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(Bartolomeu Dias de Novaes, llamado Bartolomé Díaz por los españoles; ?

, hacia 1450 -
cerca del cabo de Buena Esperanza, 1500) Navegante portugués que dobló por primera vez
el cabo de Buena Esperanza, preparando así el camino a la definitiva expedición de Vasco da
Gama (1497-1499), que llegaría hasta la India y supondría la apertura de una nueva ruta
comercial entre Europa y Asia.

Bartolomeu Dias

Descendiente de Dinis Dias, descubridor de Cabo Verde, Bartolomeu Dias realizó en 1487-88
un viaje a la costa africana por encargo de Juan II, en busca del mítico Preste Juan y de
otras noticias traídas por anteriores expediciones portuguesas; sin lograr aquellos objetivos,
el viaje recorrió la costa occidental de África hasta doblar el cabo de Buena Esperanza, que
llamó «Cabo de las Tormentas» por haberle asaltado allí una terrible. Dias (que en principio
no se dio cuenta de ello) había descubierto el paso marítimo entre el océano Atlántico y el
Índico por el sur de África. Regresó a Portugal presionado por el descontento de su
tripulación, sin haberse adentrado a explorar el nuevo Océano ni sus costas. En lo sucesivo,
sin embargo, su carrera declinó, al preferir el rey a otros navegantes, como Vasco da Gama
y Cabral, en cuyos viajes figuró Dias como subordinado. Navegando con Cabral participó en
el descubrimiento del Brasil (1500) y desapareció durante una tormenta en el cabo de
Buena Esperanza (que él mismo había descubierto 12 años antes y que había recibido ya
ese nombre por orden de Juan II).
Cristóbal Colón
El año de 1451 nació en Génova (Italia) Cristóbal Colón,
hijo del cardador de lana Doménico Colombo y de Susana
Fontanarossa. Su familia era de tradición tejedora y
mantenía un taller en la parte baja de la ciudad. Desde muy
joven, Cristóbal demostró que no tenía intenciones de
mantenerse ligado a los oficios manuales y comenzó a
probar suerte en el mar.

En la década de 1470, Colón recorrió el mar Mediterráneo,


llegando hasta la isla de Quío (o Chío) y a las aguas de
Túnez. Luego viajó hasta Inglaterra, desde donde realizó
una travesía a Islandia. A su regreso se estableció en
Portugal y se dedicó, junto a su hermano Bartolomé, a
dibujar cartas marinas (portulanos) para venderlas en
Lisboa. De esa manera, los Colón se vincularon a
importantes geógrafos de la época como Fernão Martins
o Paolo del Pozzo Toscanelli.

En esta misma época Cristóbal aprendió un latín rudimentario que le serviría para leer las
obras de los sabios. Además, fue comisionado a efectuar un viaje a las islas de Madera para
adquirir un cargamento de azúcar. En 1479 se casó con Felipa Moniz de Perestrello, hija del
primer gobernador de Porto Santo de Madera, con quien tuvo a su hijo Diego, futuro virrey de
las Indias. En 1483, Colón tuvo la oportunidad de conocer las factorías portuguesas en las
costas de Africa. Con todo este bagaje trazó su proyecto de alcanzar las Indias por el oeste. La
etapa portuguesa de Colón culminó en 1485, cuando, rechazado su proyecto por una comisión
designada por el rey Juan II y muerta su esposa, se trasladó a España junto a su hijo.

Acogido por los franciscanos del convento de La Rábida en las cercanías del puerto de Palos, y
ayudado por el ex-confesor de la reina Isabel la Católica, fray Juan Pérez, Colón presentó su
proyecto a los Reyes Católicos, quienes, tras dos rechazos, en abril de 1492 le otorgaron
las Capitulaciones de Santa Fe. Poco antes había tenido a su segundo hijo, Hernando, fruto
de la unión con Beatriz Enríquez de Arana.

Una vez concluido el viaje que permitió a Colón arribar a costas americanas, continuó
realizando empresas para la corona de España. Sin embargo, a pesar de haber emprendido
tres viajes más hacia América y ser reconocido como un gran navegante y explorador, nunca
llegaría a saber que había alcanzado un continente desconocido para los europeos de aquel
entonces. Asimismo, tuvo que enfrentar muchos problemas, tanto con la corona como con los
primeros pobladores de la isla La Española, debido a su incompetencia como administrador y
gobernador de las nuevas posesiones. Falleció en Valladolid en 1506.
Vasco da Gama
Vasco da Gama nació alrededor del año de 1469 en el
puerto de Sines, provincia de Alemtejo del reino de
Portugal. Era hijo de una antigua familia noble, lo cual le
permitió recibir una buena educación. Su padre Esteban da
Gama era Alcalde Mayor de Sines y cumplía importantes
responsabilidades en la corte del rey Juan II. Al regreso
de Bartolomé Dias (1487), el monarca encomendó al
padre del futuro descubridor de la ruta a la India, el
proyecto de encabezar la siguiente expedición rumbo a la
costa occidental africana. Sin embargo, tanto el rey como
Esteban fallecieron, por lo cual esta empresa no pudo
concretarse.

En 1497 el nuevo monarca, Manuel I el Afortunado, decidió retomar la exploración del


continente africano y la búsqueda de un paso a las Indias Orientales. El joven Vasco da Gama
parecía la persona apropiada para encomendarle esta empresa, pues había sobresalido en la
defensa militar de las factorías portuguesas de Guinea. En enero de 1497 se le otorgó la misión
de llegar a la India por vía marítima, siguiendo la ruta trazada por Dias. El 8 de julio del mismo
año, Vasco da Gama zarpó desde la bahía de Lisboa al mando de cuatro naves y 150 hombres.

El viaje resultó todo un éxito, ya que en mayo de 1498 los portugueses arribaron a Calicut en
la costa de Malabar (India). La flota emprendió un penoso regreso en octubre de 1498,
llegando a casa apenas un tercio de quienes habían iniciado la travesía. En Portugal, Vasco da
Gama fue recibido con elogios, recompensado económicamente y honrado a utilizar
el dom (don) delante de su nombre. Poco después se hizo merecedor del título de Almirante de
la India, recibió un alto salario y derechos feudales sobre Sines.

En 1502, Vasco da Gama fue nuevamente enviado a la India, para vengar los agravios de que
habían sido objeto los portugueses que allí se habían establecido tras el viaje de Pedro
Alvares Cabral. Así, al frente de una imponente flota, compuesta por veinte barcos, partió a
salvaguardar los intereses comerciales lusitanos amenazados por los árabes en la India. En el
camino fundó una serie de colonias en la actual Mozambique, las cuales permanecieron en
manos portuguesas hasta el siglo XX. Una vez en Calicut, da Gama subyugó violentamente a
sus enemigos árabes e indios e impuso la paz. En 1503 volvió a su suelo natal con una valiosa
carga de las codiciadas especias, avaluada en más de un millón en oro.

En adelante, Vasco da Gama llevó una buena vida en Portugal y recibió el título de conde de
Vidigueira en 1519. Recién en 1524, investido como virrey de la India, volvería a prestar sus
servicios como navegante y realizó un tercer viaje a dichas comarcas con el objeto de frenar la
corrupción de las autoridades lusitanas. No obstante, el destino lo enfrentó a la muerte, tan
solo tres meses después de su arribo a Cochin. Corría el mismo año de 1524. Quince años más
tarde sus restos fueron trasladados a Vidigueira, donde se encuentran hasta el día de hoy.
Américo Vespucio
El 9 de marzo de 1454, en la pujante ciudad de Florencia,
nació Amerigo Vespucci. Sus padres gozaban de una buena
situación económica y pudieron brindarle una muy
completa educación. Entre los maestros de Amerigo
sobresalió Giorgio Antonio, su tío, filósofo que impartía
clases a la mayor parte de la nobleza florentina de aquel
entonces. Además, el joven Amerigo estudió latín,
literatura, física, geometría, astronomía y cosmografía y
conoció a importantes humanistas de la Florencia
renacentista.

Después de la muerte de su padre (1482), Vespucci entró al servicio de los Médicis, a la sazón
la familia que dominaba políticamente Florencia y mantenía negocios en toda Europa. En 1491
fue enviado a Sevilla para trabajar junto a Giannetto Berardi en una casa comercial que los
Médicis mantenían allí. Pronto se destacó como agente de esta empresa, la cual lideraría el
negocio de aprovisionar los barcos que zarpaban a las Indias, entre ellos los de Cristóbal
Colón. Por otra parte, Vespucci se ubicó cercano a la corte española, donde estableció
contactos muy importantes para su futuro como navegante.

Al fallecer Berardi (1496), Amerigo Vespucci decidió incorporarse a las expediciones de


exploración a los nuevos territorios que por entonces se estaban realizando. Hasta el día de
hoy existen controversias acerca del número de viajes que el florentino habría emprendido
rumbo a América; mientras unos sostienen que hubo cuatro travesías, otros creen que sólo
hubo dos. En cuanto a las dos que no merecen duda alguna, la primera se llevó a cabo bajo el
auspicio de los Reyes Católicos a partir de 1499. Este viaje era comandado por Alonso de
Ojeda y recorrió las islas de Trinidad y Margarita, penetró el golfo de Maracaibo -donde un
poblado indígena inspiró a los viajeros el nombre de Venezuela o pequeña Venecia- y alcanzó
el estuario del río Amazonas. La otra aventura se inició en 1501, esta vez con el apoyo de
Portugal, y llevó a Vespucci a bordear la costa oriental de América llegando incluso más allá del
río de la Plata.

Como consecuencia de sus estudios y su experiencia en alta mar, Vespucci concluyó que había
alcanzado un continente desconocido por Europa y no el territorio insular asiático como había
creído Colón. Fue precisamente este hombre quien bautizó a América como Nuevo Mundo en
célebres escritos como "Mundus Novus" (1504). Al alemán Martin Waldseemüller, por su parte,
se debe la iniciativa de llamar "América" a este Nuevo Mundo en homenaje a Vespucci.

En 1505, el florentino se naturalizó en Castilla y León pasando a llamarse Américo Vespucio y


se casó con María Cerezo. Por estos años la fama de Vespucio como marino y comerciante era
tanta, que fue invitado a participar junto a cartógrafos y navegantes ilustres en la Junta de
Burgos. Además, en 1508, recibió el título de piloto mayor de la Casa de Contratación creada
en 1503 en Sevilla. En esta ciudad Vespucio pasó los últimos años de su vida, falleciendo en
1512.
Hernando de Magallanes

Hacia el año de 1480 nació Hernando de Magallanes en las


cercanías del puerto portugués de Oporto. Debido a la
hidalguía de su familia, el joven Magallanes pudo educarse
en la corte lusitana, donde aprendió geografía y náutica.
Cumplidos los 25 años participó en diversas expediciones
portuguesas al Africa oriental, a la India, Sumatra y
Malaca. Así, por ejemplo, acompañó al virrey Francisco de
Almeida a la India en 1505 y tomó parte en la expedición
de Alfonso de Albuquerque que conquistó Goa en 1510 y
Malaca en 1511. En estos viajes obtuvo informes sobre las
islas Molucas (conocidas como islas de la Especiería) y sus
riquezas.

De regreso en Portugal, Magallanes luchó contra los musulmanes en el norte de Africa (1513).
En Marruecos fue herido en una pierna, quedando cojo de por vida. A partir de 1514 pidió más
de una vez aumentos de su pensión y ascensos de grado al rey Manuel I. La negativa de este
último motivó el abandono de Portugal por parte de Magallanes, quien se asoció con el
prestigiado cosmógrafo Rui Faleiro. Juntos fueron a ofrecer sus servicios al nuevo monarca de
España Carlos I (1517), planteándole un interesante proyecto.

Basados en la convicción de que las islas Molucas estaban ubicadas dentro del área de dominio
español fijada por el tratado de Tordesillas, el proyecto de Magallanes y Faleiro consistía en
llegar a dichas islas por una ruta occidental que no pasara por zonas que estaban bajo
jurisdicción portuguesa. Además, estaban convencidos de que al sur del Nuevo Mundo existía
un paso que comunicaba los océanos Atlántico y Pacífico, el cual ellos pretendían localizar.

Aprobada la idea, el 22 de marzo de 1518 se firmó en Valladolid la capitulación por la que se


nombró a Magallanes capitán general de la flota y gobernador de todas las tierras que
encontrara. La corona española corrió con los gastos de la expedición, compuesta por cinco
navíos. En septiembre de 1519 los barcos se hicieron a la mar rumbo a las Canarias y desde
allí a las costas de Brasil.

La travesía resultó muy larga y sacrificada para la tripulación. Sin embargo, los expedicionarios
obtuvieron grandes logros como el descubrimiento de un paso al océano Pacífico -en esa época
el Mar del Sur- y la circunnavegación del globo terrestre, tarea que concluyó en septiembre de
1522. Menos suerte tuvieron Faleiro y Magallanes. El primero ni siquiera pudo embarcarse,
pues sufrió un ataque de locura antes de zarpar. El capitán Magallanes, por su parte, no tuvo la
ventura de finalizar la travesía, ya que encontró la muerte en el archipiélago de las Filipinas el
27 de abril de 1521. A pesar de ello, el viaje impulsado por ellos demostró definitivamente la
esfericidad de la tierra y abrió a España una ruta alternativa al oriente y a la especiería.
Francisco Pizarro González (Trujillo, 16 de marzo de 1478-Lima, 26 de
junio de 1541)1 fue
un noble y explorador castellano, conquistador del Perú,b
gobernadorde Nueva Castilla, con sede de gobierno en la Ciudad de los
Reyes.
Se le recuerda por haber logrado imponerse sobre el Imperio incaico con
ayuda de diversos cacicazgos locales, conquistando el mencionado
Estado imperial cuyo centro de gobierno se ubicaba en el actual Perú,
además de establecer una dependencia española sobre él. Si bien tuvo el
título de marqués, fue realmente «marqués sin marquesado». Tras la
emancipación de la Corona de Su Majestad el Rey,2 sus descendientes
tuvieron el título de marqueses de la Conquista, pero con el nombre de
Atavillos.3 Sin embargo, es muy posible que en razón de su lealtad a la
Corona le fuera como honra concedido el título de marqués de los
Atavillos, siendo este el título utilizado por el cronista don Francisco
López de Gomara en su Historia General de las Indias, capítulo CXXXII.
También fue referido como marqués por Pedro Cieza de León en su
libro Chrónica del Perú. Para sus huestes indígenas era conocido
como Apu (‘jefe’, ‘señor’, ‘general’) o Machu Capitán (‘viejo capitán’).4

En 1502 llegó a América en la expedición de Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española. De sus
primeros años en América se sabe muy poco. Probablemente pasó un tiempo en la isla de La Española.6
En 1508, el rey Fernando el Católico sometió a concurso la conquista de Tierra Firme.[cita requerida] Se crearon dos
nuevas gobernaciones en las tierras comprendidas entre los cabos de la Vela (Colombia) y de Gracias a Dios, (en
la frontera entre Honduras y Nicaragua). Se tomó el golfo de Urabá como límite de ambas
gobernaciones: gobernación de Nueva Andalucía y Urabá al este, gobernada por Alonso de Ojeda, y la de
Veragua al oeste, gobernada por Diego de Nicuesa.
En 1509 hubo una expedición comandada por el bachiller y Alcalde Mayor de Nueva Andalucía Martín Fernández
de Enciso, que salió a socorrer a su superior jerárquico, el gobernador Alonso de Ojeda. Ojeda, junto con setenta
hombres, había fundado el poblado de San Sebastián de Urabá en Nueva Andalucía, lugar donde después se
levantaría la ciudad de Cartagena de Indias; sin embargo, cerca del establecimiento existían muchos indígenas
belicosos que usaban armas venenosas, y Ojeda había sido herido en una pierna. Poco después, Ojeda se retiró
en un barco a La Española, dejando el establecimiento a cargo de Francisco Pizarro, que en ese momento no era
más que un soldado en espera de que llegara la expedición de Enciso. Ojeda pidió a Pizarro que se mantuviera con
unos pocos hombres por cincuenta días en el poblado, o que de lo contrario usara todos los medios para regresar a
La Española.
Hombre de fuerte carácter y poco dispuesto a la actividad sedentaria, participó en la expedición de Alonso de
Ojedaque exploró América Central y Colombia (1510), y luego en la de Vasco Núñez de Balboa que culminó en el
descubrimiento del Mar del Sur (más tarde océano Pacífico) en 1513.
En enero de 1519, Francisco Pizarro arrestó a Vasco Núñez de Balboa por orden de Pedro Arias de Ávila,
gobernador de Castilla de Oro. De 1519 a 1523 fue encomendero y alcalde de Panamá. Existen discrepancias
sobre el estado de la fortuna de Pizarro durante su estancia en Panamá. Al respecto, Horacio Urteaga afirmó que:
Este es el único cronista que asegura que la situación económica de Pizarro y Almagro era holgada. Quintana y Mendiburu, que
mucho averiguaron sobre la vida de los conquistadores, aseguran que Pizarro era uno de los moradores de Panamá menos
acaudalados, y cuando llegó el caso de la famosa contrata para descubrir el Perú, ambos socios no pudieron poner otra cosa
que su industria personal y su experiencia.
En efecto, en 1524 Pizarro se asocia con Diego de Almagro y Hernando de Luque, un hombre influyente, cura de
Panamá, para conquistar "Birú" o "El Birú" (el Imperio inca del Perú), del que tenían vagas noticias, repartiéndose
las responsabilidades de la expedición. Pizarro la capitanearía, Almagro se encargaría de la intendencia y Luque
estaría al cargo de las finanzas y de la provisión de ayuda. Existen noticias de un cuarto asociado, el licenciado
Espinosa, que no quiso figurar oficialmente y que habría sido el financiador principal de las expediciones hacia el
Perú.
Almagro, Diego de (1475 – 1538)
Biografía del Adelantado que en 1536 se convirtió en el descubridor de Chile.
Nació en la villa de Almagro, ubicada en el reino de Castilla. Existen dudas sobre la fecha exacta de su nacimiento. Se
cree que sus padres fueron Juan Montenegro y Elvira Gutiérrez. Huyó a Sevilla luego de una pelea y desde allí se
embarcó a América. Inició su carrera militar como un simple soldado. Fundó junto a otros conquistadores la ciudad de
Panamá logrando reunir una gran fortuna. Almagro viajó a Perú junto a Francisco Pizarro, con el cual tuvo luchas de
poder. El 3 de julio de 1535, inició la expedición hacia Chile. Pisó suelo chileno en 1536. Regresa a Perú, un año
después, decepcionado porque no había encontrado los tesoros que esperaba. Se enfrentó con Pizarro en la batalla de
Las Salinas. Fue derrotado, tomado prisionero, sometido a juicio y condenado a garrote. Luego de su muerte, ocurrida el
8 de julio de 1538, su cadáver fue decapitado y su cabeza expuesta en la plaza pública. Sus restos fueron sepultados en
la Iglesia de La Merced, en la ciudad de Cuzco.

Pedro de Valdivia
Valdivia fundó las ciudades de La Serena, Concepción, Valdivia, Villarrica, Angol, y los fuertes de Arauco, Imperial,
Tucapel y Purén.

Originario de Villa Nueva (algunos dicen que de Villa de Castuera), en Serena de Extremadura (España), su fecha
de nacimiento, se supone, fue alrededor del año 1500. Hijo de Pedro Oncas de Melo e Isabel Gutiérrez de Valdivia.
En 1520, se alistó en el ejército prestando servicio al rey Carlos I de España(emperador Carlos V de Alemania) en
Italia, Países Bajos y Francia. Cinco años después abandonó el servicio militar y se casó con Marina Ortiz de
Gaete, matrimonio del cual no hubo descendencia. Sin embargo, su espíritu aventurero lo llevó a enrolarse, en
1935, en una expedición hacia América dirigida por Juan Fernández de Alderete.
En 1536, fue enviado a Perú, para auxiliar a Francisco Pizarro, quien estaba combatiendo una insurrección
indígena y sus disputas con Diego de Almagro. Su participación en este conflicto le permitió ser recompensado con
valiosas encomiendas.
Valdivia desechó estas riquezas con el objetivo de iniciar una nueva empresa: la conquista de Chile.Después del
fracaso de Almagro, nadie en el Perú quería venir a Chile. Pero, en 1539, Valdivia le solicitó a Pizarro permiso para
conquistar estas tierras. Este accedió, nombrándolo teniente y capitán general, pero dejó en sus manos organizar
la expedición.
Finalmente, en enero de 1540, el conquistador salió de Cuzco acompañado de apenas unos pocos soldados e
indígenas y una mujer española llamada Inés Suárez, siguiendo la ruta del desierto por la que años antes había
vuelto Diego de Almagro.Valdivia sufrió dificultades para armar su expedición, ya que le costó reclutar soldados.
Además, su fortuna no le alcanzó y debió asociarse con Francisco Martínez y, por motivos políticos, con Pedro
Sancho de Hoz.
Esta ruta bordeaba la orilla del salar de Atacama y llegó hasta Copiapó. Luego, siguió su viaje por los valles de
Huasco, Coquimbo, Limarí, Choapa y Aconcagua. Finalmente, arribó al valle del río Mapocho y el 12 de febrero de
1541 fundó Santiago del Nuevo Extremo.
El 7 de marzo estableció un Cabildo para la administración de la ciudad y el 10 de junio, este eligió a Valdivia como
Gobernador interino. Este cargo, en todo caso, debía ser aprobado por el rey.
En septiembre, el cacique indígena Michimalonko atacó e incendió Santiago. La ciudad quedó reducida a ruinas.
Aprovisionado desde el Perú, reconstruyó Santiago e inició la conquista del resto del territorio. Así, mandó al norte
a Juan Bohón, a fundar la ciudad de La Serena (1544). También por su encargo, Juan Pastene exploró las costas
del sur.
En diciembre de 1547, Valdivia viajó al Perú, para reabastecerse y apoyar al rey durante la revuelta de los
encomenderos, encabezados por los pizarristas. Como recompensa, Valdivia fue confirmado como gobernador de
Chile (1548).Reconstruyó la ciudad e inició la conquista del resto del territorio.
Valdivia sostenía una actividad increíble y estaba determinado a dominar hasta el estrecho de Magallanes. Sin
embargo, esto hizo que sus fuerzas quedaran dispersas y debilitadas. Aprovechando esto, los mapuche, que
Valdivia creía sometidos, prepararon una gran ofensiva al mando de Lautaro, que había estado al servicio de
Valdivia.
El 25 de diciembre de 1553, los españoles fueron derrotados por las fuerzas de Lautaro en los alrededores de
Tucapel. Valdivia fue apresado y murió en manos de sus captores.

Michimalongo y el primer ataque indígena a Santiago


El 11 de septiembre de 1541, Michimalongo y 10.000 indios, atacaron e incendiaron Santiago.

Con la finalidad de adelantar la conquista, se inició la explotación de los lavaderos de oro de Marga Marga y
también en Concón se comenzó a construir un barco con el que se esperaba establecer comunicación directa con
el Perú. Fue en estas circunstancias que, el 11 de septiembre de 1541, Michimalongo y 10.000 indios, atacaron e
incendiaron Santiago. La ciudad quedó reducida a ruinas y si bien se iniciaron labores de reconstrucción, la
situación era bastante difícil, ya que también faltaban alimentos y provisiones.
En diciembre de 1541, Valdivia mandó al Perú algunos hombres, encabezados por Alonso Monroy, en busca de
refuerzos y de abastecimientos. El socorro llegó dos años después, en la nave Santiaguillo, y también por tierra con
el propio Monroy y 70 españoles. Con este aprovisionamiento de armas, pólvora, ropas y semillas, el gobernador
inició la conquista del resto del territorio. Justo después arribó otro barco, San Pedro, al mando del genovés Juan
Bautista Pastene, que se puso al servicio de Valdivia.
Como era necesario facilitar las comunicaciones entre Santiago y Perú, el gobernador mandó a Juan Bohón a
fundar la ciudad de La Serena (1544). También, ese mismo año a Pastene se le encargó explorar las costas del
sur, alcanzando hasta la bahía de San Pedro y descubriendo las desembocaduras de los ríos Valdivia y Biobío.
En diciembre de 1547, el gobernador decidió viajar al Perú para reabastecerse y colaborar, en nombre del rey, en
el término de la revuelta de los pizarristas. Llegó justo a la batalla de Jaquijahuana, en la que Pedro de La Gasca,
enviado de Carlos V, se aprestaba a dar el golpe final contra Gonzalo Pizarro y sus seguidores, que habían
provocado esta sublevación y decapitado al virrey Blasco Núñez de Vela. Los rebeldes fueron ejecutados y como
recompensa, Valdivia fue confirmado como gobernador de Chile (1548) cuyos límites fueron: desde el paralelo 27º,
hasta el 41º de latitud Sur y de la costa, cien leguas hacia el Este.

Lautaro (1534 –1557)


Conoce la vida de este Caudillo araucano.
Lautaro, nació en Carampangue el año 1534. Desde 1550 trabajó como mozo de caballerizas del gobernador Pedro de
Valdivia. Comandó las fuerzas mapuches en la batalla de Tucapel donde Valdivia perdió la vida. Venció a Francisco de
Villagra en la batalla de Marigüeñu. Atacó Penco el 22 de diciembre. En 1556 capturó por segunda vez la ciudad de
Concepción. Un año después, inició su marcha hacia el norte para invadir Santiago. Cruzó el Maule y llegó a Chilipirco
donde encontró el campamento de Villagra. El 1º de abril, mientras los mapuches dormían, las tropas españolas los
atacaron por sorpresa. En la batalla de Peteroa, Lautaro murió de un golpe de lanza. Es considerado un genio militar
debido a la creación de las estrategias y tácticas de combate que diseñó a partir de los puntos débiles de los españoles.
Caupolicán
(Palmaiquen, ? - Cañete, 1558) Caudillo mapuche. Por su gran fortaleza física y valentía, fue
elegido toqui (jefe militar) de los mapuches, pueblo que resistió la conquista española del sur
de Chile. Junto con Lautaro fue uno de los conductores de los araucanos en las guerras del
siglo XVI. Aunque no tuvo el genio militar de Lautaro, las hazañas de ambos fueron
cantadas en el poema épico La Araucana, de Alonso de Ercilla. Rubén Darío también le dedicó
un poema.

Ejecución de Caupolicán

Caupolicán fue uno de los dieciséis grandes caciques araucanos que formaron una junta de
guerra para enfrentarse a la dominación española de Pedro de Valdivia. Elegido en ella máximo
jefe militar (toqui), dirigió las sucesivas campañas indígenas. Organizó la resistencia ante las
fundaciones españolas de los fuertes establecidos en el sur, como Arauco, Tucapel, Purén y
los Confines o Angol. Luego, en 1553, convocó a los caciques en junta de guerra para
preparar una gran campaña que acabara con dichos asentamientos, aprovechando la
dispersión de los soldados ordenada por Valdivia para ocupar las claves del territorio
araucano.
La junta aprobó el ataque contra Tucapel, en la que destacó el famoso Lautarocomo guerrero:
antiguo criado de Valdivia, Alonso de Ercilla le atribuyó en La Araucana dotes militares de
guerrero griego. Una vez vencidos los españoles y capturado Valdivia, Caupolicán presidió el
juicio que decidió su muerte, y en el que, según parece, Lautaro fue un acusador feroz,
frente a la benevolencia del jefe confederal. Valdivia fue ejecutado el 25 de diciembre de
1553, y con él los cincuenta hombres que le habían acompañado hasta Tucapel.
Vino luego el sistemático ataque indígena a todos los asentamientos españoles durante el
mandato de Villagra, quien fue derrotado en Marigüeñu y obligado a abandonar Concepción
y a dejar aislada a La Imperial. El cronista Alonso de Ovallemenciona algunas de tales
acciones: “Éste (Caupolicán), el que desmanteló a Purén, hizo el famoso saqueo en la ciudad
de Penco, no dejándola piedra sobre piedra, habiendo antes, con sola la fama y nueva de su
venida, obligado a los españoles que desamparasen la ciudad y se la dejasen libre”.
El virrey del Perú nombró Gobernador y Capitán General de Chile a su hijo García Hurtado de
Mendoza, que inició una verdadera reconquista española. El 30 de noviembre de 1554,
Caupolicán decidió atacar a las huestes de García Hurtado de Mendoza. La batalla de
Millarapue duró desde la madrugada hasta las dos de la tarde, y Caupolicán la dirigió
montado en un caballo blanco. No le acompañó la fortuna en ese combate: las fuerzas
españolas derrotaron a los mapuches en toda la línea. Éstos tuvieron que refugiarse en los
bosques de la Cordillera.

En su nuevo territorio, Caupolicán recibió diversas ofertas de paz y rendición que rechazó
una tras otra, manteniéndose siempre partidario de la resistencia. Convocó a los caciques
confederados para otra nueva campaña, pero esta vez se opusieron a participar en ella
algunos caciques recelosos. Decidió entonces atacar con los guerreros de su propia tribu y
se dirigió hacia Cañete. Pero los españoles supieron de sus intenciones por un espía y
fraguaron una estratagema para defenderse, de modo que Caupolicán tuvo que retirarse;
perseguido por los españoles, fue finalmente capturado.

Caupolicán fue ejecutado en la plaza de la ciudad de Cañete el año 1558. El capitán Alonso
de Reinoso le condenó a morir en el suplicio de empalamiento, para escarmiento de los
indios: mientras el palo iba destrozando sus entrañas, un grupo de indígenas leales a los
españoles le lanzaban saetas con sus arcos. No todos sus enemigos estuvieron conformes
con este trato. Alonso de Ercilla, en su obra, se quejó amargamente por el tormento infligido
a Caupolicán. Su muerte no sirvió sino para avivar más todavía el espíritu indómito de los
araucanos. El cronista Ovalle, antes citado, escribió: “La muerte de Caupolicán no sólo no
enfrentó, ni puso terror a los araucanos, pero los irritó y encendió aún más en el deseo de la
venganza y en el odio hacia los españoles”.

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