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ESCUELA DE ACOMPAÑAMIENTO

ACTITUDES DEL QUE ACOMPAÑA EJERCICIOS


¿Cómo mantener la tensión entre “reserva” y “calor humano”?

La reserva:
Distanciamiento oportuno mientras se declaran los misterios de Cristo de manera breve y sumaria
No dar información al ejercitante sobre lo que ha de hacer en las semanas siguientes
Lo que damos es propiamente un método, no nos estamos dando a nosotros mismos

El calor humano:
Dar ánimo y fuerza
“Dios no se deja ganar en generosidad”
“Pronto serás consolado”
Si viene desolado, “yo también estoy desolado” NO. Contribuiría a agudizarle la desesperanza
Tampoco dar la falsa esperanza de tiempo, “enseguida te pasará”
Ayudarle a ver que está en prueba, no sabemos el tiempo, pero Dios vuelve, darle certezas
Propio de la desolación es acortar la oración, no acortar la oración

Anotación 2.a: Puntos de la oración


“Dar modo y orden para meditar o contemplar”: no dar todo digerido, ofrecer caminos claros para
la oración
“Discurriendo solamente por los puntos con breve y sumaria declaración”. No dar largos sermones,
ni consejos, ni ideologías.
Dejar que el ejercitante “discurra y razone por sí mismo”. No decirles lo que deben sentir o
experimentar ni encontrar en la oración. Dejar que el Espíritu hable.
Diálogo: ¿Cuál ha sido mi experiencia más positiva de los puntos recibidos en ejercicios?

Anotación 17.a: Acompañamiento


Invitar al acompañado a informar fielmente de las varias agitaciones y pensamientos que los espíritus
traen.
Encuentro breve, dejar que la criatura se encuentre con el creador y no ser centro de los Ejercicios.
No tener una curiosidad malsana, capaz tenga un núcleo más íntimo que no quiera compartir, pero
sí las mociones, esa es la materia para el acompañamiento.
Diálogo: comparte alguna experiencia positiva con respeto a esta anotación.
No es lo mismo el acompañamiento en la vida cotidiana que en los ejercicios. En los ejercicios se
comparte la oración.
Pensar de qué tipo de conciencia es el que viene a ser acompañado. Al escrupuloso, si le das más
escrúpulos, lo matas. La vida se juega en detalles.

Anotación 15.a: Imparcialidad del acompañante


Que deje obrar al creador con la criatura
Que no se incline a una parte ni a otra
No debe mover a pobreza ni a promesa, ni a un estado o modo de vivir
Diálogo: sin nombrar a ningún acompañante, comparte una experiencia, si la tienes de poca
imparcialidad del acompañante.
- Falta de silencio
- Excesivo conductismo
Límites necesarios para el acompañamiento

Límites físicos
El contacto físico puede ser saludable y sanador en el acompañamiento espiritual
El acompañante debe estar consciente de los motivos para tocar, abrazar, etc.
Debe conocer los significados culturales y personales para el acompañado

Límites psicológicos
El acompañante tiene que ser consciente de las posibles transferencias y contratransferencias.
El acompañante debería conocer sus propias necesidades (paternalismo, maternalismo, amistad,
compañía, curiosidad)
Debe dejar que Dios haga su trabajo, y no interferir con la gracia.
No puede solucionar todo, no debe truncar procesos dolorosos, no debe evadir la desolación o el
dolor, no debe enseñarlo todo.

Límites éticos
El acompañante cuida especialmente de mantener la confidencialidad de toda la información que
recibe del acompañado.
El acompañante se cuida de no imponer su propio deseo, querer o interés.
No manipula la conciencia de la persona, sino que la deja libre en el encuentro con Dios.

Límites institucionales y eclesiales


El acompañante se sabe perteneciendo a una institución eclesial, esto supone sentir con la Iglesia.
Orienta y ordena según el magisterio y la tradición de la misma.
El acompañante mantiene el rol de educador y/o guía espiritual. Supone una relación asimétrica y a
su vez de compañerismo.

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