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Guerras de religión

El detonante de las Guerras de Religión fueron las disputas religiosas entre católicos y protestantes
calvinistas, conocidos como hugonotes, exacerbadas por las disputas entre las casas nobiliarias que
abanderaron estas facciones religiosas, en especial los Borbón y los Guisa.

Las discordias empiezan en los años 1540 y 1550 debido a destrucciones iconoclastas cometidas por
protestantes de objetos del ritual romano que los católicos consideraban sagrados: reliquias,
custodias y estatuas de santos. A finales del reinado de Enrique II, el conflicto se politiza y al morir el
rey en 1559, los partidos religiosos se organizan para preparar sus estructuras militares. Las guerras
de religión comienzan en 1562 y prosiguen, con intervalos de paz, hasta 1598, al promulgarse el
Edicto de Nantes.

Estos disturbios religiosos resultan especialmente difíciles de estudiar por su complejidad. A las
diferencias religiosas se superponen enfrentamientos políticos, luchas sociales, divergencias
culturales y, por último, un contexto europeo tenso.

Durante las guerras de religión, Francia estará dividida, pues, en dos facciones apoyadas financiera y
militarmente por potencias extranjeras. Durante los años 1580, Inglaterra y España se enfrentarán
utilizando Francia como escenario.

Primera guerra

En medio de las terribles crueldades de ambos bandos, al cabo de un mes los calvinistas consiguieron
apoderarse de una gran cantidad de ciudades, algunas muy importantes, como Lyon, Orleáns o Ruan,
la segunda ciudad del país. En cada conquista, los protestantes saqueaban y destruían las iglesias. Los
católicos sufrieron enormes pérdidas, pero los hugonotes no lograron apoderarse de Toulouse ni
Burdeos, y pronto las fuerzas realistas tomaron la ofensiva, comenzando una larga campaña de
asedios para tratar de recuperar las ciudades perdidas. Una a una fueron recuperadas Tours, Poitiers,
Angers y Bourges. Finalmente, en el asedio de Ruan murió Antonio de Borbón, dejando por heredero
a su joven hijo Enrique, que sería educado por Juana de Navarra en el calvinismo. Con Guisa muerto y
Condé prisionero, y ambos bandos descabezados, la reina Catalina pudo emprender las
conversaciones de paz, que culminaron en el Edicto de Amboise (19 de marzo de 1563). por el cual
las ciudades de Ruan, Orleans y Lyon volvieron al control de los católicos. Se garantizó la libertad de
conciencia a los hugonotes y se autorizó el culto protestante de puertas adentro para el pueblo llano,
y abiertamente en las propiedades de los nobles, abriendo así un periodo de tolerancia civil. París y
sus alrededores quedaron, no obstante, vetados a los protestantes.

Segunda Guerra

Tras cuatro años de paz, el reino se encontraba otra vez al borde del conflicto armado. El reinicio de
las hostilidades en 1567 tuvo tres razones: el fracaso de la aplicación del edicto de Amboise en las
provincias, las tensiones internacionales y la rivalidad cortesana entre el Príncipe de Condé y el joven
hermano del rey, Enrique, duque de Anjou, de apenas dieciséis años. La ascensión del joven príncipe
despertó los recelos del ambicioso Condé, que dejó la Corte para hacer patente su disconformidad.
Los dos ejércitos se volvieron a enfrentar y otra vez los protestantes fueron derrotados el 10 de
noviembre en la Batalla de Saint-Denis, pero el Condestable de Montmorency cayó en el combate. La
reina madre nombró entonces a su querido hijo Enrique de Anjou teniente general del ejército, a
pesar de las protestas. El joven de 16 años fue incapaz de detener el avance hugonote. Finalmente, el
debilitamiento de los dos bandos llevó a la firma de la Paz en Longjumeau
Tercera guerra

La paz de Longjumeau no supuso el fin de los enfrentamientos, ya que los protestantes se negaron a
abandonar las plazas que habían conquistado. A medida que la violencia se multiplicaba por todo el
reino, quedó de manifiesto que la frágil paz no valía el papel en que fue escrita. A la espera del
estallido de la guerra, la reina hizo pública la Declaración de Saint-Maur, que revocaba todas las
concesiones del Edicto de Amboise y prohibía toda religión que no fuera el catolicismo. El ejército
realista, puesto nuevamente a las órdenes de Enrique de Anjou, derrotó a las tropas protestantes en
la batalla de Jarnac, el 15 de marzo de 1569. Los hugonotes sufrieron graves pérdidas.

Durante la cuarta guerra se casa con Marguerite de Valois. Elle se démarie en 1599. Se opone al rey
en 1588. REEINE MARGOT ALEJANDRO DUMAS

Quinta Guerra

Con el reino al borde de la desintegración, la Quinta Guerra terminó el 6 de mayo de 1576, cuando el
Rey aceptó signar el humillante Edicto de Beaulieu, con tal de conservar el trono. Enrique III echó
toda la culpa de semejante catástrofe a su madre y a su hermano, y jamás los perdonaría. Los 63
artículos del mismo fueron el mayor triunfo de los hugonotes hasta la fecha. Alençon, cuya deserción
puso en jaque al rey Enrique, recibió numerosos títulos y propiedades, incluyendo el ducado de
Anjou. La matanza de San Bartolomé fue condenada, y Coligny y los hugonotes muertos,
rehabilitados. Sus viudas y huérfanos recibieron pensiones reales durante 6 años.

Sexta Guerra

Sintiéndose humillados y traicionados por la debilidad del Rey, los católicos constituyeron un
verdadero partido político, la Liga Católica, que imitó la organización y las tácticas empleadas con
tanto éxito por los hugonotes. Finalmente, el conflicto concluyó con la Paz de Bergerac del 17 de
septiembre de 1577 y con el Edicto de Poitiers del 8 de octubre, que confirmaba la Paz de Bergerac,
restringía las condiciones del culto protestante y acababa con las humillaciones más notables del
Edicto de Beaulieu.

Séptima guerra

La breve y absurda guerra concluyó, entre la indiferencia general, con la toma de Cahors por Enrique
de Navarra y la Paz de Fleix, el 26 de noviembre de 1580, que prorrogaba seis años los privilegios de
las plazas fuertes de los protestantes.

El edicto de Nantes

El edicto de Nantes, firmado en abril de 1598 en Nantes (Francia) por el rey Enrique IV de Francia, fue
un decreto que autorizaba la libertad de conciencia y una libertad de culto limitada a los protestantes
calvinistas.[1] La promulgación de este edicto puso fin a las Guerras de Religión que convulsionaron a
Francia durante el siglo XVI y cuyo punto culminante fue la Matanza de San Bartolomé de 1572.
Enrique IV, también protestante, se había convertido al catolicismo para poder acceder al trono. El
primer artículo es un artículo de amnistía que ponía fin a la guerra civil. el edicto propiamente dicho,
formado por 92 artículos públicos. Declarado «perpetuo e irrevocable», solo puede ser revocado por
un nuevo edicto.

El edicto comprendía también 56 artículos secretos o “particulares”, firmados el 2 de mayo de 1598,


los cuales trataban de la aplicación práctica del edicto en casos locales concretos.
una segunda patente aseguraba a los protestantes 150 «lugares de refugio» concedidos para 8 años,
entre ellos 51 plazas fuertes (llamadas «plazas de seguridad») guardadas por regimientos
protestantes. Prorrogada en 1606, 1611 y en 1615, esta patente fue suprimida por Luis XIII en la Paz
de Alès en 1629.
Los tratados de paz anteriores constituyeron la estructura básica del acuerdo, pues sirvieron de base
a dos tercios de los artículos. No obstante, a diferencia de los tratados anteriores, la redacción de
este edicto tardó bastante. Su inusitada extensión se explica por el hecho de que aclaraba las
dificultades con minuciosidad. El edicto concedía libertad de conciencia a los protestantes franceses
en su artículo 6,[3] además de asegurarles la posición de una minoría respetada con derechos y
privilegios. Uno de los artículos secretos incluso les garantizaba protección contra la Inquisición
cuando viajaran al extranjero. Además, les confería el mismo estado civil de los católicos y el derecho
a desempeñar cargos públicos.

Le pont-neuf

Además de ser el más antiguo, este puente es también el más largo de la ciudad (232 metros). Su
nombre se debe a que fue el primer puente de piedra que se construyó en París (los anteriores eran
de madera). Es un puente en arco cuya construcción se decidió en 1577. El 2 de noviembre de ese
año, Enrique III designa una comisión que sería la encargada de garantizar la correcta construcción
del puente así como de realizar el seguimiento de los trabajos. Encargó a Claude Marcel, controlador
general de finanzas, garantizar la conexión entre el propio rey y la comisión. La construcción quedó
autorizada mediante carta real el 16 de marzo de 1578.

El 31 de mayo de 1578, Enrique III colocó la primera piedra del Pont Neuf en presencia de la reina
madre Catalina de Médicis y de la reina Luisa de Lorena. La construcción del puente se realizó bajo
los reinados de Enrique III y de Enrique IV, entre 1587 y 1607. La obra se retrasó y los trabajos se
suspendieron durante diez años, entre 1588 y 1598, por culpa de las guerras civiles.

La place des Vosges

Originalmente conocida como «plaza real», fue construida por orden de Enrique IV, prolongándose
las obras de 1605 a 1612. Con unas dimensiones de 140 x 140 metros, constituye el primer ejemplo
de programa de ordenamiento urbano en Europa. Inaugurada en 1612 con una gran fiesta para
celebrar el enlace entre Luis XIII y Ana de Habsburgo, se transformó enseguida en el prototipo de
plaza residencial en Europa.

Le palais du Louvr

Avec la construction de la galerie du bord de l’eau, germe, dans l’esprit d’Henri IV, un projet plus
vaste encore, connu sous le nom de Grand Dessein

Gabrielle d’Estrées

Pertenecía a una familia aristocrática. En 1590 Enrique IV, rey titular, se enamoró de ella pero hasta
su coronación, Gabriela no le mostró gran amor aunque, tras ella, se convirtió en su amante oficial,
actuando como una verdadera reina en la corte. Durante mucho tiempo intrigó para conseguir el
matrimonio con el rey y por tanto el derecho al trono para sus hijos. Cuando quedaban sólo unos
días para la boda, murió en medio de horribles convulsiones, a los seis meses de embarazo. En su
momento se especuló con la posibilidad del envenenamiento, bien por parte de una rival, bien de
alguna facción política partidaria de otro matrimonio para el rey; ahora en cambio, existen dudas
fundadas de si realmente murió envenenada o víctima de una eclampsia.
Marie de Médicis

Marie est le sixième enfant de François Ier de Médicis (1541–1587), grand-duc de Toscane, et de
Jeanne d'Autriche (1548–1578), archiduchesse d'Autriche, fille de Ferdinand Ier du Saint-Empire et
d’Anne Jagellon. Marie de Médicis est rapidement enceinte et met au monde le dauphin Louis le 27
septembre 1601 au grand contentement du roi et du royaume qui attendent la naissance d'un
dauphin depuis plus de quarante ans. Marie continue son rôle d'épouse et donne à son mari une
nombreuse progéniture (6 enfants en l'espace de 9 ans), excepté les années 1603-1606, période
pendant laquelle Henri IV porte ses assiduités vers ses maîtresses.

Louis XIII organise un coup d'État, le 24 avril 1617 (appelé « un coup de majesté »[9]), en faisant
assassiner Concino Concini par le marquis de Vitry. Prenant le pouvoir, il exile la reine-mère au
château de Blois.

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