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CARTA DE PROMULGACIÓN
1. PROPÓSITO:
2. VIGENCIA:
3. DISTRIBUCIÓN:
4. INSTRUCCIONES ESPECIALES:
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c. Este manual deja sin efecto cualquier otro documento que colide con lo
establecido en este.
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TEMA Pag.
INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………… 1
Sección B Fracturas……………………...……..……………..………… 16
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INTRODUCCIÓN.
Tú, como miliciano, formas una parte importante de nuestras FANB y por ello
constituyes uno de los pilares fundamentales sobre la cual descansa la seguridad
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CAPITULO I
PRIMEROS AUXILIOS
Sección A
1. Generalidades.
Sección B
1. Tipos de accidentes.
A continuación se describen algunos accidentes que se pueden producir en
combate, sus síntomas, causas y cómo actuar hasta tanto sea atendido por el
personal médico especializado.
2. Fracturas.
Las fracturas (huesos rotos) pueden ocasionar a la víctima la incapacitación
total o la muerte; para prevenir lo anterior deben ser tratadas a tiempo de
manera que la víctima se recupere por completo, evitando daños mayores. Esto
depende de los primeros auxilios que se le presten a la víctima antes de
moverla, y comprenden la inmovilización de la parte fracturada de acuerdo al
caso.
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Fractura abierta: Esta es una fractura del hueso con herida exterior (en la
piel). Las fracturas abiertas pueden ser ocasionadas por huesos que
atraviesan la piel o por un proyectil (una bala o un fragmento de
granada) que atraviesa la carne y rompe el hueso. Las fracturas abiertas
pueden generar infecciones.
3. Hemorragias.
Es la salida por rotura de los vasos sanguíneos: arterias, venas y capilares que
pone en peligro la vida de una persona. Existen cuatro métodos para controlar
una hemorragia:
Venos Capilar
Arteria
o
l
Presión directa: Aplicación de presión directa sobre la herida, puede hacer uso
de gasas estéril o material similar atado directamente sobre la herida.
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El torniquete se hará con una tira ancha (5 cm. aprox.), se pondrá la tira y
se harán dos nudos.
4. Shock.
Es toda lesión grave (heridas sangrantes, fracturas, quemadura extensa o
profunda) como consecuencia de que el sistema cardiovascular no puede
proporcionar un adecuado riego a los órganos vitales. El origen son los fallos
cardiacos y/o pérdida de sangre.
Sus síntomas son: piel pálida, fría y sudorosa; pulso irregular y rápido;
respiración superficial, rápida e irregular, normalmente el lesionado se muestra
asustado, inquieto. Para ello se debe proceder de la siguiente manera:
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5. Asfixia.
Se define como la sofocación, inconsciencia causadas por la privación de
oxigeno que origina acumulación de anhídrido carbónico y ácidos fijos. Entre las
causas de asfixia se presenta la intoxicación por gas, humo, ahogamiento e
introducción de cuerpos extraños en las vías respiratorias.
Sus síntomas son: la piel toma una coloración azulada, palidez en el rostro, y
descenso de la temperatura corporal.
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espalda de la misma con los pulgares unidos y a una altura tal que los
talones de las manos coincidan con la línea de las axilas del accidentado.
En esta posición la persona que auxilia avanza sus manos lentamente,
con los codos derechos y los brazos casi verticales, ejerciendo firme
presión sobre la espalda de la víctima. A continuación, procede a
retroceder desviando lateralmente sus manos hacia los brazos de la
víctima y levanta por encima de los codos hasta notar resistencia en los
hombros, luego los deja caer suavemente. Este ciclo de movimientos
debe ejecutarse 12 veces por minuto.
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6. Quemaduras.
Las quemaduras son lesiones producidas sobre la piel por efectos del calor,
agua caliente, agentes químicos, llamas, electricidad, etc. En toda quemadura
existe peligro de infección y de la postración nerviosa (shock).
De tercer grado: son aquellas que afectan todas las capas de la piel,
incluyendo la grasa subcutánea.
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c. Tratamiento
Los primeros auxilios que se le apliquen a la víctima debe estar orientados
a aliviar el dolor e impedir posibles infecciones. Para ello se debe actuar de
la siguiente manera:
a. Mordedura de serpiente.
Mantenga a la persona tan quieta como sea posible. No la deje caminar
ni correr. Si puede hacerlo, mate la serpiente y reténgala para que el
personal de sanidad la identifique a fin de que pueda administrarse el
suero antiofídico adecuado.
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Sección C
a. Cloro
El cloro, en diversas formas, se usa casi universalmente para la desinfección
del agua. La cantidad de cloro necesaria para desinfectar el agua depende
de la concentración de materias orgánicas, de la temperatura tiempo de
contacto, del cloro residual requerido. El agua deberá retener por un periodo
adicional de veinte minutos (20) antes de su distribución para el consumo.
b. Ebullición.
La ebullición es uno de los métodos más seguros de purificación. Se requiere
un mínimo de ebullición para esterilizar el agua, pero se debe prestar
atención para cerciorarse de que efectivamente ha hervido por el tiempo
necesario La aeración del agua trasegándola de uno a otro recipiente
eliminará el gusto insípido, al tomar nuevamente está el oxígeno perdido en
la ebullición.
c. Filtración.
En la purificación del agua, la filtración constituye uno de los procedimientos
fundamentales usados para la eliminación de la turbidez y otras materias
suspendidas. La filtración se efectúa por medio de filtros de arena especial
de filtro.
d. Desinfección
El agua se deberá desinfectar porque ningún procedimiento de purificación
único o combinación de procedimientos eliminará completamente del agua
de los organismos patógenos. Los productos químicos como cal, ozono,
yodo o las tabletas especiales para purificación, son los más indicados en
este método.
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CAPITULO II
Sección A
1. Heridas en la cabeza.
Una herida en la cabeza consiste en una cortada o contusión en el cuero cabe-
lludo; una fractura del cráneo con lesiones en el cerebro o en los vasos
sanguíneos del cuero cabelludo, el cráneo y el cerebro. Por lo general, las
fracturas graves del cráneo y las lesiones al cerebro ocurren al mismo tiempo.
a. Precauciones especiales
No toque ningún tejido de la masa encefálica que sobresalga de una
herida en la cabeza; limítese tan solo a cubrir la herida con apósito
estéril. No toque ni trate de quitar ningún cuerpo extraño que se
encuentre en la herida.
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a. Precauciones especiales
Ante todo, detenga cualquier hemorragia que pueda obstruir la entrada
de aire; luego despéjela. Puede haber pedazos de dientes rotos, de
hueso o de piel, además de una dentadura postiza, en el interior de la
boca.
3. Heridas en el abdomen.
Las heridas en el vientre que resultan más peligrosas son aquellas en que un
objeto penetra la pared abdominal y atraviesa órganos internos o vasos sanguí-
neos grandes.
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a. Precauciones especiales
No toque ni trate de meter nuevamente en el vientre cualquier órgano,
como los intestinos, que se haya salido por la herida; cúbralos con uno o
más apósitos estériles. Sin embargo, si es necesario mover un intestino
expuesto hacia adentro del vientre para cubrir la herida adecuadamente
hágalo. Sujete los apósitos con vendajes, pero sin presión, ya que ésta
no ayudará a detener la hemorragia interna y puede ocasionar daños
adicionales.
Sección B
1. Fracturas.
Las fracturas (huesos rotos) pueden resultar en la incapacitación total o en la
muerte; por otra parte, es posible tratarlas de tal manera que la víctima se
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a. Clases de fracturas.
Fractura cerrada: esta es una fractura en la cual la piel ha quedado
intacta; pero puede haber daño subcutáneo. Aunque la herida sea
solamente una dislocación o torcedura, debe ser considerada como una
fractura cerrada en la administración de primeros auxilios.
Fractura abierta: Esta es una fractura del hueso con herida exterior (en la
piel). Las fracturas abiertas pueden ser ocasionadas por huesos que
atraviesan la piel o por un proyectil (una bala o un fragmento de granada)
que atraviesa la carne y rompe el hueso. Las fracturas abiertas están
expuestas a contaminación.
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c. Técnica de entablillamiento.
Use el principio de entablillar a la víctima en el lugar donde se encuentra.
Por tanto, es preciso entablillar la parte fracturada antes de tratar de
mover a la víctima y sin cambiar la posición de la parte afectada. si el
hueso está en posición extraña o si la rodilla o el codo está doblado, no
trate de enderezarlo, y si está recto, no trate de doblarlo. Después de
entablillar una fractura, coloque a la víctima sobre una camilla antes de
transportarla. Si las circunstancias hacen necesario transportar a la
víctima sin que se le haya entablillado una fractura en una pierna, se
deberá atar la pierna rota a la pierna buena, usándose así la pierna
buena como una tablilla. Luego agarre a la víctima por debajo de las
axilas y hálela en línea recta solamente. No le dé vueltas ni la mueva de
lado.
Amarre bien las tablillas con vendajes en varios puntos arriba y debajo de
la fractura, pero no tan estrechamente como para obstaculizar la
circulación. Ate los vendajes con nudo llano en la tablilla exterior.
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en el lugar de la fractura.
Posición boca abajo: Si la baja está boca abajo, hay que moverla en la
misma posición. Usando el mismo grupo de cuatro hombres y la misma
técnica, coloque a la víctima sobre una camilla corriente o en una
improvisada de frazadas, manteniendo la columna vertebral arqueada.
Si se va a utilizar una camilla corriente, primero coloque una frazada
doblada en el punto donde se colocará el pecho de la víctima.
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Se necesitan por lo menos dos personas para atender a una víctima que
tenga el cuello fracturado y que deba ser trasladado de un lugar a otro, ya
que es preciso mover la cabeza y el tronco en forma muy cuidadosa. Las
dos personas deben trabajar en muy estrecha coordinación para evitar que
se mueva el cuello en forma alguna. El procedimiento correcto es el que se
describe a continuación:
Coloque una tabla ancha al lado de la víctima. Dicha tabla debe ser
ocho pulgadas más larga que la víctima, de modo que sobresalgan
cuatro pulgadas en cada extremo (la cabeza y los pies), tal como se
muestra en la figura a.
Si la víctima está boca arriba, el hombre número 1 le sujeta firmemente
la cabeza y el cuello mientras que el número 2 la agarra por el hombro y
la cadera y la coloca cuidadosamente sobre la tabla, mientras impide
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Sección C
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Si no se dispone de varas
largas o substitutos ade-
cuados, se pueden enrollar
hacia el centro los dos
bordes laterales de un
artículo grande como una
frazada; luego se agarran los
lados enrollados para
transportar a la víctima que
yace en el centro de la
frazada. Diversos modos de
improvisar camillas se
describen en las figuras.
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CAPITULO III
Sección A
Salvar vidas
3) Poner la cabeza boca arriba, con una frazada enrollada u otro objeto
semejante debajo de los hombros, de esta manera inclinándole la
cabeza hacia atrás. Si no se dispone de tal objeto, inclínele la cabeza
hacia atrás de modo que la barbilla quede hacia arriba. Esta posición
amplia la entrada de aire.
4) Colocar la mandíbula inferior tan atrás como sea posible, de modo que
se extienda hacia arriba. Esta posición aleja la base de la lengua de la
parte posterior de la garganta, ampliando así el conducto hacia los
pulmones. Hay dos métodos de sacar la mandíbula inferior hacia
afuera: con el pulgar o con ambas manos.
a) El método de sacar la
mandíbula hacia afuera
con el pulgar. Este es el
método preferido
excepto en casos de
heridas que no lo
permiten. Coloque el
pulgar en la boca de la
baja y agarre
firmemente la
mandíbula inferior
elevándola y sacándola
hacia afuera. No trate
de sujetar ni deprimir la
lengua.
b) El método de sacar la
mandíbula hacia afuera
con ambas manos.
Este método se utiliza
si la mandíbula está tan
estrechamente cerrada
que no permite
introducir el pulgar en la
boca. Agarre los
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lado y péguela varias veces con bastante fuerza entre los hombros
hasta despejar la entrada de aire. Luego ínflele los pulmones.
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6) Al cansarse Ud., cambie con otra persona si hay una disponible, pero
sin alterar el ritmo de la respiración artificial. Esto se hace moviéndose
a un lado, siguiendo con la respiración artificial, para que la otra persona
tome su posición desde el otro lado. Durante el paso de estirar los
brazos, la persona que lo va a reemplazar a usted agarra las muñecas
de la baja y continúa la respiración artificial al mismo ritmo. Su
reemplazo agarrará las manos de la baja durante el paso de colocar
nuevamente los brazos sobre el pecho.
2) El corazón se encuentra
entre el, esternón y la
espina dorsal (véase la
figura). La aplicación de
presión sobre el
esternón empuja el
corazón contra la espina
dorsal, expulsando así
la sangre que luego
pasa a las arterias. Al
eliminar la presión, el
corazón se vuelve a
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llenar de sangre.
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Sección B
Detención de hemorragias.
1. Hemorragia.
Las heridas son las condiciones que más comúnmente requieren primeros
auxilios. La hemorragia no controlada ocasiona la postración nerviosa y
finalmente la muerte1 Por esto es preciso que d. tome las medidas necesarias
para detenerla. La aplicación de un apósito con presión es el mejor método de
controlar la hemorragia en una situación de urgencia. Además de usar un
apósito con presión, la elevación del miembro herido y la aplicación de presión
con los dedos deben ser empleados cuando sea necesario. Otro método para
controlar la hemorragia es la aplicación de un torniquete. Sin embargo, no se
recomienda el uso del torniquete a menos que los demás métodos no den
resultado, ya que es posible que la baja pierda el miembro herido al cual se
aplica el torniquete.
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p.
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r
lo general, se puede detener la hemorragia elevando el miembro
herido arriba del nivel del corazón. Sin embargo, no se utiliza la
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3. La utilización de un torniquete.
a. Generalidades.
Un torniquete es una faja o tira con que se envuelve estrechamente un
miembro herido para detener una hemorragia severa. Se utiliza el
torniquete Solamente en casos en que no da resultados la aplicación de
presión sobre la herida o en el punto de presión apropiado y la elevación
del miembro herido (de ser esto posible). Es posible que la presión no
detenga la hemorragia de una arteria principal del muslo, la parte inferior
de la pierna o la hemorragia de varias arterias simultáneamente como
resultado de una amputación traumática. Si continúa sangrando la herida
y se empapa de sangre el apósito de primeros auxilios aunque se haya
aplicado presión manual bien firme, será necesario aplicar un torniquete.
Una vez aplicado un torniquete, es preciso que la baja sea examinada por
un oficial de sanidad lo más pronto posible.
Cuando quiera que sea posible, coloque el torniquete sobre una manga o
el pantalón (conteniendo el material bien liso), para no pellizcar ni torcer la
piel. Cualquier daño a la piel puede resultar en una amputación adicional
por falta de piel para tapar el muñón. La protección de la piel de la baja
también evita el dolor adicional.
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f. La revisión del
torniquete y el
vendaje. Una vez
colocado el
torniquete, revíselo
frecuentemente, al
igual que las
vendas, para
asegurarse de que
no se haya suelto y
que no haya
hemorragia
adicional. De ser
necesario, apriete
más el torniquete
pero no lo suelte
por ningún motivo.
Sola-mente el
personal de
sanidad
competente tiene el
adiestramiento
necesario para
soltar
correctamente un
torniquete.
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Sección C
1. Apósitos y vendajes.
a. Generalidades.
Todas las heridas (menos las que
ocurren en circunstancias
especiales, como en una sala de
operaciones) están contaminadas
debido a la presencia de microbios
en la piel, la ropa y el aire.
Además, todo proyectil o
instrumento que causa heridas
introduce microbios. La infección
resulta de la multiplicación y
extensión de los microbios que
invadieron la herida o ruptura en la
piel. El hecho de que la herida ya
esté contaminada no disminuye la
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2. Tipos de apósitos.
Los apósitos son almohadillas o compresas estériles para cubrir las heridas.
Por lo general, están hechos de gasa o algodón envuelto en gasa. En
campaña, el apósito de uso común es el de primeros auxilios con vendas.
Otros apósitos disponibles en ciertas condiciones son compresas de gasa de
diversos tamaños y pequeñas compresas sobre una tirilla de cinta adhesiva.
Para la disponibilidad de dichas compresas.
La aplicación de los apósitos.
a. Corte la ropa y quítela de encima de la herida para evitar la contaminación
adicional.
b. Saque el apósito de su envoltura y colóquelo directamente sobre la herida
sin dejarlo tocar otra cosa. Para la aplicación de apósitos en heridas
especiales.
fracturas. Un vendaje debe aplicarse de manera firme, con los extremos bien
asegurados para evitar que se suelten tanto el apósito como el vendaje. El
vendaje no debe apretarse al extremo de detener la circulación de la sangre.
si es necesario hacer un nudo para sostener bien el vendaje, emplee un nudo
llano, por su gran seguridad. Los vendajes disponibles en campaña
generalmente son de gasa o muselina. Los tres tipos generales son los de
cabos, los triangulares y en forma de corbata, y los vendajes arrollados.
b. Vendajes triangulares y en
forma de corbata.
Estos se hacen del pedazo
triangular de muselina (37"
x 37" x 52") que se
encuentra en el estuche de
primeros auxilios de uso
general y en la Unidad de
Tratamiento Médico de
Emergencia. Si se aplica
sin doblarlo, se llama
vendaje triangular (figura
a). Si se dobla para formar
una tira larga, se llama
vendaje en forma de
corbata (figura b).
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Cruce los dos extremos sobre el ápice; luego páselos por los lados de
la cabeza y átelos en la frente con un nudo llano.
Coloque el ápice suelto dentro del cruce de los extremos sueltos detrás
de la cabeza y, de ser posible, sujételo con un alfiler.
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ojos son sincronizados, el uso del ojo sano hará moverse el ojo herido, lo
cual puede resultar en daño adicional. Además, es posible que sea
necesario tapar un ojo para
vendar una herida en el área
cerca del ojo, aunque ésta en
realidad no afecte el ojo
tapado
La aplicación del vendaje de
corbata en el ojo o en el área
del oído.
Coloque el centro del
vendaje encima del ojo u
oído.
Cruce los extremos sueltos, pasándolos alrededor de la cabeza en
direcciones opuestas, y átelos con un nudo llano.
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10) La mandíbula.
Observación. Antes de vendar la mandíbula, saque de la boca la
dentadura postiza (completa o parcial) y colóquela en el bolsillo de la baja.
Al aplicar el vendaje, deje suficiente espacio para permitir la entrada de
aire y la salida de materia de la boca. Para asegurarse de que no se le
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