Vous êtes sur la page 1sur 12

Revista Mexicana de Ciencias Políticas y

Sociales
ISSN: 0185-1918
articulo_revmcpys@mail.politicas.unam.mx
Universidad Nacional Autónoma de México
México

Wieviorka, Michel
La mutación del racismo
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, vol. XLIX, núm. 200, mayo-agosto, 2007, pp. 13-23
Universidad Nacional Autónoma de México
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42120002

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
La mutación del racismo*
Michel Wieviorka**

Resumen Abstract

En este artículo, el autor explica el racismo In this article, the author explains racism
en general y en Francia en particular. Des- in general and specially in France. After
pués de comentar los cambios del racismo commenting on the changes of racism
de los años 70 a los 90 del siglo XX, explora during the years 70-90 of the Twentieth
las modalidades del mismo, a saber: ins- Century, he explores its modalities, that
titucional, cultural, religiosa, clásica y is: institutional, cultural, religious, classical
científica así como también el neoracis- and scientific as well as neo-racism. With
mo. A partir de ello, el autor se cuestio- these in mind, the author asks himself a
na una serie de preguntas que servirán series of questions that will provide con-
como hilos conductores de su exposi- ducting threads of his exposition. Also,
ción. Además, complementa este análi- he complements this analysis by placing
sis al ubicar al nuevo el racismo como un the new racism as a product of the glo-
producto de los procesos de globaliza- balization process characterized by its
ción caracterizados por sus dimensiones national and international dimensions. He
nacionales e internacionales. Concluye concludes that racism is more problematic
que el racismo es más problemático hoy today than ever before, since it grows in
que antes, ya que crece en función de function of the internal evolution of so-
la evolución interna de las sociedades y cieties and cultural fragmentations of
Palabras clave: racismo, antisemitismo, de las fragmentaciones culturales de gru- different groups with respect to identity,
derechos civiles, movimientos negros, dis- pos diferentes con respecto a identidad, memory, culture, ethnic and religious
criminación, identidades culturales, globa- memoria, cultura, pertenencia étnica y memberships, amongst other factors.
lización. religiosa, entre otros factores.

*
Una primera versión de este artículo fue
publicada en España, como producto de una
conferencia pronunciada en Madrid el 21 de
febrero de 2006. Esta nueva versión precisa
ciertos puntos y deriva de una conferencia
pronunciada en Sao Paulo, el 4 de septiembre
de 2006, en la Pontificia Universidad Católica
(PUC).
Traducción al español de José Luis Velasco
Cruz.
**
Centre d’Analyses et d’Interventions So-
ciologique (CADIS), École des Hautes Études
en Sciences Sociales, 54 Boulevard Raspail
75006, París, Francia.

Perspectivas Teóricas 13
Introducción

Y a no estamos en los años 50


o 60, cuando podía reinar la
esperanza de que el racismo de-
vos actores racistas sin que por
eso desaparezcan completamente
los antiguos; nuevos discursos y
Por lo tanto, el problema se
plantea nuevamente como he
tenido la oportunidad de estudiar-
clinaría al mismo tiempo que pro- nuevas prácticas racistas avanzan lo muy concretamente en Europa y
gresaban los movimientos por los junto a los más añejos. Incluso más particularmente en Francia.1
derechos civiles y los procesos de el antisemitismo, que se habría Frente a este nuevo despliegue,
descolonización. La modernidad ac- creído que no tendría más espa- tanto del racismo en general co-
tual tiene, como antes, su faceta som- cio para expresarse después del mo del antisemitismo, que es una
bría y el racismo no sólo no tiende descubrimiento de los crímenes forma muy particular de aquél, las
a desaparecer sino que encuentra nazis, también toma nuevos impul- ciencias sociales buscan nuevas
en los cambios contemporáneos sos, alimentándose en varios sen- herramientas de análisis y esbo-
los recursos para desplegarse nue- tidos de las pasiones que rodean a zan nuevas categorías para pensar
vamente, a veces en formas clási- todo lo que se relaciona con Israel el mal en su continuidad histórica
cas, pero también en formas muy y el conflicto entre Israel y Pales- lo mismo que en su renovación.
nuevas o renovadas. Emergen nue- tina (o entre Israel y los árabes).

El retorno del antisemitismo

Puede parecer excesivo comen- mente se piensa al antisemitismo nalista y cristiano (católico, pro-
zar este inventario considerando no como un racismo entre otros testante u ortodoxo)— hacia el
el antisemitismo, que no es más sino como un fenómeno que de- ‘pueblo elegido’, no ha despare-
que una dimensión particular de be ser abordado en sí mismo, sobre cido totalmente aunque el Conci-
un problema de conjunto y que no todo tomando en cuenta su densi- lio Vaticano II y posteriormente
concierne más que a ciertos países dad histórica— no por eso deja de la actitud del papa Juan Pablo II
—aunque, conviene recordar, el constituir una experiencia con va- hayan contribuido considerable-
antisemitismo no es monopolio de lor paradigmático, en especial (co- mente a debilitarlo entre los ca-
los países donde viven los judíos; mo lo veremos) porque es ‘global’ y tólicos. Se encuentran evidencias
aún más, existe desde hace mucho combina su anclaje en sociedades del racismo en los movimientos de
un “antisemitismo sin judíos”, se- particulares con lógicas de carác- extrema derecha o de derecha ra-
gún la frase del periodista Paul ter planetario. dical, así como en el catolicismo
Lendvaï. Si el problema es parti- Después de la guerra, el odio tradicionalista o integrista, en
cular —a tal punto que frecuente- clásico hacia los judíos —nacio- ciertas variantes del protestantis-

1
Vid. en particular mis obras La France raciste, Paris, Seuil, 1991; Le racisme en Europe, Paris, La Découverte, 1993; y La tentation antisémite,
Paris, Robert Laffont, 2005.

14 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales


mo anglosajón o en el mundo orto- radical y, a veces, incluso el Islam claro si se considera la experiencia
doxo. Pero no es ahí donde ha reen- en general. En las sociedades del francesa, pero también es eviden-
contrado su vitalidad. De hecho, mundo árabe-musulmán actualmen- te en otros lados como en Estados
su relanzamiento sigue dos líneas te, no hay en absoluto lugar para los Unidos con el antisemitismo del
principales. judíos a quienes se identifica con la movimiento de negros radicales diri-
La primera sigue siendo bas- figura del mal, con Israel, con Es- gido por Louis Farakhan, conocido
tante clásica: procede de viejas tados Unidos y con Occidente. El como the Nation of Islam. El an-
temáticas que asocian, en térmi- odio hacia los judíos tampoco es tisemitismo desborda con mucho
nos anticapitalistas, a los judíos ahí una novedad; se encuentran el cuadro de los actores islamis-
con el dinero, el poder y los me- expresiones de él muy atrás en la tas y se encuentran expresiones
dios de comunicación; se encuen- historia o incluso —al menos según suyas en otras minorías que, por
tra a la izquierda y, aun más, a la ciertas lecturas— en el propio lo demás, también son víctimas
izquierda de la izquierda, en cír- Corán. Pero ese odio es activado del racismo; por ejemplo, en Fran-
culos para los cuales Israel, Esta- por la existencia de Israel y el con- cia, entre ciertos antillanos entre
dos Unidos, el imperialismo y el flicto entre Israel y Palestina. Y en quienes, dicho sea de paso, las
sionismo forman un todo adosado las sociedades donde los musulma- diatribas antisemitas del cómico
a una lógica capitalista y colonia- nes no constituyen más que una Dieudonné M’bala M’bala logran
lista. Este fenómeno, cuyo origen minoría, su eventual odio hacia los un éxito importante.
se encuentra en varios pensado- judíos viene a significar una com- En los dos casos, la novedad (con
res socialistas del siglo XIX (por binación de identificación con la respecto a otros períodos históri-
ejemplo Karl Marx y Pierre-Joseph causa palestina —en su versión cos) no siempre es considerable,
Proudhon) e incluso entre los filó- más radical— con un resentimien- por lo menos si se considera la
sofos del Iluminismo (por ejem- to social derivado de los celos sur- temática: los temas tradicionales se
plo Voltaire), se ha renovado con gidos frente a una minoría a la que mezclan simplemente con otros
la creación del Estado de Israel y le va mejor que a las otras. Los ju- más recientes que casi siempre
con el apoyo al pueblo palestino díos, en esta perspectiva, ya no tienen que ver con la Shoah (el
y sus luchas en versiones particu- son una amenaza a la nación o a Holocausto), con su negación o con
larmente radicales. Se puede in- la cultura dominante, como suce- la acusación de que se hace ‘ne-
cluso plantear la hipótesis de que día en el antisemitismo naciona- gocios’ con ella o con Israel. Los que
el pensamiento de extrema iz- lista o cristiano clásico; tampoco sí sobresalen en estos discursos
quierda ha encontrado en esta lu- son reductibles al dinero, como en son tres aspectos. Primero, el lu-
cha una suerte de sustituto de la las clásicas versiones de izquierda gar que ocupan los judíos en el
figura declinante del proletariado y extrema izquierda; lo que tienen imaginario de quienes los odian:
obrero como ‘la sal de la tierra’ y de particular es que simbolizan integrados, poderosos pero que
que, en ciertos lugares, avanza de sobre todo la integración exitosa ya no amenazan a los dominan-
la oposición a la política israelí en la nación y en el centro de la tes como en el pasado. Segundo,
al cuestionamiento de la existen- sociedad. Se les reprocha enton- la definición del judío que puede
cia misma del Estado de Israel, de ces que hayan sabido realizar lo ser cultural, religiosa, económica
una crítica de todo lo que puede que es imposible o muy difícil para y/o política pero muy poco racial
sostenerlo o legitimarlo a un odio las otras minorías, que ya no su- ya, mucho menos que en el pa-
hacia los judíos en general. fran discriminaciones, que ya no sado. Por esto, ciertos analistas
La segunda línea es la que apor- sean víctimas sino al contrario. han podido proponer que para el
ta, en todo el mundo, el islamismo Este fenómeno es particularmente período actual se hable de ‘nue-

Perspectivas Teóricas 15
va judeofobia’ y que sólo se hable aplica perfectamente la definición de todo tipo de épocas históricas
de ‘antisemitismo’ para el período de la globalización que propone y de todo tipo de países o par-
histórico que alcanzó su apogeo David Harvey como “…una doble tes del mundo y circula, además,
en el nazismo. Y tercero, el carác- compresión del espacio y del tiem- en una escala planetaria de forma
ter mucho más ‘global’ que ha ad- po.” Hoy, el odio a los judíos con- que puede ser instantánea gracias
quirido el antisemitismo al cual se densa elementos que provienen al Internet o a la televisión.

Primeros cambios en el racismo: los años 70 a 90 del siglo XX

A finales de los años 60, en grupos enteros es provocada por telectualmente debido a su diferen-
medio del declive del movimiento lógicas en las que nadie se dice cia física, sino de ser incapaces de
por los derechos civiles en Estados racista. Así lo estableció en Fran- adaptarse a los valores de la so-
Unidos y la radicalización hacia la cia, hace algunos años, Philippe ciedad norteamericana debido a
violencia del movimiento negro, Bataille a propósito de una empre- su diferencia cultural, misma que
la constatación de la persisten- sa de seiscientos trabajadores que era irreductible. En el clima libe-
cia del racismo comenzó por una no contrataba ningún inmigrante ral de la era del presidente Ronald
pregunta: ¿cómo es posible que y que operaba en una ciudad víc- Reagan, los negros fueron descri-
el racismo sobreviva frente a los tima del desastre económico. La tos como reacios al ‘credo’ esta-
movimientos negros, cuando na- razón era simplemente que cada dounidense, como personas que
die se declara abiertamente racis- vez que un empleo quedaba va- preferían recurrir a la ayuda so-
ta? Stokely Carmichael y Charles cante, había siempre un obrero de cial antes que trabajar para ele-
Hamilton,2 militantes del Black la empresa que recomendaba a un varse socialmente; tampoco se les
Power, estuvieron entre los prime- conocido, un amigo o un pariente reconocía tener el sentido de la
ros que propusieron una explica- que no era inmigrante.3 familia. Este tipo de discriminación
ción: el racismo es institucional, A principios de los años ochenta, fue analizada en Gran Bretaña por
es decir, constituye una propie- se empezó a constatar una segunda un politólogo, Martin Barker, que,
dad estructural del sistema, inclu- presunción, primero en Estados Uni- casi en los mismos años, habló
so si los actores no se dicen racis- dos, poco después en Gran Bretaña de un ‘nuevo racismo’ para ex-
tas (y se sorprenderían mucho si y después en Francia y Bélgica: plicar la forma en que los inmi-
se les acusara de serlo). En esta el racismo se transforma al impu- grados recientes eran rechazados
perspectiva, en última instancia, tarse a las víctimas ya no rasgos por sus atributos culturales que
nadie es racista; sin embargo, los físicos sino culturales. Así es có- les impedían adaptarse a los va-
negros son siempre víctimas de mo los psicólogos y politólogos de lores de la nación inglesa. Poco
toda suerte de discriminaciones. Norteamérica desarrollaron la no- después, en Francia, Etienne Ba-
El racismo institucional se vuelve ción del ‘racismo simbólico’. Bajo libar e Immanuel Wallerstein des-
a encontrar, por ejemplo, en las esta perspectiva, los negros ya no cribieron un fenómeno del mismo
situaciones donde la exclusión de eran acusados de ser inferiores in- tipo al tiempo que Pierre-André

2
En su libro Black Power: the Politics of Liberation in America, New York, Random House, 1987.
3
Philippe Bataille, Le racisme au travail, Paris, La Découverte, 1999.

16 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales


Taguieff hablaba del racismo ‘di- (sobreexplotándolos), sino más bien si para el racismo actual los atri-
ferencialista’ para analizar posturas rechazarlos o incluso destruirlos? butos culturales de las víctimas
semejantes. Desde entonces, el ¿O debería admitirse que el racis- parecen irreductibles o inadap-
vocabulario se ha enriquecido; mo siempre conjuga dimensiones tables a la cultura de la sociedad
se habla así de ‘racismo cultural’ de diferenciación (y, por lo tanto, en la que se encuentran, ¿no será
o de ‘neo-racismo’ y se han de- rechazo o destrucción) y dimen- porque se relacionan en realidad
sarrollado nuevos debates: ¿has- siones de menosprecio o ‘inferio- con una naturaleza, es decir, con
ta qué punto hay ruptura con el ridad’?4 atributos físicos? Si el racismo
racismo clásico, científico, que se En todo caso, los años 80 y 90 funciona así es porque nuestras
interesa por los atributos físicos o fueron el período en el que se sociedades se ‘etnifican’, porque
biológicos de las ‘razas’ humanas? tomó nota en numerosas socieda- las identidades culturales deman-
¿Hemos entrado a una época en des de la resurgencia del racismo, dan el reconocimiento social y, a
la que el racismo buscaría ya no así como en el que se prestó aten- veces, compiten entre sí en for-
tanto declarar inferiores a sus víc- ción a sus aspectos culturales. Aun mas radicales que son propicias
timas, especialmente en el trabajo así, el debate ha quedado abierto: para el desarrollo del racismo.

Las discriminaciones

En el periodo señalado, cuando plano ideológico y político con- qué estrategias debían oponér-
Europa redescubrió el racismo, és- tra las fuerzas que lo encarnaban, sele. ¿Se debe, por ejemplo, re-
te fue percibido sobre todo como era necesario confrontar todas sus currir a lógicas de ‘discriminación
un fenómeno ideológico-político manifestaciones. Fue así como se positiva’? La novedad aquí no ra-
y eventualmente capitalizado por desarrolló el tema de las discrimi- dica tanto en las discriminaciones
las fuerzas de extrema derecha naciones (que, por lo demás, no como en el lugar central que co-
que entonces renacían tal como se limita al racismo sino que se mienzan a ocupar, visiblemente,
el Frente Nacional en Francia. Por relaciona con otros tópicos como, en la vida pública.
ello, aunque las otras formas del por ejemplo, el sexismo) y creció El tema de la discriminación de-
fenómeno —la violencia, los pre- el interés por las luchas concre- be ser visto como la expresión de una
juicios, las discriminaciones— tas contra ellas en todos los do- sensibilidad acrecentada en nues-
no fueron ignoradas, el comba- minios: el empleo, el trabajo, el tras sociedades en general y en
te principal contra el racismo se acceso a la escuela, a la salud, a las ciencias sociales en particular
sostuvo en la arena política y de la vivienda, al esparcimiento, et- hacia la subjetividad de los indi-
forma bastante general. Sin em- cétera. Investigaciones más y más viduos. Por supuesto, ésta no es
bargo, progresivamente, se fue numerosas se ocuparon de este totalmente nueva, fue analizada
imponiendo una idea: si se que- fenómeno destacándolo y pre- en Gran Bretaña y Estados Uni-
ría hacer retroceder el racismo, no cisándolo al mismo tiempo que se dos desde finales de la década de
bastaría una acción frontal en el desarrollaba el debate para saber 1980 por varios trabajos que exa-

4
Sobre todas estas cuestiones, me permito remitir a mi libro Le racisme. Une introduction, Paris, La Découverte, 1998.

Perspectivas Teóricas 17
minaron cómo la experiencia del una de ellas aparentemente me- mido, negado, impotente, inca-
racismo afecta a los individuos de nor), afectan la integridad inte- paz de construirse, reaparecen en
forma duradera y traumática, de- lectual y moral de las personas al el dominio más particular del ra-
jando ‘heridas ocultas’ (hidden in- punto de influir sobre su perso- cismo y de su estudio. Esto quiere
juries) y provocando que algunas nalidad. El interés creciente de decir que uno ya no se contenta
conductas posteriores estén do- las ciencias sociales por todo lo con estudiar prioritariamente la
minadas por la angustia. Esta idea que se refiere al sujeto, la adop- producción del racismo o sus fuen-
se encuentra, por ejemplo, en Joe ción —cuando se analiza la vio- tes, también se presta atención a
Feagin y Melvin Sikes.5 El racismo lencia— del punto de vista de las sus efectos lo cual debe facilitar,
cotidiano (everyday racism) y las víctimas y no sólo del Estado y el en contrapartida, la reflexión so-
discriminaciones de rutina (cada interés general en el sujeto opri- bre su producción.

El racismo ‘global’

Los enfoques de la década de con aquellas que se relacionan con de los Estados-nación (comenzando
1980 y 1990 analizaban el racis- especificidades o anclajes locales por Israel, Estados Unidos y Fran-
mo en el marco de las sociedades o nacionales. cia) y lo que los rebasa o desborda
nacionales o los Estados-nación. El antisemitismo siempre ha sido o sin conjugar la atención a los
Así, el ‘racismo simbólico’ era nor- un fenómeno inscrito en una escala elementos locales y a los elemen-
teamericano, el neo-racismo (new planetaria. Desde la antigüedad, se- tos trasnacionales, comenzando
racism), inglés y el ‘racismo dife- gún los trabajos de Francis August por aquellos que conciernen a los
rencialista’, francés. Pero se trate Schaeffer, el antijudaísmo (utilizo contextos del Oriente Próximo o
del fenómeno singular que cons- esta palabra para evitar el anacro- Medio. Para tomar un ejemplo más
tituye el antisemitismo o de otras nismo puesto que el término anti- preciso, puedo evocar la expe-
formas de racismo, hay un punto semitismo no fue utilizado sino a riencia francesa contemporánea:
que en la actualidad debe ser sis- partir de la década de 1880) ope- el antisemitismo conjuga dimen-
temáticamente considerado: ya no raba en tres sitios distintos: Egipto, siones ligadas a la crisis social,
se puede analizar el racismo con- Siria y Roma. El fenómeno fue política, cultural e institucional
finando la reflexión al marco de ‘globalizado’ por el cristianismo del país y a otras más vinculadas
los Estados-nación. El fenómeno, que muy pronto le dio dimensiones a los acontecimientos del Cercano
en efecto, tiende a ser cada vez mundiales. Pero no por eso la glo- Oriente, sin hablar de la incidencia
más ‘global’, es decir, a conjugar balización actual aporta algo me- que tiene en Francia lo que ocurre
(en formas que varían de una ex- nos distintivo. Ahora no se puede en Estados Unidos.
periencia concreta a otra) dimen- analizar seriamente el antisemitis- Algo parecido se observa si se
siones planetarias —en todo caso mo sin pensar siempre en la articu- consideran otros racismos. La ex-
supranacionales o trasnacionales— lación de lo que sucede en el marco periencia francesa reciente po-

5
Joe Feagin y Melvin Sikes, Living with Racism, Boston, Beacon, 1994.

18 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales


dría ilustrar esta afirmación. Fran- participaba en ella), los poderes elevaron para denunciar un hecho
cia tiene actualmente una pobla- públicos tomaron diferentes medi- político vagamente racista (pues-
ción proveniente de la inmigración das para evitar los problemas que to que en realidad no se dirigía más
desde el mundo árabe-musulmán esa participación podría provocar que a las jóvenes musulmanes); se
que se estima, de forma discuti- entre la población proveniente de habló entonces de ‘islamofobia’.
ble, en alrededor de cinco millones la inmigración árabe-musulmán. Las críticas más fuertes vinieron,
de personas, aproximadamente 7 u Estas medidas no fueron racistas sin embargo, del extranjero, tanto
8 % de la población total. El racis- en sí mismas, pero ejercieron un de sociedades musulmanas como del
mo que sufre esta población es un racismo de hecho que tuvo varias mundo anglosajón, cuestionando
fenómeno manifiesto; se expresa modalidades: estigmatización de los aspectos racistas de esta ley.
tanto en opiniones y estereotipos esta población (de la que se sos- Tales críticas han nutrido el de-
como en todo tipo de discrimi- pechaba o a la que se acusaba de bate francés al reforzar el ‘repu-
naciones (particularmente, en el no ser plenamente integrada o in- blicanismo’ de algunos, en cuyo
empleo, el acceso a la vivienda y tegrable); funcionamiento racista nombre se había votado la ley, y a
el acceso a ciertas diversiones). Va- de la policía, que interpelaba a los estimular la condena de otros, al
rios trabajos de sociología mues- jóvenes ‘por su apariencia facial’; justificar que sea evocada la sos-
tran también que esa población es y prohibición de ciertos desplaza- pecha de racismo.
víctima de una segregación que mientos (por ejemplo, los colegios Todo lo que concierne al Islam
opera en la escuela pública, de un de los suburbios parisinos que re- puede contribuir a ‘globalizar’ el
‘apartheid escolar’ que produce y ciben numerosos hijos de inmi- racismo, de hacer de él un proble-
refuerza las desigualdades que sufren grantes, no podían durante esta ma que ya no puede ser pensado
los niños surgidos de la inmigra- época organizar visitas a exposi- en el cuadro estricto, único, del
ción. En vez de disolverlas, como ciones o a representaciones tea- Estado-nación. Lo que es cierto para
lo querría el ideal republicano, o al trales en París). De esta manera, Francia lo es también para otros
menos limitar simplemente su re- la política internacional del país países. Por ejemplo, los atenta-
producción, como lo sugeriría la reforzó el racismo interno. dos terroristas de Madrid (marzo
sociología de los años sesenta y La forma en que los medios de 2004) o de Londres (julio de
setenta, la discriminación las ha franceses han tratado este conflicto 2005) han tenido por efecto (pero
acrecentado. es percibida como particularmente tal vez también por causa) traer al
Este racismo no evoluciona so- odiosa por los países árabe-mu- frente de la escena el racismo pro-
lamente como resultado de las ten- sulmanes que así lo hacen saber. pio de la sociedad española o in-
siones y crisis propias de la sociedad El racismo francés devino un obje- glesa respectivamente. En esos dos
francesa; debe mucho a lógicas ex- to de debates internacionales, de países, los musulmanes se sienten
teriores y a las relaciones de fuerza presión; al mismo tiempo, su evo- amenazados por las reacciones de
que actúan en una escala distinta a lución ha sido determinada desde las poblaciones nacionales que es-
la del Estado-nación. Así, muchos arriba, por las decisiones de polí- tán más o menos dispuestas a acu-
asuntos o episodios han mostrado tica internacional. Otro ejemplo: sarlos en su conjunto, o incluso a
que la mirada exterior puede in- cuando en marzo de 2004 Francia los inmigrantes en general, de ser
fluir en la evolución de este racis- aprobó una ley que prohíbía los la causa del terrorismo. Las im-
mo. En 1990, por ejemplo, cuando signos religiosos ‘ostensibles’ en presionantes reacciones en todo
Francia se preparaba para partici- la escuela pública (en la práctica el mundo musulmán a la publica-
par en la primera Guerra del Golfo para impedir que se usara allí el ción de caricaturas sobre el profe-
(y después, cuando efectivamente velo islámico), algunas voces se ta Mahoma, primero en un diario

Perspectivas Teóricas 19
danés y después en varios otros racismo de los países receptores ro que en gran medida lo son bajo
periódicos europeos, han desta- se apoye en muchas ocasiones en formas veladas, ‘sutiles’, por ejem-
cado lo que había de condenable políticas de inmigración que en cier- plo, reemplazando el término ‘razas’
en estas caricaturas, un despre- tos casos pueden revestir una gran por el de etnia que es mucho más
cio con connotaciones racistas. violencia. Todo el mundo recuerda la correcto políticamente. Todo esto
Las protestas adquirieron un cariz forma en que Marruecos ha trata- no es necesariamente nuevo, pe-
violento en ciertos países y más do a los migrantes que intentan ro conlleva elementos novedosos
moderado en otros, especialmente dirigirse hacia el norte desde el que se deben a que, actualmen-
en Europa; en contrapartida, en- África subsahariana abandonándo- te, ya no es posible distinguir cla-
durecieron a ciertos grupos, entre los en el desierto. El rechazo, más ramente los juegos internos y los
ellos los de extrema derecha, que o menos racista (pero un racismo no externos, el interior y el exterior,
han encontrado ahí alimento para dicho), de los países del norte pue- pues todo se entremezcla rápida-
su odio racista a los árabes y el de, en casos como éste, apoyar- mente.
Islam. De esta forma, se ha evo- se en las medidas aplicadas lejos El marco espacial del análi-
cado en Francia la hipótesis de de ellos, en los países del sur. En sis se transforma entonces con la
que el Frente Nacional, un partido las sociedades receptoras, ocurre que globalización. En lugar de decir
racista, diera un salto hacia arriba grupos que también sufren el racis- que el racismo tiene dimensiones
en la opinión pública. mo contra los negros rechazan a los nacionales, complementadas even-
El racismo dirigido a los negros recién llegados, precisamente a tualmente por dimensiones inter-
tampoco puede comprenderse si causa de sus sociedades de origen. nacionales, se necesita entenderlo
su análisis se ubica solamente en En Estados Unidos, los descendien- de ahora en adelante como el re-
el marco de los Estados-nación. tes de los esclavos no siempre son sultado de juegos complejos donde
Actualmente, la comprensión de amables con los nuevos migrantes permanentemente se conjugan y
este fenómeno obliga a considerar, provenientes del África subsaha- desplazan interacciones internas
por una parte, la historia que ha riana; en Francia, los negros anti- y externas, lógicas interiores y su-
conducido a la segregación, a los llanos pueden mostrar una inmensa pranacionales (exteriores). Por lo
estereotipos y a las discriminacio- hostilidad a los migrantes del sur del tanto, el paisaje del racismo pa-
nes actuales; por otra, la circula- Sahara. Digamos, en una palabra, rece hoy mucho más problemático
ción planetaria y las migraciones que a medida que las poblaciones que en el pasado. Por una parte,
actuales de grupos numerosos de hacia las que se dirige el racismo en las sociedades occidentales, el
negros. Más adelante volveré sobre se caracterizan no solamente por fenómeno se desarrolla en función
el primer punto, las dimensiones su pertenencia a una ‘raza’ sino de la evolución interna de ellas y,
históricas. Antes, me gustaría in- también por su participación en especialmente, de su fragmenta-
dicar cómo actualmente también la migración y en los fenómenos ción cultural y social que causa que
se globalizan las manifestaciones migratorios contemporáneos, más grupos numerosos —cada uno de
del racismo contra los negros. En se debe comprender al racismo ellos caracterizado por una identi-
ciertos casos, los negros forman ‘globalmente’, puesto que mezcla dad, una memoria, una cultura, una
parte de una diáspora —por ejem- aspectos internos de las socie- pertenencia étnica, religiosa, et-
plo, el Black Atlantic, del que ha- dades receptoras y aspectos más cétera— puedan ser, simultánea-
bla Paul Gilroy— y circulan entre amplios. En particular, los deba- mente, víctimas y culpables del
varios países (aunque, a veces, no es tes sobre la inmigración se cargan racismo. En otras palabras, el ra-
fácil operar tal circulación ni salirse de consideraciones que no siem- cismo también se fragmenta y se
de un país africano); de ahí que el pre se dicen racistas o raciales pe- multiplica, entre otras cosas, pa-

20 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales


ra dirigirse a individuos que son Racismo e historia
‘racializados’ aunque no tengan
ninguna pertenencia común. Por
otra parte, el racismo es ‘global’ En las sociedades contemporá- bert Marrus y el norteamericano
parcialmente gobernado por lógi- neas, la historia se vuelve un objeto Robert Paxton) publicaron traba-
cas supranacionales. Es esta doble de competencia; aparece como un jos decisivos sobre Vichy6 y des-
tendencia a la fragmentación de recurso movilizado por todo tipo de que el propio mundo judío se
las sociedades nacionales y a su de grupos que reclaman ser reco- transformó y reclamó que se reco-
penetración por fuerzas de la glo- nocidos por los dramas de los que nociera lo que hasta entonces se
balización lo que hace que actual- sus ancestros son o habrían sido callaba. Mucho más recientemen-
mente el racismo sea tan delicado víctimas. La historia está en las so- te, la colonización, la trata de ne-
de analizar. ciedades, mientras que en el pasado gros y el esclavismo entraron en
sucedía lo inverso. De pronto, el el debate público, cuestionando el
racismo también se llena de te- relato nacional que los borraba e
mas históricos; se apoya en sus incluso hacía alarde de algunos de
propias concepciones del pasado, sus aspectos. Todavía en febrero
concepciones a las que eventual- de 2005 fue posible votar una ley
mente se oponen otros grupos. Hay con un artículo en el que se pedía
ahí una novedad, puesto que en el que en las clases de historia se
pasado las formas de racismo repo- enseñara el papel positivo de la
saban sobre la biología o los aspec- colonización. Las movilizaciones,
tos físicos y no hacían intervenir a especialmente de los antillanos
la historia. Pero ahora las memorias aunque no sólo de ellos, rechaza-
chocan unas con otras, compiten; el ron el silencio o la minimización
racismo (y la lucha contra el racismo) de los dramas provocados por la
hace de la historia una objetivo colonización y la esclavitud no
esencial. La experiencia francesa sólo en nombre de la verdad his-
puede ayudarnos, aquí también, tórica, sino también porque se vio
a ilustrar esta constatación. En ahí una de las fuentes del racismo
Francia, el antisemitismo, tal como actual, una negación que va de la
se ha podido prolongar después mano de discriminaciones concre-
de la Segunda Guerra Mundial, tas. Decir que el pasado colonial
ha tomado la forma de una nega- ha aportado mucho a los pueblos
ción del papel de las autoridades colonizados es permitirse despreciar
francesas de Vichy o de una mi- a aquellos para quienes el relato
nimización de su colaboración en nacional está hecho de olvido; es,
la destrucción de los judíos. No en cierta forma, perpetuar la dis-
había espacio político para hablar criminación, la segregación y las
de estas cuestiones, hasta que al- violencias impuestas.
gunos historiadores extranjeros El racismo contiene ahora no só-
(como el canadiense Michael Ro- lo elementos culturales —como

6
Michael R. Marrus y Robert Paxton, Vichy France and the Jews, New York, Basic Books, 1981. N.E.

Perspectivas Teóricas 21
se ha visto con los análisis pro- ser eficaz. Retomemos, en senti- nes. Debe oponer, a quienes ven
puestos desde la década de 1980 do inverso, los puntos principa- en las ‘razas peligrosas’ una ame-
sobre el new racism o el symbolic les de este texto. Cada vez más naza para la cultura o los valo-
racism—, sino también una fuerte la acción antirracista debe luchar res dominantes, toda una visión
carga histórica en la que se con- para imponer cambios en materia alternativa en la que los grupos
jugan olvidos, por un lado, y pro- histórica, hacer entrar el devenir dominados aparezcan, simultánea-
posiciones que desnaturalizan el de las víctimas y el de los venci- mente, como portadores de una
pasado, por el otro. Y este lugar dos en el relato histórico, lo cual cultura, dotados de una identidad
que ocupa la historia en el racismo puede plantear problemas adicio- y deseosos de compartir los valo-
(y, como se verá inmediatamente, nales y suscitar debates importan- res universales, guiándose por el
también en el antirracismo) es en tes, en especial sobre la relación derecho y la razón. Debe, por úl-
gran medida el de una disciplina entre historia y memorias. Ella timo, enfrentar directamente la
que tiende, ella también (por lo también debe y puede ‘globalizar- cuestión del racismo institucional,
menos en algunas de sus corrien- se’, es decir, ser pensada y orga- lo cual requiere acciones concretas
tes) a volverse global. Hablar de nizada en una escala planetaria para modificar el funcionamiento de
la trata de negros, por ejemplo, al mismo tiempo que debe estar las organizaciones que, sin darse
como lo hace el historiador Olivier anclada en los combates locales cuenta, reproducen en su interior
Pétré-Grenouilleau7, es introducir o nacionales, tal como lo hacen la discriminación; requiere, en es-
la imagen de un fenómeno ‘global’ las mejores variantes del alter- pecial, esfuerzos conscientes y
que concierne a numerosas socie- mundismo; asimismo, debe tener sostenidos, por ejemplo, acciones
dades en el punto de salida, en el en cuenta la fragmentación cultural y que sigan el modelo de la ‘discri-
destino y entre los dos. social. Necesita enfrentar no sólo minación positiva’8, una noción
En este paisaje nuevo, la ac- las dimensiones ideológico-políti- que también suscita debates.
ción antirracista —más allá de sus cas del fenómeno, sino también
dimensiones clásicas, jurídicas y, sus formas concretas diversifica-
en especial, represivas— también das y múltiples, por ejemplo, en Recibido el 6 de noviembre del 2006
está llamada a evolucionar para la lucha contra las discriminacio- Aceptado el 13 de diciembre del 2006

7
Vid. La traite des Noirs, Paris, P.U.F, 1997 (Que sais-je?); Les traites négrières, Paris, La Documentation Française, 2003; Les traites négrières.
Essai d’histoire globale, Paris, Gallimard, 2004 (Bibliothèque des Histoires); y From Slave Trade to Empire. Europe and the Colonisation of Black
Africa (1780s-1880s), London, Routledge, 2004. N.E.
8
Se entiende por discriminación positiva —también conocida como acción afirmativa (affirmative action)— toda acción que busca establecer
políticas preferenciales para aquellos grupos sociales que, históricamente, han sido marginados, despreciados o discriminados ya sea por sus
orígenes étnicos, de género o de minoría. Dichas políticas pretenden facilitarles el acceso a recursos y servicios así como a determinados bienes
con el fin de mejorar su calidad de vida y compensarlos por los perjuicios de los que fueron víctima en el pasado. Vid. la entrada de “Affirmative
Action’, del Stanford Encyclopedia of Philosophy en http://plato.stanford.edu/entries/affirmative-action N.E.

22 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales


Referencias bibliográficas

Bataille, Philippe, Le racisme au travail, Paris, La Découverte, 1999.

Carmichael, Stokely y Charles Hamilton, Black Power: the Politics of Liberation


in America, New York, Random House, 1987.

Feagin, Joe y Melvin Sikes, Living with Racism, Boston, Beacon, 1994.

Marrus, Michael R. y Robert Paxton, Vichy France and the Jews, New York,
Basic Books, 1981.

Pétré-Grenouilleau, Olivier, From Slave Trade to Empire. Europe and the Coloni-
sation of Black Africa (1780s-1880s), London, Routledge, 2004.

—————, La traite des Noirs, Paris, P.U.F, 1997 (Que sais-je?).

—————, Les traites négrières, Paris, La Documentation Française, 2003.

—————, Les traites négrières. Essai d’histoire globale, Paris, Gallimard,


2004 (Bibliothèque des Histoires).

Wieviorka, Michel, La France raciste, Paris, Seuil, 1991.

—————, Le racisme en Europe, Paris, La Découverte, 1993.

—————, Le racisme. Une introduction, Paris, La Découverte, 1998.

—————, La tentation antisémite, Paris, Robert Laffont, 2005.

Perspectivas Teóricas 23

Vous aimerez peut-être aussi