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La metáfora compara al terapeuta y cliente a dos escaladores que escalan montañas cercanas, donde el terapeuta puede ofrecer perspectiva sobre el camino del cliente debido a su posición, pero depende del cliente contar su propia experiencia y escalar su propia montaña.
La metáfora compara al terapeuta y cliente a dos escaladores que escalan montañas cercanas, donde el terapeuta puede ofrecer perspectiva sobre el camino del cliente debido a su posición, pero depende del cliente contar su propia experiencia y escalar su propia montaña.
La metáfora compara al terapeuta y cliente a dos escaladores que escalan montañas cercanas, donde el terapeuta puede ofrecer perspectiva sobre el camino del cliente debido a su posición, pero depende del cliente contar su propia experiencia y escalar su propia montaña.
Objetivo: Subrayar la similitud entre terapeuta y cliente en el contexto
de la relación terapéutica. Establecer el contexto de la terapia.
Es como si tú y yo fuésemos escaladores, cada uno se afana en su
propia montaña. Eso sí, las montañas se alzan cercanas una a la otra.
Yo puedo ver un camino por el que tu puedes subir tu montaña, no
porque yo la haya escalado antes, ni porque haya coronado la cima, ni porque sea más listo que tú, sino porque estoy situado en una posición desde donde puedo ver cosas que no pueden verse desde donde estás tú.
Yo estoy escalando mi propia montaña y tú, llegado el caso, podrías
hacerme indicaciones pertinentes sobre el camino que me espera.
Mi única ventaja con respecto a ti durante la terapia será la perspectiva.
Aunque hay cosas que yo no puedo saber sobre tu montaña. Esas
tendrás que contármelas tú y yo no tendré más remedio que confiar en ti.
Asimismo, aunque yo te pueda aconsejar sobre la senda que veo, no
subiré la montaña por ti. En realidad, tú tienes la tarea más difícil.