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EKMEKDJIAN Ce pe Oe ae TY ear ta ow Te Le por Micuet, ANGEL ExMExD.IAN fsta nueva obra del profesor kmekdjlan viene a sustituir su ante- tlor libro Hacia la repdblica latinoame- ricana, publicado también por nuestro scllo y agotado a poco mas de dos aos de su publicacion, Pero, como afirma el autor en el pro- logo, esta obra tiene una metodologia completamente distinta de la anterior. Contiene un anélisis sistemético, por instituciones, del derecho comunitario latinoamericano, incluyendo los princi pales temas y cuestiones juridicos rela- tivos a la integracion regional, y en es- pecial al Mercosur, La tesis central del trabajo que ahora presentamos puede sintetizarse en la firmaci6n de que el disefio de los orga- nismos comunitarios latinoamericanos deberian tener como modelo los crite- 0s que predominarom para trazar las estructuras de la Uni6n Europea, que es el mas acabado ejemplo de comunidad supranacional. Dichos criterios son vé- lidos también para la creaci6n de un de- recho comunitario, el cual no podré ser sustituido por normas de derecho in- ternacional pablico 0 privado, El autor ha agregado a su pormenori- zado andlisis doctrinal un apéndice con los principales documentos rela- clonados con la integraci6n subregio- nal, en especial del Mercosur, lo que le daa la obra un sentido practico invalo- rable para la labor de funcionarios, profesionales y empresarios interesa- dos en la materia, ya que no es facil el Jacceso a tales documentos, El {uturo latinoamericano est en la lintegraci6n, y su derecho serd el dere- Jcho del mafiana. Estamos seguros de que esta nueva obra del doctor H:kmekdjian abrir un nuevo rumbo en quella direcelén, INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO m1 MIGUEL ANGEL EKMEKDJIAN Profesor titular’ —por concureo— de Derecho Constitulona, on Ia Faculind de Derecho y CS. de la Universidad de Buenos Aires Profesor asociado de In Universidad Central de Cochabambe, Bolivia. INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO (con especial referencia al Mercosur) re @ EDICIONES Digoalana BUENOS AIRES (aS) BIBLIOTE Universit VI BIN, 950-14-0762-4. © eprcrones ZeraLira BUENOS AIRES TTaleahuano 494 Hecho et depévito que extablece la lay 11.728. Derechos reseroados TInproso en la Argentina, Printed in Argentina Dedicatorias: A.la memoria de los préceres latinoamericanos Simén Bolivar, José F. de San Martin, José G. de Artigas, Juan Bautista Alberdi, Andrés Bello, Bernardo O'Higgins, Antonio José de Sucre, Fran. cisco Morazdn, Francisco I. Madero, Rui Barbosa y a todos los que —tomo ellos— vislumbraron, eada uno a su modo, la integracién latinoamericana. Ala memoria de mi amigo el Dr. Alberto Demicheli, profesor, Jurista y politico uraguayo, quien me enseiié a querer a Artigas y a creer en la integracién latinoamericana. Ala memoria de mi recordado y querido amigo el profesor Dr. Pablo A. Ramella, quien —entre sus numerosos méritos— tuvo el de haber sido un pionero de la integracién latinoamericana, Agradecimientos: Agradezco a mi querido amigo el Dr. Jonge Alvarez, presidente de la Camara Naviera Argentina, por sus inestimables y genero- sos aportes de material, sus opiniones y sugerencias, sobre diversos y muy complejos temas y cuestiones téenicas que esta obra encie- rra; entre otros, los relativos a la Cuenca del Plata, a la Hidrovia Paraguay-Parané, a los acuerdos de trasporte maritimo en el seno del Mercosur, Agradezco también a mi esposa, compatiera y colega Mercedes Rios, su aliento infatigable y permanente, su entusiasta bisqueda de materiales, sus sugerencias y opiniones, las que han sido también un valioso apoyo en la elaboracién de esta obra, de tan complejas y variadas aristas. PROLOGO Carta conmigo, canta, hermano americano, libera tu esperanza, con un Brito en la vos. ©. Isnuta - A. Tesapa Gone, Mi anterior libro Hacia Ia reptblica latinoamericana’ fue probablemente una de las primeras obras publicadas en nuestro pais en la que se analizé el proceso de la integracién latinoame- icana con un enfoque esencialmente juridieo, antes que econémi- co como se habia hecho hasta entonces. Claro esté que esa obra era bésicamente una recopilacién de varios ensayos mifos sobre el tema, publicados en revistas juridicas de nuestro medio. Los importantes avanees que se han producido en el proceso del Mereado Comiin del Sur, entre Ios cuales se hallan los nuevos documentos firmados por los Estados partes, asf como la nutrida bibliografia aparecida con posterioridad, que ha permitido vislum- brar la importancia de los aspectos juridieos del proceso de in- tegracién, ha dejado a ese libro algo obsoleto, pese a los escasos dos afios en que se agots su edicién. Tal es la velocidad de estos procesos. Todo ello, unido a la muy generosa acogida que dicha obra tuvo por parte de los lectores, me ha motivado a eseribir una obra totalmente nueva y reestructurada, en la cual poco queda del libro original. Hacia la repiiblica latinoamericana camplié su objetivo con ereees y no serd reeditado. Es reemplazado por esta nueva obra. 1 Miguel A. Bkmekdjian, Hacia la repiiblica latinoamericana, ‘Mercosur, Ba. Depalma, Buenos Aires, 1991. xl ProLogo Mo abandonado la metodologia anterior. ste libro no es una recopilacién de trabajos anteriores, con un eriterio meramente cronol6gieo. Si bien he utilizado ese material, porque en él estan ‘mis principales ideas sobre el tema de la integracién, lo he am- plindo y reorganizado sustancialmente, con la incorporacién y el comontario de los nuevos documentos, asf como con el andlisis intomatico —es decir, por institueiones— del derecho comunita: rio, ineluyendo en él a todos los principales temas y euestiones Jurfdieas relativos a la integracién latinoamericana y, en especial, ul Moreosur. Ho ha inelufdo también el comentario, aunque sea breve, de lon principales aportes doctrinales, que —sin prisa y sin pausa— yun gostando y dando su perfil a una nueva disciplina jurfdica: el dorecho comunitario latinoamericano, el cual esté atin dando sus primeros pasos, quizé todavia inseguros, pero que se iré aflanzando con Ia medida en que la integracién latincamericana avanee. Es por eso que también he abandonado el titulo con que la obra vio la luz. por primera vez, eambidndolo por el de “Introduccién al derecho comunitario latinoamericano (con especial referencia al Mercosur”, que refleja més fielmente el contenido de esta nueva obra, a la vez que es una expresién de la esperanza de que —en un futuro no muy lejano— se consolide definitivamente la frater- nidnd de los paises de América Latina, Quiz ese titulo pueda parecer —para algunos— demasiado optimista 0 ambicioso y —para otros— voluntarista. Sin embargo, tin ergo equivocarme al afirmar que nuestra generacién ha tenido el privilegio de asistir al alumbramiento de esta nueva disciplina Jurtdiea, la cual —con el tiempo— aleanzard dimensién continental No estoy expresando nada original al afirmar que nuestra América Latina se ha caracterizado siempre por innumerables contradieciones. Una de ellas es la de conjugar su histérico com- blojo de inferioridad frente a Europa y Estados Unidos, con el rowntimiento —también histérieo— hacia todo lo que provenga de ca tiorras, Kx por ello que pienso que algunos leetores sonreirdn con ‘weepticismo al leer lo que expreso més arriba. oro asf eomo en Europa la aparicién de este derecho fue un onto y luborioso parto, atin no conchufdo, también creo no equi- woeurme al afirmar que nuestra América Latina se halla en ese cumino, eon obstéeulos mucho mayores, por supuesto, pero que no PRroLoco xu impedirén su avance on el sentido que Ie sefiala el devenir de la sociedad. Estoy convencido de que el futuro latinoamericano esté en la integracién y, por ello, éste seré el derecho del mafiana, Apostan- do a ese pronéstico —que es a la vez conviccién— hago esta segunda entrega a mis lectores, con el anhelo de que sea recibida con la generosidad y benevolencia a que me tienen (mal) acostum- bbrado, Como eolofén de este prélogo dejo una sugereneia, Asi como el himno de la Unién Europea es la Oda a la Alegria de la Novena Sinfonia de Beethoven, propongo que el futuro himno del Mercosur sea la “Cancién con Todos”, de César Isella y Armando Tejada Gomez, Buenos Aires, en la Pascua de Resurreccién de 1994, Micver Axes Bxaexnsay, INDICE ‘ PARTE PRIMERA NOCIONES GENERALES Cavtrowo 1 LOS PROCESOS DE INTEGRACION A) Modos en la integracién de los pueblos y su posible legi- timidad 1) Desaparicién de la separacién entre pueblos ven dos y vencedores 2) Homogeneizacién de la poblacion 8) Conciencia de pertenencia a un mismo puebl B) La aparicién de los megabloques econémicos ©) Integracién regional y soberania nacional CartroLo IL LAS COMUNIDADES ECONOMICAS A) Coneepto . B) La Unién Europea 1. Nociones generales .. 2. Naturaleza juridiea..... 3. Estructura juridiea : 4. Diferencias con los organismos internacionales, ©) Otros modelos de integracién. Breve noticia . i 5 6 6 7 8 XVI fnorce Cantrozo TIL DERECHO DE LA INTEGRACION O DERECHO COMUNITARIO A) Concopto 65 1) Caracteres del derecho comunitari 67 1) Aplicabilidad inmediata o automatica. 68 2) Aplicabitidad directa 68 3) Aplicabilidad por los jueces nacionale: 0 4) Supremacta 1 €) Relaciones con el derecho internacional y intorno : 73 1) Con el derecho internacional publica. "4 2) Con el derecho interno 15 D) Fuentes — 76 1) Derecho originario: tratados internacionale 1 2) Derecho derivado : 85 ) finbito de aplicacén 90 La pirémide juridica en la Unién Europe 91 G) Aspectos constitucionales en la recepeién del derecho co- munitario por el derecho interno... 92 H) Fuorza ejecutiva de los actos comunitarios 94 1) Procedimiento judicial comunitario. 98 PARTE SEGUNDA Captroto IV A) PROTOHISTORIA DE LA INTEGRACION 1, Low precursor] wenn 101 «) Bernardo Monteagudo 102 b) Simin Bolivar 104 ©) Francisco Morazan.. 107 @ Juan Bautista Alberdi 109 Inpice XVI ©) José Ingenieros uo D Otros. 1g 2. Los primeros ensayo: 112 3 aeN Alale.. ‘PARTE TERCERA SISTEMAS JURIDICOS DE LA INTEGRACION REGIONAL Y SUBREGIONAL LATINOAMERICANA Caetrowo V INTEGRACION REGIONAL Y SUBREGIONAL LATINOAMERICANA. . América Central. . 125 a) El Mereado Comin Centroamericano (MLC.CA).... 125 ®) La Comunidad del Caribe (Caricom) . 127 ©) Las cumbres centroamericanas 128 . Pacto Andino 129 J. Aladin 131 La propuesta del Area de Libre Comercio Sudamerica, nna (ALGSA) 140 Capireto VI INTEGRACION DEL CONO SUR DE AMERICA . La Cucnea del Plata .. ar . La Hidrovia de los rio res-Nueva Palmira) 152 }. Tratado de Integracién entre la Republica Argentina y la Republica Federativa del Brasil 155 . Acuerdos de complementacién econdmica bilaterales.... 163 . Reuniones de jefes de Estado y de gobierno 2) Punta del Este... 6) Las eumbres iberoamericanas - ©) El Grupo de los Ocho d) El Grupo de Rio 164 164 167 XVII fworce ©) Las cumbres del Mercosur. Remision 7 6. Reuniones de ministros 17 7. Otres.... : 178 7.1, El Parlamento Latinoamericano. 178 7.2. Reuniones y acuerdos varios 180 8, Instituciones privadas .. 182 Cavtrevo VI APOYO TECNICO DE ORGANISMOS INTERNACIONALES 1. Comisién Economica para América Latina (Cepal) 186 2. Sistema Econémico Latinoamericano (Sela) 186 Pare cuarra SISTEMA JURIDICO DEL MERCADO COMU IN DEL SUR (MERCOSUR) i 189 Caetroxo VI CONCEPTOS Y OBJETIVOS DEL TRATADO DE ASUNCION (A) Concepto 191 " B) Objetivos 193 ©) Otras obligaciones asumidas po on ol Tratad... 202 D) Cléusulas de salvaguardia... 206 CartruLo IX NATURALEZA JURIDICA A) Estructura jurfdiea del Mercosur a 18) Curacteres del derecho comunitario del Mercosw . 258 Catrexo X FUENTES DEL DERECHO COMUNITARIO DEL MERCOSUR A) Fuentes... 261 B) La pirdmide jurfdica en el Morcoa 269 ©) Ambito de aplieacion... 272 @) Integracién econdmicz 272 6) Integracién humanitaria 278 ©) Integracién politica?. : 279 D) Aspectos constitucionsles en la recepeida munitario por el derecho interno... . 280 }) La cuestién en los paises latinoamericancs 280 2) La cuestién en nuestro afs (arts, 27, 31 y 100 de Ja Constitusién nacional). Cartrvxo XI FUNCIONAMIENTO DEL MERCOSUR 1, Procedimiento para Ia toma de decisiones 287 3 Procedimiento para la solucién de eontrovercice 288 8. Fuerza ejecutiva do los actos comunitarig 305 Captrevo XIT INFLUENCIA DEL PROCESO COMUNITARIO EN LOS DISTINTOS SECTORES DE LOS PAISES MIEMBROS A) Ambito publics 309 1. En general : 309 litica fiseal y monetaria . 312 8 Educacién.. xx inpice 4, Procedimientos de fiscalizacién (ejercicio del oder de polieta) 2 . 816 5. Asistencia jurisdiecional . "B17 B) ee privado.. . 817 Educacién 318 2 Astviiades lie y comerciales 319 3. Finanzas... 322 4, Empresas ol 322 5. Trasporte..... : 827 @) Por agua. : 827 5) Terrestre 330 6. Industrias: . 331 7. ‘Trabajo y seguridad social . 834 8. Politica agrica ~ 838 9. Energia. ~ 839 10. Otros.. 340 Cantrovo XI RELACIONES DEL MERCOSUR CON OTROS BLOQUES ECONOMICOS A) Acuerdo marco entre el Mercosur y Estados Unidos... 341 1B) Acuerdo de cooperacién interinstitucional entre el Merco. sur y la Comunidad Europea ... ©) Relaciones con el Gatt 342 Pagre Quinta CONCLUSIONES FINALES Captrevo XIV JUICIO CRITICO DE LA INTEGRACION LATINOAMERICANA A) Lin integracién latinoamericana es de tres tipos... 1. EI sistema juridico de integracién regional (Tratado Aladi).. os 345 845 froree xx 2, El sistema juridico de integracién regional del Cono Sur. . 3. Los sistemas jurfdicos subregi 346 B) Consideraciones generales sobre la integracién latinoame- ricana... 347 C) Conclusion: existe un derecho comunitario latinoameri cano? 360 Cantrovo XV FUTURO DEL MERCOSUR A) Viabilidad 363 B) Cursos de accién sugeridos PARTE SEXTA APENDICE A) Sistema jurtdico de la integracion regional latinoamericana ‘Tratado de Montevideo 1980. Creacién de la Asociacién La- tinoamericana de Integracién.. 375 B) Sistema jurtdico del Cono Sur de América 1. Integracién Argentina-Brasil . . 400 1.1, Declaracién de Foz do Tguagt 400 1.2. Acta de Amistad Argentino-Brasilefia, en Democra. cia, Paz y Desarrollo. 408 1.8. Tratado de Integracién, Cooperacién y Desarrollo en. tre la Reptbliea Argentina y la Republica Federativa del Brasil, Buenos Aires, 198% 411 Ley 23.695 .. lL ‘Tratado de Integracién, Cooperacién y Desarrollo entre la Republica Argentina y la Repdbliea Federativa del Bra- sil. 2, Tratado de ia Guenca del Plata XXII fnoice 3, Hidrovia Paraguay-Parané : 420 4, Acuerdo de Trasporte Internacional Terresire 482 5. ‘Tratado entre Argentina y Brasil que aprueba el slatato para empresas binacionsles argentino-brasilenas 463 Ley 23,935... 463 ©) Sistema juridico del Mercado Comuin del Sur (Mercosur) I.Tratado de Asuncién . 472 TI, Documentos complementarios.... . 491 1. Protocolo de Brasilia, para la solucién de controven, 505 sone . 491 2. Reglamento Interno del Grupo Mereado Comin 501 3. Reglamento de la Comisién Parlamentaria Conjunta del Mercosur . 510 4. Ley 24.109 (Republica Argentina) crea una comiaéa bicameral del Mercosur., . . 519 5. Cronograma de Medidas, aprobado por el Consejo Mor. cado Comin, en Las Lefias rene 620 6. Documentos de aleance. sectorial e vn B25 7. Aeuerdo de Cooperacién Interinstitucional entre al Mon cado Comin del Sur y las Comunidades Europeas 541 8 Acuerdo marco sobre comercio ¢ inversiones entre el Mereosur y los Estados Unidos... a4 4 PaRTE PRIMERA NOCIONES GENERALES Captruto 1 LOS PROCESOS DE INTEGRACION ‘Toda entidad politica* experimenta a través de su histo- ria procesos de integracién y de desintegracién, en forma alternativa y efelica, En efecto, las fuerzas centripetas y centrifugas son magnitudes vectoriales de sentido contratio, que coexisten en todo grupo humano, estén en permanente tensién, y cuando una de ellas prevalece sobre la otra, ejerce sobre ese grupo una presién hacia su compresién o hacia su disper- sida, que ser més o menos vigorosa_segtin la mayor o menor intensidad resultante de la resta de ambas magnitudes. Ess asf que en la historia del hombre ha habido ciclos en Jos cuales se han formado grandes imperios y luego se han desmembrado, correidos por los distintos vicios que —la mayor parte de las veces— han sido efecto de su excesiva extensién y de la molicie de sus clases dirigentes. No es necesario tampoco ir muy atras en la historia para comprobar lo que estoy afirmando, Recientemente el mundo ha asistido asombrado al colapso del imperio soviético® y al ‘EI concepto de “entidad politica” es utilizado en este contexto como abareativo de todo grupo humano ean algiin tipo de organizacion social Aunque sea rudimentaria, lldmese Estado, tribu, elan, gens, etc. Ver: Miguel A. Ekmekdjian, Extratios diéloyos politicos, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1993, ps. 27 y a 8 La reapericién de los nacionalismos, en algunos casos encarnados —ineluso— por Iidoros neofaxcistas, tal como e nuevo dirigente rueo Micvst Anos. Exwexnitan Gesmembramiento Ge sus partes integrantes, muchas de las 4 in enredado en cruentas ici Esto demuestra dos cosas: ee A) Modos en Ia integracién d k Posible legitimidad, | Pueblos y su La integracion de distintos é pueblos por medi fuerza —que fue la tniea conocida hasta’ hace i dice dos, dey cay huellas ha dejado en el mundo, salvo los ses ees exoresan Gultos y sentimientos tanatofilicos— y para construccién muchas veces arr: i amblaron cor enteras, utilizadas como mano de obra exclava, tS Bn cambio, otros pueblos —que se han mantenido unidos sileg &Yohuntariamente—, a veces incluso guerrenade entre come 4 c0n 1a conciencia de su perteneneia a un tonne mrcidn att influtdo mucho més en la historia de ln cele Tle aus 19s grandes imperios, Tenemos como ejemplo de Yt times izacién griega, al pueblo judto, al pucble deat 'nlos otros que han sobrevivide a matanzas, perc ee era oe ie alee eee a aa ae yee. se desarrollan en forma ‘onjuntan a oe "8 paradéjico, "* Mariano Grondon: no 18 nacio Le Nvelin’ del 18 de diciembre de 1099, p10, "2 % /8 Macionen, IvTRODUCCION AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 5 cuciones y exterminio, legando ricos patrimonios culturales a la humanidad. La integracién voluntaria de pueblos distintos es un fenémeno relativamente reciente y tiene efectos de mayor aleance. Claro esta que —como he afirmado al principio— aun la integracién realizada por la fuerza ha perdurado en muchos casos, formando los denominados “Estados modernos”, tal és el caso, por ejemplo de Méjico‘, Pera, Brasil, Rspaia, Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido de Gran Bretaia e Irlanda del Norte’, otc. Pero estos casos no invalidan el principio general expre- sado, porque tienen algunos elementos distintivos: 1) Desaparicion de la separacién entre pueblos vencidos y vencedores. Esta division aparece normalmente cuando un pueblo ha ccupado militarmente el territorio de otro. En algunos casos va desapareciendo con el tiempo (v.gr., el caso de los sajones "y los normandos en Gran Bretafia, a partir de la derrota del rey Haroldo, en la batalla de Hastings, por Guillermo duque de Normandia, en 1066). En otros casos no sucede asf por * La historia mejicana es un caso digno de resaltar, on este sentido. Rete pais perdis la mitad de eu tervitorio, aproximadamente, ecaando los Estados del norte co independizaron y pascron luego = formar parte de los Estados Unidos, porque la poblacién de éstos sehabfa modificado étnicamente, a causa de la gran inmigracion de norteamerieanos. 5 Este caso es también paradigmético de lo que estamos expresando, ya que —pese a los varios siglos de dominacién inglesa— la poblacion de Irlanda del Norte, mayoritariamente catélica, sigue pretendiendo su in- dependencia de Gran Bretafia. En situscién similar se hallan algunas ‘otras minorias étnicas, tanto en Europa como en Américe: vigr, el caso “de los flamencos en Bélgica, los vascos en Espayia y Francia y el de Quebec en el Canadé, ete, 6 Micust, Avocet Bxwexosay bPAcidad de los vencedores de asi in tad le asimil: 8 Smo religioeo’, 0 por otras rasonce uate" Por el fan. 2) Homogeneizacin de la Poblacién, Que quizd algunas diferencias ersistan, 1 tal com: cepa alten Anh cut, Se aprocia las diversas vetag Etmicas, como en'un corte Beol6gico, 3) Conciencia de Pertenencia a un mismo pueblo Lo anterior leva ala ienci: v conciencia de la oblacié: Pertenencia aun ™ismo pueblo. En otras palabras a me ineviepraess'8M ciertos locliamos, ¢ Aiferencias, no stie jDevitables sino convententsn existe la pereepeién de que LL cota getmiltaenente por a segs Anti, stro Sane cunern ata ede las cuates Luiego vinieron los TNTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 7 Jentamente® o bien estallan violentamente en diversos frag. ‘mentos, provocando choques y conflictos!. Lo cierto es que los procesos de integracién no son un elemento nuevo en la historia humana, pero s{ ee mueva ia forma en que éstos se desarrollan en la actualidad B) La aparicién de los megabloques econémicos. A partir de la’segunda mitad del siglo XX comenzé a Cambiar el panorama de la comunidad internacional y, con 6, las relaciones de todo tipo, en la politica internacoael Con la irrupcién y el gradual afianzamiento de las Co. ‘munidades Europeas en los tratados de Roma y Parfs (ver parégrafo B, capttulo ID, actualmente Unién Europea, co- Mienza a producirse un caiibio fundamental en las relacio. yes entre los pafses, en especial en las de tipo econdmice, Es as{ que el mundo se va estructurando sobre la bees de grandes bloques econémicos, més o menos institucionali- “zados juridicamente, pero com un gran poder econémico, financiero, tecnolégico y —por tanto— politico", ncn St 2 A la Comunidad Europea se agregan el Nafta (North American Free Trade Agreement), el Mercosur y varios otros, “Ante esta nueva realidad mundial, la conformacién de bloques regionales o subregionales que generen un marcy jenittl game sucedis con el Imperio Remano, luego de su divisién en Qrente y Ossidente, o con el Sacro Imperio Romano Germanicn dospuss de la muerte de Catlomagno. siaaie el imperio otomano, el imperio austrohtingaro, el imperio prngiano ¥ mas recientemente el imperio sovietico. Sobre ente dltine wee Blioed a Guano la fuerza reemplasa a la rosin y\a le juste: pa, ‘leado en el periédien "Armenia", de Buenos Aires, del 10/790" Pp. 8 ipgllicto A. Guadagni, Argentina: integracién en ef Mercoous © inte. Serene yeriindo, en la obra eolectiva Estudios argentinos parc fe Bice aint Mercosur, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culic, Buenos Aires, 1995, ps. 22 y Mucus, Axcet Exawspstan bara l libre intercambio de bienes, servicios, capitales dentro de él, es la unica vie ‘ania, pare come dincinesmereio, internacional y participar ee ye nego- In discusign oye de gualdad. La eantrario, os dec, pate se, Jn discusién de un pats por sf solo conte sens megabloques, ovitar esta desigualdad nacieron los sindicatos, Si se me permite la comparacién, Ace Pero muy gréfica, las comunidades so I , -gionales son a la negociacién internacional el equivalente de los sindica- tos en la negociacién laboral Pero la constitucién de estos bloques econémicos no tiene Gee Unico objetivo. También sirve » la consolidacién de la omocracia politica, como veremos més adelante. ©) Integracién regional y Soberania nacional, He expresado mas arriba que la forma en que - rrolla en la_actualidad el proceso de integrals ise naciones es nueva, Se estdn modificando conceptos que hasta hace unas hocas décadas parecian inamovibles, ral €8 el caso de la “soberanta”. Este concepto mister 0, segtin expresién de Burdean'!, surge de le elebeatio ty iketia Ia doctrina francesa, pata afiemas te autoridad ‘lel roy, frente al Papa, al Sacro Imperia Romano Germéni- Bye ental oe acacia Si bien algunos antecedentes de este concepto se los LT teérico 1 {ldo por Pablo A. Ramla, Znegacn d Nopalnn, Buenos Aires, 1984, p. 51, oe "Fa inaiberto Zuppi eta Ta opiniin de Releo N. Van Keffens, quien "efln que encontes escrito el termine “eupcrenas (superior) en un mapa IsmopucciON AL, DERCHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 9 de la soberanfa, En el siglo XVI este autor afirmé que soberan‘a es la “summa potestas”, esto es, el “poder absolute y perpetuo de una reptiblica|...] no limitado, ni en poder, al en responsabilidad, ni en tiempo”. Afirma también que “el Brincipe soberano sélo est obligado a dar cuenta a Dice” Bl soberano (del latin “superanus”, sobre todos) no reconooe nin- guna sutoridad superior a sf mismo, ni ninguna ley que lo obligue, salvo Dios y las leyes divinas y naturales" Este concepto absoluto de la soberanfa, tomado ad pedem litterae, supone Ia inexistencia de una comunidad interna, sional, dé un dereche iblico —aunque sea en agraz— que ligue a Tos_diversos Estados entre si, ya que suna.nacién, soberana, ya sea gobernada por un rey. por los representantes del pueblo o por una clase, que tuviera Sin tipo de vinculos juridicos.con otros, aun los més tenties, emergentes de un tratado internacional, no entraria en esta categoria de Estado soberano!®, | ~~ Con ello queda demostrado que el concepto de soberanfa expresado por Bodin, ni siquiera ea vélido en la época en que este autor lo formulé. En efecto, ya en el siglo XVI existfa un derecho internacional publica en agraz, que si bien no tenfa las earacteristicas del actual, obviameiite, iba formando una red juridica, muy tenue todavia, entre les diversos Estados soberanos, generando derechos y obligacio. nes entre ellos. Sin embargo, la tesis absolutista de Jean Bodin se mantuvo por mucho liempo. Fue tomada por Santo Tomas fe St Vietor de Marsella, alrededor det aito 1000 a.C. Ver Alberto Zuppi, [a nocién de la soberania en el nuevo orden internacional, "El Derech” 1. 151, ps. 781 y as, J, Bl términio “repdblica” no se utiliza aqui en au sentido eontempo- Féneo, sino como sinénimo de Estado, cuyo gobierno era ejercido por el principe. Mean Bodin, Les six livres de la république, Pavis, 1689, lib. I, eap. IK, "6 Vor: Alberto Zuppi, ab. cit. autores citados en p. 782, nota 5, 10 Mucus, Avor, Exwuxosian de Aquino, Hugo Grocio y Vattel, quienes la atemperaron muy tenuemente. Asi, Grocio afirmé que los monarcas no Podfan estar por encima del derecho internacional y que, all contrario, debfan subordinarse a él para evitar las guerras entre reyes cristianos'*, Maquiavelo —en cambio— consideraba que el principe fey nia ninguna otra subordinacién que sus propios fines, los que se resumfan en la ulilidad politica!” Hobbes ret gu Parte— sostuvo la tesis de que el soberano era el Grice sujeto con aptitud de relacionarse con otros soberanos, con sujecién al derecho natural'®, Jere en 1812 apareci6 un atisho de limitacion al concep- fo de soberanta, en un fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, redactado por el chief justice John Marshall Se afirma alli que “estando compuesto el mundo de distin. tas scberanias, poseyendo derechos iguales e iguales inde. Pendencias [..., todas las soberanias han consentido una jrlalacion en Ia préctica, en easos bajo circunstancias poo lines, @ aquella jurisdiccién absoluta y completa deaths ae us respectivos territorios conferidos por la soberanta"™® [En el siglo XIX el concepto de soberania se va separando dle la persona del monarea, a medida que se despenrenalins la nocién del Estado, con el advenimiento del conticnn cionalismo clésico®, Gon posterioridad a la primera guerra mundial aparece Jas doctrinas que elaboran un concepto de saberanth relat va, opuesto a la absoluta, Asf, por ejemplo, Kelson afirma que la nocién tradi- ional de soberania es incompatible con la primacia del 7 Hugo Grocio, De jure belli ac pacis, libro tercero. 17 Nicol) Machiavelli, ZU principe, cap. L 1" Allverto Zuppi, ob. eit, p. 782, nota 11. 1, SEU, in re “The Sho. Exchange us, Me Faddon*, 7 Cranch 116 1812), . ain Miguel A. Ekmekisn, Tratado de derecho eonstitucional, Ea. Mepalma, Buenos Aires, t, I, 1994, p. 697 | ! INTRoDUCCION AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 11 derecho internacional y el establecimiento de un orden ju- ridico internacional?", De ahf en més la doctrina internacionalista se ha ocu- pado de analizar este tema en sus diversos aspectos, demos- trando que ese carécter absolute de la soberanfa no es tal, A la complejidad intrinseca del tema se ha unido la confusién conceptual de los autores, ya que se pretende englobar con el mismo término conceptos tan diversos como Jurisdiccién, poder, independencia, igualdad, poder constitu. yente, etc.”°, que suponfa el concepto cldsico de itado y cercenado por diversos motivos. ‘En primer lugar por los tratados internacionales en virtud de los. cuales Jos. Estados adquieren-derechos y_ cont obligaciones, _.. . En virtud de tales tratados se han creado organismos internacionales, en los cuales ~"si bien no hay trasferencia de soberania de los Estados particulares— las cartas orgé- nicas de ellos autorizan a sus érganos a tomar medidas coactivas en casos extremos, apelando incluso a las fuerzas militares*, Qué decir de lo reducido que ha quedado el concepto de soberanfa en la actualidad. Sin considerar el derecho de la integracién*® y limiténdonos al ambito del derecho interna- sional puiblico, se puede apreciar sin mayor esfuerzo que el 12 ‘Miovst, Avost, Exwexostan concepto clésico de la soberanfa absoluta carece ttainensf de contenido. En efecto, en este siglo la ligazén jurfdica de los diversos Estados es tan intensa que se puede afirmar, sin lugar a dudas, que ninguno de ellos podria hoy sobrevivir en el aislamiento, La existencia de organismos internacionales (Organizacién de las Naciones Unidas, Organizacién de Estados Americanos, Organizacién del Tratado del Atléntico Norte, etc.) con poderes incluso para imponer sus decisiones en forma eoactiva, tal como hemos visto en muchos casos en las iltimas décadas, nos demuestra que se debe abandonar este concepto definifivamente, tanto en la ciencia politica como en el derecho internacional piiblico. Ni qué decir si analizamos este concepto desde la éptica del derecho de la integracién, en el cual se produce la trasferencia de ciertas atribuciones derivadas de la soberanta, a organismos supra. nacionales, como se vera mas adelante, Esto ha cambiado la nocién politica de Estado, a tal punto que algunos autores niegan lisa y llanamente a la soberania como uno de los elementos del Estado, tal como se ensefia en ol derecho politico tradicional. En efecto, Antonio Quintano Ripollés afirma que “es tarea primordial de la filosofia del derecho y del internacional luchar por todos los medios contra el viejo tabi de las soberanfas sbsolutas, cuyo fantasma (pues escasa o nula es su realidad actual) se yergue fatalmente para impedir todo progreso decisivo en el camino de la integracién comunitaria, de cualquier signo que fuera’. Ta Carta de la Organizacién de las Naciones Unidas, en su art, 2, parrafo 1, establece que “la Organizacién esta busada en el principio de la igualdad soberana de todos sus miombros”. En similar sentido, el art. 5, ine. b, de la Orga- nizucién de Estados Americanos, expresa que “el orden in- nntonio Quintano Ripollés, Factores ideales de la integracién eu- ‘pea, “Revista de Estudios Politicos’, n° 119, setiembre-octubre de 1961, Cit. por Pablo Ramella en ob. eit, ps. 63 y 54, ee InrmoDUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 13 ternacional esta esencialmente constituido por el respata a Ja personalidad, soberanfa e independencia de los Estados”. En similar sentido se pronuncian diversos documentos. emanados de organismos y conferencias internacionales”, Sin embargo, nadie pretende dar a ese concepto de so- beranfa el cardcter absoluto que tenfa en la doctrina internacionalista clasica, ‘MAs atin, creo que la crisis definitiva del concepto de soberania sobreviene a’partir del avance del modelo dé la integracién democrética de los Estados antes scberanos. . En los documentos de la Comunidad Europea no se menciona la soberanfa. No podfa ser de otro modo, porque tal concepeién ¢s contradictoria con la idea de comunidad econémica, También el concepto de soberania se ha visto limitado por la aparicién de una nueva disciplina jurfdica: el derecho de Ja integracién humanitaria, a cuyo impulso el orden piblico internacional esté incorporando ciertos principios que hasta hace pocos afios estaban por debajo de los principios de no intervencién y de soberania (por ejemplo, el respeto por los derechos humanos, exigible a nivel internacional), En efecto, una Corte de Apelaciones federal de los Esta- dos Unidos admitié 1a jurisdiceién de los Estados Unidos para castigar una violacién del derecho internacional reali- zada por el régimen de Fidel Castro en Cuba’. En otro caso, la Corte norteamericana sostuvo que la tortura realizada por un oficial del Estado, en violacién a la Constitucién y a las eyes de la Republica del Paraguay, no puede ser aracterizado como un acto del Estado, Afirma este tri- bunal que el torturador, al igual que el pirata y el traficante de esclavos, es enemigo del género humano. Este pronuncia- 27 Ver una breve resefia de ellos on la citada obra de Pablo Ramella, ps. 54 y 56, 28 Corte de Apelaciones del 2° distrto, in re “Banco Nacional de Cuba vs. Sabatino”, 876 U.S. 398, 84 S.Ct. 923, 11 L. 804 (1984), 29 “Pilétiga vs. Pofta Irala, eit., por Alberto Zuppi, ob. cit, p. 790, nota 63, 4 Micurt Axor. ExMeKpstay mionto fue el primero en que un tribunal de un Estado se declaré competente para conocer en una accién civil basada én Ju tortura realizada en el territorio de otro Estado, ante la complicidad de las autoridades de éste, y fij6 las Bases para ‘otros casos posteriores en la jurisprudencia norteameticania®, Recientemente, un tribunal italiano pretendié tomar doclaracién testimonial a varios testigos en la Argentina, sobre hechos delictuosos cometidos por el tiltimo gobierno militar, en virtud del principio de la personalidad, previsto en el art, 10 del Cédigo Penal italiano, En la misma linea, el art. 56 de la Carta de las Naciones Unidas establece que no se podra invocar el dominio reser- vado de los Estados, asi como tampoco el principio de no intervencién, para pretender proteger la falta de cumpli- miento de un Estado a sus obligaciones de promover los derechos humanos. En otras palabras, la proteccién de los derechos humanos pertenece ya al orden publico internacio- nal, y por ello quedan fuiera de la jurisdiccién doméstica oxclusiva de los Estados”. Verdross pone como ejemplo de los mites del concepto de soberanfa la defensa de los derechos de las minorias Gtnicas en la primera posguerra mundial. Ella implies so- meter al control de la Sociedad de las Naciones el trato inferido a ciertas minorias étnicas, concediendo a éstas un dorecho de peticién ante ese organismo”. Més cerca nuestro, el Protocolo facultative del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos de la O.N.U. 3 Rawil E, Vinuesa, La aplieacién del derecho internacional de los derecho humanos por parte de las cortes federales de los Estados Unidos ‘de Anutriea, en el libro Temas de derecho internacional en homenaje a Wrida M. P. de Armas Barea, Ed. Fundacién del Centro de Estudios Internacionales de Buenos Aires, Buenos Aires, 1989, ps. 88 9 ss. 41 "Mhomas Buergenthal, International human rights, eit. por Alberto i, en ob. eit. p. 791, nota 67 Alfredo Verdross, Derecho internacional puiblico, Ea. Aguilar, Max Avid, 1968, ps. 8 y es, a IsmopucerOx AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 15 (aprobado por nuestro pafs por ley 23.818) otorga a los individuos que hayan sufrids violaciones asus derechos, Ia facultad de presentar la denuncia ante el Comité de Dere- chos Humanos de la Organizacién. En la ultima Conferencia de Derechos Humanos de Viena se aprobé la creacién dal alto comisionado de Derechos Humanos, con similares atri- “Duiciones, y la Convencién Americana de Derechos Humanos (aprobada por nuestro pais por ley 23.054) faculta a cual- quier persona a presentar una denuncia ante la Comisin, qué Puede abrir la instancia judicial, en ciertos casos, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Todos éstos constituyen timidos pero firmes pasos en busca de responsabilizar al Estado por la violacién de los derechos humanos, prescindiendo del principio de soberania y de no intervencién. Es asi que autores como el ya citado Verdross sostienen que los Estados que integran la comunidad internacional son independientes 0 soberanos, pero esta soberania es re- lativa y plenamente compatible con el derecho internacio- nal, sin que sea necesario suprimir esa nocién™, Otros autores prefieren hablar de independencia® 0 autoniomifa mids que dé soberania, ya que el “poder ilimita- do” que ésta supone es inconcebible en la actualidad. En el caso de la Reptiblica Argentina hay dos fallos de la Corte Suprema de Justicia que han aceptado la validez dé Tas decisiones de los organismos supranacionales, con lo cual nuestro pafs ha adoptado el criterio de la soberania relativa. Me refiero a las causas “Ekmekdjian c, Sofovich"® y 38 Ver nota anterior. *4 Burdeau sostiene que el término “soberanfa” ya caroce de conte- nido y que por ello es mejor descartarlo, reemplazéndolo por “indepen. dencia’, Georges Burdeau, Traité de science politique, t. Tl, ps. 305 y ss Alberta Zuppi, ob. cit, p. 785, 16 Mioven Axcgt ExMexosian “Wibraca c, Comisién Técnica Mixta de Salto Grande”®, En In primera de ellas, el més alto tribunal federal, en los considerandos 17,18 y 19, afirmé que los tratados interna- cionales ratificados por la Republica tienen una jerarquia superior a las leyes internas y, por ende, no pueden ser derogados*” por éstas, como sé admitia hasta ese momento. En otras palabras, a partir de ese fallo, la Corte Suprema de Justicia se adscribe a la teorfa monista en las relaciones entre el derecho interno y el internacional, separéndose del dualismo que habfa aceptado hasta ese momento (al menos en tiempo de paz), Dijo algo todavfa mas importante el voto mayoritario de Ja Corte, en el caso “Ekmekdjian". En su cons. 21 afirmé que “la interpretacién del Pacto debe, ademés, guiarse por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Dere- chos Humanos, uno de cuyos objetivos es la interpretacién del Pacto de San José”. Con ello esta afirmando la obliga- toriedad vinculante dé la jurisprudencia de un érgano supranacional para los tribunales argentinos en la inter- pretacién de una norma juridica (el Pacto de San José de Costa Rica), que integra el orden juridico positive argen- tino. Obligatoriedad de naturaleza similar a la de las sen- tencias dictadas en un recurso de casacién o de inap! cabilidad de ley. Estos conceptos fueron parcialmente ratificados en el C..N,, in re “Fibraca Constructora S.A. e. Comisién Téenica Mixta «le Sulin Grande", "El Derecho" del 23 de setiembre de 1998, con nota ulus A'un ano exacto del fallo “Ekmekdjtan e. Sofovich” la Corte Suprema de duaticia refirma el criterio monista establecide en aguél. "7 Hl voeablo “derogar” no seria téenieamente eorrecto, sino que se dobiorn decir “revoear unilateralmente”. Julio A. Barberis, La Conveneiin ude Viena sobre el derecho de los tratados y la Constitucion argentina, Vrudontia Turis", diciembre 1985/abril 1988, p. 186. Pese a ello, “dero- Hor" es ol término que utiliza la Corte y asf se emploa en este texto, Esto lo habfa expresado la Corte Suprema de Justicia en un fallo Inmontable desde todo punto de vista, in re “Merek Quimica Argentina ©. Gobierno Nacional”, “Fallos", t. 211, p. 193. IvmmopucciON AL DERECHO CoMUNITARIO LATINOAMERICANO 17 segundo de los fallos mencionados, en especial en su cons. 3° Lo cierto es que pareciera que la “soberanfa” ha quedado reducida a la porcién de competencias no delegadas por un Estado a la comunidad internacional”, Como expresa Zuppi, aunque estamos muy lejos de la idea del Estado universal", ‘el nuevo orden que parece ‘instaurado tiene como caracteristica principal la erosion del Goncepto de soberania, en favor del acrecentamiento de las ‘COmpetencias de Ja tinica organizacién dotada de esas carac- ferfsticas: las Naciones Unidas*. Nos guste o no, afirma ese ‘aiitor, os hallamos encerrados en la convivencia internacio- nal, que impone sus propias reglas y rechaza las autorita- rias decisiones individuales. Mas alla de estas disquisiciones, las vinculaciones de los Estados entre sf y con la comunidad internacional o re- 88 Sobre el tema ver: Daniel E. Herrendorf, El caso “Fibraca” y un réquiem para el econcepto cldsico de soberanta, "La Ley", Actualidad, del 7 de octubre de 1998; Ignacio G. Livy, Recurso ante lx Corte por una sentencia del Tribunal Arbitral Internacional de Salto Grande y sus consecuencias sobre las inversiones extranjeras. Relacién entre el derecho nacional y el internacional, "E] Derecho" de] 23 de setiembre de 1993; ‘Miguel A Ekmekejian, A un ato exaeto del fallo “Ekmekdjian c. Sofouich la Corte Suprema de Justicia refirma el criterio monista establecido en aquél, nota a fallo, "El Derecho’ del 23 de setiembre de 1998; Frida ‘M. Armas Pfirter, Jurisprudencia internacional. Tribunal Arbitral Inter. nacional de Salto Grande, "E| Derecho" del 23 de seticmbre de 1993; Juan C. Hitters, Influencia det Pacto de San José de Costa Rica en et derecho interno, “Jurisprudencia Argentina’, nt 6895, del 30/6/93, pe. 2y es 42 Zuppi, ob. cit., ps. 798 y 794, 4B) Movimiento Federslista Mundial, con sede en Amsterdam, Holanda, ¥en New York, Estados Unidos, trabaja desde 1947 en obtener ‘un orden mundial justo, eonstrufr una comunidad mundial basada en la Justicia y en Ie democratizacién de las Naciones Unidas, convirtiéndcla ‘en un gobierno mundial, con un Parlamento elegido democraticamente por todos los ciudadanos del mundo, y una Carte Internacional de Jus- ticia. Folletos en mi archive, 42 Zuppi, ob. cit, p. 704, 18 ‘Miavel, Avocet Exwexpitan gional, son de tan diverso cardcter que no es posible dar ennceptos totalizadores y on abstracto, porque lus modelos son innumerables. Lo cierto es que en el derecho piblico, tanto interno como internacional, hay una serie enorme de matices, que van desde el Estado unitario, pasan por el Estado regional, el Estado federal, la confederacién de Estados, los Estados asociados**, los territories bajo mandato 0 fideicomiso, los Estados soberanos ligados a organismos internacionales, a organismos supranacionales, y los (escasos) Estados que no tienen vinculaciones de este tipo (tales como Suiza y —en menor medida— Austria). En esa breve y escueta enumeracién se puede ver un “degrade” del vinculo que une a las partes, que es mas fuerte en los Estados unitarios y se va debilitando cada vez més, hasta legar al caso suizo. Lo que vengo expresando quizd quede més claro con un kréfico en cl cual se represente la fuerza decreciente del vineulo juridico existente entre las partes integrantes de la ontidad politica: @) Vineulos de derecho constitucional: Estado unitario; Estado regional’; 49] caso de Puerto Rico, en relacién a los Estados Unidos de Améiien, Mt No oxiste una estructura tinica de un Bstado regional. Inchiso en Iqunw# constituciones contemporéness que siguen ese modelo (v.gr., la ‘empnnaln do 1978 y la de Ttalia de 1947), no todas les regiones 0 com. hide tienen las mismas atribuciones, sino que hay algunas que tienen ‘man dologaeién del poder que otras. Es posible también que muchas ‘rgiones 0 comunidades de un Estado regional tengan més atribuciones tino nlgunas provincias © Estados locales de un Estado federal. En gene- ral, lo quo distingue a éste no es tanto la amplitud de poderes reservados or los Estados locales, sino la existencia de los tres poderes del Estado ‘ IvtRopuCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 19) Estado federal; Estado confederado*; Estado libre asociado (Puerto Rico con U.S.A.). 5) Vineulos de derecho comunitar Estados integrantes de la Comunidad Europea; Estados integrantes de otras comunidades en formacién” ©) Vineulos de derecho internacional piiblico: Confederacién de Estados‘; territorios bajo mandato o fideicomiso; Estados soberanos ligados a organismos internacionales; Estados que no tienen vinculaciones de este tipo (v.gr., Suiza), El cuadro sinéptico que antecede es —por supuesto— una simplificacién de las complejas relaciones que pueden @ nivel provincial, de Jo que —en general— carecen las regiones 0 comunidades. Otra diferencia consiste en que en el Estado federal, gene- Talmente, sus miembros (provincia o Estados) conservan el poder no delegado al gobierno central (v.gr., art. 104 de la Constitueién argentina), 2 diferencia de lo que sucede con las comunidades o regiones auténomas, le evales tienen competencia en wsuntas que les han sido delegedos por cl gobierno central. 45 Se dice que existen tantos federalismos como Estados federales hay. No se puede dar una regla especifica abareativa de todos los mode- los. Ver nota anterior. 4 El Estado confaderado es dificil de ubiear en esta clasificacién, ya que, para algunos, Ia confederacién es una estructura de derecho cons: titueional y para otros, en cambio, es de derecho internacional piiblico Vor el cap. II, ap. B, de esta obra, 87 Por ejemplo, la Mancomunidad de Estados Independientes (ex ‘URSS), ol Mereado Comiin del Sur, el Nafta, entre otros. 48 Vor nota 46, 20 Miovst Axoet Exwsxosian darse entre regiones 0 territorios bajo la misma o distinta jurisdiccién, Estas diferencias estén provacadas por las dis- tintas intensidades de las fuerzas centripetas y centrifugas que actian sobre ellos. Quedan fuera de ellas otras figuras conocidas en el derecho internacional piblico®, que no es nocesario analizar, a los efectos de esta obra, 4" Como, por ejemplo, la unién de los reinos de Austria y de Hungria, ‘bajo In corona de los Habsburgo, easa imperial del ex Imperio Austrot Hitngaro, cuya existencia se extinguié eon Ia derrota de las potencias contrales en Ja primera guerra mundial, 21 Captruto I LAS COMUNIDADES ECONOMICAS A) Concepto. Lo expresado en el capitulo anterior nos leva de la mano al estudio de las expresiones iiltimas del modelo de Estados integrados en una comunidad supra- nacional. Estos nuevos entes, que han aparecido hace relativa- mente pocas décadas, tienen ya (al menos en lo que respecta ala Comunidad Europea) una historia prolifica de realizaciones. Por supuesto que no es posible, a esta altura del proceso, dar principios generales para todos los casos. Los protagonistas del nuevo derecho, que ha nacido a partir de la ultima posguerra y que va adquiriendo cada vez mayor extensién, son las denominadas “Comunidades Eco- némicas” o ya en algiin caso simplemente “Comunidad™, a secas. Por supuesto que el derecho comparado no puede brindar muchos ejemplos. El inico modelo existente, como expresé unas Iineas mds arriba, en estado ya avanzado y en Permanente desarrollo, con sus altibajos, sus avances y 50 A partir de la entrada on vigencia del Tratado de Maastricht, el 1 de noviembre de 1993, la frase Comunidades Europeas se ha sustitufdo por Unién Buropea, aunque se la sigue Ilamando Comunidad Europea, por enstumbre ze Micuen ANoeL Exmexpuian retrocesos, es la Unién Europea, Los otros esbozos (Mer- cosur, Nafta, Mancomunidad de Estados Independientes, ote.) no tienen atin un perfil definido y @s prematuro sefia- Inrlos como organismos supranacionales. Por ello, para dar un perfil de este nuevo ente en el mundo jurfdico es necesario referirse, indefectiblemente, a la Comunidad Europea, lo que haré a continuacién. B) La Union Europea. 1. Nociones generales. Como he seftalado en el pardgrafo anterior, la primera entidad que adquirié el caracter de “Comunidad Econémica” fue la integrada por los Estados europeos a partir de los tratados de Roma y de Parts, Este intento europeo, que nacié en los atios 50 con el Plan Schumann, va camino al éxito y a la integracién po- MWtica de Europa occidental, de la cual ya hablaba José Ortoga y Gasset en los afios 30, cuando se referia a los “Wstados Unidos de Europa”. Esta visién de una Europa unida politicamente en una federacién no es novedosa. Al referirse al proceso de inte- Sracién europeo, un autor francés, Guy Isaac, afirma que “la primera tentacién tan antigua como la expresién «Estados Unidos de Europa» fue la de constrair Europa segin el modelo norteamericano, es decir, federal; pero en dos ocasin- nos se revelo como un camino sin salida: el proyecto Briand, prosontado el 7 de setiembre de 1929 por el ministro fran. IKI Tratado de la Unién Europea, firmado en Maastricht el 7 de fabvorn de 1992, ya en vigencia por la ratificacién de todos sus firmantes, vu In Unién Europea, que tiene su fundamento en las Comunidades irapeas (art. A, tercer pérrafa). Ademés se suprime del nombre de Comunidad Europea el adjetivo de Reonémies (art. G), entre otras racteristicas. cat pene smnntseenae, IntmopuccioN AL DERECHO CoMUNITARIO LATINOAMERICANO 23, cés ala Asamblea General de la Sociedad de las Naciones ¥ que se formaliz6 luego en el «memorandum sobre la organizacion de un régimen de unién federal europea» no tuvo continuacién; y el «mensaje a los europeos con el cual los representantes de los movimientos federalistas de 19 paises habfan concluido su Congreso de La Haya (810 de mayo de 1948) habia sido desnaturalizado totalmente con la creacién, el 5 de setiembre de 1949, del Consejo de Europa, simple orga- nizacién de cooperacién, sin poderes y sin perspectivas reales™®, La experiencia europea, a partir del plan Schumann de 1950 (cuya paternidad es en realidad de Jean Monnet), sefiala un rumbo distinto: dejar a un lado la integracion politica global, que chocaba frontalmente con las soberanias nacionales®, adoptando un sistema mucho més modesto y Pragmatico, esto es, una integracién Por sectores en aspec- tos fundamentalmente econémicos, para asf ir creando una solidaridad de hecho. La unificacién politica se iré produ- ciendo por afiadidura y a posteriori, gradualmente, provoca- da por esa solidaridad de hecho que fusiona intereses de los Estados miembros que hasta entonces eran contrapuestos, Esto habia Uevado a esos Estados frecuentemente a gue. rrear entre sf, en toda la historia europea, Dice un autor al respecto: “La federacién europea que esta siendo construfda introduce un nuevo principio de las relaciones interindividuales sobre la escena internacional: los europeos pertenecen a una comunidad polftica que esta abierta a la interdependencia global. En la Unién Europea, la nacién ha perdido el monopolio sobre la ciudadanfa, Los ciudadanos europeos son simulténeamente ingleses, italianos, tiroleses, ete. La identidad cultural de los ciudadanos europeos no serd definida por un poder politico. La ciudadanfa europea anticipa varias caracterfsticas del cosmopolitismo. Europa no tiene 2 Guy Isaac, Manual de derecho comunitario general, Ariel, Barce- Tone, 2988, p16. 488 fiom, 24 Micvet Anos Exwexps1an fronteras naturales que defender, El surgimiento de una federacién abierta a la entrada de todos los pueblos que acepten lus principios fundamentales de la libertad y de- mocracia que son el corazén de la constitucién europea", Claro est que existen numerosisimos problemas que se presentan permanentemente, y que ponen a prueba la so. lidez del sistema, como no podfa ser de otro modo. Ast, por ejemplo, el resurgimiento de los nacionalismos ue —paradéjicamente— acompafian a esta integracién y la ponen periédicamente a prueba®®, Cuando el Estado-nacién parece naufragar, cuando las Naciones Unidas estan impo- niendo un nuevo orden, no sélo al aplastar el nacionalismo tigresivo ¢ inhumano de Sadam Hussein, sino incluso cuan. dlo suplantan la impotencia de un Estado tiréinico en Somalia, cuando los mercados regionales se presentan como wna alter, nativa a la estrechez del nacionalismo econdmico, coeténeamente con este fenémeno centripeto Europa sufre una serie de mo. vimientos que deben ser analizados atentamente. El autor citado més arriba afirma: “Los Estados se han rovolado incapaces hasta ahora de combatir los microna. cionalismos. La explicacién es simple. E] micronacionalismo upela a los principios de soberanfa y autodeterminacién sobre los cuales esta fundado el orden de los Estados sobe- ranos. En los hechos, el orden internacional contemporéneo, incluyendo la més importante organizacién internacional, ‘al como la Organizacién de las Naciones Unidas, es impo- tonte ante el micronacionalismo”* ‘Guido Montani, Micronationalism and federalism, The Federalist, t dliticat review, Pavia, 1993, n° 1, p. 11, El texto es una tradverién libre del idioma inglés, hecha por mi '® Mariano Grondona, Et no de las naciones, "La Nacién” del 13 de suihre de 1992, p. 10; Rolando Rivitre, Para tn europeo sno hay nada or ite otro europeot, “La Nacién" dei 31 de diciembre de 1993; 1d, Hurcpen rico, europeo pobre, "La Nacién" del 10 de noviembre de 1993, ii Montani, ob. cit. p, 18, El texto es una traduecién libre del idioma Inglés, hocha por mt, IvteopucciON AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 25 Esto se acopla con la lucha entre el interés comtin eu- ropeo y los intereses de los diversos paises miembros, cuyos pueblos y lideres politicos no perciben atin concretamente Jos beneficios de la unidn. La ex Unién Soviética es otra gran inedgnita en el futuro de la Comunidad Europea. Si la economéa de Yeltsin fracas y el delirante Zhirinovsky acrecienta su poder, apoyado por un importante sector del ex ejército rojo, puede ser un factor desestabilizante de la Union Europea, Asf aparecen nuevos Estados con la divisién de la ex URSS y de la ex Yugoslavia: Biclorrusia (Minsk), Bosnia Herzegovina (Sarajevo), Croacia (Zagreb), Estonia (Tallin), Letonia (Riga), Lituania (Vilna), Macedonia (Skopje), Moldavia (Chisinau), Rusia (Mose), Eslovenia (Ljubijana), Ucrania (Kiev), Servia (Belgrado)®. En sentido contrario so unifican la ex Republica Federal de Alemania (Bonn), con la ex Republica Demoerética de Alemania (Pankow), formando la Republica Federal con capital en Berlin. Segin algunas opiniones, pareciera que en términos generales el europeo sigue pensando en su pais, en su municipio y la Comunidad Europea le parece algo lejano, le interesa muy poco™. A ello deben agregarse los graves problemas econémicos que ha traido aparejada la eliminacién de las fronteras, el principal de los cuales es la desocupacién, que ha provocado incluso reacciones violentas en varios paises europeos. Seguin los tiltimos datos, la desocupacién promedio en. Jos doce miembros de la Unién Europea es del 12 % sebre una poblacién activa de 350 millones de europeos. El récord 5 Rolando Rivitre, La U.E, entre la Marcha Radeteky y la “Novena*, "La Nacién’ del 80 de diciembre de 1993, p. 4. 58 Rolando Rividre, Para un europeo jno hay nada mejor que otro europeof, "La Nacién" del 31 de diciembre de 1998, p. 7. Las nombres entre paréntesis son los de las eapitales de eada Estado, © Rolando Rivigre, nota anterior. fd. Europeo rico, europeo pobre, “La Nacidn” del 10 de noviembre do 1998, p. 9, 26 Micvrt Axor. ExMEKDsAN mis alto lo tiene Espaia, cereana al 20 %. El més bajo Alemania, con cl 7,7 %, que es todavia alto si se lu compara con el indice de los Estados Unidos (6,5 %) y del Japén (2,2 %)®. Sin embargo, la integracién europea sigue avanzando. Desde el 1 de enero de 1998 rige cl Mercado Interior Eu- ropeo, que permite la libre circulacién de mercaderfas, ser- vicios, ciudadanos y capitales entre los doce miembros de la Unién (art. 8A del Acta Unica Europea). Mas atin, no obs- tante su largo y polémico proceso de ratificacién™, el 1 de noviembre de 1993 entré en vigencia el Tratado de Maas- tricht, el cual —como veremos mds adelante— es el acta fundacional de la Unién Europea Serfa ingenuo pensar que este proceso estarfa libre de cualquier traba. Incluso todavia no hay una terminologia técnica depurada y bien establecida en la literatura especia- lizada. Es ast que es frecuente utilizar términos tales como “Comunidad Econémica Europea”, “Mercado Comin”, “Mer- endo Europeo”, “Mercado Interno”, “Comunidades Europeas”, otc., como sinénimos, y no lo son. Sin pretender agotar el andlisis de la cuestién seméntica, haré algunas precisiones al respecto, para utilizar como instrumento de anéllisis en esta obra. Un proceso de integracién comprende varias etapas que implican conceptos distintos: @) zona de libre trénsito 0 de libre comercio; (0 Rolando Rivitre, La UE, entre la Marcha Radetchy y la “Novena”, ln Nueién’ del 80 de diciembre de 1998, p. 4, ‘1 Entre otros abstéculos, tuvo que sortear dos referéndums en Dina- ‘aren, wna aprobacién “atribulada” en el Parlamento briténico, etc. Ver Nolnnde Rivigre, Etropeo rico, ewropeo pobre, cit. en nota anterior; Ale- inuelro Frogland Lépez Lecube, EI Tratado de Maastricht, hoy. Reflesiones rau de la crisis del sistema monetario europeo, "La Ley", Actualidad, del 20 de ayosto de 1993, p. 8; Sin euforia entra en vigencia hoy el Tratado de Maastricht, “Bl Cronista” del 1 de noviembre de 1993, p. 23; Alejandro Freeland Lépez Lecube, Et Tratado de Maastricht, hoy, "La Ley", Ac. tuunlidad, del 26 de agosto de 1993, p. 3, entre otres. YN AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 27 5) unién aduanera; ©) mercado comin; d) comunidad econdmica. La zona de libre trénsito o de libre comercio consiste en un espacio de libre circulacién de bienes y servicios. Incluye la supresiéa de los obstaculos de cualquier naturaleza que se opongan a su realizacién, la prohibicién de la creacién de nuevas restricciones y crear reglas armonizadas y comunes que impidan las trabas a la circulacién® En el plano interno pretende la supresién de los dere- chos de aduana y demés restricciones fisicas y aduaneras a los intercambios comerciales, as{ como las exacciones de efecto equivalente, las restricciones cuantitativas y las medidas similares, en lo que se refiere tinicamente a los productos originarios de cada uno de los paises miembros de Ja zona. Se incluye la totalidad del universo arancelario®. En el Ambito externo, la proteccién no tiene un cardcter uniforme. No implica un proceso de integracién™ ‘La unin aduanera consiste en la adicion a la zona de libre comercio de un arancel externo comin, lo cual —en buena medida— implica la unificacién de la politica comercial®, La Union Aduanera esté definida por el Tratado de la Comunidad Econémica Europea, cuyo art. 9, parrafo 1, es- tablece: “La Comunidad se basara en una unién aduanera, que abarcaré Ja totalidad de los intercambios de mereade- rfas y que implicaré la prohibicién, entre los Estados miem- 2 Ver: Alfonso Mattera, EI Mercado Unico Europeo. Sus reglas. Su funcionamiento, Ed. Civitas, Madrid, 1991, ps. 55 y ss. 83 Jestis Sabra, Avances hacia el Mercado Comtin, en la obra colec- tiva Estudios argentinos para la integracién del Mercosur, Centro de Economia Internacional, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Buenos Aires, 1993, p. 546, Do acuerdo: Alejandro Freeland Lépez Lecube, Los procesos de integracion subregional del Cono Sur y su difici institucional: La expe- riencia de las Comunidades Europeas, "E] Derecho" del 22 y 25 de enero do 1993. 4% Sabra, ob. eft. on nota anteriar. 28 Mioue. Axost Exvrxosian bros, de los derechos de aduana de importacién y exporta- cién y de cualesquiera exacciones de efacto equivalente, asi como la adopeién de un arancel aduanero comin en sus relaciones con terceros patses”, Esto significa que los derechos de importacién y expor- tacién de los bienes y servicios que ingresan en (o egresan de) la Comunidad son fijados en forma uniforme por los organismos comunitarios, habiéndose desprendido los Esta- dos miembros de esta atribucién derivada de la soberania. El Tribunal de Justicia de la Comunidad ha establecido que “la unién aduanera, que se recoge entre los fundamen- tos de 1a Comunidad, supone, por una parte, la eliminacién do los derechos de aduana entre los Estados miembros y de toda exaccién de efecto equivalente. La supresién (de dichos mecanismos) pretende lograr la libre circulacién de los pro- ductos en el interior de la Comunidad. Dobe, por ello, ser tan completa que cualquier traba pecuniaria, administrati- va u otra desaparezea con el fin de lograr la unidad de mercado entre los Estados miembros. En virtud de lo dis- puesto por los arts. 18 a 29 del Tratado, la unién aduanera implica, por otra parte, el establecimiento de un arancel uduanero tnico para el conjunto de la Comunidad. Esta unificacién pretende conseguir la igualacién de las cargas arancelarias que soportan en las fronteras de la Comunidad los productos importados de terceros pafses™®, El mercado interior 0 mercado tinico europeo son expre. siones que se utilizan indistintamente como sinénimos de “mercado comin”, el cual no se halla definido en el Tratado tla Roma, sino que se especifica como un objetivo de la Comunidad (arts, 2 y 3 del Tratado de la Comunidad Eeo- némien Europea). ‘Tribunal de Justicia de 1a Comunidad Europea, in re “Rondos de ton Dinmantistas”, sontencia del 18 de diciembre de 1973, cit. por Mattera, on ob, eit, p. 53. Se puede observar claramente aqui el importante ral protayénico del Tribunal de Justicia de la Comunidad, en el desarrollo ‘lol dorecho comunitario, y —consecuentemente— del avance de aquélla, IvTODUCCION AL DERECKO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 29 En el “mereado comin”, a la libre circulacién de bienes ¥ servicios se agrega la libre circulacién de los factores productivos: la mano de obra y el capital, aportados por los residentes en el territorio de cualquiera de los paises miembros. El Tribunal de Justicia de la Comunidad lo definié como la eliminacién de todas las trabas a los intercambios intracomunitarios con vistas a Ja fusién de los mercados nacionales en un mereado tinico que funcione en condiciones lo mas similares posibles a las de un verdadero mercado interior®, Por su parte, el Acta Unica, modificatoria de los Trata- dos de las Comunidades Europeas®, al introducir el art, 8A en el Tratado de la Comunidad Econémica, define al Mer- cado Interior Europeo como “un espacio sin fronteras in- teriores en el que la libre circulacién de mercanefas, personas, servicios y capitales estaré garantizada de acuerdo con las disposiciones del presente Tratado”. La comunidad econémica, finalmente, supone la unifica- cién de toda la politica macroeconémica de los Estados miembros”, Esta etapa también tiene diversas gradaciones. Una de las més avanzadas es la de la unién monetaria, esto es, la utilizacién de la misma unidad monetaria en todos los Estados miembros de la Comunidad, desprendiéndose éstos de sus atribuciones de emitir su propia moneda, que es una de las clésicas funciones derivadas de la soberanfa, La Comunidad Econémica es el modelo més perfecciona- 87 Sabra, ob. cit, p. 546. © Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea, in re “Shull”, sentencia del 5 de mayo de 1982, cit. por Mattera en ob. eit, p. 42. 5 E] Acta Uniea fue adoptada por la Conferencia Intengubernamental do las Comunidades Europeas, en Luxemburgo, el 17 de febrero do 1986, y en La Haya, el 28 de febrero de 1986; tiene como objetivo unificar on 'un solo instrumento operative los tratedos de las comunidades con el objeto final de lograr la Unién Europea. 7 Conf. art. 3 del Tratado de la Comunidad Eeonsmics, modif. por ol Tyatado de Maastricht; Sabra, ob, eit, p. 546. Miavet Ancei, Exwexpsian do y més complejo de los procesos de integracién’, En mi criterio es la etapa previa a la integracién politica, ya que implica le adopeién de politicas comunitarias en sectores cada vez més amplios de la actividad estatal. Con respecto a la Unién Monetaria de la Comunidad Kuropea, ésta comenz6 2 ser implementada a partir del 1 do enero de 1994 (art. 109E del Tratado CE., modificado por el Tratado de Maastricht), por medio del Instituto Monetario Europeo (con sede en Francfort del Meno, Alema- nia), que serd la base del futuro Banco Central de la Union Ruropea (arts. 109E y 109F del T.C.E., modificados por el ‘Tratado de Maastricht). Estos elementos estan, bien que con una deficiente tée- nica legislativa, incluidos en el art. 3 del Tratado Consti- tutivo de la Comunidad Econémica Europea (ahora Comu- nidad Europea), modificado por el Tratado de Maastricht, cuyos principales items resumiré a continuacién — Supresién, entre los Estados miembros, de los dere- chos de aduana y de las restricciones cuantitativas a la ontrada y salida de mercaderias, — Politica comercial comun. Politica econémica y monetaria comin. Mercado interior consistente en la supresién, entre los Nntidos miembros, de los obstéculos a la libre circulacién de moreuncfas, personas, servicios, mano de obra y capitales. Politica comin en agricultura, pesca, trasportes y ambiente. ~ Aproximacién (gunificaci6n?) de las logislaciones na- vionnles para el fancionamiento del mercado comin. Fortalecimiento de la proteccién a los consumidores. "Yodos estos objetivos, que se van instrumentando en olnpns sucesivas, estén legando a constituir un tupido entramado, que es la base, en un largo plazo todavia, de la futura unidad politica de Europa, modi 71 Conf: Freeland Lopez Lecube, ob. eit. IxtmopucciON AL. DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 31 2. Naturaleza juridica. Como sucede con toda nueva entidad que aparece en el mundo de las conductas, el derecho trata de explicar su naturaleza juridica a posteriori de su aparicién. Este es el muchas veces ingrato— rol de los juristes: rastrear las instituciones jurfdicas existentes para encontrar alguna que tenga alguna similitud con las nuevas realidades, tratando asf de encontrar las normas necesarias para reglar el fun- cionamiento de esas nuevas situaciones. As{ como el mundo fisico tiene horror al vacfo, el mundo juridico tiene horror a la ausencia del precedente”. Con esta entidad que ha aparecido hace pocas décadas en la constelacién juridica europea ha sucedido exactamente lo mismo. Asi, la doctrina ha tratado de rastrear alguna institucién ya conocida en el mundo juridico, que se asemeje a la Comunidad. Si esto se logra, las reglas y principios de aquélla le serdn aplicables a ésta. Si —al contrario— se trata de un instituto totalmente nuevo, es necesario crear nuevas normas y nuevas reglas de juego para ella. 2.1, Federacién? Cabria afirmar que la Comunidad Buropea es un Estado federativo en el cual los doce Estados que lo componen serfan las provincias 0 Estados locales que integran la fe- deraci6n. El Estado federal se caracteriza porque las funciones derivadas del poder se distribuyen en érganos regionales, los cuales ejercen una serie de atribuciones sobre una por. cién del territorio del Estado. Estos érganos 0 gobiernos 72 Bste es también el drama de todos los cientistas sociales, quienes prolenden predecir los fenémenos sociales futuros, euando apenas alean- zan a expliear los pasades. 82 Mucus, Axost. Exnexpstan regionales suelen tener una estructura isomérfica con el kobierno federal”, Como he sefialado en numerosas oportunidades, no exis- ton modelos arquetipicos de Estados federales. Cada fede- racién tiene caracterfsticas propias. La Unién Buropea tiene algunas notas de la federacién, Asf, existen —por lo menos— dos niveles de érganos de gobierno (el de la Comunidad y los de los doce pafses que lu integran); los tratados que la han formado son normas de participacién porque distribuyen la competencia entre am- bos sistemas”, También los Estados miembros han delegado ciertos poderes en los érganos de la Unién, manteniendo los poderes residuales”, tal como sucede en los Estados federa- les (v.gr., art. 104 de la Constitucién argentina). Es decir que las competencias no atribuidas a la Unién siguen reser- vadas a los Estados miembros”, Sin embargo, le faltan otras notas esenciales que carac- terizan a un Estado federal, tales como: @) la cohesién entre ambos sistemas (el central y los ontaduales), ya que no existe (todavia) un poder politico compurtido entre el gobierno comunitario y los estaduales; 4) carece también del equilibrio necesario que debe exis- tir entre ambos sistemas, porque lo que debiera ser el gobierno comunitario atin no esta definido realmente con todos los caracteres de tal, ni en sus relaciones con los gobiernos nacionales”; ©) si bien los érganos comunitarios tienen imperium y jurisdiceién sobre los habitantes de los Estados miembros, oxtas atribuciones existen en economia, salud, desarrollo, modio ambiente, ete., pero no en el Ambito especificamente politico (todavia); 1 Vor mi Tratado de derecho constitucional, elt. t. I, ps. 159 y ss. ‘4 Vor bibliografia cit, en ob. eit. en nota anterior, ps. 160/1, ® Mattera, ob. cit, ps. 279 y ss. 1 Isnae, Manual de derecho comunitario, city ps. 48 y ss. 77 Ver bibliografia cit, en mi Tratado, t. I, p. 161. IymoDUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 33, d) los Estados miembros mantienen su personerfa inter- nacional; e) finalmente, la norma juridica fundamental de la Comu- nidad no es una Constitucién, sino un tratado internacional’, 2.2. 2Confederacion? Hemos visto en el pardgrafo anterior que la Unién Europea carece de ciertas notas tipicas de los Estados fede- rales, Quizé su estructura juridica se parezca més a la de un Estado confederado. Mario Justo L6pez, citando a Jellinek, define a la con- federacién como una unién permanente de Estados indepen- dientes basada en un pacto, con el fin de proteccién exterior ¥ de paz interior™, sin perjuicio de que puedan agregarse otros fines. Sin perjuicio de que la Unién Europea podrfa ser inclufda en la definicién que antecede, porque es lo suficientemente amplia, carece de algunas de las notas de la confederacién, Jo que la excluye también de este modelo politico. En efecto, sogin Jellinek, la existencia del gobierno confederal no afecta la soberania de los Estados que la integran, Esto no sucede en la Unién Europea, en la cual los Estados miembros han trasferido ciertas atribuciones derivadas de su soberanfa al organismo comunitario, Ade- més, en la confederacién el poder del gobierno central se ejerce sobre los érganos de los Estados confederados, no sobre los ciudadanos 0 stibditos de cada uno de éstos. En la Unién Europea, en cambio, el derecho comunitario es apli- cable directamente a los ciudadanos de los paises miembros sin necesidad de exequétur, e incluso debe serlo por los jueces nacionales de los Estados miembros de la comunidad. 78 Conf: Isaac, Manual de derecho comunitario, cit. pe. 953 y 55. 7 Mario J. Lépez, Introduccién a los estudios. politicos, Depalma, Buenos Aires, 1988, t. IT, ps. 288 y ss. a Move, Axor Exwexosay Finalmente, porque las decisiones que toman sus organis- mos tienden cada vez mas a ser adoptadas por mayotia, no por unanimidad®, Es innecesario continuar el anélisis de los elementos de | confederacién, ya que de la breve enumeracién efectunds Ya se puede descartar la asimilacién de la Comunidad Europea a aquélla. 2.3. Mi opinion: instituto sui géneris, Siempre he pensado que la frase “instituto sui géneris” es un comodn que utilizamos los juristas para explicar algo que —en realidad— no podemos explicar Sin embargo, cuando no existen modelos juridicos ante- Tiores en los cuales se pueda subsumir a las nuevas reali. dades, es inevitable recurrir a esta frase y, por supuesto, lratar de integrar la laguna juridica con los prineipios go. nerales del derecho, si no existen normas andlogas En sintesis, y sin perjuicio de recordar que estas consi- deraciones no son definitivas, ya que las relaciones entre los Srganos comunitarios y los Estados miembros son esencial, mente fluidas y cambiantes, pareciera que si bien la Union Europea carece de Ja cohesin que existe en los Bstados federales, tiene algo més de cohesién de la que se da en la confederaciones, de modo tal que no puede encuadrarse en ninguna de ambas figuras. Por esa raz6n, pienso que se trata —justamente— de un instituto juridico eui generis, Es una forma de organizacién de la sociedad politica, ‘munque con objetivos limitados (que se van ampliando), No (mun poder extranjero a los Estados miembros, sino que (uloe ojercen en coméin ciertas atribuciones que les son propins*', MI ‘Tribunal de Justicia de la Unién Europea ha dicho 1 12886, Manual de derecho comunitario general, et., p. 858 Isaac, Manual de derecho comunitario general, eit. p. 358, TyTRODUCCION AL. DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 35 que la Comunidad es una organizacién interestatal auténo- ma, “dotada de un ordenamiento juridico a favor del cual los Estados han renunciado, aunque en sectores limitados, a sus derechos soberanos”®, En el capitulo anterior hice una clasificacién de los dis- tintos tipos de Estado, comenzando por los vineulos de derecho constitucional, mencionando como al primero de éstos el Estado unitario, hasta llegar a aquellos que se ligan por vineulos de derecho internacional piblico, y como limite de esta categoria se sefialé a los Estados soberanos ligados a organismos internacionales, e incluso a los Estados que ni siquiera tienen relaciones juridicas de este tipo. En esa clasificacién se puede apreciar que los Estados vinculados por el derecho comunitario se hallan a medio camino de los ligados por el derecho constitucional y de los ligados por el derecho internacional ptiblico, Tienen entonces algunos elementos de los primeros (més precisamente del Estado federal) y de los terceros (mas precisamente de la confederacién de Estados), pero no pue- den asimilarse a ninguno de ambos tipos Claro est que, como lo seitalé més arriba y repito atin a riesgo de ser reiterativo, estas relaciones estén influidas: por la interaccién reciproca de las fuerzas centripetas y centrifuges, y por ello son esencialmente dinamicas, pu- diendo modificarse permanentemente la ubicacin sefialada, en direccién a uno u otro lado. 8. Estructura jurtdica, Efectuado el andlisis anterior, corresponde ahora estu- diar, siquiera someramente, la estructura jurfdica de la "2 T.J.C.B,, in re “Van Gend and Loos", sentencia del § de febrero de 10903, A. 26-62; y “Costa e. Enel”, sontencia del 18 de julio de 1864, 4.6. 64. 36 Micver Angi Exmexpsian Union Europea para saber cudles son los principios de ella que pueden aplicarse a nuestro Mercado Comin. del Sur. Cuando afirmo que pretendo analizar la “estructura ju- idica” de la Unién, por supuesto me refiero a los érganos uo @jercen el poder delegado por los Estados miembros de olla y a las relaciones de éstos entre sf y con los gobiernos y ciudadanos de esos paises miembros. Comenzaré por estudiar qué érganos ejercen las tres funciones tipicas del poder politico: la legislativa, la ejecu- tiva y la judicial’, @) Organos de la Union, Los tratados de las comunidades europeas™, en su es- (ructura primitiva, crearon cuatro organismos para cjer- cer el poder depositado en elas: la Asamblea (Parla- mento Europeo), el Consejo, la Comision y el Tribunal de dJusticia®, Estos organismos fueron modificados posteriormente, por istintos instrumentos comunitarios. Ast, el Acta Unica Europea, en su art. 2, institucionalizé el Consejo Europeo, que existfa ya con anterioridad como organismo paraco- munitario, creado en la cumbre de Paris de 19748, Esta integrado por los jefes de Estado 0 de gobierno de los Hstados miembros y por el presidente de la Comisién. 's} Sobre las funciones derivadas del poder, y de la divisién tripartita Ale ste, ver mi Tratado de derecho constitucional, cit. t. I, ps. 32 y so, y 146 y ss, ™* Comunidad Heonémica Europea, tratado de Roma del 25 de marzo tle 1067; Comunidad del Acero y del Carbén, tratado de Paris del 18 de ubvil de 1961; Comunidad Europea de la Enerssia Atémiea (Euratom), Inutinlo de Roma del 25 de marzo de 1957. MInane, Manual de derecho comunitario general, eit, cap. IL i Wirmada en Luxemburgo el 17 de febrero de 1988 y en La Haya #1 28 de febroro del mismo aio. MTV Isaae, Manual de derecho comunitario general, ct., ps, 86 InmRoDUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 37 Bl Tratado de la Union Europea**, conocido como Tra- tado de Maastricht, agrega el Tribunal de Cuentas, que ya existfa con anterioridad como organismo subalterno de la Unidn, el Instituto Monetario Europeo y el Banco Central Europeo, entre otros. Veremos cémo se integran los principales érganos de la Comunidad, y cémo toman sus decisiones (art. 4, T.CE., modif. por el Tratado de Maastricht). Hay dos tipos de organismos: los que ejercen el poder politico de la Unién y los de cardcter técnico. 1. Organismos politicos. El Consejo de Europa. Remisién. Si bien es el 6rgano més importante de la Comunidad, el hecho de que no esté previsto en los tratados de ella, lo denota como un organismo paracomunitario. Por eso sera analizado —brevemente— en el pardgrafo 3 de este mismo capitulo. El Parlamento Europeo. Esté integrado por representantes de los pueblos de los Estados reunidos en la Comunidad (art. 187, T.C.E.), elegi- dos por sufragio universal y directo con un procedimiento uniforme en todos los Estados miembros (art. 138). En dicho Parlamento, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido tienen 81 diputados cada uno; Espana, 60; los Paises Bajos, 25; Bélgica, Grecia y Portugal, 24; Dinamarca, 16; Irlanda, 15; y Luxemburgo, 6. | El Tratado de Maastricht ha incorporado una serie de articulos al T.C.E. a continuacién del 138, con importantes innovaciones, respecto a este organismo. 88 Pirmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, entré en vigencia 61 1 do noviembre de 1993, por Ia ratifieacién de’ los doce Estados miembros. Micust, Aver, Exwexosian El art. 138A establece que los partidos politicos a eseala europea constituyen un importante factor para la integra- cidn en la Union. Dichos partidos contribuyen a la forma- cién de la conciencia europea y a expresar la voluntad politica de los ciudadanos de la Unién. El art. 138C le otorga facultades de control sobre posibles infracciones en la uplicacién del derecho comunitario. El art. 138D consagra el dorecho de peticionar de cualquier ciudadano de la Unién, ante el Parlamento. El art. 138E instituye un defensor del pueblo, nombrado por el Parlamento Europeo, con atribucio- nes de recibir denuncias de cualquier ciudadano de la Unién, contra las instituciones u organismos comunitarios, a excep. cién del Tribunal de Justicia. Como se ve, ademas de incrementar las funciones colegislativas del Parlamento Europeo (ver infra, pardgrafo B.1), el Tratado de Maastricht le ha otorgado impor- tantes funciones de control sobre los otros organismos de la Comunidad. Hl Consejo de Ministros, 0 simplemente Consejo. Watt integrado por un representante de cada Estado miombro do rango ministerial, facultado para comprometer nl gobierno de dicho Estado miembro (art. 146, TCE, modificado por el ‘Tratado de Maastricht). Ln presidencia del Consejo la ejercerd por rotacién cada Estado miembro durante un periodo de seis meses, El tratado establece dos tipus distintos de mayorias para 'n aprobacién de los actos del Consejo: a) la mayoria simple, sogiin la cual el Consejo adopta sus decisiones por mayoria lo los miembros que lo componen (art. 148.1, T.C.E); y 6) In mayorfa cualificada, en la cual los votos de cada repre- hontante no tienen el mismo valor: Alemania, Francia, Ita- lin y Reino Unido, 10; Espafia, 8; Bélgica, Grecia, Paises ujos y Portugal, 5; Dinamarca e Trlanda, 3; y Luxemburgo, 2 (art. 148.2). las abstenciones de los miembros presentes en un acuerdo NTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO — 99 no impedirén la adopcién de las medidas que requieran unanimidad (art. 148.3, T.C.E.). La Comision. Est4 compuesta por diecisiete miembros, elegidos en razén de su competencia general y que ofrezcan garantias plenas de independencia (art. 157, T.C.E., modif. por el Tratado de Maastricht). ‘Los integrantes de la Comisién deben ser nacionales de cada Estado miembro, en mimero no inferior a uno y no més de dos. Ejercen sus funciones con absoluta independen- cia y no pueden solicitar ni acoptar instrucciones de ningin gobierno ni de ningtin organismo (art. 157 del T.C.E., modif. por el Tratado de Maastricht). El Tribunal de Justicia. Esté integrado por trece jueces elegidos por un periodo de seis atfos, designados de comtin acuerdo por los gobiernos de los Estados miembros. Tienen que reunir las condiciones requeridas para el ejercicio de las mas altas magistraturas judiciales en sus respectivos pafses (arts. 165 y 167 del TCE). : A partir de la vigencia del Acta Unica Europea se ineor- por un tribunal de primera instancia, quedando el Tribu- nal de Justicia como instancia de apelacién en diversos recursos, de las sentencias del de primera instancia (art. 168A del T.C.E., agregado por el Acta Unica Europea y modif. por el Tratado de Maastricht). Los miembros de este tribunal también son elegidos por un periodo de seis aiios, designados de comin acuerdo por los gobiernos de los Es- tados miembros. E] Tribunal de Justicia de la Comunidad es la cabeza de un verdadero Poder Judicial comunitario, dotado de una serie de procedimientos y acciones judiciales, destinados no s6lo a resolver los conflictos entre los Estados miembros y los particulares, sino también ontre los Estados, los parti- 40 Micusn Axcst Exasexnstay culares y los érganos de gobierno de la Comunidad ya ebtener la revisién de los actos juridicos emanadon ae 12 Comunidad, que afecten ya sea los derechos de los Betahee miembros o de sus habitantes® Mediante una serie de acciones y recursos, de plena oe, ,r————_—— — Ge dusticia de la Comunidad, ya sea como instancin uence 2. Organismos técnicos, Uil Comité Econdmico y Social, ‘Tione funciones consultivas, Esta integrado Por repre- tontnntes de los diferentes sectores de la vida econémine y th feats: Manunt de derecho conunitarto general, ity pe. 241 y 2 sete, Ob. ity ps, 262 y 28; Alfonso Matiera; El Mecact Grae ianenet, sts regan, su Funcionamiento, cit, ps. 614 y ae a oe ro- Ttaglen abr el estatuto del Tribunal de Justicia de la Gomvenaed yel iiihieute de procedimientos del ‘Tribunal de Justia me prevé un Hn te Tecursos muy complejo y sofisticado, en Santiago Nines ‘Machado, {int ele Derecho Comunitaro Buropen, cas pac 38 gs ted in: Movonia Gonzdlen, La soluién de coniios or ta act P88 raviin, “Ln Loy’ del 18 de mayo ds sed ieetin file 2 un orgs eeencaiente tenis por ol poder wo core debierainelirele ones lee nln FntmopuecION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 41 social, en particular de los productores, agricultores, tras- purtistas, trabajadores, comerciantes y artesanos, asf como Profesiones liberales y de interés general. El namero de representantes del Comité es el siguiente: Alemania, Fran. cia, Italia y Reino Unido, 24 cada uno; Espaia, 21; Bélgica, Grecia, Palses Bajos y Portugal, 12; Dinamarea e Irlanda, 8: y Luxemburgo, 6. Los miembros son nombrados por el Consejo, por unanimidad, por un perfodo de cuatro aos (art, 194, LCE, modif, por el Tratado de Maastricht), El Comité de las Regiones. Tiene funciones consultivas. Esta integrado por repre- Sentantes de los entes regionales y locales, en el mismo numero —por cada pais— que el Comité Econémico Social, Son nombrados por el Consejo, por unanimidad, por un perfodo de cuatro afios (arts. 198A y 198B, T.C.E., incorpo. rado por el Tratado de Maastricht), El Banco Europeo de Inversiones, Tue ereado por el art. 4A del T.CE., agregado por el ‘Tratado de Maastricht. Est4 integrado por todos los Estados miembros; su constitucién, autoridades y normas orgénieas {uoron aprobadas por un protocolo anexo (art. 198D del ‘NCLE., incorporado por el Tratado de Maastricht), ‘Tene por objeto contribuir al desarrollo equilibrado y ostuble del mercado comtin. Realiza proyectos de desarrollo para las regiones més atrasadas (art. 198E del TCE, modif. por el Tratado de Maastricht), El Banco Central Europeo. Tuo creado por el art. 4A del T.C.E., agregado por el ‘Yratado de Maastricht, Dirige el Sistema Europeo de Bancos Centrales y londra el derecho exclusive de autorizar la emisién de bn. Motes de baneo de la Comunidad. El Banco Central Europes 42 Mucus, ANceL Exwexosay y los bancos centrales nacionales podrén emitir billetes. Estos serdn los tinicos billetes de curso logal en la comunidad (art. 105A, T.C.E., agregado por el Tratado de Maastricht) El Comité Monetario, Tiene funciones consultivas. Fue creado por el art. 109C del T.C.E., agregado por el Tratado de Maastricht. Tiene por funcién coordinar Ja situacién monetaria y financiera de los Estados miembros y examinar la situacién relativa a los movimientos de capitales y a la libertad de pagos, en la Comunidad (art. 109C, T.C.E., incorporado por el T. de Maastricht). El Instituto Monetario Buropeo. Fue creado por el art. 109F del T.C.E., agregado por el ‘Tratado de Maastricht. Tiene como funciones reforzar la cooperacién entre los baneos centrales nacionales, la coordinacién de las politicas monetarias de los Estados miembros, supervisar el funcio- nnmiento del Sistema Monetario Europeo. 8. Organos paracomunitarios, El Consejo de Europa. El Consejo de Europa o Consejo Europeo no esté previsto por los tratados. Es el resultado de una iniciativa politica, y retine a los jefes de gobierno de los Estados miembros de Ja Comunidad. Hs sélo en parte una institucién comunitaria. Después de Ja conferencia en la cumbre realizada entre cl 9 y 10 de diciembre de 1974 en Parfs, los jefes de kobierno decidieron reunirse, acompaiiados por sus minis- tros de relaciones exteriores, tres veces por aiio y cada vez que sea necesario, en Consejo de la Comunidad y para la cooperacién politica. El Consejo Europeo ejerce dos funciones fundamen- IvrRopUccION AL DBRECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 43 tales. En primer lugar, es un foro de intercambio in- formal de opiniones entre los principales dirigentes politicos de los Estados miembros, puede deliberar sobre temas que corresponden a la competencia de la Comunidad 0 de coo- peracién politica, sin mediaciones ni interferencias buro- créticas. Ademas suele ser la instancia ultima para resolver cuestiones que someten a su decision los organis- mos comunitarios. No es una mera etapa intergubernamental, ya que inter- viene como instancia suprema en ciertas cuestiones comu- nitarias, aunque no esta sometido a las reglas y procedi- mientos de la Comunidad, Su intervencién en cuestiones comunitarias no tiene forma de leyes, resoluciones o de cualquier otro acto formal de derecho comunitario, Simplemente da directivas generales de orientacién, fija las politicas fundamentales, que luego serén implementadas por los érganos de la Comunidad”, 4) Distribucion de las funciones del poder. Hecha esta somera enumeracién de los 6rganos directi- vos de la Unién Europea, corresponde ahora volver a ocu- parnos del tema de este pardgrafo, a saber: cémo se distri- buyen las funciones del poder entre estos organismos. Como he expresado en diversas oportunidades, las for- mas en que se puede ejercer el poder son tres: la creacién de normas generales: funcién legislati la aplicacién de sits mismas normas para administrar los servicios piblicos 4 cargo del Estado (en este caso, de la Unién): fancién ndministrativa 0 ejecutiva; y la aplicacién de aquellas nor- mas para resolver los conflictos 0 causas que se susciten: fiaeiin judicial®, Hs necesario aclarar ab initio que dicho reparto no se "2 Yeone, Manual de derecho comunitario general, cits ps. 86 y es. "81 Vor mi Tratndo de derechn eonstitucionai, tT, comentario del art i 44 Miover Anesi, Exwexpstan ronliza entre estos organismos, segiin el cldsico esquema de Montesquieu sobre la division de poderes™, En efecto, ese esquema, teorema fundamental del siste- ma republicano, est4 pensado —justamente— para una re- publica, esto es, para un Estado politicamente consolidado que no es, por lo menos todavia, el modelo de la Unién Huropea, el cual —como he afirmado algunas paginas més arriba— esté en un proceso de integracién politica, que atin so halla en agraz (ver cap. ID. Veamos, entonces, quiénes ejercen tales funciones en la Comunidad Europea. 1. Puncién legislativa. Kn un principio, el 6rgano legislative de la Comunidad Kuropea no era el Parlamento Europeo, sino el Consejo, el cual —como hemos visto— esté integrado por ministros de cada uno de los Estados miembros. Seguin las disposiciones de los tratados de las tres comunidades el Consejo era el vordadero legislador de éstas®, y dictaba los reglamentos, decisiones y directivas directamente aplicables, no s6lo a los Ustados miembros, sino también a los ciudadanos de éstos. Kn su versién primitiva, el Parlamento Europeo sélo tonfa fanciones de deliberacién y de control sobre la gestién de la Comisién, conforme lo expresan los arts, 137, 148 y 144 del Tratado de la Comunidad Econémica Europea, que fueron modificados primero por el Acta Unica Europea, y Juego por el Tratado de Maastricht. Comenz6 a reconocérsele poderes colegislativos para la olaboracién y aprobacién del presupuesto de la Comunidad, 1 partir de una sentencia del Tribunal de Justicia que lirmé el principio de la igualdad de poderes del Parlamen- to y del Consejo en la materia”, ‘onfs Isaac, Manual de derecho comunitaria general, et. ps. 56 ss. Isane, Manual de derecho comunitario general, cit,, p. 61. ‘tribunal de Justicia de la Comunidad, in re “Consejo © Parla- mento", del 8 de julio de 1986. InrRoDUccION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMBRICANO — 45 E] Acta Unica Europea acentué estas competencias colegislativas del Parlamento al modificar el sistema de la toma de decisiones de la Comunidad, disminuyendo la ca- pacidad decisoria del Consejo y dando mayores competen- cias legislativas al Parlamento Europeo™ Esto se aprecia en lo que respecta a ciertos actos comu- nitarios en particular, y en el procedimiento para la toma de decisiones, en general En relacién a lo primero, a partir del Acta Unica Euro- pea se otorgaron poderes colegislativos al Parlamento, din- dole atribuciones de codecisién en la admisién de nuevos Estados miembros y en la aprobacién de los tratados a que se refiere el art. 238, T.C.E. A partir de la vigencia del Tratado de la Unién Europea, estas atribuciones colegislativas se incrementaron, ya que el Parlamenio puede dictar resoluciones y normas, en forma conjunta con el Consejo (arts. 189 y ss. del T.C.E., modifi- cado por el Tratado de Maastricht), Es cierto que estas modificaciones no aleanzan para instaurar definitiva y nitidamente el sistema tripartito de divisién de poderes preconizado por Montesquieu, y que la masa més importante de las fanciones legislativas y ejecu- livas las sigue teniendo el Consejo de la Comunidad, Sin embargo, como afirma Mattera, estas modificaciones vin cambiando el esquema institucional primitivo diseviado we los tratados de la Comunidad, acereéndolo al de la ivisién tripartita ya mencionada. "Alfonso Mattera, I! Mercado Unico Europeo, Sus reglas. Sw fun- vionamiento, Bd. Civitas, Madrid, 1991, ps. 229 y ss. Art, 8 del Acta Unica Europes, que modifica el art. 297 del Watuda CASE, 41. Ia Dowost firma: “Desde Montesquieu, Ia separacién de los inulores ujeentivo, legislativo y judicial ha permanecido en el eantro de los ovurralion eonstitucionnies del Estado maderno {..J. Los autores de los Hrniudon (de ta Comunidad) to han vuelto le espalda (...". Cit. por Muttora on ob, cits p. 287, rata 144 46 Miovet Ancet, Exwexpstan Este proceso de paulatino incremento de la partici- pacién del Parlamento Europeo en cl gjercicio del poder logisferante delegado a la Unién, se ve claramente en las sueesivas reformas del procedimiento para la toma de deci- siones de sustancia legislativa. De su lectura se aprecia que la intervencién del Parlamento se va acentuando en cada una. Asi, el inc. 2 del art, 149 del Tratado de Ja Comunidad Econémica, modificado por el art. 7 del Acta Unica Europea, establecfa un complejo procedimiento de aprobacién o recha- vo a cargo del Parlamento Europeo, de ciertos actos emana- «los del Consejo. Claro est que ante el conflicto entre ambos ‘Srganos prevalecfa la voluntad del Consejo, siempre que se tomara por unanimidad. ‘ero esto ya era un significativo avance en la ampliacién de jas atribuciones del Parlamento, ya que —segim Mattera— este procedimiento vinculaba mas estrechamente al Parlamen- to Furopeo con el procedimiento legislative comunitario, por- «ue dicho organismo podfa imponerse con éxito a las decisiones lol Consejo, cuando éste no hubiera abtenido el consentimiento tnfinime de sus miembros, requisito necesario para enervar el rwchizo del Parlamento y muchas veces dificil de obtener", EI Tratado de la Unién Europea, 0 Tratado de Maastricht, vuolve @ modificar el esquema, otorgando mayor participa. cidn ain al Parlamento Europeo en el proceso legislativo. De osta manera se acerca més todavia al esquema clasico de Ia division tripartita de poderes Es asi que a partir del 1 de noviembre de 1993 —fecha de la entrada en vigencia del ‘Tratado de Maastricht— se han producido, entre otras, las siguientes modificaciones™!: \" Mattera, Ei Mereado Unico Europeo, eit, p. 237, y G. Bose, eit. por ol anterior en esa pagina, nota 146. 101 Cama esta obra no es un estudio especializado de la Comunidad Finropea, sino que me refiero a ella como plataforma para el andlisis del ‘lorecho enmunitario del Mercosur, s6lo meneionaré las modificaciones ‘nuit importantes del ‘Tratado de Maastricht. Inmopuccion AL DERECHO comUNITAnIO LATINOAMERICANO 47 @) El art, 187 del Tratado de la Comunidad Europea ha sido modificado en su anterior redaccién que otorgaba al Parlamento Europeo fundamentalmente funciones de delibe- racién y de control, 5) El art. 138B (nuevo) establece la participacién del Parlamento Buropeo en el proceso conducente a la adopcién de los actos de la Comunidad, conforme a los arts. 189B y 189C (también nuevos), ©) Se amplian las funciones de control del Parlamento Enuropeo sobre todos los érganos comunitarios, inchiso me- diante Ja creacién de un defensor del pueblo que responde ante aquél (art. 1388). d) En el art. 189 se otorgan en forma conjunta, al Parlamento y al Consejo (y también al Consejo y a la Comisién), facultades para dictar reglamentos, directivas, decisiones, recomendaciones y dictamenes. e) Segtin los ya mencionados arts. 189B y 189C (nuevos) se establecen dos procedimientos para la sancién de deter- minadas categorias de actos comunitari (que dichos textos no definen, remitiéndose a las restantes normas del ‘Trata- do). Se deroga ademas el art. 149 del Tratado a que hice referencia més arriba. e.1) El procedimiento del art. 189B, mas complicado, prevé la intervencién de un comité de conciliacién bicameral (integrado por representantes del Consejo y del Parlamen- (0), pero —en Ultima instancia— los actos cuestionados no podrén ser aprobados por el Consejo, contra la voluntad de !n mayoria absoluta de los miembros del Parlamento Euro- peo, En otras palabras, en un conflicto entre el Consejo y cl Parlamento, prevalece la voluntad de este tiltimo, Este es tun paso trascendente en la ampliacién del rol institucional del Parlamento Europeo. e.2) El procedimiento del art. 189C, mas sencillo, mantione el criterio del derogado art. 149 del Tratado, Conforme a él, ante discrepancias entre el Parlamento yel Consojo prevalece la decisién de éste, siempre que sea to- mada por unanimidad, 48 Micurs Avcst, Exmexosian En sintesis, a partir de la vigencia del Tratado de la Union Europea (Maastricht) ha quedado mds vigorizada tutin la funcién colegislativa del Parlamento Europeo, junto ul Consejo de Ministros, que habia comenzado con ia vi- kencia del Acta Unica Europea. En este proceso, el Con- xajo tiene un rol similar a una Camara de los Estados (Bundesstaat, Camara Federal 0 Senado) y el Parlamento Huropeo a una Cémara de Representantes del Pueblo!” (Bundesrecht, Camara de Representantes 0 Camara de Diputades). Ambos organismos son el embrién de un futuro poder ‘o,islativo comunitario en el cual el Consejo serfa el Senado © Camara Federativa y sus integrantes los representantes lo los Estados miembros de la Unién, El Parlamento Euro- peo, en cambio, seria la Camara de los Diputados de los pueblos de la Unién Europea. Claro esta que el Consejo todavia conserva también importantes funciones ejecutivas, como veremos enseguida. 2. Funcién ejecutiva, Como ya he sefialado supra, el esquema de distribucién el poder disefiado por los tratados de la Comunidad no respeta los principios de divisién de poderes propios del sistema republicano, esbozados por Locke y —fundamen- tnlmente— por Montesquieu. Ins funciones ejecutivas estén repartidas entre el Con- ajo y la Comisién, MI Consejo de la Comunidad, conocido también como Connojo de Ministros, desde los inicios de ésta acumulé funcionon legislativas y ejecutivas. Yu mo he referida a sus funciones legislativas y a la cul vox mayor participacién del Parlamento Europeo en ulluus, lo que se va produciendo, gradualmente, en virtud de 2 Vor nota anterior. INTRODUCCION Al, DERECHO COMUNIFARIO LATINOAMERICANO 49 sucesivos documentos que van modificando la estructura juridico-politica de la Unién Europea. Ademas de ellas, el Consejo también ejerce las funciones que normalmente corresponden al Poder Fjecutivo. Asf, en materia de relaciones exteriores es el que autoriza a la Comisién para negociar con terceros paises y aprueba los tratados elaborados por ella. El art. 145 del Tratado de la Comunidad Econémica Europea establece que el Consejo coordinaré las politicas econdmicas generales de los Estados miembros, dispondra de poder de decision (no dice para qué) y delegaré en la Comisién las competencias ejecutivas, salvo aquellas que decida reservarse. Como se ve, también la Comision tiene funciones eje- cutivas. Bl art. 155 del Tratado de la Comunidad Europea esta- blece que son atribuciones de la Comisin —entre otras— velar por la aplicacién del ‘Tratado y ejercer las competen- cias que el Consejo le atribuya para la ejecucién de las normas comunitarias. En este sentido los Estados miembros son renuentes a delegar las funciones ejecutivas en la Co- misi6n, contando con un mayor control sobre el Consejo, pero las necesidades précticas del funcionamiento de la Comunidad los obliga a aceptarlas™®, Estas funciones ejecutivas son tanto de cardcter general (puede dictar normas reglamentarias) como particular. La srostién administrativa y financiera de la Comunidad es la que insume la mayor parte de las actividades de la Comisién'®* Tiene también funciones politicas en la formacién de los tuclos emanados del Consejo y del Parlamento. Estas funciones se han modificado también a partir del 'vo procedimiento establecido en el Tratado de Maastricht, cual me he referido més arriba. 18 Tanne, Manual de derecho eomunitario general, cits, p. 68. 104 Vor nota anterior, 50 Micun, Ancet Exsexpsan 8. Funcién judicial. El nico émbito que esta perfectamente diterenciado en log Organos de la Unién Europea es el de la funcién judicial, que esté a cargo del Tribunal de Justicia de la Comunidad, La creacién, organizacién, competencia y procedimientos do este Tribunal de Justicia se hallan regulados en los arts. 164 2 188 del Tratado de la Comunidad Europea y en diversos reglamentos y disposiciones de derecho derivado. Sin perjuicio de seiialar, en el pardgrafo siguiente (D.4), Ins diferencias esenciales entre la justicia internacional y la Justicia comunitaria, adelantaré brevemente que el Tribunal de Justicia es el verdadero Poder Judicial de la Comunidad, con todos los atributos de tal, con un rango y jerarquia similares a los del Consejo de Ministros y la Comisién. Por osto y otros elementos que mencionaré brevemente mds ndelante, se distingue netamente de los tribunales interna- cionales de carécter arbitral, Han Corte de Justicia es la intérprete iltima de las normas comunitnrins, tanto de las del derecho sinalagmético origina- rio, como de las que integran el derecho derivado (para estos voneoptos, ver capitulo ID. El tribunal tiene competencia cantencionondministrativa, constitucional, de derecho comuni- a adems como tribunal de casacién del cho comunitario, Analizaré brevemente estas calidades, KI Tvibanal de Justicia de la Comunidad es el intérprete ‘iltimo do los tratados, de las normas legislativas, directivas, rosoluciones, ete, que forman el orden juridico comunitario. Sus sentencias, que resuelven los conflictos que se sus- citon, aplicando el derecho comunitario, no necesitan el exequiitur de los gobiernos de los Estados miembros para ser nplicadas y son de cumplimiento obligatorio para las pmetes que han intervenido ante sus estrados. No hay recur- so ulguno judicial o extrajudicial que permita a los justicinbles, sean organismos comunitarios, Estados miem- bros o particulars, impugnar las sentencias definitivas omanadas del Tribunal de Justicia de la Comunidad. LyTRopUcCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 51 Una vez instalado éste, comenzé inmediatamente su tarea de elaborar una infraestructura juridica de derecho ptblico, que sirviera de soporte a la estructura esencialmente econé- mica de la Comunidad. As{, mediante su jurisprudencia se fueron elaborando principios fundamentales del derecho comunitario, que si bien se hicieron para el modelo curopeo, tienen una solidez Juridica y argumental que los hace aplicables (quizé con algunas modificaciones) a otros sistemas comunitarios, por ejemplo al Mercosur, cuyo derecho comunitario esta todavia en agraz, En este sentido es viable la integracién de las lagunas juridicas, por remisién a las fuentes heterénomas; tal el caso de la jurisprudencia comunitaria europea. Este proceso tiene similares fundamentos a los que utilizé nues- tra Corte Suprema de Justicia, cuando comenzé a remitirse a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Ha sido y es tan importante el rol del Tribunal de Justicia de la Comunidad, que incluso ha sustitufdo a las restantes instituciones comunitarias que desempefiaban deficientemente su rol. Asi, ha dado solucién a problemas constitucionales, tales como el efecto directo de las directi- vas comunitarias, a la competencia de los jueces nacionales para dejar sin efecto la legislacién nacional incompatible con la comunitaria, ete.™. Es por la jurisprudencia del Tribunal que se introducen los principios de la aplicabilidad directa del derecho comu- nitario y del paralelismo necesario de las competencias externas e internas. En efecto, en su conocida sentencia dictada in re “Van Gend & Loos”, afirmé que el derecho comunitario crea de- rechos y obligaciones no sélo para los Estados miembros de In comunidad, sino también para particulares, y que éstos pueden exigir el cumplimiento de las normas de derecho 105 Isaae, Manual de derecho eomunitario general, ct., p. 241, supre. 52 Miva, Axoet, Exwexostay Cominitario, incluso ante los tribunales nacionales. En otras palabras, el tribunal afirmé que el derecho eomuniterie roche Seesntos inmeiiatos y engondra derechos individuales gue los Gnganos jurisdiccionales internos deben salvaguardas™* En otras causas que también contribuyeron a eonsolidar pe cerecho comunitario frente al derecho interns de. note Bstado miembro, el Tribunal de Justicia sostuve que cada sores, estas competencias implicitas dependen, en aren medida, de la actividad de los érganos comunitaries, cea i cual se abre una ancha puerta a la cada vez mayor delega- ign —también implicita— de atribuciones derivadas de toy soberanfas estaduales, 4. Diferencias con tos organismos intemacionales Conforme a la resefia efectuada en el parégrafo anterior, Wf pucdo ufirmar que la estructura juridica de la Comuni” tind Buropen tiene caracteristicas que la diferencian nan. fumento de las de los organismos intemacionales, Si hion esa configuracién no permite todavia identificar- [n eon wan organizacién estatal politicamente va definida, eis imal de Justicia de la Comunidad, in re "Van Gend & Lon any et Ae! 6/2068, 4.26.62; Santiago Mustor Machado, Codigo ei a, Vy as wN Tsoac, Manual de derecho comunitario general, ct, ps. 108 yes. INmopucciON AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 53 Veamos entonces cudles son las diferencias que separan # la Comunidad Europea de los organismos internacionales clésicos, 1) Los organos comunitarios necesitan mayorias o una- nimidad de sus miembros para aleanzar el quérum y Para tomar decisiones? Es una nota tfpica de los organismos diplométicos inter- nacionales que sus decisiones deban ser tomadas Por una- nimidad, de tal modo que cada Estado miembro tiene una suerte de veto sobre las decisiones del érgano", Los organismos comunitarios, sin haberse desprendido totalmente —todavia— de ese principio de la unanimidad, tienden a adoptar, cada vez més, las decisiones por mayo. ria, ya sea simple 0 calificada, Fl Parlamento Europeo adopta sus decisiones por mayo- ria (simple o absoluta). En cambio, el Consejo adopta algunas decisiones por unanimidad, otras por mayoria cualificada y otras por mayoria simple. En los casos de mayoria cualificada existen varias categorias de Estados miembros que se diferencian por la cantidad de votos que tiene cada uno (ver pardgrafy «a1 de este mismo capitulo). La Comisién adopta sus acuerdos por mayoria absoluta™®, El Tribunal de Justicia tiene una serie de normas espe. vinles que establecen cémo se dictan sus sentencias. En unos casos funciona como tribunal plenario, eu utros dividido en salas. iN Este principio tampooo es cumplido inexorablemente, E] Consejo ‘le Soyruridad da las Naciones Unidas toma sus decisiones por diverane ingorias, Sin embargo, los cinco miembros permanentes de él (Estados Hinidos, Rusia, Francia, China y el Reino Unido) tienen derecho de wets valve Ins decisiones que adopte el Consejo. Ii Si bien no eo establece especticamenta este adjetivo, ella parece Nuryir dol texto dol art. 163 del ‘T.C.E, madificado por el Tratade de Mauostviet Micurt Avot, Exwexpatan 2) Los integrantes de sus érganos gson elegidos democrd- tica y directamente por los ciudadanos de los Estados miembros? Una caracteristica fundamental de la Comunidad Euro- pen consiste en que ésta ha dado partida de nacimiente a ee ‘derechos pe Supranacionales” y, consecuentemen- e, a una “ciudadania comunitaria”, sobre todo a partir del ratado de Maastricht", que incorpora un titule denomi- snide “Ciudadanta de la Unién", en los arts. 8, 8A al BI, del La pregunta de este acépite no se puede responder con lin monosilabo que abarque a todos los casos. En efecto, como se ha sefialado en el Pardgrafo a.1 de este segundo “ipilalo, los miembros del Parlamento Europeo son elegidos oo forma directa por Tos ciudadanos de le Unién, Hn cambio, los integrantes de los restantes organis, ran rganismos, wssto es, cl Consejo de Ministros, la Comision, el Tribunal de ‘Tusticia, el Tribunal de Cuentes, ete, aon slogides en ale twin cass (Consejo, Comisién, Tribunal de Justicia) dicen. ‘wile por los gobiemos de los Estados miembros, tal coma mivilo on los organismos internacionales, cuyo eardeter liplomttico no permite delegar directamente en los ciuda- diinion «le los patses miembros la eleccién de sus integrantes. Hin otros ensos (los onganismos técnicos), sus miembros say ‘loyidow por el Consejo, con mayorias especiales Histo se explica por lo que se express més arriba, on el tucia Ia unidad politica, pero —justamente por su eardetor paulitino— mientras dure ese proceso coexisten dos tipos de ‘rgnmas en la comunidad: el tipico de una estructura estatal HW Kon youlidad, antes de 1 } . le le vigencia del Tratado de Maastricht Taal Getechos electorales europeos, para elegir a los miembros dot dingimente Kurepee, pero los tratados no expecficaban normes sobre at Ixrmopucci6n AL DBRECHO CoMUNITARIO LATINOAMERICANO 55 (Parlamento Europeo, Tribunal de Justicia) y el t{pico de los organismos diplomélicus (Consejo y Comisién). Por eso, a medida que el Parlamento Europeo vaya adquiriendo més atribuciones, se iré democratizando la estructura jurfdico-constitucional de la Unién y consolidén- dose su integracién politica. 3) aSe ha producido una trasferencia de ciertas atribuciones derivadas de la soberania estatal a los organismos de la Comunidad? En los organismos internacionales no existe trasferencia de atributos derivados de la soberanfa a los érganos rectores de cllos. Las decisiones de éstos, como todas las de cardcter diplomético, crean derechos y obligaciones tinicamente a los Estados miembros. En la Unién Europea, en cambio, se ha producido una trasferencia de ciertos atributos de la soberanta estatal a Jos 6rganos rectores de ella, En el paragrafo B.2.3 de este mismo capitulo me he referido al tema sosteniendo que si el derecho comunitario se aplica directamente a los ciudadanos de los Estados miembros de la Comunidad y debe ser aplicado incluso por los tribunales de los Estados miembros, existe una verdade- va trasferencia de ciertas atribuciones legislativas, ejecuti- vas y judiciales, que son derivadas directamente de la so- heranfa estatal, a los érganos comunitarios. A tal punto esto os asf que el derecho comunitario tiene primacfa sobre el derecho interno", 4) El Poder Judicial de la Comunidad. Ya me he referido en el pardgrafo 3.2.1 de este mismo cpitalo al Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea y 1il papel preponderante que ha tenido y tiene su jurisprudencia con la intogracién y consolidacién del derecho comunitario. NW Iwoue, Manual de derveho comunitaria general, eit, ps. 196 a 288. Micust Axost Exnexsian Los autores de los tratados de la Comunidad no sélo la han dotado de un poder judicial auténomo, sino que haa creado una relacién orgénica entre el Tribunal de Justicia lo ella, con los tribunales nacionales de los Estados miem- hros, con el fin de lograr un desarrollo coherente del dere. cho comunitario", Es asf que el sistema judicial comunitario no se centra exclusivamente en el Tribunal de Justicia, sino que es mas umplio, ya que engloba a éste y a los érganos judiciales de Jos Estados miembros. En otras palabras, aunque el Tribu. nal tiene a su cargo la nica jurisdiceién tYpicamente coma. nitaria, no es el tinico juez que aplica el derecho comunita. rio, ya que la aplicacién de éste est4 compartida entre aquél y las jurisdicciones nacionales™. La competencia de los jueces nacionales para aplicar el dlerecho comunitario se basa en el concepto de que éste se ha convertido en parte del derecho aplicable en el territorio do los Bstados miembros (aplicabilidad directa). Para completar el andlisis nos resta compararlo con los uunules tépicos del derecho internacional clasico Diferencias con los tribunales tipicos det derecho Internacional. Cnho observar varias diferencias: |) Los tribunales tipicos del derecho internacional ejer- con unn jurisdiceién voluntaria, de tipo arbitral. En otras pulubras, los Estados deben consentir su jurisdiccién, gone- rnimente mediante la firma de un compromiso arbitral. ate principio vale tanto para los érbitros ad hoc, como para Jos tribunales permanentes. Ast, en relacién a la Corte Internacional de Justicia, con xedo en La Haya —6rgano judicial de la Organizacién de las Nuciones Unidas—, un muy pequefio mimero de Estados ha 18 Tae, Manual de dere cho camanitario general et, p24, 11 Vor nota anterior. » IvTRODUCCION AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 57 aceptado la cldusula facultativa del art. 36 de su estatuto, por el cual co cometen obligatoriamente a su jurisdiccién. El Tribunal de Justicia de la Unién Europea, en cambio, tiene jurisdiceién obligatoria sobre los Estados. miembros (arts. 169 y 170, 'T.C.E.) y excluyente de cualquier otra jurisdiccién (art. 219, T.C.E.). i 2) Los tribunales internacionales no pueden soslayar las lagunas del derecho internacional, integréndclas, lo que les im pide resolver una serie de casos considerados no justiciables E] Tribunal de Justicia de la Unién Europea, en cambio, no puede negarse a sentenciar y tiene amplia libertad de criterio en la aplicacién del derecho comunitario (art. 164, cry Los teibunales internacionales arimen Tos eonfitos que se susciten tinicamente entre Estados soberanos. Las personas particulares no tienen personerfa para estar en juicio ante ellos. E] Tribunal de Justicia de la Comunidad, en cambio, juzga las controversias que se susciten entre los particulares y las instituciones comunitarias (art. 173, T.CE., modif, por el Tratado de Maastricht). 4) La ejecutoriedad de las sentencias de Ios tribunales internacionales es muy deficiente, ya que la ejecucién for- rosa contra un Estado soberano no esté prevista en el internacional. vec contends del Tribunal de Justicia de la Unién Buropea, en cambio, tienen fuerza obligatoria en el territo- rio de los Estados miembros contra los particulares, sin necesidad de exegudtur (arts. 187 y 192, T.C.E.). Las con- Genas eontra los Estados miembros, si bien no son ejecutables on la misma forma, en 61 Tratado de Maastricht se prevé incluso la imposicién de una multa coercitiva contra el Iistado contumaz en el cumplimiento de una condena (art. 71, TCE., modif, por el Tratado de Maastricht). 114 Y deben acoptar la préctica del non Liguet. Corte Internacional de sluntieia do La Haya, Ree. 1966, 36 y 47. 58 Micuit Axor Exagxnsian Como se puede apreciar de lo expuesto en este pardgrafo, el poder judicial de la Unidn Europea tiene carasterfsten ©) Otros modelos de integracién. Breve noticia, ‘Ya me he referido en paginas anteriores a otros intentos as formar comunidades tomando como ejemplo a la Unie uropea. 1. EL Tratado de Libre Comercio de América del Norte. [0s paises miembros son: Estados Unidos, Canadé y M@jico. Su nombre en inglés es North American Free Trade Aurvenent (NAFTA). Entré en vigencia el 1 de enero da Ii, laws negociaciones se efectuaron durante los aos 1991 ¥ 1nh2 por medio de diecinueve grupos de trabajo. No es un iin nroyoetn de mercado comtin, sino que tiene objetivos mas nimplos, fundamentalmente crear una zona de libre comer, civ, ov decir, de circulacién de bienes y servicios, fundamen, tilmente (quiza se agregue a posteriori la mano de obra), con un rudimentario sistema para la solucién de controver” sins. No puede ser un modelo para tomarlo como referencia on el disefio definitive de Ja estructura del Mercosur. 1s muy poco lo que se puede comentar sobre este trae {ado y, asimismo, muy prematuro cualquier pronéstico a tach ebeeto. Lo que s{ cabe afirmar es que ha desper- tudo grandes movimientos opositores en los tres paises siggnatarios, Min efecto, a pocos dias de su entrada en vigencia, parece hub sido una de les eausas del alzamiento ind/eona y Ixmopucciox AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 59 campesino en el Estado de Chiapas al sur de Méjico Los rebeldes consideran que dicho tratado podria agu. dizar la pobreza rural, las violentas disputas por las ¢s- casas tierras cultivables y les amenazas a las culturas indigenas™®, También ha provocado numerosas criticas y encendidos debates politicos en los Estados Unidos. Algunos dirigentes politicos norteamericanos (Ross Perot, entre ellos) sostienen que traeré como consecuencia un déficit de alrededor de 6 millones de puestos de trabajo en aquel pats", Lo cierto es que el Nafta no es un verdadero proceso de integracién, al menos en esta etapa, ya que su objetivo es solamente crear una zona de libre comercio entre los tres paises signatarios, la cual, por otra parte, ya existia —par- cialmento— desde 1989, con el tratado de libre comercio que ligaba a Estados Unidos y Canada. La actitud de Méjico, frente a los pafses de la Aladi, esté provocando inconvenientes en la regién. Me ocupo de este tema en el pardgrafo 4 del capitulo V. Solo resta agregar que existen dirigentes en la Argenti- na que pretenden que nuestro pais se una al Nafta. Sin perjuicio de sefialar que considero incompatible la negocia- cin con ese grupo en forma separada de los restantes socios del Mercosur, estimo que esa idea encierra una utopia, porque no parece que los socios del Nafta estén entusiasma dos con la incorporacién de la Argentinal!”, 1 Ver "La Nacién" del 4 de enero de 1994, ps. 1 y 2; “El Cronista” del 17 de enero de 1994, p. 21. 16 Revista "Visién’, 16 al 30 de noviembre de 1993, ps. 18 a 26. Las ‘simetrias eoonémicas de los socios es también un elemento de distorsion, En Ia frontera estadounidense-mejicana existe una diferencia de siete veces el salario; v. eonferencia y mesa redonda realizeda en Bidlntal, Buenos Aires, a cargo de Paul Ganster, mayo de 1992. 17 Ver “La Nacién” del 5 de febrero de 1994, p. editorial; revis- ta "Mogatrade, Trasporte y Comercio Internacional’, 1993, n! 17, ps. 6 ye, 60 Miaver Avest, Exwexpman 2. La Mancomunidad de Estados Independientes EL). Esta integrada por Rusia y varias de las repiblicas gue formaron parte de Ia ex Union Soviética, El 24 de sctiembre de 1993 tuvo lugar en Mosctt la cumbre de los iLt paises miembros de la M.E.I. Existen dos tipos de mien bros: plenos (v.gr., Azerbaijén) y asociados (v.gr., Georgia), Hay varios paises més que esperan firmar el acuerde de integracién econémica, en cuanto sea aprobado por sus res. Pectivos parlamentos (v.gr., Ucrania y Turkmenistan)! 8. EL GATT (General Agreement on Tarifs and Trade), La denominacién en castellano es Acuerdo General scbre Aranceles Aduaneros y Comercio, Es un tratado internacie, nal multilateral, firmado en 1948, al cual se han ido inte srando la mayorfa de los pafses del mundo occidental". Sa objetivo fundamental es liberalizar el comercio mundicl, Integra, junto con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el sistema regulatorio de los aspectos mus. potatos, fimancieros y comerciales del mundo occidental |Las reuniones del organismo directivo del Gatt (denominan las “rondas”) tratan de fijar derechos arancelarios comunes, on poca suerte hasta ahora. Pe conseguir sus objetivos, lo que parece muy diffeil por hora, el Gatt serfa el inicio de una enorme union aduane ra, entre todos sus miembros. Los més recientes avances del Gatt se encuentran en el ‘a Final de la Ronda Uruguay. Este es un extenso deca sooet TiSdico “Armenia”, Buenos Aires, edicion del 29 de setiembre «le 1993, p. 6, 1° columna. 1a sui Repiibliea Argentina se adhirié mediante ol deereto-ley 9208/ 2. JA modifiencion efectuada en el tratado firmado el 1/961 fan Ida por nuestro pais, por la ley de facto 17.799, pro TktmoDuccioN al, DERECHO COUNITARIO LATINOANERICANO 61 mento que contiene documentos juridicos que son produeto de las uegociaciones efectuadas desde que se inicié dicha ronda —en Punta del Este— en 19861, Tos principales instrumentos aprobados en la ronda Uruguay del Gatt son los siguientes: Acuerdo por el cual se crea Ja Organizacién Multilateral de Comercio, que servira para garantizar el cumplimiento global de la ronda Uruguay. Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994, que se refiere al entendimiento relativo a disposi. ciones de la balanza de pagos, a la interpretacién de diver. 80s articulos del Gatt, un protocolo anexo al Gatt de 1994 Sobre productos agropecuarios, etc., un acuerdo sobre agri- cultura, un acuerdo sobre obstéculos técnicos al comercio, acuerdo antidumping, acuerdo sobre salvaguardias, acuerdo sobre la solucién de controversias, acuerdo sobre propiedad intelectual, ete. El acta final de la ronda Uruguay del Gatt fue aprobada en la ciudad de Marrakesch, el 14 de abril de 1994, y firmada Por los ministros o representantes de casi 120 paises. Ella dofiniré Jas normas que regirén el comercio mundial en las Préximas décadas. De aplicarse correctamente sus disposicio. nes, s¢ produciria un ineremento de aproximadamente 200.000 nillones de délares en la economia internacional, en poco mas de diez afios, segdin los céleulos optimistas, Bl acta final de dicha ronda esta contenida en un texto de 500 paginas, con un anexo de unas 20.000 paginas mas. En ellos se establecen las concesiones que cada pafs miem. bro del Gatt oftece a sus coasociados, en ol acceso de las mercaderias y de los servicios a los respectivos mereados, 220 Un excelente anélisis del proceso de las negociaciones de la ronda Uruguay, y sus resultados, se puede leer en tis P. NiseSwolos, BY Oo Guerelo Internacional de Servicios y el Aewerdo General de Servicien dol Gath, wna aprosimacién a sux cueitionen basicas, inéaito, Ginabrn aka do 1993, oa Micum, Anos, Bxvexoatan So estima que este acuerdo eliminaré ~a corto plazo— las barreras al comercio internacional en casi todee Ios renglo- nes, desde los productos alimenticios hasta los electrénicos, asf como los servicios. En ese documento se incluye también un acuerdo para, del a 2 Partir del 1 de enero de 1995, la Organisecide frinercio mundial, incluédos los servicios y la proteceién le Jn propiedad intelectual. Ademés contard con un sistema de solucién de contro- reieiss, mediante negociaciones y arbitraje (ya he manifer {aio mi opinién contraria a estos sistemas propios del da, recho internacional), para resolver los conflicies que se susciten, {i808 problemas que se le presentarén, tales como lax polt- {itw Iahorales, de inmigracion y competencia de vada Esta- lo, In ostabilidad politica, las asimetriag econémicas, la Uruguny os el Acuerdo General sobre Comorcie do Servicios (Gals), Consta de un acuerdo marco en el cual se estaba, lus ooligaciones basicas de los Estados miembros y varios “Nexos especificos. ‘hn la parte I (Alcance y definicin) del acuerdo se define tu Aimbito territorial y funcional de vigencia, esto os, Ins vorvicios a que se aplica, {in la parte TT figuran las obligaciones generales de los juembros. Se introduce como norma basica la cldusla a Ih mucin mids fevorecida (art. TI del Acuerdo) El ara, e (utblece que el presente Acuerdo no impedird a ninguns do “uw miembros a ser parte en que se liberalice el comereio INTmODUCCION AL, DERECHO COMUNITARIO LATNOAMERICANO 63 de servicios, bajo una serie de condiciones. También ve permite a los miembros los acuerdos de integracién de los mereados de trabajo, bajo ciertas condiciones (art. V bis), La parte III contiene los compromisos especificos de los miombros, con relacién al acceso a los mereados, al trato nacional (el art. XVII impone a los miembros la obligacién de tratar de igual manera a los proveedores de servicios de otro Estado miembro, que a sus nacionales). La parte IV establece las bases para la liberalizacién progresiva de los servicios, mediante sucesivas rondas de negociaciones y la confeecién de listas nacionales La parte V contiene disposiciones institucionales, consul- tas, solucién de diferencias y formas coercitivas en el cum. plimiento de las obligaciones. Se crea un Consejo del Co. mercio de Servicios, que desempefiaré las funciones que se Je asignen (art. XXIV), La parte VI contiene las disposiciones finales, tales como la posibilidad de negar las ventajas del Acuerdo, en ciering condiciones (art. XXVIN)"!, y las definiciones de los térmi, nos utilizados en el Acuerdo, Este Acuerdo puede significar un enorme progreso en las relaciones comerciales, con beneficio de los paises en desa, rrollo. Sin embargo, es esencial evitar que los pafses contra, les hagan uso de ciertas valvulas de escape previstas en el Acuerdo e introduzcan excepciones sectoriales, lo que podria. vaciarlo de contenido, El Acuerdo ain no ha entrado en vigencia, Existen otros ensayos de comunidades econémicas regio- nales, con resultados dispares. Sélo mencionaré algunos Porque no tienen relacién con la problemétiea latinoameri. cana y no podemos tomar de ellos ningén elemento que pudiera ser valioso a los fines de esta obra. ja shite srtieule, por su redaceién Jaxa, apticado eurialeseamente Puede significar una forma de nn eumplir el tretade: 21 Ver nate 120. Conti: Nisesvoios, ab cit. pe 46 ry Mivunt, ANoeL Exnexpstan Los mAs importantes son: Hirmado en 1957, esté integrado Sudan, Iraq, Arabia Saudita, Yemen, Marruecos y Kuwait, std integrada por Kenya, ‘Tanzania y Uganda's, Hin cuanto al Mercosur, a’ él esta dedicada 1a segunda Parte de este libro, a cuyas consideraciones me remito, Fanless detalado de estos y otzon do inte, ‘otros procesos de integracién cates 80 lo puede ler en Derecho de ls inegrncnes latinoamericana, cil, Da 1183 y sa, i, 65 Captruto IT DERECHO DE LA INTEGRACION 0 DERECHO COMUNITARIO A) Concepto. Fn el capitulo anterior hemos analizado las principales pe ttenisticas de la naturaleza y la estructura juridiens de la Unién Europea. Al hacerlo nos hemos referidy algunas de las particularidades del derecho comunitario, By gabide que a partir de la aparicién —have algunas de los tratados internacionales clésicos, los cuales —-eome es sabido— son mucho més tenues, ya que no es posible imponer su cumplimiento coactivamente a los Estados soheran El derecho com derecho propio de los siquiera un derecho exterior. 124 Esta es ya una denominacién histriea para individuaizar a la Comunidad Beonsmica, a la del Acero y del Cathay of Ree A Pary. Gel Tratado de Meastricht la denominacién afcel cs “Uninet open” (art. A). wu Mion, Axi, Bxaseeosay Katulon mlombro, tanto como.au derecho nacional, con la todo citesan OsPeCial de coronar Ja jerarauia nonmatire ce todos ellos". Esta_es una disciplina con autonomfa propia y, en con- El ‘Tribunal de Justicia de la Comunidad, en la sentencia reeafda en la causa “Costa c. Enel”, expresé al respecto: “A, diferencia de los tratados internacionsles ordinarios, el Tratado Ge Ja CHE. ha instituido un ordenamionto jertiio propio, eS ja entrada en vigor del Tratado y que se impone nnn érganos Jumiediccionales; en efecto, al erear una Comunidad de dura- cién ilimitada, dotada de instituciones Propias, de personali- dlad, de capacidad juridica, de capacidad internacion y, mis Hardcularmente, de poderes reales nacidos de una limaanee gi competencia o de una trasferencia de atribueune de los Ustedos a Ia Comunidad, éstos han [..] creado ser an cuerpo ‘lo derecho que vineula a sus nacionales y @ ellie smismos™, Bl ordenamiento juridico comunitarie se configura como Ime? de normas cuyos sujetos activos y pasives wou he Kntuclos miembros y sus eiudadanos. Dotale te érganos jrepios, tione poderes soberanos en ciertas materiae espect- Kens y —en la misma medida— los Estados monbre” han perdido la soberanta en tales ambitos reservados a ln Comu- Didad, Hn ellos, los patses miembros conservan, it embar- Pha pong ensies residuetes, pero deben qjercerlaa confines 8 Ia politica legislativa comunitaria” yin relacion a este tema, el Tribunal de Justicia de la Comunidad afirmé que “tratandose de un démbito reseryado «It competencia de la Comunidad, en el cual lon Estados Ian Rigte, Monuat de derecho comunitario general, cit, p. 176, Astagg, PCBs in re “Costa e. Enel”, sentencie del Te de julio de 1964, 6-64, "7 Matiera, E! Mereado Unico Europea, cit, ps. 668 y 88, vmopueci6n AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 67 miembros sélo pueden actuar, en adelante, como gestores del interés comin, [...] dado que la competencia en la ma- teria esté atribuida definitiva y exclusivamente a la Co. munidad, debe descartarse radicalmente la idea de que aquella omisién (del Consejo) haya tenido como consecuen- cia restituir a los Estados miembros la competencia y la libertad para actuar unilateralmente en ese sector”™®, Para entender estas relaciones es necesario abandonar criterio tradicional de “soberania exclusiva”, de ‘Bodin, Hobbe ‘Y Hegel, ya analizado supra. Bl Tribunal de Justicia de la Unién Europea ha dejado a un lado ese concepto abstracto de soberanfa indivisible, sustituyéndolo por otro nuevo de soberanta divisible, esto es, para cada materia, el cual se ajusta més al concepto de las comunidades”, Si bien al principio el derecho de la integracién comenzé a formarse en derredor de las instituciones econémicas, su campo de accién se fue luego ampliando a otras de distinta naturaleza y actualmente la integracién no sélo tiene por objeto el drea econémica, sino que también se extiende a la proteccién inter- nacional para los derechos humanos o derechos personales, aunque la materia econémica sigue siendo preponderante. : Para terminar de conceptualizar al derecho comunitario corresponde ahora enumerar brevemente sus caracteristicas principales y sus relaciones con el derecho internacional y el derecho interno do los Estados miembros. al B) Curacteres del derecho comunitario. El derecho comunitario tiene varias caracteristicas pro- pias que lo distinguen de otras ramas del derecho, 128 T.CE., in re “Pesca en Alta Mar’, sentencia del § de mayo de 1981, 18 J. V. Louis, El ordenamiento jurtdico comunitario, Oficina de Publicaciones Oficiles de las Comunidades Europeas, Laxemburgo, 1980, p. 18, 0 Muuwnt, Ano, Bxwexosnan 1) Aplicabilidad inmediata 0 automdtica, Las normas de derecho comunitario se incorporan auto- méticamente al orden jurfdico interno de cada uno de los Estados miembros, sin necesidad de ninguna norma de derecho interno que las adopte. La aplicabilidad inmediata implica la adopcién de la eorfa monista en la relacién derecho externo-derecho inter. nol, desechando el dualismo. Conforme a ello, las normas primarias y las derivadas del derecho comunitario deben ser uplisadas por los poderes de los Estados miembros, ‘mo pudiendo invocar razones 7 ituci abstenerse de hacerigtts| “ “e"etH® constituconal para Esta caracteristica es més ostensible atin en la aplicacién lel derecho derivado, Ast, por ejemplo, el ‘Tribunal de Justicia de la Comunidad Prohibié ciertas practicas de Italia consisten- tes en reproducir en sus leyes 0 decretos nacionales, determi. nadas disposiciones del derecho comunitario, a fin'de modi. ficarlas o simplemente para disimular ante los particulares {n nutureleza comunitaria de la disposicién en cuestién'® 2) Aplicabilidad directa. [aus normas comunitarias tienen eapacidad para generar ‘lorochos y ebligaciones para los ciudadanos de los Estados miembros. Ademés de su ineorporacién automética al derecho inter- no de éstos, el derecho comunitario reconoce a todos sus unk. 27, aaa ne (4 re Nariola”, sentencia del 10/10/73, A. 34-73, " IxtRopUCCION AL DERPCHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 69) habitantes la facultad de exigir ante sus jueces nacionales el reconocimiento de lus derechos que les confieran los tra- tados, reglamentos, directivas o decisiones comunitarias y la correlativa obligacién de los jueces nacionales de aplicarlos, cualquiera que sea la legislacién del pais al cual pertenezea. En otras palabras, el derecho comunitario ha reconocido legitimidad a las personas particulares para exigir el cum- plimiento de las normas del derecho comunitario, En el derecho internacional, en cambio, no se reconoce tal capa- cidad a los particulares, salvo casos muy excepcionales!™. Esta aplicabilidad directa no surge directamente de los tratados, salvo para las decisiones del Consejo (art. 189, T.C.E.), sino de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad, en especial de la ya mencionada senten- cia, dictada en el caso “Van Gend & Loos”, en la cual se afirma que la Comunidad es un nuevo orden juridico cuyos sujetos no son sélo los Estados miembros, sino también sus ciudadanos™, En la causa “Simmenthal II”, el Tribunal de Justicia de la Comunidad expresé que “la aplicabilidad directa [...] sig- nifica que las regias del derecho comunitario deben desple- gar la plenitud de sus efectos, de manera uniforme en todos los Estados miembros, a partir de su entrada en vigor y durante todo su periodo de validez. Por lo tanto, estas disposiciones son una fuente inmediata de derechos y obli- gaciones para todos aquellos a quienes afectan, ya se trate de Estados miembros o de los particulares que son parte en relaciones juridicas sometidas al derecho comunitario. Este efecto afecta igualmente a todo juez que, conociendo de un asunto en el marco de su competencia, tenga por misién, como 6rgano de un Estado miembro, salvaguardar los derechos con- feridos a los particulares por el derecho comunitario”™, 189 Isaac, Manual de derecho comunitario general, cit, p. 182 304 TC, in re "Van Gend & Loos’, sentencia del 5/2/68, A.26-62, 195 T..C,, in re “Simmenthal", sentencia del 9/9/78, A. 106-77. 70 Mic. Axor. Exexosian Por supuesto que la aplicabili i plicabilidad directa rige para 1 ormas comunitarias que sean dir, . recom ‘ectamente operativas!* 9 ‘mismo tiempo juez. comunitario}” in sintesis, y sin perjuicio de la com y ri ipetencia propia on Senfictos entre Srganos comunitarios, of Tribunal de Tusth leak, 1 Comunidad es el Superior Tesbunct de Justicia de alzada final de todos los jueces nacionales, que ejerce el control e va de ee nelidad y unifica Ia jumisprudenon nterpretativa de las normas comunitari: © vis i's tintos recursos Y acciones, ee nel e880 “Foglia c. Novello”, ef Tribunal de Justicia Un reel art. 177 se basa en una cooperacicn que implica commen? de fanciones entre ol juer naciont y el juez fomunitario, en el intorés de Ia correcta aplicacién y de la sas, Mana de derecho comanit In Tag aet® 8 operatidd y programe eB 1 185 tituctonah, Cp tk derecho comunitaho genera, ct, . 24 lo", sntoncia del Tia agg IvtropuccION AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO TL 4) Supremacta, Las normas comunitarias tienen jerarquia superior a las normas del derecho interno de los Estados miembros, Este principio tampoco surge de los tratados de las co- munidades, sino que ha sido establecido por la jurispruden- cia del Tribunal de Justicia de la Unién Europea. En el ya citado caso “Costa c. Enel”, el Tribunal consa- gr6 el principio de la supremacia absoluta ¢ incondicional del derecho comunitario sobre el derecho interno de los Estados miembros en los siguientes términos: “Esta integra- cidn en el derecho de cada Estado miembro de disposiciones que provienen de fuente comunitaria {...] tiene como coro. lario la imposibilidad para los Estados de hacer prevalecer, frente a un ordenamiento juridico aceptado por ellos sobre una base de reciprocidad, una medida unilateral ulterior que no puede, por tanto, serles opuesta. En efecto, la eft. cacia del derecho comunitario no puede variar de un Estado 8 otro, en funcién de las legislaciones internas ulteriores, sin poner en peligro la realizacién de los objetivos del Tratado contemplados en el art. 5 y establecer una discriminacion prohibida por el art. 7. Las obligaciones contrafdas en el ‘Tratado constitutive de la Comunidad no serfan absolutas, sino solamente condicionales, si las partes signatarias pu- dicran eluditlas mediante actos legislativos posteriores, [..] La primacia del derecho comunitario esta confirmada por él art. 189. [...] Esta disposicién [. J careceria de alcance si un Estado pudiera unilateralmente anular sus efectos median. te un acto legislative que prevaleciese sobre los textos co- munitarios”™®, ‘También en el caso “Simmenthal II” afirmé que “en Yirtud del principio de la primacia del derecho comunitario, las disposiciones del tratado y los actos de las instituciones ba, THG> tm re “Costa c. Enel’, sontencia del 16 de julio de 1964, A664, 72 Mieven Axost Exexostan directamente aplicables tienen como efecto, en sus relacio- nes con el derecho interno de los Estados micmbros, no sdlu hacer inaplicable de pleno derecho [...] toda disposicién con. varia de la legislacion nacional existente, sino también impedir Ja adopcién valida de nuevos actos legislativos nucionales en la medida en que fueran incompatibles con normas comunitarias”, Usta supremacta del derecho comunitario sobre el dere: cho interme de los Estados miembros es incondicional y ubsoluta. Se funda en la particularidad y originalidad del derecho comunitario, como ordenamiento juridico autonome, Esta supremacta es indispensable, ya que —como expre. sa el Tribunal de Justicia— si mediante medidas unilatera- los posteriores, los Estados miembros pudieran poner en tola de juicio una norma comunitaria, se pondrfa en peligro Jn existencia misma de Ia Comunidad, menoscabande' Is confianza mutua'! Esta supremacta absoluta del derecho comunitario fue umpliada por la jurisprudencia posterior del ‘Tribunal de slusticia, el cual en dos sentencias posteriores afirmd que la Mupromacfa del derecho comunitario se da incluso sobre las hurmus nacionales de jerarquia constitucional™, Nnua caracteristica de la supremacia del derecho comunitas rio nobre el derecho constitucional de los Estados miembros, ha tufdo aparejados numerosos problemas de hermenéutica jurf- tlien. Ast, por ejemplo, en Italia, la Corte Constitucional tuvo dlivorsos altibajos en su jurispradencia relacionada con este 1 T4.C, in re “Simmenthal IP, ya citado, 1" J.V. Louis, Bt ordenamiento juridion comunitario, cit, ps. 186 ym, ie raOn in re “Internationale Hendelsgescllscha, sentencia del Jen lisiembre de 1870, y “Nold TP, sentencia del 14 de mayo de 10% News R. Kovar, Relaciones entre el derecho comunitario y los damshon nuvionales, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Eire Han [atsemburgo, 1984, ps. 123 y ss; y Santiago Munoz Machado, i Tan.” © derecho interno y ta Comunidac Europea, Ba. Civitas, Madiid, Ls, AMERICANO 73, INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATI problema. Sostuvo que la supremacta del derecho comunitario no implica anular la norma de derecho interno incompatible, sino impedir que ésta se aplique para la resolucién del litigio ue debe resolver el juer nacional. Hn los restantes Estados miembros se han planteado problemas similares" En sintesis, es innegable que el derecho comunitario es un nuevo género de orden juridico, que ha tenido y tiene numerosos conflictos que resolver a medida que avanza en su consolidacion. C) Relaciones con el derecho internacional y con el derecho interno. Conforme a las caracteristicas que he analizado en el parégrafo B de este capitulo, es necesario describir ahora Jas relaciones del derecho comunitario con el derecho interna- cional y con el derecho interno de los Estados miembros, 18 ont tars, £1 Mead Ceo Buran it pT, nia 0 le Caterini, La Cour Constitutionnelte italienne et le drat "Ummuneitaire, Cais ded earopen, 1918 sia, La Cote Costtusionalee i diritto comunitartar ven’anni dopo, Ii Foro Italiano, 1984, . Teas, Manua de derecho comuntrio genera it 198 y ss ©. Blumann, Lartcle 54" de ta Constitution et le contrale de la vnstitutionnalité des traités en France, RG.DIP., 1078, p. 65; F Vnchatre, mtrdle de constitutionnalité des engagements internationaux st eonlguonecs aati la onstruction suraptenne REDE, TOT, 1.301: B Bhs, rat commanantaie eared burnin, Hennes 2916; B- Berens Aspects ridges de fadon de Gri ‘aux Communautés, La Groce et le Communauté, Broselas, 1977; N Cungsted-Raambsren, Primanté du droit communattire en cas de eanflie ssl droit danois, "REDE." 101, ete ‘ 1 Br muchos aagodto, la reas entre Ins tatados nteraciona leo le ston do base tel nacho cane del itera te Women de Te relasiin quo etive entre la Constance to adie qe intra el on force pola itadlo, y Ins narmas eubord Alo Gate, 4 Micven Avosi. Exorxonan 1) Con el derecho internacional ptiblico. El derecho comunitario tiene su génesis en el derecho internacional piblico, més precisamente en el derecho de los tratados, ya que éstos, como veremos més adelante, son Ja norma fundamental de este nuevo derecho. Sin embargo, en su desarrollo se ha independizado del derecho internacio. nal aparténdose, cada ver mds profumdamente, de aquél y acereéndose, aunque sin confundirse, al derecho intemo, Como ya hemos visto en los pardgrafos anteriores de oste mismo capitulo, el derecho comunitario —~a diferencia de lo que Sucede con el derecho internacional pttblico— tiene aplicacién inmediata y dizecta, no sélo sobre los Estados miembros, sing —¥ fandamentalmente— sobre los ciudadanos de éstos, El derecho intemacional ha tenido como objetivo bésico regular juridicamente las relaciones entre los Estados sohers, nos (lo que ha sido siempre muy dificil de lograr, Porque éstos no admiten un poder superior a ellos"), para mantener la paz en la comunidad internacional o al menos— para limita en lo posible la violencia. Tal es el objetivo basico de los distintos organismos internacionales existentes (ONU, OBA, ete), Bl derecho comunitario, en cambio, tiene como objetivo regular el funcionamiento de las entidades supranacionales, distintas de los Estados nacionales y de los clésicos organis, mos internacionales. Es menester insistir una vez més —aun a riesgo de Pecar de reiterativo— que los instrumentos basices que son la norma fundamental de los organismos supranacionales, no bueden confundirse con los tratados internacionales clasicus, destinados a regular las relaciones entre Estados soberanos!*” vip i bien, como he sefalado en ol eap. I, pardgrafo 8.B, el concepto tle soboranta se ha modifieado sustancialmente, los onganismos interna. cionales no tienen todavia verdadera jurisdieeién ¢ imperium bligatorios ‘wabro los Estados de la eomunidad internacional, iit Ver: Pablo A. Ramella, Integracién de las naciones, Depalma, Buenos Aires, 1984, ps. 15 y ss. Istmopucci6N AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 75 Es as{ que los tratados tipicos del derecho internacional pablico no tienen aplicacién inmediata a los Estados signa- tarios, ni directa sobre sus ciudadanos, ni se les reconoce supremacfa sobre las normas de derecho interno, En conse- cuencia, tampoco tienen jurisdiccién ni imperium obligato- ios sobre aquéllos. En cambio, como hemos visto en los parégrafos anterio- res, en la Unién Europea, hasta ahora tinico modelo de un verdadero organismo supranacional*, aparecen los tres poderes clasicos: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, aun cuando el Legislativo y el Wjecutivo no se han definide todavia nitidamente en érganos independientes y separados, con la naturaleza propia de un sistema republicano, como sf sucede con el Poder Judicial de la Comunidad. De todo lo expuesto en los pardgrafos anteriores surgen claramente las fundamentales diferencias que separan al derecho comunitario del derecho internacional publico. 2) Con el derecho interno. Este nuevo derecho tiene una relacién muy particular con el derecho interno de cada Estado. Sus relaciones se rigen por los criterios ya sefialados supra en el pardgrafo B de este mismo capitulo, esto es, su aplicacién inmediata, directa en el orden juridico interno de cada Estado, la supremacia que tiene sobre éste y la respon- sabilidad de los particulares y de los Estados miembros por Jos incumplimientos de las normas comunitarias. A lo ya expresado cabe agregar que entre ambos dere- chos (comunitario y nacional) existen complejas formas de cooperacién que respetan el reparto de compotencias de ambos ordenamientos. Esta cooperacién puede asumir tres formas distintas: 15 Teac, ob. cit, pa. BB y 66, 16 Miaust. Avorn Exwpxnsan @) Actividad de reenvio: Se manifiesta cuando el derecho comunitario reenvia al derecho interno de cada Estado la eiecucién de una norma concreta. V.gr., cuando se remite a los frdenamicntos juridicos nacionales para determinar el concep to de nacionalidad. Es propia del derecho internacional priv. do. En general la actividad de reenvio debe ser aplicatia on forma supletoria, ya que lo propio es que la materia comuni- faria sea legislada por los érganos de la comunidad 5) Actividad de integracién: En ciertos casos, el derecho Gomunitario completa sus propias instituciones, ineorporan. do conceptos o institutos juridicos propios de los derechos nacionales. Asi, el art. 192 del T.C.E. establece que la ciecucién forzosa de las decisiones del Consejo o de la Co. mision se regiré por las normas de Procedimiento civil vi- Bentes en el Estado en cuyo territorio se leve a cabo, oxpresadas en el pérrafo anterior. ©) Actividad de recurso: Consiste en la remisin del ‘lorecho comunitario al conjunto de las legislaciones de los Hstados miembros, para la aplicacién de cldusulas gonere, los, Ast, v.gr., el art. 215, T.C.E., establece que la respon- subilidud extracontractual de la Comunidad se rige por los principios gonerales comunes a los derechos (internos) de los Wstados miembros, D) Fuentes. Corresponde ahora analizar las fuentes del derecho comu- nitario, Estas son de dos tipos: las que corresponden al derecho comunitario originario y las del derecho comunitario derivado. Tn las comunidades existen dos categorias de atribucio, twos bien diferenciadas: Ia primera consiste en el “poder constituyente” (originario 0 reformador) de la Comunidad, siereido por medio del treaty making power de los Estados INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO TT miembros cuando éstos crean la comunidad o modifican su sistema juridico; la segunda es ejercida por los “podores constitufdos”, por medio de los érganos de la comunidad, Analizaré ambas. 1) Derecho originario: tratados internacionales. El derecho comunitario originario tiene origen sinalag- matico, es decir, se genera en los tratados internacionales celebrados éntre los Estados que —a partir de entonces— pasarén a ser miembros de la comunidad creada por ellos. Los tratados internacionales que crean o modifican las estructuras juridicas fundamentales de la comunidad son algo similar a las normas constitucionales de ella. Se puede apreciar asi una suerte de isomorfismo con la estructura Juridica de un Estado nacional. Los tres tratados fundacionales de las Comunidades Europeas (actualmente denominada Unién Europea) son: el Tratado de Paris del 18 de agosto de 1951, carta funda- cional de la Comunidad del Acero y del Carbén, y los dos tatados de Roma del 25 de marzo de 1957, que fueron el crigen de la Comunidad Econémica Europea y de la Con munidad de la Energia Atémica (Huratom)', Todos ellos fueron acompatiados de multiples protocolos adicionales y anexos (v.gr., el protocolo de Bruselas de 1957 sobre privi- legios © inmunidades y sobre el Tribunal de Justicia) ‘También me he referido a los principales tratados modi. ficatorios de los anteriores: Protocolo de Bruselas de 1965, los tratados presupuestarios de Luxemburgo (1970) y de Bruselas (1975), el Acta Unica Europea (Luxemburgo y La 48 Una trascripcién completa de los diversos tratados, convenios, prolaeclos y aetas, anteriores a Maastricht, se encuentra on Santiaye ‘Munoz Machado, Cédigo de derecho eomunitario europeo, Civitas, Me did, 1978, cap. 1. 8 Micust, Anon, Exwexnaas Haya de 1986) y el Tratado de la Union Europea (Maastricht 1992)", Los tratados referidos al Mercado Comin del Sur son, fundamentalmente, el Tratado de Asuncién del 26 de marzo de 1991 y el Protocolo de Brasilia para la solucién de controversias, del 17 de diciembre de 1991. A ellos se agre- gan el Tratado de Montevideo de 1980, que creé la Asocia- cién Latinoamericana de Integracién, y los acuerdos de alcance parcial, tales como el Tratado de Integracién entre Argentina y Brasil de 1988. En el caso de la Asociacién de Libre Comercio de Amé- rica del Norte (Nafta), el Tratado firmado entre Canad4, Estados Unidos y Méjico entré en vigencia el 1 de enero de 1994, Este acuerdo no tiene por objeto avanzar en un pro- coso de integracién, ya que su extenso articulado crea sélo una zona de libre comercio entre los tres paises signatarios y un rudimentario sistema para la solucién de controversias. Como he afirmado mas arriba, no puede ser un modelo de referencia para el disefio de la estructura definitiva del Mercosur. Como he adelantado en el pardgrafo C de este mismo enpftulo, el derecho comunitario tiene un origen igual al del dorocho internacional puiblico, ya que sus normas funda- montales son los tratados que originan la comunidad supra- nacional. Sin embargo, una vez constitufda ésta, las normas comunitarias se separan drdsticamente del derecho internacio- nal, ya que tienen una génesis similar a las internas de cada Estado. Ya no derivan de los tratados internacionales, sino que provienen de los érganos comunitarios, que ejercen las atribu- ciones legislativas, ejecutivas y judiciales en la comunidad. Como he sefialado en parrafos anteriores, dichas normas’ son aplicables directa ¢ inmediatamente en el territorio de Entré en vigencia, luego de haber sido tatificado por los dove Hatados miembros, el 1 de noviembre de 1993, es decir, con diez meses do atraso a la fecha prevista en su art, R, ine. 2. NTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 79 los Estados miembros y a los habitantes de ellos, sin nece- sidad del exequdtur de los gobiernos de tales Estados. Veamos someramente cémo se generan tales estructuras fundamentales de la comunidad supranacional, @) Tratados relativos a Ia integracién econdmica y —eventualmente— politica. Forman una categorfa que no era no conocida en la @poca en que se sancioné la Constitucién argentina. Los ejemplos tipicos dé tratados_son_ Unién Europea (ex Comunidades Europeas), y—aunque no tan” evolucionados— los del_M -que_fueron a } 5 duali sefialado supra— implica una verdadéra trasferencia de iertos atributos derivadas de la soberania. ala entidad, supranacional, lo que no se produce en los tratados que han creado a los clésicos organismos internacionales, tales como n Organizacién de las Naciones Unidas, la Organizaci6n de Kstados Americanos, etc. A diferencia de éstas, las eutidades supranacionales creadas por esos tratados son el germen de un futuro Es- Indo federal, formado por todos los paises signatarios. Bn efecto, si bien estos tratados tienen como objetivo inmediato la integracién econémica mediante la formacién oun mereado comin sin barreras aduaneras internas, y con una politica econémica, financiera y comercial comtin, vin avanzando hacia una integracién politica, fundamental. monte porque la eada vez mayor interdependencia reciproca do los Estados miombros genorada por la comunidad de 80 Miovst Anos, Exwekosiax intereses, apoyado por la actividad de los poderes supra- naciouales, van extendiendo a areas cada vez mayores —y no exclusivamente econémicas— al derecho comunitario que es el germen del futuro derecho federal, Este tema tiene antigua data en el seno de la Comuni- dad Europea. El informe Davignon, adoptado por los ministros de asuntos exteriores en Tuxemburgo en 1970, afirmaba que los desarrollos actuales de las Comunidades Europeas impo- nen a los Estados miembros dotarse de los medios de armo- nizar sus puntos de vista en materia de politica internacional, y definia los métodos y las instancias de la cooperacién po. litica europea. En la cumbre de Paris de 1974 los jefes de Estado y de gobierno tomaron la decisién de reunirse tres veces por afio en el Consejo Europeo para tratar temas de cooperacién politica. En 1981 el Parlamento Europeo creé una comisiOn institucional a la cual encargé estudiar una estructura juridica de la Unién Europea, ete,"1, En Latinoamérica atin no se han dado estas caracteris- ticas, porque el proceso de integracién, por numerosas cau- sas, fundamentalmente de cardcter politico y de asimetrias (diferencias de niveles) econdmicas, es mucho mas lento y con grandes altibajos, con avances y retrocesos. Pero ésa es la direecién en que avanza la historia. 6) Tratados relativos al derecho de la integracién humanitaria. Como he expresado supra, en las Ultimas décadas se ha ido afianzando, en la comunidad internacional, la idea de que el respeto de los derechos fundamentales de la persona © derechos humanos como se los denomina pleondsticamente, 14 Isaac, Manual de derecho comunitario general, eit., ps. 24 y ss; R. Bloes, Le plan Gouchet et le probleme de (Europe politique, Brujas, Editions du College dEurope, 1974; J. Burner, Rapport Tindemans: ine tentative mort-neé de Vunion politig. de UBurope, RMC, 1976; entro otros, IvmmopUccION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 81 forman parte del orden piblico internacional. Esto se pro- duce como una reaccién a los horrores cometidos en este siglo por los gobiernos de diversos paises, ya sea contra su propia poblacién o contra minorias raciales que no pudieron defenderse contra estos atropellos y fueron masacradas en forma inmisericorde. La proteccién de estos derechos no es ya una responsa- bilidad exclusiva de cada Estado. Al contrario, ha pasado a formar parte del orden piblico internacional, y ellos estan protegidos por este nuevo derecho que se esta formando, que se ha ido separando del viejo tronco del derecho inter. nacional piblico y adquiriendo autonomfa propia. Me refiero a este nuevo derecho supranacional o comunitario de los derechos humanos, al que he denominado “derecho de la integracién humanitaria”, para distinguirlo del viejo tronco. En otras palabras, un Estado que viola habitualmente los derechos personales de sus habitantes no puede ampa- rarse ya en los tradicionales principios del derecho inter- nacional ptiblico: no intervencién, autodeterminacién, sobe- ranta, para evitar su responsabilidad. La tendencia actual « irreversible se dirige a otorgar a todos los miembros de la comunidad internacional, personeria para sancionar las vio- luciones —al menos las més groseras y flagrantes— de los derechos personales fundamentales, que se produzcan en cualesquiera de los Estados", En el émbito interamericano, un hito trascendente en este nuevo derecho de la integracién humanitaria es la Convencién Americana de Derechos Humanos, conocida como “Pacto de San José de Costa Rica”, a la cual me referiré nis adelante, In el dmbito europeo, el Tribunal Europeo de Derechos 82 Ménica Pinto, Un tribunal internacional para las violaciones de ‘hur derechos humanos, "La Ley" del 27 de agosto de 1993; Alivedo H. Altunica, La injerencia humaniteria, "La Nacién" del 8 de marzo de tr, p. 8, 82 Micust, Axet, Exwexpsian Humanos también realiza una tarea altamente significativa on el desarrollo de este deracho de la integracién humani- taria, En efecto, sus fallos han creado una densa jurispru- dencia interpretativa del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que marca rumbos en el derecho de la integra. cién_humanitaria™®, Si bien atin no se ha podido eliminar las guerras con su secuela de atrocidades, ni los prejuicios étnicos y religiosos, ni —en suma— las violaciones a los derechos a que hice referencia unas lineas més arriba, lo cierto es que esté avanzando una nueva rama del derecho de la integracién, In que tiene por objeto la proteccién internacional de los derechos del hombre", Nikken afirma que “la adopeién de un régimen internacional de tutela a los derechos humanos supone que las ofensas a los mismos no son ya una cuestion doméstica, que se resuelve a través de los procedi- mientos locales referentes a las relaciones del Estado con sus stibditos”®, Aun cuando los hechos recientes en el Céueaso, es decir, Jn guerra entre las replicas de Armenia y de Azerbadjian (de la ex Unién Soviética)!, la de Somalia, la de serbios hosnios en la ex Yugoslavia, parecieran desmentirlo, hoy la comunidad internacional no permanece impasible, sin ati- nur a intervenir. Si —lo que Dios no permita— se produ- joran nuevos genocidios como los perpetrados en este siglo por el Estado turco contra el pueblo armenio y por el Estado 1%) Ver la coleccidn del “Boletin de Jurisprudencia Constitucional’, publicacion mensual, editada por las Cortes Generales de Espana, Secre- taria General del Congreso de los Diputados, Madrid. ¥4 Juan Carlos Hitters, Derecho internacional de los derechos hu: ‘manos, Bd. Bdiar, Buenos Aires, 1991, tI, ps, 240 y es.; Susana Albanese, Promacién y proteccién internacional de tos derechos humanos, Bd, La Rocea, Buenos Aires, 1992, p. 30. Petor Nikken, La proteccidn internacional de los derechos huma- ‘wos, Su desarrollo progresivo, Ed. Civitas, Madrid, 1987, p. 88. 6 Ver nuestro trabajo Cuando 1a fuerza reemplaza’a la justicia y la razén, diario "Armenia’ del 18 de febrero de 1992, INTRODUCCION AL, DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 83 aleman nacionalsocialista contra su poblacién juc que las consecuencias serfan otras. Asf, en los tltimos tiempos ha habido pronunciamientos judiciales en algunos paises (Estados Unidos y Francia, concretamente) que se atribuyeron jurisdiceién para juzgar y condenar a Estados extranjeros por erfmenes aberrantes cometidos en territorio de éstos contra ciudadanos de aqué- los. Si bien tales pronunciamientos son aislados e incluso han sido revocados por instancias judiciales superiores, lo cierto es que la semilla esta germinando. Del mismo modo, en los tratados internacionales se prevén instancias judiciales —bien que imperfectas todavia— para someter a proceso a los Estados violadores de estos derechos fundamentales, reconocidos en los tratados. Lo cierto es que, gracias a estos avances de la ética y merced a las instancias de los organismos internacionales, esta apareciendo una nueva categoria de tratados o conve nios multilaterales, cuyo objetivo no es regular las relaciones entre Estados, ni tender a la integracién econdmica o polf- tica, sino imponer a los Estados firmantes standards mfnimos obligatorios de garantizacién de los derechos fundamentales de sus propios habitantes. En otras palabras, los sujetos activos de los derechos generados en estos tratados no son los Estados firmantes, sino los individuos que habitan en ellos. En dichos tratados se prevé incluso Ja existencia de tribunalcs u organismos supranacionales, ante lus cuales un Estado signatario puede ser denunciado por incumplimiento de las obligaciones que ha asumido respecto a sus propios habitantes. Por supuesto que todo este avance es muy lento y con imperfecciones; estas garantias judiciales para los habitan- tes de los Estados firmantes de estos tratados son todavia imperfectas (no se puede instituir una jurisdiccién plena obligatoria ab initio, sino en forma lenta y progresiva), porque choca con la resistencia de los gobiernos a aceptar limi- 84 Mioven Axost Exmexpsan taciones a su poder, no ya por sus propios érganos consti- tucionales, sino por la injerencia de la comunidad interna- cional en los asuntos domésticos™ Ast, con muchos altibajos pero sin pausa, se est hacien- do realidad el pronéstico de ese pensador genial que fue Juan Bautista Alberdi, en una de sus wltimas obras: Hl cr men de la guerra, en la cual el ilustre tucumano se adelanté més de cien afios a su época, al predecir la existencia de una conciencia comtin de la humanidad que impediria las atroci- dades que el hombre comete contra sus semejantes™™, Estos tratados van formando una nueva rama del dere- cho que me resisto a identificar con el derecho internacional lfsico, como lo hace la casi totalidad de la doctrina que lo donomina “derecho internacional humanitario” En efecto, el derecho internacional, como sefialé més arri- ba, se dirige a regular las relaciones entre Estados soberanos ¥) Por tanto, tiene principios (soberanfa, no intervencién, ete.) que no pueden aplicarse a este nuevo derecho. Por eso —y para distinguirlo en forma neta del derecho internacional— y en virtud de sus analogfas metodolégicas con el derecho de Ia integracién, ya que en ambos se pro- duce la trasferencia (parcial) de ciertos atributos de la so. horanfa a organismos supranacionales, propongo lamarlo “dorocho de la integracién humanitaria”. Ejemplo de estos tratados son la Convencién Americana do Derechos Humanos, conocida también como Pacto de San José de Costa Rica, los pactos internacionales de Derechos Civiles y Politicos y de Derechos Econémicos y Sociales, todos cellos firmados y ratificados por nuestro pais, y el Convenio Europeo sobre Derechos Humanos. . La proteccién de los derechos individuales, a cargo de 6rganos jurisdiccionales supranacionales, con facultades para 157 Nikken, ob. cit, p. 76. ' Juan Bautista Alberdi, El crimen de la guerra, Ba. Platero, Buenos Aires, 1984, EsTRODUCCION 1, DBRECHO COMUNTTARIO LATINOAMERICANO 85 enar a los Estados violadores, es una conse- theuen lgas de in ircein en. quo wa la hora de le humanidad. Quien pretenda no verlo asi, so pretexto de defender la soberanfa de su pafs, 0 bien acttia de mala fe, Porque no quiere eantroles sobre sus abusos de poder, 0 si actéia de buena fe, peca de ingenuo e idiota til al servicio de los déspotas, ya que no sélo arriesga la protec- ci6n de sus propios derechos personales y los de sus com- patriotas, sino que se repliega en una postura conservadora estrabica, 2) Derecho derivado. Como he expresado en el pardgrafo anterior, si bien las fuentes primarias del derecho comunitario son los tratados por los cuales se crea la comunidad —algo asf como sus “normas constitucionales”—, los actos emanados de los ér- ganos de ella constituyen un segundo grupo de fuentes formales del derecho comunitario, no menos importante que ‘imeras. veer durecho combnitasiodexivado es el conjunto de las nor- mas emanadas de los érganos de gobierno de la comunidad. No se trata, como en el caso anterior, de derecho sinalagmético, emergente de acuerdos entre los Estados, sino de derecho unilateral, es decir, emanado de la propia comunidad, en ejercicio de sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial comu- nitarios, Como he sefialado en el paragrafo B del presente capitulo, tienen aplicabilidad inmediata y directa. Tales normas son de una estructura similar a las de un orden juridico estatal y emanan de los érganos comunitarios que tienen capacidad para dictarlas, segin el procedimiento establecido en las “normas constitucionales” de la comuni- 18) Ver: Isane, Manual de derecho comunitario general, cit., ps. 184 86 Micui, Axor. Browwxpman dad. Esta es una caracteristi istica in organisms internacionales. “* '® Gistingue de los 21. En el derecho comunitario europeo, En Ja Union Europea, como hem gra : 7 08 visto en el pard Pig Gel capitulo 1, el Consejo y el Parlamento tiekon tele. rr hh 8 partir del Tratado de Maastricht unque los tratados evitan cuidadosament, @ los tratadas fe usar I palabras “ley” 0 “legislacién’, el ‘Tribunal ‘dela Comoe ae : ; nided utiliza estos términos con total naturalidad on nec Las fuentes formales del derech tari 1 i a 0 comunitari fengeae estdn enunciadas en el art. 189 del NOE. mea ficado por el Tratado de Maastricht (con excencis; Jurisprudencia), y son las siguientes; “PSP de Ja @) Los reglamentos, Son adopiadas conjuntamente por el Ps ajo 0 por el Consejo y la Comisién, Son dren ‘olen bles en el territorio de cada Estado miembro, sin necesidad de Cy aidtur algano. No pueden ser aplicados en forma incomple- © selectiva por los Estados iniembros". ‘Tiene aplicabilidad directa ¢ inmediata (ver pardgrafo B de este capitulo), 10 fa, wt J, A.107-71, 14, » in re Simmenthal", sentencia del 9 de marzo de 1978, 18 5.6, “ ia”, Fa i9 ts, “Comision. Talia’, sentencta del 7 do febrero de 1073, Ae, 89-72; f4. in re “Granaria’, Tags e883 C + sentencia del 30 de noviembre de FARIO.LATINOAMERICANO 87 IyTRopucciON AL DERECHO comU 5) Las directivas. Son normas de carécter general, pero de menor exten- sidn y ejecutoriedad que los reglamentos. Obligan al Estado miembro destinatario de ellas porque le imponen un resul: tado que debe conseguir, pero dejan sometida a las autori dades nacionales de ese Estado la eleccién de la forma de ejecutarlas y los medios de cumplirlas en su territorio, Cuando la directiva se dirige a todos los Estados miembros, que es el caso més frecuente, y —por ello— es objeto de aplicacién simultanea en toda la Unién Europea, equivale a un procedimiento de legislacién comunitaria indirecta, Los Estados miembros disponen de total libertad en la eleccién del acto juridico interno que pondré en ejecucién a la directiva, segén su propio sistema constitucional. ©) Las decisiones. El art. 189 del T.C.E. se refiere a ellas, simplemente afirmando que “la decisién ser obligatoria ‘en todos sus elementos para todos sus destinatarios”. Contrariamente a los reglamentos y a las directivas, la decisién no tiene aleance general. Puede estar dirigida aun individuo, a una empresa o a un Estado miembro (v.gr., cuan- do se prohtbe un subsidio estatal a determinada actividad). La decisién consiste en la aplicacién de las normas gene- rales (tratados, reglamentos o directivas) a casos particulares, semajante a los actos administrativos individuales, Es un modo de ejecucién administrativa del derecho comunitario!™. d) Las recomendaciones y dictémenes. El art. 189 del T.C.E, se refiere a ellos expresando que no seran vinculantes, es decir, que no tienen fuerza obligatoria. En general, las recomendaciones son tomadas motu proprio, es decir, por iniciativa del Consejo o la Comisién; los dictamenes, en cambio, son producidos a solicitud de los interesados. 469 Isaac, Manual eit., ps, 198 y 189. 88 Mount, Axost Eiarexpstan Las recomendaciones y dictamenes juridicas propiamente dichas, ya que les flta cf aenns feactive pico del derecho y, por tanto, no son fuentes formales del derecho comunitario en sentido estrieto Sin embargo, juegan un importante rol como elemento de interpretacién del derecho comunitario, en especial por- sue eae de Ia interpretacién auténtica, esto es, produ. ‘ los mismos ér; i ; ee, alam Srganes que han emitido las ‘normas ©) La jurisprudencia, ‘nidico comunitario tiene un gran apoyo en la pirdmide jureen (i ste, ya que la jurisprudencia no se limita a la eeteachan (hel derecho eomunitario escrito (originario 0 deriveoy are ‘He twmbién aplica los principios generales del devedhgi@e M4 Edom, ps. 168 y es. Sobre el rol del vent fee, ¥ 88, Sobre el rol del juez en el derecho comunitario sign orl oxen srl Se Ada Kemslngcsc eee t derecha comunitario, "Bl Derecho" del 18 de agosto a ooo IxMRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 89 singulariza especialmente por la utilizacién de métodos de interpretacién muy dindmicos asf como por un amplio recur- so a los principios generales del derecho”, f) Los principios generales del derecho. Son reglas no escritas, comunes y aceptadas por todos los sistemas jurfdicos nacionales o internacionales", que el ‘Tribunal aplica. El catélogo de estas reglas es muy nutrido. Muchas de ellas vienen desde el derecho romano. Otras son posteriores, Hay principios que son vélidos para todas las ramas del derecho (v.gr., pacta sunt servanda, la inviolabilidad del derecho de defensa, el respeto a la seguridad juridica, etc.); otros son especificos de ciertas materias juridicas (v.gr., non bis in eadem, in dubio pro reo, etc.). Al recurrir a los principios generales del derecho, el Tribunal de Justicia de la Comunidad puede elegir con total independencia y sin cortapisas, los principios juridicos que desea incorporar al orden juridico comunitario. La importancia de esta prerrogativa es enorme en el progreso del sistema jurfdico de la Comunidad, porque per- mite al Tribunal superar las dificultades del derecho comu- nitario escrito, mencionadas en el pérrafo anterior. 8) El derecho consuetudinario. Como es sabido, el derecho consuetudinario, 0 costum- bre, cs una fuente formal muy importante del derecho. Tiene mucho mayor importancia en el sistema anglosajén del common law, que en el del derecho continental europeo, derivado del derecho romano, en el cual el derecho escrito es 165 Isaac, Manual cit., ps. 162/8. 186 Con la frase “todas los sistemas [...” me estoy refiriendo a los paises que tienen un m{nimo standard propio del Estado de derecho, del Fespeto a los principios republicanes. No incluyo, por supuesto, « los Estados totalitarios. 90 Mou. Axara, Exarexouan Ja norma, Sin embargo, en ciertas materi i r , materias, en especial en el Gmbito comercial, el derecho consuetudinarig cae ot sistema continental europeo— tiene una trascendencia fundamental. En Ja Comunidad Europea el derecho eomunitacs no ha 2.2. En el derecho comunitario del Mercosur. Remisién. Las fuentes del derecho comunitario del Mercosur serdn analizadas en el pardgrafo A del capitulo X de este libro, a cuyas consideraciones me remito, , i) Ambito de aplicacién, Ya me he referido a las fuentes formales del_derecho muniterio. Corresponde ahora deter andlisis dol émbito al cual se aplica. weenes oo. sl ands a) Jntegracion econdmiea. Remision, En el paragrafo D. roferido a la integracién econé; 5) Integracion humanitaria, Como he adelantado supra, en el a Pardgrafo D.1.b de este captulo, actualmente la integracién no sélo tiene Por objeto IxTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 91 cl area econémica, sino que también busca la proteccién de los derechos personales fundamentales. ‘También en honor a la brevedad, me remito a las con- sideraciones alli efectuadas. ©) glntegracion politica? También, en el parégrafo D.1.a de este capitulo he lizado las implicancias politicas del proceso de integracién en la Unién Europea, cuyas consideraciones pueden exten. derse a otros procesos similares, aunque éstos vengan mucho mas atrasados que aquél, en cuanto a su implementacién (me refiero concretamente al Mercosur). Por ello, me remito a aquel pardgrafo en honor a la brevedad. F) La pirdmide juridica en la Unién Europea, La estructura jerérquica de las normas del derecho co- munitario surge de los tratados y de la jurisprudencia del ‘Tribunal de Justicia de la Unién Europea'™. En el primer nivel jerérquico se encuentra el derecho sinalagmatico, formado por los tratados constitutivos de la Comunidad, los anexos y los protocolos adicionales, asf como los modificatorios, ya mencionados en el pardgrafo D.1 de este capitulo. En segundo nivel se ubican los principios generales dol derecho y el derecho consuetudinario, En el tercero, los acuerdos internacionales celebrados por la Union Europea. En el cuarto nivel, el derecho derivado: los reglamentos, las directivas, las decisiones, las recomendaciones y dictémenes. 187 Este esquema ha sido tomado del folleto de Klaus Dieter Bor- chardt, Et ABC del derecho comunitario, Oficina de Publicaciones Of ciales do las Comunidades Europens, Laxemburgo, 1991, 92 Mave, Axost Exwexosa En el quinto nivel se encuentran los acuerdos de caréc- ter europeo. Finalmente, en el tltimo nivel estén las n¢ , ormas de derecho interno de los Estados, que pueden ser diciadee supletoriamente por éstos, en las materias que hag ae delegadas a los Grganos de la Comunidad neStese awe el Tribunal de Justicia de la Comunidad ha incorporado como norma comunitaria a los principios cen prineipios gene- rales del derecho y al derecho consuetudinario, lo que ime Srando el derecho comunitario haciendo de él un orden pomativo completo y cada vez mas amplio, para suplir nef las carencias del derecho originario, cuyan modifieecionce fon muy difcultosas por Ia pesadez dal trémite. Este es un elemento muy importante para el pri eer —rr—— Fe (ver parégrafo D.2.1.6 de este mismo capitulo). @ Aspectos constitucionales en Ia recepein del derecho comunitario por el derecho interno, 1) las cuestion en el derecho constitucional comparado, EI proceso de integracién —como ya he sefialado en Waring ocasiones a Io largo de esta obra— implica neceseria. mente la trasferencia de ciertas atribuciones propias de los Organos nacionales, a los de la Comunidad. Ello afecta a Ie estructura jerérquica de las normas juridicas de los Estados podré trasferir por ley, derechos de soberanta a instituen os internacionales. Esta disposicién se complementa con el IvtRoDUCCION AL, DENECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 93, art. 25, que establece la obligatoriedad inmediata, para los habitantes de la Federacién, de las normas del derecho de gentes (derecho internacional)!™ El predmbulo de la Constitucién francesa de 1949 esta- blecfa que, bajo reserva de reciprocidad, Francia consiente en las limitaciones de soberanfa necesarias para el estable- cimiento de asegure la paz y la justicia. El art. 55 de la Constitucién francesa actual expresa que los tratados 0 acuerdos debidamente ratificados tendrén una autoridad superior a la de las leyes'®, El art. 11 de la Constitucién italiana de 1947 establece que Italia accede a las limitaciones de soberanfa necesarias para un ordenamiento que asegure la paz y la justicia entre las naciones"”, El art, 93 de la Constitucién espafiola de 1978 permite Ja celebracién de tratados por los que se atribuya a una organizaci6n o institucién internacional el ejercicio de com- petencias derivadas de la Constitucién. A su vez, el art. 96 establece que los tratados, una vez publicados, formarén parte del ordenamiento interno y sus disposiciones sélo podrén ser derogadas, modificadas 0 suspendidas en la for- ma prevista en los propios tratados. Disposiciones similares tienen las constituciones de Dinamarca (art. 20), Suecia (art. 5, cap. 10, Inst. de Gob.), Bélgica (art. 25 bis), Holanda (art. 67), Luxemburgo (art. 49 bis), Grecia (art. 28)", Un serio problema se plantea al juez nacional de un Estado miembrn cnando actia como juez de la Comunidad, cuando debe aplicar una norma comunitaria contraria a la Constitucién de su pats. Este tema produjo en Europa interesantes y encontradas 185 Mariano Daranas Peléez, Las constituciones europeas, Madrid, tora Nacional, t. I, p. 197. 189 fdem, p. 897. 370 fdem, t. II, p. 1219, 171 fdom, t. I, p. 760, 94 Miavel, Ancet Exnexonian decisiones jurisprudenciales que no analizaré, para no ex- tenderme en demasfa!”, Sin embargo, es necesario sefialar que el problema se complica en aquellos paises adscritos al control de constitucionalidad concentrado, tales como Alemania, Espa. fia, Italia, y en los que tienen un sistema de control politico previo a la vigencia de la Jey, como Francia’, El Consejo Constitucional francés resolvi6, en abril de 1992, que la autorizacién para ratificar el Tratado de Maastricht dba ser prevedida por una revisién de la Constitucién, pues algunas de sus cléusulas eran inconstitucionales!” 2) La cuestin en el derecho constitucional latinoamericano. Remision, Este toma serd analizado en el pardgrafo C del capitulo X de este libro, a cuyos términos me remito, H) Puerza ejecutiva de los actos comunitarios, El derecho comunitario no concede a ninguna de las instituciones de la Unién Europea el derecho de anular las normas 0 actos de los Estados miembros, por ser contrarios 8 las normas comunitarias, en forma similar a lo que seria un control de constitucionalidad en el derecho constitucional comparade, No obstante ello, como he dicho en el acépite anterior, Ins normas comunitarias tienen supremacia sobre el dere- cho interno de los Estados miembros. : tm Yet: Ramella, Integracin de las naciones, cit, ps. 22 y ss 1 Louis Dubois, Le juge francais et le conflit entre nornwe eensti- ‘iannelle f norme européenne, L’Rurope et le Droit, Paris, Dallon, 1991 '™ Citado por Kemelmajer de Carlucei, en ob. cit, p. 3. Ixtmopuccion AL DeRECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 95 Cabe preguntarnos, entonces, cual es la solucién de un eventual conflicto producide por la falta de cumplimiento de las normas comunitarias en el territorio de un Estado miembro. Es necesario distinguir si el ineumplimiento proviene de particulares 0 de un Estado miembro. El .C.E. no prevé sanciones en su texto, pero su art. 87 delega al Consejo, previa propuesta de la Comision y con- sulta al Parlamento, la sancién de los reglamentos 0 direc- tivas para la aplicacién de los principios establecidos en los arts. 85 y 86 (principios basicos regulatorios de la actividad empresarial), incluyendo las multas coercitivas que fueren necesarias para garantizar las prohibiciones establecidas en dichos articulos. En cumplimiento de tal prescripeién, el Consejo sancioné el reglamento 17 del 21/2/62, que habilita a la Comisién para aplicar las multas a las empresas y asociaciones infractoras. Estas sanciones son apelables ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad (art. 172, T.C.E., modif. por el Tratado de Maastricht). Estas multas constituyen titulo ejecutivo y su ejecucién forzada se sustancia ante los tribunales nacionales (art. 192, T.C.E). Si el incumplimiento proviene de un Estado miembro, la cuestin es mas compleja. En el primer caso, el T.C.E.C.A. prove un arsenal muy completo de sanciones pecuniarias, que son aplicadas por la Comisin o por el Consejo", También hay un procedimiento previsto en los arts. 169 a 171 del T.C.E. que se completa con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unién Europea Si la Comisién estima que un Estado miembro ha dejado de cumplir las obligaciones a su cargo, previa vista al Es- tado presuntamente infractor, emitird un dictamen fundado en "7 Tanne, Manual cit., ps, 229 y ss. 96 Miauen Anant. ExMnnnaan tal sentido, Si éste no cumple el dictamen en el plazo previsto on 61, la Comisién podré recurrir al ‘Tribunal de Justicia. Indopendientemente del procedimiento mencionado, cualquier Estado miembro puede demandar ante el Tri, bunal de Justicia a otro, por ineumplimiento de sus obliga. ciones comunitarias. Previamente debe someter el asunte 4 In Comisién, que emitiré un dictamen fundado, previa truslado a los Estados interesados, Dicho dictamen ‘no es vinculante. Hl art. 171 del T.C.E. establecia solamente que si el ‘Tribunal de Justicia declarara que un Estado miembro ha incumplido las obligaciones comunitarias a su cargo, dicho Nistndo debe adoptar las medidas nesesarias para la eject. cién do la sentencia. A dicho texto se le agregaron tres nueyos pérrafos por el Tratado de Maastricht. Estos crean un complicado procedimiento de ejecucién contra el Estado condenado, con una nueva intervencién de In Comisién, la que indicara el importe de la suma a tanto nlendo (astreintes) o 1a multa coercitiva que deba pagar el Nstndo infractor. No se establece, por supuesto, la ejecucion forzosa de dicha condena, Iu doctrina europes —en general— entiende que la condonn dol art, 169 es meramente declarativa™. El Tri. bunal de Justicia ha adoptado la posicién contraria, En la cnusn “Pretura de Vicenza y de Bassano”, en el marco de los litigios planteados por “Andrea Francovich y Danila Bonifaci ©. Ropiblica Italiana”, En dicha sentoncia, el Tribunal sostuvo que el Ustado miombro que no ha tomado las medidas de ejecucién im. buestas por una directiva comunitaria no puede oponer a ‘vs particulares el no cumplimiento de las obligaciones que it Mattora, El Mercado Unico Buropeo, cit, ps. 719 y ss, {77 J.C.E sentencia del 19/1/91, publicada en "E| Derecho" del 9 «le notiembro de 1992, p. 2, eon nota de Germén Bidart Campos, Derecho cumuunitario y derecho interno, InTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO OT ello implica. Sostuvo también que ello incumbe a las au- toridades nacionales encargadas de aplicar, en el marco de sus competencias, las disposiciones del derecho comunitario. Finalmente, establecié que es inherente a la Comunidad el Principio de la responsabilidad del Estado miembro por los perjuicios ocasionados a los particulares por violaciones del a wunitario que imputables y que, por ello, esta obligado a repararlos, La ejecucién forzada de wna sentencia del Tribunal o de un dictamen de la Comisién contra un Estado miem- bro no esté prevista en el T.C.E. Los articulos men- cionados més arriba, nada dicen al respecto, incluso después de la reforma del art. 171 por el Tratado de Maastricht. En otras causas, el Tribunal de Justicia precisé que ineumbe al Estado infractor soportar, “en el marco de las disposiciones del derecho nacional relativas a la responsa- bilidad del Estado”, las consecuencias de una violacién del derecho comunitario”®, El Tratado de la Comunidad del Carbén y el Acero, en cambio, prevé una especie de ejecucién forzosa contra los Estados miembros infractores a sus disposiciones. Bl art. 88 establece que si la Alta Autoridad (la Comisién, a partir del ‘Tratado de Maastricht, art. H) estimare que hubo incumpli- miento de un Estado miembro a las obligaciones del trata- do, y agotados los procedimientos —incluido un recurso de plena jurisdiccién ante el Tribunal— podré suspender el pago de las sumas debidas por ella al Estado infractor 0 autorizar alos dem4s Estados miembros para que adopten medidas de retorsi6n, tales como imponer derechos arance- Jarios, subvenciones, practicas restrictivas que impliquen discriminacién, ete. 178 TJ.CE,, in re “Russo e. Aima”, sentencia del 22/1/76, A.60-75, Recop. 1976, p. 45; fd. in re “San Giorgio’, sentencia del 9/11/83, A.199- '82, Recop. 1983, p. 3505; ote, 8 Micurt Axogt Exwexputan 1) Procedimiento judicial comunitario, El Tribunal de Justicia de la Comunidad es la cabeza de un verdadero Poder Judicial comunitario, dotado de una soric de procedimientos y acciones judiciales, destinados no xdlo a resolver los conflictos entre los Estados miembros los particulares, sino también entre los Estados, los parti, culares y los érganos de gobierno de la Comunidad y a obtener la revision de los actos juridicos emanados do la Comunidad, que afecten ya sea los derechos de los Estados miembros o de sus habitantes!”, En virtud de una serie de acciones y recursos, de plena jurisdiccién, de anulacién, de ilegitimidad, etc., el Tribunal do Justicia de la Comunidad, ya sea como instancia tniea 9 bien como instancia de apelacién, tiene la decisién final dol control jurisdiccional sobre todos los actos en las mate- vias de competencia de la Comunidad™, Esto ha sido analizado en el pardgrafo B.3 del captulo Il, a cuyos términos me remito, tm 100ae, Manual de derecho comunitario genera, city, ps. 241 y ss, [i swac, ob. city ps. 262 y 88 Mattera, Bi Mercado Unico Buropes, um reatlas, xu funcionamiento, city ps. 614 y s8. Ver los protocolos soon. *! ewintuto del Tribunal de Justicia de la Comunidad y el Reglamento ae procedimientos del Tribunal de Justicia, que prevé ua grupo de recursos uy complejo y sofisticado, en Santiago Mufioz Machado, Codigo de Merwch Comunitario Buropeo, cit. ps. 285 y ss. y ps. 288 y #8 ‘PARTE SEGUNDA LA INTEGRACION LATINOAMERICANA 101 Cartruto IV A) PROTOHISTORIA DE LA INTEGRACION América Latina no s6lo no ha sido ajena al movimiento de integracién a nivel continental o subcontinental, sino que —de alguna manera— conté entre sus libertadores a un precursor: el general Simén Bolivar, quien pretendié reunir a los representantes de todas las ex colonias espaiiolas de América en el frustrado Congreso Anfictiénico de Panamé. ‘Sin embargo, la forma elegida por los paises latinoameri- canos para integrase ha sido equivocada, por diversas causas. Existen causas remotas y otras mds préximas. Entre estas ‘iltimas, una de las més relevantes ha sido el no haber apro- vechado Ta experiencia obtenida por el modelo que ha funcionado efectivamente a partir de los afios 50: la Unién Europea. ‘Al contrario, se ha pretendido réalizar la integracién limitandose a establecer disposiciones para crear una unién aduaiera sin fronteras internas, con la eliminacién progre- siva de aranceles. Una comunidad econémica, con vistas a ‘una futura unidad politica, debe ser instrumentada mucho més prolijamente, en especial debe dotarsela de las estructu- ras juridicas necesarias para cumplir los objetivos buscados. 1, Los precursores. La vocacién de integracién politica de los patses que conforman lo que hoy lamamos Latinoamérica (quizé mas 102 Micurt, Axcet, Exwexpsan precisamente en relacién al desarrollo hist6rico de las vie itudes de esta aspiracién, deberiamos decir Hispanoaméri, ch, ya que el Brasil estuvo ausente de estos primeros inten. tos), tiene raneio abolengo en la historia de nuestro subcontinente, No pretendo efectuar un detallado andlisis histérico de estos primeros intentos, porque él escapa a los objetivos de cain obra. Sin perjuicio de ello, pienso que una prolija investigacion hist6rica de este tema permitiria llegar a con. clusiones asombrosas. [10 cierto es que muchos de los préceres americanos, ya on In primera mitad del siglo pasado, tenfan una idea —quizé no bien definida todavia— sobre la necesidad de las ox colonias espaiiolas de unirse para defender mejor sus intereses. Claro esta que estos prohombres pensaban, fun. damentalmente, en la asistencia militar recfproca frente 8 In agresién de la metrépoli, pero los objetivos mas amplios de integracién subyacian detrés de estos aspectos militares. Muchos préceres americanos advirtieron el fenémeno. En lon prirrafos siguientes sé6lo mencionaré alos més importan, tow, sin que ello implique restarle importancia a la actua cién de otros. «) Bernardo Monteagudo. Uste enigmatico y revolucionario Personaje de nuestra historia patria y también de la historia sudamericana, tuve una agitada vida en la cual se entremezels el romanticiemo y ln aventura, que culminé con su tragica muerte on ol Port. Tuo uno de los mas radicalizados seguidores de Mariano Moreno, junto a Castelli y a los otros “jacobinos” de la Revolucién de Mayo. En su mayoria eran j6venes abogados grosndos de Chuquisaca, que querian romper con todas las INTRODUCCIGN AL DBRECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 103 tradiciones conservadoras de la colonia a las que achacaban te 38 males de estas tierras!*!. perearde Monteagudo es el autor de uno de los proye: tos de Constitucién presentado a la Asamblea Constituyente de 1813. Mas tarde fue auditor de guerra y secretario del general José F. de San Martin y después de Guayaquil pasé a desempefiarse como auditor de guerra y secretario jimén Bolivar. Ce as de éste estaba redactando un documento relativo a la Federacién de los Estados hispanoamericanos, Gaando murié asesinado —en 1825— en Lima, Pert. Esta obra péstuma fue rescatada de entre sus pa- peles por un amigo personal y fue publicada, con el titulo de Ensayo sobre la necesidad de una federacion ge- neral entre los Estados hispanoamericanos y plan de su oreo on del co teagribir en su totalidad este documento, pero sf pretendo detenerme en sus principales conceptos, para demostrar la asombrosa visién del futuro que tenfan los hombres que forjaron nuestra nacionalidad. La forma de conjurar el peligro de una intervencién de Ja “Santa Alianza”, en las ex colonias espaiiolas de América, es el meollo de este escrito de Bernardo Monteagudo. En alla se funda su autor para demostrar la necesidad de una federacién entre los pafses hispanoamericanos'®, “Catezn de Tigres fue inpoeta al jfo Gola etpdin tar, general Graz de Gcampe, por st autor de guerra, of Be Casall on Sri em opin do Snvdre ym soiree i Bau st lena de i fecal ene Bade Napeno-amarioanon y plan deo ergonnoton, Sore pistama 1 Goon Br Moning. nor Lies 184 ying tn Santingo de Chile en el momo ao, Lira al slo e la impren acionl (supongo gue del Per). " N10 Bele el entrees perio dl Bras, porque —segin some tenta tamores de quo al rah Togara a sar l coil Several do Intervencin de oa ane militarn do fa Santa Allanea Bxpresn que 104 Micurt Axes, Bkwexonas Sin embargo, tales temores no le impidieron atisbar los boneficios de la integracién Iatinoamericana, on un dmbito mucho mayor al de la mera alianza militar defensiva, Ast dice 1 autor en los pérrafos finales de su escrito: “Los progresos del comercio y de la navegacién, el aumento del cultivo en las fronteras, y el resto de leyes y de formas géticas que nos quedan, exigirdn repetides tratados; y de 6stos nacerdn dudas que servirén para evadirlos, si al menos on los primeros afos, Ia confianza en la imparcialidad de aguella asamblea, no fuese la garantfa general de todas las convenciones diplomaticas a que diese lugar el desenlace progresivo de nuestras necesidades. Independencia, paz y wurantfas: éstos son los grandes resultados que debamice osperar de la asamblea continental, segtin se ha manifesta, do répidamente en este ensayo. De las seis secciones poli. licas en que esta actualmente dividida la América llamada ‘antes espafiola, las dos tercias partes han votado ya en~ favor de la liga vepublicana. [...] Su idea madre es la misma que ahora nos ocupa: formar un foco de luz que ilumine a In América: crear un poder que una las fuerzas de catorco millones de individuos: estrechar las relaciones de los ame. ricnnos, uniéndolos por el gran azo de un congreso comin, part que aprendan a identificar sus intereses y formar ale Jorn una sola familia”, Croo que los parrafos trascritos demuestran claramente, sin nocesidad de comentarios aclaratorios, cuél era el obje. livo que se propontan estos prohombres americanos. 6) Simén Bolivar. Kn el segundo decenio del siglo pasado, la América es- ioln estaba ya précticamente libre de la dominacién de ta ‘ yohiorna imperial habia desertado del sistema ameticano, manteniendo ‘entrechas relaciones con las monarquias europens, INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 105 metrépoli. Con la victoria de Ayacucho, las victorias milita- ‘Yes del general Iturbide en Méjico, la independencia de la Federacién Centroamericana en 1821, el objetivo militar estaba cumplido en su casi totalidad. Faltaba coneretar el objetivo politico de la unidad de las ex colonias en una federacién. ~~ Ese fue el honor que cupo al précer venezolano Simon Bolivar. Nacido en Caracas en 1783, participé del movi- miento revolucionario de su patria, coeténeo con el de las restantes colonias espafiolas de América. Fue también acobino y radical como Montesgude, Moreno, Castelli y otros préceres argentinos, y al igual que Miranda, Bricefio, Alamo y otros jévenes de su tierra. No narraré sus campajias militares y sus actividades politicas, en las que conocié las mieles del triunfo y las amarguras de la derrota. Saltaremos esa interesante etapa de su vida para ubicar- nos en la etapa americanista del précer. Ya en 1815, en la “Carta de Jamaica”, Bolfvar pretendia unir a los pueblos hispanoamericanos en “una sola nacién, con un solo vinculo que ligue sus partes entre sf y con el todo”!*, En 1818, en medio de sucesos atin angustiosos, en los qué se jugaba la independencia de Venezuela, Bolivar escri- bié a Juan Martin de Pueyrredén, a la saz6n director supre- mo de las Provineias Unidas del Rio de la Plata, En esa carta afirma que “una sola debe ser la patria de todos los americanos”, y “la América asf unida, si el Cielo nos concede este deseado voto, podré lamarse la reina de las naciones y la madre de las repiiblicas”™, 18 Ricardo M. Zuecherino, Historia general del pensamiento filoséfi- co-politico, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1998, p. 349 y bibliografia cit. on su nota 1. 185 Exequiel C. Ortega, Bolivar y la revolucion sudemericana, Bd. Depalma, Buenos Airos, 1973, ps. 164 y 165. 106 Micuet Ancxt, Exoarxpstan ‘Ya desde esa época acariciaba el suefio de convocar a todas las ex colonias espafiolas de América a reunirse en él Istmo de Panama. —entonces ubicado en el territorio de Colombia— en un Congreso General, para pactar una unién politica de todas ellas. El Congreso Anfictiénico se instalé solemnemente el 22 de junio de 1826. Solamente estaban presentes los represen tantes de Méjico, Colombia (que abareaba a Colombia, Ecuador, Panama y Venezuela), Peri y Guatemala (qué abareaba a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua). Habfa también observadores de Inglaterra y- de los Paises Bajos, por las colonias que estos pases tenfan cn el Caribe. Los representantes de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, Bolivia y Chile no acudieron por motivos~ polfticos. Bolivar, en su discurso inaugural, advierte a los pueblos hispanoamericanos sobre la necesidad de lograr una autén. tica unidad, bajo la forina federal, para equilibrar la cre. ciente gravitacién de los Estados Unidos de América'®. El 15 de julio de ese mismo afio, el Congreso aprobé un “Tratado de Unién, Liga y Confederacién perpetua entre las Ropiiblicas de Colombia, Centro América, Perit y Méjico’, icho tratado era una base de accién americana. El art. 16 vomotfa al arbitraje de la Asamblea todas las cuestiones que #o suscitaran entre los paises miembros. Se garantizaba la autonomfa de cada uno de los Estados socios (art. 21) y su integridad territorial (art. 22). El tratado estaba abierto a In adhesién de todos los paises hispanoamericanos. Tamentablemente, dicho tratado sélo fue ratificado por Colombia y Guatemala. Durante dos afios mas ¢l Congreso csporé la ratificacién de los restantes Estados americanos,- infructuosamente, disolviéndose al cabo de ese lapso. Se pordié asf la primera oportunidad de constitufr una reptbl cn Intinoamericana. 16 Zuecherino, eb. cit., p. 362, INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATIXOAMERIcANO 107 Este fracaso se debié quizd a que la idea era demasiado avanzada para esia época, en la que no se eniténdian bien las Ventajas de la integracién. En general los caudillos y los politicos estaban preocupados por su “pago chico”, que les impedia percibir los objetivos a mediano y largo plazo. Esta miopfa politica fue muy costosa para los paises hispanioamericanos. La pagaron con sangre derramada en enfrentamientos fratricidas, en gobiernos usurpadores y en la presencia extranjera que pretendié —y muchas veces lo logré— imponer sus propios intereses en suelo americano. Pese a su fracaso, el intento de Simén Bolivar fue un hito fundamental en la creacién del més tarde denominado “Sistema Interamericano”. Es asf que —al decir de uno de sus biégrafos— la Or- ganizacién de Estados Americanos muestra abundantes re- miniscencias, en sus bases y contenidos, del Tratado de Panamé de 1825", ©) Francisco Morazdn, Sin tener la trascendencia americanista de Simén Boli- var, Franciséo Morazén fue un infatigable luchador por la unidad centroamericana, Nacié en Honduras en 1792, Fue —como muchos de los lderes de su época— un aventurero, roméntico y jaco- bino™, autodidacta y militar por necesidad, sin formacién académica. La Capitanfa General de Guatemala se independiz6 de Espafia en 1821, pero al afto siguiente se anexé al fugaz imporio mejicano del general Agustin de Iturbide, por intr'- gas de la aristocracia conservadora del Istmo. 187 Ortega, ob. cit, p. 229, 188 Longino Becerra, Morazdn revoluctonario, Ed. Baktun, Teguci- unlpa, 1992, ps. 24 y 108 Miavet. Axes, Exwexnaian Rota la anexién a Méjico, el 24 de junio de 1823 se instalé la primera Asamblea Nacional Constituyente de Centroamérica. El 1 de julio de ese afio se firmé el Acta dé~ Ia Independencia de las Provincias Unidas del Centro de América. Al afio siguiente se sancioné la Constitucién Fede- ral. Morazén particip6 activamente en estos trabajos, do- fendiendo desde entonces la formacién de la Federacién Centroamericana. Al estallar la guerra civil en Centroamé: ica, en 1827, Morazén, al frente del ejército liberal, tomé el poder en Honduras y entré en Guatemala derrotando a las fuerzas conservadoras. Su triunfo militar consolidé a la Republica’ Federal Centroamericana, integrada por Guatemala, Hon- duras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua. Fue élegido presidente de ella por dos perfodos consecutivos (1830-1839). El centro y motor de la revolucién morazanista fue con- solidar la Federacién Centroamericana, En este sentido expres6: “tenedme, pues, como vuestro hermano y como vuestro sincero y leal amigo, que no desea sino la concordia do Ja familia centroamericana y el concurso de todos sus huenos hijos, para hacer de esta tierra privilegiada, de este istmo ubérrimo y singular, nuestra gran Patria libre y fuerte por la unién de sus Estados”®, Sobre el final de su segundo perfodo presidencial se enfrenté con las tendencias separatistas de las fuerzas con- servadoras que provocaron la separacién de Guatemala en 1837 y de Nicaragua, Honduras y Costa Rica en 1838. Reducida su autoridad a El'Salvador, fue reelecto por un tercer perfodo como jefe de Estado, desde donde siguié in- tontando restablecer la Repiiblica Federal Centroamericana, , Nerrotado_militarmente en Guatemala en 1840, huyé a Panama. De regreso a Costa Rica, fue derrotado por los insurrectos de San José, al mando de Rafael Carrera y fue "8 Arenga del general Francicoo Morazin a los prisioneros do la butalla do EI Espfritu Santo, del 6 de abril de 1839. INTRODUCCION AL DERECHO COMUNITARIO LATINOAMERICANO 109 fasilado por éstos en 1842. Con su muerte, se hundié defi- d) Juan Bautista Alberdi. ‘También nuestro ilustre tucumano fue un profeta de la integracién latinoamericana, no sélo de la econémica, sino ‘incluso de la humanitaria. Que Alberdi era un humanista con vocacién universal es cosa sabida y surge de sus obras més conocidas, fundamen- talmente de sus Bases y de las reflexiones que incuye en. esa obra sobre el trato que debia darse a los extranjeros"™. No voy a extenderme en demasia sobre las ideas de este précer a quien tantas paginas he dedicado de mi produecién editorial, Simplemente quiero recordar dos breves pérrafos suyos. El primero, tomado de una monografia suya, dice: “mas que la ponderacién y balanza de nuestras fuerzas militares, el equilibrio debe nacer del nivelamiento de nuestras ven- tajas de comercio, navegacion y tréfico, el nuevo y grande interés de la vida americana”, En este trabajo recoge las ideas americanistas esbozadas en trabajos anteriores, perfeccionéndolas. Asf, sostenfa que era necesario concretar la reunién de un Congreso hispanoameri- cano, para solucionar los problemas de limites, para recompo: ner la carta geogréfico-politica de América, para nivelar la distribucién de los beneficios comerciales y navieros, para re- glamentar el derecho maritimo y comercial regional, la funda- cién de un Banco Americano de Crédito Piblico, la construc- cién de un gran sistema de caminos que vinculara a todo el 1 Ver mi Tratado de derecho constitucional, t. II, ps. 629 y ss. 191 Juan B. Alberdi, Memoria sobre la conveniencia y objeto de un congreso general americano, lefda ante la Facultad de Leyes de 1a Uni- versidad de Chile, para obtener el grado de licenciado, Santiago de Chile, 1844.

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