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GUÍA DE ACOGIDA

TODOS LOS RITOS

Reglas y Principios de Trabajo


en la Francmasonería de Tradición

GRAN LOGIA DE ESPAÑA


A La Gloria del Gran Arquitecto del Universo

GUÍA DE ACOGIDA
Reglas y Principios de Trabajo en la
Francmasonería de Tradición

Gran Maestro de la Gran Logia de España:


Oscar de Alfonso Ortega

Dirección, maquetación: Jorge Ceballos Martínez


Gran Inspector de Formación, Docencia, Divulgación

Redacción: Jorge Ceballos Martínez, Alberto Gallardo, Pavel G.C.,


J.L.Menoyo, Galo Sánchez Casado, Pere Sánchez Ferré, Florencio Serrano,
Manuel Torres Izquierdo.
______________________________________________________________________
Edita: Gran Logia de España – Solsticio de Invierno/2011 – 1ª Edición
Gran Vía de les Corts Catalanes, 617. 08017. Barcelona. Tel. 933 025 991
Toda reproducción total o parcial está estrictamente prohibida sin autorización
escrita. La edición y modificación de esta obra está estrictamente reservada a la
dirección de la publicación.
4
5

“El arte no es nada sin la ciencia”


Mignot, Maestro de Obras. S.XIV

"A medida que construyo me voy construyendo”


P. Valéry
6
7
ÍNDICE

Bienvenida del Gran Maestro Pg. 11

Introducción: ¿Por qué un libro de acogida? Pg. 13

I. Francmasonería Pg. 17

Qué es, cuál es su propósito


Pequeños apuntes sobre francmasonería de Tradición
Formación masónica
Instrucción masónica
Ámbitos de instrucción masónica
El secreto masónico
Aspectos a considerar sobre la francmasonería
El Aprendiz

II. La Gran Logia de España. Historia, Pg. 39


valores, fundamentos

Grandes Maestros de la Gran Logia de España


Historia de la Gran Logia de España
Estructura de la Orden
Otros Cuerpos masónicos
Fundamentos conceptuales, jurídicos y orgánicos
Algunos usos y costumbres
8

III. La Orden masónica. Principios, Pg. 70


requisitos, responsabilidades

Requisitos para pertenecer a la Orden.


Obligaciones y responsabilidades.
Algunos principios masónicos.
Código moral masónico.
Operatividad y especulación.
Aplicación en la sociedad de los principios masónicos.
Faltas a la fraternidad masónica.

IV. Los Ritos Pg. 87

¿Qué son, cuántos hay?


Ritos Inglés – Estilo Emulación.
Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Régimen Escocés Rectificado.
Rito Francés Moderno.
Rito de York.
Rito de Schroeder.
Rito Sueco.

V. Simbolismo Pg. 103

El lenguaje de la masonería.
El Templo del rey Salomón y el simbolismo constructivo.
La Logia de San Juan.
La Logia y las pervivencias herméticas.
Simbolismo de los elementos de la Logia.
Simbolismo de la recepción del Aprendiz.
Simbolismo de la apertura y clausura de la Logia.
9
VI. La Logia Pg. 178

Función.
Las joyas.
Decoraciones.
Oficiales de la Logia
Comité de Logia
Comisiones de Logia.
Los ágapes.
Las planchas, piezas de arquitectura.
Candidatos.
Cotizaciones.
Música en Logia.
El tronco de la viuda o de beneficencia.
Masón activo y durmiente.
Decoraciones, joyas, y disposición de Logia
en todos los Ritos.

VII. Algunas notas sobre historia Pg. 210


de la francmasonería

Dificultades, teorías, y el propósito de su estudio.


Mitos y leyendas de los orígenes.
Aproximación a una historia general de la francmasonería.

Apéndices Pg. 220

Información y recursos.
Bibliografía.
Glosario de abreviaturas.
Glosario de términos masónicos.
10
11

BIENVENIDA DEL GRAN MAESTRO

Queridos Hermanos,

Es para mí una gran satisfacción poder presentaros esta Guía de


Acogida que hemos realizado con trabajo y esfuerzo, pero
también con ilusión y deseo de servicio a todos los Hermanos de
Gran Logia de España.

Hace tiempo que un número importante de Obediencias


masónicas vecinas impulsan su área de formación con
publicaciones y documentos. De igual forma, hoy nosotros
hemos podido forjar una herramienta similar que no es sino una
primera piedra sobre la que otros seguirán edificando, y que
únicamente pretende servir a la labor que las Logias realizan en
su ámbito concreto. Esta labor es, sin duda, la verdadera
naturaleza y finalidad de nuestra Orden, y por ello desde la
Gran Logia de España tenemos la obligación de facilitarla.

Como Gran Maestro pienso que la actividad en esta área puede


ayudarnos en los próximos años a lograr un mayor conocimiento
de la naturaleza y finalidad de nuestra Institución, y por tanto,
a estar más unidos y coordinados en la consecución de nuestros
ideales. No es sino por la formación que un hombre se hace
Masón. Y por eso estamos aquí. Para ser servidores de las más
altas verdades y principios, y transmisores de algo que nos
transforma día a día y nos hace mejores.
12
Las Logias, las Grandes Logias Provinciales, y la propia Gran
Logia de España, debemos trabajar coordinadamente cada uno en
sus respectivos ámbitos. Si somos capaces de satisfacer las
necesidades y acciones formativas de nuestros Hermanos, estoy
convencido que nuestro número ganará en calidad y progresará
de forma razonable. El estudio, la reflexión, y también la crítica
constructiva son valores que nos harán más eficaces en el
ejercicio y transmisión de nuestro método masónico.

Por ello, espero que estas líneas aquí contenidas sirvan de


comienzo e inspiración a todos aquellos que instruyen en sus
Logias, y de referencia a nuestros Hermanos para buscar
constantemente un progreso en su conocimiento masónico.

Sincera y Fraternalmente
Oscar de Alfonso Ortega
Gran Maestro
13

INTRODUCCIÓN

¿Por qué un libro de Acogida?

“Al francmasón que ha entrado en una logia de la G.L.E. se le entrega la


Constitución y Reglamentos Generales de la Gran Logia, el reglamento de la
Gran Logia Provincial y el reglamento interno de su Logia, así como un
ejemplar del ritual de primer grado del Rito correspondiente. Con esto se le ha
dado lo que necesita y mucho más. En este “mucho más” es fácil perderse y
además, al nuevo H.·. le falta conocer usos y costumbres tan evidentes que no
aparecen en los reglamentos... y le cuesta habitualmente bastante tiempo
adquirir lo que para él será evidente al cabo de unos años”.
Cuaderno de Jean Crozet. Gran Logia de España

Todo nuevo Aprendiz necesita guía y asistencia en el camino que ha


decidido emprender dentro de nuestra Orden. La masonería es una
asociación que guarda ciertas formas tradicionales referentes a la
transmisión de enseñanzas iniciáticas. Es la supervivencia de una vía
iniciática, de conocimiento, que debe recorrerse atendiendo tanto a los
procesos internos como a los linderos que delimitan el camino. La
Logia proporciona esta supervisión a través del Segundo Vigilante y
el resto de Maestros de la Logia. Sin embargo, es preciso que las
Logias y sus oficiales cuenten con herramientas apropiadas para
extraer todo el potencial de los nuevos iniciados, y adecuarse a sus
inquietudes sin perder de vista las enseñanzas de la Orden.

Este breve manual, ha sido desarrollado con el fin de introducir al


nuevo iniciado Aprendiz en el vasto cuerpo del conocimiento y
simbolismo masónico, y hacer comprensible y pleno de significado el
camino que ha decidido comenzar a recorrer. Pero también para dar
puntos de partida a la labor de los Vigilantes, quienes podrán matizar,
adecuar, y ampliar los esquemáticos trazos que aquí exponemos. No
se ha pretendido en estas líneas dar en absoluto una interpretación
cerrada y definitiva, ni sustituir ningún ámbito masónico, sino dotar a
las Logias de una primera aproximación lo suficientemente vigorosa y
alejada de las opiniones de buena fe, que pueda transmitir toda la
14
fuerza simbólica de nuestros usos, y sea un adecuado fermento para
futuras aportaciones.

La presente Guía ha optado por una visión global de todos los Ritos,
pero cuidando de especificar los elementos propios, o interpretaciones
particulares de cada uno de ellos. Con ello, y siguiendo el carácter
plural de la Gran Logia de España, creemos haber encontrado un
satisfactorio equilibrio entre lo que es la esencia de la enseñanza
masónica, y las adaptaciones o formas de trabajo diferentes que cada
Rito propone. De tal forma en algunos apartados se propondrá una
explicación general luego especificada, o bien podremos detectar la
presencia de elementos específicos propios de cada Rito y
diferenciados del resto. La clara identificación de esta relación
pensamos que facilitará la interpretación comparada, una mejor
comprensión del núcleo de la enseñanza, y el abandono de
interpretaciones y posicionamientos “exclusivistas”. Por motivos
prácticos de comodidad de lectura, y para evitar una sobrecarga de la
presentación formal que podría desviar de una comprensión efectiva a
los nuevos Aprendices, hemos optado por una reducción drástica en
el texto de abreviaturas, mayúsculas, y expresiones masónicas sólo
habituales tras un razonable período de tiempo. Con todo, se ha
primado en ocasiones destacar un término en mayúsculas para darle
un sentido masónico específico, o ubicarlo en su contexto, pudiendo
encontrarse en minúscula al adquirir un sentido más general,
diferencias semánticas entre ambos usos, o tratarse de una descripción
narrativa histórica.

El camino del francmasón en la Orden constituye un “arte real”, un


“espíritu” que vive en la transmisión oral, forzosamente abierta. Pero
parece necesario, desde un primer momento, tomar consciencia y
comprender las vivencias en Logia. Por esta razón, con el apoyo de
esta forma escrita que es una Guía de Acogida, los materiales
aportados por su Logia, y la vivencia y el contraste directo con sus
Hermanos, estaremos facilitando al nuevo Aprendiz un tránsito feliz
entre esos primeros momentos de desconcierto y mezcla de
expectativas varias que se producen tras el momento mágico de la
recepción, y lo que va a ser la dinámica de trabajo masónico en Logia.
15
Lamentablemente ciertos hombres después de ser iniciados en
masonería continúan siendo tan profanos o más, que cuando
solicitaron su ingreso. Ello se debe sin duda a su ignorancia del
carácter trascendental e iniciático de la Orden, su falta de voluntad y
carácter, y una desviación en sus pretensiones.

Es recomendable que este manual sea leído tan pronto como sea
posible después de la iniciación. E igualmente puede seguir siendo
usado como una guía de referencia para establecer relaciones entre los
rituales y procedimientos específicos de cada Rito, e incrementar el
conocimiento y la comprensión de los principios y doctrinas de la
francmasonería. El estudio de estos misterios es una labor de toda una
vida, y ese viaje sólo comienza si en el corazón del masón ha
germinado el deseo de hacer efectiva la iniciación que ha sido
transmitida a esta antigua y honorable Fraternidad.

No podemos sino esperar y desear que a través del serio y sistemático


estudio de la francmasonería, el Aprendiz pueda llegar a comprender
y a apreciar como pueden ser aplicadas las enseñanzas masónicas en
su vida cotidiana. Y llegue a sentirse integrado en el trabajo de Logia a
través de una mejor comprensión de este quehacer.

Este peregrinaje a través del bosque de los símbolos y de los usos


masónicos comienza ahora desde pasos perdidos. Si nuestro nuevo
Hermano persevera con paciencia y determinación, descubrirá
adonde puede conducirle.
16

Labor Omnia Vincit


17

I
FRANCMASONERÍA

Qué es, cuál es su propósito

Pequeños apuntes sobre masonería de Tradición

Formación masónica: Qué es, cuál es su propósito

Instrucción masónica: Qué es, cuál es su finalidad, ámbitos

El secreto masónico; inefable e incomunicable

Aspectos a considerar sobre la francmasonería

El Aprendiz
18

FRANCMASONERÍA

¿Qué es, cuál es su propósito, y en qué se diferencia de


otras organizaciones?

La francmasonería es una Orden iniciática que busca el


perfeccionamiento del ser humano, “una herramienta para la
transformación y perfección integral del ser humano, mediante un método
iniciático que utiliza principalmente los símbolos y las alegorías, y que se
desarrolla, en el marco general de una institución”1. Para ello
efectivamente le transmite unos elementos y un lenguaje, el ritual y
símbolo, por cuyo conocimiento y asimilación estará en condiciones
de aplicarlos sobre sí mismo y en su entorno social. La francmasonería
no es una religión, una escuela filosófica, un club, una sociedad
filantrópica, una ONG, una organización metapolítica, una sociedad
secreta, ni tampoco una sociedad con secretos. Podemos reconocer
algunos rasgos y aplicaciones de estos aspectos en nuestra
Fraternidad, pero ninguno de ellos es definitorio en su totalidad de lo
que es la francmasonería. En todo caso se articulan radialmente en
torno a lo esencial de la Orden: su sustancia, transmisión, y finalidad
iniciática, cuyo fundamento consiste en una metodología: la vivencia
y aplicación real del simbolismo.

Francisco Espinar Lafuente dice en Esquema Filosófico de la Masonería:

“La masonería no se sitúa dentro de un racionalismo estricto. Hay un


“esoterismo” masónico, porque hay algo “oculto” en la masonería. Hay una
intuición que se encuentra “en la base”, “alrededor” y “encima” de lo
puramente conceptual y matemático. Y esto se podría definir diciendo que la
masonería tiene un “núcleo”. [Este núcleo] es lo que determina que la
masonería sea una institución peculiar distinta de todas las asociaciones
profanas (clubes de estudios, de amistad, de cooperación, etc.), a las cuales le
faltaría siempre ese núcleo esotérico que forma parte de la esencia de lo
masónico. En resumen, la masonería es la institución destinada a cumplir el

1
Florencio Serrano: La tecnología masónica. Barcelona, 2011.
19
programa que señalaba Albert Schweitzer: el de llegar a una conciliación
entre la ciencia racional de Occidente y el misticismo de Oriente.”

La masonería es probablemente uno de los últimos remanentes (al


menos en el Occidente moderno) que preservan y practican las
antiguas formas tradicionales. Existe ciertamente una notable
variedad de concepciones sobre cómo aproximarse a la tradición
masónica, acerca de la metodología a emplear para llegar a un
entendimiento y vivencia certeros, y poder efectuar una transmisión
iniciática en Logia. Centrar la cuestión en las diferencias y
planteamientos entre los diferentes Ritos sería un pobre
reduccionismo. Existen Logias y Hermanos interesados ya sea en el
“ars memoriae”2, en la rigurosidad de la práctica del rito, en los
aspectos socializadores o fraternales del grupo, en la acción
filantrópica, la difusión socio cultural de los principios masónicos, en
la reflexión ético-moral a través de las alegorías, la especulación
simbólico-filosófica, y en la vivencia espiritual de la trascendencia y
de los procesos interiores del ser humano.3

Es posible hablar de que el acceso a la enseñanza masónica


comprende una hermenéutica que siempre ha sido habitual en la
literatura, la filosofía y el arte4. Sus símbolos se desvelan progresiva e

2
Llamado en el Renacimiento el “octavo arte liberal” la memoria es la madre de las 9
musas, es decir guarda las formas y los moldes de las Ideas, de las realidades divinas
que el alma conoce y debe recordar. La adaptación de las huellas de las impresiones
sensoriales a estos moldes de orden superior produce el recuerdo, y el método para
lograrlo es la fijación y meditación sobre símbolos, imágenes, signos, palabras;
“desde el corazón” como dicen los rituales ingleses. El anclaje de estos elementos, por
medio de la ejecución de un ritual de memoria por ejemplo, permite establecer nuevas
relaciones de sentidos, no dependientes del lenguaje discursivo, y extraer y hacer
efectivos el poder de las palabras sagradas y los símbolos del grado.
3
Florencio Serrano, F.X. Altarriba: La masonería, una orden iniciática; E.L.2006:
“Quién dijo que [..] no forman parte de lo mismo? En una visión de la masonería
amplia, integradora, articulada, tradicional y viva... sin caer en una inexcusable
profanación de la esencia misma de la orden”.
4
El legado del cartesianismo en el hombre moderno, frente a las sociedades
tradicionales, le ha situado frente al cosmos y a sí mismo, como objetos históricos
desacralizados solo existentes en el plano material, y a los objetos de su mente como
absolutamente desligados de la naturaleza. A.K.Coomaraswamy reitera que el
simbolismo es el arte de pensar en imágenes, perdido para el hombre moderno desde
las teorías cartesianas. Este olvido existe sólo en la consciencia común, no en el
inconsciente o en las leyendas y mitos que, por compensación, se hallan cargados de
20
internamente utilizando signos, nombres y números de cada grado,
leyendas, y alegorías que constituyen secretos sustitutivos, y que en
realidad aluden indirectamente al verdadero secreto o esencia
iniciática. En este sutil acercamiento a la verdad no existe disparidad
entre los procedimientos objetivos y los procedimientos subjetivos.
Como en la antigüedad, en la francmasonería la ciencia, la filosofía, y
la espiritualidad, son instrumentos de conocimiento. El marco de esta
búsqueda de la verdad, que podemos definir como una vía iniciática,
se enmarcará dentro de los límites y antiguas tradiciones de la
masonería.

La Gran Logia de España se identifica y practica lo que puede


denominarse una Masonería de Tradición.

El concepto de Tradición procede del latín “tradere” y significa


transmitir. En un sentido externo (exotérico) hace referencia a los
conocimientos, valores, normas, costumbres, experiencias, con sentido
unitario que se han transmitido ininterrumpidamente hasta nuestros
días, y que en gran medida han adoptado formas alegóricas, míticas, y
literarias.

En un sentido más interno y profundo (esotérico) la Tradición es el


conjunto de principios esenciales, inmutables, y sagrados, que
anclados en un principio metafísico y regulador – el Gran Arquitecto
del Universo- dan sentido a la naturaleza, al hombre, y a su búsqueda
de conocimiento. El lenguaje empleado por la Tradición para
transmitir y propiciar una comprensión íntima de estos principios ha
sido el símbolo y el ritual. Este lenguaje, siendo susceptible de análisis
racional, no agota su sentido en el mismo, sino que requiere una
aproximación epistemológica integral: intuitiva, analítica, deductiva,
emocional, y espiritual. Inteligencias muy brillantes no obstante,
experimentan en ocasiones dificultades en su aproximación a la
epistemología del símbolo. Indicación de que se precisa una vocación,
una voluntad real, una humilde perseverancia, y una sensible

materia simbólica. Su afloración hacia la supraconciencia está ligada al contacto con


la energía espiritual, y a una acción ordenada como es la iniciación. Por tanto el
simbolismo no es algo utilitario, ni debe ser un abstracto deseo de conocimiento sin
influencia directa en la vida, por el cual perdería su carácter sagrado y trascendente.
21
intuición para la auténtica vivencia y comprensión que es el mundo
iniciático del templo masónico. La masonería es un “arte” con un
método a desvelar y un objetivo a descubrir.

La Tradición se ha plasmado en la lengua universal de formas


“iniciáticas” como la masonería, además de multitud de antiguas
sociedades y órdenes; y se ha articulado en torno a diversas
tradiciones (judeocristiana, islámica, hinduista, etc.) dependiendo de
los tiempos y culturas en que se ha manifestado5. La finalidad de la
cadena tradicional, y de los métodos y doctrinas que la conforman, es
la realización última de la identidad suprema del hombre. La
construcción, entendida como edificación o reedificación del hombre
mismo, es el símbolo que empleamos los francmasones como imagen
figurativa de esta realización: el Templo de Salomón, la Jerusalén
celeste.6 Acción que por acontecer en el hombre hace de la masonería
un “humanismo tradicional”.

La Tradición es atemporal, de carácter no convencional, ni sujeta a


“historicismo”, pues emana de la causa primera. Es imagen de un
orden universal. La pérdida de la Tradición, de contacto con el centro
de la forma espiritual que la anima, se simboliza por la pérdida de la
Palabra en la francmasonería.

*
* *

5
Walter Andrae comenta: “El que se asombre de que un símbolo formal pueda no
sólo permanecer vivo durante milenios, sino también retornar a la vida después de
una interrupción de miles de años, debería recordar que el poder del mundo
espiritual, del que forma parte el símbolo, es eterno”.
6
San Juan, Apocalipsis, 21, 12: “La Jerusalén mesiánica [..] tenía una muralla
grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas, doce Ángeles y nombres
grabados, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel [..] El que hablaba
conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su
muralla… Midió la ciudad con la caña, y tenía doce mil estadios… Midió luego su
muralla, y tenía ciento cuarenta y cuatro codos… Y las doce puertas son doce
perlas…”.
22
La francmasonería, más allá del ámbito de la historia externa, tiene un
origen primordial que se remonta al hecho mismo de las artes, de la
geometría, y del conocimiento de las ciencias sagradas.

En numerosos antiguos manuscritos la masonería es identificada


como Geometría7, entendiendo ésta no sólo como una de las disciplinas
de las artes liberales, sino como patrón de medida de todo lo
manifestado (Gea-Tierra, meter-medida), de ordenamiento de la
naturaleza profunda de todos los seres, y por tanto fuente de
conocimiento como indicó Platón: “la Geometría es un método…”. La
construcción universal hace referencia a las propias leyes universales,
a la armonía universal que se expande por toda la creación, a la
posibilidad de que el hombre sea un “arquitecto”, y al Verbo que abre
y se invoca en la apertura de los trabajos masónicos. La antítesis de
esta teoría de la arquitectura y del arquitecto es el modelo babélico
donde se construye torpemente con ladrillo, cimientos inestables, sin
trazados ni lineamientos fiables, y una total confusión respecto al
método y finalidad de la obra constructiva.

De la Geometría como medida ordenadora el francmasón aprende la


proporción, la fuerza, la armonía, la resistencia, la utilidad, el valor, la
belleza, para construir el templo inmaterial y universal: el interno y el
de la humanidad. La construcción es un arte, y por tanto un
aprendizaje que implica una transmisión. Como manifestación de la
creatividad y destreza del individuo es además la suma resultante de
una teoría o doctrina y de una práctica. Y como tal la francmasonería
entiende y usa sus enseñanzas simbólicas.

A través de su devenir histórico por las corporaciones de


constructores, comienza a asumir su forma moderna en el período
entre 1600-1700 d.c. Especialmente con el fenómeno de la aceptación en
las Logias, la formación de la Gran Logia de Londres y Westminster

7
Anderson inspirándose en los Antiguos Deberes destacó especialmente el origen
noaquita de la masonería, y de Noé como prefiguración de Hiram: “Noé, recibió
órdenes y directrices de Dios para construir el Gran Arca. Aunque estuviera hecha de
madera, fue fabricada ciertamente según los principios de la Geometría y las Reglas
de la masonería”. Episodio muy en consonancia con el Zohar (I, 59b) donde se dice
que el Arca de Noe es la imagen terrestre del misterio de arriba, la columna que
sostiene el mundo y que se halla “a cubierto” del devenir de los tiempos.
23
en 1717, y la publicación de sus Constituciones en 1723. Los
francmasones operan entonces no ya con la piedra directamente sino
que se centran en una materia más sutil: el propio ser humano.

Muchos elementos simbólicos y significados iniciáticos de la


francmasonería hoy, pueden rastrearse y tienen su equivalencia con
rituales, tradiciones, símbolos y filosofías que se remontan al
pitagorismo, a las escuelas de misterios de Roma, Grecia, Egipto y la
India, al legado tradicional judeocristiano de Occidente, y a
misteriosas líneas como el Temple, el hermetismo, el rosacrucismo,
etc. Así que de forma genérica, la masonería es un “arca” donde se ha
24
conservado el conocimiento sagrado, y las tradiciones y enseñanzas
de las edades antiguas. Sin que por ello debamos interpretar que ha
constituido ninguna doctrina sincrética, mezcolanza o relativismo de
corte espiritual. Siendo parte de la tradición iniciática, la masonería se
distingue claramente de otras organizaciones puramente sociales,
fraternales o filantrópicas. Aunque comparte a través de sus
miembros muchos de sus valores y ha contribuido a establecer lazos
entre ámbitos como la filosofía, la espiritualidad, la ciencia, o la teoría
política.

La búsqueda de la verdad en francmasonería implica una


preocupación tanto metafísica como antropológica. Para alcanzar esta
aprehensión ontológica, íntima comprensión, estado de conciencia, y
sentido vivencial, la francmasonería excluye cualquier dogma
fundamentándose en la apreciación individual de sus miembros. Este
proceso es gradual, progresivo, y hermenéutico, en cuanto la
enseñanza masónica es puesta de manifiesto mediante símbolos, que
se vuelven perceptibles gracias a un ritual. Pero también arquetípico
en cuanto supone un retorno al origen, a las causas y principios, a la
fuente primordial bajo sus diferentes formas. El re-conocimiento del
arquetipo-símbolo como principio supra-humano, universal, hace
posible la íntima comprensión de que los conjuntos de símbolos y
alegorías presentes en la masonería, se hallan inscritos en el
inconsciente humano como modelos ordenados y ordenadores, como
estructuras innatas y universales.

Por la variedad histórica en las líneas de transmisión existen en la


francmasonería distintos Ritos (Inglés o Emulación, Escocés Antiguo y
Aceptado, Escocés Rectificado, Francés, York, Sueco..), que expresan
esencialmente lo mismo, aunque incidiendo o manifestando
peculiaridades propias. Un notable número de estas formas rituales
están presentes en la Gran Logia de España, pero todas, en su rica
diversidad, transmiten semejantes enseñanzas referidas al simbolismo
de la tradición iniciática.

La pertenencia a la Orden masónica y el acceso a la comprensión de


sus principios, rituales, y símbolos, se realiza por medio de la
Iniciación. Iniciación viene de inicio –initium- que significa estar o
25
comenzar un camino. Estar en masonería y hacerse iniciar significa
comprometerse a recorrer un camino, aprender sus linderos, sus
reglas, medir y pesar esfuerzos y voluntades en el uso de las
herramientas, y rectificar pacientemente la naturaleza imperfecta de
nuestra piedra. Todo ello con el objeto de perfeccionar
progresivamente la verdadera naturaleza de cada ser humano, o lo
que antiguas tradiciones denominaron los misterios de la
regeneración humana.

El masón debe aprender a formarse, a extraer la verdadera forma


perfecta de la piedra bruta. Un proceso que pasa por la muerte
simbólica del profano, y su conducción hacia el conocimiento
mediante una iluminación interior, proyección y aprehensión en el
centro del yo humano de la luz trascendente8. La piedra es el símbolo
del ser humano, sobre la cual se opera todo el trabajo masónico.
Comprende la integralidad de la manifestación terrestre a la vez que
contiene todo su origen celeste. Así pues contiene en su forma toda la
potencialidad –voluntad, pensamiento- que devendrá en acto, la
realización por la que el candidato será un verdadero masón que más
adelante podrá levantar muros, y trazar planos de edificios. La piedra,
como signo de una inteligencia suprema, contiene el ser en todos sus
ámbitos: el pensamiento, su voluntad, la acción de sus herramientas, y
la futura forma perfecta: la piedra cúbica.

Por ampliación, la francmasonería pretende construir un auténtico


templo interior, ideal en todas sus proporciones, como perfectas
deben llegar a ser todas y cada una de las cualidades del iniciado.
Pero de igual manera, el templo es la obra común de todos los
masones y hacia donde convergen sus ideales y aspiraciones. En este
sentido la Orden masónica es una Fraternidad.

8
Mackey´s Masonic Ritualist. Nueva York: Clark & Maynard, 1873: “La Luz
material que surgió en el fiat del Gran Arquitecto cuando la oscuridad y el caos
desaparecieron, siempre ha sido en la masonería un símbolo favorecido por la
iluminación intelectual que la Orden tiene como objetivo crear en las inteligencias de
sus discípulos, por lo que con toda la razón hemos tomado el nombre de “Hijos de la
Luz”. Esta Luz espiritual que es la primera pregunta del candidato tras su nuevo
nacimiento, sólo es otro nombre para la Verdad divina, la Verdad de Dios y del Alma,
la Naturaleza y la Esencia de uno y otro; lo que constituye el objetivo principal de la
enseñanza masónica”.
26

Si el nuevo iniciado francmasón aspira a convertirse en un hombre


digno de este título, deberá dedicar tiempo y energía no sólo a acudir
a las tenidas y departir con los Hermanos, sino a aprender nuestra
historia, nuestros usos, símbolos, y la filosofía de una Fraternidad de
la cual, libre y voluntariamente, se ha hecho recibir como miembro y
reconocido como tal.

Como los antiguos masones, la única vía para aprender a desbastar la


piedra, es pulir todo el tiempo y afinar constantemente el uso de las
herramientas. Pero por otro lado, la teoría es, sin duda lo que limita,
fija de forma correcta la acción, para que no se pierda en el vacío, o
acabe rompiendo la piedra.

Es preciso no olvidar que las ceremonias masónicas son rituales, que


están comprendidos en Ritos. Es decir símbolos en movimiento, o
imágenes figurativas. No actos sacramentales. Los ritos estimulan lo
más íntimo y elevado del ser humano, transmiten eficazmente una
influencia y una enseñanza que el neófito debe realmente cumplir
para entrar en plena posesión de las posibilidades de iniciación del
grado.

Pequeños apuntes sobre masonería de Tradición

▲ La francmasonería es una Orden iniciática de origen artesanal,


heredera del legado simbólico e iniciático de las antiguas
corporaciones o gremios del oficio.

▲ Los rituales, que se articulan en Ritos, están fundados sobre el


simbolismo de la construcción.

▲ Sus leyendas bíblicas, sus nombres sagrados, hacen referencia


principalmente al Templo de Salomón, elemento simbólico
fundacional.

▲ La universalidad y perennidad de la masonería se asienta en el


“arte real” de la arquitectura y la ciencia divina de la geometría.
27
▲ Transmite virtualmente la iniciación por grados, para conducir al
conocimiento en la naturaleza y en el hombre de los trazados del Gran
Arquitecto del Universo.

▲ La francmasonería trasciende el mero interés individual y se


articula en una comunidad fraternal con una reglamentación
libremente aceptada, y un ideal de vida elevado.

▲ Se refiere a la visión metafísica de un universo y una humanidad


ordenados. Por ello aspira a la realización espiritual de sus miembros
bajo la forma de un legado iniciático de constructores.

▲ Provoca por la repetición del rito y la puesta en obra de los


símbolos una consciencia, una asimilación, una comprensión, y una
aplicación.

▲ La francmasonería de Tradición asume en sus bases y en su fe en el


Principio Supremo omnipotente que representa el G.A.D.U., a la
totalidad de las formas tradicionales como vías con auténtica filiación
espiritual.

▲ La Logia es el núcleo iniciático esencial para la realización de los


fines de la masonería. Es el centro “muy iluminado y regular” de sincera
unión fraternal donde reina la paz, el amor, y la alegría9.

Formación masónica: ¿Qué es? ¿Cuál es su propósito?

La formación masónica es descrita como el proceso de desbastar la


piedra bruta de sus imperfecciones, y hacer emerger la piedra cúbica.
La cual es apta para construir el templo, y es consagrada a la mayor
Gloria del Gran Arquitecto. Esta es una transformación paulatina del
individuo desde que se produce la iniciación, o el hecho de la

9
La Tradición informa que la Presencia divina solo habita en los lugares geométricos
donde se dan estas características, que no se limitan a sus significados psíquicos y
emocionales. La Paz, y la Alegría se refieren a un estado del alma de animación vital
e incondicionado, de entrega y apertura, que tiende a la realización de los estados del
ser, y que se produce por la identificación con el Principio mismo, la realización del
ideal constructivo, y la recepción de los efluvios celestes.
28
transmisión de una influencia espiritual, y viene producida por el uso
efectivo de los símbolos masónicos –como las herramientas-, los
rituales, la experiencia, las enseñanzas, el estudio, y una constante
rectificación sobre la naturaleza de la piedra.

Por este proceso formativo entendemos una visión integral de la


razón, sensación, intuición, intelección, que debe devenir en una
mayor consciencia, discernimiento, y por tanto en una vida más plena,
rica, y con capacidad para mejorar su propio entorno. La acción
formativa, de “dar forma”, no es pues una mera abstracción, o una
vaga sensación emotiva, constituye la esencia y finalidad misma de la
práctica iniciática en la masonería.

En general la formación describe un proceso global. El proceso


iniciático mismo. Pero éste se realiza libremente y en su totalidad en el
propio individuo. Sin injerencias, imposiciones, coacciones doctrinales
o ideológicas. No obstante, y en cierta forma, el proceso formativo
específico del masón conlleva también una profunda asimilación e
integración en la “cultura masónica”. El futuro trabajo masónico y
comportamiento de un Hermano estará marcado por como haya sido
su proceso formativo desde que ingresó en la Orden. Es por tanto un
objetivo primordial que los Hermanos adquieran una idea clara y una
conciencia suficiente de lo que es la masonería de Tradición que practica
la Gran Logia de España.

Una verdadera comprensión de los términos iniciación, rito, ritual,


símbolo, tradición, deviene en esencial para que el proceso formativo
se oriente hacia el desarrollo espiritual, intelectual, y moral de todo
masón. Es inherente al carácter tradicional de la francmasonería que
los antiguos ritos y rituales sean vistos como necesarios para
mantener el carácter sagrado del orden natural en un espacio
ordenado geométricamente como es la Logia. De ahí que deban
ejecutarse con precisión y convicción.

El proceso de formación en la Orden masónica es progresivo y


evolutivo. Tiene por objeto elevar a los Hermanos a un grado mayor
de desarrollo iniciático que se acompaña en teoría del aumento de
salario a un grado superior.
29
Instrucción masónica: ¿Qué es? ¿Cuál es su finalidad?

La formación se asienta en primer lugar en los procesos de


“instrucción”. La instrucción (instruire) es la comunicación de unos
códigos objetivos, de unos conocimientos, o de unos usos comunes
que vehiculan de forma adecuada el contenido o doctrina que cada
masón deberá descubrir por sí mismo en toda su profundidad.
Instruir significa propiamente proveer de materiales para construir, y
en su significado está implícito el desbaste, selección, y tratamiento de
estos materiales, en vistas a emprender un proceso formativo de
enriquecimiento moral y espiritual. Es un proceso de transmisión
directo transferido en fraternidad.

La francmasonería es realmente un continente que vehicula unos


contenidos. La instrucción masónica transmite estos contenidos a
partir símbolos, leyendas, y ritos, y tiene un fuerte componente de
transmisión oral. Aunque también pueden distinguirse métodos
distintos de aproximación a estos materiales: la memorización como
proceso de interiorización, la reflexión ético-social, el ángulo
psicológico, la aproximación esotérica, etc. En cualquiera de los casos
no es un proceso sujeto a improvisación. El instructor debe tener un
conocimiento suficiente de la tradición e interés por la planificación de
estos procesos, para mantener la pureza e integridad de la tradición
masónica en las Logias. Si éste aspecto se descuidase, posiblemente
sería el mero conocimiento personal profano, la creencia particular, y
las interpretaciones parciales las que serían proyectadas hacia los
símbolos y alegorías, usurpando la totalidad de su significado.

El mantenimiento de este legado es uno de los valores filosóficos de la


institución que permite su filiación iniciática regular. Lo cual no es
óbice para utilizar elementos modernos en los procesos de instrucción
(nuevas tecnologías, etc.), propiciar situaciones favorecedoras de la
comunicación abierta y espontánea, o integrar estos procesos en
ámbitos de confraternización.

La instrucción principalmente recae en los Vigilantes, y dependiendo


de los usos de la Logia y del Rito, también en un Preceptor. Además, y
desde un punto de vista general, todos los Maestros masones son
30
responsables de facilitar elementos de instrucción a los nuevos
hermanos, estando el rol asumido por cada instructor en función de
las exigencias de su Rito.

El masón encontrará en estas acciones una primera guía que


enmarque el ritual, el memento de grado, los catecismos, las lecturas
del Rito, y que deberá ampliarse con otros materiales facilitados por
su Logia, con la figura del Segundo Vigilante, la vivencia ritual, y el
constante apoyo del resto de Maestros masones.

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31
ural de la Obediencia, existen diversos órganos desde donde puede
ejercerse la acción instructiva. Cada uno tiene su propio ámbito y
todos pueden ejercer una fructífera complementariedad. Su finalidad
es preservar la viveza de la instrucción directa, personal,
individualizada de las Logias, y velar porque ésta pueda realizarse
desde una identidad de principios en todas las Logias.

- El ámbito formativo primordial, donde reside la Tradición y la


transmisión iniciática, es la Logia; estando a cargo de los
Vigilantes, preceptores, comisiones de docencia de la Logia,
etc. En este campo de actuación pueden hallarse acciones
relacionadas con la instrucción masónica en los trabajos de
Logia, pasos perdidos, ágapes, reuniones en “Tenida de
instrucción” o dedicadas específicamente a los temas de cada
grado.

- La Provincia masónica dispone de recursos para guiar a las


Logias y los hermanos de su jurisdicción. La organización de
Logias de Instrucción Provincial, seminarios, conferencias,
publicaciones, están en función de la voluntad y sensibilidad
geográfica e histórica de cada Provincia.

- La Gran Logia de España se ocupa de dotar a las Logias de


herramientas válidas para la concreción de la instrucción en
su Taller. Poner a disposición recursos generales. Estructurar
proyectos generales de formación de interés general.
Relacionar los existentes en las Provincias. Y vertebrar las
acciones individuales para que reviertan en el bien general de
la Institución. Su ámbito igualmente abarca la organización de
seminarios internos y externos, publicaciones, conferencias,
encuentros y proyectos compartidos con otras Grandes
Logias.

- Las Logias de Estudio o Investigación: Las Logias de Estudio


o Investigación son Logias especializadas destinadas a
profundizar en aspectos históricos, simbólicos, de una forma
genérica o específica por Ritos. Normalmente su actividad se
articula en torno a conferencias, seminarios, publicaciones
32
periódicas internas o externas, y otras formas de trabajo
teóricas en común.

De forma genérica también podemos distinguir dos tipos de


instrucción:
- La instrucción por Rito
- La instrucción de orden general (histórica, simbólica,
filosófica, metafísica, etc.)

Sin establecer demasiados compartimentos estancos, la primera no


obstante se refiere a la ejecución, práctica, e interiorización del ritual, y
se realiza por las propias Logias o por equipos de formación
provinciales. La segunda puede efectuarse desde cada uno de los
anteriores niveles mencionados, adaptándose cada nivel a su propio
nivel de concreción.

El secreto masónico: inefable e incomunicable

La francmasonería es una organización que tiene regulaciones,


archivos, minutas, y por tanto mantiene, dentro de la legalidad del
derecho de asociaciones, una legítima privacidad respecto de sus
reuniones.

La palabra secreto deriva del latín secretum, que significa “separar,


poner a parte, distinguir”, definición cercana a lo “sagrado”. Por tanto
“secreto” es todo aquello que no es aparente, está velado, y se dirige a
lo esencial, a lo que habita oculto en el corazón, por cuyo motivo
requiere del silencio y la discreción. El secreto masónico se refiere
entonces al ámbito de la privacidad de la conciencia individual, a una
vivencia, y a un estado de consciencia producido por el uso y la
comprensión interna de un lenguaje común: el simbolismo.
Constituye así un landmark “intangible” relacionado con la
vinculación iniciática efectiva, no meramente “virtual”, entre aquellos
que han llegado a la comprensión y vivencia efectiva del núcleo de la
iniciación.
La transmisión de las tradiciones masónicas a través de las formas
rituales, son antiguas ceremonias susceptibles de comunicar al
espíritu humano ancestrales contenidos filosóficos, éticos, morales,
33
espirituales, que por su esencialidad y profundidad son difícilmente
explicables, comunicables, y susceptibles de ser totalmente analizados
por el lenguaje descriptivo. La iniciación, y por tanto entrar en
posesión de ese secreto, es partir del conocimiento de los secretos
sustitutivos, para adentrarse en la realización práctica de la influencia
transmitida por estos ritos adecuadamente conducidos, y cargados de
su pleno significado sagrado. Las prácticas masónicas, imbuidas de
tradición efectiva, de antiguo espíritu de la masonería, vivifican la
transmisión de una praxis que, no por intangible, deja de ser menos
real.

Nuestros predecesores llamaron el secreto de los secretos al arte de


realizar la piedra de los sabios. De igual modo advirtieron que de su
incomprensión e irresponsable divulgación, se derivaba no sólo la
hostilidad de los no preparados para recibirlo, sino su deformación
por los oportunistas.

Para el Aprendiz es importante entender la dimensión iniciática del


secreto, y de su medio de acción preferente, para que tenga lugar el
Logos: el silencio, la quietud interna. En este sentido también es
relevante comprender la esencia progresiva de los grados masónicos y
respetar los límites del grado sin ambicionar un mero conocimiento
externo del resto de grados.

Aspectos a considerar sobre la francmasonería

El más importante propósito de la francmasonería es admitir hombres


buenos entre sus filas para hacerlos mejores. Si a un hombre que se
hace recibir masón se le presupone libre y de buenas costumbres,
íntegro, y moralmente adecuado para nuestra antigua institución; al
nuevo Aprendiz se le presupone la nobleza de corazón, una
conciencia pura, y la suficiente claridad mental para considerarse a sí
mismo como capaz de ser un hombre mejor, de aspirar a un desarrollo
y una realización más plena en todos los órdenes.
34

El ritual masónico debe ser entendido como una forma solemne de


proveer al candidato y a todos los miembros de la Logia, de una
experiencia siempre única, irrepetible, y plena de significado
simbólico. Crear una atmósfera adecuada, con la concentración y
precisión ritual precisas, contribuye a la adecuada transmisión de la
influencia iniciática y a la vivencia transformadora.

El tiempo de Aprendiz debe ser usado en la vivencia ritual, fraternal,


el estudio, la meditación, y un desarrollo personal tendente hacia la
búsqueda de la verdad y la virtud. El Aprendiz debe de alcanzar
cierto grado de comprensión de la francmasonería, de los símbolos del
primer grado, y de los usos rituales. Cuando este objetivo es
observado adecuadamente, todo masón crece hasta convertirse en un
hombre mejor, y se fortalece la unión fraternal entre todos los
masones.
35
Para obtener el mayor beneficio posible del ritual masónico el nuevo
hermano debe preparar en cada tenida su mente y su corazón para
comprender y absorber el espíritu sutil de lo que le rodea. Dejar los
metales en la puerta. Y prestar la máxima atención a cada parte del
ritual.

Tal como fue preparado y recibido masón, no es la individualidad


profana la que va a trabajar en Logia, sino el verdadero hombre
interno. Y por ello, sin perjuicio de sus virtudes de honor y posición
social, la masonería recuerda constantemente al nuevo iniciado que es
la sinceridad de sus intenciones lo que le abrió las puertas de la
Orden, y lo que asegura la verdadera recepción de la luz masónica.

La Gran Logia de España pondrá todos los medios a su alcance para


informar adecuadamente a todos los Hermanos acerca de materiales
masónicos, actividades formativas, tenidas de instrucción, etc… Pero
es esencial que las Logias provean a los neófitos de una instrucción
directa y les transmitan toda la experiencia y discernimiento hallado
36
por sus maestros. Los Maestros masones cualificados están de hecho
moralmente obligados a ayudar a los Aprendices en su desarrollo, y a
transmitir de forma individual, de boca a oído, cuestiones,
conclusiones, instrucciones.

De igual forma los Aprendices deben preocuparse y permanecer


activos en su evolución y desarrollo masónicos. Nada puede
conocerse si antes no existe un deseo interior de conocimiento. Por
ello deberán hacer de ese deseo de búsqueda algo permanente si
pretenden adquirir los medios necesarios para su proceso
constructivo. Deben preguntar todo aquello que desconozcan, y
atender a las necesidades de la Logia en la medida que su tiempo y
habilidades lo permitan. La participación es tan beneficiosa para el
Aprendiz como para todos los Hermanos de la Logia. Y el desarrollo
de un estrecho compañerismo es la argamasa que unirá a los
hermanos de una Logia para crecer juntos en fuerza y estabilidad.

El Aprendiz además, no debe contentarse con recibir pasivamente


ideas, conceptos y teorías, teorizando sobre ellos. Mucho menos
permanecer anclado en un sentimentalismo fraternal, en una
pertenencia a una legendaria institución, o en vagas impresiones
psíquicas respecto a símbolos y rituales. Debe aprender a pensar y
discernir por sí mismo desde la experiencia y la guía de los Hermanos
que le han precedido, adquiriendo una perspectiva cada vez más
elevada, completa. De esta manera entenderá que solo él es el
responsable del uso de sus materiales, herramientas, para una
verdadera finalidad iniciática.

Si todo masón trabaja con perseverancia y adquiere la responsabilidad


masónica de todas sus palabras y acciones, entonces la masonería
habrá germinado en un nuevo hermano, y entonces todos nosotros le
habremos encomendado realmente ser nuestro transmisor, y
depositado en sus manos el futuro de la francmasonería.

El Aprendiz

El grado de Aprendiz, llamado “entrado” o aceptado en la


Fraternidad masónica, es el más determinante en el sentido que
37
permite dejar la condición profana y acceder al método de aprendizaje
progresivo que es la masonería. Es el primero de tres grados, y la
primera de las fases que permiten el descubrimiento, la asimilación, y
la propagación de la Luz. Con ello, se entiende un viaje desde las
estancias del templo, o el exterior de la circunferencia, hacia el centro
mismo que es la naturaleza humana restituida; un proceso de
desbaste de la piedra bruta por las herramientas adquiridas, además
de la colocación de la piedra de fundamento del templo interno.

La ceremonia de iniciación transmite al candidato una influencia


espiritual. No se trata de un mero acto social, un “teatro” para causar
una emoción psicodramática, sino un símbolo en movimiento, con la
totalidad de significado que le corresponde10. Pese a no tener en modo
alguno carácter sacramental sino simbólico, constituye una influencia
en cierta forma figurativa, y poseedora de todos los elementos
potenciales para el desarrollo del individuo. De él mismo dependerá
si esta iniciación deviene en hacerse efectiva, y por su voluntad,
paciencia y perseverancia llega a convertirse en un verdadero masón,
un obrero de la construcción universal.

Las formas de los varios rituales masónicos son nuevas e inusuales


para el candidato, así que el neófito debe tan pronto como le sea
posible familiarizarse con sus palabras, símbolos, gestos, etc. Si el
candidato realmente ha preparado su mente y su corazón para recibir
la influencia de la transmisión ritual, retendrá una huella indeleble del
mismo. Por esta razón todos los Hermanos, especialmente los
oficiales, deben esmerarse en ejecutarlo correctamente y con la debida
concentración. Si el nuevo Aprendiz no lo es solo en su nombre, en
portar el mandil, y pagar las cuotas, deberá estar dispuesto a trabajar
sobre estas enseñanzas y su verdadera naturaleza -la piedra bruta-,
para hacerse un hombre más completo, un hombre armónica y
geométricamente perfecto. La francmasonería no ofrece privilegios o
recompensas excepto a aquellos que han trabajado su piedra y han
conseguido fortalecer el verdadero espíritu de la Orden. No da ni
revela al Aprendiz meros objetos o divertimentos teóricos u

10
Ver Sección 5, Simbolismo.
38
especulativos, sino herramientas reales de trabajo que deben ser
aplicadas en la naturaleza profunda del ser humano.

Un hombre se hace masón cuando es aceptado y recibido como


Aprendiz en una Logia, y por tanto en la masonería universal; debe
haber cumplido la iniciación en condiciones regulares, realizar el
juramento, y haber sido recibido por los Hermanos presentes. Por ello,
a pesar de no estar en activo, un hombre una vez iniciado nunca
dejará de ser masón en su nivel más íntimo.

El Aprendiz, al realizar su juramento, adquiere voluntariamente un


gran número de derechos y de obligaciones. Si hemos apuntado
algunos aspectos anteriormente, en las siguientes secciones se
abordarán de forma específica.

El salario del masón hará referencia no solo a antecedentes históricos


sobre pagos en especie, sino al perfeccionamiento gradual del ser
humano. A la asunción o conquista de un nuevo estado de conciencia
y la recepción de un estado espiritual, que es la justa recompensa por
el trabajo desempeñado según las reglas del arte.
39

II
La Gran Logia de España:
Historia, valores, fundamentos

Grandes Maestros Fundamentos conceptuales,


jurídicos y orgánicos
Historia de la Gran Logia de España
Algunos Usos y Costumbres
Estructura de la Orden

Otros Cuerpos masónicos


40

GRAN LOGIA DE ESPAÑA:


Historia, valores, fundamentos

Grandes Maestros de la Gran Logia de España

Luís Salat Gusils


1982 – 1996

Tomás Sarobe Piñeiro


1999 – 2002

Josep Corominas Busqueta


2002 – 2006
41

Josep Carretero i Domenech


2006 – 2010

. Oscar de Alfonso Ortega


2010 -

Historia de la Gran Logia de España

Al final de la guerra civil (1.936 – 1.939) el Grande Oriente Español


(G.O.E.), –la Obediencia tradicional de la masonería Española-, parte
al exilio como consecuencia de la represión decretada por el régimen
del general Franco. Sus bienes son incautados, y un importante
número de masones son acusados, procesados, sufriendo penas de
muerte, prisión, y apartamiento de los poderes públicos. El G.O.E.
encontraría asilo masónico especialmente en México y Francia, países
que acogieron fraternalmente a los masones españoles en desgracia.
Pero durante cerca de cuatro décadas la masonería es erradicada de
territorio español.
42
Si bien en las bases norteamericanas en
España, al abrigo de los tratados firmados
en los años 50, se crean Logias con
Hermanos masones militares americanos,
no será hasta alrededor de 1970, y aun
durante el período del régimen
franquista, cuando algunos masones
comienzan a intentar crear pequeñas y
discretas estructuras masónicas. Algunas
Logias fueron constituyéndose en
territorio español, si bien no sometidas a
ninguna Obediencia masónica legítimamente establecida y
reconocida. Ejemplo de ello es el agrupamiento que en 1.974 un
reducido número de masones españoles, vueltos discretamente del
exilio, realizó en la Logia Perseverança, que años más tarde sería uno
de los núcleos de los que nacería la Gran Logia de España. Y la
iniciación en 1975 de algunos españoles residentes en Gerona en una
Logia de la ciudad de Toulouse (Francia), uno de los principales
centros de acogida de masones españoles exiliados.

A partir de 1.976, con los cambios paulatinos de régimen en España, la


Gran Logia Nacional Francesa autorizó la admisión de candidatos
españoles en la Respetable Logia Simbólica “La Constance Catalane nº
186", al Oriente de Perpignan (Francia).

El 14 de mayo de 1.977, la Gran Logia Nacional Francesa consagró, en


Barcelona, la primera Logia española, regular y reconocida. La Logia
adoptó el título distintivo de Respetable Logia Simbólica de San Juan
de Catalunya número 208, trabajando en el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado bajo la jurisdicción de la Gran Logia Provincial de
Occitania.

El 15 de octubre de 1.978, con la presencia del Gran Maestro de la


Gran Logia Nacional Francesa, Auguste Louis Derosière, se consagró
en Gerona, la segunda Logia española dependiente de la Gran Logia
Nacional Francesa; ésta con el título distintivo de Sant Jordi y el
número 227, también bajo la jurisdicción de la Gran Logia Provincial
de Occitania.
43

En octubre de 1.979, la Respetable Logia Simbólica Perseverança fue


regularizada y consagrada, obteniéndose la posibilidad de cumplir
con el requisito masónico (según las normas internas de la Gran Logia
Nacional Francesa) de la existencia de tres Logias para poder aspirar a
la creación de un distrito.

En 1.980 se creó y consagró, en Madrid, la Respetable Logia Simbólica


Concordia, con el número 257 y con dependencia, igualmente, de la
Gran Logia Provincial de Occitania. El 16 de junio de 1.980 la Gran
Logia Nacional Francesa creó la Gran Logia de Distrito de España, que
en aquel momento contaba con cuatro Logias y setenta Hermanos. La
Gran Logia Provincial de Occitania transfirió sus cuatro Logias
españolas a la Gran Logia de Distrito de España.

El 18 de octubre de 1.980, tras la sentencia del Tribunal Supremo


número 47.103 de 3 de julio de 1979 que, a instancias del Grande
Oriente Español, obliga al gobierno a inscribirle como una asociación
legal en los registros del Ministerio del Interior, se legaliza la
masonería en España, y la Gran Logia de España obtiene su
inscripción en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del
Interior.

El Gran Priorato de las Galias, del Rito Escocés Rectificado, por vía de
su Prefecto en Languedoc, se dirigió el 12 de febrero de 1.981 a la Gran
Logia de Distrito de España, solicitando que tuviera a bien establecer
el Rito Escocés Rectificado en su territorio y comunicando su
intención inmediata de someter su Provincia de Aragón a la Gran
Logia de Distrito.

Por las mismas fechas, el efímero Grande Oriente Español Unido,


formado a partir de un grupo de masones españoles separados poco
antes del Grande Oriente Español, establece las bases para su
integración en la Gran Logia de Distrito de España, lo que se realiza
con la autorización previa del Gran Maestro de la Gran Logia
Nacional Francesa.
44
El 17 de junio de 1.982, se solicitó al Gran Maestro de la Gran Logia
Nacional Francesa la constitución de la Gran Logia de España. El M.·.
R.·. H.·. Jean Mons, mediante el Decreto número 656, de 2 de julio de
1.982, creó la Gran Logia de España, de la que fue primer Gran
Maestro, hasta su fallecimiento en 1.996, el M.·. R.·. H.·. Luis Salat i
Gusils. Por el Decreto número 657, el M.·. R.·. H.·. Jean Mons transfirió
las diez Logias españolas11 a la jurisdicción de la Gran Logia de
España. La Gran Logia de España fue consagrada en Madrid, el seis
de noviembre de 1.982, celebrando su primera Gran Tenida anual el
19 de marzo de 1.983.

A partir de su consagración, la Gran Logia de España fue reconocida


por las Grandes Logias regulares del mundo entero, siéndolo por la
Gran Logia Unida de Inglaterra el 16 de septiembre de 1.987. En la
actualidad la Gran Logia de España está reconocida y mantiene
fraternales relaciones con 155 Grandes Logias, la práctica totalidad de
las Grandes Logias regulares, siendo, además, miembro de pleno
derecho de la Confederación Masónica Interamericana.

El 31 de marzo de 2.001 se unieron el Grande Oriente Español y la


Gran Logia de España, formando una única Obediencia masónica.
Quedaron, así, unidas la historia y las tradiciones de la masonería
española en la regularidad masónica de la Gran Logia de España;
historia de la masonería española que es asumida, por ser la suya, por
la Gran Logia de España. Como única Obediencia masónica regular en
España, reconocida y en fraternales relaciones con la práctica totalidad
de las Grandes Logias Regulares del Mundo, en la actualidad cuenta
con 175 Logias distribuidas por todo el territorio nacional. La sede de
la Gran Logia de España está fijada en Barcelona, Gran Vía de les
Corts Catalanes nº 617.

Territorialmente la Gran Logia de España se organiza en Grandes


Logias Provinciales, de las que administrativamente dependen las
Logias que trabajan (se reúnen) en los territorios de sus respectivas
demarcaciones.

11
San Juan de Cataluña, Sant Jordi, Perseverança, Concordia, Fraternidad Universal,
Guillem de Montrodón, Germanies, Ramón Llul y Fidelitas.
45
Introducción a la estructura de la Orden

El ideal iniciático de la masonería se vehicula


por medio de una organización y una
administración que tienen un papel
determinante en que la Orden masónica sea lo
que es. De lo contrario, posiblemente no habría
pervivido ni habría podido mantener la
identidad de sus principios por encima del
avatar de personajes y circunstancias
históricas. El ideal esencial de la masonería precisa pues de un
“cuerpo”, y éste es la ordenación en Logias, Provincias, Grandes
Logias, sustentadas a su vez por Constituciones, Reglamentos,
Landmarks, Antiguos Usos y Costumbres, etc.

La francmasonería simbólica puede considerarse que es una estructura


federada de Grandes Logias que, a través de sus tratados de amistad,
se reconocen mutuamente. En principio, una Gran Logia coincide
territorialmente con un Estado, salvo excepciones derivadas del
devenir histórico.

En España la única Obediencia masónica regular es la Gran Logia de


España. Reconocida en la actualidad, por la práctica totalidad de
Grandes Logias del mundo, mantiene con ellas estrechos lazos de
amistad fraternal y cooperación. En el ámbito no masónico, civil o
profano, la Gran Logia de España es una asociación inscrita con el nº
37.526 en el Registro Nacional de Asociaciones, como una entidad sin
ánimo de lucro.

La jurisdicción de la Gran Logia de España coincide con el Reino de


España. Está presidida por el Gran Maestro, y gestiona desde su sede
social, donde se ubica la Gran Secretaría, las relaciones oficiales con el
mundo masónico regular, y el funcionamiento administrativo con las
Provincias masónicas y las Logias. Su gobierno se fundamenta,
emana, y regula según la Constitución de la Gran Logia de España,
sus Reglamentos generales, los acuerdos y resoluciones de la Gran
Asamblea, del Gran Cónclave, y los decretos emitidos por el Gran
Maestro en el ámbito de su competencia. Forman parte de la Gran
46
Asamblea todos los Maestros Instalados de la G.L.E., y del Gran
Cónclave los Maestros Instalados designados por el Gran Maestro, los
Grandes Oficiales electos, y los representantes Provinciales electos.12
Los trabajos de Gran Logia son abiertos y cerrados en tercer grado, sin
embargo pueden asistir los Hermanos Aprendices y Compañeros
cuando éstos han sido reasumidos en sus grados respectivos.

La Gran Logia de España se estructura territorialmente en Grandes


Logias Provinciales, las cuales constituyen territorios no
necesariamente coincidentes con las comunidades autónomas de
España, y están constituidas por la totalidad de Hermanos registrados
en las Logias simbólicas de su jurisdicción. No obstante lo anterior,
siendo las Grandes Logias Provinciales delegaciones creadas por el
Gran Maestro de la G.L.E., pueden existir también Logias de
dependencia directa del Gran Maestro.

Las Grandes Logias Provinciales son dirigidas según nuestra


Constitución y Reglamentos por Grandes Maestros Provinciales
nombrados por el Gran Maestro de la Gran Logia de España. Los
Oficiales Provinciales son designados por el Gran Maestro Provincial
o votados por los miembros de la Provincia con derecho a voto según
el oficio a desempeñar. Los Oficiales Provinciales son miembros
activos de las Logias de cada jurisdicción provincial, siendo miembros
delegados a la Asamblea ordinaria los Maestros Instalados, el V.M. y
los Vigilantes de cada Logia.

Las Logias son las células básicas y primordiales del quehacer


masónico, y el fundamento real del depósito iniciático de la
francmasonería. Suponen el agrupamiento primordial de todos los
francmasones, y todos han ingresado a ella tras haber efectuado
personal y voluntariamente una solicitud por escrito, y haber
superado una votación de su asamblea para recibir la iniciación o
solicitar su afiliación. Todas las Logias llevan un nombre distintivo y
un número. Todos sus miembros deben cumplir con sus capitaciones
generales y las especiales de la Logia. Están dirigidas por un

12
Por la necesaria limitación de espacio en esta Guía, se remite a la lectura de la
Constitución de la Gran Logia de España y de los Reglamentos Generales para el
conocimiento general de la estructura de la Institución. Edición septiembre de 2005.
47
Venerable Maestro, que es elegido anualmente por escrutinio secreto
y cuyo mandato se limita a dos años seguidos, y se rigen además de
por la Constitución y Reglamentos generales, por las atribuciones de
sus propios órganos de gobierno, según cada Rito. Obviando las
condiciones de la regularidad puede decirse que una agrupación de
Logias constituye una “Obediencia”.

Otros Cuerpos, Órdenes y Potencias Masónicas

Además de las Grandes Logias, que son las organizaciones básicas y


fundamentales de la francmasonería simbólica, existen otros Cuerpos,
Órdenes, y Potencias masónicas con los que la Gran Logia de España
mantiene relaciones de reconocimiento y amistad: el Supremo Consejo
del Grado 33 para España; el Soberano Gran Capítulo de los masones
del Arco Real; el Gran Priorato de las Órdenes Unidas, Religiosas,
Militares y Masónicas del Temple, de San Juan de Jerusalén, Palestina,
Rodas y Malta; el Gran Priorato Rectificado de España; la Gran Logia
de Maestros Masones de Marca de Inglaterra, Gales y de sus Distritos
y Logias de Ultramar; el Gran Consejo Maestral del Arca Real de la
Gran Logia de Maestros Masones de Marca de Inglaterra, Gales y de
sus Distritos y Logias de Ultramar; el Gran Conclave de la Orden del
Monitor Secreto o Fraternidad de David y Jonatán en las Islas
Británicas y sus Territorios de Ultramar; el Gran Consejo de los
Grados Masónicos Aliados de Inglaterra, Gales y de sus territorios de
Ultramar; el Gran Capítulo Francés; el Gran Consejo de la Orden de
Maestros Reales y Selectos de Inglaterra, Gales y sus Distritos y
Consejos de Ultramar; la Honorable Sociedad de masones libres,
canteros, mamposteros, pizarreros, soladores, yesadores y albañiles –
Operativos-; y la Orden conmemorativa de Santo Tomás de Acre.

La pertenencia a estos Cuerpos u Órdenes es voluntaria, aunque


reservada para maestros masones regulares.
48
Fundamentos conceptuales, jurídicos y orgánicos de la
francmasonería simbólica

La masonería, además ser una vía iniciática para el perfeccionamiento


humano con un tradicional depósito simbólico y alegórico, tiene un
cuerpo normativo propio que ha estructurado a nuestra institución a
lo largo de la historia. Las distintas épocas y circunstancias han
podido variar el criterio de aplicación de las leyes masónicas, y
ciertamente la forma externa de sus enunciados, pero no su espíritu.

El cuerpo normativo que rige la regularidad en los trabajos masónicos


se divide en:

1) La Ley no escrita o tradicional de la Hermandad representada por


los Antiguos Límites o Landmarks, que, si bien no siempre han sido
claramente enunciados o definidos, se les reconoce por prestigiosos
autores como fundamentales, universales, inmemoriales, inamovibles,
e irrevocables.

2) La Ley escrita de la Orden, que engloba a los antiguos Preceptos o


Deberes -los “Old Charges”-, los principios básicos para el
reconocimiento de las Grandes Logias, sus Constituciones y
Reglamentos Generales, los acuerdos de la Gran Asamblea, así como
los Decretos y Decisiones del Gran Maestro, los del Gran Maestro
Provincial, los reglamentos internos de la Logia y los acuerdos de sus
órganos de gobierno.

El orden jerárquico del cuerpo normativo escrito de la francmasonería


simbólica es el siguiente:

- Los Antiguos Preceptos o Deberes -“Old Charges”-.


- Las normas de reconocimiento de las Grandes Logias.
- Las Constituciones de las Grandes Logias
- Los Reglamentos Generales
- Los acuerdos de la Gran Asamblea.
- Los Decretos y Resoluciones de los Grandes Maestros y de las
Grandes Logias
- Los Decretos y Resoluciones del Gran Maestro Provincial
49
- El reglamento interno y las normas particulares de la Logia.
- Los acuerdos de los órganos de gobierno de la Logia.

Regularidad

Corresponde a la legitimidad masónica aplicada a las Obediencias,


Logias o masones. El diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española entiende que la regularidad es la exacta observación de la
regla y, a su vez, considera, en su segunda acepción, que la regla es
aquello que ha de cumplirse por estar así convenido por una
colectividad o bien, y en su tercera acepción, el conjunto de preceptos
que debe observar una específica institución.
50
La normativa común y universal es lo que establece una
“regularidad” de fondo y forma en la masonería, y lo que la conforma
como “Orden”. Una Orden es una organización constituida según los
principios o preceptos de una regla, la cual le da una finalidad,
sentido, además de un contenido y una estructura. La Orden
masónica y por ende cada Gran Logia conserva su regularidad si su
constitución, estructura y principios se adhieren a lo que la «regla»
indica. Las fuentes de dicha «regla» son muy antiguas y rescatan los
usos, costumbres y tradiciones de los antiguos gremios de
constructores medievales, de donde derivan nuestras actuales Logias.
Su observancia ha tenido una imprescindible adaptación al correr de
las épocas, pero conservando los rasgos fundamentales que la definen
y le otorgan un auténtico carácter masónico. Básicamente
corresponden éstos a la observancia de los “los Antiguos Límites”, las
“normas de reconocimiento universal” y de los “Antiguos Deberes”.

Toda jurisdicción masónica reconocida, como puede ser la G.L.E.,


debe tener en cuenta estas fuentes a la hora de elaborar y modificar su
cuerpo normativo. A su vez, una Logia incardinada en una Gran
Logia regular y que cumpla los criterios que de la misma Gran Logia
emanan se considera regular, siendo el título constitutivo que reciba
de la Gran Logia, denominado carta patente, el que garantiza la
regularidad de la Logia. Asimismo, la persona iniciada en una Logia
regular, y que practica la francmasonería de acuerdo con los rituales y
resoluciones de la Gran Logia regular a la que pertenece la Logia en la
que masónicamente trabaja, es un masón regular.

Es en este sentido que la masonería regular está “reglada” sin que


pueda haber confusión con el concepto de dogma doctrinal. El
contenido esencial de los ritos y símbolos de la masonería, como sus
Landmarks y Antiguos Usos ni son “revelaciones” ni constituyen una
mera creencia vinculada a una forma religiosa específica. Son
fundamentos reales que articulan el trabajo masónico en sus
diferentes niveles, y que precisan de un vehículo ordenado apropiado
para cumplir su función. La masonería regular trabaja “a la Gloria del
Gran Arquitecto”, procura un orden universal y una realización
espiritual para el hombre, y es transmisora de una tradición o filiación
51
regular, es decir de una cadena ininterrumpida transmitida en las
condiciones iniciáticas regulares.

Las asociaciones masónicas denominadas “irregulares”, obviando su


buena voluntad y valores fraternales, son definidas de este modo por
haber suprimido elementos fundamentales de la francmasonería,
haberse apartado de los principios fundamentales reconocidos por
todas las Grandes Logias, y/o no contar con el reconocimiento de estas
Grandes Logias del mundo. En ocasiones, y por circunstancias
“coyunturales” es posible ver Obediencias creadas regularmente, no
ser “reconocidas” en un momento determinado. Y Obediencias que
trabajan según “criterios regulares” (masculinidad, presencia del
V.L.S., trabajos a la Gloria del G.A.D.U.) ser irregulares por no haber
sido fundadas regularmente, ya existir otra Obediencia reconocida en
el mismo país, o no ser “reconocidas” por no cumplir otros criterios en
su jurisdicción.

Reconocimiento

No debe confundirse la regularidad, expuesta en el apartado anterior,


con el reconocimiento. El diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española entiende como reconocimiento la acción y efecto de
reconocer o reconocerse y define reconocer, en sus acepciones 5ª y 6ª,
como confesar con cierta publicidad la legitimidad de la jurisdicción
que ejerce o admitir y manifestar a otra persona que es cierto lo que
aquella dice o que presta su conformidad con ello.

El reconocimiento masónico es un acto de diplomacia masónica


internacional por el que una Gran Logia firma un tratado de amistad
con otra Gran Logia, que conlleva unos derechos a los masones de
cada una de las Grandes Logias firmantes, como, por ejemplo, el
derecho de visita. En la francmasonería regular no cabe el
reconocimiento sin que ambas partes sean regulares.

Landmarks

El término landmark, “mojón” o “lindero” en lengua castellana, recibe


su significado de la Biblia (Job 24.2 y Pr 22.28/23.10), expresando que
52
los linderos son marcas inmutables sobre la tierra a edificar. En épocas
pasadas, los hombres marcaban los linderos de sus tierras mediante
piedras. Si estas marcas, o “linderos”, eran removidos, los hombres no
podían identificar de forma correcta y ponderada los límites de su
propiedad.

Así, los landmarks masónicos corresponden a las marcas o


costumbres más antiguas y remotas que son identificadas y
designadas como inamovibles, y que reglan geométricamente el
espacio común que es la Orden masónica. Son aquellos principios o
reglas de gobierno masónico que determinan la naturaleza de nuestra
institución y que remontándose a una Tradición constructiva
primordial, son perdurables por su propia esencia y naturaleza en el
tiempo. Contienen tanto el fundamento de la masonería como la
diferencia de cualquier otra concepción o conglomerado filosófico; de
ahí que el reconocimiento y el universalismo masónico entre Logias y
Grandes Logias se fundamente en ellos. Estos landmarks constituyen
la Ley no escrita de la francmasonería y por su cierta ambigüedad
suponen la esencia trascendente de los principios masónicos.

La mayoría de los preceptos de la «regla» masónica se encuentran


escritos de forma más o menos explícita en los antiguos documentos
de la masonería. Estos documentos, contienen reglas y usos y
costumbres, que bajo la forma alegórica, evidencian la antigüedad de
la Orden masónica y expresan las «exigencias mínimas» que debe
conservar la Orden en todo tiempo para ser fiel a su naturaleza y
perpetuar su depósito. La cierta modificación de un landmarck, con la
consiguiente alteración de su espíritu esencial, lo asemejaría más los
Usos y Costumbres.

Muchas son las listas escritas de landmarks, derivadas de los intentos


codificadores de muchos Hermanos bienintencionados, pero como ya
dijo Anderson en sus constituciones: “es imposible tratar de todas estas
cosas por escrito, cada cual deberá estar en su lugar […]”.
Esta indefinición aparente, ha derivado en gran número de
interpretaciones y diferencias. Para Mackey son 25; para Mac Bride
son doce; 8 para Pound; apenas 3 para Pike; 24 para Lecerff; 54 para
Grant de Louisville; 24 para Lawrence; y la Gran Logia de Inglaterra
53
después de un intenso debate emitió un comunicado de 8 principios
básicos para la regularidad de los trabajos masónicos, que fueron
desarrollados posteriormente en la regla de los 12 Puntos.

Los landmarks hacen referencia a


los signos, toques, palabras,
obligaciones, juramentos, las
ceremonias de iniciación, pase,
elevación, las funciones sagradas de
ciertos símbolos de la Logia, la
consagración de los trabajos al
G.A.D.U., la no participación de
mujeres, así como los modos de
reconocimiento, creación de Logias
e instalación de sus Venerables
Maestros.

Los landmarks, considerados como tales, son de indudable


antigüedad, universales, e inviolables. Por ello están, en gran medida,
recogidos en las Constituciones y Reglamentos de todas las
Obediencias regulares del mundo. No están sujetos a votación ni
discusión, y no está en poder de ningún masón establecer ningún
cambio en su naturaleza.

Los Antiguos Preceptos o Deberes “Old Charges”

Arraigados en la tradición oral, los Antiguos Preceptos constituyen


toda una forma de entender el “oficio sagrado” de constructor. La
nobleza de sus principios constituye la filiación entre los antiguos
masones y la francmasonería actual. Sin embargo, constituyen apenas
una síntesis de las reglas antiguamente conocidas. A pesar de ello,
habitualmente se componen de tres partes: los orígenes del “oficio”, el
juramento y las obligaciones, y la organización del “oficio” y de sus
reglas morales; pudiendo en ocasiones incluirse catecismos y
referencias rituales. Una estructura, por cierto, idéntica a las reglas
monásticas de la Edad Media.
54
La historia o leyenda del oficio establece la filiación tradicional de la
Orden y su legitimidad, su regularidad hasta el tiempo presente. Las
Obligaciones contienen los deberes que vinculan libremente al masón
hacia su obligación solemne, y el reglamento general pone de relieve y
en forma práctica los principios jurídicos y morales que permiten el
funcionamiento armónico de la Corporación.

A pesar de que hay corrientes tendentes a desacreditarlos, o a


identificarlos de forma exclusiva a la mera formulación de las
Constituciones de Anderson13, conocemos aproximadamente unos 150
documentos que han llegado hasta nuestros días, sin contar de forma
exhaustiva las abundantes “divulgaciones” del XVIII. Todos ellos
presentan una homogeneidad esencial, pero también abundantes
variaciones y adaptaciones. En 1888 fueron clasificados por el
historiador inglés Wilhem Begemann, y en 1895 se operó una
clasificación en 10 familias representativas con varios subgéneros, que
presentaban filiaciones comunes entre sí. Una clasificación que
presentamos, aun necesariamente incompleta, por la cantidad de
documentos perdidos, y destruidos intencionadamente.

13
Las Constituciones de Anderson siguen de hecho el modelo antiguo de Old
Charges. Sus citas textuales no hacen sino transmitir los antiguos preceptos, pues
vendrían a reformar totalmente el oficio y refundarlo en la francmasonería moderna.
Esta formulación escrita de Anderson fue tomada en consecuencia como texto base
para ser identificada de forma universal con los “Antiguos Deberes”.
55
Normas de reconocimiento universal

Todas las leyes generales o reglamentos de una Gran Logia son


territoriales y tienen fuerza legal exclusivamente dentro de su
jurisdicción; pero las normas de reconocimiento, al emanar de los
propios landmarks, ejercen su acción fuera de la jurisdicción. Su
carácter universal representa una legislación uniforme en el espíritu y
unidad de su aplicación, y ejerce una soberanía limitante sobre las
soberanías de cada Gran Logia, marcando los límites aceptables
dentro de la “regla” o regularidad común inherente a la tradición
masónica.

Una Gran Logia sólo podrá ser reconocida y aceptada como regular
por otra Gran Logia regular, si se adhiere a los antiguos principios y
lineamientos y a los principios fundamentales de reconocimiento
internacional que fueron aprobados por la Gran Logia Unida de
Inglaterra en 1929 y aceptados por todas las Grandes Logias regulares
del mundo. De lo contrario, no será tenida en cuenta o “reconocida” al
no estar sujeta a una “regla” u ordenamiento universal:

1. – Regularidad de origen. Toda Gran Logia deberá haber sido


regularmente establecida por una Gran Logia debidamente
reconocida o por tres o más Logias regularmente constituidas.

2. – La creencia en el Gran Arquitecto del Universo y su voluntad


revelada, debe constituir una obligación esencial para sus miembros.

3. – Que todos los iniciados prestarán juramento sobre o a la vista del


Volumen de la Ley Sagrada, debidamente abierto, por lo cual se
entiende la revelación de lo Alto, que ata la conciencia del individuo
particular que se inicia.

4. – Que los miembros de la Gran Logia, así como de las Logias en


particular, se compondrán de hombres exclusivamente y que cada
Gran Logia no deberá tener relación masónica de clase alguna con
cualquier tipo de Logias mixtas o Cuerpos que admitan, como
miembros, a personas de sexo femenino.
56

5. – Que la Gran Logia tendrá jurisdicción soberana sobre las Logias


bajo su Obediencia; esto es, que será una organización responsable,
independiente, soberana, con única e indiscutida autoridad sobre la
hermandad o grados simbólicos (Aprendiz, Compañero y Maestro
masón), dentro de su jurisdicción; y no estará en forma alguna sujeta
a, ni dividirá tal autoridad con un Supremo Consejo u otro poder que
reclame control alguno o supervisión sobre esos grados.

6. – Que las tres grandes luces de la masonería (a saber: el Volumen de


la Ley Sagrada, la escuadra y el compás), estarán siempre presentes
cuando la Gran Logia o Logias subordinadas estén trabajando, siendo
la principal de aquellas, el Volumen de la Ley Sagrada.

7. – Que sea estrictamente prohibida la discusión en Logia de religión


y política.

8. – Que los Antiguos Principios, Límites, Usos y Costumbres de la


Hermandad, serán estrictamente observados.

Constituyen el universo de la masonería regular todas aquellas


Grandes Logias reconocidas por la Gran Logia Unida de Inglaterra, y
que a su vez mantienen entre ellas, y con otras instituciones
masónicas, acuerdos o concordatos, como por ejemplo, el Supremo
Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Gran Capítulo del
Arco Real, la Gran Logia de Maestros Masones de Marca, el Gran
Priorato de las Ordenes Unidas, el Gran Capítulo Francés, y todos
aquellos otros mencionados en el apartado referido a las Órdenes
masónicas.

La regularidad entre Grandes Logias constituye un elemento


definitorio e institucional, siendo consideradas el resto de
agrupaciones masónicas, sin pretensión peyorativa alguna, como
irregulares en cuanto no se ajustan a los principios y objetivos
fundamentales de la francmasonería.
57
La Regla en doce puntos

1. La francmasonería es una fraternidad iniciática que tiene por


fundamento tradicional la fe en Dios, Gran Arquitecto del Universo.

2. La francmasonería se basa en los “Antiguos Deberes” y en los


“Landmarks” de la Fraternidad, especialmente en cuanto al absoluto
respeto a las tradiciones específicas de la orden, esenciales para la
regularidad de la obediencia.

3. La francmasonería es una Orden a la que únicamente pueden


pertenecer hombres libres y respetables que se comprometan a
practicar un ideal de paz, de amor y de fraternidad.

4. La francmasonería busca a través del perfeccionamiento de sus


miembros el de la humanidad entera.

5. La francmasonería exige a todos sus miembros la practica exacta y


escrupulosa de los rituales y del simbolismo, medios de acceso al
Conocimiento por las vías espirituales y iniciáticas que le son propias.

6. La francmasonería exige a todos sus miembros el respecto a las


ideas y creencias de cada uno. Prohíbe en su seno toda discusión de
orden religioso o político, de esta forma es un centro permanente de
unión fraternal donde reina una comprensión, una tolerancia y una
fructuosa armonía entre los hombres, que de otra manera, serían
extraños los unos a los otros.

7. Los francmasones recogen sus obligaciones sobre el Volumen de la


Ley Sagrada, con el fin de dar al juramento prestado sobre el mismo,
el carácter solemne y sagrado indispensable para su perennidad.

8. Los francmasones se reúnen, fuera del mundo profano, en Logias


donde deben estar siempre presentes las tres grandes luces de la
Orden: un Libro de la Ley Sagrada, la escuadra y el compás, para
trabajar según el ritual, con compromiso y asiduidad, conforme a
principios y reglas prescritas por la Constitución, Estatutos y
Reglamentos Generales de la obediencia.
58

9. Los francmasones solo deben admitir en sus Logias a hombres


mayores de edad, de reputación perfecta, gente de honor, leales y
discretos, dignos desde todos los puntos, de ser sus hermanos y aptos
para reconocer los límites del dominio del hombre y el infinito poder
del Eterno.

10. Los francmasones cultivan en sus Logias, el amor a la patria, el


respecto a las leyes y a las autoridades constituidas. Consideran el
trabajo como el deber primordial del ser humano y lo honran de todas
las formas.

11. Los francmasones contribuyen por el ejemplo activo de su


comportamiento sabio y digno, al esplendor de la orden, respetando
el secreto masónico.

12. Los francmasones se deben mutuamente, dentro del honor, ayuda


y protección fraternal, incluso con peligro de su vida. Practicarán el
arte de conservar en todas circunstancias, la calma y el equilibrio
indispensables a una perfecta maestría de si mismo.

Constituciones, Reglamentos.

a) La Constitución: En la Gran Logia de España, como en cada Gran


Logia, la Constitución es la norma estatutaria de carácter masónico.
Debe estar basada, para ser regular, en los fundamentos marcados por
los Antiguos Landmarks y los lineamientos de reconocimiento regular
entre Grandes Logias. Las constituciones de Anderson establecen el
espíritu de la masonería moderna establecida entre 1717 y 1723, y
todas las Constituciones de las Grandes Logias del mundo contienen
similares principios. Dentro de las Constituciones de cada Gran Logia
se incluyen gran cantidad de aspectos estructurales, que en forma y
contenido siguen muchos de los lineamientos y usos de la Gran Logia
Unida de Inglaterra.
La Constitución puede coincidir o no con los estatutos civiles
registrados oficialmente en el Estado en el que la Gran Logia se
constituye como asociación. La Constitución de la G.L.E. coincide con
los estatutos inscritos en el Registro Nacional de Asociaciones de
59
ámbito estatal del Ministerio del Interior, y su aprobación y reforma
requiere, entre otras formalidades, la aprobación de la Gran
Asamblea.

b) Reglamentos: El desarrollo normativo de aspectos específicos,


genéricamente expuestos en la Constitución, se efectúa en los
denominados Reglamentos Generales. Marcan los procedimientos
rituales, de gobierno y
funcionamiento de las Logias.
La aprobación y modificación
de los Reglamentos Generales
es competencia del órgano
legislativo referido en la
Constitución.

La Constitución de la Gran
Logia de España, además de
recoger la Regla en 12 puntos
y las normas de
reconocimiento internacional,
declara expresamente entre
sus fines:
“La francmasonería tiene su
fundamento esencial en la fe en
un Poder Supremo expresado
bajo el nombre de Gran
Arquitecto del Universo; sus
principios se resumen en estas dos máximas: conócete y ama a tu prójimo
como a ti mismo.
La francmasonería es una asociación libre de hombres independientes, los
cuales sólo dependen de su conciencia y se dedican a poner en práctica un
ideal de paz, amor y fraternidad.
Tiene como objetivo el perfeccionamiento moral de la humanidad y como
medio de propagación una verdadera filantropía, con el empleo de costumbres
y formas simbólicas.
Impone a todos sus miembros el respeto a las opiniones ajenas y les prohíbe
toda discusión política ó religiosa a fin de constituir un centro permanente de
unión fraternal. Los francmasones se reúnen en lugares especiales llamados
60
Logias con el fin de trabajar allí ritualmente, con celo y asiduidad, y sólo
admiten a hombres mayores de edad, creyentes, de buenas costumbres, gente
de honor, leales y dignos en todos los aspectos
En las Logias se aprende a amar a la Patria, someterse a sus Leyes, respetar
las autoridades legalmente constituidas; a considerar el trabajo como un deber
esencial en el ser humano y en consecuencia, a honrarlo en todas sus formas y
hacer por medio de la palabra, del ejemplo y de lo escrito, toda difusión útil.”

Los Decretos y Resoluciones

Los decretos son normas que dimanan de los órganos ejecutivos en su


ámbito jurisdiccional respectivo, especialmente del Gran Maestro.
También son resoluciones los veredictos de los órganos internos de la
Justicia masónica.

Como máximo dirigente de la Orden en cada jurisdicción, el Gran


Maestro es el único poder ejecutivo dentro de sus competencias, y
copartícipe y ejecutor en el poder legislativo, pues sus Decretos y
decisiones son obligatorios para todos los masones y Logias de su
jurisdicción, a menos que sean derogados por otro Gran Maestro o por
la Asamblea de la Gran Logia, por estar en pugna con los Antiguos
Límites o con la Constitución de la Gran Logia. Estas prerrogativas del
«Gran Maestro» se han transmitido desde que se instituyó este cargo
en 1717 y se han establecido y perpetuado en las subsiguientes
Constituciones.

El poder legislativo de la jurisdicción se halla en la Gran Asamblea, en


las condiciones que las Constituciones y Reglamentos de cada
jurisdicción dicten, y sus acuerdos rigen sobre los reglamentos y
procedimientos de las Logias.

Los Decretos y decisiones del Gran Maestro Provincial

Dentro del ámbito de sus competencias, y por delegación del poder


ejecutivo del Gran Maestro de la Gran Logia, el Gran Maestro
Provincial tiene capacidad para decidir ciertos procedimientos y
lineamientos en las Logias, así como para organizar los cuadros de
gobierno que facilitarán la estructura de la Orden en su Provincia.
61
Velará por la aplicación de las decisiones tomadas en órganos
superiores y las tomadas en la propia Asamblea provincial.

Los Reglamentos de las Logias y normas particulares de las Logias

Desde antaño la soberanía ha residido en las Logias. En la práctica es


así a todos los efectos, salvo en lo que concierne al gobierno de la
“Orden” que es de naturaleza y orden superior al ámbito de la Logia.
Los reglamentos de la Logia se adecuan a los Reglamentos Generales
de la Gran Logia, aunque la Logia tiene plena capacidad normativa de
establecer sus propios usos en las competencias que están previstas, y
de ejercer el gobierno efectivo de la Logia. Dentro de la Logia es
donde cobran “vida” lo esencial de los Landmarks, de los Antiguos
Usos de la Fraternidad, y donde los principios masónicos del “arte” se
“realizan” realmente.

El Aprendiz entrado promete solemnemente en su iniciación respetar


los usos y reglamentaciones de la Orden, de la Obediencia, y de su
Logia, incluyendo los deberes y responsabilidades adquiridos. Los
deberes y derechos de los hermanos del Taller se consignan en los
Reglamentos. Todo masón debe conocer muy bien sus derechos y
obligaciones dentro de la Orden, el funcionamiento de la Logia y de la
Gran Logia, los rituales, así como tener siempre presentes sus
juramentos y obligaciones.

Algunos Usos y Costumbres

Los deberes del masón, propiamente dichos, difieren apreciablemente


de las Ordenanzas de los Gremios (Guild Ordinances), en significados
que exceden la ordenación gremial, para constituir un código de vida,
de fraternidad, y de trabajo interno de la Orden. Muchos de ellos son
indisolubles de su realización práctica u “operativa”, ya que el oficio
constituía el soporte que daba sentido a la Orden. Hoy en día, aun
constituyen los principios morales que impregnan la Fraternidad y la
práctica del arte.

Los primeros ejemplos que nos han llegado documentalmente nos


informan de estos antiguos usos de las Logias. Los de la Logia
62
escocesa de Mary´s Chapel en Edimburgo se remontan a 1599, y los de
la Logia inglesa de Alnwick en Northumberland a 1700.

El primer deber de todo Hermano es


hacer suyas las leyes y costumbres de
su Logia (mediante la transmisión
regular de sus miembros), además de
conocer las de su Rito, las directrices
regulares de su Obediencia masónica,
las asumidas por todos los Grandes
Cuerpos jurisdiccionados, y las que se
desprenden de los Antiguos Deberes.
Se refieren tanto a una normativa
establecida, como al conjunto de usos
regularmente transmitidos. Todos ellos
forman un conjunto de formalidades
que rigen el ceremonial y la conducta
de los francmasones.

En masonería existe además un gran número de usos y costumbres


antiguos que no siempre encontramos en los reglamentos y rituales.
Como ya hemos mencionado, Anderson ya lo advertía en sus
Constituciones: “es imposible tratar todas estas cosas por escrito, cada cual
debe estar en su lugar”. Entre estos usos podemos distinguir
propiamente “procedimientos rituales”, y por otra parte ciertos
“protocolos” que la costumbre ha establecido como garante de la
cortesía, el decoro, el respeto, y el buen hacer en el arte real. A estos se
refieren el código ético y las reglas de conducta que los masones,
como todas las corporaciones profesionales, han mantenido siempre,
y que, salvando su adaptación en el curso de los tiempos, regulan las
relaciones entre los miembros de la Fraternidad masónica.

Los procedimientos y el protocolo masónico, no emanan únicamente


de la voluntad individual de cada masón, sino del seno de la misma
Orden. Por ello no se dejan al libre albedrío del individuo, sino que
constituyen un gesto, una acción, realizado en un momento y lugar,
llevado a cabo de tal manera y de acuerdo a la regla fijada por la
Fraternidad misma. De esta manera, junto al contenido simbólico,
63
aparece cierto decoro y educación masónica, que constituye el
cemento de unión para que la paz y la armonía de la Logia no se vean
perturbadas por torpezas y errores de naturaleza privada e
individual.

Los procedimientos y protocolo masónico son aplicables en Logia y


fuera de ella. Cada masón individualmente asume responsabilidades
masónicas que deberá desempeñar en todos los actos masónicos.

Conducta en Logia abierta

El Hermano que recibe una convocatoria de su Logia está obligado


moralmente a responder a la misma, y a presentar las debidas
excusas. Desde tiempos antiguos es obligatorio asistir a las tenidas, y
solo causas excepcionales deberían apartar al masón de sus
obligaciones en Logia. No se es masón únicamente por figurar en el
cuadro de la Logia y pagar las capitaciones, sino observando el trabajo
ritual y en fraternidad como un marco imprescindible que asienta y
renueva la vía masónica. La asistencia a la tenida es su “soporte”
esencial, por tanto la ausencia prolongada no permite un avance
correcto en la progresión personal.

En los Ritos que practican la costumbre de memorizar el ritual, es


conveniente que los Hermanos comiencen desde su recepción a
memorizar progresivamente secciones de su ritual.

El Venerable Maestro se asegurará con todos los oficiales que todo


está a punto para comenzar los trabajos en hora. Los Aprendices y
Compañeros suelen, bajo supervisión de un oficial – Maestro o
Director de Ceremonias, Vigilantes-, encargarse del montaje o
decoración de la Logia. Es la mejor manera de que puedan
familiarizase y comprender el nombre, el lugar, y la finalidad de cada
elemento. A la vez que se ejerce un trabajo contemplativo y activo
sobre cada elemento en cuestión.

Los trabajos deben comenzar puntualmente a la hora prevista por


respeto a los HH.·. del Taller y el buen desarrollo de los trabajos del
día. Cuando el Aprendiz entra en Logia debe llevar la vestimenta
64
apropiada, los guantes, el mandil, y conducirse según el Rito. Estando
los trabajos abiertos entrará con ceremonia de acuerdo a su Rito (al
orden, con los pasos del grado, y esperando entre columnas a que el
V.M. le permita ocupar su lugar). No se puede entrar en el Templo
mientras se procede a los ritos de apertura, clausura, iniciación; el
V.M. autorizará la entrada en el momento oportuno.

Durante el desarrollo de los trabajos, la circulación por la Logia, las


votaciones, la petición y el uso de la palabra, la postura de estar al
orden, el Aprendiz debe seguir la especifidad de su Rito y los usos y
costumbres de su Logia con respeto y discreción. Adoptará una
postura correcta en Logia, y si se le autoriza la palabra permanecerá
de pie, al orden, dirigiendo la palabra en todo momento a Oriente (y
no directamente a otro Hermano) comenzando su intervención:
“Venerable Maestro.....”. En todo caso cuando el V.M. se dirija a un
Hermano personalmente, éste se pondrá de pie y al orden hasta que
termine la alocución.

Las votaciones se efectuarán ajustándose a lo prescrito por la


Constitución y Reglamentos Generales de la G.L.E., los reglamentos
particulares de la Logia, y las prescripciones del Rito. De igual forma
los saludos se efectuarán en la forma y el momento ritual previsto,
tras ser ofrecida la palabra.

Es del todo recomendable entre HH.·. una buena armonía, tanto en el


ambiente en general como en la realización de los trabajos: ejecución
del ritual, lectura de planchas o piezas de arquitectura, intercambio de
impresiones. El arte real se perfecciona al templar las propias
herramientas en el trato e interacción con el resto de HH.·. Los
Hermanos más antiguos están obligados a corregir las faltas,
incorrecciones, de los recién entrados, como complemento
indispensable de la instrucción masónica. Mediante observaciones
amigables, dispensadas en pequeñas pinceladas, dadas sin
agresividad y recibidas sin aspereza, los Hermanos podrán integrarse
adecuadamente en el Taller. Desde el punto de vista masónico las
“felicitaciones” en Logia tampoco son adecuadas, por numerosas
razones tendentes a la discreción, la armonía, y la verdadera
naturaleza y finalidad del trabajo en Logia.
65

“Los Compañeros deben evitar toda inconveniencia deshonesta y el darse


nombres poco decentes, se titularán mutuamente Hermanos o Compañeros y
conducirse cortésmente, tanto dentro como fuera de la Logia”
(Constituciones de Anderson, V, 1723).

“Ningún hermano debe mostrarse celoso de la prosperidad de otro, ni


atormentarlo o procurar separarlo de su trabajo cuando es capaz de
ejecutarlo, porque ninguno puede terminar un trabajo empezado por otro en
condiciones tan ventajosas como el que lo empezó, a no poseer un
conocimiento profundo de los planos y dibujos de la construcción [..] Todos
los masones recibirán su salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni
observaciones y no abandonarán a su maestro hasta que la obra termine. Debe
enseñarse la obra a los hermanos jóvenes, para que aprendan a emplear bien
los materiales y para que por medio de esta fraternal enseñanza se consolide
entre ellos la más estrecha amistad”. (Constituciones de Anderson, V,
1723)

“No se debe instruir comisión particular alguna, ni entablar negociación sin


haber obtenido la autorización del maestro; no debe tratarse ninguna cuestión
inoportuna o inconveniente; ni interrumpir la palabra del maestro o de los
inspectores o de cualquier hermano que sostenga diálogo con el maestro.
Tampoco deben emplearse frases jocosas mientras la Logia se ocupe de
asuntos serios, ni usar en caso alguno lenguaje poco honesto, y en todas las
ocasiones debe darse al maestro, a los inspectores y compañeros, el término
del respeto que merecen, y que todos les deben. Si se presenta una queja
contra un hermano, el culpable debe someterse al juicio y a la decisión de la
Logia, que es el tribunal real, a menos que corresponda su conocimiento a la
Gran Logia [..] Tampoco debe recurrirse a los tribunales de justicia para
ventilar asuntos de la Masonería, a no ser que la Gran Logia reconozca y
declare ser de indispensable necesidad”.

“Debéis evitar toda querella, toda discordia, todo propósito calumnioso, toda
maledicencia; no permitir que en vuestra presencia se ataque la reputación de
un hermano respetable, en tal caso defenderlo para prestarle este servicio en
tanto que lo permitan vuestro honor y vuestros intereses; y si algún hermano
os perjudica se cualquier modo, debéis llevar vuestra queja a vuestra Logia o a
la de dicho hermano, apelando si es preciso a la Gran Logia en la asamblea
66
trimestral, y en último término a la asamblea anual, según la buena y
antigua costumbre observada por nuestros antepasados en todos los países.
No debéis intentar proceso alguno, a menos que el caso no pueda resolverse de
otra forma, y debéis acoger con deferencia los consejos amistosos del maestro
y de vuestros compañeros, si tratan de evitaros que comparezcáis en juicio
delante de extraños; en todo caso, debéis procurar presentar todos los medios
para facilitar la acción de la justicia, a fin de que podáis ocuparos con toda
tranquilidad de los asuntos de la cofradía. En cuanto a los hermanos y
compañeros que tengan entre sí algunas diferencias, los maestros y los
hermanos pedirán consejo a los hermanos que conozcan el derecho, para
proponer un arreglo amistoso, que las partes en litigio aceptarán con
reconocimiento. Si éstos medios produjesen resalto, se aceptará sin demora el
entrar en el pleito; pero reprimiendo toda animosidad, toda cólera,
absteniéndose de hacer o de decir cosa alguna que pueda lastimar la caridad
fraternal o interrumpir la reciprocidad de las buenas relaciones, con objeto de
que todos sientan la influencia bienhechora de la Masonería”.
(Constituciones de Anderson, VI, 1723)

Conducta cuando la Logia esté cerrada, pero estando aún reunidos


los Hermanos

“Los hermanos pueden dedicarse a placeres inocentes, y regulares... pero


procurando evitar los excesos de todo género, sobre todo en la mesa. también
deben abstenerse de decir y de hacer cosa alguna que pudiere herir o romper la
buena armonía que entre todos debe reinar siempre; por ésta razón, no deben
llevarse a éstas reuniones, odios privados sin motivo alguno de discordia y
sobre todo, deben evitarse en absoluto las discusiones sobre religión y política,
sobre nacionalidad, puesto que los masones, como antes hemos dicho, no
profesan otra religión que la universal, y que pertenecen a todos los pueblos, a
todas las lenguas, y son enemigos de toda empresa contra el gobierno
constituido; la falta de observancia de éstos preceptos, han sido y serán
siempre funestos para la prosperidad de las Logias. En todo tiempo, la
observancia de éste artículo del reglamento, se ha impuesto con gran
severidad”. (Constituciones de Anderson, VI, 1723)
67

Sería también relevante mencionar que toda ocasión de reunión entre


Hermanos favorece los lazos de fraternidad, y de transmisión de la
vivencia interna de la Orden. Por esta razón es deseable, ante las
preguntas de los Hermanos Aprendices, evitar fórmulas tan
recurrentes como “esto no es de tu grado”, que en ocasiones son
empobrecedoras, encubren una incapacidad para formular una
respuesta verdadera y adaptada al grado, y hacen sentir una natural
desconfianza en el Aprendiz. El masón debe prepararse para adquirir
en su magisterio una cierta capacidad para ofrecer referencias a otros
en tiempo y forma adecuados. Es un derecho para el Aprendiz recibir
Instrucción, y para el Maestro una responsabilidad adquirida
ejercerla.
68
Comportamiento en otras Logias y asambleas masónicas

El Aprendiz puede visitar otras Logias con la debida autorización y


protocolo marcado por su Logia, y preferentemente acompañado de
un Maestro de su Logia (normalmente el 2º Vig.·.). Se comportará de
acuerdo a los usos rituales de su propio Rito, pero se ceñirá a las
normas y reglamentos de la Logia a la que se visita. Si no hubiera un
Maestro presente de su Logia, presentará los saludos fraternales del
taller si así procede en el momento oportuno, y se le autoriza a ello.

Como visitante no es apropiado intervenir en las discusiones o


diálogos sobre los asuntos internos del Taller.

Comportamiento fuera de la Logia y con los profanos

Hoy en día existe gran cantidad de material impreso acerca de la


masonería accesible para todo el mundo. No obstante, y por razones
obvias, es recomendable que el masón sea discreto y prudente al
manifestarse acerca de asuntos de la Obediencia, y de la
francmasonería –especialmente en lo referente a los secretos del grado
y signos de reconocimiento-. “Cubrir el templo”, “llueve”, haría
referencia en este caso a la preservación interior del templo interior o
espacio netamente masónico.

En caso de reconocimiento individual entre masones, y no haya


presencia de profanos, los medios al uso son los signos, toques,
palabras, y preguntas de los retejes de los distintos grados, en la forma
apropiada para comunicarlos.

Nadie le impide a un masón revelar su pertenencia a la Orden, pero


no debe nunca nombrar a otro Hermano sin su autorización expresa.

Por el buen nombre de la Orden y de la Gran Logia de España, las


declaraciones o manifestaciones públicas en las que pudiera darse a
entender que se actúa como portavoz o representante de G.L.E.
deberán ser debidamente autorizadas por el Gran Maestro. Pero
también es recomendable valorar adecuadamente que incluso en toda
manifestación privada la Orden no resulte dañada o perjudicada.
69

“No se deben mencionar en público asuntos internos de la Logia, de la Gran


Logia, y referentes a los secretos del grado, y ser en todo momento
“circunspectos en las palabras y sus obras” (Constituciones de Anderson,
VI).

“Deben saludarse amistosamente, y según está dispuesto, darse el nombre de


hermanos, comunicarse recíprocamente las noticias que puedan serles útiles,
teniendo cuidado de no ser observados ni oídos; deben evitar toda pretensión
de elevarse sobre los demás, y dar a cada uno la manifestación de respeto que
se otorgarían a cualquiera que no fuese masón; porque aún cuando todos los
masones en calidad de hermanos están en la misma altura, la Masonería no
despoja a nadie de los honores de que goza antes de ser masón, antes por el
contrario, aumenta éstos honores, principalmente cuando se ha merecido por
el bien de la cofradía, que debe honrar a aquellos que son acreedores, y
anatematizar las malas costumbres”. (Constituciones de Anderson, VI,
1723)

“Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y


moral, y no ocuparse de los asuntos de la Logia con la familia, con los vecinos,
con los amigos; y no perder de vista, en ningún caso, que el honor propio y el
de la cofradía están unidos; esto, por razones que no podemos exponer aquí,
no debe descuidarse los propios intereses, permaneciendo ausente de su casa
después de las horas de la Logia; evítense igualmente la embriaguez y las
malas costumbres, para que no se vean abandonadas las propias familias, ni
privadas de aquello que tienen derecho a esperar de los masones, y para que
éstos no se vean imposibilitados para el trabajo”. (Constituciones de
Anderson, VI, 1723)
70

III
LA ORDEN MASÓNICA
Principios, requisitos, responsabilidades

Requisitos para pertenecer a la Orden Operatividad y especulación

Obligaciones y responsabilidades Aplicación en la sociedad de


los principios masónicos
Algunos principios masónicos
Faltas a la fraternidad masónica
Código moral masónico
71

LA ORDEN MASÓNICA

Requisitos para pertenecer a la Orden

A quien ingresa en la francmasonería y en la Gran Logia de España se


le ha exigido reunir unos requisitos que deben ser afirmados y
actualizados durante toda su vida masónica:

• Ser una persona LIBRE, puesto que la solicitud de iniciación a la


masonería ha de ser consecuencia de la innata libertad individual,
lejos de toda presión, influencia, dependencia, o circunstancia
económica, ideológica, que la coarte.

• Ser una persona de BUENAS COSTUMBRES, es decir, digna de


confianza, honrada en su vida privada, en su forma de trabajar, y de
buena reputación. Capaz de poder mantener una coherencia ética con
sus ideales dentro y fuera de la Orden.

• CREER EN UN PRINCIPIO SUPERIOR o Causa Primera de todo lo


creado, al que se denomina comúnmente como Dios, y que los
masones, respetando siempre la libertad del individuo ante cualquier
creencia particular, nombramos como Gran Arquitecto del Universo.

Obligaciones y responsabilidades

“Según siguen los dignos y sagrados juramentos de los masones [..] Si se


encuentra en falta de alguno de ellos debe enmendarse nuevamente;
especialmente porque han sido elegidos observen muy bien de mantener estos
Deberes pues es un gran peligro para un hombre renegar de sí mismo sobre el
Libro”. (Manuscrito Beswicke-Royds, s. XVIII)

Se sobreentiende la necesidad de estar al día en las capitaciones con el


Taller, de tener un medio de vida para poder practicar el método
masónico, pagar las cuotas, poder realizar modestas aportaciones a
obras benéficas y ayudar a los Hermanos sin menoscabo de la propia
familia. La pertenencia a la masonería no supone ningún tipo de
72
ventaja material, sino el compromiso con uno mismo y su recta
conciencia de comportarse como un verdadero masón en todo
momento y en cualquier ámbito de la vida.

La pertenencia a la Orden supone una vocación por la justicia, la


razón, la tolerancia, y el amor al prójimo. Una práctica continuada de
los principios masónicos, del ejercicio de la comprensión y tolerancia
de los Hermanos, evitando toda discusión ideológica sobre política y
religión.

En los Ritos donde se practica la redacción de un documento antes de


la iniciación, éste se consuma en el Rito asumiendo tres deberes: el
hombre debe al G.A.D.U. reconocerle y reconocerse en Él como
principio de vida, haciendo de ello una vía de construcción universal;
se debe a sí mismo su autoconocimiento, respeto de su dignidad e
integridad moral, y la armonía entre sus ideales y su voluntad; y a sus
semejantes debe reconocimiento, amor, no deseando otra cosa para
ellos que lo que para sí mismo desee.

Las penalidades indicadas en el juramento de la iniciación son


simbólicas, pero indican en forma alegórica el valor y la
responsabilidad que entraña la palabra del masón.

Las responsabilidades del Aprendiz incluyen la asistencia a las


tenidas, el interés por el aprendizaje del grado, el estudio de los
rituales y los símbolos, la historia y principios de la Orden, participar
en las labores de la Logia, estar a disposición de los oficiales del Taller,
y respetar las costumbres del Rito, la Logia, y de la Orden en general.
Lo que incluye no revelar los secretos del grado, ni intentar adquirir
de forma externa y vacía los de un grado superior.

La masonería es un camino de conocimiento progresivo destinado a


favorecer la asimilación de sus principios y evitar confusiones sobre la
naturaleza de su objeto. Por ello es responsabilidad de cada Aprendiz
preocuparse por su educación, su formación, para adquirir con
paciencia, humildad, y sentido de la responsabilidad, las necesarias
cualidades humanas para ser propuesto a un aumento de salario y así
73
incrementar su capacidad de servicio a su Logia, a sus Hermanos, y a
la Orden.

En lo referente a las preguntas para el aumento de salario, y la


instrucción del grado, el Aprendiz debe conocer y comprender a todos
los niveles cuáles son sus significados y que pretenden transmitirnos.
Conocerlas de memoria es la forma tradicional de interiorizarlas más
allá de la mera repetición, y de evocarlas desde el centro mismo de la
consciencia individual.

Por otro lado el Aprendiz tiene derecho a que le sea transmitido de


forma fehaciente y efectiva el arte real, y a que sea valorado su trabajo
en vistas a un progreso en los siguientes grados. Para ello el Maestro
de la Logia debe velar porque el Segundo Vigilante, el presentador del
candidato, y todo Maestro masón de la Logia, trabajen en la educación
de los Hermanos Aprendices.

Todo nuevo Aprendiz necesita de asistencia, atención, y orientación.


En nuestra Obediencia y así está expresado en el ritual, es el Segundo
Vigilante el encargado de enseñar como hacer servir las herramientas
al nuevo Hermano, y de que realice todo su potencial como hombre y
como masón.

Algunos Ritos adjudican un importante papel al Hermano


presentador o padrino del candidato. Le responsabilizan de su
integración en la Logia, de que asimile correctamente los principios
masónicos, y de contrastar las cuestiones tratadas en conversaciones
con otros Hermanos de la Logia.

Además, algunas Obediencias masónicas optan por reforzar estas


labores con orientadores especializados por áreas, estableciendo una
supervisión o guía.

Pero incluso a nivel más general, todo Maestro de una Logia está
obligado a ser un digno transmisor de los principios de la masonería y
a dar un ejemplo adecuado a los nuevos Aprendices.
74
Algunos principios masónicos

▲ Una de las fuentes


primordiales de los principios
masónicos se halla en los
landmarks o antiguos
linderos y deberes de la
masonería antes descritos. Su
naturaleza oral y alegórica
precisa de una lectura
profunda más allá de sus
significados aparentes.

▲ Fe: Considerada la piedra


fundamental de la obra
masónica y sobre la que se
invoca en todos los
juramentos, la Fe en los
misteriosos trazos del G.A.D.U. y en un ordenamiento del cosmos, se
corresponde con su reconocimiento en la naturaleza humana. El
masón coopera con su acción productiva, en consciencia y libertad,
con la suprema inteligencia que trasciende y que se halla presente en
el mundo. De esta manera posibilita la regeneración de todas sus
facultades humanas. El iniciado comienza su trabajo interno
depositando su confianza no en las cosas exteriores y el capricho de
los hombres, sino en el Principio de vida, fuente de todo bien, de
todas las virtudes, y de los principios verdaderos que edifican al
hombre.

Constituciones de Anderson, I, 1723: “El masón está obligado, por


vocación, a practicar la moral y si comprende sus deberes, nunca se
convertirá en un estúpido ateo, ni en un hombre inmoral. Aún cuando en los
tiempos antiguos los masones estaban obligados a practicar la religión que se
observaba en los países donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no
imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de
acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales. Esta
religión consiste en ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y
de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus nombres o de sus
75
convicciones. De este modo la masonería se convertirá en un centro de unidad
y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella,
hubieran permanecido separados entre sí”.

▲ Esperanza: Es el anclaje del alma, a la vez seguro e inquebrantable,


que penetra en lo que está velado. Manifiesta la voluntad de una vía
activa, la confianza en conseguir las metas propuestas. Una firme
confianza en que la fidelidad del Todopoderoso anime nuestros
esfuerzos, y nos enseñe a fijar nuestros deseos en los límites de sus
promesas. Así, en la paciencia, la vigilancia, y la perseverancia por
una causa justa el éxito nos esperará.

▲ Caridad: La Orden recoge en sus reglamentos y rituales aspectos


por el que pueda aplicarse la beneficencia en el mundo profano. Sin
duda el masón debe desarrollar los más puros deseos de ayuda y
amor para con sus semejantes, evitando en todo momento la
ostentación y cualquier sentimiento poco humanitario. No obstante
ciertos Ritos inciden en la concepción de la caridad como amor
universal. Es decir deseo de actuar en todos los ámbitos humanos
exactamente igual a como quisiéramos que actuaran con nosotros.
Pues el masón reconoce la identidad espiritual y la naturaleza común
de todo el género humano, y entiende esta generosidad del dar en
todos los aspectos como una verdadera obra de servicio, pues
entiende que a mayor desarrollo, mayor responsabilidad y capacidad
para actuar en los demás.

▲ Amor Fraternal, Fraternidad: es el verdadero vínculo místico entre


Hermanos. No es solo amiguismo, camaradería, que siempre puede
degenerar en hipocresía, deslealtad, adulación, traición. Tampoco es
sólo el respeto a las diferencias de raza, credo, ideología, sino la
verdadera unión exterior e interior en los principios de la Orden. Es
un vínculo profundo que se produce entre aquellos que se
“reconocen” iniciáticamente en su semejanza, diferencia, y
complementariedad, participando de un verdadero ideal masónico.

La moral de la Orden se apoya firmemente en el más puro y


desinteresado afecto entre sus miembros, que es el que debería
profesarse toda la humanidad. Es el deseo y la acción del bien en sí
76
misma. Es comprensión, aceptación. Un sentimiento de hermandad
que enaltece al verdadero masón y que se halla muy presente en los
elementos simbólicos de la masonería14.

▲ Ayuda mutua: Se deriva de la virtud anterior. La masonería no es


exactamente una institución dedicada a la filantropía, sino un método
de trabajo que cultiva el espíritu de ayudar fielmente a un Hermano
necesitado, y a cualquier persona de nuestro entorno sin detrimento
nuestro o de nuestra familia. El acto de ayuda para ser benéfico y no
humillante se practica de forma anónima, secreta, y espontánea.
Deviene así en un verdadero acto de conciencia.

En el ritual masónico aparecen momentos específicos donde se


practica la caridad entre los Hermanos: en la ceremonia de Iniciación,
en la clausura de los trabajos con la circulación del saco de beneficencia
o tronco de la viuda. Además, sin perjuicio de la iniciativa individual y
personal, las Logias y las Provincias poseen canales para la
participación en proyectos de asistencia y caridad.

“Debéis practicar la caridad fraternal, que es la piedra fundamental la llave,


el cimiento y la gloria de nuestra cofradía” (Constituciones de Anderson,
VI, 1723).

▲ La Virtud: es la fuerza de cumplir en toda ocasión con rectitud y


sin desviación los Deberes de su propio estado. Es la obediencia a la
autoridad de la conciencia, y el ejercicio de la razón que todo lo
equilibra y armoniza con prudencia, justicia, y templanza. Por la
virtud se ama y se adora los trazos del Gran Arquitecto, y el hombre
se pliega con afecto a los designios de la Divina Providencia. La virtud
es el paso hacia la perfección, la salud, la fuerza y la belleza del alma.

14
El Salmo 133, que abre los Trabajos de numerosas Logias es particularmente
expresivo: ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en
armonía! / Es como el buen óleo sobre la cabeza / El cual desciende sobre la barba /
La barba de Aarón / Y baja hasta el borde de sus vestiduras; / Como el rocío de
Hermón / Que desciende sobre los montes de Sión / Porque allí envía Jehová
bendición / Y vida eterna.
77
▲ El Honor: Como máximo cumplimiento de la virtud, es la belleza
de la naturaleza humana; la verdadera base de la mutua fe y
confianza. Reúne el más noble sentimiento de la virtud, la verdad y la
justicia, llevado por un espíritu generoso más allá de las obligaciones
morales por las que leyes requieran o puedan castigar su
incumplimiento. Eleva y dignifica hasta la magnanimidad, pues una
verdadera rectitud moral es la regla de sus acciones.

▲ Servicio: La masonería deviene en un sendero de servicio a


nuestros Hermanos, y a la institución. El masón no solo está absorbido
por su progreso personal, sino que es agente de una fuerza y de una
voluntad que le infunde el poder de servir y ayudar.

▲ Trabajo: La masonería glorifica el trabajo, herencia de nuestros


predecesores, y entiende esta energía como “pura actividad
constructiva”. El trabajo es el medio y la realización efectiva del ideal
masónico.

▲ Libertad: La libertad del iniciado masón no corresponde solamente


a las libertades, los derechos civiles, y el derecho natural del hombre,
aunque se hallen en consonancia con los principios masónicos.
Tampoco es únicamente el libre albedrío, que emana de la voluntad,
de la opinión particular, o de procesos inconscientes. La libertad, en
sentido iniciático, es una adquisición individual, interior,
independiente de condicionamientos externos, y liberadora de los
vicios, las pasiones, debilidades, hábitos, prejuicios, fanatismos,
ambiciones, tendencias involutivas. La libertad se adquiere en la
búsqueda de la verdad, esforzándose en el camino de la virtud, y
obrando de acuerdo a los más elevados principios, ideales y
convicciones. Es la resultante del uso constante de las herramientas, y
el natural ascenso y elevación como ser humano al modificar y reglar
sus acciones.

▲ Igualdad: La igualdad no se refiere únicamente a igualitarismo, ni


a un criterio nivelador basado en lo cuantitativo sobre lo cualitativo.
Descansa sobre la conciencia de la identidad fundamental de todos los
seres, de todas las manifestaciones del Espíritu o Suprema realidad,
más allá de las diferencias externas y grados de desarrollo. La
78
igualdad se realiza por medio de la escuadra y del nivel en conjunción
con la vertical. Proporciona una justa y recta norma de conducta con
todos nuestros semejantes, y nos asigna y hace ocupar el lugar que
nos pertenece. Por la igualdad nos re-conocemos mutuamente en lo
que nos identifica y en lo que nos diferencia, equilibrando toda
tensión dinámica como material para estabilizar el muro. Cuando
usamos la expresión “a nivel” expresamos no solo que el Hermano
está al corriente de sus obligaciones, sino que algo está donde debe
estar y está equilibrado respecto al muro de la construcción.

▲ La Verdad: En algunos ritos se menciona que el masón debe


esforzarse por buscar y discernir la verdad. Desde un punto de vista
simbólico e iniciático la Verdad puede distinguirse de las “realidades”
parciales. Es única y universal al identificarse con la Luz de Oriente –
el plan del G.A.D.U.-, pero se manifiesta desde su centro desde
infinitos puntos de vista o caminos particulares desde los cuales
puede considerarse la verdad. La verdad como centro de toda figura
geométrica es el centro universal, la esencia real y no sólo un punto
medio neutro, constituyendo el sol de toda virtud y bien. En
masonería es problemático que un Hermano se considere
absolutamente en posesión de la verdad. Dado que el propio método
masónico no considera a nadie absolutamente en el error, la mayoría
de opiniones participan, en diferente medida, del error y de la verdad,
siendo tentativas y aproximaciones progresivas. Sin uniformidades de
opiniones o ideas, un camino individual se aproxima hacia la verdad
cuanto más participa de la luz, la justicia, el bien. Y en cuanto las vías
individuales se encaminan hacia este fin más se acercan entre ellas y
convergen hacia un espacio común de tolerancia y fraternidad
armónica.

▲ Tolerancia: viene a ser condición imprescindible para la armonía,


la propia fraternidad, y la búsqueda de la verdad en un contexto
colectivo. Las diferencias de ideas y opiniones son en masonería
elementos distintos de “construcción” y no de división. Su
planteamiento está vinculado al de libertad e igualdad iniciáticas,
primando la solidaridad y el entendimiento. La tolerancia no se
impone sino que nace naturalmente de reconocer en los demás la
misma naturaleza que en uno mismo, y vislumbrar lo que nos une
79
sobre lo que nos individualiza, creando así espacios comunes e
integradores. La tolerancia también es el cemento que une las piedras
y cubre sus defectos mínimos para la nivelación y belleza armónica
del conjunto.

El masón debe evitar tratar de imponer sus opiniones, prejuicios, ya


que a menudo nacen de su propia ignorancia, fanatismo, e hipocresía.
La tolerancia no se extiende hasta la total incapacidad para la
reflexión, en tolerar a la propia intolerancia, la injusticia, la ilegalidad.
Ni tampoco cubre la persistencia de algunos en manipular las
“piedras ajenas”, ni los vicios, errores, y agresiones de contenido más
profano que masónico.

▲ Prudencia: La prudencia nos enseña a regular nuestras vidas y


nuestros actos de acuerdo con los dictados de la razón; es el hábito
que nos enseña a juzgar con sabiduría y a decidir prudentemente
sobre nuestro presente y sobre nuestra felicidad futura. El
conocimiento no es un valor sino cuando nos acerca a la sabiduría, y
al servicio de nuestros Hermanos. El verdadero saber conoce cuánto
ignora y se reviste de prudencia en todo momento. Esta virtud debe
ser además una característica de cada masón, tanto en la Logia como
en el mundo profano. En compañía de extraños, nos impele a evitar
revelar los signos, los toques y las palabras que guardamos como
secretos universales de la masonería. Por otro lado, el orgullo, la falta
de discernimiento e ignorar el consejo de sus iguales, no debe llevar al
masón a juicios de valor precipitados, y a pensamientos, palabras, u
obras, que le desvíen de su verdadera búsqueda iniciática. Debe ser
siempre cauto a la hora de juzgar las palabras y las acciones del resto
de Hermanos, tal como pueden ser juzgadas las suyas.

▲ Armonía: Las envidias, las pugnas, las divisiones, por la búsqueda


de reconocimiento profano no constituyen la finalidad de la
masonería. La cooperación, el entendimiento, y la confianza en las
buenas intenciones, nos harán proseguir nuestro desarrollo hacia el
ideal de la masonería. Por la práctica de las anteriores virtudes las
individualidades pueden ser integradas en un todo orgánico. En las
Logias debe prevalecer este equilibrio “geométrico” entre los empujes
de los distintos elementos. De esta forma podrá constituirse una
80
unidad de orden trascendente. Una obra colectiva atemporal que es la
“construcción” del Templo.

▲ Fortaleza: Es el noble y firme propósito del alma, igualmente


alejado tanto de la temeridad como de la cobardía, que nos permite
sobrellevar todo dolor, peligro o dificultad cuando son considerados
necesarios. Es la garantía contra toda tentativa de traicionar los ideales
y los secretos y misterios masónicos. Por ello se halla grabada
profundamente en el corazón de cada masón.

▲ Justicia: Es el límite de derechos que nos enseña a dar a cada cual,


sin distinciones, lo que le corresponde. Entendida y ejercida con
81
prudencia y moderación representa el principio universal de armonía
y equidad. Simbolizada por la balanza y la espada constituye el eje
que mantiene en equilibrio la esencia y la sustancia de las cosas, las
distintas medidas de los principios, la luz y la oscuridad. La justicia,
acompañada de verdad y paz, es el eje que une el centro universal con
la rectitud en las manifestaciones y las obras de los francmasones.
Constituye así el cemento de toda sociedad organizada.

▲ Templanza: Es el conveniente freno a las pasiones e inclinaciones


que hacen que el cuerpo, el corazón, y la mente sean gobernables.
Gracias a ella aprendemos a limitar las licencias y excesos, por los que
podría, imprudentemente, ser conducido a traicionar la confianza
dada y los juramentos realizados de hacer efectiva la vía iniciática
masónica.

▲ Humildad: El deseo de progresar masónicamente, y las relaciones


con el resto de Hermanos deben apoyarse en la humildad. Entendida
como despojo de todo conocimiento artificioso, de toda rica vestidura
de la personalidad, rango social, aspiración, o deseo superficial. La
verdadera humildad, la presunción de ser falible y del reconocimiento
del valor del aprendizaje, libra de aquella otra que es disimulo e
hipocresía, posibilitando al masón acceder a la verdad que se esconde
en el silencio y el secreto interior.

▲ Perseverancia: La intensidad del deseo de conocer, de integrarse, y


de llevar a término el ideal iniciático de la masonería, deberá
acompañar al masón durante toda su vida. Cuando su capacidad y
discernimiento se nublen, surja el desánimo, o se pierda la
orientación, la voluntad de perseverar de forma paciente, diligente,
será la fuerza que le ayudará a sortear todos los obstáculos en su
camino hacia Oriente.

▲ Vigilancia: En algunos Ritos este “lema”, junto con el de


Perseverancia, aparece en la cámara de reflexiones o de preparación,
situado sobre el gallo. Asociado al ojo que todo lo ve como símbolo de
la vigilancia divina, hace referencia al estado activo de conciencia en
que deberá permanecer el masón desde que prestado su obligación
solemne. Una vigilia interior, que referida a la oscuridad previa a
82
recibir la Luz, prepara adecuadamente la influencia que será conferida
al candidato durante el rito de iniciación.

▲ Respeto a la autoridad civil: Las Constituciones de Anderson


(1723) en su título II dicen: “El masón, debe ser una persona tranquila,
sometida a las leyes del país donde esté establecido y no debe tomar parte ni
dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y
contra la prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a la autoridad inferior,
porque la guerra, la efusión de la sangre y los trastornos, han sido siempre
funestos para la Masonería. Así es que en la antigüedad, los reyes y los
príncipes se mostraron muy bien dispuestos para con la sociedad, por la
sumisión y la fidelidad de que los masones dieron constantemente pruebas en
el cumplimiento de sus deberes de ciudadano y en su firmeza para oponer su
conducta digna a las calumnias y acusaciones de sus adversarios; esos
mismos reyes y príncipes no se desdeñaron de proteger a los miembros de la
corporación y de defender el honor de la misma que siempre prosperó en los
tiempos de paz. Siguiendo esas doctrinas, si algún hermano se convertía en
perturbador del orden público, ninguno debía ayudarle en la realización de
sus propósitos y por el contrario, debía ser comparecido como un ser
desgraciado. Pero por este sólo hecho y aún cuando la cofradía condenase su
rebelión para evitarse el dar al gobierno motivo alguno de sospecha o de
descontento, siempre que el rebelde no pudiese ser censurado de otro crimen,
no podía ser excluido de la Logia, permaneciendo inviolables sus relaciones
con ésta Logia y los derechos de que como masón gozaba”.

Código moral masónico15

▲ Adora al Gran Arquitecto del Universo.


▲ El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto consiste
principalmente en las buenas obras.
▲ Ten siempre tu alma en un estado puro para parecer dignamente
delante de tu conciencia.
▲ Ama a tu prójimo como a ti mismo.
▲ No hagas mal para esperar bien.

15
Este Código moral fue aprobado por el Convento de Lausana (Suiza), que tuvo
lugar entre el 6 y el 22 de septiembre de 1875.
83
▲ Estima a los buenos, ama a
los débiles, huye de los malos,
pero no odies a nadie.
▲ Haz bien y deja hablar a los
hombres.
▲ No adules jamás a tu
hermano porque es una
traición y si tu hermano te
adula, desconfía, que no te
corrompa.
▲ Escucha siempre la voz de
tu conciencia.
▲ Sé el padre de los pobres:
cada suspiro que tu dureza les
arranque, será una maldición
que caerá sobre tu cabeza.
▲ Habla respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales,
sinceramente a tus amigos y con ternura a los pobres.
▲ Respeta al extranjero y al viajero, ayúdale, su persona es sagrada
para ti.
▲ Evita las querellas, prevé los insultos, deja que la razón quede
siempre de tu lado.
▲ Parte con el hambriento tu pan y a los pobres y peregrinos mételes
en tu casa; cuando vieses al desnudo cúbrelo y no desprecies tu carne
en la suya.
▲ No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio.
▲ Detesta la avaricia, porque quien ama las riquezas ningún fruto
sacará de ellas, y esto también es vanidad.
▲ Huye de los impíos, porque su casa será arrasada, más las tiendas
de los justos florecerán.
▲ En la senda del honor y de la justicia está la vida más el camino
extraviado conduce a la muerte.
▲ El corazón de los sabios está donde se practica la virtud, y el
corazón de los necios donde se festeja la vanidad.
▲ Respeta a las mujeres, no abuses jamás de su debilidad y mucho
menos pienses en deshonrarlas.
▲ Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias pero
tiembla por el depósito que se te confía. Haz que hasta los diez años te
84
tema, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete; hasta los
diez años sé su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su
amigo. Piensa en darle buenos principios antes que bellas maneras;
que te deba rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz un hombre
honrado antes que un hombre hábil.
▲ Si te avergüenzas de tu destino, tienes orgullo; piensa que aquel ni
te honra ni te degrada. El modo con que cumplas te hará uno u otro.
▲ Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja, ocúpate siempre
en el bien de tus hermanos y trabajarás para ti mismo.
▲ Conténtate de todo, por todo y con todo.
▲ No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no reproches
y menos alabes; antes procura sondear bien los corazones para preciar
sus obras.
▲ Se entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde
sin bajeza; y entre los hermanos firme sin ser tenaz, severo sin ser
inflexible y sumiso sin ser servil.
▲ Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con tus
iguales, sinceramente con tus amigos, dulcemente con los pequeños y
eternamente con los pobres.
▲ Justo y valeroso, defenderás al oprimido, protegerás la inocencia,
sin reparar en nada de los servicios que prestares.
▲ Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más
que al mérito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la
fortuna.
▲ El día que se generalicen estas máximas entre los hombres, la
especie humana será feliz y la masonería habrá terminado su tarea y
cantado su triunfo regenerador.

Operatividad y especulación

La historia de la francmasonería nos ha transmitido


una distinción excesivamente convencional entre los
masones operativos (obreros manuales), y los
masones especulativos (hombres de letras
aceptados). Los primeros tenían una concepción
práctica de su arte como vía iniciática basada en el
esoterismo de la Geometría. Y los segundos también
85
aplicaban estos procedimientos operando sobre otra “materia” más
sutil: el hombre mismo.

Ciertas tradiciones iniciáticas entendieron que “especulativo” no solo


se refiere al mero proceso intelectual, sino que también se refiere a
“speculum” o reflejo. El francmasón observa en el “espejo del mundo” la
naturaleza y el cosmos. A través del reflejo de la luz, del conocimiento
indirecto, reflexivo, los símbolos aparecen como signos visibles de lo
invisible a la espera de ese conocimiento directo, “del corazón”, que se
ilumina de forma directa en el interior del hombre tal como el Logos
abre e ilumina la apertura de los trabajos masónicos.

El francmasón además, es realmente un obrero paciente, constante y


humilde. Su operatividad consiste en la realización efectiva de la
práctica iniciática, la cual no es una mera abstracción. Trabaja
constantemente sobre su materia –la piedra- haciendo emerger su
verdadera forma. Usando con cuidado y precisión las herramientas
que se le han transmitido. Y aplicando este método dentro de su
capacidad en todos los ámbitos que le rodean.

La francmasonería moderna, especulativa, es pues a todos los efectos


una vía práctica. Es en realidad una vía “operativa” en el sentido de
que implica una acción en el tiempo, aunque cambie la “materia”
sobre la que opera. Las obras, constituyen el resultado final de un eje
por el que el pensamiento se hace voluntad, y ésta en actos que hacen
costumbre.

Aplicación en la sociedad de los principios masónicos

El ritual masónico indica que el masón debe proseguir en el mundo


profano la obra iniciada en el Templo. Debe pues aplicar de una forma
práctica en todos los aspectos de su vida el ideal iniciático que ha
encontrado en el interior de la Logia. La iniciación, como proceso
formativo y de desarrollo integral, comprende un mayor nivel de
conciencia y responsabilidad. Por ello el masón como individuo
deviene en verdadero ciudadano y constructor de sociedades.
86
La relación del masón con la sociedad se realiza a título individual y
particular. Siempre desde la humildad, el respeto, la tolerancia, y los
ideales y principios que ha asumido desde su búsqueda en el ámbito
iniciático. La recepción como masón no da “derecho” o superioridad
moral sobre el resto de hombres, ni sobre los ámbitos de la sociedad.
Es la construcción del ser interno la que determinará la excelencia
natural que estará en condiciones de transformar su entorno. Es por el
perfeccionamiento individual que devendrá la transformación
profunda y efectiva de la humanidad.

Faltas a la fraternidad masónica

Cuando un francmasón falta a los principios y lineamientos de la


masonería, a los rectos dictados de la conciencia, a sus juramentos, a
las constituciones y reglamentos de la Gran Logia de España y de su
Logia, o comete actos indignos en su vida privada o masónica, debe
rectificar y aceptar el parecer de sus Hermanos, ya que en caso
contrario y llegados al extremo puede decirse desde el plano iniciático
que sus Hermanos no le reconocerían en su condición de masón.

En su ámbito jurisdiccional propio la Logia y la Obediencia han


previsto ciertas medidas disciplinarias ante las infracciones
reglamentarias masónicas. Los Reglamentos Generales anexos a las
Constituciones de 1723 dicen: “Si un Hermano se conduce mal hasta el
punto de provocar el disgusto o desconcierto de su Logia, deberá ser
amonestado dos veces por el Maestro o los Vigilantes, públicamente y en
Logia reunida regularmente. Y si después de esto no se corrige ni se somete
obedientemente a la advertencia de los Hermanos, ni evita lo que les haya
podido ofender, se le tratará de acuerdo con los reglamentos particulares de la
Logias, o bien será enviado para ser juzgado, en su gran prudencia, por la
Gran Logia en la primera reunión. Se podrá redactar un nuevo reglamento
sobre este asunto”.
87

IV
LOS RITOS

¿Qué son, cuántos hay?


Rito York
Rito Inglés – Estilo Emulación
Rito Schroeder
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Rito Sueco
Régimen Escocés Rectificado

Rito Francés Moderno


88

LOS RITOS

Los Ritos: ¿Qué son? ¿Cuántos hay?

La palabra rito deriva del latín “ritus” y del sánscrito “rita”.


Etimológicamente refiere al orden, a la práctica, la costumbre, y el
ritmo16. El rito es la repetición ordenada de actos, gestos, signos, en el
marco de una ceremonia. El rito iniciático es, a su vez, un símbolo en
movimiento, la transmisión de una influencia espiritual. Ejecutado en
el espacio y en el tiempo, conforme a una idea o arquetipo
imperecedero regularmente transmitido, fija virtualmente en el ser
humano la energía-fuerza que el símbolo geométrico vehicula. El rito
efectúa pues el paso de lo “especulativo” a lo “operativo”, hace luz en
las tinieblas, y orden en el caos.

La francmasonería, siendo una Orden Iniciática se apoya en ritos


cuyas raíces nos vienen de los tiempos más antiguos. El Rito masónico
consiste “en un conjunto particular coherente y en secuencia de usos,
costumbres y reglas, que nace en una época determinada, se va consolidando
con el paso del tiempo, se divide normalmente en grados, es reproducible en
numerosas ocasiones y se expresa en gran parte a través de ceremonias que
comprenden alegorías y símbolos y que, adquiriendo identidad estable y
formal, vehicula hasta cierto punto el ritual”.17

El Rito constituye un todo coherente, definido, y estructurado en


diferentes grados: Aprendiz, Compañero y Maestro. El grado “es la
expresión parcial y secuencial de un rito, que contiene cierto nivel de

16
El orden cósmico o la armonía universal es el rito por excelencia. Por su origen
primordial, supra-humano, es el modelo o paradigma de cualquier rito que por sus
formas se halle impregnado de sacralidad. De igual forma, para el iniciado en
cualquiera de las formas tradicionales, toda acción cotidiana y la vida misma
constituye un acto ritual. Por todo ello, el ceremonial es la envoltura externa pero
necesaria del verdadero rito, ritmo universal que emana de la Fuente o Principio
Supremo.
17
Florencio Serrano: La tecnología masónica, Barcelona, 2011.
89
conocimiento y maduración masónica, necesaria y exigida, a un practicante
masón”.18

El conjunto de Ritos masónicos ha sido codificado y ha evolucionado


con el tiempo para corresponder con la evolución misma de las
sociedades y hombres que las componen. Las ceremonias rituales que
integran cada Rito definen las prácticas específicas de cada Rito.
Básicamente se agrupan en la apertura y cierre de los trabajos en
Logia, y las ceremonias particulares de cada uno de éstos: iniciación
de un profano, paso de Aprendiz a Compañero y elevación de
Compañero a Maestro. El ritual masónico “es un símbolo compuesto en
acción interactiva, complejo, en secuencia, estructurado y articulado con un
objetivo general determinado, que comprende símbolos fijos y móviles,
gráficos y sonoros, fórmulas orales y alegorías, expresado todo
ceremonialmente como una experiencia compartida que trasciende, hasta
cierto punto, la identidad y el contexto formal de los ritos”.19

Los Ritos masónicos no tienen jerarquía y ninguno puede definirse


como preferente a los otros. Cada uno de ellos corresponde a una
sensibilidad, un ritmo y una aproximación particular, existiendo en su
seno una “unidad trascendente” que hace que el “corpus iniciático”
sea muy similar en todos ellos20. La búsqueda esencial del francmasón,
a pesar de la consecución escrupulosa y rigurosa establecida por su
Rito, debe llevarle a la percepción de este principio fundamental por
el que las realidades iniciáticas –las reglas intangibles del ritual- no
son exclusivas a su Rito, sino inherente a todos, y presente en todos
los Hermanos recibidos regularmente en la G.L.E.

La aplicación del Rito como sistema, y de los rituales como


“operaciones” del trabajo masónico, deben ser lo más exactos y
rigurosos posible, pues no se trata de una convención más o menos
arbitraria, sino de algo que reposa en reglas precisas. Estas leyes

18
Ibid.
19
Ibid
20
Esta unidad trascendente se remota a la identidad profunda de los elementos
simbólicos, en el mantenimiento del rigor de cada vía reglada. En ningún caso se
refiere a una visión sincrética o amalgama de elementos dispersos, pues ésta
constituye en cualquier caso una aproximación totalmente externa y periférica que
cuestiona la armonía estructural del propio Rito.
90
responden a analogías, ritmos internos, y correspondencias entre los
diferentes órdenes de la realidad: corporal, anímico, mental,
espiritual, metafísico. De esta manera la idea-fuerza vehiculada por el
ritual opera sobre las modalidades sutiles del practicante,
armonizándolas, y propiciando una verdadera comprensión interna y
vivencial de las realidades superiores. Naturalmente esto no quiere
decir que los gestos rituales se limiten a formas "mecánicas", sino que
la efectividad de las realidades arquetípicas tendrá su plena eficacia
desde la plena vivencia y comprensión. Por esta “puesta en obra”, el
ritual se asimila a la construcción del templo, donde cada piedra,
elemento o herramienta, ocupa el lugar que le corresponde. Siendo
durante la tenida que el masón entra en relación con su ritmo
particular, y permaneciendo el mundo profano separado de su acción.

Cada Gran Logia define y estructura los Ritos en los que regularmente
trabaja. Las Logias de la Gran Logia de España practican los
siguientes Ritos:

▲ Rito Inglés - Estilo Emulación

▲ Rito Escocés Antiguo y Aceptado

▲ Régimen Escocés Rectificado

▲ Rito Francés Moderno

▲ Rito York

▲ Rito Shroeder

▲ Rito Sueco

El trabajo hoy en día precisa de rituales escritos, mementos de grado,


y catecismos. Un ritual escrito se remite al iniciado como de su
propiedad exclusiva y debe llevar especial cuidado en no facilitarlo a
profanos o extraviarlo involuntariamente.
91
Rito Inglés – Estilo Emulación

El Rito de Emulación pretende


aspirar a una sencillez y pureza,
basada únicamente en el legado
simbólico del arte de los
constructores.

Entre 1725 y 1751 se reorganizará


la francmasonería en Inglaterra.
Las Logias utilizaban Ritos de
transmisión exclusivamente oral,
utilizados por los masones constructores de catedrales ya en los
inicios de la Edad Media, siendo poquísimos los documentos que se
conservan al respeto debido a la tradición del secreto masónico.

La consecuencia de este proceso fue la fijación de las dos grandes


familias de rituales masónicos: la de los "Modernos" y la de los
"Antiguos." En 1717 se creará la primera Gran Logia de Londres y
Westminster, con la que aparece la masonería especulativa
obediencial. Pero su legitimidad será puesta en cuestión en 1751,
cuando nace una segunda Gran Logia, llamada “de los Antiguos".
Desde este año hasta 1813, con la creación de la Gran Logia Unida de
Inglaterra, estas dos Grandes Logias mantendrán un vivo
enfrentamiento. Para tratar este delicado asunto se constituyó una
"Logia de Reconciliación" que elaboró, entre 1814 y 1816, un ritual
que reflejó la unión de los dos corrientes. Los especialistas consideran
en general que este ritual debe mucho más a los usos de los
"Antiguos" que a los de los "Modernos",

Este nuevo ritual se difundió a través de Logias especiales donde los


hermanos pudieran ver demostraciones y aprenderlo: la “Stability
Lodge of Instruction” (1817) y la “Emulation Lodge of Improvement”
(1823). Posteriormente fueron surgiendo algunas pequeñas variantes
que conformarían los llamados “working” o estilos de trabajo
(Stability, Emulation, Universal, West End, Taylor's, Oxonian...). Con
el tiempo, la variante Emulation sería la más implantada. Su
adaptación permitió que Hermanos de confesiones diferentes
92
pudieran trabajar juntos. Será tras la Segunda Guerra Mundial
cuando, con el fin de limitar al máximo los cambios surgidos en la
misma transmisión oral y para facilitar su difusión, se publique por
primera vez.

En este Rito la organización práctica de la Logia se efectúa en un


comité permanente que examina todas las cuestiones necesarias.
Durante las tenidas, el tiempo está dedicado a la concentración, la
armonía, la perfecta ejecución del ritual que minimiza el debate
administrativo bajo una estricta disciplina. La exigencia de la oralidad
en la ejecución de las ceremonias, y de que la técnica memorística sea
un reflejo de que el Rito permanece oculto en el “corazón”, asimila el
propio progreso del masón al descubrimiento de su Rito. Importantes
razones psicológicas, morales y espirituales justifican pues esta técnica
y práctica.

Rito Escocés Antiguo y Aceptado

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es fruto


de la evolución producida a principios del
siglo XIX del sistema escocista practicado en
Francia a principios de la década de 1760, y de
las peculiaridades continentales de la
masonería de los “Modernos”. Designado por
las Constituciones Latinas de la Orden como
“Antiquus Scoticus Ritus Acceptus”, o “Rito
Escocés Antiguo y Aceptado”, es el título que
ha sido adoptado generalmente. Aunque
también ha sido vinculado a las disputas en la
masonería inglesa entre la Gran Logia de los
“Modernos” y la de los “Antiguos”.

Hay constancia de algunas Logias del continente fundadas por los


jacobitas, y de las fundadas por la Gran Logia de los “Antiguos”. Estas
Logias, desde un primer momento comenzaron a reivindicar
tradiciones anteriores a las practicadas por la Gran Logia de Londres
recién fundada, a emitir cartas a maestros escoceses, y a situarse en la
perspectiva de que pretendían restaurar los principios primigenios de
93
la Masonería. Su evolución no se vio exenta de influencias varias: un
sustrato anterior de finales del siglo XVII, los rituales franceses
importados desde Londres, así como las prácticas y rituales
difundidos por los “Antiguos” a través de documentos como el
“Three distincts Knocks”.

La reorganización estructurada del Rito Escocés constituyó el Rito


Escocés Filosófico de la Logia Madre de Marsella (ca. 1750), de 18
grados. Tras el primer Rito Escocés Filosófico, apareció el Rito de
Heredom o de Perfección, compuesto por el Consejo de Emperadores
de Oriente y Occidente (París, 1758). Importado el Rito de Perfección
de 25 grados a América por Esteban Morin tras recibir una patente del
rito, el número de grados se amplió, surgiendo el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado de 33 grados, con grados como el Caballero
Kadosh o el de Soberano Gran Inspector General, cuyo simbolismo
restaura el centro primordial desempeñado por el Sacro Imperio.

Reunidos en Charleston (Carolina del Sur, EEUU), cinco


francmasones (John Mitchell, Federico Dalcho, Manuel de la Mota,
Abraham Alejandro e Issac Auld) fundaron con Morin el Supremo
Consejo de la Masonería denominada Rito Escocés Antiguo y
Aceptado. Tras la fundación del 31 de mayo de 1801, el primer
Supremo Consejo se dio a conocer por medio de una circular expedida
el 4 de diciembre de 1802. Esta estructura fija del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado llegó a Europa, y más en concreto a Francia de la mano
del conde de Grasse-Tilly, tras obtener una patente de Charleston.
Grasse-Tilly reestructuró los rituales y enseñanzas, y su obra
constituye el fundamento del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que se
conoce en Europa.

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado consta de 33 grados, de los cuales


los tres primeros, que constituyen la llamada Masonería Simbólica,
dependen de las Grandes Logias, haciéndolo los 30 restantes del
Supremo Consejo del Grado 33. Los primeros documentos escritos
que fijan los grados simbólicos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
son el Rito Antiguo (1804) emitido por la Gran Logia Escocesa de
Marsella, la Guía de los Masones Escoceses (1814), publicada para
94
distinguirse de la primera impresión del Rito Francés, el Regulador del
Masón (1801).

El R.E.A.A., además de sus fundamentos constructivos y sus orígenes


masónicos tradicionales, ha integrado diferentes elementos
provenientes de las tradiciones hermética, cabalística, caballeresca. El
trabajo de sus Maestros es constante y vigilante, la acción es su ideal,
la búsqueda continua del conocimiento refleja la profunda inquietud
intelectual que impregna el Rito. El silencio es un valor preeminente
para los nuevos Hermanos. Sin embargo el trabajo ritual ejecutado
armoniosamente contempla la escritura y lectura de “trabajos” como
elemento de progreso personal.

Rito Escocés Rectificado

El Régimen Escocés Rectificado


(R.E.R.) es un sistema masónico y
caballeresco que fue creado en
Francia durante el último cuarto del
siglo XVIII. Conserva íntegramente
en sus rituales toda su pureza de
acuerdo al texto de su Constitución
original (Código Masónico de las
Logias Reunidas Rectificadas y el
Código General de los Reglamentos de
la Orden de los Caballeros Bienhechores
de la Ciudad Santa, CBCS, de 1778).
Masones de toda Europa, bajo la
coordinación de Jean Baptiste
Willermoz, acudieron a la localidad de Wilhemsbad a celebrar un
convento para elucidar su filiación templaria, la cuestión de los
“superiores desconocidos”, de la Orden de los Elus Cohen, y la propia
estructura del Rito. Las tres fuentes en las que de hecho bebe el
Régimen Escocés Rectificado son: la masonería francesa de la época,
en la que existía una gran proliferación de grados que se
estructurarán hacia 1785 en un sistema que llevará el nombre de "Rito
Francés"; el sistema de Martínez de Pasqually y su “Orden de los
Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo"; y la Estricta
95
Observancia, llamada aún "masonería rectificada" o "reformada de
Dresde", un sistema alemán en el que el aspecto caballeresco se
superpone al masónico, pues se decía no sólo heredero, sino
restaurador de la antigua Orden del Temple.

El Régimen Escocés Rectificado está estructurado en dos niveles o


clases: la masonería simbólica y la Orden Interior, clases que a su vez
se subdividen en los grados de Aprendiz, Compañero, Maestro y
Maestro Escocés de San Andrés para la masonería Simbólica, y las dos
etapas de Escudero Novicio y Caballero Bienhechor de la Ciudad
Santa (CBCS) que componen la Orden Interior.

La Revolución francesa truncó a partir de 1789 el desarrollo del


Régimen Escocés Rectificado, que desapareció definitivamente de
Francia en 1857. El depósito de la tradición pervivió en Suiza, al
abrigo del Gran Priorato Independiente de Helvetia, que había sido
fundado en 1779 y es el origen común de todos los Grandes Prioratos
existentes en la actualidad. En 1935, el Rectificado volvió a ser
practicado en Francia, y en 1981 en España. En la época actual, y con
el fin de adecuar la particular estructura de cuatro grados simbólicos a
lo estipulado por las grandes obediencias regulares internacionales,
que sólo reconocen como simbólicos los tres grados de Aprendiz,
Compañero y Maestro, se resolvió en Francia con fecha 7 de julio de
1958 que en lo sucesivo esos tres primeros grados fueran
administrados por la obediencia masónica que en cada país ostente la
regularidad internacionalmente reconocida.

El R.E.R. al igual que el resto de Ritos masónicos tiene sus


antecedentes simbólicos en el judeocristianismo. Sin embargo, a lo
largo de sus grados, se afirma que el progreso espiritual del masón
rectificado se halla imbricado en los misterios y alegorías de la
tradición cristiana y del propio esoterismo cristiano. Siendo el ritual
una representación de la totalidad del devenir humano y una vía
trascendente de reintegración hacia el principio único. El instrumento
principal de esta espiritualidad es el Amor universal, que anima los
Códigos y Reglas al uso de las Logias rectificadas.
96

Rito Francés Moderno

La denominación de Rito Francés,


bajo la que es conocido este sistema
ritual, no fue dada ni por los
redactores de los rituales, ni por el
Gran Oriente. Fue adoptada
espontáneamente por la vox populi
masónica para distinguirlo de los
sistemas que se intitularon
“escoceses”. Se denominó “Rito
Moderno” como consecuencia de la
introducción en Francia, a
comienzos del siglo XIX, del REAA.
Este sistema, que se proclamaba de
la masonería de los “Antiguos”,
heredó la disputa entre las dos Grandes Logias llamadas de los
“Antiguos” y de los “Modernos” que dividieron a la masonería
inglesa en la segunda mitad del siglo XVIII- y, que de forma
correlativa, denominaría al Rito Francés como “Moderno”.

El Rito Francés nació de una elaboración simbólica y de una práctica


de cincuenta años de francmasonería en Francia, que encontró su
fundamento en los valores humanistas de la época durante ese
periodo: enciclopedismo, desarrollo de la responsabilidad de cada
persona en la sociedad, ideal de libertad. Su origen se sitúa entre los
años 1720-1730, años de introducción de la masonería en Francia y en
Europa.

Los textos que, a partir de 1737, nos permiten conocer esta primera
masonería continental, muestran claramente que los elementos de
base del Rito Francés tal como lo practicamos hoy estaban ya
presentes, y que este Rito no es más que el resultado de un desarrollo
de esos elementos de base, acaecido a lo largo del siglo XVIII.

Aunque las primeras Logias francesas no fueron fundadas


directamente por la Gran Logia de Londres y Westminster de 1717, las
97
relaciones entre esta Gran Logia y la primera masonería francesa
fueron estrechas, y la comparación entre los textos franceses y los
textos ingleses de la época muestra que los rituales y catecismos
franceses primitivos eran esencialmente conformes a los de la Gran
Logia inglesa de los “Modernos”. Lo mismo ocurría en España con la
creación en Madrid de la Logia “French Arms” nº 50 del registro de la
Gran Logia de Londres, conocida como “Las tres flores de Lys” o “La
Matritense”.

Con el objetivo de restablecer la uniformidad, el Gran Oriente de


Francia se ocupó a partir de 1779 de la redacción de unos rituales
destinados a convertirse en oficiales. Este trabajo concluyó en 1785, y
la redacción final fue aprobada por la asamblea general del Gran
Oriente, tomando fuerza de ley en las Logias.

Se conservan varios ejemplares manuscritos de estos rituales de 1785


anteriores a la Revolución. En 1801 fueron impresos en un volumen,
«El Regulador del Masón», y es por este nombre como son generalmente
conocidos. Los rituales en uso en la GLE han sido establecidos
tomando como base los rituales de 1785.

El Rito Francés Moderno se encuentra presente en las primeras logias


españolas de las que se conserva documentación, como la ·”Reunión
Española” creada por militares españoles al Oriente de Brest en 1804,
la “Logia Constitucional de la Reunión Española” creada en 1814 en la
Coruña, o las Logias creadas durante el período bonapartista de
principios del XIX.

Rito York

La denominación “Rito de York” se liga a la


leyenda de York y a la hipótesis de que en
York nacieron las primeras formas de la
Masonería especulativa. Aunque el Rito en
su pureza ya no existe, la forma que le es
más aproximada se encuentra presente en la
Gran Logia de Escocia. En los Estados Unidos
ha sido costumbre casi universal, llamar Rito
98
York al sistema de grados masónicos que practican, siendo un gran
número de masones regulares del mundo los que lo practican. Así
que, "mirando en perspectiva y teniendo en cuenta los Cuerpos y grados que
se interrelacionan en toda su extensión bajo el nombre genérico de Rito York,
se debe considerar este nombre más como un sistema de ritos y
organizaciones masónicas (o relacionadas con la masonería) que como un
único rito con un sistema de grados. Hasta cierto punto, se aparta de la
definición aplicada generalmente al término “rito” en el contexto masónico.
Más que llamarse Rito York quizá sería más apropiado utilizar la expresión
“Sistema York”21.

El Rito de York se organizó o más bien se modificó durante la


restauración del año 1717, practicándose probablemente durante
cincuenta años en la Gran Logia de Inglaterra (“Antiguos”). Su
composición de tres grados simbólicos únicamente, contenía en el
grado de Maestro los secretos que se transmiten en nuestros días en el
Arco real. Este Rito fue conducido a Francia en toda su pureza en
1724, y después a América en un período posterior. Hacia mediados
del siglo XVIII los masones continentales, y a fines de él, los
americanos, empezaron a sobreponerle grados superiores, que con la
mutilación necesaria del tercero, dio origen a otros sistemas de altos
grados. El Rito York quedó conformado por un grupo de Ritos
separados pero con un orden y continuidad entre ellos:

- El Rito Capitular o Masones del Arco Real: Maestro de la


Marca, Past Maestro (Virtual), Muy Excelente Maestro,
Maestro Masón del Real Arco.
- El Rito Críptico o Masones Crípticos: Maestro Real, Maestro
Secreto, Súper Excelente Maestro (Honorario).
- El Rito de Caballería o Caballeros Templarios: Ilustre Orden
de la Cruz Roja, Orden de Malta y Paso del Mediterráneo,
Orden del Temple.

Según los Usos y costumbres del Rito los trabajos se abren y se cierran
en tercer grado, teniendo el grado de Maestro masón la efectividad
real del trabajo masónico. Su tradición educativa se fundamenta en la

21
Florencio Serrano: La Tecnología Masónica, Barcelona, 2011.
99
alegoría bíblica, en la tradición oral, y en la interiorización del ritual.
La ejecución en el rigor y la precisión del ritual constituye la vía para
su aprehensión total, y para el desarrollo de una fe destinada a
unificar el trabajo masónico con los designios del creador. Este Rito,
dentro de su humildad y modestia, hace del alto desarrollo de las
virtudes morales una guía segura en la vida y en el ámbito masónico.

Rito de Schroeder

El Rito Schröder, o Schroeder, es el más difundo en Alemania, seguido


de cerca del Rito Zinnendorf. Además de Alemania, se trabaja
minoritariamente en Dinamarca y los Países Bajos, siendo también
muy estimado por los emigrantes de origen germano en España,
Brasil, Paraguay y Chile, donde se ha integrado a las Grandes Logias
regulares.

El Rito fue creado por el actor y director


del teatro municipal de Hamburgo
Friedrich Ulrich Ludwig Schröder (1744-
1816) a finales del siglo XVIII, y adoptado
como propio por la Gran Logia de
Hamburgo el 29 de junio de 1801. En vida
de Schröder, el Rito recibía el nombre
simplemente de Rito de la Gran Logia de
Hamburgo, y debido a la simpleza de su
estructura –solamente tres grados
simbólicos-, fue conocido también como
Rito Escocés Simplificado. Al desaparecer
la Gran Logia de Hamburgo de Alemania
en 1932, sus miembros se integrarán tras
el periodo nazi en la Gran Logia de
Antiguos y Aceptados Masones de Alemania.

El Rito Schröder surge como uno más entre los Ritos que nacen como
respuesta al desorden en la masonería continental del último tercio
del siglo XVIII. La Estricta Observancia Templaria (1764-1782), creada
para limpiar los Ritos masónicos de los sincretismos ocultistas del
100
siglo XVIII, se vio acompañada de otras reformas de las que surgieron
el Rito Sueco, el Rito Zinnendorf, y el Rito Escocés Rectificado, todas
ellas tendentes a una purga semejante de las liturgias y rituales, pero
conservando el simbolismo caballeresco y templario. No obstante, la
influencia luterana en la Gran Logia de Hamburgo, de grave tradición
burguesa y mercantil, hizo que los masones del norte de Alemania
vieran con malos ojos la ostentación aristocrática de los grados
caballerescos, así como una cierta pervivencia del catolicismo romano.
Ante ello, hacia 1789, las logias de la Gran Logia de Hamburgo
comienzan a realizar cambios en sus rituales y arreos bajo su propio
criterio y sin coordinación alguna. En este contexto, Schröder se da a
la tarea de estudiar el pasado de la masonería operativa, así como los
rituales de las primeras logias especulativas inglesas. En 1790 logra
que la Gran Logia Provincial de la Baja Sajonia, bajo dependencia de
la Gran Logia de Londres, le encargue la realización de rituales y
notas sobre simbología masónicas, de manera que se unifiquen
criterios. En 1801 se adoptarán dichos rituales, ocupando en ese
momento Schröder el cargo de Diputado Gran Maestro de la Gran
Logia de Hamburgo y posteriormente el de Gran Maestro.

Rito Sueco

El Rito Sueco es el Rito más practicado en Escandinavia (Suecia,


Dinamarca, Noruega y Finlandia), Islandia, y en mucha menor
medida en los Países Bajos y Alemania. Combinado con el Rito
Zinnendorf, fue también el rito más popular en Rusia hasta la
Revolución de 1917. Este Rito halla su origen en la reforma de la
Estricta Observancia Templaria en la segunda mitad del siglo XVIII.
Mantiene por tanto una fuerte filiación cristiana –trinitaria-, heredera
de la simbología templaria, al igual que los Ritos con los que está
directamente emparentados: el Rito Escocés Rectificado y el Rito
Zinnendorf. En 1759, Carl Fredrik Eckleff establecería el que se
denominaría Rito Sueco, alejándolo de los elementos sincréticos
ocultistas, así como de toda pretensión política. El entonces duque de
Sudermania Carlos, futuro rey Carlos XIII de Suecia, sería quien
sucedería a Eckleff como líder de la masonería sueca, sentando la base
moral cristiana del Rito Sueco. El duque Carlos sería simultáneamente
Gran Maestre de la Gran Logia de Suecia, así como Gran Maestre de la
101
VII Provincia de la Orden de la Estricta Observancia Templaria hasta
su desaparición definitiva (1782).

A partir del reinado de Carlos XIII de Suecia, todos los reyes del país
pertenecerían a la masonería. De igual modo, desde su fundación
hasta 1997, todos los grandes maestros de la Gran Logia de Suecia
(Svenska Frimurare Orden) han pertenecido a la casa real. En 1811, el
rey Carlos XIII de Suecia crearía una Orden civil que llevaría su
nombre. Esta orden sólo se concede a no más de 33 masones cristianos
protestantes con el grado XI del Rito Sueco.

La estructura del Rito Sueco está organizada a partir de un total de


once grados repartidos en tres grupos, más un cuarto grado con
carácter administrativo. Los dos primeros grupos están dedicados a
los santos apóstoles Juan y Andrés, mientras que el tercero se
denomina “Capítulo”. El último grado, el grado XI, está en posesión
de no más de 60 masones, nombrados directamente por la Gran Logia
de Suecia. Los miembros de este grado decimoprimero forman el
Gran Capítulo del rito, el cual está presidido por el rey, el príncipe
heredero, o bien el segundo varón en la línea sucesoria al trono de
Suecia. Existe aún un decimosegundo grado más, el cual lo posee
102
exclusivamente el rey de Suecia, o bien el varón de más alto rango
dentro de la familia real.

- Grados de San Juan: Aprendiz, Compañero, Maestro.


- Grados de San Andrés: Maestro elegido de san Andrés.
Maestro escocés o Maestro de san Andrés. Caballero de
Oriente o Novicio.
- Grados capitulares: Muy Ilustre Hermano o Caballero de
Occidente o Verdadero templario o Favorito de Salomón.
Muy Alto e Ilustre Hermano o Caballero del Sur o Maestro
templario. Hermano Iluminado o Favorito de san Andrés o
del Cordón púrpura. Hermano de la Cruz o Muy Iluminado.
- Grados administrativos: Muy Alto e Iluminado Hermano.
Caballero Comendador de la Cruz Roja. Gran dignatario del
Gran Capítulo. Maestro reinante, Stathouder, vicarius
Salomonis, sacrificatus, iluminatus, magnus Jeovah.
103

V
SIMBOLISMO
El lenguaje de la masonería

El Templo de Salomón y el simbolismo constructivo

La Logia de San Juan

Simbolismo de los elementos de la Logia

Simbolismo de la recepción de Aprendiz

Simbolismo de la apertura y clausura de la Logia


104

SIMBOLISMO

El lenguaje de la masonería

La palabra símbolo deriva del griego sumbolon, signo de


reconocimiento formado por dos mitades de un objeto dividido.
Significando simbolein unir o reunir lo disperso, y diabolein separar lo
que está unido.

Alegóricamente el simbolismo es la forma más simple y esencial con


que una realidad puede ser representada por otra, y entre las que hay
establecido un lazo sutil, una relación de significado. Dicho de otra
forma, es la manera en que lo más ininteligible, profundo, oculto,
puede ser representado o aludido por lo más tangible o aparente. En
cualquier caso es un signo visible que alude a lo invisible, y un
vínculo que une y comunica los diferentes niveles de nuestra
percepción, nuestra consciencia, y del cosmos. Abarca por tanto los
diferentes puntos de vista desvelando la unidad que los transciende, y
permite pasar de lo conocido a lo desconocido, de lo visible a lo
invisible, de lo finito a lo infinito.

Eric Fromm establece diferencias graduales entre tres especies de


símbolos: El símbolo “convencional” como conexión conceptual
comúnmente aceptada, arbitraria, y sin nexo natural. El símbolo
accidental como asociación casual, parcial, y figurativa o alegórica. El
símbolo universal como relación analógica (natural) entre la idea y la
imagen que lo representa, presentando un origen primordial, y
revelándose en el interior de todo el género humano, aunando así
trascendencia e inmanencia.

La verdadera dimensión del símbolo es una realidad más profunda y


constante que la idea variable de un emblema o una alegoría, que a
veces le sirven de vehículo. Es difícil y en ocasiones problemático
traducir los símbolos al lenguaje corriente sin falsear su sentido
profundo. Su origen ancestral y primordial lo aleja de ser una
invención o convención humana. En cierta forma el símbolo es la
105
“Idea” platónica, emanada del mundo arquetípico, trazada por el Gran
Arquitecto en la naturaleza, sólo conocida por sí misma, y que se
revela de manera constante e idéntica en todas las civilizaciones22.

Las palabras, los signos, gestos, dibujos, movimientos, y los artículos


materiales, pueden ser susceptibles de convertirse en herramientas o
medios para la evocación simbólica, al “recomponer” su significado.
Estas formas simbólicas encierran un significado tanto esotérico –
profundo- , como exotérico –aparente-, para todo masón consciente de
nuestros usos. Los antiguos tratadistas daban a este símbolo un
sentido literal, uno alegórico, otro moral, y un último y más profundo
espiritual que animaba desde el interior a los anteriores. Este sentido
más metafísico era por definición inefable e incomunicable –a no ser
por alegorías-, y no implicaba contradicción alguna con los demás,
sino más bien una complementariedad entre ámbitos de distinta
naturaleza. Por ello se ha dicho que “los símbolos revelan velando y velan
revelando”. Admitiendo entonces, que el símbolo plantea significados
distintos como despliegues de una verdad de orden superior,
observaremos en ocasiones que la proliferación de “interpretaciones”
de los símbolos no siempre se ajusta a una verdadera transmisión-
tradición, y en algunas ocasiones es caprichosa y abusiva, o en el
mejor de los casos parcial –con ambición totalizadora- en cuanto
alguno de los niveles de significado anteriores23.

22
El signum, lo manifestado visible, “recibe” el descenso de la Idea, que restaura la
verdadera identidad del símbolo antes dividido, erigiéndose en soporte mediador y
reflejando diversos grados de la belleza o del esplendor suprasensible.
23
La insuficiente comprensión e interpretación de los símbolos ha causado no pocos
errores, falacias, y degradaciones. El simbolismo no es una ensoñación fruto de la
fantasía individual, de las convenciones, ni meras especulaciones abstractas donde se
dan lugar todas las situaciones posibles de ilusión y falsedad. Su lenguaje trasciende
la confusión de las lenguas y no pertenece a ningún lugar o tiempo particular. Pero
aun lejos de ser un sistema cerrado, es totalmente preciso en sus correspondencias con
la Idea, como representaciones de una misma realidad en distintos niveles. En este
sentido el “simbolismo” ha sido llamado “ciencia del alma”, y capaz de religar al ser
humano con el Principio Supremo, con la naturaleza el cosmos, y consigo mismo;
transformándole a través del autoconocimiento, y la búsqueda de su verdadero ser,
esencia, origen, y destino. No en vano, el símbolo ata y religa lo que está disperso
mediante el ritmo y la analogía, produciendo el peregrinaje por sus planos y niveles
arquetípicos, una tensión y un reordenamiento.
106

La francmasonería hace uso de los símbolos para provocar una


iluminación interna, un nuevo estado de consciencia, mediante una
aproximación analógica entre el signo y la idea. La plasticidad de este
lenguaje tradicional, inmemorial y universal palia la imposibilidad del
lenguaje conceptual para transmitir la heterogeneidad y unicidad que
los trasciende, y que se halla profundamente enterrada en el interior
del ser humano. Pero no es, como pueda creerse, que la masonería se
haya apropiado de los mismos para desviarlos de su verdadero
sentido, o que unos bienintencionados Hermanos hayan decidido
“moralizar” o “filosofar” sobre los mismos. Sino que la misma Orden
los ha recibido, como las demás corporaciones (ya que en su origen
fue una de éstas), y los ha conservado, pero no siempre los ha
comprendido en toda su dimensión.

La agrupación de símbolos produce rituales, que reflejan procesos


completos de transformación de la psique, y a nivel metafísico. Los
francmasones deben aplicarse a la comprensión del simbolismo de los
ritos, usos, y elementos materiales, inmediatamente después de su
iniciación en el “arte”. Nuestra Fraternidad es muy rica y variada en
107
su legado simbólico, el cual sirve de nexo, o lazo sutil, entre todos los
iniciados masones y su búsqueda personal hacia la “luz”. Así que el
simbolismo da al masón la posibilidad de acceder al conocimiento real
de la vía iniciática que es la masonería.

Para encontrar las diferentes enseñanzas que los símbolos pueden


despertar en el corazón del masón, no podemos ocultar que es preciso
estudio, meditación, vivencia ritual, análisis, síntesis, asociación,
contraste, y aplicación. La consecución de un crecimiento espiritual en
la francmasonería, se fundamenta en el excitante descubrimiento y
aplicación de una metodología efectiva que va desvelándose poco a
poco, y transmitiéndose por etapas.

Los grados masónicos, son en principio y en teoría (“virtualmente”


según René Guénon), la expresión figurativa objetiva y ordenada de
esas etapas de comprensión, entendimiento y aplicación.

El trabajo con símbolos en francmasonería es un modo de vincular el


descubrimiento de la profundidad y riqueza de la consciencia
humana, con su aplicación en la vida cotidiana y en nuestro entorno
social.

Daremos más adelante algunas claves –llaves- para accionar el trabajo


personal con los símbolos; significados que hacen referencia tanto a
contenidos como a procesos internos. Con ello, prudentemente sólo
apuntaremos lo que podemos reconocer de utilidad, más no
pretenderemos estar en posesión del conocimiento y de la verdad.

El Templo de Salomón y el simbolismo constructivo

En toda teoría de la arquitectura hay una constante histórica y


doctrinal: el origen divino del arte de la construcción. Tanto es así que
los mitos, la exégesis, los tratados, las interpretaciones filosóficas, han
dedicado buena parte de sus tentativas sistematizadoras a hacer
presente la idea de Dios como primer arquitecto. Tal consideración
pondría de manifiesto que a través del conocimiento técnico y
simbólico de la “obra” divina sobre la tierra, podría llegarse a
aprehender la divina esencia y llegar a ser un “segundo arquitecto”. El
108
arte de construir se haría así testimonio vivo del arraigo universal del
arquetipo del arquitecto como edificador del mundo y de sí mismo,
quedando imbricado en la francmasonería en sus herencias
herméticas y pitagóricas24.

En el simbolismo constructivo la importancia sagrada de la piedra se


ha mantenido a lo largo de la historia en numerosas tradiciones: desde
los monolitos, a las alineaciones druídicas y paganas, los miliares
romanos, etc… como signo de eternidad. Cada piedra era considerada
tanto una imagen arquetípica como una absoluta realidad cósmica, el
hecho físico fundacional de todas las cosas. Hay numerosas
referencias a las piedras en los Libros sagrados y en las leyendas de la
masonería, las cuales aluden a un vínculo entre la piedra y lo sagrado.
En Isaías 28:16 leemos: “He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento
una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que
creyere en ella no será perturbado. Pondré como nivel la justicia, y la rectitud
como plomada”. En Salmos 118:22 se dice: “La piedra que desecharon los
constructores, ha venido a ser cabeza del ángulo”. Y en Apocalipsis 2, 17 se
lee: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice…. Al vencedor le daré de
comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita
un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe”.
Además, Abraham sitúa su sacrifico en el monte Moriah, Jacob
encuentra la piedra de Fundación en Bet-El, Cristo establece a Pedro –
Petrus- como piedra de fundamento del edificio, y la Jerusalén Celeste se
establece sobre la piedras vivas de los creyentes.

La palabra templo deriva de la raíz tem que significa dividir o


delimitar con líneas rectas para crear un centro de intersección que
sirva de enlace con otros “espacios” o planos. De esta forma se crea el
cuaternario o representación visible en el plano material. La palabra
templum está relacionada con la adivinación de los augures romanos
sobre un sector del cielo; y del griego temenos, que significa lugar

24
Manuscrito Cooke, 1410: “…Rogaron al hermano mayor de Jabal que construyera
dos columnas con estas dos piedras, esto es, mármol y laterus, y que esculpiera en los
dos pilares todas las Ciencias y las Artes que habían hallado [..] Y muchos años
después del Diluvio, como narra la Crónica, estas dos columnas fueron halladas y,
como dice el Polycronicón, un gran doctor llamado Pitágoras encontró una, y
Hermes, el filósofo, encontró la otra, y enseñaron las ciencias que en ellas hallaron
escritas”.
109
reservado a los dioses, o recinto delimitado sagrado . Por ello toda
25

construcción debía iniciarse mediante los ritos y procedimientos de


medición apropiados. Fuera de sus límites se halla el espacio
profanum.

El templo es un espacio-tiempo sagrado creado ex-profeso, y que tiene


lugar en un plano visible, en el interior del corazón humano (en su
dimensión arquetípica), y en un plano trascendente. Simbólicamente
el templo es reflejo ideal del orden trascendente, una imagen de la
divinidad como razón –ratio- absoluta y Logos del mundo. Su
arquitectura es una imagen de la representación que los hombres se
hacen de la actividad divina, y donde dominan las ideas de orden y
orientación. Como réplica terrestre de los arquetipos celestes y sus
ciclos cósmicos, el universo mismo es considerado como un templo, y
el alma humana el templo universal del espíritu. Recreándose en sus
dimensiones y ritos los procesos de creación del mundo y de la
naturaleza.

En el templo prevalece el sentido de centro místico y lugar de la


Presencia Divina en el hombre. El templo se sitúa bajo la plomada del
palacio celeste como un eje, y por tanto constituye un centro del mundo.
De ahí que asocie elementos simbólicos como una ciudad o ciudadela,
la cima de la montaña (unión del cielo y la tierra) representada por el
ara; a elementos de carácter ascensional como la escalera, la pirámide
escalonada, o la piedra del cielo; y de orden cosmológico con
referencias a las influencias planetarias. El acceso al mismo y la

25
El plano tradicional de la ciudad y el del templo es una imagen del Zodiaco, con
correspondencia de los puntos cardinales con las estaciones; el solsticio de invierno,
corresponde al norte, el equinoccio de primavera al este, el solsticio de verano al sur,
y el equinoccio de otoño al oeste. En sus divisiones, cada una deberá corresponder al
conjunto formado por tres de los doce signos zodiacales: uno de los signos solsticiales
o equinocciales, que pueden llamarse signos “cardinales”, y los dos signos adyacentes
a él. Habrá, pues, tres signos comprendidos en cada “cuadrante” si la forma del
recinto es circular, o en cada lado si es cuadrangular, forma más apropiada a la idea de
estabilidad que conviene a un establecimiento fijo y permanente, y también porque
aquello de que se trata no es el zodiaco celeste mismo, sino solo una imagen y una
suerte de proyección terrestre de él. De estas divisiones extraemos interesantes
simbolismos solares y polares; referencias a la naturaleza de las iniciaciones
sacerdotales, reales, y artesanales; a la división de las 12 tribus de Israel; y las 12
puertas de Jerusalén.
110
marcha por las distintas estancias constituye un viaje interno; la idea
misma de transformación de todo lo ilusorio y aparente, una
peregrinación metafísica hacia el Principio Supremo, de retorno al
centro del ser, y de paulatina realización espiritual; prefigurando así
al ser humano primordial en sus dimensiones. Imagen de este
simbolismo del “polo” o del “eje del mundo” son Thule, Lûz, Salêm,
Agartha, Sión.26

La recepción de la influencia celeste exige de particularidades


arquitecturales. Las estructuras arquitectónicas poseen significado y
energía simbólica que opera
en varios planos, pues siguen
un modelo divino y revelado
por el arquitecto celeste. El
templo refleja entonces un
orden superior que
reestructura la energía
terrestre y celeste,
constituyendo la cristaliza-
ción de esa actividad, y
concretando estas formas en
un espacio según un plan predeterminado. Sus proporciones
geométricas expresan este orden a partir de la aplicación de los
números místicos que se generan a partir de un punto o gnomon. Así,
partiendo del círculo y los ejes cardinales para fijar el espacio y el
tiempo, el establecimiento de la cuadratura de las dimensiones del
templo, se da lugar al resto de realizaciones geométricas.

La orientación y el esquema geométrico constituyen elementos


graduales de la construcción del templo. Conciernen al simbolismo de
los diferentes y progresivos grados de la evolución espiritual. Así,
observamos trazados basados en la cuadratura del círculo
(espiritualización ideal de la cuadratura terrestre); en el simbolismo

26
La construcción de una morada humana es siempre una anámnesis, una intuición
profunda, el recuerdo de la 'instauración' divina de un centro del universo y del gesto
creador primordial. Un acto ritual cuyo reflejo es la edificación del "templo interno",
la intuición o recuerdo del origen, la "visión" sintética que lo refunde todo "en la
unidad primordial aún no diferenciada".
111
ascensional del tetraedro; en la comunicación entre los tres mundos: el
inferior (aguas, pilotes, parte subterránea), terrestre (basamento y
columnas), y superior (aludido por los frontones y cúpulas); o en el
microcosmo de la figura humana como símbolo de su regeneración (la
simbólica crística de iglesias y catedrales). Por todo ello el templo es
resumen del macrocosmos e imagen del microcosmos y “cuerpo
místico” del espíritu-logos.

* * *

El modelo ideal de templo para la francmasonería es el Templo de


Salomón, que recoge el simbolismo de la Logia de San Juan. Durante
los trabajos masónicos abiertos regularmente, con la apertura del
V.L.S., la Logia es la expresión metafísica del Templo de Salomón;
transfigurada por la Luz, el Verbo Creador, el Logos, y la presencia
misma del G.A.D.U.

El Templo de Salomón constituye de forma universal un modelo


geométrico, y de la propia imagen simbólica del hombre. La
importancia de este arquetipo es clara en los antiguos documentos y
leyendas del oficio. Toda la simbología masónica y el ritual que ha
llegado a nuestros días se basan en las leyendas concernientes al rey
Salomón y a la construcción del primer Templo de Jerusalén. Los
pasajes bíblicos recuerdan la edificación y las especificaciones del
Gran Templo que contendría el Arca en su sancta sanctorum (Reyes,
capítulos 5-8; Crónicas I, cap-1-2). Si bien también aparecen en las
leyendas de los distintos grados masónicos paralelismos constructivos
y geométricos con el Arca de Noé, el Tabernáculo, las visiones de
Ezequiel, el templo de Zorobabel, etc. 27

27
El Templo, el Arca de la Alianza, el Arca de Noé, comparten simbólicamente en
sus dimensiones proporciones numéricas y geométricas que pretenden transmitir una
representación ordenada del mundo. Y ciertamente se pueden constatar ricas analogías
entre el Arca y el Templo: “Harás al arca una ventana… pondrás la puerta del arca en
su costado, y harás un primer piso, un segundo y un tercero [..] soltó al cuervo.. hasta
que se secaron las aguas sobre la tierra. Después soltó a la paloma..”; respecto al
templo: “[..] Hizo en la casa ventanas con celosías. La entrada al piso inferior estaba
en el ala derecha de la casa, y por una escalera de caracol se subía al piso intermedio,
y del intermedio al superior..”
112

Los precedentes de este simbolismo se remontan al Génesis, Libro de


la Sabiduría, Eclesiastés. En el Génesis, Dios construye el mundo,
fortifica el Paraíso, castiga las construcciones babélicas porque han
«perdido la Palabra», da instrucciones precisas a Noé sobre las
medidas del Arca, hace a Abraham erigir un altar, y a Jacob el
encontrar la piedra de fundación. En el Éxodo ordena a Moisés que le
haga un Santuario-Tabernáculo, debiendo ajustarse para ello a un
determinado «modelo». En Reyes 1 y Crónicas 1, permite a David
iniciar los preparativos para la construcción del Templo de Jerusalén,
de la “Casa de Dios”, dando la encomienda efectiva de esa tarea —así
como la de un palacio real y la de la muralla de la ciudad— al hijo de
aquél, Salomón, que tuvo que seguir, igualmente, los trazados divinos
y recibió la sabiduría necesaria para su realización. Así pues, Dios
como «sabio arquitecto», transmite los arcanos de la arquitectura al
arquitecto práctico, que adquiere una filiación sagrada. Por ello los
artífices Hesalel y Ohliab son «colmados de dotes sobrehumanas, de
destreza y de habilidad en su oficio y talento para enseñar a otros»
con el fin de erigir el santuario-tabernáculo encargado a Moisés. E
Hiram Abif, el mítico constructor del Templo de Jerusalén, adquiere
en las tradiciones masónicas dimensiones cosmológicas y herméticas.
Arquitectos románicos, góticos y renacentistas, científicos como
Newton, pensadores como Bacon, rosacruces como Ashmole y Moray,
tratarán a su modo de recrear el Templo como arquetipo superior de
la Jerusalén celeste, modelo de un nuevo paraíso del conocimiento y la
ciencia, y de todo el arte del hombre que ha restaurado su identidad
primordial. Todas ellas formas de revelación del Verbo divino.

Como toda construcción ejemplar y tradicional, el Templo de Salomón


presenta en su estructura y en la disposición de sus partes un
significado cósmico. Sus formas ideales modelan la substancia y la
materia sutil del espacio sagrado de la propia Logia. Por ello su
concepción se concibe a partir de la geometría sagrada y de su

Los tres pisos del Arca corresponden con los tres pisos del Templo, y en plano
horizontal, con las tres partes del templo: ulam, hekal, debir. Es símbolo del Hombre
en su triple estructura, y del Cosmos. Siendo el cuervo y la paloma símbolos de la
obra hermética que prefiguran las columnas que flanquean la Puerta al Templo (B.·. y
J.·.), y por tanto todo el recorrido iniciático: janua inferni, janua coeli.
113
transposición a la estructura arquitectónica. Sus medidas son el
rectángulo áureo y los místicos números 3, 5, 7, 10, 12, que constituyen
elementos esenciales de la configuración interna del universo. 28

La construcción del Templo de Salomón se establece sobre una piedra


de fundación, la piedra Béthel que Jacob ungió tras su visión, y sobre la
que se sitúa la escala presente en algunos tableros de Logia. Situada
en el monte Moriah en Jerusalén, donde la tradición hebrea sitúa el
centro del mundo, la piedra de fundación es punto de unión entre lo
celeste y lo terrestre; quedando representada en la masonería como un
centro misterioso, verdadero lazo de unión vital en el templo interno
del masón y de la Logia. Que el templo arquetípico se sitúe en una
imagen visible como Jerusalén indica con claridad la vigencia de la
misteriosa Salem del orden sacerdotal de Melquisedec.

Esta construcción simbólica, que la francmasonería moderna actualiza


en sus rituales y símbolos, podemos decir que es efectuada
únicamente con “piedra espiritual”; una verdadera materia sutil que

28
El tres determina los esquemas triangulares del edificio, y lo esencial de su forma y
sustancia. El cinco, inscrito en el círculo, determina la ratio o patrón que pone en
relación el hombre, el templo y el cosmos. Las influencias celestes se representan por
los 7 planetas. Y el recorrido zodiacal y solar, que por sus 4 estaciones de 3 meses
determina la presencia del número 12, establecimiento de un centro espiritual sobre la
tierra. En la antigüedad fueron 12 los dioses del Olimpo. Y en la Biblia el doce es el
número de la plenitud, que se representaba por las 12 tribus del pueblo judío, el mar
de bronce, y las 12 puertas de la Jerusalén mesiánica.
114
es posible identificar con la propia “Luz”. Al igual que Salomón, el
masón construye un templo del espíritu a partir de piedras sin labrar.
Trabajadas y ajustadas a escuadra constituirán las piedras perfectas
necesarias para que la Casa sea eterna y pueda recibir la Presencia que
se invoca en la apertura de trabajos. La propia tradición recoge que las
piedras del templo, tras ser extraídas de la cantera, son reunidas y
colocadas sin utensilio de metal alguno. Y que el templo que será
destruido será reintegrado en 3 días en el espíritu/cuerpo del hombre
universal representado por el Cristo/Arquitecto.

La Logia masónica, como imagen del hombre/templo virtualmente


encarnado por los masones cuando se reúnen, constituye un “cuerpo
místico”. Una participación metafísica tal presupone una realización
del espacio interno. El acceso al conocimiento universal, a la
realización de esta vía, representada por el traspaso de su umbral,
requiere en sí mismo una preparación del terreno, de los materiales,
de las herramientas, la fijación de una piedra de ángulo, y la
construcción y exploración íntima –vital y espiritual- de cada una de
sus estancias. Una idea simbólica relacionada con el tránsito por los
tres grados azules de la masonería, que puede representarse por un
triple recinto sagrado, formado por tres cuadrados concéntricos
unidos entre sí por cuatro rectas perpendiculares y trazados en torno
a un punto central. Imagen de los tres círculos de existencia, de los
tres mundos, y de los estados del Ser, que rodean al “polo” o “eje del
mundo”.29

29
En total correspondencia con la idea de la Jerusalén celeste (simbólicamente
expresada por la cuadratura del círculo).
115
La orientación simbólica del Templo, de Occidente a Oriente, marca
este camino inicial cuyo fin es la expansión en todas las direcciones
del espacio-tiempo y hacia todos los niveles del ser: oriente-occidente,
septentrión-mediodía, cenit-nadir. Las estancias del templo están
constituidas básicamente por un esquema tripartito en la horizontal –
ulam, hekal, debir-, y en la vertical –el hekal propiamente, la cámara
de en medio, y el piso superior-. Simbólicamente el trabajo individual
del Aprendiz se desarrolla propiamente en el atrio o pórtico –ulam-,
junto a la puerta de entrada al Templo, y al pie de su columna de
orden. Se trata un espacio intermedio entre lo profano y lo sagrado
que queda enmarcado por el “paso entre columnas”. El hekal
constituiría la “nave” o planta rectangular. Y el debir, con forma
simbólica de hemiciclo, el sancta santorum30; constituyendo
respectivamente el valle y el Oriente en el trabajo colectivo de una
Logia masónica; o el valle y la montaña tal como figura
simbólicamente en los antiguos documentos masónicos.

La Logia de San Juan

En su sentido simbólico e iniciático es posible asimilar Templo y


Logia. La propia construcción en piedra del Templo de Salomón se
recrea al abrir trabajos en Logia y en el proceso de construcción
interna de Masón. En el Templo toda reunión para realizar la labor
masónica, se denomina de hecho Logia o Taller, y cuantos actos se
llevan a cabo reciben el nombre de trabajos. Todo trabajo masónico
está consagrado a la Gloria y en Nombre del Gran Arquitecto del
Universo.

En un sentido trascendente la Logia es una entidad espiritual formada


por los anhelos comunes y la construcción conjunta de sus miembros.
Tiene su entidad colectiva definida, vitalidad propia, y su propio
espíritu particular, que se manifiesta cuando se abren trabajos, es
decir cuando se invoca la presencia del G.A.D.U. René Guénon y
numerosos tratadistas nos hablan también de la Logia –loka- como

30
El estudio amplio de las estancias del Templo se realiza en los siguientes grados
masónicos. No obstante indicar que según las tradiciones hebreas del Templo de
Salomón, la Shekinah habita en ese centro mismo, “Palacio Interior” o “Corazón del
mundo, que podemos identificar como “morada de los vivos” o “Tierra Santa”.
116
espacio sagrado separado del mundo profano; como un arca en medio
del océano turbulento de las “aguas inferiores” del mundo sublunar,
dominio de la multiplicidad de la formas que velan la Luz de la
verdad y el conocimiento. Pero también como “caverna iniciática”, un
“atanor alquímico”, y como representación del cosmos, que se
extiende universalmente de Oriente a Occidente, de septentrión a
mediodía, y del centro de la tierra a las estrellas. La palabra Logia
deriva de la raíz lok- (ver-visión), y luk- (Luz, alba, luminosidad), que
a su vez se relaciona con Apolo Licio. En su seno tiene lugar la acción
del Logos, asimilado al Verbo Creador o Luz del Mundo, cuya acción
evocamos al abrir el Libro de la Ley31.

Las Logias de los tres primeros grados (Logias simbólicas) se


denominan Logias de San Juan. La invocación a San Juan Bautista y
San Juan Evangelista se remonta a la masonería operativa, y deriva
del patrocinio que la deidad Jano tenía sobre las corporaciones
romanas. Los solsticios de San Juan de invierno y de verano fueron
adoptados por la temprana iglesia cristiana en el siglo III como medio
para atraer nuevos adeptos, pero también para preservar las
tradiciones antiguas que afectaban al orden social y cósmico. Las
costumbres de los gremios del medioevo fue adaptar sus patronos y
leyendas a las nuevas formas del cristianismo. Las cofradías de
constructores adoptaron a los dos San Juan como patronos. Y hoy se
representan como dos líneas paralelas (propiamente los dos San Juan
como guardianes y guías) que flanquean un círculo (la totalidad
individual y universal), donde hay un punto central (el V.L.S. y la Fe).
La masonería celebra anualmente las dos fiestas de la Orden, llamadas
solsticiales, en los meses de Junio y Diciembre, coincidiendo con los
dos solsticios (verano e invierno).

La Logia de San Juan es la misma representación de la puerta –janua-


de la iniciación. Jano el bifronte se representaba con dos caras
mirando en direcciones opuestas sosteniendo una llave de oro y otra
de plata; era considerado el dios de las puertas (janua), de los inicios,
los nacimientos (de hombres, de acciones, del cosmos), y de las

31
Especialmente significativa es la apertura que se realiza por el Evangelio de San
Juan: “En el Principio era el Verbo....”
117
asociaciones de oficios. Abría y cerraba el ciclo anual, el pasado y el
porvenir, las puertas de los solsticios, y de los ritos de iniciación;
reuniendo los poderes reales (Cristo) y sacerdotales (Melquisedec).
Jano se asocia a las dos columnas situadas al occidente de la Logia, y
como andrógino (Ianus-Iana; Rebis) su cabeza está coronada por el
creciente lunar. Es la representación de esa voluntad de cambio
(presente-futuro, oriente-occidente) y de ese Verbo que transmuta el
orden y establece su medida. Es el principio vigilante, dual, del
equilibrio en el universo, y se le llama “principium deorum” o dios
custodio del Principio32, entendiendo éste como arché o espíritu del
Verbo que fluye desde el delta de Oriente. Su poder y simbolismo
sobre las “llaves que abren y cierran, y atan y desatan” en los distintos
planos, fue desplazado en el cristianismo hacia Pedro y la Iglesia,
constituyendo un interesante y misterioso jeroglífico simbólico.

En la figuración cristiana de Jano, Juan el Bautista y Juan el


Evangelista, corresponden a las puertas solsticiales que enmarcan la
iniciación; son los bautismos de agua y fuego que disuelven la piedra
y el camino cosmológico de la evolución del ser. Por ello
simbólicamente, los dos San Juan son los “patronos” de la masonería,
pues son dos fases de una misma obra y de una misma profecía. Pues
si el Bautista cumple la misión anunciadora de Elías, el Evangelista es
el elegido por el Cristo para permanecer hasta su vuelta y ser hijo y
custodio de su madre –la Virgen, Shekinah-, es decir, depósito
verdadero hasta el final del ciclo de la humanidad. Históricamente es
el Evangelista al que se adhieren todas las Cofradías, pues su
evangelio es el de inspiración más iniciática, a tal punto que el
cristianismo “johanita” ha vivificado numerosas órdenes monásticas y
otros grupos esotéricos. Sirviendo el “Bautista” a su vez como modelo
de otras especulaciones simbólicas.

En una Logia justa y perfecta (7 miembros, de los cuales 3 deben


poseer el grado de Maestro, 2 el de Compañero, y 2 el de Aprendiz) la
Luz otorgada por iniciación abarca las tres etapas de la misma:

32
A este respecto Jano presenta una tercera cara correspondiente al eterno presente,
por encima de toda manifestación transitoria, que corresponde al tercer ojo que
destruye, transforma y construye los mundos desde la eternidad. Un sentido asumido
por el cristianismo en el “Verbo” como señor de los tiempos, el alfa y el omega.
118
Aprendiz, Compañero, Maestro, que podemos hacer corresponder
con los tres planos: terrestre, intermedio, celeste; y con el cuerpo, el
intelecto, y el espíritu.
119
Las Logias trabajan “a cubierto”. Durante sus trabajos el plano
profano y masónico están separados para preservar el carácter
sagrado e iniciático del rito, y sólo pueden participar masones en
activo. Manteniendo la idea de espacio cerrado y secreto,
impenetrable a la influencia profana.

El Templo, la Logia, y la presencia de elementos


herméticos en algunos Ritos33

No podemos identificar en forma alguna que la masonería, o una


Obediencia masónica, sea o proporcione una “iniciación hermética”
en el sentido abusivo y sincretista empleado a mediados del siglo XIX.
No obstante, la profusa presencia de referencias simbólicas a
elementos herméticos en los rituales de algunos Ritos –no todos en
modo alguno-, además de los elementos puramente constructivos,
hacen necesarias algunas aclaraciones y reflexiones.

En primer lugar, estas referencias, si no aparecen en el Rito, no parece


que sea aconsejable extrapolarlas o realizar síntesis sincréticas ajenas
al propio sistema ritual. Cada Rito presenta un conjunto ordenado y
coherente sobre la base de sus propios elementos, que requiere una
prolongada práctica y estudio, y solo después de ésta, podría
comenzarse un estudio comparado del simbolismo entre diferentes
Ritos.

Por otro lado, estas referencias a la obra hermética, junto a otras


alegorías vinculadas a otras tradiciones: metalurgia, cosmología,
agricultura celeste, etc. aparecen imbricadas en el mismo proceso de la
ceremonia de iniciación. Pero desde una perspectiva puramente
simbólica. Es decir, únicamente podemos atribuirles una función
figurativa desde el punto de vista del simbolismo comparado, sin
mayores pretensiones.

33
Ver sección Simbolismo, elementos de la Logia: piedra bruta y piedra cúbica.
120
No obstante, estos elementos
tampoco constituyen exacta-
mente un “exotismo” añadido
procedente de otros
movimientos iniciáticos:
alquimistas, rosacruces,
cabalistas; o una derivación
más de las corrientes
filosóficas neoplatónicas del
XVI que fueron identificadas
como Hermetismo. Sino que los
encontramos profundamente
arraigados en las distintas
Tradiciones: Islam, Judaísmo, Cristianismo. Y su presencia constante
en los antiguos templos, iglesias y catedrales, nos revela que su
simbólica estaba estrechamente relacionada con la proyección
arquitectónica, tanto como con el mismo proceso constructivo, y el del
constructor como “artífice” de lo sagrado. Así pues, como coinciden
los tratadistas más fiables34, el templo, el proceso de construcción –
masonería-, y el hermetismo son en un plano simbólico, y únicamente
en éste, una y la misma cosa. Desde esta perspectiva no nos
hallaremos en presencia de ningún sincretismo o amalgama de
elementos dispersos. Sino en la comprensión de que la propia
naturaleza del Símbolo, operando desde el interior mismo del rito,
puede permitir a través de la presencia de estos elementos en los Ritos
correspondientes, el afloramiento de un conocimiento comparado
susceptible de afirmar los procesos vehiculados por todos los
símbolos presentes en los rituales.

En los Ritos donde están presentes los elementos de la obra hermética,


éstos afectan a las partes del templo y de la Logia, sus dimensiones, la
cámara de reflexión, los viajes y las pruebas, la concepción de la
piedra, y a la propia cosmogonía masónica. Sus trabajos de

34
El abuso, la ignorancia, y la voluntad de confusión y sincretismo de multitud de
autores ha contribuido no poco a confundir y a degradar el hermetismo hacia formas
de ocultismo, magia, y toda suerte de fantasías fabricadas en el siglo XIX. No será
superfluo el recomendar una vez más la necesidad de recurrir a las verdaderas fuentes
tradicionales, y a la identificación de su filiación.
121
preparación, el hacer orden en el caos, luz en las tinieblas, los
regímenes, las fases alquímicas, los grados del fuego, el atanor, las
muertes y resurrecciones de la piedra, el propio solve et coagula,
impregnan las leyendas y alegorías de todos los grados35. No obstante,
y a pesar de su importancia simbólica, este aspecto no deja de ser
complementario al pitagorismo que cobra mayor relevancia en el 2º
grado, y al simbolismo salomónico del tercero. Es por ello que
constituye una de las “columnas” perdidas de Enoch o de la Tradición
masónica, y que fue “reencontrada” por Hermes según nos dice el
Manuscrito Cooke de nuestros Old Charges. Con todo, la alegoría de
este proceso fue insertada por todas las tradiciones espirituales, ya
que el proceso de creación de la piedra se hace igual a como fue
creado el mundo (Génesis, Evangelio de San Juan) y es transformado por
el Gran Arquitecto.

Simbolismo de los Elementos de la Logia

El local donde esté la Logia tendrá preferentemente una forma de


“cuadrado largo” como el Templo de Salomón y en la medida de lo
posible seguirá los antiguos cánones de la construcción acerca del
lugar, emplazamiento, orientación; tendrá una adecuada decoración
simbólica y alegórica según el Rito, y no debe dejar entrar la luz del
día ni los ruidos exteriores. La decoración y disposición de elementos
simbólicos varía en cada Rito, presentando una amplia riqueza de
significados de los cuales algunos son comunes y otros son de
naturaleza más específica a cada Rito.

35
De especial interés es el acróstico V.I.T.R.I.O.L. y su constante “rectificación” de la
materia sutil de la piedra. Los principios filosóficos: sal, Azufre, mercurio. La acción
constante de los elementos, que son los 4 pilares o ángulos del mundo: haciendo
referencia el aire a la sutilización de los Principios –azufre, mercurio-, que elevados
hacia el borde del Vaso de los Filosófos, contiene a las siguientes operaciones. La
ablución, agua viva o disolvente, que purifica la piedra en su propio mar, y representa
también la inmersión del alma en las aguas de los tres ríos que fertilizan el jardín de
Abraham. El fuego central, que anima y equilibra el perpetuo movimiento separando
lo sutil de lo denso. Y la propia piedra filosofal, que representa la forma sublime de la
piedra, la totalidad en sus operaciones de fijación de lo volátil: la unidad de los
contrarios, la integración del yo consciente con el inconsciente, el masculino con el
femenino, el pensamiento y el deseo, la resurrección del “cuerpo”, el elixir de vida, la
regeneración obtenida por la “gracia” del Espíritu.
122
Cada Rito presenta en las especificaciones de su ritual la adecuada
disposición de elementos de la Logia en el espacio del Templo, en los
altares, en las mesas de los Vigilantes, y la vestimenta. Remitimos a su
consulta específica, aunque presentaremos algunas aproximaciones
generales al simbolismo de los elementos de la Logia. Todos los
símbolos forman un conjunto coherente, un reflejo activo de leyes
universales y de la energía universal que circula en los trabajos
masónicos. Su función es causar un efecto en los distintos niveles del
ser humano, conectarle con el plano arquetípico, y posibilitar un
estado de mayor consciencia o supraconsciencia.

El espacio interior de la Logia se articula de Este-Oeste, de Norte-Sur,


y del cenit (cúspide de la bóveda celeste) al nadir (centro de la Tierra),
representando la extensión universal y cósmica de la Logia. Todo el
espacio de la Logia, si captamos su esencia, tiene un sentido interior
que a su vez nos relaciona con la totalidad, con el templo universal
que comprende los trabajos colectivos de la Logia. Las llaves de acceso
a este “espacio sagrado” son la comprensión e interacción con estos
símbolos, ya que es por el manejo de la “forma” por el que la
substancia puede ser modificada.

En esta composición de los elementos de la Logia en torno al


rectángulo áureo, encontramos simbolismos diferentes, según las
interacciones internas dentro del espacio interior de la Logia.
Podremos encontrar modelos geométricos como triángulos,
disposiciones duales: Norte-Sur, Este-Oeste, el pentagrama, el círculo,
el cuadrado, el propio árbol sefirótico, etc.

El espacio interior queda separado del exterior o profano por la


cobertura de la Logia establecida en el ritual de apertura. Esta
cobertura ha sido representada tanto por los muros como por el techo.
Podría decirse que los muros protegen el Templo del exterior (ruido,
polución, intrusos, y cualquier elemento ajeno al ritual), y que
construidos de piedra cúbica delimitan el espacio rectangular. En
cuanto al “tejado” de la Logia, si bien la Logia se extiende
simbólicamente y trabaja bajo la bóveda celeste, la teja es relacionada
123
precisamente con el techo del mundo. Un simbolismo algo diferente
36

pero no totalmente ajeno al que identifica la bóveda celeste con una


cúpula de piedra, y que permite el paso de la “square masonry” a la
“arch masonry”37.

A lo largo de este espacio áureo encontramos una puerta situada a


Occidente, significando que la entrada se realiza desde la oscuridad y
se dirige hacia la Luz y el Conocimiento naciente del Oriente
simbólico. Y es habitual que algunos tratados mencionen tres
ventanas situadas a Oriente, Occidente, y Septentrión, que son las que
iluminan la Logia; representándose cubiertas con celosías para
tamizar la luz exterior, y crear la luz interna. 38

Color: Los grados simbólicos de la masonería (Aprendiz, Compañero,


Maestro) se definen como “masonería azul”. El color azul estaba
consagrado a Júpiter, a lo celeste, y se asocia a la verdad, la pureza, la
piedad, la templanza, la lealtad. Representa la realidad supra terrena,
lo inmaterial, la sabiduría trascendente, el recorrido hacia lo infinito,
hacia el centro primordial, el umbral que une al hombre con Dios. En
francmasonería el azul se asocia también al aire, a la bóveda
estrellada, a la columna de la belleza incluso. Considerado como el color
de las altas vibraciones espirituales, transmite las perfecciones del
G.A.D.U. y concuerda con la corona, la belleza, y el fundamento.

36
En los rituales y catecismos el Tejador custodia el techo de la Logia, y con más o
menos fortuna simbólica, se expresa esta idea de que la Logia está cubierta en su
espacio interior. Las propias instrucciones de grado, resumen de la esencia y totalidad
del grado, que “contienen” y preservan de los profanos los misterios del grado, se
denominan “retejador del grado”.
37
La “square masonry” o masonería regida por la Escuadra, hace referencia a los
grados simbólicos o “azules”. La “arch masonry” o masonería de Arco, se refiere
principalmente al Arco Real y los grados cuyas leyendas y alegorías se vinculan al
simbolismo del arco, la cúpula, la bóveda y la clase de piedras que lo forman.
38
Como en las catedrales, la ventana o vidriera filtra el reflejo e ilumina la pared que
jalona con Luz, siendo la Luz y el vidrio parte de la piedra, e inundando en su
totalidad el Oriente, que casi no tiene muros. Sin embargo algunos tratadistas han
interpretado también que las ventanas iluminan el lado contrario al que se encuentran,
siendo entonces los CC.·. en vez de los AA.·. los que no tendrían Luz, pero
disponiendo en realidad de la emitida por el astro- estrella polar. En cualquier caso, es
de interés destacar, a pesar de que no existen indicaciones en el ritual masónico, el
simbolismo de los rosetones en una catedral.
124
Las Logias, dependiendo de su Rito, adoptan en la decoración del
Templo y de los oficiales diferentes formas en el uso del color. El azul
pretende enlazar con el simbolismo del Templo de Salomón y la
tradición del sumo sacerdocio. Mientras el rojo, deriva del simbolismo
alquímico, siendo la encarnación del Espíritu en la piedra, la materia,
y el aspecto final de su poder transmutador.

El techo como bóveda celeste está pintado de azul, representando


simbólicamente el cielo estrellado. La Logia se abre así no solo al
cosmos visible y ordenado, sino a la influencia mística de los astros y
de la naturaleza como madre primordial, modelo o entelequia de
todas las formas dispares manifiestas. La Aurora representada en
Oriente (a modo de Horus-Cristo naciente), en el techo y sobre la silla
de Salomón, anuncia la salida del sol, el renacimiento, la claridad del
Verbo que presidirá los trabajos masónicos. Esta aparición de la Luz,
seguirá un desarrollo y extensión por la Logia a lo largo de su
meridiano, esparciendo sus dones en todas direcciones y marcando el
espacio temporal de los trabajos masónicos. La ocultación de la Luz en
Occidente marca el tránsito hacia el espacio-tiempo profanos, pero
también el cambio necesario que conlleva la propagación de la verdad
del conocimiento desde su centro hacia los límites de su circunferencia
(el mundo profano). Las 7 estrellas que encontramos en ocasiones en
torno a la estrella polar hacen referencia a la labor iluminadora y
difusora que realizan siete maestros masones desde la bóveda celeste
y el firmamento nocturno.39

Delta, sol, y luna: El delta luminoso brilla al Oriente por encima del
Venerable como símbolo del primer principio, de la suprema realidad

39
Todo astro luminoso brilla en la oscuridad del firmamento nocturno. Al alumbrar
los astros los espacios sagrados donde se busca la Luz, aparecen representados con
frecuencia en la bóveda de templos e iglesias, y van asociados a la luz lunar y la
deidad femenina: Isis o la Virgen María como Stella Maris, que guía en el mar oscuro
y tenebroso, y aparece de color blanco sobre una luna creciente hacia arriba, un manto
azul, y nimbada de 7 estrellas. Este simbolismo se asocia también a la revelación que
los astros revelan efectúan en el interior del ser humano, donde es posible hallar la luz
espiritual frente a las tinieblas. La representación de 7 siete estrellas en el techo
pintado de azul de los templos masónicos a occidente, se relaciona con las
propiedades simbólicas y “creativas” del número siete, y está asociado con la Estrella
Polar en su función de permitir la “navegación” nocturna; hecho que se relaciona con
el simbolismo del “renacimiento” del Maestro masón, y que no podemos tratar aquí.
125
o verdadera Luz; se asocia a la mirada del G.A.D.U., a su presencia, su
potencia, y la estabilidad de su esencia más allá de toda manifestación
y de toda luz visible. El delta se ilumina en la apertura de los trabajos
por la invocación al Gran Arquitecto del Universo, y se apaga en la
clausura de los mismos tras la nueva invocación. Para muchos autores
el delta masónico deriva del pitagórico. Los pitagóricos representaban
el número 10 por la letra delta y lo identificaban con la suprema
potencia creadora, que hallaban en la suma y reunión de los números:
1+2+3+4= 10 con sus propiedades numerológicas. El delta o triángulo
deriva pues de la letra griega delta, pero también es la traducción de la
daleth hebrea, cuya forma corresponde con una escuadra. Si el delta
masónico alude a la unidad en la Trinidad, la letra daleth, cuyo valor
numérico y ordinal es 4 en el alfabeto hebreo, hace referencia a las 4
letras del Nombre de Dios, IHWH, y por lo tanto también a la unidad.
Así que en última instancia, tal como
aparece en algunos Ritos, existe una
estrecha relación entre el delta y el
tetragrama como símbolo del Gran
Arquitecto del Universo, y entre la
tetraktys o década y los diez séfirots del
árbol cabalístico. Una asociación conocida
entre antiguas sociedades iniciáticas, por
la que los cuatro términos del cuaternario
fundamental se enumeran así: 1º) el
Principio, designado como “el Creador”
(lo cual indica que no se trata de lo
“Absoluto”, sino del “Ser”, en tanto que
principio primero de la manifestación,
que, por lo demás, es, en efecto, la unidad
metafísica); 2º) el espíritu universal; 3º) el
alma universal; 4º) la hylé [‘materia’]
primordial. 40

40
El simbolismo creador del delta, el tetragrammaton y la tetraktys nos lleva a su
relación con el cuaternario. El círculo dividido en cuatro partes iguales por una cruz
formada de dos diámetros perpendiculares expresa la relación entre el cuaternario y el
denario. El cuaternario está representado geométricamente por el cuadrado en su
aspecto “estático”; pero, en su aspecto “dinámico” lo está por la cruz; ésta, cuando
gira en torno de su centro, engendra la circunferencia, que, con el centro, representa el
denario, el cual, según antes hemos dicho, es el ciclo numérico completo. La tetraktys
126
A ambos lados del delta están la luna41 y el sol42, las dos luminarias
visibles que posibilitan la circulación “especular” de la Luz, y que son
la manifestación directa y refleja de la luz invisible del delta;
pudiendo asociarse a la luz del conocimiento y a la de la experiencia,
tanto como a la razón y a la facultad “imaginal”43. El sol y la luna

es el cuarto número triangular que, representada por una forma triangular, comprende
en cada uno de sus lados de 4 elementos. Aspectos que pueden desarrollarse
ampliamente en el grado de maestro.
41
Tanto real como simbólicamente la Luna posee mayor densidad que nuestra Tierra
por lo tanto tiene una influencia directa sobre los ritmos de la naturaleza: la
generación, las mareas, los ritmos biológicos de los organismos. Siendo el alma
humana parte de esa naturaleza rigen también para ella ritmos semejantes a las
estaciones agrícolas y ritmos similares. La acción lunar es sin duda una fuerza, una
vibración y una potencia que posibilita el crecimiento en la oscuridad. Por ello,
reducida a su estado primordial, el alma también germina en este ámbito. Al recibir la
luz del Sol, y ser su potencia complementaria, la Luna representa el mundo
“imaginal” del Hombre, la sensación, la entrada a un nivel de consciencia habitado
por la Esencia, la naturaleza, la belleza representada la diosa Venus. La Luna rige el
transito desde la materia remota (piedra bruta, negra, Santa Ana), a la piedra cúbica
(blanca, la Virgen), que preñada del Espíritu da a luz al divino infante, al hombre
regenerado. Previamente, durante la luna nueva, noche oscura del alma, el hombre
desciende (en el Gabinete de los Filósofos de algunos Ritos) a la oscuridad, a la
morada interior, donde los hermetistas reconocen al sol negro (como centro de alta
densidad); la desconexión de su influencia se realizará con la ayuda de la Luna hasta
ser finalmente dirigido por la fuerza consciente del sol y de sus energías representadas
por los 12 trabajos de Hércules.
42
Simbólicamente el sol es fuente de vida para la Tierra. Es tanto luz como calor,
facultad que los cuerpos reproducen antes que la luz. La acción del sol interno es el
paso del calor a la luz, como un fuego que no consume tanta materia. Es habitual
establecer dualidad con la luna: padre-madre, yang-ying, activo-pasivo, intuición-
conocimiento, espíritu-alma, argumentando que el Templo masónico es dual. Sin
embargo, lo negro-lunar, como rarificación de la luz solar obtiene las virtudes propias
para redimir a la Tierra oscura en su reintegración a la unidad. Por lo tanto lo que
solar viene a ser es la unicidad que todo lo contiene, la difusión del Verbo creador, de
la Palabra que establece el orden cósmico. El Rito masónico deviene, a nivel
colectivo, eminentemente solar. Si bien hay importantes simbolismos ligados al
simbolismo polar, e individualmente el proceso individual de Aprendiz comienza por
la luna, lo femenino, o búsqueda del alma.
43
Lo"imaginal" difiere de lo puramente "imaginario", y tampoco constituye un mero
apéndice de lo “racional”. Como término procedente de la antropología y de la
psicología de los arquetipos, Henry Corbin, lo distingue de los procesos puramente
psíquicos e intelectivos, constituyendo esa zona desconocida de la naturaleza y del
conocimiento (a modo de "noumeno" kantiano) que en cierta forma se manifiesta a
través de los símbolos al hombre, y por el reflejo de lo lunar; a esta "realidad
intermedia", o "conocimiento intermedio", corresponde también un cierto "mundo de
las imágenes y de las ideas" contenido en la mente de la divinidad, el yesod de la
cábala, etc.
127
constituyen con el Venerable Maestro (situado bajo el delta y asociado
al pentagrama) las denominadas “luces de la Logia” o “luces menores
de la Logia”.44 En este contexto simbólico, y enmarcado por las dos
luminarias, el V.M., según los antiguos rituales y catecismos, deviene
en Estrella que ilumina los trabajos de Logia de día y de noche.45 De
esta forma el sol, la luna y el V.M. forman un todo coherente y
manifestado bajo la égida o mirada de la Gran Luz –el delta- del cual
todas emanan.

Luz eterna: Es aquella que según los Ritos, se sitúa junto al altar o en
la mesa del V.M. (como representación de la Mesa de Salomón), y
permanece encendida desde la apertura de los trabajos hasta su
clausura, evidenciando el espacio y el tiempo sacralizado que reina en
el recinto. La luz eterna es un punto de luz manifiesta emanada del
G.A.D.U. De ella se toma la llama con la que se ha de encender el resto
de luminarias, expresando así que el espíritu iniciático es fruto de la
transmisión espiritual. El V.M. queda representado como custodio de
la llama eterna, de ese fuego sagrado, y lo administra hacia el valle, al
resto de luces como potencias o fuerzas derivadas: la sabiduría, la
fuerza, y la belleza.

Otras luces e iluminación general: En general y en grado de


Aprendiz el templo debería estar débilmente iluminado, y únicamente
en las zonas del templo apropiadas (Oriente-Sur-Oeste).
Permaneciendo el norte en oscuridad. La Tradición es ajena a la
electricidad, o “luz” sintética o embotellada. Por ello se ha mantenido
hasta la época actual el simbolismo ritual del “encendido” físico por el
fuego. Las luces o luminarias así prendidas por la luz y el calor del
fuego (velas, cirios), reflejo externo del fuego del Altísimo, son
llamadas en algunos Orientes “estrellas”, y “candelabros”, haciendo

44
Algunos tratadistas más vinculados al R.E.A.A. han introducido cierta confusión al
querer vincular las “tres luces menores o luces de la Logia” a las facultades de los 3
pilares de orden: sabiduría, fuerza, belleza; y con ello deducirse su asociación con los
oficiales o luces de gobierno de la Logia: el V.M., el 1º y el 2º VV.·. Una
interpretación que se aparta de los rituales y catecismos en su forma original.
45
Se trataría del mismo simbolismo que el del Rebis hermético, que porta la escuadra
y el compás, y que se realiza por el matrimonio del sol y la luna, del Mercurio
Filosófico y el Azufre; además del propio simbolismo crístico, representado más allá
del ciclo temporal y espacial entre el sol y la luna.
128
referencia a su influencia visible. Según los Ritos serán más o menos
prescriptivas, y nos referiremos a las situadas como iluminación
general de la Logia, a las situadas sobre la mesa del Venerable
Maestro y los Vigilantes, o también a las situadas sobre los tres pilares
de la Logia (sabiduría, fuerza, belleza).

La menorah, en los Ritos que está presente sobre la mesa del V.·.M.·.,
representa las 7 luces que emanan de la Divinidad, de la Luz mayor,
tal y como la creación que parte desde Oriente ilumina el Templo, el
espacio interior, y se expande a través de la acción de los oficiales de
la Logia.

Los tres pilares: Según los Ritos, encontramos tres pilares en el centro
de la Logia, enmarcando en un triángulo rectángulo el pavimento
mosaico y el tablero de trazo. Los tres pilares constituyen el
fundamento de toda construcción y de la manifestación de la Luz –
Fiat Lux-, pues expresan que el resplandor de la Luz del G.A.D.U.
construye y posibilita la fundación del templo en forma ternaria. Estas
ideas rectoras son encendidas y apagadas durante la apertura y la
clausura de la Logia, en consonancia con una armonía celeste. Pero
también representan en el alma humana las tres cualidades que
edifican el templo interno puramente espiritual.

El nombre y asociación de los pilares -sabiduría, fuerza, belleza- con el


V.M. y los Vigilantes no es idéntica en todos los Ritos. Donde se hallan
presentes expresa la idea de que ordenan, dirigen, e iluminan la Logia.
En el Rito Francés se hace referencia a los “candelabros”, y se asocian
a las grandes luces de la Logia: el Maestro de la Logia, el sol y la luna;
cambiando entonces la orientación el triángulo rectángulo, y
situándose el pilar del Maestro en Oriente a la derecha, el de la luna a
su izquierda, y el sol hacia occidente a la derecha. Para el resto de
Ritos los pilares invocados son:

* La sabiduría: se sitúa hacia Oriente, y representa al


Venerable Maestro; se corresponde con el orden jónico, y hace
referencia al Principio, a la unidad de la verdad y el conocimiento. Es
decir, la propia sabiduría del Gran Arquitecto como verdadero artífice
de la obra de la creación, la cual preside.
129
* La fuerza: se sitúa hacia Occidente, a la izquierda, y
representa al Primer Vigilante; se corresponde con el orden dórico, y
hace referencia a la voluntad, y a la acción constructiva que sostiene el
edificio y lo regenera perennemente.

* La belleza: se sitúa hacia Occidente, a la derecha, y


representa al Segundo Vigilante; correspondiéndose con el orden
corintio. La belleza es la expresión exterior de la armonía y el orden
interior –aúreo- de la obra realizada con la sabiduría y la fuerza. El
rostro visible de lo sagrado.

Las tres grandes luces: Las grandes y pequeñas luces, por su carácter
metafísico e inmanente son capaces de alumbrar el alma, el cosmos, y
por tanto el Templo masónico. Pero en lo que respecta a la totalidad
de la Orden Masónica, y a pesar de las diferencias entre Ritos46,
concretamente el punto 6 de los Principios Básicos para reconocer a
una Gran Logia dice así: "Las tres grandes luces de la francmasonería (el
Volumen de la Ley Sagrada, la escuadra y el compás) deben siempre estar
presentes cuando la Gran Logia o sus Logias subordinadas estén trabajando,
siendo la principal de ellas el Volumen de la Ley Sagrada". La presencia de
estas grandes luces durante los trabajos abiertos a la Gloria y en el
Nombre del G.A.D.U. delimita la vía iniciática en la masonería, y
alegóricamente son definidas por la sabiduría, la razón y el
discernimiento.

El Volumen de la Ley Sagrada (V.L.S.): En Gran Logia de España el


V.L.S. habitual es la Biblia. Aunque deberá ser el que contemple el
Rito en cada Obediencia masónica, con las consiguientes aperturas en
cada grado, o en otro caso, y si el Rito de la Obediencia lo contempla,
el que utilicen mayoritariamente los Hermanos de una Logia,
pudiendo ser la Biblia, el Corán, la Torah, los Vedas, etc. No obstante,
y teniendo en cuenta los límites impuestos por cada Rito, durante el
juramento u Obligación solemne, un candidato puede solicitar el
V.L.S. de la confesión que profese. Más allá de su tradición particular,
todo V.L.S. constituye en realidad un símbolo universal de la

46
El Rito Francés Moderno y el Rito Escocés Rectificado sitúan sobre el V.L.S. una
espada como representación del Verbo revelado, el Logos, y la fortaleza de la fe en la
palabra de la Verdad.
130
Tradición simbólica y de la voluntad del G.A.D.U., bajo cuya
inspiración cualquier masón puede trabajar en fraternidad. Las
aperturas del V.L.S. dependen del Rito, y en ciertas ocasiones de la
costumbre de la Logia, pero las más usadas en primer grado son el
prólogo del Evangelio de San Juan y el Salmo 133, ambos de profundo
significado simbólico. Los tratadistas además, nos han remitido otras
aperturas de la masonería operativa como la segunda carta de Pedro,
que pone de relieve el papel escatológico y de conservación de la
Tradición que podría pertenecer a la masonería de San Juan.

El V.L.S. es la primera Luz en la jerarquía de luces que ilumina los


trabajos masónicos. Su apertura no significa la proyección de un
contenido teológico particular, sino un símbolo general que refiere a
un Principio Supremo que regula los trabajos masónicos. Tampoco se
trata únicamente de un emblema alegórico, o de una abstracción
intelectual, sino de la presencia viva de la Palabra que se conserva en
el santuario del Templo. Bajo la atenta mirada del delta y situado
sobre el ara (centro espiritual de la Logia), según las prescripciones de
cada Rito, sustenta todo pensamiento y acción del masón en el
Principio Supremo. La escala, representada en los cuadros de Logia,
se apoya de hecho en el Libro, que es la piedra o sustento del eje entre
la Tierra y el Cielo, el punto geométrico del universo que resume la
ciencia y la sabiduría por excelencia.

El V.L.S. representa la tradición perenne encarnada en una determinada


forma tradicional (judaísmo, cristianismo, islam, etc.). Pudiendo estar
representado entonces por un libro revelado, atemporal y transmisor
de la Palabra divina. Como fundamento de las creencias en el corazón
de cada masón, no hay que ver en el libro un mero referente religioso,
sino la correcta inspiración de la “Ciencia Sagrada” que revela a quien
sepa leer en él, los misterios acerca del hombre, la vida y el universo.
Este re-conocimiento entre la Palabra y el hombre es la conexión con
lo divino, la búsqueda hacia lo más interior (esotérico) del lenguaje
simbólico humano para llegar a la Verdad, al Absoluto que es
totalmente inexpresable.

Es en este sentido que la masonería no es una “religión”, aunque


mantiene como su pilar insustituible la existencia de una “Fe”, y de
131
una concepción que como vía espiritual e iniciática “relige” (religare)
al misterio de la naturaleza divina.47 La aproximación al V.L.S. como
Libro Sagrado comprende entonces una exégesis y una hermenéutica
desde el sentido más literal o exterior, el moral, el alegórico, hasta el
más puramente espiritual, metafísico o esotérico (profundo, oculto)
que se revela en secreto en el corazón del masón. Se deduce de ello
que la Luz que contiene no es recibida de igual forma por todos los
hombres, y por ello es preciso provocar, mediante la vía iniciática y
sus herramientas, la fuerza suficiente para penetrar en este jardín
cerrado48. Es en este ultimo sentido (y no exclusivamente en el literal o
externo) que el Libro puede hacerse revelación interna y metafísica, y
aproximarse en su unicidad a la Palabra, y por ende al absoluto
entendimiento de todos los Libros Sagrados.

El V.L.S. en conjunción con la escuadra y el compás forman las tres


grandes luces y representan a todo el arte masónico, además de toda
visión ternaria del hombre y de la realidad.49 La escuadra y el compás
se superponen al Libro, como Ley universal, para enmarcar la vía
tradicional dentro del arte iniciático. La escuadra hace referencia a la
“ciencia de la tierra”, y el compás a la “ciencia del cielo”, reuniendo lo
superior y lo inferior, y resumiendo la totalidad de los misterios del
hombre. Ambos cumplen una función especular entre lo que está

47
René Guénon y numerosos tratadistas que le han seguido, han distinguido
claramente la diferencia entre religión como creencia “exotérica” que concierne a la
individualidad, a la salvación, y las prescripciones normativas; de una vía iniciática
como la masonería, dedicada al completo conocimiento y realización de las
posibilidades humanas. Religión e Iniciación, pese a estar imbuidos de la
“inspiración” del espíritu, competen a ámbitos no contrapuestos sino
complementarios, pues en cierta forma todo exoterismo vehicula sus formas
iniciáticas. Si bien, la masonería, por el depósito de símbolos y ritos acumulados, no
se limitaría exclusivamente a una sola tradición, sino que se adhiere a todas con total
naturalidad en función de las preferencias individuales del masón.
48
En el simbolismo y las Tradiciones de Libro, el libro cerrado (oculto al
entendimiento profano y vulgar) significa la materia virgen, mientras que el libro
abierto significa la materia fecundada por el espíritu; el propio hallazgo de la clave-
llave para abrirlo a la luz de la inteligencia. También de forma inversa el libro cerrado
conserva el secreto, el conocimiento esotérico; mientras que el abierto ofrece
exotéricamente su sabiduría.
49
Algunos tratadistas han asociado la escuadra al cuerpo, el compás al intelecto, y el
V.L.S al Espíritu. Sin embargo parece más cercano a la tradición masónica asociar la
escuadra a la razón-materia, el compás al espíritu-inteligencia, y el V.L.S. a la Ley o
Principio, fuente de toda ciencia y sabiduría.
132
arriba y abajo, formando el Sello de Salomón, emblema de la sabiduría
que es invocada para abrir trabajos. Corresponden así a los medios
humanos y herramientas que miden y operan adecuadamente sobre la
materia, creando ese espacio situado entre el cielo y la tierra
denominado “entre escuadra y compás”. Por el resultado de esta
“operación”, que abarca un único proceso a través de los tres grados
masónicos, se realiza el ajuste de la “ratio” universal –la escuadra-
sobre la materia, y el trazado de la acción humana sobre la totalidad.
De lo que resulta la calibración real del espíritu en la materia, y su
grado de reintegración entre la unidad y lo creado. Por ello en grado
de Aprendiz el espíritu –el compás- se haya aun oculto por las leyes y
apariencias de la materia –regidas por la escuadra-; no siendo posible
acceder a él directamente, puesto que tampoco se manifiesta sin velo.

La escuadra: Observada en sí
misma su simbología aparece
en muchas tradiciones, y se
suele asociar a la medida, la
equidad, la ordenación
material y la creación por su
relación con el cuaternario: los
cuatro elementos, los puntos
cardinales, las estaciones, las
fases de la vida humana. Su
simbología, formada por el ángulo recto, principio de toda
construcción, y reunión de la vertical y la horizontal, rectifica y ordena
la representación terrestre desde el caos. Con la escuadra se traza el
cuadrado o bien la cruz, y su trazo se asocia a la figura de la gamma
griega (“G”) y a la daleth hebrea. La escuadra es la regulación o
“razón” universal en la naturaleza, la representación de sus leyes y
proporciones, y por tanto resumen visible de las formas primordiales
de la Geometría.

En francmasonería es la joya del Venerable Maestro, porque debe ser


el masón más recto y justo de la Logia, su fin debe ser el bien por sí
mismo, y su voluntad la de los principios, usos y costumbres de la
Orden. Es la síntesis de la plomada (Segundo Vigilante) y del nivel
(Primer Vigilante) lo que indica que resume lo activo y lo pasivo, la
133
ascensionalidad purificadora y la realización expansiva. Pero puede
decirse que está presente en el signo, la marcha, las baterías, y define a
todos los grados de la masonería simbólica como “square masonry” o
“masonería de la escuadra”. Ello se debe a que la continua acción del
hombre sobre su materia, sobre sí mismo, se representa por la
escuadra como símbolo de la rectitud moral, la virtud, la moralidad, la
honestidad, la justicia. En resumen, la auténtica conciencia de un
masón, que todos los antiguos catecismos denominan como “actuar y
vivir según la escuadra”.

El compás: Empleado simbólicamente en algunos de los grados de la


francmasonería moderna, el uso individual del compás o de su
emblema ha sido desplazado desde el Maestro de la Logia al Gran
Maestro. No obstante permanece en las Logias simbolizando el
espíritu, el arco, la cúpula celeste, el cosmos entero, y el círculo
trazado donde se inscriben todas las formas regulares, y perímetro
excluyente de todo lo que no debe manifestarse. Es decir los límites de
la acción y el conocimiento que debemos llegar a conocer.

El compás representa las actividades creadoras, la ciencia celeste,


donde el iniciado dirige su mirada. La perfecta imagen del
pensamiento y del espíritu. El propio G.A.D.U. es representado
alegóricamente portando el compás y trazando los círculos del mundo
sobre el abismo del caos. Son los límites de la totalidad como
horizonte circular y reconocible del cosmos, la esfera fijada de la
evolución y la totalidad de las posibilidades de todo individuo. El
compás remite pues a la simbología solar, a la trascendencia y la
inmanencia, y al Logos manifestado, pues es un instrumento que traza
el círculo a partir de un centro. Reúne lo absoluto y lo relativo en su
acción. Desde el centro (la unidad) extiende sus brazos (la dualidad)
hacia la totalidad, pues mientras una punta marca ese centro, fiat lux,
símbolo del germen, la otra lo envuelve en la circunferencia, símbolo
del dinamismo constructor.

La iconografía muestra al compás como un símbolo de las virtudes


fundadas en el espíritu de la medida y de las relaciones (prudencia,
discernimiento, imparcialidad, intereses elevados). Mientras la
escuadra es un instrumento fijo, el compás es móvil. Así el compás
134
aplica las justas proporciones como establece los justos límites con los
semejantes, y los propios límites o landmarks que simbolizan la
totalidad del cosmos masónico. Mientras una punta permanece
inmóvil en el centro primordial de la Tradición la otra mide las
acciones de los hombres y la justa apreciación de las cosas que debe
presidir toda obra emprendida.

El compás y la escuadra reúnen los misterios de la cosmogonía


masónica, los misterios del hombre. Son la unión de energías
contrarias (como el caduceo), y perfecta unión del cielo y la tierra. Esta
unión se representa en masonería por la superposición o
entrelazamiento de estos útiles. Una complementariedad resumida en
la fórmula: “...lo de arriba es como lo de abajo y lo de abajo como lo de
arriba”, y también por el sello de Salomón, símbolo de la sabiduría, cuya
luz se invoca en cada Tenida para presidir los trabajos.

En el primer grado el compás se halla bajo la escuadra, simbolizando


que el espíritu aun se halla bajo las inercias materiales, o que aun es
preciso descubrir qué y como extraer la verdadera forma de la
materia.

La puerta: Símbolo de pasaje entre lo profano y lo sagrado, franquea


la búsqueda del hombre en busca de la Luz, de la Verdad, del Orden,
y aspira dirigir ordenadamente sus pasos hacia Oriente. Si el Templo
simboliza al cosmos, el mundo verdadero, el espacio sagrado y
significativo análogo a la ciudad celeste, todo lo que está fuera de él
significa el mundo profano, la realidad material, ilusoria y transitoria
que el iniciado ha de trascender. La puerta del Templo es análoga a la
“puerta de los cielos” –porta coeli-. Estas puertas no pueden abrirse si
no se cuenta con las llaves adecuadas, y los guardianes impiden el
paso. El orgullo y la voluntad son vanas si el espíritu no sopla. Y la
justa y perfecta comprensión de los símbolos y los ritos constituyen
por sí las claves necesarias para que ese acceso sea posible.
135
Este primer paso, que algunos tratadistas asocian al segundo
nacimiento o a la salida del laberinto50, se realiza en cierta forma en la
vía horizontal, que responde al inicio de los misterios menores. El
paso por la puerta hacia los misterios mayores se sitúa en un plano
vertical –axial-, realizándose así el paso de lo cósmico a lo
supracósmico por la llamada “puerta del sol”, representada por el
centro de la cúpula o vértice de la pirámide, del que pende la plomada
del Gran Arquitecto.

En el Templo masónico la puerta de entrada al mismo se coloca al


Occidente. Es esta la primera puerta que se debe franquear, la que
conecta al iniciado con la cosmogonía masónica. Esa puerta está
custodiada por el Hermano Guarda Templo que impide el paso a las
fuerzas profanas, protege el espacio interior, y permite el acceso de los
iniciados que saben “llamar” a la Puerta, poseen la Palabra, y el acceso
de los aspirantes que son dignos de la iniciación. Franqueada por las
dos columnas, la puerta –janua- adquiere una rica simbología
relacionada con los solsticios, pudiendo identificarla incluso como
“puertas solsticiales”.

En algunos Ritos se asocia a la puerta el concepto de umbral, el cual


separa tanto como une el espacio y el tiempo exterior (profano) del
interior (sagrado); la Logia donde todo es orden, de los pasos
perdidos donde el hombre vaga perdido, sin rumbo, y sin saber
dirigir sus pasos regularmente. Situado frente a la puerta –janua- de la
Logia, representa un espacio intermedio propio de quien espera
recibido y debe demostrar que se halla debidamente preparado.
Donde según se dice: “no se está dentro ni fuera de la Logia”, y
constituye un lugar de “pasaje” o de “tránsito” como indican las
"marchas" o "pasos" rituales que se efectúan desde la puerta hasta las
columnas J.·. y B.·.. que sostienen el pórtico. El umbral es
simbólicamente el primer velo que el iniciado debe cruzar, y donde se
sitúan los guardianes que mantienen a cubierto el templo; actuando
como garantes de la pureza y sinceridad del candidato permiten o

50
No es infrecuente la presencia del laberinto a la entrada de las catedrales, y la
representación de Dédalo su arquitecto, además del minotauro que se oculta en su
interior. El laberinto, como el infierno de Dante, representa una estructura del mundo
inferior en el que se oculta el hombre caído animalizado que es preciso vencer.
136
deniegan el paso. Allí se ubica el Guardatemplo (interno y/o externo,
según los Ritos), que realiza la cobertura externa del Templo,
ejerciendo también en algunos Ritos funciones de “cobertura” el
Experto, y el llamado en los antiguos rituales "Hermano Terrible",
cuyo nombre es bastante ilustrativo al respecto.

Las dos columnas: Las columnas no son puramente ornamentales,


sino que constituyen el jeroglífico de la puerta y en realidad del
Templo. Tanto es así que constituir o
clausurar una Logia se denomina
“levantar” y “abatir” columnas
respectivamente. La razón es que
simbólicamente son el sostén de la
puerta, y de todo del Templo al
juntarse con el resto de columnas
zodiacales. Son la unión de la Tierra y
el Cielo –como axis mundi-, del mundo
celeste con el mundo terrestre, y
constituyen la sabiduría que une a los
hombres con el creador y su creación,
de ahí su carácter dual y su sólido
apoyo sobre la Tierra. Una simbología
que también podemos encontrar en las
columnas de Hércules, que separaban
el mundo conocido del desconocido, el llamado “mar de adentro” del
“mar de afuera”, como a veces se denominan los procesos y
correspondencias simbólicas del alma. Y que de igual modo aparecen
representadas en las relaciones entre el cuerpo, el alma, y el espíritu,
los arcanos del Tarot, en tradiciones nórdicas como la del árbol
Yggdrasil, o la entrada de los templos egipcios, griegos, y
judeocristianos. El cielo, en cualquier caso, es el entablamento que une
a ambas, reflejando claramente que la tradición perenne a veces puede
ser visible, estar “sumergida” en las aguas del inconsciente de los
pueblos, o fulminada por los fuegos bajos decadentes de los hombres.
Pero, por su origen y naturaleza eterna, siempre puede ser rescatada
por las verdaderas tradiciones iniciáticas.
137
En el Templo masónico las dos columnas cumplen junto con la puerta
la función de separar la Logia de la sala de pasos perdidos. La
tradición masónica las asocia en sus antiguos documentos a las
columnas de Enoch51, a las columnas que adornaban el atrio exterior
del Templo de Salomón52, y a los dos San Juan. Además, son varios los
antiguos manuscritos que asocian en clave simbólica el reencuentro de
las columnas, es decir la restauración de la sabiduría primordial bajo
la forma arquitectónica, a Pitágoras y a Hermes. El primero como
custodio de los secretos de la naturaleza que el adepto habrá de
reconocer e imitar, y el segundo como mensajero del fuego divino y
guía de iniciados entre los mundos53.

La relación de las columnas con los santos de nombre Juan, San Juan
Bautista y San Juan Evangelista, nos aproxima al simbolismo solsticial,

51
En el manuscrito Cooke, con versiones casi idénticas en el Harleian (1670), el
Manuscrito Antiguo (1686) y en el Dumfries (1710), se dice que toda la sabiduría
anterior al Diluvio (Enoch) fue recogida en dos grandes columnas u obeliscos que
serían descubiertas una por Pitágoras y otra por Hermes, lo que nos lleva a una
Tradición masónica distinta y anterior en la que no se hace mención al Templo de
Salomón. Las dos columnas bíblicas eran de bronce y estaban situadas en el atrio del
templo. En cambio, las dos columnas de que nos hablan los antiguos manuscritos
masónicos, una era de mármol y la otra de ladrillo, no formando parte del Templo ni
de obra arquitectónica alguna y sí relacionadas con el mito del Diluvio Universal. Una
de ellas era incombustible y otra insumergible para poder perpetuarse al fuego o el
agua enviado por Dios. Estos mitos aparecen en el tronco común de todas las
Tradiciones, como el mito mesopotámico (Utnapishin), el Deucalión griego, el
referido al fuego del mito órfico, y aquel por el que Zeus castigó a los titanes con su
rayo por haber matado a Dionisos. Sin embargo, esta herencia antidiluviana,
desapareció en las Constituciones de Anderson donde prevaleció el simbolismo
judeocristiano.
52
Descritos en I Reyes. 7; 13-22. Además de por el historiador romano Flavio Josefo
en sus Antigüedades judías: “Además, este Hiram hizo dos pilares huecos, cuya parte
externa era de latón, y el grosor del latón era de cuatro dedos de ancho, y la altura
de los pilares era de dieciocho codos, y la circunferencia, de doce. Y encima de cada
capitel descansaba un lirio de metal fundido, elevándose hasta una altura de cinco
codos, a cuyo alrededor quedaba una red rodeada de pequeñas palmas de latón, que
cubrían los lirios. De los lirios pendían un par de ristras de doscientas granadas. El
pilar que erigió a la derecha de la entrada del pórtico (en el sur), lo llamó J.·. , y el
de la izquierda (o norte) lo llamó B.·.”
53
Hermes-Mercurio define toda la obra hermética; desde la primera etapa de la obra
donde la piedra bruta es sometida por primera vez a la verdadera Luz del G.A.D.U.
hasta la exaltación de la piedra filosofal. Este simbolismo pasaría en su forma
judeocristiana a la realización arquitectónica y escultórica, adquiriendo no pocas
derivaciones alegóricas.
138
al de la Logia de San Juan54, y a la función perenne y escatológica del
legado johanita, tan presente en la francmasonería y órdenes afines. La
función complementaria de las dos columnas, por el conocimiento
completo de sus nombres –B.·. y J.·.-, corresponde a los grados de
compañero y maestro. Las diferencias entre Ritos además, acerca de la
Palabra de primer grado, nos hace remitir a la información específica
de cada Rito. Pero puede apuntarse que por el cumplimiento de la
virtud de cada Palabra –B.·. o J.·.-55, y el conocimiento de ambas, la
dualidad puede ser resuelta y trascendida hacia una unidad que
comprende la totalidad.

Esferas: Según los Ritos, sobre las columnas pueden encontrarse dos
esferas o granadas, y tienen su réplica en dos columnitas de orden que
se sitúan sobre la mesa del 1º Vig.·. y del 2º Vig.·. Una con la esfera
celeste y la otra con la esfera terrestre respectivamente. Las esferas son
expresión de totalidad y perfección, de universalidad en todos los
sentidos. Como imagen del mundo, ya sea de lo terrestre (lo visible) o
de lo celeste (lo invisible), corresponde a la columna B.·. el globo
terrestre, y a la J.·. una esfera armilar; concretando cada una el campo
de acción del trabajo masónico, y ambas el pasaje entre lo sagrado y lo
profano.

Granadas: En los Ritos en los que están presentes, los capiteles del
Templo estaban cubiertos con granadas (tres en forma triangular), que
poseen un antiguo simbolismo. Mencionadas desde la antigüedad
como signo extenso de la abundancia y la fecundidad, se concibieron
como frutos de la tierra otorgados por sus diosas –Ceres, Remeter-. La
Biblia -I Reyes VII, 18- también las asoció a los lirios blancos, y San

54
Ver el apartado correspondiente a la Logia de San Juan.
55
Según el simbolismo empleado por la cábala hebrea, que podemos identificar con
las palabras sagradas del grado, e identificadas con cada columna a la derecha y a la
izquierda, corresponden respectivamente dos atributos divinos: la misericordia
(Hésed) y la justicia (Dîn). El árbol sefirótico asume estas columnas laterales para
ascender por una “columna del medio” hacia la cúspide, la “corona” (Kéter). Posición
análoga de la corona de Jano, que parece resumir en un poder único y total los
emblemas del poder real y sacerdotal, como el denominado orden de Melquisedec.
139
Juan de la Cruz las consideró símbolo de perfecciones divinas . Rabbí 56

Moisés Cordoredo por su parte relacionó la granada con la valentía, y


San Gregorio opinó que era símbolo de la caridad, que contiene las
demás virtudes, y de la Ecclesia de todos los fieles esparcidos por la
faz de la tierra. Siguiendo su simbolismo sobre la unidad que subyace
en lo múltiple, y situándolas sobre las columnas donde los masones
reciben su salario, la masonería considera que los masones deben estar
unidos por un ideal común como los granos de una granada, y ser
fértiles cuando son esparcidos. Deben formar una cadena iniciática y
de fraternidad unida por idénticos símbolos y ritos. Y además, como
la corteza del granado es tóxica, los masones se elevan desde el
mundo exterior venenoso hasta la altura de un ideal de humanidad.

Las doce columnas o pilares: Según los Ritos el Templo masónico


puede hallarse decorado por doce columnas llamadas zodiacales. Dos
de ellas ocuparían una posición central y corresponderían a los dos
columnas antes mencionadas –B.·. y J.·.- Las diez restantes se situarían
cinco en Septentrión, y cinco en el Mediodía del Templo; siéndoles
asociadas con frecuencia los signos astrológicos correspondientes.57
Estas columnas o pilares desarrollan el simbolismo del número 12
como fundación y sostén de lo celeste en la tierra, tal como se ha
indicado en otro lugar. Por ello completan el orden solar, del Logos,
durante los trabajos masónicos. El pilar como eje del mundo ha sido
asociado a la propia columna vertebral, por ello estos pilares se
relacionan en cierta forma con la función de soporte que ejerce el
verdadero masón. De esta manera, deviene en fundamento de la
Logia, de la Orden, y del universo. Concepto que se extiende hacia la
totalidad si se considera que todos los masones representan soportes

56
La expresión Ar haElohim significa monte de Dios, cuya guematría -296- coincide
con la de Rimón –granada-, así que podemos relacionar este fruto con la idea de
elevación.
57
Existe una concepción tradicional de la astrología relacionada con la estructura de
la bóveda celeste y con el simbolismo que ha devenido tanto desde la antigüedad
clásica, como de las tradiciones judeo-cristianas, islámicas, e incluso orientales. Pero
es preciso delimitarlo correctamente de las desviaciones ocultistas del XIX, y las
tendencias sincréticas que proliferan hasta nuestros días. Los planetas como orden
particular del cosmos también responden a una proyección mental de procesos
mentales y espirituales, aunque igualmente se les ha definido funciones cosmológicas.
Sus significados completos y su simbolismo asociado al número 7 forman parte del
grado de Maestro.
140
vivos del orden cósmico en la Logia, y están asociados a estos pilares
que sostienen la bóveda celeste.58

El ara: También identificado como altar según los Ritos, hace


referencia a un lugar elevado, a un centro y eje por el que la potencia
espiritual se hace manifiesta en un lugar. Se trata de un punto
fronterizo relacionado con todos los símbolos de la verticalidad: el
pilar, la escala, la plomada. Pero además, es preexistente a la aparición
del templo, hasta que fuera preservado con una construcción que
delimitó un espacio geométrico conveniente en torno suyo, un lugar
etimológicamente considerado sagrado, el Templo –templum-.

En todos los templos el ara simboliza la presencia de la Deidad, el


punto axial de contacto, ascenso, descenso entre los distintos planos
de la realidad; así como la materialización del centro primordial,
relacionado con el símbolo del polo –el cenit- y la acción de la
misteriosa “G”. Por ello, constituye el punto de encuentro de las
cuatro direcciones del espacio: Norte-Sur y Este-Oeste, las cardo -
decumanus romanos, y el punto desde donde se despliega el espacio
mismo. Siendo todo cuadrado en torno suyo, imágenes sucesivas del
anterior, más lejanas o próximas del centro mismo.

El ara es al templo lo que el corazón respecto al hombre. Es el nudo


vital o punto sensible que une todos los elementos constitutivos. En la
Logia es el centro espiritual y la pieza central del mobiliario de la
Logia. Como punto más importante en torno al cual gira la vida de las
Logias: apertura de trabajos, iniciaciones, afiliaciones, pases y
exaltaciones, recibe el Volumen de la Ley Sagrada, símbolo de la
Tradición, y por tanto debe ser considerado con el mayor respeto.
Aunque simbólicamente está situado en lo más elevado del Templo,
su lugar físico varía dependiendo del Rito y de los usos de la
Obediencia: el Rito York lo sitúa en el centro geométrico de la Logia,
el Rito Escocés lo sitúa preferentemente próximo a Oriente y a la mesa
del Venerable Maestro; los Ritos de Emulación, Rito Francés y Escocés

58
Una Tradición hebrea menciona a los “justos” como pilares que sostienen el
mundo, y sin cuya existencia la creación se agotaría en sí misma. De igual forma, los
masones verdaderamente iniciados “en el corazón” sostienen la Logia y constituyen
su espacio sagrado.
141
Rectificado lo sitúan en Oriente frecuentemente en la propia mesa del
V.M. También según el Rito contendrá sobre el V.L.S., la escuadra y el
compás, o la espada, símbolo del honor. En cualquier caso, y
asimilando la Logia al templo interno del masón, el ara como centro
de la Logia, donde se encuentra la presencia efectiva del G.AD.U.,
recibe al candidato. Allí, en presencia de sus HH.·., el candidato se
aproxima en busca de la Luz, y frente a las grandes luces, asume todas
sus obligaciones como masón. Por el juramento, el gesto más
importante que anuda al candidato a la potencia divina, y el ara, el
lugar más importante donde se realiza este anudamiento,
descubrimos que el ara es el “ojal”, “puerta estrecha” o “puerta solar”
por donde el hilo o filiación que une al neófito con sus Hermanos
presentes y en el Oriente Eterno, abarca todos los estados del ser entre
sí y los une con el principio mismo.

La escala de Jacob: Encontramos la escala varias veces en los rituales


masónicos con distinta distribución y forma. No obstante, su
simbolismo es universal, y en todo caso evoca la idea de ascensión,
elevación. El principal y más profundo referente para el primer grado
en francmasonería59 lo encontramos en la escalera de Jacob y su sueño
sobre la piedra (Génesis XXVIII, 10-16)60. Episodio que establece una
relación fundamental entre la escala y la piedra de fundación. Del
mismo modo, la escala en primer grado se apoya simbólicamente en el
ara –centro de la Logia-, y más exactamente sobre el V.L.S.
Correspondiendo los tres principales escalones –entre los 70 que se le
asocian- a la fe, la esperanza, y la caridad, siendo el primero de todos
ellos la fe.

Piedra de fundación: Constituye el lugar primordial o nudo vital de


todo templo, que ha sido establecido con la orientación apropiada,
situado correctamente sobre la tierra, y bajo la precisa influencia de
los astros. La fundación de los templos principales normalmente
perdura en el mismo lugar a través de las edades. Son los llamados

59
Ver Tablero de Trazo de Aprendiz
60
“He aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el Cielo;
y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella”. Ante tal visión, Jacob
exclama: “!Cuan terrible es este lugar! No es otra cosa que Casa de Dios, y Puerta
del Cielo”.
142
centros del mundo: Jerusalén, Roma, Constantinopla, etc. Aunque
también cada templo pretende constituir un centro neurálgico menor
hacia su entorno regional, manteniendo y actualizando este arquetipo
de “centro” del cosmos y de lugar sagrado, regular e iluminado. Es en
este sentido que toda Logia está constituida como arquetipo universal
del templo y se sustenta espiritual y vitalmente sobre la piedra de
fundación.
El episodio de Jacob con la
escala ocurre sobre una piedra
de fundación61. No se especifica
cual de las piedras de aquel
paraje utilizó de almohada pero
los comentaristas explican que
eran doce, y que por un milagro
se unieron y se convirtieron en
una sola. Esta es la piedra que
Jacob unció62, y que colocó
como monumento para
anunciar su revelación, ya que
constituye un signo de
totalidad, de reunión de lo
disperso, y del anuncio de la
apertura entre el Cielo y la
Tierra por la aparición de la luz
en la oscuridad brillante del firmamento nocturno. El nombre dado a
la piedra, Bet-El (Betilo-piedra del Cielo), significa “Casa de Dios”.
Nombre que sucedió al que tenía anteriormente aquel lugar, “Luz”, y
que constituye en hebreo -“Makom” (Génesis 28,11)- otro de los
nombres del Santo Bendito, o del Dios encarnado en el hombre, antes
de la experiencia iniciática de Jacob. El vocablo “luz”
etimológicamente viene de “almendra” o “mandorla”; término que
designa el principio de inmortalidad y renacimiento místico

61
“Y encontró un Lugar, y durmió allí porque ya el Sol se había puesto: y tomó de
las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar (Génesis
XXVIII, 19)”.
62
“… se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y
la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre de aquel lugar
Betel, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero (Génesis XXVIII, 19)”.
143
relacionado con la manifestación divina en la Tierra o “Divina
Presencia”, la Shekinah. Esta Suprema Sabiduría (Chohmah, en el árbol
de la vida), se derrama desde el Principio Supremo (Kether),
representado por el círculo y el punto en su centro, y aparece ligada a
los que cruzan la “almendra” o puerta mística de la iniciación, y por
tanto a los constructores de los portales de iniciación63. La piedra de
fundación está íntimamente ligada tanto a las 4 piedras de ángulo
como a la piedra situada en lo más alto del pináculo. Esto se debe a
que el principio de una cosa no es ni una de sus partes entre las otras,
ni la totalidad de sus partes, sino aquello en que todas las partes se
reducen a una unidad sin composición. Así, la construcción
representa la manifestación, en la cual el Principio no aparece sino
como cumplimiento último, lo que analógicamente hace que la
"primera piedra" o "piedra fundamental" pueda considerarse "reflejo"
de la "última piedra", que es la verdadera "piedra angular". En el
simbolismo de las Sefirót, la “piedra de fundación” correspondería a
Yesód [‘fundamento’]; la “piedra angular” correspondería a Kéter
[‘corona’].

4 piedras de ángulo: En la simbología constructiva de los Templos el


edificio se sustenta sobre 4 piedras de fundamento o de ángulo. El
Aprendiz masón es simbólicamente la piedra fundamental que
colocada en el ángulo nordeste inicia la obra. La piedra fundamental
difiere de la anteriormente mencionada piedra de fundación, en que se
coloca a escuadra en el ángulo recto de la construcción, mientras
aquella, marca el centro mismo o nudo vital de la Logia que
determina las mediciones restantes. Las piedras de los demás ángulos
se colocan posterior y sucesivamente según el sentido del curso
aparente del sol, es decir, en el Sudeste, Sudoeste, Noroeste.

Para la masonería operativa, la ubicación de un edificio se


determinaba, antes de iniciarse la construcción, por el llamado
“método de los cinco puntos”, consistente en fijar los cuatro ángulos

63
René Guenón dice en el Rey del Mundo de los templos sagrados: “ son el lugar de
la manifestación divina, representado siempre como Luz”; y es curioso señalar que la
expresión de “lugar muy iluminado y muy regular” que la masonería ha conservado,
parece ser un recuerdo de la antigua ciencia sacerdotal que regía la construcción de
los templos …”.
144
donde debían colocarse las cuatro primeras piedras—ya que la base
era normalmente cuadrada o rectangular—, y el centro o punto de
intersección de sus diagonales, siendo las estacas que señalaban esos
cinco puntos los llamados landmarks. Estas 4 piedras puede decirse
que son rectilíneas y rectangulares (es decir, talladas “on the square”), y
no existen solamente en la base, sino también en un nivel cualquiera
de la construcción, pues además se hallan en íntima correspondencia
con los elementos y los puntos cardinales. De ahí su analogía con el
gammadion y la cruz del Verbo. Pero no deben ser confundidas con la
piedra de fundación, la sumidad central, ni con la piedra angular situada
en la bóveda y eje del arco.

Las extremidades, esquinas o ángulos –rukn- , designan también a las


zonas ocultas, escondidas, tomando un sentido de arcanum –arkàn-.
El-arkàn son ciertamente los cuatro elementos o “bases substanciales”
del mundo, asimilados así a las piedras de base de los cuatro ángulos
de un edificio, pues sobre ellos se construye en cierto modo todo el
mundo corpóreo64. Pero existe un quinto elemento o “quintaesencia”
(estudiado en grados posteriores), que no está en el mismo plano que
los elementos básicos, siendo el principio mismo o ángulo por
excelencia (rukn el-arkàn) donde la multiplicidad de los demás ángulos
se reduce a la unidad.

Pavimento mosaico: A menudo el pavimento mosaico, la orla


dentada, y la estrella flamígera son denominados ornamentos de la
Logia. Nos ocuparemos en este manual únicamente del pavimento y
la orla dentada. El pavimento del Templo masónico ocupa un lugar en
el centro de la Logia. Sus ejes delimitan los pasos regulares, y estos
ejes a su vez están contenidos en un rectángulo áureo. Los
movimientos en Logia están determinados por este espacio,
conteniendo según los Ritos otros elementos como el cuadro de Logia,
los pilares, o incluso el ara.

64
La señal o “signatura” del cuaternario se refiere a los cuatro elementos, los cuatro
puntos cardinales (o las cuatro regiones del espacio que les corresponden, y su
relación con los cuatro “pilares” del mundo), las cuatro fases en que todo ciclo se
divide naturalmente (las edades de la vida humana, las estaciones en el ciclo anual, las
fases lunares, etc.), todas vinculadas entre sí por correspondencias analógicas
rigurosas, pues son aspectos de un mismo “esquema” general de la manifestación y
desarrollo de las posibilidades que ella comporta.
145

Pese a que muchos autores incluyen literalmente este símbolo en el


Templo de Salomón, en realidad en las descripciones del Templo (I
Reyes, 6 y II Crónica 3-4) no aparece el pavimento mosaico. No
obstante, lo encontramos en la superficie de muchos Templos, desde
criptas templarias a catedrales góticas francesas, lo que transmite una
clara intención: mostrar el dualismo que preside todos los pasos que
se dan sobre él, y la unidad que significa el camino en sí, con su juego
de luces y sombras hacia la verdadera Luz. La doctrina pitagórica
enunció esta dualidad en sus diez principios opuestos que recoge
Aristóteles en su Metafísica: finito-infinito; par-impar; unidad y
pluralidad; derecho e izquierdo; masculino y femenino; reposo y
movimiento; rectilíneo y curvo; luz y tinieblas; bien y mal; cuadrado y
cuadrilátero irregular. Así, se manifiesta la dualidad primordial en el
ser humano y la naturaleza. Pero una dualidad que es solo aparente.
La unicidad entre los dos aspectos subyace en ambos, que a modo de
polos o ejes, delimitan la oscilación de la Luz, que se hace manifiesta
por sí misma de las tinieblas. Una operación resumida en el
reencuentro de la vía central hacia Oriente.

Orla dentada, cuerda de 12 nudos: Dependiendo de los Ritos


encontramos estos dos elementos relacionados, y presentes ya sea en
el propio Templo o en el cuadro de Logia. La orla dentada, compuesta
de secciones triangulares entrelazadas enmarca el pavimento mosaico
del Templo y el propio cuadro de Logia; mientras, la cuerda de doce
nudos aparece en otros Ritos enmarcando el cuadro de Logia y
rodeando físicamente el Templo. El significado simbólico general de
ambos elementos es similar y más significativo de lo que
ordinariamente se percibe. En la imagen simbólica de la Logia como
imagen del mundo, tanto la orla dentada como la cuerda tienen la
función de "proteger el mundo de la Luz”, la Logia como espacio
iluminado y regular del mundo de las tinieblas; es decir lo sagrado de
lo profano. Además, "unen" y "ligan" los símbolos y emblemas que
aparecen dibujados en el cuadro, el cual, es considerado como un
espacio sacralizado, y por tanto inviolable –a cubierto-. En este
sentido, la idea de "protección" subyace en el simbolismo de los nudos
y las ligaduras, que por sus formas respectivas recuerdan el trazado
146
de los dédalos y laberintos iniciáticos, y al entrelazado por tanto de los
triángulos.

La cuerda, al rodear el templo por su parte superior, posee una


connotación celeste, confirmada por los doce nudos que aparecen a lo
largo de todo el cordel, los cuales pueden asociarse también a los doce
signos del zodíaco y a las doce columnas que rodean el recinto de la
Logia. Se trata de una representación del "marco" mismo del cosmos,
y una proyección en la tierra del orden celeste; siendo así que fue
utilizado en numerosos recintos, santuarios sagrados, y ciudades, y
por los masones operativos al relacionar esta función con el cordel con
que determinaban la posición correcta de los templos, su orientación,
y las proporciones de sus elementos constructivos.

Piedra bruta y piedra cúbica: Con frecuencia la piedra bruta, la piedra


cúbica y la plancha de trazar de los Maestros son denominadas joyas
inmóviles. Nos ocuparemos en este manual únicamente de las dos
primeras.

En general la piedra bruta y la


piedra cúbica son un símbolo del
ser, de la cohesión y conformidad
del individuo consigo mismo, del
alma, del microcosmos humano,
de la forma que contiene a la vez
que retiene el espíritu. Un lugar
de residencia de la divinidad, que
también marcaría los “linderos”,
así como el lugar o nudo vital en
torno al cual se erigiría el Templo. Si Deucalión sembró las piedras
que dieron origen a los seres humanos, Mitra nació de la piedra que lo
contenía, las piedras fueron transformadas en panes según el
Evangelio, y una piedra brota del vaso de Melquisedec, sin duda una
fuerza espiritual se halla representada mediante el descenso, el
ascenso, y la transformación de la piedra. Si la piedra bruta no podía
representar sino la “materia prima” indiferenciada, o el “caos”, con
todas sus correspondencias microcósmicas y macrocósmicas, la piedra
completamente tallada en todas sus caras representa el cumplimiento
147
o perfección de la “obra”. En el ámbito que le es propio, la emergencia
de la piedra desde el mismo centro vital asociado al corazón, es el
cumplimiento del proceso iniciático que parte desde lo “imperfecto”
hacia lo “perfecto” en todos los niveles del ser humano: moral, ético,
emocional, corporal, espiritual. El nacimiento y renacimiento del
hombre, y en suma su cometido al hacerse masón, consiste en: “ser un
verdadero obrero de la piedra y realizar una obra a escuadra”. Un trabajo
que los Aprendices realizan sobre la piedra bruta, aprendiendo a
tallarla correctamente para convertirla en piedra tallada, en un cubo
perfecto o tetraedro. Así, la piedra bruta representa al hombre en su
infancia, o en un estadio primitivo previo a la enseñanza iniciática. Y
el sillar perfecto o piedra cúbica, es una piedra con forma de cubo o
paralelepípedo, ajustada de forma que solo puede ser comprobada
con la escuadra y el compás.

La piedra, en su densidad y peso, ha sido considerada como imagen


de lo perenne, no sometida a las leyes del cambio y la extinción, y
antítesis de la arena, el polvo, como aspectos de la disgregación.
Símbolo de la unidad y la fuerza, cuando se halla rota o no ha sido
cortada en la forma apropiada, se refiere al desmembramiento, la
disgregación, la enfermedad y la muerte. Es en cierta forma la
solidificación del ritmo creador, luz coagulada según los antiguos
tratadistas, y se la relaciona desde la antigüedad con el origen de la
vida y cierto carácter ctónico. No son pues masas inertes, sino piedras
vivas que han completado o cristalizado un ciclo, y cumplen una
función en las relaciones entre el cielo y la tierra. Ejemplo de ello son
las piedras caídas o exiliadas del trono celeste –la Kaaba, la piedra
negra de Pessinonte, el Palladium de Troya, la piedra saturniana
“Abadir”, o el propio Graal-, las piedras vivas o piedras preciosas
nacidas de la roca, los ónfalos, los betilos65, los pilares, la piedra ligada a
la coronación de los reyes en Escocia, la propia piedra filosofal66, e

65
Del hebreo Beith-El (Casa de Dios), que podemos identificar con las leyendas
masónicas de la piedra de fundación y la escala de Jacob. Y que guarda estrecha
relación con Beith-lehem (casa del pan).
66
Los tratadistas identifican también las piedras, a la que se suma la piedra filosofal,
con la obra hermética. La materia aparece en sus componentes filosóficos: sal, azufre
y mercurio, en el centro de la Tierra, y su hallazgo es un descenso, un viaje nocturno
por el laberinto, una peregrinación y unas purificaciones. En el interior de la Tierra, en
lo más profundo de la naturaleza mineral del hombre, aparece el llamado fuego
148
incluso las herramientas de piedra de Thor y Parashu-Rama (el
martillo y el hacha respectivamente).

En el origen era la piedra negra –bruta- descendida del cielo, signo de


la actividad celeste, la que daba forma al tabernáculo (además de las
construcciones megalíticas, los altares, los oráculos, etc.), reuniendo la
perfección del estado original. La obra humana, devenida en arte de la
construcción, sacralizará la piedra tallada y las operaciones
geométricas, dispersando elementos y reunificándolos en una forma
armónica estable y perenne. Un soporte para la Presencia Divina y las
influencias espirituales, completado con el simbolismo de las piedras
vivas, que recubren y ornan el templo, y que corresponden a los que se
hallan en la fe del Gran Arquitecto.

Esta piedra es la primera materia, en cierta forma la materia pasiva e


indiferenciada (la hylé de los griegos). Como principio sustancial del
cosmos y de la naturaleza simbólicamente es el primer material de la
obra, por lo que hay que reencontrarlo bajo las excrecencias de la
materia manifestada: los minerales pesados, los metales, los añadidos
calcáreos, etc., que en el lenguaje moralizante queda expresado por los
prejuicios, la ignorancia, los fanatismos, las ambiciones, el vicio. La
piedra no tiene forma alguna cuando se extrae de las canteras. Su
forma surge ciertamente de un caos mineral que contiene todas las
perfecciones y potencialidades. Por ello la piedra bruta representa
tanto las imperfecciones que aun ahogan la piedra perfecta, como la
belleza formal oculta de esta piedra que es preciso liberar para que
pueda ser útil al Templo. La habilidad e inteligencia del masón en el
tallado y desbastado se suma pues al método o arte transmitido
regularmente. Ningún ruido de metal se oyó durante los trabajos de
extracción de las piedras. Así que sin la forma de la que es susceptible
sería finalmente apartada de la construcción y de su destino, pues fue

central de la naturaleza, que en conjunción con el celeste, transforma los minerales de


la construcción, produciendo la fijación en “sal” de las energías iniciadas por la
acción en la piedra de los elementos. El conocido “solve et coagula”. En este proceso
la piedra es separada en cuatro elementos, pilares o ángulos del edificio, y sometida a
la rotación de los elementos. El “cuerpo” de la piedra, el mineral y metálico, se
desprende de sus escorias, libera la luz oculta en su seno, y adquiere la substancia
incorpórea que constituye el “cuerpo resucitado” de la piedra. El cubo o piedra blanca
perfecta ha reaparecido.
149
dicho: “Aquel que caiga sobre esta piedra fracasará, y aquel sobre el cual
caiga, será confundido y dispersado”.

En la acción constructiva el tallador recibe la piedra del cantero, la


coloca, la modela primero con una piqueta para desbastarla y después
la termina con una escoda. Usando para todo ello el mazo, el cincel, y
la escuadra posteriormente. Esta actividad humana sobre ella,
devenida en actividad celeste por el conocimiento divino, y cuya
naturaleza como dicen los antiguos documentos es enteramente de
naturaleza espiritual, la ennoblece convirtiéndola en apta para la
construcción y para servir como piedra fundamental del edificio en el
ángulo nordeste67.

La piedra cúbica, Kybélê, puede considerarse como la “Virgen blanca”


que sucede a la “Virgen negra”, origen y potencialidad de toda
manifestación. Si la consciencia del tránsito por los estados inferiores
y oscuros del estado humano, manifiesta y agota posibilidades no
desarrolladas, antes de ser posible una realización en los estados
superiores, la “blancura del cubo” es la “puerta” de acceso al Templo,
el desarrollo concluido de las posibilidades de expansión. El cubo es el
acabamiento de un ciclo. Piedra de estabilidad, de equilibrio, de
fundación, materializa incluso la totalidad de la esfera, del círculo de
la totalidad. Libre de minerales pesados o metálicos, la piedra blanca
sin mancha cuyos sus ángulos rectos muestran la universalidad de la
manifestación terrestre, y cuya forma contiene todo el simbolismo del
cuaternario, de la cruz, del cuadrado y del rectángulo, está formada a
imagen del hombre y de la naturaleza. Constituye pues el modelo
universal y fundamento de toda ciencia del hombre, y deviene en
modelo de perfección para el resto de obreros, sobre la cual han
aplicado escuadras, niveles, plomadas. Simboliza la plenitud y
perfección del hombre que, después de toda una vida recta y virtuosa,
no puede ser más que probada y aprobada por la escuadra de la
Palabra de Dios y el compás de su propia conciencia.

67
En el Evangelio Pedro –Petrus- es la piedra (Kephas), la piedra fundamental del
edificio, que será coronado en el pináculo del Templo por el propio Cristo-Gran
Arquitecto. Esta piedra y su situación de ángulo se denomina rukn en árabe, ro'sh
pinnah en hebreo, y en los documentos masónicos ingleses corner-stone.
150
Mallete: El Venerable, el Primer y el Segundo Vigilantes portan
malletes durante las tenidas como símbolo de su autoridad. Su uso
ritual varía levemente según los Ritos, pero ostentan idéntico
simbolismo. Los malletes ostentan el gobierno de la Logia; durante los
trabajos mantienen la disciplina en los trabajos, el silencio en las
columnas, regulan la palabra y ejercen un notable simbolismo acústico
en sus golpes rítmicos para las aperturas y cierres en cada grado.
Como objeto de poder debe usarse con ponderación, justicia, equidad,
sin abuso, ni violencia68. El abuso incluso acústico puede perturbar la
armonía del ritual.

En el primer grado el mallete representa una de las herramientas del


Aprendiz, siendo complementaria del cincel en el desbaste de la
piedra bruta.

El Nivel: La escuadra, el nivel y la


plomada se han designado como joyas
móviles, al ser portadas por los
oficiales durante los trabajos y ser
transmitidas como insignia del oficio.
Si la escuadra ha quedado expuesta
anteriormente y es la joya del V.M., el
nivel puede decirse que es un
instrumento para trazar la línea
horizontal. Como herramienta
tradicional el nivel se constituye de
una escuadra justa cerrada de cuya cima pende una plomada que
determina el punto medio entre los extremos; determinando la
horizontal sin dejar de indicar la vertical, e indicando un tránsito y
una evolución en el conocimiento.

El nivel asegura que la obra levantada desde los cimientos no tenga


desniveles, sea firme y estable, reflejo de un verdadero trabajo interno.
En el trabajo de Logia corresponde a la joya del Primer Vigilante,
expresando la rectitud y la igualdad entendida como puesta “a nivel”

68
En la mitología son abundantes las referencias al mazo como instrumento de ciertas
divinidades celestes, siendo usado para hacer luz sobre las potencias de las tinieblas y
establecer el orden cósmico.
151
tras la ascensión por la vertical, indicando así que el crecimiento y la
elevación se expanden al llegar a la madurez. El nivel enseña desde el
punto de vista moral la perfección del equilibrio, transmite la
estabilidad y fructificación de nuestras aspiraciones, además de la
igualdad que reina entre semejantes.

La plomada: Es un instrumento consistente en un hilo que pende de


un vértice de arco y termina en un plomo. Se utiliza para trazar la
vertical, para elevar las perpendiculares sobre sus bases, y está ligado
al equilibrio de la construcción, a la perfecta elevación.

Su simbolismo está relacionado con el “polo”, y el “eje del mundo”, y


representa la actividad celeste. El propio Gran Arquitecto pende una
plomada para decantar los destinos del hombre y la edificación de sus
sociedades. Y de la misma forma, en algunas logias, una plomada
cuelga desde el mismo cenit de su bóveda celeste hacia el centro de la
Logia, expresando la unión de los polos celeste –cénit- y terrestre –
nadir-. Así pues, la plomada es el emblema de la función cósmica del
hombre universal, y el eje que une los diferentes planos de la
existencia, simbolizada por la horizontalidad de los puntos cardinales.
Este eje reúne los mundos, unifica la multiplicidad; por él desciende el
efluvio celeste necesario para la apertura de la Logia, así como para la
creación del iniciado, que se efectúa según el modelo cósmico de la
Creación.

El simbolismo del eje se relaciona con la columna vertical, en el


sentido de evolución y progreso espiritual69, pero también con la
escala70, por la cual se asciende y desciende del cielo a la tierra;
aspecto a su vez vinculado con la profundidad y el ascenso en el
conocimiento, que abarca desde lo profano -el inframundo- hasta lo

69
De ahí la importancia de la columna truncada en el primer grado del Rito Escocés
Rectificado, que representa al hombre caído que debe reencontrar su noble origen y la
vía del espíritu. Además, un nuevo masón es llamado coloquialmente “un nuevo
pilar” para la Logia, y pasa a ocupar un sitial entre las columnas del Templo,
ejerciendo de sostén de la bóveda celeste y de las columnas del Templo. El pilar o
columna, como “fundamento”, se relaciona en el simbolismo del árbol sefirótico con
“yesod”, situado frente a las “dos columnas”.
70
Este símbolo tiene estrecha relación en la masonería con la escala de Jacob. Ver en
este apartado.
152
sagrado y lo celeste. La plomada desciende hasta lo más recóndito de
la conciencia del hombre, de su estructura sutil, previene las
desviaciones oblicuas, comprueba la perpendicularidad de la
edificación interior, señalando un eje invisible, no por ello menos real,
que mantiene en equilibrio toda la estructura universal. La plomada,
además de modelo de la rectitud y verdad, representa al principio
activo que impulsa el crecimiento evolutivo, el recto progreso de las
justas aspiraciones. Señalando mediante el esfuerzo personal, los
senderos de la virtud frente a las inercias de los instintos y las
pasiones.

Corresponde en el trabajo de Logia a la joya del Segundo Vigilante,


indicando la integridad de las decisiones que debe tomar junto con el
V.·.M.·. para regir y gobernar la Logia.

La regla: Del latín regula su significado es “regla que sirve para poner
derecho, en escuadra”, o “patrón”, que a su vez deriva de rego:
“dirigir”, “gobernar”, “guiar”, y “derecho” (horizontal o
verticalmente). Es un útil empleado como instrumento de evaluación
para el trazo de líneas rectas, y por tanto de la manifestación universal
por parte de numerosos mitos. Permite establecer el plan director del
edificio y de verificar la ejecución correcta. Sin la regla la obra sería
improvisada y caprichosa, las artes serían defectuosas, y las ciencias
adquirirían sistemas incoherentes; la ley sería arbitraria y opresiva, y
toda especulación sería oscura e improductiva. Su función de medida
lo refiere todo a la unidad. Da al edificio su equilibrio, sus
proporciones, y su armonía.

La regla es símbolo de la medida del ser, de su idea, y de la


realización de su idea. Representa la rectitud, el perfeccionamiento, la
constante rectificación, la conciencia íntima del ser. Puede llegar a
constituir un canon regulador y racional para el individuo, y diversos
grupos humanos (regla-regularidad). Por ello las diversas Órdenes
han adoptado una regla como sinónimo de regulación, constituyendo
el instrumento que construye y fija los linderos de una vía espiritual
153
trazada . La regla de Abraham denomina a la espiritualidad pura y
71

liberal de los orígenes, en la que el individuo hace su ser conforme al


ser absoluto.

El emblema de la Orden masónica ha contenido el compás, la


escuadra, y la regla entrecruzados. Con frecuencia en las
representaciones modernas la regla ha sido sustituida por la estrella
flamígera por relaciones simbólicas que son ampliadas en el grado de
Compañero. En cualquier caso esta presencia iconográfica indica que
la masonería está “reglada”, y que se halla en estrecha relación con la
escuadra, por su significado común de medida, y con el Volumen de
la Ley Sagrada, símbolo de la Ley, que es la regla espiritual. Puede
decirse entonces que la regla es el equivalente del V.L.S., bajo la forma
de herramienta.

Como herramienta aparece en el grado de Aprendiz de forma más o


menos evidente según los Ritos. Es el instrumento para aplicar los
modelos (conocimientos) que son transmitidos, de forma que la acción
de otros útiles no resulte destructiva, defectuosa, o arbitraria. La regla
es estática e inflexible, su longitud -24 pulgadas- se ha fijado según las
leyes de la naturaleza, por ello representa los principios de vida
manifestados que rigen las proporciones entre los seres; la medida del
ser en suma, y de su Idea. Su función es mesurar72, calcular, decidir lo
que hay que preservar, constituyendo la base fija de la acción de los
útiles. La división en 24 grados obedece a las divisiones del ciclo solar,
manifestación de la actividad celeste, y de los propios “rayos solares”.
En una interpretación “moral” correspondería también al día del
masón, cuyas horas deben ser empleadas y trabajadas de forma útil y
en la proporción adecuada: trabajo, descanso, estudio, ejercicio de la
virtud.

71
San Agustín dice: “todo ha sido hecho según una regla, que da a cada ser, peso,
forma y medida”.
72
La palabra “medida” (del latín mensura) deriva de la raíz men-, de la cual derivan
vocablos en diversas lenguas que designan a luna (mène, moon, mond), a la facultad
racional (manas, mens, mind), y la memoria (mnêsis), y a esa raíz pertenecen también
las ideas de división o reparto e incluso el nombre de Minerva según etruscos y
latinos.
154
Imágenes de Minerva, Hércules, Venus: En el R.E.A.A. el simbolismo
de la sabiduría, fuerza, belleza, se complementa respectivamente con
las imágenes mitológicas de Minerva (en Oriente), Hércules
(Occidente), y Venus (Mediodía); y su sentido mitológico queda
asociado tanto a la cualidad de cada una de estas luminarias -
sabiduría, fuerza, belleza-, como al Venerable Maestro, al Primer
Vigilante, y al Segundo Vigilante. De forma secundaria, y a través del
V.M. y de cada Vigilante, cada figura puede asociarse al Aprendiz –
Venus, la belleza-, al Compañero –Hércules, la fuerza-, y al Maestro –
Minerva, la sabiduría-. Siendo importante no confundir la fuerza de la
voluntad individual que representa Hércules, en la consecución de los
12 trabajos, con la Palabra Sagrada cuyo significado corresponde a “mi
fuerza está en Dios”.

Lewis: Utensilio muy presente en los Ritos y trabajos de origen inglés,


el Lewis se compone de ciertas piezas de metal encastradas en una
piedra mediante un ensamblaje en cola de milano formando un
gancho. Combinado con un ingenio mecánico, tal como un sistema de
poleas, permite al masón levantar, sin gran dificultad, cargas pesadas
hasta una cierta altura y fijarlas sobre sus propias bases. Su significado
se asocia a Luvetón, como hijo del masón que es elevado, y se
relaciona con la palabra fuerza. Estando situado muy próximo al
Segundo Vigilante.
155
Espadas: En la masonería las espadas también pueden recibir el
nombre de aceros. El acero es parte de la actividad que realizan las
Logias en sus Templos, para simbolizar la fortaleza y el temple de
ánimo de los francmasones, para resistir las pruebas de purificación, y
sobre todo como representación del Logos, de la verdad y la justicia,
que se hallan presentes en toda acción masónica. Su aspecto es simple
y desnuda en todo su ornamento salvo la presencia de algún grabado,
la hoja recta y la guarda en forma de cruz trebolada.
Su uso en Logia, prescrito en el ritual de cada Rito, está limitado a
ceremonias y acciones rituales, no debiendo empuñarse
arbitrariamente. Como símbolo del poder, la fuerza, y la Luz que
dispersa toda oscuridad, simboliza la rectitud y la fe en la Palabra.

Emblemas: En ciertos Ritos encontramos escudos o blasones en cada


grado, que contienen el depósito simbólico-iniciático del mismo, y que
operan como jeroglífico mental a través de sus figuras y colores. Los
blasones marcan una frontera, una separación, entre los que acceden a
su comprensión y los que no. Así que actúan como escudo defensivo
de las señas de identidad frente al mundo exterior. Transmiten por
generaciones el linaje iniciático heredado. La masonería impulsó la
emblemática de los siglos XVI al XVIII como fuente del conocimiento
simbólico, y creó emblemas para sus tableros de trazo y adornos de
todo tipo. Se denomina emblema a todo ideograma figurativo, que
generalmente va acompañado de una divisa que explica su sentido o
amplía su enigma. Su sentido profundo está velado, y solo es revelado
por analogías creadas por el discernimiento del alma en lo invisible,
más que una aclaración discursiva. Las divisas masónicas que
acompañan los emblemas son sentencias que encierran una enseñanza
de carácter general asociado al misterio simbólico de la imagen. Más
que aclararla pretende incitar a la reflexión sobre uno mismo: “Ordo
Ab Chao”, Post Tenebras Lux”, “Adhuc Stat”, “Se es señor de lo que se calla
y esclavo de lo que se dice”, etc.

Tablero de trazo del grado: Según los Ritos, varía el oficial que
despliega y cierra el cuadro de Logia a la vista de todos los HH.·. , y la
situación del propio cuadro: bien en el centro de la Logia entre los 3
pilares o luces, bien apoyado verticalmente en el sitial del Segundo
Vigilante En todos los casos su significado permanece idéntico para la
156
sacralización del espacio masónico durante la apertura y el cierre de
los trabajos.

El origen de este cuadro, y


del rito que lo acompaña, se
remonta a la antigua
masonería operativa. Pero a
diferencia de lo que ocurre en
la actualidad, el cuadro era
trazado directamente en el
suelo al iniciar los trabajos
(de ahí el término tablero de
trazo), y borrado una vez que
finalizaban73 .

El cuadro de Logia es
indispensable en una tenida
masónica. Representa los
elementos esenciales del
Templo, e incluso sus
dimensiones guardan una
escala con la proporción
áurea de la Logia. Se trata de una manifestación en el plano material
del arquetipo del Templo, con un trazado perfectamente ordenado
que pretende transmitir una dimensión cósmica, de totalidad. Cada
grado masónico posee su propio cuadro, que como conjunto de
emblemas y símbolos recoge lo esencial de la enseñanza iniciática del
grado correspondiente, y conforma una síntesis visual y geométrica.
Como tal, el cuadro de la Logia constituye un soporte de
contemplación y concentración especialmente adecuado para
favorecer el despertar de la intuición intelectual, con la que se
aprehenden directamente los principios de orden cosmogónico y
metafísico que dicha enseñanza expresa y transmite. El cuadro, no
contiene una simple expresión de símbolos, sino que como espacio
encuadrado y sagrado, organiza alrededor de un “centro” arquetípico

73
El trazo sobre el pavimento, o superficies físicas diversas de dibujos y figuras
simbólicas, ha sido una práctica bastante habitual entre culturas tradicionales.
157
-a modo de tierra santa y corazón del hombre- una jerarquía de
funciones representada por cada elemento. Un orden, mediante la
representación figurativa, que deviene en receptáculo de la influencia
espiritual en la masonería. 74

Simbolismo de la recepción del Aprendiz

Aplomación

Pedir ser recibido masón es una decisión solemne. Una vez que se ha
dado el primer paso y visto las grandes luces, es imprescindible ser
consecuente con el compromiso adquirido, ya que todo acto tiene su
consecuencia. Por ello el proceso de admisión adquiere una especial
relevancia tanto para el candidato como para la Logia.

Para ingresar en francmasonería el candidato ha debido someterse al


proceso de aplomación de la Logia. Este proceso consiste en
determinar la idoneidad del candidato a la iniciación y a su posible
integración en Logia. Simbólicamente este proceso asimila al
candidato al plomo, un metal pesado, poco imantable,
tradicionalmente atribuido al dios separador (Saturno), al caos
primordial, que pese a su forma grosera –en analogía con la piedra
bruta- es la materia de la obra en cuyo seno reposa oculta y ahogada la
fuerza espiritual, y toda posibilidad de transformación. Por la
transformación del plomo75 en piedra cúbica se entiende la superación
de las limitaciones individuales, prejuicios adquiridos, para acceder a
un plano universal.

Según los reglamentos y costumbres de cada Logia el proceso de


aplomación tendrá ciertas especificidades. De igual manera según los

74
En lo que se refiere a su función simbólica, algunos autores masónicos han
comparado el cuadro de la Logia con los mandalas y yantras orientales, cuya
contemplación se acompaña muchas veces de la recitación de palabras sagradas o
mantrams que aluden a los nombres de las energías divinas creadoras del orden
cósmico, y que se concretiza en la estructura geométrico-simbólica del mandala.
Según los Ritos el Cuadro de Logia deviene en “centro geométrico” del Templo
donde se cumplen las circunvalaciones rituales y donde se anuda la cadena de unión
fraternal, rito por el que se invoca la presencia creadora del G.A.D.U.
75
También llamado mercurio primero, y que devendrá en piedra filosofal.
158
Ritos los padrinos o el Hermano Presentador del candidato adquieren
especial relevancia en la ceremonia de iniciación y durante el resto de
su vida masónica.

Recepción y preparación

Se ha comparado la recepción de un masón en el trabajo arquetípico


del Templo de Salomón con un segundo nacimiento, con la salida de
una gruta o caverna, un peregrinaje por bosques, caminos, laberintos;
una bajada al inframundo, al útero de la magna mater; una
purificación, una rectificación, un ascenso; e incluso una conquista.

La verdadera preparación de un candidato76 a ser recibido masón se


produce en el corazón, centro vital y universal del hombre universal,
representado por un triángulo invertido a modo de copa. La profunda
intuición y pensamiento de que es preciso buscar respuestas a las
muchas inquietudes existenciales, éticas, y filosóficas, es el impulso
primordial que habrá de llevarle hasta tocar libre y voluntariamente
las puertas del Templo. No obstante deberá hacerlo totalmente libre
juicios previos, ideas preconcebidas, con predisposición a aprender el
método masónico y de sus Hermanos.

Dependiendo de los Ritos la cámara de preparación va desde el


“gabinete de reflexión” como gruta subterránea, una cámara intermedia,
una estancia oscura contigua a la Logia libre de símbolos, o
simplemente un lugar tranquilo donde el candidato espera y
reflexiona. Algunos inciden en la preparación psicológica mientras
otros le otorgan significados espirituales, y asociaciones alquímicas
con la prueba de la tierra. En los Ritos que usan elementos simbólicos en
la cámara de preparación: R.E.A.A., R.E.R., R.F., estas diferencias se
plasman en el uso variado de los símbolos, algunos de los cuales
proceden de otras ramas tradicionales como la agricultura y la

76
Candidatus hace referencia al término romano candidus, que era un vestido blanco
que se ponían quienes aspiraban a un cargo o a una dignidad. Alude al blanqueado y a
la pureza necesaria para recibir la iniciación. El color blanco como signo de la luz es
un “atuendo del espíritu” que simboliza para la masonería "la reputación", “las buenas
costumbres”, que el profano debe mostrar como una toga cándida en público y en
privado.
159
metalurgia. A pesar de su interés vital y esencial remitimos al ritual de
cada Rito para una descripción específica.

El candidato, antes de ser conducido a la sala de preparación, recorre


con los ojos vendados y guiado por el Experto o el oficial
correspondiente al Rito de la Logia, un pasaje desde el mundo
profano hasta el mundo intermedio donde no puede internarse solo,
pues es un lugar terrible (Makon) de revelación. El candidato debe
pasar desde las luces ilusorias del mundo profano, a la oscuridad y el
silencio donde deberá despertar la luz dormida de su más profundo
ser. Para ello debe disolver la inercia desordenada y los metales
pesados que ahogan su piedra, y comenzar un recorrido purificador y
ordenado hasta recibir la luz.

La reflexión, flexión o movimiento “especular” sobre sí mismo,


marcará el movimiento de la luz en masonería. A partir de los reflejos
lunares de la luz color plata, primeros estadios de lo mental y lo
imaginal, el iniciado trascenderá la facultad discursiva para
aproximarse a discernir la claridad vital solar. En algunos Ritos esta
primera negrura representa el acceso a este mundo imaginal de las
formas, el “iesod” cabalístico situado frente a las columnas B.·. y J.·. , la
activación de la primera obra hermética, del régimen de Mercurio que
anuncia del día y agita el caos de la piedra hasta situar al candidato
ante la puerta –janua- solsticial; una puerta que sostiene el cosmos
ordenado de la francmasonería. La cámara de preparación o reflexión,
es en todo caso, un lugar de separación, aislamiento, reflexión,
introspección, desvinculado del exterior, recapitulación de los estados
precedentes, y de detención de las referencias temporales. Un espacio
sin luz donde comienza la renovación iniciática, donde el hombre se
transforma rectificando lentamente su materia prima imitando la obra
divina.

La preparación física del despojamiento de los metales se refiere a este


desprendimiento de los metales y minerales que aprisionan el
verdadero cuerpo de luz. Significado esencial que también vemos
expresado a otros niveles como el propósito de liberarse del
aprisionamiento por el propio ego, las ideas preconcebidas, los
prejuicios, las ambiciones, honores, posición social, y todo
160
pensamiento profano frente a la puerta del Templo, para que sean las
calificaciones internas del hombre las que reciban la influencia de la
experiencia iniciática.

En el simbolismo de la antigüedad se identificaba además que cada


metal estaba regido por una energía cósmica representada por cada
planeta, y éstos determinaban el destino y las pasiones humanas. Los
iniciados eran impelidos a dejar atrás sus pasiones y prejuicios, así
como a privarse de llevar metales encima para no producir
perturbaciones en las influencias celestes.

La venda es un antiguo uso para representar un estado de ignorancia,


de oscuridad. El despojamiento de la vista como sentido externo
posibilita un cambio de eje y de plano a través de una desorientación
transitoria. De esta forma el candidato también se prepara
adecuadamente para recibir una transmisión regular. El velo indica la
separación entre la conciencia del iniciado, y su búsqueda del
verdadero conocimiento respecto del resto del mundo profano.
Apunta igualmente a una incipiente consciencia de que esa oscuridad,
ese caos primordial, es ya parte indisoluble de los primeros fuegos de
que actúan sobre la primera materia.

El despojamiento metálico acompañado de toda clase de adornos


sociales incide en el abandono y el desnudo simbólico de todo lo
aparente. Y remite también a la alusión bíblica de que no se usaba
nada metálico en la construcción del Templo de Salomón. Pues nada
hecho de “metales” puede emplearse en el trabajo entre los Hermanos
de la Logia. El ritual se efectúa desnudo, solo con la conciencia, para
poder hallar la fuente de esa Luz que está más allá de todo “brillo
engañoso”. Este despojamiento de determinadas ropas y zonas del
cuerpo no es idéntico en todos los Ritos, y en cada uno, sin perder la
idea esencial, adquiere significados e intenciones diferentes que deben
ser referenciados a cada Rito y sobre los que no podemos entrar en
este espacio.

Los Ritos que efectúan el testamento, o unas preguntas, ya sean como


símbolo de una muerte simbólica, ya como toma de conciencia del
hombre caído y de sus deberes, este signo de las voluntades profanas
161
será disipado en las llamas purificadoras una vez recibida la Luz.
Representando en ese momento un nuevo pacto o alianza que
prosigue los anteriores: Noé, Abraham, Moisés, etc. hasta el Antiguo y
el Nuevo Testamento.

La soga alrededor del cuello de algunos Ritos posee un simbolismo


doble. Representa una completa aceptación de las condiciones para
ser probado masón, y un lazo que une al guía experimentado e
iniciado con el mundo profano que aun arrastra el candidato. Toda
cuerda “ata”, y en cierta forma el candidato es atado a la filiación o
cadena iniciática que se remonta hasta los antiguos masones, y al
fundamento mismo de la Iniciación, a la vez que aun está sujeto a las
inercias de su anterior vida como profano.77

El candidato deja la oscuridad para beneficiarse de un ascenso por el


árbol de la vida, una profundización en las cámaras del Templo, en
busca de la Luz de una nueva existencia. Pese a la “virtualidad” o
“iniciación figurativa” de la ceremonia, es fundamental asumir que la
iniciación no es una mera formalidad, sino que puede llegar a ser en el
corazón del hombre una genuina epifanía, que dote de un nuevo
sentido y trascendencia a todos y cada uno de los actos y

77
La ambivalencia de la cuerda advierte del estado de dependencia que aún mantiene
con el mundo profano, del que procede y del que deberá desvincularse. Pero, al
mismo tiempo, la cuerda que le anuda representa el "lazo iniciático" que a modo de
"cordón umbilical" sutil liga el ser más profundo e interno del masón con su Principio;
unión que sólo se hace efectiva una vez se ha asumido íntegramente la realidad
sagrada y metafísica contenida en la enseñanza iniciática. Sin embargo, este
anudamiento debe incluir previamente un "des-anudamiento" o un "des-enlace" con lo
que en ese ser hay de más externo y periférico. Esta doble operación de "des-anudar"
y "anudar" es idéntica al “solve et coagula” de los hermetistas, consistente en separar,
o "des-ligar", lo "espeso de lo sutil", lo profano de lo sagrado. Con la disolución o
muerte a un plano inferior, se produce simultáneamente la coagulación o nacimiento a
un plano superior, lo cual constituye un proceso arquetípico que va señalando las
diferentes etapas por las que transcurre la iniciación. Esta es la razón por la que el
significado de los lazos se presta a una ambivalencia que, por otro lado, es
consubstancial a numerosos símbolos. En efecto, existe un cierto aspecto "negativo"
de los lazos y los nudos, pues en ocasiones éstos, en lugar de simbolizar la unión
permanente y armónica entre todos los estados del ser, traducen, por el contrario,
determinadas trabas o ataduras psicológicas que suponen un serio obstáculo en la
realización interior. Recordemos, en este sentido, el "nudo gordiano" de la leyenda de
Alejandro Magno, que algunos tratadistas masónicos consideran resuelto por la acción
de la “espada” –logos- del masón.
162
responsabilidades del nuevo Aprendiz. La entrada simbólica por la
puerta, entre columnas, debe ser para el candidato un movimiento
real desde “fuera” hacia “dentro”, desde lo exotérico a lo esotérico,
desde el mundo material de la cantidad y de la sensación, al mundo
del espíritu.

Plegaria

Con idéntico simbolismo al de apertura y cierre de trabajos78, antes de


comenzar la iniciación, la cual se consagra al G.A.D.U., algunos Ritos
suelen incluir que el candidato y la Logia se recojan en una plegaria
para invocar la protección y ayuda que posibilite la realización de la
transmisión iniciática.

Circunvalación y viajes

Circunvalación significa caminar alrededor de algún punto central u


objeto. En francmasonería, este acto se ejecuta normalmente siguiendo
el sentido de las agujas del reloj –dextrorsum-, y siguiendo el curso
del sol en su meridiano. No obstante algunas reminiscencias del
simbolismo polar han perdurado en los usos de algunas Obediencias:
circunvalación inversa, refuerzo del simbolismo de la plomada y de la
letra “G” que pende sobre el tablero de Logia. La circunvalación en
masonería resalta el eje cósmico de la logia tanto como enmarca la
función de los elementos situados en el centro de la logia: los pilares,
el cuadro de Logia, el altar en el Rito York, etc.

El viaje del candidato tiene como finalidad que los Hermanos puedan
observar que está debidamente preparado y cualificado para ser
recibido masón. Pero en realidad es la trayectoria del propio sol, el
acceso por las puertas del Templo y el encuentro con sus guardianes,
y en otros Ritos la acción rotativa y purificadora de los elementos
sobre la piedra. Esta trayectoria se asemeja a antiguas prácticas como
el recorrido del laberinto, el traspaso del umbral, el tránsito por las
estancias del Templo, y los peregrinajes, tanto en un sentido espiritual
como físico: giros, avances, paradas. Y es en ese sentido que se

78
Ver Simbolismo de la apertura y cierre de la Logia.
163
asemeja a una reordenación geométrica con el sentido cósmico, y una
exploración de los límites del mundo manifestado, de la
circunferencia trazada de su propia vida.

La marcha del candidato hacia Oriente, a través de la cosmogonía del


Templo, es paralela al desarrollo expuesto en la acción de los
elementos y el tránsito por las estancias del Templo. Los límites de
este manual impiden el desarrollo extenso de todas las variantes que
proponen los Ritos, y su rica explicación simbólica. Sin embargo
remitiremos a las exposiciones ya realizadas en este manual.79

79
Ver Sección V “Simbolismo”, acerca del Templo de Salomón, la Logia de San
Juan, la piedra.
164
El juramento masónico

El juramento es el corazón del compromiso del candidato con la


Orden, y por él asume obligaciones y responsabilidades solemnes, la
cuales le acompañarán el resto de su vida. Se realiza de forma visible
y audible para que la asamblea evidencie la sinceridad de sus
propósitos, y quede trazada de forma sutil en el Plan del G.A.D.U.

La francmasonería evidencia que este tipo de compromiso no es sólo


de carácter personal sino que implica a toda la Orden, en el presente y
en el futuro. Siendo una herencia de prácticas similares que han
posibilitado que la transmisión iniciática de la masonería haya llegado
hasta nuestros días. Para realizarla, el candidato se aproxima al ara en
busca de la Luz, y allí, frente a las grandes luces, asume todas sus
obligaciones como masón, en presencia del Gran Arquitecto y sus
Hermanos.

Presentación del mandil de Aprendiz

Un masón no es un mero “teórico” sino un hombre que ha alcanzado


el arte de aplicar sus ideas y convicciones teniendo la verdad y la
justicia como guías. Por ello el mandil es el principal emblema de un
masón, ya que hace referencia al trabajo que deberá realizar sobre sí
mismo y su realidad cotidiana.

El mandil, hecho de piel de cordero80, y curtido en blanco con solapa o


“baveta”81, está íntimamente asociado al desbastado de la piedra.
Cubriendo los centros sutiles, protege al masón de las asperezas y
salientes superfluos. Pero al representar la blancura de la inocencia,
también aísla la piedra de los instintos, las pasiones, y emociones.
Dada la identidad entre el individuo y la piedra, el aislamiento se
corresponde con una purificación del alma, una intención, un

80
La realización del mandil con piel de animal representa simbólicamente una
segunda piel para el que lo porta, un regreso a origen primordial. En hebreo “piel” es
“lo aun sin luz”, por ello en las alegorías judeocristianas Adán y Eva son revestidos
con túnicas de piel que ocultan su verdadera naturaleza. Sin embargo, cuando
“renace” por la iniciación, revive de su tumba el “cuerpo místico” primigenio desde la
“tierra adámica”. Concepto cercano a la vesica piscis, kadosh, y Luz.
81
Neologismo masónico español derivado de la palabra francesa “bavette”.
165
pensamiento, una acción limpia, honesta, sincera. El Aprendiz es
inocente a su entrada a la Orden y así debe ser su andadura, caritativa
hacia los demás Hermanos. No debe permitir que el profano que ha
sido regrese con sus defectos, y no debe asumir los defectos e
imperfecciones de otros Hermanos. Al contrario, debe trabajar
pacientemente la piedra al pie de su columna con sus herramientas,
dejando que le guíen las Luces de la masonería, y asumiendo nuevos
retos y responsabilidades en su trabajo masónico.

Estas nuevas responsabilidades irán representadas en ocasiones, y al


menos formalmente, en mandiles de apariencia diversa a los que el
masón deberá corresponder. Los colores de estos mandiles
presentarán únicamente nuevas potencialidades sobre los dos colores
básicos: el blanco y el negro. El mandil de Aprendiz se divide en dos
partes: un rectángulo y un triángulo o solapa, al que algunos autores
han añadido complejos simbolismos. La manera de llevarlo difiere
según los Ritos, aunque en la mayoría la solapa se halla levantada
(salvo en el Rito de Emulación que se lleva bajada).

Los guantes

Los guantes cumplen una función similar al mandil como emblema de


trabajo, y representan un significativo vínculo de unión con el pasado
operativo de la masonería. Suelen ser blancos, de algodón o piel, y
cubren o protegen la piel desnuda a la vez que también aíslan a los
objetos y las personas de nuestra influencia. Representan de igual
forma la pureza, la inocencia, y las rectas intenciones. El masón nunca
volverá a entrar en una Logia sin sus guantes para operar sobre la
materia sutil, a excepción de dos momentos trascendentes donde el
masón renueva sus alianzas: durante la cadena de unión y los
juramentos sobre el V.L.S.

Herramientas del Aprendiz

Las herramientas tienen un significado diferente del meramente


material, pero no se quedan tampoco en lo meramente moral. Todas
ellas actúan sobre la piedra, misteriosa prima materia que el Aprendiz
debe buscar, reconocer, y aplicarse en moldear. Y para ello
166
ciertamente son plenamente válidas y vigentes las alegorías
constructivas.

Según los Ritos encontraremos ciertas


variantes o elisiones en la
enumeración y descripción de las
herramientas. Aunque básicamente
están constituidas por el mazo y el
cincel, al que algunos añaden la regla
de 24 pulgadas. Encontraremos
también variaciones en su presencia
en el Rito, y en el modo en que son transmitidas. Para unos Ritos
serán presentadas y explicadas simbólicamente en Logia, mientras
otros las entregarán físicamente para realizar el “primer trabajo” sobre
la piedra, siendo explicadas en el catecismo de instrucción.
Básicamente la regla mesura, calcula, decide lo que hay que preservar,
y constituye la base fija sobre la que pueden actuar las restantes
herramientas; el mazo quita lo superfluo e indeseable a través de la
voluntad individual, y extrae con la ayuda del cincel la piedra oculta.
Así el cincel, verdadero discernimiento de la inteligencia, representa el
punto de apoyo exacto sobre el que la fuerza debe ser aplicada. Si el
mazo representa la fuerza de la conciencia, de la perseverancia, esta
acción sobre la psique o “materia informe” no se realiza directamente,
sino por intermedio del cincel de la inteligencia, que la canaliza y
orienta hacia el principio esencial hacia el que debe dirigirse, y lo
distingue de lo superfluo e ilusorio.

Esta acción constituye una acción constante, un rito cotidiano y


ejecutado en cualquier momento. De esta manera, las herramientas se
hacen hábitos e impulsos éticos y morales que llevan al
autoconocimiento y a la rectificación de sí mismo. Por el uso constante
de estas herramientas, de paciente desbaste, y de separación de lo
espeso de lo sutil, el masón se hace consciente de que siempre hay
algún trabajo por hacer, y se le revela la dirección correcta de sus
esfuerzos.
167
Caridad

Antes de la restitución de los metales se pregunta al candidato si


consiente en dar algo a una viuda desamparada. Este quiere hacerlo
pero no se halla en condiciones de hacerlo. El episodio hace referencia
al valor de la palabra del masón: su veracidad, su inmediatez, y su
mantenimiento. Y posee un simbolismo profundo: no es posible
pretender dar, transmitir, si no nos hallamos en plena posesión de
todas nuestras capacidades, de la plena soberanía –con los metales
restituidos- de todas nuestras facultades y la capacidad para
discernirlas sabiamente.

Esta parte del ritual pretende hacer ver la caridad como amor
desinteresado, la acción del Bien en sí misma. Por ello se insiste en
mantener y estar en disposición de ayudar fielmente a un Hermano
necesitado, y a cualquier persona de nuestro entorno sin detrimento
nuestro o de nuestra familia.

“Debéis practicar la caridad fraternal, que es la piedra fundamental la llave,


el cimiento y la gloria de nuestra cofradía” (Constituciones de Anderson,
VI, 1723).

La piedra de ángulo

La piedra de ángulo, que hemos definido en una sección anterior


ampliamente, se refiere en este grado al lugar o esquina horizontal
donde se coloca la primera piedra o piedra de fundamento del
edificio. Esta piedra es colocada en escuadra, y sobre ella debe
construirse verdaderamente bajo la acción de la plomada y el nivel. El
nuevo Aprendiz se coloca allí porque ha sido verificado como apto
para la construcción por el Maestro de la Logia; allí recibirá su
instrucción, y comenzará la edificación de su Templo interno desde su
propio lugar de fundación, bajo los principios de la francmasonería.

La piedra fundamental se coloca en el N.E. de la logia, indicando una


tradición heredada de los antiguos templos como “casa de Luz”. Sin
embargo, el Norte también representa la oscuridad, el caos inicial.
168
Lectura de primer grado

Las lecturas dadas al neófito por el Maestro y algunos oficiales


constituyen la explicación de ciertos aspectos del ritual, y pretenden
lograr una mejor comprensión de los principios de la francmasonería.
Según los Ritos variará su ubicación y contenido durante la ceremonia
de iniciación, teniendo algunos incluso un sistema posterior de
lecturas y catecismos por preguntas y respuestas para uso en Logia,
que es especialmente recomendable para la meditación y
contemplación sobre los elementos esenciales del Rito.

Al final de la ceremonia de iniciación, los Ritos proponen


exhortaciones y discursos por uno u otro de los oficiales de la Logia.
En el modelo de discurso a cargo de un orador normalmente se incide
en los principios de la Orden, las responsabilidades y expectativas
acerca del neófito, y algunos elementos simbólicos del grado de
Aprendiz. Sin embargo otros Ritos se centran en la forma cósmica y
las dimensiones de una Logia masónica sintetizadas en el cuadro de
Logia. Las explicaciones bajo esta perspectiva se centran en indicar
que la forma física de una logia representa una recreación del Templo
de Salomón, un cuadrado oblongo o rectángulo áureo que se extiende
del Este al Oeste y entre el Norte y el Sur, cuya cobertura es el cielo
estrellado. No siendo una coincidencia que los santos patronos de la
masonería, cuyo aniversario son los solsticios de verano e invierno,
delimiten el simbolismo y recorrido solar de los trabajos masónicos. El
“Este” es la posición del Venerable Maestro. Desde ahí dispensa luz e
instrucción a todos sus Hermanos, pero también recibe propiamente
la luz, al encuadrarse bajo el delta radiante, entre el sol y la luna (luces
de la imaginatio y la ratio). Todos los puntos de la logia, el Oeste, el
Sur, y el Norte se hallan en relación a la posición del Maestro de la
Logia. El ara constituiría el punto central y axial de la logia. Las tres
luminarias, que en algunos Ritos son identificadas con los oficiales, y
a su vez con los tres pilares que soportan la logia y hacen posible que
se haga Luz, son denominados: sabiduría (el del Venerable Maestro),
fuerza (del Primer Vigilante), y belleza (del Segundo Vigilante). Estos
oficiales portan además las joyas móviles (escuadra, nivel, plomada),
que representan la acción que deben ejercer sobre la Logia para que
sea un lugar “iluminado y regular” como dicen los Antiguos Deberes.
169
Correspondiendo las joyas inmóviles a la piedra bruta, la piedra
cúbica, y el pavimento mosaico.

La exhortación

Al final de la ceremonia el neófito es instruido en sus obligaciones


masónicas y en particular las de su grado. Los Antiguos Deberes
advierten acerca de la seriedad de jurar sobre el Libro, y ello no se
refiere solo a nivel moral ni a reminiscencias de las obligaciones
administrativas del oficio. Las obligaciones contenidas en estos
Antiguos Deberes nos instruyen sobre las buenas maneras, sobre
principios morales, regulaciones en Logia, entre oficiales y entre los
Hermanos, sobre alegorías y símbolos. Y es muy recomendable
hacerlas leer en las Logias. De esta manera las Constituciones y
Reglamentos son realmente fundamentadas en un origen de oficio, y
no solamente en su aspecto asociativo moderno.
170
Consagración

Según los Ritos el Aprendiz masón recibe su consagración del V.M.,


ya sea mediante la acción de serle concedida la Luz y mostrarle las
grandes luces, ya sea por medio de la acción de los golpes –según el
número del grado- del mallete y la espada, símbolo de las tres
modalidades de energía del G.A.D.U. precisas para manifestar la Luz.

En todo caso este acto significa la transmisión efectiva de una


influencia espiritual por parte del Venerable Maestro, el oficiante del
Rito, y de todos los asistentes, que son quienes reciben y reconocen al
nuevo Hermano. En este acto ritual se produce una transferencia, un
acercamiento por medio del gesto y la palabra, a la energía y orden
cósmicos.

Baterías

Según los Ritos el nuevo Aprendiz es recibido con baterías o aplausos


de júbilo, aclamaciones, y el triple abrazo. Aunque también existen en
masonería las baterías de duelo, las aclamaciones normalmente tienen
un componente invocatorio consistente en frases o palabras que todos
los miembros de la Logia pronuncian en voz alta, haciendo signos
específicos, y que varían según los Ritos. Las más reconocidas son
voces como: “Huzze, Huzze, Huzze”, “Libertad, Igualdad,
Fraternidad”, “Vivat, Vivat, Semper vivat”, “Salud, Fuerza, Unión”.82

El triple abrazo y el triple beso fraternal es una muestra de buena


acogida y afecto entre francmasones, y se practica de forma ritual en
las ceremonias según las especificaciones del Rito. Cuando se produce
en la ceremonia de iniciación forma parte de la consagración que
dispensa el V.M.

82
La adopción de distintas aclamaciones tuvieron su origen tanto en innovaciones de
los propios masones como en obras no masónicas o divulgadoras de los secretos
masónicos.
171
Secretos del grado

Antes de finalizar la ceremonia el Aprendiz recibe los denominados


secretos del Grado (palabra, batería, edad, signo, toque, marcha), que
como hemos indicado anteriormente constituyen símbolos que
resumen la esencia iniciática de la doctrina del grado83. Bajo la forma
de signos, toques, números, se transmiten los usos y costumbres
esenciales del masón pero también una influencia en la conciencia del
iniciado. El Aprendiz deberá aprender a escuchar, a discernir, de
forma que estos signos (como las herramientas) puedan guiarle hacia
el hombre nuevo que se ha comprometido a ser, y hacia la luz de una
verdad que se revela en lo más íntimo del corazón: el verdadero
secreto masónico.

Cadena de unión

La cadena de unión es sin duda uno de los ritos más significativos


dentro del ceremonial masónico. En el R.E.A.A. , el Rito Francés, y el
Rito Escocés Rectificado, se recoge su realización hacia la finalización
de los trabajos y en algunos casos, al recibir a un nuevo Hermano;
existiendo dependiendo del Rito pequeñas variaciones en la
disposición de los oficiales.

A diferencia de la cuerda que le ataba el cuello, y le retenía al mundo


profano dificultando su marcha, la cadena relaciona al neófito con el
resto de iniciados, con la Orden, con la tradición masónica, y con el
Eterno. Si respecto a la cuerda es preciso “desanudarse”, la cadena es
una libre vinculación fruto de su nacimiento a la verdadera vida y una
nueva visión del mundo. Por ella se hace un eslabón de algo eterno,
universal e infinito que se transforma continuamente, y que precisa de
la energía de sus eslabones. Su simbolismo está en conexión e

83
Como mencionan los retejes y catecismos, estos signos se realizan según la
escuadra, el nivel, y la plomada, haciendo referencia a los principios fundamentales
que guían la construcción interna, el “orden” previsto por los trazos del Gran
Arquitecto que posibilita la recepción de la Luz. De ahí que también se denominen
“signos de orden”. El reconocimiento de los signos tiene un aspecto externo, de
verificación de códigos colectivos, pero también un aspecto interno, de re-
conocimiento de uno mismo y de la esencia contenida en los centros vitales marcados
por estos signos.
172
interrelación con la soga antes mencionada, la cuerda de nudos, y la
orla dentada84, en el sentido de que todo lazo o nudo es una
vinculación que el individuo mantiene con la organización. Y como
elemento de relación entre el cielo y la tierra es capaz de animar un
mismo fervor, una Fe, similares objetivos por encima de las
diversidades, y una firme solidaridad en íntima fraternidad. Desde el
punto de vista metafísico, además, la cadena de unión masónica
vendría a significar exactamente lo mismo que la "cadena de los
mundos": un símbolo que resume el conjunto de todos los estados,
seres y mundos que conforman la manifestación universal, los cuales
subsisten y están ligados entre sí por un hilo sutil, un hálito o espíritu
vivificador que “une” y “liga”. Una idea que designa a la cadena
como soporte del Principio que vehicula: el Gran Arquitecto del
Universo, y que se resume en una de las principales preguntas y
respuestas de los antiguos catecismos masónicos:

P. - ¿Qué lazo nos une? R. – Un secreto. / P. ¿Cuál es ese secreto? R. – La


masonería85

Adopción del nombre simbólico

En algunos Ritos es una práctica antigua que el Aprendiz entrado


adopte un nombre simbólico. El nombre profano expresa la
individualidad física, psíquica, y social. Sin embargo después del rito
de iniciación, tras el que se produce un renacimiento a una realidad
existencial sacralizada, menos aparente e ilusoria, el neófito se
identificará en Logia con la modalidad de un nombre que, como
envoltura de la esencia del ser individual, haga posible la transmisión
de una influencia espiritual.

El nuevo nombre del Aprendiz ha sido considerado frecuentemente


como una palabra escogida por el neófito, sin embargo, es preciso

84
Ver Sección V “Simbolismo”, la cuerda de nudos y la orla dentada. Y el apartado
“recepción y preparación” de esta sección.
85
La masonería, como todas las tradiciones y como muestra de la vinculación
iniciática del individuo con su Logia y sus Hermanos, denomina a los lazos o nudos
como "lazos de amor", muestra de la íntima y fraternal unión en el verdadero secreto
masónico que habita en el corazón.
173
recordar que los antiguos rituales también daban una importancia
capital a la palabra del grado como nuevo nombre del Aprendiz.

Simbolismo de los ritos de apertura y clausura de la Logia

La apertura y clausura de la Logia masónica es, junto a los catecismos


o manuales de instrucción, y los símbolos que aluden a la
construcción, uno de los principales vestigios del legado que la
masonería actual ha recibido de la antigua masonería operativa.

La apertura de una sesión o reunión de cualquier asociación difiere


radicalmente de la apertura de una tenida masónica. La importancia
de los ritos de apertura y clausura de la Logia es determinante, al
separar el tiempo y espacio profano del masónico. Poniendo en acción
un ritual, transición necesaria entre ambos planos, y verdadero
conjunto organizado de símbolos, los masones realizan su trabajo.
Mediante dicho ritual, un lugar común deviene en un templo, esto es,
un espacio sacralizado y significativo, y la acción misma constituye
una síntesis simbólica de la acción constructiva del propio templo.
Asemejándose así a un rito de fundación en cierta manera. Durante
los trabajos masónicos abiertos regularmente, con la apertura del
V.L.S., la Logia se hace entonces expresión metafísica del Templo de
Salomón, y se halla transfigurada por la Luz, el Verbo Creador, y la
presencia misma del G.A.D.U., al ser vehiculada por los símbolos del
ritual.

La apertura de trabajos en una Logia regular, justa y perfecta, puede


hacerse regularmente al reunirse bajo la jurisdicción de la Gran Logia,
mostrando la Carta Patente, el V.L.S. , y estando presentes 7 masones
para abrir trabajos (número de la Creación y que representa la
totalidad del universo); los cuales deben hallarse correctamente
decorados con los emblemas de un masón.

Silencio

Para abrir Logia y todo espacio sagrado se requiere, no solo ausencia


de ruido físico, sino una íntima concentración en el desarrollo de los
movimientos y las palabras, pues son signos de la verdadera Palabra
174
que ilumina y se manifiesta durante los trabajos masónicos. Si el
respeto a las actuaciones rituales del V.M. y de los oficiales se hace
imprescindible a nivel formal, el silencio y la quietud interior
posibilitan la reintegración a la gran cadena fraternal, a la misma
naturaleza de la Orden, y a lo más profundo de la consciencia
individual. Siendo preciso acallar el tumulto de pensamientos,
sensaciones, recuerdos, que chocan de forma caótica.

Cobertura y reteje

Uno de los actos fundamentales para abrir Logia es realizar la


“cobertura”, tanto interna como externa. La Logia debe estar apartada
de la curiosidad de los profanos, y de toda influencia externa a la
misma naturaleza de la Orden. A tal fin, los Vigilantes, el
Guardatemplo, verifican esta cobertura. De igual modo, los mismos
Hermanos constituyen los pilares, las piedras, los muros que
delimitan el recinto sagrado frente al externo o profano. Si la Logia
está a cubierto es que está protegida y a salvo de la ignorancia, el
fanatismo, las ambiciones, los vicios, y de todo desorden o elemento
denso y pesado.

Una vez el templo está "a cubierto", se procede a comprobar que todos
los integrantes de la Logia están en el lugar
que les corresponde dentro de ella. Las
mismas piedras, y columnas de Mediodía y
Septentrión son verificadas por los signos,
toques y palabras (que incluyen en ciertos
casos baterías y aclamaciones). Por las
preguntas y respuestas referentes a los
secretos del grado, el V.M. comprueba la
capacidad de los Vigilantes para ayudarle a
hacer “Luz” en el Templo, las condiciones
“regulares” de los trabajos a realizar,
recordando cada uno su posición y función
en Logia. Todos se colocan “al orden”, es
decir, bajo la inspiración de un principio
superior, y de un ideal supremo plasmado
en la misma regulación de la Orden y de los
175
ritos que la componen. Siendo esta misma posición en escuadra una
declaración de coherencia ética por la que el masón alineará sus
pensamientos, sus intenciones y sus actos, especialmente en Logia con
sus iguales.

Plegarias, invocaciones

En algunos Ritos la Logia no puede ser abierta o cerrada sin una


plegaria que consagre los trabajos a la acción y al Plan del Gran
Arquitecto. Este acto de invocar la Presencia antes y después de los
trabajos masónicos, es central en la práctica y la concepción de la
masonería de Tradición. La plegaria no es una forma exclusiva de
religiosidad de una determinada fe, sino que tiene un carácter
universal, ya que la acción constructiva no se sustenta únicamente en
la voluntad del hombre, a modo de torre babélica: “Si el Señor no
construye la Casa, en vano trabajan los constructores”. Salmos CXXVII, 1

Iluminación de luces, apertura del V.L.S., situación del tablero de


Logia

La invocación, consistente en abrir trabajos a la Gloria del Gran


Arquitecto, y acompañada del encendido de luces, también se halla
presente en todos los Ritos. Su realización pretende fundamentar el
trabajo masónico en un Principio Superior, trascendente e inmanente,
y en la manifestación ternaria de su omnipotencia como primer
constructor. Hallándose presente de igual modo en el rito de cierre y
la cadena de unión.

Según los Ritos variará el encendido de los candelabros, menorah,


pilares, etc, pero en todo caso quedará marcado el paso de las
“tinieblas a la luz”. Obviando la omnipresencia del delta, con la
aparición de las Luces de la Logia se hará referencia al V.M. que
ilumina con su sabiduría la Logia, al sol, y la luna. También a la
disposición de las tres grandes luces (V.L.S. , escuadra, y compás). E
incluso como “Luces del Taller” al V.M. y los dos Vigilantes,
relacionados con los arquetipos que fundan una Logia y toda
construcción: sabiduría, fuerza, belleza.
176
La apertura del V.L.S. es el momento donde la Presencia sagrada llena
el Templo. Su simbolismo, en sus variantes rituales, lo hemos
expuesto en un anterior apartado.86 En ese instante, el orden cósmico
se ha impuesto al caos primigenio, proceso análogo en Logia al de la
creación del mundo, y que queda expresado en forma figurativa en la
disposición del cuadro de Logia87.

Con todos estos elementos cumplidos “según el Rito”, los trabajos


comienzan a "mediodía en punto", cuando el sol se encuentra en su
cenit en lo alto de la bóveda celeste88, y su luz cae en "perpendicular" o
en "plomada" sobre el plano terrestre.

Cierre

La tenida en Logia se realiza en un tiempo sagrado, consagrado en las


horas simbólicas que van desde de mediodía a medianoche. A
mediodía el sol se encuentra en su meridiano, su luz cae directamente
sin producir sombra, siendo la luz más plena. Pero inmediatamente
después, se inicia la curva descendente de la luz solar, que encuentra
su punto más bajo (nadir) a “medianoche en punto”, cuando los
trabajos masónicos finalizan y comienza un nuevo día.

Cuando éstos llegan a su fin, el Maestro de la Logia, ayudado por los


demás oficiales del Taller, procede a la clausura de los mismos, a su
cierre y recogimiento (clausura, de "clau", "llave"). Con esta clausura
la Logia ha cumplido su ciclo de manifestación, habiendo
desarrollado hasta llegar a sus propios límites (señalados por el
tiempo simbólico) todas las posibilidades en ella contenidas, y la luz,
cuya irradiación ha iluminado esos trabajos, se repliega
progresivamente en sí misma, retornando así al origen o principio de
donde brotó. La Palabra, el Verbo, el Logos, esto es el Ser, vuelve a
concentrarse en el "silencio" de lo inefable e inmanifestado, siendo éste
el sentido profundo que tiene el "juramento del silencio" que todos los

86
Ver Sección 5, Simbolismo: V.L.S., escuadra, compás, ara, Tres Grandes Luces.
87
Ver Sección 5, Simbolismo: tablero de Logia
88
La detención del Sol en lo alto de la bóveda celeste hace referencia al ciclo de los
solsticios de verano e invierno, correspondiéndose éste último con el Septentrión y la
"Medianoche en Punto", cuando los trabajos finalizan.
177
miembros del taller realizan antes de abandonar definitivamente el
Templo. Continuando entonces el trabajo del masón en un plano
distinto, el de su realidad cotidiana, donde aplica los conocimientos
recibidos en su salario.

Este repliegue está expresado ritualmente por un proceso inverso de


los elementos de la apertura: el cierre del V.L.S., la recogida de la
escuadra, el compás, la espada en su caso, del cuadro de Logia, la
extinción de luces, la verificación de las condiciones regulares y de
cobertura de los trabajos realizados89. Por consiguiente, todo lo que
debía realizarse y manifestarse en la Logia, en el taller de trabajo, ya
ha sido cumplido. Antes de retirarse, los obreros reciben su "salario",
recogiendo lo que han sembrado o edificado en sí mismos, que son los
frutos de su acción. Y siguiendo la costumbre tradicional juran
“fidelidad” en guardar el secreto en el lugar seguro y sagrado que es
el corazón. Como lugar más puro y central del ser, el corazón es el
tabernáculo del verdadero Templo, aquel que según las Escrituras "no
es hecho por mano de hombre", pues nada de individual o particular
puede penetrar en él. Ahí reside, no esos secretos que se refieren
específicamente a los de la Orden masónica y la Logia (y que deben
ser salvaguardados de las "miradas indiscretas de los profanos"), sino
también, y ante todo, a la esencia (o "quinta-esencia") misma de la
enseñanza tradicional de la masonería, y la efectiva e íntima
vinculación con el Principio uno y eterno. Desde la visión de un
trabajo colectivo, esto sería, pues, lo que "enlaza" o "une" a los
hermanos entre sí, y el germen de la formación de la cadena de
unión90 en los Ritos en los que se halla presente.

89
La Logia, imagen simbólica del mundo, ritualiza con ese doble movimiento
expansivo (centrífugo) de la apertura, y contractivo (centrípeto) de la clausura, la
cadencia del ritmo universal, expiración e inspiración cósmica, pues esta es la ley o
norma a la que está sujeto todo lo manifestado. En todo ciclo, representado en este
caso por la duración del día, todo nacimiento es seguido de una expansión y
desarrollo, alcanzados los límites del cual se inicia un período inverso de contracción,
replegamiento y finalmente extinción.
90
Ver apartado anterior: “la cadena de unión”.
178

VI
LA LOGIA
Función Las planchas, piezas de arquitectura

Las joyas Candidatos

Decoraciones Cotizaciones

Oficiales de la Logia Música en Logia

Comité de Logia El tronco de la viuda

Comisiones de Logia Masón activo y durmiente

Los ágapes Plan de Logia y decoraciones


179

LA LOGIA

La Logia: ¿Qué función tiene?

Etimológicamente se denomina también loge, lodge, hutte, cassina o


loggia. Significa literalmente la casa de madera o piedra en la que los
obreros trabajan al abrigo de la intemperie. En la antigüedad estaba
adosada a la catedral o edificio en construcción, permitiendo a los
gremios de constructores reunirse para trabajar y realizar sus
actividades.

En la legislación medieval del gremio fue apareciendo paulatinamente


el concepto de Logia como grupo con identidad definida y
normalmente asociado a un espacio geográfico; aunque también fue
haciéndose más frecuente su asociación a la denominación de una
corporación, a veces de actividad itinerante o supranacional.

Desde el siglo XVIII hasta hoy la Logia es la célula básica de la


francmasonería, y en un plano simbólico se identifica con el arquetipo
del templo. Es el núcleo consagrado o entidad espiritual que articula y
sobre el cual gira el proceso iniciático. Representa el lugar donde los
francmasones celebran sus ceremonias y asambleas, y “las sociedades
debidamente organizadas en que se reúnen los francmasones”91. Por
lo que su nombre también designa de forma abstracta la institución a
la que se vinculan de forma trascendente sus componentes.

91
Constituciones de Anderson (1723), III: “La logia es el lugar donde los masones se
reúnen para trabajar, y por extensión se da este nombre a toda asamblea de masones
constituida; todos los hermanos deben formar parte de una logia y someterse a sus
reglamentos particulares y a las ordenanzas generales. Las Logias son particulares o
Generales y el mejor medio de distinguirlas en estos dos distintos caracteres es
visitarlas y estudiar los actuales reglamentos de las Logias Generales o Grandes
Logias. Antiguamente los maestros y los miembros de éstas Logias, no podían
ausentarse, ni dejar de asistir a sus sesiones, cuando eran invitados, sin incurrir en
un castigo severo, a menos que hicieren conocer a los maestros y a los inspectores,
las causas que les habían impedido cumplir con este deber...”
180
La Logia es una fraternidad con capacidad normativa y reguladora
que agrupa a hombres que trabajan por un propósito común. Sus
miembros se refieren unos a otros como Hermanos. Creen en un
Principio Supremo. Practican las virtudes morales, y se hallan unidos
por el lazo místico de la experiencia de la iniciación. La Logia
pretende educar y formar a sus miembros para lograr su
perfeccionamiento y elevación espiritual, perfección que intenta
extrapolar al bien de la humanidad. Este lazo espiritual del trabajo
masónico colectivo hace que la Logia pueda adquirir denominaciones
como “templo”, “cantera”, “taller”.

La Logia, en su conjunto, es un instructor y una herramienta de


transmisión. La calidad de las tenidas, la maestría en las ceremonias,
el interés y armonía de los trabajos, y la atención constante de los
Maestros hacia Aprendices y Compañeros, harán efectiva la plenitud
y la fuerza de esta puesta en obra colectiva de la que los Hermanos
son depositarios. Como dijo Theilhard de Chardin: “La fuerza de un
grupo es siempre superior a la suma de las fuerzas individuales que la
componen”.92

Todas las reuniones realizadas en la logia, en el Templo como hemos


dicho, se denominan trabajos masónicos, y están consagrados a la
Gloria y en Nombre del Gran Arquitecto del Universo. Se llaman
tenidas a las sesiones de una Logia, y éstas pueden ser ordinarias,
extraordinarias, magnas, de iniciación, pase, elevación, afiliación,
regularización, fúnebres o de duelo, de banquete, de consagración de
nuevas Logias, según el objeto y el Rito. Aquellas tenidas que
determinan las liturgias y autorizan las autoridades de la Obediencia,
a las que pueden concurrir profanos, amigos o parientes de los
masones, llevan el nombre de tenidas blancas, y en ellas se prescinde de
ciertas fórmulas del Rito relacionadas con signos de reconocimiento.

Todos los miembros de una Logia han sido recibidos en su seno


regularmente por iniciación o afiliación, y por una demanda
voluntaria al conjunto del Taller. Están sujetos a una cotización a la
Logia, de la que se destina parte a la G.L.E. y a la Provincia

92
Consultar también sección 1, la Instrucción masónica.
181
correspondiente. Y se hallan presididos por un Venerable Maestro
elegido por votación secreta anualmente, además de dirigidos en sus
trabajos por un colegio de oficiales.

Las joyas

Los tratadistas denominan “joyas fijas” a aquellas que hacen


referencia a elementos simbólicos fijos situados en la Logia: la piedra
bruta, la piedra cúbica, y el tablero de trazo. Pero algunos también
denominan como “joyas o muebles de la Logia” al compás (símbolo
del Espíritu), la escuadra (símbolo del ordenamiento natural y de la
regularidad del trabajo), y el Volumen de la Ley Sagrada (símbolo del
Verbo creador y de la Tradición). Todos ellos elementos simbólicos
descritos en la sección precedente.

Se denomina también como


“joyas”, y en determinadas
ocasiones “decoraciones”, a las
insignias distintivas de los cargos
y dignidades masónicas. Por ello
también se nombran como “joyas
móviles” las correspondientes al
Venerable Maestro (escuadra),
Primer Vigilante (nivel), Segundo
Vigilante (plomada), las cuales
representan los útiles simbólicos
de la francmasonería que rigen la
Logia. Se portan colgando del
collar, designando cada una su
función dentro de la Logia, y
variando levemente según los
Ritos.
182
Decoraciones

Pueden considerarse “decoraciones” las diversas insignias utilizadas


por los masones, así como “decoración del masón”, el atuendo
comúnmente usado para los trabajos masónicos, el cual tiene una
función ritual.

En Gran Logia de España el atuendo habitual para asistir


correctamente vestido a las Tenidas es: traje oscuro93, camisa blanca,
corbata y zapatos negros, guantes blancos, mandil del grado. Los
Hermanos de una Logia en activo, aunque desempeñen cargos de
Grandes Oficiales, asisten con el mandil del Rito, salvo si lo hacen en
razón y desempeño de su función.

Además, los Hermanos portan las insignias que estén autorizadas en


los trabajos de las Logias simbólicas.

En el Rito Francés y el Rito Escocés Rectificado los Hermanos van


cubiertos con sombrero y portan espada al cinto, siendo usados según
las prescripciones de los rituales de cada grado.

En el Rito Francés y el R.E.A.A. solo los Maestros masones pueden


portar banda, que usarán cuando no ejerzan oficio en Logia.

Oficiales de la Logia

Los oficiales de la Logia, su disposición, atribuciones, y joyas, deben


ser conocidos perfectamente por cada Hermano.

En una Logia todo está ordenado, pues constituye verdaderamente


una microsociedad o un microcosmos. Para poder regular el trabajo

93
El traje negro se remonta a la etiqueta del siglo XIX. Anteriormente no existía esta
uniformidad, y en este aspecto concreto, una simbología del color. Los trajes eran
decorosos, pero como podemos ver en grabados del XVIII, individuales y de relativa
variedad. Hoy no hay una prescripción uniforme en todos los Orientes, por tanto
cualquier interpretación simbólica podríamos decir que es complementaria: necesidad
de uniformidad visual, discreción, de evitar toda distracción, hilaridad; los arquetipos
relacionados con el color negro, etc.
183
en Logia las funciones están perfectamente organizadas. Todo ello
para posibilitar la creación de un espacio sutil –sacrum-, y la debida
acción ritual. La jerarquía en el desempeño de las tareas cumple una
función iniciática, y aun a pesar de su carácter “accidental” o
temporal, simbólicamente está determinada por los distintos grados
de conocimiento efectivo.

Los oficiales de una Logia sirven en sus respectivos oficios como un


privilegio, una alta responsabilidad, y un deber al que se deben.
Todos los masones deben trabajar y prepararse para asumir la
responsabilidad de cumplir adecuadamente un oficio, demostrar buen
hacer y habilidad, y un sincero deseo de realizar todo lo necesario
para conseguir lo que se espera de su desempeño. Un oficio masónico
es, sin duda, una función que debe realizarse para que el trabajo
colectivo sea armónico, y vehicule lo que debe en la forma apropiada.
184
Dependiendo del Rito en que trabaje la Logia, y sus reglamentos
internos, existen similitudes y diferencias en cuanto a los oficiales y
sus funciones. Incluso varía levemente el aspecto “colegial” de los
oficiales, las condiciones de acceso a los oficios, su emplazamiento, y
algunos de sus atributos y emblemas. En Gran Logia de España la
instalación del V.M. va acompañada de la investidura de oficiales. Los
oficios son desempeñados por Maestros masones, y según la Logia
algunos pueden tener adjuntos.

En general los oficios electos son el Venerable Maestro y el Tesorero, y


el Guardatemplo externo en los Ritos en los que este oficio existe.
Algunos Ritos permiten también la elección para todos los oficios.

El Venerable Maestro – también denominado “Muy Venerable” en el


Rito Francés, y antiguamente “Maestro de la Logia”, representa a la
jefatura ejecutiva de la Logia, ostentando su presidencia y su
representación. El maestro electo está siempre sentado en el Este,
también llamado el Oriente (representando el Sol-Logos naciente), en
la denominada silla de Salomón, desde donde confiere la Luz a través
de los distintos grados masónicos. Su joya es la escuadra de brazos
desiguales (3-4-5), que simboliza la perfecta ordenación de la
realización masónica en el plano material, y gobierna la Logia por
medio de su mallete. Un magisterio que ejerce sobre el cuerpo físico
de la Logia como en el espiritual, y que existe gracias a la unión de los
Hermanos que la componen.

La elección del Maestro de una Logia es siempre la decisión más


importante de un Taller. Debe ser fruto de un consenso y de
voluntades acerca del H.·. más capaz que haya demostrado el
suficiente conocimiento sobre los principios de la masonería,
honestidad, un carácter ejemplar y de servicio a la Logia, y que pueda
inspirar a los miembros de la Logia honorabilidad y responsabilidad
para velar por el bien común y de la Logia. De su actuación
dependerá la armonía y aprovechamiento de los trabajos. Su
instalación, es objeto de una ceremonia específica, en el curso de la
cual instala a sus oficiales tras haber prestado juramento de fidelidad
a las Constituciones y Reglamentos de la Obediencia, y a los Antiguos
Deberes de la Fraternidad.
185

El ritual de instalación de los Venerables Maestros es de especial


importancia en las Obediencias regulares. Su contenido simbólico, los
juramentos y obligaciones adquiridos con sus Hermanos, el Taller y la
Orden en su totalidad, dan al Maestro electo las capacidades
necesarias para dirigir la Logia, representarla adecuadamente, hacer
masones, pasarlos y elevarlos, adquiriendo así la experiencia necesaria
para contribuir al gobierno de la institución masónica.

En realidad es la Logia, durante su consagración, la que recibe del


Gran Maestro el poder y la transmisión de las capacidades necesarias
para realizar sus trabajos y recibir masones. El Venerable Maestro
asume esta función, no desde su identidad personal, sino en el
ejercicio de su oficio. Pudiendo ejercerla de forma recurrente cuando
la Logia así lo decida.

Cuando la veneratura como año masónico termina, el Maestro de la


Logia engrosa el número de los Pasados Maestros de la Logia.

El Tesorero – Es el oficial escogido por sus Hermanos para custodiar


las llaves del tesoro de la Logia, por lo tanto debe tratarse de un
Hermano riguroso, honesto, minucioso. Su función es la contabilidad,
la recaudación de capitaciones y pagos, de velar y certificar el estado
de cada Hermano con el Taller. Preside la comisión de hacienda de la
Logia, encargada de estudiar los aspectos económicos de las
propuestas y proyectos. La joya de su oficio son dos llaves cruzadas
las cuales simbolizan su derecho de proteger las finanzas de la Logia.

Simbólicamente, si el tesoro profano representa generalmente las


dificultades inherentes a la búsqueda, la necesidad del esfuerzo
humano para acceder a los bienes “superiores”, el tesorero también
alude al depósito (espiritual) confiado a la Logia, y a la preservación
de los dones del grupo.

El Guardatemplo externo, Cubridor, Tejador- Es el guardián externo


del Templo en aquellos Ritos que cuentan con este oficial. Custodia el
perímetro de la Logia y el acceso a sus estancias contiguas, verificando
la condición masónica de quien se aproxime al Templo. Debe
186
comunicar que es seguro abrir los trabajos y permanecer en el exterior
del Templo hasta que éstos sean cerrados para que no se vean
perturbados por ningún profano. La joya de su oficio es una espada
desenvainada y simboliza su obligación como guardián de la Logia.

Este oficial verifica que la Logia “se halla a cubierto” de profanos, y de


toda influencia externa. Relacionado simbólicamente con la teja, hace
referencia a la preservación del secreto, y la contención de la actividad
espiritual dentro de un recinto geométricamente “ordenado” y
“regular”. De lo contrario la misma esencia de la actividad masónica
se corrompe y se vacía de contenido. El Tejador representa el filtro
que solo deja penetrar las buenas intenciones y los elevados
principios, por lo que porta una espada que nunca envaina y que
subraya su función de vigilancia, fuerza, decisión, valor, intuición.

De no estar “tejado” o “cubierto” el Templo, decimos que deja “entrar


la lluvia”, para señalar la presencia de profanos.

Primer Vigilante – Es el segundo oficial en la dirección del Taller, la


segunda “luz” en hacer posibles los trabajos en Logia. Es el
responsable de la instrucción y dirección de los Compañeros, por ello
debe cuidarse su designación de entre los Hermanos más capaces e
instruidos en el arte masónico.

En los antiguos documentos masónicos los Vigilantes tenían grandes


atribuciones para velar por el orden y la disciplina. Hoy velan por el
desempeño del ritual, por las columnas de “obreros” ejerciendo una
labor tutorial, explicando los símbolos, los ritos, las reglas no escritas,
y los usos y costumbres en Logia. El Primer Vigilante desempeña
todas estas funciones, y todas aquellas delegadas por el V.M. En los
Ritos de la familia de los “Antiguos” su lugar es el Oeste, junto a la
columna J.·. , y la joya de su oficio es el nivel, que simboliza la
equidad. En el Rito Francés y el Rito Escocés Rectificado, así como los
otros Ritos de la familia de los “Modernos” está situado en el mismo
lugar junto a la columna denominada B.·.

Segundo Vigilante – Es el tercer oficial en la dirección del Taller, la


tercera “luz” en hacer posibles los trabajos en Logia. Es el responsable
187
de la instrucción y dirección de los Aprendices, y por ello también
debe designarse a un Hermano experimentado y capaz de cumplir
con esta importante función. Entre sus funciones destacan el ejercer de
tutor, explicando los símbolos del grado, el ritual, enseñando las
reglas no escritas, el comportamiento en Logia y con el resto de
Hermanos, y las prácticas y procedimientos de la francmasonería. Su
lugar en los Ritos de la familia de los “Antiguos” es en el Sur, en la
mitad de la columna de Mediodía, pero en los Ritos de la familia de
los “Modernos” está situado al Oeste, junto a la columna J.·. Su joya es
la plomada que simboliza la ascensión y la necesaria verticalidad.

Secretario – Su denominación viene de secretum, y es el representante


de la memoria de la Logia. Como oficial responsable de la
administración del Taller bajo la dirección del Maestro de la Logia,
elabora y conserva las actas, convocatorias, comunicados, certificados,
correspondencia. De su capacidad de atención, comprensión, depende
en gran medida el orden y claridad de los trabajos de la Logia. En
ocasiones acumula también la función de Guarda Sellos y Archivero.
Su asiento en la Logia cambia según los Ritos, desde ocupar un sitial
en Oriente, hasta ser ubicado en el Norte. La joya del oficio son dos
plumas cruzadas que simbolizan su rol de grabador y comunicador de
la memoria y la palabra en Logia.

Capellán – Este oficial desempeña su oficio en las Logias con Ritos de


origen anglosajón. Su presencia simboliza la advocación espiritual de
los trabajos y se encarga de hacer las invocaciones al G.A.D.U. Su
lugar está a la izquierda del Venerable Maestro. La joya de su oficio es
un libro abierto, representación del Volumen de la Ley Sagrada,
simbolizando nuestro respeto hacia los trazados del G.A.D.U.

Orador – Este oficial es característico de los Ritos de origen francés:


Rito Francés, R.E.A.A., y R.E.R. Representante de la Ley y la
Tradición, actúa como censor de las ceremonias, y su palabra es
incontestable. Por ello cierra la circulación de la palabra. De igual
modo, actúa en los procesos masónicos, instruye las causas, y las
presenta al comité de magistratura de la Logia o a la instancia
masónica que corresponda. En el Rito Francés el Orador es
principalmente guardián de la Tradición e instructor de los Hermanos
188
para presentar piezas de arquitectura. Pudiendo esta tarea recaer en el
Hermano designado para el oficio como prolongarse en otros
Hermanos que acceden y ocupan momentáneamente el sitial del
Orador para presentar el fruto de sus reflexiones. El Orador se sienta
en Oriente a la izquierda del Venerable Maestro. La joya de su oficio
es un libro abierto, símbolo de la Ley masónica.

Pasado Maestro Inmediato (P.M.I.), o Pasado Maestro – No es


propiamente un oficial del Taller sino que está presente como
dignatario de la Logia en ciertos Ritos. El Pasado Maestro Inmediato
normalmente ejerce la función de consejero y asesor del Maestro de la
Logia, y por tanto se sienta en el Oriente junto al V.M. Su joya es una
escuadra (de lados con la proporción 3-4-5) de la que pende el
teorema de Pitágoras.

Primer Diácono – Este oficial figura en los rituales de Emulación y


York. Su deber es asistir y enviar los mensajes del Venerable Maestro;
se sienta a su derecha, para recoger de él y transmitir sus órdenes al
Primer Vigilante. La joya de su oficio es una paloma o un mercurio
alado, y porta una vara como instrumento emblemático. Algunos
tratadistas asocian a este oficial al intelecto activo y razonador, a la
conciencia en estado de vigilia que ha de llevar los mandatos de la
sabiduría (Venerable Maestro) a la voluntad (Primer Vigilante).

Segundo Diácono – Como el anterior oficial encontramos su


presencia en el Rito de Emulación y York. Su deber es asistir y llevar
los mensajes del Primer Vigilante. Está sentado a la derecha del
Primer Vigilante en el Oeste. La joya de su oficio y herramientas son
las mismas que las del Primer Diácono. Ciertos tratadistas le asocian
la acción de la energía de la fuerza impulsora (Primer Vigilante) hacia
la mente creadora y unificadora (Segundo Vigilante).

Primer Experto – Equivale en cierto sentido al Diácono de los Ritos


anglosajones. Ausente en el R.E.R. El Experto tiene un destacado
papel en los otros Ritos de origen francés, como el R.F. y el R.E.A.A.,
funcionando como tránsito entre el mundo profano y el iniciático
dentro de Logia: en la apertura de los trabajos, el reteje de candidatos,
visitantes, Hermanos retrasados, además de servir de guía y
189
conductor en las ceremonias para acceder a cada grado. En los rituales
tradicionales se asimilaba a veces al “Hermano Terrible” que conducía
a los candidatos.

El Experto además acompaña al Maestro de Ceremonias para la


entrada de visitantes, delegaciones, y en los momentos indicados por
el ritual. Su lugar habitual en el R.E.A.A. es en Septentrión junto a la
mesa del H.·. Secretario, delante del Hospitalario. En el Rito Francés se
sitúa delante del Primer Vigilante Su joya es una espada y una regla
cruzadas, y por encima de ellas un ojo. Su herramienta en el R.E.A.A.
es la espada, de la que no se desprende durante los trabajos y
circulación.

Representa el ideal iniciático en la Logia. Por ello le corresponde


restaurar y retirar las tres grandes luces, representar los símbolos del
grado (cuadro de Logia) durante las tenidas. Decora y cuida de la
cámara de reflexiones, instruye a los Hermanos sobre cuestiones del
ceremonial, y se asegura de que todos los elementos arquitectónicos
necesarios estén perfectamente dispuestos en el templo.

Segundo Experto – Su función es asistir al Primer Experto en todas


sus funciones, y al Venerable Maestro cuando el Primer Experto se
halla fuera del Templo. Su lugar es en Occidente, junto al Primer
Vigilante. En el Rito Francés es el encargado de hacer viajar al
candidato recordando al antiguo oficio de Hermano Terrible, y se
sitúa delante del Segundo Vigilante.

El Director o Maestro de Ceremonias – Es el oficial encargado de


iniciar y desarrollar el ceremonial para la Logia: dirección de la
marcha durante las ceremonias, preparación para la apertura,
procesiones, anuncios, escoltas, acompañar en la circulación en Logia,
atender a los encargos del Venerable Maestro. Podrá moverse
libremente por el Templo durante las ceremonias, y en los banquetes
colocará además a los dignatarios siguiendo las instrucciones del V.M.
Está sentado habitualmente en frente del primer diácono en
Emulación, y al lado del H.·. Tesorero en el R.F. y el R.E.A.A. En el
R.E.R. se sitúa junto a la puerta de occidente sustituyendo al Guarda
Templo, que no existe en este Rito. Y el Rito Francés lo sitúa junto al
190
Hospitalario. La joya de su oficio son dos espadas cruzadas, dos varas
cruzadas, o una espada y una vara cruzados. Dependiendo del Rito
porta en su mano derecha un bastón, o un cetro con el caduceo, que
usa según prescriba el ritual y según el Rito. En el R.E.A.A., escoltado
por el H.·. Experto, hace además de “luciferario” en Logia, como
propagador de la luz o dinamizador de la energía de la Logia.

Limosnero u Hospitalario – Administra los fondos de Beneficencia,


visita a los Hermanos enfermos o necesitados, recibe y atiende a los
Hermanos extranjeros y visitantes, y preside la comisión de
beneficencia como responsable de todas las acciones que se
desarrollen. Sus fondos no pueden utilizarse para otra cosa que no sea
la ayuda y el socorro. Cuida de enaltecer el espíritu filantrópico del
taller con su gestión, y por ello representa la fraternidad de la Orden.
Su conducta, pensamientos, y palabras, se conducirán para instruir a
sus Hermanos en los principios del amor y la fraternidad.

El Hospitalario se sienta a la derecha del Secretario, encabezando la


columna del Norte. Su joya es una bolsa generalmente grabada con un
corazón en el centro, aunque en ocasiones se usa un cáliz.

Guardatemplo interno – Guardián de la entrada y seguridad del


Templo, lo encontramos situado a occidente junto a la puerta. En
cierta forma representa el sello de Hermes sobre el atanor que es la
Logia, como reverso interno de la función del Guardatemplo exterior.
Simbólicamente puede añadirse que permite la entrada a aquellos que
están preparados para el trabajo que se va a desarrollar, y regula la
entrada de ideas, pensamientos, conocimientos. Otros tratadistas
apuntan a que representa el ego velando para que la psique pueda
relacionarse con el mundo, y al análisis racional que fluye desde la
“mente superior”. Su joya es una espada o tres llaves cruzadas.

Además de estos oficiales principales existen otros cargos con el


carácter de oficial que desempeñan importantes funciones en la Logia
como:

Organista – Es el músico principal de la Logia, responsable de


proveer adecuadamente al ceremonial de música ritual apropiada
191
para la ocasión. Está sentado junto al órgano o equipo de música. Su
joya es la Lira y simboliza la inspiración.

Guarda Sellos – Presente en algunos Ritos, verifica la autenticidad de


las firmas y los documentos, y custodia los sellos del Taller para
estamparlos en los diferentes documentos. Su joya es el emblema de la
Logia.

Archivero – Oficial de la Logia encargado de archivar, clasificar, e


inventariar con exactitud los documentos originales concernientes a la
Logia. Este cargo se asocia a menudo al de Secretario o al de Guarda
Sellos. En la Logia se sienta al lado del Secretario o de su adjunto. Su
joya son dos columnas.

Arquitecto Revisor o Ecónomo – Es el encargado de liquidar y censar


la contabilidad de los bienes de la Logia. En el R.E.R. adquiere la
denominación de Ecónomo.

Maestro de Banquetes – Es el encargado de la organización y servicio


de las tenidas de mesa o banquetes rituales. Mantiene además el
orden durante su transcurso y ordena los servicios. Su joya es un
cuerno de la abundancia.

Arquitecto Decorador – Es el encargado de la decoración y


conservación del ajuar del Taller. Por tal motivo dirige las obras y las
compras relativas a las instalaciones, decoraciones del Templo, y de
las columnas. Su joya son dos reglas cruzadas.

Porta estandarte – Recoge e instala el estandarte de la Logia allí a


donde ésta traslada los trabajos.

Mayordomo (Stewart) – En los Ritos anglosajones se encuentra la


figura del Mayodormo o Camarero (Stewart), encargados de la
organización de los ágapes y de todas aquellas tareas que le sean
encomendadas por el Venerable Maestro. Su joya es un cuerno de la
abundancia.
192
La simbología sobre la disposición de los oficiales en Logia es amplia
y muy heterogénea. Algunos aspectos diversos empleados por
algunos tratadistas son:

- El Venerable Maestro, el Primero y el Segundo Vigilantes


aparecen frecuentemente como “luces del Taller”, “luces de la Orden”,
o “tres pequeñas luces de la Logia”. Confundiéndose en ocasiones con
las “luces de la Logia” (Venerable, sol, luna), o las tres grandes luces
(V.L.S., escuadra, compás). Estos tres oficiales dirigen de facto los
trabajos de Logia, estando revestidos de la autoridad para ello al
portar malletes. En alguna de su simbología asociada aparecen como
representantes de los tres puntos diurnos del sol: el Oriente, el
Occidente y el Mediodía; de los tres pilares que sostienen la Logia:
sabiduría, fuerza, belleza, y a los que corresponden la escuadra, el
nivel, y la plomada respectivamente. En ciertas referencias además,
aparecen como símbolo de la omnisciencia, la omnipotencia, y la
omnipresencia del Gran Arquitecto del Universo, y como principios
generadores de verdad, de actividad, y de amor (o armonía). Presiden
en todo caso la construcción del Templo, sosteniéndolo y
embelleciéndolo.
- El V.M., el Primer y Segundo Vigilantes, el Orador, y el
Secretario, aparecen como “cinco luces que iluminan la Logia”, y
como representantes de las propiedades generadoras y geométricas
del número cinco.
- A los anteriores se añaden el Maestro de Ceremonias y el
Experto para completar las propiedades de la creación y armonía del
número siete. Algunos autores añaden complejos simbolismos
alquímicos, astrológicos en torno a la estrella polar, musicales,
cabalísticos, no siempre coincidentes.
- De igual forma algunas referencias indican particularmente
que las “Luces del Taller” se sirven de otros oficiales (móviles) para
mover y transformar la energía del Taller: la sabiduría dirige a la
razón (Primer Diácono); la voluntad-fuerza energiza al deseo
(Segundo Diácono); y la mente estimula al cerebro (Guarda Templo
interno) a la acción. Pero también en estos casos encontraremos
explicaciones diversas.
193
Comité de Logia, Consejo de Familia

Dentro de su ámbito reglamentario y la especificidad de su Rito, las


Logias cuentan con distintos órganos de gobierno y de consulta. La
Logia cuenta per se de tres “Cámaras” o “Logias”– de Aprendiz,
Compañero, Maestro- con su propia ordenación y orden del día. No
obstante, de manera facultativa, el Venerable Maestro, puede
convocar al Comité de Logia, también llamado en algunos Ritos Consejo
de Familia. En algunos casos está formado por los Pasados Maestros, el
V.M., los Vigilantes, el Secretario, y el Tesorero. En otros, está
compuesto de todos los Hermanos Maestros del Taller. Incluso
algunas Logias también le superponen una Cámara de Pasados
Maestros.

Su función es solicitar a los Maestros opinión, consejo, y resolver las


cuestiones planteadas y los problemas que existan. El Comité es el
lugar donde lograr soluciones armónicas que posteriormente
favorezcan la marcha de los trabajos.

Comisiones de Logia

Las Logias, para favorecer las propuestas y organización de proyectos,


o supervisar de forma eficiente sus recursos, puede formar diferentes
comisiones de trabajo: de beneficencia, de docencia, organización de
banquetes y celebraciones, mantenimiento del ajuar de la Logia, etc.

Lo habitual en una comisión es que tengan una estructura de


triángulo, con delegación de funciones y responsabilidades, para que
puedan presentar sus propuestas, conclusiones y recomendaciones al
Taller. No obstante, tampoco debería propiciarse una proliferación
estéril de comisiones si se trata de una Logia no muy numerosa que
puede adoptar métodos que impliquen a todo el colectivo.

Los ágapes

En las antiguas fraternidades el “ágape” tenía un carácter litúrgico


derivado de su propia etimología, que significa amor fraternal por
194
oposición a eros, el amor profano. Desde un punto de vista iniciático y
de la fraternidad, los ágapes como banquetes rituales que siguen a
cada Tenida son obligatorios. Si bien el Rito y la Logia marcarán su
aplicación real, no es corriente que un Hermano esté integrado en una
Logia sin una participación regular en los ágapes.

Los ágapes pueden tener un desarrollo ritual que culmina con los
brindis al uso, que, heredados de las antiguas libaciones invocatorias
de la antigüedad, hoy religan a cada masón con cada “estamento” de
la estructura organizativa de la Orden94. Los ágapes representan con
su calor y camaradería el complemento del rigor observado durante
las tenidas; permiten a los Hermanos establecer lazos de amistad,
conversaciones más fluidas y espontáneas dentro del decoro y la
necesaria templanza masónica.

94
Los brindis “de orden” o brindis obligatorios que contemplan las Obediencias se
refieren a la jefatura del estado, el Gran Maestro, sus Grandes Oficiales, el Gran
Maestro Provincial, los Grandes Oficiales Provinciales, el del Retejador o de los
Hermanos ausentes, además de otros de carácter voluntario: por el Venerable Maestro,
los Hermanos visitantes, el nuevo Hermano admitido en cada grado, etc. Sin embargo
algunos Ritos, ligados a prácticas más antiguas, contienen en sus Banquetes rituales
las libaciones al G.A.D.U., los dos San Juan, el Venerable Maestro, los Vigilantes, el
retejador.
195
En los ágapes y tenidas de banquete, existen según los Ritos diferentes
ceremoniales, además de un vocabulario específico referido a los
elementos presentes. Estos vocablos pueden consultarse en el ritual al
uso. La mayor parte del tiempo (según el Rito) el ágape o banquete se
practica con la vestimenta y decoraciones masónicas, pero se hará en
todo caso teniendo en cuenta la disposición y acondicionamiento del
lugar, y la posibilidad de permanecer “a cubierto”.

Se denomina banquete de la Orden, a diferencia del ágape que se realiza


tras las tenidas, al practicado en los solsticios de San Juan. Todas las
Logias deberían practicar al menos una vez al año un banquete de la
Orden.

Las planchas, piezas de Arquitectura

Las “planchas”, “piezas de Arquitectura”, son trabajos presentados y


leídos por los hermanos durante las tenidas. No todos los Ritos
prevén en su quehacer masónico la elaboración de trabajos destinados
a ser leídos en Logia. Los que sí lo hacen suelen proponer temas de
inspiración masónica o filosófica dependiendo del propio Rito y de las
costumbres de la Logia. Cada Rito en su espíritu propio anima a la
investigación simbólico-filosófica, a la inspiración espiritual de sus
elementos rituales, la introspección psicológica-emotiva, etc. El
trazado adquirirá la forma habitual de las costumbres de la Logia, con
los tratamientos adecuados, y será abierto obligatoriamente “A la
Gloria del Gran Arquitecto del Universo”, estando los Aprendices y
Compañeros bajo la supervisión de su Vigilante respectivo. Los
Vigilantes están obligados a su vez a recomendar lecturas apropiadas
y ajustadas a la masonería de Tradición que la Gran Logia de España
practica.

Estas planchas, piezas de arquitectura, pueden ser objeto de preguntas


e intervenciones en Logia. Deben tener un interés real para la
instrucción de los Hermanos, ser un soporte para la reflexión, y no un
mero acto de erudición u oratoria. Por ello, es preciso señalar que hay
excelentes masones cuyo talento no se encuentra en la escritura, y
otros cuya vía se refuerza en ella. Será potestad del V.M. y de los
Vigilantes el determinar la conveniencia e interés de la lectura de cada
196
trabajo en Logia, aconsejar y realizar el seguimiento de Aprendices y
Compañeros, así como velar por que la Logia disponga de materiales
formativos de referencia y de calidad. No en vano toda plancha y
pieza de arquitectura es un acto de creación y construcción, y se
encabeza y realiza “A la Gloria del Arquitecto del Universo”.

Ninguna plancha o pieza de arquitectura debería tratar sobre temas


ideológicos de política o religión. Ni debería sustituir totalmente a la
enseñanza tradicional oral, ni al método de preguntas y respuestas
usado en las Lecturas que algunos Ritos poseen. De igual modo, es
absolutamente estéril que el Aprendiz pretenda usar de forma
prematura materiales de grados superiores, o elaborar extensas
digresiones de erudición externa, en detrimento de su reflexión
profunda.

Candidatos

La adhesión y afiliación a la francmasonería reposa hoy sobre el


principio de cooptación, es decir, la aceptación de un nuevo miembro
por todos aquellos que ya son miembros de la Orden. Cada Rito
prescribe unos procedimientos, pero todos coinciden en que el
candidato debe ser presentado, escrutado, e interrogado antes de
emitir el voto de su admisión definitiva. Por ello, todo candidato debe
presentarse a la iniciación con unos propósitos claros y una especial
motivación.

Por unas profundas razones y usos heredados solo los Maestros


pueden presentar candidatos. Además, es necesario un buen
conocimiento de los Ritos para orientar al candidato hacia un Rito o
Logia que corresponda a su sensibilidad.

Las Logias, dentro de las prescripciones de su Rito, deben desarrollar


la mayor escrupulosidad en el sistema de aplomación. De la
idoneidad de sus procedimientos, la naturaleza de los candidatos, y
de las acciones y seguimiento de los hermanos encargados de la
aplomación-presentación, dependerá que se incorpore un nuevo pilar
a la Orden que transmita al futuro los valores de la institución, o un
mero bloque de arena incapaz de encajar en el muro, de sostener parte
197
alguna del edificio, y perturbar además el equilibrio de los sillares
bien encajados.

Cotizaciones

Todo miembro de una Logia debe haber pagado sus derechos de


iniciación, pase, elevación, instalación; su afiliación, reintegración,
regularización, según la situación administrativa en que se encuentre
y las cuotas determinadas por la G.L.E. y la Gran Logia Provincial.
Además debe estar al día en sus cuotas o capitaciones, ya que de lo
contrario puede ser dado de baja por falta de pago según los
reglamentos vigentes. El correcto funcionamiento de la Logia en este
aspecto, con la participación y sensibilización de los hermanos,
posibilitará una base necesaria para abordar con tranquilidad los
trabajos simbólicos.

Música en Logia

La música es uno de los


elementos simbólicos de más
contenido y capacidad de
transmisión. Representada
como una “ciencia” en grados
posteriores, representa en
Logia el alma de la misma o
su “geometría en
movimiento”. A diferencia del
“ruido” del mundo profano,
el “sonido” ordenado del
espacio masónico es
manifestado por la acción de
la columna de armonía,
verdadero soporte para las
dinámicas interiores en Logia.

Se denomina columna de
armonía al hermano organista
o grupo de hermanos encargados de seleccionar el material sonoro
198
adecuado a los rituales efectuados. Según los Ritos, encontraremos
unos que usan de himnos ejecutados a coro, instrumentos como el
órgano, o una selección elaborada de grabaciones musicales. De igual
modo los usos y costumbres de la Logia también determinarán la
propia selección musical, su mayor o menor intervención sin
perturbar el desarrollo ritual, o los medios empleados.

El tronco de la viuda95

Hemos señalado anteriormente la importancia de la caridad durante


la ceremonia de iniciación. Es costumbre al final de una tenida hacer
circular un saco de beneficencia, también llamado tronco de la viuda
donde todos depositan su óbolo. Como manifestación de la
fraternidad y la solidaridad para con los hermanos, el tronco se
destina a su auxilio y socorro. Estos fondos son custodiados por el
Hospitalario y su uso es llevado con la mayor discreción.

La palabra “tronco” proviene probablemente del francés tronc (caja).


La viuda designa a la propia Orden masónica, y sus hijos son los
propios masones. Denominar así a la caja de auxilio fraternal resalta el
desapego a los bienes materiales y la unión en la armonía universal y
el sincero amor fraternal.

Masón activo y durmiente

Masón activo es todo aquel miembro de una Logia que está al


corriente de sus obligaciones, y no se halla de baja o alejado por
sanción temporal o definitiva: esto es que asiste con regularidad, está
actualizado en sus pagos, y participa activamente de los trabajos. Hay
Hermanos que por salud, o cuestiones profanas, permanecen largos
períodos sin asistir a su Logia. En tal caso se les considera “ausentes”,
aunque no pierden sus derechos salvo por dimisión o baja forzosa.

De forma genérica se denomina durmientes a todos los profanos que


no han solicitado la iniciación y viven en una realidad aparente,

95
Otras denominaciones tradicionales son las de saco o tronco de beneficencia y saco
de los pobres.
199
propia del sueño u olvido de la consciencia. Se denomina Hermanos
“durmientes” o “en sueños” a aquellos que ya no pertenecen ni a la
Logia ni a la Obediencia, y a menos que se hallen de alta en alguna de
las “Grandes Logias de la Amistad”, se encuentran fuera de la Orden
masónica. Un masón durmiente o inactivo no pierde su condición
iniciática de masón, pero sí sus derechos en la Orden; aunque puede
solicitar nuevamente su readmisión, si ésta le es concedida por el
M.R.G.M. y los miembros de la Logia de recepción.

A una Logia regularmente constituida solamente pueden acceder los


iniciados masones que se hallen en activo y al corriente de sus
obligaciones para con la G.L.E. Para salvaguardar la intimidad, la
armonía, y los secretos del arte, no está permitida la entrada de ningún
profano salvo en Tenidas blancas y con autorización del M.R.G.M. de
la G.L.E.
200

Decoraciones y joyas del Rito de Emulación

* Las joyas son de metal en plata, suspendidas de un collar azul claro


201
Plan de Logia y disposición de oficiales en el Rito de
Emulación
202
Decoraciones y joyas del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado

* Los oficiales portan collar azul turquesa bordado de rojo. La insignia


del oficio puede estar bordada sobre el collar, o ser una joya dorada
gravada y colgada del mismo. El Pasado Maestro se denomina muy
habitualmente Ex - Venerable Maestro.
203
Plan de Logia y disposición de oficiales en el R.E.A.A.

* Los muros, el cordón de nudos, y el dosel de Oriente son de color


rojo; éste último con ribetes dorados. Las mesas de los VV.·. son
triangulares y están revestidas de rojo.
204
Decoraciones y joyas del Rito Escocés Rectificado
205
Plan de Logia y disposición de oficiales en el Rito Escocés
Rectificado

1 Altar del V.M. 7 Orador A Tablero de Grado


2 Primer Vigilante 8 Tesorero B Cuadro de Logia
3 Segundo Vigilante 9 Ecónomo
4 Maestro de Ceremonias 10 Pasado Maestro
5 Secretario 11 RR.HH./MM.RR.HH.
6 Limosnero 12 VV.HH./MM.VV.HH. 96

96
JUSTICIA y CLEMENCIA son situadas durante la recepción al grado de Aprendiz
y en momentos precisos del Ritual. En el muro de Oriente se halla un dosel azul
ribeteado de oro bajo el que se sitúa el V.M. ; las mesas de los VV.·. son recubiertas
por un paño azul bordado de oro, y las del Secretario y Tesorero de un paño azul
simple.
206
Decoraciones y joyas del Rito Francés

* Las joyas, doradas, penden de un collar azul cielo.


207
Plan de Logia y disposición de oficiales en el Rito Francés
208
Decoraciones y joyas del Rito York

* De manera general las joyas del Rito de York son de metal en plata,
que penden de un collar azul marino, aunque en ocasiones pueden
verse bordadas sobre el mandil.
209
Plan de Logia y disposición de oficiales en el Rito York
210

VII
ALGUNAS NOTAS SOBRE HISTORIA DE
LA FRANCMASONERÍA

Dificultades, teorías

Mitos y leyendas de los orígenes

Aproximación a una historia general


211
Dificultades, teorías, y el propósito de su estudio

Ciertamente el ingreso en la masonería no conlleva la obligación de


cursar unos estudios determinados, ni la adquisición de un
conocimiento erudito per se. No obstante, difícilmente el neófito
podrá comprender la tradición masónica, su naturaleza, su
transmisión, y por tanto su finalidad última, si no ha llegado a una
cierta comprensión y verdadero discernimiento de los signos visibles
de su devenir: la historia de la Orden masónica.

Al hablar de historia y de historia de la masonería, debemos distinguir


la metodología usada por sus autores, poder discernir cuando
hablamos de: fuentes documentales, análisis de datos, simbolismo,
alegorías, mitos, historia oral, de las mentalidades; y además, cómo
han sido usados los recursos procedentes de las distintas disciplinas
humanísticas: arte, antropología, filosofía, psicoanálisis, exégesis,
arqueología, iconología, etc.

En este contexto es posible distinguir sin demasiadas dificultades


entre historia “literal” de la masonería, basada únicamente en lo
externo y temporal, del corpus tradicional que aglutina de una forma
integral todos los aspectos anteriores, y puede llevarnos a una mejor
comprensión de los lazos de unión del fenómeno masónico con las
antiguas prácticas iniciáticas de otras culturas y épocas.

La aproximación científica a la historia de la masonería, aun sumando


los factores antes descritos, presenta en ocasiones numerosas teorías e
interpretaciones. Una diversidad que hace en ocasiones a los masones
escoger la que aparentemente les es más cercana y hacer de ella una
visión exclusiva. Por ello, recomendamos al neófito buscar y
distinguir siempre lo esencial, la sabiduría perenne de la Orden,
pudiendo manejar el resto como una enriquecedora aportación y
fuente de motivación personal.

Mitos y leyendas de los orígenes de la masonería

No podemos en este espacio entrar en el análisis de las “teorías” sobre


las leyendas. Miles de bibliografías dan testimonio suficiente de la
212
fecundidad, imaginación e indicios sueltos extendidos por el mosaico
histórico de la francmasonería. De igual modo tampoco podemos
consignar una única “leyenda dorada” del oficio, pues obligaría a una
elección intencionada que no podría abarcar todos los Ritos. Esta
“leyenda del oficio” la encontraremos en prácticamente todas las
Antiguas Constituciones y constituye un patrimonio mítico oral
insustituible. Sus raíces y genealogía se remontan y expanden hacia
todos los ámbitos de tradición simbólica con una finalidad. Su lectura
debe ser efectuada en clave simbólica y alegórica, bajo un método
hermenéutico, y no literal o histórica, lo que llevaría a un total
absurdo.
213
Puede decirse que la tradición mítica de la masonería comienza con
los mitos de creación y construcción del mundo, y las menciones
bíblicas a la descendencia de Lamech: Jabal, fundador de la geometría;
Jubal, fundador de la música; Tubal Caín, fundador de la metalurgia y
la herrería. Sin olvidar a Adán como figura primordial del ser
humano, a Caín como hacedor del Arte sobre una tierra ya
desconectada del paraíso, a Enoch como colaborador del espíritu
sobre la tierra, y a Noé (precursor de Hiram) como patriarca y
guardián de la Tradición común de las religiones de libro. Todas estas
referencias constituyen los fundamentos del Arte, de la Tradición
antediluviana. El diluvio marca la pérdida de la Palabra, del
verdadero conocimiento. No obstante puede ser recuperado por las
dos grandes columnas grabadas por Enoc, a través de Hermes -el
restaurador de la Tradición- y Pitágoras. Por su acción, el único medio
para la restauración del estado primordial y de la conexión con lo
perenne, el Arte llega a Babel. En aquel lugar, el Arte se corrompe por
el orgullo, y la construcción sobre piedra se pervierte. Pero la
Tradición abrahámica restaura la verdadera herencia de Babel y
Caldea, y el Arte florece en Egipto, donde se mencionan las escuelas
pitagóricas. El siguiente episodio habitual, tras el Arca, el Tabernáculo,
y su artífice Betsalel, es la construcción del Templo de Jerusalén por el
rey Salomón. Hiram, orfebre y constructor, al que la masonería fue
ascendiendo hasta el papel de arquitecto, siendo la figura mítica
común en la simbología y los ritos masónicos, prácticamente no
aparece aun en los antiguos documentos. Más adelante, los relatos
mencionan a Carlos Martel (689-741 D.C.) como benefactor de la
masonería, asimilándolo a su nieto Carlomagno. Y seguidamente
aparecen los reyes de Inglaterra como precursores de ordenanzas y
Deberes para las asambleas de masones, mencionando explícitamente
la naturaleza de la Cofradía, grados diferentes, signos,
interpretaciones simbólicas a través de herramientas, el valor
constructivo de las siete ciencias, y los juramentos iniciáticos sobre el
Libro Sagrado.

Toda una secuencia narrativa no siempre lineal, y con abundantes


anacronismos destinados a subrayar funciones simbólicas y
arquetípicas, que ha quedado recogida en las Constituciones de
Anderson. De esta forma la francmasonería moderna, nacida de las
214
reformas de 1717 y 1723, se preocupaba de adherirse a la filiación de
unos orígenes míticos, sin los cuales, corría el grave riesgo de ser una
innovación.

Aproximación a una historia general de la


Francmasonería

En su origen la masonería fue una organización que reunía y


estructuraba a los artesanos constructores, si bien hay evidencias de
que poseía preocupaciones “especulativas”: símbolos, rituales,
alegorías, leyendas, relacionadas con la geometría y la construcción,
además de una notable fortaleza como institución gremial. Por
emplear un término actual no tenían sólo una finalidad “profesional”,
y una instrucción orientada a la función organizativa y social, sino que
la pertenencia a una de ellas suponía asumir toda una forma de vida
marcada por un estricto código de conducta, unas obligaciones
religiosas ineludibles, acompañadas de una relevante función social
215
en la ciudad. La habilidad profesional se veía entonces acompañada
de forma ineludible de una excelencia moral, un conocimiento de la
verdad fruto de la formación en las artes liberales, y el reconocimiento
de sus iguales y de sus contemporáneos.

La fuerte jerarquización y reglamentación ejercida por estos gremios


ha legado valiosos testimonios sobre su estructuración de grados y
funciones, y el conocimiento implícito asociado a éstas. Pero también
acerca de su relación efectiva con órdenes militares, religiosas, los
cabildos de las ciudades, y el patronazgo de monarcas, parlamentos, y
poderes religiosos. Puede decirse que el Arte de la construcción y la
Geometría como actividades arquetípicas han estado presentes en
todo momento en las corporaciones de oficio, y que su carácter
iniciático ha perdurado a través de numerosas mutaciones, sirviendo
de “refugio” y “vehículo” simbólico a numerosas “filiaciones”.

La francmasonería moderna “obediencial” nace con la creación de la


Gran Logia de Londres y Westminster en el año 1717, pero sus
fundadores están vinculados a logias y tradiciones de francmasonería
“especulativa” muy anteriores. Su historia nos lleva, según indican los
documentos más antiguos, a tiempos inmemoriales. En Escocia
existen registros de logia datados del siglo XVI, relaciones nobiliarias
entre la casa St Clair y los masones; en Inglaterra hay evidencias de
iniciaciones en el siglo XVII –Ashmole, Moray-, además de
referencias sobre “francmasones especulativos” antes de 1717, y
lamentables lagunas debidas a la quema intencionada de documentos
masónicos. Incluso Francia presenta indicios de líneas de gremios de
“Compañeros” que se remontan al siglo XVII y cuyos ritos y símbolos
se asemejan a los empleados por la francmasonería. Cabría entonces
preguntarse cuál ha sido el papel de la masonería hasta el siglo XVIII
y, más importante aún, qué ha sostenido a una organización como
ésta desde tiempos que se pierden en la historia hasta nuestros días.

En 1723 la Gran Logia de Londres y Westminster codificaba sus


antiguos documentos dando lugar a unas nuevas Constituciones. Los
masones “Modernos”, pretendían nacer del propio seno de la Orden
de sus predecesores, y por ello la reforma de Anderson y Desaguliers
se presentaba como continuidad y reformulación necesaria de una
216
Orden ya venerable, cuyas leyendas de los orígenes encerraban
profundos significados simbólicos y alegóricos. Las nuevas
estructuras, abiertas a hombres de todas las creencias y excluyentes en
principio hacia toda política partidista, se mostrarían aptas para la
recepción de “caballeros” y “prohombres”, y eficaces en su expansión
hacia otros países. Irlanda constituye su Gran Logia en 1725, Escocia
en 1736, año también de constitución de la Gran Logia de Francia.
Desde 1731 funcionaría la Gran Logia de Distrito de Rusia, en 1740 lo
harían la de Hamburgo y la Logia de los Tres Globos, con poderes de
Gran Logia. Mientras, en Madrid, la Logia Matritense se funda con
carta patente inglesa ya en 1728. En 1756 se fundaría el Gran Oriente
de Holanda, en 1759 la Gran Logia Provincial de Quebec, y la Gran
Logia de Finlandia. En 1761 lo haría la Gran Logia de Suecia, en 1764
la Gran Logia de Nápoles y Sicilia, y en 1769 se constituyen la Gran
Logia de Ginebra, la Gran Logia de Polonia. Tras 1776 con la
independencia americana comienza la fundación de Grandes Logias
en Norteamérica, y en 1784 van constituyéndose la Gran Logia de
Austria, y otras Obediencias alemanas. En 1809 se constituye la Gran
Logia Nacional de España, y con los procesos de emancipación de
América del Sur comenzaría una importante expansión masónica.

A pesar de esta importante expansión de la francmasonería moderna,


no obstante, esta reforma no devino exenta de reacciones y polémicas.
Además de la cuestión de la masonería jacobita, algunas logias
antiguas, descontentas por los cambios rituales y las nuevas
concepciones, constituyeron en 1751 la Gran Logia de Masones Libres
y Aceptados de Inglaterra, conocidos como los “Antiguos”, que venía
a situarse frente a los “Modernos”. Su reivindicación de usos
desconocidos para los innovadores, el origen y finalidad sagrada del
arte masónico, no tardó en verse de acompañada de menciones a
grados superiores –Royal Arch, Knight Templar-, que en Francia
tendrían el efecto de una auténtica eclosión casi desde sus inicios.
Roma, emite su bula condenatoria en 1738, pero no por ello se frena la
afluencia a la francmasonería desde todos los sectores sociales,
incluido el de religiosos. La francmasonería en Europa vive una
efervescencia cristalizada en logias de filiación diversa, en la creación
de nuevos Ritos masónicos, la búsqueda de utopías como la piedra
filosofal y la restauración del Temple, y la infiltración tanto de
217
tentativas racionalizadoras del ritual y del simbolismo, como de
elementos vinculados al activismo político e ideológico, y al ocultismo
incipiente.

Al comenzar el siglo XIX la estructuración de Ritos y Grandes Logias


está muy avanzada. Las reformas reglamentarias y doctrinales se
suceden en el ámbito masónico de cada país. Sin embargo, en 1813,
con la unión de los “Modernos” y los “Antiguos” en la Gran Logia
Unida de Inglaterra, se establece el “sistema” global y universal de la
francmasonería tal como lo conocemos hoy en día. La adopción
generalizada de lineamientos, usos comunes, y finalidades en
principio similares, pero siempre dejadas a la autonomía de cada Gran
Logia o Cuerpo para cada país, se ve acompañada de la extensión e
influencia sobre los “Ritos continentales” de las condiciones rituales
de los “Antiguos”: el sistema de 3 grados más el Arco Real, la
ceremonia de instalación del Venerable Maestro, las tres grandes
218
luces, posición de los oficiales, de las columnas, del tablero de Logia,
etc.

Ciertamente la irrupción de la francmasonería moderna en 1717 había


removido el enraizamiento de la actividad constructiva en los
fundamentos del oficio, así como la actividad tradicional de las
Logias, provocando una alteración en esta línea de realización
espiritual. Pero también vino a constituir un vehículo necesario para
adaptar los fundamentos simbólicos del Arte Real a la mentalidad
desacralizadora posterior a la Edad Media, y a objetivos contingentes
más cercanos aparentemente: la moral, la educación, la sociabilidad, la
tolerancia, e incluso la reflexión social y filosófica. Con ello la
masonería quizás evitó en cierta forma el agotamiento de su propia
tradición, mostrándose apta desde un cierto punto de vista para
recibir otras filiaciones extintas –rosacrucismo, templarismo, etc. -
Pero las graves irregularidades cometidas durante la expansión de las
logias y la creación de estructuras; las intenciones completamente
desviadas de la Tradición y una ignorancia manifiesta de los valores
que hasta ese momento habían animado la Orden, provocarían, en
medio de recurrentes condenas papales, no pocas infiltraciones hacia
el propio seno de la francmasonería, sino aun vigorosos movimientos
dentro del marco general de la “regularidad”. La francmasonería
devenía desde 1813 en un sólido sistema global y mundial, en un
centro de unión alrededor de una comunión de principios, pero
conformado por peculiaridades nacionales, y Ritos con
“personalidades” distintas. Sin embargo, las sensibilidades diversas,
en cuanto que acentuaban su propio alejamiento de la “ortodoxia”
masónica, en algunos casos fueron separándose o reproduciéndose de
forma autónoma, y con más o menos fortuna, en formas asociativas
autodenominadas como masónicas. Con el tiempo, y sobre todo a raíz
de la supresión por el Gran Oriente de Francia de toda mención al
G.A.D.U., su progresivo alejamiento de los principios masónicos, y su
activismo y expansionismo ideológico hacia otros países, estas
tendencias fueron identificadas paulatinamente como “irregulares”.
Desde finales del XIX y durante todo el XX las Obediencias masónicas
proliferaron en múltiples escisiones, sobre todo en los ámbitos de los
países mediterráneos y América Latina, mezclándose y siendo en
ocasiones confundidas con otras sociedades secretas –carbonarismo,
219
iluminatti, etc. -. Hechos que agudizaron el enfrentamiento con la
Iglesia y dieron lugar a nuevas Bulas condenatorias.

Desde entonces hasta nuestros días, bajo los avatares de la historia, y


los cambios sociales, económicos, ideológicos, y de las mentalidades
que ha experimentado el mundo, puede decirse que el sistema de la
“regularidad”, a pesar de su enorme heterogeneidad, se ha mantenido
estable en su naturaleza, finalidad, y actuaciones.

En la actualidad la masonería “regular” agrupa a todas las Grandes


Logias mundiales que se reconocen entre sí, y se hallan unidas por
lazos indisolubles de fraternidad, unidad de principios, y respeto a
idénticos lineamientos. Cada Gran Logia, dependiendo de su herencia
y devenir masónico, trabaja en los Ritos que ha recibido y cultivado. Y
ha creado las imprescindibles relaciones de amistad con los Cuerpos
masónicos que administran grados que no pertenecen a las logias
simbólicas: Supremos Consejos, Grandes Capítulos, Grandes
Prioratos, etc.
220

APÉNDICES

Información y recursos

Bibliografía

Glosario de abreviaturas

Glosario de términos masónicos


221

INFORMACIÓN Y RECURSOS

Recursos en línea

▲ Centro de Recursos Formativos Digitales de la Gran Logia de


España: www.gle-crd.com
▲ Pietre – Stones Review of Freemasonry: www.freemasons-
freemasonry.com

Bibliotecas, Museos, Centros de Documentación en


España

▲ Centro Documental de la Memoria Histórica. Salamanca


▲ Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME).
Zaragoza.
▲ Instituto de Estudios para la Masonería y el Krausismo. Madrid.
▲ Biblioteca Arús, en Barcelona.
▲ Biblioteca de la Gran Logia de España. Sedes en Barcelona y en
Madrid.

BIBLIOGRAFÍA GENERAL Y DE APRENDIZ

Bibliografía general y para el primer grado

Documentos de referencia:
▲ Rituales oficiales de la G.L.E. para cada uno de los Ritos.
▲ Constituciones y Reglamentos de la Gran Logia de España. Ed.2004
▲ Constituciones de Anderson. Versiones de 1723 y 1738.
▲ Douglas Knoop, Douglas: Handlist of Masonic Documents.
Kessinger, London.
▲ Douglas Knoop, Douglas: Early Masonic Cathecisms. Kessinger,
London.
222
▲ Douglas Knoop, Douglas: Early Masonic Pamphlets. Kessinger,
London.
▲ Douglas Knoop, Douglas: The Two Earliest Masonic MSS. (The
Regius MS & The Cooke MS). Kessinger, London.
▲ Negrier, Patrick: Franc-Maçonnerie d'après ses textes classiques.
Anthologie 1599-1967, Detrad, París, 1996.
▲ Negrier, Patrick: Textes Fondateurs de la Tradition Maçonnique
1390-1760. Ed. Grasset, París 1995.
▲ Tristan, Frédérick: La Franc-Maçonnerie: Documents fondateurs.
Editions de l´Herne.

Diccionarios y Enciclopedias:
▲ Abrines, Arús: Diccionario Enciclopédico de la Masonería.
▲ Chevalier, J. y Gheerbrant, A. : Dictionaire des Symboles. Ed.
Robert Laffont.
▲ Cirlot, Juan Eduardo: Diccionario de Símbolos. Siruela.
▲ Daza, Juan Carlos: Diccionario Akal de la Francmasonería.
▲ Hatman, Alexis: Diccionario Masónico. Ed.Letra y Espíritu.
▲ Ligou, Daniel: Dictionaire de la Franc-Maçonnerie.
▲ Mackey, Albert. : Enciclopedia De La Masonería. 4 Tomos.
▲ Farré, Jean: Diccionario de símbolos masónicos.
▲ VV.AA. (Dir. J.A. Ferrer Benimeli) Actas de los Congresos del
Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME).
▲ Waite, A.E. : Diccionary of Freemasonry.

Referencias del grado de Aprendiz:


▲ Adoum, Jorge: Manual de Aprendiz. Kier.
▲ Beresniak, Daniel: Los oficios y los oficiales de la Logia.
▲ Beresniak, Daniel: Simbols of freemasonry.
▲ Duncan, Malcolm C.: Masonic ritual and monitor.
▲ Gibet: Le livre d l´aprenti.
▲ Gibet: Le livre des outils.
▲ Gran Logia de España: Lecturas de Emulación. 1º grado.
▲ Gran Logia de España: Guía de Acompañamiento del Rito Francés
Moderno.
▲ Lavagnini, Aldo: Manual de Aprendiz. Kier.
▲ Lavagnini, Aldo: El Secreto Masónico. Kier.
▲ Macoy, Robert: Manual masónico 1º grado.
223
▲ Negrier, Patrick: Le Temple de Salomon et ses origines
égyptiennes, Paris, Télétès 1996.
▲ Negrier, Patrick: Le Temple et sa symbolique. Symbolique
cosmique et philosophie de l’architecture sacrée, Paris, Albin Michel
1997.
▲ Negrier, Patrick: Art royal et régularité dans la tradition de 1723-
1730, Groslay, Ivoire-clair 2009.
▲ Negrier, Patrick, Le Rite des Anciens devoirs. Old charges (1390-
1729), Groslay, Ivoire-clair 2006.
▲ Negrier, Patrick: La Tulip. Histoire du rite du Mot de maçon de
1637 à 1730, Groslay, Ivoire-clair 2005.
▲ Negrier, Patrick: Iconologie des tableaux de loge et du cabinet de
réflexion, Groslay, Ivoire-clair 2004.
▲ Pike, Albert: Morals and Dogma (First Degree).
▲ Pike, Albert: Las enseñanzas de la Masonería. Kier.
▲ Poliza, Juan: Lo que no debe ignorar el Aprendiz masón.
▲ Ragon: Curso filosófico de 1º grado.
▲ Santos, Luís H: Manual Ortodoxo Del Aprendiz Masón.
▲ Terrones Benítez, Adolfo: Los 33 Temas Del Aprendiz Masón.
▲ Ursin, Jean: Instrucions à l´usage des Aprentis pour le Rite Écossais
Rectifié. Ed. Dervy
▲ Vail, Charles H. : Ancient misteries and modern masonry.
▲ Ward, J.S.M.: The entered aprentice handbook.
▲ Wirth, Oswald: Manual de Aprendiz.
▲ Wirth, Oswald: El ideal iniciático.
▲ VV.AA.: Lecturas por preguntas y respuestas. R.E.A.A. (G.L.E.
2011)

Obras de referencia generales:

▲ Amadou, Robert: La Tradition Maçonnique. Ed. Cariscript


▲ Aubourg Dejean: Los hijos de la Luz.
▲ Bailey, Foster: El espíritu de la masonería.
▲ Bayard: Simbolique traditionelle. Detrand.
▲ Benoist, Luc: El esoterismo.
▲ Boucher, Jules: La Symbolique maçonnique. Dervy.
▲ Burckhardt,T. : Ciencia moderna y sabiduría Tradicional.
224
▲ Burckhardt,T. : El Arte desde el punto de vista de la Tradición
Perenne.
▲ Callaey, Eduardo R. : La masonería y sus orígenes cristianos.
▲ Callaey, Eduardo R. : El otro imperio cristiano.
▲ Callaey, Eduardo R. : El mito de la revolución masónica.
▲ Clavel: Historia de la Francmasonería.
▲ Dachez, Roger: Les origines du Régime Ecossais Rectifié, Histoire
des sources et des rituels. Dervy.
▲ De Smet y Boulard, Tristan: La clef écossaise. Vega. (libro y DVD)
▲ Desaguliers, René: Les Pierres de la Fran-Maçonnerie. Dervy.
▲ Desaguliers, René: Le deux colonnes du Temple. Dervy
▲ Eliade, Mircea: Imágenes y símbolos.
▲ Espinar La Fuente, Francisco: Esquema filosófico de la masonería.
▲ Espinar LaFuente, Francisco: Una filosofía emergentista.
▲ Ferrer Benimeli, José A. : La Masonería. Alianza Ed.
▲ Ferrer Benimeli, José A. : La masonería española.
▲ Ferrer Benimeli, José A. : El contubernio judeomasónico.
▲ Ferrer Benimeli, José A. : Iglesia, masonería e ilustración.
▲ Ferrer Benimeli, José A. : La masonería en el siglo XVIII.
▲ Finney: Practical workings of freemasonry.
▲ Gaultier, Gerard: La Tradición Oculta.
▲ Ghyka, Matila C. : El número de oro. Apóstrofe.
▲ Gimpel, Jean: The Cathedral builders.
▲ Giuliano di Bernardo: Filosofía de la masonería.
▲ Giuliano di Bernardo: La reconstrucción del templo.
▲ Guenon, René: Apercepciones sobre la iniciación.
▲ Guenon, René: Estudios sobre la masonería y el compañerazgo.
▲ Guenon, René: Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada.
▲ Goldstein, Touvia: La masonería. Preguntas y respuestas.
▲ Gould, Robert-Freke: History of Freemasonry.
▲ Hall, Manly P. : Las Claves perdidas de la francmasonería (sección
Aprendiz).
▲ Hani, Jean: Les Métiers de Dieu. Ed. Jean-Cyrylle Godefroy.
▲ Hani, Jean: La simbología del templo cristiano. Ed. Olañeta.
▲ Hani, Jean: Mitos, Ritos, Símbolos. Ed. Olañeta.
▲ Hodapp, Christopher: “Freemasons for Dummies”, Wiley
Publishing 2005.
225
▲ Horne, Alex: Le Temple de Salomon dans la Tradition Maçonnique.
Ed. du Rocher.
▲ Hurtado, Amando: ¿Por qué soy masón?
▲ Jacq, Christian: La Masonería. Alianza Ed.
▲ Jung, Carl: El Hombre y sus Símbolos. Caralt.
▲ Krause (edición Giner de los Ríos): Ideal de la humanidad para la
vida.
▲ Knoop, Douglas: The Genesis of Speculative Masonry.
▲ Knoop, Douglas: The medieval mason.
▲ Laban, René: Los símbolos masónicos. Obelisco
▲ Langlet, Philippe: Los Ritos masónicos I. Kompás Ed.
▲ Langlet, Philippe: Le rites maçonniques II. Dervy.
▲ Lomas, Robert: El Colegio invisible. Alianza Ed.
▲ Mackey, A.G. : The symbolism of freemasonry.
▲ Mackey, A.G. : The principles of masonic law.
▲ Mackey, A.G. : History of freemasonry.
▲ Mainguy, Irène: La Symbolique Maçonnique du Troisième
Millénaire. Dervy.
▲ Mainguy, Irène: Les initiations et l'initiation maçonnique. Jean-
Cyrille Godefroy Editions.
▲ Mainguy, Irène: Symbolique des outils et glorification du métier.
Jean-Cyrille Godefroy Editions
▲ Maistre, Joseph de: La Francmasonería.
▲ Mantel, León Zeldis: Las canteras masónicas. Kompás Ed.
▲ Mantel, León Zeldis:Entre la Escuadra y el Compás. Kompás Ed.
▲ Mellor, Alec: Nuestros hermanos separados los francmasones.
▲ Mellor, Alec: La encrucijada de la masonería.
▲ Miguel Arias, M. y Jiménez, A. : Joyas masónicas.
▲ Mourgues, Jean: El Pensamiento masónico. Kompás Ed.
▲ Naudon, Paul: La Franc-Maçonnerie. Collection Que Sais-je? nº
1064. Presses Universitaires de France.
▲ Negrier, Patrick: L'Eclectisme maçonnique suivi de Herméneutique
maçonnique et philosophie biblique, Groslay, Ivoire-clair 2003.
▲ Negrier, Patrick: La Tradition initiatique. Idées et figures autour de
la franc-maçonnerie, Bagnolet, Ivoire-clair 2001.
▲ Negrier, Patrick, La Pensée maçonnique du XIV° au XX° siècle,
Monaco, Rocher/Jean-Paul Bertrand 1998.
▲ Newton, Joseph F. : Los Arquitectos.
226
▲ Nuccio d’Anna: Jano y los Solsticios publicado en Il Dio Giano, Sear
Edizioni, Scandiano, 1992.
▲ Palou, Jean: La Franc-Maçonnerie, Payot.
▲ Pike, Albert: Las enseñanzas de la masonería. Kier.
▲ Powell, Arthur E. : La magia de la francmasonería.
▲ Puente López, Juan Luís: Firmado en la Piedra. Edilesa.
▲ Rifard, Pierre: L´Esoterisme. Collection Que Sais-je? nº 2116.
Presses Universitaires de France.
▲ Río, Santiago: La verdadera historia de los masones. Planeta.
▲ Roob, Alexander: El Museo Hermético. Taschen.
▲ Roman, Denys: Los Destinos de la francmasonería. (Etudes
Traditionelles).
▲ Roman, Denys: Reflexiones de un cristiano sobre la francmasonería
(Etudes Traditionelles).
▲ Tort-Nougués, Henry: La idea masónica. Kompás Ed.
▲ Serrano, Florencio; Altarriba, F.X.: La Masonería, una Orden
iniciática. La Esfera de los Libros.
▲ Serrano, Florencio: La tecnología masónica. Barcelona.2011
▲ Schlosser, José: La Piedra Franca, una historia masónica.
▲ Schuon, F. : El esoterismo como principio y como vía.
▲ Schwaller de Lubicz: Esoterismo y simbolismo.
▲ Schwaller de Lubicz: El Templo en el Hombre. Edaf.
▲ Siete Maestros Masones: Cosmogonía masónica. Obelisco.
▲ Siete Maestros Masones: La Logia Viva. Obelisco.
▲ Stevenson, David: “The Origins of Freemasonry: Scotland’s
Century, 1590–1710”, Cambridge University Press 1988.
▲Tourniac, Jean: Melkitsedeq ou la Tradition primordiale. Ed.Albin
Michel.
▲ VV.AA. La Masonería, la quinta ciencia. Ed. Letra y Espíritu,
monográfico nº 2.
▲ VV.AA. La Masonería en España. Memoria y razón, edición de la
G.L.E. y MRA, Barcelona, 2009.
▲ Waite, A.E. : Some deeper aspects of masonic symbolism.
▲ Waite, A.E. : The Secret Tradition in Freemasonry.
▲ Wilmshurst, W.L.:“Meaning of Masonry”. Gramercy, 1980.
▲ Wirth, Oswald: Teoría y símbolos de la filosofía hermética.
227
Publicaciones periódicas:

▲ EL ORIENTE. Boletín de noticias de la Gran Logia de España.


▲ LATOMIA. Revista de la Gran Logia de España (pensamiento,
investigación, filosofía, historia).
▲ Ars Quatuor Coronatum. Revista de la Logia de Estudios Quatuor
Coronati. U.G.L.E.
▲ Etudes Traditionelles.
▲ Revista La Puerta; retorno a las fuentes tradicionales.
▲ Les Cahiers de Villard de Honnecourt. Revista de la Logia Nacional
de Estudios de la G.L.N.F.
▲ Revista Letra y Espíritu.
228

GLOSARIO DE ABREVIATURAS

El uso y origen de las abreviaturas en masonería no es uniforme y


producto de un uso codificado. Si bien la costumbre de usar
abreviaturas se remonta a épocas muy antiguas, y a sociedades de
índole diversa, para facilitar la rapidez del copista y codificar los
documentos ante ojos extraños, encontramos en masonería formas
variadas de usar las abreviaturas: el tripunteado, y el uso de un solo
punto reservando los tres puntos para el plural; teniendo en cuenta
además la variedad notoria en la forma de contraer palabras o
duplicar letras. Con una mayor presencia en los rituales franceses,
también se han dado a posteriori explicaciones diversas al tripunteado
relacionándolo con el número tres, el delta, etc. Apuntamos aquí
algunas abreviaturas usuales en una división por bloques temáticos:

G.·.A.·.D.·.U.·. – Gran Arquitecto del Universo.


A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. – A la Gloria del Gran Arquitecto del
Universo.
Ven.·. - Venerable
V.·. M.·. - Venerable Maestro.
P.·.M.·. I .·. - Pasado Maestro Inmediato
P.·.M.·. - Pasado Maestro
P.·. Vig.·. - Primer Vigilante.
S.·. Vig.·. - Segundo Vigilante.
VV.·. (Vigg.·.) - Vigilantes
Or.·. - Orador.
Sec.·. - Hermano Secretario.
Tes.·. - Hermano Tesorero.
Exp.·. - Experto
D.·. de Cer.·. (D.·.C.·.) – Director de Ceremonias.
M.·. de Cer.·. (M.·.C.·.) - Maestro de Ceremonias.
D.·. (Diac.·.) - Diácono
Hosp.·. - Hospitalario.
G.·.T.·. (G.·.Temp.·.) – Guardatemplo

G.·.Sell.·. – Guardasellos
229
Arch.·.Bibl.·. – Archivero Bibliotecario
Arq.·.Rev.·. – Arquitecto Revisor
Col.·. de Arm.·. – Columna de Armonía
M.·. de Banq.·. – Maestro de Banquetes
Heral.·. – Heraldo
Port.·. - Portaestandarte

Q.·. H.·. - Querido Hermano.


HH.·. - Hermanos
V.·.H.·. – Venerable Hermano.
M.·.V.·.H.·. – Muy Venerable Hermano
R.·.H.·. – Respetable Hermano
M.R.G.M. – Muy Respetable Gran Maestro
Ap.·. (también A.·.) – Aprendiz
AA.·. - Aprendices
C.·. – Compañero
CC.·. - Compañeros
M.·. – Maestro
M.·.M.·. – Maestro Masón
MM.·.MM.·. – Maestros Masones

A.·.V.·.L.·. - Año de la verdadera Luz


AA.·.LL.·. y AA.·.MM.·. - Antiguos Libres y Aceptados Masones.
B.·. - Columna izquierda del Templo de Salomón y palabra de grado
según cada Rito.
Cab.·. - Caballero.
Cam.·. - Cámara.
Cam.·. de en Med.·. - Cámara de en Medio
Cam.·.de Refl.·. o C.·.R.·. - Cámara de Reflexiones
Col.·. - Columnas.
E.·. – Este
Est.·. Flam.·. – Estrella Flamígera
F.·.E.·.C.·. – Fe, Esperanza, Caridad
F.·.M.·. - Francmasonería
G.·.L.·. (Gr.·.Log.·.) - Gran Logia.
Gr.·. - Grado.
J.·. – Columna derecha del Templo de Salomón y palabra de grado
según el Rito.
230
M.·.R.·.G.·.M.·. – Muy Respetable Gran Maestro
L.·. - Logia.
L.·.I.·.F.·. – Libertad, Igualdad, Fraternidad
Log.·. - Logia.
M.·. - Masón.
Mas.·. - Masón.
O.·. - Oriente.
OB.·. - Obligación.
Pl.·. - Plancha.
Prof.·. - Profano
R.·.E.·.A.·.A.·. - Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
R.·.E.·.R.·. – Rito Escocés Rectificado
R.·.F.·. – Rito Francés
R.·.L.·. - Respetable Logia.
Resp.·.Log.·. - Respetable Logia.
S.·.F.·.U.·. - Salud - Fuerza - Unión.
S.·.F.·.B.·. - Sabiduría, Fuerza, Belleza.
S.·.S.·. – Sancta Sanctorum.
T.·.A.·.F.·. - Triple Abrazo Fraterno
Temp.·. (o T.·.) - Templo
Ten.·. - Tenida
Tall.·. - Taller
V.·.I.·.T.·.R.·.I.·.O.·.L.·. - Visita Interiora Terrae, Rectificando Invenies
Ocultum Lapidem.
V.·.L.·.S.·. – Volumen de la Ley Sagrada
231

GLOSARIO DE TÉRMINOS MASÓNICOS

La francmasonería de Tradición, heredera del oficio de constructor,


dispone de su vocabulario. Este consiste en un cierto número de
nombres, con definiciones precisas, que conviene dominar, ya que
aclara realidades fundamentales de la Orden. El vocabulario masónico
debería ser integrado de un modo coherente en el pensamiento del
nuevo Aprendiz, ya que si no existe este “fundamento” de
conocimiento no puede vehicularse ni transmitirse ningún corpus a
través del mismo. A continuación consignamos un breve glosario de
términos, que aun a modo de selección, deberá ampliarse con los
diccionarios y enciclopedias especializadas.

ABATIR COLUMNAS: Suspender los trabajos activos, cerrar o


disolver temporal o definitivamente una Logia retirando su carta
patente.

ABRIR TRABAJOS: Acto de dar comienzo a una reunión de


francmasones en Logia, y que se realiza según un ceremonial de
apertura.

ACEPTACIÓN DEL MALLETE: Acto de ocupar la presidencia de una


logia el visitante a quien el Venerable de la Logia se la ofrece por
respeto y deferencia a su grado o dignidad.

ACLAMACIÓN: Fórmula pronunciada al unísono por todos los


Hermanos presentes, que a veces se acompañan de baterías según los
Ritos.

ACTA: Proceso escrito de una tenida de logia redactada por el


secretario, y aprobada por el conjunto de los maestros tras las
observaciones del orador. Frecuentemente se denomina plancha
trazada de los trabajos.

ADJUNTO: Hermano nombrado por el V.M. para asistir a un oficial.

AFILIACIÓN: Adhesión de un masón a una logia distinta de aquélla


en la que ha sido iniciado.
232
ÁGAPE: Banquete fraternal organizado tras la tenida de la logia.

ALFABETO MASÓNICO: Sistema encriptado de alfabeto por cifras.

APRENDIZ: Denominación del primer grado de la masonería,


admitido en todos los Ritos.

ARTE REAL: Denominación simbólica dada a la masonería y que se


refiere a un ideal de vida, un método, que otorga el magisterio y el
gobierno de sí mismo.

ASAMBLEA: Reunión anual de la Obediencia de todos los miembros


con derecho a voto.

AUMENTO DE SALARIO: Acceso a un grado superior.

A PLOMO: Indica en masonería que una cosa está en su lugar, o en su


verdadero sitio; además de certificar que un obrero se halla al
corriente con sus obligaciones con el tesoro de la Logia.

AZUL: Se denomina “masonería azul”, “grados azules”, “Logia azul”,


a la masonería simbólica de los tres primeros grados.

BALOTAJE: Forma de expresar los masones sus votos por medio de


bolas o papeletas en escrutinio secreto.

BANQUETE BLANCO: Banquete masónico al que son admitidos los


profanos.

BANQUETE RITUAL: Banquete organizado en cada logia según ritual


establecido para San Juan.

BARRICA: Término que en el banquete masónico designa la botella.

BATERÍA: Signos sonoros que consisten en golpear con las manos


según un ritmo que difiere con cada grado.

BÓVEDA CELESTE: Es la cubierta que simbólicamente tiene la logia.

BÓVEDA DE ACERO: Homenaje rendido en el templo masónico a un


dignatario o a un visitante eminente por los hermanos alineados con
las espadas en alto entrecruzadas. Según los Ritos, bóveda formada
por los oficiales sobre el candidato durante los momentos más
solemnes de las ceremonias, y que transmite la influencia espiritual.
233
BRINDIS: Son los realizados en forma prefijada en los banquetes
masónicos.

BURIL: Nombre que se da a la pluma y al lápiz en las logias


simbólicas.

CÁMARA DE REFLEXIONES: Cámara en el que se encierra al


profano antes de su iniciación, para meditar ante un cierto número de
símbolos y redactar su testamento.

CALENDARIO MASÓNICO: Es de uso común añadir, para


simbolizar el origen del mundo, la cantidad de 4.000 años al año en
curso.

CANDIDATO: El solicitante se convierte en “candidato” una vez que


el Taller aprueba su solicitud, espera su ceremonia de iniciación tanto
fuera del Templo como en la cámara de reflexión, y es finalmente
admitido en el Templo.

CAÑÓN: Término que en los banquetes rituales designa el vaso.

CAPITACIÓN: Cotización debida por el francmasón a su Logia y


Obediencia.

CARGAR: Llenar los vasos en un banquete ritual.

CARTA: Título de Constitución dada por una Obediencia a una Logia


y que garantiza su regularidad.

CATECISMO: Antigua forma de enseñanza masónica de cada grado


por preguntas y respuestas.

CÁTEDRA DEL REY SALOMÓN: Sede ocupada en la logia por el


Venerable.

CIRCULACIÓN: En el curso de las ceremonias los francmasones se


desplazan con orden y rigor, en el sentido y forma previstos por el
ritual. En la “circulación solar” se sigue el sentido de las agujas del
reloj.

COLEGIO DE OFICIALES: Conjunto de Hermanos elegidos o


designados para ayudar al V.M. a dirigir la Logia.
234
COLUMNAS: Designa en primer lugar las dos columnas simbólicas J
y B situadas a la entrada de la logia. También significa el lugar que
ocupan los masones en la logia, según que estén al lado de una u otra
columna.

COLUMNA DE ARMONÍA: Formada por el oficial organista y los


Hermanos que le ayuden en ese cometido.

COMPAÑERO: Denominación del segundo grado de la masonería,


admitido en todos los Ritos.

CONCLUSIONES: Se denominan así en masonería los dictámenes que


exponen los Oradores en cada Taller y al final de todos los debates,
exponiendo la sana doctrina y jurisprudencia.

CONSAGRACIÓN: Ceremonia ritual por la que una logia es


constituida por la Obediencia que le otorga Carta Patente, y dedicada
al G.A.D.U., pudiendo desde ese momento trabajar en masonería.

CONSTITUCIONES: Marco reglamentario inspirado en los Antiguos


Deberes, y en las Constituciones de Anderson, que conforma el
conjunto de reglas masónicas y jurídicas de la Obediencia.

CONTRASEÑA: Modo de reconocimiento manual entre


francmasones.

CONVOCATORIA: Invitación a participar en los trabajos realizada


por el Secretario y enviada a los miembros del Taller.

CUADRADO LARGO: Forma simbólica de la Logia correspondiente a


un rectángulo áureo.

DESPERTAR: Vuelta a la actividad masónica de un francmasón o de


una Logia en sueño.

DESPOJAR DE LOS METALES: Acto por el que se realiza la


“desnudez” simbólica del candidato, y que consiste en quitarle todo
signo de ostentación y riqueza externa, símbolos del vicio y las
pasiones.

EDAD: Preguntar en masonería por la edad, equivale a inquirir el


grado que se posee, y en ocasiones el tiempo transcurrido desde la
235
Iniciación. La edad profana es simplemente uno de los requisitos para
pertenecer a la Orden.

ESCUADRA: Uno de los emblemas de la masonería, joya del V.M. , y


herramienta que simboliza el rigor, la equidad, y la rectitud.

ESPADA FLAMÍGERA: Espada usada por el Venerable en el R.E.A.A.


Su hoja es sinuosa y representa el fuego del cielo y la potencia
espiritual.

ESTAR A CUBIERTO: Se dice que el templo, una reunión, un


documento, etc., están a cubierto, para hacer constar que está seguro,
bien guardado y libre de toda injerencia profana.

EXCUSAS: En caso de ausencia a un tenida el francmasón debe


excusarse y hacer llegar su óbolo.

G: Letra sagrada inscrita en el centro de la escuadra y el compás.


Proviene de la palabra Geometría; las referencias inglesas la
relacionan con “God” (Dios), lo que relaciona a la Geometría con el
aspecto “constructivo” y ordenador de la divinidad.

GARANTE DE AMISTAD: Quien representa a una Logia o una Gran


Logia en otra, y es el responsable de cumplir con los compromisos del
“tratado de unión y amistad”.

GRADOS MASÓNICOS: Corresponden a los de Aprendiz,


Compañero, y Maestro.

GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO: Símbolo de la divinidad, del


principio supremo y creador, que todo lo fundamenta y regula según
el número, peso y medida.

GRAN CANCILLER: Gran oficial que normalmente tiene la


responsabilidad de las relaciones con las Obediencias extranjeras.

GRAN LOGIA: Nombre dado a una Obediencia y que designa a su


estructura, su funcionamiento, y su gobierno.

GRAN MAESTRO: Suprema autoridad en una Obediencia.

GRABAR: En lenguaje masónico significa escribir.


236
GUANTES BLANCOS: Símbolos de la pureza, los hermanos deben
llevarlos obligatoriamente en el templo.

HIJOS DE LA LUZ: Forma frecuente de designar a los masones.

HIJOS DE LA VIUDA: Forma con que se autodenominan los masones


para designarse como geómetras e hijos del espíritu.

HERMANO: Título fraternal con que se distinguen los miembros de la


francmasonería.

HIRAM: Orfebre y maestro constructor procedente de Tiro que hizo el


Templo de Salomón y dirigió a sus obreros.

INICIACIÓN: Ceremonia ritual por medio de la cual un candidato es


admitido en la masonería.

INSTALACIÓN: Ceremonia ritual para investir al Venerable Maestro


y transmitirle los poderes para hacer masones. También se dice de la
toma de posesión de los oficiales de la logia.

IRRADIACIÓN: Exclusión de un hermano juzgado indigno o que no


ha respetado sus compromisos, y que ha sido hallado culpable por los
órganos de magistratura correspondientes.

JOYA: Ornamento suspendido de un collar que varía según el cargo


de quien la porta.

JURAMENTO: Obligación solemne tomada al neófito en la ceremonia


de iniciación, o a un Hermano Masón en el momento de recibir un
nuevo grado.

JURISDICCIÓN: La suma de autoridad y gobierno que corresponde a


los cuerpos masónicos, a sus autoridades y a sus dignidades y
mandatarios.

JUSTA Y PERFECTA: Se dice de una Logia, que tres la forman, cinco


la componen y siete la hacen justa y perfecta. Las logias justas y
perfectas son las que gozan del pleno uso de todos los derechos
masónicos, y de su completa soberanía.

LANDMARKS: Reglas que han existido desde tiempo inmemorial -ya


sea en forma de ley escrita o de tradición oral- y que, inmutables, son
coesenciales con la Sociedad masónica.
237

LIBRO DE ARQUITECTURA: En ciertos Ritos, nombre del registro


que conserva los procesos verbales (actas) de las tenidas.

LIBRO DE PRESENCIA: En ciertos Ritos es el registro puesto a la


disposición de todos los masones presentes, miembros del taller y
visitantes, donde deben anotar su nombre, grado, Logia u Oriente del
que provienen.

LOGIA: Lugar a cubierto donde se reúnen los masones. Entidad


presidida por un Venerable que cuenta al menos siete maestros para
ser regular.

LOGIA MADRE: Designa a la Logia donde un Hermano ha recibido la


Iniciación.

LATOMO: Del latín latomus, significa albañil o masón.

LOVETÓN: Hijo de francmasón presentado por su padre a la logia.

LUZ: Simbólicamente representa el resplandor de la divinidad, la más


alta ciencia emanada del Gran Arquitecto, el conocimiento, la
consciencia. Se dice “dar la luz” al acto de iniciar a un profano.

LLAMADA: Se denomina al acto de golpear a las puertas de la Logia


dando los golpes que corresponden al grado en que el Taller trabaja.

MAESTRO: Denominación del tercer grado de la masonería, admitido


en todos los Ritos, que otorga la plenitud de derechos y obligaciones,
así como de participación en Logia.

MANDIL: Prenda usada por los masones en la logia. Su decoración


varía según el grado, el Rito y la Obediencia.

MALLETE: Martillo con dos cabezas, de madera o de marfil. En la


logia es el atributo del Venerable y de los dos Vigilantes.

MALLETES BATIENTES: Honor con el que en ciertos Ritos son


recibidos en el templo los dignatarios de la Orden.

MARCHA: Disposición de pasos ordenados y regulares por los cuales


se entra en el Templo o Logia. La marcha constituye lo que se llama el
signo pedestre.

MEDIANOCHE: Hora simbólica de cierre de los trabajos masónicos.


238

MEDIODÍA: Hora simbólica de apertura de los trabajos masónicos.

METALES: Signos exteriores de riqueza y de las pasiones humanas y


debilidades humanas.

NADIR: Punto más profundo de la dimensión vertical en el interior de


la tierra, y de la logia.

NEOFITO: Del griego neophitos que significa propiamente recién


nacido. Se dice del recién admitido en la Orden masónica al que deben
serle revelados los secretos.

NE-VARIETUR: Firma que los Hermanos están obligados a estampar


en todos los diplomas y demás documentos justificativos de sus
grados, para acreditar su personalidad masónica.

OBEDIENCIA: Unión, Federación o Confederación de logias que


aceptan una misma autoridad.

ÓBOLO: Cantidad entregada por cada masón al terminar la tenida


para las obras de beneficencia.

OCCIDENTE: Lugar donde se halla situada la puerta de entrada


simbólica de la Logia.

OFICIAL: Maestro masón encargado en la Logia de una


responsabilidad particular.

ORDEN: Institución reglada como es la francmasonería.

ORIENTE: Lado opuesto a la puerta de la entrada de los Templos


masónicos. Dentro de la Logia o Templo suele situarse en un nivel
superior al que se accede por una grada de tres escalones. Oriente es
también el lugar geográfico donde la Logia trabaja de acuerdo con la
carta patente recibida de la Obediencia.

ORIENTE ETERNO: El situado más allá de la muerte.

PADRINO: Nombre dado a un Hermano (Maestro masón) que


presenta a un candidato y asume la responsabilidad de su andadura
masónica.

PALABRA SAGRADA: Palabra de reconocimiento propia de cada


grado que contiene su núcleo esencial.
239

PASAR LA LLANA: Expresión masónica que significa perdonar a un


hermano la ofensa que ha hecho, y allanar las diferencias por el bien
común.

PATENTE: Carta constitutiva entregada por una Obediencia a siete


maestros masones que les autoriza a crear una nueva logia.

PIEDRA DE FUNDACIÓN: Primera piedra de un templo masónico o


de un edificio, cuya colocación da lugar a una ceremonia ritual
particular.

PLANCHA: También llamada “pieza de arquitectura”, significa todo


trabajo escrito, bien se trate de un acta, un discurso, una reflexión,
correspondencia.

PÓLVORA: Significa la bebida en los banquetes masónicos. Según el


color designa una u otra. Así la pólvora blanca es el vino; la floja el
agua; la roja, el vino tinto; la fulminante, los licores; la amarilla, la
sidra, o la cerveza.

PROFANO: Persona no iniciada, que se halla fuera del Templo


masónico (profanum). Se aplica igualmente a todo lo que es ajeno a la
masonería.

PRUEBAS: Viajes simbólicos efectuados por el neófito durante la


ceremonia de iniciación.

RECEPCIÓN: Ceremonia mediante el cual se procede a la admisión


de los nuevos miembros que ingresan en la Orden.

RECIBIR LA LUZ: Ser iniciado.

RECIPIENDARIO: El profano admitido para ser recibido masón, y


que en el día de su recepción va a sufrir las pruebas, y recibir la Luz.

REGULARIZACIÓN: Acto por el cual una Logia otorga la regularidad


a un masón, o una Obediencia a un Taller.

RETEJADO: Acto por el cual un visitante debe demostrar su


pertenencia a la Orden, el grado que dice ostentar, así como su
filiación a otra Gran Logia o Gran Oriente regular y en amistad con la
Obediencia que le recibe. Según el Rito, el retejado suele ser
responsabilidad del Segundo Vigilante o del Experto de la Logia.
240
RITO: Conjunto de grados masónicos formando un todo coherente.
Conjunto de ceremoniales y reglas que fijan el desarrollo y las formas
del trabajo en logia.

RITUAL: Todo lo relacionado con los ritos. Se llama ritual a los libros
que contienen el orden, las fórmulas y demás instrucciones necesarias
para la práctica uniforme y regular de los trabajos masónicos en
general.

ROJA: Suele denominarse “masonería roja”, a diferencia de la azul, a


los cuerpos que trabajan dentro de los Grados Filosóficos, Órdenes de
Sabiduría o Capítulos de los llamados “Altos Grados” de ciertos Ritos
masónicos.

SACO DE PROPOSICIONES: Bolsa en la que los Hermanos pueden


depositar las proposiciones que creen que deben hacer en interés de la
Logia. Según los Ritos, como el Rito Francés, estas proposiciones son
únicamente los aumentos de salario o la presentación de candidaturas,
mientras que otros Ritos, como el R.E.A.A. aceptan todo tipo de
propuestas, incluidos trabajos de planchas y piezas de arquitectura.
Hay Ritos, como los de origen anglosajón, donde las proposiciones se
hacen de viva voz en un momento determinado del orden del día, y
que la costumbre masónica española suele denominar
“levantamientos”.

SALARIO: Es la justa recompensa del masón por el trabajo


constructivo realizado, y su dominio de los principios del Arte.

SALA HÚMEDA: Habitación de una edificación masónica destinada a


servir como vestidor, bar, o donde se celebran los ágapes.

SEÑAL DE RECONOCIMIENTO: Señal que permite a un masón


hacerse reconocer como tal.

SIGNO DE ORDEN: Signo simbólico de grado en el que trabaja en el


taller.

SOLICITANTE: Aquella persona, o profano que habiendo solicitado el


ingreso a una Logia, y debidamente inspeccionado y considerado
adecuado por una comisión de HH.·. aplomadores, ha sido propuesto
en firme para su ingreso.
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SOLSTICIOS: Fiestas solemnes de San Juan que anualmente celebra la
masonería en la época en que tienen lugar los solsticios de verano y de
invierno.

SOMBRERO: Prenda que forma parte de la decoración de un Maestro


masón en ciertos Ritos.

SUEÑO: Estado en el que se encuentra un francmasón o una Logia


que han interrumpido su trabajo masónico regular sin perder, sin
embargo, sus derechos masónicos.

TALLER: Nombre dado en masonería a las Logias y a los Hermanos


que las integran.

TEMPLO: Para el masón, en primer lugar es el ideal a realizar: el


Templo de Salomón que jamás se acabará de construir. También es el
local en el que se reúne la Logia.

TENIDA: Reunión de trabajo de una Logia.

TENIDA BLANCA: Reunión masónica en la que son admitidos


oyentes profanos.

TENIDA CONJUNTA: Tenida masónica organizada por varias Logias


del mismo Rito y a la que asisten sus miembros.

TESORO: Son los bienes de la Logia, el cual no incluye los fondos de


beneficencia.

TOQUES: Signos manuales de reconocimiento.

TRONCO DE LA VIUDA: Bolsa en la que al fin de cada tenida, los


masones depositan sus óbolos para las obras de beneficencia de la
logia. También se le denomina saco de beneficencia y saco de los
pobres.

TRONO DE SALOMÓN: Nombre dado a la silla reservada en el


templo al Venerable Maestro en la Logia.

ÚTILES: Nombres dados a las herramientas, y a ciertas


funcionalidades simbólicas y medios de trabajo.
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VALLE: Nombre dado a la localidad en la que residen Cuerpos
jurisdiccionados del R.E.A.A., y en ese Rito, a la zona de la Logia que
se diferencia del Oriente.

VARA: Objeto utilizado de forma ritual por diferentes oficiales, según


el Rito.

VENDA: Tela que cubre los ojos de los postulantes en su ceremonia


de iniciación.

VIAJES: Término aplicado a las perambulaciones o desplazamientos


del candidato alrededor de la logia durante sus pruebas de iniciación.

VISITANTE: Hermano no afiliado a una Logia que proviene de otra


Logia regular, y que habiendo solicitado visitar la Logia, ha sido
autorizado a trabajar en ella.

V.I.T.R.I.O.L.: Visita Interiora Terrae. Rectificando Invenies Occultum


Lapidem ("Visita al interior de la tierra. Al rectificar encontrarás la
Piedra escondida"). En el R.E.A.A. esta inscripción figura en el muro
del gabinete de reflexión.

VOLUMEN DE LA LEY SAGRADA: Es el Libro que preside y abre los


trabajos masónicos, y sobre el que se realizan los juramentos.
Corresponde a una de las tradiciones espirituales y puede ser la
Biblia, la Torah, el Corán, los Vedas, etc.

ZENIT: Punto culminante de la dimensión vertical y de la logia. Es el


mismo centro de la bóveda celeste.

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