Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
espacio-
publico.com/) Acceso
Portada Ponentes
(http://www.espacio- (http://www.espacio- Registrarse (http://www.espacio-
publico.com/) publico.com/ponentes) publico.com/wp-login.php?
action=register) / ¿Olvidó su
contraseña? (http://www.espacio-
Ágora Económica Documentación publico.com/wp-login.php?
(http://www.publico.es/)
(http://www.espacio- (http://www.espacio- action=lostpassword)
publico.com/category/agora-
publico.com/documentacion)
Buscar
economica)
Ágora Política
(http://www.espacio-
publico.com/category/agora-
politica)
Cómo participar
(http://www.espacio-
publico.com/como-
participar)
Joan Coscubiela
Este debate sobre el sindicalismo, que se ha mantenido vivo durante algunos meses, ha abordado
Diputado en el Congreso
por el grupo La Izquierda
múltiples cuestiones que resulta imposible resumir en unos folios, de modo que nos centraremos en
Plural algunas de las más destacadas. Una parte de las intervenciones han resaltado el valor histórico que
(@jcoscu) han tenido los sindicatos a la hora de conseguir no solo condiciones de trabajo más dignas para la clase
obrera, sino también su contribución en la introducción y mejora de los derechos sociales y la
MODERACIÓN democracia, haya llegado esta a un grado de desarrollo mayor o menor. Este es un apunte significativo,
especialmente en el contexto español, donde los sindicatos se implicaron directamente en la lucha
contra la dictadura y desempeñaron un papel relevante en su desaparición. ¿Dónde estaríamos ahora
sin la lucha sindical? ¿cuales serían las condiciones de trabajo sin la presencia de miles de sindicalistas
en las empresas? Estaríamos más cerca de Singapur que de Suecia (Héctor Maravall). Esta corriente,
la que ha resaltado en el debate el papel histórico de los sindicatos, se pregunta también por las
causas por las que los sindicatos , sobre todo los mayoritarios , tienen una imagen tan devaluada ante
Orencio Osuna la ciudadanía
Escritor
Titulamos el debate “los sindicatos en tiempos neoliberales” para encuadrar la situación actual de los
sindicatos, que soportan, como el conjunto de los ciudadanos la agresión frontal del capitalismo “sin
complejos”, empeñado en desmantelar toda forma de resistencia de las clases populares, y entra esas
formas muy especialmente la resistencia de los sindicatos . A resaltar esta agresión han contribuido
numerosas intervenciones. En el marco de la agresión del capitalismo neoliberal contra “la
resistencia”, sitúan muchos de los intervinientes la mala imagen de los sindicatos que finalmente se ha
Bonifacio Cañibano instalado en la sociedad. “Hay que estar ciego para no ver que, más allá de hechos o conductas
Periodista reprobables de algunos de sus miembros; más allá de errores o carencias, tal campaña guarda relación
directa con el hecho de que los sindicatos constituyen el principal obstáculo frente al desarrollo de las
políticas en curso, cuyo fondo, aquí y en Europa, es desarbolar el modelo social construido tras el final
de la Segunda Guerra Mundial” (Julián Ariza)
Es también en este contexto donde se sitúa la represión policial y judicial contra los sindicalistas por
parte del Gobierno, que ha recurrido sin dudarlo a métodos que difícilmente se compadecen con el
sistema democrático. Más de trescientos sindicalistas de las formaciones mayoritarias están
procesados y les ocurre lo mismo a varios centenares más de las formaciones minoritarias “se ha
producido un brutal y sistemático ataque contra los sindicatos más representativos y mayoritarios,
con participación de empresarios, policía, jueces y fiscales y poderosos medios de comunicación. Esta
triada perversa, está socavando, no sólo la credibilidad de los sindicatos, sino hasta el propio Derecho
Constitucional de Huelga, que tan costoso fue para los trabajadores conquistarlo en la Dictadura.
Utilizando una vía indirecta y basándose en el apartado 3 del art. 315. Un apartado, antigualla del C. P.
franquista que quedó en el Código Penal vigente, tras su revisión en el año 1995. Basándose en él,
están penalizando a los participantes en los piquetes informativos” (Eduardo Saborido)
No han faltado las intervenciones que han subrayado los errores tácticos, los abandonos de su
cometido o la falta de honestidad de algunos comportamientos sindicales. “El sindicato “gestoría” que
resuelve mi tema sin importarme lo que tengo al lado. El sindicato gestoría o incluso el sindicato
empresa que tiene a su servicio gestores y que se comporta como una auténtica empresa en el
mercado capitalista que nos envuelve. Que vende el producto: seguros de vida, seguros si te pones
enfermo, viajes, vacaciones, cuotas súper-rebajadas…que también despide a sus trabajadores como
otra cualquier empresa.” (Ángela Sánchez)
Todos estos factores han contribuido a la actual crisis del sindicalismo, porque en este debate hay un
amplio consenso en la aceptación del que el sindicalismo atraviesa una crisis importante; pero
también hay consenso a la hora de señalar las causas objetivas de esa crisis, que van más allá de los
comportamientos sindicales y que se enraízan en el cambio vertiginoso que se ha producido en la
organización del trabajo y en el modelo de producción.
Esta es quizás la cuestión más inquietante que se ha planteado y para la que no hay respuestas fáciles
en este momento gramsciano en el que el viejo sindicalismo no se ha ido todavía y el nuevo no ha
llegado aún. Emergerá una nueva forma de organización sindical, porque en la medida en que mutan
los poderes empresariales mutarán también las formas de resistencia frente a ellos (Ignacio Muro).
Con una clase obrera profundamente fragmentada y dispersa, con la inmensa mayoría de los
trabajadores en precario, con una patronal crecida y corrupta, con los viejos partidos obreros, que han
dejado de ser obreros, los sindicatos están abocados a asumir funciones que van más allá de los
intereses de sus afiliados y que van más allá de concebir los centros de trabajo como el núcleo
fundamental de la lucha. En estas circunstancias , “sencillamente no es posible hacer sindicalismo
exclusivamente desde los centros de trabajo y ha llegado el momento de organizar a los trabajadores
fuera de las fábricas “(Leo Moscoso).
Una nueva organización de los sindicatos mutando hacia una forma de organización social, que
desborde el propio centro de trabajo, ha sido una posición claramente defendida por una parte
significativa de los intervinientes “Porque el problema principal es que el empleo ya no es mecanismo
de integración, es sinónimo de precariedad y pobreza. Y es por ello que la lucha quizá no pase por
defender el empleo, sino por defender la vida, la dignidad no del empleo, sino de nuestro día a día”
(Ignacio Martín)
Algunos de los que sostienen este planteamiento contemplan que la huelga general de consumo sería
ahora mucho más factible y eficaz que la huelga general del trabajo, que ha sido tradicionalmente la
forma de resistencia sindical más contundente, pero que en el ecosistema del minifundismo
empresarial, es difícilmente ejecutable .
JOAN COSCUBIELA
Diputado en el Congreso por el grupo La Izquierda Plural
Me piden que introduzca el debate sobre sindicalismo y de entrada constato la dificultad de poder
hacer una reflexión serena entre tanto ruido de fondo. Pero me decido a intentarlo, porque el tema
se lo merece.
Para comenzar conviene recordar que, como en muchos otros temas, esta reflexión sale marcada por
un estado de opinión publicada muy consolidado, y eso es una dificultad añadida.
Conviene también constatar que en el debate sobre “sindicalismo hoy” se entrecruzan al menos tres
planos, que debemos tener presente y diferenciar al mismo tiempo.
El segundo, algo más coyuntural, se refiere a las dificultades sobrevenidas, que en algunos casos
adoptan forma de impotencia, para responder a los efectos de esta crisis, a las necesidades, a las
expectativas depositadas y a las exigencias de los trabajadores.
Y el tercero y no menor, hace referencia a la incidencia que en el debate social tiene la ofensiva que los
poderes económicos y sus representantes políticos han lanzado para derribar o debilitar cualquier
contrapoder social, aprovechando la oportunidad que les brinda la crisis. Y entre los medios
utilizados, además del debilitamiento institucional y legal, nos encontramos con la destrucción
interesada de la legitimidad social del sindicalismo, de su reputación pública. Destruir las formas
colectivas de organización y su capacidad de actuar como contrapesos sociales deviene clave para
imponer la hegemonía económica, política y sobre todo ideológica del capitalismo financiero.
Analizar la incidencia de estos tres planos, sin negarlos ni magnificarlos me parece la clave para una
reflexión útil, que huya de las certezas de lo conocido o de las respuestas fáciles. Por eso me ha
parecido que la mejor fórmula para introducir el debate es la de la duda. No dar por seguro ni
compartido nada y por el contrario plantearse muchas preguntas, incluso la más básica.
La pregunta puede parecer naíf, pero estoy en condiciones de afirmar que ni en el seno del
sindicalismo organizado la respuesta es pacífica y no solo porque a lo largo de la historia del
sindicalismo se han producido cambios muy notables.
Hoy, en las primeras décadas del siglo XXI la palabra sindicalismo describe realidades tan distintas,
como la de la organización sindical de los sherpas nepalíes, la organización de las trabajadoras del
textil en Bangladesh, los sindicatos de algunos países europeos implicados en diferentes formas e
intensidades en la gestión del Estado Social. A todo le llamamos sindicalismo, sin olvidar las formas
patológicas que adquiere en determinados países y sectores, en los que se llama sindicalismo a
organizaciones que no trabajan por la emancipación de los trabajadores, sino por su control social.
Por eso en este intento de reflexión utilizaré Europa como punto de referencia, con algunas
incursiones globales sin las cuales hoy no es posible entender nada.
Si hoy en España hacemos la pregunta ¿Qué son los sindicatos? nos podemos encontrar con las
siguientes respuestas espontaneas – aunque no tanto-.
Organizaciones a las que el Estado les encomienda la función de defender a los trabajadores.
Instituciones públicas financiadas por el Estado para que realicen determinadas funciones, como
negociación colectiva, asesoramiento. Organizaciones que defienden los intereses de los
trabajadores.
En mis experimentos de estar por casa con esta pregunta, incluso entre personas con responsabilidad
sindical, la respuesta espontanea que menos sale es la que a mi entender mejor define a las
organizaciones sindicales.
El sindicalismo nació, se convirtió en protagonista social del siglo XX y debe continuar siendo así en
el siglo XXI, un “espacio de auto organización de los trabajadores para la defensa de sus intereses “
¿Estamos de acuerdo? ¿Continúa siendo así? ¿Y esto como se concreta, aquí y hoy?, teniendo en
cuenta la profunda transformación de todos los elementos que alumbraron el sindicalismo como
forma de organización social. Entre ellos, el sujeto histórico – la clase obrera- el hábitat económico y
social en que se desarrolló. O sea la economía industrial,la sociedad industrialista, la empresa
integrada, el Estado Nación.
La respuesta a esta pregunta es clave, porque de ella se desprenden otras preguntas determinantes.
¿Cómo organizar a colectivos, cada vez más amplios que no tienen vínculo permanente con una
empresa, que es el hábitat natural del sindicalismo?
¿Cómo dar respuesta a la estrategia del capitalismo financiero global? resumida en la frase “repartiros
el salario y los derechos entre vosotros, que los beneficios del capital no se tocan y de redistribuirlos
fiscalmente, ni hablar
¿De dónde nace la legitimidad del sindicalismo” ¿Y cómo se mide esta legitimidad?
¿Debe el sindicalismo asumir funciones que vayan más allá de los intereses de sus afiliados? ¿Y si es
así, cuales, en qué condiciones?
¿Las funciones del sindicalismo se limitan a la mejora de las condiciones de trabajo o abarcan otros
aspectos sociales?
¿Qué relación debe tener el sindicalismo con otras formas de organización social de los trabajadores
fuera del lugar de trabajo?
¿Debe el sindicalismo asumir las funciones de representación política del conflicto social? ¿Y si es así
con que limites?
¿Es viable un sindicalismo propio del Estado Nación en el marco de una economía globalizada?
¿Cuál es el papel de la comunicación en el funcionamiento del sindicalismo, en su legitimidad social?
¿Es hoy el sindicalismo un instrumento útil para la lucha social y para el objetivo de la igualdad? ¿Y
cómo se mesura?
Las preguntas son inacabables y este espacio se queda pequeño, pero aunque pueda parecerlo no son
preguntas teóricas. Se las plantean cada día, consciente o inconscientemente, decenas de miles de
hombres y mujeres sindicalistas. Y responden como siempre con la práctica, no exenta de muchas
contradicciones y callejones sin salida, también de notables éxitos, no siempre reconocidos, ni tan
siquiera por sus protagonistas.
Ninguna de estas preguntas tiene respuesta fácil ni única. Lo que si sería deseable es que no
respondiéramos a ellas con una cosa y su contrario a la vez.
Para explicarme, nada mejor que algunos ejemplos de afirmaciones muy repetidas por parte de
trabajadores, sindicalistas, empresarios, sociedad y opinión publicada.
Por parte de trabajadores cosas como “Los sindicatos solo se preocupan de sus afiliados, por eso yo
no me afilio” Para a continuación decir “Los sindicatos no me resuelven el problema”
Por parte de sindicalistas cosas como: “No queda más remedio que aceptar la doble escala salarial
para trabajadores de nuevo ingreso, si no queremos que los trabajadores actuales nos tumben el
convenio o el Comité. Para a continuación constatar el riesgo que esos jóvenes vean al sindicato como
algo ajeno.
Por parte de las empresas afirmaciones como: “Los trabajadores y los sindicatos deberían implicarse
más en el futuro de la empresa”, para a continuación decir que la participación de trabajadores y
sindicatos en la organización de la empresa es un estorbo. Que eso es facultad exclusiva del
empresario
Por parte de la sociedad: “Yo, como trabajadora de sanidad o de educación tengo derecho a hacer
huelga”, para días después olvidarse que una huelga en los transportes públicos ocasiona perjuicio a
los usuarios. Por supuesto el ejemplo puede ser perfectamente en dirección inversa.
Por parte de la opinión publicada: Los sindicatos deben modernizarse y no atender solo al salario
directo, sino ofrecer servicios, para a continuación decir que los sindicatos no deben hacer estas
funciones. O en sentido contrario, que si deben realizarlas,exigiendoles además que la atención a los
inmigrantes, el asesoramiento jurídico o la formación que deben hacer los sindicatos debe ser
universal a todos los trabajadores/as y financiado solo con los recursos de los afiliados.
Si he destacado estas contradicciones frecuentes, de las que nadie estamos exentos, es para poner de
manifiesto la complejidad del debate. Y para intentar huir de respuestas fáciles a algunas preguntas
clave.
Apunto algunas de mis reflexiones a lo largo de estos años. Sin ninguna pretensión ni sistémica ni
omnicomprensiva. Simplemente para intentar que el debate pueda estructurarse
Creo que las organizaciones sindicales son conscientes que el sindicalismo sufre una profunda crisis
de transformación, fruto de los cambios que en la economía, en la sociedad, en las estructuras sociales
ha provocado la globalización. Al sindicalismo le sucede lo que a otras formas de organización social y
política del siglo XX; Le está desapareciendo el hábitat que lo hizo nacer: sociedad industrialista – no
me refiero solo a empresa y economía- estado nación, empresa integrada, condiciones de trabajo
homogéneas fruto de las formas fordistas y tayloristas de organización del trabajo.
En todo caso, la pregunta importante es si las respuestas que está dando el sindicalismo llevan a una
transformación útil y regeneradora o son simplemente conservacionistas.
¿CUÁL ES LA MISIÓN DEL SINDICALISMO HOY?
¿Continúa siendo la de ser un espacio de auto organización de los trabajadores para la defensa de sus
intereses? O bien en el sindicalismo también han impactado los cambios en las categorías sociales que
llevan a considerar al ciudadano como usuario, como consumidor
Este concepto de sujeto activo, choca con una cultura dominante hoy y que avanza en el conjunto de la
sociedad. El paso de la condición de ciudadanos a la de usuarios o clientes. Un tránsito cultural que
impregna el Estado social – convirtiendo derechos en bienes- que afecta a la política – de la economía
de mercado a la sociedad de mercado y la política de mercado, donde los ciudadanos son clientes de la
política. Y por supuesto al sindicalismo, al que muchos trabajadores no ven como un espacio de auto
organización, sino como un proveedor de servicios y protección.
Sin duda, las formas de organización del sindicalismo no son ajenas a estas concepciones. El debate y
el conflicto entre “sindicalismo de trabajadores o sindicalismo para trabajadores” lleva varias
décadas entre nosotros.
Que pueden hacer los sindicatos para ser “de trabajadores y no para trabajadores”. Supongo que
disponer de una cultura y formas organizativas que lo faciliten. Aunque lo que antaño fue la asamblea
de grandes centros de trabajo, ahora en un contexto de fuerte dispersión productiva resulta mucho
más complejo.
¿Hay alguna experiencia positiva de los movimientos sociales que pueda ser útil para el
sindicalismo? Creo que sí. La capacidad de la PAH para ser al mismo tiempo espacio de ayuda mutua y
soporte emocional, mecanismo de solución de problemas individuales e impugnación del sistema, es
un buen referente. Entre otras cosas porque esta es exactamente la manera en que nació el
sindicalismo. ¿Qué son sino las primeras luchas mineras y los fondos de ayuda mutua? ¿Han
desaparecido estas prácticas del sindicalismo actual? Mi percepción es contradictoria. Se mantienen
en muchos ámbitos, donde el sindicalismo continua jugando este papel de protagonismo de los
trabajadores y es más difuso en otros.
¿Y de que depende? De muchas cosas. Si el objeto de la lucha es muy cercano, los objetivos muy
homogéneos y las formas de comunicación con los trabajadores son directas, es mucho más fácil el
sindicalismo de trabajadores. Aunque no se conozca, porque es una realidad invisibilizada por los
medios, estas prácticas son frecuentes y cotidianas hoy. Pero conviven con otras expresiones del
sindicalismo, donde la amplitud de los afectados, la dispersión y heterogeneidad de intereses,
dificultan estas formas de protagonismo de los trabajadores y además propician que la realidad llegue
a los trabajadores y a la sociedad de manera muy “intermediada” por los medios de comunicación. El
caso más evidente el de los procesos de concertación social de un lado o el de las huelgas generales de
otro.
Una última pregunta. ¿Se evalúa al sindicalismo con el mismo rasante que a otras formas de
organización social?
¿Alguien hace responsable a sus protagonistas de que determinados movimientos sociales hayan sido
muy activos en la reivindicación y la resistencia, pero ello no se haya trasladado a triunfos tangibles?
Creo que no y así debe ser.
¿Se utiliza este mismo criterio para las movilizaciones sindicales? No lo parece, creo que el grado de
exigencia de utilidad concreta es diferente. ¿Por qué razones?
Me atrevo a sugerir algunas. Las formas de trabajo y su traslación a la sociedad aparecen en ocasiones
muy institucionalizadas y esa imagen lleva a los trabajadores a criterios de exigencia propios de las
instituciones y no de organizaciones sociales. Además los poderes, incluidos los mediáticos, no suelen
preocuparse de movimientos que nacen, actúan y desaparecen. Lo que de verdad les preocupa es que
estos movimientos adquieran formas estables de organización, sean sindicatos o sean la PAH. Y un
tercer factor más doméstico y muy antiguo en la cultura de la izquierda es la hipercriticidad con todo
aquello que no se controla. En todo caso insisto que cada una de estos interrogantes tiene respuestas
– si es que las tiene- muy complejas.
Planteo esta pregunta, porque está presente en el debate, pero es posiblemente la que me resulta más
vacía. Es casi como preguntar a un niño a quien quiere más, a su padre o a su madre. O como
preguntar, cuál de los dos pulmones es más importante para la persona.
La propia esencia del sindicalismo conlleva la convivencia de este binomio de dos caras que cuando
una de las dos falta el resultado pierde su esencia. De hecho más que dos, son cuatro las patas.
Capacidad de identificar los problemas y la reivindicación que aúne fuerzas, capacidad de ejercer el
conflicto, capacidad de convertir la fuerza del conflicto en propuestas y por ultimo capacidad de
convertir todo ello en acuerdo útil.
Y si lo he traído a colación es porque desde fuera del sindicalismo se suele negar esta dualidad. Los que
niegan el conflicto social como parte de su estrategia de deslegitimación social. Y los que niegan la
negociación y los acuerdos como forma también de deslegitimación. Aunque en ocasiones partan de
posiciones ideológicamente muy confrontadas, ambas formas de deslegitimar el sindicalismo tienen
en común la no comprensión de cuál es su función.
Esta pregunta tiene tantas respuestas como universos a los que se formule. No es lo mismo
formularla, como hace el CIS, al conjunto de la sociedad, incluidos empresarios, que hacerlo solo a los
asalariados. La propia configuración del universo ya contribuye a una imagen del sindicalismo como
institución pública y no como organización de trabajadores. Y por supuesto condiciona el resultado de
la respuesta
En todo caso es evidente que en los últimos años la legitimación social del sindicalismo está sufriendo
una importante erosión débil. Y ello a pesar que sus niveles de afiliación y representatividad son
iguales o mejores que otras formas de organización social.
En cada país hay un modelo distinto, en el nuestro prima legalmente el de la representatividad, pero
también cuenta el de la afiliación.
Si analizamos la UE, el proceso es de pérdida de afiliación en las últimas décadas. No así en España que
ha vivido, hasta la llegada de la crisis y la reducción de 3,5 millones de ocupados, uno de los procesos
de crecimiento de la afiliación más intensos de toda la Confederación Europea de Sindicatos. Los
tópicos e imágenes estereotipadas sobre afiliación son muchos e imposibles de debatir aquí.
Sugiero la lectura de los Informes de la Fundación 1 de mayo coordinados por Pere J Beneyto o los
trabajos del Observatorio de la Afiliación del Centro de Estudios (CERES) de CCOO de Catalunya,
coordinados por Ramón Alós y Pere Jodar.
En todo caso constatar que niveles de afiliación que oscilan entre el 15% y el 18 % no son
despreciables en un entorno de fuerte precariedad y rotación y una cultura,la española, refractaria al
asociacionismo. Y que aguanta muy bien la comparación con otras formas de organización social y
política.
Otro factor de distorsión es que las elecciones sindicales otorgan una gran legitimidad democrática y
social a los sindicatos, pero generan algunos efectos colaterales no deseados. En la medida que
nuestra legislación hace depender la capacidad de actuar como sindicato, y sobre todo la de negociar
convenios, de la representatividad electoral, ello comporta un desincentivo a la afiliación como
elemento de vínculo estable entre trabajadores y sus sustitución por un vínculo delegativo como el
voto. Osea, propicia el sindicato para trabajadores y no de trabajadores que comporta la afiliación. Y
además es el responsable de importantes confusiones y contradicciones. Especialmente la de cuáles
son los destinatarios de la acción del sindicato, solo los afiliados o también todos los trabajadores. Y si
son todos los trabajadores, ¿con que recursos se sufragan los costes de funcionamiento, organización
y acción? ¿Solo con los que aportan los afiliados para que se beneficien todos los trabajadores? ¿O con
recursos públicos? atendiendo a la naturaleza de las funciones públicas que desarrollan, como la
negociación de convenios de eficacia general a los que la Ley otorga la naturaleza de norma jurídica
con capacidad para obligar.
Es este el debate que debe hacerse a mí entender sobre modelo sindical o formas de financiación. Lo
que se hace hoy en algunos medios está entre la trampa, la manipulación o el acoso.
El sindicalismo ejercido solo entre las paredes del estado nación, en un contexto de economía
globalizada, tiene las mismas limitaciones, expresa las mismas contradicciones que las de todas las
formas sociales o institucionales fruto de una economía y una política nacional.
Que no son otras que el profundo desequilibrio de fuerzas que genera el conflicto entre una economía
globalizada, con una hegemonía del capitalismo financiero y unas organizaciones sindicales limitadas
al ámbito del estado nación.
Pero pasar de la teoría a la práctica parece ser algo más complejo. Sobre todo porque la estrategia de
fuerte competitividad entre empresas y países, que comporta este modelo económico, dificulta la
puesta en marcha de estrategias de cooperación entre trabajadores, entre sindicatos. También porque
en muchos países, los sindicatos, como otras organizaciones e instituciones viven el espejismo de que
es posible la defensa del Estado Social en un solo país. Es un espejismo interesado a partir de
concepciones legítimas de conservación de los derechos existentes. Pero que sea humanamente
comprensible no significa que sea operativo o útil.
En todo caso conviene tomar nota de lo que significa que tanto a nivel de Europa, como Mundial y a
pesar de estas dificultades, las organizaciones que agrupan a los sindicatos (la CES y la CSI) sean los
espacios de organización europea y social que más esfuerzos están haciendo para la construcción del
sindicalismo global.
Estoy seguro que en el debate aparecerán formas concretas de cooperación sindical y también de
espacios o instrumentos de trabajo conjunto entre sindicalismo y otros sujetos sociales, como las
ONG.
Para intentar responder a esta pregunta conviene hacerse otras con carácter previo.
¿Existe hoy la necesidad de continuar luchando contra las desigualdades sociales o a favor de la
transformación social?
¿Qué debe hacer el sindicalismo para continuar siendo útil a los trabajadores del siglo XXI? Y útil a
los objetivos que dan razón a su existencia.
Este son los grandes interrogantes a los que los sindicalistas intentan dar respuesta cada día, no
siempre con éxito. Y todos tienen en común el reto de como transformar las formas de ser, organizar,
actuar en una realidad profundamente transformada en relación a la que alumbró el sindicalismo.
Me refiero a cómo organizar sindicalmente a los precarios, como conseguir trabajar en un entorno
de empresas pequeñas o micro, muy periféricas en la organización del trabajo en un proceso
productivo profundamente descentralizado, marcado por la externalización de riesgos y costes hacia
los de debajo de la pirámide.
Cómo construir cohesión en un entorno económico y social que camina hacia la desvertebración.
Cómo cohesionar a los trabajadores, evitando la tendencia natural al corporativismo y al mismo
tiempo a la externalización de los ajustes desde los más protegidos – que son al mismo tiempo los más
organizados- hacia los más desprotegidos – que son también los menos organizados-.
En este contexto de desagregación, ¿se puede construir sindicalismo solo desde el centro de
trabajo? ¿Existen alternativas a la organización en el centro de trabajo que no comporten la perdida
de la propia naturaleza del sindicato? ¿Les corresponde esta función a las organizaciones sindicales?
Como construir sindicalismo global en el marco de una estrategia competitiva salvaje que apuesta por
el conflicto entre países, empresas y trabajadores.
Aunque no siempre salga a la luz y no siempre se destaque por parte de los medios, estas son
preguntas que el sindicalismo organizado se plantea a nivel teórico y a las que está intentando – me
consta – dar respuesta cotidiana. Pero mucho me temo que la respuesta solo se verá con el tiempo y
posiblemente de ello dependa la capacidad del sindicalismo para continuar teniendo como lo tiene un
papel clave en la organización social del siglo XXI.
EL PAPEL DE LA COMUNICACIÓN.
He dejado para el final el papel de la comunicación que, como en otros temas, deviene clave.
Hoy uno de los grandes problemas del sindicalismo estriba en las dificultades para la comunicación
directa con los afiliados y trabajadores en general, en espacios territoriales y temporales que nada
tienen que ver con la economía y la sociedad industrialista.
Y los actuales medios de comunicación no solo no son útiles a estas necesidades sino que son un
factor distorsionador. No sucede solo con el sindicalismo, la capacidad de los medios de comunicación
de intermediar en exclusiva entre las organizaciones y las personas a las que se dirigen conceden a
estos medios un gran poder que ejercen en función de los intereses económicos de sus propietarios si
son medios privados y de sus controladores – desgraciadamente – si son públicos.
HAY 59 INTERVENCIONES
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
18/06/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
24/06/2014
-
Enlaces
1426-EXPLOTACIÓN Y
ALIENACIÓN.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/06/1426-
EXPLOTACIÓN Y
ALIENACIÓN.pdf)
Héctor Maravall
Seguir leyendo »
Abogado laboralista.
Militante de Podemos
27/06/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
27/06/2014
-
Enlaces
1441-EL CONFLICTO
CAPITAL-TRABAJO.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/06/1441-
EL CONFLICTO CAPITAL-
TRABAJO.pdf)
El papel de los sindicatos (http://www.espacio-publico.com/los-
sindicatos-en-tiempos-neoliberales#comment-1453)
(http://www.espacio- Está de moda criticar a los sindicatos lo que, por cierto, no es una novedad. Los ataques al movimiento
publico.com/los- sindical son tan antiguos como el capitalismo, que les obligó a aparecer para contrarrestar su rapiña. Las
sindicatos-en-tiempos-
neoliberales#comment-
agresiones tienen ciclos. En la España democrática se les alabó por la contribución a acabar con la
1453) dictadura franquista y favorecer el asentamiento de la democracia; se les llamó...
Julián Ariza
Seguir leyendo »
Sindicalista
02/07/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
06/07/2014
Ángela Sánchez
Seguir leyendo »
García
Miembro de CGT
07/07/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
11/07/2014
Rodolfo Benito
Seguir leyendo »
Valenciano
Secretario Estudios
CC.OO y Pte. Fundación
1º de Mayo
14/07/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
14/07/2014
(http://www.espacio-publico.com/los-sindicatos-en-tiempos-
neoliberales#comment-1490)
(http://www.espacio- Las políticas neoliberales y más recientemente la crisis económica y sus efectos devastadores en el
publico.com/los- empleo y en la legislación, han debilitado a los sindicatos y expuesto sus carencias, que con todo, aún son
sindicatos-en-tiempos-
neoliberales#comment-
las organizaciones sociales mas fuertes. En base a esto se discute, con ánimo constructivo, dentro y fuera
1490) de sus filas, sobre sus posibles reformas, pero también se escuchan voces...
Juan Moreno
Seguir leyendo »
Consejero del Comité
Económico y Social
Europeo. Colaborador
Fundación 1º de Mayo
17/07/2014
Pepe Aranda
Seguir leyendo »
Secretario de Acción
Sindical CGT
21/07/2014
Carlos Javier
Bugallo Salomón
24/07/2014
-
Enlaces
1513-Sindicalismo y
partidos políticos.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/07/1513-
Sindicalismo y partidos
políticos.pdf)
Pere Beneyto
Seguir leyendo »
Universidad de Valencia.
Fundación 1º de Mayo
25/07/2014
Respuesta a Carlos Javier Bugallo (http://www.espacio-publico.com/los-
sindicatos-en-tiempos-neoliberales#comment-1528)
(http://www.espacio- En efecto Carlos Javier, has elegido la afirmación más polémica de mi intervención, la cual precisamente
publico.com/los- había resaltado entre otros motivos, por eso mismo. Simplemente había planteado la afirmación, sin
sindicatos-en-tiempos-
neoliberales#comment-
desarrollar los argumentos sobre los cuales sustentarla, cosa que voy a intentar hacer ahora. En primer
1528) lugar, decir que (lógicamente) estoy en desacuerdo con tu afirmación de que mi...
Pedro Muñoz
Seguir leyendo »
Moreno
Parado
27/07/2014
-
Enlaces
1528-SINDICATOS
Respuesta Carlos J
Bugallo.doc
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/07/1528-
SINDICATOS Respuesta
Carlos J Bugallo.doc)
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
28/07/2014
Begoña Marugán
Seguir leyendo »
Profesora Sociología
Trabajo Univ. Carlos III
Madrid.
29/07/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
04/08/2014
-
Enlaces
1565-LENIN Y LOS
SINDICATOS.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/08/1565-
LENIN Y LOS
SINDICATOS.pdf)
Los sindicatos vistos desde el pensamiento clásico (http://www.espacio-
publico.com/los-sindicatos-en-tiempos-neoliberales#comment-1568)
(http://www.espacio- Dice Aristóteles que una sociedad es una reunión de familias o de tribus que buscan el "provecho común",
publico.com/los- principalmente a través de la complementariedad de oficios. Para que las sociedades europeas formaran
sindicatos-en-tiempos-
neoliberales#comment-
una unidad política ordenada tuvieron que superar la división en tribus, porque ello implicaba el peligro
1568) de crear estados dentro del estado. Pero con la llegada del marxismo, que ve a...
Andrés Alonso
Seguir leyendo »
González
profesor universitario
jubilado
05/08/2014
Joaquim González
Seguir leyendo »
Exsecretario General de
FITEQA CCOO
07/08/2014
Moisés Torres
Seguir leyendo »
Secretario Servicios
Comunidad -Responsable
limpieza y recogida UGT
11/08/2014
Seguir leyendo »
Demetrio Vazquez
Seguir leyendo »
Martínez
Secretario General Unión
comarcal CCOO A Coruña
20/08/2014
Isidor Boix
Seguir leyendo »
Ex Secretario de
Negociación Colectiva y
Acción Sindical
Internacional de FITEQA-
CCOO.
21/08/2014
Carlos Javier
Bugallo Salomón
21/08/2014
-
Enlaces
1623-LA IZQUIERDA Y
SU ORGANIZACIÓN.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/08/1623-
LA IZQUIERDA Y SU
ORGANIZACIÓN.pdf)
Ángel Flores
Seguir leyendo »
Blázquez
Secretario Organización
AVALOT
21/08/2014
Demetrio Vazquez
Martínez Seguir leyendo »
Secretario General Unión
comarcal CCOO A Coruña
29/08/2014
Demetrio Vazquez
Seguir leyendo »
Martínez
Secretario General Unión
comarcal CCOO A Coruña
29/08/2014
Antonio Antón
Seguir leyendo »
Profesor Honorario de
Sociología UAM
01/09/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
01/09/2014
Seguir leyendo »
08/09/2014
11/09/2014
Carlos Javier
Bugallo Salomón
17/09/2014
-
Enlaces
1716-Respuesta a Quim
Boix.pdf
(http://www.espacio-
publico.com/wp-
content/uploads/2014/09/1716-
Respuesta a Quim
Boix.pdf)
Eddy Sánchez
Seguir leyendo »
Iglesias
Politólogo
18/09/2014
María C Rojo
Seguir leyendo »
Ex-Adjunta Empleo y
Migraciones CCOO
19/09/2014
Leopoldo A.
Seguir leyendo »
Moscoso
Sociólogo y politólogo
24/09/2014
Pedro Muñoz
Seguir leyendo »
Moreno
Parado
28/09/2014
30/09/2014
Carlos Javier
Seguir leyendo »
Bugallo Salomón
03/10/2014
Eduardo Saborido
Seguir leyendo »
Presidente de la
Fundación de Estudios
Sindicales de CC.OO de
Andalucía
04/10/2014