que acudir a la Inspectoría de la Policía en 1998.

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La presión de la Junta Vecinal llevó a la Inspectoría a tomar acciones, tales como el
cambio de los policías implicados. Pero, no todos los policías estaban bajo el manto de la
corrupción. También se dieron notables excepciones, como fue el caso del capitán PNP
Sánchez Popuche en el año dos mil. Era un policía comprometido con su comunidad, que
optó por convocar a todos los vecinos del cerro El Pino y de los alrededores a sumarse a
esta tarea. La organización, el número y el respaldo policial les dieron la fuerza para
movilizarse (ya había 80 coordinadores, de quienes dependían muchos más vecinos) y
tomar las primeras medidas decisivas: cerraron casas dónde se vendía la droga,
clausuraron prostíbulos y cantinas clandestinas, botaron a los delincuentes y limpiaron las
calles, las cuales estaban convertidas en un muladar. “Por aquí nunca había pasado un
carro recolector, los colchones estaban tirados por todas las 8 cuadras de la avenida... fue
toda una odisea... desde ese momento los vecinos nos apostamos en el lugar, no salimos
para nada, nos turnábamos [en la vigilancia de las calles] cada seis horas por un mes
para que los delincuentes no puedan regresar al lugar. La Policía hacía lo suyo y nosotros
los acompañábamos”, cuenta un vecino del lugar.
Poco a poco se impuso la calma en el cerro el Pino y la Avenida La Floral. Fue un proceso
largo, cuya consolidación tomó seis años, hasta el 2004. Ahora se puede apreciar calles
ordenadas con árboles sembrados. Luego, se construyeron casetas de auxilio rápido y,
con el apoyo del vecindario y de los empresarios que iban llegando, se logró construir una
pequeña comisaría que está ubicada en las faldas del cerro el Pino y la Avenida México.
Susano Enciso, el líder mayor de las Juntas Vecinales, prosigue en su tarea de
organización y capacitación de nuevos líderes. Las amenazas no amedrentaron a este
intrépido dirigente, que logró, a base de tenacidad y valentía, organizar a los vecinos,
obligar al Estado a intervenir en su ayuda y así convertir un escenario de pesadilla en
calles donde el esfuerzo honesto de sus habitantes cimenta un progreso que ya no está
parasitado por la delincuencia ni doblegado por el temor.
- Villa El Salvador (Lima Metropolitana)
El distrito de Villa El Salvador cuenta con alrededor de 400,000 habitantes. Existe mucho
problema delincuencial, el cual se ha podido disminuir gracias a la participación voluntaria
de los vecinos, quienes son integrantes de las Juntas Vecinales y participan activamente
como ojos y oídos de la Policía Nacional. Patrullan durante todas las noches en las
rondas mixtas, es decir, junto con efectivos policiales.
Quintiliano Olivas Ponce es el Coordinador Distrital de las Juntas Vecinales, quien viene
participando desde el año 1987 de forma desinteresada como vecino voluntario y líder de
esta organización vecinal. Ha recibido múltiples condecoraciones por la labor emprendida
a favor de la comunidad. La última condecoración le fue otorgada por la delegación de la

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policía ecuatoriana, la cual ha tomado como ejemplo la organización vecinal del distrito de
Villa el Salvador.
“Estamos haciendo un patrullaje intensivo junto con los vecinos de las Juntas Vecinales y
la Policía. De esa manera hemos logrado reducir en un 30 por ciento el pandillaje,
respecto al año pasado, en todo el distrito", afirma Quintiliano.
Esta tarea no ha sido fácil para él. En muchas oportunidades tuvo que lidiar con malos
policías que no creían en su trabajo. Se sentían que estaban siendo fiscalizados por la
sociedad civil y no le prestaban el apoyo para continuar fortaleciendo las Juntas
Vecinales. Por otro lado, algunos alcaldes tampoco estuvieron interesados en apoyar a
Quintiliano. Pero, eso no fue motivo para no seguir en la lucha contra la delincuencia. Al
contrario, ello motivó que los vecinos se integrasen cada vez más ante la desatención por
parte de las autoridades.
Así como hubo malas autoridades, también llegaron buenos comisarios que acompañaron
la gestión vecinal. Estos tenían otra mirada, la visión de policía comunitaria, es decir, la
concepción de una policía cercana al ciudadano y dispuesta a atenderlo en la solución de
sus problemas cotidianos. Gracias a este trabajo, dichos comisarios ganaron en varias
oportunidades varios gallardetes como premio a la labor emprendida contra la violencia en
el distrito. Asimismo, fueron ganadores en el año 2003 como mejor comisaría del año,
acompañados de condecoraciones por la labor emprendida en beneficio de su
comunidad.

En varias oportunidades sufrieron varias amenazas por parte de los delincuentes, quienes
intentaban impedir su labor y sacarlos del distrito. No obstante, las dificultades se
pudieron superar gracias al apoyo de los vecinos, que se propusieron como causa común
no permitir nuevamente que la delincuencia impere en el distrito de Villa el Salvador, un
distrito autogestionario que tiene toda una historia por delante.
Queda una tarea pendiente para las autoridades y es tomar como muestra la organización
vecinal. Ahora les toca fortalecerla, acompañarla y posesionarla como un bastión
importante en una comunidad. Para ello cuentan con vecinos comprometidos
voluntariamente que no piden nada a cambio sino tan solo respirar tranquilidad y transitar
por las calles libremente, derecho del cual debe gozar todo ciudadano en nuestro país.

- Trujillo
En el caso de Trujillo, las Juntas Vecinales alcanzaron un alto nivel de organización con la
llegada del General Eduardo Arteta. “Encontró 52 Juntas Vecinales al asumir su puesto.

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Ahora hay 1200 juntas”, dice Lucy Morales, de la jurisdicción de Esperanza, en Bellavista,
una integrante de dichas juntas vecinales. Arteta “devolvió la confianza de la población en
la PNP”. Esta experiencia es una muestra de cómo los vecinos se sintieron fortalecidos
con la llegada de un buen oficial, quien los respaldó y fortaleció la labor vecinal, dándoles
el espacio y el lugar que les correspondía, brindándole todas las facilidades para su mejor
desenvolvimiento en su trabajo diario. Trujillo es una ciudad que muchos pensaban que
había sido tomada por la delincuencia. Sin embargo, las Juntas Vecinales, liderados por el
General Arteta demostraron que es posible combatir a la delincuencia con la coordinación
efectiva entre los vecinos y la Policía Nacional.

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CONCLUSIONES

Las juntas vecinales Tiene como fin lograr en su localidad desarrollo de un mejor
ambiente para las personas que viven en la zona y sea un lugar atractivo y se logre una
mejor convivencia pacífica. Las juntas vecinales ayudan a promover en su zona acciones
que coadyuven a la mejor ejecución de las labores municipales Las juntas vecinales
ayudan a difundir las medidas de seguridad con el fin de instruir a los vecinos para su
seguridad personal Las juntas vecinales colaboran permanentemente la comunicación
con el Serenazgo y con la Policía Municipal del distrito, a efectos de prevenir y evitar la
comisión de delitos en la zona a su cargo.

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BIBLIOGRAFÍA

https://www.seguridadidl.org.pe/noticias/las-juntas-vecinales-la-importancia-de-la-
organizaci%C3%B3n-de-los-ciudadanos-en-la-lucha-por-la

http://juntasvecinalesp.blogspot.com/

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