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LA DOBLE INSTANCIA, “ULTRA GARANTÍA” CONTEMPLADA EN EL ART. 8 DE LA CADH.

REGLAS MÍNIMAS.

I.- La garantía de la Doble instancia, está dirigida como tal

-esto es, con el más amplio alcance que se le puede otorgar-,

exclusívamente a favor del imputado. Si bien se le confiere la

posibilidad de recurrir la sentencia penal adversa a otros sujetos en el

proceso, estos no poseen el goce de dicha garantía, sino sólo un derecho

establecido en el ámbito interno del Estado, con un alcance limitado a la

discrecionalidad del legislador.

El derecho del doble conforme del imputado, se lo puede

distinguir de dicha garantía como la imposibilidad de que se ejecute la

pena antes de que un Tribunal fiscalice la legalidad de la sentencia de

condena. Se suele hablar de ese derecho como el juicio del juicio. Ese es

el significado que le ha dado la Corte Interamericana de Derechos Humanos

(en adelante Corte IDH), al utilizar por primera vez tal concepto,

expresando que a pesar de que el imputado había cumplido la pena

impuesta, los perjuicios que encierra una condena todavía estaban

presentes, por lo que ordenó que el Estado cumpla con la tarea de

asegurar el doble conforme1.

Siendo el condenado en causa penal el destinatario de la

garantía de la Doble instancia2, en esta etapa del proceso las garantías


1
Corte IDH: “Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela, párrafo 129, 2009. Cabe destacar que en el caso la
demanda se presentó denunciándose lo establecido en el art. 8.2.h de la CADH, puesto que Barreto no pudo
acudir a un Tribunal Superior para que revise su condena.
2
“Que, asimismo, cabe indagar cuál es el alcance del art. 8°, párrafo 2°, inc. h, consagrado en el
instrumento antes citado. Entre los acuerdos internacionales enumerados en el art. 75, inc. 22, segundo
párrafo, figura el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Dicho instrumento trae luz sobre la
cuestión planteada desde dos perspectivas. Primero en cuanto que los tratados con jerarquía constitucional
deben entenderse como formando un bloque único de legalidad cuyo objeto y fin es la protección de los
derechos fundamentales de los seres humanos. En segundo término porque el citado pacto ha sido utilizado
como instrumento preparatorio de la Convención Americana, lo cual conduce a utilizarlo como medio de
interpretación según lo ha establecido esta última (confr. art. 29, inc. d) y la Convención de Viena sobre
derecho de los tratados (confr. art. 32). Así el Pacto emanado del seno de las Naciones Unidas establece
"Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se
le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior conforme a lo prescripto por la ley" (confr. art. 14,
inc. 5). Por lo expuesto, de la conjunción de ambas normas surge que la garantía del derecho de recurrir
1
judiciales establecidas en el art. 8 de la Convención Americana de

Derechos Humanos (en adelante CADH), deben respetarse con un plus de

prudencia, amplificando el debido proceso y la defensa en juicio. Ese

plus es lo que denomino “ultragarantía”.

Se podría cuestionar tal afirmación, por ejemplo, expresando que

las garantías contenidas en el art. 8 de la CADH, también se hacen valer

en otras etapas del proceso. Las garantías se potencian en la Doble

instancia por la necesidad de que el recurso sea efectivo (art. 25 de la

CADH), esto es, que cumpla con el objetivo por el cual fue concebido. El

imputado luego de transitada la etapa del recurso ordinario de casación,

conserva la posibilidad de hacer valer las garantías judiciales, pero se

encuentra con las restricciones propias de los recursos extraordinarios;

incluso las tiene durante el juicio. Con la Doble instancia se busca f

iscalizar y corregir todo error en la sentencia de condena, incluyendo

aquellos que sean consecuencia de la actuación de su defensa técnica.

La Corte IDH, considera que el derecho de recurrir el fallo es

una garantía primordial que se debe respetar en el marco del debido

proceso legal3.

Para que existan verdaderamente las garantías judiciales

contenidas en el art. 8 de la CADH, es necesario que “[...]se observen

todos los requisitos que “sirv[a]n para proteger, asegurar o hacer valer

la titularidad o el ejercicio de un derecho”, es decir, las “condiciones

que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquéllos cuyos

derechos u obligaciones están bajo consideración judicial”4.

En la etapa de revisión de la sentencia de condena del imputado,

se deben potenciar las garantías establecidas en el art. 8 de la CADH,

ha sido consagrada sólo en beneficio del inculpado. Cabe concluir, entonces, que en tanto el Ministerio
Público es un órgano del Estado y no es el sujeto destinatario del beneficio, no se encuentra amparado por
la norma con rango constitucional, sin que ello obste a que el legislador, si lo considera necesario, le
conceda igual derecho.” (CSJN: A. 450. XXXII, “Arce”, 1997, considerando 7º)
3
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 158, 2004.
4
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 147, 2004.
2
interpretando5 la “ultragarantía” de forma tal que no se torne ilusorio

el transito por el Tribunal que revisa la condena6.

II.- Quien determina la interpretación y alcance de la garantía

en el ámbito Americano, es la Corte IDH. De hecho su aplicación en el

orden interno, por imperio Constitucional7, está supeditada a dicha

interpretación.

Luego, en el ámbito interno de cada Estado, se puede ampliar aún

más dicho alcance, conforme la cláusula del ciudadano más favorecido8, a

través del dictado de leyes que reglamenten la “ultragarantía” (art. 1, 2

y 29 de la CADH).

La interpretación dinámica9 que se le ha hecho a lo normado en

el art. 8.2.h de la CADH, demuestra el avance y respeto al debido proceso

y la defensa en juicio en el ejercicio de la Doble instancia, situaciones

que abarcan temas específicos pero que no excluyen otros supuestos, que

surjan de la evolución que se haga en el futuro.

Como dijimos, el derecho de recurrir la sentencia de condena

como “ultra garantía”, sólo se satisface si se potencia lo regulado en el

art. 8 de la CADH a favor del imputado.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha interpretado la

garantía de la Doble instancia, afirmando que la misma “otorga mayor

credibilidad al acto jurisdiccional del Estado, ...brinda[ndo] mayor

5
Por eso es que frente a una situación no reglada expresamente por el ordenamiento procesal penal local,
se debe optar por aquella interpretación más respetuosa del principio pro homine, en el marco del deber de
garantizar el derecho al recurso que asiste a toda persona inculpada de delito. (CSJN: C. 1787. XL,
Cardozo, 2006)
6
Debe permitir además la revisión de todos los autos procesales importantes. CIDH: Caso 11.137, informe
55/97; CSJN: R. 230. XXXIV.
7
Art. 75 inc. 22 CN, “en las condiciones de su vigencia”.
8
Hay que tener presente lo señalado en el artículo 29.b) de la Convención Americana en el sentido de que
ninguna disposición de ésta puede ser interpretada para “limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o
libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes…”. Corte
IDH: “Caso Cinco Pensionistas Vs. Perú”, párrafo 101, 2003.
9
Corte IDH: “Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala”, párrafo 197, 2000.
3
seguridad y tutela a los derechos del condenado”10.

Según la Corte IDH, debe entenderse que el recurso que contempla

el artículo 8.2.h. de la CADH, debe ser ordinario y eficaz, dando

respuesta a la finalidad para la cual fue concebido11, requiriéndose que

el mismo sea accesible, evitando que se torne ilusorio12, con

independencia de su denominación, permitiendo el examen integral de la

decisión recurrida13, sin limitar la revisión a aspectos formales o

legales14.

10
Corte IDH: “Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela”, párrafo 89, 2009.
11
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 161, 2004.
12
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 164, 2004.
13
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 165, 2004.
14
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 166, 2004.
4
Por su parte, la Corte Federal en el precedente “Casal” 15,

interpretó el art. 8.2.h de la CADH y el art. 14.5 del PIDC y P, -luego

de recordar lo resuelto por la Corte IDH en “Herrera Ulloa”-, afirmando

que la revisión debe ser amplia16, limitada a “todo aquello que no esté

exclusivamente reservado a quienes hayan estado presentes como jueces en

15
CSJN: C. 1757. XL, “Casal”, considerando 24º, 2005.
* Con antelación al precedente “Casal”, la Corte hizo lugar a presentaciones en donde se planteaba un
excesivo rigor -arbitrariedad-, por el rechazo del recurso de Casación por diferentes cuestiones formales,
como la falta de copias, falta de reserva de recurrir, y por presentaciones extemporáneas. (CSJN: G. 839.
XXXV, “Galván”, 2001; S. 127. XXXII, “Schwab”, 2002; P. 1434. XLI., “Peña”, 2006; M. 1279. XLI,
“Medina” 2007; e/o.)
* Con posterioridad a “Casal”, elaboró un vademécum de respuestas que se dieron para rechazar el
recurso de casación, que implican la violación a la doble instancia, además de resultar arbitrarios (La
Corte Federal tiene elaborada la doctrina sobre la sentencia arbitraria, la cual “tiende a resguardar la
garantía de la defensa en juicio y el debido proceso, exigiendo que las sentencias de los jueces sean
fundadas y constituyan una derivación razonada del derecho vigente con aplicación de las circunstancias
probadas en la causa (CSJN, Fallos; 308:640, “Zarabozo”)
Algunas de esas respuestas fueron:
.- “[…]la defensa intenta ingresar en temas de valoración de la prueba …[y la] …individualización en
concreto de la pena, materia que es propia de los tribunales de juicio, y en principio ajena al ámbito
casacional, excepto en supuestos de extrema arbitrariedad.” (CSJN: M. 1451. XXXIX, Martínez Areco,
considerando 36º; B. 4172. XXXVIII; R. 707. XXXIX, 2006)
.- “[...]afirmar que el recurso es inadmisible porque los impugnantes desconocen los hechos fijados en la
sentencia …, es una aseveración cuya vacuidad es evidente, carece de sentido y desnaturaliza la finalidad
de la apelación.”. Del mismo modo, la reedición de alegaciones hechas en el juicio no puede obstar el
andamiento del recurso cuando, precisamente, la parte pretende que otro tribunal revea las cuestiones
decididas porque fueron adversas a sus postulaciones. Es más, si éstas fueran inéditas, se las calificaría de
tardías.” (CSJN: K. 4. XLIII, “Kanashiro”, 2008)
.- “[...]La mera repetición de los fundamentos dados en el juicio, sólo formalmente satisface la revisión de
la pena, pero no demuestra el tratamiento de las cuestiones llevadas a estudio. Máxime si se advierte que lo
relativo a la alegada doble valoración de los antecedentes ....fueron introducidos en la casación, y no se ha
ensayado, tan siquiera, una respuesta.” (CSJN: S. 1856. XLII, “Silva”, 2008.)
.- La sentencia “[...]se limita a dos aserciones conclusivas -por la primera se afirma que el recurso no ha
demostrado absurdo o arbitrariedad en la imposición de la pena que se estima injusta, y mediante la
segunda se pretende dar razón de ello expresando... afirmaciones dogmáticas y estereotipadas que tampoco
resultan suficientes para dar adecuada respuesta jurídica a la cuestión planteada y que restringieron en
forma sustancial la vía utilizada por el apelante, con menoscabo de la garantía del debido proceso legal
(Fallos: 316:3191; 323:488; 326:4693; 327:601).” (CSJN: P. 591. XLIII, Peralta, 2009)
.- La respuesta que se da“`[…]puede ser aplicada a cualquier causa en la estén involucrados los artículos
citados, pero, .., para el caso no aporta nada. ... se presenta de modo dogmático, sin realizar un examen
concreto de los elementos que se tuvieron en cuenta para la adecuación de la conducta.... la sentencia no
cumple con los estándares mínimos de la revisión ... “Casal” 328:3399” (CSJN: I. 143: XLIII, “Ibarra”
2010).
16
“[...]por ser ésta la única compatible con lo dispuesto por la Constitución Nacional (inc. 22, del art. 75,
arts. 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 8.2.h de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos... y con el criterio sentado en los dictámenes del Comité de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas y en sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.”
(considerando 34º)
5
el juicio oral17... [rigiendo]... un límite real de conocimiento18... que

debe apreciarse en cada caso. De allí que se hable de la Leistung, del

rendimiento del máximo de esfuerzo revisable19 que puedan llevar a cabo

en cada caso”.

De la interpretación trascripta, se deriva la amplificación de

las garantías judiciales del art. 8 de la CADH, en la etapa de la Doble

instancia, debiendo establecer el Estado, una regulación que permita la

existencia de un recurso ordinario, accesible, eficaz, tendiente a la

revisión amplia e integral y en principio ilimitada.

III.- El Código Procesal Penal de la Provincia de Bs. As., tiene

prevista en algunos supuestos, la realización de una audiencia previa 20 a

la resolución del Recurso, y la presentación de un memorial a los efectos

de argumentar en cuanto a los agravios planteados en el libelo.

Existen casos en los cuales la defensa del imputado, no refuta

en su totalidad la sentencia, dejando huérfano de agravio o fundamentos

al Recurso.21

Ante la posibilidad prevista en el art. 458 del CPP, la

Defensoría de Casación Penal de la Provincia de Bs. As., implementó la


17
Pero sin magnificar las cuestiones reservadas a la inmediación, sólo inevitables por imperio de la
oralidad (Casal, considerando 34º)
18
La Corte Expresó al respecto: “[...]Lo no controlable es la impresión personal que los testigos pueden
causar en el tribunal, pero de la cual el tribunal debe dar cuenta circunstanciada si pretende que se la tenga
como elemento fundante válido, pues a este respecto también el tribunal de casación puede revisar criterios;
no sería admisible, por ejemplo, que el tribunal se basase en una mejor o peor impresión que le cause un
testigo por mero prejuicio discriminatorio respecto de su condición social, de su vestimenta, etc.”
(considerando 25º). De igual forma resolvió en un caso en donde del fallo condenatorio surgían “expresas
menciones sobre el estado de ánimo de los testigos que declararon durante el debate y las razones por las
que se incorporaron por lectura los dichos que brindaron durante la instrucción. … Esas referencias, que
han plasmado por escrito lo percibido por los magistrados en la audiencia oral, constituyen un valioso
elemento de juicio a evaluar junto con las demás constancias de la causa, dentro del marco de la vía
casatoria que intenta la recurrente.” (CSJN: D. 864. XXXIX, “Díaz”, 2006)
19
Por ello la Corte afirmó, que se debe agotar la revisión de lo que de hecho sea posible revisar, esto es de
todo lo que puedan conocer. (“Casal”, considerando 24º y 25)
20
CSJN: N. 488: XLI, “Nielsen”, 2007. En dicho precedente, la CSJN, hizo lugar al recurso en donde se
denunciaba el derecho de defensa del imputado en la instancia de casación, al haberse omitido la audiencia
prevista en el art. 458 del CPP.
21
Por el exiguo tiempo que tiene para fundar el recurso, por la insuficiencia en su conocimiento técnico o
por su negligencia personal.
6
incorporación de nuevos motivos de agravios22, los cuales fueron

rechazados invocando las limitaciones impuestas en el Código de forma

(art. 451), cuestión que fuera llevada a la Corte Provincial, la cual

rechazó la impugnación, lo que motivo que se interpusiera el

correspondiente Recurso Federal.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a algunos

de los recursos interpuestos con la sola mención del precedente “Casal”,

sin referirse concretamente, a si en la etapa de la Doble instancia la

limitación que impone la normativa provincial, quebranta además de lo

regulado en el art. 8.2.h de la CADH, las garantías judiciales del art.8

de la misma Convención.23

Se debe entender, que la Doble instancia constituye “...una

manifestación de ese derecho [defensa en juicio], en el sentido del

derecho a defenderse una vez más, después de la defensa de primera

instancia y antes de que la resolución pase en autoridad de cosa

juzgada”24.

En consecuencia, debe interpretarse que la “ultra garantía”

permite presentar nuevos motivos de agravios que busquen subsanar los

errores de la sentencia, incluso los de la Defensa Técnica, luego de

22
Los planteos se fundaron en: la Jurisdicción como garantía de la legalidad penal; la facultad de los jueces
de ir más allá de los agravios a favor del imputado (art. 435 del CPP), el derecho de defensa y la doble
instancia.
23
La Corte Federal hizo lugar: C. 1266. XLIV, “Chávez”, 2010; M. 253, XLV, “Martínez Caballero”, 2009
C. 1240. XLIII, “Concha”, 2008; C. 2979. XLII, “Catrilaf”, 2007; Z. 149. XLI, “Zeballos”, 2007. En este
último precedente, es de notar que si bien la Corte remitió al dictamen del procurador y éste hizo lugar al
recurso por aplicación de la doctrina legal “Strada” y “Di Mascio”, en dicha oportunidad en el dictamen
se expresó en cuanto a la cuestión federal planteada con remisión al precedente “Velardez” que “[...]el
recurso de inaplicabilidad de ley intentado apuntó, en definitiva, a remover los obstáculos rituales alegados
por el Tribunal de Casación para sustraerse al conocimiento de una cuestión propia de su competencia, esto
es, la ausencia de motivación de la declaración de reincidencia dictada en perjuicio de Velardez, a cuyo
respecto la corte provincial debió examinar la procedencia de aplicar la garantía de doble instancia judicial
(artículos 8.2.h. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en función del artículo 75, inciso 22, de la Constitución Nacional), pues éste
derecho exige de la casación la revisión amplia de la decisión que resulta adversa para el imputado, la que
no puede quedar subordinada a exigencias formales que obstaculicen su ejercicio (C. 1757, L. XL, in re
“Casal, Matías Eugenio y otro s/ robo simple en grado de tentativa”, resuelta por V.E. el pasado 20 de
septiembre).
La Corte Federal rechazó el planteo: S. 587. XLV, Soria, 2010; F. 401. XLV. y otros, “Velardez”, 2010.
24
(CSJN, Fallos: 328:3399 “Casal”, dictamen del Procurador General).
7
interpuesto el recurso y con anterioridad a que la Casación lo resuelva,

a los efectos de resguardar el derecho de defensa en juicio del imputado,

posibilitando la justicia del caso.

IV.- El imputado tiene sólo una chance en cuanto a la revisión

de su sentencia de condena, conforme lo establecido en el art. 8.2.h de

la CADH., resultando irrepetible, agotándose en sí misma. Una razón más

por la cual afirmar el carácter de ultragarantía de la Doble instancia.

Si bien esa sería la regla, también nos encontramos con su

excepción, por ejemplo, los casos en que la Casación revisa mal, se

recurre dicha revisión, hacen lugar al recurso del imputado, y se remite

el expediente al órgano Casatorio, para que nuevamente se aboque a la

revisión. En este caso, la garantía cobra nuevamente su carácter de

ultra garantía, ya que como se indicó, en general, la nueva revisión se

da como consecuencia del quebrantamiento de las garantías judiciales del

art. 8 de la CADH.

Otra excepción, serían los casos en que son el Fiscal o el

Particular Damnificado quienes recurren la condena y la Casación hace

lugar. Allí la Doble instancia la tendrá el imputado recién al recurrir

el fallo de Casación.

Con respecto a ello, en esta oportunidad, sólo recordaré, que en

el caso de la Provincia de Buenos Aires, es la Corte Local la que debe

hacer de Doble instancia, en caso de hacerse lugar al mismo25.

Lo crucial es establecer si ese Superior Tribunal Provincial (o

cualquier otro órgano jurisdiccional que tenga establecido un

procedimiento diferente al dispuesto por la normativa procesal, para la

interposición, tramitación y resolución del recurso de casación),

satisface, la revisión del 8.2.h de la CADH a favor del imputado.

25
CSJN: V. 466. XLII, “Vilche”. En este Caso la Corte Federal, resolvió con remisión al precedente “Casal”
de lo que se determina que en caso de acogerse el Recurso Fiscal en Casación, es la SCBA la que hará de
doble instancia.
8
La respuesta a dicho interrogante, puede extraerse de lo dicho

por la Corte IDH, en cuanto a que “[...]el derecho de recurrir del

fallo, consagrado por la Convención, no se satisface con la mera

existencia de un órgano de grado superior al que juzgó y condenó al

inculpado, ante el que éste tenga o pueda tener acceso. Para que haya

una verdadera revisión de la sentencia, en el sentido requerido por la

Convención, es preciso que el tribunal superior reúna las

características jurisdiccionales que lo legitiman para conocer del caso

concreto. Conviene subrayar que el proceso penal es uno solo a través

de sus diversas etapas, incluyendo la tramitación de los recursos


26
ordinarios que se interpongan contra la sentencia.”

No puede afirmarse que una revisión en donde no está prevista la

producción de prueba, la posibilidad de que exista una audiencia previa,

y el conocimiento de visu del imputado –previsiones que sí están en el

ámbito del recurso de Casación- satisfaga la garantía de la Doble

instancia”.

Sólo la revisión realizada por parte del órgano que tiene como

misión la fiscalización de la Doble instancia puede asegurar el

cumplimiento de la ultragarantía.

V.- El Estado Argentino al haber ratificado la CADH, y sin haber

hecho reserva alguna en relación al art. 8.2.h de dicha Convención,

comprometió su responsabilidad de “[...]consagrar normativamente y de

asegurar la debida aplicación de los recursos efectivos y las garantías

del debido proceso legal ante las autoridades competentes, que amparen a

todas las personas bajo su jurisdicción contra actos que violen sus

derechos fundamentales o que conlleven a la determinación de los

derechos y obligaciones de éstas”.27

26
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 159, 2004, concepto reiterado en “Caso
Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú”, párrafo 161º, 1999.
27
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 145, 2004.
9
La redacción del art. 8.2.h en relación con lo dispuesto en los

arts. 1 y 2 de la CADH, determina que sea el Poder Legislativo, quien

tenga el deber de respetar dicha garantía adoptando las disposiciones de

derecho interno necesarias para tal efecto. Luego compete al Poder

Judicial, adoptar las medidas de otro carácter para garantizar la “tutela

judicial convencional”28.

“Es un principio básico del derecho de la responsabilidad

internacional del Estado, recogido por el Derecho Internacional de los

Derechos Humanos, que todo Estado es internacionalmente responsable por

todo y cualquier acto u omisión de cualesquiera de sus poderes u órganos

en violación de los derechos internacionalmente consagrados. El artículo

8 de la Convención establece, con referencia a las actuaciones y

omisiones de los órganos judiciales internos, los alcances del

mencionado principio de generación de responsabilidad por los actos de

todos los órganos del Estado”29.

La reglamentación, que del art. 8.2.h de la CADH haga el Estado

Argentino, no puede violentar la “ultragarantía” en aquél establecida. Se

deben respetar las garantías judiciales previstas en el art. 8 al máximo

esfuerzo legislativo tendiente a crear un procedimiento de revisión que

cumpla con el estándar fijado por la Corte Interamericana y por la Corte

Federal.

La responsabilidad internacional, no puede ser exonerada

afirmándose que son los Estados Provinciales, los que no cumplen con la

regulación de la ultra garantía.30


28
“[...]los tribunales locales no deben limitarse a analizar si una ley es o no inconstitucional, sino que el
Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas
internas […] y la Convención Americana” (Conforme, Corte IDH: Caso “Boyce y otros Vs. Barbados”,
párrafo 78, sent. del 20/11/2007; “Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile”, párrafo 124, sent. del
26/09/2006 y “Caso La Cantuta Vs. Perú”, párrafo 173, sent. del 29/11/2006.)
29
Corte IDH: “Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica”, párrafo 144, 2004
30
“las disposiciones internacionales que conciernen a la protección de los derechos humanos en los Estados
americanos, […] deben ser respetadas por los Estados americanos Partes en las respectivas convenciones,
independientemente de su estructura federal o unitaria”. De tal manera, la Corte considera que los Estados
partes deben asegurar el respeto y la garantía de todos los derechos reconocidos en la Convención
Americana a todas las personas que estén bajo su jurisdicción, sin limitación ni excepción alguna con base
10
De la comparación de los Códigos de rito Provinciales

Argentinos31, se desprende la heterogénea regulación que se hizo del art.

8.2.h de la CADH, y las falencias que tiene el sistema de revisión.

Así, se pueden recabar supuestos que debilitan la garantía de la

Doble instancia, en cuanto al cumplimiento de lo normado en el art. 8 de

la CADH, por ejemplo:

.- Exiguo plazo para la interposición del recurso: 10 días

hábiles32, 15 días hábiles33, 20 días corridos con obligación de

manifestar dentro de los primeros 7 que se recurrirá34;

.- Falta de celebración de audiencia ante la Casación35;

imposibilidad de interponer nuevos motivos de agravios36;

.- Trato diferenciado en relación con la competencia del órgano

jurisdiccional que condenó –causa correccional o criminal-37;

Pero de dichos Códigos de forma, también se extraen supuestos

claros de amplificación de las garantías judiciales en la etapa de

revisión de la sentencia de condena:

.- La revisión en consulta, que se da en los casos en que no se

interpuso el recurso cuando las condenas son graves (penas superior a 10

años38 o penas a prisión perpetua39). Consiste en la elevación automática

del expediente al superior para que revise;

en su organización interna. El sistema normativo y las prácticas de las entidades que forman un estado
federal parte de la Convención deben conformarse a la misma.” Corte IDH: Caso Garibladi Vs. Brasil,
párrafo 146, 2009.
31
Textos de los Códigos Provinciales extraídos de las páginas:
http://www.lexadin.nl/wlg/legis/nofr/oeur/lxwearg.htm; www.iestudiospenales.com.ar.
32
CPP de la Prov. de: Río Negro; Santa Cruz; Catamarca; Entre Ríos; San Juan; Santiago del Estero;
Chubut; Salta; Jujuy; Chaco; Formosa; Tucumán; Santa Fe; Misiones; Corrientes; La Pampa; Neuquén;
Tierra del Fuego. Código Procesal Penal de la Nación.
33
CPP de la Prov. de: Mendoza; Córdoba;
34
CPP de la Prov. de Buenos Aires.
35
CPP de la Prov. de: San Luís; Jujuy; Tucumán; La Pampa;
36
Todos los Códigos Procesales, con las excepciones que se apuntan en la nota a pie de pagina 38
37
CPP de la Prov. de Buenos Aires, en relación del procedimiento común ante la Casación comparado con
el trámite abreviado y la competencia de las Cámaras departamentales en el recurso de apelación de las
sentencias correccionales. (arts. 439 a 447; arts. 448 a 466 del CPP )
38
CPP de la Prov. de Chubut.
39
CPP de la Prov. de San Luís, en los casos de penas graves a prisión o reclusión perpetua, art. 395.
11
.- Posibilidad de celebrar una audiencia previa ante el órgano

revisor para informar oralmente, y la de presentar memoriales a los

efectos de ampliar o exponer fundamentos40;

.- Presentación de nuevos motivos de agravios, luego de la

interposición del recurso, en el caso de concurrir uno de los supuestos

establecidos para la interposición de la Acción de Revisión41;

.- Obligación de interponer el recurso por parte de la defensa

en casos de penas graves42 ;

.- Producción de prueba43;

.- Asistencia del imputado en la audiencia ante el órgano

revisor (en este caso se limita su participación a la condición de que lo

haya solicitado el interesado o su defensor)44;

.- Vista a la defensa para que corrija defectos formales en la

presentación del recurso45.

Ante la realidad que se presenta en las diferentes Provincias,

el Congreso Nacional debe reglamentar la Doble instancia a los efectos de

cumplir acabadamente con el compromiso Internacional asumido, y lo debe

hacer estableciendo un piso que garantice, de forma uniforme en toda la

República, el cumplimiento de la Doble instancia y el respeto al debido

proceso y la defensa en juicio en esta etapa tan importante del proceso.

Un avance en ese sentido fue el proyecto de “Ley Marco

Reglamentaria del derecho del Recurso del Art. 8.2.h de la CADH”, de

agosto de 2007, en donde se establecían reglas mínimas tales como:

reducción de exigencias formales; posibilidad de ampliar agravios;

interposición ante el mismo órgano que dictó la sentencia de condena;

40
Todos los Códigos Procesales, excepto en las Provincias de: San Luís;
41
CPP de la Prov. de Santa Fe, art. 401. Cabe agregar el caso de la Prov. de Buenos Aires, en donde si bien
se impide la interposición de nuevos motivos de agravios, lo supedita a que no se encuentren en juego las
garantías constitucionales vigentes, art. 451 del CPP.
42
CPP de la Prov. de San Luís art. 394.
43
CPP de la Prov. de Bs. As., art. 457.
44
CPP de la Prov. de Bs As., art. 458.
45
CPP de la Prov. de Santa Fe, art. 400.
12
revisión integral; acta de debate del juicio detallada; posibilidad de

enmendar errores de la defensa; audiencia previa; acotamiento de los

plazos de resolución del recurso.

Por cuestiones políticas vinculadas con el Proceso en trámite

ante la Comisión IDH, ese proyecto no fue aún formalmente presentado al

Congreso. Recientemente la Comisión IDH en su comunicado de Prensa N°

19/201046, emitido como consecuencia de su visita a la Argentina,

enfatizó el impulso de las recomendaciones de carácter legislativo y

reglamentario, en el caso, el de la ley sobre principios mínimos en

materia de Doble instancia, destacando la importancia del procedimiento

de solución amistosa47, en cuanto permite el fortalecimiento de las

instituciones del Estado y el mejoramiento y adopción de políticas

públicas en beneficio de todos los habitantes. La Comisión

interamericana, muestra que sigue el tema y que le interesa en el marco

de la solución amistosa.

Si bien en algunas provincias se han establecido regulaciones

procesales que amplifican la garantía de la Doble instancia, el

procedimiento en la instancia revisora hace agua y no cumple con lo

dispuesto en el art. 8 de la CADH.

La carencia de una adecuada legislación, en cuanto a esta “ultra

garantía”, requiere una pronta sanción de una ley que reglamente lo

normado en el art. 8.2.h de la CADH, reforzando en esta etapa del proceso

lo establecido en el art. 8 de la CADH.

* *

Conclusión

Resulta necesario que el Estado Argentino dicte una Ley que

concentre reglas que habiliten una revisión amplia conforme lo determinan

46
Comunicado que se puede consultar en el sitio web de la Comisión IDH.
47
En el caso la solución amistosa se da en el marco de presentaciones que se hicieran como consecuencia
de la denuncia respecto de la violación de la doble instancia, dentro de las cuales se encuentra el caso
“Galván” –causa que tramitara en la instancia Federal, CSJN: G. 839. XXXV, 2001-, petición que fuera
interpuesta con intervención de la Defensoría de Casación Penal
13
sus órganos de aplicación, que implique el aseguramiento de la Doble

instancia como “ultra garantía”, esto es, una revisión que respete lo

regulado en el art. 8 de la CADH, al máximo esfuerzo posible,

magnificando el debido proceso y la defensa en juicio.

Conforme lo expuesto, podemos reafirmar sin vacilación, que la

Doble instancia establecida en el art. 8.2.h de la CADH, resulta una

“ultra garantía”, que como tal, concentra y amplifica las demás garantías

establecidas en el art. 8 de la CADH.

Raúl Vicente Zurita

La Plata, 16 de septiembre de 2010

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