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Logan Chase Tóxico

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Logan Chase Tóxico

Logan Chase 1

Tóxico

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Este libro fue publicado por el mismo autor pero bajo dos seudónimos Weston Parker
y Logan Chase.

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Nota a los lectores


Nuestras traducciones están hechas para quienes disfrutan del placer de
la lectura. Adoramos muchos autores pero lamentablemente no podemos
acceder a ellos porque no son traducidos en nuestro idioma.

No pretendemos ser o sustituir el original, ni desvalorizar el trabajo de los


autores, ni el de ninguna editorial. Apreciamos la creatividad y el tiempo
que les llevó desarrollar una historia para fascinarnos y por eso queremos
que más personas las conozcan y disfruten de ellas.

Ningún colaborador del foro recibe una retribución por este libro más
que un Gracias y se prohíbe a todos los miembros el uso de este con fines
lucrativos.

Queremos seguir comprando libros en papel porque nada reemplaza el


olor, la textura y la emoción de abrir un libro nuevo así que encomiamos
a todos a seguir comprando a esos autores que tanto amamos.

¡A disfrutar de la lectura!


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No modifiques el formato ni el título en español.
Por favor, respeta nuestro trabajo y cuídanos así
podremos hacerte llegar muchos más.

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Sinopsis
Hasta que la muerte nos separe.
Nathaniel Hayes es el tipo de hombre que toma lo que quiere sin
preguntar. La vida no ha sido nunca un siervo dispuesto a sus deseos,
pero eso pronto cambiará. Cuando su último plan se vuelve mortal, está
más que dispuesto a empujar al borde sus límites de riqueza. Finalmente,
las dos cosas que él siempre ha deseado están a su alcance, pero, ¿cuál
elegirá? ¿El amor o la lealtad?

Jenna Webb está metida en una vida de j**didos pretenciosos, que


están más preocupados por las apariencias de ser alguien en lugar de
hacerlo… está agotada de cenas exageradas, pretendientes materialistas
e hipocresía en su máxima expresión. Lo último que quiere en su vida es
otro pomposo macho alfa fingiendo ser alguien que no es. Cuando se le
ofrece la oportunidad de vivir una vida plenamente viva, ¿la tomará?
¿Valdrá la pena el coste?

La verdadera libertad no siempre es lo que se dice que es. No


especialmente cuando los votos están involucrados…

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Capítulo Uno
Nate
—Todo lo que digo es que esto se está volviendo viejo. —Ashley cayó
en el sofá junto al que estaba descansando—. No me digas que no lo
entiendes. Siempre me estoy quedando sin recursos.

Levanté mi ceja e intenté contener mi lengua para azotar a la perra


caprichosa como se merecía.

—Siempre eres tú porque esa es la forma en que planeamos esta


mierda desde el principio. Debería haber grabado nuestra conversación
original. No querías que me casara CON una perra rica al azar, y te dejara
aquí para dormir sola por la noche.

Mikey asomó la cabeza desde la cocina a la sala de estar.

—¿En serio estáis peleando sobre quien está haciendo qué otra
vez?

—Siempre. —Me levanté y caminé hacia el olor de carne roja frita—


. ¿Tienes ya preparado el almuerzo? Estoy jodidamente hambriento.

—Nate. No hemos terminado. —Ash se levantó y me siguió a la


pequeña cocina. El apartamento no tenía nada en particular, pero era
parte de la cubierta. No necesitábamos nada lujoso. Éramos ratas de
barrios pobres de Nueva York. No habíamos hecho nada para ganar
legalmente el dinero que habíamos escondido en uno de los viejos
colchones del dormitorio. Teníamos que tener cuidado.

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Me sacudí alrededor y la agarré del brazo, tirando de ella contra mí


y entrecerrando los ojos.

—Sí, carajos que lo hicimos. Querías ser el cebo, así que cierra la
boca de ese ruido. ¿Entendido?

Sus ojos azules se ensancharon un poco, pero esa fue la medida de


su reacción. Era demasiado dura para llorar. Y había pasado demasiado
ya. El llanto era una debilidad que ninguno de nosotros podía permitirse,
ni una que soportáramos.

—No lo entiendo —comenzó Mikey mientras miraba desde la


cocina, su gran barriga casi tocaba los mandos. El miserable bastardo
iba a morir de un ataque al corazón al igual que su padre hace unos años.

—Sorpresa, sorpresa. —Ash se sacudió bruscamente de mi agarre


y caminó hacia la nevera, su largo cabello rubio bailando detrás de ella.

Mis ojos se movieron sobre la curva de su culo, y no pude recordar


la última vez que la tuve de rodillas, pero algo me decía que si seguía con
sus quejas, no pasaría mucho más tiempo. Alguien tenía que callarla y
tenía las herramientas adecuadas para hacer que eso sucediera.

—Que te jodan, Barbie. —Mikey negó y se giró para mirarme—. No


entiendo por qué vosotros seguís teniendo esta pelea, hombre.

—Porque Ash es una chica, amigo. —Palmeé su pecho y me moví


alrededor de él para tomar una cerveza antes de que Ash pueda cerrar la
nevera—. Tiene estrógenos y mierda.

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—Joderos los dos. —Salió de la cocina después de darnos un “iros-


al-infierno”2.

—No podrías manejarnos a los dos —resopló Mikey y puse mis ojos
en blanco. La chica podría manejarnos a los dos y a un par más de
gruesos penes. Era una puta en su mejor día.

—¿Sobre qué estás confundido? —Quité el tapón de la cerveza y me


apoyé contra el mostrador—. Quiero decir, ahora mismo… ¿en este
momento? ¿Qué está jodiendo con ese cráneo vacío tuyo?

—Hay dos trabajos en tu plan y el de Ashley. Uno de vosotros tenía


que encontrar a un hijo de puta rico y casarse con él, y el otro matar al
cónyuge cuando llegue el momento.

—Ya sé esto. —Incliné mi cabeza a un lado otra vez mientras se


limpiaba sus manos sobre su camiseta.

—Lo sé, pero Ashley no es una asesina. Está siendo estúpida


queriendo intercambiar puntos contigo, o queriendo que hagas ambas
cosas, porque eso es…

—Estoy jodidamente aquí mismo. —Malditamente cierto, Ash


apareció de nuevo en la puerta de la cocina, sus manos en sus caderas,
sus ojos llenos con el mismo torrente de emociones que yo había visto
demasiado a menudo en su bonita cara: ira, decepción, asco.

—Y él tiene razón —ladré—. No tienes ningún maldito sentido en


este momento. ¿Tu pene actual no está manteniéndote? Has sido un poco
demasiado perra últimamente. ¿Quieres compartir la razón?

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“Iros-al-infierno”: Gesto que se hace con el dedo medio extendido hacia arriba y el resto
cerrados.

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—Sí. Yo. Lo hago. —Caminó a través de la cocina y me dio una


bofetada antes de que me diera cuenta de lo que estaba tramando. Nunca
en los veintitantos años de conocernos me había llegado a pegar alguna
vez.

Levanté la mano y agarré la base de su garganta mientras


caminaba hacia ella, sacándola fuera de la cocina.

—Nunca me pegues de nuevo. —La presioné contra la pared


mientras sus ojos ondeaban cerrados. Bingo. No estaba siendo follada de
la forma en la que a una zorra como Ashley le gustaba que la follaran. De
eso se trataba todo su alboroto. Es bastante gracioso, no podía
simplemente dejarlo así. Su pensamiento de que tenía derecho a
golpearme tenía que ser cortado de raíz.

—Estoy enfadada —susurró y deslizó sus manos sobre mis


caderas—. Y te echo de menos. Deja de echarme lejos. Sé que algo te
pasa.

—No pasa nada. —Me moví contra ella mientras mi pene crecía
espeso y duro en mis pantalones. No había sentido la cálida humedad de
los labios de una mujer en un par de semanas gracias a los nuevos
maridos de Ashley que querían tomar vino y comerla día y noche.

—Estás mintiendo. —Me miró y un millón de recuerdos se


movieron detrás de mis ojos. Ella era mi infancia, mi primera amante, mi
mejor amiga.

—Oye, si vais a comenzar a follar, por favor, por el amor de todos


los santos, solo hacedlo…

—Cállate, Mikey. —Miré hacia él, mis dedos todavía alrededor del
cuello de Ashley. Me volví hacia ella—. ¿Quieres jugar a la esposa de estos

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chicos ricos, o quieres coger una pistola y cargarte a alguna inocente niña
que te recuerde a tu hermana, Ash? ¿Qué será?

La luz en sus ojos murió un poco, y quería odiarme por lastimarla,


pero no podía. Ella necesitaba recordar que solo éramos amigos, amigos
de follada, socios de negocios. No había una cerca blanca al final de
nuestra juerga criminal donde ella y yo intercambiáramos anillos y
termináramos envejeciendo juntos. Ningún futuro que pudiera ver
terminaba así.

No la amaba así.

—No sé. Odio vivir allí con él, Nate. No es mi lugar, ¿sabes? —Se
apoderó de mi culo, masajeando duro, como me gustaba.

La electricidad se disparó por mi bajo vientre y ahogué un gemido.


Había pasado demasiado tiempo.

—Voy a dejarte ir, pero solo para que puedas hundirte de rodillas.
—Me incliné y rocé mi nariz con la de ella, jugando al bastardo que soy—
. Sé una buena chica y bebe profundamente, ¿sí?

—Gilipollas —susurró y se levantó, presionando sus suaves labios


en los míos—. A veces te odio.

—Sé que lo haces. De rodillas. —Nos giré antes de soltarla y


presionar mi espalda contra la pared.

Cayó de rodillas, su minifalda estrecha subiéndose por sus muslos


mientras rompía frenéticamente el botón de la parte delantera de mis
vaqueros. Alejé sus manos y me bajé mis pantalones sobre mis caderas.
Un gemido me dejó cuando se movió hacia arriba y recorrió su mejilla por
mi longitud.

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—Awww… ¿en serio? Mierda —gimió Mikey y nos dio la espalda,


caminando hacia la cocina.

—Ahora no, hombre. —Deslicé mi mano en el espeso cabello rubio


de Ashley y usé mi agarre para acercarla más mientras se apoderaba de
mi pene y se inclinaba para chuparlo profundamente en su boca. El
placer bailaba sobre mi piel expuesta y dejó a mis rodillas débiles.
Necesitaba encontrar unas cuantas perras para pasar las noches hasta
que terminara nuestro último plan y mi zorra volviera a donde
pertenecía… a mi cama.

Sus dedos se arrastraron por la parte superior de mis muslos


amorosamente mientras su cara se contorsionaba y se ahogaba.

—Un gran pene, Ash. Eres una buena pequeña zorra. —Tiré de ella
más estrechamente y me tragó profundamente mientras gemía bajo y
guturalmente.

Rodé mis caderas, masajeando su garganta con empujones cortos


y duros. Lo tomó como una campeona, pero siempre lo hacía.

—Os odio, chicos —murmuró Mikey desde la cocina.

Miré hacia allí y lo encontré apoyado contra el marco de la puerta,


una gruesa hamburguesa en una mano y una tienda de campaña en sus
pantalones. Dio un profundo mordisco a la hamburguesa mientras volvía
mi atención a Ash. Mickey había visto más que su parte de mis momentos
íntimos gracias a ser mi mejor amigo. Él estaba bien con eso, a menos
que fueran con Ashley. No podía soportar verla.

Ella retrocedió y extendió una mano para acariciar mi descuidado


pene mojado.

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—Deja de ser tan duro conmigo. Ha pasado un tiempo. No estoy


acostumbrada a…

—Hablas demasiado. —Tiré de ella hacia mí, y trabajé mi verga


dentro y fuera de la apretada O que ella me proporcionó. El aguijón de
sus uñas contra mi piel se sentía bien… demasiado malditamente bien.
No iba a aguantar mucho más, pero eso en realidad no era necesario. No
estaba tratando de impresionar a nadie.

Tiré de ella hacia atrás mientras mis pelotas se apretaban.

—Abre de par en par.

Asintió con la cabeza y la inclinó hacia atrás cuando me moví más


cerca y bombeé la carne de mi hinchado pene. El orgasmo irrumpió en
mí con toda su fuerza, y me entregué a él cuando una cadena de gruñidos
anunció la llegada de un muy necesario lanzamiento.

—Que me jodan. —Mikey se giró y caminó de regreso a la cocina


cuando yo bombeaba todo lo que tenía que soltar sobre la bonita boca de
la chica.

Ella se movió para descansar sobre sus rodillas, con los ojos
brillantes y su boca hinchada y rosada alrededor de los bordes.

—Sabes que te quiero.

—Sí, lo hago. —Me metí mi eje en mis pantalones—. Levántate y


vamos a comer.

Me dirigí a la cocina, sin ofrecerle una mano. Ella siendo una


víbora, y yo siendo nada menos que rígido e inflexible a su alrededor,
había terminado hacia mucho. Ella era el demonio que yo conocía, y el
amor no significaba nada para ella. Era una palabra que arrojaba

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casualmente, al igual que todo el mundo que yo conocía. El amor era


para coños y novelas románticas.

—Muévete —le gruñí a Mikey mientras seguía parado en la puerta,


su hamburguesa goteando kétchup en el plato de abajo mientras la
sostenía suspendida entre sus gruesos dedos.

—Eres un cabrón. Ni siquiera la ayudaste a levantarse.

—Puede levantarse por sí misma. Se ha acostumbrado bastante a


esa posición, ¿no es cierto, Ash? —Cogí mi cerveza del mostrador donde
la había dejado y bebí un largo trago. Me volví para encontrar que había
desaparecido.

—No me malinterpretes —bufó—. Odio a ese coño, ¿pero por qué


eres tan rudo con ella?

—Y yo odio la palabra coño. Deja de ser uno y encuentra otra


palabra. —Terminé la cerveza y tiré la botella a la basura.

—Lo que sea. Responde a mi maldita pregunta.

—¿Por qué te importa si soy tan duro con Ash? Ella no te gusta en
su mejor día.

—Es cierto, pero simplemente me parece repugnante. No sé. —Se


encogió de hombros y tomó otro bocado de su hamburguesa mientras yo
me preparaba la mía.

—Está enamorada de mí, sea lo que sea lo que signifique eso.


Necesita superarlo.

—¿Porque no estás enamorado de ella?

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—No. No lo estoy. Tampoco lo estaré nunca. —Volví mi rostro a la


derecha para verla de pie allí, la expresión de su rostro una que no
olvidaría pronto.

Devastación.

—Que te jodan, también, Nate. Terminé con esta mierda. Puedes ir


tú a dormir con un pene-camarón3 cualquiera y pedirle que te muestre
por toda la ciudad como su nuevo juguete. Te odio. —Se giró y se dirigió
hacia la habitación.

—No, no lo haces, y no me gusta el marisco, ¿recuerdas? —Tomé


un gran bocado de mi hamburguesa y me apoyé contra el mostrador.

—Necesitas arreglar esto. Este último tipo tiene más dinero que
Dios, y es todo suyo si puedes tirar de esta mierda. —Mikey se trasladó
hasta situarse delante de mí.

—Deja de actuar como si supieras algo. No lo haces. —Le golpeé en


el pecho—. Se lo compensaré cuando termine mi almuerzo. Vete a la
mierda.

—¿Arreglarlo, cómo? Simplemente acabas de aplastar sus sueños


de coño. —Se rió entre dientes y volví a golpear, esta vez a sus bolas. Se
inclinó, dejando caer su plato al suelo y gimió—. Voy a devolvértelo por
esto.

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Pene-camarón: Pene muy pequeño que se asemeja a una gamba o camarón.

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—No, no lo harás. —Le empujé en la frente antes de salir fuera de


la cocina—. Voy a hacer lo que ella quiere que haga, Mikey. —Me saco la
camisa por la cabeza y la dejo car en el pasillo.

—¿Qué es eso? ¿Morir? —resopló, su voz cada vez más débil


mientras me dirigía al sonido de mierda arrojándose alrededor de mi
habitación.

—No, follarla como le gusta que la follen. Violentamente.

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Capítulo Dos
Jenna
Aburrida. El tema de mi vida, resumido en una pequeña palabra.

Alcancé la puerta de la biblioteca y retrocedí bruscamente cuando


alguien voló hacia mí, casi tirándome.

—¡Lo siento! —Una chica delgada como un rayo con el pelo rubio
fibroso y gafas levantó la cabeza y saludó mientras se marchaba.

—Claro. Seguro. No hay problemas. —Abrí la puerta y respiré


profundamente. El olor a libros antiguos me dejó sintiéndome como en
casa. El estudio de mi padre olía igual, pero también había una mezcla
de olor a cigarros.

—Ey, ¿estás bien? Pareces un poco aturdida. —La mejor amiga de


mi infancia, Grace Adams, cruzaba el gran vestíbulo de la biblioteca del
centro de la ciudad de Nueva York. Su cabello oscuro estaba recogido en
un moño apretado y su ropa parecía algo que mi madre usaría para una
audiencia judicial.

—Y tú te ves como mi abuela con esa camiseta. —Solté un bufido


y seguí detrás de ella.

—No contestaste a mi pregunta. —Miró sobre su hombro, sus ojos


oscuros reduciéndose.

—Estoy bien. Alguien casi me atropelló cuando llegué. —Me encogí


de hombros y me detuve en el mostrador de facturación mientras ella
caminaba alrededor con una pila de libros en sus manos—. ¿Por qué

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insistes en usar ropa de la década de 1930? Eres la mujer más sexy de


este lugar.

—Soy la única mujer de este lugar. —Me miró por encima de la


nariz y dejó los libros.

Era una de las mujeres más hermosas que había visto caminando
por las calles de Nueva York, y sin embargo, estaba soltera. Sola. Solitaria
como el infierno. Las dos lo estábamos.

—Eso no es verdad. Nelly es una mujer. —Miré por encima de mi


hombro mientras la mujer mayor cruzaba el vestíbulo, sus ojos
estrechándose sobre mí.

—Nadie ha verificado que sea realmente una mujer.

—Sí, bueno. —Me volví para hacer frente a mi mejor amiga—. No


esperes que nadie lo haga. Es desagradable.

Grace se estremeció.

—Hablemos de otra cosa.

—¿De qué? —Me apoyé contra el mostrador y me recliné hacia atrás


cuando Nelly carraspeó y se detuvo a mi lado. Su voz era tensa, como si
la ansiedad fuera su emoción habitual en todo momento.

—Sabe que no podemos tener visitantes en nuestro turno. —Me


miró—. Buenos días, señorita Webb.

—Nelly. —Asentí y di un paso atrás desde el mostrador—. Estaré


en la sección porno. Ven a buscarme cuando tengas la oportunidad.

La risa de Grace me siguió mientras caminaba hacia la sección


referida. Me senté en una de las pequeñas mesas y saqué mi móvil,

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dejando que el silencio se convirtiera en mi serenidad. Nada era más


tranquilo que el centro de la biblioteca. Sangraba la antigüedad. Me
encantaba.

*****

—Oye, Thomas está organizando una reunión en Kadia este fin de


semana. Quiero ir, pero sabes que no puedo hacerlo sin ti.

Miré por encima de mi hombro para encontrar a Grace fingiendo


como si estuviera buscando algo en un libro. Su susurro era demasiado
fuerte y llamó la atención de la gente que nos rodeaba, pero esa era Grace.
Completamente todo lo contrario de su nombre.

—Odio ese lugar —murmuré y hojeé las llamadas perdidas de mi


hermano esa misma mañana. Él era la última persona con la que quería
hablar. Esperaba un buen día. Eso significaba no tener una conversación
con mi hermano mayor, e intensamente pomposo, Darek. Él era un idiota
en un buen día.

—No, no lo haces. —Se acercó y se arrodilló a mi lado—. Va a ser


divertido. Ven conmigo. De hecho, podríamos encontrar a alguien digno
de nuestro tiempo.

—¿En medio de un club conocido por el sexo y las drogas? ¿Qué


tipo de hombre estás buscando? —Levanté mi ceja y la miré.

La larga falda negra que vestía se agrupaba alrededor de ella. 1930.


Completamente.

—Un chico malo. —Hizo un puchero con sus labios y me miró con
ojos tristes—. ¿Por favor? Realmente quiero vivir un poco antes de que
estemos fuera de la universidad.

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—¿La universidad es el final de la vida, um? —Metí mi teléfono en


mi bolsillo mientras vibraba. Mi hermano nuevamente. Sin duda.

—Sabes a qué me refiero. —Alcanzó y se apoderó suavemente de


mi antebrazo—. ¿Por favor? Por mí.

—¿Por ti, o por Thomas? —Mi mano se ahuecó por encima de la de


ella. Sabía que no le negaría nunca nada.

—¿Por ambos? —Se levantó—. No puedo evitar que mi hermano


esté enamorado de ti.

—Sí, puedes. Tiene que dejar de intentarlo, y concentrarse en


alguien que sea adecuado para él, Grace. No soy esa chica.

—Me encantaría que cambiaras de opinión. —Retiró su mano de la


mía y dio un paso atrás, aclarándose la garganta—. Podríamos ser
hermanas.

—Somos las mejores amigas. —Levanté mi teléfono que zumbaba


de nuevo—. Ugh. Maldito Darek. —Saqué mi móvil y revisé para
asegurarme que era él—. Tengo que contestar esta.

—Dime que irás conmigo este fin de semana. No me obligues a ir


sola.

Suspiré.

—Está bien, pero vamos a conseguirte un traje nuevo, y tengo que


elegirlo yo.

—¿Qué pasa con este? —Pasó su mano por el botón crema que
descansaba en la base de su garganta.

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—Te ves como si estuvieras tratando de esconder algo en toda esa


ropa. —Tiré de la parte delantera de su camisa, sabiendo malditamente
muy bien que llevaba un sujetador de encaje y un tanga que mostraba la
mayoría de sus perfectos pechos a través de esa tela translúcida. Estaba
construida para poner a los hombres de rodillas, y sin embargo su
conservadurismo nunca dejaría que eso brillara.

—El hombre correcto tendrá la oportunidad de ver todo cuando lo


encuentre.

—Esperemos que todavía seas joven y alegre cuando eso suceda.

—A él no le importarán cosas como esa. —Se encogió de hombros.


La expresión petulante de su rostro era demasiado linda.

—Cuando encuentres al príncipe encantador, hazme un favor. —


Recogí mi bolso y me pasé la correa por encima del hombro.

—Cualquier cosa.

—Pregunta si tiene un hermano —bufé y caminé hacia la puerta.


Había conseguido un par de horas de felicidad sin que nadie las
arruinara. Era casi un récord. Desafortunadamente, tener que devolverle
la llamada a Darek significaba que se había terminado.

—¿Así que vendrás conmigo este fin de semana? —susurró en voz


alta y recibió solicitudes de silencio.

—Si me dejas vestirte. —Me volví y caminé hacia atrás, sonriendo


como la chica mala que era.

—Jenna. Por Dios. —Las mejillas de Grace se tiñeron de rosa, y no


pude evitar sino divertirme mientras giraba y salía de la biblioteca.
Finalmente encontraría al hombre adecuado, pero iba a tener que

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participar en la cacería. No es que nadie en su sano juicio fuera detrás


de ella, sin importar cuán bonita fuera su cara. Se parecía a la esposa de
George Washingon con sus mismas elecciones de ropa. Eso tenía que
cambiar.

Marqué el número de mi hermano y encontré un banco de piedra


para dejarme caer. Él descolgó al segundo timbrazo, sonando
particularmente cabreado.

—¿Jenna?

—No. Soy la Madre Naturaleza. ¿Cuándo mojaste por última vez,


estúpido? —Entrecerré los ojos cuando el sol de mediodía estaba alto en
el cielo. Era hermosa esa época del año en Nueva York, y, sin embargo,
era difícil de disfrutarlo con la voz de mi hermano en mi oído. No podía
recordar un momento en mi niñez en el que realmente nos lleváramos
bien, donde nos gustáramos.

—¿Por qué tengo que llamarte diez veces para que contestes el
maldito teléfono? ¿Estás tan ocupada que…?

—¿Necesitabas algo, Darek? Estoy a punto de ir al trabajo, de modo


que si pudieras hacerlo rápido, sería increíble. —Presioné mi mano en mi
frente y traté de respirar por mi nariz en respiraciones largas y profundas.

Silencio. Estaba enojado. Nada nuevo.

—Esta noche vamos a cenar a casa de mamá para celebrar el


cumpleaños de Denise. Espero que estés allí. Con un regalo.

No debería haberme reído, pero lo hice.

—¿Esperas que esté allí? ¿Con una bolsa de regalos? ¿Quién murió
y te hizo rey?

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—Innegociable.

—No me gusta tu último juguete nuevo, Darek. Haz que Kayla se


vista como yo y me represente —Pasé los dedos por mi cara mientras mi
estado de ánimo se hundía aún más. Mi hermana gemela, Kayla, se había
perdido en el afán de riqueza, al igual que mi hermano. Yo era la única
con la cabeza sobre mis hombros, y con algo de clase.

—Realmente no me importa si te gusta o no, y esta mujer ha sido


mi esposa por más de un año, Jenna. No es un juguete. Preferiría que te
guardaras tus vulgaridades y que tuvieras un poco de respeto.

—Nop. No se puede hacer, señor. —Me levanté y estiré mi mano


libre hacia el cielo—. ¿Algo más?

—Estate allí o estaré más que feliz de terminar con tu estúpido


trabajo de mierda en la cafetería.

—No harías eso. —Negué con la cabeza cuando la ira al rojo vivo
corrió a través de mí. El trabajo en De Luca fue mi primer paso para
ganar la libertad de mi opresiva familia. La riqueza podría sofocar a mi
hermano y hermana, pero no a mí. Nunca a mí. Sería una mujer por mí
misma y ganaría mi propio dinero aunque me matara haciéndolo.

—Sí, lo haría. Donde papá y mamá esta noche a las seis. Punto.

—Jódete.

—Somos hermanos. Eso es asqueroso, y cuida tu boca —se burló—


. Te veo esta noche, y no olvides el regalo de Denise. Le gustan los
diamantes.

Colgó antes de que pudiera contestarle.

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—Bastardo.

Metí mi teléfono en el bolso y corrí al otro lado de la calle, hacia la


cafetería. Era un refugio, un hogar lejos de casa, el mío. Era mío. Y no
fue porque alguien de mi familia me consiguiera el trabajo o abriera la
empresa para poder jugar al barista4. Lo hice todo por mi cuenta.

¿Diamantes? ¿Estás jodidamente bromeando?

A la puta con la que mi hermano se había casado no le importaba


nada él. Iba detrás de su dinero o, más bien, el dinero de mi madre.
Probablemente de ambos.

Siendo la heredera de un gran conglomerado de cosméticos en


Europa, mi madre era la cuarta persona más rica en el mundo. Su
riqueza nos hizo ricos a todos, o eso creían mis hermanos.

—Jenna. Llegas temprano. —Sam se apartó del mostrador de la


pastelería y se limpió las manos con su delantal blanco—. ¿Estás bien?
—Su frente se tensó.

—Sí, solo hablando con la familia. —Le di lo que esperaba fuera


una linda sonrisa. Como gestor de De Luca, ponía nuestros horarios y
parecía que los memorizaba.

—Oh, hombre. A veces pueden ser unos pozos. Tengo un hermano


al que amo hasta la muerte, y otro con el que desearía alimentar una
picadora de carne. —Se rió entre dientes.

—Ouch. Eso es un poco demasiado, pero honestamente, estoy


deseando que los dos salgan a dar un largo paseo por un muelle muy

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Barista: persona que se dedica a hacer cafés.

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corto. —Caminé alrededor del mostrador y guardé mi bolso—. Llegaré a


mi hora habitual. Solo quería estar aquí. ¿De acuerdo?

—Por supuesto que sí, chica, pero ve y entra ahora. —Me apretó el
hombro mientras caminaba hacia la parte posterior—. Voy a trabajar en
unos pocos pedidos especiales ahora que estás aquí. ¿Mantendrás la
fortaleza por nosotros?

—Tenlo por seguro. —Me puse el delantal y lo ajusté alrededor de


mi cintura. Tuve el resto de la tarde para disfrutar de estar rodeada de
completos extraños y algunos compañeros de trabajo que amaba. Luego
iría a una noche en la que fingiría sentir cariño por las personas que
debería haber amado más.

—¿Jenna Webb? —La mujer delante de mí no me era familiar en


absoluto.

Eché un vistazo a mi etiqueta como una imbécil y volví a mirarla.


Solo mi primer nombre estaba en la insignia.

—Sí. ¿Qué puedo hacer para usted hoy?

—No, ¿cómo la Jenna Webb?

Sonrío socarronamente.

—Estoy segura de que hay más de una de nosotras en una ciudad


tan grande, señora. ¿Desea probar nuestro nuevo toffe mocha latte? Es
genial para vacaciones.

—No. —Sonrió, sus mejillas se pusieron rosadas—. Entrevisté a


Daniella Webb el otro día para el New York Times.

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Logan Chase Tóxico

—¿Oh, la heredera cosmética? —Presioné mis manos en el


mostrador frente a mí—. Es una pariente lejana, pero nada más.

—¿En serio? Te ves casi exactamente como…

—¿Su hija, Kayla? Primas lejanas. —Cogí una taza y sonreí—. ¿Qué
tipo de café voy a prepararle hoy?

Ondeó su mano y sacudió la cabeza, descartando algo. Recé para


que esa fuera la conversación. Mi hermana era una hermana gemela. Nos
parecíamos lo suficiente como para saber que éramos familia, pero no
idénticas. Gracias a Dios. Cuanto menos parecido, mejor.

—Probaré el nuevo mocha… lo que sea. Siento haber sido cotilla.


Reportera. —Se encogió de hombros y buscó en su bolso mientras yo
empezaba a trabajar en el café.

Excava todo lo que quieras. No vas a encontrar nada. Y si lo


hicieras… lo negaría hasta la muerte.

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Capítulo Tres
Nate
—No. No voy a acostarme contigo. Idiota. —Ashley lanzó una
almohada contra mí cuando entré en la habitación.

La golpeé a un lado y cerré la puerta detrás de mí.

—No te pregunté, Ashley. Desnúdate. Ahora.

—No. Jódete. —Envolvió sus brazos alrededor de su gran pecho y


sacudió su cabeza. La hermosa curva cremosa de sus grandes tetas
empujó a través de la parte superior de su camisa con cuello de V. Era
caliente como el pecado, pero tan rota y corrupta por dentro que ninguna
forma de maquillaje me convencería nunca de que era cualquier cosa
menos malvada.

—Lo diré una última vez. —Extendí mi mano hacia abajo y


desabroché mi cinturón antes de tirar de él hacia fuera.

—No te tengo miedo.

—¿Estás mojada? —Me lamí los labios mientras ella presionaba su


espalda contra la pared que había junto a ella.

—Por supuesto que sí. Estás aquí, bastardo.

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Logan Chase Tóxico

—Esa boca tan traviesa. ¿Tu papi dulce5 te permite hablar así? —
Me quité el cinturón y me moví para sentarme en la cama—. Ven aquí y
haz lo que te dije que hicieras.

—No. No me desvestiré para ti. Te oí en la cocina, Nate.

—Y no es nada que no supieras. —Miré por encima de mi hombro—


. Tienes tres segundos y saldré de esta habitación y puedes joderte por
todo lo que me importa. Sé lo que quieres y necesitas. Ven a buscarlo y
deja de ser una mocosa.

Resopló y caminó por delante de la cama para situarse delante de


mí.

—¿Por qué no me amas? Hemos estado juntos desde siempre.

—Uno.

—Nate. Eres mi mejor amigo. Planeamos esta vida juntos. ¿Por qué
quieres…?

—Dos. —Abrí mi bragueta y su respiración se cortó. Ella podría


jugar con otra persona. La conocía desde hacía demasiado tiempo.

—Que te jodan. —Tiró de su camisa sobre su cabeza y se quitó el


sujetador con eficiencia.

—Ponte de espaldas y quítate la falda. Búrlate de mí, si recuerdas


como hacerlo. —Sacudí mi muñeca y la golpeé en el costado de su muslo
con el cinturón. Gimió en alto antes de ponerse de nuevo frente a mí y
deslizar su falda sobre sus estrechas caderas.

5
Papi de azúcar es el término que se da a un hombre adinerado de mediana edad que
gasta libremente en una mujer joven a cambio de su compañía o intimidad.

26
Logan Chase Tóxico

—Tócame —susurró seductoramente mientras se inclinaba,


dejando su trasero en el aire con nada más que una pequeña cuerda roja
de seda que corría entre sus nalgas. La mancha oscura y húmeda en sus
bragas en la unión de sus muslos me excitó, aunque no debería hacerlo.
Había estado profundo hasta las bolas en esta chica un millón de veces,
y mientras estaba bien, ya no era lo suficientemente bueno. Había follado
a innumerables hombres antes de mí, y qué carajo, un millón más largo
después de que nuestro plan terminara y ella estuviera en su camino.
Nuestra separación iba a llegar… pronto. Me aseguraría de ello.

—Cállate. —Volví a usar la correa, y se crispó. Otro sexy gemido—


. Quítate las bragas, Ash.

—Hazme hacerlo.

Pop.

—Ahora.

Las deslizó por sus tensos muslos, dejando la pequeña hendidura


de su coño en exhibición para mí.

Levanté mi mano y pasé mi dedo índice por sus pliegues,


separándolos y recubriendo mi dedo con su pegajosa humedad. Qué
jodidamente mal deseaba comerla, presionar mi lengua contra ella y
ponerla en mi regazo cuando explotara, pero era demasiado íntimo. En
mi mundo, significaba algo mucho más que “fóllame esta noche y vete”.

—Pruébame —gimió suavemente, el sonido tan dulce. Tan


femenino.

Podría haberla amado en otra vida. En esta no. Era el epítome de


todo lo que odiaba de mí mismo.

27
Logan Chase Tóxico

Pobre. Enfadado. Roto emocionalmente. Vil. Oscuro. Sucio.

—Ni una oportunidad en el infierno. —Dejé la correa abajo en la


cama junto a mí, saqué un condón de mi bolsillo y tiré de mis pantalones
hacia abajo—. Trabaja tú misma tu liberación en mi pene. Te daré unos
veinte minutos, como máximo.

Se levantó y se volvió hacia mí.

—¿Por qué estás haciendo esto?

—¿Permitirte que me folles? —Miré hacia abajo y le di una sonrisa


listilla mientras estiraba la goma alrededor de la base de mi tronco—.
Porque sé que te gusta. Es el mayor pene que vas a ver estos días con
esos ricos perros con los que tienes que dormir.

Silencio.

Me apoyé sobre un codo y agarré mi pene, forzándola a prestar toda


su atención al chico.

—Sube ahora, si quieres. Última oferta, Ash.

Gruñó furiosamente y se movió hacia la cama, mirándome.

—Te odio.

—Has dicho eso mucho hoy. Date la vuelta. Quiero verte sacudir
el trasero mientras subes. —Me chupé el labio inferior dentro de la boca
mientras obedecía. No era nada menos que magnífica. No tenía dudas de
que un centenar de ricos gilipollas le ofrecerían una copa más… y otra…
y luego una más. ¿Después? Cama. Citas. Boda.

Se casaba con ellos. Yo los mataba. Al menos ese era el plan.

28
Logan Chase Tóxico

El gemido que se le escapó cuando se presionó sobre mi pene


debería haberme sacado de la ensoñación, pero no fue así. Estaba suelta,
su cuerpo consumido por demasiadas folladas en muy poco tiempo. Era
una pena, pero, ¿qué me importaba? Yo solo era otro juguete.

Su culo no era suficiente, pero era bastante, sin embargo. Caí sobre
mi espalda y alcancé a la parte superior de la cama para agarrar una
almohada para apoyarme en ella, mientras ella me cabalgaba al revés. Su
mierda estaba completamente rasurada, y su apretado pequeño ano se
asomaba hacia mí cada vez que se presionaba hacia abajo.

—¿Dejaste que ese nuevo tipo te tomara por el culo? —Levanté la


mano y me apoderé de sus mejillas mientras presionaba el pulgar
profundamente en su agujero apretado.

Gritó y onduló sus caderas trabajando más rápido.

—Nunca.

—Una lástima. Está muy apretado. Me encanta. —Rodé mi pulgar


y extendí la mano para agarrar su costado—. ¿Él no es de ese tipo?

—Cállate, Nate. —Clavó sus uñas en mis muslos, y gruñí


ruidosamente.

—Puta. —Golpeé su culo fuerte y tiré de ella fuera de mí,


reposicionándola, para así poder disfrutar de las mejores partes de su
cuerpo.

—Yo no estaba…

—Cállate. —Me moví rápidamente, dándole la vuelta y


empujándola hacia la cama con mi mano extendida sobre la parte

29
Logan Chase Tóxico

superior de su espalda, cerca de su cuello—. Necesitas aprender un poco


de respeto, Ash. Parece que la gran vida no ha sido tan buena para ti.

Agarré mi pene, la goma resbaladiza por sus jugos, y presioné en


su culo. Mi cuerpo ardía. Ahí. Mucho mejor.

Gritó y se apoderó de las sábanas con su mano libre. La otra se


perdía entre sus muslos, sin duda.

—¿Por qué no me amas? ¿Por qué no podemos estar juntos? —


Sonaba tan inocente. Casi quería creer en su mierda.

Víbora.

—Porque somos tóxicos juntos, querida muñeca. —Conduje en su


culo más fuerte, disfrutando mientras giraba sus caderas y masajeaba
toda la longitud de mi pene con su cuerpo—. Además… Tienes un gusto
más fino por la vida más alta después de vivirla. No, y nunca lo haré.

—Entonces, ¿estás bien para follar?

—Al menos hoy lo estoy. —Sonreí y moví mi mano hacia la parte


posterior de su cabeza, presionando con fuerza—. Eres afortunada.

****

Mikey había desaparecido cuando salí de la habitación, lo cual era


algo bueno. No necesitaba oír su mierda de que dejara atrás mi juventud
y me convirtiera en el hombre que él sabía que podía ser.

A la mierda con eso.

Yo era el hombre que quería ser.

30
Logan Chase Tóxico

—Mentiras —gruñí para mis adentros mientras tomaba mi abrigo


y lo ponía sobre mis hombros. Arrebaté las llaves de la mesa y salí del
apartamento. Ashley dormiría unas horas y se iría cuando estuviera lista.
Su esposo no sería más prudente por la visita de ella del lado equivocado
de la ciudad, a menos que fuera más perspicaz de lo que yo le estaba
dando crédito.

El aire frío de otoño me saludó mientras corría escaleras abajo


hacia mi moto. Sería un buen día para conducir fuera de la ciudad, pero
quería ver a Jenna. Estaría trabajando en la cafetería por la que me había
estado dejando caer durante el último año. Poco sabía ella que era la
razón por la que yo aparecía regularmente. Odiaba el maldito café.

Donde Ash representaba todo de lo que yo quería correr, Jenna


representaba todo a lo que yo quería correr. Dulce y amable, bella y
brillante. No parecía que pasara mucho fuera de la cafetería, o quizás me
había convencido a mí mismo de eso, para sentirme mejor. Menos celoso
sobre con quién podría ir ella a casa.

Sin anillo en su dedo.

Me até mi casco y subí a la moto para dirigirme al campus de NYU6.


Donde me imaginé que podría destacarme como un pulgar dolorido, no
lo hacía en absoluto. Un montón de engreídos chicos malos corrían por
el campus. Simplemente, me parecía a otro idiota tatuado entre ellos. Y
funcionó. Me dio un lugar seguro para esconderme y ver a mi chica.

6
Universidad de Nueva York.

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Logan Chase Tóxico

¿Tu chica? Bufé ante el pensamiento. Jenna nunca sería mía. Yo


no lo permitiría. Se merecía todas las cosas bonitas de la vida. Cosas de
las que yo no tenía ni idea.

Tal vez Ashely era lo mejor que nunca llegara a conseguir. Tal vez
debería asentarme y estar agradecido de que alguien estuviera dispuesto
a tomarme entre sus brazos después de toda la mierda que había hecho.
Traficante de drogas. Chulo. Asesino.

Lo último sobresalía más que el resto.

La pobreza hacía cosas extrañas a la gente. Afortunadamente, ya


no era mi problema. Mis actos sucios finalmente habían comenzado a dar
sus frutos, y donde probablemente hubiera cambiado en el sueño y
santidad, ambos estaban muy sobrevalorados.

Conduje en silencio mental durante los siguientes veinte minutos,


permitiendo que mis pensamientos se desvanecieran mientras la belleza
del otoño se elevaba a mí alrededor. Las hojas de los árboles habían
comenzado a cambiar de color, y las calles al lado del parque cerca del
campus estaban manchadas de naranja quemado y hojas de color
carmesí.

Después de aparcar la moto, me quité el casco, lo guardé y revisé


ambos sentidos de la concurrida calle que discurría frente al De Luca’s
Coffee Shop.

Levanté la mano y troté al otro lado, dándole a la agradable gente


mayor que optó por desacelerar y no golpear mi culo una amistosa
ondeada de mi mano. Ellos devolvieron la sonrisa y una mujer mayor me
lanzó un beso.

32
Logan Chase Tóxico

Me reía entre dientes cuando entré en la cafetería y respiré


profundamente. El olor de la paz. No el café, sino lo que traía consigo.
Jenna.

Levantó la vista de la caja registradora y me dio una linda sonrisa.

—Hola. ¿Qué puedo empezar a hacer para ti?

¿Qué tal un baile lento? ¿Desnuda? ¿Bajo las estrellas?

—Una taza de café, negro. —Saqué mi billetera de mi bolsillo


trasero y tragué mi deseo de algo bueno y limpio. Hacer el amor con una
mujer sonaba como un desperdicio. ¿Carnalidad? ¿Follar? Sí. ¿Hacer el
amor? Infiernos, no.

Pero por alguna razón, era todo lo que podía imaginar entre yo y la
bonita morena que tomaba nota de mi orden de bebida.

—¿Algo de comer? —Sus cálidos ojos marrones se movieron


alrededor de mi rostro, haciendo que mi corazón se agitara.

Para. Jodido marica. Contrólate.

—Sí. Tú. —Sonreí y caminé hacia el otro lado del mostrador.

La mujer mayor con cabello rojo brillante levantó la vista y me lanzó


una mirada coqueta.

—Pensábamos que la policía finalmente te atrapó. No has venido


últimamente. —Me guiñó el ojo y comenzó a trabajar en mi café. Cynthia.
Había comenzado a trabajar unos dos meses después de Jenna. Me
gustaba. Era un torbellino y no le importaba una mierda lo que la gente
pensara de ella.

33
Logan Chase Tóxico

—Nop. No se puede encerrar a alguien solo por parecer peligroso.


—Eché un vistazo hacia Jenna y la encontré mirándonos. Le guiñé un ojo
y me volví hacia Cynthia.

—Eso es verdad —resopló y me dio el café—. Ten cuidado de no


quemarte esos bonitos labios tuyos.

Me reí.

—¿Estás intentándolo conmigo, Cynthia?

—Siempre. —Meneó sus cejas y regresó a su trabajo. Podría haber


sido de la edad de mi madre. Era linda, pero lo disfrutaba más por la
atención lateral que me conseguía con Jenna que por cualquier otra cosa.

Era demasiado tímida para decirme más de dos palabras, y yo


estaba custodiándome por los dos. Una buena chica como ella no sabría
qué hacer con un bastardo como yo. Y sabía exactamente lo que me
gustaría hacer con ella.

Mancharla.

Empañarla.

Hacerla gritar mi nombre.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Cuatro
Jenna
Todo sobre el chico malo tatuado hacía que mi cuerpo doliera.
Desde el profundo sonido de su voz, hasta la forma en que me miraba
como si supiera algo que yo no sabía. Si pudiera ser tan agresiva con él
como lo era con mis amigos y familia, estaríamos en el asunto.

El asunto de hacer que él erupcionara como una fuente.

Me sonrojé ante mi línea de pensamiento, lo que solo me hizo


sentirme más idiota. Nadie podía escuchar mis pensamientos internos.
Después de verlo coquetear con Cynthia, le di una sonrisa tímida y volví
a ayudar a otros clientes. El mantra en mi cabeza rodó una y otra vez,
cada vez el canto crecía más fuerte.

Vive un poco. Dile algo. Vive un poco. Dile algo.

—Oye, ¿estás bien? —Sam se detuvo a mi lado y me frotó la parte


superior de la espalda.

—¿Qué? Sí. Por supuesto. —Me volví para mirarlo y le dediqué una
sonrisa inocente—. ¿Por qué lo preguntas?

—Porque te pones muy rígida cuando entra ese tipo. Lo he notado


especialmente en los últimos meses. ¿Te está molestando? —Sam alzó
una ceja—. Porque puedo…

—¿Qué? —Me reí—. No. Quiero decir, no. Él es genial. Es fiel a este
lugar. —Miré hacia Nathaniel, solo conociendo su nombre porque a

35
Logan Chase Tóxico

diferencia de mí, Cynthia no era nada tímida en absoluto—. Solo me


siento atraída por él. Es… complicado.

—Yo diría eso. —Sam rió suavemente—. ¿Atraída por él? ¿Por qué?
Se ve como una rata-mujeriega.

Mi atención volvió a Nate. Gruesos músculos estiraban su camiseta


negra, y los tatuajes que corrían por sus brazos eran tribales, oscuros,
enojados. Sus ojos eran del color del centro del océano. Brillante y claros.
Su sonrisa sexy me prometía cosas que yo ni siquiera estaba segura de
que pudiera sobrevivirlas. Y la forma en que rellenaba sus vaqueros…
que me jodan.

—Me encanta cómo se ve. —Inhalé rápidamente, avergonzada como


el infierno por la ligereza de mi voz. Había sido un año fantaseando con
la rata mujeriega sentada junto a la ventana, bebiendo su café y mirando
al mundo pasar por fuera. ¿Cuántas veces me había retorcido en mi
cama, mis dedos castigando mi coño con él en mi mente?

—Puedo ver eso. Vete a hablar con él. —Sam golpeó su hombro
contra el mío, moviéndome fuera de la caja registradora.

—¿Qué? No. —Sacudí mi cabeza y miré a mi jefe mientras el miedo


me atacaba por dentro—. Estoy en mi turno.

—¿A quién le importa? Nunca te he visto encenderte como lo


acabas de hacer. Como si por aquí fuera Navidad. Sal ahí fuera.

—Acabas de llamarlo rata mujeriega.

—¿Entonces? Discrepa.

—Me retracto. —Tropecé con mis palabras—. No puedo. Yo solo…

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Logan Chase Tóxico

—Solo necesitas dejar de ser tonta y llegar hasta allí. Ha estado


viniendo por aquí durante un año, y honestamente… odia el café.

—¿Qué? —Miré a Nate mientras mi corazón latía frenéticamente en


mi pecho. Cada terminación nerviosa dentro de mí pulsaba en previsión
de las puertas que se podrían abrir con una simple conversación. ¿Me
llevarías a casa hoy? ¿Me desnudarías y lamerías cada centímetro de mí?

Un gemido se alojó en mi garganta, y el calor quemó mi pecho y


cuello.

—El hombre odia el café.

—¿Así que lo conoces ahora? —Crucé los brazos sobre mi pecho e


intenté relajarme un poco. No iba a suceder, pero joder si yo no estaba
tratando de forzarlo.

—No, pero conozco a los bebedores de café, y él no es uno de ellos.


—Sam sonrió—. Ve. En serio.

—Lo haré después de que me digas cómo sabes que no es un


bebedor de café. Creo que estás lleno de eso.

—No. Míralo cuando toma un trago. Se estremece.

—Tal vez está caliente.

—O tal vez es que no le gusta el sabor amargo del café.

—Podría haberle añadido crema, Sam. O un aromatizante. —Vi a


Nate levantar la taza a sus labios, y maldita sea si no se estremeció. No
había forma de que la bebida estuviera aún caliente. No le gustaba.

—Un hombre que le echa crema y azúcar a su café. Un sacrilegio.


Se vería como un hombre afeminado.

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Logan Chase Tóxico

—Mi padre toma su café con crema. —Me volví a Sam y agité mi
mano—. No importa eso. ¿Por qué crees que ha estado viniendo aquí
durante un año si odia el café?

—Por ti, preciosa chica. Ve allí y deja de jugar a la inocente. No


estás engañando a nadie.

—Lo que sea. —Puse mis ojos en blanco alegremente y agarré un


muffin de arándanos antes de salir en esa dirección. La bandeja temblaba
en mi mano, y me odiaba por estar tan malditamente nerviosa, pero si el
pobre chico, o cualquier otra persona, supieran el número de fantasías
que había experimentado por él… Me moriría de una muerte lenta.

Nate giró su cabeza y lamió el costado de su perfecta boca


sutilmente.

—Jenna. ¿Cómo estás?

Tres palabras. Se trataba de un record.

—Estoy bien. —Miré por encima de mi hombro para encontrar a


Sam mirándonos—. Mi jefe quería que te trajera esto.

—¿De verdad? —Asintió con la cabeza hacia la mesa y se inclinó


hacia atrás. Culo engreído—. Déjalo ahí. No muerdo en la primera cita.

—Esta no es una cita. —Me obligué a sonar como el tipo de esnob


de la que mi hermano estaría orgulloso.

—¿No? Muy bien entonces. ¿Un año de coqueteo y sin cita? Duro,
bebé. Duro.

¿Bebé? ¿Por qué me llamaba con un nombre tonto e infantil y


dejaba calor en la boca de mi estómago?

38
Logan Chase Tóxico

Sus ojos se arrastraron a través de mí mientras estaba allí,


viéndome como la idiota que era.

—De todos modos. Aquí tienes. —Dejé el plato y me volví cuando


Nate extendió la mano y agarró mi muñeca.

—Gracias, Jenna. —Sonrió y el mundo se derritió a mi alrededor.


Casi podía escuchar el sonido de mis propios gritos la mañana anterior.
Culminando con la imagen de él tocándome, poseyéndome, follándome
hasta dejarme a un centímetro de mi vida. Si tan solo fuera más que una
fantasía de madrugada.

—De nada —susurré y tiré de mi mano lentamente. Su mano era


áspera, callosa, fuerte. Me volví antes de balbucear algo embarazoso y
dar vida a mis pensamientos internos al decirlos en voz alta.

Lo deseaba de formas que nunca expresaría. No a nadie.


Especialmente no a él.

****

El resto de la tarde fue un borrón cuando varios clientes llenaron


la pequeña tienda. Nate se fue aproximadamente una hora después de
nuestra conversación, por lo que no le culpé ni un poco. Se merecía a
una mujer de verdad, alguien que tuviera el coraje de invitarlo a salir o
sentarse en su regazo, o algo caliente y burdo.

Después de la limpieza, me dirigí a casa para tomar una ducha


rápida y me puse un vestido color crema para la fiesta de cumpleaños de
mi cuñada. Mi hermano podría sentarse sobre algo y girar sobre sí
mismo. No regalaría a Denise diamantes de cualquier tipo. No le regalaría
nada. Ella era una mujer adulta con un marido multimillonario. Si no lo
tenía ya, él podría comprarlo.

39
Logan Chase Tóxico

Había dejado de aceptar dinero de mi familia años antes, para


consternación de mis padres. No podía entender por qué nadie podía
comprender que quería ser independiente y estar orgullosa de hacer mi
propio camino en el mundo.

Me detuve ante la gran mansión junto a la bahía y asentí con la


cabeza al mayordomo, quién me abrió la puerta.

—Buenas noches, Señorita Jenna. ¿Cómo está? —El hombre de


mediana edad asintió con la cabeza. Nunca podía recordar el nombre de
nadie ya que mi madre reemplazaba al personal como lo hacía con sus
zapatos… a menudo.

—¿Estoy bien, y usted? —Pasé mis dedos por mi cabello hasta los
hombros y lo empujé sobre mi hombro.

—Excelente. Disfrute de su noche. —Se metió en mi Toyota


mientras yo caminaba hacia la puerta. Un par de respiraciones profundas
después, estaba caminando hacia el sonido de mi familia, riéndose de
algo en la cocina.

—Y luego Denise les dijo que volvieran a intentarlo. Aún podía oír
el mugido de la vaca. —Mi hermano se rió a carcajadas, y todos a su
alrededor también lo hicieron. Su explosiva mujer rubia estaba pegada a
su costado, su sonrisa tan falsa como sus pechos.

Mi padre se volvió hacia mí y sonrió.

—Ahí está mi niña. ¿Cómo estás?

Todos me saludaron, y caminé alrededor dando abrazos, odiando


cada segundo de ello. Denise me apretó antes de echarse hacia atrás y
agarrar mis hombros.

40
Logan Chase Tóxico

—Darek me dice que trabajas en De Luca. Me encanta ese lugar.


—Sonrió, pero no llegaba a sus ojos.

Todavía quería saber dónde encontró mi hermano a alguien como


ella. Era de plástico. Falsa. Fría. Una completa mentira.

—Sí, pero no se lo digas a nadie. Soy feliz de vivir mi pequeña vida


encubierta. —Me aparté de su agarre y me acerqué para servirme una
copa de vino.

Mi hermano resopló y se metió en otra historia, esta vez sobre mí


siendo independiente y fracasando en mi primer año. Mi hermana gemela
estaba de pie a la izquierda de Darek, envuelta en un chico asiático
delgado al que nunca había conocido. Mi padre y algunos de sus amigos
estaban en el círculo, pero mi madre no estaba.

—¿Dónde está mamá? —Me giré hacia Kayla. Se veía lo


suficientemente parecida a mí, por lo que era obvio que éramos
hermanas, pero nunca nadie adivinaría que éramos gemelas.

—No tengo ni idea. Ve a buscarla. —Sonrió—. Te gusta encontrar


cosas. Personas perdidas, aventuras, a ti misma.

—Tienes algo entre los dientes. Grande y verde. —Señalé a mi boca


y sonreí socarronamente. Zorra.

La casa estaba en silencio mientras caminaba por el largo pasillo


que conducía a la oficina de mi padre. Las botellas de brandy que
mantenía ocultas en su gabinete ya estaban llamándome. Era la única
cosa lo suficientemente fuerte para que no me pusiera enferma.
Necesitaba algo para ayudarme a pasar a través de la noche.

Me serví una copa rápida y caminé hacia la pequeña mesa circular


en el medio de la habitación. Las fotos estaban repartidas de la familia

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Logan Chase Tóxico

Bertinelli. Recogí una de 8 x 10 de Erik, el mejor sicario de todos los


Estados Unidos. El hijo del gran Lucian Bertinelli. La familia fue una de
los últimos remanentes de los sindicatos de antaño.

—¿Cómo es que todavía estás vagando por las calles? —Sonreí y


dejé que mis ojos se movieran a través de Erik. Él era hermoso, malvado,
delicioso. Cabello y ojos oscuros que decían que te follaría sin parpadear
dos veces, me devolvió la mirada—. Demasiado peligroso.

Me gustaba la idea de involucrarme con un chico malo, pero Erik


era un poco demasiado. Parecía ser el tipo de persona que te follaría y te
desgarraría en la misma noche si le parecía bien. Nate se parecía, pero
algo me dijo que no era en absoluto el mal bastardo que algunas de mis
fantasías habían forjado de él.

—¿Jenna?

Me volví al sonido de la voz de mi padre y levanté mi baso.

—Solo estoy brindando por la familia Bertinelli.

Se río entre dientes y entró para envolverme en un cálido abrazo


desde atrás.

—¿Y por qué harías eso? Ese joven ahí es la razón por la que tengo
tantos pelos grises.

—No, mamá es la razón por la que tienes canas. Erik y su familia


son la razón por la que tienes comida en los armarios y una gran casa en
las colinas. —Me apoyé contra él, agradecida de que un miembro de mi
familia se sintiera real, verdadero, correcto.

—Eso es cierto. —Besó la parte superior de mi cabeza—.


Prométeme que nunca te involucrarás con un gilipollas como él. Te

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Logan Chase Tóxico

encontraré un buen hombre que se gane la vida siendo un ciudadano


bueno y decente.

Me aparté de él y me volví, sonriendo.

—¿Puede parecerse a un chico malo?

Mi padre puso sus ojos en blanco.

—No, y sabes por qué.

—Porque la mayoría de los que se parecen parte…

—Son parte. —Extendió la mano y pellizcó mi barbilla


suavemente—. Mi niña se merece lo mejor de la vida.

—Define mejor. —Sonreí socarronamente. Era nuestra discusión


favorita desde que era una adolescente. Mejor era relativo, como lo era el
amor, la apariencia y riquezas.

En mi mundo, todo era una mentira. En el que mi padre, era


verdad.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Cinco
Nate
Dos días después

—Ahí vas. Arquea la espalda. —Froté la palma de la mano por el


centro de la sexy que tenía inclinada sobre la cama para mí. No podía
recordar su nombre incluso para salvar mi vida, pero era irrelevante. Era
Jenna para mí.

El espeso cabello castaño y curvilíneas caderas era todo lo que


necesitaba. Agarré un puñado de su pelo mientras presionaba mi pene
dentro de su pequeña y apretada raja, y golpeaba su culo con mis
caderas. Se sacudía bien.

Se arqueó y gimió en voz alta cuando comencé a follarla un poco


más fuerte.

—Demasiado, Nate. Es demasiado.

—No, es suficiente. —Alcancé alrededor y agarré su teta,


masajeando su pezón mientras moldeaba mi cuerpo alrededor del de ella
y usaba movimientos cortos para llevarla al límite. Quería susurrarle el
nombre de Jenna, darle la vuelta a la pobre chica y ver a la mujer que
necesitaba que fuera, no la que era ella.

¿Qué diablos era la pequeña e inocente barista que tenía a mi pene


duro, mis bolas apretadas, y mi agresión en alerta máxima por la
oportunidad de reventar de una puta vez?

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Logan Chase Tóxico

—Voy a correrme —susurró la chica y presionó su pecho a la cama.

Me moví y solté su cabello solo para tomar dos grandes puñados


de su culo.

—Bien. Voy a unirme a ti. Tengo que moverme de todos modos.

Gritó cuando su coño se apretó alrededor de mi eje, enviándome al


frenesí. Me bombeé dentro y fuera de ella, el delicioso sonido húmedo de
su cuerpo chupando el mío fue suficiente para dejarme temblando, pero
mi imaginación tenía mucho más planificado para mí.

Jenna. Suave y dulce. Aparentando falsamente inocencia. Sus ojos


se cerrarían y abriría su boca mientras la extendía y lamía cada dulce
pliegue entre sus tensos muslos. ¿Se correría por mí? ¿Mojando mi
lengua o llenando mi boca?

Gruñí cuando la electricidad estalló en mi estómago, haciéndome


débil.

La chica debajo de mí cayó a la cama en medio de mi orgasmo,


dejándome colgado por encima de ella, mi pene necesitando atención.

—Ni una oportunidad, cariño. —Agarré sus caderas y tiré de su


culo hacia atrás en el aire antes de volver a meterlo en su coño. Le tomó
unos minutos más de lo habitual, pero había pasado un tiempo.

Estaba alterada para el momento en que la dejé ir, lo que hizo que
fuera mucho más fácil de tirar de las sábanas sobre mi cabeza y decirle
que se fuera de una maldita vez.

—¿Ni siquiera quieres mi número?

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Logan Chase Tóxico

—A menos que sea el sesenta y nueve, no. No lo quiero. —Tiré de


mi almohada sobre mi cabeza y me reía entre dientes mientras ella se
quejaba al irse.

Mujeres. Todas querían un chico malo solo esperando


transformarlo en un Boy Scouts. Pero los Boy Scouts no follan como el
diablo. Y eso era de lo que realmente iban detrás. Al menos todas las
mujeres que conocía.

Excepto Jenna.

****

—¿Cómo se llamaba? —Mikey me miró mientras trotábamos a


través de los suburbios de Nueva York. Estaba respirando como un
maldito tren de carga fuera de control, pero, ¿qué cosa era de nuevo?

—Ni idea. —Pasé mis dedos por mi cabello oscuro y escudriñé la


calle frente a nosotros. Alcanzando, agarré la parte delantera de su suéter
y tiré de él hacia el paso de peatones—. Vamos. Podemos hacerlo.

—¿Qué es lo que quieres decir con que no sabes su nombre? ¿Cómo


la llamas mientras la estás follando?

—¿Chica? —Lo miré y tiré más fuerte de su camiseta de nuevo—.


Más rápido. Deja de dar vueltas alrededor.

Llegamos al otro lado de la calle mientras una pandilla de moteros


volaba hacia nosotros. Me giré mostrándoles mi dedo y torcí a la derecha.

—¿Chica? ¿Las mujeres realmente te dejan pasar con esa mierda?

—Has visto el tamaño de mi pene, Mikey. No hay demasiados


agujeros en los que no lo vaya a meter.

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Logan Chase Tóxico

—¿Tienes más de uno? —Sus ojos se desencajaron.

—Tienes que salir más. Joder. —Lo solté y cambié mi lento trote
por algo que terminaría creando una gota de sudor—. La chica de anoche
estuvo bien, pero seguía pensando en Jenna, lo que la hizo estar
acojonante.

—¿Jenna? ¿La chica del café?

—Sí. —Le eché un vistazo, preocupado por un minuto en que


quizás debería ralentizarme. Era mi único amigo en el mundo y el único
que en realidad podría venirme a buscar si Ashley finalmente tenía
suficiente de mi mierda y acababa conmigo.

—¿Por qué carajo no se lo has preguntado? —Alcanzó para asir mi


brazo—. Reduce la velocidad. Joder. No estoy en la misma forma que tú,
hombre.

Reduje la velocidad un poco, pero no mucho. El hijo de puta iba a


morir de un ataque al corazón si alguien no lo empujaba un poco más.
Planeé ser ese alguien.

—¿Preguntarle? —Le lancé una mirada curiosa—. ¿Por qué diablos


querría preguntarle? ¿Qué diablos tendría que ofrecer a una chica así?

—Cena y una película. —Se pasó la mano por la frente—. ¿Por qué
tiene que ser tan complicado? Solo porque eres un bastardo enfermo que
mata a la gente por dinero no significa que no puedas llevar a una chica
a un cubo de palomitas de maíz y un trabajo con los dedos en el teatro.

—¿Qué sabes sobre un trabajo con los dedos? —Resoplé y le


disparé en el pecho.

47
Logan Chase Tóxico

—No lo suficiente. Te lo puedo asegurar. —Sonrió y asintió por la


calle—. ¿Podemos caminar el resto de esta mierda? ¿Por favor?

—Caminaremos durante unos minutos para que puedas recuperar


el aliento. —Levanté mis manos hacia el cielo azul claro mientras la brisa
soplaba—. Necesitas ponerte en forma. Serías un tipo apuesto si
perdieras esa maldita barriga.

—Oye. —Se frotó la barriga—. A las chicas les gusta esto. Es


seguridad.

—¿Cómo es eso? —Lo golpeé con fuerza allí y disfruté del sonido de
él gruñendo.

—Significa que soy lo suficientemente rico para tener una gran


cantidad de alimentos. Soy corpulento, así que soy estable.

—Eres un bruto. Súmate y encuentra a una mujer ardiente para


mostrarte todos los agujeros que tiene para jugar.

—Eres bruto. —Giró su nariz hacia mí.

—¿Cuál es el trato con la 9th Ward? He oído algo sobre la mierda


que está sucediendo allí abajo en las noticias antes de salir de casa hoy.
—Ignoré su comentario. No era bruto y él lo sabía. Estábamos cortados
del mismo paño en lo que respecta a las mujeres. Dame una chica guapa
con tetas grandes que no me importará explorar cada centímetro de ella
y presionar mis dedos, lengua y pene en los lugares que darían un poco.

—Por lo que tengo entendido, a tres tipos les dieron por el culo. Dos
de ellos perdieron la lengua y otro su pene.

Me estremecí y miré a Mikey.

48
Logan Chase Tóxico

—¿Quién coño corta el pene de otro hombre?

—Asumes que fue un tipo quién lo hizo.

—¿Y tú estás asumiendo que fue una mujer? —Sonrío


socarronamente—. De ninguna jodida manera.

—¿No? Creo que Ashley sería capaz de esa mierda.

—Cierto. —Señalé hacia la luz de la calle frente a nosotros—.


Vamos a trotar desde esa luz hasta el próximo giro y caminaremos el
resto del camino a casa.

—De acuerdo, joder. —Tiró de su camiseta—. Estoy bastante


seguro de que fueron los Bertinelli los que hicieron esa mierda a esos
tipos. Nadie más sería tan desagradable al respecto.

—No me sorprendería mucho. —Empecé a correr trotando mientras


mis pensamientos volvían a la escuela secundaria, cuando Erik y yo
éramos amigos. Había tenido una vida dura, y no había nada para él. No
importaba lo que quisiera hacer por el resto de sus días, estaba atrapado.
Una vez Bertinelli, siempre eras uno. La mafia no jugaba a juegos, y su
padre, Lucian, no parecía ser la clase de persona de darle a nadie un pase
gratis a la vida.

Erik siempre sería un sicario contratado y el más vil de su clase.

—¿Todavía hablas con él? —La voz de Mikey se suavizó, como si


conociera mis pensamientos.

—No. No realmente. Nos hemos encontrado a lo largo de los años,


pero no en los últimos cinco. —Me encogí de hombros—. Carrera hasta
casa.

49
Logan Chase Tóxico

—Jódete. Sabes que no puedo…

No oí el resto de sus lloriqueos. En lugar de eso, bombeé mis brazos


y piernas, llegué al frente del apartamento y me detuve para recuperar el
aliento. El mundo parecía más brillante con la adrenalina bombeando a
través de mí.

Quizás debiera preguntarle a Jenna. Tal vez Mikey tenía razón. Una
película no mataba a nadie, salvo que Ashley nos pillara juntos. Lo que
podría ser peligroso. Pero como todo, ella era manejable.

—¿Por qué haces eso? —Mikey corría hacia mí, parándose a mi lado
y presionando sus manos sobre sus rodillas mientras tragaba aire.

—¿Qué? ¿Correr? ¡Es bueno para el corazón! ¡Hace que la sangre


bombee! Ayuda con las erecciones y mierda. —Agarré la parte posterior
de mi cabeza y miré hacia el cielo.

—Jódete también.

—No eres mi tipo, mosquito. —Lo miré y le guiñé un ojo. Mi teléfono


sonó y lo saqué del bolsillo, comprobando para ver quién era antes de
contestar—. Ashley. ¿Qué pasa, chica?

Mikey puso sus ojos en blanco y medio cojeó delante de mí.

—Todo está preparado para el viernes. Estoy lista para que esto
termine. Todavía estás libre, ¿verdad?

Me tomó un minuto para darme cuenta de lo que estaba hablando.


El golpe.

—Sí, por supuesto que estoy libre. ¿Cómo vamos a hacerlo?

50
Logan Chase Tóxico

—Hablaremos de ello en persona. Te veré pronto. —Colgó,


dejándome allí de pie con el teléfono todavía apretado en mi oreja como
un idiota. Ella hacía esa mierda para conseguir un tiro de poder. Parecía
que follarla violentamente no ayudaba demasiado con su actitud alfa.
Tendría que domarla de otra manera si no se bajaba pronto de mi pene.

—¿Qué pasa? Odio esa mirada. —Mikey sujetaba la puerta del


pasillo principal abierta para mí.

—¿Qué mirada? —Entré y miré hacia atrás a él, estrechando mis


ojos y gruñendo bajo con mi garganta.

—Oh, claro, solo asustas al pequeño. Ya veo cómo es eso. Cubro tu


espalda durante veintiséis años y esta es la forma como me pagas.

Me di la vuelta fuera de él y corrí por las escaleras.

—Te pago dejándote pasar el rato conmigo. Es un beneficio que la


mayoría no recibe.

—¿Cómo puede ser que salir contigo me beneficie?

Bufé y simplemente abrí la puerta del apartamento.

—¿Cómo lo hace no ayudándote?

—Lo que sea, hombre. ¿Adónde te diriges después de esto?

—Coffe Shop. Tengo que ver a mi niña.

—¿Está trabajando hoy?

Me encantaba que Mikey ya supiera de quién estaba hablando y no


estuviera dispuesto a enfrentarme otra vez con Jenna siendo en realidad
mía. Los dos sabíamos que solo era cuestión de tiempo.

51
Logan Chase Tóxico

Ahora era el momento de dejar que la niña bonita entrara en el


secreto.

Ella ya me pertenecía. Pequeña cosa afortunada.

52
Logan Chase Tóxico

Capítulo Seis
Jenna
El sonido de mi bolígrafo golpeando ligeramente la mesa delante de
mí era relajante, pero solo para mí. Alguien se aclaró la garganta
ruidosamente a mi izquierda, miré hacia allí y le di una mirada de
disculpa.

—Lo siento. —Me recliné en la silla y dejé que mis ojos escrutaran
la biblioteca, buscando a Grace. Ella había venido cuando llegué allí, pero
con Nelly respirándole en el cogote, no estaba segura de si tendría la
oportunidad volver a verla.

—Qué bueno que estés aquí para estudiar —me susurré a mí


misma y me incliné sobre el libro de física. Solo me tomó unos minutos
contemplar los números y las figuras para que mi mente se desplazara al
lugar donde siempre lo hacía… a una habitación oscura. Con Nate.

Para alguien que nunca había tenido buen sexo, sin duda sabía
cómo conjurarlo en mi mente en una fracción de segundo. Sus manos
fuertes ávidamente tirando de mis caderas, sus suaves labios corriendo
por mi piel, su enorme, gruesa…

—Jenna. Él está aquí.

Grité cuando el aliento caliente de Grace golpeó la parte de atrás


de mi cuello.

—Maldita sea.

53
Logan Chase Tóxico

—¡Shhhh! —Una mujer mayor se levantó y recogió sus cosas—.


Esto es una biblioteca, por el amor de Dios.

—Lo siento. —Me sonrojé y me cubrí la cara con las manos—. Te


odio, por cierto.

—No, no lo haces. —Grace sacó la silla que había a mi lado y se


sentó antes de agarrar mi libro de física y levantarlo para esconderse
detrás—. Él está aquí.

—Te escuché la primera vez. —Escaneé las mesas frente a mí,


buscando quién podría ser él.

—Oh, Dios mío. Está tan bueno. —Grace cerró los ojos y se reclinó
en la silla—. Este libro es demasiado pesado para aguantarlo.

Estiré la mano y se lo arrebaté.

—¿Por qué te escondes y a quién estoy buscando?

Ella tiró del libro, ganando la batalla y casi cayéndose de la silla


mientras yo dejaba ir la maldita cosa.

—No sé su nombre —resopló y bajó un poco del grueso libro—. Está


justo allí. Camiseta azul oscura, gorra gris, barba incipiente. Está tan
bueno. Te juro que cada vez que lo veo, siento que el corazón me va a
estallar en el pecho.

—Espera. ¿Estás enamorada de alguien? —Seguí escaneando la


habitación—. ¿Por qué no fui informada de eso?

—No enamorada. Al menos no creo que sea amor. Se siente como


lujuria. —Se abanicó hasta que el libro comenzó a caerle sobre la cara.

Extendí la mano y lo agarré.

54
Logan Chase Tóxico

—No lo veo.

—Levántate y mira. —Ella bajó la vista a sus manos, mucho más


nerviosa de lo que nunca la había visto antes.

Me puse de pie y miré alrededor, mis ojos aterrizaron en una cara


que era demasiado familiar. Una sonrisa se levantó en mis labios
mientras volvía mi atención a mi mejor amiga.

—Por favor dime que no estás hablando de Erik Bertinelli.

—¿Ese es su nombre? —Se abanicó más rápido—. Hace que me


duela cada parte del cuerpo.

—Demasiada información, aunque yo conozco esa sensación por


mí misma. —Me incliné hacia adelante, agradecida de que el apuesto
sicario tuviera la cara enterrada en un libro—. ¿Qué diablos está
haciendo él aquí?

—Está aquí todo el tiempo. Normalmente lee en un rincón en la


parte superior de las escaleras, pero Nelly lo hizo quedarse aquí abajo,
porque hoy tiene un libro de consulta. —Se giró y se levantó un poco de
su asiento—. Quiero que me lleve a su apartamento y me haga olvidar mi
patética vida de mierda. ¿Piensas que lo haría?

—¿Qué? No. —Me volví a sentar.

—Es el vestido, ¿verdad? —Se miró su bonito vestido blanco y azul


marino y negó con la cabeza—. Simplemente me encanta este estilo. No
sé por qué.

—No, no es el vestido. Él es —me incliné cera y presioné mi cara


contra su pelo, así podía susurrarle al oído—, un sicario de la mafia.

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Logan Chase Tóxico

Nadie lo sabe, y tú tampoco. No quiero verte en algún oscuro callejón con


la garganta rajada.

—No lo es. —Se echó hacia atrás, con los ojos muy abiertos.

—Te estoy diciendo que lo es. Mi padre es el Fiscal del Distrito de


la ciudad de Nueva York, Grace. Él significa malas noticias. —Miré de
nuevo hacia él, fijándome en su perfil y entendiendo absolutamente por
qué Grace estaría loca por el hombre. Él estaba más que bien—. Había
fotos de él en el escritorio de mi padre cuando fui a cenar el lunes por la
noche.

—¿De verdad? —Su voz bajó—. ¿Me puedes conseguir una? Solo
quiero una.

—No necesitas mi ayuda para eso. Consigue el último periódico.


Estoy segura de que él está ahí. El Post siempre publica un artículo sobre
los Bertinelli. Tiene que ser parte del plan que tienen en marcha.

—Está bien, mira, no quiero quedar envuelta en nada letal. Sólo


quiero una tarde adorando su cuerpo. ¿Crees que podría conseguir que
me llevara a casa y que viviera para contarlo?

—Es sexo. —Me volví a mirarla—. No vale la pena.

—Puede ser. —Se levantó y se estiró la falda—. Voy a pasar por allí.
¿Me dices si mira en mi dirección?

—De ninguna manera. Quédate aquí. —Alargué la mano para


agarrarla, pero ella ya había despegado en la dirección a Erik. Me puse
de pie mientras ella se movía por los pasillos hacia él.

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Logan Chase Tóxico

Efectivamente, él levantó la vista y sus ojos la siguieron mientras


se movía hacia el corazón de la biblioteca. La sonrisa en mi rostro cayó
rápidamente cuando él se volvió y sus ojos zafiro se clavaron en mí.

Mierda. ¿Sabía que estábamos hablando de él? Imposible. Pero él


sabía quién era yo… no había manera de que no lo supiera.

****

No había estado en la cafetería ni veinte minutos cuando Thomas,


el hermano mayor de Grace, entró. La sonrisa en su rostro pecoso era
contagiosa. Era lindo, pero demasiado deportista para mi gusto. Pijo era
su segundo nombre en la escuela secundaria, y por lo que parecía, eso
no había cambiado mucho.

—Jenna Webb. Mi camarera favorita. —Sonrió y se detuvo frente al


mostrador—. ¿No te ves hermosa hoy?

—¿Sólo hoy? —Arrugué las cejas y le lancé una mirada coqueta. No


debería estar incitándole. Era malvado, pero divertido.

—Cada día. —Apoyó las manos sobre el mostrador y se inclinó un


poco—. ¿Grace te dijo que algunos de nosotros vamos a reunirnos este
fin de semana en Kadia? Solo una especie de antigua reunión. Algunos
de los muchachos van a venir a la ciudad para un partido de fútbol.

—Lo hizo. —Me limpié las manos en el delantal y miré para ver a
Nathaniel entrar por la puerta. Su chaqueta de cuero y sus vaqueros
negros le daban un aspecto tan oscuro y sexy como no tenía ninguna
duda que lo era él.

—Entonces… ¿eso significa que vendrás con nosotros?

57
Logan Chase Tóxico

—No estoy segura. —Volví mi atención a Thomas, no queriendo ser


grosera ni llamar la atención de mi última obsesión.

¿Última? Lo había sido durante un año. Tenía que hacer algo pronto.

—Bueno, no sería lo mismo sin ti.

Sonreí socarronamente.

—¿Y eso? ¿Cuándo fue la última vez que tú y yo salimos?

—Honestamente no puedo recordarlo.

—Fue en las vacaciones de primavera, en mi año de graduación.

—¿Hace cuatro años? Mierda. El tiempo vuela, ¿verdad?

—Claro que sí. Me pensaré lo este fin de semana. ¿Quieres una taza
de café o simplemente has venido a molestarme? —Sonreí y Nate se paró
al lado de Thomas, su expresión sombría.

—¿Te está molestando? —La voz de Nate era amenazadora, el tono


bajo e increíblemente sexy.

—¿Qué? No. No, en absoluto. —Traté de retractarme cuando


Thomas se volvió para mirar al tipo mucho más grande.

—¿Y quién coño eres tú si la estuviera molestando? —Los hombros


de Thomas se pusieron rígidos e hinchó el pecho.

—Soy el hombre que te detendría en seco, hijo de puta —Nate


parecía bastante cómodo en medio de la confrontación.

Corrí rodeando el mostrador y me metí entre ellos, dándole la


espalda a Nate. No lo conocía lo suficientemente bien para saber si él
retrocedería si se lo suplicaba, pero sabía que Thomas lo haría.

58
Logan Chase Tóxico

—Hey. —Puse las manos en el pecho de Thomas y lo golpee


suavemente hasta que me miró—. Para, ¿de acuerdo? Estaré allí este fin
de semana, vete de aquí y deja de causar problemas.

Bajó la vista hacia mí y volvió a mirar a Nate, sus ojos marrones


llenos de desafío.

—Sí. De acuerdo, pero dile a este gilipollas que retroceda. No me


gusta que esté sobre ti.

—Lo hará. Vale. Gracias por venir. —Enganché el brazo en el de


Thomas y lo acompañé hasta la puerta, dándole un rápido abrazo antes
de que medio lo empujara fuera. Me volví hacia Nate y le di una mirada
severa—. ¿En serio? ¿Qué fue eso? Ni siquiera me conoces.

—¿Tengo que conocerte para querer protegerte? —Deslizó las


manos en la parte delantera de sus vaqueros y me lanzó una sonrisa que
me hizo querer ronronear y frotarme contra él.

—No, pero por Dios. —Caminé alrededor del mostrador y agarré


una taza—. ¿Café negro? Sin crema ni azúcar.

Él inclinó la cabeza y me miró, sin decir una palabra.

—¿Quién era él?

—¿Quién? ¿Thomas? Es el hermano mayor de mi mejor amiga.

—¿Un antiguo novio? —Su voz no tenía ninguna inflexión en


absoluto. No podría decir si estaba enojado o feliz como una perdiz.

—Sí, pero fue hace mucho tiempo. —Crucé los brazos sobre el
pecho, como si estuviera protegiéndome. ¿Qué le importaba a Nate con
quién salía yo? Él estaba jodidamente fuera de mi liga.

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Logan Chase Tóxico

—¡Hey, tío! —Un tipo fornido con grueso cabello castaño y una
sonrisa torcida se puso junto a Nate y le palmeó en la espalda—. Dijiste
que nos reuniríamos en tu casa, no en la cafetería.

—Hola, Mikey. —Nate bajó la vista hacia el hombre más bajo y


volvió a mirarme—. No me gusta eso.

—Y no estoy segura de por qué crees que iba a importarme. —


Sacudí la taza adelante y atrás lentamente—. ¿Café o no?

—Sí. Y lo que sea que él tome. —Se movió hacia el mostrador de


recogida y Mikey se adelantó.

—Tomaré café helado con chocolate. —Sus ojos se movieron del


tablero que había sobre mi cabeza a mi cara—. Soy Mikey. Encantado de
conocerte.

Extendí la mano y estreché la suya.

—Yo soy Jenna.

—Lo sé. —Se rio entre dientes y miró a Nate, que estaba envuelto
en una conversación con Cynthia. Sorpresa, sorpresa—. Él solo necesita
superar esto y pedirte una cita, pero no estoy seguro de que vaya a
hacerlo. Deberías haceros un favor a ambos y simplemente preguntarle.

—¿Qué? —Resoplé y sacudí la cabeza—. De ninguna manera, no


soy ese tipo de chica.

—Estamos en el siglo veintiuno. Vosotros seríais geniales juntos.


—Miró hacia Nate y palideció visiblemente—. Y esa es mi señal para
cerrar la boca.

60
Logan Chase Tóxico

Dirigí mi atención hacia Nate mientras sus ojos se entrecerraban


un poco más. Dios, era hermoso. Nuestros ojos se encontraron, le sostuve
la mirada y apreté los labios con fuerza. No iba a ceder a cualquier mierda
que él estuviera haciendo. ¿Traer a su amigo para que me empujara a
invitarlo a salir?

De ninguna maldita manera. Él podría excitarme de maneras que


podrían hacer sonrojarse a una puta, pero él no era el hombre adecuado
para mí.

Entonces, ¿quién lo es?

¿Thomas? De ninguna manera. Demasiado mono.

¿Erik? Mierda, no. Demasiado letal.

—No dejes que te engañe, princesa. Yo no soy el tipo de películas y


palomitas de maíz. —Nate había retrocedido para estar frente a mí. El
aroma de su colonia flotaba en mi nariz, alimentando la lujuria dentro de
mi estómago. Mis pezones se apretaron.

—¿Y qué tipo de hombre eres?

—Uno peligroso. Recuerda eso. —Dio media vuelta y caminó hacia


su mesa habitual, sentándose y mirando por la ventana como siempre
hacía.

Su comentario me hizo querer gimotear y arrastrarme sobre el


mostrador hacia él. ¿Qué diablos estaba mal conmigo?

Aburrida. Yo estaba aburrida como la mierda. Necesitaba alguna


acción en mi vida antes de cometer un verdadero error. De repente, ir a
Kadia con Thomas y Grace no parecía tan mala idea.

61
Logan Chase Tóxico

Al menos era un comienzo.

62
Logan Chase Tóxico

Capítulo Siete
Nate
Joder.

Me dejé caer en la silla y miré hacia la calle. El sol estaba


perfectamente colocado en el cielo, creando un leve resplandor en el
cristal y permitiéndome mirar a Jenna sin que ella lo supiera.

La ira se apoderó de mí y rápidamente la reconsideré como


posesividad. Quienquiera que fuera el gallito pijo que tuvo el descaro de
enfrentarse a mí, sería mejor que mantuviera su culo lejos de mi mujer.

—Oye. ¿Qué pasó con lo de encontrarme contigo en tu casa?

—Hey. —Miré a Mikey e intenté obligarme a relajarme—. Lo siento.


Pensé que dijimos aquí.

Le eché un vistazo a ella e ignoré la gruesa hinchazón de mi polla


en los pantalones. Ella podría mirarme y yo estaría duro como una roca
y listo para follarla durante horas. ¿Por qué? No podía ser tan inocente
como yo la había imaginado, y honestamente, no me gustaba la
inocencia. Quería una mujer que supiera lo que quería en la cama y que
fuera lo suficientemente valiente como para exigir lo que necesitaba de
mí.

Tal vez no fuera inocente o virginal lo que yo quería. Tal vez fuera
solo íntegra, indomable, comprometida, relativamente pura. No medio
destrozada y disoluta como Ash se había vuelto a lo largo de los años.

—Tierra a Nate. —Mikey agitó la mano frente a mi cara.

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Logan Chase Tóxico

Estiré la mano y se la agarré con fuerza.

—Para, amigo. No estoy de humor. En serio.

—No jodas. ¿Qué pasó? —Arrancó su mano de la mía y se la frotó—


. ¿Por qué te pones violento? Maldita sea. No hice nada.

Bajé la mirada a mi café y me obligué a calmarme. Nada había


sucedido y todo estaba bien. Jenna no me pertenecía. Todavía.

—Lo siento. Había un gilipollas aquí intentando ligar con ella


cuando llegué. Simplemente me hizo enojar.

—Es por lo de Ash, ¿verdad? Dime cuál es el plan. Te hará sentir


mejor sacártelo del pecho. No puedes llevar todo esto sobre tus espaldas,
Nate. Te va a comer vivo.

Miré a los cálidos ojos de mi mejor amigo. Probablemente era la


única persona del planeta que lloraría en mi funeral. Ashley lo habría
hecho en algún momento, pero al rechazar tener más que una amistad
con unos pocos beneficios con ella a lo largo de los años había cerrado
esa puerta… con suerte. Necesitaba que se cerrara.

—No quiero que te involucres en esta mierda. Es mi oscuridad para


sobrellevarla. Cuanto menos sepas, mejor. —Me giré cuando Jenna rodeó
el mostrador y se dirigió a la parte de atrás de la tienda. Su armario de
almacenaje estaba yendo a los baños y era pequeño, pero serviría.

—Quiero saberlo. Estoy aquí para ti.

—Deja de intentar decirme que estás enamorado de mí y dilo ya. —


Le guiñé un ojo y me puse de pie.

—¿A dónde vas? —Él alzó la mirada.

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Logan Chase Tóxico

—A cometer un error más en mi vida. —Caminé hacia el pasillo, no


estaba seguro de qué diablos iba a decirle a ella. Simplemente le dije que
era peligroso y que ella necesitaba retroceder. Necesitaba que me
examinaran para buscar una enfermedad mental. Obviamente tenía una.

La puerta del armario de almacenaje estaba abierta y Jenna estaba


de puntillas, alcanzando algo que ella nunca iba a conseguir.

—¿Necesitas ayuda? —Me acerqué mientras ella gritaba y se daba


la vuelta.

—¿De ti, Johnny Peligro? No. Ya lo tengo. —Se giró y se empinó


nuevamente.

La gruesa curva de su culo en los vaqueros hizo que mi corazón se


saltara un latido. Me preguntaba si me permitiría presionar mi cara
contra su suave carne y pasar tiempo memorizando su olor.

—Es Nate, pero creo que ya lo sabías. —Me moví hacia ella y
presioné contra su espalda mientras yo me alzaba y cogía la caja de café
que parecía buscar. La suavidad de su culo presionó contra mi polla y
joder si no quise empujarme hacia adelante.

Ella se puso rígida y bajó, sólo para darse la vuelta y darme una
mirada acusadora.

—Podría haberla conseguido yo sola.

—Quizás yo quería una razón para tocarte.

—¿Tú necesitas una razón? Parece extraño para un tipo con tu


aspecto.

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Logan Chase Tóxico

—Bocazas. Me gusta eso. —No me moví, y afortunadamente para


mí, ella no pasó rodeándome. Yo llenaba el pequeño armario.

—¿Qué quieres, Nate? —Se puso la mano en la cadera e inclinó la


cabeza un poco.

Me di unos segundos para apreciarla completamente. Tetas


grandes, cabello castaño largo y grueso y una hermosa sonrisa. Cintura
delgada y caderas llenas. Tan jodidamente caliente.

—A ti para empezar, pero creo que es solo cuestión de tiempo llegar


a ese punto.

—¿A mí? Hace un año desde que has empezado a venir aquí y no
me has dicho una palabra.

—Es complicado. —Extendí la mano y le coloqué el pelo detrás de


la oreja—. Hueles bien, realmente bien.

Ella tiró de su camiseta, presionando la parte delantera en su nariz.

—Ni siquiera llevo perfume.

Estiré la mano y la rodeé antes de presionarme contra su espalda


y extender mis dedos sobre su tenso abdomen. Me incliné y presioné la
boca en su oreja, respirando profundamente mientras lo hacía.

—No es tu perfume lo que huelo, Jenna.

Ella se presionó hacia atrás contra mí, girando sus caderas un


poco. Fue suficiente.

—Vamos a Kadia el viernes por la noche. Ven conmigo.

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Logan Chase Tóxico

—Pensé que no eras el tipo de chica que le pide a un hombre una


cita. —Deslicé la mano hacia abajo por su vientre y la detuve encima de
su montículo—. Y, ¿por qué una niña inocente como tú quiere ir a un
tugurio como Kadia?

—Mis amigos van. —Su mano se deslizó sobre la mía, sus dedos
alrededor de los míos—. Por favor, no lo hagas.

—¿Qué no haga qué? —Cerré los ojos y respiré profundamente otra


vez mientras envolvía mi brazo libre alrededor de ella, sobre sus pechos—
. ¿Ponerte húmeda?

—Ya estoy húmeda. Tú lo sabes. —Bajó la cabeza como si estuviera


avergonzada de ese hecho.

—Bueno. Entonces, los dos vamos a estar doloridos el resto de la


tarde. —Arrastré la nariz por su oreja—. Nos vemos el viernes por la
noche.

—¿Así que vas a venir? —Ella gimió cuando la dejé ir y giré para
salir del armario.

—Todavía no, pero lo haré pronto. ¿Te importa si tomo prestado tu


nombre mientras lo hago?7 —Hablé sobre mi hombro y seguí
moviéndome.

Mikey levantó la vista de su taza y me lanzó una mirada burlona.

—¿Todo bien?

—Sí. Solo quería que la chica supiera que estaba interesado.

7 Juego de palabras entre venir y correrse.

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Logan Chase Tóxico

—Yo estaba pensando sobre eso.

—¿Yo y Jenna? Tú, asqueroso cerdo. —Le guiñé un ojo y me bebí


el resto del café, haciendo una mueca cuando el lodo frío bajó por mi
garganta—. Ugh. Repugnante.

Mikey agitó la mano hacia mí como para callarme.

—Tal vez no deberías haberle dicho nada a ella. Ya sabes cómo


Ashley se pone por cualquier mujer de tu vida.

—Ashley es mi socia en el crimen. Nada más. —Me puse de pie y


me recoloqué la polla.

Mikey gruñó y apartó la cabeza.

—Venga. ¿En serio?

—Lo siento, tío. Es lo que es.

—¿Dónde vas?

—Voy a hablar con Ash sobre el viernes por la noche.

—¿Qué pasa el viernes por la noche? —Sus ojos se agrandaron un


poco.

—No es asunto tuyo. Hasta luego. —Arrojé mi taza al cubo de la


basura cuando salí y no me giré para mirar a Jenna hasta que estuve
demasiado lejos para verla de todos modos. ¿Qué diablos estaba
haciendo?

No me merecía nada en la vida, especialmente a una mujer como


ella.

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Logan Chase Tóxico

Además, Mikey tenía razón. Ashley sabría de ella y se cabrearía, y


luego, ¿qué? ¿Defendería yo a la chica que estuvo junto a mí toda mi
asquerosa vida o a aquella de la que había estado enamorado durante el
último año?

Algo me dijo que Jenna conseguiría mi voto. Por qué la idea me


molestaba tanto era un misterio, pero lo hacía. La lealtad significaba algo
para mí, pero por primera vez en mucho tiempo, el amor también lo hacía.

****

—Llegas tarde —Ashley alzó la vista desde el sofá mientras yo


entraba en el apartamento.

—No me di cuenta que habíamos quedado a una hora para


reunirnos. —Me encogí de hombros antes de quitarme la chaqueta y
colgarla cerca de la puerta.

Ella se acercó a mí y me deslizó las manos por el pecho y me rodeó


el cuello.

—¿Dónde has estado?

—No es asunto tuyo —Me estiré para alejar sus brazos de mí.

Ella refunfuñó y me empujó por la espalda mientras me dirigía a la


cocina.

—No me digas que estás de ese humor. Esa mierda se está


haciendo vieja.

—Así que apareces en el apartamento que tenemos como escondite.


Este lugar no existe, ¿recuerdas? —Me dirigí a la cocina, ignorando sus

69
Logan Chase Tóxico

pullas. Era lo mejor. Uno de nosotros podría terminar jugando al


maltratador, y yo no estaba de humor.

—Sabes que no puedo ir a ningún otro lugar. ¿Deseas que


quedemos en esa maldita cafetería de pijos donde te sientas cada día?
¿Quieres hablar de matar al idiota de mi marido mientras todo el mundo
escucha atentamente? Qué tonto eres.

Le quité el tapón a la cerveza y me giré hacia ella antes de tomar


un largo trago. Dejé que el silencio se asentara entre nosotros, deseando
que supiera por encima de todo, que ella no importaba ni un poco. Era
mentira, pero se sentía bien soltarlo.

—¿Y cómo sabes exactamente a dónde voy a tomar mi café? ¿Te


estás volviendo un poco paranoica? —Me reí un poco entre dientes
mientras ella se rodeaba el pecho con los brazos.

—No me gusta eso, Nate. Algo se siente mal al respecto.

—¿El qué? ¿Qué me estás espiando o que vamos a matar a tu


segundo marido en cuatro años?

—Ambas cosas. —Se inclinó contra mí cuando me acerqué y le


rodeé los hombros con los brazos, arrastrándola hasta el sofá conmigo.

—Que te jodan por espiarme. —Me dejé caer en el sofá y me recosté.

—A ti te gusta. —Ella sonrió y se subió la falda por los muslos antes


de arrastrarse a mi regazo—. Dime que me conseguiste unas píldoras en
Kadia.

—Lo hice. —Levanté la mano y le apreté una teta—. Las he tenido


en el baño durante unas semanas. Lo sabías.

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Logan Chase Tóxico

—Lo olvidé. —Abrió las piernas y se frotó contra el grueso bulto de


mis vaqueros. Aunque no la amaba, la follaría unas cuantas veces más
antes de pasar a Jenna. La posibilidad de tener una relación a largo plazo
causó que algo muerto en mí resucitara, pero tenía que tener cuidado.
Nadie sobrevivía demasiado tiempo a mí alrededor, salvo Mikey y Ashley
y eso era intencionado.

—Así que irás a Kadia el viernes por la noche y llevarás a algunas


de tus chicas contigo. Asegúrate de que haya varias para que tengas una
coartada.

—Sí. —Ella presionó las manos contra mi pecho y se meció con


fuerza, sacudiendo sus finas caderas de un lado a otro—. Joder te sientes
bien. Quítate esos vaqueros y te montaré.

—No, solo ven y tómalo tú misma. No estoy de humor. —Le deslicé


la mano desde el pecho hasta la cadera—. Y no te enfades. No necesito
tu mierda hoy.

Ella cerró los ojos y dejó que su cabeza cayera hacia atrás mientras
seguía frotándose contra mi erección.

—Haré que se tome una de las píldoras mientras estoy allí y otra
unas horas más tarde.

—Se necesitan tres para que el Zandra sea tóxico. Dile que tome
dos pastillas unas horas después de que te vayas. —Bajé la mano y
deslicé los dedos dentro de sus bragas, hundiéndolos en su húmedo y
caliente coño y llevándola al límite rápidamente. Sus sacudidas en mi
regazo me dejaron con ganas de más de lo que me permitiría a mí mismo.
Demasiado sexo con ella y tendría una idea equivocada. Matrimonio,
niños y vallas blancas. Es gracioso como las putas del mundo todavía
quieren también todas esas bellas cosas puras.

71
Logan Chase Tóxico

—Joder —gritó y se tensó contra mí.

—Muy caliente, Ash. Ahora, levántate y te veré el viernes por la


noche. Juega tu papel correctamente y nuestra cuenta bancaria será el
doble de lo que es ahora.

Ella se inclinó hacia abajo y me besó con fuerza, continuó follando


mis dedos con empujes largos y lentos.

—Quiero más.

—Bien. Te daré más este fin de semana. Levántate. —Aparté la


mano de su cuerpo y me recosté hacia atrás—. Ahora.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Ocho
Jenna
Dos días después

Había vaciado el armario para el momento en que Grace apareció


en mi puerta. El pequeño apartamento donde vivía en el centro de la
ciudad era uno de los muchos edificios propiedad de mi familia. Donde
no pagaban por mi alquiler, pero tampoco me cobraban ni un centavo
por ocupar este pequeño espacio en el tercer piso. Era una buena manera
de hacerles sentir que estaban haciendo algo, y por otro lado, yo no tenía
que sentir que estaba recibiendo limosna.

El golpe en la puerta de mi casa tenía que ser Grace. Un suave


golpeteo que no se detuvo hasta que abrí la puerta de un tirón.

—Sabes que odio cuando haces eso. —Le di una mirada de


advertencia.

—Sí, pero sabías que era yo, ¿verdad? Eso es todo lo que importa.
Nueva York es peligroso, especialmente la ciudad. —Entró y se quitó la
fina chaqueta de punto azul marino. El grueso suéter de lana que llevaba
debajo la hacía ver corpulenta, voluminosa y tan poco atractiva como
nunca la había visto. Era la única persona que conocía que usaba varias
capas, y ninguna de ellas hacía juego.

—¿Qué mierda es eso? —Presioné los dedos sobre mis labios


mientras usaba la mano libre para cerrar y poner el seguro de la puerta.

73
Logan Chase Tóxico

—¿Qué? ¿Esto? —Dio vueltas en círculo, su oscuro cabello flotando


detrás de ella.

—Lo única cosa que estás autorizada a llevar de ese atuendo son
las medias e incluso esas podrías tener que quitártelas. —Entrecerré los
ojos y me moví a una inspección más cercana—. Grace Adams. Querido
Niño Jesús, por favor, dime que esos no son gatos en tus medias.

—Sí. Son lindos, ¿verdad?

—Tienes veintiún años. Lindo no es el aspecto que buscas. —Me


detuve frente a ella y me puse las manos en las caderas—. Quítatelo todo.

—¿Qué? No. Está bien. Vi a alguien en una pasarela londinense


luciendo esto la semana pasada. —Sus hombros se hundieron mientras
dejaba escapar un triste suspiro.

—Fuera. Ahora.

—¿Al menos puedo quedarme los zapatos? Me encantan estos


tacones.

—No. Puedes usar mis botas marrón oscuro que te gustan. No vas
a llevar esos tacones. Tienen pequeños lazos. ¿Qué tienes, doce años de
nuevo?

—Eres tan odiosa. —Se sacó el jersey por la cabeza y lo tiró en el


sofá antes de patear los zapatos hacia mí.

Miré hacia el sofá y me reí.

—Alguien va a pensar que despellejé un gato. Dios, esa cosa es tan


fea. ¿Cuánto pagaste por eso?

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Logan Chase Tóxico

—No preguntes. —Se sacó las medias y caminó hacia mi


habitación, su pequeño tanga negro metido en la curva perfecta de su
culo.

—Dímelo y haz que me sienta mejor. —Caminé detrás de ella


mientras subía las manos para poner mi pelo largo en una coleta alta.
Necesitaba verme informal más que atractiva esta noche. Con Thomas
allí seguramente y Nate probablemente apareciendo, no necesitaba para
nada verme atractiva, aunque fuera una dura idea para mí hacerlo.

—¿Por qué decirte que lo conseguí en Ross por diez dólares te haría
sentir mejor? —Se volvió hacia mí, su expresión todavía tensa por la
angustia. Sus pechos se alzaban por encima del sujetador de encaje
negro que llevaba, y su piel bronceada se extendía por sus perfectas
curvas, haciendo que me sintiera desaliñada, gorda, fea.

—Porque sí. Tengo que estar junto a ti durante toda la noche. —


Pasé por su lado y le golpeé el hombro suavemente—. Eres afortunada de
que no te dejara con tu disfraz de gatito maltratado. Hubiera hecho que
yo me viera mejor.

—Eres estúpida. —Se movió hacia el armario que había a mi lado—


. Eres la chica más atractiva de toda la maldita ciudad, y la más rica.

—No se lo digas a nadie. —Saqué un ajustado vestido negro—. Ten.


Ponte esto.

—¿Estás segura? Es uno de tus favoritos. —Se inclinó para


colocárselo sobre las caderas y volví al baño.

—Sí, tendrás un aspecto estupendo con él. —Me incliné sobre la


encimera del baño y agarré un tubo de lápiz labial rosa oscuro—. Creo
que Nate va a estar allí esta noche.

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Logan Chase Tóxico

—¿El tío bueno de la cafetería?

—Sí. —Apreté los labios y los moví—. Y si él está… me voy a casa


con él. Deberíamos llevar coches separados.

—¿Y qué si yo tengo pensado ir a casa de Erik? ¿No es ese su


nombre? ¿El chico malo de la biblioteca del otro día?

—Erik Bertinelli no va a estar en Kadia —bufé y le di una mirada


aprobadora—. Sexy. Perfecta.

—Gracias. —Agarró mi lápiz labial y frunció el ceño antes de


encontrar algo más oscuro, más ahumado—. ¿Y por qué no va a estar en
Kadia?

—Porque está lleno de universitarios y de putas, Grace. Él es un


sicario. ¿Por qué va a estar interesado en alguna de esas personas?

—Por la esperanza de esto. —Golpeó su cadera contra la mía y


compartimos una risa. Por lo menos, sería bueno pasar el rato con ella
esta noche. Había pasado mucho tiempo desde que nos soltamos el pelo
y nos divertimos.

—¿Thomas lo tiene cubierto si nos achispamos un poco?

—Sí. Sólo quédate cerca de mí.

—¿Y eso por qué? —Miré en su dirección.

—Porque te pones cachonda cuando te emborrachas. La última


cosa que necesitamos es que te folles a mi hermano de nuevo.

Me encogí de hombros.

—Eso fue hace tres años, Grace, y fue un accidente. Menuda cosa.

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Logan Chase Tóxico

—De acuerdo, pero ha estado enamorado de ti desde entonces. Vas


a tener que mostrarme alguno de tus movimientos.

—Voy a fingir que no oí nada de eso. —Me giré y salí del cuarto de
baño mientras una sonrisa se abría paso en mi cara. Yo había estado con
un puñado de hombres en algún momento, pero ninguno de ellos era lo
que yo consideraría una buena follada. Infiernos, ni siquiera estaba
segura de a qué se parecería eso.

Si tuviera que adivinar… podría parecerse mucho a Nate.

****

—Avanza, muévete. —La voz en la parte delantera de la fila me era


familiar. Demasiado familiar.

Mantuve la cabeza baja y me moví detrás de la gran multitud de


personas que intentaban entrar en Kadia. Estaba mucho más
preocupada por tropezar y romperme el culo que por ver quién estaba
revisando las identificaciones en la puerta delantera. Yo estaría allí ya
mismo.

—Oh, bueno. —Grace se giró y miró por encima de su hombro—.


Es tu hombre, y se ve jodidamente bueno.

—¿Qué? —Me puse de puntillas y mis sospechas fueron


confirmadas. Nate estaba tomando las entradas y revisando los carnets—
. Oh, demonios. Es Nate.

Grace dijo algo, pero yo no podía oírla por encima de los latidos de
mi corazón en el pecho. Alcancé a la parte superior de mi vestido y me
levanté los pechos, con la esperanza de verme mejor de lo que me sentía.
Al lado de Grace, simplemente no estaba a la altura. Ella era exótica y

77
Logan Chase Tóxico

delgada, yo era la chica de al lado con grandes tetas y unas caderas que
odiaba.

—Jenna —habló Nate, sus ojos llenos de algo que no sabía cómo
ubicar.

Grace se deslizó por la puerta abierta y alguien por detrás empujó


hacia adelante, haciéndome trastabillar hacia el guapo bastardo.

Presioné las manos sobre su grueso pecho y levanté la vista


mientras el aire huía de mis pulmones. Todo sobre el momento era
perfecto, excepto por el hecho de que yo no era lo suficientemente valiente
como para presionar mis labios sobre los suyos.

—Hey. Lo siento mucho. —Me giré y ladré a la multitud—. Idos a


la mierda.

—No hay problema. Simplemente he estado esperándote toda la


noche. —Sus ojos se movieron hacia la parte delantera de mi vestido
mientras yo le quitaba las manos del pecho y comenzaba a buscar mi
identificación.

—¿Lo hacías? Tenía esta maldita identificación en algún lugar a


pocos…

—No te preocupes, estoy seguro de que eres legal. —Me guiñó un


ojo y me agarró del brazo, tirando de mí hacia la puerta—. El nombre del
camarero es Mark. Dile que tú y tu amiga morena podéis tomar algo a mi
cuenta. Resérvame un baile.

—¿Tú bailas? —Entré en el club, me giré para echarle un vistazo


antes de que alguien me agarrara por la cintura y me arrastrara por las
escaleras hacia un gran grupo de mis amigos.

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Logan Chase Tóxico

—Aquí estás. —Thomas me bajó y me hizo girar—. Guau. —Sus


ojos recorrieron mi cuerpo y volvieron a mi rostro—. Estás tan buena,
pero lo sabías, ¿verdad?

—De ninguna manera, guapo. —Juguetonamente le golpeé la cara


y me di media vuelta para caminar hacia el bar donde Grace ya estaba
sentada en un taburete.

—¿No puedes esperar a nadie? Mierda. —Me senté al lado de ella y


dejé escapar un suave suspiro.

—Lo siento. Me imaginé que sería mejor apartarme de tu camino.


Tu hombre en la puerta tiene que ser uno de los más atractivos que he
visto por aquí.

—¿Mejor que Erik? —Eché un vistazo hacia el barman mientras


ella me mostraba una gran sonrisa—. Bud Light, ¿por favor?

—Cualquier cosa para ti, belleza —Se volvió hacia Grace—. ¿Y para
ti, ángel?

—Lo mismo. —Ella sonrió y se giró hacia mí—. Infiernos, no, no


mejor que Erik. ¿Aunque te imaginas a los dos juntos? Uno enterrado
profundamente en tu culo y el otro…

—Hey. Soy buena. —Levanté la mano mientras mi pulso se


aceleraba. Nunca había estado con dos hombres, ni había dejado que uno
se saliera con la suya conmigo. Quizás esa era la razón por la que mi vida
sexual era tan increíblemente aburrida. Sólo había vivido la diversión en
mi cabeza.

—Oh, lo siento. —Se sonrojó y jugueteó con la parte delantera de


su vestido.

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Logan Chase Tóxico

—No, lo siento yo. Sólo estaba bromeando. —Le rodeé los hombros
con el brazo—. ¿Has fantaseado con Erik en la biblioteca?

—Sí. No puedo evitarlo. Él es tan sexy, Jenna. Se ve tan peligroso.

—Te diría que te lo follaras, pero es peligroso, Grace. No es el tipo


usual que estás buscando cuando quieres una sola noche. Él es vil.
Desagradable. Oscuro. Mortal.

—¿Hablando de mí de nuevo? —Nate se movió a mi lado y presionó


los antebrazos en la barra mientras el camarero regresaba con nuestras
bebidas.

—Aquí tienen, señoras. Qué pasa, Nathaniel. ¿Necesitas un trago,


hermano?

Nate sacudió la cabeza y me miró.

—No, pero estas chicas pueden beber gratis esta noche. Ponlo en
mi cuenta.

—No. No tienes que… —Levanté la mano. Yo tenía mucho dinero.


No necesitaba que ni él ni nadie me pagara nada.

Él me agarró la mano y se la llevó a la cara antes de rozar la nariz


a lo largo de la palma de la mano y mordérmela.

—Quiero hacerlo. Cállate o te pondré sobre mis rodillas y azotaré


tu bonito culo justo delante de tu mejor amiga y el cabrón estirado que
espera follarte esta noche.

Miré a Grace para disculparme, pero la mirada de lujuria de su


rostro me dijo que no me molestara. No mucha gente podía hablar mierda
sobre su hermano Thomas, pero parece que Nate era uno de ellos.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Nueve
Nate
—Tú no vas a azotar a nadie. —Jenna se volvió hacia mí, con los
ojos llenos de desafío.

—¿No? —Incliné la cabeza hacia un lado y dejé que mi mirada se


moviera hacia su bonita amiga, que me estaba mirando—. ¿Qué piensas,
bonita amiga de Jenna? ¿Debería dejarle las bragas puestas o debería
forzarla a quitárselas cuando golpee su culo?

Jenna se puso rígida mientras me golpeaba en el pecho.

—Es Grace, y es…

—Fuera. Quítaselas —susurró Grace mientras la vena del costado


de su cuello latía frenéticamente.

—Grace. Mierda. —Jenna se giró bruscamente hacia su amiga


mientras mi teléfono zumbaba en la parte trasera de mis vaqueros.

Me incliné y presioné mi boca a un lado de su cuello, justo debajo


de su oreja antes de hablar.

—Me gusta tu amiga, pero no está invitada a la fiesta posterior.

Me golpeó de nuevo, pero me alejé de ella antes de que pudiera


darme una buena bofetada. Perra caliente. Jugaba a la linda chica
inocente que servía café, pero nadie que tuviera un cuerpo como el suyo
era dulce e inocente. La mierda no existía.

81
Logan Chase Tóxico

La idea de forzarla sobre mis piernas para una larga y dura


azotaina dejó a mi pene hinchado y palpitante. Sucedería. Ojalá más
tarde esta noche. Saqué mi teléfono del bolsillo y salí al callejón.

—¿Ashley? —Miré por el callejón oscuro para ver a Ash de pie allí,
luciendo como de un millón de dólares.

—Hey. Ahí lo tienes. Supuse que si te llamaba, tendrías que salir


para contestarlo. —Caminó hacia mí, con los ojos muy abiertos—. Estoy
asustada. Me siento tan jodidamente asustada cuando hacemos esto. Él
no es cualquiera, Nate. Es realmente un gran problema. Su jodido padre
es…

—Cállate. —Puse mis dedos sobre sus labios y usé mi mano libre
para tirar de ella contra mí—. No tengas miedo. Tú ni siquiera lo matarás,
Ash, y ¿la parte más genial? Tampoco tendré que matarlo. Él terminará
suicidándose. Parecerá un suicidio, o un idiota usando droga
incorrectamente.

Miró hacia atrás y se estremeció.

—No sé. Siento que esto va a aterrizar sobre mi regazo.

Me incliné para agarrar su mentón y la obligué a mirar hacia atrás,


a mí.

—Silencio. Para esa mierda y vayamos a través de los movimientos.


Eres la mujer más dura que conozco.

—¿Y la más bella?

—Por supuesto, cariño. Lo sabes. —Busqué en su rostro, buscando


signos de que pudiera ser la mujer adecuada para mí, y no encontrando
nada. Asesinos de corazón frío. Eso es todo lo que éramos, pero estaba

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Logan Chase Tóxico

empezando a descongelarme. Me obligué a no pensar en lo jodido que era


el momento—. Ahora entra en el club con tus amigas. Pasa por la puerta
principal. Ve ahora. Se está haciendo tarde y tendrás que volver a casa
antes de la medianoche para encontrarlo. Recuerda el plan.

—Sí. Lo sé. —Deslizó su mano por mi estómago para ahuecar mi


pene—. Estás duro.

—Estás aquí. —Me lamí los labios y me incliné para besarla


bruscamente.

Se hundió en mí, como si hubiera estado esperando una invitación


abierta. Odiaba tirar de la alfombra bajo ella, pero ese beso era todo lo
que estaba recibiendo.

—Te quiero.

—Calla esa mierda y entra en el club. Recuerda actuar como loca


cuando lo encuentres. Tienes eso.

—Tenemos esto.

—Sí, exactamente. —La giré y le di un fuerte golpe en el culo—. Ve.


Ahora.

—¿Me prometes follarme este fin de semana? —Caminó hacia la


entrada del callejón.

—Donde quiera que quieras. —Volví a las sombras y me sequé los


labios, de repente repelido por el sabor de ella. Estaba en problemas. Un
gran jodido problema. Si Ashley se enteraba que me había enamorado de
otra persona, no había ningún lugar en el mundo en el que Jenna pudiera
ocultarse de mi amiga de la infancia donde no la buscara y la encontrara.

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Logan Chase Tóxico

—No sucederá. —Giré mis talones y entré de nuevo en el club, mis


ojos inmediatamente yendo en busca de mi chica. Estaba todavía en el
bar con Grace, pero el cabrón estirado de la cafetería estaba sentado al
otro lado de ella mientras los tres se reían juntos. Debería haberla dejado
sola, pero no podía obligarme, ni siquiera por su seguridad.

Ella no quería estar involucrada en la mierda en la que me


ocupaba. ¿O lo hacía? A medianoche, Ashley sería cuarenta millones de
dólares estadounidenses más rica como la viuda de uno de los penes más
ricos de la ciudad de Nueva York. Ella conseguía la mitad, y yo obtenía
la otra mitad. Así de simple. ¿Ese tipo de dinero impresionaría a Jenna?

Tenía eso y mucho más de mi último golpe con Ash.

—Estás libre por el resto de la noche. —Otro de los porteros me


palmeó el pecho mientras caminaba hacia la puerta delantera.

Miré hacia arriba para encontrar a mi ilustre jefe, Fredrick


Carrington, mirando desde el último piso de Kadia. Asintió y levantó su
bebida hacia mí. Saludé y asentí con la cabeza en señal de
agradecimiento. Él se hizo cargo de mí, y sabía malditamente muy bien
que lo cuidaría. Había estado haciéndolo desde que yo era un niño en la
calle.

—¿Entonces esta nueva droga te pone cachonda? —Grace era un


poco más ruidosa de lo que podría haber pensado mientras caminaba.

—Sí. Eso es exactamente lo que hace. —Thomas sabía un poco


sobre nuestra droga lujuriosa, al parecer.

—Sin embargo, solo es segura en pequeñas cantidades. Una mezcla


de éxtasis y ácido. —Deslicé mis manos sobre los hombros de Jenna y
apreté—. Ven, déjame darte ese baile que querías ahora.

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Logan Chase Tóxico

—Hola. ¿Eres tú…? —El hombre al lado de Jenna comenzó, pero lo


ignoré y tomé su mano cuando ella se levantó.

—¿Pedí un baile? —Me miró mientras caminaba con ella hacia la


pista.

—No, pero sabía que lo querías. —Me moví hacia atrás y la giré
mientras dejaba que mis ojos se movieran a través del mar de caras.
Ashley estaba en el rincón más alejado del club con un gran grupo de
amigas. No estaba seguro de dónde las había resucitado, pero no me
importaba. Necesitaba coartadas. Ellas funcionarían. Estaba en una
parte extraña del club donde mirar la pista de baile no era una opción.
Estaba a salvo, o mejor dicho, lo estaba Jenna.

La atraje hacia mí bruscamente y la giré una vez más, atrapándola


en un fuerte abrazo con su espalda contra mi pecho, su dulce culo
amortiguado sobre mi erección. Me incliné y pasé los labios por el costado
de su cuello antes de chupar su oreja en mi boca.

—¿Quieres jugar un poco esta noche? —Gruñí contra su oreja y


flexioné mis brazos mientras ella gemía.

—Depende de lo que tengas en mente. —Miró hacia atrás, su


expresión robando partes de mi corazón que pensé que habían muerto
hace mucho tiempo y que habían desaparecido.

—Tú, de rodillas. La boca llena de pene. Asfixiada y jadeando, pero


disfrutando cada minuto. —Presioné mis dientes contra su cuello y tiré
de ella mientras rodaba sus caderas y jugaba con mi pene—. Vas a estar
tan mojada cuando termine contigo que te avergonzarás.

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Logan Chase Tóxico

—¿Esto incluye nalgadas? —Se giró en mis brazos, obligándome a


darle un poco de espacio hasta que presionó sus pechos contra mi pecho
y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello.

—Por supuesto que lo hace. —Me incliné y rocé mi nariz con la de


ella mientras le frotaba los costados y presionaba mis dedos en la suave
carne de la parte baja de su espalda. Ella esperaba carnalidad, y la
conseguiría, pero no en frente de un club lleno de gente.

—No te tengo miedo —murmuró sin aliento mientras sus ojos se


movían alrededor de mi rostro.

—Deberías tenerlo. —Busqué en mi bolsillo y saqué una pastilla—


. Esta es la droga. Una entera y estarás montando todo lo que ponga
delante de ti, pero la mitad… simplemente entumecerá la última
inhibición que tengas. Él último tirón en tu alma que obliga a mantener
tus rodillas juntas esta noche.

—¿Crees que necesitas una droga para obligarme a abrirme de


piernas?

—No son solo tus piernas las que planeo abrir, Jenna, pero no. La
droga es para ti. Follar durante horas se siente mejor cuando estás
relajada y sumisa. No luches conmigo. Es por tu bien, muñeca.

—¿Y qué sabes sobre mi bien? —Se lamió los labios como si
estuviera nerviosa.

—¿Tú escupes o tragas, Jenna?

—Mierda. —Bajó la mirada mientras sus mejillas se volvían rosas.

—¿Te gusta más la lengua de un hombre en tu clítoris o en la


abertura apretada de tu culo?

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Logan Chase Tóxico

—Nate. —Levantó la mirada mientras sus pupilas se dilataban.

—¿Quieres mi pene en tu coño y mis dedos en tu culo o al revés?


—Deslicé mis manos hacia la parte superior de su culo y apreté mientras
tiraba de ella más cerca y presionaba mi erección en su estómago.

Bajó la mirada mientras jadeaba ruidosamente.

—No sé. Lo quiero todo.

—Por supuesto que sí, cariño. —Toqué su barbilla y sonreí—. Toma


la píldora. La mitad de la píldora. La compartiremos.

—No sé. —Miró hacia el bar—. ¿Cómo puedo confiar en ti?

Puse la píldora en mi boca, mis dientes sujetándola hacia abajo


sobre ella y la incliné hacia ella mientras negaba con la cabeza.

Presionó sus labios a los míos mientras yo partía la pastilla a la


mitad. Me tragué mi parte y apreté el resto en su boca mientras mi lengua
empujaba profundamente en ella. Ella aspiró duro, debilitando mi
determinación de enseñarle una lección sobre los chicos malos.

Haz el amor con ella.

A la mierda con eso. Ni en un millón de años. Ni siquiera sabía


cómo. Y si lo hiciera, mi pedazo de corazón de mierda no sobreviviría.

Rompí el beso y respiré profundamente otra vez cuando se dio la


vuelta y apretó su culo contra mí.

—No puedes confiar en mí, ni en nadie. —Agarré sus caderas y


bailé con ella durante unos segundos más, disfrutando de la serenidad
del momento.

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Logan Chase Tóxico

—¿Quién eres, Nate? —Miró hacia atrás, y se apoderó de mis


muslos con sus dedos, clavando sus uñas en mí.

Gruñí y fruncí los labios, tratando de evitar correrme en los


pantalones. Un año sentado al otro lado de la habitación y anhelando sus
manos sobre mí, y allí estaba, lista para hacer lo que le dijera. Era
demasiado.

—Soy tu salvador, cariño. —Deslicé mi mano hasta su pecho y me


detuve para no apretarlo. Me gustaría tener mi tiempo y tirar de sus
pequeños pezones apretados cuando la desnudara. No era necesario
montar aquí un espectáculo. Cada centímetro de mi cuerpo gritaba que
la arrojara sobre mi hombro y buscara un armario, pero me mantuve a
raya. Necesitaba estar en el piso si Ashley me necesitaba. Eran casi las
once y media. Ella se iría pronto, y yo también.

Se alejó de mí y se volvió.

—¿Y de qué me estás salvando?

—De dormir sola esta noche. —Me volví y salí de la pista de baile,
su mano en la mía. Pasamos por la barra y tiré de su mano—. Ve y dile a
tu amiga que subirás conmigo por un tiempo, pero que no se vaya.

—¿Al piso de arriba? —Me miró, con los ojos brillantes. La droga
estaba funcionando.

Le di unas palmaditas en el culo y sonreí.

—Sí. Ve y díselo. Ahora o nada de azotes para ti.

—Bien. —Caminó hacia el bar y me di la vuelta a tiempo para ver


a Ashley caminar fuera del club. El grupo de chicas con ella no parecía
muy feliz por tener que marcharse antes de que el bar cerrara, pero

88
Logan Chase Tóxico

esperaba que Ash se pegara a la secuencia de pasos. Un dolor de


estómago por algo de antes y todas la llevarían a su casa y encontrarían
a su esposo con espuma en los bordes de su boca y frío al tacto.

—¿Estás bien? —Me giré cuando Jenna se detuvo a mi lado, pero


no dijo nada.

—Sí. Estoy muerta de hambre.

—Podemos tomar una hamburguesa en el bar después de que


termine contigo.

—No, no tengo hambre de comida. —Se giró y levantó su barbilla.


La expresión de sus ojos me dejó aturdido, mi pulso aceleró más rápido
de lo que debería.

No quería comida. Quería pene. Mi pene. Muy dentro de ella.


Traviesa pequeña puta. Me encantó eso.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Diez
Jenna
Era más que estúpido tomar la droga, pero quería impresionarlo.
No, no impresionar. No quería negárselo. Se sentía tan malditamente bien
presionado contra mi espalda, su gruesa erección me abría el culo
mientras encontraba un lugar para sí mismo lejos mientras bailábamos.

—Eres tan sucio. —Deslicé mi mano en la suya mientras


caminábamos hacia la puerta.

—¿Sucio? ¿Qué tiene de malo hablar la verdad? Se siente bastante


limpio para mí.

Nos dirigimos hacia una escalera al lado de la puerta principal,


sorprendiéndome un poco.

—¿A dónde vamos?

—Al piso de arriba, cariño. ¿Recuerdas? —Sostuvo la puerta y


caminé hacia una gran nube de humo. Marihuana. Tosí y aparté el aire
con la mano mientras él se movía delante de mí.

—Inhala. Se siente bien. Te lo prometo. —Alcanzó mi mano—.


Quédate cerca. Se vuelve loco por aquí. No me gustaría apuñalar a algún
hijo de puta por tocar a mi chica.

—¿Tu chica? —Tosí nuevamente y lo seguí por las escaleras


mientras seguía separando con la mano el aire. Sentirse bien era una
cosa, pero la muerte por inhalación de humo era otra.

90
Logan Chase Tóxico

No respondió, pero no me imaginé que un hombre como él


necesitara explicarse a sí mismo. No era su chica, pero jugaría como si lo
fuera al menos una noche.

No pude evitar volver la cabeza en un esfuerzo por permitir que mis


ojos se quedaran más que unos segundos en un trío en la esquina. Las
dos chicas se estaban moviendo sobre un tipo flaco con un enorme pene,
como serpientes, lamiendo y mordiendo su carne mientras él yacía allí y
gemía.

—Maldición —murmuré y me moví a una oficina con Nate—. ¿Qué


es este lugar?

—El tercer piso de Kadia es un sex shop, básicamente. No mucha


gente lo sabe o vive para contarlo, pero lo es. —Se dejó caer en una gran
silla de cuero y se lamió el labio inferior. El contorno de su pene en sus
vaqueros hacía que mi cuerpo hiciera tictac, el pulso profundo entre mis
muslos resonaba en el de mi cuello.

Miré detrás de mí hacia la puerta.

—Nate. No sé si…

—Está cerrada con llave. Ven a buscar tu azotaina. —Deslizó sus


manos por sus muslos y me indicó que fuera hacia él.

Algo sobre el momento me dejó totalmente consciente de que si


cruzaba la habitación, estaría perdida con él durante un maldito largo
tiempo. Él no era el tipo de sueño del que despertabas renovada, sino
más bien anhelando la sobredosis de pastillas de dormir para que
pudieras encontrarlo de nuevo.

—No hablabas en serio, ¿verdad? —Di el primer paso, y ambos


sabíamos que me tenía.

91
Logan Chase Tóxico

—No juego muy a menudo, Jenna. Ven aquí. Si tengo que ir a


buscarte, vas a hacer mucho más que permanecer inmóvil a lo largo de
mis piernas y gimotear.

Joder.

La lubricación se acumuló en mis bragas cuando me detuve y


apreté mis piernas juntas, con miedo de que corriera por el lateral de mis
muslos y me delatara.

Respiró profundamente y rugió antes de acariciarse las piernas.

—Aquí.

—¿Las bragas puestas o quitadas? —No podía encontrar suficiente


aire para respirar.

—¿Te haría sentir mejor si te permitiera dejártelas? —Su pene se


crispó cuando cerré el espacio entre nosotros, y deseaba verlo tantísimo.
Tocarlo, presionar mis labios y mi cara contra él. Cada núcleo de fantasía
que había tenido durante el último año había sido con él. Esta mierda no
podría estar sucediendo en serio.

—Sí. —Me detuve frente a él e intenté no temblar. No sirvió. Mis


rodillas estaban débiles, mis muslos temblando.

—Entonces quítatelas, o mejor aún, lo haré por ti. —Se movió hasta
el borde de su asiento y me miró mientras deslizaba sus manos hasta mis
muslos y se apoderaba de mis bragas. El rápido tirón me sorprendió, y
grité y extendí las manos, agarrando el grosor de sus hombros.

—¿Golpeas a cada mujer que llamas tuya? —Traté de encontrar mi


equilibrio, pero fue inútil.

92
Logan Chase Tóxico

—No puedes hacer preguntas, princesa. —Se apoderó de mi mano


y me arrastró a un lado de la silla antes de que me obligara a tumbarme
en su regazo. Era sorprendente lo cómodo que era su pene clavándose
contra mi costado derecho.

—También debería negarte algo. —Cerré los ojos y presioné mi boca


en el costado de su muslo mientras dejaba que mi cabeza colgara hacia
el suelo.

Tiró de mi vestido sobre mi culo desnudo y movió la mano hacia


abajo por la parte posterior de mi muslo antes de estrujar suavemente.

—No vas a negarme nada, Jenna. No, nunca.

Grité cuando su mano chocó contra mi carne, el aguijón tan bueno,


tan malo.

—No —susurré, avergonzada de haberle permitido golpearme en


primer lugar. ¿Qué estaba mal conmigo?

—Alguien está descuidadamente mojada. —Sus dedos tiraron de


mi culo abierto antes de deslizarse hacia mi coño—. Has estado
anticipando esto.

—No, no lo hice —susurré bruscamente mientras él bordeaba mi


apertura. Necesitaba que me follara tanto, pero no me atrevía a pedirlo.
Era demasiado, demasiado pronto.

—Mentirosa. —Golpeó con fuerza otra vez, esta vez con su otra
mano.

Gruñí y levanté mi trasero antes de presionar mis dientes en su


muslo. Quería gritar “más”, pero no lo haría. De ninguna jodida manera.
Nunca.

93
Logan Chase Tóxico

—¿Cuándo fue la última vez que fuiste follada? Dime, nena. —


Presionó sus dedos dentro de mí, y me moví hacia atrás y grité fuerte,
delatándome—. Tan jodidamente apretada. Ha pasado un tiempo, ¿no es
así?

—Sí. —Demasiado largo. Tan condenadamente largo que no lo


recuerdo. Más. Empuja tus dedos más dentro de mí. Azótame de nuevo.
Toca mi culo. Ábreme.

—Una vergüenza. ¿Este hermoso cuerpo pasa intacto todo el


tiempo? Tenemos que cambiar eso. —Sacó sus dedos de mí mientras
gemía fuerte en decepción—. Alguien quiere algo pero tiene miedo de
pedirlo. —Golpeó mi culo de nuevo.

Grité y me retorcí en su regazo.

—No quiero nada de ti.

—¿Esto no? —Pasó la yema de su pulgar por mi culo y lo arrastró


hasta mi ano, presionando dentro de mí mientras yo rodaba las caderas
sutilmente. Necesitaba que dejara de hablar y me violara.

—No —susurré presionando hacia atrás, forzando su dedo hasta la


empuñadura. Grité y me alcé antes de presionarme de nuevo hacia él.

Se inclinó y apretó su boca en mi hombro mientras pasaba su


pulgar de nuevo hasta mi culo, sus dedos hundiéndose dentro de mí
mientras apretaba su pulgar en mi estrechez. La sola idea de que él me
sostuviera como un paquete de cervezas8 era horrible, y aun así no podía
negar lo bien que se sentía.

8
Hace la comparación porque el paquete se lleva con dos o tres dedos de una mano en
unos agujeros de un lado y el pulgar de la misma mano en uno de los agujeros del lado
contrario, comparándolo con tenerla con varios dedos en su vagina, mientras el pulgar
de esa mano se hundía en su culo.

94
Logan Chase Tóxico

—Es la droga, cariño. Deja de pelear y déjate llevar. Nadie está aquí
excepto yo, y soy un prostituto para ti. —Me lamió el hombro—. Córrete
para mí y te dejaré subir sobre el escritorio y verás cómo me doy una
vuelta en tu coño, ¿de acuerdo?

Gemí y cerré los ojos, asintiendo con la cabeza. Era la droga. No


había forma en el infierno en que yo dejara que alguien me tocara como…

Splas.

Otro golpe duro.

—Joder —grité y envolví mis brazos alrededor de su muslo mientras


me levantaba y mecía sobre sus dedos. La felicidad se envolvió en mí al
sonido de él follando mis agujeros húmedos mezclado con el olor del sexo
sucio en el aire. Se me hizo la boca agua con la idea de deslizarme entre
sus piernas y meterlo profundamente en la boca. Quería que me enseñara
a hacer todas las cosas que él quería que hiciera, pero yo no estaba
pidiendo.

A tiempo.

—Golpéame otra vez —le susurré antes de poder bloquear la


solicitud detrás de mis dientes.

—Absolutamente, princesa. —Disparó de nuevo a mi culo y rodó


sus dedos dentro y fuera de mí, metiéndose dentro de mí y masajeándome
el trasero con su mano libre entre las deliciosas azotainas.

—Estoy tan cerca. —Aparté mi rostro de él y dejó de moverse—. No,


no te detengas. Por favor. Nate. Por favor.

95
Logan Chase Tóxico

—Entonces mírame. No te gires lejos o hemos terminado.

Sacudí la cabeza alrededor, y miré hacia atrás, a él, clavando mis


ojos en los suyos mientras la lujuria quemaba su expresión.

—Estoy mirando.

—Buena chica. —Los profundos empujes se reanudaron mientras


mis ojos revoloteaban. Tanto placer.

—Oh, Dios —grité cuando el orgasmo me golpeó. Abrí los ojos y me


obligué a concentrarme en él mientras mi cuerpo explotaba. Me sacudí
en su regazo, pero me sostuvo firmemente, follándome como una puta
mientras yo hacía un lío por todo él—. Oh, Dios.

—Llámame como quieras, Jenna. Solo no te detengas. —Extendió


la mano y agarró mi pelo, tirando de el hacia atrás y arqueando mi cuerpo
mientras seguía trabajando en mi coño y culo—. Córrete otra vez. Una
vez más, dulce nena. Una vez más. Grita para mí.

Las lágrimas borraron mi visión mientras otro orgasmo me


golpeaba. ¿Estaba realmente doblada sobre el regazo de alguien, siendo
follada como la puta de la escuela? ¿Era de verdad Nate? Era la droga,
¿verdad?

No. La droga podía haber ayudado, pero imaginé esta escena una
y mil veces durante el último año.

—Córrete. AHORA —gritó antes de apretar sus dientes en la curva


de mi culo y tirar más fuerte de mi cabello.

Y lo hice.

Gritaba su nombre tan fuerte que mi garganta ardía.

96
Logan Chase Tóxico

No dejó de follarme hasta que dejé salir un grito y me relajé contra


su agarre. En unos instantes me había acomodado contra su pecho, su
mano en mi cabello, acariciándome, su boca presionada a mi cuello
mientras susurraba suaves palabras de amor contra mi carne húmeda.

—Tan hermosa, cielo. Eres tan malditamente caliente. Todo lo que


imaginé que serías. —Besó su camino hasta el lado de mi cara y me obligó
a mirarlo—. No te hice daño, ¿verdad? Tienes que decirme si te lastimé,
¿de acuerdo?

—Sí. Estoy bien. Simplemente es demasiado para manejar a la vez.


—Temblaba y me acurruqué sobre su regazo, sintiéndome entre saciada
y hambrienta.

—Lo hiciste bien. Es la primera vez. La próxima vez será más fácil.
—Se inclinó hacia abajo y presionó sus labios contra los míos, me besó
de una manera que alejó el miedo de mi vientre de que fuera a ser
propiedad de un hombre como él. Ese no iba a ser el caso, a menos que
diera el consentimiento de ello.

—Déjame ir y te lo pagaré. —Me lamí los labios, esperando que él


entendiera mi oferta.

—No es necesario, princesa. Me corrí como una fuente cuando lo


hiciste la segunda vez. Joder, la mejor mierda que he tenido en años. —
Tocó el lado de mi cara y tiró de mí cerca de él—. Vamos a volver a mi
casa y…

Alguien golpeó la puerta de la oficina, y grité y salí de su regazo.

Refunfuñó algunas obscenidades mientras trataba de bajarme la


falda y asegurarme de que el resto de mi vestido estuviera en su lugar.

97
Logan Chase Tóxico

—Será mejor que sea jodidamente bueno. —Nate abrió la puerta y


dio un paso atrás—. Oh, Grace. Lo siento, pensé que eras…

Ella lo empujó, con los ojos desorbitados.

—Amiga. Dejaste tu maldito teléfono abajo. Tu padre lo ha hecho


explotar. Algo va mal.

—¿Qué? —Caminé hacia ella, calmándome rápidamente—. ¿Dónde


está el teléfono?

—Lo tiene Thomas. Finalmente lo sacó fuera para ver qué estaba
pasando. —Se movió hacia atrás y me detuve para mirar a Nate.

—Gracias por esta noche. ¿Nos veremos? —Sonreí.

—Esas son mis frases, princesa, pero sí, tómalo con calma. Te veré
pronto.

98
Logan Chase Tóxico

Capítulo Once
Nate
Me dejé caer en la silla junto al escritorio y dejé que mi cabeza
cayera hacia atrás mientras los últimos cuarenta minutos se reproducían
frente a mis ojos. Cada momento, cada sonido y olor, llevándome de
nuevo al borde del orgasmo. Jenna tenía una forma de excitarme mucho
más de lo que creía posible. El sexo con ella sería el cielo. Mi cielo.

—Nathaniel. Es hora de cerrar el sótano y Tamren está haciendo


un recado para mí. No estoy seguro de que haya vuelto. ¿Puedes ocuparte
de ello? —Fredrick estaba de pie junto a la puerta abierta de la oficina.

—Por supuesto, jefe. —Me levanté y caminé hacia él mientras


aspiraba aire entre mis dientes—. Gracias por esta noche. La necesitaba.

—Cualquier cosa para ti. —Me dio una palmadita en la espalda


cuando pasé junto a él.

—El sentimiento es mutuo. —Bajé las escaleras e intenté no poner


demasiado peso en el comentario de Fredrick. Me había medio criado al
ver que nadie más lo haría, pero era un bastardo hambriento de dinero
como el resto de nosotros. La lección estaba clara. Protégete a ti mismo y
a nadie más, porque sólo por la astucia sobreviviste en las calles.

Apuesto que el nuevo esposo de Ashley nunca vio el cuchillo


golpeándole en la espalda.

—Hola guapo. —Una bonita morena se acercó a mí cuando bajé el


último peldaño a la parte principal del club.

99
Logan Chase Tóxico

—Hola, chica. ¿Cómo estás? —Extendí la mano y le pellizqué en la


barbilla. Lo más probable es que me la hubiera follado. Las caras se
juntan después de un tiempo. Follar era un medio para sentirse vivo.
Nada más.

No hasta Jenna.

—Oye, ¿hacia dónde te diriges? —dijo por detrás de mí, pero la


ignoré y me apresuré hacia la puerta del sótano. Algo debía haber pasado
para que Fredrick quisiera cerrar la sala de luces negras un viernes por
la noche. La fiesta allí por lo general sólo había comenzado.

Abrí la puerta y bajé las escaleras mientras el olor a mierda llenaba


mi nariz.

—Uf, maldición.

—Se está limpiando. Sólo ve y diles a todos que se vayan como la


mierda. —Tamren levantó su mano y señaló la entrada de la puerta
trasera.

—¿Qué diablos pasó? Pensé que estabas corriendo fuera y


haciendo un recado.

—Volví, y el tipo se volvió loco por el Zandra y se pasó. Esa mierda


es tóxica si tomas más de dos. Todo el mundo está advertido acerca de
esto, pero Superman, aquí, decidió intentarlo. —Sacudió la cabeza y miró
hacia mí—. Murió aquí en la jodida pista de baile.

—¿El cuerpo?

—Quemado en el lado oeste de la ciudad. —Se encogió de hombros


y empujó un grueso puñado de rastas sobre su ancho hombro—. No es
mi problema. Tampoco el tuyo. Mantente fuera de ello.

100
Logan Chase Tóxico

—Infiernos que sí. No estoy interesado en absoluto. —Me giré y


caminé hacia la puerta mientras levantaba mi muñeca a la nariz y trataba
de no respirar el aire viciado. Nada olía peor.

El aire frío de la noche de otoño se sentía bien en mi piel. No me


había dado cuenta de lo sobrecalentado que me había puesto. Debía
haber sido por Jenna. Una pequeña bonita cosa intentando comportarse
frente a mí. Casi podía sentirla de nuevo en mi regazo, temblando como
una hoja mientras se follaba bien en mis dedos. Se corrió como una
fuente. Quería saborearla, beberla abajo.

—Para. —Me ladré a mí mismo mientras levantaba mis manos y


gritaba a través de la larga cola de gente que estaba quejándose por la
espera—. El sótano está cerrado. El señor Carrington está de acuerdo en
que hagáis cola en la parte principal y seréis obsequiados con una copa
de su parte. Pasad por aquí y os marcaré las muñecas. Si no estáis
interesados, entonces que tengáis una buena noche.

—¿Qué pasó? —Un chico grande con tatuajes por todo su rostro se
movió justo delante de mí.

—Nada que sea asunto tuyo. —Tiré el rotulador de mi bolsillo y le


quité la parte superior—. ¿Quieres el sello de esta noche o te vas a casa?

—Sí, mierda. Dámelo. Estaba esperando por esto.

—Lo entiendo. —Garabateé un símbolo rápido en su muñeca—.


Estará abierto de nuevo mañana por la noche. Solo regresa y mantén esta
cosa en tu brazo. Te dejarán entrar sin esperar.

—Increíble. Gracias, tío.

—Sí. —Sofoqué un suspiro y me encargué del resto de la multitud,


que parecía crecer por segundos. La preocupación avanzó profundamente

101
Logan Chase Tóxico

dentro de mí sobre Ashley teniendo que manejar la muerte de su marido


por sí misma. ¿Me entregaría? ¿Apuntaría hacia mí?

No me atrevería a ponerlo más allá de la perra. Estaba fuera para


cuidarse de sí misma y eso era todo. ¿O no?

¿Cuántas veces me había dicho que me amaba a lo largo de los


años? Demasiadas para contarlas. Y nunca se lo dije una vez. Ni a ella.
Ni a nadie.

Y no lo haría por un largo tiempo de mierda. Significaba demasiado


para mí usar la palabra de una manera tan a la ligera. Terminé y caminé
de regreso al club, cerrando y echando los pestillos de la puerta detrás
de mí.

—Nate. —Tamren caminó hacia mí y puso su mano enguantada en


mi hombro—, ¿sabes quién era esa mujer esta noche?

—¿Qué mujer? Creí que dijiste que fue un tipo el que murió aquí.

—Naw, hombre. La mujer que llevaste a la parte de arriba del club.

—¿Jenna?

—Sí, hombre. La he visto antes.

—¿Por esta pocilga? —Pasé mis dedos por mi cabello mientras


soltaba su agarre sobre mí.

—No sé. —Se pasó los dedos por los labios y miró hacia atrás—. No
puedo ubicarla para ser sincero, pero sé una cosa.

—¿Qué es? —No pasaría desapercibido que ella era la cosa más
hermosa en todo el jodido edificio esta noche. No esperaba que lo hiciera.

102
Logan Chase Tóxico

—Es poderosa, Nate. —Volvió su atención hacia mí—. No recuerdo


donde se ejerce su poder, pero es importante en esta ciudad.

—¿En Nueva York? —Resoplé. Había confundido a mi chica con


alguien. Trabajaba en una cafetería de mierda. Temblaba como una hoja
cuando la tocaba. No era poderosa, ni importante, al menos no para nadie
más que para mí. Y planeé mantenerlo así.

—Sí. Solo pisa con cuidado, amigo, ¿de acuerdo? Nos gustas un
poco por aquí.

—¿Eso es una broma?

—¿Que nos gustas? —Se rió.

—No, caraculo. Qué estés preocupado por mi seguridad debido a


que estoy con Jenna.

—No, te estoy diciendo que tengas cuidado.

—Está bien, de acuerdo, si recuerdas dónde la viste y en qué es


poderosa… ayuda a un hermano. Estoy pensando en casarme con la
chica un día.

—No, no lo haces. —Levantó una ceja—. Estás tomando esto en


broma, pero estoy hablando jodidamente en serio.

—Está bien. Lo tengo, hombre. Gracias por la advertencia. —Me


volví y corrí escaleras arriba, dejando que la conversación se fuera. Él
tenía a la mujer equivocada. Simple y llanamente.

****

103
Logan Chase Tóxico

Debí haberme desmayado cuando mi culo golpeó el sofá esa noche,


porque me desperté a la mañana siguiente con alguien golpeando la
puerta de mi apartamento.

—Joder. —Salté, todavía medio dormido—. Ya voy. Mierda.

—Abre la puerta, maldita sea. —Ashley. Estupendo. Algo andaba


mal.

Busqué a tientas mientras mi adrenalina se disparaba.

—Solo un segundo, Ash. Mierda.

—¡Ábrela ahora! —Golpeó más fuerte, sacudiendo mis nervios.

La abrí y retrocedí mientras ella entraba y extendía la mano para


abofetearme. Atrapé su mano y la empujé hacia atrás.

—No vuelvas a golpearme o te amarraré y tomaré mi cinturón en ti


de una manera que no te gustará.

—No, no lo harás. —Fue hacia mí otra vez, y agarré sus muñecas


y las inmovilicé por detrás de ella.

—¿Qué diablos te pasa? ¿Qué pasó? —Caminé con ella,


empujándola hacia atrás con mi cuerpo hasta que se estrelló contra la
pared que tenía detrás—. ¿La policía descubrió algo?

—¿Qué? —La confusión llenó su linda cara por un minuto—. No,


no estoy enojada por eso.

—Voy a soltarte, pero haces un movimiento sobre mí, y


malditamente lo devolveré. ¿Entiendes?

104
Logan Chase Tóxico

—De acuerdo. —Sacudió sus hombros de un lado a otro como si


estuviera cerca de ser tan fuerte y rápida como yo.

—Para —ladré y apreté mi hombro en su pecho, sosteniéndola


todavía—. ¿Me oyes? Detente o conseguirás la mierda. No estaré lidiando
con tu culo loco esta mañana.

Luchó por un minuto más antes de exhalar y dejar caer su cabeza.


Su cuerpo entero se hundió, y fue algo bueno que estuviera
sosteniéndola. De lo contrario se habría golpeado su culo en el suelo.

—Todas las cosas que hemos pasado. —Su voz se rompió y mi


corazón se apretó en mi pecho.

Habíamos pasado por mucho. ¿Qué diablos estaba mal con ella?
¿Alguien le había lastimado?

Extendí la mano y la rocé por el lateral de su cara y saqué mi


hombro fuera de su pecho.

—¿Qué está sucediendo, Ash?

—Sabes que te amo y aun sigues negándome lo único que quiero.


—Extendió sus manos temblorosas y se secó la cara, mientras las
lágrimas comenzaban a caer.

—No voy a estar con nadie, Ash. Ese no es el tipo de hombre que
soy. ¿Una valla blanca y niños? ¿Hablas en serio ahora? Deja esa mierda,
por favor. No eres esa chica.

—¿No soy la chica para ti? ¿Es eso lo que estás diciendo? —
Extendió la mano y dejé que me golpeara en el pecho antes de caminar
hacia la cocina—. ¿Quién era ella, Nathaniel?

105
Logan Chase Tóxico

Raramente me llamaba por mi nombre completo.

—¿De quién estamos hablando ahora? —Fui detrás de ella.

—La chica de la discoteca de anoche con las tetas enormes y largo


cabello oscuro. Bailaste con ella. La llevaste arriba y probablemente la
follaste hasta dejarla sin sentido.

—No la follé hasta dejarla sin sentido, y no es nadie. Nadie significa


una mierda para mí, excepto tú y Mikey. Lo sabes. —Puse mis manos en
mis caderas y la observé desde la entrada hacia la cocina.

Agarró el zumo de naranja de la nevera y se volvió para mirarme.

—Digo que y una mierda. Nunca te he visto mirar a alguien así. —


Su voz se rompió de nuevo—. Nunca me has mirado así.

—Se suponía que tenías que matar a tu esposo anoche, correr a


casa y llamar, y mentirle a la policía cuando llegaran allí. ¿Cómo diablos
sabes cómo miré a una puta en la pista de baile? Me acuesto con otras
mujeres. Sabes eso. Duermes con cada pene que se menea en el
vecindario. Deja de ser sensible. No eres tú. —Negué con la cabeza y me
volví para caminar a la sala de estar.

—Me estás haciendo esto a mí —dijo desde la cocina.

—Bien, lo que sea. ¿Cómo te fue? —Me dejé caer en el sofá y me


pasé las manos por la cara. Qué jodida manera de salir de un sueño
profundo. El sueño jugaba en el borde de mi mente. Jenna y yo,
caminando por la playa, ella con su vestido de novia y yo todavía de
esmoquin.

Nunca sucedería.

106
Logan Chase Tóxico

Descubriría quién era yo, o lo que había hecho y todo habría


terminado.

Eso, o Ashley averiguaría todo y la mataría.

—No —susurré y me recliné hacia atrás, tratando de dejar ir el


pensamiento. Me forcé a tener un estado de ánimo intimidatorio. Si
Ashley se acercaba a Jenna, no me lo pensaría dos veces antes de
estrangularla con mis propias manos.

Justo como hice con su último marido, nuestro primer trabajo.

—¿Sí o no? —Entró y me miró enojada.

—¿Sí o no qué?

—Nada. No importa. Estuvo bien anoche. —Se sentó en la silla más


cercana y bebió un buen trago del brick de mi zumo de naranja. Por lo
general, la habría maldecido por no tomar un vaso, pero no era el
momento.

—¿Él está muerto?

—Sí, enojado y cagado gracias a la droga. —Se limpió con el


antebrazo, pasándolo sobre su nariz, y por primera vez esa mañana, me
di cuenta de lo agotada que estaba.

Me levanté y caminé hacia ella, alcanzándola y abrazándola.

—No tenemos que pelear el uno con el otro. Somos socios. Amigos.
Vamos a dejar esta mierda.

—Lo sé. —Apoyó la mejilla contra mi pecho y dejó escapar un largo


suspiro—. Tengo que ir allí por un par de horas para ver a sus padres.
Vendrás conmigo.

107
Logan Chase Tóxico

—¿Cómo qué? —Me reí y besé la parte superior de su cabeza.

—Mi hermano. —Retrocedió y terminó el zumo de naranja en el


camino a la cocina.

—¿Y crees que esa gente va a comprar esa mierda?

—Están de duelo por la pérdida de su único hijo. Te prometo que


lo comprarán. Eso, o no les importará una mierda de cualquier manera.

—Iré como un buen amigo, pero no iré como tu hermano.

—Lo que sea que te haga feliz, Nate.

108
Logan Chase Tóxico

Capítulo Doce
Jenna
—Oye. ¿Estás despierta? —La voz de mi hermana generalmente me
ponía de los nervios, pero después de la larga noche que tuvimos, fue
bienvenida frente al silencio.

Rodé y coloqué mis manos debajo de mi mejilla, y dejé escapar un


suave suspiro.

—Sí. Adelante.

Se movió hacia la cama y se detuvo junto a ella, su expresión


preguntando.

—¿Estás bien conmigo sentándome aquí?

—Por supuesto. —Rodé sobre mi espalda y gemí—. Simplemente


no lo entiendo. He estado despierta toda la noche pensando en lo
desordenado que es esto.

—¿No entiendes qué? —Se arrastró hasta mi cama y se acostó


junto a mí, acurrucándose a mi lado. Dormimos una junto a la otra hasta
que éramos jóvenes en la escuela secundaria, y luego todo cambió. La
calidez de ella a mi lado fue una interrupción bienvenida a mis
pensamientos.

Había sido testigo de la forma en que las personas reverenciaban a


mi madre sin más motivo que la riqueza, y lo odiaba. Nadie más que mi
padre lo entendía, y yo estaba bien con eso. Ser la oveja negra, no era tan
malo, al menos no en mi familia.

109
Logan Chase Tóxico

—Por qué Darek tomaría drogas. Tenía todo lo que quería y más.

—Tal vez era una forma de escapar.

—¿Escapar, de qué? ¿De su putilla esposa? —Me volví para mirar


a mi hermana y me acerqué para pasar mis dedos por su cabello mientras
se reía.

—Me alegro de no estar sola en esa evaluación. Pensé que estaba


siendo un coño. —Me miró—. Ella es una bailarina de tubo total, ¿no?

—Puta y medio, y no uses la palabra con C. Tan asquerosa. —


Saqué mi lengua y corrí mis dedos por su frente—. Darek no habría jodido
su vida por nada. Estaba demasiado enamorado de esa vida.

—Entonces dime tu teoría. Eres muy parecida a papá en sus


habilidades de detective. —Suspiró contenta, y me di cuenta de que
quizás había sido demasiado dura con mi familia. Con Darek
desaparecido, tal vez era hora de volver y tomar mi lugar en el orden de
las cosas. Siempre fui la hermana más fuerte, incluido mi hermano. Mis
padres me necesitarían, o al menos mi padre lo haría.

Mi madre parecía tener un corazón de piedra en el pecho, pero tal


vez los admiradores y farsantes le hacían eso a una persona.

—Tuvo que ser Denise.

—¿Piensas que ese es su verdadero nombre? —Kayla se puso de


lado y se apoyó sobre su codo.

—Es ese o Candy. ¿Cuál es tu voto? —Extendí la mano y presioné


mis palmas contra los ojos mientras la voz de mi hermano se elevaba en
mi cabeza. No seas una perra. Ella es una buena mujer. Estás enojada
porque es joven y caliente. Supéralo.

110
Logan Chase Tóxico

—Candy parece adecuado. —Kayla se sentó y me miró mientras


tiraba de mis dedos debajo de mi cara—. Crees que tuvo algo que ver con
que Darek tomara esas drogas.

—Absolutamente. Voy a investigarlo. Papá no puede. No lo


dejarían. Demasiado cerca de casa. —Extendí la mano y tiré del pelo de
la parte de atrás de la cabeza—. Necesitamos saber con qué tipo de droga
estamos lidiando en primer lugar.

—No cuentes conmigo. —Levantó su mano y se deslizó fuera de la


cama—. Sabes que dejo huellas por donde quiera que vaya. No puedo
esconderme en las sombras aun si tuviera que hacerlo.

Me reí suavemente. Estaba en lo cierto. Era horrible en aparecer de


la nada. Lamentablemente, eso hacía de ella un objetivo fácil para Darek
y para mí de niños. Fue culpada por cualquier cosa, pero la mayor parte
fuimos nosotros cargándoselo a ella. La mierda funcionó… demasiado
bien.

—¿Quién era el hombre que estaba contigo la otra noche? —La


estudié y me di cuenta de que no había hablado con ella más que un
casual “hola”, en casi dos años.

—Es mi novio, Vince. —Se encogió de hombros y miró hacia el


suelo.

—¿Y te gusta mucho?

Levantó los ojos lentamente.

—Creo que sí. Es muy dulce, pero su familia también es rica, así
que me entiende, ¿sabes?

111
Logan Chase Tóxico

—Sí. Te entiendo. —Me dejé caer en la cama de nuevo—. Cierra la


puerta cuando salgas, y buena suerte con él. Es lindo.

—¿Así lo crees? —Su voz se elevó una octava.

—Diablos, sí. —Cerré mis ojos y sonreí, mientras el sonido de mi


puerta cerrándose llenaba la habitación. Mi hermana era tan fácil de
aplacar, aunque el joven medio-envuelto alrededor de ella la semana
anterior era lindo.

Intenté descansar, pero no iba a suceder. Mi hermano estaba


muerto, y no había una manera en el infierno que lo hiciera él mismo. Él
era el más puritano y rígido gilipollas que conocía. Descubrir que Denise
lo hubiera envenenado por solo gustarle el estilo misionero encajaría más
en mi mente que el que mi hermano fuera mucho más que un adicto a
fumar droga, o esnifar cocaína. De ninguna jodida manera.

Después de darle unos minutos más, salté de la cama y caí al


suelo. Las escaleras que mi madre una vez tuvo para nosotros para entrar
en la cama de cuatro postes estilo victoriano había desaparecido, y me
había tomado diez minutos la noche anterior escalar a la cabrona. Había
renunciado a levantarme a orinar varias veces durante la noche para
evitarme tener que intentar volver a ella en la oscuridad.

—¿Qué te pasó, Darek? —Caminé por el piso unos minutos antes


de agarrar mi bata y envolverla alrededor de mí. Después de un rápido
viaje al baño, me detuve en el pasillo y estudié las fotos mías y de mis
hermanos.

Simplemente no tenía sentido, pero nada lo tenía esa mañana.


¿Realmente había dejado que el tipo caliente de la cafetería me doblara
sobre sus gruesos muslos y me azotara mientras me follaba con los dedos
hasta que me corrí?

112
Logan Chase Tóxico

La vergüenza me quemaba por dentro mientras me cubría la boca


y soltaba una risita. No podría hacer esa mierda salvaje.

Pero esta mañana no era diversión y risas, vergüenza y lujuria. Era


la muerte. El final. Para siempre. Por mucho que no estuviera de acuerdo
con Darek sobre todo, todavía era mi maldito hermano, y alguien lo mató.
No fue un suicidio, y todos lo sabíamos.

El sonido de la voz de Grace fue un consuelo mientras caminaba a


la cocina en la planta baja.

—¿Debería ir a despertarla? —Mi mejor amiga de la infancia, por


supuesto, había venido tan pronto como se enteró. Me sentí como una
mierda por no decírselo yo misma.

—Ya estoy despierta. —Me moví a la cocina y la alcancé mientras


se giraba y chocaba contra mí.

—Dios mío, Jenna. Lo siento muchísimo. Siento que deberíamos


haber estado allí o algo así, pero… —Comenzó a llorar sobre mi hombro.

—No, no hay nada que pudiéramos haber hecho.

—Sabes que Thomas los invitó a él y a Denise a venir con nosotros,


pero se negó. Dijo que tenían planeada una noche juntos.

Miré a mi padre y ladeé la cabeza.

—Hablando de la novia del cadáver. ¿Dónde está ella?

—Jenna. Por el amor de Dios. —La repugnancia recorrió las


hermosas facciones de mi padre. Lo cual era raro.

—Lo siento. —Apreté a Grace y salí de su abrazo—. Simplemente


no veo cómo todos podemos estar de acuerdo con pensar que todo esto

113
Logan Chase Tóxico

fue un suicidio. Quiero saber dónde estaba Denise. Si ese es su nombre.


—Di a mi padre una mirada inquisitiva.

—¿Y cuál sería su nombre si no fuera Denise?

—No sé. Andy, la stripper que se convirtió en asesina a tiempo


parcial.

—Suficiente, jovencita. —Mi madre entró en la habitación con


aspecto de una vieja muñeca Barbie—. No lanzarás acusaciones en un
esfuerzo por herir a otra persona y sentirte mejor por haberte perdido los
cinco años de la vida de todos por aquí. Cállate. —Señaló su dedo hacia
mí, y eso fue todo. No había razón para luchar contra ella. Era la Reina
del Mundo, y todos lo sabíamos.

Me acerqué a la tostadora y silbé la canción de Cenicienta mientras


me preparaba dos tostadas. Miré por encima de mi hombro para
encontrar a todos mirándome, mi madre agitada, mi padre perdido y
Grace pareciendo enferma.

—¿Una tostada? —Levanté un trozo y sonreí antes de tomar un


gran bocado.

—No. —Grace negó con la cabeza—. ¿Quieres salir al patio trasero?


Es una hermosa mañana.

—Encantada. —Puse el pan en mi plato y caminé hacia la nevera


para pellizcar un pedazo de mantequilla de una tabla y tomar la jalea de
uva.

—Jenna, ¿en serio? —Mi madre frunció el ceño cuando me di la


vuelta y caminé a la salida. Gracias a Dios, Grace ya había salido. Nada
era más mortificante que ser amonestado frente a alguien por mi madre,
especialmente si me importaba. Especialmente Grace.

114
Logan Chase Tóxico

—Sí. En serio, madre. —Sonreí y caminé hacia la parte posterior


de la casa, silbando la misma canción. Ella conocía el significado. Por lo
que a mí respectaba, ella era la madrastra malvada y la única buena
persona en cualquiera de nuestras vidas fue nuestro padre. No estaba
segura de que cualquiera de nosotros lo hubiéramos logrado sin él.

—Está enfadada. —Grace me sostuvo la puerta y se apartó para


dejarme salir—. Pensé que habría estado devastada o triste, o algo así,
pero está enfadada.

—Esa es su postura normal, Grace. Lo sabes. —Me senté en la


mesa que estaba justo encima del amplio patio trasero. Las hojas de
otoño bailaban al caer alrededor de la hierba moribunda frente a
nosotros, y me ofrecían paz.

—Odio eso por todos vosotros. ¿Crees que solo está ocultando su
dolor?

—¿Dolor? Los corazones de hielo no sienten dolor. Chica tonta. —


Levanté mi nariz en el aire y resoplé—. Campesina.

Grace sonrió y se secó la cara.

—¿Estás bien?

—Sí. Sabes que entre Darek y yo no había ningún amor perdido. —


Bajé la mirada a mi tostada y me di cuenta que no tenía cuchillo—, pero
todavía es mi hermano, ¿sabes?

—Sí. Si fuera Thomas, no sé lo que haría. Probablemente solo me


tumbaría y moriría a su lado.

—Sí, pero vosotros sois cercanos. —Mojé mi dedo en la mantequilla


y la unté sobre mi tostada—. Mi madre volvería a su mierda si viera esto.

115
Logan Chase Tóxico

Grace sonrió.

—¿Qué sucedió anoche? ¿Con ese tipo? ¿Algo bueno?

—Sí. —Me encogí de hombros—. Nos besuqueamos un poco en la


oficina. Creo que las cosas habrían ido más lejos si todo esto no hubiera
sucedido, pero no me estoy quejando.

—¿No? —Levantó sus cejas mientras la confusión se movía a través


de su bonita cara.

—No, en absoluto. Podría caer desesperadamente enamorada y en


la lujuria con un tipo como Nate. Esto es peligroso, y honestamente no
es algo que necesito ahora mismo en mi plato.

—¿Así que eso es todo? ¿Solo así?

Asentí.

—Sí. Solo así. Además, voy a averiguar si Denise tuvo algo que ver
con la muerte de Darek.

—No, ella no haría eso, Jenna. Vamos. Sé que no te gusta la chica,


pero…

—Pero es vil, Grace. Pensaste que sería divertido coquetear con el


chico lindo de la biblioteca y él es el asesino más enfermo de todo el
maldito país. —Incliné mi cabeza, casi sintiendo pena por ella—. No eres
una gran jueza de caracteres.

—Capulla. —Extendió la mano y me quitó la tostada de los dedos—


. No tientes que ser tan mala al respecto. Puedo alejarme de Erik si crees
que es lo mejor.

116
Logan Chase Tóxico

—No lo creo. —La dejé comer un pequeño bocado antes de


quitársela de nuevo—. Sé que lo es. Mi hermano murió porque se casó
con una prostituta hambrienta de dinero. Voy a averiguar qué parte jugó
ella en toda esta cosa.

—¿Y luego? ¿Vas a hacer lo que sea con las evidencias? ¿Entregarla
a tu padre?

—No. Voy a matarla. —Eché un vistazo hacia la parte de atrás del


patio y entrecerré los ojos mientras observaba la belleza. Grace se quedó
en silencio por un minuto, pero no podía culparla—. ¿Quieres ayudarme?

—No, pero gracias por la oferta. —Se levantó—. Es obvio que estás
en estado de shock.

—No, no estoy para nada en estado de shock. Se llevó algo de mi


familia y voy a hacerle pagar por eso.

—¿Tomando su vida?

—No, usando el dinero de mi hermano que ella está esperando,


para pagar a un sicario para quitarle la vida. —Miré a mi mejor amiga—.
Pero no se lo digas a nadie. Es demasiado peligroso.

Me miró un momento antes de sonreír.

—¿Estás bromeando, verdad?

Me llevé a la boca el resto de mi tostada y me volví para mirar cómo


los pájaros se dispersaban por el patio. Mi silencio debió llegar a ella.

Grace agarró mi hombro con fuerza.

—Oye. Esto no es divertido. Mírame.

117
Logan Chase Tóxico

La miré.

—Iré a su apartamento para revisar las cosas. Ven conmigo.

—No. No vamos a hacer eso. No es lo que hacen las chicas como


nosotras.

—Cierto. —Me levanté y recogí mis cosas, sintiéndome mucho más


calmada de lo que debería haber estado—. Las chicas como nosotras
simplemente toman la vida que les ofrecen en lugar de empujar la misma
verga de púas de vuelta al trasero que la empujó en el nuestro.

—Estás enfadada.

—No, no lo estoy. Estoy completamente controlada ahora, y voy a


averiguar qué le pasó a mi hermano. No para mí, sino para mi padre. Él
no puede ensuciarse las manos con esto, Grace, pero yo sí puedo. —Me
volví y caminé hacia la casa, contando hacia tres mil en mi cabeza. Ella
saltó a mi lado cuando llegué a tres y tomó todo lo que tenía dentro de
mí no darle una sonrisa cómplice.

Ella nunca me dejaría ahogarme sola. Jamás.

—Bueno, pero no vamos a matar a nadie.

—Correcto. —La miré y sonreí—. Erik va a hacer esa parte para mí.

118
Logan Chase Tóxico

Capítulo Trece
Nate
—Simplemente relájate. Son personas muy agradables. En
realidad, es posible que te gusten. —Ashley me dio una sonrisa tensa
cuando salimos de mi camioneta y caminé hacia la parte delantera de la
mansión. Mi moto me habría ayudado a calmar mi angustia, pero pensé
que no estaría demasiado bien visto conducir como un macarra hacia el
lado rico de la ciudad. Probablemente los malditos policías me hubieran
parado diez veces antes de aparcar la maldita cosa.

—Lo dudo, pero gracias. —Puse mi mano sobre la parte baja de su


espalda y alcé la otra mano para tocar el timbre—. Pensé que los ricos
tenían aparcacoches.

—Los tienen, por lo general. —Miró a su alrededor y retrocedió


bruscamente cuando se abrió la puerta—. Daniella, Paul.

Esperé detrás de Ashley mientras se movía a los brazos de la pareja


y soltaba un largo grito. Rompió a llorar y me quedé bastante
impresionado de sus payasadas. Nunca la había visto llorar más que el
día que encontramos a su madre violada y asesinada en la vieja choza de
mierda donde vivía cuando éramos niños. Fuera de eso, estaba
emocionalmente alta o alimentada por la ira. No hubo términos medios.

¿Había llorado antes en el apartamento como calentamiento para


su actuación frente a los padres del tipo? Me di cuenta que no sabía su
nombre. Joder. Tendría que preguntarle por si quedaba atrapado a solas
con uno de ellos.

119
Logan Chase Tóxico

—Este es mi buen amigo, Nate. —Ashley retrocedió y me hizo


señas—. Vino conmigo solo para ser una medida de apoyo.

—Bueno, eso es muy amable por tu parte. —El anciano extendió la


mano y sacudió la mía—. Paul Webb. Encantado de conocerte, hijo. Esta
es mi esposa, Daniella.

La mujer era impresionante, su espeso cabello castaño largo


colgaba pesado sobre sus hombros, su cuerpo curvilíneo y construido
para mantener a un hombre caliente la mayoría de las noches de la
semana. Me obligué a dejar de ser un bastardo, aunque algo acerca de
ella me impulsaba hacia eso. ¿Me había acostado con ella antes? Me
recordaba a alguien. ¿A quién?

—Encantado de conoceros a los dos. Siento mucho su pérdida. —


Estreché la mano de la mujer y volví a colocarme detrás de Ashley.

—Gracias. Denise es la que necesita nuestra atención en este


momento. Perder a nuestro hijo es horrible, pero me siento tan mal por
ti. —El caballero volvió su atención a Ashley y tomó su mano—. ¿Tenías
alguna idea de que estuviera tomando sustancias ilegales?

—No. Ninguna en absoluto. —Ashley usó su mano libre para


limpiarse la cara—. Es tan solitaria esa gran casa sin él. —Se ahogó de
nuevo, y Daniella se movió y la rodeó con su brazo antes de caminar por
el pasillo.

—No, no, querida. Vamos a traerte algo caliente para beber. Lo


resolveremos.

—Lo sé. —La voz de Ashley llegó hasta mí—. Solo que lo amaba
tanto, Daniella. Él lo era todo para mí. Hemos compartido todo. ¿Por qué
no me dijo sobre su adicción o cualquier cosa en el infierno que fuera?

120
Logan Chase Tóxico

Paul dejó escapar un largo suspiro.

—Nunca pensé que llegaría el día en que tendría que enterrar a uno
de mis hijos.

—Lo siento mucho, señor. —Deslicé las manos en los bolsillos,


sintiéndome más allá de incómodo. Yo no conocía gente. Ashley me
estaría pagando generosamente por esta mierda… en Benjamines9—.
¿Cuántos hijos tiene? ¿Tenía? Awww, mierda. Lo siento.

Me dio una sonrisa triste.

—No, está bien. Nadie sabe cómo comportarse en estas situaciones.


Tenía a Darek y, luego, a mis dos hijas. Son gemelas, pero no se parecen
en nada.

—¿Mellizas?

—Sí. Entra y tómate una recarga mientras las chicas están juntas.
—Se movió delante de mí, y le seguí por el largo pasillo a un estudio bien
iluminado. Había ventanas del suelo al techo, que cubrían las tres
cuartas partes de la habitación.

—Guau. Esto es hermoso. —Me giré lentamente, fijándome en todo.


Las fotos colgadas en la pared captaron mi atención, pero me impuse
seguir moviéndome. No había necesidad de ser entrometido. No quería
saber más sobre el chico o su familia, de lo que ya sabía.

Ashley era la viuda negra. Yo simplemente era el duro pene que


limpiaba sus líos o apretaba el gatillo si ella tenía demasiado miedo para
hacerlo. Teníamos una cosa buena en marcha. No había una jodida

9
Billetes de cien dólares.

121
Logan Chase Tóxico

manera de que fuera a dejar que mi conciencia se interpusiera en mi


camino.

—Toma asiento. ¿Te gusta el bourbon? —Se dirigió hacia un


gabinete de caoba en el rincón más alejado de la habitación.

—Me encanta. —Me senté y hundí en el cuero, disfrutando más de


lo que debería. Era un bastardo por querer vivir la vida del pobre tipo.
Todas las piezas excepto la de perder a mi hijo. Bufé suavemente cuando
el viejo continuó charlando de lo genial que era Darek.

Es gracioso conocer finalmente el nombre del pájaro10. Después de


que esté muerto.

¿Alguna vez tendré un hijo? Dejé que mis pensamientos me llevaran


a una habitación de hospital, Jenna sonriéndome desde la cama abajo.
Su bata de hospital se veía bien en ella. Joder, todo se veía bien en ella.
El pequeño bulto mentido en las mantas azules en sus brazos era mío.

—¿Sabes a qué me refiero? —El hombre se paró delante de mí y


extendió un vaso de bourbon para mí—. Simplemente no tiene ningún
maldito sentido. Das tu vida entera a esta jodida ciudad, y toman a tu
primogénito cuando no estás mirando.

Tomé el vaso y asentí con la cabeza hacia él.

—¿Qué quiere decir, señor? ¿Dándole tu vida entera a la ciudad?


¿Qué hace usted?

—Soy el fiscal del estado de Nueva York. Llevo a juicio a


delincuentes que venden esta mierda, y voy a dejar que las cosas se
enfríen por un día o dos, y luego averiguaré quién hizo esto a mi chico.

10
Una forma peyorativa de llamar a un hombre. En inglés sería cat, pero en español
existe la expresión: “menudo pájaro era”.

122
Logan Chase Tóxico

—Levantó su copa mientras algo se apoderaba de sus facciones, algo que


me dejó con la dura constatación de que si conseguíamos acabar con esta
mierda, sería por pura chiripa11.

—Espero que lo logre. —Levanté mi vaso y bebí profundamente de


él. Jodida Ashley, haciéndome venir y sentarme con el viejo cuyo hijo
había ayudado a matar por dinero. Por su maldita cuenta bancaria. Me
odié un poco más de lo habitual.

Jenna.

Debería huir simplemente. Tenía que huir de ella. O alejarla de mí.


Qué bastardo había sido. Caminar soñando con la chica guapa era más
para mí que una fantasía o una follada rápida de una noche.

Ella merecía mucho más de lo que podía darle. O más bien, más de
lo que alguna vez sería. ¿Qué pensaría si le dijera que soy un asesino?
¿Qué había terminado con la vida de un multimillonario joven y amigable
cuatro años antes? No había forma en todo el infierno de que se quedase
conmigo.

Entonces no se lo digas.

—¿Eres cercano con tu padre? —La voz del tipo me trajo de vuelta
de mis pensamientos.

—No particularmente. —Bajé la mirada al líquido oscuro de mi


vaso, con la esperanza de que cambiara de tema.

—¿Paul? ¿Puedes venir aquí, cariño? —La voz de Daniella nos


alcanzó, y suspiré aliviado entre mis dientes.

11
Por los pelos, o con mucha suerte.

123
Logan Chase Tóxico

—Claro, cariño. —Se movió desde el borde del sofá frente a mí—.
Vuelvo en seguida. El bourbon está allí. Sírvete. Siéntete como en casa.
Ahora eres familia.

—Gracias, señor. —Me tomé otro trago y esperé hasta que salió de
la habitación para ponerme de pie. Me dolía el estómago al pensar que
estas buenas personas tuvieran una idea de quién era yo, o mejor aún,
quién coño era Ashley. Era repugnante por todos los lados. Y sin
embargo… seguiría haciéndolo hasta que surgiera algo mejor.

La pobreza no me había dejado sin una tara, y vendería las venas


de mis brazos antes de volver a ella. Ser pobre significaba no tener poder
para defenderte cuando el lobo aparecía en tu puerta. Y me incliné y comí
tierra cuando él me jodió a mí y a lo mío.

Nunca. Nunca más experimentaré ese tipo de debilidad. Mataría a


todos los ricos bastardos de la ciudad antes de que me lo hicieran a mí.
Me pudriría en la penitenciaría del estado y golpearía a los hijos de puta
de sol a sol por haberse acercado a mí.

—Nunca más —susurré y rodé mis hombros antes de tomarme el


resto del licor y dejar que quemara por mi garganta.

No podía oír voces en el pasillo, pero salir de la oficina y deambular


por la casa parecía demasiado engreído incluso para mí. Me obligué a
cruzar la habitación para mirar las diversas fotos que el fiscal del distrito
tenía colgadas en su pared.

—De todas las personas de la ciudad de Nueva York. —Pasé mi


mano por la cara y dejé mi vaso en el mostrador cerca del licor. Había
montones de fotos, la mayoría de Paul con alguna persona famosa que
hubiera venido a Nueva York para algo que yo no sabía.

124
Logan Chase Tóxico

La que estaba en su escritorio estaba de espaldas a mí, pero la


curiosidad se apoderó de mí. Quería saber cómo era Darek. ¿Tenía mejor
pinta que yo? ¿Era mejor en la cama que yo?

Me burlé de la idea y recogí la foto mientras el fiscal entraba.

—Oh, esa es mi familia. Hace aproximadamente cuatro años, pero


todos tienen el mismo aspecto. —Se movió a mi lado y señaló las caras,
cubriéndolas mientras decía su nombre.

—Esa es mi esposa, Daniella, aquí está Darek, y mis hermosas


chicas. Kayla y Jenna.

Mi corazón casi se detuvo en mi pecho mientras movía su grueso


dedo de la cara de la chica. Acerqué la foto más, mientras mi sangre se
helaba.

—¿Estas son tus hijas? —Me impuse a sonar normal. Natural.

—Sí. Kayla sigue viviendo aquí con nosotros, pero mi Jenna…


quiere hacer del mundo un mejor lugar para todos por sí misma. Se niega
a tomar nuestro nombre, nuestro dinero y la mayoría de nuestras
invitaciones para venir a cenar. La quiero muchísimo, pero me gustaría
que parara de luchar contra molinos de viento y me permitiera ayudarla.

No podía encontrar suficiente aire en la habitación.

—¿Ella no trabaja para usted ahora?

—¿Para mí? No. —Se rió entre dientes y me quitó la foto para
colocarla de nuevo en su escritorio—. Trabaja en De Luca. Es ese
pequeño…

125
Logan Chase Tóxico

—…coffe shop de mierda. El café es horrible. —Extendí la mano y


me apoderé del borde del escritorio.

—Sí. —Su frente se arrugó—. Oye, ¿estás bien?

—Sí. Solo necesito ir al baño. Algo que comí anoche está… —Froté
mi estómago y lo seguí por el pasillo, mis ojos, mis sentidos en máxima
alerta. ¿Estaba Jenna en la maldita casa conmigo?

No había una maldita forma de que liquidáramos a su hermano


mayor. De ninguna manera.

—Está justo aquí. No te apresures, ¿de acuerdo? Vendré a


comprobarte en unos pocos minutos y…

—¿Está Jenna aquí?

—Um. Sí. Está fuera. —Miró a su alrededor y se volvió hacia mí—.


¿La conoces?

—No, pero entro en esa cafetería todo el tiempo. Solo una extraña
coincidencia. —Me encogí de hombros y me moví hacia el cuarto de
baño—. Gracias de nuevo, señor Webb.

—Claro, hijo.

Cerré la puerta detrás de mí mientras la habitación giraba. ¿Jenna


Webb? ¿La multimillonaria heredera de una fortuna más grande que
nada que pudiéramos haber imaginado, estaba trabajando como una
barista de café en un tugurio al otro lado de la ciudad? ¿Y su padre era
el FD12?

12
Fiscal del Distrito

126
Logan Chase Tóxico

¿La chica que había azotado la noche anterior?

¿La que gritó mi nombre?

¿La mujer por la que quería caer de rodillas?

¿Mi Jenna? Esta mierda no podía estar sucediendo. Simplemente


no podía.

127
Logan Chase Tóxico

Capítulo Catorce
Jenna
Tres días después

Llovió antes del funeral de Darek, dejando el suelo mojado, y el olor


a limpio en el aire. Era una gran diferencia a dentro de la iglesia cargada
donde olía a naftalina y libros viejos. Mi madre estaba más allá
engalanada con su mejor atuendo fúnebre, y mi padre parecía un
caballero, parado a su lado como si fuera a protegerla con su vida, y lo
más probable es que lo hiciera.

Kayla sostuvo mi mano durante todo el servicio, y Denise se sentó


a su otro lado, llorando ruidosamente todo el tiempo. Una parte de mí
quería creer en la emoción detrás de sus gemidos, pero no pude.

El viaje al apartamento de mi hermano con Grace, el sábado, fue


interrumpido por la visita de un grupo de policías. Apenas logramos
escabullirnos por la puerta de atrás sin ser atrapadas. Necesitaba darle
unos días más, y luego podría regresar allí.

Según tenía entendido, el departamento de policía había asignado


varios detectives al caso de mi hermano, si nada más, en honor a quién
era mi padre y todo lo que había hecho por la ciudad.

—No puedo creer que estemos haciendo esto —balbuceó mi


hermana cuando algunos de nuestros primos y algunos de los buenos
amigos de Darek se levantaron y se acercaron al ataúd con mi padre.

128
Logan Chase Tóxico

—Es tan horrible. Me siento como en una maldita pesadilla. —


Denise miró hacia mí cuando extendió la mano y agarró la mía y la de
Kayla que estaban entrelazadas.

Gilipolleces. Mentira, perra.

Me incliné alrededor de mi hermana y estreché mis ojos en ella.

—Mi hermano no habría tomado una droga sin ser forzado a ello o
prometido algo que fuera de gran valor para él. No sabrás nada sobre eso,
¿eh?

Sus ojos se abrieron y alzó la mano y la apretó en la base de su


garganta.

—¿Estás diciendo que tuve algo que ver con esto?

—Ahora no, Jenna. Mierda —murmuró Kayla, y miró entre las dos
mientras los chicos llevaban el ataúd de mi hermano a la parte trasera
de la iglesia.

—Estás malditamente en lo cierto, lo hago. —Me incliné y puse mi


mano libre en la parte superior de la de ella, apretando suavemente—. Y
cuando encuentre la evidencia de que estuviste en medio de esto,
prepárate, Denise, Candy o Martha. Cualquiera que sea tu maldito
nombre, porque iré detrás de ti. Y nunca sentirás el cuchillo deslizarse
entre tus omoplatos, pero cuando lo hagas… solo sabrás que fui yo.

Gritó y se sacudió hacia atrás, fingiendo temor.

—No puedo creer…

129
Logan Chase Tóxico

—Ignórala. Es parte de su actuación. —Me volví a la parte delantera


de la iglesia y me obligué a fijar la vista hacia adelante mientras Denise
dejaba el interior llorando aún más fuerte.

Nadie tenía las bolas para amenazar a la viuda de un hombre


muerto, pero alguien debería haberlo hecho. Nada se sumaba, y, en lo
que a mí respectaba, todas las señales apuntaban a ella. Solo necesitaba
vincular las señales y cerrar mi historia antes de ir a la policía o a Erik.
No había decidido qué ruta tomaría. El tiempo estaba cambiando mi
mente. Si eso era bueno o malo, todavía no estaba segura.

****

—¿Qué estás haciendo aquí, niña? En realidad deberías estar con


tu familia. —Sam levantó sus manos en el aire y dejó escapar un suspiro
de exasperación—. Te dije que te tomaras una semana, Jenna.

—Lo sé. —Levanté mi mano y coloqué mi pelo en una cola de


caballo—. Y aunque lo aprecio mucho, necesito esto ahora, ¿de acuerdo?
Es el único lugar en el que siento que pertenezco. No me quites esto. ¿Por
favor?

Llegó a mí y estudió mi rostro antes de asentir.

—Está bien. Nunca te haría eso. Sabes que te queremos aquí. Solo
estoy preocupado por ti. —Tiró de mí cerca y me besó en la parte superior
de mi cabeza—. Vete cuando estés lista y aparece cuando quieras por un
rato, ¿de acuerdo?

—¿Me estás ascendiendo a gerente? —Me moví y sonreí


socarronamente.

—No, hoy no, pero pronto, estoy seguro.

130
Logan Chase Tóxico

—Escuché eso —refunfuñó Cynthia alegremente mientras


caminaba desde el otro lado de la tienda y me daba un rápido abrazo—.
Me alegro de que estés aquí. Era aburrido sin ti, y el Sr. Hottie Tattoo13
no pasa por aquí cuando no estás. ¿Tiene él ojos en ti o algo así?

Me reí y miré alrededor de la tienda.

—Espero que no sea así.

—No me importaría que él tuviera ojos en mí. O cualquier otra cosa


si somos abiertos.

—No lo somos. —Levanté una ceja juguetonamente y disfrutamos


del sonido de su risa—. Estoy bien, de verdad. Solo necesitaba estar
alrededor de vosotros.

—Lo entiendo perfectamente. —Me apretó una vez más antes de


regresar a su lado del mostrador—. Siento tu pérdida, Jenna.

—Gracias —balbuceé y me incliné para agarrar mi delantal en la


parte baja del armario. Me lo puse y lo até alrededor de mi espalda
mientras un grupo de estudiantes universitarios entraban por la puerta,
riéndose a carcajadas.

Se trasladaron al mostrador, y el lindo chico que había delante se


inclinó hacia mí y me sonrió.

—Hola, chica guapa. Soy Pete. ¿Cuál es tu nombre?

—Es Barista para usted, señor. —Sonreí mientras sus amigos se


reían. La sonrisa en su rostro era dulce, amable. Era el tipo de hombre

13
Sr. Bombón con Tatuajes.

131
Logan Chase Tóxico

al que debería haber estado esperando que entrara en la tienda y robara


mi corazón, no el matón que estaba buscando.

¿Pero Nate era realmente un matón?

Trabajaba como gorila en uno de los peores clubes de prostitución


y drogas de toda Nueva York. Me folló en una oficina. Era un matón
completo y, sin embargo, estaba loca por él.

Fuera lo que fuera, lo echaba de menos como una loca. Había


pasado casi una semana desde que lo había visto. En medio de toda la
mierda de mi hermano, me había olvidado de lo bien que se sentía alzar
la vista y verlo entrar por la puerta. Quizás hoy.

—Va a ser así, ¿hm? —La sonrisa del hombre se amplió.

Le devolví la sonrisa.

—¿Qué puedo empezar a hacer para ti?

—¿Qué tal tu número? —Meneó sus cejas.

La voz de Thomas me sorprendió mientras caminaba hacia el frente


del mostrador.

—Eso no va a pasar, playboy. Ella es mía. —Miró al chico y cuadró


sus hombros.

—Oh, maldición. Lo siento, Thomas. Perdóname, hombre. —El


chico levantó sus manos, y no pude evitar preguntarme cómo demonios
el joven conocía a Thomas. Era amigo de mi hermano, lo que lo ponía en
veintiséis años más o menos. El tipo que estaba trabajando duro para
conseguir mi teléfono no podía tener más de diecinueve.

132
Logan Chase Tóxico

—No hay problema, promesa. Vete de aquí. —Thomas le dio una


palmadita al chico en la espalda y se volvió hacia mí—. Oye. ¿Tienes un
segundo?

—Sí. Claro. —Miré por encima de mi hombro mientras Sam


levantaba la vista del inventario.

—Vete. Cuidaré el frente por ti durante unos minutos.

Sofoqué un gruñido y caminé alrededor del mostrador hacia el


pasillo donde guardábamos nuestra unidad de almacenamiento.
Recuerdos de Nate acercándose sigilosamente detrás de mí y cogiendo el
café, que después de todo, estaba fuera de mi alcance en la parte de
arriba me llenaron. Su cuerpo grueso presionando hacia atrás al mío, sus
manos en mis caderas, mi estómago.

—¿Estás bien? —Thomas inclinó su cabeza a un lado y me estudió.

—Sí. Estoy tratando de volver a situarme. —Dejé que mis ojos se


movieran hacia la puerta mientras una suave oración subía en mi cabeza.
Solo necesitaba ver a Nate por unos minutos. Solo sentir sus brazos a mí
alrededor. Era estúpido. Tonto. Ignorante, pero no me importaba. El roce
secundario con la muerte, mezclado con la extraña pelea con la viuda de
Darek me dejó con ganas de consuelo: el consuelo de Nate. Algo en él me
hacía olvidar todo lo demás a mí alrededor. Anhelaba el poder que tenía
sobre mí.

Thomas llegó y pasó sus manos sobre mis hombros.

—Lo entiendo completamente. Todavía no puedo creer que Darek


se haya ido.

Bajé la mirada y asentí.

133
Logan Chase Tóxico

—Yo tampoco. Oye, ¿cómo conocías al joven que estaba intentando


ligar conmigo?

—Estamos en la misma Fraternidad. Promete14 este semestre.

—Has estado fuera de NYU desde hace una eternidad. Qué…

—Es parte de la forma en que hacemos las cosas en mi antigua


Fraternidad. Todos los chicos son invitados a regresar a casa durante la
vuelta de otoño. —Se encogió de hombros—. Conocí al niño la otra noche.

—Niño, ¿hmmm? ¿Eso significa que todavía crees que soy una
niña? El chico no es mucho más joven que yo.

—Diablos, no. Sabes que los hombres maduran más despacio que
las mujeres, ¿verdad?

—Astuto. —Le sonreí y me volví un poco cuando la puerta se abrió.


Mis ojos se encontraron con los de Nate y el mundo se sintió bien—.
Gracias por venir. Estoy realmente bien.

—¿Estás segura? —Dirigió sus manos hacia abajo por mis brazos
y apretó mis manos antes de que tirara de mí misma, libre.

Nate se movió alrededor de él y envolvió un brazo alrededor de mis


hombros, inclinándose hacia abajo y besando la parte superior de mi
cabeza antes de mirar de refilón a Thomas.

—¿Qué pasa, hombre?

—Nada. Solo estaba comprobando a Jenna. Ha pasado a través de


mucho últimamente. —Los ojos de Thomas nunca abandonaron los míos.

14
Promesa que hace un estudiante para formar parte de una Hermandad.

134
Logan Chase Tóxico

Tal vez estaba eligiendo al hombre equivocado, pero no se sentía


para nada como una elección. Mi sangre hervía cuando Nate estaba cerca
y el aire se diluía. Ese era el tipo de mezcla de amor/lujuria que buscaba.
Demonios, era lo que querría cualquier mujer con un corazón palpitante.

—¿Eso es así? —Nate giró hacia mí y tiró de mí en sus brazos—.


Dime qué ha sucedido.

Miré hacia Thomas.

—Te veré pronto, ¿de acuerdo? Gracias por venir a comprobar como
estaba.

El amigo más antiguo de mi hermano miró entre Nate y yo, y


entrecerró un poco los ojos.

—No me gusta esto.

—Y nadie pidió tu opinión, gilipollas. —Nate llegó y agarró a


Thomas por la parte delantera de su garganta más rápido de lo que
cualquiera de nosotros podría haber reaccionado.

—Mierda. Basta, Nate. Maldita sea. —Lo agarré del brazo y tiré de
él, pero no se movió—. Nate. Lo digo en serio. Déjalo ir, o me largaré de
aquí. Corta esta mierda ahora.

Nate volvió sus profundos ojos color azulado hacia mí mientras su


expresión se suavizaba.

—¿Por qué en el mundo pensarías que eres capaz de dejarme? —


Soltó a Thomas y lo empujó en el pecho sin mirar hacia atrás—. Lárgate
de aquí ahora, y no vuelvas a tocar a mi chica. Jamás.

135
Logan Chase Tóxico

—Jódete, imbécil. —Thomas levantó sus brazos en el aire y se


marchó mientras Nate ponía sus manos en mi cara.

—Me perteneces. ¿Qué parte de eso es la que no puedes


comprender?

—¿Desde cuándo? —Me odiaba por hacerlo, pero alcancé y deslicé


mis manos por sus costados, disfrutando de los gruesos músculos que
recorrían mis dedos. Cuán intensamente quería verlo completamente
desnudo.

—Desde que tomaste mi mano en el club. —Se inclinó y me besó


de una manera que me dejó la cabeza dando vueltas. Cada célula de mi
cuerpo latía violentamente cuando él retrocedió.

—No lastimes a Thomas de nuevo. No estoy saliendo con un matón.


¿Entendido?

—Entonces dile a quién perteneces, Jenna. ¿Entendido? —Me besó


de nuevo, y me presioné contra él, abriendo mi boca y dándole la
bienvenida dentro de mí. Me llevó un minuto darme cuenta de dónde
estábamos.

Retrocedí y apreté mis dedos en mis labios.

—Aquí, no.

—Entonces ven a casa conmigo. Debes terminar lo que comenzaste.

No tenía idea de lo que había pasado. ¿Qué debía decirle? No. No


había nada que pudiera hacer al respecto, y arruinaría el calor entre
nosotros. Necesitaba dejar que la relación fuera lo que era. Lujuria.
Fuego. Calor. Suficiente para ahogarme cada vez que él venía alrededor.

136
Logan Chase Tóxico

—¿Terminar lo que comencé? —Me reí suavemente—. Tú


empezaste y lo terminaste el pasado viernes por la noche.

—No, no, no. —Se lamió los labios y extendió la mano para
presionar su pulgar justo dentro de mi boca—. ¿No sabes cómo funciona
esto, chica?

Negué con la cabeza y chupé el pulgar en mi boca, perdiéndome en


sus ojos.

Él sacó el dedo, lo lamió algunas veces y se bajó para besarme una


vez más.

—Te corriste. Yo no.

—Dijiste que lo hiciste. Maldito mentiroso.

—No de la manera que quería. Empezaste siendo una pequeña


putilla. —Agarró mi mano y la puso sobre su abultada erección—. Ahora
puedes terminarlo.

Apreté su pene y me acerqué con la esperanza de esconder mi


mano.

—¿Pequeña putilla? No tanto.

—¿No? ¿Qué pasa si me gustan putillas? —Empujó, frotando su


verga contra la palma de mi mano.

Tragué saliva y me alejé de él.

—Está bien. Veamos qué tienes. —Saqué un rotulador de mi


bolsillo trasero y le escribí mi dirección en su palma—. Encuéntrame allí.
Esta noche.

137
Logan Chase Tóxico

—Tú lo pediste. —Me besó de nuevo y caminó hacia la puerta.

—¿No tomas tu taza de café hoy? —Sonreí.

Miró por encima de su hombro, robando mi corazón con su


arrogante sonrisa.

—Joder, no. Odio esa mierda.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Quince
Nate
Planeaba dejar salir un poco de vapor cuando llegara a casa
masturbándome varias veces en el sofá, pero no iba a suceder. Ashley
estaba cantando algo en la cocina, cerré la puerta por detrás de mí.

—Joder —murmuré. Aunque podría pasar la noche follando a


Jenna, no había problemas, hubiera sido agradable quitar el borde de mi
lujuria por la chica con un poco de auto-amor. Que ese hubiera sido el
único problema habría sido la felicidad. Ahora tenía que descubrir cómo
alejarme de Ash también.

—¿Eres tú, cariño?

—No me llames así. —Dejé caer mis llaves sobre la mesa y caminé
a la cocina. Mi estado de ánimo pasó de ser ligero a bien oscuro y
temperamental en un instante.

—Uh, oh. Alguien está enojado. —Salió de la cocina con una


camiseta sin mangas y un par de pantalones cortos apretados. Sin
sujetador, y era el tipo de chica que necesitaba uno a menos que estuviera
trabajando en algún pobre tonto.

—Ashley, sabes que estar aquí es una mala idea. Es el único lugar
que tenemos que nadie conoce, excepto nosotros dos. —Extendí la mano
y la agarré por los hombros mientras caminaba hacia mí. No estaba de
humor ni siquiera para intentar aplacar su culo.

—Mikey lo conoce. —Extendió sus manos y rozó la parte posterior


de sus dedos en mi pene—. Vamos, Nate. Joder. Lo hicimos. El dinero

139
Logan Chase Tóxico

está en el banco, y estamos a días de que se dictamine que fue un


suicidio. El tipo estaba solo y tengo una coartada. —Su sonrisa se
ensanchó—. Fóllame en la ducha, en la mesa de la cocina, en la cocina
esta noche. Duro y rápido como te gusta. Fóllame las tetas y déjame lamer
tu pene.

—No. Para. Mierda. —Me alejé de ella y me pasé los dedos por el
pelo. Tenía que cambiar los malditos cerrojos de mi puerta. No éramos
una pareja, y, sin embargo, Ash no parecía entenderlo en su cabeza.
Curiosamente, no había sido imprescindible que lo hiciera hasta ahora.
Hasta Jenna.

—Entonces, déjame adivinar. —Se detuvo en el borde de la sala de


estar y sonrió perversamente.

No era bueno.

—¿Adivinar qué?

—Esto es sobre Jenna, ¿no es cierto?

—¿Qué Jenna, Ash? Realmente no estoy de humor para esto ahora.


La mierda en el trabajo se está acumulando y…

—Jenna Webb, Nathaniel. —Se recogió su pelo en un moño


desordenado y caminó hacia mí—. Sé que la llevaste arriba en Kadia.
¿Sabías quién era ella? No me mientas. Te he conocido toda mi vida.

—No. No lo sabía. —Agarré su mentón y la sostuve en su lugar—.


No estoy sobre ella como crees que estoy. Fue un pedazo de culo que
quería arruinar y dejar. Un juego.

—Bien. Entonces debería ser divertido. —Extendió sus manos y


clavó sus uñas en mi muñeca.

140
Logan Chase Tóxico

Siseé y tiré de mi mano hacia atrás.

—Ay. Esa mierda duele. —Alcé la vista y rugí bajo en mi pecho—.


Esta noche no es la noche.

—¿No? Entonces lo intentaré otra noche, pero solo que sepas esto…
Tengo todas las pruebas que necesito para ponerte en la escena del
fallecimiento de mi último esposo, con tus dedos alrededor de su
garganta.

—No, no lo harás. —Me puse rígido, sabiendo muy bien que maldita
y probablemente lo hiciera. Ese día llegaría pronto, simplemente no
esperaba que fuera tan pronto.

—Sí, lo hago, y sabes que lo haré. —Pasó su mano por mi pecho,


sus ojos se agrandaron mientras deslizaba sus dedos por la parte
superior de mis vaqueros y acariciaba mi pene—. Y nunca lo usaría
contra ti. —Apretó mi pene con fuerza—. Porque te amo, y porque te amo
he terminado de casarme con esos cabrones. No voy a estar con nadie
más a partir de ahora.

—No es así como funciona esto. —Envolví mi mano alrededor de su


muñeca, listo para sacar sus dedos de mis tiernas partes si se volvía
agresiva. La zorra estaba punto de ser tirada por las escaleras si no se
cuidaba.

—Sí, lo es. Tengo pruebas que te pondrán entre rejas de por vida.

—Acabas de decir que nunca las usarías contra mí. ¿Ya cambiaste
de idea? —Incliné mi cabeza a un lado e hice caso de mi creciente erección
mientras ella seguía acariciando mi verga. La sensible bastarda tenía una
mente propia.

141
Logan Chase Tóxico

—No, pero necesito un seguro de que si voy a cuidar de ti, vas a


cuidar de mí. —Sonrió y rodó su dedo pulgar por encima de la cabeza
hinchada, untando mi pre-semen mientras yo rugía de nuevo—. Ella va
a encontrar la forma de señalar la muerte de Darek sobre mí, y cuando
lo haga… Te haré caer justo junto a mí. De modo que como lo veo, para
salvar tu propio culo, que es todo lo que te importa, tienes que acabar
con ella.

—No sucederá.

—Porque te preocupas por ella. —Su agarre se apretó.

—No. porque sería demasiado malditamente obvio. Me acabas de


presentar como tu maldito amigo, genio. —Tiré de su mano fuera de mi
pantalón y caminé hacia el balcón—. ¿Por qué crees que Jenna va a tratar
de endosarte la muerte de Darek?

—Me dijo que lo haría.

Me reí y miré sobre mi hombro.

—Mentirosa. Esa chica es una total pusilánime. Totalmente


inocente. Una niña de papá que quiere crecer, pero no sabe cómo.

—De acuerdo, pero siempre tiene fuego en su vientre, Nate. Mátala.

—¿O? —Me volví para hacer frente a la mujer que odiaba más que
a mí mismo, que ya era decir algo.

—O lo haré yo, y caerás junto a ella. No voy a vivir mi vida con algo
pendido sobre mi cabeza. —Se encogió de hombros y se sentó en el sofá,
cruzando sus largas piernas y lamiéndose la uña—. Cásate con ella y
sacamos algo de ella cuando tenga una sobredosis como su hermano.

142
Logan Chase Tóxico

Me volví hacia la puesta de sol y contuve la respiración. Jenna


sabía que Ashley estaba relacionada con el asesinato de alguna manera.
Sería una cuestión de tiempo hasta que me conectara a ello también.
Habíamos cubierto nuestras pistas muy bien, parecía que estábamos al
final de nuestra buena suerte.

La mujer de la que me había enamorado en la cafetería durante el


último año era la que nos iba a derribar por completo.

—Somos tú o yo, Nate. Alguien tiene que matar a la puta.

Asentí.

—Tienes razón. Es cosa mía. Me ocuparé de ello.

—Bien. Te casas con ella, y la envenenaré con Zandra.

—No. Sabe que es tóxico. Se lo dije. No sabía que existía una


conexión cuando revelé ese pequeño secreto. —Abrí la puerta corrediza
de cristal—. Vete cuando regrese. No estoy humor para tener compañía.

—Eso duele.

—Sí. Jódete. —Salí al sol de la tarde y cerré la puerta por detrás de


mí. La vida no me iba a cortar pronto cualquier holgura en cualquier
momento.

Jenna o Ashley. Esa era mi elección, y donde parecía fácil, no lo


era. Estaba apegado a Ashley, atado a su lado, y todo su dinero de
nuestro último golpe seguiría siendo intocable hasta que me concediera
mi mitad. Ella tendría que confiar en mí para hacer esto.

143
Logan Chase Tóxico

El dinero de nuestro asesinato anterior se estaba agotando


rápidamente. Lo necesitaba más de lo que necesitaba a Jenna, pero
quería a Jenna un millón de veces más.

—Así que en realidad no se trata de Ash o Jenna. —Presioné mis


antebrazos en el balcón frente a mí—. Es Jenna o la pobreza.

Cerré los ojos cuando el corazón se rompió en mi pecho. La vida


me jodía una vez más. Simplemente era el modo de hacer las cosas. Solo
lo odié como el infierno por mi dulce niña. No se merecía lo que estaba
llegando a su camino.

****

—¿Qué? No, amigo. No. Te dije que esta mierda iba a suceder. —
Mikey me arrojó la pelota de baloncesto con agresividad—. Me gusta esta
chica.

—Sí, a mí también, idiota. Joder. —Se la devolví y caminé hacia él


agresivamente—. ¿Qué harías tú? ¿Hm?

—No sé. No me meto en estas locas y jodidas situaciones como tú.


Mierda. —Me arrojó la pelota, giró y corrió hacia la valla.

—Oye, perro. ¿Por qué no escoges a alguien de tu tamaño? —Un


hombre gigante se metió en la cancha.

Me reí entre dientes y le lancé la pelota a Mikey antes de prestarle


atención al tipo.

—No estoy tan jodidamente gordo como tú, hombre. Eso es un


insulto y me voy a tomar una libra de carne en tu cara por esa mierda.
Tarde o temprano me lo agradecerás.

144
Logan Chase Tóxico

—Oh, mierda. Nathaniel. No, amigo. Solo estaba siendo dramático.


Oye, Sr. Big Dude15, gracias por la ayuda, pero es mi mejor amigo. —
Mikey corrió hacia nosotros cuando me volví para mirarlo y levanté mi
mano.

El gigante respondió por mí.

—Tu mejor amigo es un maldito matón. Necesita que se le enseñe


una lección. Quédate atrás, tío.

—¿Matón? —Eché un vistazo al chico—. Tengo que decidir si voy a


matar a mi amiga de la infancia o a la chica que me deja duro el pene y
el corazón aleteando a lo largo de todo el día. Discúlpame por ser ruidoso
al respecto.

Me moví hacia él con velocidad, no estoy muy seguro de que lo


estaba esperando. Le di tres puñetazos antes de que me pegara una vez
en el costado bastante bien. Todo el aire de mis pulmones salió
precipitadamente, y me moví y boqueé para tomar aire.

Mikey corrió hacia el chico, pero me moví en su dirección y lo


empujé hacia atrás, lo que por supuesto resultó con él aterrizando en su
gordo culo.

—¿Ves? Maldito matón. Odio a los perros como tú. —El tipo gruñó
y se movió hacia mí.

—Déjame adivinar. ¿No conseguiste tu primer crecimiento


acelerado hasta el primer año de graduación y era todo golpear tu culo
hasta entonces? —Me quité de su camino cuando se lanzó hacia mí y me

15
Gran Amigo.

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Logan Chase Tóxico

arrodillé, dándole dos puñetazos en las bolas antes de que pudiera caer
al suelo y rodar a su lado. Me moví delante de él y le di una patada en el
pecho y una vez más en la cara—. ¿Lo hiciste bien, perro? Únete al
maldito club. Metete en tus malditos propios asuntos.

—Nate, vamos, hombre. No hagas eso. —Mikey tiró de mi brazo y


me obligó a retroceder—. Deja esta mierda. La gente está empezando a
reunirse.

—Lo que sea. —Me sacudí de su agarre y agarré mi pelota mientras


caminaba hacia mi apartamento. Primero Ashley, y ahora Mikey. ¿Qué
otra maldita cosa podía salir mal?

Casi había llegado a mi apartamento cuando Mikey trotó y se movió


frente a mí. Apretó su mano en el centro de mi pecho y jadeó en busca de
aire.

—Espera. Por favor. Por favor. Solo déjame…

Bajé la vista a su mano y luego lo miré a él, mi expresión


amenazante en el mejor de los casos.

—Quita tu mano de mí, Mikey. Hoy necesitaba un amigo, y fuiste


todo menos eso.

—Soy tu mejor amigo. ¿Quieres que termine una de las chicas? Lo


haré. Dame una puta almohada y solo la apagaré. —Presionó su mano
en mi pecho con más fuerza y dejó caer su cabeza—. Malditas carreras.
Podríamos simplemente correr hasta morir. Te juro por Dios, voy a tener
un maldito ataque al corazón.

—Deberías correr más, gordo bastardo. —Saqué su mano de mi


pecho y le di la espalda—. He estado con Ashley desde que éramos unos
niños, Mikey. Estuve allí el día que murió su madre y la sostuve mientras

146
Logan Chase Tóxico

perdía su mierda. Es una perra cruel, pero, ¿cómo puede culparla alguien
por esa mierda? La vida ha sido cruel.

—Pero estás enamorado de Jenna Webb, ¿no?

Me di la vuelta y dejé que mis ojos escrutaran la calle.

—Nunca vuelvas a decir eso, Mikey. Hablo en serio.

—El amor gana aquí, Nate. Dale la vuelta a Ash y dale a ella una
vida diferente.

—Una detrás de las rejas. No sabes lo que me estás pidiendo.

—Te pido que elijas lo que es mejor para todos los involucrados.
Ella mató a Darek. Tú no lo hiciste. Ni siquiera puedes estar vinculado
con esa mierda.

—Por supuesto que puedo estarlo. Fui yo quien le dio el Zandra.


Podría hacer que pareciera que era el maldito distribuidor. Es fácil
clavarme eso. —Rodé mis hombros y reboté en las puntas de mis pies—.
Tengo que matar a una de ellas. Esa es la única manera de salir de esto.
O suicidarme.

—No. —Su voz era profunda, fuerte—. No. Eso no va a suceder. A


la mierda con las dos. Deja que se maten entre ellas. Consigamos el
dinero y huyamos.

—De ninguna manera. —Fruncí los labios y dejé que mis ojos se
movieran por el cielo hasta la puesta de sol—. Tengo que tomar una
ducha rápida. Voy a pasar la noche con Jenna.

—Esa no es una buena idea.

Le di unas palmaditas en el pecho cuando pasé junto a él.

147
Logan Chase Tóxico

—Sí, ¿quién coño dijo que lo fuera? No suelo ser el tipo que hace lo
seguro. Necesito una noche con ella.

—¿Y después? —dijo por detrás de mí, su voz llena de emociones


duras.

—No sé, amigo. Ya veremos qué pasa. —Me encogí de hombros y


caminé hacia la oscuridad del pasillo hacia mi apartamento—. Veremos
qué pasa.

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Logan Chase Tóxico

Capítulo Dieciséis
Jenna
—¡Ay! —Retiré mi mano de la cocina y me llevé los dedos a los
labios—. Maldita sea, eso duele.

Uno de los talentos que me faltaban en serio era cocinar. Podía


juntar algunas cosas, pero estaba más allá de torpe en la cocina, lo cual
era extraño, y en absoluto como era yo.

Alcancé la manopla del horno y me cubrí la mano antes de agarrar


el asa de la cazuela. Casi había batido el puré de patatas a la perfección
cuando sonó el timbre. Los nervios se alzaron muy profundos dentro de
mí y se extendieron como zarcillos.

—Voy —dije, sabiendo que no había forma de que Nate pudiera


oírme. Me detuve junto al espejo cerca de la puerta y me arreglé el pelo
un poco más. Mi escote en V me sentaba perfectamente, pero mi falda
fluía, dejando mis caderas un poco ocultas. O eso esperaba. Abrí la
puerta y me moví hacia atrás cuando Nate sonrió.

—Hola. Te ves lo suficientemente buena como para comerte. —Se


movió al apartamento y cerró la puerta por detrás de él antes de rodearme
con sus brazos e inclinarse para consumir mi boca.

Incliné la cabeza un poco, abriéndome para su asalto y me dejé


derretirme contra él. Su grueso y duro cuerpo se moldeó al mío,
encajando en él casi demasiado bien. Unas manos fuertes y codiciosas
recorrieron mis caderas y fueron por la parte baja de mi espalda para
ahuecarme el trasero suavemente mientras amasaba mi carne.

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Logan Chase Tóxico

—Realmente no necesitas cocinar la cena, cariño. Solo quería una


excusa para venir y hacerte aullar mi nombre. —Mordió mis labios antes
de agarrar la manopla de mí y caminar a la cocina—. Algo se quema.

—¿Entras? —Extendí la mano y la puse en la pared junto a mí


mientras la habitación giraba. La pasión entre nosotros era abrasadora.
Solo oré para que él sintiera lo mismo al respecto, pero lo dudaba. Un
hombre como él probablemente nunca se encontraría con su pareja
exacta en el dormitorio, pero quería que al menos me recordara como una
chica que le había dado una buena carrera por su dinero.

—No se puede cocinar la pasta tan fuerte, Jenna. —Miró por


encima de su hombro, y sonrió—. ¿Tienes algo frío para beber?

—Sí. Vino y cerveza. O podría hacer té si quisieras.

—La cerveza suena deliciosa. Tráeme una y, luego, siéntate. Me


encanta cocinar. Me ocuparé de esto.

El calor viajó desde la boca de mi estómago, bajando por mis brazos


y subiendo por mi pecho. Mis pezones dolían cuando mi sostén se frotó
contra ellos. El cómo podía excitarme tan rápido era sinceramente
perturbador, y sin embargo había pocas razones para luchar contra ello.
Había venido soñando experimentar una emoción como la que sentía
ahora durante toda mi vida.

—Puedes cocinar, ¿hmm? —Le conseguí una cerveza, abrí el tapón


y me acerqué a él.

—Oh, sí. No hay mucho que no pueda hacer. —La tomó y se volvió
a la cocina cuando me moví detrás de él y me apreté contra su espalda.

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Logan Chase Tóxico

—Dar una buena azotaina seguro. —Me puse de puntillas y rocé


mis labios por la parte posterior de su cuello—. Pero la verdadera
cuestión es si las tomas, así como las das.

Se rió a carcajadas, el sonido hizo que mi corazón revoloteara


dentro de mi pecho. Me había enamorado de todas las mentiras que había
inventado sobre él en el último año. Era más peligroso en mi mente, un
asesino. Un sicario a sueldo como Erik. Sus actos nefastos tenían a la ley
detrás de él, y después de una noche en mi cama, se habría ido… para
siempre. Era trágico y sin embargo, enfermizamente hermoso por algún
motivo. Quizás había visto demasiadas viejas historias de amor, pero me
parecía bastante divertido fingir de cualquier manera.

—Eres linda, nena. No hay nalgadas para un hombre como yo, pero
podrías envolver tus bonitos brazos a mí alrededor y frotar mi pene
mientras termino con este desastre que estabas haciendo.

Solté un bufido y lo rodeé con mis brazos antes de presionar mi


mejilla contra su espalda. Sus músculos se flexionaron y gimió cuando
ahuequé su erección y deslicé mis uñas hacia abajo lentamente.

—Eres tan directo —murmuré y ahuequé sus bolas—, y vulgar.

—Lo adoras. —Se inclinó hacia adelante, tirando de mí con él.

—Lo hago. —Bajé mi nariz hacia su espalda y respiré


profundamente—. Nathaniel.

Él se puso más rígido en mis brazos.

—¿Qué, nena?

151
Logan Chase Tóxico

—¿Alguna vez has hecho el amor con una mujer? —Necesitaba


saberlo. Donde yo buscaba una noche de follar, tal vez él necesitaba algo
diferente.

—No. —Su voz era casi demasiado suave para escucharla.

Lo solté y caminé hacia el mostrador para servirme otra copa de


vino.

—Nunca has estado enamorado.

—No. —Miró sobre su hombro—. Tienes demasiado puesto. Quítate


esa camiseta y te pones una ajustada sin sujetador. Quiero ver tus tetas
a través de la fina tela. Búrlate de mí.

Me quedé allí por un minuto, un poco sorprendida por su petición,


aunque no debería haberme sorprendido. El hombre era cien por cien un
gilipollas alfa, ¿o no? Parecía haber un centro suave y pegajoso. Estaba
asustada de encontrarlo.

—Ahora, Jenna. No me hagas pedirlo de nuevo, princesa. —No se


giró en mi dirección, pero de alguna manera debió haberme sentido allí
parada.

—Está bien. Vuelvo enseguida. —Caminé por el pasillo mientras mi


corazón latía dentro de mi pecho mucho más rápido de lo que creí posible.
Mis manos estaban sudorosas, mis muslos temblaban nuevamente
mientras volvía a mi habitación y me quitaba la camisa por la cabeza.
Encontré una camisola de encaje y un par de braguitas transparentes
blancas para cambiarme. Tardé más de lo que quería debido a que mis
manos temblaban malditamente mucho.

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Logan Chase Tóxico

—Para. —Me moví frente a mi espejo de cuerpo entero y gruñí. Mis


pechos eran demasiado grandes, al igual que mis caderas—. No puedo
hacer esto.

—Sí, sí puedes. —Estaba parado en la puerta abierta.

Grité.

—Dile a alguien algo cuando vengas por el pasillo. Mierda. Me


asustaste.

—No tienes nada que temer mientras esté aquí, ángel. Nunca
dejaría que te ocurriera nada. —Se lamió sus dedos—. Va a ser una larga
noche, y no voy a usar condón contigo.

—Sí, lo harás. —Puse mi mano sobre mi cadera y le lancé una


mirada severa.

Me dio la espalda y se quitó su camiseta sobre la cabeza.

—No, no lo haré. Mejor asegúrate de que lleves tu píldora bien


hasta la fecha.

—Nate. No vamos a follar si no tienes una goma. —Caminé por el


pasillo detrás de él, mi angustia se perdió ante la nueva situación que
tenía entre manos—. No sé dónde has tenido tu pene. No sucederá…

Se giró y me agarró, fijando mis caderas y levantándome mientras


me presionaba contra la pared del pasillo. Envolví mis piernas alrededor
de él, mientras la foto que había junto a nosotros caía al suelo y se
rompía.

—Mi polla no ha estado en ningún lugar desprotegido sin condón.


—Se apoderó de mis manos y me sostuvo contra la pared con la firme

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Logan Chase Tóxico

presión de su grueso cuerpo. Forzando mis manos por encima de mi


cabeza, se estrelló contra mí y besó un lado de mi garganta—. Amenazar
nuestra noche juntos te hizo olvidar cómo te veías, ¿verdad?

—Idiota. —Envolví mis brazos alrededor de su cuello y gemí


mientras se mecía contra mí una y otra vez. La presión contra mi clítoris
me hizo temblar, susurrándole que me follara allí mismo en el pasillo.

—¿Qué tan cerca estás? —Pasó su lengua por un lado de mi


garganta y presionó sus dientes contra el suave lóbulo de mi oreja.

—Muy cerca —murmuré y presioné mi cara contra su cuello.

—Bien. Vamos a quitarte el borde. —Nos alejó de la pared y me


llevó a la sala de estar.

Refunfuñé cuando me dejó abajo. Se dejó caer en el sofá.

—Siéntate en mi regazo.

—Quítate los vaqueros.

—No estás a cargo aquí, Jenna. Siéntate en mi regazo o vete por el


pasillo y vístete. —Levantó su mano hacia mí—. Siéntate en mi regazo,
nena. Ahora.

Resoplé suavemente, puse los ojos en blanco y me giré para


dejarme caer en su regazo. Sus dedos se clavaron en la suave carne de
mis caderas mientras me empujaba hacia abajo, acunando su erección
entre mis nalgas. La presión se sintió traviesa. Deliciosa.

—Reclínate. —Me empujó hacia atrás y presionó su boca contra mi


oreja otra vez mientras rodaba sus dedos sobre mis pezones uno cada
vez—. Fóllate por mí.

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Logan Chase Tóxico

—¿Qué? —Me puse rígida—. No. Estás aquí. No quiero dedos.

—Una pena. Quiero experimentar cómo sería verte follarte cuando


estás sola, pensando en mí.

—Asumes que pienso en ti —gimoteé mientras él deslizaba su mano


por mi estómago y ahuecaba mi coño.

—Hazlo por mí, y no hay nada que no puedas tener de mí esta


noche.

Un temblor recorrió mi espina dorsal.

—¿Qué pasa si quiero algo que no estás dispuesto a darme?

—Nada está fuera de los límites si haces esto para mí. —Movió mis
bragas a un lado—. Únete a mí aquí abajo. Castígate a ti misma y usa mi
nombre cuando te corras. ¿De acuerdo?

Sus suaves labios y su húmeda lengua bañaban mi cuello mientras


él rodaba sus caderas, aplastando su pene contra mi trasero.

El miedo me invadió, pero lo ignoré. Quería todo de él esta noche,


y si todo lo que él quería era verme, o más bien oírme masturbarme, lo
que fuera. Lo había hecho un trillón de veces.

Pasé mi mano por la suya, rascando sus dedos antes de deslizar


mi dedo medio por mis pliegues, rodeándolos yo misma. Gemí
ruidosamente cuando mi cuerpo exigió penetración.

—Eso es, chica traviesa. Trabaja ese pequeño coño apretado.


Ábrelo para mí. Tengo un montón de pene para forzar en ese dulce
agujero. —Pasó sus dedos sobre mi clítoris y grité de nuevo—. Mételo
duro, ahora. Yo me preocuparé por tus puntos dulces.

155
Logan Chase Tóxico

Asentí y presioné mis dedos muy profundos dentro de mí mientras


extendía mis piernas más abiertas. Se sentía tan malditamente bueno
tenerlo apretándose contra mi espalda, prometiendo darme cualquier
cosa que quisiera mientras trabajaba mis dedos más y más rápido dentro
de mi cuerpo.

—Tan cerca.

—Susurra mi nombre como lo haces cuando no estoy aquí, Jenna.


Lo haces, ¿no? —Pellizcó mi clítoris y grité, arqueando mi espalda
mientras gritaba su nombre—. Dime lo que vas a pedirme que te haga,
nena. ¿Qué deseos sucios te susurras? Dilos en alto para mí. Necesito
saberlo para que pueda ocuparme de ti esta noche.

—Oh, Dios. Nate, por favor, no…

—Dilo, Jenna. Di lo que dices cuando no estoy aquí.

Nunca ni en un millón de veces me había imaginado ser tan abierta


con alguien.

—Por favor.

—Ahora —gruñó contra mi cuerpo y apartó mi mano, tomando mi


lugar con tres dedos gruesos. Su mano presionó mi clítoris, masajeándolo
intensamente mientras gemía como una puta en celo—. Ahí vamos.
Dímelo. Necesito escucharlo.

—Te necesito tanto, Nate. —Mi voz tembló—. Tócame por todos los
lados. Tómame. Poséeme. Fóllame hasta que no piense en nada más que
en ti.

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Logan Chase Tóxico

—Sí, Jenna. ¿Por dónde te estoy jodiendo, princesa? ¿En tu dulce


coño? ¿Tu culo? ¿Quieres que me entierre hasta la garganta en tu bonita
boca?

—Todo ello —grité de nuevo mientras la electricidad se acumulaba


en mi estómago—. Extiéndeme y viólame. No pares hasta que hayas
terminado conmigo, hasta que hayas tenido todo lo que puedas manejar.

—¿Qué otra cosa, querida? —Me chupó la oreja en la boca y


presionó contra mi culo.

—No pares nunca…

—¿Ni siquiera cuando me pidas que lo haga? —Movió su mano libre


hacia abajo para tocar mi clítoris mientras bombeaba sus dedos más
profundamente en mi cuerpo.

El sudor se acumulaba en la base de mi espalda, la parte superior


de mi labio, debajo de mis senos. Grité cuando el orgasmo me golpeó.

—No, ni siquiera cuando te pida que lo hagas. —Me senté y reboté


en sus dedos, perdiéndome en el momento—. Más. Más, Nate. Por favor,
no dejes de follarme.

—¿Por qué dejarías que un hombre te violara así, Jenna? —Se


movió detrás de mí y presionó sus dientes en la parte posterior de mi
hombro.

—No. No lo hagas. Por favor. —Monté lo más alto del orgasmo y caí
contra él cuando cedió—. No hagas eso. Lo arruinará todo.

Me agarró la cara con fuerza y me obligó a mirarlo. Sus labios eran


suaves, su lengua gruesa y dura mientras la llevaba a mi boca en
empujones rápidos y profundos.

157
Logan Chase Tóxico

—Dime. No va a arruinar nada. ¿Por qué dejarías que un bastardo


como yo te follara hasta que estuviera saciado? ¿Qué tipo de mujer hace
eso?

Las lágrimas llenaron mis ojos.

—No.

—Dime. Ahora, nena. —Me besó nuevamente y ahuecó mi sexo,


frotando las yemas de sus dedos a través de la humedad que rezumaba
mi cuerpo—. Dime, Jenna. Necesito escucharlo.

Tomé una respiración rápida y cerré los ojos.

—Una mujer enamorada de un hombre.

—¿De un extraño? —Presionó sus dedos dentro de mí.

Asentí y me mordí el labio cuando una lágrima rodó por mi mejilla.

—No llores, princesa. Ve a despejar la mesa y súbete a ella. No voy


a joderte esta noche. No estoy seguro de poder manejarlo, pero te dejaré
unos dulces recuerdos. —Me dio una palmadita en el coño una vez más
cuando comencé a luchar contra él por su decisión de irse antes de follar.

—No debería haber dicho nada.

—No, deberías hacerlo. Lo cambia todo. —Empujó mi espalda—.


Sube a la mesa. Ahora.

Me levanté y caminé hasta la mesa, jugueteando con mi pelo e


intentando descubrir cómo confesarle que estaba enamorada de él y que
él saliera como un tiro de allí era algo muy bueno. No lo sentía tan bueno.

158
Logan Chase Tóxico

Después de colocar los platos juntos, y despejar la mesa, trepé


sobre ella y apoyé el culo sobre mis talones mientras mis rodillas
presionaban contra la madera que había bajo mí.

—¿Qué quieres de mí, Nate?

—Todo. —Untó la cuchara con bechamel y caminó hacia mí,


extendiendo la cuchara hacia mí—. ¿Me darías todo? ¿Podrías?

—No lo sé. —Extendí la mano y sacudió la cuchara hacia atrás y


negó con la cabeza. Resoplé y me moví hacia adelante, dejándolo que
sujetara la cuchara mientras yo lamía la salsa. La forma en que me
miraba me hizo sentir hermosa. Querida.

—Acuéstate sobre tu espalda y acerca tu cabeza al borde de la


mesa. Hazme saber si te sientes mareada.

Quería preguntar todo, pero decidí en contra. Me volví y apoyé mi


espalda, arrastrándome hasta el borde de la mesa mientras él alcanzaba
su cinturón.

—No me lastimes —susurré y alcancé su cremallera mientras


trabajábamos juntos para quitarle sus vaqueros. Su pene surgió de sus
pantalones, y por un minuto, entré en pánico. Nunca había tomado a un
hombre ni siquiera cerca de su tamaño en mi boca.

—Nunca. Solo hazme saber si necesitas un minuto. Respira por la


nariz y finge ser mi pequeña zorra, ¿de acuerdo?

La mención de algo tan travieso y vil hizo que mi pulso se acelerara


a lo largo de cada punto de placer.

159
Logan Chase Tóxico

—Está bien. Lo intentaré. —Me acerqué más y eché mi cabeza hacia


atrás un poco mientras él se sujetaba su verga y la pasaba por mis labios,
jugando conmigo. Burlándose de mí.

Levanté mi mano y la agarré, deteniendo sus movimientos, y rodé


mi lengua sobre su gruesa cabeza.

—Deja ya de jugar.

—Hmmm… tan exigente. —Empujó mis hombros un poco y levantó


una pierna para presionar su rodilla al lado de mi cabeza. Él estaba sobre
mí unos segundos después, su grueso pene penetrando en mi boca
moviéndose lento y profundamente. Gemí alrededor del bocado y agarré
sus muslos con fuerza mientras mi reflejo de nausea jugaba conmigo—.
A través de tu nariz, querida.

Cerré los ojos, concentrándome en respirar y disfruté del sabor de


su carne sobre mi lengua. Me levanté bruscamente, casi asfixiándome
cuando se inclinó más y presionó su boca en mi centro, abriéndome con
la dulce presión de su lengua. Solo permití que un chico me comiera y
fue una experiencia horrible.

—Tan deliciosa y espesa, Jenna. No te contengas cuando te corras.


Yo no lo haré. —Rodó sus caderas y llenó mi boca, y la parte superior de
mi garganta con su grueso eje. Casi le di unas palmaditas en las piernas
para decirle que era demasiado, pero me lo quitó rápidamente de la mente
lo que él estaba haciendo, con lo que yo estaba sintiendo.

Levanté mis piernas y me agarré fuerte mientras mi mundo


desaparecía y todo lo que importaba era el chico malo sobre mí,
taladrándome, lamiéndome, prometiéndome mucho más de lo que pensé
que podría ser capaz de manejar.

160
Logan Chase Tóxico

El orgasmo me golpeó de la nada y mi espalda se arqueó cuando


me levanté de la mesa.

—Mmmhmmm —murmuró contra mi carne—. Déjalo ir. Déjame


beber.

Abrí mi boca y grité mientras me entregaba completamente. Se


tomó su tiempo trabajándome a través del orgasmo y limpiándome
después.

Sacó su pene de mi boca y se movió hacia atrás para ponerse de


pie en el borde de la mesa.

—Acércate un poco y terminemos esto.

Me estremecí y me moví hacia él mientras me apoderaba de su


pene. Después de dejar escapar un suspiro tembloroso, alcancé hacia él
y lo llevé de nuevo hacia la calidez de mi boca. Sus gemidos llenaron mi
cocina y en pocos minutos, se corrió dentro de mí, tomándose su tiempo
y dejando que sus manos recorrieran mi cuerpo mientras él trabajaba en
el orgasmo.

—No eres la única enamorada. —Se apartó de mí y se dejó caer de


rodillas, besando mis labios y mi cara mientras yo jadeaba suavemente—
. Solo dame un poco de tiempo. Necesito resolver algunas cosas.

—No tardes demasiado, Nate. No quiero pensar que has huido lejos
de mí.

Retiró mi cabello.

—De ninguna jodida manera, soy adicto a ti. Solo son cosas
complicadas.

161
Logan Chase Tóxico

—No entiendo.

Me besó de nuevo, chupando mi labio inferior en su boca.

Gruñí y pasó su mano entre mis pechos cuando nuestros ojos se


encontraron.

—No es necesario, nena. Solo confía en mí. Sé que no me conoces.


Pero créeme, lo arreglaré todo.

Asentí y tiré de él hacia abajo para otra larga sesión de besos,


rezando para que se quedara toda la noche y terminara lo que empezó.
Él no lo haría, pero el anhelo de completarlo nos haría volver a estar
juntos antes de que pasara demasiado tiempo. Tenía que hacerlo.

Lo necesitaba jodidamente demasiado.

162
Logan Chase Tóxico

Capítulo Diecisiete
Nate
Dije demasiado la última vez que la vi, pero no pude evitarlo. En el
momento en que admitió haberse enamorado de mí durante el último
año… todas las apuestas habían terminado. No es que honestamente
hubiera considerado quitarle la vida. No lo haría. No podía. Preferiría
quitarme la mía.

El ramo de flores en mi mano se sentía incómodo. Nunca le había


comprado flores a una mujer. Ni siquiera corté una maldita flor y se la di
a alguien.

—Ugh. ¿Qué estoy haciendo? —Pasé mis dedos por mi cabello y


seguí golpeando el pavimento junto a su coche. Si Ashley me viera fuera
de la cafetería con flores en la mano, todo el infierno se desataría.

¿Verdad?

La perra repugnante quería que cortejara a Jenna. Para hacerla


enamorarse y llevarla a amarme para que pudiéramos casarnos. Tan
perturbador como era, también quería eso, pero por razones muy
diferentes. No quería el dinero apilado detrás de su nombre que
eventualmente podría conseguir en los años venideros.

Quería despertarme a su lado por la mañana, besar su suave piel


y hacerla gemir todas las noches. Poder comprarle flores. Prepararle el
desayuno.

Mirando alrededor, encontré un cubo de basura y me di cuenta que


tenía que largarme. Perdería la vida por mi culpa, y donde hubiera sido

163
Logan Chase Tóxico

perfectamente aceptable con cualquier otra persona, no lo era con ella.


No con mi chica.

No con mi Jenna.

—Oye. ¿Son para mí? —Su voz era suave, insegura.

—Naw… ¿éstas? —Las levanté en el aire, y me encogí de hombros—


. Se las robé a un niño de la calle que le falta una pierna y unos cuantos
dedos. No es gran cosa.

Se rió y caminó hacia mí, alcanzándolas mientras sus ojos se


iluminaban.

Estaba tan jodido por esta chica.

—No pareces el tipo de hombre que lastima a un niño pequeño. —


Extendió la mano y la envolvió en la parte posterior de mi cuello, tirando
de mí hacia ella.

La abracé con fuerza y me incliné, besándola profundamente


mientras frotaba mis manos por sus costados, hasta sus caderas.

—¿Esto es lo que me consiguen las flores?

—No —susurró y se retiró, clavando sus ojos en los míos. El miedo


nadó por el centro de mi estómago. Tendría que correr. Ahora, maldita
sea. Ahora—. Las flores te consiguen una mamada.

Tragué salvia.

—Me gusta la forma en la que manejas un pene.

—Tu pene. —Se inclinó para otro beso suave, burlándose un poco
de mí cuando su lengua se movió a través de mis labios.

164
Logan Chase Tóxico

Rugí bajo en mi pecho y apreté mi agarre sobre ella.

—Mira donde pisas, princesa. Han pasado dos días, y un hombre


como yo no soporta demasiadas burlas antes de tomar lo que quiero.

—Y, ¿qué es lo que quieres Nate? —Su sexy actitud me hizo querer
arrojar las flores y llevarla de vuelta a mi casa para una fiesta de sexo
toda la noche, pero solo me vincularía más a ella.

—Pasar la tarde contigo. —Pellizqué sus labios y retrocedí. El aire


nunca tuvo un sabor más dulce como cuando lo introduje profundamente
en mis pulmones. Tenía demasiado poder sobre mí.

Era jodidamente embriagadora.

Debería haber preguntado sobre su hermano de alguna manera,


pero supuse que ella traería el tema más adelante. Tal vez no fuera así.
Parecía extraño que mantuviera algo tan personal lejos de mí, pero existía
la posibilidad de que no fuera el único que jugaba.

Altamente improbable, pero quién lo sabía con certeza.

—Y, ¿dónde quieres ir? —Presionó su rostro en las flores y respiró


profundamente.

—¿Qué tal Central Park? Hace hoy un día demasiado bueno para
pasar el resto de la tarde en el interior. —Alcancé su mano y caminé hacia
mi moto—. ¿O podríamos dar un paseo hacia el norte?

—¿Qué tal ambos? —Olió las flores de nuevo antes de tirarlas al


contenedor de basura junto a mi moto.

Levanté la ceja bruscamente y resoplé.

—¿Significa que no te gustan las flores?

165
Logan Chase Tóxico

—No, en absoluto. No voy a ningún sitio donde pudiera ponerlas


en agua. El gesto fue dulce, el mensaje claro. Me encantó. Eso es lo que
querías cuando las compraste, ¿no?

—Se las robé a un niño ciego. Sí. —La ayudé a montar en la moto
y me subí yo mismo, deleitándome con la sensación de sus brazos
alrededor de mi cintura.

—Oh, ¿así que ahora era ciego?

—Por supuesto que lo era. Soy un bastardo. Ponte el casco. No


necesito un encontronazo con la policía. —Saqué el mío y el suyo de la
moto y le di el más pequeño—. ¿Has comido?

—No, pero podemos conseguir un bocadillo al lado del parque.


También hay una tienda justo allí a la que quiero ir. Necesito recoger un
vestido que he pedido. —Presionó su pecho a mi espalda y deslizó sus
manos hacia abajo para acunar mi pene.

Apreté su agarre y gemí antes de cerrar mis ojos y respirar


profundamente.

—Me encanta sentirte contra mí.

—Bien. Planeo estar más cerca más tarde. ¿Tal vez sin todas estas
ropas? —Se rió y abrí los ojos, arrancando la moto.

Nunca me había permitido soñar, pero mientras nos dirigíamos a


Central Park, eso fue lo que hice. Visión tras visión de una vida diferente
a la que había estado viviendo durante veintiséis años. Me estremeció
hasta el fondo que ese amor estuviera dentro de mi alcance, pero si fuera
honesto, no era tan sencillo.

Nunca lo fue conmigo.

166
Logan Chase Tóxico

Llegamos al parque y le ofrecí mi mano, ayudándola a bajar de la


moto, antes de bajarme yo y bloquearla.

—¿Alimentos o vestido primero? —Extendí la mano y le cepillé el


pelo hacia abajo mientras volaba alrededor de su bonita cara.

Miró su reloj.

—Vestido. La tienda cerrará en cuarenta minutos. No quiero


esperar hasta la próxima semana para conseguirlo.

—Muy bien. —Tomé su mano—. Dirige el camino, ángel.

—¿Por qué me llamas así? —Sonrió, lo que hizo que su pequeña


nariz de botón subiera. Cómo podía verse deliciosamente sexy en un
minuto y más linda al siguiente era un misterio, pero ambas parecían
hacer que mi pene creciera grueso y pesado.

Me encogí de hombros.

—No sé. Solo respondo a lo que veo. Siempre lo hago.

—Me gusta. —Alcanzó la puerta de una pequeña tienda.

—Y tú me gustas. —Me moví detrás de ella y agarré la puerta.

—Bien. —Miró sobre su hombro y me lanzó una pequeña mirada


ardiente.

—Mira eso —gruñí y caminé hacia una mesa de bragas de encaje.


Todas se verían bien en ella. Fuera de ella. Empujadas hacia a un lado
mientras trabajaba con mi lengua profundamente dentro de ella.

—Hola. Soy Jenna Webb. Tenía que recoger un vestido. —Su voz
me hizo regresar y miré hacia allí.

167
Logan Chase Tóxico

Jenna Webb. Una de las familias más ricas de toda Nueva York, y,
sin embargo, parecía una plebeya. Solo una chica de simples medios.
Había arruinado mucho en mi vida, pero esta vez fue épico en el alcance
de las cosas.

—Claro, señorita Webb. ¿Quiere probárselo? —La mujer mayor le


dio a mi niña una sonrisa de mierda.

Jenna miró por encima de su hombro hacia mí.

—Sí. Lo hace. —Le guiñé un ojo y volví a las bragas, recogiendo


varios pares y caminando hacia la caja—. Y queremos estas también.

—Perfecto. Denme un minuto y les traeré el vestido. —La mujer


desapareció en la habitación de atrás cuando Jenna recogió un par de
bragas y negó al ver el precio—. Estas son de veinte dólares cada una. De
ninguna manera.

—Yo me encargo. —Pasé mi mano por su espalda y le apreté la


parte superior de su culo—. Dile a la vieja que voy al probador contigo.
Que soy tu marido.

Sus ojos se ampliaron un poco.

—Es una tienda pequeña, Nate.

—Lo sé. Tendrás que ser una chica buena y callada. —Apreté su
culo una vez más antes de caminar hacia la parte de atrás de la tienda.

La vendedora salió y sostenía un vestido.

—Aquí está. Solo hay un probador, pero le invito a usarlo.

168
Logan Chase Tóxico

—Perfecto. Voy a dejar que mi marido venga a ayudarme. Me costó


un infierno cerrar esta cosa la última vez. —La voz de Jenna era dulce y
suave. Me encantó.

—Oh. Yo podría ayudar si…

—Yo ayudaré. —Miré hacia atrás sobre mi hombro y le di a la mujer


una mirada que le decía que lo dejara. Ahora.

—Sí, claro. Bien. —Se encogió de hombros, pareciendo menos


satisfecha, pero caminó al probador y lo abrió para nosotros—. Si me
necesita, estaré aquí. Al alcance de mis oídos.

Me reí y sujeté la puerta para Jenna. Casi me gustaba la vieja


murciélago. Al alcance de sus oídos. Estaría escuchando. Pobre Jenna.

—Nate. Déjame ocuparme de esto y volveremos a mi casa.

—Claro. Suena divertido. —Alcancé y corrí mis dedos por el lateral


de su cara—. Solo asegúrate de que cuando te corras no grites mi
nombre… a menos que quieras.

—No. No aquí. —Empujó contra mi pecho mientras una mirada


seria se pegaba en su cara.

Saqué un condón de mi bolsillo y giré a su alrededor antes de


sentarme y abrirlo.

—Nate —susurró ásperamente.

—¿Sí, nena? —Alcé la vista y me bajé la cremallera. Mi polla estaba


tan dura que tuve que trabajar a la cabrona del agujero en mis vaqueros
gracias a haberse subido hasta mi ombligo.

169
Logan Chase Tóxico

—No. Guarda eso. —Sus ojos se desencajaron y se puso de


espaldas y se quitó la camiseta sobre su cabeza.

—Ese es tu trabajo. —Me deslicé el condón sobre mi pene y extendí


la mano para tirar de sus pantalones cortos—. Quítatelos. Siéntate en mi
regazo. Fóllame aquí.

—Cállate —ladró y me golpeó mientras tiraba de ella más cerca.

—Cállate tú. —Tiré de sus pantalones cortos bajo sus gruesas


caderas y forcé sus bragas hacia abajo con ellos. Rocé mis dedos por sus
muslos, dejando a mi corazón acelerado—. Tan mojada.

—No voy a hacer esto. —Se inclinó y presionó sus manos sobre mis
rodillas mientras colocaba mi verga contra su estrecha abertura.

—Parece que no lo haces.

—Te odio. —Se empujó hacia atrás y me mordí la lengua para no


llorar. Ella estaba más allá de todo lo que quería en mi cama, en mi
regazo, en mi puta vida.

170
Logan Chase Tóxico

Capítulo Dieciocho
Jenna
Gemí suavemente mientras forzaba a mi cuerpo a abrirse, sus
manos apretadas alrededor de mi cintura y tirando de mí hacia atrás más
rápido de lo que podía manejar.

—Abre tus piernas, extiéndelas sobre las mías y descansa contra


mi pecho. —Su voz era baja y espesa por la lujuria.

Recostándome hacia atrás, ahogué otro gemido y levanté mis


caderas, follándome lenta, metódicamente. Los sonidos descuidados de
nuestro polvo eran casi demasiado. Me detuve y jadeé mientras levantaba
sus caderas y me presionaba más profundamente.

—Espera. Estoy demasiado cerca —gemí.

Agarró uno de mis pechos y empujó de nuevo.

—Ese es el punto, Jenna. Que te corras y salgas de este lugar


mojada y pegajosa para la próxima pobre alma que entre a solas.

—Que te jodan —le susurré bruscamente y me sacudí hacia


delante, disfrutando de la intensa presión de una verga tan grande
penetrándome. Iba a convertirme en su puta. Solo era cuestión de tiempo.

—Mmmmmhmmm. Fóllame. —Tiró de mi sujetador y soltó uno de


mis pechos antes de tirar de mi pezón y obligarme a mecerme contra él.

La voz de la anciana de delante llenó el probador, y me puse rígida,


aterrorizada.

171
Logan Chase Tóxico

—¿Están los dos bien ahí? ¿Necesita una talla diferente o tacones
para ir con ello?

Nate pasó su mano por mi muslo y rodó sus dedos sobre mi clítoris
mientras le daba una palmada para alejarlo.

—Unos zapatos estarían genial. ¿Y un par de medias hasta el muslo


negras? —Forcé mi voz a sonar lo más normal posible.

—Claro. Este es nuestro único probador, así que por favor


asegúrese de darse prisa.

—Por supuesto. —Traté de levantarme del regazo de Nate, pero él


no estaba por la labor—. Nate, ¿en serio?

Se incorporó y me envolvió en un fuerte abrazo mientras ahuecaba


mi coño y me penetraba más rápido.

—Sí, en serio. Córrete para mí y te dejaré ir. Este es mucho pene


para una chica tan pequeña, Jenna. Estoy impresionado.

Gruñí y me mordí el labio mientras el orgasmo se acumulaba en mi


estómago. Tanta presión. Demasiado placer.

—¿Te correrás conmigo? —Lloriqueé mis palabras.

—Por supuesto. —Rodó la yema de su dedo sobre mi clítoris y se


movió un poco, poniendo otro centímetro dentro de mí cuando el mundo
explotó. El olor de sexo llenó mi nariz y todo lo que pude hacer fue
montarlo. Montarlo duro.

Mis gritos eran fuertes y guturales, y el sonido de él riendo mientras


nos aseábamos y nos vestíamos fue suficiente para querer retorcerle el
cuello.

172
Logan Chase Tóxico

—Para. —Me vestí rápidamente y agarré el vestido—. Ella lo sabrá.

—Bueno. ¿Y qué? —Se movió a mi lado y abrió la puerta antes de


agarrar mi mano—. Eres mi mujer, y te follaré donde sea que quiera.
¿Entendido?

Quería volver a ladrarle que era mi cuerpo y que lo respetaría o que


se fuera a la mierda, pero no pude. Él había respetado mi cuerpo. Lo
había adorado y me había hecho correrme más duro de lo que jamás lo
había hecho en la breve historia de mi patética vida sexual.

—Bueno. Eso fue inapro… —comenzó la anciana.

—Silencio. Haznos la cuenta. Somos jóvenes y tontos. Supéralo. —


Sacó un par de billetes de cien de su bolsillo y se los entregó mientras la
mujer se movía rápidamente, murmurando el resto de su discurso al
mostrador que tenía debajo.

Me quedé detrás de Nate, completamente mortificada porque la


mujer supiera lo que pasó entre nosotros. ¿Nuestra relación siempre sería
así? Me obligaría a situaciones incómodas solo por la emoción.

¿Me importaba si lo hacía?

No. No me había sentido más viva, más excitada nunca… jamás.

—Vamos, nena. —Me entregó la bolsa con las bragas y agarró el


vestido—. Gracias por la liberación. —Le guiño un ojo a la anciana y
caminó hacia la puerta.

—Qué vergüenza. —Presioné mi mano en mi cara y me reí entre


mis dedos.

—¿Sí? Pensé que fue caliente. Eyaculaste, ¿no?

173
Logan Chase Tóxico

—¿Qué? No. —Sacudí mi cabeza y tiré de su mano más cerca de mí


mientras trotábamos al otro lado de la calle.

—Sí. Lo hiciste. Es posible que no sepas que puedes, pero tu


pequeño coño quiere bombear más de lo que le dejas. —Alcanzó y tocó el
lado de mi cara.

Miré alrededor y sacudí la cabeza.

—¿Realmente estamos teniendo esta conversación junto al parque


donde cualquiera podría oírnos?

—No veo a nadie más que a ti. —Se apoderó del otro lado de mi
cara y se inclinó para besarme unas cuantas veces—. Ábrete para mí,
Jenna. Permíteme entrar profundo. Es el único lugar donde quiero estar.

—¿Estar muy profundo dentro de mí? —susurré y estudié su


rostro, enamorándome aún más de él. Era vulgar, crudo, poco
convencional. El polo opuesto a mí.

—Lo sabes, princesa. ¿Mi casa, o la tuya? —Me besó de nuevo y se


movió hacia la moto.

—¿No hay sándwiches?

—Podemos hacernos algo en casa. ¿A cuál vamos? —Subió a la


moto y alcanzó mi vestido.

—A la mía. Vamos a la mía. —Me puse en la parte de atrás y me


presioné a él, envolviendo mis brazos a su alrededor fuertemente de
nuevo. El delicioso dolor entre mis muslos, combinado con mi sangre
bombeando violentamente alrededor de mi sistema me hizo sentirme un
poco mareada.

174
Logan Chase Tóxico

Mis ojos se encontraron con la dueña de la tienda cuando nos


íbamos. No parecía tan perturbada como lo había estado unos minutos
antes. Su expresión era más de anhelo.

Un deseo de tener lo que yo tenía.

—Te quiero —susurré suavemente en el viento y besé la parte


posterior del hombro de Nate. Era la verdad, aunque estaba segura de
que sería la muerte para mí.

Conseguiría saciarse y se iría. ¿Por qué demonios se quedaría?

****

—¿Quieres mayonesa o mostaza en tu…? —Me detuve delante de


la entrada de la sala y sonreí. Nate estaba profundamente dormido en mi
sofá, su grueso cuerpo llenando toda la cosa y dejando nada más que
una rendija en la parte interior. Me reuniría con él pronto.

Caminé de regreso a la cocina y recogí la mitad de mi sándwich


antes de revisar el correo que estaba sobre el mostrador. Facturas. Correo
basura.

El último sobre de la pila me llamó la atención. No estaba marcado


en relación a quién podría haberlo enviado, pero reconocería la escritura
de mi nombre y dirección en cualquier lugar.

Darek.

Mi corazón casi se detuvo mientras caminé hacia la mesa de la


cocina y me dejé caer en un asiento. Volví el sobre y dejé mi sándwich.
La fecha estampada en la parte posterior era la del día que murió mi
hermano.

175
Logan Chase Tóxico

—Joder —susurré y tragué saliva. No queriendo quedarme en la


ignorancia ni un minuto más, abrí la cosa y desplegué la única hoja de
papel de bloc con manos temblorosas.

Jenna,

Estoy seguro de que estoy exagerando, pero quién sabe. Si algo me


pasa… alguna vez, la contraseña de mi ordenador de casa es
Dalling29954. Como nuestro antiguo perro que tú y yo elegimos juntos.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, y un sollozo se alojó en mi


garganta. Me obligué a no pensar demasiado en mi hermano después del
funeral. Se había ido y sabía que la perra de su esposa tenía algo que ver
con eso. Necesitaba andar con cautela. La había amenazado en el funeral,
y aunque no había hecho nada para cumplir mi amenaza, tenía que estar
nerviosa.

Mi padre descubriría qué demonios estaba pasando, o uno de sus


chicos lo haría. Hasta ahora. Ahora que tenía esto…

Si consigues esto y todavía estoy gritándote órdenes y siendo un


gallito todo el tiempo, entonces destrúyela, pero si me he ido, ya sabes…
muerto, ve a la carpeta de “conversaciones” en mis archivos personales y
escribe la contraseña. Busca a través de ellas y asegúrate de que quien
me jodió es llevado a la justicia. Algunas cosas raras han estado
sucediendo últimamente y la paranoia está tomando el control.

Ten cuidado y perdóname. Solo quiero que estés cómoda y bien


cuidada.

Te amo, hermanita.

Darek.

176
Logan Chase Tóxico

Quitándome las lágrimas de los ojos, guardé la carta en el sobre y


tomé aliento temblorosamente. ¿Qué demonios haría que mi hermano
creyera que la muerte estaba detrás de él? ¿Había sido algo que Denise
dijo, o hizo?

Tenía que ir a su casa y echarle un vistazo por mí misma, pero,


¿cómo? La perra todavía estaba viviendo allí. Necesitaba averiguar cómo
sacarla de allí.

Quizás Nate podría ayudarme. Tal vez era hora de abrirse a él y


explicarle lo que estaba sucediendo. Me levanté y me dirigí a la sala de
estar, gateando sobre él y acostándome en el apretado lugar al lado de
los cojines.

Se giró para mirarme y me abrazó con fuerza, murmurando algo


que sonó como “Te quiero”. Dudaba que lo fuera, pero necesitaba que
fuera simplemente eso.

Tal vez estaba deseando demasiado.

177
Logan Chase Tóxico

Capítulo Diecinueve
Nate
Me desperté con Jenna metida contra mí, su respiración suave y
profunda. Después de unos cuantos besos suaves alrededor de su rostro,
le froté el brazo y apreté.

—Nena. Tengo que ir a trabajar esta noche. ¿Te quedas aquí o


quieres venir conmigo?

Sus pestañas revolotearon y se acurrucó contra mí. Todas las


células de mi cuerpo se despertaron y, más que sexo, quería marcarla
como mía. Se veía tan jodidamente inocente, tan necesitada de mi
protección, de mi amor.

—Nena, vamos. —Besé su frente y me senté antes de levantarme y


alzar mis brazos hacia el techo. El sol ya se había puesto por lo que podía
ver, y probablemente ya iba con retraso.

Saqué mi móvil y le envié un texto a Fredrick para decirle que ya


iba de camino. No hubo respuesta, pero no esperaba una. Después de
hacer un rápido viaje al baño y lavarme la cara y las manos, volví a la
sala de estar y la encontré todavía dormida.

Me detuve junto al sofá y le di un rápido beso en el lado de su


cuello.

—Me voy a Kadia. Ven a buscarme allí cuando te levantes si


quieres.

178
Logan Chase Tóxico

Murmuró algo, agarré mis llaves y salí. Mi estómago rugió


ruidosamente, y me di cuenta que nunca conseguí el sándwich que
prometió. Debí haberme quedado dormido en el sofá esperando.

****

El trayecto hasta el centro fue pacífico, a pesar de todo el tráfico y


la gente cabreada. Era parte del encanto de la ciudad, y lo adoraba.

Aparqué la moto y la bloqueé antes de caminar hacia la entrada de


empleados en el callejón de detrás del club. Varios guardias me miraron
cuando abrí la puerta y caminé por el largo pasillo hacia la oficina del
jefe.

—Nate. ¿Qué pasa, hombre? ¿La moto causándote problemas de


nuevo? —preguntó uno de los gorilas más recientes.

—Naw. Me dormí acurrucado a una mujer hermosa. No sucede a


menudo. —Pasé mis dedos por el cabello y eché un vistazo al club casi
lleno—. Parece que va a estar lleno esta noche.

—Es la noche de las damas, hermano. Sabes que se vuelve enfermo


aquí. —Uno de los camareros se acercó y envolvió su brazo alrededor de
mis hombros.

Lo miré y levanté la ceja.

Me retiró los brazos y levantó sus manos.

—Lo siento, hombre. Pensé que estábamos bien.

—Lo estamos. Simplemente no me toques. —Caminé entre la


multitud ignorando los dedos rozando mi pecho, mi estómago, en mi
entrepierna. Nada era capaz de excitarme ahora que tenía el olor de

179
Logan Chase Tóxico

Jenna contra mí. Ella era el epitome de todas las cosas lujuriosas en mi
vida. No veía que eso fuera a cambiar pronto.

—Te necesitan en la parte de delante. —Fredrick pasó junto a mí,


con la cabeza erguida y los hombros rígidos.

—Claro, jefe. —Giré sobre mis talones y caminé hacia el frente para
tomar mi lugar cerca de la entrada mientras él caminaba junto a mí—.
¿Estás bien esta noche?

—He estado mejor. —Hizo una pausa y se volvió hacia mí—. Hemos
tenido a un policía joven aquí la mayor parte del maldito día. Un novato,
aunque el chico tiene que tener unos treinta y tantos años. Un culo duro
convertido en mártir, supongo. —Se movió la mano por su cara—. Es
bueno, pero no voy a ceder ni un centímetro.

—¿Sobre la muerte de abajo, de la semana pasada?

—Sobre una filtración de que estamos vendiendo Zandra en mi


club. Le preocupa y quiere investigar.

—¿Salió algo? —Crucé mis brazos sobre mi pecho.

—No, y no va a hacerlo. —Extendió la mano y me palmeó el pecho—


. Asegúrate de eso.

—¿Lo anulo? —Me volví y esperé una respuesta, pero no obtuve


ninguna—. ¿Tienes que darme un nombre, Fredrick?

Se giró, pero siguió caminando hacia atrás.

—Sí. Cole Matthenson. Cuídate de él.

—Lo tengo. —Me volví hacia el frente y me obligué a centrarme en


el momento actual. No había necesidad de trabajar a través de nada sino

180
Logan Chase Tóxico

comprobar las identificaciones y patear perras fuera del club. La vida me


rodearía con sus dedos huesudos en cuando acabara mi turno del club.
Por el momento tendría paz. Era algo raro.

****

—Hola, guapo. —La voz suave que hablaba justo delante de mi cara
me hizo sacudir mi cabeza hacia arriba.

—Hey, nena. —Extendí la mano para asir a Jenna y tirar de ella en


un largo beso—. No estaba seguro de que vinieras.

—No lo he hecho. Todavía. —Me dio una linda sonrisa—. Necesito


hablar contigo.

Levanté la vista hacia la larga fila que había fuera del club, y volví
a mirar a mi chica.

—No esperaste en esa fila, ¿verdad?

—Sí. Soy una ciudadana respetuosa de la ley. Por supuesto que lo


hice.

—Jenna. Trabajo aquí. Simplemente ven a la parte delantera la


próxima vez. —Pasé mis dedos por el lateral de su cabello y dejé que mis
ojos la recorrieran mientras mi pene se despertaba—. Joder, te ves bien.
Te deseo.

—Bien. Puedes tenerme más tarde esta noche. —Miró alrededor—.


En serio, quiero hablar contigo si tienes un minuto.

—¿Puede esperar hasta que pueda bajar? —Me lamí el costado de


mi boca y fui a por otro beso. ¿Qué demonios pasaba con esta chica? Me
poseyó completamente.

181
Logan Chase Tóxico

—No. Voy a ir a buscar algo esta noche, y necesito que sepas dónde
estoy. —Miró a su alrededor—.En caso de que algo me suceda.

Deslicé mi mano por su cuello y la agarré fuerte por el costado,


forzándola a mirarme.

—¿De qué estás hablando? Esta es la ciudad de Nueva York, nena.


La mierda sucede todo el tiempo. ¿Qué estás tramando?

El nerviosismo me atravesó. Tenía que estar relacionado con Darek.

—Encuéntrame cuando puedas. —Se inclinó y me besó


suavemente antes de salir de mi agarre y caminar hacia el bar.

Tardé unos minutos en encontrar a alguien que pudiera


reemplazarme en la parte delantera del club, pero en el momento que lo
hice, me acerqué al bar y tomé el taburete junto a ella.

—Cuéntame. ¿Qué quieres hacer?

Tomó un sorbo de su cerveza antes de volverse y estudiarme.

—Perdí a mi hermano el pasado fin de semana. Hace una semana,


mañana. —Sus ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón casi se detuvo.

Mierda. ¿De verdad que había esperado que esta mierda pasara sin
que algo se volviera contra mí? No tenía hermanos, pero si alguien se
metía con Mikey, seguro que no lo dejaría pasar.

—¿Qué? ¿Por qué no me lo contaste? —Extendí la mano y se la


pasé por la parte superior de los hombros—. ¿Qué pasó?

Estaba siendo un hijo de puta.

182
Logan Chase Tóxico

—Fue asesinado. —Se llevó la botella a los labios y tomó un buen


trago.

—Entonces tenemos que ir a la policía, Jenna. ¿A qué estás


esperando?

—Mi padre es el fiscal del estado de Nueva York. Los policías lo


saben. Lo prometo. Están investigando, pero quien lo mató lo hizo parecer
un suicidio.

—Dime lo que pasó. —Pasé mi mano por la parte posterior de su


cabeza mientras las náuseas subían dentro de mí.

—Tomó algo y su corazón se detuvo. Estaba irritado y se había


cagado antes de que llegara al suelo. Lo que fuera que tomara era tóxico.

—No estoy tratando de ser un gilipollas en esto, pero suena como


un suicidio.

—Sí, lo sé. —Terminó su cerveza y se volvió para mirarme—. Iré a


su casa esta noche. Mi hermana me dijo que su viuda tiene una cita, así
que no habrá nadie allí. Si soy sincera, me horroriza que ya tenga una
cita. Él acaba de morir. Lo acabamos de enterrar.

—No me gusta, Jenna.

—Lo siento. —Se encogió de hombros, lo que me molestó—. Si sales


y no te contesto al móvil, ¿puedes enviarle una nota a mi padre y decirle
que estoy en la casa de Darek y que no estoy contestando al teléfono?

—No. No puedo. —Me puse de pie y me moví para estar por encima
de ella—. No irás allí. Si alguien mató a tu hermano, entonces, ¿qué
carajo le impediría matarte a ti?

183
Logan Chase Tóxico

—¿Tú? —Me sonrió y se puso de pie, presionándose frente a mí—.


No estoy pidiéndote permiso, Nate. Iré allí.

—No, no lo harás. —Agarré su brazo y la retuve en el lugar—. Y tal


vez estás exagerando. ¿Qué evidencia tienes de que alguien le metió una
pastilla por la garganta a tu hermano?

Ella hizo una mueca.

—Él no tomaría drogas.

—Todos los hombres adultos toman drogas, nena. No seas ingenua.

—No Darek. —Se apartó y retrocedió unos pasos—. No se suicidó.


Punto.

Levanté las manos, sabiendo que iba a perder la pelea, pero no


había forma en el infierno que fuera a dejarla ir cerca de Ashley. Ella no
sobreviviría. Punto.

—¿Qué droga fue? —Tenía que saber si lo sabía.

Se encogió de hombros y bajó la mirada, hacia sus pies.

—Mi padre y yo acabamos de hablar antes de que viniera aquí. Su


llamada fue lo que me despertó.

—¿Y?

Alzó la vista, como si estuviera evaluando si confiar en mí.

—Zandra. La misma droga que me diste la otra noche.

Sus palabras me picaron, pero me merecía esa mierda diez veces.

184
Logan Chase Tóxico

—Ambos tomamos la mitad de la píldora. No es peligrosa en


pequeñas dosis.

—Pero tres de ellas en tu sistema detendrían tu corazón. —Presionó


su mano a mi pecho mientras su expresión se volvía más tensa—. ¿Sabías
eso?

—Sí, pero yo nunca…

—Y, ¿vendéis esa mierda aquí? —Miró a su alrededor.

—Sí, Jenna, estoy confiando en ti diciéndote esto. Soy el tipo más


amable de este lugar.

—¿Me estás amenazando? —Su voz se rompió un poco, pero se


mantuvo firme. Yo estaba muy cerca de vomitar, pero era tan valiente
que hizo que mi espíritu se levantara un poco.

—Nunca. Ni en un millón de años. Sé que estás molesta, pero estás


empujando contra el pecho equivocado. Estoy a tu lado, nena. —Utilicé
su agarre sobre mi camisa para tirar de ella para acercarla—. No vas a ir
allí.

—¿Por qué? —Alzó la vista y su dulce rostro me robó el aliento.

—Porque sí. Tu hermano tomó una droga y tuvo una sobredosis.


No hay ninguna razón para revivir esa mierda.

—La puta con la que se casó lo mató.

—¿Y estás segura de eso?

—Sí. Solo necesito pruebas.

185
Logan Chase Tóxico

—No hay manera de que la chica drogara a tu hermano. Acabas de


decir que él tomó la píldora.

—Ella le obligó.

—¿Estás segura de eso? —Necesitaba comprobarlo. Por la


expresión de su rostro, me estaba diciendo malditamente mucho. Yo
podía conseguir que Ashley estuviera fuera del apartamento esta noche
y mantenerla conmigo para garantizar la seguridad de Jenna. No había
forma de que la linda chica presionada contra mi pecho pudiera
encontrar algo.

Darek se suicidó. No importa como alguien lo mirara. El cabrón se


tomó las tres píldoras. Punto. Fue el único asesinato del que estábamos
limpios. Me sentía como una mierda por estar involucrado, pero no elegí
al cabrón, no me casé con él, y no lo drogué. Estaba limpio en este caso.

Más o menos.

—Vete a la mierda. —Su expresión se endureció—. Necesito que


alguien me crea. Para ayudarme, y pensé que serías tú. —Se acercó y me
dio una bofetada en la cara mientras gruñía en mi pecho.

—No me pegues.

—No te preocupes. No estaré a la distancia de golpearte. Gracias


por el apoyo. —Se giró y caminó hacia la puerta, secándose la cara por lo
que podía decir.

—Joder, Jenna. Espera. —Caminé detrás de ella, solo para ser


detenido por uno de los chicos del primer nivel.

—Amigo. Te necesitamos. Alguien se está volviendo loco por el


Zandra y no puedo encontrar a Fredrick.

186
Logan Chase Tóxico

—Mierda. No este lío de nuevo. —Me volví y corrí detrás del chico,
sacando mi teléfono y enviando un mensaje de texto a Ashley para que
fuera al club. Necesitábamos hablar.

Dejé escapar un suspiro de alivio mientras trotaba por las escaleras


a la planta baja, y mi teléfono pitó.

Ashley: ¿Hablar? ¿Follar? ¿Pelear? Necesito todo de ti.

Lo que sea. Mientras estuviera viniendo al club, Jenna estaría


segura.

187
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veinte
Jenna
Que se joda. Él no era en absoluto el chico que pensé que era, o tal
vez era exactamente quien yo pensaba que era.

Saqué mi teléfono del bolso y llamé a Grace. Me respondió al primer


tono. Gracias a Dios.

—Hey. ¿Dónde estás? No he tenido noticias tuyas en unos días.

—Estoy saliendo de Kadia. Acabo de pelearme con Nate, y te


necesito. Odio arrastrarte en medio de esta mierda, pero iré a casa de
Darek. ¿Puedes venir conmigo?

—Sí. Claro. —Sonaba insegura.

—A menos que esté interrumpiendo algo. ¿Dónde estás?

—Todavía estoy en la biblioteca. —Bostezó ruidosamente.

Subí a mi coche y lo arranqué antes de ponerme el cinturón de


seguridad.

—¿Qué? Creí que tu turno terminaba a las tres los jueves.

—Sí, pero acepté un turno de uno de los chicos porque Erik estaba
escondido en el piso de arriba, y quería mirarlo un poco más.

—¿Erik?

—¿El chico malo? —Bufó y se rió.

188
Logan Chase Tóxico

—Oh, mierda. —Fruncí mis labios y me dirigí hacia la biblioteca


pública—. ¿Puedo recogerte allí? ¿Acabas pronto?

—Oh, sí. El lugar lleva cerrado durante una hora, pero le dije que
podría quedarse hasta que yo terminara.

—Mantenlo allí. Por favor.

—¿Qué? —La voz de Grace se contrajo fuertemente.

—Mantenlo allí. Necesito su ayuda. Tal vez. —Bajé una de las calles
más concurridas del centro y maldije mientras Grace buscaba su
respuesta.

—¿Cómo lo mantengo aquí? —Su voz tembló.

—No sé. Habla con él. Actúa como si las malditas puertas
estuvieran cerradas. Necesito diez minutos para llegar allí, Grace.
Necesito hablar con él.

—Está bien. De acuerdo. Lo intentaré. Date prisa.

Acabé la llamada y apreté el claxon como si solo el sonido pudiera


despejar el camino. Mi corazón me dolía en el pecho porque Nathaniel no
quería ayudarme. O por no creerme.

Estaba sola.

—¿Qué hay de nuevo en eso?

El camino se despejó unos minutos más tarde y suspiré aliviada y


corrí hacia la biblioteca. La hermosa estructura estaba iluminada, con
aspecto majestuoso mientras aparcaba al lado y salía del coche.

189
Logan Chase Tóxico

Cerré el coche extendiendo mi mano por detrás de mí y corrí hacia


la puerta, con mi mano libre sacando el móvil. Le envié a Grace un texto
para decirle que ya estaba allí, y esperé fuera, marcando el paso por
delante de la puerta principal.

—Hey. Estoy aquí. Las puertas principales están cerradas. —Me


hizo señas para que me uniera a ella.

—Hey. Lo siento por todo esto. Necesito contarte todo. —Corrí hacia
ella, y me deslicé en la calidez de la biblioteca. No me había dado cuenta
del frío que hacía fuera hasta que íbamos caminando por los pasillos
hacia el ascensor.

—Está bien, entonces, desembucha todo. —Puso sus manos sobre


sus caderas—. ¿Has estado llorando?

—Sí, pero eso no importa. Recibí una carta de Darek en el correo.

Sus ojos se desencajaron.

—Explícate.

—La envió el día en que murió. Sabía que algo estaba pasando y
me dio las contraseñas de sus archivos personales para que pudiera
revisar las conversaciones que tuvo hasta ese día.

—Santa mierda, Jenna. ¿Se lo has dicho a tu padre?

—No. —Extendí la mano y tiré de su pelo—. No quiero que se


involucre mi padre. Si alguien mató a Darek, y está en una posición tan
alta en la ciudad como lo está él, ¿por qué habrían de perdonar a mi
padre? No. Voy a ocuparme yo misma de esto.

190
Logan Chase Tóxico

—Espera. ¿Te vas a ocupar de esto? —La puerta se abrió y me


agarró cuando traté de atravesarla.

—Voy a ir allí esta noche. Tengo que conseguir su ordenador


portátil para poder revisar los archivos. Sé que Denise estuvo involucrada
en su muerte, Grace. Mi hermano no pudo suicidarse.

Me soltó y nos volvimos y gritamos cuando una figura oscura salió


de las sombras. Erik.

—Lo siento, no me di cuenta de lo tarde que era. —Miró de mí a


Grace y sonrió—. Tienes que decirme si estoy incumpliendo las reglas.
Está en mi naturaleza hacerlo.

—Está bien, no te preocupes por…

La corté.

—Erik. Necesito tu ayuda. —Me moví hacia él mientras se ponía


rígido.

—¿Cómo sabes mi nombre? —Su ceja se levantó.

—Mi padre es el fiscal de la ciudad de Nueva York. Sé mucho de ti.


—Me detuve frente a él y miré su hermoso rostro con lo que rezaba que
fuera una expresión suplicante—. Por favor, necesito tu ayuda.

—Me encanta ayudar a una mujer bonita, señorita, pero ser la hija
del Fiscal no significa exactamente ningún punto extra para mí. Tu
puñetero padre ha estado tratando de acabar con mi familia desde hace
años. ¿Por qué diablos podría ayudarte?

191
Logan Chase Tóxico

—¿Y si pudiera eliminar algunos archivos del sistema? El


ordenador de mi padre es completamente accesible desde su biblioteca.
Él no sospecharía de mí.

Me miró estrechamente mientras Grace se ponía a mi lado y me


agarraba el brazo.

—¿Qué estás haciendo ahora mismo? No puedes eliminar archivos


de la biblioteca de tu padre. Debe haber copias de seguridad y cosas por
el estilo.

—Tiene razón. —Erik miró a Grace—. Pero un virus bien plantado


ayudaría mucho.

—¿Podrías conseguirme ese virus? —Mantuve mis ojos en mi


objetivo. No tenía que resolver esto sola. Erik me ayudaría. Tenía algo que
él quería. Una lástima que Nate no sintiera lo mismo.

—Puedo. —Se lamió los labios e inclinó la cabeza un poco,


pareciendo como el pecado encarnado—. ¿Con qué quieres ayuda, Jenna
Webb?

Me puse rígida, aunque debería haber sabido que él sabía quién


era yo. Todos lo hacían.

—Mi hermano fue asesinado el pasado fin de semana. Quiero…

—Tu hermano se suicidó. He visto los archivos. —Cruzó los brazos


sobre su enorme pecho y Grace suspiró, y se alejó.

—Voy a cerrar todo. No te vayas sin mí.

192
Logan Chase Tóxico

—No lo haré —murmuré agradecida de que nos diera a Erik y a mí


un minuto a solas—. Él no haría eso. Si sabes algo de mi familia, sabes
que Darek era el orgullo y alegría de mi padre. No se suicidaría.

—De acuerdo. Entonces, ¿quién le alimentó con la droga sexual,


chica? Tres de esas perras y tu corazón se detendrá. —Me miró con una
intensidad que rivalizaba con la de Nate.

—No lo sé, pero apostaría que fue su maldita viuda. Algo está mal
con ella.

Asintió.

—Muy mal. Su último marido también murió. No hace ni cuatro


años. Me parece muy sospechoso.

—¿Qué? —El shock me atravesó—. Ella no había estado casada


antes.

Él chasqueó su lengua con los dientes.

—No pongas en duda mis datos, Jenna. Dime lo que quieres de mí


para este quid pro quo. Cuidas mis necesidades, y me encargaré de las
tuyas.

Su frase era demasiado sexual, pero tal vez era solo yo. Estaba
abrumada por este acercamiento.

—Mi hermano dejó un ordenador portátil en su casa y me dio la


contraseña.

—No es necesaria.

—¿Qué? Sí nos hace falta. Debe haber pruebas que…

193
Logan Chase Tóxico

—No las necesitamos. Ella lo mató. Así de simple. Es una viuda


negra.

Presioné mis manos a mi cara y respiré lentamente.

—¿Cómo sabes eso?

—Lo sé todo, señorita Webb. ¿La quieres muerta? ¿Es ese el saldo
final? ¿O quieres que las evidencias sean entregadas a la puerta de tu
casa?

—Quiero las dos cosas. —Arrastré mis dedos por mi cara—. Por
favor.

—Claro. Parece factible si estás realmente dispuesta a freír los


archivos de tu padre para mí y los míos.

—Para ti. No para el resto de tu familia. —Negué con la cabeza.

—Bastante fácil. —Se encogió de hombros—. Dos cosas. ¿Qué son?

—Obtén la evidencia de que ella le forzó a tomar las drogas de


alguna manera y acompáñame cuando la mate.

Él bufó.

—¿Vas a matarla, chica?

—Sí. —Asentí, plenamente consciente de que mi vida cambiaría


para siempre, pero no podía dejar que limpiara el desorden. Ella mató a
mi hermano y destruyó a mi padre. Necesitaba cerrar el episodio. Incluso
si me cambiara para siempre.

194
Logan Chase Tóxico

—Me estoy poniendo duro solo de pensarlo. —Se lamió los labios
de nuevo y sonrió—. Trato, Jenna Webb. Emparéjame con tu bonita
amiga cuando todo esto termine.

—Joder, no. Emparéjate tú mismo. —Me volví cuando caminó


delante de mí y se reía por lo bajo. Grace nunca sobreviviría a alguien
como él.

—Espera oír de mí este fin de semana.

—Espera. Necesitas la contraseña del equipo de Darek.

—No, no lo hago.

Me quedé allí en la oscuridad, mirándolo marcharse hasta que


Grace corrió hacia mí.

—¿Qué me he perdido?

—Nada. Todo. —Me giré hacia mi mejor amiga—. ¿Todavía me


querrías si matara a alguien?

—¿Sería un accidente?

—No.

—¿Se lo merecían?

—¿Alguien merece morir? —Alcancé y pasé mi mano hacia abajo


por su brazo.

—Sí, algunas personas lo hacen. —Miró sobre su hombro—.


Awww… ¿me perdí que él se fue?

—Sí, pero aléjate de él, Grace. Es un chico realmente malo.

195
Logan Chase Tóxico

—Me doy cuenta de ello. Es su nombre el que grito cuando me


masturbo.

—¿De verdad? —La miré y negué con la cabeza al ridículo vestido


rosa que llevaba—. Me estás matando con esto.

—Hablando de matar… ¿a quién tenemos en lontananza?

—¿Nosotras? A nadie. —Me detuve y miré alrededor—. No voy a


dejar que te involucres.

—No tienes elección. A dónde tú vas, yo voy.

Asentí, mientras la emoción me ahogaba. Por supuesto, mi mejor


amiga estaba dispuesta a ayudarme. Nate no lo estaba. Mi hermana no
lo haría. Pero Grace… Siempre podría contar con Grace.

No importa lo que pidiera.

196
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintiuno
Nate
Dos días después

Asomé mi cabeza a la sala de estar para ver cuál de las dos


personas que tenían llave de mi casa había entrado sin invitación.

Mikey.

—¿No puedes maldita y simplemente llamar? —Lo miré. Había


pasado dos largos días intentando que Jenna me hablara e intentando
contentarla. Parece que nunca fue a lo de Ashley el jueves por la noche
porque fui allí a ver después de que Ash vino.

Pasamos la noche en el sofá haciendo gilipolleces hasta que se


intentó poner en mi regazo. Estuvo menos que feliz cuando le negué un
largo paseo en mi pene, pero en lo que a mí respecta, mi cuerpo pertenece
a una mujer.

Lástima que ella no estuviera interesada en su servicio en ese


momento.

—¿Desde cuándo llamo? No soy la policía. —Mikey cerró la puerta


y me siguió a la cocina—. ¿Dónde has estado? ¿Trabajando y esa mierda?

—Eso y durmiendo. —Caminé hacia la nevera y saqué una cerveza.

—Sabes que la mayoría de las personas toman café o té caliente


por la mañana.

197
Logan Chase Tóxico

—Cierto. Bueno, yo no soy un hipster16 ni una vieja, así que


inténtalo de nuevo. —Me volví hacia él y tragué la cerveza.

—¿Qué está pasando con Jenna y Ashley? ¿Ya has decidido que
vas a hacer?

—No voy a matar a Jenna. Eso lo sé muy bien. —Me encogí de


hombros y eructé ruidosamente—. No puedo hacérselo a Ash tampoco,
hombre. Ella ha estado de mi lado a través de cada cosa de mierda en mi
vida. Simplemente necesito desparecer.

—¿Y dejar que se maten la una a la otra? —Cruzó los brazos sobre
su pecho—. Eso suena como algo muy masculino que hacer.

—A la mierda también, Mikey. —Pasé por su lado y levanté mi


teléfono que zumbaba sobre la mesa—. Maldita sea. ¿Esa perra ya está
llamándome por la mañana? ¿Y ahora qué?

—¿Ashley? —Mikey se dejó caer en la silla junto a la cama.

—Sí. —Presioné el botón de hablar y puse mi teléfono en el oído—.


Soy Nate. ¿Qué pasa?

—Alguien robó el ordenador de Darek anoche, Nate. ¿Sabes algo


sobre eso? —La voz de Ashley era fría como una piedra. Solo la había oído
sonar así un par de veces, y ninguna de ellas resultó bien para cualquier
persona involucrada.

—No. ¿Estás segura de que no lo hiciste desaparecer en una juerga


ebria de limpieza? —Me senté en el sofá y tomé otro trago de mi cerveza.

16
Cultura urbana caracterizada por adoptar un estilo de vida con gustos e intereses
asociados a lo vintage, lo alternativo y lo independiente. Están en contra de las
convenciones sociales y rechazan los valores de la cultura comercial predominante en
favor de culturas populares locales.

198
Logan Chase Tóxico

—No es gracioso. Darek guardaba todo en su ordenador. Me


explico: todo. Lo necesito de vuelta. Tiene los códigos de nuestras cuentas
bancarias y los documentos del seguro.

Eso captó mi atención.

—¿No tienes cámaras alrededor de tu casa? Parece algo que


podría…

—Sí. Ese es el problema. El hombre que robó mi equipo no es


alguien con el que quisiera meterme ni en un millón de años.

La confusión rodó sobre mí.

—¿De quién estamos hablando, Ash?

—Erik Bertinelli. ¿Por qué estuvo en mi casa anoche? ¿Qué diablos


estás tramando, Nate?

—Nada. No he enviado a ese idiota allí. —Me senté recto mientras


mi pulso se aceleraba. ¿Por qué carajo estaría Eric en nuestra mierda?—
. Estoy jugándome una gran suma de dinero en esto, Ash. ¿Por qué lo
estropearía? No tiene ningún sentido.

—Solo dos personas habrían enviado a ese frío cabrón a mi casa


mientras estaba durmiendo.

—Bien, pero yo no soy una de ellas. —Me levanté mientras mis


pensamientos se dispersaban en un millón de direcciones. ¿Quién
demonios habría enviado a Erik a la casa de Ashley, y qué quería del
equipo de Darek? Mierda. ¿Jenna? De ninguna manera.

—Es tu mejor amigo desde la escuela primaria, Nate. Tal vez


quisiste conseguir los códigos tú mismo y sacarme del proyecto.

199
Logan Chase Tóxico

—No he hablado con él en años, y lo sabes. Además, si quisiera el


maldito ordenador, habría ido allí, te habría follado, drogado y me habría
llevado la maldita cosa. No necesito a un sicario para que lo robe por mí,
Ash. Utiliza tu bonita cabeza rubia y piensa.

—Entonces fue Jenna, que todavía sigue siendo tu puto problema.


Recupera el ordenador. Ahora. Y pon una bala en su jodida cabeza antes
de que lo haga yo.

Cada músculo de mi cuerpo se tensó.

—No la toques, Ash. Ella es una mina de oro, y no voy a tenerte


jodiéndolo. Nos implicarás a los dos. Solo relájate y haré una visita a
nuestro viejo amigo para ver qué está pasando.

—Haz eso. Estoy en guardia contra todas tus zorras en este


momento. Especialmente tú. Imbécil.

—Siento que lo sientas así, muñeca. Estaré en contacto. —Corté la


llamada y bajé la mirada a Mikey—. Erik Bertinelli se llevó el ordenador
portátil de Darek de casa de Ashley mientras ella dormía anoche.

—¿Y dejó que lo vieran en la cámara?

—Oh sí. Estoy más que seguro de que quería que eso sucediera.

—¿Cómo? —Mikey bufó—. ¿Por qué carajo querría eso?

—Para enviar un mensaje. Cuando los Bertinelli se involucran, la


muerte está pronto a seguirlos.

—Claro, o que él quiere que vayas a verlo. Quizás entienda a qué


te estás enfrentando.

200
Logan Chase Tóxico

—No necesito la ayuda de Erik, Mikey. Es un bastardo que apuñala


por la espalda. Mis días de cubrir su culo han terminado.

—Probablemente él sienta lo mismo. —Mikey se encogió cuando le


rugí.

—Permanece fuera de ello.

Levantó sus manos.

—Ningún problema, pero tienes que ir a verlo. No puedes proteger


a la mujer que amas cuando eres el único ser enviado para matarla. Las
matemáticas no funcionan, hombre. Te lo juro.

Tenía razón. Que me jodan. Él tenía razón.

****

Decidí renunciar a la visita de Erik por el momento. Encontrarlo en


las calles o conseguirlo solo era una mala idea. Nuestro último cara a
cara tuvo a nuestras pistolas fuera y algunas palabras desagradables
entre nosotros. Quería que me instalara en la familia Bertinelli y yo no
podía vivir esa vida.

Puede ser que te den la bienvenida a través de la puerta de entrada,


pero no hay salida una vez que pasas. Joder. Necesitaba saber que mi
vida era mía. Erik había puesto su trasero en línea con su padre para
conseguirme una posición. Él que yo me rehusara fue un gran jodido
trato.

—Una lástima, zorra. —Entré en Kadia y saqué mi móvil,


comprobando si mi mujer había terminado de estar enfadada conmigo.
Tenía otra noche a solas antes de que yo apareciera en su puerta y me
forzara en ella.

201
Logan Chase Tóxico

Ella me pertenecía. De alguna manera se había olvidado de esa


mierda.

—Maldita sea —murmuró uno de los chicos a mi lado mientras


algunos de sus amigos empezaban a silbar.

Me volví para ver a una mujer bonita caminar hacia la pista de


baile, alrededor del borde, y se me heló la sangre. Esa no era solo una
mujer. Era mi mujer.

—Hey. Cuida tu puta boca. —Le di la espalda al tipo más cercano


y caminé hacia la pista de baile mientras Jenna se tiraba fuera de los
brazos de un chico grande. Ella se apartó, pero él no estaba
comprendiendo nada de eso—. Chica equivocada, gilipollas.

Lo agarré de la parte delantera de su camisa y le reventé tres veces


a la cara antes de volverme hacia ella y gruñir.

—¿Qué diablos crees que estás haciendo, vestida así?

Su ajustado vestido negro dejaba poco a la imaginación, y todo lo


que podía ver era rojo. Había venido a enseñarme una lección, o al menos
eso pensaba. La broma pronto estaría sobre ella.

—No eres mi dueño, Nate. Has hecho tu elección. —Retrocedió


cuando extendí la mano hacia ella.

—Jenna. No estoy jugando en este momento. Hay muchas cosas en


juego. No hice ninguna elección distinta a ser tu hombre. Contrólate en
esto. —Alcancé hacia ella de nuevo, y el tipo retrocedió en mi camino, su
rostro ya estaba roto de nuestro primer encuentro.

—Oye. La mujer dijo que no, gilipollas. —Alcanzó hacia mí y le di


una palmada en la mano.

202
Logan Chase Tóxico

—Voy a romperle el cuello a ese pobre chico porque querías


rechazarme por no apoyarte en lo de tu hermano. ¿Realmente es así como
vamos a hacer esto? —Eché un vistazo alrededor del tipo y miré a los ojos
de mi chica—. No dije que tu hermano no se suicidase. Simplemente no
quería que corrieras peligro. Joder, demándame por cuidarte.

El hombre lanzó un puño hacia mí, giré a su alrededor y bloqueé


su propio brazo alrededor de él, comenzando a ahogarlo lentamente.

—Nate. Basta. Mierda. Para. —Extendió la mano y tocó mi brazo,


suplicándome con sus grandes ojos marrones—. Por favor.

—Sube las escaleras conmigo y deja de hacer esta mierda. No soy


el hombre para jugar estos trucos, niña.

Asintió.

—De acuerdo. Sí. Simplemente déjalo ir.

Le liberé y pateé su culo grande fuera de mi camino antes de


agarrarla y echarla sobre mi hombro. La agarré fuerte y seguí mi camino
hacia las escaleras.

—Voy a arrasar tu culo cuando estemos en algún sitio privado.


¿Cómo te atreves a venir aquí con ese aspecto? Dejar que otros hombres
te toquen. No tienes una puta idea de con quién estás tratando, mujer.
—Empujé a un chico de mi camino y salté en mi oficina antes de dejarla
en el suelo—. Y no trates de salir de esta mierda. Te he echado tan
malditamente tanto de menos. Lo siento…

—Corta la mierda ya. —Vino a mí más rápido de lo que esperaba


que pudiera y se presionó contra mi pecho, medio trepando sobre mi
cuerpo—. Te odio, tanto.

203
Logan Chase Tóxico

La agarré y giré, empotrándola contra la pared mientras consumía


su boca con un beso ardiente. La perra necesitaba saber quién estaba a
cargo. Era yo. Siempre sería yo.

Agarrándole el pelo con fuerza, le eché la cabeza a un lado y le lamí


la larga columna de su cuello.

—Me amas, Jenna. No me odias. No te rechacé, nena. Deja de ser


una perra.

—Me rechazaste. —Su voz se quebró, el sonido de su dolor disparó


un cuchillo en el centro de mi pecho—. Me dejaste parada allí sola cuando
más te necesitaba. No tuve más remedido que conseguir a alguien que
me ayudara.

Erik. Joder. Mi chica estaba envuelta con Erik. No era bueno.

—Silencio. Ya es suficiente. —Agarré su falda y tiré de ella antes de


llevarla hacia el sofá y acostarla abajo. Yo mismo me puse encima de ella
y la besé unas cuantas veces, lentamente—. No tengo un condón aquí.

—Entonces no vas…

—Sí, voy. —Pasé mi nariz por el costado de su cuello y alcancé entre


nosotros, tirando de sus bragas a un lado y sumergiendo mis dedos en el
desastre húmedo entre sus muslos—. Viniste aquí con la intención de ser
follada. Es mejor que fuera por mí, Jenna. O mataría a cada hijo de puta
de este lugar.

—Por supuesto que eras tú. —Me agarró la cara con ambas manos
y me arrastró hasta mirarla a los ojos—. Necesito tu ayuda. La esposa de
mi hermano lo mató. Por favor, Nate. No quiero que nadie salvo tú me
ayude.

204
Logan Chase Tóxico

Besé su palma y alcancé entre nosotros, liberando mi pene de mis


pantalones.

—Estoy aquí. No me iré a ningún lado.

Gimió ruidosamente y arqueó su espalda mientras me hundía


profundamente dentro de ella.

—Hazme el amor —me susurró al oído.

—Sí —l respondí y deslicé mis manos para ahuecar su culo


suavemente mientras trabajaba dentro y fuera de su cuerpo líquido
caliente. El sonido de sus gemidos en mi oído trabajó conmigo y rápido—
. Quiero ver tus tetas, Jenna.

Se esforzó para quitarse su vestido, arrastrando el sujetador con


ello, mientras sus grandes pechos rebotaban, sus pezones brotaban y se
ruborizaban de rosa.

—Hermosos —susurré y me incliné para chupar uno de ellos en mi


boca profundamente. Se corrió fuerte, mojando mis dedos mientras
extendía su culo un poco más y metía un dedo en ella mientras mi pene
la extendía abierta durante la siguiente hora.

Colapsé después de correrme, y me acunó contra su blando cuerpo.

—Por favor, ayúdame. Todo lo que tengo es a ti y a Grace. Ella no


es capaz de…

—¿Me amas? —Tenía que escucharlo directamente.

—Sabes que sí.

Pasé mi mano por su pecho y apreté suavemente su garganta.

205
Logan Chase Tóxico

—Dilo entonces. Si lo has sentido durante el último año, ¿por qué


coño no lo dijiste?

Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus labios temblaron.

—No sabía si tú me lo dirías también. Tenía miedo. Todavía tengo


miedo.

—No lo tengas, Jenna. Solo dilo para mí. —Me incliné y le aparté el
pelo antes de besar el costado de su boca. Estaba perdido por ella. Tan
enamorado que me dolía pensar en apartarme de encima de ella. La
necesitaba en mi vida. La quería justo a mi lado.

No me amaría si supiera…

—Te amo —susurró contra mi cuello y me abrazó con fuerza—.


Quiero pasar mi vida a tu lado. Debajo de ti. Te necesito tanto ahora. No
soy una asesina, Nate, pero se tiene que hacer justicia.

—¿Y sabes que esa chica lo hizo? —Me volví para mirarla.

—Sí —habló con claridad. Con convicción.

—También te quiero, nena. —Lamí sus labios—. Entonces la chica


tiene que morir. Dame la información y me ocuparé de ella.

206
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintidós
Jenna
—Oye. ¿Estás bien? —Mi padre me miró al día siguiente en la
iglesia. Pocas veces iba, pero mi hermana me había enviado un mensaje
de texto la noche anterior y me hacía saber que mi padre no lo estaba
llevando bien.

—Oh, sí. Simplemente perdida en mis pensamientos. —Deslicé mi


brazo en el suyo y me incliné, presionando mi mejilla contra su fuerte
hombro como solía hacerlo cuando era pequeña—. Te quiero.

—Yo también, nena. —Ahuecó mi cara y besó la parte superior de


mi cabeza—. No estás haciendo nada peligroso, ¿verdad?

Giré mi rostro hacia él y sonreí socarronamente.

—Define peligroso.

—Perdí a Darek porque estaba investigando algunas cosas para mí,


Jenna. No puedo perderte a ti también. Vuelve a casa donde pueda
protegerte. Por favor. —Sus ojos suplicaban la petición, pero no había
manera de que pudiera renunciar a mi libertad.

—¿Qué estaba investigando? —Miré hacia el frente mientras el


pastor volvía de regreso a la parte delantera de la iglesia.

—Hablaremos en un minuto. —Mi padre volvió su atención al frente


mientras mi mente se volvía loca.

Me contuve y esperé hasta que terminó el servicio para llevar a mi


padre a un lado.

207
Logan Chase Tóxico

—Hablemos ahora.

—Muy bien. Iremos juntos al restaurante. —Me ofreció su brazo—


. Tu madre puede ir con Kayla y su novio.

—¿Te gusta él? —Miré hacia atrás para ver a mi hermana y a su


novio riendo. Mi madre parecía una estatua inflexible, pero eso era lo
habitual. Las personas ricas no sonreían. No todo el tiempo como los
plebeyos.

—Sí. Es un tipo aficionado a la tecnología. Me ayudó a arreglar mi


ordenador en mi oficina con un nuevo cortafuego, la semana pasada. Te
sorprendería saber cuán a menudo alguien intenta piratear mi sistema.

La culpa pasó por encima de mí.

—¿Entraron?

—No, pero eso no significa mucho. Solo necesito vigilar más de


cerca las cosas. Perder a Darek lo afectó todo un poco. A todos nosotros.
—Abrió la puerta de mi lado del coche y entré, y me abroché el cinturón.

Esperé a que arrancara el coche y se alejara de la iglesia para


acribillarlo a preguntas.

—Papá, ¿en qué estaba trabajando Darek para ti?

—Hay un viejo caso de asesinato de hace cuatro años que siempre


me atormentó. —Se encogió de hombros—. Era un viejo amigo con el que
me distancié después del colegio. Uno de mis primeros clientes cuando
era un abogado.

—¿Fue asesinado?

208
Logan Chase Tóxico

—Sí. A sangre fría. —Las manos de mi padre se apretaron alrededor


del volante, como lo evidenciaba el fuerte crujido del cuero—. Nunca
atraparon al tipo, pero sé que había más que eso. Su nombre era Jack.

—¿Qué más había allí, era eso lo que Darek estaba buscando?

—Sí, tu hermano me estaba haciendo un favor excavando todo de


nuevo. —Mi padre se acercó y encendió el aire acondicionado aunque
comenzaba a hacer frío fuera—. Toda su herencia, cerca de cuarenta mil
millones de dólares fue a su esposa. Su nueva esposa. Estaba mal.
Honestamente, simplemente repugnante. Habían estado casados
durante dos años, pero el triste bastardo lo legó todo a la chica.

—¿La chica? —Mi estómago se heló—. ¿Una cazafortunas?

—Más como una seria sepulturera, pero sí. Justo después de


casarse, todo el dinero pasó de su ex esposa y sus tres hijos a esa mujer.
Dos años más tarde… estaba muerto. Estrangulado hasta matarlo y
luego con un disparo en la cabeza.

—¿Por qué iba a hacer alguien ambas cosas? ¿Qué hay sobre las
huellas dactilares?

—Guantes. Esos tipos sabían lo que estaban haciendo en algunos


aspectos y no en otros. —Suspiró y giró hacia la autopista—. Ellos se
hicieron descuidados. Disparar a Jack era la mejor opción, ¿pero
estrangularle primero? Solo alguien en un arrebato de ira haría eso, y la
gente enojada no es capaz de razonar. Están perdidos en su propia
adrenalina.

—¿Cuál es la causa? ¿Por qué alguien lo mataría?

—¿Un crimen pasional? ¿Crimen por odio? —Miró a través de mí—


. Supongo que fue por el dinero, pero quién lo mató, fue violento.

209
Logan Chase Tóxico

—¿Entonces piensas que la conexión entre la muerte de Darek y él


trabajando en el caso es algo que deberíamos estudiar?

—No, en absoluto. Su esposa era una encantadora chica hispana.


Desaparecida de la faz de la tierra. —Mi padre se encogió de hombros—.
Y el caso de tu hermano está siendo tratado como un suicidio. El caso
está cerrado.

—¿Qué? Darek no haría eso. —Me puse rígida en mi asiendo.


¿Dónde diablos estaba Erik con sus pruebas? Tan pronto como las
tuviera en mis manos, podría llevarlas a Nate y conseguir su ayuda para
ocuparnos de Denise. ¿Realmente quería que Nate matara a alguien?
¿Qué pasaba si lo atrapaban? Quizás era una mejor opción dejar que lo
hiciera Erik.

No. Él querría algo más de mí. Lo haría yo misma. No. No era ese
tipo de mujer. Me acobardaría. Sin lugar a dudas.

Salí del coche y seguí a mi padre al restaurante, caminando justo


por detrás de él para verle rodando sus hombros. Estaba perdido sobre
qué hacer a continuación, no siendo para nada como era él
habitualmente.

—¿Por qué mencionaste a Jack hoy, papá? —Me detuve en la


puerta del restaurante mientras la mantenía abierta para mí.

—Por eso, nena. De manera similar a como no logré encontrar y


llevar a la justicia al asesino de mi viejo amigo, parece que con tu
hermano sucederá lo mismo. Quizás debería colgar mi sombrero. Darek
era una de las personas más importantes en el mundo para mí, y le he
fallado. —La voz de mi padre se rompió.

210
Logan Chase Tóxico

Extendí la mano y tiré de él en un abrazo, metiéndome bajo su


barbilla.

—Todo se arreglará, papá. La luz encontrará su camino en la


oscuridad. Te lo prometo.

—Eso espero. Estoy perdiendo la fe en todo, especialmente en mí.


—Me besó la cabeza y me dio unas palmaditas en la espalda—. Vamos.
Denise ya está esperando dentro. Sé amable con ella. Sé que no te gusta
especialmente, pero…

—¿Qué? No. No puedo, papá. Ella tiene algo que ver con…

—Hola, Paul. Jenna. —Denise salió del pasillo abierto junto a


nosotros y se atusó su pelo rubio.

—Denise. Es bueno verte, querida. —Mi padre le dio un abrazo


mientras me daba media vuelta y caminaba hacia el centro del
restaurante.

Estaba casi mareada mientras la ira se bombeaba a través de mí.

—Es justo aquí. —Sonrió mientras se sentaba frente a mí en la


mesa—. Siéntate, Jenna. Es bueno verte. ¿Has estado muy ocupada?

—Siempre. Tengo un montón en mi lista de cosas por hacer. —Me


senté y clavé mis ojos en ella—. Todavía estamos en la agonía de buscar
al asesino de mi hermano. ¿Tienes alguna idea?

—Jenna. Vamos, ahora. —Mi padre se sentó a mi lado y me tocó la


parte superior de la espalda—. Denise, ¿cómo es que tu amigo te trajo el
otro día? ¿Cuál era su nombre, por cierto?

Ella apartó brevemente la mirada de mí.

211
Logan Chase Tóxico

—Es Nate.

Un escalofrío corrió por mi espalda, pero lo descarté.

—¿Me enseñas la foto de ese amigo? Realmente estoy en el


mercado.

—¿Jenna? Por Dios. —Mi padre sacó su teléfono del bolsillo y se


levantó—. Denise, lo siento. Está sufriendo por haber perdido a Darek.
Todos lo estamos. Estoy seguro de que lo entiendes.

—Absolutamente. No he dormido en semanas. —Le dio a mi padre


una dulce sonrisa y volvió su atención hacia mí mientras él se iba—.
Estás jugando a un juego peligroso, niña.

—¿Lo estoy haciendo? ¿Qué juego sería? —Nate. ¿Sabía ella de mí


y Nate? Seguramente no. Las cosas no podían terminar así de retorcidas,
¿verdad? De ninguna manera. Ni en un millón de años.

—No estoy haciendo esto contigo, Jenna. No maté a tu hermano.


Lo amaba.

—Mientes perra. —Tomé la cesta de las patatas fritas que había


entre nosotras y se la arrojé—. Averiguaré todos los detalles de lo que has
estado haciendo y cuando lo haga, te juro por Dios que llamarás a la
policía para pedir ayuda para protegerte de mí.

—Una promesa tan fuerte para una niña tan débil. —Sacó su
teléfono y presionó algunos botones, ignorando los trozos de patata en su
regazo. Giró el móvil para que estuviera frente a mí—. Aquí está Nate. ¿Te
parece familiar?

212
Logan Chase Tóxico

Agarré su móvil mientras la bilis subía por mi garganta. Nathaniel.


Mi Nate. De ninguna manera. ¿Estaba él implicado también? ¿Lo había
enviado ella detrás de mí? ¿Para seducirme? ¿Para matarme también?

—Nunca lo he visto en mi vida. —Me encogí de hombros y le devolví


el teléfono—. Es lindo de ver, pero probablemente tiene un pene pequeño.
La mayoría de los chicos malos lo tienen. —Me levanté—. No voy a
compartir una comida con la puta que mató a mi hermano.

—No tienes ninguna prueba, niña.

—Todavía no, pero el fin de semana no ha terminado. —Agarré mi


bolso y caminé hacia la puerta. Cuando estuve fuera de su línea de visión,
me giré y corrí al baño, apenas metiéndome en un puesto antes de caer
de rodillas y vomitar mi almuerzo.

La foto de Nate no lo hacía cómplice. Quizás era inocente. Tal vez


ella se había enterado de lo de nosotros dos y estaba intentando
involucrarlo para que así no tuviera a nadie a quién acudir.

—O tal vez él es su amante y todos te la están jugando. —Me recliné


sobre mis talones y saqué mi móvil para enviarle un texto a Grace.
Necesitaba saber dónde estaba Erik. No recibí una respuesta inmediata,
pero podría coger un taxi y llegar a la biblioteca. Grace me ayudaría a
encontrarlo, y volvería al punto de partida.

No podía confiar en Nate hasta que supiera la verdad. Podía confiar


en Grace y en Erik. Tenía algo que el gánster quería. Algo que codiciaba.

—¿Dónde estás, Erik?

El sonido de la cerradura de la puerta hizo que mi corazón casi se


detuviera en mi pecho. Me levanté bruscamente y abrí la puerta,
preparándome para pelear con cualquiera que fuera necesario.

213
Logan Chase Tóxico

Erik estaba de pie con su espalda contra la puerta, con una sexy
sonrisa en sus labios.

—¿Me estás buscando?

—¿Trucaste mi teléfono? —Bajé la mirada al móvil.

—Por supuesto que lo hice. Estoy en la mafia, Jenna Webb. Es lo


que hacemos. —Caminó hacia mí, y me puse rígida—. Si quisiera hacerte
daño, estarías malditamente ensangrentada.

—Reconfortante. De verdad. —Alcancé y le quité el bolso—. ¿Es


este el ordenador?

—Por supuesto. —Asintió con la cabeza hacia la puerta—. Denise


mató a tu hermano. Todo está ahí. ¿Quieres que termine con ella?
¿Promesa número dos?

—No. Sí. —Alcancé y corrí los dedos por mi pelo—. No lo sé.

—Qué está pasando, Jenna. Pareces un poco sacudida.

—Ella me enseñó una foto de Nate.

—¿De quién?

—Su viejo amigo. Mi amante. Mi… mi novio.

Él sonrió.

—Estás dejando que ese coño corra en círculos a tu alrededor.


Crece y deja de inclinarte a cada frase que lanza. Mira las evidencias y
estaré en contacto. Lo hacemos el miércoles por la noche.

—¿Nosotros? —Mi voz no era más que un susurro.

214
Logan Chase Tóxico

—¿O prefieres que lo haga yo por ti?

—No. —Negué con la cabeza mientras el alivio inundaba mi


sistema—. ¿Estás insinuando que no conoce a Nate?

—Oh, ella conoce bien a Nathaniel, pero no es lo que estás


pensando.

—Entonces, ¿quién es él?

—Nadie que deba preocuparte. Solo mantén esto para ti. Mientras
menos sepa él… mejor. —Se giró y salió mientras estaba tratando de
recuperar el aliento, para procesar mis pensamientos.

¿Nate era uno de sus amantes? ¿Su compañero? ¿Qué me estaba


perdiendo aquí?, y más aún, ¿cómo podía averiguarlo?

No. No estaba involucrado. No podía estarlo.

215
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintitrés
Nate
No ver a Jenna en casi todo el día del domingo, casi me mata, pero
sabía que iba a pasar algún tiempo con su familia. Tuve que rezar para
que su visita no la pusiera cerca de Ashley. Seguramente Ash no saldría
con los Webb después de lo que hizo a Darek. Seguramente no.

Dormí la mayor parte del día y me levanté el lunes por la mañana


en el sofá, cubierto de sudor por una pesadilla que tuve.

Jenna había estado sobre mi cara, gritando a todo pulmón,


perdiendo su mierda. Había descubierto todo y no me dejó explicar por
qué o cómo yo estaba involucrado. No me escucharía.

—¿Qué diablos esperas, hombre? —Pasé las manos por la parte


superior de mi cabeza y cerré los ojos mientras me sentaba en el sofá,
inclinándome y goteando sudor—. Tu tiempo con esa chica casi ha
terminado. El amor no puede salvarte de lo que carajos eres.

—Nate. ¿Estás despierto, hombre? —Mikey—. Perdí mi jodida llave.

—¿La perdiste o se la diste al mejor postor? —Alcancé la puerta y


me detuve. Mikey no perdía nada. Jamás—. ¿Pasaste por la panadería
esta mañana por mí? No voy a dejar entrar tu culo gordo a menos que…

—Arándanos, amigo. Había salido por tu favorito. —Su voz era


tensa.

Mierda. Nuestra palabra clave era arándanos.

216
Logan Chase Tóxico

—Estoy desnudo, tío, con el pene colgando y todo. Déjame ponerme


unos pantalones. —Corrí hacia la habitación y me puse una camisa sobre
la cabeza antes de agarrar mi arma. Caminé hacia la sala de estar
mientras mi corazón se aceleraba. ¿Estaba Ashley realmente viniendo a
mi casa para amenazarme? Puta perra—. Ya voy. Yo…

—Ya estamos dentro, Nate. —Erik estaba detrás de Mikey, que


estaba sentado en su silla favorita. El arma que apuntaba en la parte
posterior de la cabeza de mi mejor amigo se levantó y Erik señaló para
que me sentara—. Toma asiento. Hablemos.

—Está bien, hombre. Solo deja a Mikey. Sabes que el gordo cabrón
no tiene nada que ver con todo esto.

—Naw… pero es dulce por tu parte sugerirlo. —Sonrió, el engendro


del diablo de pie en mi jodida sala de estar—. Él debe escuchar esto, ya
sabes, en caso de que necesites un testigo.

—De acuerdo. Claro. —Me senté y dejé mi arma en la mesa delante


de mí. Entrar en una pelea rápida con Erik Bertinelli era una situación
sin salida. No había forma de que saliera ganando.

—Dime cuáles son tus planes para la chica Webb. —Se movió
alrededor de Mikey y se sentó en la otra silla del salón antes de recostarse
hacia atrás. Verlo relajado y cómodo, mientras que tenía una pistola
apuntándome hizo que mi sangre hirviera. Lamentable pedazo de mierda.

—¿Por qué te importa? —Crucé mis brazos y me recosté.

—Porque se está haciendo importante para mí. Me gusta un poco.


Tiene ese lado travieso que alguien necesita…

Me levanté del sofá.

217
Logan Chase Tóxico

—Lo siento, hijo de puta. Sabes que estoy enamorado de ella. Di


una maldita cosa más y los dos estaremos muertos en este suelo.

Mikey se puso de pie, y Erik se irguió y levantó su arma hacia mi


cara.

—¿Enamorado de la chica a cuyo hermano mataste a sangre fría


por dinero? ¡Qué enigma! Parece ser tu MO17, ¿no? Lastimar a los que
están más cerca de ti.

—¿Esto es sobre nosotros, Erik? ¿Te involucraste en esta mierda


porque todavía estás dolido porque no me uniera a ti? Esto no tiene nada
que ver contigo. Olvídate como la mierda de todo. —Gruñí ruidosamente
y di un paso hacia él mientras, calmadamente, él quitaba el seguro del
arma.

Mikey se movió entre yo y la pistola, frente a mí.

—Para. Me preocupo demasiado por ti para ver qué consigas tu


cerebro salpicado por toda la jodida pared por una chica. Para.

—Muévete, Mikey. Esto no es solo sobre Jenna. Se trata de mi


maldita libertad. —Empujé a un lado a mi amigo—. Aprieta el gatillo o
vete como el infierno fuera de mi casa.

Movió el arma un centímetro hacia la izquierda y apretó el gatillo,


golpeándome la oreja con la bala. No me inmuté. Me rozó. Mikey cayó al
suelo, se hizo una bola y comenzó a gritar como una niña pequeña.

—No me digas qué carajos tengo que hacer. Ya no eres nada para
mí, Nate.

17
Modus Operandi.

218
Logan Chase Tóxico

—Fui como un hermano una vez. —Subí mi mano, y limpié la


sangre de mi oreja—. ¿Eso días se han ido todos ahora? ¿Un “no” y toda
la mierda que atravesamos forma parte del pasado? ¿Encerrado en el
espacio donde solía latir tu negro corazón?

—¿Qué vas a hacer con Jenna? Responde a la pregunta.

—No lo sé. No voy a lastimarla. —Tiré de la camiseta y la presioné


contra mi oreja mientras ignoraba el escozor—. No puedo lastimar a Ash
tampoco. Ha estado a mi lado desde que te fuiste.

Asintió y bajó la pistola.

—Ella me gusta.

—¿Jenna? —Incliné mi cabeza, evaluando al hijo de puta en lo que


podría ser su definición de “me gusta”.

—Sí. Tiene agallas.

—La tocas y te corto las pelotas. ¿Entiendes? —Entrecerré mis


ojos—. No vuelvas a ella. No te necesita. Me tiene a mí.

—Ella vino a mí, Nate. —Metió su arma en la parte posterior de sus


pantalones—. Es decir, porque no te tenía. No tiene a nadie para
ayudarla, así que decidí hacerlo.

—¿Qué está haciendo ella a cambio? —Mi estómago se tensó. De


ninguna manera habría ofrecido ayuda a mi chica para mantener su
pene.

—Nada que pudiera ofender o molestarte. —Caminó hacia la


puerta—. Prepárate para lo que se te viene encima. Va a ponerse bastante
feo antes de que mejore.

219
Logan Chase Tóxico

—¿Cómo es eso? —Me volví lentamente, no queriendo poner las


cosas fuera de nuevo. Casi había olvidado que Mikey estaba en el suelo
excepto por sus gemidos.

—Sabe que tú y Ash estáis conectados.

—¿Cómo es eso? —Me dejé caer en el sofá, increíblemente cansado


de repente. El dinero no significaba una mierda para mí aparte de su
capacidad para que me salvara de la pobreza, pero no necesitaba mucho.
La riqueza podía chuparme las bolas. Solo quería lo suficiente para cubrir
las facturas, conducir una moto decente, y llevar a mi chica a cenar fuera
de vez en cuando. Nunca quise volverme asquerosamente rico quitando
vidas y despojando a las familias de sus herencias. Pero paso a paso, una
decisión de mierda a una decisión de mierda, y estaba aquí ahora.

En un lugar donde alguien tenía que morir. Jenna o Ash.

—Ashley siempre ha sido una perra vengativa con una racha celosa
que la hace inestable. Se lo dijo a la chica ayer. —Abrió la puerta—. Voy
a poner una marca sobre Ashley.

—¿Jenna te pidió que hicieras eso?

—¿Estás tú queriendo hacerte cargo de mi oferta?

—¿Para matar a uno de mis mejores amigos? —Bufé y me tapé la


cara cuando una risa maníaca burbujeaba dentro de mí—. ¿Realmente
está sucediendo esta mierda? ¿Cómo se volvió todo tan jodido?

—Porque eres descuidado y confiaste en las personas equivocadas.


—Abrió la puerta—. ¿Quieres el golpe, Nate? Acabar con ella y recordar
que vale la pena morir y matar por algunas cosas.

220
Logan Chase Tóxico

—¿Cómo qué, Erik? ¿Qué cosas?, y ¿cómo podría saber un


gilipollas como tú sobre ellas?

—Veo películas. —Sonrió—. El amor. Si amas a la chica, harás lo


que sea correcto por ella.

—Y matar a Ash. —Me senté y gemí—. ¿Puedo pagar para que lo


hagas?

—Nop. Jenna ya me está pagando por hacerlo.

—¿Con...? —Mi tono bajó nuevamente.

—No es asunto tuyo. —Salió por la puerta y la dejó abierta—. Uno


de nosotros tiene que acabar con ella. ¿Yo? ¿Tú? ¿Jenna?

—Jenna no va a matar a nadie. Eso la arruinaría. —Entrecerré mis


ojos—. Erik, escúchame. No dejes que mi chica mate a nadie. Es una
buena chica. Haré lo que sea para mantenerla así.

—Ahhh… ¿el hombre ha decidido que aunque baila en la


oscuridad, prefiere con mucho la calidez de la luz? —Habló sobre mí,
como si fuera capaz de ser impertinente. Bastardo.

—Lo digo en serio.

—Hazme una oferta que no pueda rechazar.

—¿Qué quieres de mí? —Intenté no dejarle ver el miedo que


cruzaba el centro de mi alma. Sabía lo que él quería.

—Te quiero. Conmigo. En el sindicato. Haz que suceda, Nate.

—Lo pensaré. —Me dejé caer en el sofá e intenté ignorar la profunda


risa que resonó en el pasillo abierto cuando salió y me dejó allí parado

221
Logan Chase Tóxico

con un sudor frío. Yo era un asesino a sangre fría, pero el sindicato exigía
la promesa de eternidad. No estaba seguro de que pudiera llegar a eso.

—¿Se ha ido? —Mikey se sentó, con los ojos muy abiertos.

—Sí, coño. Ven aquí y descubramos todo esto.

—¿Por qué demonios estaría dispuesto a ayudarte?

—Todavía se preocupa por mí, hombre. También me preocupo por


él. Solo porque no firmé en la línea de puntos por su sindicato no significa
que toda la mierda que pasamos no importe. Es por eso por lo que estuvo
aquí. Jenna debe haberle dicho que iba a matar a Ashley. No va a dejarle
asumir esa carga.

—Oye… Tal vez… —Mikey caminó hacia la puerta, miró al pasillo y


la cerró con rapidez, como si algo estuviera detrás de ella.

Bufé y rodé mis ojos mientras caminaba hacia la silla y caía en ella.

—¿Qué, Mikey? Habla. Mierda. —Me levanté y caminé hacia la


cocina. Necesitaba algo mucho más fuerte que la cerveza. Algo así como
un vaso de bourbon del gabinete de los licores del padre de Jenna.

—Tal vez si Jenna mata a Ashley, y ella sabe que de alguna manera
Ash te importa, los dos estaréis parejos.

Miré sobre mi hombro antes de abrir la nevera.

—Esa es la mierda más estúpida que he escuchado en mi vida, tío.


Dos errores no hacen un acierto.

—¿No? Creo que podrían hacerlo en esta situación. Solo piénsalo


un momento. Nunca le digas que estuviste implicado en el asesinato de
Darek.

222
Logan Chase Tóxico

—Porque no lo estuve. —Agarré una cerveza de la nevera y se la


lancé antes de tomar una para mí y quitarle la tapa.

—Sí, lo estuviste. Le diste a Ashley el Zandra. Sabías lo que iba a


hacer con ello. Planeaste y tramaste esa mierda.

Me atraganté con la cerveza, escupiéndola.

—Bueno, joder, Mikey. Casi me había convencido de que estaba


limpio en este caso.

—Estás aceptando la mitad del dinero, gilipollas.

—Estaba considerando no tomarlo. Es como robarle al padre de


Jenna. Me gusta el viejo. —Agarré una servilleta y me incliné para limpiar
el suelo—. Esta noche voy a ser claro con ella. Necesito que sepa que la
amo, Mikey. Que es la mujer por la que cambiaría todo.

—¿Y crees que solo va a dejar caer sus bragas y ofrecerte un para
siempre después de una noche de folleteo? Mataste a su hermano.

Levanté la vista.

—Deja de decir esa mierda. No lo hice.

—Lo hiciste. —Se rió y se volvió para caminar de regreso a la sala


de estar—. Dime qué tipo de persona podría escuchar la historia completa
y no pensar que eres el villano.

—Te odio a veces —dije por detrás y terminé de limpiar el suelo.

—Escúchame, Nate. No le digas nada. Matará a Ashley, y tendrás


que llorar como un loco. Deja que sea la villana, hombre.

—Eres un estúpido. —Entré en la sala de estar.

223
Logan Chase Tóxico

—¿Podrías perdonarla por matar a tu mejor amiga?

—¿Ashley?

—Sí. ¿Podrías perdonar a Jenna por matar a Ash?

—Sí. Estoy pensando en matarla yo mismo. Sigue el hilo aquí,


hombre.

—Sigue el hilo tú. Conviértela en villana. La perdonas y, ¿qué? Vive


su vida tratando de compensarte. —Bufa—. Es genial, de verdad.

Me sentí y digerí la sugerencia de Mikey. Era brillante, y si nada


más, me ahorraría el día en que descubriera que tuve algo que ver con la
muerte de Darek. Era pequeño, pero una ayuda sin embargo.

—No tomaré el dinero. No puedo. —Levanté la cerveza a mis


labios—. No quiero evidencias de que hice algo que pudiera lastimarla.
Quiero que sea mi esposa algún día, hombre.

—Bueno. Entonces cíñete al plan.

—No. Ve a buscar a Erik. Dile que mate a Ash por mí, pero que no
deje que Jenna lo haga. Dile que mi respuesta es sí.

—Joder, eso fue rápido. ¿Estás seguro de esto? —Mikey se levantó


y suspiró.

—Sí. Hazlo antes de que cambie mi jodida mente.

—Amigo, sabes que odio a ese tipo. —Mikey se detuvo durante un


minuto.

224
Logan Chase Tóxico

—Cállate y haz lo que te dije que hicieras. Me lo debes. Hoy he


recibido una bala por tu trasero. —Alcé la mano y me limpié la oreja
mientras hacía una mueca.

—Casi me cago cuando el arma se disparó.

—Fuera. Ahora. —Cerré los ojos y me hundí en el sofá. Jenna


estaría sacudida. Necesitaba recordarle que no era el hombre en el que
podría estar empezando a creer gracias a Ash. Era su amante, su hombre,
su futuro.

225
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veinticuatro
Jenna
Pasé la mayor parte de la noche investigando los archivos de mi
hermano. Tres cafeteras más tarde, el sol había salido y estaba fuera de
mí. Denise estaba involucrada en cada parte de ello.

Había conseguido que mi hermano probara la droga unas semanas


antes y le dio una noche para recordar mientras ambos estaban
drogados. Lo entendía muy bien. ¿Fue una coincidencia que Nate me
hubiera dado el mismo tipo de noche?

—Necesito simplemente preguntarle. —Cerré el ordenador y me


recosté. Denise, o como se llamara, había insistido hasta que mi hermano
tomó dos pastillas antes de irse y le hizo prometer que se tomaría otra
una hora más tarde. Tan rápido como funcionaron las malditas cosas,
me sorprendía que ella lo dejara en absoluto.

—Ella necesitaba una coartada. —Me puse de pie y caminé hacia


el baño para lavar las oleadas de lágrimas secas de mi cara. Tenía clases
a las diez y luego trabajaba. No pensaba perderlo. Necesitaba la
normalidad. Sam se molestaría viendo que tenía estas ojeras bajo mis
ojos, pero podría superarlo.

Terminé de tratar de reunirme y caminé a través de la mañana de


finales de septiembre hacia el campus. Hubiera sido mucho más rápido
conducir, pero tenía tiempo, y necesitaba la serenidad del aire libre.

Nate y yo teníamos que ser claros el uno con el otro. Él conocía a


Denise. Sabía que lo hacía. ¿Por qué Erik no me dijo cómo? ¿La conocía
a ella también?

226
Logan Chase Tóxico

—Ahora solo estás siendo estúpida. —Me volví hacia el campus y


me obligué a dejar de pensar durante el resto de la caminata. Todo saldría
bien y se haría justicia. Simplemente no estaba segura de si iba a ser mi
mano la que la hiciera, la de Erik, o la de mi padre.

****

—¿Estás en el turno hoy? —La sonrisa de Sam era amplia, burlona.

—Siempre estoy en el turno. —Me abrí paso detrás del mostrador


y metí mi bolso debajo de la caja fuerte—. Me encanta este lugar.
¿Recuerdas?

—Lo hago. —Sam sacó algo de su bolsillo trasero—. Ten esto. Un


tipo se detuvo hace una hora y me dijo que me asegurara de que te
llegara.

Lo tomé de él y asentí.

—¿Dejó su nombre?

—No. Pero nunca le había visto antes. —Se encogió de hombros y


se acercó al mostrador cuando una niña pidió un vaso de agua.

—Gracias —murmuré y agarré un trapo para limpiar las mesas. Me


detuve en la primera mesa y levanté la primera foto. Un gran grupo de
adolescentes se acurrucaban con grandes sonrisas en sus caras. Me tomó
un minuto para reconocer a cualquiera de ellos.

Erik.

Denise.

Mikey.

227
Logan Chase Tóxico

Nathaniel.

Varios más estaban en la foto, pero mis ojos continuaron


moviéndose sobre cada uno de ellos. Así que todos se conocían. Levanté
la vista y escudriñé el restaurante, sin encontrar nada fuera de lugar.

¿Qué carajos estaba pasando? ¿Erik estaba realmente dispuesto a


ayudarme? ¿A matar a una mujer que era obvio que conocía?

Permití que mis ojos escanearan la imagen de nuevo, recogiendo


pequeños detalles que contaban más de la historia. El brazo de Erik
alrededor de los hombros de Nate y los dos riéndose juntos. La cabeza de
Denise en el regazo de Nate, su lengua fuera con una mirada sexy en su
bonita cara. Mikey tenía sus dedos en los lados de la boca, estirándola,
con los ojos cruzados.

La campana sonó en la puerta principal, y salté dejando salir un


suave grito. Mis ojos se reunieron con Nate y él hizo una pausa como si
lo hubiera atrapado en el acto.

—¿Estás bien?

Asentí y guardé la foto en mi bolsillo.

—Sí. Por supuesto. ¿Cómo estás tú?

Se movió hacia mí lentamente, y no pude dejar de notar que tenía


una herida en la oreja.

—Estoy bien. Te eché de menos.

—No me has visto durante un día. —Me alcanzó y tiró de mí hacia


él para un beso rápido—. Estoy en mi turno.

228
Logan Chase Tóxico

—Entonces termina. —Me besó de nuevo y deslizó sus manos por


mis caderas, tirando de mí con fuerza—. Necesito hablar contigo sobre
algunas cosas.

Miré hacia atrás a Sam. Él asintió con la cabeza.

—Vete. ¿Vuelves mañana?

—Claro. —Tiré de mi delantal fuera mientras la foto revoloteaba


fuera de mi bolsillo y caía al suelo. Me lancé por ella, pero no fui lo
suficientemente rápida.

Nate la agarró y bajó la vista hacia ella, sus hermosos ojos


moviéndose lentamente a través de las caras.

—Recuerdo esto bien. Tenía diecisiete años y fue el día antes de


que todos dejáramos de hablarnos los unos con los otros.

—Alguien la dejó antes. —Tiré mi delantal hacia el cesto de la ropa


mientras caminaba alrededor del mostrador para recoger mi bolso. Miré
a Sam—. ¿Cómo era el tipo que la dejó?

—Cabello oscuro, gorro, mal aspecto. ¿Matón? —Sam sonrió y


extendió la mano para agarrarme el brazo—. Ten cuidado, ¿de acuerdo?
No sé quién era, pero no me gusta la sensación que tengo de él.

—Lo haré. —Apreté la mano de Sam y retrocedí para pararme frente


a Nate—. ¿Conoces a esta chica? —Pasé mi dedo por la cara de Denise.

Nate levantó la vista y estudió mi rostro, pero no dijo nada por un


minuto.

—¿Estás celosa porque tiene la cabeza en mi regazo?

229
Logan Chase Tóxico

—¿Debería estarlo? —Tiré de la foto fuera de sus dedos mientras


mi corazón corría. ¿A qué juego estaba jugando conmigo? ¿Era tan
inocente como parecía ser? Seguramente no lo era.

—No. Es una puta. —Envolvió su brazo alrededor de mi hombro y


nos movió hacia la salida—. Ella tenía la cabeza en el regazo de todos. Lo
último que oí fue que se casó con un tipo rico. —Se inclinó y besó un lado
de mi cabeza—. ¿Quieres decirme por qué Erik Bertinelli pasó a verte? Es
un hombre peligroso.

Me detuve y me volví para mirarlo.

—No, no quiero.

Asintió.

—Está bien. ¿Puedo pedirte que te mantengas lejos de él? Mata a


las personas para ganarse la vida.

Miré por la calle e intenté pensar en qué diablos iba a decirle.

—Jenna. —Me agarró de la barbilla y me obligó a volver a mirarlo—


. Voy a pedírtelo amablemente una vez. Aléjate de Erik. Ama a las mujeres
hermosas y no le importa quién está involucrado cuando encuentra una
que desea.

—¿Cuándo fue la última vez que viste a Erik, Nate? —Extendí la


mano y le toqué el costado de la oreja—. ¿Y cómo sucedió esto?

—Es curioso que me lo preguntes. —Se acercó un paso más y bajó


la vista hacia mí con una intensidad que me asustó tanto como me
excitó—. Vino esta mañana para entregar un mensaje.

—¿Qué? —Di un paso atrás—. ¿Erik te hizo esto? ¿Con qué?

230
Logan Chase Tóxico

Extendí la mano hacia él, pero agarró mi muñeca y tiró de ella justo
detrás de su espalda, atrapándome en frente de él.

—Su pistola. Es un asesino a sangre fría, nena. ¿Por qué estás


involucrada con él? Dime para que pueda encontrar una forma de sacarte
de lo que sea en lo que estás metiéndote. ¿Tiene esto algo que ver con tu
hermano? Dímelo para que pueda ayudarte.

—¿Lo harías? —Envolví mi otro brazo alrededor de él y me obligué


a mirarlo a los ojos. Necesitaba saberlo—. ¿Matarías a la chica de la foto
si te dijera que mató a mi hermano? ¿Me ayudarías? —Le pasé la mano
por el culo y apreté suavemente—. ¿Por favor?

Asintió.

—Por supuesto que sí, pero parece que ya tienes toda la ayuda que
necesitas, muñeca. Erik es el asesino aquí. No yo.

—Pensé que me querías lejos de él. —Me moví para ir a su lado


mientras giraba y nos acercaba a su moto.

—Lo hago, pero si lo has contratado para que mate a alguien,


simplemente asegúrate de que estás realmente dispuesta a ser
considerada una asesina. —Se detuvo en la moto y recogió mi casco,
pasándomelo.

—¿Todavía me querrías si fuera así? —Me lo puse y subí a la moto.

Sonrió y negó.

—Y yo aquí pensando que estaba enamorado de una buena chica


por primera vez en mi larga vida. Parece que estoy haciendo el tonto aquí,
ángel. ¿Es este el caso?

231
Logan Chase Tóxico

Negué y esperé hasta que subió a la moto para acurrucarme contra


él. Después de levantar su protector facial, me incliné hacia su oreja
herida.

—¿La amaste una vez, Nate?

Se giró y levantó la guardia.

—¿Qué?

—¿La amabas? ¿A Denise?

—Su nombre no es Denise, Jenna, y no. Solo he amado a una mujer


en mi vida. —Volvió a colocarse el protector facial y se giró, arrancando
la moto y saliendo hacia el tráfico de media mañana.

No tenía ni idea de a dónde íbamos, pero a decir verdad, no me


importaba. Erik quería que comprendiera la conexión antes de que
apretara el gatillo. Lo sabía ahora. Todos eran viejos amigos.

Se trataba de una advertencia. Estaba arriesgando mi relación con


Nate al matar a uno de sus amigos de la infancia, pero tal vez ese no era
el caso. Por lo que podía ver, Nate no se interpondría en mi camino, ni
me echaría de una patada en el culo si regresaba con sangre en mis
manos.

Solo tenía que decidir si era capaz de quitar una vida. Quizás Nate
tenía razón. Tal vez hacer que Erik lo hiciera era la mejor manera de
evitar lamentar el momento en que mi vida cambiara para siempre
durante todo el tiempo que viviera.

De cualquier manera, una cosa era segura. Nate no iba a dejarme


en seco cuando todo cayera, pero tampoco estaba dispuesto a
involucrarse.

232
Logan Chase Tóxico

Podría no amar a Denise, pero tenía sentimientos hacia ella. Quería


saber el grado de ellos antes de que me moviera para dar otro paso
adelante.

233
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veinticinco
Nate
La llevé de regreso a mi casa, lo que no era la idea más brillante
que había tenido últimamente, pero de nuevo, vigilarla era mi principal
prioridad. Había entrado en un mundo que era demasiado grande para
ella. Demasiado peligroso.

Que Erik Bertinelli estuviera tratando de jugar al salvador de mi


novia me dejó con la firme conclusión de que el hijo de puta también se
había enamorado de ella. No me cogería desprevenido de nuevo. Si quería
encontrarse con ella, tendría que venir a mi casa y pasar por encima de
mí.

Y esta vez, estaría listo.

Me senté en la silla favorita de Mikey, mirando a Jenna dormir


profundamente mientras estaba acurrucada en mi sofá. Después de
hacerle un gran emparedado, encendí el televisor y limpié la cocina. Ella
quería hablar, pero no estaba listo. No sabía qué decir, y la idea de
abrirme me hacía sentirme vulnerable.

Quería que alguien matara a Ash, pero solo estaría en ella que
apretando el gatillo alguna vez volviera a recuperar la paz. Era enfermo.
Muy jodido. Pero era cierto. Sabía la verdad demasiado bien.

Si la dejaba ir con Erik y ella mataba a Ashley, entonces


mataríamos a dos pájaros de un tiro. Me apuñalaría en el corazón
matando a unos de mis amigos de la infancia, dejando que la teoría de
Mikey se desarrollara de golpe, y a la vez, me salvaría de la horrenda

234
Logan Chase Tóxico

muerte que Ash planeaba para mí. Era solo cuestión de tiempo hasta que
Ashley apareciera y me apuntara con un arma.

Ella ya no confiaba en mí. No podía culparla.

Yo estaba durmiendo con el enemigo.

Mis ojos se movieron alrededor de la bonita cara de Jenna mientras


estudiaba sus carnosos labios, sus largas pestañas, su nariz de botón.
¿Podría una dulce mujer como ella apretar el gatillo? Mi grueso pene
creció solo de pensarlo.

—Basta —susurré en voz baja.

Qué jodido era que las jugarretas mías y de Ashley volvieran para
mordernos en el culo. Ash había renunciado a años de su vida para jugar
a la esposa de algún tipo rico con un pene minúsculo, o con un viejo
realmente, por primera vez, y, ¿qué había hecho yo? ¿Asesinar por
enésima vez? ¿Y ahora ella iba a morir porque me había enamorado de la
chica equivocada?

Me levanté y dejé escapar un largo suspiro antes de caminar hacia


la cocina y arrodillarme junto al lavaplatos para sacar el vodka. El
pequeño vaso que usaba ya estaba colocado junto al fregadero. Extraño,
pero lo que sea. Necesitaba perderme para pasar la noche. Tal vez Jenna
se levantara cachonda y olvidara la necesidad de jugar a las veinte mil
preguntas.

¿Podría yo matar a Ashley? No.

¿Podría perdonar a mi chica por hacerlo?

—No lo sé. —Llené el pequeño vaso y me lo tragué. Amargo.


Realmente amargo, pero lo ignoré.

235
Logan Chase Tóxico

¿Alguna vez en un millón de años Ashley ha dejado que alguien me


lastimara? No. Nunca. Había usado y abusado de esa pobre chica más
veces de las que quería admitir y aun así me amaba. Me amaba, sin
importar lo que sucediera.

Dejé el vaso de chupito al lado del fregadero y decidí beber un largo


trago de la botella en su lugar. No había forma de evitar la situación.
Bueno, ninguna que yo quisiera aprovechar.

Jenna matando a alguien podría ser caliente, pero todos estábamos


subestimando a Ash. Era una perra enferma, violenta. Era parcialmente
mi perra, pero no iba a caer sin pelear.

Necesitaba hacer algo. Rápido. Tomé otro trago y me limpié la boca


con la manga mientras gemía ante el dolor. El licor quemaba tan
jodidamente bueno.

—¿Nate? —Me sorprendió la voz de Jenna.

—Hey. —Dejé la botella y me moví hacia ella—. ¿Estás bien? Te


quedaste dormida mientras te masajeaba los hombros.

—Sí. Estoy bien. —Se frotó los ojos y se inclinó contra mí mientras
envolvía mis brazos alrededor de ella—. Nate. Necesito saber lo que
Denise, o cualquiera que sea su nombre, es para ti.

Mordí mi labio y la miré.

—Es una vieja amiga, pero tengo que decirte algo. Si quieres irte
después o apuñalarme con un cuchillo de mantequilla, lo entenderé.

—Dime entonces. —Apretó sus labios en una línea.

236
Logan Chase Tóxico

—Me llamó hace unos días, fuera de sí misma porque su nuevo


chico había mordido el polvo. No sabía que era tu hermano, nena.

—¿Y? —Puso su mano en su cadera mientras sus ojos se


estrechaban. Si no estuviera a punto de perder lo mejor de mi vida, habría
sido caliente.

—Y la acompañé a casa de tus padres como apoyo, para que no


tuviera que estar allí sola. —Deslicé mis manos en mis bolsillos mientras
mi estómago se agriaba. No podía decirle toda la verdad. Simplemente no
podía arriesgarme a perderla por un jodido error.

—¿Y descubriste entonces que tu vieja amiga estaba con mi


hermano?

—Sí. —Bajé la vista—. Lo siento. No puse dos y dos juntos.

—¿Mató a mi hermano, Nate?

Clavé los ojos en los de ella.

—No lo sé, gatita. No lo pondría más allá de ella. Hemos hecho


trucos en el pasado, pero no lo sé.

—¿Trucos?

—No estamos en el lado correcto del camino, Jenna. Eso ya lo


sabes.

—Cierto. —Alzó la vista, hacia el techo—. Honestamente no sé qué


pensar.

—Entonces no pienses más. No estuve involucrado con tu


hermano. Solo estaba haciendo un favor a una vieja amiga yendo a la
casa. No pensé nada sobre eso.

237
Logan Chase Tóxico

Bajó la barbilla e inclinó la cabeza.

—¿Sabes lo jodido que hubiera sido si tú y yo nos encontráramos


allí?

—Sí. Me alegra que no lo hiciéramos. No pensé nada de su petición.

—Lo sé. Te estás repitiendo a ti mismo.

—Bien. —Dejé escapar un breve suspiro—. No me siento muy bien.


Quédate conmigo esta noche. Necesito sentirte contra mí.

Asintió.

—Está bien. Este tema no ha terminado.

—Bien. De acuerdo.

—Necesito tomar un baño. Me siento arenosa. —Cruzó los brazos


sobre su pecho mientras su expresión se relajaba. No me había salido
con la mía, pero al menos habíamos terminado de hablar de esto por esta
noche.

—Está bien. Voy a abrirte el grifo. Tengo un pantalón de chándal y


una camiseta que podrías ponerte. —Besé la parte superior de su cabeza
y la rodeé. La situación se sentía demasiado doméstica y, sin embargo,
me sentía cómodo en medio de ella. Crecer en las calles no teniendo a
nadie ni nada, debería haberme hecho retroceder, pero quería
desesperadamente lo que Jenna representaba.

Fruncí los labios cuando las dudas comenzaron a rabiar en lo más


profundo de mi cráneo. No me merecía lo que ofrecía Jenna, lo que podría
ser.

238
Logan Chase Tóxico

La imagen de mis manos envueltas fuertemente alrededor de la


garganta del primer marido de Ashley pasó por mi mente. Él gritaba y
lloraba para que ella lo ayudara, pero ella estaba tranquilamente junto a
mí, solo riendo suavemente cada cierto tiempo. La follé en la habitación
donde el viejo yacía muerto antes de partir a una larga noche de violencia
en el apartamento.

Las náuseas rodaron por mi estómago, y extendí la mano y toqué


la pared. Yo era un monstruo. Debería matar a Ashley.

—¿Nate? ¿Qué estás haciendo? —La voz de Jenna era tan suave,
tan dulce.

—No me siento muy bien, nena. —La miré y levanté mi mano para
detenerla cuando comenzó a desnudarse—. No hagas eso. Todavía no. Me
siento mal.

—¿Necesitas que te ayude para ir al baño? —Se movió hacia mí


cuando mis rodillas se debilitaron.

—No —balbuceé y me arrodillé en el suelo mientras intentaba


levantarme—. Jenna, para. Joder. Retrocede un momento. —Le di un
rápido golpe, y se echó atrás con un grito—. Algo anda mal, nena. En
serio.

—Déjame que llame al 9-1-1. —Salió de la habitación y me arrastré


hacia el inodoro.

¿Qué carajos había comido? ¿Bebido? Las náuseas subían en olas


gruesas mientras intentaba alcanzar el inodoro y perdía, vomitando por
todo el suelo, todo a mí alrededor. Nunca había vomitado de esa maldita
manera en toda mi vida.

239
Logan Chase Tóxico

Saqué mi teléfono mientras rodaba sobre mi costado y parpadeaba


dentro y fuera de mi conciencia. Alguien tenía que ayudarme a levantar
el culo y bajarme por las escaleras. Yo no iba a lograrlo.

Mikey no. Erik. ¿Ayudaría?

Marqué el número, golpeando el altavoz y dejando el teléfono sobre


mi pecho mientras mi respiración se volvía más y más trabajosa.

—¿Qué? —ladró Erik en el teléfono—. No estaba donde yo podía…

—Erik —gemí suavemente—. Amigo, necesito ayuda. Algo está…

—Joder. ¿Dónde estás, Nate?

—En el apartamento. Mi…

Miré hacia arriba cuando alguien se movió en la puerta, su cabello


demasiado liviano para ser Jenna.

La voz de Erik salió por el altavoz.

—Sal como el diablo de ahí, hombre. Sabes tan bien como yo que
Ashley no va a sentarse de brazos cruzados y esperar a que aparezcas.

—No, no lo está. —La mujer entró en la habitación y cogió el


teléfono. Ashley. Joder—. Hola, Erik. Estoy deseando que llegues después
de estos dos. Aunque no creo que quede mucho de ellos cuando llegues
aquí.

Arrojó el teléfono a la bañera y alcanzó hacia mí, agarrando un


puñado de mi pelo y tirando de mí arrastrándome hacia el salón.

Gruñí y agarré su mano, pero tenía tan poca fuerza.

240
Logan Chase Tóxico

—¿Qué estás haciendo, Ashley? Sabes que no te lastimaría. —Mi


voz no era más que un susurro.

—Vas a adorar esto. —Se movió y se sentó en mi pecho, cuando


grité. Todo dolor.

—Bájate. Joder, por favor, bájate. —Empujé hacia ella, pero mis
brazos estaban tan débiles.

—La droga tarde unos veinte minutos en pasar de hacerte sentir


lento a darte tanta energía que podrías derribar edificios. —Se inclinó y
pasó sus dedos sobre mis labios—. Una te pone caliente por debajo del
cuello. Dos te ponen tan caliente que podrías follar a los animales de una
granja, ¿y tres de ellas? Bueno, sabemos lo que hacen tres de ellas.

—¿Qué hiciste? —Traté de girar la cabeza cuando mi estómago se


contrajo fuertemente.

El sonido de los gritos ahogados de alguien casi detuvo mi corazón.


Jenna. Atada a una silla, con nada más que sus bragas y sujetador.

—No. Déjala ir. Ella no iba a hacerte daño, Ash. —Me volví para
mirar a la chica que pensé que podría amarme para siempre—.
Escúchame. Deja que se vaya. En serio.

—Oh, no. Tuviste la oportunidad de ayudarme. —Continuó


jugando con mi boca—. Sin embargo, me voy a ir pronto, pero debes estar
preparado. Ella no está drogada.

—No. —El terror corrió a través de mí y empujé a Ash con todas


mis fuerzas, apenas sacándola de encima de mí. Rodé sobre mis rodillas
con el último pedazo de mis fuerzas y me metí el dedo en mi garganta,
tratando de obligarme a vomitar lo que me quedaba en el estómago.

241
Logan Chase Tóxico

—Buena suerte. Esa mierda se apresura a través del torrente


sanguíneo tan rápido. —Se levantó y limpió sus manos antes de pasar
sobre mí—. Él te va a joder hasta que desees haber estado muerta. El
Zandra es una droga increíble si se toma en la dosis correcta, pero un
poco demasiado, y es una bestialidad. Es horrible. He visto a algunos
locos de mierda, Jenna. ¿Y una píldora más? —Se rió ruidosamente
mientras yo tenía arcada tras arcada sin vomitar malditamente nada—.
La muerte. Pobre Darek. No comprendió las instrucciones. Me gusta duro
y áspero… ¿una píldora de más?

Jenna se volvió loca a mi lado, la silla golpeando el suelo con fuerza


sacudiendo mi nariz contra la dura madera debajo de mí. Gruñí mientras
mi dolor se disipaba y la calidez corría desde el centro de mi estómago
bailando a través de mis terminaciones nerviosas y dejándome
hambriento.

—Nate. Un regalo más de mí. —Ashley me apartó el pelo a un lado


y me di la vuelta y la agarré, lamiendo y chupando su muñeca. Todo en
ella parecía bueno. Realmente bueno. Necesitaba follarla largo y duro.

—Ashley. Maldita sea. —La empujé hacia mí y se rió.

—No. Jenna es toda tuya. Te la estoy entregando para ti. —


Extendió su mano y dejó caer una pequeña pastilla blanca al suelo a mi
lado—. Aquí la tienes. Una más de estas cosas y la violas toda la noche.
De nada.

Se levantó y miré la píldora, dándome cuenta lo que había hecho.


El vaso de chupito. Había sabido algo amargo en mi primer trago de
vodka. La lujuria ardía en mis venas, mi pene tan duro que parecía que
se podía romper.

242
Logan Chase Tóxico

—Mierda —gemí y deslicé mi mano en mis pantalones, envolviendo


mis dedos alrededor de mi carne hinchada y bombeando rápido y duro.
Las lágrimas ardían en mis ojos y miré a Jenna, que estaba llorando en
alto.

—Está bien. No te haré daño.

Grité de nuevo y me aparté de ella mientras cada parte de mí me


gritaba que la arrancara de la silla y follara su garganta hasta que me
suplicara que parara.

—No —susurré contra el suelo y seguí masturbándome.

La píldora extra. Rodé hacia atrás y nuestros ojos se encontraron.

Ella sacudió su cabeza y movió su silla hacia mí mientras yo


alcanzaba la píldora.

—Está bien. Es mejor así, nena. No estás destinada para un tipo


como yo. Te prometo que no lo estás. —Agarré la píldora y la sujeté
firmemente en mi mano mientras un grito se arrancaba de mi garganta.
Mi orgasmo me violó, me despojó de mi dignidad, me obligó a seguir
bombeando mi pene aunque dolía al hacerlo.

—Nate. ¡No! —Su voz era aguda, enojada—. Mírame, maldición.

Me volví hacia ella mientras las lágrimas corrían por mi cara. Ella
había trabajado de alguna manera para sacarse la mordaza de su boca,
pero en su lugar, estaba apretada alrededor de su barbilla. Esa mierda
tenía que doler.

—No tengo miedo a morir, Jenna.

243
Logan Chase Tóxico

Otro gemido me atravesó, y mi espalda se levantó del suelo cuando


me corrí sobre mi estómago, alcanzándome mi barbilla y pecho con ello.

—No. Eso es estúpido. Nos amamos. No tomes esa maldita píldora.


¿Me oyes?

Levanté mi cara y grité en voz alta.

—Tomaste media pastilla y me dejaste darte una zurra como una


puta. —Me obligue a poner una sonrisa en mi cara—. Dos de ellas. La
puta perra puso dos de ellas en mi bebida de alguna forma.

—Entonces hazme el amor. Toda la noche. Has estado


prometiéndolo. No me dejes aquí para verte morir —gritó y rebotó,
golpeando su silla contra el suelo.

—De ninguna manera. No haces el amor así. Te mereces lo mejor.


Todo esto es culpa mía. —Rodé sobre mi estómago y deslicé mi otra mano
en mis vaqueros para acariciar mis pelotas—. Gírate hacia otro lado.
Joder. Por favor.

—No. Fue todo por ella. No me digas nada diferente. No quiero


escucharlo. Solo quítame estas malditas cuerdas. Ahora. Nate, mírame.
Esto es ridículo. Te amo. Quiero follar contigo toda la noche.

Ni siquiera estaba seguro de dónde estaba la píldora. El pánico


corrió a través de mí y cerré los ojos y me concentré en lo bien que se
sentía bombear tan duro como podía. Ashley era una perra conspiratoria.
Sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Lamentablemente… había ganado. Pronto estaría muerto, o Jenna


lo haría.

244
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintiséis
Jenna
Él iba a tomar la tercera píldora de Zandra. Lo pude ver en sus
ojos. No tenía dudas sobre si me amaba o no. Sabía sin ninguna duda
que lo hacía. Lo que fuera que pasó con Ashley fue en el pasado. Algún
diseño del destino, jodido y cruel, nos tuvo trenzados, y tuve que decidir.
Excavar profundamente en la verdad y descubrir lo que estaba pasando,
o dejarlo ir y ser amada profunda e incondicionalmente por el hombre
que me dejaría sin aliento e inclinada por él hasta el día de nuestra
muerte. Elegí lo segundo.

—Nate. Ven como la mierda aquí. —Ignoré las lágrimas que corrían
por mi rostro y seguí tirando de las ataduras que tenía en las muñecas.
Salí del baño para conseguir ayuda, y alguien me golpeó en la parte
posterior de la cabeza, dejándome fuera de combate temporalmente.

Despertarte con él siendo arrastrado a la sala de estar por Denise,


o Ashley como la llamó, y no tener mis manos y pies libres era devastador.

Él ya no era coherente mientras bombeaba sus caderas, follándose


demasiado fuerte y rápido. Su pene estaría en carne viva si sobrevivía a
esto en lo que nos habíamos metido.

—Esto es por mi culpa. La amenacé por la muerte de Darek. —


Levanté la vista cuando otra ola de lágrimas me quemaba los ojos.

—Y deberías haberlo hecho. Yo…

La puerta del apartamento se abrió de golpe y Erik entró, con la


pistola desenfundada.

245
Logan Chase Tóxico

—¿Qué carajo?

—Ayúdame. Quítame estas ataduras.

Sus ojos se desencajaron cuando vio a Nate, pero caminó hacia mí.

—¿Qué diablos está haciendo Nathaniel?

—Masturbándose. Tiene demasiado Zandra en el cuerpo.


Libérame. Apúrate. —Reboté, golpeando el suelo.

Nate volvió a gritar y rodó sobre su espalda, con su camiseta y


pantalones empapados de corridas.

—Tenemos que llevarlo a un hospital, Jenna.

—Lo sé. Llámalo y me ocuparé de él.

—¿Qué? No, míralo. Está fuera de su jodida mente. Podría hacerte


daño.

—No lo hará. —Miré a Erik—. Te prometo que no lo hará. Libérame.


Por favor.

—Si comienza a hacerlo, le meteré una jodida bala en la cabeza. No


llevo bien que las mujeres sean abusadas.

—Trato. Ayúdame a llevarlo al dormitorio. Se está rozando la cara


y probablemente las rodillas en el suelo de madera. Por favor.

Me soltó y gateé por el suelo hacia Nate y lo alcancé. Un grito salió


de mi garganta cuando él me agarró y me metió bajo su cuerpo,
empujando duro contra mi estómago.

—Perdóname, nena —gruñó contra el costado de mi cuello antes


de que alguien le lanzara hacia atrás.

246
Logan Chase Tóxico

—Enfermo hijo de puta. —Erik lo arrastró por su camisa de vuelta


al dormitorio, y me puse de pie, corriendo detrás de ellos. Llevaba un
pequeño sostén y bragas blancas por alguna enfermiza razón, pero no me
importaba si hubiera estado completamente desnuda. Nada le iba a pasar
a Nate.

—Tiene otra píldora, Erik. —Me moví a la habitación por detrás de


ellos cuando Erik lo cogió en brazos y lo tiró a la cama. Estaba un poco
asustada por la fuerza del otro tipo.

—¿Dónde está la píldora, amigo? —ladró a Nate, que no respondía


en absoluto. Rodaba de un lado a otro, gimiendo mientras seguía
masturbándose a sí mismo.

Me levanté de la cama y miré atrás hacia Erik.

—Encuéntrame algo para atarlo. Por favor. Algo suave.

—¿Cómo puedo haberme metido en una mierda como esta? —Se


trasladó al armario mientras Nate abría sus ojos y rugía bajo en su pecho.

—Mía —ladró y se apoderó de la parte frontal de mi sujetador,


desgarrándolo cuando me acerqué a él. Donde debería haber estado
asustada porque me hiciera daño, no podría estarlo. Me necesitaba
malditamente demasiado y todo esto era por mi culpa.

¿Qué demonios estaba pensando provocando y amenazando a una


mujer como Denise? ¿Una viuda negra? Yo era una simple buena chica
que quería más aventuras en la vida y un hombre fuerte para abrazarme
de noche. Nada más.

Erik volvió cuando Nate se desplazaba hacia abajo y chupaba uno


de mis pezones en su boca.

247
Logan Chase Tóxico

—Eso sería muy caliente si no estuviera tan malditamente


perturbado. He conocido a este idiota durante toda mi vida y nunca lo
había visto perder el control. —Me miró mientras yo acariciaba la cabeza
de Nate—. Ni una sola vez.

—Agarra su mano izquierda y átala a un poste de la cama.


Mantendré su otra mano ocupada. —Ignoraba lo increíblemente
incómoda que era la situación. Erik nunca podría mirarme igual otra vez,
y no estaba segura de querer volverlo a ver en general—. ¿Cuánto tiempo
dura esta mierda? —Me moví cuando Nate gritó y extendió su mano hacia
mí de nuevo. Sus uñas clavándose en mi brazo, rompiendo la piel.

—Un par de horas por lo que he oído. Nunca tomaría esta mierda.
No necesito mejorar una follada. Ya jodo lo suficientemente bien como lo
hago. —Se rió entre dientes y se movió al otro lado de la cama, haciendo
un trabajo rápido en la otra mano de Nate y luego en sus pies.

—Jenna, por favor. Por el amor de Dios, ayúdame —gemía Nate y


ondulaba sus caderas—. Mi cuerpo arde. Me duele tan jodidamente
tanto. Por favor.

Era agradable escucharle hablando de nuevo por lo menos. Miré


hacia Erik.

—Vete. Avísame cuando la ambulancia esté aquí.

—No. No voy a dejarte con él.

—No me conoces, Erik. Vete. No me debes nada. —Me moví hacia


Nate y desabroché sus pantalones, tirando hacia abajo. Su pene estaba
grueso y muy distendido, rebotando alrededor mientras él sacudía sus
caderas.

248
Logan Chase Tóxico

—Fóllame. Dios, por favor, fóllame. —Nunca había visto nada más
perturbador y sexy en mi vida. El hombre fuerte que había capturado mi
corazón se estaba viniendo abajo y estaba más que dispuesto a terminar
con su vida antes que lastimarme en absoluto.

No había nada que no hiciera por él.

—Mierda. Bien. —Erik giró y caminó fuera de la habitación,


cerrando la puerta.

Bajé mis bragas por mis piernas y me moví para colocarme encima
de Nate.

—Hazme el amor —susurré suavemente y le subí la camisa hacia


el pecho. Necesitaba un condón, pero viniera el infierno o una riada,
planeaba ser suya para siempre. De algún modo. Si sobrevivíamos a esta
mierda.

—Lo quiero. —Levantó sus caderas y gimió ruidosamente mientras


temblaba por debajo de mí. Su pene se hundió dentro de mí y su voz se
rompió—. Más. Joder, Jenna. Más. Siéntate, maldición. Cabálgame como
una puta. Fóllame duro. Rápido. Gira y exprime mis pelotas. Muérdeme.
¡Haz algo!

Presioné hacia atrás y me empalé en su eje, no estoy segura de si


la tensión que se acumulaba en mi cuerpo era de nervios o de miedo.

Levantó las caderas y se sacudió por debajo de mí.

—Suéltame mis malditas manos. Quiero tocarte —gruñó y levantó


su cabeza, sus ojos casi completamente negros por sus pupilas
dilatadas—. Fóllame, perra.

249
Logan Chase Tóxico

Me incliné y le di una fuerte bofetada antes de clavarle las uñas en


el pecho y rebotar en su regazo. ¿Quería ser follado? De acuerdo. Lo
follaría como la ramera que pedía.

—Eso es todo —arrulló—. Tan buena. Tan mojada y caliente. Joder.


Puedo sentir tu culo arrastrándose sobre mis bolas. Tira de ellas, Jenna.
Tira de ellas con fuerza.

Extendí mi mano hacia atrás y pellizqué la piel de la parte inferior


de su saco, tirando duro mientras trataba de mantener el ritmo. Era
mucho más grande que todos mis juguetes, y sin embargo, de alguna
manera pude meterlo dentro de mí.

—Ven. Mójame. Córrete, ángel.

—Hazme el amor. —Solté mi agarre sobre él y me incliné,


presionando mis labios contra los suyos y reduje mi velocidad a un golpe
largo y constante—. Te amo con todo lo que tengo en mí. Eres todo en lo
que pienso, Nate. Todos los días entras en esa cafetería y bebes ese café
de mierda. Era por mí, ¿no es cierto?

Abrió sus ojos y tiró de las restricciones mientras un poco de azul


aparecía en sus iris.

—Sí. Fue todo por ti. Odio esa jodida mierda.

—Shhh… —Lamí sus labios y rodé mis caderas, masajeándole todo


el cuerpo—. Te sientes tan bien enterrado dentro de mí. Dime que serás
mío para siempre, cariño.

—Si todavía me quieres. No soy un buen hombre, Jenna. He hecho


cosas horribles.

—Cállate. Todo el mundo merece una segunda oportunidad.

250
Logan Chase Tóxico

—Yo no. —Levantó la barbilla mientras una lágrima caía hacia el


lado de su cara y pronunció una serie de palabrotas—. Voy a matar a esa
puta por hacerte esto.

—No, agradéceselo. —Le lamí la garganta y me senté de nuevo


antes de desmontarlo.

—No. Jenna. Por favor. No pares. Joder. —Dejó caer la cabeza hacia
la cama—. Todavía está violando mi sistema. Es tan increíblemente
horrible.

—No voy a parar hasta que quieras que lo haga. —Le di la espalda
y me monté como vaquera invertida. Balanceando mis caderas y me
concentré en acariciar su saco, raspando sus piernas, jugando con su
culo hasta que lo levantó de la cama, eyaculando como una fuente.

El sonido de él perdido en su éxtasis me disparó sobre el borde.


Grité y apreté mi mano libre sobre mi clítoris mientras me dejaba
disfrutar del momento.

—Guau. Eso es jodidamente caliente. —Erik se apoyó contra la


puerta y se chupó el labio en su boca—. Están aquí. ¿Quieres que te dé
otro minuto?

—¿Hay algo que puedan hacer? No quiero que sufra.

—No lo hará. Lo limpiarán y estará dormido en minutos. —Los ojos


de Erik se movieron por mi cuerpo y sacudió la cabeza y sonrió—. ¿Estás
segura que te gusta tanto Nate? Yo sería más de tu estilo. Te lo prometo.

—Que te jodan, Bertinelli —bramó Nate detrás de mí.

251
Logan Chase Tóxico

—Bueno, seguro que tú lo intentarás hoy, viejo amigo. —Erik abrió


la puerta y me indicó que me cubriera—. Todo va a estar bien, Nate. Los
dos estamos aquí contigo y no vamos a irnos a ningún lado.

Rodé al suelo y busqué una manta extra, cubriéndome y


poniéndome de pie sobre unas piernas inestables. Erik se acercó y me
cogió en brazos, llevándome como a una princesa.

—Ponme en el suelo.

—Shh. Permíteme jugar al buen chico solo por un segundo.

—Ten cuidado. Puedes convertirte.

—¿Tú crees? —Me guiñó un ojo y me llevó al baño cercano a la


habitación de invitados—. Te dejé una camiseta y unos pantalones de
chándal. Vístete y probaremos a ir detrás de la ambulancia.

—¿Recordará algo de esto?

—No. No por lo que sé de esta desagradable droga. —Me dejó en el


suelo y se movió hacia atrás—. Voy a ayudarles a cargarlo. Espérame
aquí.

Asentí y cerré la puerta, esperando un segundo antes de presionar


mi espalda hacia la puerta y tomar mi cara entre mis manos. Me deslicé
al suelo mientras un grito silencioso me sacudía hasta el centro de mí
misma.

Asesinar a Ashley no era el momento en que iba a cambiarme para


siempre.

Pensar que ella había matado a Nate lo hizo.

252
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintisiete
Nate
Dos días después

—Señor. Hay varias personas aquí para verlo. —La enfermera se


acercó a mi cama y me tocó el brazo.

—No me importa. No voy a ver a nadie. —Mantuve mi cara hacia la


ventana—. No son parientes consanguíneos, y no estoy casado.

—Está bien, pero sigo pensando que…

—No pregunté qué piensas —le ladré y sacudí mi cara hacia ella
mientras entrecerraba los ojos.

Retrocedió y levantó sus manos como si se rindiera.

—De acuerdo, lo siento.

—Jódete. —Me volví hacia la ventana y cerré los ojos cuando el


dolor se adueñó del centro de mi pecho.

Culpa. Vergüenza. Furia.

No podía volver a mirar a Jenna después de lo que pasó. No había


forma. Ashley no quería que yo muriera, o que Jenna terminara
ensangrentada por haber sido follada en el suelo de la cocina.

Quería mi dignidad. Y la consiguió.

La puerta se abrió y me senté y comencé a arrojar mi almohada.

253
Logan Chase Tóxico

—No estoy aquí para sacudir cualquiera de tu mierda. Acuéstate y


cállate. —Erik entró y se dejó caer en la silla al lado de la cama.

—Que te jodan, Bertinelli. Vete de aquí. —Cerré los ojos y descansé


mi brazo sobre mi cara—. No te debo una mierda.

—Naw, pero seguro como el infierno que se lo debes a la hermosa


mujer que está al borde de las lágrimas en el pasillo. Te folló delante de
una multitud para ayudarte hace un par de días. Me quedé parado como
un bastardo y miré. —Se presionó sus dedos en la boca cuando volví la
cara hacia él.

—Estás enfermo.

—No, tú lo estás. —Adoptó una mirada lejana en sus ojos—. ¿Te


enamoraste de ella cuando comenzaste a ir a De Luca, o fue más reciente?

—¿Has estado vigilándome? —gruñí y me senté.

—Siempre te he estado observando, Nate. Eres mi mejor amigo.


Nunca dejaría que una maldita hoja cayera en tu lado de la calle. —Volvió
sus ojos de acero hacia mí—. ¿Crees que solo porque renegaste de mí y
de mi familia podrías alejarte? Salvaste mi maldita vida un millón de
veces, cuando éramos niños. Recibiste una bala en el pecho por mí, ¿qué?
¿Cinco veces?

—Cuatro. Idiota. —Levanté la mano y me froté el pecho.

—No estás eligiendo vivir justo ahora. Estás eligiendo morir.

—No tengo idea de qué estás gimoteando. Aunque no estoy de


humor. —Dejé que la sonrisa se deslizara de mi cara cuando el dolor se
envolvió alrededor de mi pecho, sofocando mi deseo de tomar otro
aliento—. No puedo verla de nuevo. Está en peligro, y tiene que odiarme.

254
Logan Chase Tóxico

Violé su confianza, maté a su hermano, la follé como a una puta de dos


reales.

—Sí, ¿y? —Se puso de pie y se acercó a la cama, poniendo su mano


sobre mi pecho—. Eres un buen hombre. Estás viviendo en un mundo
jodido. Arréglalo, o lo arreglaré por ti.

Me volví y tragué la quemadura en mi pecho mientras mis ojos se


llenaban de lágrimas.

—Ash robó mi orgullo, Erik. ¿Cómo diablos lo recuperaré alguna


vez? Jenna merece un hombre, no un abusador.

Asintió.

—Ash solo robó lo que le permitiste robar. Nada más. Tienes una
mujer que te quiere esperando en el pasillo. No la rechaces. —Sonrió justo
antes de que yo cerrara los ojos—. Te prometo que la recogeré y la haré
mía.

—No, no lo harás. —Levanté mi mano y agarré su garganta


mientras se reía.

—Bien. De todos modos, está un poco contaminada para mí. Te


juro que disfrutó follándote y tirar de tu mierda tanto como tú llorabas
por más. —Retrocedió justo cuando volví a intentar alcanzarlo—. Te ama,
hombre. Esa mierda no tiene precio.

—Lo sé. —Me volví hacia la ventana—. Llévala a su casa por mí. La
iré a ver cuando salga. Lo prometo.

Se marchó sin otra palabra, y estaba agradecido. Me conocía lo


suficientemente bien como para entender que cuando decía que me
dejaran en paz… Lo decía en serio.

255
Logan Chase Tóxico

****

Me quedé dormido en algún momento de la mitad de la tarde y


desperté con la enfermera sacudiéndome el hombro.

—Señor Hayes. Hay aquí un policía que quiere hablar con usted.
—Frotó mi hombro suavemente.

—¿Qué? —Me incorporé bruscamente, solo para que me empujara


hacia atrás. Mis sueños me dejaron sudando como una puta en la iglesia.
Jenna atada a una cama mientras violaba cada parte de ella. Dejé
escapar un largo suspiro y me volví para mirar a un tipo de aspecto de
mal culo duro entrar en la habitación.

—No le quitaré mucho tiempo, señor Hayes.

—Soy Nate, hombre. —Corrí mi mano por mi cabello—. ¿Puede


acercarme la jarra de agua que está allí encima? Esta mierda que están
usando para limpiar mi sistema me está dejando tan seco que siento que
mis jodidos ojos van a romperse.

Se rió entre dientes y se volvió.

—Soy Cole Matthenson. Soy nuevo en la zona.

—Oh, sí. Eres el policía que fue a Kadia. Alguien mencionó que
habías ido. —Alcancé la jarra y sacudí la cabeza mientras él trataba de
darme un vaso—. No necesito eso. —Me tragué la mayor parte del agua,
sin importarme dos mierdas que el tipo se enfadara conmigo. Que se
jodiera si lo hacía.

—Ese lugar es… interesante.

256
Logan Chase Tóxico

—Puedes decir eso. —Me limpié la parte posterior de mi boca y le


entregué la jarra—. Gracias.

—Claro. ¿Puedo hacerte algunas preguntas sobre lo sucedido a ti y


a tu novia?

—¿Jenna? No es mi novia. —Me recosté cuando la náusea rodó en


la boca de mi estómago.

—Oh. Está bien. Dijo que lo era. —Sonrió—. Mujeres.

—¿Qué es lo que necesita saber?

—¿Puedes darme los detalles sobre dónde podría encontrarse la


señorita Denise Webb? Jenna mencionó que el nombre de la chica podría
ser Ashley. No estoy seguro de cuál es, pero parece que estuvo
involucrada en todas estas cosas.

—No tengo ni idea de dónde está. Deberían revisar mi apartamento


y probablemente la casa de Darek Webb. Era su esposa.

—El difunto Darek Webb, ¿correcto?

—Sí. —Me incliné hacia atrás y dejé que el cansancio que estaba
reteniendo rodara sobre mí en gruesas olas—. Asegúrese de que vigilen a
Jenna. No está segura.

—¿De quién deberíamos estar preocupados yendo detrás de ella?


—Levantó su libreta de papel—. ¿El señor Erik Bertinelli?

—Naw. Erik es un buen tipo.

El policía se rió entre dientes.

—¿En serio? Esa no es la información que quería sacar.

257
Logan Chase Tóxico

—Todos tenemos una mierda en nuestros antecedentes por aquí.


Algo que los chicos buenos no entienden.

—Te sorprenderías —murmuró y bajó la vista hacia su bloc de


notas mientras tomaba algunas notas más.

—¿Dónde está Jenna?

—Se fue con el señor Bertinelli antes por lo que tengo entendido.
—Se encogió de hombros—. ¿Venden Zandra en Kadia?

—No. Tienes que hablar con Fredrick…

—Carrington. Lo sé. Lo he hecho. Varias veces. El tipo espera que


me una a su equipo, pero no me está escuchando.

—Parece un poco extraño que el jefe estuviera reclutando a un


policía local. —Levanté una ceja. ¿Ese tipo decía la verdad?

—Es un hombre poderoso. Sabe que mi uniforme no encaja bien.


Mi pasado no lo permitiría. Además, mi día de clubes y de crimen han
quedado atrás.

Sonreí.

—Eso dices, hasta que empiezas a extrañarlo. Hay libertad en la


oscuridad que nunca se encontrará en ningún otro lado.

—Sí, y la cordura en la luz. —Golpeó el bolígrafo en el papel—.


¿Alguna otra cosa que quieras contarme? He oído los detalles principales
sobre lo ocurrido. No tomaste la tercera píldora, ¿verdad?

—No. Tendría que haber ahorrado a Jenna el horror de lo que la


mierda hiciera conmigo, pero no pude encontrar la maldita cosa. —Dejé

258
Logan Chase Tóxico

escapar un breve suspiro—. Estoy cansado, si has terminado con tus


preguntas.

—Claro. Enviaremos a un patrullero a vigilar a la señorita Webb.


Su padre podría haber solicitado ya uno. No me sorprendería mucho.

—Me gusta su padre. Es un buen tipo.

—Sí, pero ha pasado a través de un infierno últimamente. Estoy


bastante seguro de que todo el maldito estado está a punto de enloquecer
sobre esta droga que sufriste.

—Tal vez deberían hacerlo. ¿Quién sabe? —Me encogí de


hombros—. Es fantástica en pequeñas dosis, pero tóxica en sobredosis.

—La mayoría de las cosas lo son, ¿verdad? —Asintió—. Gracias por


tu tiempo, Nate. Estaré en contacto si tenemos alguna pregunta en el
futuro.

—Muy bien. —Me recliné hacia atrás y lo vi alejarse mientras el


miedo calaba en el centro de mi pecho. Necesitaba salir corriendo del
hospital e ir a casa de Jenna. No iría hasta allí y le haría saber que la
estaba observando, pero alguien tenía que mantener un ojo en ella.
Ashley no descansaría tranquila sin saber que había terminado el trabajo
y aplastado por completo mi corazón.

Tal vez la única opción era encontrar a Ash y envolver mis manos
alrededor de su garganta. Verla retorcerse debajo de mí hasta que dejara
de respirar.

—Basta —gemí y presioné mi mano en mi cara. Odiaba en quién


me había convertido. El chico de la cafetería que se enamoró de la hija
del fiscal no existía. Era hora de comenzar a actuar como si estuviera
enterrado a dos metros del suelo.

259
Logan Chase Tóxico

No más tratar de resucitar a los muertos. Yo era quien era, y obtuve


lo que merecía. Juega con fuego y consigue tu culo quemado.

260
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintiocho
Jenna
Me di la vuelta en el sofá y presioné mis dedos en mi boca,
intentando impedirme llorar. ¿Qué había querido que hiciera? ¿Solo
dejarle follarse a mí mismo hasta la muerte? ¿Tragar la maldita píldora y
tener un ataque al corazón justo delante de mí?

—Jenna. Déjalo ir. —Erik caminó alrededor de la cocina y se sentó


en el borde de la mesa de café a mi lado.

—No tienes que quedarte aquí, Erik. Estoy bien. Si la perra viene a
buscarme, la mataré.

—No me voy a quedar aquí para cuidarte. Me quedaré hasta que


seas lo bastante fuerte como para que podamos terminar esta mierda. No
termina hasta que nosotros digamos que se acabó.

Me senté y empujé mi cabello detrás de mi hombro mientras mis


lágrimas se disipaban.

—¿Hablas en serio ahora? ¿Sabes dónde está?

—Claro que sí. Está en una pequeña casa en el bosque a las afueras
de la ciudad. Podemos estar allí en unas pocas horas si estás lista. —
Inclinó su cabeza hacia un lado, luciendo como una hermosa muerte.
Grace estaba enamorada de él por una razón, y sinceramente no podía
culparla ni un poco. Él era su Nate. Todo el mundo merecía un amor
como ese.

Todos excepto yo, aparentemente.

261
Logan Chase Tóxico

—Estoy lista. —Me levanté y caminé hacia la parte de atrás de la


casa para cambiarme—. ¿Crees que él volverá a mí?

—No. Bueno, no lo sé con certeza. No es el tipo de persona que


puede perder su orgullo y superarlo fácilmente. —Erik se detuvo fuera
del dormitorio—. ¿Vas a cambiarte?

—Sí. —Me saqué el vestido sobre mi cabeza y lo cambié por un par


de vaqueros y una camisa negra antes de poner unas botas en mis pies—
. Moriría por él, Erik.

—Bueno. Tendrás que demostrar eso antes de que la mierda dé la


vuelta.

—¿Por qué? —Salí y pasé junto a él, ignorando el aroma


deliciosamente oscuro de su colonia. Nada importaba excepto Nate—. ¿No
he hecho lo suficiente?

—Piensa que te lastimó. Que te violó. —Se movió hacia la puerta y


la abrió.

—Entonces es un idiota. Yo lo violé a él si no es otra cosa.

Bufó.

—Vamos a decirle eso. De hecho, déjame que se lo diga. Me


encantaría darle esa noticia.

Lo golpeé en el pecho y caminé por el pasillo hacia el ascensor con


él.

—¿En qué mundo estaría yo saliendo por ahí fuera con un pistolero
de la mafia un miércoles por la noche?

262
Logan Chase Tóxico

—¿En nuestro mundo? —Me ofreció su brazo—. Estoy pensando


que si sigo impresionándote con mi buen aspecto juvenil y mi encanto
me harás un apaño con Grace.

—Tú solo quieres sexo. No le voy a hacer eso a mi mejor amiga. Es


una buena mujer.

Se movió hacia el ascensor y mantuvo la puerta abierta para mí.

—Quiero que me hagas un favor.

—¿Cuál?

—Quiero que le digas cuánto tiempo me empujaste fuera de su


cama la primera vez que me meta en ella. Te odiará de por vida.

Fue mi turno para reír.

—Estás bromeando, ¿verdad? No eres tan bueno. Grace me quiere.

—Quizás, pero va a adorarme. —Se lamió los labios y cerró los


ojos—. Tantas cosas que voy a hacer con ella.

—Viste como mi abuela. —Me moví a través de la puerta abierta y


agradecí a las estrellas por nuestra tonta conversación. Me impedía
pensar demasiado sobre hacia donde nos dirigíamos.

—Sí, pero las dulces niñas como ella siempre se visten así. Tiene
algo de travieso bajo ese suéter voluminoso y la horrible falda. Y quiere
liberarse. Puedo ver todo sobre ella.

—Eres inquietante. —Lo miré dándome cuenta de que comenzaba


a gustarme estar cerca de él. Quizás él y Grace deberían intentarlo. Tal
vez.

263
Logan Chase Tóxico

—Lo amas. —Abrió la puerta de su Jaguar negro y retrocedió. Cerró


la puerta y sonrió mientras caminaba hacia el otro lado y entraba—. ¿Lo
amas lo suficiente como para ir tras él cuando terminemos con Ashley?

—Por supuesto que lo hago.

—Bueno. Entonces, dale celos. ¿Te gusta bailar?

—Me encanta. ¿Y a ti?

—Prefiero matar a un niño.

—No estoy segura de si eso significa que te gusta o no bailar.

Él se rió entre dientes.

—Zorra.

****

—¿Cómo sabes que ella está aquí, Erik? —Tomé el arma de su


mano y respiré temblorosamente.

—Tenemos ojos por todas partes. —Asintió hacia el arma—.


Levántala como si fueras a dispararla. Quiero ver qué tan firme es tu
agarre.

Levanté la pistola y se balanceó alrededor viendo que me temblaban


tanto las manos.

—Ugh. No puedo hacer esto.

—Entonces, lo haré yo. —Apuntó su arma a mi cara y me miró—.


Mira. Constante. No me importa menos esa perra.

264
Logan Chase Tóxico

—O acabas de matar a un millón de personas y esa chica no es


diferente.

—¿Contará que he dormido con ella un puñado de veces? —Cerró


la puerta del coche y caminó hacia la pequeña casa escondida en el
bosque.

—Grosero. Nate ha… ¿Sabes qué? No contestes a eso. No quiero


saberlo.

—La follamos juntos un par de veces. Ya sabes… cuando


estábamos aburridos. —Miró por encima de su hombro y se rió entre
dientes—. Podríamos mostrarte de primera mano si…

—Para. Por favor. Bruto.

—¿De nosotros follándola o de que me quieras para que te follemos


juntos?

—Ambos. —Extendí la mano y deslicé mi brazo por el suyo—. No


me quiero caer.

—Te agarraría. —Echó un vistazo y me guiñó un ojo.

—No eres tan mal culo como pretendes ser, ¿verdad?

—Oh, soy un gilipollas. Lo prometo. Simplemente me gustas tú. Me


recuerdas a mi hermana pequeña. Me hace querer ser un poco mejor.

—¿Dónde está ella?

—Muerta. —Se alejó de mí y caminó hacia la casa. Quería


disculparme, pero parecía que estar en silencio era la mejor opción. La
historia de Erik tenía que ser más que interesante, pero no estaría

265
Logan Chase Tóxico

pidiendo la versión extendida. Demasiada muerte y desmembramiento.


Demasiadas pérdidas.

—¿Ella es…? —Comencé a susurrar cuando Erik se detuvo y


levantó su mano.

—Ashley es una perra astuta, Jenna. Estará preparada para ti.


Cuídate la espalda por si acaso.

—Está bien —susurré. Mi corazón casi se detuvo en mi pecho


cuando se fue por el costado de la casa—. ¡Erik! ¿A dónde vas?

—Ve por la parte delantera. No estoy aquí. Recuerda eso.

—Mierda. —Caminé hacia la puerta de entrada y metí la pistola en


mi bolsillo trasero. No sabía cómo entrar en una casa, cómo colarme en
el hogar de alguien.

Llamé a la puerta y dejé escapar un largo suspiro. Si era mi hora


para morir, que así fuera, pero la perra me acompañaría.

Abrió la puerta y dio un paso atrás con una expresión de sorpresa


en su rostro.

—Guau. Pensé que vendrías, pero te recuerdo diciendo algo sobre


un cuchillo en mi espalda.

Di un paso adelante y le di dos puñetazos en la cara,


sorprendiéndome un poco.

—Bueno, sí, he dejado la cubertería en casa. Perdóname.

—Disculpa puta. —Alcanzó su espalda y yo la abordé, tirándola al


suelo mientras gritaba. Tenía que luchar con el arma de su mano y se
disparó dos veces antes de que Erik entrara con calma.

266
Logan Chase Tóxico

—El sigilo sería algo bueno. —Se apoyó contra la pared.

—Cállate. —Me incliné y envolví mis manos alrededor de su


garganta—. Disculpa tú, puta. ¿Matas a mi hermano y luego intentas
quitarme a Nate?

—Él nunca te pertenecerá. —Se rió mientras apretaba mis manos


alrededor de su garganta.

—Podría dispararla por ti —ofreció Erik.

—Necesito hacer esto. —Sentí algo dentro de mí rompiéndose. Ella


estaba en lo cierto. Nate no iba a ser mío por lo sucedido. La luz en sus
ojos murió esa noche como si realmente se hubiera convertido en el
monstruo que la droga le hizo creer que era—. Te odio mucho. Espero
que el infierno te dé la bienvenida con una tortura más allá de cualquier
cosa que puedas imaginar.

—Jenna. Matar a alguien va a cambiarte. Permíteme hacerlo a mí.


—Erik sacó su pistola y se movió para estar a nuestro lado mientras
apretaba mis manos tanto como podía y golpeaba su cabeza contra el
suelo varias veces, gritándole nada. Todo—. Jenna.

—Échate para atrás. —Alcé la vista hacia él y me levanté para


apoyar todo mi peso en su garganta.

Ella rasguñó y me arañó, pero no pude obligarme a retroceder. Erik


debería matarla. Él era el asesino, no yo.

—Por favor. Por favor, Jenna. No lo sabía. Fue todo cosa de él. Todo
fue Nate. Compruébalo —susurró Ashley bruscamente mientras su rostro
se volvía de un repugnante tono azul.

267
Logan Chase Tóxico

—No me importa quién fue. Tú vas a morir. —Clavé mis uñas en


su cuello y mi espalda se arqueó, queriendo escucharla ahogarse más de
lo que quería escuchar mi próximo aliento—. Te odio. Perra enferma.

—Jenna. —Erik tocó mi hombro y tiré bruscamente de mi cabeza


hacia arriba.

—Te mataré después si no retrocedes como la mierda.

—No, no lo harás. —Empujó mi hombro y me golpeó de nuevo antes


de disparar su arma dos veces.

—¿Por qué? —Me apresuré a poner de rodillas.

—Porque… alguien me estaba pagando algo mucho más que unos


pocos favores por hacerlo, y ese alguien no eres tú, muñeca. —Me guiñó
un ojo y me ofreció su mano.

—¿Qué? ¿Quién? —Bajé la vista a la cara ensangrentada de Ashley


y le di la espalda cuando un grito se atascaba en mi garganta—. Casi
mato a alguien. La encontrarán y tendrán mis huellas por toda su
garganta. ¿Qué estoy…?

—Nunca. He estado observando a Nate durante veintiséis años. Le


perteneces a él, por lo que a mí respecta, lo que significa que tienes mi
protección. Vete al coche y quemaré este lugar hasta los cimientos. Nadie
lo sabrá nunca.

Lo miré.

—Yo lo sabré.

—Sí, así que vive con eso. Todos lo hacemos. —Se inclinó y me besó
en la frente—. Nate se pondría duro con esto. Vete al coche. Ahora.

268
Logan Chase Tóxico

Su voz no era más que un eco en mi cabeza cuando salí de la casa


dando tumbos y caminé hacia el automóvil. La puerta se cerró de golpe y
me volví a tiempo para verle correr hacia mí mientras la casa estallaba
en mil pedazos. La fuerza me tiró al suelo, pero unos minutos después
estaba en brazos de Erik luchando por mantener la conciencia.

Demasiado. Todo era demasiado, y la única persona que necesitaba


para ayudarme a superar todo eso no estaba disponible para mí, ni
volvería a estarlo nunca más.

Nate.

269
Logan Chase Tóxico

Capítulo Veintinueve
Nate
—¿Señor Hayes? Eres libre de irte. —La enfermera entró en mi
habitación la mañana siguiente con algo de mi ropa doblada en su
mano—. Su amigo Mikey está fuera de la habitación. ¿Quieres que le diga
que no vas a ver a nadie?

—No. Déjalo entrar. —Me levanté y me quité la bata mientras ella


gritaba y se volvía, caminando hacia la puerta mientras me maldecía.

Me reí entre dientes y caminé hacia mi ropa.

—Está bien. Gracias, señora. —Mikey entró y me dio la espalda—.


Maldita sea. ¿Cómo sabía que querrías menear el pene y ponernos a todos
celosos? Culo enfermo.

—Me extrañaste. Es obvio. —Me puse los vaqueros a lo largo de mis


piernas y los abotoné—. ¿Tú solo?

—Sí. —Se giró, entrecerrando los ojos—. ¿Es seguro?

—La única amenaza es la envidia. —Cogí mi camisa y tiré de ella


sobre mi cabeza mientras el olor del perfume de Jenna llenaba mi nariz.
Hice una mueca y levanté una ceja mientras miraba hacia Mikey—. ¿Por
qué huele mi camisa a Jenna?

—Porque fue con Erik a buscarte la ropa hace un día o algo así.
Las sostuvo apretadas contra su pecho la mayor parte de la noche. —
Bajó la vista—. Sabes que odio meterme en tus asuntos…

270
Logan Chase Tóxico

—Bueno. Así que no lo hagas. —Pasé mi mano sobre mi nariz y


traté de no dejar que el aroma de ella estuviera todo sobre mí llevándome
al borde de la locura. La extrañaba tanto que me sentía como si tuviera
la puta gripe.

—Sí, y no lo haría si no te amara como a un hermano. —Se movió


frente a mí y agarró mis hombros—. Nunca has tenido nada bueno en tu
vida, Nate. Nada. Ninguno de nosotros, ni una buena mujer. Una madre
que te amara. Y finalmente apareció este ángel, y debido a una mierda
que estaba fuera de tu control, la despides como si fuera una puta a la
que pagaste dinero.

—No voy a escuchar esto, Mikey. No estabas allí. No viste la forma


en que me comporté. Las cosas que dije. La forma en que la traté.

—Lo que se dice en la calle es que te ató el culo y te montó como a


un preciado semental.

—¿Y crees que esa es la forma en la que una mujer quiere que se
hable de ella? —Agarré su garganta, golpeándolo como una víbora—. Es
una buena mujer. Se merece un hombre que nunca la ponga en la
posición de tener que hacer esa mierda.

Se apoderó de mis dedos y tiró.

—¿Y si le gustó, Nate? A algunas chicas les gusta el sexo duro. A


Ash lo hacía.

Lo solté y le di la espalda buscando mis zapatos.

—Jenna no es como otras mujeres. Es hermosa y amable. Y no


vuelvas a hablarme de Ashley otra vez. Necesito olvidar toda esa mierda.
Y tú trayéndolo a colación no está ayudando.

271
Logan Chase Tóxico

—Está bien. —Asintió—. Pero incluso si Jenna es dulce y amable,


sigue siendo una mujer. Es fuerte y sexy. Audaz como la mierda. ¿Me
estás diciendo que en una noche salvaje en el futuro vosotros dos no os
tendrías atados el uno al otro y follándoos la mitad de la noche?

Miré por encima de mi hombro.

—¿Ella te puso a esta mierda?

—No. Está fuera de combate. —Miró sus manos mientras mi sangre


se helaba.

—¿Qué diablos quieres decir con fuera de combate?

—Ella y Erik encontraron a Ashley anoche, al menos es lo que


asumo con lo poco que él me está diciendo.

—¿Dónde está Jenna? —Caminé hacia mi viejo amigo con una


súplica en mi voz que sabía que no necesitaba explicar.

—¿Qué te importa? —Dio un paso atrás.

—Voy a lanzarte al maldito suelo y golpear tu trasero como hice


cuando éramos niños, Mikey. ¿Dónde está mi chica?

—¿Tu chica? —La puerta se abrió un poco más detrás de Mikey, y


Erik se apoyó en ella, luciendo como el hijo de puta engreído que era—.
Estaba pensando que la echaste. Estaba tratando de ser un caballero,
barriendo y jugando al príncipe azul mientras estabas escondido,
cuidando tus heridas.

—Parad de jugar conmigo. —Les di una mirada que decía que


encontraría un objeto romo y jodería a la gente muy pronto.

272
Logan Chase Tóxico

—Te dije dónde estaba. —Mikey giró y caminó hacia la puerta—.


Vamos. Consigue tus zapatos y te llevaremos a casa.

—¿Está Jenna en mi casa?

—¿Qué? No —sonrió Erik socarronamente—. ¿Por qué estaría en


tu casa?

—¿Mató a Ash? ¿O lo hiciste tú?

—Lo hice yo, y me debes una por ello. Ella casi lo hizo bien.
Deberías haberla visto. He tenido una erección desde anoche. Tiene
suerte de pertenecerte, porque yo habría violado cada parte de ella. Tan
hermosa. Tan fuerte y malditamente sexy. —Los ojos de Erik se
oscurecieron.

—Oye. Cállate, ahora. —Me moví hacia él, y levantó sus manos.

—Está tan triste, amigo. No puedo hacer que coma ni beba nada.
Se siente como un monstruo, aunque puse dos balas en la bonita cara
de Ashley.

Me tragué mis preguntas. Todas menos una.

—¿Dónde está el cuerpo?

—Quemado.

—¿Y el caso de asesinato del hermano de Jenna?

—Va a ser depositado en Ashley. —Erik se encogió de hombros—.


Te atacó a ti y a Jenna en tu casa y luego huyó de la ciudad.

Mikey se aclaró la garganta.

—Oye. Se preguntarán dónde está ella.

273
Logan Chase Tóxico

—Cierto. —Miré a Erik—. ¿Decimos que no lo sabemos o qué?

—¿La has visto desde que se volvió loca en el apartamento? —Erik


levantó la ceja y sonrió.

—No, pero los policías no van a dejar de buscarla. —Pasé mis dedos
por mi cabello—. Amigo, no hay nada que relacione a mi chica con la
muerte de Ash, ¿verdad?

—No. Recibieron un chivatazo esta mañana de que Denise o Ashley


salió corriendo a una vieja casa del bosque y que el calentador del agua
estaba defectuoso. Toda la puta casa estalló. Los policías están ahora
afuera, estoy seguro. —Se veía demasiado frío para la situación que tenía
entre manos. Idiota—. Digamos que pagué a un testigo presencial en la
casa contigua para ayudar a cubrir la historia de que nada estaba fuera
de lo normal.

—¿Pagado o amenazado? —resopló Mikey y retrocedió cuando Erik


se giró y le gruñó—. Vale. Mierda. Lo siento.

—¿Qué va a pasar con el dinero que Ashley iba a heredar? —Crucé


los brazos sobre mi pecho.

—Volverá a la familia. —Erik se rió entre dientes—. ¿Por qué? ¿Aún


quieres tu parte?

—No. Terminé con esa mierda. Nunca. Nunca tomaría nada de


Jenna o su gente. —Dejé escapar un largo suspiro—. Su familia me
conoce como uno de los viejos amigos de Denise.

—Bueno. Eso ayuda entonces. —Erik se encogió de hombros y


retrocedió para descansar contra la puerta.

—¿Cómo es eso? —Mikey miró entre mi viejo amigo y yo.

274
Logan Chase Tóxico

Hablé.

—Podría ayudarles a pensar que conocí a Jenna a través de Denise,


pero sinceramente eso no importa. Le dije a su padre que iba a De Luca
todo el tiempo. Ya supone que he visto a Jenna, estoy seguro. Esto no
está tan jodido como parece. Podemos superarlo.

—Si puedes trabajar a través de matar a Ash, entonces tienes esto


en la bolsa. —Erik me dio una mirada cómplice—. Además, ésta linda
mujer está totalmente enamorada de ti. Mencionó que no quería vivir sin
ti. Incluso le dije que mi pene era mucho más jugoso que el tuyo, pero
hay algo sobre…

Cargué contra él y le golpeé en la boca una vez antes de que me


devolviera el favor.

—Que te jodan por eso —ladré en su rostro.

—Sí. Jódete también por casi renunciar a lo mejor que va a pasar


a tu triste culo. Reúne tu mierda y te llevaré con ella, pero la cagas y eso
es todo. Es mía. Y no vas a hacer una maldita cosa al respecto.

Me volví y caminé de regreso a la habitación, deslizando mis manos


por mi pelo mientras buscaba mis zapatos. Él estaba en lo cierto. Era lo
mejor que me iba a pasar jamás. Me necesitaba. Incluso ver morir a
alguien era un gran jodido problema.

La mierda te cambiaba para siempre.

Solo el amor y las altas dosis de lujuria ofrecían un respiro a ese


tipo de pesadilla. Quería darle ambas cosas. A la mierda mi orgullo.
Jenna necesitaba mi aceptación y yo necesitaba la de ella.

****

275
Logan Chase Tóxico

—¿Nena? —susurré suavemente mientras estaba parado en el


borde de la habitación oscura donde yacía tirada en la cama. El hecho de
que fuera la cama de Erik hacía que me picara la piel. No había visto a
ese cabrón en años y ahora él rondaba como un mal hábito.

No se movió.

Cerré los ojos y contuve la respiración, escuchando el sonido de su


sueño. Nada. No estaba dormida, sino fingiendo.

—Jenna. —Me quité la camisa y trabajé en mis pantalones. No


estaba seguro de cómo me sentía sobre nada, pero no iba a dejarla
curarse por sí sola. Ella no lo haría.

—Déjame sola. —Se acurrucó en una bola apretada y sorbió por la


nariz.

—No va a suceder. Erik dijo que te estaba robando si no me volvía


loco y lo superaba todo. —Me arrastré hacia la cama y me deslicé bajo
las sábanas—. Lo siento.

Sorbió de nuevo por la nariz.

La alcancé y me moví detrás de ella, encontrándola totalmente


desnuda. Me apreté contra su espalda, metiendo mi pene entre las
mejillas de su culo y presioné mi boca a su oído.

—¿Por qué estás desnuda, nena? Porque si Erik te tocó, entonces


voy a quemar esta jodida casa con él y toda su loca familia.

Extendió la mano a su espalda y se agarró a mi muslo.

276
Logan Chase Tóxico

—Intenté matarla, Nate. Mató a Darek, y casi te mata. Intenté


matarla, y lo habría hecho si Erik no hubiera intervenido y lo hubiera
hecho él mismo.

—Lo sé, nena. —Me moví cerca y pasé mi mano hacia abajo por su
costado antes de tirar de su hombro—. Ven aquí y déjame abrazarte.

—No. Está bien. —Se apartó y se acurrucó más apretada.

—¿Qué está bien, princesa? —Le quité el pelo del cuello y me


incliné para pasar los labios por su piel. El calor corrió por mi centro y
todo en lo que podía pensar era en hundirme en ella, recuperando lo que
me pertenecía.

—No tienes por qué estar aquí. Sé que hemos terminado. —Tiró de
su almohada cuando un suave sollozo la dejó.

—¿Lo hicimos? —Recorrí sus costillas y ahuequé su grueso pecho,


apretando suavemente—. ¿Eso es lo que quieres?

—No juegues conmigo. —Su voz perdió toda la suavidad—. Casi


renuncio a todo por ti, y no puedes controlar una situación, ¿así que me
dejas?

—No te dejé, Jenna. No sabía cómo volver para no lastimarte. —La


forcé a darse la vuelta y me moví encima de ella, metiéndome entre sus
piernas—. No voy a irme a ninguna parte.

—¿Y qué pasaría si no quiero tus insípidas idioteces? —Empujó mi


hombro y giró su rostro hacia la ventana.

Me incliné y moví mi nariz alrededor de su pecho, lamiendo y


besando su suave piel.

277
Logan Chase Tóxico

—No soy insípido. No estaba seguro de cómo dejar de hacerte daño.


—Levanté la mano y cogí su barbilla firmemente—. ¿Me oyes? Escucha
lo que estoy diciendo.

Se sacudió lejos de mí, pero sus piernas se envolvieron alrededor


de mi cintura y rodó sus caderas, deslizando su dulce coño a lo largo de
mi eje.

—Te odio.

—Lo sé, cariño, pero te recuperaré.

—No me hiciste daño. Ni una sola vez.

—Recuerdo lastimarte, Jenna. No me mientas para que me sienta


mejor. —Ajusté mis caderas y bordeé su apretado agujero, burlándome
de ella.

—Entonces tu memoria está jodiéndote. Nunca me lastimaste ni


una vez. —Se atragantó—. Estabas dispuesto a morir por mí.

Me apreté contra ella y la rodeé con mis brazos mientras colocaba


mi cara en el costado de su cuello.

—Y todavía lo estoy.

Gimió en voz alta cuando me levanté y forcé sus piernas un poco


para poder follarla más profundo.

—No me lastimaste. —Presionó sus talones contra mi culo y me


trabajó desde abajo, tirando de mi pene en unas formas que hizo que me
sintiera mareado.

—Deja esa mierda, o voy a correrme demasiado pronto.

278
Logan Chase Tóxico

—Córrete. Empezaremos de nuevo. —Rodó sobre nosotros, y se


sentó, rodando sus gruesas caderas mientras sus pechos rebotaban.

—Joder, te amo. —Alcancé la mano y me apoderé de sus pechos,


tirando de sus pezones mientras dejaba caer su cabeza y sus manos se
extendían detrás de ella.

Bajé la mirada, mirándola follarme agradable y despacio. Fue el


cielo. Felicidad. Todo para mí.

—También te amo —gimió y levantó sus caderas un poco más


rápido.

Alcé mi mano y presioné mi palma contra su estómago mientras


pasaba mi pulgar sobre su clítoris en círculos apretados.

—Bien. Córrete para mí, y recuérdame por qué soy un idiota


pensando que ya no me amabas.

Verla llegar fue lo más caliente que recuerdo haber visto en mi larga
vida. Se dejó ir y me cubrió el estómago con su dulzura.

—Tan bueno —gritó y me sonrió.

—Acabamos de empezar. —Levanté la mano y la pasé entre sus


tetas antes de girarnos hacia atrás y bloquear mis brazos debajo de sus
rodillas—. Tiempo de follar en todas las formas que he imaginado en mi
cabeza.

Gimió mientras yo sacudía la cama con mis embestidas profundas.


La hice correrse unas cuantas veces más antes de presionarme por
completo en ella y quedar atrapada por debajo de mí.

—¿A quién perteneces, princesa? —Entré en ella.

279
Logan Chase Tóxico

Gimió y se tensó.

—A ti.

—¿A alguien más? —Salí y volví a meterme dentro, acariciando su


clítoris con el ángulo de mi pene.

—No. Solo a ti.

—Buena chica. Eso no va a cambiar nunca, ¿verdad? —Me levanté


y sonreí—. Dime si te hago daño, ¿de acuerdo? La palabra clave es
abandonado.

—Cállate y fóllame, Nate.

Me reí y moví mis manos a sus hombros, presionándola había abajo


mientras martilleaba el desastre húmedo de su montículo. Tardó unos
segundos y me hizo desintegrarme.

Para siempre.

Para siempre era lo que yo quería.

Estoy seguro como el infierno que esperaba que planeara a largo


plazo como yo.

Éramos ella y yo… hasta que la muerte nos separara.

280
Logan Chase Tóxico

Epílogo
Jenna
Una semana después

—Hey, niña. ¿Sabes qué? —Sam levantó la vista de algo en lo que


estaba trabajando y sonrió—. Recibí una llamada de tu padre, y me dijo
que estarías fuera un par de semanas. ¿No?

—Nop. Mi padre no maneja mi vida. Soy una mujer adulta. —


Caminé alrededor del mostrador y dejé mi bolso antes de abrazarlo—.
Gracias por dejarme trabajar aquí. Sé que sabes quién es mi familia y
esas cosas.

Se rió entre dientes.

—Jenna, te queremos aquí. Lo sabes. Eres como una familia para


mí y Cynthia.

—Lo sé, pero algunas veces trato con personas como yo y mi


familia…

—Como tu familia. —Cogió una pequeña galleta y me la dio—. Deja


de amarme. Me estás haciendo sonrojar.

Me reí y tomé la galleta, metiéndomela en la boca. Nate y yo nos


mudamos juntos hace unos días, lo cual fue rápido, pero una vez más,
cuando sabías que ibas a pasar el resto de tu vida con alguien, ¿qué
sentido tenía esperar para empezar a vivir juntos?

281
Logan Chase Tóxico

Mi familia lo aceptó, lo cual era bueno y, sin embargo, un poco


extraño. Algo me dijo que mi padre estaba un poco dudoso sobre él, pero
quería tener más tiempo a mí alrededor, y de alguna manera eso significó
que se guardó sus opiniones para sí mismo. Sin embargo, él y Nate se
llevaban muy bien. Era divertido. El criminal y el fiscal.

Cerraron el caso de mi hermano una semana después de que todo


se viniera abajo, y cambiaron los registros para reflejar el asesinato. Los
restos de Denise y sus registros dentales la identificaron como Ashley
Talmant. Después de investigar todo, mi padre conectó los puntos y selló
el caso. Fue desgarrador, pero se acabó. La gama completa de pruebas
mostraba que solo una persona estaba involucrada en la muerte de
Darek… su bella y joven esposa. Con mi alivio.

La voz de Cynthia me sacó de mis pensamientos cuando se levantó


de puntillas y me dio una cálida sonrisa.

—Tu amiga Grace estuvo hoy aquí.

—¿Ah, sí? Conoce mi horario. ¿Qué quería?

—¿Algo sobre un gran evento en noviembre en la biblioteca? No lo


sé, pero quería encargar bandejas de galletas y todo eso.

—Oh, sí. El tiempo de vacaciones siempre es una locura para ellos.


Pobre. Odia los eventos sociales. —Agarré mi delantal y me lo até a la
cintura mientras caminaba alrededor del mostrador para comprobar las
mesas—. ¿Habéis estado ocupados?

—No, no mucho. —Sam se inclinó hacia adelante cuando me volví


para mirarlo—. Tu amigo no ha regresado. Creo que mi teoría era cierta.

282
Logan Chase Tóxico

—¿Cuál? ¿Qué viene a por algo más que por el café? —No pude
evitar preguntarme si Sam no nos había visto a mí y a Nate besarnos en
más de una ocasión antes de que todo se volviera loco.

—Exactamente. —Se levantó y sonrió.

—Tal vez. ¿Quién sabe? —Me encogí de hombros y me giré mientras


Nate entraba en la tienda con un ramo de flores en su mano.

Sam se rió a carcajadas detrás de mí.

—Te lo dije.

—Ten. —Nate me pasó las flores y estudió mi rostro de una manera


que siempre me dejaba caliente y nerviosa—. Huélelas y las llevaré de
vuelta al contenedor de basura.

Se las arrebaté y me reí.

—Idiota. Solo lo hice porque íbamos al parque.

—Mmmm… ¿el día que intentamos probarte ese vestido? —Se


lamió el costado de sus labios.

—Para. —Presioné mi mano en su pecho y me acerqué a él—. ¿Qué


estás haciendo aquí? Llegaré a casa en cinco horas.

—Demasiada espera. —Besó la punta de mi nariz y se movió a mí


alrededor—. Hola, Sam.

—Hola, amigo. Guardé tu secreto bastante bien.

Me volví y puse mi mano sobre mi cadera mientras Nate encargaba


una taza de café.

—¿Qué secreto?

283
Logan Chase Tóxico

Nate miró sobre su hombro.

—He estado viniendo aquí desde que era un niño. Sam siempre me
cuidó. Me contó sobre ti cuando empezaste a trabajar aquí. Funcionó
bastante bien, ¿hmm?

—¿Qué? Sam, me dijiste que no le gustaba el café. —Me moví junto


a Nate y alcé la vista hacia él. Estaba cerca de estar consumida por la
pasión entre nosotros, y no estaba muriendo, sino cada vez haciéndose
más y más caliente.

—Todo fue parte de la actuación. —Nate extendió la mano y tocó


mi nariz—. Dios, eres hermosa. ¿Te dije hoy lo hermosa que eres?

—Cállate. —Miré a Sam—. ¿Así que le gusta el café?

—¿Qué? No, odia esa cosa. —Sam se rió entre diente y recogió una
taza—. ¿Café?

—Negro, por favor. Nada de crema o azúcar. —Nate miró hacia mí


y me guiñó un ojo—. No puedes conocer todos mis secretos, nena.

—Hermano. —Puse los ojos en blanco y volví al centro del


restaurante para limpiar algunas mesas más.

Nate se movió detrás de mí y me envolvió en un fuerte abrazo.

—No todo es consciente. Hay que planificar algunas cosas para que
funcionen bien.

—¿Cómo nosotros? —Me giré y envolví mis brazos alrededor de su


cuello.

284
Logan Chase Tóxico

—No, estábamos destinados a estar juntos, sin importar lo que


pasara. —Se inclinó y rozó sus labios con los míos—. Tendremos que
resolver algunas cosas, Jenna.

—¿Cómo qué? —Casi disfrutaba de lo serio que se veía él.

—Como cuál de nosotros va a matar a tu novio Thomas.

Bufé y golpeé mis caderas contra las suyas.

—Para. Solo es un amigo.

—Él no lo sabe.

—Me ocuparé de él. Algo me dice que lo manejaré mucho mejor que
tú.

Sus cejas se levantaron.

—Por lo que Erik me dice, eres bastante aterradora.

—Puedo serlo. —Me encogí de hombros—. ¿Desde cuándo


empezaste a escuchar a Erik?

—Buen punto. —Se lamió un lado de su boca y se inclinó para rozar


su nariz con la mía—. Dile a Thomas que me perteneces. No quiero
romperle el cuello por un malentendido.

—Está bien. —Bajé la vista tratando de pensar cómo diablos iba a


cumplir mi parte del trato con Erik. Le prometí que destruiría los registros
en el ordenador de mi padre si él me ayudaba. No podía volverme atrás
en esa promesa.

—¿Qué estás pensando? —La voz de Nate era suave, atrayente.

Alcé la vista.

285
Logan Chase Tóxico

—Tengo que poner un virus en el ordenador de mi padre. Fue el


trato que hice con Erik. —Dejé escapar un suave suspiro—. Simplemente
no quiero que mi padre pase por más mierda, pero no es que pueda darle
la espalda a Erik. Probablemente habrá riesgo de que ponga un cuchillo
en ella.

—No estoy muy seguro de eso, pero lo haría. Tendrán copias de


seguridad y tu padre se encargará de eso. Solo ten cuidado. —Besó la
punta de mi nariz—. No necesitas ser atrapada. Eso sería una mierda,
¿verdad?

—Sí. Puedes hacerlo por mí. —Sonreí, esperando que él se alzara


para quitarme esa sucia acción.

—De ninguna manera. Necesitas saber algo, nena.

—Dime. —Apreté mi pecho contra el suyo.

—Le prometí a Erik hace mucho tiempo que lo ayudaría cuando


llegara el día en que necesitara mi ayuda. —Buscó en mi rostro, pero qué,
no estaba segura.

—¿Y? ¿Ha llegado ese día? —Extendí la mano y ahuequé un lado


de su cara, tratando de no desmayarme por él.

—Sí. No seré un buen chico pronto. —Apretó contra mi palma y


cerró los ojos por un segundo antes de darse la vuelta para besar mi
palma—. ¿Vas a estar bien amando a un chico malo para siempre?

—¿Tengo elección? —Tiré de él hacia abajo para una serie de besos,


cada uno más caliente que el anterior. Todavía había tantas preguntas
sin respuestas, pero las obligué a alejarse de mis pensamientos. Había
muchas cosas que no sabía, pero era mejor así. Ashley murió por lo que
le hizo a mi hermano y el reto era el pasado. No quería abrir otra puerta.

286
Logan Chase Tóxico

Podría significar perder a la única persona con la que podría verme por
siempre.

No era perfecto, y no significaba que no me lo preguntaría, pero


fuera lo que fuera que Nate hubiera hecho en el pasado… tenía que
permanecer allí. Recé para que mis actos sucios también quedaran
enterrados.

—No, no puedes. Vámonos a besarnos al parque. Dile a Sam que


no te sientes bien. —Puso su mano en la parte posterior de mi cabeza—.
Vamos a dejar de ser tan jodidamente serios. La vida ha estado lo
suficientemente alterada últimamente. Tomaremos las cosas día a día, y
suceda lo que suceda.

Tenía razón.

—Puedo oíros. Estoy aquí. Por Dios —se burló Sam.

Me incliné más cerca de Nate.

—¿Por besarnos, te refieres a follar?

—Sabes que lo hago —gruñó suavemente y se inclinó para un largo


beso—. Ha pasado un largo tiempo desde que te hice sentir incómoda.

—Esta mañana cuando querías follar en el lavabo del baño. —


Levanté la ceja.

—¿De verdad? Lo tomaste en el culo como una campeona.

—A veces te odio.

—Naw… Me amas más de lo que debería ser legal. Niégalo.

287
Logan Chase Tóxico

—Nunca. —Me puse de puntillas y dejé que mis pensamientos


volvieran a mi mañana de dejar que Nate explorara partes de mí a las que
no había dejado acercar a nadie antes. Sabía dónde tocarme, qué decir
para que me abriera ampliamente y me dejara pidiendo por más cuando
yo una vez le habría denegado el acceso.

—Estás pensando en eso, ¿verdad? Me voy a meter en tu culo dulce


y apretado. —Sonrió y lamió mi boca.

—Por supuesto que sí, bastardo.

—Tu bastardo, princesa. —Se inclinó por otro beso, robando mi


aliento, al igual que me robó el corazón—. Tuyo… para siempre.

Fin

288
Logan Chase Tóxico

Staff
Traductora
Mdf30y

Correctoras
Pily1

Marisaruiz

Diseño
Laavic y Lelu

Lectura Final
Laavic

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Acerca del Autor


El autor utiliza dos seudónimos Wsston Parker y Logan Chase.

Soy un ex bombero y técnico médico


que recogió el proverbial bolígrafo y
comenzó a escribir historias de
romance de chicos malos. Co-escribo
con mi hermana, Ali Parker, mientras
viajamos por los Estados Unidos
durante los próximos dos años.

Encontrarás multimillonarios, chicos


malos, mafia y mucha sensualidad. Algo para todas, con suerte.

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Esperamos que lo hayas disfrutado y nos


acompañes en los proyectos futuros.
Tenemos excelentes historias para
compartir en nuestra lista: muchas ya
publicadas, en proceso o que tendremos en
un futuro cercano.
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