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Capítulo 3

Mercado Petrolero

Este Capitulo es dedicado a las tendencias del mercado del petróleo; comienza con una discusión
sobre los eventos que a juicio de la AIE han marcado el último año. A pesar de la caída de la
producción de petróleo en los EE.UU. en más de un 15%, en la AIE hablan de "estancamiento en la
producción", pues toman estimaciones anuales, donde el pico de producción fue a mediados del
2015. La AIE nos anuncia que, en cuanto el precio del petróleo suba, la fractura hidráulica
retomará el rumbo, además identifica correctamente un gran riesgo de inestabilidad futura en el
mercado del petróleo debido a la observada fuerte reducción en exploración y desarrollo de
nuevos campos
Después de una explicación de cómo las diversas políticas y escenarios impactarán la demanda de
petróleo, la AIE nos ofrece esta tabla que resume los escenarios de demanda que prevé.

A destacar que esta vez la AIE incluye los biocombustibles por su valor energético, no por su
volumen. Por otro lado, el escenario 450 comienza a indicar una caída bastante marcada de la
demanda de hidrocarburos líquidos. La diferencia tan acusada entre los diversos escenarios viene
causada por cambios radicales en el transporte. Ésta es la evolución de la implantación del
vehículo eléctrico que la AIE prevé para los próximos años.

Para el año 2040 se piensa que el 37% (aproximadamente 150 millones de vehículos eléctricos),
funcionarán solo con batería; el resto serán de diversos tipos. Donde estos vehículos eléctricos
representarán el 8% del total, o sea que se prevé que en el mundo circularán casi 1.900 millones
de vehículos en el 2040, a pesar que son extremas suposiciones, es algo bastante minoritario.

En resumen, la AIE nos quiere hacer creer que habrá una bajada considerable de demanda de
petróleo gracias a los vehículos eléctricos y a un gran crecimiento de la eficiencia de los vehículos
movidos por hidrocarburos líquidos.
Después de tan digresiva discusión, el WEO vuelve al petróleo y demás hidrocarburos líquidos,
identificando primero las reservas. A partir de ahí, discute los diversos tipos de hidrocarburos y
encontramos mensajes interesantes, como el reconocimiento que ni con la estimación más
favorable sobre los recursos de aceites herméticos disponibles en los EE.UU., la producción de los
mismos nunca va a superar los 8 Mb/d.

En ese punto del informe se introduce una interesante discusión sobre las refinerías, sus
dificultades con los márgenes empresariales y los problemas que pueden tener en un futuro
próximo, mostrando más de las complejidades del ámbito petrolero.
El capítulo concluye con una larga discusión sobre los riesgos financieros de la inversión en
exploración y desarrollo de hidrocarburos, que las cifras de nuevas explotaciones están en un
mínimo de 6 décadas. Esta parte es la más interesante de todo el WEO, pues la AIE ha retomado el
análisis sobre los ritmos de declive que hiciera en el 2013, y aporta una serie de informaciones
muy interesantes.
La AIE clasifica la procedencia de todos los hidrocarburos líquidos en cuatro tipos de explotación
principales:
-Campos de alta demanda: Representaron poco más del 50% de la producción en 2015.
-Campos legados: Se empezaron a explotar antes del 2000, los cuales han sufrido parones o
ralentizaciones en su explotación.
-Campos en ascenso: se empezaron a explotar después del 2000 y no muestran signos de haber
llegado a su pico petrolero. Representan el 15% del total.
-Resto: Incluyen líquidos del gas natural o NGL (17%), no convencionales (9%) y otros (1%).
Pues bien, el WEO nos informa que el ritmo de declive de los campos de alta demanda es de un
6,2% anual, pero si no se invirtiese nada en mantener su producción caerían a un ritmo natural del
9% anual, lo cual nos da una idea de lo importante que es no desistir al esfuerzo en producción de
petróleo. El descenso en inversión en exploración y desarrollo durante el pasado año y medio, va
a suponer la pérdida de cientos de miles de barriles diarios durante las próximas décadas

Para Los Campos de alta demanda van a pasar, de 47 Mb/d en 2015 a 29 Mb/d en 2025, esto es,
van a tener un declive anual del 4,8% anual.
Para los campos legados, la AIE asumen que la producción de los campos legados pasa de 7,8
Mb/d en 2015 a 5,1 Mb/d en 2025.
Respecto a los campos en ascenso, resulta que se trata mayoritariamente de explotaciones de
recursos con muy baja TRE (Tasa de interés de Referencia), y que por tanto tienden a declinar muy
rápido. La AIE estima que la producción subirá de 13,4 Mb/d en 2015 a 15,7 Mb/d en 2018, para
después caer a 10,5 Mb/d en el 2025. Sumando todas esas caídas, se espera una disminución de
producción de los campos existentes de 23,7 Mb/d de aquí al 2025, lo que es una caída del 25%
desde los niveles actuales o una del 3% anual sobre el total de hidrocarburos líquidos. El resto va a
tener que venir de campos aún por explotar y por descubrir. A continuación, se muestra la
producción de petróleo por tipos (tabla 3.11).
La gráfica es espectacular, pues nos dice que según la AIE la oferta comenzó en el 2015 con un
ligero declive, y que hacia el año 2018 la demanda sobrepasará la oferta, a expensas de que los
proyectos no aprobados y los yacimientos por descubrir rellenen el vacío. Según nos explica en el
texto, si continuase la actual falta de inversión durante 2017 se produciría un repunte de precios
que sólo podría ser compensado por un aumento de la producción o una caída de la demanda.
La AIE remata esta discusión con una gráfica que nos da idea la cantidad de nuevos proyectos que
tendrían que ser aprobados anualmente hasta el 2025, según si la caída en inversión se mantiene
sólo el 2015, si lo hace el 2015 y el 2016, o si lo hace todo el trienio 2015-2017. En el último caso,
implicaría volver a ritmos no vistos desde los años 70. Como si por el simple hecho de desearlo ese
petróleo fuera a aparecer.
La parte final de esta sección se dedica a una discusión sobre el impacto de lucha contra el cambio
climático en la producción de petróleo, y aquí nos encontramos con otra de las sorpresas del WEO
2016: resulta que la adopción del escenario 450, el más comprometido con los objetivos de
reducción de emisiones de CO2, puede llevar a que la producción de petróleo caiga más deprisa de
lo que el propio escenario requiere.

Mientras en el escenario de Nuevas políticas, el 85% de la inversión se destina a compensar la


caída de la producción ya existente y aún queda un 15% para aumentar un poco la oferta, en el
escenario 450 los precios del petróleo se mantienen demasiado bajos; con la progresiva
descarbonización de la sociedad, y eso hace caer demasiado rápido la inversión, la cual se
destinaría ya al 100% a compensar el declive (es decir, evitar que la caída anual pase del 6% al 9%)
y no completamente. Con esto, la AIE intenta prevenir a las compañías de que tomen las medidas
adecuadas para evitar invertir demasiado y que se vean después, habiendo hecho un gasto no
recuperable, con activos inmovilizados.

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