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Instituto Politécnico

Nacional

Escuela Superior de
Ingeniería Química e Industrias Extractivas

Introducción a los Procesos


de Separación

Evaporadores de Múltiple Efecto

Profa.: Patricia Flores Sánchez

López Salinas Jesús Armando

3IV64
EVAPORADOR MÚLTIPLE EFECTO

Un múltiple efecto consta de un conjunto de evaporadores. El primer efecto es el


primer evaporador y así sucesivamente. El primer efecto es el que recibe el vapor
vivo procedente de un generador de vapor.

Durante el funcionamiento, el vapor procedente de la evaporación del primer


efecto se utiliza como vapor calefactor en el segundo efecto y el producido en
este como vapor calefactor del tercero y así sucesivamente. Es evidente que para
su funcionamiento es necesario que el vapor calefactor en cada efecto condense
a una temperatura superior a la de ebullición en este efecto, lo que exige que
haya entre los diferentes efectos una diferencia de presión suficiente para que se
produzca la ebullición.

En un evaporador de efecto simple, la entalpía del vapor producido no es


aprovechada, ya que este vapor no es utilizado como elemento o agente de
calefacción. Sin embargo, sí puede usarse en un segundo evaporador si la
disolución contenida en este último tiene un punto de ebullición suficientemente
bajo para que la diferencia de temperatura entre el vapor de calefacción y la
disolución hirviente proporcione un flujo de calor adecuado.
Esta es la idea básica de los evaporadores de múltiple efecto, introducidos por
Rillieux, en 1830. En la figura 10.5. Está representado esquemáticamente un
sistema de evaporación de triple efecto.
El vapor producido en el primer efecto es utilizado como agente de calefacción
en el segundo, en el cual se condensa a una temperatura superior a la de
ebullición de la disolución que se evapora en el mismo. El vapor producido en
este segundo evaporador se lleva a un tercero en el que se condensa a una
temperatura superior a la de ebullición de la disolución que se encuentra en el
mismo; el vapor de agua producido en este último efecto se recoge en un
condensador conectado a su vez con un sistema de vacío.
Si los evaporadores se numeran en el sentido en que disminuye la presión, y las
presiones y las temperaturas en cada unidad son, respectivamente, P 1, P2, y P3,
y T1, T2, y T3, se cumple que: P1 > P2 > P3 Y T1 > T2 > T3
El estudio de un sistema de evaporación de efecto múltiple se puede realizar
tomando como base las siguientes suposiciones:
a) El sistema opera en condiciones de flujo y estado estacionarios. Las
velocidades de flujo de masa son tales que en ningún evaporador hay
acumulación o disminución de disolvente o soluto. Las concentraciones, las
presiones y las temperaturas en cada evaporador se mantienen constantes.
b) Las disoluciones no presentan elevación del punto de ebullición, y los efectos
de la carga hidrostática son despreciables.
c) La cantidad de calor necesaria para llevar la alimentación desde su
temperatura inicial, TF, hasta la temperatura de ebullición, T1, también se
considera despreciable, de tal forma que la cantidad de calor proporcionada por
el vapor de calefacción en el primer efecto se encuentra como calor latente en el
vapor que sale del mismo.
d) Las entalpías de dilución no se toman en consideración.
e) También se desprecia el calor que lleva el líquido, como consecuencia de estar
a una temperatura por encima de la de ebullición, cuando pasa de un efecto a
otro.

Métodos de alimentación en los múltiples efectos

Los sistemas de alimentación reciben nombres diferentes según como circule el


líquido a concentrar:

1- Alimentación directa: El alimento entra en el primer efecto y sigue el mismo


sentido de circulación que el vapor saliendo el producto en el último efecto. El
líquido circula en el sentido de presiones decrecientes y no es necesario aplicar
energía auxiliar para que el líquido pase de un efecto al otro. Solo hacen falta dos
bombas, una para introducir el líquido en el primer efecto y otra para extraer el
producto en el último efecto.

2- Alimentación a contracorriente: El líquido a evaporar entra en el último


efecto y sale concentrado por el primero. El líquido a concentrar y el vapor
calefactor circulan en sentido contrario. Aquí el líquido circula en sentido de
presiones crecientes y eso requiere el uso de bombas en cada efecto para
bombear la disolución concentrada de un efecto hacia el siguiente. Eso supone
una complicación mecánica considerable que se suma al hecho de hacer
trabajar las bombas a presiones inferiores a la atmosférica. Así, si no hay otras
razones, se prefiere el sistema de alimentación directa.
3- Alimentación mixta: Cuando en una parte del sistema la alimentación es
directa y en la otra parte es a contracorriente. Este sistema es útil si tenemos
disoluciones muy viscosas. Si utilizamos la corriente directa pura, nos
encontramos que el último efecto, donde hay menos temperaturas la viscosidad
de la disolución concentrada aumenta, lo que hace disminuir sensiblemente el
coeficiente global, U, en este efecto. Para contrarrestar eso, se utiliza la
alimentación a contracorriente o la mixta. La disolución diluida entra en el
segundo efecto i sigue el sentido de la alimentación directa, pasando después
del último efecto al primero, para completar la evaporación a temperatura
elevada.
4- Alimentación en paralelo: Cuando el alimento entra simultáneamente a
todos los efectos y el líquido concentrado se une en una sola corriente. Sistema
utilizado en la concentración de disoluciones de sal común, donde los cristales
depositados hacen que resulte difícil la disposición de la alimentación directa.

En general, para decidirnos por un sistema de alimentación u otro, es necesario


efectuar el cálculo previo del rendimiento de evaporación para cada uno de los
sistemas.
Si la temperatura de entrada del alimento es bastante inferior a la de ebullición en
el primer efecto, en el caso de corrientes directas todo el calor que se da en el primer
efecto va destinado a calentar el alimento (calor sensible) y muy poco a producir
vapor, lo que provocará un bajo rendimiento en el proceso global del múltiple efecto.
En este caso se prefiere la circulación a contracorriente.
Por lo contrario, cuando la disolución entra en el sistema a temperatura superior a
la de ebullición del último efecto, será más conveniente la alimentación directa, ya
que lo que pasaría sería que la disolución al entrar al último efecto lo vaporizaría
parcialmente, produciendo un vapor que no tiene utilidades posteriores, entonces la
disolución lo enfriaría hasta la temperatura de la cámara de evaporación del último
efecto y posteriormente se tendría que ir calentando al entrar a cada efecto.
CAPACIDAD Y ECONOMÍA EN UN MÚLTIPLE EFECTO
Se define la capacidad de un evaporador como la cantidad de líquido evaporado en
la unidad de tiempo. Como la entalpía de vaporización es prácticamente constante
en el rango de presiones utilizado, existe una proporcionalidad entre la cantidad de
líquido evaporado y la cantidad de calor transmitido.
En un evaporador de tres efectos con la misma superficie de calefacción en cada
uno de ellos y con el coeficiente global medio de transmisión del calor, UM, para los
mismos, la cantidad de calor total transmitida en la unidad de tiempo es:

En un evaporador simple con la misma superficie de calefacción, A, un coeficiente


global de transmisión de calor U = UM , y una diferencia de temperatura igual a la
diferencia de temperatura total en el triple efecto, la capacidad es:
Por lo tanto, en un evaporador de efectos múltiples, la capacidad es la misma que
en uno de efecto simple que tenga el mismo coeficiente global, la misma superficie
de calefacción que una de las unidades del efecto múltiple y que opere con una
diferencia de temperatura igual a la diferencia total de temperatura con la que opera
el sistema de múltiple efecto. Por tanto, la capacidad por metro cuadrado de
superficie en un evaporador de N efectos es aproximadamente igual a 1/N veces la
capacidad del evaporador de efecto simple.
En cambio, en el sistema de múltiple efecto se consigue una gran economía, pues,
dado que la variación de la entalpía de vaporización al pasar de un efecto a otro es
muy pequeña, cuando se condensa 1 kg de vapor de calefacción se vaporiza en la
disolución hirviente aproximadamente un kg de agua, y así, aumenta la economía
N veces.
La capacidad de estos sistemas también se ve reducida por la elevación del punto
de ebullición de la disolución, pero no así la economía, ya que ésta depende del
balance de energía en cada efecto y no de la velocidad de transmisión del calor.
Según se ha visto, la economía depende de la temperatura de la alimentación y de
las entalpías de vaporización en cada efecto.
La elección del número de efectos está determinada por el costo mínimo de la
instalación que hace posible resolver el problema planteado.

LIMITACIONES Y CÁLCULO
La influencia del punto de ebullición y de la carga hidrostática en un evaporador de
efectos múltiples es mucho mayor que en un efecto simple. Cuando en un
evaporador la disolución hirviente tiene un punto de ebullición superior al del agua
pura a la presión existente en la cámara de evaporación, el vapor producido está
sobrecalentado en la cuantía correspondiente a la elevación del punto de ebullición.
Sin embargo, este vapor sobrecalentado pierde rápidamente su
sobrecalentamiento, de tal forma que la cesión de calor por dicho vapor se produce
a la temperatura de saturación correspondiente a la presión de la cámara de
evaporación. Por tanto, la diferencia de temperatura en un efecto se calcula
tomando como base la temperatura de saturación del vapor de calefacción en la
cámara de condensación, y no la temperatura de ebullición de la disolución en el
efecto anterior. Por ello en cada efecto se produce una disminución de la diferencia
de temperatura en la cuantía correspondiente a la elevación del punto de ebullición.
En la figura adjunta, 10.10, están representadas las pérdidas en la diferencia de
temperatura en un evaporador simple, uno de doble y otros de triple efecto. Las
temperaturas correspondientes al vapor de calefacción en el primer efecto, T Vc , y
al vapor en estado de saturación que sale del último, T3, son las mismas en los tres
casos. Las zonas rayadas corresponden a las pérdidas en la diferencia de
temperaturas debidas a la elevación del punto de ebullición. Las diferencias de
temperaturas útiles, en cuanto que actúa como fuerza impulsora de la transmisión
del calor, están representadas por las zonas no rayadas. Se observa que estas
pérdidas aumentan con el número de efectos, de forma que si éste fuera grande,
estas pérdidas podrían ser superiores a la diferencia de temperaturas disponible, en
cuyo caso el proceso de evaporación no sería posible, siendo necesario reducir el
número de efectos.

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