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IMPRENTA DE DOS ALEJANDRO GOMEZ FUEKTENEftlìo.
CURSO

TRADUCIDO T CONSIDERABLEMENTE AUMENTADO

РОВ. •

ioest Q&EÜ&SÍ^ om sa a xa s SÍ spa sa а д ,


LICENCIADO EN CIENCIAS MÉDICAS , PROFESOR AGREGADO EN LA.
UNIVERSIDAD DE MADRID , ANTIGUO ALUMNO DEL SEMINARIO DE
MAESTROS , e t G .

MADRID: 1848.
SE HALLARA EN LAS LIBRERÍAS DE D . JOSÉ C U E S T A , CALLE MAYOR,
Y DE D . GABRIEL S Á N C H E Z , EN LA D E CARRETAS..
lilaila mas difícil al cometer el estudio de
una ciencia, que el establecimiento del en-
lace filosófico de sus doctrinas , de "ese
vínculo intelectual que nos conduce de
unas en otras verdades, dándonos á enten-
der la perfección del todo por la correla-
ción de sus partes* Nada por lo tanto mas
inoportuno al saludar un trabajo didáctico,
que las descripciones demasiado prolijas
que engolfando en los hechos hacen que se
pierda de vista el horizonte que les liga con
los inmediatos. Pudiérase decir que la inte-
ligencia necesita en semejantes casos de un
segundo acto, que reuniendo lo mas cul-
minante de aquellos, y formando en una
palabra una especie de epílogo se recobre en
— VI —
la continuación-de su estudio. Esta es pues
la ventaja que ofrecen los textos concisos á
todo principiante, y el motivo que me ha
animado á presentar este corto trabajo de
M. Deguin á la sanción del público.
Conocido ya en el dominio de las cien-
cias físicas por varios trabajos de este gé-
nero , notables no solo en lo ilustrado de
sus conceptos, sino en la precisión y cla-
ridad de los misinos, creo dar una nueva
prueba en el presente manual. En él su
autor adopta el sistema de los químicos
Dumas y Balard, relacionando los equiva-
lentes de los compuestos con el hidrógeno;
presenta sus fórmulas con una claridad y
precisión admirables , deteniéndose en la
exposición de las reacciones que se origi-
nan en la preparación de cada sustancia.
Relativamente á su versión he procurado
conservar la pureza del texto en todos aque-
llos puntos en que la precisión y la claridad
se podían amalgamar; me he detenido en
todos los demás que presentaban alguna os-
curidad procurando obviar este inconvenien-
te, ó haciendo la descripción mas minu-
ciosa ó ilustrándola al efecto con algunas
notas. Animado también del deseo de pro-
porcionar á los principiantes una obra pu-
ramente elemental que fijase en un todo su
atención, he interpuesto las láminas en el
mismo textual, procurando que fuesen lo
mas claras y eligiendo las mismas del ori-
ginal.
Tal es la marcha adoptada para la pu-
blicación de este corto trabajo, en el que
tiene mas parte mi natural afición á su
estudio, que mis conocimientos hacia una
ciencia cuyas dificultades no ignoro.
. 1
Pág.
Cuerpos simples y compuestos. • 1
Objeto de la química. ......jd.
Fuerza química. . . '. id.
De la cohesión. 2
Cristalización. . . . id,
Dimorfismo. . . . • 3
lsomorfismo. •• &
De la afinidad
Análisis y síntesis • »• • • 6
De la combinación. . . . . ¡ . . . . . . id.
Ley de los volúmenes. 9
i e y de las proporciones múltiplas • id.
De la nomenclatura química ?^
Nomenclatura de los cuerpos simples jd.
Nomenclatura de los compuestos binarios -11
Nomenclatura de los ternarios 13
Nomenclatura de los cuaternarios 15
De los equivalentes químicos id.
Equivalentes de los cuerpos simples. . . . . • id.
Equivalentes de los cuerpos compuestos. . . • • 18
Signos químicos. . 19
CAPITULO P R I M E R O .

DE LOS CUERPOS METALOIDEOS , 20.

Hidrógeno, . |*
Oxígeno. . . * . . •" • • ; • „
Azufre. .............' r!
Setenio y teluro. . . . . . • • .5*

Bromo. . . . QO

.ázoe. . . . . . . • «5»
Fósforo, . • . ' ¡5
Antimonio, . '
Carbono '
Boro y silicio, i • •. • . • • Tl~
Apéndice. — Del aire atmosférico. • •

CAPITULO I I .

DE LOS METALES EN G E N E R A L , 59.

Metales de la primera sección, - r Potasio. . . 64


Sodio. 66
Litio, bario., estroncio y calcio id.
Metales de la segunda sección, r— Magnesio, alu-
minio. . ......4 . . . . . . 6 7
Manganeso. . . . ... . . ¿. . . . . . . . ..• . 6 8
Metales de la tercera sección. — Hierro. . . . . id.
Acero 73
Nikel. . .. .. . . . . . . . . . . . . . 74
Cobalto, zinc. . . .. ... . . ,. . •.. . . . . 75
Cromo. . . . . . . . . . . . . . . ., 7 6
Metales de la cuarta sección. — Eslaño. . . . . 77
Metales de la quinta sección Cobre. . . . . 78
Plomo. . . .'. . . . . . . . . . . . . 79
Bismuto. . . . . . . . . 8 0
— XI — -
Metales de la sexta sección.—Mercurio. . . . . 81
Plata. . . . .' . . . . . . . . . . . 82
Oro. . . . . . . . . . . . . . . . 83
Platino. ¿ . . . . . . . . 84

SEGUNDA PARTE.

DE LOS COMPUESTOS BINARIOS.

CAPITULO PRIMERO.

DE LOS H 1 D R U R O S Ó SEA DE LOS COMPUESTOS


HIDROGENADOS, 86.

Hidrógeno y metaloides de la segunda familia. . . . 8 7


Jicido oxhídrico ó agua. . . . . . • • • • • ¡d-
Cuatro metaloides. . . . . . . . . . . . 8 8
Acido sulfhídrico. . . . . . . ., . . . . 9 5
Bióxido de hidrógeno . . . . 9 7
Hidrógeno y,metaloides de la tercera familia. . . 9 8
Acido clorhídrico. 99
Ácidos bromhídrico y iodhídrico 101
Acido fluorhídrico. . . . . . . . . . . 102
Hidrógeno y metaloides de la cuarta familia. — Ni- .
iruro de hidrógeno ó amoniaco. . . . . . .103
Fosfuros de hidrógeno. . . . . . . . . . , / . 1 0 9
Arseniuro de hidrógeno. . . ; .112
ReseTia sobre el envenenamiento por el arsénico. . lió
Hidrógeno y metaloides de la quinta familia. . . 117
Bicarburo gaseoso de hidrógeno. . . . . . .118
Prolocarburo gaseoso de hidrógeno. . . . . . 120

CAPITULO I I .

DE LOS OXIUROS Ó DE LOS COMPUESTOS DE OXIGENO, 121.

Compuestos oxigenadas de azufre.—Acido sulfuroso. 1 2 2 -


Acido sulfúrico 124
Compuestos oxigenados de cloro. — Acido Inpcclórico. 130
— xit —
Acido dórico. . "'• . . • • .131
Acido perdórico. .' . . . . . . • . • . 1 3 2
Compuestos oxigenados de Ázoe.—Prolóxido de ázoe. 1 3 3
Acido nitroso é hiponürico. . . . . . . . .135
Acido nítrico 137
Acido cloronürico. . . . • . 139
Compuestos oxigenados de fósforo. —Acido fosfórico. 140
Acido fosforoso. . ¡ . . . . . . . . . . 141
Acido hipofosforoso id.
Compuestos oxigenados de arsénico. — Acido arse-
nioso. . . . . . . . . . . . . . . 142
Acido arsénico. . 143
Compuestos oxigenados de carbono. — Oxido de car-
bono. ..144
Acido carbónico. . . . . . . . . . . . . 145
Compuestos oxigenados dtí boro y silicio.— Acido
bórico, . . . . . . . . 149
Acido silícico • . .151
Compuestos oxigenados de los metales. — Óxidos. . 152
Prolóxido de potasio ó potasa. • 158
Prolóxido de sodio ó sosa. . . . . . . \ .159
Prolóxido de bario ó barita. . . . . . . . . id.
Protóxido de estroncio ó eslronciana. . . . . . ICO
Prolóxido de calcio ó cal. . . id.
Oxido de magnesio ó magnesia 161
" Óxidos de aluminio, alúmina. . .- . . • . . 162
Óxidos de manganeso id.
Óxidos de hierro. . . . . . • . . . . .164
Óxidos de cromo. . . . . . 1 6 5
Óxidos de cobre 166
Óxidos de plomo. . . . . . . . . . . . . 167
Óxidos de mercurio. ...... . . .168

CAPITULO 111.

D E LOS S U L F U U O S , -109.

Sulfures melaloidcos.— Sulfuros de fósforo. . . . 169.


Sulfuras de arsénico. . . . . . . . . . .170
Sulfuros de antimonio . . . . . 171
-—XIII—
Sulfuros, de carbono. " . . 172
De los sulfuros metálicos. 173
Sulfuros de potasio .176
Sulfuros de hierro- . . . . • , . . . . . 177

CAPITULO IV.

DE LOS CLORUROS , FLUORUROS , BROMUROS


¥ 10DUROS, 178.

Cloruros metaloideos. — Cloruros de azufre. . . . 178


Cloruros de iodo. . id.
Cloruros de fósforo. . . . . . . . . . . . 179
Cloruros de antimonio. , . , • , • • • • ¡d.
Cloruros metálicos. • • 180
Cloruro de sodio.. . 183
Cloruros de bario xj calcio. , . . • • < •' • 1 8 4 '
Cloruros de cobalto y estaño. . . . ¡ . . • • 185
Cloruros de mercurio. . . . . • • •* . • • 186
Cloruros de oro. . . . . . . 187
Cloruros de platino. . . . . . . . . . . 188
De los fluoruros • 185)
Fluoruros metaloides.—'Acido fluobórico. . . . . id.
Acido fluosilícico. . . 190
Fluoruros metálicos. , . ... . . . . . .191
Bromuros. . ... . . . . . • . . • • id-
De los ioduros metálicos. . .192

CAPITULO V,

DE LOS N 1 T R U R 0 S Y FOSFUROS, 193.

NH'ruro de carbono ó cianógeno. . 193


Acido cianhídrico. . . . . . . .'• . . , . 194 :

Cianuros melálicos. . 19S


Cianuros de potasio y mercurio. . . . . . . . 196
Cianoferruros amarillo y rojo de potasio. . , . , id.
Azul de Prusia. 198
De los fosfuros. — Fosfuros metálicos 199
CAPITULO VI.

DE LAS ALEACIONES, 200.

Hierro blanco. . •'. 201


Hierro galvanizado . 202
Cobre, zinc y nikel. . . . . . . . . . . id.
Bismuto, plomo y eslaño. . . . . . . . . 203
De las amalgamas 205

•TERCERA-PARTE.

DE LOS COMPUESTOS TERNARIOS.

CAPITULO PRIMERO.

NOCIONES GENERALES SOBRE LAS SALES , 207.

Composición de las sales. — Sales -neutras 214


Sales acidas y básicas. . . . . . . .215
Constitución de las sales. . . . . . . . . .216

CAPITULO I I .

CARACTERES DE LAS SALES SEGÚN SU A C I D O , 218.

Sales cmjo ácido tiene el azufre por radical. . .' . 2 1 8


Sales cuyo radical es el cloro. 222
Sales cuyo radical es el ázoe. — Nitratos neutros. . 226
Sales cuyo ácido tiene el fósforo por radical. . • . . 2 2 8
Sales cuyo ácido es el arsénico. . . . . ". . .231
Sales cuyo ácido tiene el carbono por radical. : . 232
Saks cuyo ácido tiene por radical el boro. . . .- 2 3 3
Sales cuyo ácido tiene al silicio, por radical. . '. . 235
Sales cuyo ácido tiene por radiQal al cromo. . . .236
— XV —

CAPITULO l i t .

CARACTERES DE LAS SAJ.ES SEGÚN SU B A S E , 238.

•Sales dé la primera sección. , .. ••, ..238


Sales dé la segunda sección. . . . . , . .,240
Sales dé Id tercera sección. , , , . . . .
. 241
Sales dé lá cuarta sección. , , 243
Sales de la quinta sección. . , . . . . . , 244
Sales dé lá sexta sección. . . . 245

CAPITULO IV.

ESTUDIO DE LAS PRINCIPALES SALES ,247.

De los principaleè sulfatos. 247


De los principales nitratos. . . . . . . . . 252
De los principales carbonatas. . . . . . . > 255
Carbonatos de sosa • • 257
Sosa del comercio. id.
Carbonato de cal • , . . 258
Carbonato de cobre. . , 259
Carbonato azul. . . . . , .id,
Carbonato verde. jd.
Carbonato de plomo. , id.
De los principales silicatos. , . • 260
Silicatos de potasa. < id.
Silicatos de sosa. . . , . . ', . . - , i " . jd.
Silicatos de cal. . , . . , , id.
Silicatos de alúmina. , , , 261
Silicatos de plomo. . . 262
Extras ó pastas cristalizadas. 264
XVI —

CAPITULO V .

D E LAS SALES AMONIACALES, 265.

Sulfato de amoniaco. 267


Sulfhidrato de amoniaco. 268
Sulfhidrato de sulfuro de amoniaco. . . . , . 269
Clorhidrato de amoniaco. . . id.
Nitrato de amoniaco. . . . « . . . . . . 270
Fosfato de amoniaco. . . . . . . . . . . id.
Carbonato de amoniaco. . . . . . . . . , 271
CURSO ELEMENTAL

LECCIÓN PRIMERA.

\Juerpos simples y compuestos. Existen en la natura-


leza una multitud de sustancias, de las que hasta el p r e -
sente no ha podido obtenerse sino una determinada clase
d e m a t e r i a ; á la vez que en otras, y son las mas numero-
sas j se han hallado materias de especies diversas. Los
cuerpos constituidos por las primeras han recibido el
nombre de cuerpos simples ó elementos*, y el de compues-
tos , los formados por las segundas. Todos los cuerpos ya
6¡mples ó compuestos se encuentran constituidos por una
multitud de moléculas infinitamente pequeñas, cuya aglo-
meración constituye su masa total. Este modo de con-
siderar los cuerpos es. sumamente útil para explicar los
fenómenos de la química.
Objetó de la química. La química tiene por objeto la
composición y descomposición de los cuerpos, el estudio
de las propiedades que presentan, explicando los fenóme-
nos que resultan de la acción recíproca que los unos
ejercen sobre los otros. Dicha ciencia se divide en dos
p a r t e s : la una que trata de los cuerpos que se hallan en
el reino mineral ó inorgánico, y la otra que considera los
procedentes del reino orgánico vegetal ó animal. La pri-
mera constituye la química inorgánica; la segunda la or-
gánica. No trataremos en la actualidad sino de la primera
de estas.
Fuerza química. Los fenómenos de la química inor-
gánica son efecto de una fuerza desconocida en su esen-
cia , que se ha designado bajo el nombre de atracción
1
—2 —
molecular. Esta fuerza que no actúa sino á distancias in-
sensibles, y sobre las moléculas infinitamente pequeñas de
l a . m a t e r i a , difiere de la atracción de las masas planeta-
rias y de la pesadez que obran sobre todas las masas y
distancias, recibiendo diversas denominaciones según las
circunstancias en que se producen; aplicándoselas el nom-
bre de cohesión si se ejercen entre moléculas de la misma
naturaleza, y el de afinidad cuando su naturaleza es d i -
ferente. Estudiemos.dichas fuerzas.

B E LA COHESIÓN.

Cohesión es la fuerza que preside á la unión de las


moléculas semejantes de un cuerpo. Esta fuerza es nula en
los gases, muy débil en los líquidos, y mas ó menos fuerte
en los sólidos.
Cuando se intenta disminuir la cohesión de los c u e r -
pos se obtiene este resultado, ó sometiéndolos á un calor
intenso capaz de fundirles, ó sumergiéndoles en líquidos
que les disuelvan. En dichos dos casos la cohesión dismi-
n u y e , pues el cuerpo de sólido que era antes, se hace des^
pues líquido.
Cristalización. Cuando en un cuerpo que ha pasado del
estado sólido al líquido disminuyendo suficientemente su
cohesión, se suprime paulatinamente la causa que efectuó
dicho cambio, el cuerpo recobra lentamente el estado só-
lido presentando una forma regular llamada cristal. Si la
restitución al estado sólido tiene lugar de un modo brusco,
sus moléculas no se situarán según las leyes de la cristali-
zación , y el sólido afectará el estado amorfo ó una forma
no regular.-
La cristalización podrá obtenerse de dos maneras d i s -
t i n t a s : ó por la via húmeda, ó por la via seca.
l.° Via seca. Se consigue cristalizar un cuerpo por la
via seca, empleando la fusionó la volatilización. En el
primer caso se le sitúa en un crisol sometiéndole á la a c -
ción del fuego, y cuando se encuentra fundido se le enfria
lentamente hasta tanto que recobre el estado sólido. Se
rompe después la costra concreta, que esta clase de enfria-
miento determina en su superficie , se vierte la masa i n -
— 3
terior que aun se encuentra en estado líquido, y la cavi-
dad central aparece cubierta de una infinidad de cristalitos
de una regularidad perfecta. De esta manera pueden cris-
talizarse el azufre y el bismuto. En el. segundo caso se
introduce el cuerpo en una retorta de barro ó vidrio, se
cierra el cuello de esta con un tapón provisto de un ori-
ficio pequeño, y se calienta la retorta por su parte inferior
hasta la volatilización del cuerpo; de este modo sus va-
pores se condensan en el cuello de la retorta bajo la forma
de cristales. Tal es el medio empleado en la cristalización
.del arsénico.
2.
a
Via húmeda. Se obtiene la cristalización de los
cuerpos por está via disolviéndoles en el a g u a , y quitando
después á este líquido su fuerza disolvente. Si el cuerpo
es por ejemplo mas soluble en el agua caliente que en la
fría, se le disuelve en dicho líquido caliente hasta la s a -
;

turación, abandonando en seguida la disolución a u n e n -


friamiento lento; recobra entonces el cuerpo poco á poco
el estado sólido y se deposita en el fondo de la masa en
forma de cristales. Si la sustancia empleada es por el c o nr

trario menos soluble en el agua caliente que en dicho lí-


quido frió, se le disuelve en esta hasta la saturación,
abandonándole en seguida á una evaporación espontánea;
en tal caso el cuerpo se deposita lentamente y la c r i s t a
r

lizacion se efectúa á medida que el agua se evapora, r e -


sultando una cristalización regular. El nitrato de potasa y
la sal marina nos ofrecen ejemplos de estos dos medios de-
cristalizar. Falta manifestar que los cristales formados por
la via húmeda retienen casi siempre gran cantidad del
agua de cristalización combinada con la materia sólida, ó
interpuesta simplemente entre sus moléculas.
Dimorfismo. Todas las sustancias afectan en su cris-
talización formas en extremo.diversas, pero sometidas.se-
gún manifiesta la cristalografía á siete tipos ó sistemas-
fundamentales. Los cristales de un mismo cuerpo perter
necen casi siempre á un mismo sistema; existen sin e m -
bargo sustancias, entre las cuales citaremos el azufre, que
cristalizan en dos sistemas diferentes. Designándose s e -
mejante propiedad con la voz de dimorfismo, y de dimor-
fes á las sustancias que la poseen.
— 4 —
Isomorfisnio. Cuando en un compuesto se sustituye
uno de los factores con otro diverso, se consigue en m u -
chas ocasiones que la forma cristalográfica del nuevo c o m -
puesto no difiera de la del primero. Esta identidad de for-
ma se presenta ordinariamente cuando las sustancias reem-
plazadas cristalizan del mismo modo, pudiéndose en tal
caso mezclar los dos compuestos en todas proporciones sin
alterar la forma del cristal. Dicha propiedad se llama iso-
morfismo, é isomorfos los cuerpos sustituibles en un com-
puesto sin alteración de la forma. El descubrimiento del
isomorfismo, debido á Mr. Mitscherlich, ha dado lugar á
explicaciones de la mas alta importancia.

DE LA A F I N I D A D .

La afinidad es una fuerza que se ejerce entre las m o -


léculas de diferente naturaleza. Dicha fuerza es la causa
de todos los fenómenos que provienen de la acción que;
unos cuerpos ejercen sobre otros.
La afinidad puede modificarse en sus resultados según
una multitud de circunstancias, de las que no considera-
remos sino las principales; estas s o n : 1 . el estado de c o -
a

hesión de los cuerpos; 2 . su naturaleza; 3 . el calórico;


a a

4 . la electricidad; 5 . la presión; 6 . el contacto de cier-


a a a

tos cuerpos; 7 . la cantidad; 8 . las combinaciones en que


a a

el cuerpo haya entrado.


Estado de cohesión. Los cuerpos en el estado sólido
jamás forman compuestos cuya naturaleza difiera de la de
los elementos ; no se obtiene sino mezclas que individual-
mente conservan sus propiedades. Los cuerpos en el esta-
do gaseoso se combinan alguna vez directamente con los
g;:6es, los líquidos, ó los sólidos; pero el estado líquido es
el mas favorable ñ la combinación. Los antiguos creían que
la combinación no podia efectuarse sino en este último e s -
tado ; de aquí el axioma, corpora non agunt nisi soluta.
Naturaleza de los cuerpos. La naturaleza de las sus-
tancias influye extraordinariamente en la afinidad de sus
moléculas: el h i e r r o , por ejemplo , tiene mas afinidad con
el oxígeno que la plata; porque si se calienta fuerte-
mente en un crisol un compuesto de hierro y oxígeno, de
— 5 —
ningún modo se conseguirá separarlos; mientras que la
misma operación empleada en un compuesto de plata y
oxígeno les separa fácilmente.
Calórico. El calórico llevado á un grado suficiente
aleja las moléculas y destruye casi completamente la fuer-
za de afinidad, según se observa cuando se calienta un
compuesto de mercurio y oxígeno. El calórico no obra
siempre como causa descomponente, pues favorece t a m -
bién la combinación de los cuerpos modificando la cohe-
sión á la vez que la afinidad. Así es que el azufre y el plo-
mo que en estado sólido no pueden combinarse, lo efec-
túan inmediatamente que se les liquida sometiéndoles á la
acción del calórico. Este experimento puede practicarse en
un matracito, de cristal.
Electricidad. La electricidad debe modificar la afini-
dad de los cuerpos, pues se atraen ó repelen según que
posean el mismo ó fluidos diversos. Dicho agente en m u -
chos casos favoreee la combinación, obrando en otros como
causa descomponente. Así q u e , una mezcla de oxígeno é
hidrógeno se combinan bajo el influjo de una chispa eléc-
t r i c a ; y él amoniaco por el contrario se descompone por
una serie de chispas.
Presión. Su influencia es casi nula en la combinación
de los sólidos y líquidos, por ser dichos cuerpos poco com-
presibles ; pero en los gases es muy notable. La creta,
por ejemplo, calentada en una vasija abierta se descom-
pone en sus factores, cal y gas ácido carbónico; mientras
que no experimentará descomposición alguna si la vasija
se halla cerrada, porque el gas no pudiendo salir perma-
necerá unido á la cal por la presión que él en sí mismo
ejerce.
Contacto de ciertas sustancias. Existen ciertas s u s -
tancias que modifican por su contacto la afinidad de otros
cuerpos. El platino, por ejemplo, determina á la tempe-
ratura ordinaria la combinación del hidrógeno con el o x í -
geno. E n efecto, si se introduce en una campana llena de
una mezcla de estos gases un pedazo de amianto cubierto
de platino en polvo, la combinación se efectúa inmedia-
tamente como si se hubiese introducido una bugía e n -
cendida.
— G—
Cantidad.. Cuando dos cuerpos se sitúan en presencia
de un tercero en circunstancias convenientes a la acción
química, el tercero se une á aquel de los dos con quien
tenga mas afinidad; pero el cuerpo preferido será aquel
que poseyendo la misma afinidad se encuentre en mas
abundancia. Podrá llegarse á manifestar en ciertas ocasio-
nes que la cantidad tiene mas influencia que la afinidad
en la combinación, sobre todo si la diferencia de las afini-
dades no es muy g r a n d e : así que una corriente continua
de ácido sulfídrico que atraviese una disolución del car-
bonato de potasa , desalojará el ácido carbónico de la d i -
solución por tener la potasa roas afinidad con el sulfídrico
atendida su cantidad.
Combinación de cuerpos cuyas afinidades se encuen-
tran satisfechas. Un cuerpo combinado con o t r o , tiene
sobre un tercero que se encuentre libre, una acción ó
muy débil ó casi nula. El bisulfato de potasa, por ejemplo,
enrojece con menor intensidad la tintura azul de tornasol
que el ácido sulfúrico solo; y el sulfato neutro es comple-
tamente nulo en dicho enrojecimiento.
Análisis y síntesis. La determinación de la composición
de los cuerpos, de la mayor importancia en química, se
consigue de dos modos diversos: el análisis y la síntesis.
Analizar un cuerpo no es otra cosa que separar sus dife-
rentes elementos por una serie de acciones químicas con-
venientemente dispuestas; hacer la síntesis se llama aquella
operación empleada para constituir un cuerpo idéntico al
que se considera con los elementos de que se le supone
formado. Estos dos caminos conducen evidentemente á la
composición del cuerpo, aunque no tienen la misma im-
portancia, pues el primero es aplicable á todos los com-
puestos, ínterin que el segundo no conviene sino en casos
muy particulares. Los métodos analítico y sintético estri-
ban en las nociones de afinidad que acabamos de exponer.

DE LA COMBINACIÓN.

Aun cuando varias veces hemos empleado la voz com-


binación , convieiie que fijemos el verdadero significado de
ésta palabra.
- r-7 —
Siempre que los cuerpos se unan de «nodo que su re-
unión constituya un nuevo c u e r p o , cuyas'partes, aun las
mas pequeñas, contengan cierta cantidad de los elementos
en términos que en cada una de ellas se encuentren en la
misma proporción, sé dice que se han unido químicamente,
que se hallan combinados ó forman combinación. La combi-
nación tiene siempre lugar entre partes tan infinitamente
pequeñas, que aun las mismas porciones que resultan de
su reunión se ocultan á la vista auxiliada del micros-
copio.
Las partes infinitamente pequeñas de los cuerpos sim-
ples que se unen entre sí para constituir los compuestos,
se denominan átomos de los cuerpos simples; y las partes
de los cuerpos compuestos que provienen d é l a unión ó
yusta-posicion de los átomos de los cuerpos simples, se
llaman átomos de los cuerpos compuestos. De donde se
deduce que los átomos de todo cuerpo compuesto serán bi-
narios, ternarios ó cuaternarios, según los átomos qué
contengan de dos, de tres ó de cuatro cuerpos simples.
Fenómenos observados en las combinaciones. Varios
fenómenos notables tienen lugar en todas las combinacio-
nes químicas, de los que citaremos los principales.
l . ° Toda combinación va acompañada de un cambio de
t e m p e r a t u r a , y algunas veces de desprendimiento de ca-
lórico y luz. El agua derramada poco á poco sobre la cal
viva, desprende uu calor tan fuerte que volatiliza el agua;
si se vierten algunas gotas sobre un pedazo de barita, el
calor producido es tan intenso que se hace incandescente;
y finalmente, el polvo del antimonio esparcido en una
atmósfera de cloro gaseoso, va seguido de gran tempera-
tura y de una luz viva. Toda combustión efectuada ó en
nuestros hogares ó en los experimentos químicos, no son
otra cosa que combinaciones. Sin embargo, en ciertas c o m -
binaciones se observa un descenso de t e m p e r a t u r a ; así que
mezclando partes iguales de hielo y sal marina, estos dos
cuerpos se unen químicamente y pasan al estado líquido,
produciendo un frió de — 1 7 ° ; pero la alteración de t e m -
peratura que se manifiesta en este experimento no es efecto
de la combinación sino del cambio de estado que la sal y
el hielo experimentan, por ser tal alteración un manantial
— 8 —
perenne de la producción del frió, según manifiesta la
física.
2.° Toda combinación va igualmente acompañada de
un cambio de electricidad. Si se silún, por ejemplo, en uno
de los hilos del reómetro una capsulita de platino llena de
ácido sulfúrico, y en el otro unas pincillas provistas de un
fragmento de potasa, la aguja del reómetro manifestará
un desenvolvimiento enérgico de electricidad, desde que se
ponen en contacto la potasa y el ácido. No hay combina-
ción, por débil que sea, que no dé lugar á un desprendi-
miento mas ó menos intenso de electricidad.
3.° Cuando dos cuerpos se combinan, el volumen del
compuesto es frecuentemente igual á la suma de sus volú-
menes, pero en Giertas ocasiones puede ser ó mas pequeño 6
mas grande; Así es que el cloro y el hidrógeno no experimen-
tan ni contracción ni dilatación en su combinación recíproca,
mientras que el ázoe y el hidrógeno se reducen á la mitad
de su volumen. Respecto el peso del compuesto.es constan-
temente igual á la suma de los pesos de los elementos por'
no haber en la combinación pérdida ni Creación de materia.
4.° Siempre que dos cuerpos tengan el uno hacia el
otro una fuerte afinidad, jamás se combinarán sino en un
reducido número de proporciones, y las propiedades de sus
compuestos serán enteramente diversas de las de sus ele-
mentos. El hidrógeno y el cloro, por ejemplo, no se combi-
nan sino en una proporción, el oxígeno y el ázoe en cinco,
y en estos dos casos las propiedades del compuesto difie-
ren mucho de las de los cuerpos que les constituyen. Al
contrario, dos sustancias que tengan entre sí una débil
afinidad, se combiqarán en un número infinito de propor-.
ciones, y. las propiedades del compuesto no se diferenciarán
mucho de las de sus elementos, lo cual se concibe bien
observando lo que acontece con el azúcar y ciertas sales
que se disuelven en el agua en muchas proporciones, y con
algunos metales que se unen diversamente entre sí.
Establecidas estas nociones preliminares, daremos á co-
nocer dos leyes observadas en todas las combinaciones de
cuerpos dotados de una fuerte afinidad; el conocimiento
de dichas leyes es de la mayor importancia en el estudio
de la química.
- 9 —
Ley de los volúmenes. Cuando dos gases se combinan
juntamente, los volúmenes que entran en la combinación
se encuentran siempre en una simple relación. Así
un volumen de hidrógeno y otro de cloro forman dos de
ácido hidro-clórico; dos de hidrógeno y uno de oxígeno,
forman dos de agua en vapor; tres de hidrógeno y uno de
ázoe, forman dos de gas amoniaco; del mismo modo dos
volúmenes de ázoe se combinan respectivamente con 1 , 2,
3 , 4 , 5 volúmenes de.oxígeno para formar los óxidos y
ácidos de nitrógeno.
Como dicha ley se ha observado en todas las combina-
ciones de los gases, puede mirársela como general y exten-
derla á todas las combinaciones que forman los diferentes
cuerpos suponiéndoles en estado de vapor. De modo que
aun cuando el carbono no haya podido gasificarse, podrá
decirse que su vapor, si es que existe, se combinará bajo
determinado volumen, en relación simplecou los diferentes
gases. La ley de los volúmenes ha sido observada por M r .
Gay-Lussac,
Ley de las proporciones múltiplas. Cuando dos cuer-
pos se combinan en muchas proporciones y se toma un
peso tal de los diversos compuestos que contenga la misma
cantidad de uno de los cuerpos, se halla que los pesos del
otro se encuentran en relación simple.
Así el oxígeno y el hidrógeno se combinan en dos pro-
porciones, y los pesos del oxígeno que se combinan con un
mismo peso de hidrógeno son, como 1 : 2. El ázoe y el oxí-
geno se combinan en cinco proporciones; y para un mismo
peso de ázoe, los pesos del oxígeno son como los números
1 , 2 , 3 , 4 , 5 . Existen relaciones, en extremo sencillas,
en casi todas las series de combinaciones binarias; hallán-
dose tan solo algunas veces las relaciones de 1 á 1 5 ó de
2 á 3.
La ley de las combinaciones en relación simple no se
aplica solamente á los compuestos binarios, pues se observa
igualmente en todos los compuestos de un orden mas ele-
vado. Si se consideran, por ejemplo, las sales que resultan
de la combinación de un ácido y de una base en diferentes
proporciones, se reconoce que para una misma cantidad de
base la cantidad del ácido varía como los números 1 , 2,
— 10 —
3 , 4 , 5 , 1 ? , ó menor que estos. La primitiva idea de las
proporciones múltiplas se debe á Dalton; mas Gay-Lussac
la ha enriquecido con una serie de hechos tan exactos
como repetidos.

DE LA NOMENCLATURA QUÍMICA.

Su objeto es darnos á entender las reglas que se han


seguido en la denominación de diferentes cuerpos: dichas
reglas deben preceder indudablemente al estudio de la
química.
Las sustancias pueden recibir arbitrariamente cualquier
n o m b r e , con tal que sea c o r t o , sonoro y de fácil pronun-
ciación, al mismo tiempo que acomodables á las termina-,
ciones de los compuestos. En semejantes principios sentó
Guyton de Morveau la base de su nomenclatura química
en 1 7 8 0 , que con leves modificaciones ha sido general--
mente adoptada.
Nomenclatura de los cuerpos simples. El nombre de -
dichas sustancias simples jamás podrá conocerse de una
manera positiva; porque estudiando detenidamente la n a -
turaleza , se hallan nuevos cuerpos compuestos. E n la a c -
tualidad se admiten hasta cincuenta y ocho, los cuales se
dividen en dos clases, metaloides y metales; diez y seis
sustancias forman la primera clase, cuarenta y dos la se-
gunda. He aquí los nombres de unos y otros.
Metaloides: hidrógeno, oxígeno, azufre, selenio, t e -
luro, flúor, cloro, bromo, iodo, ázoe, fósforo, arsénico,
antimonio, carbono, boro, silicio.
Metales: potasio, sodio, lithio, bario, estroncio, calcio,
magnesio, aluminio, glucinio, zirconio, litrio, ervio, t e r -
vio, cerio, lanthano, dydymio, thorio, manganeso, nichel,
cobalto, z i n c , cadmio, cromo, vanadio, tungsteno, m o -
lybdeno, osmio, t i t a n o , t á n t a l o , estaño, u r a n o , cobre,
plomo, bismuto, mercurio, o r o , p l a t a , platino, paladio,
r h o d i o , iridio.
No existiendo pues una diferencia esencial entre los
metales y metaloides, no debe sorprendernos que ciertos
químicos colocasen entre los metaloides sustancias ca-
racterizadas por otros de metales. Las propiedades de todo
— l i -
meta! son la buena conducción del calórico y electricidad, el
brillo metálico, es decir, ese destello de luz semejante al que
nos ofrece el o r o , la plata y el cobre. Los metaloides se
encuentran destituidos desemejantes propiedades, y en lo
sucesivo iremos notando algunas otras diferencias que les
distinguen completamente. : .
Nomenclatura de los compuestos binarios. Estudie-
mos en primer lugar las combinaciones del oxígeno con
otros cuerpos simples; los compuestos binarios del oxíge-
no se distinguen en dos clases según sus propiedades: los
unos enrojecen la tintura azul de tornasol, y nos ofrecen
un sabor agrio análogo al de vinagre, aun después de h a -
berlos dilatado convenientemente en el a g u a ; los otros
no enrojecen dicha tintura, son insípidos ó presentan un
sabor acre ó urinoso. S i les da á los primeros la denomi-
nación de oxáádos, ó simplemente ácidos, y á los segun-
dos la de óxidos. ¿Cómo distinguiremos los diferentes áci-
dos y óxidos? Cuando un cuerpo no forma mas que un
óxido, se designa el compuesto, posponiendo á la palabra
óxido la partícula de, seguida del nombre del cuerpo, así
se dice, óxido de carbón. Pero si el cuerpo da origen á
muchos óxidos combinándose en muchas proporciones con
el oxígeno , se les designa haciendo que precedan á la pa-
labra óxido las preposiciones prolo, sesqui, bi, lri....._...
El protóxido es el compuesto que contiene menos oxíge-
no ; el sesqui y el bióxido son los compuestos que con-
tienen vez y media ó dos veces mas oxígeno que el pro-
tóxido bajo la unidad de peso del cuerpo s i m p l e ; desig-
nándose frecuentemente bajo la denominación de peróxido,
el óxido mas oxigenado. Los protóxidos de potasio, de
sodio , de lühio , de bario, de estroncio y de calcio , con-
servanJos nombres de potasa , sosa, lithina, barita, es-
tronciana y de cal, con que se les conocía en un princi-
pio. Dichos cuerpos se distinguen de los óxidos ordinarios
por su sabor acre ó urinoso, en el restablecimiento del co-
lor azul que prestan á la tintura^ de tornasol enrojecida
por un ácido, en enverdecer el jarabe de violetas, y por
trasformar en rojizo el papel amarillo de cúrcuma. Se les
aplica en especial el nombre de álcalis.
Guando un cuerpo no origina sino un ácido, se designa
—12 ~
al compuesto con la palabra ácido, seguida del nombre del
cuerpo adgetivado, y terminándole en ico, como ácido car-
bónico. Si el cuerpo puede formar dos ácidos, se da al
mas oxigenado la terminación ico y al menos la en oso;
así se dice ácido arsénico y ácido arsenioso. Si los com-
puestos ácidos son en número de c u a t r o , se usará de las
preposiciones hipo y sub que se colocarán delante del
nombre del ácido. Asi los cuatro ácidos formados por el
fósforo llevan los nombres de ácido h y po-fosforoso, ácido
fosforoso, ácido fosfórico, ácido hypo-fosfórico, empezan-
do por el menos oxigenado. Sometiendo un óxido ó un
ácido á la acción de la pila voltaica, el oxígeno se dirige
al polo positivo y el radical al polo negativo; ó en otros
términos, el oxígeno es el cuerpo negativo y el otro cuerpo
el positivo. Por lo tanto como en la nomenclatura de los
ácidos y de los óxidos hemos situado en primera línea el
nombre que recibe el oxígeno, es decir, el de la sustan-
cia mas negativa, será necesario conformarnos con esta r e -
gla en la designación de otros compuestos, colocando igual-
mente el nombre del cuerpo negativo en primer lugar.
Tratemos de otras composiciones binarias en las que
no funciona el oxígeno. Si por ejemplo nos fijamos en las
combinaciones del cloro y del azufre ,'deberá designárseles
con los nombres de clóridos y de clorácidos, de súlfidos ó
de sulfácidos, según su sabor y su acción sobre la tintura
azul de tornasol; pero desgraciadamente derogada esta de-
nominación que resulta de la nomenclatura expuesta, se
ha reservado tan solo para los compuestos oxigenados la
terminación en ido.
Cuando el compuesto sea ácido, es decir, que tenga
un sabor agrio y que enrojezca la tintura de tornasol, se
le llamará desde luego ácido, siguiéndole el nombre del
cuerpo mas negativo, después el del otro elemento que
entre en su composición, pero terminándole en ico- así
se nombra los ácidos clorhydrico, sulfhydrico, fosfhydrico.
Si el compuesto no es ácido, se escribirá desde luego
el nombre de la sustancia mas negativa, terminándole en
uro, después la partícula de y el nombre del otro elemen-
t o : ejemplo, cloruro dé azufre, cloruro de potasio,, s u l -
furo de plomo, carburo de hidrógeno. Empleándose t a m -
— 13 —
bien las voces proto, sesqui, bi, como en los óxidos, si las
sustancias se combinan en diversas proporciones. Sin em-
bargo , esta regla sufre una excepción cuando los factores
son cuerpos metálicos. El compuesto en tales casos se le
llama aleación, debiendo especificarse los metales que la
constituyen. Así será una aleación la que resulte del cobre
y plata, ó del plomo y estaño. Si entre los metales reuni-
dos entra el mercurio, la palabra aleación se reemplaza con
la de amalgama.
Nomenclatura de los compuestos ternarios. Los mas
importantes proceden de la combinación de los ácidos con
los óxidos metálicos, y en general con cuerpos binarios
que posean un principio común. Tales son las sales de que
nos ocuparemos en lo sucesivo. Para designar particular-
mente una sal, se escribirá el nombre de su ácido r e e m -
plazando la terminación si es en ico por alo, y si en oso
por ilo, siguiéndoles la partícula de y el nombre del óxi-
do. Ejemplos, carbonato de óxido de hierro, sulfato de
óxido de zinc, sulfito de potasa.
Sometida una sal á la acción de una pila de cierta
energía, el ácido y el óxido se separan, marchando el p r i -
mero al polo positivo y el óxido al negativo. L o cual se
conforma en un todo con la regla general de la denomina-
ción de las sales, pues se coloca en primer lugar el nom-
bre del ácido, es decir, del compuesto binario que des-
empeña en las sa es el papel de sustancia negativa..
Se concibe también que combinándose un ácido en mtiJ
chas proporciones con un óxido, para dar origen á dife-
rentes sales será necesario marcar estas graduaciones. Cua-
lesquiera que sea su nombre se las divide desde luego en
tres clases: sales neutras, sales acidas, sales básicas, Se
llaman sales neutras aquellas en las que han desaparecido
completamente por efecto de la combinación las propieda-
des del ácido y óxido; sales acidas ó básicas, aquellas en
que predominan las propiedades del ácido ó del óxido. Se
sabe por ejemplo que el ácido sulfúrico enrojece la tintura
azul de tornasol y que posee un sabor muy ácido; que la
potasa enverdece el jarabe de violetas siendo su sabor de los
mas a c r e s ; reunidas estas dos sustancias en las proporcio-
nes convenientes, se obtiene un compuesto que no ejerce
— 14 —
acción alguna sobre el tornasol, ni sobre el jarabe de vio-
letas , y cuyo sabor ni es a c r e , ni es ácido, y en el que
las propiedades de los componentes han desaparecido com-
pletamente; tal es el carácter de las sales neutras que
resultan de la unión proporcionada de un ácido con un
óxido.
Si se tratase de investigar las proporciones en que un
mismo ácido y óxido pueden entrar en la formación de
diversas sales, las encontraremos apoyadas en la ley de las
proporciones múltiplas; debiendo usar los nombres sesqui,
ii, tri... que se colocarán delante de la voz acida, ó de la
palabra básica , según que la sal contenga l f , 2 , 3... ve-
ces mas ácido ú óxido que ácido ú óxido la sal neutra.
Ejemplo, fosfato neutro de cal; sesqui-fosfato de cal, bi-
fosfato de cal, fosfato sesqui-básico de c a l , fosfato bi-
básico de cal.
No solo los óxidos metálicos pueden neutralizar en
todo ó en parte las propiedades de los ácidos; existen sus-
tancias que se comportan de la misma manera aunque no
contengan oxigeno. Se les ha llamado fiases, aplicando el
mismo nombre á todos los cuerpos que siendo ó no oxige-
nados neutralicen mas ó menos completamente las propie-
dades de los ácidos. El nitruro de hidrógeno, designado co-
munmente bajo el nombre de amoniaco, es una de las bases
mas poderosas y se le cuenta entre las seis bases alcalinas.
Del propio modo que se apellida base á todo cuerpo
que neutralice mas ó menos las propiedades de los ácidos,
se denominará ácido al que produzca el mismo resultado
con las bases. La potasa, por ejemplo, deberá considerarse
como base, por neutralizar completamente las propiedades
de ciertos cuerpos reconocidos por ácidos, tales como el
sulfúrico, nítrico, etc. De aquí que sean mirados cerno áci-
dos los que neutralicen las propiedades de la potasa, a u n -
que sean insípidos y no enrojezcan la tintura de tornasol.
Así el compuesto de oxigeno y de silicio que constituye
gran parte de los cantos rodados ó piedras silicias, se t e n -
drá por un ácido á pesar de su insipidez y de su nulidad
sobre la tintura de tornasol.
Muchos compuestos binarios que poseen un elemento
común, el cloro por ejemplo, podrán unirse y neutralizarse
— 1 5 -
rnas ó menos completamente como los ácidos y los óxidos
metálicos; resultando de sus combinaciones compuestos
ternarios análogos á las sales. Habrá de seguirse en seme-
jantes casos la nomenclatura precedente; mas es preciso
dar á dichos compuestos el nombre de cloruros dcbles. Así
la combinación del cloruro de potasa con el cloruro de
platino, se designa con el nombre de cloruro doble de
platino y potasa. No dudará nadie que los compuestos t e r -
narios de esta especie no son análogos á las sales, no exis-
tiendo por lo tanto cloruros ácidos, cloruros básicos, ni
cloruros neutros ó indiferentes.
Nomenclatura de los compuestos cuaternarios. Alguna
vez sales que poseen un mismo ácido, se combinan para
dar lugar á un nuevo compuesto; así el sulfato de alúmina
y el sulfato de potasa, combinados en ciertas proporciones,
originan un cuerpo llamado vulgarmente alumbre, de gran
importancia en las artes. Estos compuestos cuaternarios
reciben el nombre general de sales dobles, y cada producto
de esta especie se designa con los nombres de las sales.que
les constituyen. El alumbre, por ejemplo, se le llama sulfato
doble de alúmina y potasa.
Tales son las principales reglas de la nomenclatura
química. Algunos cuerpos no comprendidos en las reglas
precedentes, los iremos estudiando al tiempo de hacer
su historia.

DE LOS EQUIVALENTES QUÍMICOS.

Equivalentes de los cuerpos simples. Se denominan


equivalentes químicos los números que representan las can-
tidades ponderables de los cuerpos, ó capaces de reempla-
zarse mutuamente en las combinaciones de un mismo orden.
El ejemplo siguiente podrá hacernos comprender esta defini-
ción , manifestándonos al mismo tiempo los valores de los
equivalentes.
Supongamos que se tome una disolución del nitrato
neutro, del óxido de plata, que contenga una cantidad de
ácido representada por 5 4 , una de oxígeno por 8 , y otra
de plata por 108. S i s e sumerge en dicha disolución una
lámina de h i e r r o , la plata se precipitará poco á poco sobre
_ 1 6 -
ella, mientras que una porción de hierro se combinará lenta-
mente con el oxígeno y el ácido nítrico. Después de cierto
tiempo las 108 partes de plata se precipitan, y la disolu-
ción contendrá un nitrato neutro de óxido de h i e r r o , en el
que la cantidad de hierro estará representada por 27. Las
cantidades 108 de plata y 27 de hierro se reemplazan ó
se restituyen mutuamente la una á la otra en los nitratos
neulios; existiendo la misma sustitución en todas las com-
binaciones del mismo orden, tales como los sulfatos neu-
tros, los protóxidos, los protosulfuros.... pues según la ley
general del célebre Wenzel, las cantidades de diferentes
cuerpos que se reemplazan en una combinación, lo efectúan
igualmente en todas las del mismo orden. De donde se
infiere que los números 108 y 27 representan las cantida-
des equivalentes ó los equivalentes de la plata y el hierro.
Los números 108 y 27 son precisamente los pesos que
se combinan con los 8 de oxigeno, para formar los'pro-
tóxidos de plata y hierro; si investigásemos directamente
los pesos de otros metales que se combinan con el mismo
de oxígeno, para formar los protóxidos, se obtendrían d i -
rectamente los equivalentes de estos cuerpos; y en efecto,
los números encontrados representarán las cantidades de
estos metales que se sustituirán los unos á los otros en los
protóxidos, y consecuentemente en los nitratos, sulfatos,
protosulfuros, protocloruros....
Del propio modo se obtienen los equivalentes de los
cuerpos metaloideos, combinándolos con un peso determi-
nado de oxígeno ó de un metal cualquiera, y observando
las cantidades relativas de los cuerpos que forman combi-
naciones del mismo orden. Así 108 de plata se combinan
con 16 de azufre, 3 5 de clero, del propio modo que con
8 de oxigeno; los números 1 6 , 3 5 , 8 , nos representan
pues los equivalentes del azufre, del cloro y del oxígeno;
de la misma manera que 1 será el equivalente del hidró-
geno y 14 el del ázoe ó nitrógeno, porque dichas cantida-
des se combinan con 8 de oxígeno para formar el p r o -
t ó x i d o , la plata con 108 y el hierro cotí 2 7 .
Se ha notado que los equivalentes químicos de dos
cuerpos representan precisamente las unidades de peso qué
pueden neutralizarse ó saturarse mutuamente. Esta e x p o -
— 17 —
sicion nos pone en el caso de mirar á los equivalentes quí-
micos como una expresión de las relaciones de las cantida-
des de los cuerpos que se combinan, ó como la de los
principios constituyentes de los compuestos.
Esta manera de inspeccionarlos les ha dado el nombre
de números proporcionales ó de proporciones de los cuer-
pos; voces idénticas á las de equivalentes de los cuerpos
que hemos usado antes.
Para formar una tabla de los equivalentes químicos se
han comparado con la unidad común; habiéndose adoptado
el oxígeno por ser la sustancia que se combina con todos
los cuerpos simples, y su número proporcional se r e p r e -
senta por 100 ó por 1. Pero nosotros daremos la preferen-
cia al hidrógeno como equivalente unidad, porque los nú-
meros que representan los equivalentes de todos los cuerpos
le son múltiplos. De aquí que se designe el equivalente
hidrógeno por 1, y se considere por equivalente de cada
cuerpo la cantidad que equivalga á uno de hidrógeno, ó
que se combine con uno de hidrógeno. El equivalente del
oxígeno será 8 , el de azufre 1 6 , el. de cloro 3 5 , el de
plata 1 0 8 , según se ha expresado ya.
Cuando se trate de buscar los equivalentes de diferen-
tes cuerpos, es necesario tener presente las cantidades de
estos cuerpos que se sustituyen las unas á las otras en
combinaciones del mismo orden. Los equivalentes de un
cuerpo tendrán, en efecto, valores diferentes, según que
se obtenga de una combinación ó de otra de orden diverso,
y por consecuencia los compuestos análogos no presenta-
rán la misma composición si sus equivalentes no se hallan
formados por combinaciones del mismo orden.
Podrán determinarse los equivalentes de casi todos los
cuerpos simples, partiendo de sus combinaciones con el
oxígeno, notando á la vez los pesos de dichos cuerpos que
se combinan con 8 de oxígeno para formar el primer com-
puesto oxigenado. Esta regla admite una excepción en los
trece cuerpos siguientes: selenio, flúor, bromo, iodo, fós-
foro, arsénico, antimonio, boro, silicio, cromo, tungsteno,
titano y tántalo.
Si partimos de la combinación que estas sustancias for-
man con el oxígeno para encontrar el valor de sus equi-
2
— 18-
valentes químicos, se obtendrán números, que introduci-
dos en la composición de los cuerpos, destruyen toda ana-
logía en los compuestos análogos. Si se considera el iodo,
por ejemplo, que recibe por equivalente la cantidad de
este cuerpo que se combina con 8 de oxígeno, en el ácido
iódico, se halla que la composición de los iodatos neutros
presenta una completa discordancia con la de todas las sa-
les neutras. La cantidad de ácido capaz de neutralizar una
cantidad de base que contenga 1 equivalente de oxígeno,
encierra en efecto 1 equivalente de radical, cualesquiera
que sea la sal neutra que se considere, lo cual no se ve-
rifica en los iodatos neutros. Conviene por lo tanto para
dar á todas las sales neutras una composición análoga, t o -
mar por equivalente del iodo la cantidad de esta sustan-
cia que se halle en la cantidad de ácido iódico capaz de
neutralizar una cantidad de base que contenga 1 equiva-
lente de oxígeno. Del propio modo se procederá en los
otros doce cuerpos, pues la discordancia que se nota en
ellos procede probablemente de que se desconoce su p r i -
mera combinación oxigenada.
Equivalentes de los cuerpos compuestos. Los equiva-
lentes de esta clase se forman añadiendo los equivalentes
de los cuerpos que les constituye.
Así el ácido sulfúrico contiene 3 equivalentes de o x í -
geno para uno de azufre , 1 equivalente de ácido sulfúri-
co recibe 1 eq. de azufre -+- 3 eq. de oxígeno, es de-
cir : 16 -+- 2 4 = 4 0 . Por la misma razón, 1 equivalente
de ácido nítrico neutraliza 1 eq. de ázoe - t - 5 eq. de o x í -
geno , es decir: 14 - H 4 0 ó 54. Esta manera de formar
los equivalentes de los cuerpos compuestos se halla acor-
de con la definición misma de los equivalentes; pues se
observa que 4 0 de ácido sulfúrico y 5 4 del nítrico se -
reemplazan mutuamente en sus combinaciones con una
misma base , la barita por ejemplo. -
Del propio modo se nota que un equivalente de p r o -
tóxido de plata se encuentra formado de 1 eq. de pla-
ta -+- 1 eq. de oxígeno = 108 -+- 8 = 1 1 6 , y que 1
equivalente de protóxido de hierro se halla formado d e .
1 eq. de hierro -+- 1 eq. de oxígeno = 27 -+- 8 = 3 5 ;
de donde 3 5 de protóxido de hierro y 116 de protóxido
— 19 —
de plata se reemplazan mutuamente en sus combinaciones
con los ácidos.
El equivalente de una sal neutra se hallará formado
de un equivalente de ácido y de otro de base, y el de una
sal doble, de un equivalente de cada cual de las sales que
le constituyen.
He aquí un cuadro de los equivalentes de los cuer-
pos mas importantes, ya por sí mismos ó por sus combina-
ciones.
EQUIVALENTES METALOIDEOS.

H.. Hidrógeno. 1 Az... Ázoe. . . . . 14


o.. Oxígeno.. 8 Ph. . Fósforo... . 32
s.. Azufre. 16 As... Arsénico.. . 7 5
F. . Fluor. . . . 18 Sb— Antimonio.. 1 2 8
Ch. Cloro. . . . 35 C. . . Carbono.... 6
Br.. Bromo. . . 78 B. . . Boro...... 11
I... Iodo 126 Si. . . Silicio 23
METALES.
ES.

K.. Potasio. . . . 39 Zn... Zinc 34


Na. Sodio. . . . 23 Cd. . Cadmio 55
Ba.. Bario. . . . 68 Cr... Cromo. . . . 28
St.. Estroncio.., 44 Sn... Estaño. . . . 58
Ca.. Calcio. 20 Cu... Cobre 64
Mg. Magnesio.. 12 Pb. . Plomo 104
Al.. Aluminio.., 14 Bi... Bismuto. . . 73
Mu. Manganeso 28 Hg. . Mercurio... 101
Fe.. Hierro. . . , 27 Ag. . Plata 108
N.. Nikel. 30 Au. . Oro. . . . . . 100
Co.. Cobalto.. . . 30 Pl... Platina. . . . 98

Si se tratase de comparar los equivalentes de dos cuer-


pos simples con el equivalente del oxígeno representado
por 1 0 0 , como en la mayor parte de las obras sería nece-
sario multiplicar los números de este cuadro por 12,5,
de donde 8 x por 12,5 <= 100.
Signos químicos. Hemos situado al lado de cada c u e r -
po los signos que, se emplean para designar un equiva-
lente de estos cuerpos. Así la letra H designa un eq. de
•*
— 20 —
hidrógeno, la S 1 eq. de azufre, el signo P h 1 eq. de
fósforo.
Si se trata de designar mas de un equivalente se c o -
loca á la derecha de la letra respectiva bajo la forma de
csponente, ó á la izquierda en forma de coeficiente, la cifra
que representa el número de los equivalentes. Así H* ó
2H indican 2 eq. de hidrógeno; 3 Ph ó P h designan 3
s

eq. de fósforo. Para designar un compuesto binario, se e s -


criben á continuación los signos de los factores; Así"
HO = 1 eq. de agua ó protóxido de hidrógeno; S 0 = 1 eq.
3

de ácido sulfúrico; AzO = 1 eq. de ácido nítrico. Si es


5

una sal se escribirá la base y el ácido separándolos con


una coma; así K O , SO* = 1 eq. de sulfato neutro de
potasa; K O , 2 S 0 = > 1 eq. de bi-sulfato de potasa*
3

Debe advertirse que el exponente de estos signos no


afecta sino á la letra que le t i e n e , mientras que el coefi-
ciente se relaciona con toda la cantidad que le sigue. Se
debe igualmente notar que en la nomenclatura escrita el
cuerpo mas electro-negativo se sitúa el último, al paso que
en la escrita es al contrario.
En la exposición de estas nociones químicas las dividi-
remos en tres partes: 1.° estudio de los cuerpos simples;
2.° el de los compuestos binarios; 3.° el de los compues-
tos ternarios ó de un orden mas elevado.

CAPITULO PRIMERO.

DE LOS CÜEKPOS METALOIDÉOS.

Caracteres. Los metaloides generalmente son sustancias


privadas del brillo metálico; malas conductoras del caló-
rico y electricidad, forman con el oxígeno compuestosque
se neutralizan con los ácidos. Este último carácter es de
la mayor importancia, pues los anteriores son secundarios
por variar en un mismo cuerpo en diferentes circunstan-
cias. El antimonio y el teluro se colocaron durante mucho
tiempo entre los metales por su brillo, sü conductibilidad
y las propiedades básicas de sus óxidos; pero hoy dia se les
considera entre los metaloideos en atención á su analogía
con muchos de eslos cuerpos.
— 21 —
Clasificación. Adoptamos la de familias por ser la mas
n a t u r a l , dividiendo los 16 metaloideos en 6 familias, cuyos
individuos tienen la mayor analogía comportándose de la
misma manera en las diversas reacciones químicas.

1. Familia,
a
Hidrógeno.
2. a
Oxígeno, azufre, selenio, teluro.
3> .' .' Cloro, bromo , iodo.
4. a
Ázoe, fósforo, arsénico, antimonio.
5. a
Carbono.
6. a
B o r o , silicio.
PRIMERA FAMILIA. — Hidrógeno.
Historia. El hidrógeno tenia el nombre de aire infla-
mable antes de la época de la reforma en la nomencla-
tura química; descubierto en 1 6 0 0 , no se estudió hasta el
año 1777. Cavcndisch fué quien dio á conocer sus princi-
pales propiedades.
Propiedades físicas. El hidrógeno es un cuerpo g a -
seoso á toda presión y temperatura; incoloro, inodoro, in-
sípido, el mas ligero de lodos los gases; su densidad es
igual á 0,006926. El agua no disuelve sino un ~ .
El hidrógeno es impropio para la respiración; pues
aunque no actúa como gas deletéreo, se opone á la intro-
ducción del aire en los pulmones. Impide la combustión,
notándose muy bien este fenómeno cuando se introduce
una bugía encendida en una probeta llena de este gas.
Propiedades químicas. El hidrógeno no se descompone
por el calórico ni electricidad,
tan solamente se consigue dila-,
tarle. Se inflama y arde en con-
tacto del a i r e , siendo su ¡lama
tanto mas clara , cuanto mas pu-
ro sea el gas. Su combustión se
explica por su combinación con
el oxígeno del aire para la pro-
ducción de agua. En efecto, lle-
nando de hidrógeno una vejiga
(fig. 1. ) atada al extremo de un
a

tubo metálico muy fino, y dando


22 —
salida al gas por medio de la presión, si después de infla-
mado este se introduce el tubo metálico en otro de cris-
tal mas largo, se notará su interior salpicado de una
multitud de gotitas de agua producidas por la combustión
del hidrógeno.
La combinación del hidrógeno y el oxígeno jamás se
efectúa á la temperatura y presión ordinaria; es necesaria
la influencia de una temperatura elevada, de una chispa
eléctrica, de una presión súbita ó el contacto de ciertos
cuerpos.
En efecto, siempre que se aumenta la temperatura.de
una mezcla de oxígeno é hidrógeno su resultado es la
combinación. Una luz introducida en una probeta llena de
esta mezcla, produce una detonación con rotura de las pa-
redes de la vasija. Si en un mortero que contenga agua de
jabón se introducen varias burbujas, inyectando por m e -
dio de un soplete dicha mezcla gaseosa, con solo aplicarlas
la llama de una bugía, hay una detonación y se combinan
los gases.
En el pistolete de Volta se advierte que llenándole de
dicha mezcla, aplicando un tapón de corcho á su abertu-
ra y comunicándole una chispa eléctrica, se produce una
viva detonación, el corcho se lanza á gran distancia y
la boca del pistolete despide una lengua dé fuego Puede
muy bien atribuirse al calórico la combinación p r o -
ducida en este experimento , pues toda trasmisión d i -
fícil de electricidad en los cuerpos desenvuelve mucho
calórico.
La presión de los gases es un origen del desprendi-
miento de calórico; no es de extrañar por lo tanto que
el oxígeno y el hidrógeno cuando se comprimen desen-
vuelvan este agente que facilita su combinación.
El contacto de ciertos cuerpos, como el platino, el pa-
ladio, el rodio y el iridio, determinan la combinación del
hidrógeno con el oxígeno: la acción tiene lugar instantá-
neamente cuando se introduce en su mezcla una esponja
de platino muy dividido, peto se efectúa poco á poco y
sin calor sensible cuando el platino es en lámina. Se ig-
nora completamente la causa de estos fenómenos.
Fácilmente se determina por medio del eudiómetro
— 23 —
de Volta la relación en que el hidrógeno se combina con
el oxigeno (fig. 3 ) ; dicho apáralo se com-
pone de un cilindro ACB de cristal, de
paredes muy resistentes, cerrado en C y
abierto en A. La extremidad cerrada se
I J na-i halla atravesada por una varilla metálica
provista de dos esferas; cerca de la es-
férula n se encuentra otra esférula n',
pendiente de un hilo de hierro sostenido
en la base del aparato. La parte inferior
puede encontrarse abierta ó cerrarse con
un tapón metálico que se ajusta á la guar-
nición: introducida en el eudiómetro una mezcla de 2
volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, dichos gases
se combinan totalmente efecto de la chispa eléctrica; pero
si el volumen del hidrógeno no es exactamente el duplo
del de el oxígeno, quedará constantemente una porción
de gas no combinada. Midiendo con. la mayor exactitud los
volúmenes de los gases introducidos y el volumen del gas
excedente, después del paso de la chispa, se observa que
la combinación tiene lugar en la relación constante de dos
volúmenes de hidrógeno por uno de oxígeno Si el volu-
men de un gas es 10 veces mayor que el volumen del
otro , la combinación no se efectuará, ó mas bien no ten-
drá lugar sino ea el espacio comprendido entre las este -
rillas n y n'.
Cerrando el eudiómetro cuando se aplica la chispa
eléctrica, la combinación se efectúa sin conmoción alguna;
y si se abre el aparato , el agua de la cuba se precipita
inmediatamente; porque el vapor de agua producido en la
combinación se condensa por su contacto con las paredes
del cristal. Pero si el eudiómetro se halla abierto durante
el paso de la chispa, se percibe un fuerte sacudimiento que
tiende á elevarla; pues la presión ejercida por el vapor del
agua no se equilibra con la presión inferior.
Examinemos cuál es la relación de pesos entre el
oxígeno é hidrógeno que entran en la combinación: si
llamamos P y P ' los pesos del oxígeno é hidrógeno, V y
V sus volúmenes, D y D ' sus densidades con relación
al a g u a , tendremos P = V D \ P ' = V' B ' , de donde
— 2i -
p Oü

el volumen del hidrógeno duplo del oxigeno; de donde se


D 1,10363 ,„ , , . ,
obtiene que — — 1 6 , pues la relación de

densidades de dos gases respecto al agua es igual á la.


relación de sus densidades rcspeclo el a i r e ; por tanto
P
— == 8. Así el peso del oxígeno es 8 veces mayor que el

del hidrógeno.
De donde 8 nos expresará el equivalente de oxígeno
por combinarse dicho gas con ~ de su peso de hidrógeno
para formar el protóxiclo de hidrógeno ó sea el agua.
Calórico desprendido en la combinación, lintre todos
los combustibles, el hidrógeno es quien desprende una
cantidad mas considerable de dicho agente. Este calórico
desprendido es igual á 23,610 unidades, es decir, que una
grama de hidrógeno produce en su combustión un calórico
capaz de comunicar un grado á 23,640 gramas de agua.
A fin de obtener el máximo de calórico por medio de
la combustión , es necesario emplear una mezcla de dos
volúmenes do hidrógeno y uno de oxígeno, y por otra
parle obligarlos á que les desprenda mediante una fuerte
presión. Con el auxilio de un aparato llamado sóplele (fig.
4 . ) se comprueban estos
a

resultados. Se compone
de dos tubos de cobre
concéntricos, de la mis-
ma longitud y tales que
el volumen del espacio
anular sea doble del vo-
lumen del mas pequeño;
se adapta á una de sus
extremidades un reci-
piente de platino D de
un diámetro interior de
cerca de 4 á 5 milíme-
2o —
Iros; después se pone en comunicación e! tubo interior
con una vejiga llena de oxígeno O , y el espacio anular con
otra H de hidrógeno. Comprimiendo las vejigas con la
misma fuerza, los dos gases se dirigen en la proporción
conveniente hacia el recipiente de platino; basta que la
mezcla se inflame para que se obtenga una ráfaga lumi-
nosa de una temperatura muy elevada.
El calor desprendido en este experimento es capaz de
fundir casi instantáneamente el cristal, el cobre, el hierro
y el mismo platino. La luz que se desprende no es tan exlrc-
' madamente viva, pero adquiere una claridad notable si se
introducen cuerpos sólidos. La intensidad que la creta le
comunica no permite al ojo soportar su brillo. En el aparato
que acabamos de describir no es posible que se lema la ex-
plosión por encontrarse los gases en distintas vejigas.
Preparación. Aun cuando el hidrógeno es uno de los
gases mas difundidos en la naturaleza , no se presenta sino
en el estado de combinación. Se encuentra en el agua y en
casi todas las sustancias orgánicas.
Dicho gas se extrae del hidrógeno poniendo en contacto
el zinc con el ácido sulfúrico dilatado. Colocadas estas
sustancias en un frasco
(Og. 5 . ) , en cuyo cuello se
a

adapta un tubo encorvado


de cristal, introduciendo
su extremidad libre bajo la
abertura de la tablilla de la
cuba hidroneumática, el
hidrógeno que se produce
por la reacción de las sus-
tancias empleadas se esca-
pa por esta extremidad,
recibiéndole fácilmente en
las probetas llenas de agua que al efecto se dispon¡ n. Al cabo
de algunos instantes pueden llenarse de hidrógeno gran nú-
mero de ellas. Es muy sencilla la teoría del desprendi-
miento del hidrógeno. En efecto, el ácido sulfúrico tiene,
gran afinidad con el óxido de zinc; pero hallándose el agua
formada de oxígeno é hidrógeno, aquel metal se'apropia
el oxígeno dejando solo al hidrógeno en libertad. Este gas
— 26 —
se desprende á causa de su estado, y el óxido de zinc sé
combina con el ácido sulfúrico para formar un sulfato de
óxido de zinc que permanecerá disuelto en agua.
Si se emplea 1 eq. de zinc, será necesario para utilizar
todas las sustancias poner 1 eq. de agua á fin de constituir
1 eq. de oxigeno, y 1 eq. de ácido sulfúrico á fin de cons-
tituir 1 eq. de sulfato de óxido de zinc. En tal caso se des-
prenderá 1 eq. de hidrógeno; podremos pues expresar por
medio de signos químicos los productos empleados bajo la
forma de S O 3
HO -+- Z n . y los productos obtenidos
por la reacción, bajo la nueva forma H - i - ( Z n O , S O ) . E s
3

indispensable emplear mas de 1 eq. de agua en la prepara-


ción del hidrógeno, por no descomponer el zinc á el agua
bajo la influencia del ácido sulfúrico sino en los casos de ha-
llarse este muy dilatado.
Nunca se obtiene hidrógeno perfectamente puro con
este procedimiento; pues se desprende siempre un olor mas
6 menos fuerte, dimanado de cierta cantidad de aceite volá-
til debido á la combinación del hidrógeno con algunos á t o -
mos de carbón que el zinc contiene accidentalmente. Se
consigue despojarle de dicho aceite obligando á que el gas
penetre por un tubo lleno de fragmentos de potasa que le
absorba, y se combine con ella. Además el hidrógeno no es
raro que contenga algunos otros gases, procedentes de la
combinación de sustancias extrañas contenidas en el zinc
y en el ácido sulfúrico.
Los usos de este gas hasta el dia no son otros que la
inyección de los globos aereostáticos, la reducción de cier-
tos óxidos metálicos y algunos análisis químicos.

SEGUNDA F A M I L I A . — Oxígeno, azufre, setenio, teluro.

Caracteres. Los cuerpos de la segunda familia tienen


por carácter genérico formar con el hidrógeno compuestos
gaseosos, que contienen un volumen de hidrógeno igual á
su propio volumen y la mitad del de otro elemento consi-
derado en igualdad de circunstancias, esto e s , en estado
gaseoso, á la misma temperatura y bajo la misma presión.
El oxígeno, el azufre, el selenio y el teluro, que constitu-
yen esta familia , forman otros compuestos perfectamente
— 27 —
análogos combinándose con los demás cuerpos simples, y se
conducen de la misma manera en las diversas reacciones.
El selenio y el teluro son poco importantes.

Oxígeno.

Historia. El oxígeno, denominado sucesivamente aire


deflogisticado , aire de fuego, aire puro, aire vital, se des-
cubrió hacia el año de 1774 por Priestley y Scheele. L a -
Voisier dio á conocer casi en la misma época sus principa-
les propiedades y combinaciones.
. Propiedades físicas. El oxígeno es gaseoso á todas las
temperaturas y presiones, incoloro, inodoroé insípido. Su
densidad es 1,10563; poco soluble en el agua, pues este l í -
quido no disuelve sino \ de su volumen.
5

Propiedades químicas. El oxígeno puede combinarse


con todos los cuerpos simples, ocasionando desprendimiento
de calórico ó de calórico y luz á la vez. A la combinación
de dicho gas con el carbono é hidrógeno debemos el calor
y luz artificiales que se produceu en los hogares, en las
bujías y en las lámparas el oxígeno en estado puro fa-
vorece mas la combustión que el aire atmosférico, del que
no forma sino la quinta p a r t e ; así que sumergida una c e -
rilla que no lleve en ignición sino un punto de su pábilo,
se inflama rápidamente y arde con llama vivísima. Otra
propiedad notable del oxígeno es la de hacerse luminoso
comprimiéndole en el eslabón neumático; en cuyo caso,
bajo la influencia del calórico desprendido en dicha presión,
se combina con las materias oleosas de que se untan los
pistones, produciendo tal combustión desprendimiento de
luz. Este efecto le producen igualmente que el oxígeno, el
cloro y el aire atmosférico.
En los gabinetes de química se efectúan experimentos
que nos patentizan la actividad que el oxígeno puro comu-
nica á la combustión: en efecto, un pedazo de yesca que
lleve un punto en ignición, sujeto al extremo de un espi-
ral de acero y sumergido en una campana de oxígeno puro,
ocasiona la combustión con llama no solo de la yesca, sino
del espiral, produciendo una luz sumamente intensa á la
vez que un calórico considerable. Se nota al propio tiempo
— 28 -
que se desprenden en todos sentidos una multitud de gló-
bulos de acero fundido que incrustan las paredes de la cam-
pana. Experimentos análogos se practican con el azufre, el
fósforo siendo de notar que la luz que en dichas combi-
naciones se ocasiona es menos viva si la origina un cuerpo
gaseoso, que si es un sólido ó un líquido: esta es la causa
de que el azufre y el carbón quemándose desprendan menos
luz que el fósforo y el hierro.
Combustión. Hasta la época de La-Voisier no se tenia
idea exacta de la combustión. Stahl admitía en todos los
cuerpos combustibles la existencia de un principio llamado
flogislo , el cual se desprendía en la combustión. Según este
principio dichos cuerpos deberían quemarse también en el
vacío y perder de su peso, lo cual en verdad no es cierto.
La-Voisier en 1775 manifestó que la combustión de
todo cuerpo en el aire provenia de su combinación con el
oxígeno; así es que este fenómeno le definió diciendo «que
era un resultado de la combinación de todo cuerpo combus-
tible con el oxígeno.» Esta definición es susceptible de va-
rias reformas, pues se notan combustiones en las que el
oxígeno no desempeña papel alguno, Un poco de antimonio
ó de fósforo, proyectados en una campana llena de cloro,
producen una combustión de las mas vivas. Se dirá por lo
tanto que combustión «es un fenómeno procedente de la
combinación dedos cuerpos cualesquiera, siempre que esta
combinación vaya acompañada de cambios de temperatura
y desprendimientos de luz.»
Mr. Berzelius atribuye el desprendimiento de calórico
de las combustiones á la combinación de los fluidos eléctri-
cos. En efecto, se sabe que la combinación de electricidades
contrarias es un manantial de calórico, y que las moléculas
de dos cuerpos inmediatamente que van á combinarse se
constituyen en electricidades distintas. Cuanto mas enérgica
sea la neutralización de este fluido, mas intenso será el des-
prendimiento de calórico y luz.
Extracción. El oxigeno, una de las sustancias mas di-
fundidas en la naturaleza, se encuentra en ella ó en estado
de mezcla ó de combinación. Forma las 2 3 centésimas dol
peso de la atmósfera, ó los § del agua; se halla en la com-
posición de todas las materias orgánicas y de los óxidos y
— 29 —
sales tan abundantes en el reino mineral Se extrae ordina-
riamente el oxígeno del bióxido de manganeso ( M n O ) des-
2

componiéndole por el calor. Se llena al efecto Una retorta


de b a r r o , de dicha sustancia en estado pulverulento, y se
adapta á su cuello un tubo encorvado que se relaciona con
algunas probetas llenas de agua. Situada la retorta en
un horno de reverbero
(fig. 6.") se la calienta
hasta enrojecerla. El
oxígeno que resulta de
la descomposición del
bióxido se dirige á las
probetas, no quedando
en la retorta sino un
nuevo compuesto de
oxigeno y manganeso,
esto e s , un protóxido
de manganeso; siendo inútil toda la cantidad de calórico
que se aplique con objeto de una nueva descomposición. Se
encuentra que 3 eq. de bióxido se tranforman en 2 eq. de
oxígeno, 1 eq. de bióxido y 2 eq. de protóxido; en otros
términos: hay 3 M n O = 2 0 - t - M n O -+- 2iYlnO ; se e x -
a 2

traen por consiguiente 2 eq. de oxígeno sobre 6 e q . , es de-


c i r , el tercio del oxígeno del bióxido; por lo tanto el eq.
del manganeso siendo 2 8 , el bióxido se encuentra formado
de 2 8 - t - 1 6 = 4 4 , y contiene los ó los de su peso
de oxígeno. Si constituye el tercio de su oxígeno, se ob-
tendrán los ^ ó los 121 milímetros del peso de este
gas, es decir, 121 gramas por kilogramo c!c bióxido,
esto e s , cerca de 8 4 litros á la temperatura y presión
ordinarias.
El oxígeno también se extrae del bióxido de manga-
neso tratado con el ácido sulfúrico á una moderada tempe-
r a t u r a , ó calentando fuertemente la sal llamada clorato de
potasa en un matraz de cristal. En el primar caso el resi-
duo será un sulfato de protóxido de manganeso Mr.O, SO^;
en el segundo se obtiene un protocloruro de potasio KCh.
Usos. No hay cuerpo que tenga usos mas importantes y
numerosos que el oxígeno; baste decir que funciona en la
respiración , vegetación y combustión , si no en estado de
— 30—
p u r e z a , en el de simple mezcla con el ázoe constituyendo
nuestra atmósfera.

Del azufre.

Historia. Este cuerpo, conocido desde la mas remota


antigüedad , es una de las sustancias mas importantes de
la naturaleza.
Propiedades físicas. Es sólido a la temperatura ordi-
naria, muy frágil, de color amarillo limón, insípido é ino- .
doro aun cuando el frotamiento le comunica un ligero olor
y una electrización negativa; su densidad es 2. E s insoluole
en el a g u a , poco soluble en el alcohol y é t e r , y por el
contrario muy soluble en el aceite de trementina, calen-
tándole; en general en todos los aceites, y especialmente
en el sulfuro de carbono, se le cristaliza disolviéndole con
auxilio del calórico en uno de dichos líquidos y enfriando
la disolución, en cuyo caso sus cristales se presentan bajo
la forma de octaedros de base romboidal.
El azufre se funde á los 108 ° y entra en ebullición á
los 440.° Cristalizándole por fusión, presenta cristales
bajo el aspecto de prismas oblicuos de base romboidal,
forma enteramente incompatible con la primera. No debe
admirarnos el dimorfismo que se observa en esta circuns-
tancia , pues procede de la diversa separación molecular;
pues los cristales se producen á temperaturas diversas, en
cada cuál de ellas las moléculas deben conservar las po-
siciones particulares que tenían en el instante de la solidi-
ficación. El calórico presenta en el azufre fenómenos dig-
nos de estudiarse.
1.° Se conserva fluido y de un hermoso color amarillo
calentándole desde el punto de fusión hasta los 1 5 0 ° ;
mas allá se enrojece, se espesa cada vez mas hasta los
250° en términos que no se vierte aun cuando; se incline
la vasija que le contiene. Calentándole m a s , se restituye á
su primera fluidez, conservando siempre el color rojizo
que presentaba en los 2 5 0 . ° Recobra finalmente sus
primitivas propiedades cuando se le restituye á la t e m p e -
ratura ordinaria.
2.° El azufre llega á ser duro y quebradizo, si encon-
— 31 —
trándose muy fluido se le enfria bruscamente; pero si este
enfriamiento se efectúa siendo bastante espeso, es decir,
en una temperatura próxima a 2 5 0 ° , se conserva blando
y pastoso.
La ductilidad que en este caso adquiere es t a l , que
podría estirársele en hilos mas ó menos gruesos.
3.° Un termómetro sumergido en el centro de una
masa de azufre líquido cuyo calórico se acreciente gradual-
m e n t e , presenta irregularidades dignas de atención: la
temperatura del termómetro se aumenta con regularidad
desde los 108° á 250° ; después permanece estacionario
algún t i e m p o , y una vez que la masa ha llegado á 2 5 6 °
recobra esta temperatura hasta la ebullición del azufre.
Recíprocamente enfriando el azufre desde 4 4 0 ° á 108°
la temperatura permanece constante durante largo tiempo,
verificándose el enfriamiento de una manera uniforme mas
allá de estos dos límites. Manifestaremos en consecuencia
de estos hechos , que el azufre encierra en estado latente
una parte del calórico que le mantiene en las tempera-
turas comprendidas entre 250° y 2 5 5 ° , y que recíproca-
mente puede perder calórico en dichas temperaturas sin
enfriarse.
El azufre pastoso obtenido por el enfriamiento brusco
á los 250° contiene evidentemente en la época de su soli-
dificación , el calórico latente que tenia en dicha tempera-
tura , siendo probablemente este exceso de calórico quien
le comunica su blandura, pues se endurece al trasmitirle
al medio ambiente. Otros muchos cuerpos retienen igual-
mente mayor cantidad de calórico que el correspondiente
á su t e m p e r a t u r a ; algunos conservan mucho tiempo este
exceso de calórico, y por consiguiente cierto estado físico,
como acontece con el cristal, y con todos los cuerpos que
se presentan en estado vidrioso.
Propiedades químicas. El .azufre á la temperatura or-
dinaria no tiene acción sobre el oxígeno ni sobre el aire
atmosférico, mas á los 140° se combina con é l , arde con
llama azulada dando lugaj á un producto gaseoso llamado
ácido sulfuroso; el olor de dicho ácido, que se experimen-
ta con solo introducir un pedazo de azufre encendido en
una probeta de oxígeno , es sumamente vivo y sofocante.
— 32 —
Extracción. Este cuerpo, sumamente difundido en la
naturaleza, se halla ya en pequeñas masas diseminado en
diferentes piedras, ya bajo la forma de cristales octaedros
trasparentes; se halla igualmente en las materias que
despiden los volcanes, en las aguas minerales sulfurosas,
en la descomposición de muchas materias orgánicas ani-
males como los huevos, la pulpa celebral y nerviosa, y en
muchas plantas cruciferas.
El azufre usado en Francia procede en gran parte de
Sicilia (l). Para separarle de las materias terreas con que
se encuentra mezclado, se le sitúa en una vasija de barro
calentándole fuertemente; y cuando la temperatura se en-
cuentra suficientemente elevada, el azufre se destila obli-
gándole á pasar á otras vasijas exteriores en las que se
condensa. El azufre llamado en bruto que con este proce-
dimiento se obtiene, no se encuentra completamente puro,
pues conserva gran parte de las sustancias con que se h a -
llaba combinado.
Para purificar el azufre en bruto se le introduce en
una gran caldera que comunique con un cuarto de mani-
postería, á donde debe llegar con una temperatura de
440°. Las materias extrañas permanecen en la caldera í n -
terin que los vapores del azufre se condensan en las pa-
redes del cuarto, formando las flores de azufre. Al princi-
pio de esta maniobra, siendo la temperatura de las paredes
muy baja, la operación se ejecuta perfectamente; pero
después que se hallan ya tapizadas , las nuevas cantidades
de azufre gaseoso se liquidan y fluyen por el suelo del
c u a r t o , recibiéndose en moldes cónicos de madera por
medio de llaves. De este modo se obtiene las llores de
azufre llamadas en canuto.
Usos. Dicha sustancia se emplea en un sinnúmero de
objetos, á saber: en la fabricación de la pólvora, en la ela-
boración de los ácidos sulfuroso y sulfúrico, en muchas
preparaciones médicas, y en varias industriales, como son,

(-1) El azufre de nuestra España se encuentra en gran abundancia en las


provincias do A r a g ó n , Murcia y Andalucía, siendo el mas rico el extraído de
las minas do Hellín y Conil, como lo acreditan los excelentes ejemplares que
hay de él en el Museo de Historia Natural de esta Corte.
-33 —
la de unir el hierro y las piedras, la formación de moldu-
ras, la construcción de mechas combustibles ó pajuelas.

Setenio y teluro.

Setenio. El setenio es sólido á la temperatura ordina-


ria , sin olor ni sabor, de un color y de un aspecto varia-
bles , frágil como el cristal, fácil de pulverizarse, fundible
á los 2 0 0 ° entrando en ebullición á la temperatura del
hierro candente. Esta sustancia sumamente rara se en-
cuentra en estado de combinación con el cobre y plomo,
formando seleniuros metálicos, de los que le ha extraído
Mr. Berzelius.
Teluro. Es sólido, sin olor ni sabor, brillante como los
metales, y frágil como las sustancias vitrificadas. Se funde
á los 2 5 0 , se le halla combinado con el o r o , plata, hier-
0

ro y algunos otros cuerpos. No tiene usos conocidos.

T E R C E R A F A M I L I A . — FlUOT, Cloro, brOMO , todo.

Caracteres. Los cuerpos de esta familia ofrecen por ca-


rácter la formación con el hidrógeno de compuestos g a -
seosos, que contienen sin condensación alguna un volu-
men igual de cada uno de sus elementos. El flúor, el
cloro, el bromo y el iodo, que constituyen esta familia,
tienen entre sí mas semejanza que los otros elementos
que constituyen la clase de los metaloides; he aquí la r a -
zón de nombrarles cuerpos halógenos, pues dan compuestos
perfectamente análogos á las sales, combinándose con los
metales. No hablaremos del flúor como cuerpo simple, por
no haberse podido hasta ahora separarle de sus combina-
ciones.

Cloro.

Historia. Descubierto en 1774 por Schele, se le con-


sideró como un compuesto de oxígeno y de un ácido par-
ticular , hasta que M M . Gay-Lussac y Thenard demos-
traron que era un cuerpo simple.
— 34 —
Propiedades físicas. Es gaseoso á la temperatura y pre-
sión ordinaria, de un color amarillo verdoso , de sabor y olor
fuerte y desagradable á la vez que característico, su den-
sidad es 2,4216 ; el agua disuelve tres veces su volumen
á la temperatura de 9 . Este gas provoca la t o s , la cons-
o

tricción en la garganta y aun los esputos sanguíneos si se


le respira. El cloro á la presión ordinaria y á — 5 0 °
puede liquidarse estando bien seco ; comprimiéndole mas,
se liquida fácilmente, y el fluido que resulta tiene un
color amarillo intenso bastante diáfano, muy volátil y mas
denso que el agua.
El cloro combinado con los vapores del a g u a , se li-
quida igualmente á la presión ordinaria congelándose á 3 ó
4 bajo cero , constituyendo una cristalización laminosa de
un color amarillento. Desecando dichos cristales entre dos
hojas de papel josep, y calentándoles hasta 10 ó 1 2 ° en
un tubito de cristal cerrado á la lámpara, se transforma en
dos líquidos cuyas alturas guardan relación con sus densi-
dades ; el inferior es cloro casi p u r o ; el superior, agua con
algo de cloro. Descompuestos dichos cristales con la pila,
e l c l o r o y el oxígeno del agua se dirigen al polo positivo,
encaminándose el hidrógeno al negativo.
Propiedades químicas. Es tan fuerte la afinidad que
el cloro tiene con el hidrógeno, que se combina con un
volumen igual de este gas, que da lugar á la producción
del acido clorhídrico: esta combinación se efectúa con
una bujía encendida, con un pedazo de hierro candente,
una chispa eléctrica, la luz solar, ó la luz difusa; en todos
estos casos, una fuerte detonación seguida de la rotura del
frasco que contenia la mezcla, es el resultado de la combi-
nación; pero si dicha combinación se efectúa lentamente y
bajo la influencia de la luz difusa, dicho fenómeno no tiene
lugar.
La afinidad de estos dos gases es tan grande que el
cloro descompone el agua para apoderarse de su hidrógeno.
Si al efecto exponemos una disolución de cloro á la luz d i -
fusa , se nota q u e , abandonando poco á poco el oxígeno,
engendra cierta cantidad de ácido clorhídrico; obligando á
una corriente de cloro á atravesar un tubo de porcelana
enrojecido , se encuentra igualmente una mezcla de oxí-
— 3o —
geno y de ácido clorhídrico, en una probeta colocada á la
otra extremidad del tubo (íig. 7 ) .

Esta afinidad del cloro nos da cuenta de una multitud


de fenómenos. l.° La llama de una bujía sumergida en una
campana llena de cloro, palidece al principio y concluye
por apagarse; pues el hidrógeno de la bujía se combina
con el cloro bajo la influencia del calor, y el carbono que
no halla cuerpos que suturen su afinidad, se deposita sobro
las paredes de la campana. La combustión en este caso es
incompleta, pues no entra sino uno de los factores de la
bujía en combinación , y por otra parle la formación del
ácido clorhídrico contribuye á extinguirla. 2.° los colo-
res vegetales se destruyen fácilmente, pues el cloro se apo-
dera de su hidrógeno-destruyendo su teslura orgánica.
El cloro además se combina con oíros cuerpos simples
desprendiendo calórico y algunas veces luz. El oro, la pla-
t a , el mercurio, no resislen á su acción; el hierro y el
cobre se unen rápidamente; alaca con tal vivacidad alfós-
foro, arsénico, antimonio y potasa, que resulta de su com-
binación un desprendimiento de luz brillante. Algunos
cuerpos, como sucede con el azufre y selenio, no se unen
sino bajo la influencia del calórico; y o t r o s , como el oxí-
g e n o , carbono y ázoe, necesitan circunstancias particu-
lares.
Preparación. La naturaleza presenta el cloro combi-
nado con el sodio, calcio, magnesio y á veces con la piula
y el cobre; en los volcanes, con el hidrógeno formando
gran cantidad de ácido clorhídrico. Se le extrac del cloruro
de sodio, sustancia conocida vulgarmente con el nombre
de sal. Se introducen en un matraz partes iguales de cío-
— 36 —
ruro de sodio y bióxido de manganeso pulverizados; se
vierte en la mezcla cierta cantidad de ácido sulfúrico, y se
calienta el matraz que la contiene con la lámpara de a l -
cohol. La reacción producida forma un sulfato de sosa y
otro de protóxido de manganeso, que permanecen en el
matraz; y cierta cantidad de cloro que se recibe en probe-
tas llenas de agua, ó si se trata de obtenerle perfecta-
mente seco, se le obliga á que atraviese un tubo lleno de
cloruro de calcio hasta el fondo de un frasco que contenga
aire seco: como mas pesado el cloro, desaloja poco á poco
el aire del frasco ocupando toda su capacidad.
Demos razón de la teoría del desprendimiento del cloro.
Teniendo mas afinidad el ácido sulfúrico con la sosa y con
el protóxido de manganeso, determina la formación de e s -
tas bases, pues los factores que las constituyen se encuen-
tran en presencia .unos de otros. El bióxido de manganeso
cede parte de su oxígeno al sodio de cloruro para hacerle
pasar al estado de sosa; él mismo se trasforma en protóxi-
do, lo cual efectuado se combina con el ácido sulfúrico,
dejando en libertad el cloro. Si se toma 1 eq. de cloruro de
sodio NaGh, se necesita 1 eq. de bióxido de manganeso
M n O , y 2 eq. de ácido sulfúrico 2 S 0 , á fin de obtener
a 3

1 eq. de sulfato de sosa N a O , S O , y 1 eq. de sulfato de


3

protóxido de manganesoMnO, S O , desprendiéndose i eq.


3

de cloro Ch. Por lo tanto en los cuerpos empleados hay


NaCh - f - M n O -+- 2 S 0 , y en los productos de reacción
2 3

N a O , S O ——
3
t M n O , S O ——
1
i Ch ; siendo necesario emplear
cierla cantidad de agua para favorecer la reacción.
(

Frecuentemente se obtiene el cloro tratando el ácido


clorhídrico con el bióxido de manganeso, bajo la influencia
de un ligero calor, en cuyo caso el oxígeno del bióxido se
combina con el hidrógeno del ácido para formar a g u a ; una
porción del cloro se une al manganeso constituyendo el
cloruro de manganeso, y otra porción de cloro libre se des-
prende.
Disolución del cloro. La disolución acuosa del cloro p o -
see el olor, color y sabor del cloro gaseoso; ejerce acción en
los colores vegetales; cristaliza en láminas amarillas á 3
ó 4 bajo cero, debiendo conservarla en la oscuridad, pues
o

el cloro descompone el agua bajo la influencia de la luz.


La disolución acuosa de cloro se obtiene en los labora-
torios de química por medio del aparato de WoolC (íig. 8. ).a

Se introducen en un matraz V de bastante capacidad los


cuerpos destinados á la producción del g a s ; se le hace co»
municar con un frasco A de tres cuellos, que contenga un
poco de agua , por medio de un tubo doblemente encorvado
mn que toque casi su fondo. Este comunica a la vez con
otro frasco ü medio lleno por medio de otro tubo m'n', y
este segundo con un tercer frasco C, relacionado con una
probeta que contenga agua de cal ó una disolución de pota^
s a , á fin de que absorba las porciones de gas que pudieran
escaparse á la acción disolvente del agua de los diversos
frascos. El liquido del primer frasco A se destina á lavar e|
cloro, es decir, á despojarle de las materias extrañas, á sa-
ber , ácido sulfúrico, clorhídrico..,., y de consiguiente de-
berá despreciarse como impura,
Cuando el matraz se ya enfriando en una época cuales-
quiera del experimento, la presión del gas interior llega á
hacerse mas débil que la del frasco A ; |a diferencia podrá
ser t a l , que el líquido del frasco se precipite en el matraz
determinando su rotura. Con objeto de evitar una absorción
de esta especie se han ideado los tubos llamados de seguri-
d a d , cuya forma puede variar al infinito. Cada uno pues
de los frascos deberá estar provisto de un tubo de seguri-
dad, cuyo papel le desempeña en este caso un simple tubo
vertical xij. Eu efecto, si consideramos el frasco A , en el
— 38 —
que supongamos que haya una disminución brusca de la
presión del gas que contiene en disolución, e l tubo de se-
guridad , sumergido algunas líneas dentro del agua, impide
totalmente la absorción, pues permite la entrada del aire
cuando disminuye la presión del gas interior.
La disolución acuosa del cloro se obtiene de una manera
diferente en las a r t e s ; generalmente se usa. de una gran
cuba de piedra , en cuyo fondo se sumerge la extremidad
de un tubo destinado á conducir el cloro, Se multiplican
los puntos de contacto entre el líquido y el g a s , aproxi-
mando el orificio del tubo á un conducto en forma de ser-
pentín que se dirige hasta su parte superior; la cuba debe
encontrarse cerrada durante la operación, permitiendo tan
solo á la cubierta un orificio destinado á un tubo que dé
paso al excedente de cloro.
Usos El blanqueo de las telas de l i n o , c á ñ a m o , los
productos que deben dar lugar á la fabricación del papel,
absorben gran cantidad de cloro; un uso no menos impor-
tante presta dicha sustancia en la desinfección de lugares
mal sanos. El cloro en tales casos descompone los m i a s -
mas orgánicos vegetales ó animales , y apoderándose de su
hidrógeno los descompone. Presenta auxilios inmensos á la
medicina usándole en estado gaseoso en la desentoxicación
délas personas asfixiadas por el ácido sulfhídrico. Se pros-
cribe su uso en el blanqueo de la seda, la lana y en gene-
ral en las materias azoadas; pues al combinarse con dichas
sustancias, les presta un color amarillento, les priva de
su. elasticidad, y las inhabilita para los usos ordinarios,

Bromo. Iodo.

Bromo. El bromo es líquido á la temperatura ordina-


r i a , rojo, negruzco y de sabor y olor extremadamente
desagradables; ataca las materias orgánicas, desorganiza la
piel y la colorea de amarillo. Obra con tal energía en los
animales, que una gota de bromo puesta, en el pico de un
pájaro , le ocasiona la muerte. Su densidad es 3 ; su punto
de ebullición 4 7 ° ; es poco soluble en el agua, y muy solu-
ble en el alcohol y é t e r ; la afinidad que el bromo presenta
con el hidrógeno no es tan notable como la del cloro; siendo
• — 39 —
necesario emplear una temperatura elevada ó la acción de
los rayos solares para determinar su combinación.
El bromo descubierto en 1826 por Mr. Balard , se
obtiene tratando el bromuro de potasio con el bióxido de
manganeso y acido sulfúrico. Al efecto se introducen di-
chas sustancias en una retorta de vidrio, cuyo cuello debe-
rá comunicar con una alargadera encorvada en términos
que su extremidad opuesta penetre en el interior de un
frasco medio lleno de agua. Calentando algún tanto la r e -
t o r t a , el bromo en estado gaseoso se liquida en el tubo di-
rigiéndose en virtud de su peso al fondo del frasco. La
reacción es idéntica á la del cloro. El bromo existe en las
aguas del mar en estado de bromuro de magnesio.
Iodo. Es sólido á la temperatura ordinaria, de un color
gris negro, de sabor y olor desagradables; destruye los co-
lores vegetales como el cloro, aunque con menos intensi-
dad, y manclia la piel de amarillo. El iodo posee brillo
metálico , forma laminosa y una débil tenacidad; su densi-
dad es 4 , poco soluble en el agua, y muy soluble en el alco-
hol y é t e r , cuyas disoluciones ofrecen un color anaranjado.
El iodo se funde á 107° y se evaporiza á los 1 7 5 ° , te-
niendo sus vapores un hermoso color violado; ofrece m e -
nos afinidad con el hidrógeno, que el bromo y cloro, no
combinándose con él sino cuando se halla en estado de
gas naciente; es decir, en el instante que se desprende de
una combinación. El iodo se une con los d t m á s cuerpos
simples, participando de las propiedades electro-negativas
del cloro y del oxígeno. El iodo descubierto en 1813 por
Mr. Courlois, se obtiene tratando el iorluro de potasio
por el l.¡óxido de
manganeso y el áci-
do sulfúrico. Se in-
troducen estas sus-
tancias en una r e -
torta de cristal, cu-
yo cuello provisto
de una largadera
comunica con un matraz vitubulado (fig. 9). Calentando la
r e t o r t a , el iodo se evapora condensándose en el cuello de
aquella y cu el matraz; la reacción es la misma que el cloro.
— 40 —
El iodo se presenta combinado con otras sustancias en
las plantas que crecen á la orilla del m a r , y especialmente
en las aguas de Varechs de la Normandía, encontrándose-
las igualmente en diversos moluscos marinos y en muchas
aguas salinas.
El iodo es un excelente reactivo de la fécula, y se usa
en medicina en el tratamiento de las escrófulas y de los
infartos glandulares.

CUARTA FAMILIA. — Ázoe, fósforo, arsénico, antimonio.

Caracteres. Los cuerpos de la cuarta familia forman


con el hidrógeno compuestos gaseosos que contienen vo-
lumen y medio de este g a s , desempeñando mas ó menos
e( papel de bases,
Ázoe.

Historia. Fué descubierto por La-Yoisier en 1775,


designándole con los nombres de mofetla, aire viciado, ni-
trógeno.
Propiedades. E s gaseoso á todas las temperaturas y
presiones, incoloro, inodoro, insípido; su densidad es
0 , 9 7 1 3 7 ; es dos veces menos soluble que el oxígeno. Este
gas apaga la llama de las bujías, sin arder en contacto del
a i r e , lo que le distingue del oxígeno é hidrógeno, y aun
del acido carbónico, pues no da precipitado con el agua de
cal. líl ázoe , aun cuando se combina con el hidrógeno, el
oxígeno, el cloro, el iodo, y algunos metales, no lo efec-
túa sino en estado de gas naciente. Con el oxígeno se une
bajo el influjo de la electricidad, formando el ácido nítrico
ó agua fuerte. Este producto se consigue pasando una cor-
riente dé chispas eléctricas al través de una masa de aire
atmosférico.
Extracción, Sumamente difundido en la naturaleza,
constituye las 77 del peso de la atmósfera, hallándose
igualmente en todos los seres del reino animal. Si se extrae
por medio del fósforo, se coloca un fragmento de esta sus-
tancia sobre una rodaja de corcho de modo que flote en el
agua de la cuba, se inflama después el fósforo y se le c u -
bre con una gran campana llena de aire atmosférico. L'ro-
tlucida la combustión , el fósforo se apodera del oxígeno
del aire formando ácido fosfórico, que se disuelve bien
pronto en el agua de la cuba quedando tan solo el ázoe.
Sin embargo este gas no se halla perfectamente puro,
pues contiene algo de oxígeno y ácido carbónico; pudien-
do despojársele de alguno de estos ['actores permitiendo al
fósforo que permaneza en la campana hasta tanto que deje
de hacerse luminoso en la obscuridad : separar el ácido
carbónico es muy sencillo introduciendo un pedazo de po-
tasa cáustica,
Empleando en este experimento el hierro ó el cobre,
se llena de estas sustancias un tubo de porcelana (íig. JO)
calentándole fuertemente en un horno hasta enrojecerle:
á una de 6us extremidades se adapta un tubo que comuni-
que con una campana llena de mercurio; el otro extremo
del tubo deberá relacionarse con olio lleno de potasa cáus-
tica y con un aparato de introducción de contentes de airo:

el ácido carbónico y el vapor de agua de este aire son absor-


bidos por la potasa ; el oxígeno se fija en el hierro ó en el
cobre, en cuyo case el ázoe se recoge sin ninguna dificultad
en las probetas.
— 42 —
Usos. Aun cuando en las artes y en medicina no Se
haga un uso directo de é l , debe ser de gran importancia
en la naturaleza, pues contribuye esencialmente a la n u -
trición de los animales.

Fósforo.

Historia. El descubrimiento de esta sustancia data


desde el año de 1 6 6 9 : se debe á un tal B r a n t , alquimista
de A m b u r g o ; era casi completamente desconocido hasta
el año de 1 7 6 9 , época en la que Gahn le extrajo de los
huesos.
Propiedades físicas. El fósforo es sólido á la tempera-
tura ordinaria; de la consistencia y aspecto de la cera, de-
jándose rayar y doblar en sentidos diversos antes de r o m -
perse.
No tiene sabor; su olor, aunque ligero, es parecido al
del ajo; su color blanquizco y trasparente, á veces se pre-
senta en otras amarillento y del aspecto del ámbar. Su
densidad es 1,8; no se disuelve en el agua, y muy poco
en el alcohol, algo mas en el éter, y muy bien en los acei-
t e s , especialmente en el sulfuro de carbono. Se le puede
obtener cristalizado en dodecaedros romboidales, disolvién-
dole á beneficio., del calórico en este líquido, y dejando des-
pués enfriar la disolución.
El fósforo empieza á fundirse entre los 4 3 ° , liqui-
dándose completamente á los 2 9 0 ° ; adquiriendo un color
negro si se le enfria bruscamente; conservando por el con-
trario su color amarillento y transparencia si el enfria-
miento se efectúa con lentitud.
Propiedades químicas. El fósforo arde al aire libre in-
mediatamente que se le pone en contacto con este ílúido,
de cuya combustión resultan los ácidos hipofosfórico y
fosfórico; la combinación se efectúa lentamente á la tem-
peratura ordinaria, siendo extremadamente rápida á t e m -
peraturas elevadas. En el primer caso, el calórico y luz
desprendidos son poco intensos, sucediendo lo contrario en
el segundo. Para conservar el fósforo es pues necesario pri-
varle del contacto del aire , pues en él ardería lentamente
combinándole con el oxigeno, encerrándole en un frasco
— 43 —
lleno de-agua, el cual se cubrirá con una hoja de papel
á fin de privarle de la influencia de la l u z , que le cubriría
de una costra blanquecina que al parecer es un hidrato de
fósforo. Para manejar esta sustancia es necesario introdu-
cirla en el agua , pues basta tan solo el calórico de la m a -
no para inflamarla. El fósforo arde en el oxígeno puro á
una temperatura poco elevada, desprendiendo una luz
de las mas viras- Un hecho digno de notarse en la com-
bustión de esta sustancia es la de no tener lugar dicho
fenómeno en el oxígeno puro á la temperatura ordinaria;
en efecto, no empieza sino cuando la temperatura del oxí-
geno es superior á 2 7 ° , época en la cual su presión no es
sino de 10 á 12 centímetros. El fósforo arderá igualmente
si se adiciona al oxígeno el ázoe, el ácido carbónico ó
cualquier gas que no tenga acción sobre el fósforo. Estos
hechos no han recibido aun explicación satisfactoria.
El fósforo se combina algunas veces directamente y en
otras en diversas circunstancias particulares , con muchos
metaloides y con casi todos los metales.
Extracción. El fósforo no se halla en la naturaleza
puro , pero sí en estado de combinación; se halla en es-
tado de fosfato de amoniaco y sosa en los orines, en el
de fosfato de cal en los huesos, constituyendo fosfatos de
magnesia en muchos cereales, en la sustancia cerebral,
en que él se combina con los elementos ordinarios de las
materias orgánicas. Extraído el fósforo en otro tiempo de
la orina humana , se saca en la actualidad de los huesos,
que puede considerárseles formados de 0,53 partes de sub-
fosfato de cal, 0,14 de carbonato de cal y de 0,33 de
materia animal, prescindiendo en estos datos de algunas
materias extrañas que entran en su composición,
4.a primera parte de la operación consiste en tratar
los huesos de modo que se obtenga el bifosfato de cal. Al
efecto se les quema primero al aire libre para destruir la
materia animal; después que se encuentran blancos y q u e -
bradizos , se les pulveriza y empapa con ácido sulfúrico
dilatado en a g u a ; dicho ácido se une á toda la cal del car-
bonato y á una pequeña parte de la del sub-fosfato, resul-
tando de aquí el desprendimiento del ácido carbónico y pro-
ducción de un sulfato de cal y bifosfato de la misma. E l
- 4 4 —
ácido carbónico forma efervescencia y se desprende, mien-
tras que el sulfato y bifosfato permanecen formando una
masa espesa: siendo el sulfato muy poco soluble en el agua
y el bifosfato al contrario muy soluble, es fácil separarlos
por medio de filtraciones y disoluciones repetidas, conclu-
yendo por tener una disolución de bifosfato de cal casi
completamente puro.
La segunda parte de esta operación consiste en extraer
el fósforo de dicha disolución* Al efecto se le evapora
hasta la'consistencia de jarabe, mezclándola después í n t i -
mamente con una cuarta parte de su peso de carbón pul •
verizado, secando después la mezcla en una vasija de pie-
dra calentada fuertemente, llenando después de dicha
mezcla las tres cuartas partes de la capacidad de una r e -
torta de barro bien enlodada. Se coloca dicha retorta en un
horno de reverbero adaptando á su cuello una largadera
de cobre que comunique por el otro extremo con una
masa de agua. Luego que la retorta se haya calentado
fuertemente, se desprende el óxido de carbono procedente
de la descomposición que el carbón hace sufrir al agua del
bifosfato; pero después de algún tiempo el carbón con-
cluye por descomponer el' ácido de la sal.
El oxigeno de carbono que procede de esta descompo-
sición se desprende igualmente, y el fósforo se condensa
en el agua que recibe la extremidad de la alargadera. Es
imposible descomponer el bifosfato con el carbón , y de
consiguiente el obtener todo su fósforo ; se puede tan solo
hacerle pasar al estado de fosfato básico. Cuando la opera-
ción está bien hecha. se extraen cerca de 90 gramas de
fósforo por cada quilógrama de fosfato.
Para dar al fósforo la forma cilindrica se le funde en
agua á 4 5 ° , introduciendo en él la extremidad de un ¡ubo
r e c t o ; se aspira para que el fósforo suba, suspendiendo esta
operación cuando el tubo está casi lleno y enfriándole des-
pués.
Usos. Se emplea el fósforo en las artes para preparar
los eslabones fosfóricos y las candelillas alemanas. Para ha-
cer un eslabón fosfórico se llena de fósforo seco un fras-
quito ó un tubo de cristal, se le pone al calor de algu-
nos carbones candesceutes, de una lámpara ó mejor de un
— 45 —
baño de arena á fin de que el fósforo se funda. Cuando
se sumerge una mecha con azufre en un eslabón de mo-
do que coja parte del fósforo, y frotándole fuertemente en
un cuerpo áspero, el fósforo se combina con el azufre i n -
flamándose la mecha azufrada. Frecuentemente se compo-
nen eslabones con fósforo oxidado en contacto del aire
durante la fusión, ó con fósforo mezclado con un poco de
sílice ó alúmina; dichos eslabones tienen, la ventaja de
producir una combustión inmediata y sin frotamiento a l -
guno, sumergiendo en ellos la candelilla de azufre ó pa-
juela. El fósforo se emplea en química en varios análisis
y preparaciones de productos químicos; en medicina se
emplea también, aunque en pequeñas dosis, como esti-
mulante del sistema nervioso..

Arsénico. Antimonio.

Arsénico. El arsénico es sólido á la temperatura or-


dinaria, dotado de brillo metálico, frágil, de testura g r a -
nugientay algo laminosa, inodoro é insípido. Su peso es 6,
no es soluble en el a g u a , ni en el alcohol, ni en el éter,
ni en ningún aceite, siendo probable que no sea venenoso
en estado de pureza; pero necesita una elevada tempera^
t u r a , en cuyo caso se combina con ciertos cuerpos y e s -
pecialmente con el oxígeno é hidrógeno. El arsénico se
volatiliza á los 180°, pasando directamente del estado só-
lido al gaseoso; no pudiéndole liquidar sino calentándole
y sometiéndole á la vez á una fuerte presión. Cristalizado
se presenta bajo la forma de tetraedros regulares.
El arsénico no ejerce acción alguna sobre el oxígeno ni
sobre el aire atmosférico cuando se hallan secos; pero si
se encuentran húmedos, se combina con el oxígeno len-
tamente, dando lugar á un producto negro que se ha
considerado como una mezcla del arsénico metálico y del
ácido arsenioso. La acción es mas enérgica á una tempe-
ratura elevada, resultando una combustión viva y abun-
dantes vapores blancos de ácido arsenioso. ínterin se efec-
túa la combustión se percibe un olor á ajos caracterís-
tico, cuya causa se ignora, pues no es propio ni del a r -
— 46 -
sénico metálico, ni del ácido arsenioso. Aun cuando el
arsénico se une con otras sustancias, no siempre lo efec-
túa directamente.
El arsénico se presenta en la naturaleza en estado
nativo, es decir, libre de toda combinación; en estado de
ácido arsenioso, en el de arseniato, en el de sulfuro de
arsénico, y finalmente, formando arseniuros metálicos.
Se le extrae frecuentemente del arsénico nativo, ó del
arseniuro de cobalto. Al efecto se introduce este mine-
ral en retortas de barro calentándolas fuertemente en hor-
nos de reverbero; en cuyo caso volatilizándose el arsénico
con el calor, se condesa en el cuello de la retorta ó en
cilindros dispuestos convenientemente. El arsénico, clasifi-
cada por Brandt en 1 7 3 3 , posee cualidades venenosas co-
nocidas de los antiguos.
Antimonio. Este cuerpo es sólido á la temperatura
y presión ordinaria; posee brillo metálico; su color es
blanco azulado, muy quebradizo; de testura algo lamino-
sa; inodoro , insípido é insoluble en el agua , alcohol, éter
y aceites*, su densidad es de 6,7. Se funde al calor rojo,
es-muy poco volátil, cristalizándole la fusión en cubos.
Este cuerpo no tiene acción sobre el oxígeno seco, y
una acción casi nula á la temperatura ordinaria cuando
tístá húmedo; pero es sumamente intensa si aquella es
muy elevada. Así que fundiendo en un crisol algunas gra-
mas de antimonio, y dejándolas caer de la altura de una
vara, el antimonio se divide en una multitud de globu-
lillos que arderán con una luz brillantísima. El óxido de
antimonio formado, se difunde bajo la forma de un humo
espeso que se condensará en breve.
La naturaleza ofrece el antimonio en estado nativo, en
el de ó x i d o , en el de oxisulfuro y sobre todo en el de
proto-sulfuro. De esta última sustancia es de la que prin-
cipalmente se extrae. En el estado de pureza el antimo-
nio tiene muy pocas aplicaciones: aleándole con el plomo
se emplea para la fabricación de los caracteres de im-
p r e n t a ; con el estaño constituye el metal de Alger; en-
trando en la composición de muchas preparaciones far-
macéuticas, tales como el proto-cloruro de antimonio, el
oxisulfuro, el tartrato doble de antimonio y potasa que se
— 47 -
han designado respectivamente con los nombres de barros
de antimonio, kermes y emético.

QUINTA FAMILIA. — Carbono.

Caracteres del carbono. Muchos cuerpos tales como el


diamante, el grafito, el negro de h u m ó , cuyas propie-
dades difieren entre sí extraordinariamente, deben,con-
siderarse como idénticos bajo el aspecto químico. En efec-
to, situando dentro de un balón lleno de oxígeno un m i s -
mo peso de cada una de estas sustancias, y concentrando
sobre ellas los rayos solares por medio de una gran lente,
se observa que arden apoderándose de una misma canti-
dad de oxígeno, dando por producto el mismo peso de
ácido carbónico. Dichos cuerpos por consecuencia no son
otra cosa que modificaciones de una misma materia, co-
nocida en química bajo la voz de carbono.
La infusibilidad, la fijeza, la insolubilidad en cuales-
quier disolvente, su inalterabilidad al contacto del aire y
temperatura ordinaria, son las propiedades del carbono;
es inodoro, insípido, arde en el oxígeno á una tempera-
tura elevada, sin dejar residuo alguno, produciendo ácido
carbóuico. Toda sustancia que posea estas propiedades, cual-
quiera que sea el aspecto bajo que se preséntense considera
como un carbono puro. Estudiemos las variedades que
puede presentar hoy esta sustancia. •
Diamante. El carbono en este estado es el cuerpo mas
d u r o , pues raya á todos los demás sin que ninguno le i m -
presione ; á veces se presenta diáfano y sin color; en otras
ofrece un viso rosado, a z u l , verde, y lo que es mas raro,
amarillo negro; se le halla siempre cristalizado, bajo la for-
ma de octaedros ó decaedros, á veces formando sólidos de
2 4 á 4 8 facetas. Su densidad varía de 3,5 á 3 , 5 5 ; se usa el
diamante corno un objeto de o r n a t o ; como un medio de
pulir las demás piedras preciosas y para cortar el cris-
t a l : hasta estos últimos tiempos no se habia hallado sino
en la India y en el Brasil, pero se acaban de descubrir al-
gunos en ios montes Aurales. La-Voisier fué quien pri-
meramente descubrió la naturaleza del diamante, observan-
do sus productos en su combustión con el oxígeno. Pos-
— 48 —
teriormente se intentó formar diamantes con negro de h u -
mo ; pero semejantes tentativas son completamente in-
útiles á causa de la imposibilidad de cristalizar esta sus-
tancia, atendiendo á que es insoluble, infusible, y de una
extraordinaria fijeza.
Grafito. El carbono en estado de grafito es tan blan-
d o , que se emplea en la fabricación de lapiceros ; se pre-
senta, á veces brillante, á veces gris, y frecuentemente ne-
g r o ; su forma es laminosa , su cristalización irregular; se
halla en E s p a ñ a , en Francia, en Inglaterra, y en la isla
de Ceylan, en grandes masas de muchos pies cúbicos. Es
menos combustible que el negro de h u m o , los diferentes
carbonos y el diamante, aun cuando su densidad sea me-
nor que la de este último. Se usa de esta sustancia en cier-
tos lapiceros, para frotar los objetos de hierro que se trata
de preservar de la oxidación, y en barnizar algunas vasi-
jas. Frecuentemente se le da el nombre de plombagina,
mina de plomo, aun cuando no contiene la mas mínima
parte de plomo; alguna vez se halla mezclado con 3 ó 4
centésimas de hierro.
Negro de humo. El carbono en estado de negro de
h u m o , forma un polvo menudo é impalpable; se obtiene
con la combustión de materias resinosas, en estancias c u -
yas paredes se cubren de lienzos bastos; el negro de humo
depositado en dichas telas se separa con simplemente me-
nearlas. Esta sustancia es mucho mas combustible que las
anteriores, usándose en las pinturas al óleo, en la fabrica-
ción de la tinta de imprenta y de la de china.
Carbón de leña. Este carbón es negro, compacto," bas-
tante duro y poroso, mal conductor de la electricidad
cuando no se le ha sometido á una temperatura elevada,
y muy buen conductor si se le ha calcinado; siendo por
el contrario mejor combustible en el primer caso que en el
segundo. El carbón vegetal contiene siempre hidrógeno y
varias sales que forman las cenizas , siendo difícil separarle
de estas últimas ; mas del hidrógeno es fácil desprenderle
sometiéndole en un vaso cerrado á una fuerte tempera-
tura : la propiedad mas notable del carbón de leña, es la
de absorber diferentes gases; así que calentando un pedazo
de carbón y enfriándole en la cuba hidrargiro-neumática
— 4 9 -
para impedir la entrada del aireen sus poros, y colocando
sobre una probeta llena de amoniaco ó ácido clorhídrico, el
mercurio se escapa de los poros del carbón cayendo en la
probeta, y dichos gases desaparecen. La absorción no pro-
cede de una acción química, sino de una acción capilar;
pues el carbón pierde todo el gas que ha absorbido, some-
tiéndole al vacío ó á una temperatura superior á 100°;
confirma esta opinión que los carbones muy compactos ó
muy porosos absorben mucho menos gas que los que pre-
sentan un término medio en su porosidad. El carbón de
leña tiene una propiedad absorbente en el mas alto grado;
así un pie cúbico absorbe 90 de amoniaco, "83 dé ácido
clorhídrico, 5o de sulfhídrico, 35 de carbónico> 9,25 de
oxígeno, 7 5 de ázoe, 1,75 de hidrógeno.
Aun cuando estas propiedades pertenezcan m a s ó m e -
nos á todos los cuerpos porosos procedentes de materias
orgánicas, el carbón de leña las disfruta en el mas alto
grado. Al efecto se emplea en la desinfección de viandas
que empiecen á inficionarse; para destruir el mal olor de
algunas localidades; en la clarificación de las aguas, esta-
bleciendo filtros que las hagan potables. •
Carbón vegetal. Se obtiene destilando en vastí cerrado
sustancias vegetales. El azúcar, el lienzo, las gomas, *&ci,
nos producirán otros tantos carbones vegetales; aun cuan-
do es de la materia y de las resinas de quienes principal-
te se extraen los carbones empleados en la economía d o -
méstica y en la industria. Del azúcar podrá extraerse un
carbono puro, destilándole en un vaso cerrado, y calci-
nándole después á un fuego de fragua, á fin de que pierda
todo él hidrógeno.
Carbón animal. Se obtiene calcinando los huesos y el
marfil en vasijas cerradas; dicho carbón és negro, brillan-
t e , conserva la forma de la materia que le dio orígeii,
siendo fácil pulverizarle; El carbón animal empleado en
las artes, es un polvo fino que no contiene sino las 12 dé-
1

cimas dé carbono, formando las 8 8 restantes el fosfato de cal


y algunas otras materias extrañas. Este carbón disfruta de
una propiedad particular, á saber, la de apoderarse de las
materias colorantes de ciertos líquidos. Así qíie manteniendo
eii contacto de cierta cantidad de vino tinto un trozo de
4
— 50 -
carbón animal, y filtrándole después, podrá obtenerse el
vino perfectamente incoloro. Esta propiedad se utiliza para
clarificar los jarabes, fefinar el azúcar y purificar la miel,
quitándola á la vez su color y olor acre.
Carbón de tierra. Este carbón es oscuro, á veces n e -
gro, compacto, bastante frágil, encontrándose formado de
carbón y materias bituminosas, á la vez que de algunos
principios salinos. Constituye la hulla que se encuentra en
masas considerables en la parte inferior de los terrenos
secundarios, y en algunos de formación mas moderna. La
hulla es uno de los combustibles mas preciosos para los
usos domésticos y la industria; destilado en vaso cerrado
se obtiene el gas del alumbrado, y el cok, especie de car--
bon empleado en los hogares y en las operaciones meta-
lúrgicas.
Carbón de piedra. Este carbón, llamado antiguamen-
te antracita, es muy semejante á la hulla por su aspecto;
pero se diferencia de este en ser mucho mas combustible,
y no servir sino para los fuegos de fragua. Se le encuentra
principalmente en los terrenos intermediados cerca de Gre-
noble, cuyo mineral contiene 97 centésimas de carbono
puro y las 3 centésimas restantes de materias extrañas,
á saber, sílice, alúmina, óxido de h i e r r o , &c.
Extracción. No existiendo en la naturaleza el carbono
en estado puro sino en él grafito y el diamante, hemos
manifestado ya los diferentes medios de extraerle, bien se
presente en estado de mezcla, corno acontece con los car-
bones de tierra y piedra, en el de combinación formando
parte de las sustancias orgánicas y de los carbonatos d i -
fundidos en el globo, ó bien en la atmósfera constituyen-
do el ácido carbónico. :
Usos. Hemos citado los principales, restándonos decir
que entra en la composición de la pólvora, en la fabrica-
ción del acero, usándose también en la extracción de
los metales.

S E X T A FAMILIA.;—jBorO y silicio.

Boro y silicio. Estas sustancias son sólidas, no tienen


olor ni sabor alguno, caracterizandolas.su insolubilidad en
— 51 —
el agua, su fijeza é infusibilidad, igualmente que la forma-
ción de ácidos gaseosos con el flúor y con el cloro, y áci-
dos fijos con el oxígeno. El boro es amarillo verdoso, y el
silicio amarillo achocolatado; el primero fué descubierto
por MM. Gay-Lussac y Thénard, y el segundo por M. Ber-
zelius. Se encuentra el boro en el ácido bórico, en el bo-
rato de sosa y en el borato de magnesia, disueltos en las
aguas de muchas lagunas; y el silicio en la sílice y muchos
silicatos que forman masas considerables de nuestro globo;
estos dos cuerpos no tienen ninguna importancia.

A P É N D I C E . — D e l aire atmosférico:

El aire atmosférico formado de ázoe y oxígeno y de


algunos otros gases, tales como el ácido carbónico, el va-
por de agua, & c , cuya proporción es extraordinariamente
pequeña en comparación de las dos anteriores, debe con-
siderársele como una mezcla de los cuerpos que le cons-
tituyen y no como combinación.
Historia. Los antiguos miraban á el aire como un ele-
mento, creyéndole desprovisto de gravedad. En 1640 fué
cuando Galileo manifestó su peso por medio de un balón,
pesándole sucesivamente lleno de aire y de aire compri-
mido. En 1775 Lavoissier le dio á conocer como sustan-
cia compuesta, aislando los elementos que entran en su
composición.
Propiedades químicas. El aire es un cuerpo gaseoso á
todas las temperaturas y presiones; incoloro, inodoroé in-
sípido. Su densidad es de la del agua á la temperatura
de 0 y a l a presión 0 , 7 6 . Es mucho menos soluble en
o m

el agua que el oxígeno p u r o , pues en dicho líquido no se


disuelve sino ^ de su volumen. Es mal conductor del ca-
lórico y electricidad.
Propiedades químicas. El aire se altera á temperatu-
ras mas ó menos elevadas con la presencia de una m u l t i -
tud de sustancias. Todos los cuerpos simples, á excepción
del flúor, cloro, b r o m o , iodo, ázoe, plata, platino, oro,
paladio, rodio é iridio pueden quitarle parte de su oxígeno
para oxidarse ó acidificarse. En efecto, la combinación del
carbono é hidrógeno con el oxígeno del aire es quien p r o -
— 52 —
duce las combustiones ordinarias; esto es, el medio por el
cual obtenemos toda la cantidad de calórico y luz arti-
ficiales.
Respiración. El aire es esencial en la respiración, pues
lodo animal sumergido en otros gases ó en el vacío perece
inmediatamente. El oxígeno determina un calórico muy
intenso y los demás gases son ó deletéreos, es decir, que
privan de la vida obrando corno los venenos, ó simplemen-
te irrespirable por determinar la asfixia ó impedir el a c -
ceso del aire á los pulmones.
La función que el aire desempeña en la respiración se
ignoraba completamente hasta la época en que Lavoissier
publicó sus interesantes trabajos; en efecto, manifestó que
el aire espirado contiene menos oxígeno que el inspirado,
y que conduce por el contrario mas ácido carbónico y va-
por de agua. Respecto al ázoe su cantidad no se altera en
ninguno de estos dos casos. Se habia sentado como prin¡-
cipio que toda la cantidad de oxígeno absorbida en el acto
de la respiración, se empleaba totalmente en transformar
en áci'do carbónico parte del carbono de la sangre; pero
no deberá efectuarse así, pues se une también con una
parte del hidrógeno de la sangre para formar agua en va-
por. En efecto, se ha observado que la cantidad de oxigenó
absorbida en 2 4 horas es capaz de'convertir cerca de
2 2 2 gramas de carbono en ácido carbónico, mientras
que la cantidad de ácido carbónico espirado no contiene
realmente sino 166 gramas: es: necesario por lo tanto
admitir que el exceso de oxígeno se invierte en la trans-
formación en agua de una cantidad de hidrógeno igual á
19 gramas, cautidad equivalenteá 222^-166 ó 56 gramas
de carbono. >
Las 166 gramas de carbono transformadas en ácido
carbónico en las 2 4 horas representan un: peso de ácido
igual á 6 0 9 , y por consiguiente á un volumen casi igual
á 307 litros: de donde el volumen de gas espirado en el
mismo tiempo será 7680 litros; pues las espiraciones efec-
tuadas en cada minuto son cerca de 1 6 , empleándose én
cada una casi j de litro. El ácido carbónico espirado;
es 0,04 del .volumen del aire. Como quiera que el aire ex-,
pálido de los pulmones no sea respirable, se deduce de es-
— 53 —
los (lutos-que cada individuo transforma en irrespirable un
volumen de aire de 7 6 8 0 litros en 2 4 horas.
Las 19 gramas de hidrógeno arden en 2 4 horas , r e -
presentando un peso de agua de 171 g r a m a s ; pero el
peso desprendido en la respiración es mucho mayor, por
hallarse el gas espirado saturada de humedad al efectuar
su tránsito por las membranas mucosas." El peso real del
vapor acuoso que se emite en 2 4 horas por la transpira-
ción pulmonar, excede á 200 gramas; al paso que el des-
prendido, bien por la transpiración pulmonar, bien en la
cutánea, es de 900 á 1000 gramas, según. lo acreditan
los bellos trabajos de Dumas,
Composición. El aire contiene cerca de 0,79 de ázoe y
0,21 de oxígeno; contiene además una pequeña cantidad do
agua en vapor, de ácido carbónico y de algunos otros ga-
ses. Tratemos de investigar la existencia de estos principios
y sus proporciones.
Ázoe y oxígeno. Lavoissier consiguió desprender el ázoe
del oxígeno, absorbiendo este último con auxilio del mer-
curio. El aparato que al efecto empleaba se componía de
un matraz de 7 5 centírnetros de una campana llena hasta
sus tres cuartas partes de aire, y de un tubo que ponía en
relación el matraz con la parte suporior de la campana.
Situaba unas 100 gramas de mercurio en el m a t r a z , y le
calentaba durante 5 ó 6 dias hasta una temperatura cer^.
cana á la ebullición. La absorción del gas no empezaba a
efectuarse sino al final del primer dia, no terminando
hasta el quinto. Examinando el gas de la campana y del
m a t r a z , poseía propiedades completamente contrarias á las
del aire atmosférico; era en una palabra el ázoe: y la parte
que desapareció combinándose con el mercurio y dando lu-
gar á una multitud de películas rojizas de las que le fué fácil
obtener el gas que efectuó este cambio, es el oxigeno. Basta
al efecto introducir dichas partículas rojizas en una retorta
de cristal , calentarla fuertemente hasta que se enrojezca,
recibiendo en probetas el gas que se desprende. De este
modo se observa que dicho gas posee propiedades diversas
del ázoe y del aire atmosférico, es el oxígeno. Lavoissier
reconoció de este modo que el oxígeno forma | del aire y
el ázoe | . Semejante experimento no nos revela con e x a c -
— al-
titud la composición del aire, pues el mercurio no absorbe
jamás todo el oxígeno.
De una manera mas exacta á la vez que pronta , pue-
de determinarse su composición empleando el fósforo. Se
llena para esto de mercurio una probeta pequeña y encor-
vada (fig. 11) sumergiéndola en una
cuba llena del mismo metal; se obliga
á que penetre en ei interior de la pro-
beta cierta cantidad de aire, introdu-
ciendo después un pedacillo de fósforo,
calentando el aparato hasta que se in-
flame por medio de una lámpara de
alcohol. Al cabo de algunos minutos
el oxígeno es absorbido en totalidad,
quedando tan solo el ázoe en la c a m -
pana. Este último gas no ocupa en-
tonces sino las 79 centésimas del vo-
lumen del aire, y de consiguiente el oxígeno las 21 restan-
tes. E s necesario en este experimento restituir el gas á la
temperatura y presión que tenia al principio del experi-
mento. Se consigue el mismo resultado empleando el e u -
diómetro Para esto se introducen en él 100 partes de aire
en volumen y otras tantas de hidrógeno, haciendo que
pase después la chispa eléctrica. Las 2 0 0 partes quedan re-
ducidas á 1 3 7 , lo cual nos expresa que hubo una absorción
de 6 3 . Esta absorción procede de la combinación del oxí-
geno con el hidrógeno, representando 21 de oxígeno y 4 2
de hidrógeno; el aire del eudiómetro no contenia por otra
parte sino 2 1 de oxígeno, pues hay excedente de hidróge-
no después del paso de la chispa; contiene por lo tanto
100—21 ó 7 9 de ázoe. Si se quisiera aislar el ázoe, basta-
ría introducir en el eudiómetro 29 partes de oxígeno para
quemar las 58 de hidrógeno por medio de una nueva chispa.
El análisis precedente aun no es completamente e x a c -
t o , por ser imposible no cometer algún error en la medi-
ción de los volúmenes de estos gases siempre pequeños. E l
método de M M . Dumas y Bousingault es mucho mas ri-*
guroso: consiste en hacer pasar una corriente de airedes-r
pojado de su vapor y ácido carbónico, por cobre enrojecido
que absorba su oxígeno; en recoger el ázoe en un balón
— 55 —
vacío, averiguando después por medio de una balanza el
peso del oxígeno y del ázoe.
El aparato se compone: 1.° de un tubo A que lleva el
aire fuera del cuarto en que se
opera; 2.° de un tubo globu-
lar (llamado de Liebig) que
contiene una disolución con-
centrada de potasa; 3.° de un
tubo B , en forma de U que
contenga potasa cáustica;
,° de un tubo de Liebig con
ácido sulfúrico concentrado;
5.° de otro C en forma t a m -
bién de M que contenga piedra
pómez empapada de ácido sul-
fúrico; 6.° de otro tubo T T
de unas treinta pulgadas lleno
de cobre p u r o , situado en un
horno de reverbero; 7.° de un
balón Y provisto de una llave
R. El tubo T T tiene igualmen*
te dos llaves S S',
Hecho el vacío en el tubo
TT y pesado, se le calienta
hasta enrojecerle por medio de
un h o r n o , se abren después
las llaves S S' del tubo y la del
balón vacío R. El aire entra
entonces por el tubo A , se deS'
poja del ácido carbónico en los
tubos B y IV, de su vapor de
agua en los C y C , después
abandona su oxígeno en cobre
del tubo T T , y se precipita
en estado de ázoe en el balón
Y. Se cierran las llaves cuando
el balón se encuentra lleno ó
casi lleno de ázoe, pesándole
de nuevo después de hecho el
vacío: la diferencia da el peso del ázoe. Se sabrá el peso
— 56 —
fiel oxígeno, notando el aumento que haya adquirido el
tubo TT en el experimento. La rapidez de la corriente de
aire no;influye en la absorción del oxígeno, notándose q u é
las primeras porciones de cobre son tan solo las que se.
oxidan.
M M . Dumas y Boussingault, lomando todas las precau-
ciones convenientes, han hallado que 100 partes en pesóse
encuentran formadas de 2 3 de oxigeno y 77 de ázoe. Según
esto, 100 partes de aire en volumen se encontrarán forma-
das de 20,8 de oxígeno y 79,2 de ázoe.
Las proporciones del oxígeno y ázoe no varían de una
manera apreciable en el aire atmosférico, desde la época en
que datan los análisis exactos de este fluido: son pues las
mismas en todas las latitudes, alturas y estaciones. Se concibe
muy bien que las proporciones del gas no varían de un lugar
á o t r o , porque las corrientes de aire mezclan á cada instan-
te las diversas capas de la atmósfera; se comprenderá t a m -
bién que sus proporciones no deberán variar de una mane-
ra sensible desde las primeras experiencias relativas á la
composición del aire, porque las cantidades de oxígeno
agoladas durante medio siglo por la respiración de los ani-
males y por las diversas combustiones, son por decirlo así
nulas en comparación de la masa total del oxigeno de la
atmósfera. Si se aumentase en efecto el número de anima-
les que pueblan la superficie de la tierra y la cantidad de
oxígeno que individualmente absorben, se ha encontrado
que sería menester mas de 8 0 0 0 0 0 años para que absor-
biesen todo el oxígeno, y de consiguiente que en cada si-
1
glo desaparecería ^^Q, cantidad mayor que la que mani-
fiestan nuestros mas excelentes medios de análisis. Por
otra parte la cantidad de oxígeno que desaparece en la
combustión y respiración, se renueva diariamente por la
vegetación; pues las plantas descomponiendo durante ej
dia el ácido carbónico de la atmósfera, se apoderan del
carbono, dejando en libertad una gran parte de su oxí-
geno.
2.° Vapor de agua. La atmósfera contiene siempre
agua en oslado gaseoso, aun en los casos de mayor seque-
37 —
d a d , como puede hacerse constar; situando un vaso lleno
de una mezcla frigorífica y notando la capa de vapor que al
poco tiempo lapiza sus paredes, la cantidad de vapor con-
tenida en el aire, varía no solo. en. diversos lugares sino en
uno mismo y en cada instante, es también un producto de
la respiración, y especialmente de:la;evaporacion.
3-° Ácido carbónico. Que la atmósfera contiene ácido
carbónico es íbien fácil evidenciarlo exponiendo al aire li-
bre una vasija que contenga agua de cal; en breve la s u -
perficie del líquido se cubre de una película que no e s o t r a
cosa que un carbonato d e c a í , que se va precipitando en,
hojas mas ó menos exlensas: es fácil calculas la cantidad
:

de ácido carbónico'contenido en un volumen determinado


de aire; al efecto se relaciona uno con otro un tubo de
Liebig lleno de ácido sulfúi ico concentrado y un tubo en
forma de U lleno.de piedra-pómez empapada de este ácido;
se adapta en seguida, un gran tubo.en U que contenga una
disolución alcalina, y otro tubo análogo que encierre otra
disolución de ácido sulfúrico; después este tubo se sitúa
en la parte superior de un tonel lleno d e . a g u a ; soltando
el líquido el aire se precipita en el tonel después de haber,
atravesado los tubos que contenían la disolución de la po-
tasa; se despoja de su. vapor de agua en los dos primeros,
del ácido carbónico en el tercero, desprendiendo.en el cuar-
to el vapor de agua que habia quitado á la potasa.
Por lo tanto si se han pesado los dos últimos tubos
antes y después de la operación, Se tendrá en el aumento de
peso, el peso del ácido carbónico contenidoen el volumen
de aire examinado. • <• •
Aun cuando la cantidad de ácido carbónico del aire no
sea siempre la misma, varía entre limites muy reducidos.
Forma en verdad las cuatro ó seis milésimas del volumen
del aire. Este ácido se encuentra en menor cantidad des-
pués de lluvias repetidas, que en épocas de sequedad; pues
el agua en la que dicho ácido es soluble la arrastra consi-
go. Este ácido es un producto constante de la combustión
y respiración.
4.° Oíros gases. Además de los expuestos existe en
nuestra atmósfera alguna cantidad de proto-carburo de hi-
drógeno, gas procedente de la descomposición de las plan-
— 58 -
tas aglomeradas en los estanques y lagunas; contiene igual-
mente amoniaco y ácido sulfhídrico, gases que proceden de
los orines de los mamíferos y otros animales.
El aparato de MM. Dumas y Boussingault empleado en
el análisis del aire, podría servirnos para evidenciar la pre-
sencia del carburo de hidrógeno. El amoniaco es fácil de
que notemos su presencia examinando el agua de las t e m -
pestades, pues encierra siempre alguna cantidad dé nitrato
de amoniaco.
El ácido sulfhídrico puede evidenciarse recogiendo el
agua en vapor que cubre las paredes de un vaso lleno de
una mezcla frigorífica; dicha agua contiene siempre restos
orgánicos y una cantidad de ácido sulfhídrico, capaz de en-
turbiar una disolución de nitrato de plata.
El aire es una mezcla. Aunque algunos químicos h a -
yan creído que el ázoe y el oxígeno se encontraban combi-
nados en el aire atmosférico, esta opinión se halla desti-
tuida de fundamento; pues si fuera un compuesto químico,
no se alteraría disolviéndole en el a g u a , y además su po-
der refractivo tampoco sería igual á la suma de los poderes
refractivos de sus elementos.
Usos. No hay persona que ignore los numerosos usos
del aire atmosférico: este gas presenta en efecto el o x í -
geno necesario á la respiración de los animales; y á la
combustión de las leñas, carbones, aceites..... proporciona
á las plantas el ácido carbónico para su vegetación; en
metalurgia se emplea en la preparación de un gran n ú -
mero de productos, sirviendo además como
fuerza motriz; la combustión se activa por
medio del soplete ordinario ó el de forja; el
soplete de cristal se compone de un tubo
de cristal de unas 12 pulgadas de largo,
presentando en este punto una dilatación
esférica, y terminado en un tubitó cónico
de una abertura estrecha: el soplete de co-
bre (fig. 13) se encuentra formado de un
tubo de cobre grueso, terminando por una
parte en un lubito de marfil aplastado, y
por la otra en un receptáculo de cobre, al
cual se adapta uua boquilla también de co-
— 59 —
b r e , p l a t a , ó platino; al usar este soplete se inyectará el
aire por la abertura del tubo de marfil: dirigiendo el pico
de cobre ó plata sobre el extremo de la llama de una c a n -
dela ó de una lámpara, se obtiene de este modo una lla-
ma de una temperatura sumamente elevada, fácil de con-
ducirla sobre los cuerpos que se trate de examinar; dichos
cuerpos se situarán sobre un trozo de carbono de platino,
dirigiendo sobre ellos la corriente de la llama de una m a -
nera continua durante unos diez minutos.

CAPITULO II.

DE LOS METALES.

Caracteres. Los metales son buenos conductores del


aire y de la electricidad; opacos en un grueso determi-
nado, tienen brillo metálico; pero lo que sobre todo les
distingue de los metaloides, es la cualidad de dar todos,
combinándose con el oxígeno, origen á una y á veces á
varias bases capaces de neutralizar los ácidos.
Clasificación. Se han imaginado muchas clasificaciones
para facilitar el estudio de los metales y de los compuestos
á que dan lugar uniéndose con los metaloides; la mejor en
nuestro concepto es la de M. Thénard modificada por M,
Regnault; se funda en la facilidad con que los metales
pueden descomponer el agua , ó lo que es lo mismo, su
mayor ó menor afinidad con el oxígeno: he aquí los carac-
teres de las diversas secciones y los nombres de los m e t a -
les que las componen.
1. Sección. — Metales que descomponen el agua á
a

temperaturas inferiores á 0 ° : potasio, sodio , litio, bario,


stroncio, calcio.
2 . Sección. — Metales que la descomponen á los 100
a

ó mas grados: magnesio, aluminio, glucinio, zirconio, itrio,


erbio, terbio, cerio, l a n t a n o , didimio, t h o r i o , manga-
neso.
3 . Sección. — Metales que descomponen el agua al
a

grado rojo, obrando solos ó que lo efectúan á la tempe-


ratura ordinaria bajo la influencia de ácidos enérgicos:
h i e r r o , n i q u e l , c o b a l t o , zinc, cadmio, cromo, vanadio.
— 60 —
a
4 . Sección. —¿Melóles que descomponen el agua al
grado rojo, pero que no. lo efectúan á la temperatura or-
dinaria aun bajo la influencia de los ácidos: tungsteno,
molibdeno , osmio, titano , tántalo, estaño , urano.
a
5 . Sección.— Metales que descomponen el agua al
rojo blanco: cobre, plomo, bismuto. . -
, 6 . Sección.•-± Mercurio-., plata, oro, platino , paladio,
a

rodio, iridio, que no la descomponen.


Añadiremos á estos caracteres que los metales que
descomponen el agua á cierta temperatura , lo efectúan
también á una mas elevada. Añadiremos también que los
protóxidos de los metales de las cinco primeras secciones
son irreducibles por el calórico , ínterin que el protóxido
de los metales de la 6. sección abandonan su oxígeno
a

cuando se les conduce á una temperatura suficientemente


elevada. .
. Hecha esta clasificación, estudiémoslos de un modo
general. •)
Propiedades físicas. Todos los metales son sólidos á la
temperatura ordinaria ¿ excepto el mercurio que no se so-
lidifica sino á los 39 ó 40 bajo c e r o , en general son blan-
cos, á excepción; del cobre y del titano, que presentan un
color rojo y del oró que es amarillo; son inodoros é insí-
pidos . e x c e p t o el h i e r r o , plomo y estaño, que poseen un
olor y sabor desagradables, sobre lodo frotándoles. Sus
densidades varían extraordinariamente, el potasio y el
sodio tienen una densidad menor que el agua, los restan-
tes la tienen mucho mayor.
Los metales no son igualmente .duros: el hierro es
muy duro y raya á todos los d e m á s ; el plomo se deja i m -
presionar por la uña , y el potasio . y. sodio tienen la
consistencia de la cera. Su elasticidad y de consiguiente su
sanoridad varían en cada m e t a l , siendo generalmente los
mas duros quienes disfrutan de dichas propiedades en el
mas alto grado.
Muchos metales son muy dúctiles y maleables: el oro
y la plata pueden en efecto distenderse en hilos muy finos
Ó láminas extremadamente delgadas; otros son mas dúcti-
les que maleables, como el platino y el h i e r r o ; algunos
son mas maleables que dúctiles como el cobre, el estaño y
—61 —
el zinc; y en fin, algunos son muy poco duros y muy ma-
leables •; á saber, el bismuto y el cobalto.
Hay* metales tan. tenaces, como sucede al hierro,
;

que un alambre de dos milímetros d e diámetro resiste sin


romperse 250 quilógramas de peso, uno de cobre de las
mismas dimensiones 1 3 8 , y uno de platino 1 2 4 ; los meta-
les son en general buenos conductores del calórico, aunque
no lo efectúan en igual grado ; el oro, el platino, la plata
y el cobre, lo son mejor que el hierro y el zinc, y estos
mucho.mas que el plomo. Esta propiedad nos explica la
razón porqué la llama de una bujía puesta en contacto con
una esférula de cobre, pierde gran parte de su intensidad,
y aun se apaga si la esfera es muy gruesa. Semejante re-
sultado procede de que la esfera sustrae por efecto dé sil
buena conductibilidad, gran parte del calórico dé las ma-
terias gaseosas de la llama. L& propio acontece con las t é -
las metálicas; en efecto , situando una tela.de cobre sobre
un gas en c o m b u s t i ó n , i a Uama.no llegará sino' á la tela,
pues la materia gaseosa pierde en el metal gran parté del :!

calor q u e l a h a e i a luminosa; la finura de la tela debe ser


proporcionada al calor qué dicha materia desenvuelve infla-
mándose; una tela de 14 aberturas por centímetro cuadra-
do , apaga la llamadel alcohol';' no efectuando éste resulta-
do con el hidrógeno j siendo necesario que en tal caso tenga
110 orificios en la misma extensión. La lámpara de seguri-
dad nos presenta unejemplo dé lo expuesto, de la que nos
ocuparemos mas adelante.- 'i,-v
Algunos metales determinan con su presencia'ia Com-
binación de- los gases, sin combinarse con ífiwgüno de
ellos. Así es que el platino en polvo ó en esponja, efec-
túa, á la temperatura ordinaria la combinación del oxí-
geno:}' el hidrógeno. El paladio, el fodío y el • iridió', se 5

comportan de la misma manera.' 1.a fuerza qué en ' s e -


mejantes casos obra siendo distinta d e la afinidad ;• se de^
:

signa con••• el Miombre de ^¿cerní catalítica. :


^
• ÁÉción del ¿calórico. Todos ios metales • llegan á fun-
dirse cotí-ta-acción de este agente: El mercurio a — 3 7 °
:

el potasio á 58°, el sodio á !>0'. Los demás niélales exi-


:

gen temperaturas superiores á las de la ebullición del agua.


El e s t a ñ ó l e funde ftJos'210 * el plomó á-260°; éf'zlnc á
Q
— e a -
s e o . Muchos metales, como el o r o , plata, cobre y hier-
0

r o , no se funden sino á temperaturas superiores al grado


rojo; otros resisten el mayor calor de un fuego de forja,
cediendo tan solo á la acción del soplete de hidrógeno y
oxígeno.
Hay metales que se volatilizan á temperaturas muy
elevadas, tales como el m e r c u r i o , el cadmio, potasio y
zinc. El mercurio lo efectúa á los 3 6 0 ° ; otros metales á
temperaturas muy elevadas, debiéndoles considerar como
no volátiles; y otros como el hierro y manganeso jamás se
evaporan.
La cristalización en muchos se consigue fundiéndoles,
como se nota en el bismuto, estaño y plata; en otros se
obtiene este resultado descomponiendo con la pila los pro-
ductos que forman con otros metales. La forma mas co-
mún que presentan los cristales metálicos, es la cúbica ó
la octaédrica.
Anacarado metálico. Procede de la .cristalización m e -
tálica por el enfriamiento. Sometiendo á una fuerte t e m -
peratura una lámina de estaño ó de hierro blanco y d e -
jándola enfriar, se,cubre desde luego su superficie de un
número infinito^ de cristalinos , y su interior de cristales
mayores y mas regulares. Pasándoles un ácido que pueda
disolverles, se destruyen las capas superiores quedando
á descubierto los cristales que le dan el aspecto de un jaspe
metálico. El ácido que generalmente se emplea para obte-
ner los nácares de mejor f o r m a r s e compone de 2 partes
de ácido nítrico, 3 dé ácido hidroclórico y 8 de agua; ó
bien de una parte de ácido nítrico, 8. del sulfúrico y 8 de
agua. v

Acción eléctrica. Todos los metales son buenos conduc-


tores de la electricidad, no sufriendo alteración alguna si
su superficie basta para dar paso al fluido eléctrico; pero
ge .calientan, funden y aun volatilizan si es insuficiente.
Acción magnética. Una pequeña sección de los metales
poseen fluido magnético, tales son;: el hierro, el níquel, el
cobalto y el cromo. El manganeso es también mas ó m e -
nos atraible por el i m á n , pero solo á la temperatura de
— 20°
Propiedades químicas. No estudiaremos todas las p r o -
-G3 —
piedades .físicas de los metales, esto es, la acción del oxí-
geno del aire en dichas sustancias. El potasio es solamente
el metal que se combina con el oxígeno seco á la tempera-
tura ordinaria ; los otros metales se unen á temperaturas
mas ó menos elevadas, excepto la plata, el oro, el platino,
el paladio, el rodio y el iridio: la combinación va acom-
pañada siempre de desprendimiento de calórico y luz. Casi
todos los. metales de las cinco primeras secciones obran so-
bre el oxígeno húmedo á la temperatura ordinaria ; esta ac-
ción es muy enérgica en los de la primera sección * que
descomponen el agua apoderándose del oxígeno; mucho
menos en los metales que no descomponen el agua fria. El
vapor de agua favorece la combinación en esta última cir-
cunstancia obrando de dos maneras diferentes, pues por una
parte tiende á combinarse con el óxido formado, dando
lugar á un hidrato; y por otra parte disolviéndose sobre el
metal cierta cantidad de oxígeno que él lleva así en un es-
tado favorable á la combinación; cualesquiera que sea, esta
acción no tiene lugar sino en las capas superficiales del
cuerpo y siempre de un modo muy lento. Kl hierro y el
cobre son los metales que se oxidan mejor en esta cir-
cunstancia .después los metales de la primera sección, y
probablemente los de la segunda. El plomo se oxida con
mucha mas prontitud; el zinc, el cobalto y , e l estaño
casi no se oxidan.
El aire obra algunas veces al mismo tiempo por su
oxígeno y por su ácido carbónico; en efecto, se sabe que
las estatuas de cobre se cubren con el tiempo de una capa
de carbonato de cobre, y que las bases de plomo de una
de carbonato de plomo encima del nivel ordinario del agua
que encierran.
Extracción. Rara vez los metales . se hallan en estado
nativo en la naturaleza; es decir , en estado puro. El oro,
la plata y algunos otros metales que posean poca afinidad
con el oxígeno, son los únicos que.pueden presentarse en
semejante estado; frecuentemente se presentan forman-
do óxidos, sales, sulfuros ó arseniuros. Alguna vez se
unen con el cloro, el flúor , el b r o m o , iodo, selenio, t e -
luro , & c . , formando cloruros, fluoruros y & c ; pero jamás
se les ha encontrado en el estado de i d r u r o s , fosfuros, ni
— 61 —
boruros.... Los terrenos en que principalmente se presen-
tan los metales; es: en los llamados primitivos y en los in-
termediarios; algunos se encuentran también en los terre-
nos secundarios, empero los ternarios se encuentran com-
pletamente desprovistos de ellos. Los metales mas impor-
tantes se sacan generalmente de sus óxidos, carbonalos, y
sulfuros naturales; nada hay tan sencillo cómo entender los
procedimientos de extracción : si se obrase sobre un óxido,
se le trataría con el carbono á una temperatura elevada;
el oxígeno se desprende combinándose con el carbono bajo
la f o r m a j e óxido de carbono, y él metal queda en plena
libertad; si se obrase en un carbonato sé le tralaria de la
misma maiiera quedando aun el metal en libertad, des-
prendiéndose igualmente oxido de carbono, por la descom-
posición del óxido metálico y del ácido carbónico; si se
.tratase, en fin, de un sulfuro, se le quemaría en presencia
del aire, á fin de que el azufre se transformase en ácido
sulfuroso, obteniéndose un óxido metálico que debería tra-
tarse con el carbón..

METALES 1 ) E L A PUIMERÁ SISCClÓlS.

Potasio. Se designan comunmente los metales de esta


sección con el nombre de metales alcalinos,' porque sus
protóxidos se denominaban álcalis antes de su reducción.
Hacia el año de 1807 , Davy redujo la potasa y la sosa,
siendo los primeros álcalis que se pudieron- descomponer.
Propiedades físicas. El potasio es mas blando y malea-
ble que la cera; tiene brillo metálico, sumamente intensó
cuando se halla' recientemente cortado;, pero s e oscurece
.rápidamente en contacto del aire absorbiendo el oxígeno
ídéésté fluido; su densidad es'0,86;'Sé fundé á 58° , y sé
!

volatiliza cérea del grado rojo. Llenando de ázoe una c a m -


pana curva (fig. 11) que repose éu mercurio , é introducien-
do un pedazode pótásioén su -parte'superior-, y-calentán-
dole con tina lámpara de alcohol, se le verá fundirse y con-
vertirse en un vapor verde.
Propiedades químicas. El potasio se combina con el
— e.r> —
oxígenoá la temperatura ordinaria; pero solo la parte que
está en contacto con este gas, es decir, su superficie, pro-
duciéndose el prolóxido de potasa ó sea la potasa: si la
temperatura fuese algo elevada ó se le tocase con los dedos,
la combinación se efectuaría enérgicamente, y se daría l u -
gar á una combustión produciéndose el trióxido de potasio.
El potasio descompone el agua á la temperatura ordi-
naria , se apodera del oxígeno dejando en libertad el hidró-
geno , y disolviéndose el producto formado con el oxígeno
en el agua no descompuesta á la cual comunica propieda-
des alcalinas. Si se deja caer un globulillo de potasio sobre
el agua de una cápsula ancha, el hidrógeno desprendido se
combina con el óxido del aire bajo la influencia del calor
enorme desenvuelto por la oxidación del potasio, produ-
ciéndose una llama sumamente brillante; el polasio gira al
mismo tiempo sobre el agua sin mojarse á causa de su
candescencia, y después se disuelve desprendiendo gran can-
tidad de vapores que ocasionan una explosión; la llama no
es solamente debida á la combustión del hidrógeno, porque
en tal caso sería blanca, sino que se presenta coloreada
por los vapores del prolóxido de potasio.
El potasio se combina con casi todos los metaloides y
con algunos metales, ya directamente, ya en circunstancias
particulares. Siendo tan grande su afinidad con el oxígeno,
se le conserva en él aceite de nafta , sustancia privada de
este factor.
Extracción. Se encuentra en la naturaleza en estado de
cloruro, bromuro y ioduro, ó en el de sulfato, nitrato,
carbonato y tartrato de potasa; se le extrae de un produelo
artificial llamado hidrato de potasa, en el que el agua des-
empeña el papel de ácido formando una verdadera sal. Se
descompone el hidrato ya por medio de la pila , ó con el
auxilio del hierro, el último medio es el preferible; al
efecto se emplea un cañón de fusil encorvado en ángulo
obtuso hacia sus extremos, lleno en su interior de li-
maduras de hierro recientes; después de bien enlodado se
le sitúa en un horno de reverbero introduciendo frag-
mentos del hidrato de potasa. En el extremo superior
» del cañón de fusil se sitúa un tubo de conducción de
gases que se introduzca en un baño de mercurio, y en la
5
— 66 —
extremidad inferior una largadera con otro tubo de con-
ducción de gases. Calentando el hierro fuertemente hasta
enrojecerle, igualmente que el hidrato de potasa, el hierro
le descompondrá absorbiendo el oxígeno del agua del h i -
drato, dejando en libertad el potasio y el hidrógeno; el h i -
drógeno se detiene en uno de los t u b o s , y el potasio va á
condensarse en una largadera de donde se le trasladará in-
mediatamente al aceite de nafta. E s también fácil obtener el
potasio descomponiendo el carbonato de potasa con el c a r -
bón; pero conserva siempre cierta parte del carbono, de la
que es necesario para separarle la destilación.
Usos. El potasio se emplea en química como un excer
lente reactivo del boro de silicio y la mayor parte de los
metales de la segunda sección; en medicina se aplica como
uno de los cáusticos mas enérgicos.
Sodio. El sodio es semejante al potasio en su consis-
tencia; su brillo metálico, su sección compacta y pulimen-
tada; presenta una densidad de 0 , 9 7 ; se funde á los 9 0 ° , y
no es volátil. No se combina con el oxígeno á la tempe-
ratura ordinaria; pero sí á una temperatura próxima á su
punto de fusión, dando origen á un óxido amarillo de so-
dio , que debe mirarse como una mezcla del protóxido y
del sesquióxido. Se extrae del hidrato de sosa con procedi-
mientos análogos al anterior; el sodio aunque descom-
pone el agua á la temperatura ordinaria no desenvuelve
tan gran cantidad de calórico; así que el hidrógeno no
arde aunque se eche un glóbulo de sosa en el agua de una
ancha cápsula, siendo necesario para conseguir este r e -
sultado impedir la rotación del sodio sobre el agua, bien
sumergiéndole en agua gomosa ó manteniéndole en el fon-
do de un tubo estrecho; la llama en tal caso se presenta
coloreada de amarillo por el óxido de sodio; el sodio se en-
cuentra en la naturaleza en estado de combinación, for-
mando parte del cloruro de sodio, sulfato, carbonato, ni-
t r a t o , fosfato y silicato de sosa.
Oíros metales. Los otros cuatro metales no han podi-
do descomponerse sino en partes muy pequeñas, con el
auxilio de la pila. El litio se presenta naturalmente en
estado de óxido; el bario y el stroncio se hallan en i o s .
carbonatos y suifatos de barita y slronciana; el calcio en
— G7 —
el de.carbonato, sulfato, nitrato y fosfato de cal. No tienen
ningún uso.

W E T A I . E S D E LA S E G U N D A SECCIÓN.

Tres solamente de estos metales son de tan alta im-


portancia en química, que nos ocuparemos exclusivamente
de ellos.
Magnesio. El magnesio es brillante, algo duro y m a -
leable; se funde al mismo grado que la plata y no es volá-
til. Se oxida lentamente en el aire húmedo á la tempera-
tura ordinaria; pero á temperaturas mas elevadas arde
este gas y especialmente en el oxígeno p u r o , desprendien-
do una luz de las mas vivas; dando origen á la magnesia,
único compuesto oxigenado de magnesio. Se encuentra en
la naturaleza ó en estado de hidrato ó en el de sal. Se le
obtuvo en 1 8 2 7 , descomponiendo el cloruro de magnesio
por el potasio: se emplea al efecto un tubo de cristal poco
fusible, cerrado y ligeramente encorvado en una de sus
extremidades; se introduce en la parte encorvada unos
treinta glóbulos de potasio y cloruro de magnesio en la
paite recta j colocando algunos carbones encendidos sobre
el cloruro hasta que se enrojezca, y el potasio hasta vola-
tilizarle ; sus vapores se combinarán inmediatamente con
el cloro desprendiendo una luz intensa y quedando en li-
bertad el magnesio; después que esta sustancia está ya
fría, se la introduce en el agua para que el cloruro de po-
tasio se disuelva y el magnesio quede aislado.
Aluminio. El aluminio se halla en la naturaleza en e s -
tado de óxido y de s a l , se obtiene descomponiendo el clo-
r u r o de aluminio con el de potasio. Es uno de los cuerpos
menos fusibles, resistiendo al mas violento fuego de forja;
arde en una temperatura muy elevada y con la mayor vi-
veza en el oxígeno, desprendiendo una luz de un brillo tal
que ofende la vista, y un calor que el óxido que se forma
se funde en parte á pesar de su infusibilidad al soplete de
hidrógeno y oxígeno; Se da el nombre de alúmina al óxido
de aluminio.
#
. — 68 -
Manganeso. Posee un color gris blanco, brillo débil-
mente metálico, quebradizo, d u r o , granujiento , su den-
sidad es 8 , desprende un olor desagradable cuando se le
maneja entre los dedos humedecidos, es fundible al calor
de forja, y arde con llama viva, en presencia del oxígeno
produciendo un sexquióxido.
El manganeso se encuentra en la mayor abundan-
cia en la naturaleza; en la que se presenta en estado de
bióxido, á veces en estado de silicato y carbonató, y mas
raramente en el de fosfato y sulfuro. La extracción sé
efectúa del bióxido, descomponiéndole por el carbón á una
temperatura elevada.
El manganeso no tiene mas usos que en estado de
bióxido, con el que se prepara el cloro, el cloruro dé cal
y el clorato de potasa.

METALES DE LA TERCERA SECCIÓN.

El hierro es el metal mas importante de esta sección,


siguiéndole el zinc, el cobalto, el cromo y el nikel; el cad-
mio y el vanadio.no tienen ningún uso.
Hierro. E s de un color gris azulado, de textura fibro-
granujosa, muy dúctil y maleable; es el mas duro y
magnético de los metales, á la vez que'tenaz.. Su densidad
es 7,8, fundiéndose á los 130° del piròmetro de W e d g w o o d :
no se volatiliza.
Este metal actúa sobre el oxígeno y el aire húmedo á
la temperatura ordinaria; se cubre de un polvo amarillo
rojizo llamado o r m , que no es otra cosa que un hidrato
de sesquióxido de hierro. Esta oxidación es mucho mas
rápida en temperaturas mas elevadas, especialmente en la
de rojo cereza, dando lugar á una luz brillante y destellos
luminosos. Las chispas que se desprenden de ún pedazo
de hierro.candente cuando sé le forja, prueban suficiente-
mente la vivacidad de esta combustión ; la Cual en verdad
está bien distante de la que resulta de la combustión del
hierro en el oxígeno puro. •
El hierro se une en dos proporciones con el oxígeno
— 69 —
para dar lugar al protóxido y sesquióxido; uniéndose es-
tos dos productos entre sí para engendrar compuestos
que deben mirarse como verdaderas sales, en las que el
protóxido de hierro desempeña el papel de base. El hierro
además se combina con otros metaloides y con algunos
metales, de los que estudiaremos primero la fundición (fon-
te) y el acero que resultan de su unión con el carbono, pues
los procederes de su fabricación se encuentran íntima-
mente ligados.
Estado natural. El hierro es el metal mas abundante
en la naturaleza, hallándosele en estado nativo, en el de
óxido, sulfuro y sal. En estado nativo se encuentra en ma-
sas aisladas difundidas en la superficie del globo: dichas
masas contienen siempre algunas centésimas de nikel, r a s -
tros de cromo y azufre, teniendo la m a y o r analogía en su
composición con esas masas que caen del cielo, debiéndose
por lo tanto atribuirlas el mismo origen. El hierro combi-
nado se halla en todos los paises, presentándose en estado
de óxido anhidro ó hidratado, mezclado con sustancias ex-
t r a ñ a s , tales como la alúmina y la cal; en estado de s u l -
furos, y especialmente en el de sal, en los carbonates, si-
licatos, sulfatos y fosfatos de hierro. Del óxido, carbonato
y fosfato de hierro es de donde se extrae la totalidad del
hierro empleado en las artes, convirtiéndole desde luego
en fundición, calcinándole con el carbón; sometiendo des-
pués dicho producto á una operación particular llamada
afinación, cuyo objeto es quemar el carbono que contiene
á fin de aislar el hierro.
Fabricación de la fundición. Todo mineral de hierro
debe sufrir operaciones preliminares antes de ser tratado
con el carbón. Si son terrosos se les lava en una cor-
riente de agua, á fin de que se desprendan de las- m a t e -
rias arcillosas ó calcáreas que les c u b r e n , y además se le
quebrantará si se halla en masas muy grandes, á fin de
facilitar la acción del carbón. Si se presenta en piedra se
le quemará en contacto del aire á fin de hacerle mas d i -
visible, separando las partículas de azufre y de arséni-
co que puedan contener, consiguiéndose este resultado
por medio de hornos. Dicha operación se efectúa t r a t a n -
do el mineral con. el carbón en hornos de temperalu-
— 70 —
ras muy elevadas, llamados al-
tos hornos (íig. 14).
Dichos hornos se encuentran
formados de dos couos t r u n c a -
dos reunidos por su gran base;
su altura varia entre 6 á 11 va-
ras en los hornos de carbón de
leña., y entre 11 á 18 en los de
cok (carbón de hulla). La altura
del cono inferior no debe pasar
de la tercera parte de la altura
total del horno: en dicho cono
es donde se desenvuelve el máxi-
mum .de temperatura que efectúa la fusión de todas las
materias. Una cavidad A, llamada el crisol, se destina para
recibir los productos de la fusión: hacia fuera presenta
dos aberturas laterales que reciben los tubos de dos g r a n -
des fuelles destinados á la producción de una corriente con-
tinua de aire, y una tercera abertura que dé salida á las
escorias producidas durante la operación. El horno se car-
ga por la parle superior B , que se llama boca. í'ara dar á
este horno una temperatura muy elevada se le llena de
carbón vegetal y de hulla, situando alternativamente es-
tas dos sustancias; se echa al mismo tiempo tierras arci-
llosas ó calcáreas para fundir las materias extrañas conte-
nidas en el mineral, usándose en especial de las materias
arcillosas si el mineral contiene materias calcáreas, ó de
las calcáreas en el caso de que el mineral sea arcilloso.
Las materias arcillosas del mineral entran en fusión por la
acción del fundente, y entonces el carbón reduce el óxido,
con el que se encuentra inmediatamente en contacto. La
fundición producida se desliza desde luego al crisol, al mis-
mo tiempo que las escorias formadas por la combinación
de la sílice, la cal, una pequeña parte de hierro y algunas
otras partes extrañas. Estas escorias se designan con el
nombre de Laitier. La fundición y las escorias se sepa-
ran bien pronto á causa de la diferencia de sus densidades,
y entonces el crisol lleno de fundición se desembaraza de
la escoria que le cubre y le preserva de la acción del aire,
dándole paso por su abertura superior; después dé alguu
— 7t —
tiempo se destupa por medio de un barreno de hierro una
abertura que existe en el fondo del crisol y que se habia
cerrado durante la operación con tierra arcillosa; la fun-
dición cae en chorros de fuego en huecos á manera de
crisol arenisco practicados en la tierra; se enfrian poco á
poco en ellos adquiriendo su forma.
El residuo es una masa de vidrio opaco mas ó menos
coloreado, constituido por mucho silicato de cal y mayor ó
menor cantidad de silicato de hierro, alúmina, magnesia,
y algunas otras materias e x t r a ñ a s ; respecto á la fundición
consta siempre de hierro con algunas centésimas de c a r -
bón y algunos rastros de silicio; á veces suele tener algo
de manganeso, aluminio, calcio, fósforo y azufre.
Es importante determinar la cantidad del fundente
que se emplea, pues la fusión se efectúa difícilmente cuan-
do la porción de sílice es muy pequeña con relación á la
materia calcárea; si por el contrario aquel factor domina^
se forma con el óxido de hierro un silicato que entrará á
constituir el residuo; entonces el mineral producirá muy
poco hierro; la cal de la materia calcárea se upone á la
formación de este silicato, uniéndose ella misma con la sí-
lice; y por otra parte se apoderará del azufre que se e n -
cuentre en el carbón ó en el mineral, y del ácido fosfórico
del fosfato de hierro que á veces contiene. Se conocen en
el comercio tres especies de fundiciones, á saber: la /tyn-
dicion blanca, la fundición gris y la fundición negra.
La fundición blanca presenta una textura laminosa,
granujienta, algo quebradiza, y tan dura que resiste á la
acción de la lima. La fundición gris ofrece una fractura
granujienta; tiene una tenacidad considerable; es mucho
menos dura que la blanca, dejándose limar fácilmente,
La fundición negra aun cuando es granujienta en su frac-
tura, sus granos son desiguales; es mucho mas fusible quo
las precedentes y coiitiene 5 á 7 centésimas de carbono,
mientras que las otras no poseen sino de 2 á 4, Su color
negro sin duda alguna se debe á la mayor cantidad de
carbono libre que contiene; en efecto, el aspecto de su
textura granujienta nos revela la presencia de una can-
tidad considerable de grafito puro.
Cualesquiera que sea la fundición es indudable que
contienen cierta cantidad de carbono, pues tratado con
los ácidos sulfúrico y clorhídrico dan constantemente car-
buro de hidrógeno en estado gaseoso y en el de aceite: la
blanca sin embargo aun cuando se la trate con el ácido
clorhídrico, no da ningún residuo carbonoso.
Afinación de la fundición. Con este nombre se conoce
una maniobra cuyo objeto es convertir la fundición en
hierro, reduciéndose esta operación á calentar fuertemen-
te la fundición en contacto del aire para que el carbono
y el silicio que contienen se combinen con el oxígeno, r e -
sultando un óxido de carbono que se desprende; silicato
de hierro que permanece fundido, y hierro esponjoso fácil
de soldar con la presión. La afinación se ejecuta con gran-
des ventajas en los hornos &
Pouler (fig. 1 5 ) : estos hornos
tienen una cavidad M N ta-
pizada de una placa de arena
que se encuentra cubierta de
una pieza A, B, C , en forma de
reverbero; en una de las e x t r e -
midades de la placa se halla
el hogar D E ; á la otra una
chimenea F , que determina
una corriente de aire que puede
moderarse á voluntad por me-
dio de un registro; se calienta
entonces el horno al rojo blan-
co; se sitúan en él pedazos de
fundición , y se les mueve constantemente por medio de un.
gran hierro , á fin de que todos sus puntos se pongan
en contacto con el aire; se arroja de cuando en cuando
un poco de escoria, que favorezca la combustión de las
materias extrañas por medio del óxido de hierro que
contiene, retirando á la vez las escorias que se formen:
cuando la fundición se haya hecho espesa y grumosa, cons-
tituyéndose la masa en grumos que se adhieran los unos
a los otros, se la conducirá al martinete á fin de for-
mar masas cuadradas. Se sujetarán estas masas al la-
minador, á fin de que acaben de expeler las últimas
porciones de escoria, dándoles la forma de barras. Tal
- 73 -
es en pocas palabras el mecanismo de la extracción del
hierro.
Acero. El acero es un carburo de h i e r r o , que contiene
seis ó siete milésimas de carbono; es muy brillante, sus-
ceptible de gran pulimento, muy dúctil y maleable, de
una textura granujienta íiua y apretada ¿ y de una densi-
dad casi igual al hierro; no es fundible ni volátil, y con-
serva el fluido magnético mucho tiempo después de habér-
sele comunicado. Enfriando lentamente el acero después
de haberle tenido á una temperatura elevada conserva las
propiedades expuestas; pero enfriándole bruscamente se
hace mas elástico y d u r o , mas quebradizo, menos dúctil
y maleables esta última operación es la que se designa
con el nombre de templadura; siendo tanto mas enérgica
esta operación , cuanto mas violento sea el cambio de tem-
peratura, l'ara distinguir el acero del h i e r r o , basta dejar
caer una gota de ácido nítrico debilitado sobre estas sus-
tancias; en el acero queda una mancha negra que no se
destruye aunque se lave, al paso que en el hierro no deja
señal alguna.
Se conocen en las artes tres especies de aceros, á saber:
el acero natural, el de cimentación, y el fundido.
El acero natural se prepara con una buena fundición,
á la que se quita gran parte de su carbono. Se la sitúa en
un hordo de reverbero, á fin de que se funda; se la cubre
después de escorias, dirigiendo después una corriente de
aire durante 8 6 9 horas. Cuando la masa empieza á ser
pastosa y se supone que se halla en estado de acero, se la
extrae del horno.
El de cimentación se fabrica calentando fuertemente
el hierro cubierto por un cimento de carbón de leña p u l -
verizado , hollín , carbón mineral y sal marina. Se sitúan
alternativamente capas de cimento y barras, de hierro en
una caja rectangular de palastro ó pedernal refractaria á
la acción del fuego, se le cubre de una capa de arena para
impedir el contacto del a i r e , y se calienta la caja en un
horno, que la mantenga al grado rojo durante 5 ó 6 dias.
Durante esta operación, el carbón combinándose con el
hierro pasa sucesivamente de las capas superficiales á las
profundas. Se determinará si la carburación se ha efectúa-
— 71 —
d o , probando algunas barrillas cuyas extremidades debe-
rán sobresalir de la caja.
El acero fundido se fabrica fundiendo en crisoles r e -
fractarios á la acción del calórico, el acero natural ó de c i -
mentación, teniendo sumo cuidado en cerrar perfectamente
el crisol y cubrir su superficie de cierta cantidad de esco-
ria metálica que evite el contacto del aire. Si la fusión se
ha completado, se retirará el crisol separando la escoria
que la cubría, y se verterá el metal en una rielera.
Las tres especies de aceros no poseen las mismas cua-
lidades : el fundido es el mas duro y homogéneo, presenta
una textura fulísima, pero en cambio es el mas difícil de
soldar con el hierro ó con otros metales. Se le puede dar
también un pulimento extraordinario; dependiendo gran
parte de sus propiedades no solo de los procedimientos de la
fabricación, sino también de la bondad del hierro empleado.
En la India se fabrica un acero notable por sus cuali-
dades y por el color morado-de su superficie, llamado ace-
re de damasco6 indiano. M. Briant opina que es un acero
fundido carburado mas fuertemente que los aceros de E u -
ropa , en el cual se efectúa una cristalización de dos car-
buros de hierro diferentes, el uno de acero puro y el otro
de acero mas carburado; cree por otra parte que es nece-
sario hacerle sufrir un enfriamiento l e n t o , á fin de que
estos dos carburos, diversamente fusibles, se separen y
cristalicen. Este sabio ha obtenido un hermoso acero i n -
diano empleando partes iguales de limaduras de fundición
muy gris y limaduras de fundición oxidada: ha obtenido
el mismo resultado fundiendo hierro dulce con dos centé-
simas de su peso de negro de humo. El adamascado se
consigue sumergiendo este acero en agua acidulada, la
cual atacando de preferencia el acero p u r o , deja á descu-
bierto las partes mas carburadas. Los usos del acero son
extraordinarios, empleándose en una multitud de instru-
mentos que abrazan todos los ramos de la industria.
Nikel. El nikel es de un color blanco argentino, de
fractura fibrosa, de una ductilidad y tenacidad considera-
bles : su densidad es 8 , 5 ; la sustancia mas magnética des-
pués del h i e r r o , y aunque de tan difícil fusión como el
manganeso, es algo volátil en una buena forja, obrando á
— 75 —
la manera del hierro sobre el oxígeno y sobre el aire. El
nikel se encuentra en la naturaleza en estado de arseniuro,
sulfo-arseniuro, arseniato y silicato; constituye |a mayor
parte de las piedras meleóricas. Se le extrae de un sulfo-
arseniuro. La aleación formada por el nikel, cobre y zinc
se llama melquioro, imitando también á la plata, que se
emplea en la fabricación de muchos útiles constituidos con
aquel metal.
Cobalto. Es de color blanco gris, de textura granulosa,
d u r o , quebradizo, poco dúctil y maleable; es algo menos
denso y magnético que el nikel; se funde casi al mismo
grado que el h i e r r o ; no se volatiliza ni tiene acción sobre
el aire á la temperatura ordinaria, pero enrojecido se oxi-
da en dicho g a s , y calentándole hasta el grado blanco arde
con llama roja.
El cobalto se presenta en la naturaleza en estado de
sesquióxido, pero mas comunmente en estado de arseniu-
ro y sulfo-arseniuro. De estos dos compuestos es de donde
se extrae. En estado simple no tiene ningún u s o ; pero sí
en sus compuestos, muy apreciables para colorear de azul
á la porcelana, al cristal, &c.
Zinc. El zinc es de un color blanco azulado, laminoso,
dúctil y maleable, de 100 á 1 5 0 posee la mayor malea-
d

bilidad ; es mucho menos duro y tenaz que el. hierro ; su


densidad es 7 ; se funde á los 3 6 0 y se volatiliza mas allá
del calor rojo. La granalla de zinc se obtiene proyectando
zinc fundido en una gran masa de agua.
El aire y el oxígeno apenas actúan sobre el zinc á la
temperatura ordinaria; pero en temperaturas próximas al
rojo la oxidación es muy rápida, resultando un desprendi-
miento de luz viva. Así que situando 100 ó 2 0 0 gramas
de zinc en un crisol cerrado y calentándolas hasta el grado
rojo, inmediatamente que se descubre el crisol se produce
una luz vivísima cuyo brillo apenas puede resistirse, y der-
ramando la masa se producen una multitud de copos blan-
cos que permanecen suspendidos durante algún tiempo en
el aire á causa de su ligereza.
La naturaleza presenta el zinc: 1.° en estado de sulfuro;
2.° en el de carbonato, silicato y sulfato; 3.° en el de óxi-
do combinado con la alúmina , el manganeso y el hierro.
- 76 —
Se designa comunmente el sulfuro natural de zinc con el
nombre de blenda, y la. mezcla del carbonato y silicato con
el de calamina: de estos dos compuestos es de donde prin-
cipalmente se extrae el zinc.
Para extraerle de la calamina se calcinará el mineral á
fin de pulverizarle con mayor facilidad, y se le mezclará con
carbón también pulverizado introduciéndole en tubos de
barro provistos de alargaderas de fundición. Después se
calentarán los tubos én hornos de fundición , relacionando
las alargaderas con vasijas llenas de agua. Cuando la t e m -
peratura se halla suficientemente elevada, el carbón redu-
ce el óxido de zinc, resultando de aquí óxido de carbono
que se desprende en vapores de zinc, que se condensan en
la alargadera ó en el agua. El zinc de la blenda se obtiene
calentándola en un horno de reverbero, á fin de convertir
su azufre en ácido sulfuroso que se desprende; el óxido de
zinc que resulta de esta operación se tratará con e L c a r -
hón. El zinc que de este modo se obtiene no es perfecta-
mente p u r o , pues contiene algo de h i e r r o , estaño, plomo
y cobre; se le separará de estos metales por medio de una
nueva volatilización.
El zinc entra en la composición del latón, en el hier-
ro galvanizado, que no es otra cosa que hierro cubierto
de una delgadísima lámina de zinc, la cual le preserva de
la oxidación. Se emplea además en la fabricación de una
multitud de objetos; aunque se le proscribe de los útiles de
cocina por ser muy atacado de los ácidos, dando lugar á
la producción de sales mas ó menos venenosas.
Cromo. Es de un color blanco grisáceo, muy d u r o , frá-
gil y de difícil fusión ; su densidad es 6. Aunque su a c -
ción sobre el oxígeno sea nula á la temperatura ordinaria,
es muy notable en temperaturas elevadas.
El cromo se halla en la naturaleza en estado de óxido,
de cromato de plomo y cobre; pero se halla especialmente
en el hierro cromalado considerado como una mezcla, ó
mas bien como una combinación del óxido de hierro y del
óxido de cromo. De este óxido, tratándole con el carbón á
temperaturas elevadas, es de quien se extrae el cromo. Aun
cuando en estado de pureza no tenga aplicaciones, sus
compuestos entran en la preparación de muchos colores.
— 77 —

M E T A L E S D E L A C U A R T A SECCIÓN.

Eslaño. Es el único metal interesante entre los seres


de esta sección, y por consiguiente el que nos ocupar^ tan
solo.
El estaño es casi tan blanco como la plata, mas duro
y brillante que el plomo, poco dúctil y muy maleable.
Frotándole con las manos se le comunica un olor particu-
lar, y doblándole al través se percibe un crugido llamado
grito del estaño. Su densidad es 7. Se funde á los 21.09; no
es volátil y cristaliza en prismas romboidales.
El estaño casi no tiene acción alguna sobre el oxígeno
ni sobre el aire de la temperatura ordinaria: así es que
conserva su brillo metálico aun cuando se halle en con-
tacto con la atmósfera; pero su acción es muy enérgica
á temperaturas muy elevadas, dando lugar á la produc-
ción de un bióxido.
La naturaleza nos presenta el estaño en estado de
bióxido y protosulfuro, extrayéndose el mineral del p r i -
mero de estos, tratándole por medio del carbón en hornos
semejantes á los empleados en la fabricación del hierro.
Efectuada la operación, el estaño ocupará el fondo del
crisol con las escorias que le cubrirán y preservarán del
contacto del aire; de aquí se le trasladará á una segunda
vasija exterior calentada convenientemente, en la que el
h i e r r o , el cobre y los otros minerales se solidifican, con-
duciéndole todavía á una tercera, en la que se concreta.
Si el mineral contiene sulfuros de hierro y cobre, se
le quemará primero en contacto del aire en un horno de
reverbero •, transformando así los dos sulfuros en óxidos de
cobre y hierro ó en sulfates de estas dos bases. Se separan
fácilmente los dos sulfatos vertiéndoles cuando sé hallan
aun enrojecidos éri una masa de agua que les disuelva; se
retira después el óxido de hierro y cobre, lavando el pre-
cipitado en una corriente de agua que les separe sin arras-
trar el óxido de estaño, cuyo peso específico es mayor:
El estaño entra en la composición del hierro blanco,
del bronce, en la soldadura de plomeros y en una m u l t i -
tud de instrumentos. También se usa en la preparación de
— 78 —
muchos productos, y especialmente en la del cloruro de
estaño tan interesante en las tinturas de escarlata.

METALES BE LA QUINTA SECCIÓN.

Los metales de esta sección son el cobre, el plomo,


el bismuto; siendo lodos ellos de la mayor importancia.
Cobre. Este metal es rojo, brillante, muy dúctil y ma-
leable; es duro y sonoro; poseyendo una tenacidad menos
fuerte que el hierro, pero mas considerable que la mayor
parle de los metales; el frotamiento le comunica un lijeró
olor. Su densidad es 8,8 ú 8,9, según se presente, fundido
ó laminado. La naturaleza le presenta cristalizado en c u -
bos. Se funde á los 2 7 ° del pirómetro y no se volatiliza.
El cobre expuesto en una campana cerrada en pre-
sencia del aire humedecido, se oxida superficialmente;
pero situado en una atmósfera que se renueve se combi-
na tan solo con el acido carbónico, cubriéndose de una
costra verde de carbonato de cobre hidratado, designado
á veces con el nombre de verde gris. La oxidación del co-
bre es mas rápida en temperaturas elevadas, cubriéndose
mucho antes de llegar al calor rojo de un bióxido a m a -
rillo.
El cobre se presenta en la naturaleza en estado nati-
vo, en el de óxido, sulfuro y sal. EÍ cobre nativo es una
producción muy r a r a ; el óxido y carbonato son mas co-
munes , siendo mucho mas abundante el sulfuro.
Se extrae el cobre del óxido y carbonato,, tratando es-
tos minerales con el carbón en hornos de manga; r e s -
pecto al sulfuro se le quemará en presencia del aire para
que se desprenda del azufre, dando lugar á la producción
de ácido sulfuroso, tratando por medio del carbón el óxido
que se forme.
El mineral de cobre exige un tratamiento mas com-
plicado á causa del sulfuro de hierro que á veces contiene.
Se quema primero el mineral al aire libre para que se
desprenda del azufre, reduciendo el óxido de hierro y co-
bre que resulta con el carbón, obteniéndose un producto
llamado mate, compuesto de cobre y alguna cantidad de
azufre, el cual se tratará de nuevo con el carbón en un
— 79 —
horno de manga después de haberle mezclado con la sí-
lice ; resultando de este procedimiento el cobre negro , es
decir, un mineral impuro compuesto de cobre y algunas
centésimas de hierro, azufre y sílice, y una escoria for-
mada de un silicato de hierro. Se le afina colocándole en
un horno de reverbero, cuya base sea de arcilla, se sepa-
ran las escorias que se formen en la superficie del metal
en fusión, dirigiendo después sobre este una corriente
fuerte de aire que queme el azufre del hierro. El co-
bre finamente purificado se solidifica en vasijas ade-
cuadas.
El cobre del mayor uso en la industria entra en la
composición del latón, similor, de las monedas de oro y
plata, y de un gran número de productos de la mayor i m -
portancia.
Plomo. El plomo es de un color blanco azulado, bri-
llante, muy poco dúctil y en extremo maleable; poco
d u r o , dejándose rayar con la uña y sirviendo para marcar
caracteres en el papel. Frotado entre las manos se impreg-
na de un olor particular; su tenacidad es débil, su den-
sidad es 1 1 , se funde á los 260° y no es volátil.
Aun cuando el plomo á la temperatura ordinaria ejerza
tan solo sobre el oxígeno y aire húmedo una acción muy
débil, en temperaturas elevadas es sumamente activa; de
modo que pasa al estado de óxido rojo después de una
calcinación prolongada. El plomo se apodera también del
ácido carbónico de la atmósfera, formando un carbonato
en masas de aire que se renuevan á menudo.
El plomo se halla en la naturaleza combinado con el
azufre, formando un sulfuro de plomo conocido vulgar-
mente con el nombre de galena. El tratamiento de este
mineral es en extremo difícil á causa de los cuerpos e x -
traños que encierra: veamos cuál es la base del proce-r
dimienio.
Se quebranta y lava primero el mineral á fin de que
se desprenda del soroque ó matriz que le envuelve; se le
quema después en un horno de reverbero ó en un lecho
de leños inflamados. Descompuesto con este procedimiento,
una parte del sulfuro se transforma en óxido y sulfato
de plomo, que permanecerán unidos á la parte del sulfuro
— 80 —
no descompuesta. Hecho esto se mezcla este nuevo com-
puesto con el hierro de las escorias ferruginosas, tratán-
dolas en un horno de manga. El carbón descompone el
óxido y el sulfato de plomo, mientras que el hierro efec-
túa lo propio con el sulfuro, resultando de aquí óxido de
carbono, sulfuro de hierro y plomo metálico. El óxido de
carbono se desprende, y el plomo se dirige á una vasija
con las escorias y el sulfuro de hierro. Se le extravasa á
una segunda capacidad á fin de que se desprenda de estos
cuerpos.
El plomo obtenido de este modo se llama plomo de
obra, y encierra siempre pequeña cantidad de azufre, co-
b r e , h i e r r o , antimonio, arsénico y plata; desembarazán-
dosele fácilmente de estas sustancias por medio de la co-
pelación.
Los usos del plomo son innumerables, entrando en la
composición de los caracteres de imprenta, en la forma-
ción del minio, del litargirio, del massicot, d é l a cerusa y
de un gran número de productos que se emplean a b u n -
dantemente en l a s a r l e s .
Bismutos Es blanco, violado, laminoso, quebradizo y
de fácil pulverización; su densidad es 10. E s de todos los
metales el que mas fácilmente se cristaliza por la fusión;
sus cristales son cubos sobrepuestos en forma de escalo-
nes. Se funde á los 2 4 6 ° ; no es volátil. No tiene casi a c -
ción sobre el oxígeno y sobre el airé á la temperatura
ordinaria; pero á una temperatura elevada se oxida rá-
pidamente en estos gases dando lugar á un óxido amarillo.
El bismuto existe en la naturaleza en estado nativo,
en el de óxido y en el de sal; hallándosele también com-
binado con el arsénico, hierro y cobalto. Se le extrae del
arsénico nativo quebrantando el mineral y metiéndole en
crisoles de barro rodeados de leña inflamada. El bismuto
se dirige al fondo, sobrenadando el soraque, con quien se
hallaba mezclado. Se le extrae también del mineral en
el que se halla combinado con el arsénico, hierro y cobal-
t o ; introduciéndole en cilindros de hierro ligeramente in-
clinados, provistos de una abertura en su parte inferior,
calentando el bismuto caerá por dicha abertura, debiendo
recogerle en vasijas de fundición dispuestas al efecto.
- 8 1 -
El bismuto se usa en la construcción de las pilas
termo-eléctricas, en las placas fusibles de las máquinas de
vapor y en muchos fundentes; también se usa en el blan-
co de los cosméticos, que no es otra cosa que un nitra-
to de bismuto.

METALES DE LA SEXTA SECCIÓN.

El mercurio, plata, oro y platino son tan solo los


cuerpos importantes de esta sección.
Mercurio. Él mercurio es líquido á la temperatura or-
dinaria , muy brillante, de un blanco azulado. Se solidifica
á — 3 9 ó — 4 0 ° ; hierve á los 360°. Su densidad es 13,59.
No actúa sobre el oxígeno ni el aire á la temperatura ordi-
naria , no oxidándose sino en temperaturas próximas á la
ebullición, pasada la cual lejos de oxidarse se desprende
del oxígeno, restituyéndose al estado metálico.
El mercurio se encuentra en estado desulfuro, hallán-
dosele igualmente en estado nativo y en el de cloruro
unido con la plata aunque en pequeñas cantidades, y tan
solo en las minas de sulfuro de mercurio. Se extrae prin-
cipalmente del sulfuro conocido vulgarmente con el nom-
bré de cinabrio.
El cinabrio se beneficia introduciéndole mezclado con
cal en retortas de fundición. La cal descompone el sulfuro
bajo la influencia del calor, resultando un sulfuro de cal-
cio y sulfato de cal que permanecen en la r e t o r t a , y m e r -
curio que se volatiliza. En nuestras minas de Almadén se
emplea distinto procedimiento. Se sitúa el mineral en un
horno cuyo suelo se halle perforado con muchas aberturas
á fin de que dé paso á la llama del foco. El horno además
deberá comunicar con estancias exteriores por medio de
conductos de barro. Puesto en combustión el horno, el
ácido sulfuroso producido se desprende, mientras que el
mercurio se volatiliza y condensa ya en los tubos ó en las
estancias. Los usos del mercurio son numerosísimos. Se
emplea en química para recibir los gases ó líquidos solu-
bles en el agua, en los barómetros y termómetros, en infi-
nitos usos médicos y en la explotación de las minas de oro
y plata.
6
- 8 2 -
Plata. La plata es blanca, susceptible de un hermoso
pulimento; es muy tenaz y poco d u r a , siendo una de las
sustancias mas dúctiles y maleables. Su densidad es 10. Se
funde mas allá del calor rojo, y se volatiliza con el foco de
un espejo ustorio. La plata no tiene acción sobre el oxíge-
no y aire á la temperatura ordinaria. Se oxida fundién-
dola en un tubo de porcelana, en el que se pasará una
corriente de oxígeno ó de vapor de agua; pero al enfriarse
abandona su oxígeno. Aun cuando existan óxidos de plata,
jamás se obtienen de otro modo que empleando procedi-
mientos particulares. La plata existe en la naturaleza en
diversos estados, pero principalmente en estado nativo y
en el de sulfuro. Las minas de Méjico, el P e r ú , Saxe, N o -
ruega , Hungría y Transilvania son las mas ricas; se extrae
la plata por medio de procedimientos que varían seguii la
naturaleza del mineral, pero que todos ellos se reducen á
separar la plata de ciertos principios, dejándola en estado
nativo; se la liga después con el plomo ó el mercurio para
aislarla fácilmente de las materias extrañas, separáiidole en
seguida de estos dos cuerpos.
Con este objeto sé quebranta primero el mineral, des-
pués se le lava para separarle del soraque, fundiéndole
con igual peso de plomo. Se obtiene de este modo una li-
ga de plomo y plata, de la que es fácil separar completa-
mente el resto del soraque. Hecho esto se tratará tan solo
de extraer el plomo por medio de la copelación, sirvién-
dose al efecto de un horno de reverbero llamado de co-
pela, en cuyo fondo existe una cavidad circular de dos á
tres varas de diámetro lijeramente cóncavo, cubierto de
una capa calcárea pulverizada que se denomina la copela.
Se sitúa la liga sobre esta sustancia, calentándola hasta el
rojo cereza, y cuando se efectúa la fusión se le dirige una
corriente de aire por medio de un gran fuelle. El óxido de
plomo que se origina baña la copela, se iiiQltra en sus
poros abriéndose paso y corriendo al exterior. La plata, al
contrario, no siendo oxidable no baña la copela, perma-
neciendo por consiguiente en su superficie. Se la retira
después sometiéndola á una operación análoga en una pe-
queña copela, formada completamente de huesos calcina-
dos á fin de desprenderla de todas las partículas de pío-
-83 —
rao. Este es el procedimiento empleado en Kongsberg.
Los usos de la plata son tan numerosos que es casi
inútil enumerarlos; diremos tan solo que entra en la com-
posición de la piedra infernal, que no es otra cosa que
un nitrato de plata fundido.
Oro. El oro es amarillo, muy brillante, y menos duro
y tenaz que la plata. Se funde a los 3 2 ° del piróraetro; no
se volatiliza con las mas fuertes temperaturas de los h o r -
nos, pero se trasforma bajo la influencia de una corriente
eléctrica ó de la llama de un soplete en .un gas oxihidro-
genado. Es inalterable en el aire á todas temperaturas;
su densidad es 19,3. E s el mas dúctil y maleable de t o -
dos los cuerpos, construyéndose alambres y láminas de
Y ^ O S de linea. El oro se halla siempre en estado nativo ó
ligado con algunos metales; á veces se presenta cristali-
zado en láminas en diversos soraques; otras veces en p a -
jas ó en granos en medio de acarreos arenosos; mas r a -
ramente suele presentarse bajo la forma de masas aisla-
das llamadas pepitas, de muchas libras de peso. Las mi-
nas mas ricas de oro que se conocen son las de la América
meridional y la de los montes Aurales.
Se saca oro de los terrenos de acarreo, lavando el des-
pojo aurífero á fin de separarle de las materias terrosas
ó ferruginosas, tratando después el residuo por medio del
mercurio; de este modo se obtiene amalgamas de oro, de
las que es fácil extraerle volatilizando el mercurio; el oro
de los filones se extrae de diversas maneras, pero en e s -
pecial por medio de la amalgamación. El molino de a m a l -
gamar consiste en una piedra muy dura de dos ó tres
varas de diámetro, rodeada de un borde de un pié y m e -
dio de a l t u r a , á la cual se la comunica un movimiento
continuo. Se pulveriza el mineral echándole después en el;
molino provisto de una cantidad conveniente de mercurio;
se dirige después hacia este una corriente de agua á fin
de diluirle separando las partes suficientemente pulveriza-,
das. Se separa de vez en cuando la amalgama de oro que
se halla formada; el oro procedente de las pepitas contiene
una gran cantidad de plata, fácil de separar por medio de
la operación llamada el refinamiento; es necesario en-
sayar en pequeño si la liga contiene tres partes de plata
— 84 —
para una de oro; pues si contiene menos, se añade á fin de
conseguir la operación. Reducida esta nueva liga á un es-
tado pulverulento, se la trata con el ácido sulfúrico h i r -
viendo para que disuelva la plata sin atacar al o r o ; se le
da después la forma de barras, separando la plata de la
disolución, haciéndola que se precipite en láminas de
hierro ó cobre.
Los usos del oro son tan numerosos, que es inútil d e -
signarlos. El oro llamado verde, y el gris, no son otra
cosa que ligas de oro y plata, y de oro y hierro que con-
tienen cerca de 0,70 de oro puro.
Platino. El platino es de un color argentino muy b r i -
llante y en extremo dúctil, tenaz y maleable. Su densidad
es 21,5 si se encuentra forjado, siendo tan solo un poco
mas duro que el oro y la plata si se encuentra puro; pero
adquiere una gran dureza si se le liga con otros metales,
y sobre todo al iridio y osmio: el platino resiste á la acción
mas violenta del fuego de forja, no fundiéndose sino con
el soplete de oxígeno é hidrógeno; no tiene acción sobre el
oxígeno y el aire en temperatura alguna. El platino se en-
cuentra siempre bajo la forma de granitos ligados con el
paladio, el iridio, el osmio, con mucho hierro, arena, y á
veces con oro y mercurio. Se le halla en ocasiones bajóla
forma de arenas auríferas, en el rio Pinto en el P e r ú ; se le
ha descubierto también en el Brasil, en Méjico, en C o -
lombia, en Santo Domingo y en los montes Aurales.
Para extraerle se le separa de la arena lavando el mi-
neral en una gran masa de agua ; después se le pulveriza
y. separa del hierro y del o r o , por medio de la acción de
una barra magnetizada y del mercurio; después de estas
operaciones se le hierve en agua regia (ácido cloronítrico)
que disuelve el platino, el paladio, el rodio, y una pe-
queña parte del iridio, obteniéndose un precipitado negro
de osmiuro de iridio; se evapora después la disolución has-
ta la consistencia de jarabe para separar el exceso de áci-
d o , echando después una disolución del clorhidrato de
amoniaco. Se obtiene desde luego un precipitado de a m a -
rillo formado de clorhidrato de amoniaco y de cloruro de
p l a t i n o , que se someterá á la acción de un calor fuerte
en un crisol; dicha sal se descompone inmediatamente,
— 85 —
se desprenden gases, y el platino permanece en el crisol
bajo el aspecto de una masa porosa, de un color grisáceo
llamado platino en esponja, no siendo necesario sino for-
jar esta masa para obtener el platino que se emplea or-
dinariamente. El platino se usa en la construcción de los
fogones de las armas de fuego, en la fabricación de las
retortas y cápsulas usadas en qufmica, y en "las vasijas
destinadas á la conservación de ácidos; estos útiles, inde-
pendientemente de su infusibilidad, son refractarios á la
mayor parte de las sustancias que obran sobre el hierro,
estaño, cobre, y aun plata.
En el estudio que hemos hecho de los metales p r e s -
cindimos casi de la acción que el oxígeno y el aire ejer-
cen sobre ellos; ocupémonos en esta segunda parte de
estos fenómenos.
SEGUNDA P A R T E . -
DE LOS COMPUESTOS BINARIOS.

Clasificación. La clasiGcacion adoptada para los com-


puestos simples, nos conduce naturalmente á la de los
compuestos binarios; estudiaremos desde luego las combi-
naciones del hidrógeno con todos los cuerpos simples, des-
pués las del oxígeno con los cuerpos que les siguen, y
sucesivamente las del azufre, seíenio, teluro, flúor, & c ,
con todos los cuerpos expuestos después de ellos en 'la
clasificación general. En el estrecho recinto de un curso
elemental no consideraremos sino aquellos cuerpos que
presentan cierta importancia, bien por sí, bien por sus
combinaciones. Serán pues materia de los seis capítulos
siguientes.

CAPITULO PRIMERO.

DE LOS, HIDRUROS Ó SEA DE LOS COMPUESTOS


HIDROGENADOS.

El hidrógeno se une con todos los metaloides, á e x -


cepción del boro: con ningún metal, excepto el potasio y
el cobre, y aun sus combinaciones con estos cuerpos son
bastante problemáticas: subdividiremos el estudio de los
compuestos hidrogenados en cuatro partes, que corres-
ponderán sucesivamente á los metaloides de la segunda,
de la tercera, de la cuarta y de la quinta familia; pres-
cindiendo el mencionar los compuestos del hidrógeno y del
silicio, porque no nos ofrecen importancia alguna.
— 8 7 -

1.° Hidrógeno y metaloides de la segunda familia.

E! hidrógeno se combina por lo menos en una propor-


ción con los cuatro metaloides de la segunda familia. Los
compuestos mas hidrogenados que resultan se hallan for-
mados de un equivalente de hidrógeno y de un equiva-
lente del otro metaloideo; esto es, de dos volúmenes de
hidrógeno y de un volumen de oxígeno, ó de vapor del
otro cuerpo condensado en dos volúmenes; estos cuatro
compuestos desempeñan el papel de ácidos por combinar-
se con las bases y enrojecer igualmente, á excepción del
compuesto oxigenado, el color azul de tornasol; pero son
ácidos débiles, porque jamás neutralizan completamente
las propiedades de las bases los mas enérgicos. Se les d e -
signa con los nombres de ácido oxhídrico, ácido sulfhídrico,
ácido selenhídrico y ácido telurhídrico; el ácido oxhídrico
se designa algunas veces bajo el nombre de protóxido de
hidrógeno, no siendo otra cosa que el agua.
Prescindiremos de los ácidos selenhídrico y telurhídri-
co, que no tienen aplicación alguna , estudiando tan solo
los compuestos hidrogenados de oxígeno y azufre.
Acido oxhídrico ó agua. El agua era uno de los c u a -
tro elementos admitidos por los antiguos filósofos. El año
de 1781 Cabendish encontró la naturaleza de los cuerpos
que la constituyen, y en 1785 Lavoisier determinó su
verdadera composición.
Propiedades físicas. El agua es líquida á la tempera-
tura ordinaria, trasparente, incolora, inodora é insípida.
Es el cuerpo con quien se compara la densidad de todos
los sólidos y líquidos; se reduce ÍS millonésimas de su vo-
lumen primitivo por cada presión atmosférica• es buena
conductora de la electricidad ordinaria, pero mala de la
electricidad de las pilas, á meóos que no se la incorpore
con algunos ácidos ó materias salinas. Enfriando el agua
se contrae mas y mas hasta cerca de los 4 . Si el enfria-
o

miento' continúa mas allá de este limite hasta la tempera-


tura de cero, se solidifica aumentando todavía de volumen,
resultando de aquí que el agua se dilata desde los 4 bien
o

calentándola ó bien enfriándola; ó mas claro, que á esta


— 88-
terhperatura posee el mínimo de volumen ó su máximo
de densidad. El aumento de volumen que experimenta pa-
sando de 4 es casi la 10 milésima parte de su volumen,
o

mientras que el aumento que sufre solidificándose es cerca


de la décimacuarta parte. El agua, igualmente que los de-
más cuerpos, puede cristalizar pasando con lentitud al
estado sólido; se cubre su superficie de agujillas triangu-
lares que se reúnen en forma de hojas de helécho; á veces
presentan una forma de estrellas de sejs rayos inclinados
bajo un ángulo de 60°, forma muy frecuente en la nieve
en el momento de su caida. Calentando el agua suficiente-
mente entra en ebullipion como los demás líquidos, siendo
la temperatura de este fenómeno de 100° de! termómetro
centígrado cuando se encuentra situada en un vaso metá-
lico, y expuesta á una presión atmosférica de 32 pulgadas.
El agua pasa igualmente al estado esferoidal cuando se la
proyecta en pequeñas masas sobre una superficie muy ca-
liente: no se necesita que dicha superficie se encuentre
candescente como se ha creído por mucho tiempo para
que adquiera dicho estado, pues según los experimentos
de Mr. Boutigny se obtiene este efecto echándola en
vasos de platino calentados hasta 71° ó en vasos de
plata hasta 42°. Es necesario tan solo emplear en tem-
peraturas tan bajas, precauciones inútiles en los casos de
ser mas elevadas. La temperatura del esferoide formado es
muy diferente de la de las paredes del vaso, pues no e x -
cede á 98°,5 la evaporación del agua es mucho mas
lenta cuando se halla en estado esferoidal, que en una tem-
peratura próxima á los 1 0 0 ° ; pero crece, al contrario de
la opinión admitida hasta estos tiempos, tanto mas á m e -
dida que la superficie se calienta.
Propiedades químicas. El agua se descompone por la
pila, siendo esta descomposición poco sensible cuando está
p u r a , efectuándose rápidamente si se encuentra ligera-
mente acidulada ó saleada ; su oxígeno se dirige al polo
positivo y su hidrógeno al negativo. El agua no es descom-
ponible por el calor.
Cuatro metaloides. El cloro, el bromo, el iodo y el
carbono descomponen el agua á una temperatura elevada:
los tres primeros se combinan con su hidrógeno; el último
— 8 9 -
al contrario , se une con ei oxígeno y deja al hidrógeno en
libertad. Así que enrojeciendo un tubo de porcelana con
el calor, y haciendo pasar simultáneamente una corriente
de vapores de agua y de cloro, ó de bromo ó de iodo, se
obtiene un desprendimiento de oxígeno mezclado con ácido
clorhídrico, bromhídrico ó iodhídrico. Si se hubiese h e -
cho pasar una corriente de vapor de agua en el tubo con-
teniendo algunos carbones candescentes, se hubiera obte-
nido un desprendimiento de hidrógeno, de óxido de car-
bono y de ácido carbónico; se hubiera podido igualmente
obtener tan solo hidrógeno y óxido de carbono obrando á
una temperatura muy elevada y empleando un exceso de
carbón. Estos dos gases son tan inflamables, que se utiliza
en la industria el calor resultante de su combustión.
Todos los metales, como ya dijimos, excepto la última
sección , descomponen el agua á una temperatura mas ó
menos elevada. -
Disolución del aire en el agua. Todas las aguas situa-
das continuamente en contacto con el aire , contienen en
disolución cierta cantidad de este fluido; dicha cantidad á
la temperatura ordinaria es cerca de ~ de su volumen.
E s fácil cerciorarse de esto llenando un matraz de 3 á 4
cuartillos, adaptando á su cuello un tubo de gases lleno
del mismo líquido, calentándole hasta la ebullición y reci-
biendo en probetas llenas de mercurio el aire desprendido
por el vapor: dicho gas nos representará el volumen e x -
puesto respecto ei del a g u a , cuando esta se restituya á la
temperatura y presión que tenia. El agua además contiene
cierta cantidad de ácido carbónico que varía según los l u -
gares y estaciones. Es interesante que notemos que el agua
se transforma en impotable, pesada é indigesta , cuando se
la priva por ebullición ó de algún otro modo de los gases
que encierra.
El aire disuelto en el agua no tiene la misma compo-
sición que el atmosférico; consta de 33 centésimas de oxí-
geno y 67 de ázoe, ínterin que el oxígeno encerrado en el
aire es 21 centésimas para 79 de ázoe: si se analizan se-
paradamente las diversas porciones de aire recogidas del
agua en diversas épocas del experimento, se encuentra en
las primeras partes de 2 2 á 2 3 para 100 de oxígeno;
— 90 —
mientras que las últimas contienen hasta 3 4 ó 3o para
.100; debiendo deducirse de este hecho que el oxígeno
tiene mas afinidad con el agua que con el ázoe, lo cual se
sabe desde luego, porque el agua disuelve ^ de su volu-
men de oxígeno y | de su volumen de ázoe.
5

Las aguas no son igualmente abundantes en oxígeno,


y frecuentemente suelen contener mayor cantidad; este
gas no constituye á veces sino las 15 ó 16 centésimas del
aire disuelto y en otras hasta 60 por 100. Diferencias tan
notables deben atribuirse á ciertos vegetales y animalillos
coutenidos en el agua; dichos cuerpos absorben á la som-
bra el oxígeno disuelto en este líquido, y le convierten en
ácido carbónico; y por el contrario bajo la influencia de
los rayos solares descomponen el ácido carbónico, se
apoderan de su carbono y desprenden su oxígeno. Estos
mismos fenómenos se producen igualmente en las super-
ficies de las aguas del mar. El oxígeno disuelto se acre-
cienta durante una serie de días buenos, especialmente en
las horas en que la luz solar es mas viva. El ácido carbó-
nico varía en razón diversa; se encuentra en su máximum
al salir el sol, y en su mínimum hacia las dos ó las tres.
Mr. M o r r e n , á quien se deben tan interesantes trabajos,
ha encontrado que el aire disuelto contiene en estío 13
por 100 de ácido carbónico y 3 3 por 100 de oxígeno á
las 6 de la mañana; 7 por 100 de ácido carbónico y 37
por 100 de oxígeno al medio dia; y que á la tarde la can-
tidad de oxígeno vuelve á ser 33 por 100. La cantidad de
ázoe contenida en los mares y en las aguas dulces parece
que es constante en diversas horas y determinadas esta-
ciones. Una consecuencia inmediata de los resultados p r e -
cedentes , es que debe haber un cambio continuo del ácido
carbónico y del oxígeno contenido en el aire atmosférico,
y la masa de agua que cubre la tierra; el aire cede ó
sustrae continuamente oxígeno al agua, según que dicho
líquido lo pierda ó adquiera por una, causa cualquiera, es
decir, según que el gas disuelto contenga mas ó menos
de 3 3 para 100 de oxígeno.
Sustancias disueltas en el agua común. El agua que
se encuentra en el interior de la tierra ó en su superfi-
cie jamás es químicamente p u r a , contiene siempre sus-
— 91 —
tancias extrañas en tal proporción á veces que pueden
obrar sobre la economía animal; por fortuna frecuente-
mente estas proporciones son tan débiles, que no le pres-
tan sabor ni color alguno. Las aguas en el primer caso
se les llama minerales, y en el segundo dulces. Las aguas
de los mares, ó de manantiales que contengan una gran
cantidad de sal marina, se les llama aguas saladas; res-
pecto á las aguas minerales, diremos tan solo que las
principales contienen carbonato de sosa, sulfato de m a g -
nesia , ácido sulfhídrico, y sales ferruginosas.
Las aguas dulces contienen casi siempre carbonato»
de c a l , sulfatos de c a l , cloruros de sodio y algunos otros
carbonatos, sulfatos y cloruros, cuya proporción es extre-
madamente pequeña y su presencia se determina con los
reactivos convenientes.
El carbonato de cal disuelto en el agua es siempre un
bicarbonato, porque el carbonato neutro es siempre inso-
luble. Se reconoce su presencia echando agua de cal en el
agua sometida á la prueba; porque el agua de cal neutra-
liza el exceso de ácido carbónico del carbonato, formando
un precipitado neutro de c a l q u e enturbia la masa líquida.
Esta sal no ejerce ninguna acción nociva en la econo-
mía animal.
La presencia del sulfato de cal se determina por medio
de dos reactivos, el nitrato de barita y eíoxalato de a m o -
niaco. El primero da un precipitado de sulfato de barita,
y el segundo otro de oxalato de cal que enturbian el líqui-
do. Las aguas que contengan mucho sulfato de cal como
sucede con las de pozo, son difíciles de digerir y en extre-
mo dañosas; cuecen mal las legumbres, por formar con
algunos de sus elementos, compuestos insoluoles que se
endurecen, cortan el jabón, formando grumos que neutra-
lizan su efecto.
El cloruro de sodio se determina por medio del nitrato
de plata. Toda agua que posea este principio da por la
adición del nitrato de plata un precipitado blanco, inso-
luble en el ácido nítrico y soluble en el amoniaco. Esta sal
no comunica al agua común propiedades nocivas.
Toda agua para ser potable necesita ser movible, Tun
p i a , inodora, insípida; que cuezca las legumbres , que di-
-92 —
suelva el jabón, que se enturbie ligeramente con la adi-
ción del nitrato de barita, de plata , oxalato de amoniaco,
dejando al evaporarse un pequeñísimo residuo.
Preparación del agua pura. El agua que cae de la
atmósfera es sensiblemente p u r a , no contiene sino algu-
nas sustancias, que suspendidas en el aire son arrastradas
en su caida ; por lo tanto prescindiendo del ácido carbó-
nico y del a i r e , se la podrá considerar como pura , reco-
giéndola después de una lluvia de larga duración que haya
purgado las capas atmosféricas.
El agua p u r a , de que se hace uso en las preparacio-
nes químicas, se obtiene por los procedimientos de la des-
tilación. Se ejecuta esta operación calentando el agua en
un vaso cerrado, y recibiendo los vapores en un recipiente
en que se condensen. Las materias extrañas permanece-
rán en el vaso , evaporándose tan solo el agua. General-
mente se. hace uso del alambique para obtener agua pura
ó agua destilada. Este aparato consta de tres p a r t e s , á
saber: cucúrbita, capitel y serpentín. La cucúrbita recibe
el agua que se quiere destilar, situándola al efecto en
un horno que caliente su base y paredes laterales; los
vapores producidos se encaminan al capitel y de aquí al
serpentín, en donde se condensan. El serpentín deberá
hallarse fijo en un vaso lleno de agua, á fin de que sus
paredes se mantengan á la temperatura ordinaria; debien-
do renovarla cuando el calor desprendido por la liquefac-
ción la haya calentado.
Composición del agua. El agua pura se halla formada
en peso de 8 partes de oxígeno y 1 de hidrógeno; y en
volumen de 2 volúmenes de hidrógeno y 1 de oxígeno
condensado en 2 volúmenes. .
Análisis. Se puede analizar el agua descomponiéndola
con la pila. Al efecto se usa de un vaso cuyo fondo se
halla atravesado por dos hilos de platino que sobresalen
en el interior de la vasija, y que se encuentran separados
uno de otro unas dos pulgadas. Se le llena de agua aci-
dulada cubriendo cada extremo del hilo con una campa-
nita llena del agua, se comunica el otro extremo con los
polos de una pila, y la descomposición se efectúa bien
pronto; el oxígeno se encamina al polo positivo y el h i -
- 93 —
drógéno al negativo. Se halla después del experimento
que el volumen del hidrógeno es doble del oxígeno.
También puede analizarse el agua descomponiéndola
con el hierro á una temperatura elevada. Entonces se
emplea un tubo de porcelana, en cuyo interior se sitúan
unos paquetillos de alambres bien pulimentados, situán-
dole después en un horno cuadrangular de reverbero. Se
hace comunicar una de las extremidades del tubo con una
retorta que contenga agua, y la olra con la parte supe-
rior del tubo de un serpentín, cuya parte inferior se in-
troduce en un frasco de dos tubuladuras. Este frasco co-
municará á su vez, por medio de un tubo,.gases con una
probeta graduada llena de agua que se halle en la cuba.
Cuando el tubo se encuentra enrojecido se calienta el agua
de la retorta hasta la ebullición. Una parte del «vapor que
atraviesa el tubo se descompone en oxígeno que se fija
en el hierro, y en hidrógeno que llena la probeta: la otra
parte que se sustrae á la descomposición se condensa en
el serpentín y queda en el frasco. Se determinará el peso
del oxígeno absorbido por el aumento de peso del tubo;
respecto al del hidrógeno se deducirá de su volumen.
Así es que si se sitúan 14 onzas de agua en la retorta
y se encuentran 5 en el frasco, serán 14 — 5 ó 9 onzas
de agua descompuestas en el experimento, encontrándose
entonces 8 onzas de oxigeno y 1 de hidrógeno.
En los dos análisis dichos queda siempre cierta canti-
dad de agua sin descomponer. ¿ Y esta agua no podría
contener otros principios además del oxígeno é hidrógeno,
ó estos gases en distintas proporciones? Por lo tanto es-
tos métodos de análisis nada tienen de concluyenles.
Síntesis. Desde mucho tiempo se sabe que el hidró-
geno quemado en presencia del oxígeno produce agua,
porque no combinándose ni con el ázoe ni con el ácido
carbónico debe necesariamente efectuarlo con el oxígeno.
Se puede emplear el eudiómetro pura determinar en qué
proporción el oxígeno se combina con el hidrógeno; pero el
agua producida es tan poco considerable que apenas pue-
de hacérsela constar: generalmente se hace uso del apa-
rato de Lavoisier cuando se trata de manifestar que el
peso del agua es igual a la suma de peso de.sus; elemein
— M —
tos. Este aparato se compone de un gran balón, cuyo cuello
comunica con tres tubos A, B, C, pro-
vistos de llaves (fig. 16). El tubo A
sirve para hacer el vacío, el tubo B
para introducir el oxígeno, y el C
para el hidrógeno; esle penetra hasta
cerca del centro del balón, terminan-
do en una abertura pequeña que da
paso al gas; cerca de esta abertura
hay una esferita metálica que comu-
nica por fuera con un hilo de cobre
aislado, por medio del cual se pueden
obligar á que pasen chispas eléctricas
de la esférula al tubo. Se empieza
haciendo el vacío en el balón; después se llena de oxígeno
y se producen chispas eléctricas por medio de una fuerte
máquina; se hace después que penetre el hidrógeno, el
cual arde á medida que penetra por la a b e r t u i a ; cuando
se haya determinado la combustión no se necesita nuevas
chispas,, porque ella continúa por sí misma. Luego que
el oxígeno ha desaparecido, se llena de nuevo el balón co-
municándole otras descargas eléctricas. Lavoisier ha o b -
tenido así muchas gramas de agua. Fourcroy y Vauquelin
obtuvieron hasta 500 gramas, y en todos estos casos la
composición del agua se establece de una manera com-
pleta.
M. Dumas emplea el medio siguiente: hace pasar una
corriente de hidrógeno perfectamente puro y disecado so-
bre el bióxido de cobre calentado hasta enrojecerle, reco-
giendo escrupulosamente toda el agua formada en la reac-
ción del bióxido; en cuyo caso sabiendo el peso del agua
producida , igualmente que el del oxígeno perdido por el
bióxido, se deduce por la diferencia el peso del bióxido
empleado, y por consiguiente la composición del agua. E n
este experimento el bióxido se halla en un balón que se
calienta con una lámpara de doble corriente de aire; el
hidrógeno llega al aparato por un tubo lateral, y el vapor
de agua producido se escapa por un tubo opuesto; parte
de este vapor se condensa en un balón de una tempera-
tura muy baja, y parle marcha por unos tubos en forma
— 95 _
de U , llenos? de piedra pómez empapada en áeido sulfúrico
y ácido fosfórico anhidro. Los usos del agua son tan n u -
merosos y tan conocidos que es inútil mencionarlos.
Acido sulfhídrico. El ácido sulfhídrico, descubierto por
Scheele, se le denomina gas hediondo, hidrógeno sulfurado,
ácido hidrosulfúrico.
Propiedades físicas. Este ácido es gaseoso, incoloro,
de un color y sabor insoportables, análogo al de los huevos
podridos. Su densidad es 1,912. El agua disuelve 3 ve-
ces su volumen, enrojece débilmente la tintura de torna-
sol y apaga los cuerpos en combustión. E s uno de los
gases mas deletéreos, bastando que en una atmósfera haya
1 1
-TTT— para asfixiar inmediatamente un gorrión, y ——
1500 F 8
800
J

para asfixiar á un perro. Se liquida comprimiéndole y en-


friándole
Propiedades químicas. El ácido sulfhídrico puede des-
componerse por el calor, lo que se consigue haciendo
pasar una corriente por un tubo de porcelana calentado
al grado rojo; el gas obtenido á la salida del tubo es una
mezcla de ácido sulfhídrico y de hidrógeno, además de
cierta cantidad de azufre puro; las descargas eléctricas,
reiteradas producen el mismo efecto. El ácido sulfhídrico
no tiene acción alguna sobre el oxígeno ni el aire á la
temperatura ordinaria, pero sí á una elevada. Aproximan-
do la llama de una bujía á la abertura de una probeta llena
de ácido sulfhídrico, este gas arde con llama azul, pro-
duciendo agua, ácido sulfuroso y azufre. El mismo resul-
tado se obtiene situando en un vaso lleno de este ácido
una cantidad suficiente de oxígeno de aire, y haciendo pa-
sar una chispa eléctrica ó bien introduciendo la llama d e ,
una bujía. El cloro, el bromo y el iodo descomponen el
ácido sulfhídrico á la temperatura ordinaria, cuando se
llena una probeta de este gas haciendo pasar cloro á bur-
bujas; el azufre se depositará inmediatamente sobre sus
paredes, y el ácido clorhídrico formado se disolverá len-
tamente en el agua de la cuba. Se utiliza dicha pro-
piedad del cloro para purificar el aire de las salas in-
fectadas por el ácido sulfhídrico, empleándose este medio
— 96 —
ó bien la disolución del cloruro de c a l , y se transforma
en carbonato de cal absorbiendo el ácido carbónico del aire;
el iodo obra con menos rapidez que el cloro, á menos
que el agua no intervenga para favorecer su acción; así
que situando el iodo en polvo en una disolución acuosa de
ácido sulfhídrico, y haciendo pasar una corriente de ácido
sulfhídrico en el agua que contenga el iodo en suspensión,
se obtiene inmediatamente ácido iodhídrico y una cantidad
de azufre. El bromo obra de la misma manera. El c a r -
bono descompone igualmente el ácido sulfhídrico, pero tan
solo en temperaturas elevadas, resultando de su acción h i -
drógeno y sulfuro de carbono; los otros metaloides no
ejercen acción alguna sobre este gas. Los metales de las cin-
co primeras secciones y los dos primeros de la sexta des-
componen este ácido, ya á la temperatura ordinaria, ya
en temperaturas elevadas; resultando siempre desprendi-
miento de hidrógeno y un sulfuro metálico. Cuando se
trate e l potasio y el sodio, los sulfuros se combinan con
una parte del ácido sulfhídrico no descompuesta, para dar
lugar á sulfhidratos de sulfuro.
Composición. Se determina fácilmente la composición
de este ácido descomponiéndole por medio de estaño á una
temperatura elevada ; al efecto se hace uso de una cam-
pana encorvada (íig. 11) que contenga el ácido sulfhídrico
y que repose en una cuba de mercurio ; se hace pasar un
pedazo de estaño á lá parte encorvada calentándole con una
lámpara de alcohol hasta fundir el m e t a l ; al poco tiempo
la descomposición es completa, quedando un volumen de
hidrógeno igual al volumen del ácido empleado. Llamando
P , P ' , P " los pesos del ácido sulfhídrico, se tendrá evi-
P» P
dentemente P = P - i - P * ; de donde "p7
f =
p ~" * P
: o r

P D P a

lo tanto — = — = 17; de donde -p = 17 — 1 •= 1 6 :

se ve por lo tanto que el peso del azufre contenido en el


ácido sulfhídrico requiere 16 veces el peso del hidrógeno;
y por consiguiente que este gas se halla formado de un eq.
de hidrógeno y de un eq. de azufre; esto es HS. el ácido
— 97 —
sulfhídrico se encuentra formado de 2 volúmenes de h i -
drógeno y de un volumen de vapor de azufre, condensado
en dos volúmenes á causa de su analogía con el agua y de
las relaciones que existen entre el hidrógeno y el azufre.
Se puede por lo tanto calcular, partiendo de esta propo-
sición , la densidad del vapor de azufre en las mismas c i r -
cunstancias que los otros gases: en efecto, la fórmula da
p ^ p r - n - P \ V D ^ V ' D ' - H V ' D " ; por lo tanto si se
hace V = V ' = 2 V " D = 1 , 1 9 1 2 , D = 0 , 0 6 9 2 6 , de d o n -
de D " = 2 , 2 4 3 9 . Tal es la densidad buscada.
Preparación. El ácido sulfhídrico se forma constante-
mente durante las digestiones mal hechas, en los huevos
podridos, en las letrinas, y generalmente en todos los c a -
sos en que el azufre se encuentre en presencia del hidró-
geno en estado de gas naciente; se le halla también en
muchas aguas sulfurosas: se le prepara pulverizando sul-
furo de antimonio en un matraz con 5 ó 6 veces su peso
de ácido clorhídrico, se adapta un tubo y se le calienta un
poco, se forma en este caso un cloruro de antimonio que
permanece en el matraz , y ácido sulfhídrico que se r e c o -
ge. E n mercurio si se quiere obtener en gas p u r o , ó en el
agua si se trata de obtener una disolución que posea todas
las propiedades del ácido gaseoso, y que al efecto podría
emplearse el aparato de Woolf como en la disolución del
cloro; este gas solo tiene usos en química y en medi-
cina.
Bióxido de hidrógeno. El hidrógeno forma aun dos
compuestos con el oxígeno y el azufre, estos son: el b i -
óxido y el bisulfuro de hidrógeno; solo hablaremos del
p r i m e r o , que no se encuentra aun bien estudiado.
El bióxido de hidrógeno descubierto por M r . Thénard
en 1 8 1 8 , es líquido, inodoro é incoloro; su sabor es
desagradable; decolora el papel de tornasol y el de c ú r c u -
ma ; ataca á la epidermis y la blanquea. Su densidad es
1 , 4 5 ; no se congela sino á — 3 0 ° ; se volatiliza sin descom-
posición bajo el recipiente de la máquina neumática. E s t e
cuerpo es poco estable , empezando á descomponerse á la
temperatura de 2 0 ° ; su descomposición tiene lugar condu-
ciéndole bruscamente á los 1 0 0 ° de temperatura. Muchos
cuerpos no tienen acción sobre é l , algunos le dan estabili-
7
— 98 —
d a d , otros le descomponen apoderándose de su oxígeno;
otros efectúan esto mismo dejando en libertad el oxígeno;
y otros en fin le resuelven descomponiéndose también
ellos. La descomposición va frecuentemente acompañada
de una fuerte detonación y de un calor considerable. Se
obtiene este cuerpo introduciendo el bióxido de bario en el
ácido clorhídrico extendido, y se forma inmediatamente
cloruro de bario y bióxido de hidrógeno que permanecen
en disolución ; se echa entonces en dicho líquido ácido'sul-
fúrico, que reproduce el ácido clorhídrico dando un preci-
pitado de sulfato de barita; después se introduce de nuevo
bióxido de bario que obra como el primero sobre el ácido
clorhídrico; se añade de nuevo ácido sulfúrico, obrando
del mismo modo hasta que el líquido se encuentre sufi-
cientemente saturado de bióxido de hidrógeno. Se echa en
fin sulfato de plata para precipitar la barita en estado de
sulfato, y el cloro en el de c l o r u r o ; sé filtra y se con-
centra el líquido por medio de la maquina neumática.
Se debe tener cuidado- de rodear de nieve el vaso en que
se haga esta operación.
El bióxido de hidrógeno ó sea el agua oxigenada, cuer-
po muy notable en química , se usa para restablecer el
color claro á los cuadros ó pinturas envejecidas con el
tiempo (1).

2.° Hidrógeno y metaloides de la tercera familia.

E l hidrógeno no se combina sino en una proporción


con los metaloides de la tercera familia; los compuestos
que resultan son ácidos tan fuertes, que contienen igual
volumen de cada uno de los elementos, sin que haya con-
densación. Se les da el sobrenombre de hidrácidos. Habla-

(1) Sabido es que el ácido hidrosulfúrico que & veces se encuentra en


el aire, especialmente en el de atmósferas reducidas como son las de tos? templos ó
teatros , obrando sobre los preparados de plomo que constituyen la mayor
parte d é l o s colores empleados en las-pinturas , forma sulfures de color ne-
gro ; el agua oxigenada en este caso les presta su exceso de oxígeno, formán-
dose en eombinacion con el azufre ácido sulfúrico que se diluye en el agua,
pues el bióxido perdiendo su oxigeno pasa á ser prolóxido, y el colorido del
lienzo .se restablece
— 99 —
remos del ácido clorhídrico como mucho mas importante
que el selenhídrico y telurhídrico.
Acido clorhídrico. Este ácido fué descubierto por
G l a u b e r t , llamándole espíritu de sal, ácido marino, áci-
do muriáiieo, y ácido hidroclórico.
Propiedades físicas. Es gaseoso, incoloro, de un olor
fuerte y picante, y de un sabor muy ácido. Enrojece la
tintura de tornasol, apaga la combustión de los cuerpos
produciendo vapores blancos en contacto del aire húmedo,
y su densidad es 1,247. No se le ha podido liquidar á — 5 0 ° ;
pero se consigue este resultado como en los otros gases
compuestos, comprimiéndole suficientemente. El calor
mas intenso no es capaz de descomponerle.
Propiedades químicas. El ácido clorhídrico se resuelve
en sus factores hidrógeno y cloro, con una serie de chis-
pas eléctricas; la descomposición á veces no es sino p a r -
cial , porque la chispa determina la combinación de una
mezcla de cloro é hidrógeno. La mayor parte de los meta-
les de las cuatro primeras secciones descomponen este
ácido con ayuda del calor, resultando hidrógeno libre y
un cloruro metálico. El agua disuelve á la temperatura
ordinaria 4 8 0 veces su volumen ó casi las f de su peso.
A causa de la gran afinidad que existe entre este ácido y .
el agua , humea exponiéndole al a i r e , pues se apodera del
vapor acuoso que la atmósfera contiene, debiéndose igual-
mente á esta afinidad el fenómeno de lanzarse el agua en
uua probeta llena dé ácido clorhídrico con la misma vio-
lencia que si se hallase privada de aire.
El hielo tiene igualmente una gran afinidad con el
ácido clorhídrico , le absorbe rápidamente y se funde por
efecto del calórico desprendido en la combinación.
Composición. Para analizar este gas se hace uso de un
balón pequeño, cuyo cuello se encuentre dispuesto de m a -
nera-que pueda penetrar un frasco: se llena el balón de
hidrógeno y el frasco de cloro; después se ajusta el balón
sobre el frasco y se somete el aparato á una luz difusa; al
cabo de dos ó tres dias se le expondrá á la luz solar á fin
de que se complete la combinación : entonces se halla que
los dos vasos se encuentran llenos de ácido clorhídrico, y
que la presión del gas es igual á la presión del cloro y del
— 100 -
hidrógeno empleado; de donde se deduce que dos volú-
menes de ácido clorhídrico se encuentran formados de un
volumen de cloro y de un volumen de hidrógeno: resulta-
do que se encuentra confirmado desde luego, porque la
densidad del ácido clorhídrico es igual á la semisuma del
cloro y del hidrógeno. La composición en peso del ácido
clorhídrico puede deducirse de la síntesis precedente. Si se
llama en efecto V y P" los pesos del hidrógeno y del cloro,
y se nota que estos dos gases se combinan en igual volumen,
P" D"
se tendrá " ^ 7 ~ " j y " ' ' P
= e
del cloro requiere treinta y
e s o

cinco veces el peso del hidrógeno, y por consiguiente e n -


cierra un equivalente de cloro contra un eq. de hidrógeno;
su fórmula es HCh.
Preparación. El ácido clorhídrico se halla á las i n m e -
diaciones de los volcanes en actividad, y se prepara t r a -
tando el cloruro de sodio (sal marina) por el ácido sulfúri-
co dilatado en a g u a ; se introduce la sal y el ácido en un
m a t r a z , cuyo cuello se encuentre provisto de un tubo de
conducción y se le calienta ligeramente; se forma en este
caso sulfato de sosa, que permanecerá en el m a t r a z , y
ácido clorhídrico que se recibhá en probetas llenas de
mercurio. El agua se descompone en esta operación; su
hidrógeno se une al cloro del cloruro para formar ácido
clorhídrico, y el oxigeno al sodio para formar sosa que se
combina con el ácido sulfúrico. Si se emplea un equivalen-
te de cloruro de sodio NaCh, será menester un'eq. de
agua HO y un eq. de ácido sulfúrico S O ' ; se obtiene en-
tonces un eq. de ácido clorhídrico HCh y un eq. de sulfato
de sosa NaO.SO . 5

Solución acuosa del ácido clorhídrico. Se obtiene por me-


dio del aparato de Woolf (fig. 8 ) , no debiendo situarse en
los frascos sino los f de su capacidad de.agua, porque este
líquido aumenta mucho de volumen absorbiendo el ácido
clorhídrico; debiendo rodearles de lienzos mojados, que se
renuevan muchas veces, á fin de contrareslar la elevación
de temperatura que resulta de la combinación. Esta diso-
lución se la llama ácido clorhídrico líquido. Este ácido d i -
sueito tiene un color blanco, un olor fuerte, es muy á c i -
— l O l -
ilo, enrojece la tintura de tornasol y humea al aire cuando
se le concentra; su densidad es 1,21. Exponiéndole al ca-
lor hierve abandonando parte de su á c i d o , y después se
destila á sí mismo sin alterarse.
Usos. Este ácido es uno de los reactivos mas usados en
química, y del que se hace uso en las artes para preparar
el cloro, el protocloruro de estaño y el ácido cloronítrico
(agua regia).
Ácidos bromhídrico y iodhídrico. Estos ácidos son g a -
seosos, incoloros y análogos al clorhídrico en su olor, sa-
bor, composición, solubilidad en el a g u a , y por los vapo-
res blancos que desprenden en contacto del aire húmedo;
la densidad del ácido bromhídrico es 2 , 7 3 1 ; la del iodhí-
drico 4 , 4 2 9 ; los dos enrojecen fuertemente el papel de
tornasol y apagan la combustión.
El calor rojo no descompone el ácido bromhídrico,
mientras que descompone el ácido iodhídrico; la descom-
posición de este último gas es igualmente completa cuando
se le mezcla con el oxígeno, resultando agua y iodo libre.
Estos dos ácidos no se descomponen por ningún metaloide,
á excepción del cloro que se apodera de su hidrógeno; pero
sí por la mayor parte de los metales: el ácido iodhídrico es
atacable por el mercurio á la temperatura ordinaria;
debe recogérsele á la manera del c l o r o , seco, en frascos
llenos de aire.
El análisis de estos ácidos, efectuado con la potasa,
manifiesta que tienen la mitad de bromo ó iodo en vapor,
y la otra mitad de hidrógeno , porque la densidad de sus
compuestos es igual á la semisuma de las densidades del
hidrógeno y de los vapores del bromo y iodo.
Se obtienen estos gases con la acción que ejerce á una
temperatura moderada el fósforo, el bromo y iodo; el agua
se descompone; su oxígeno se une al fósforo conteniendo
ácido fosfórico ó fosforoso, mientras que su hidrógeno se
une al bromo ó al iodo: para construir dichos ácidos se
introducen las sustancias en un tubito de cristal que tenga
una de sus extremidades cerrada, y la otra en relación
con un tubo de conducción de gases; se tendrá cuidado de
separar el fósforo, el bromo y el iodo con capas de arena,
porque la acción muy viva de estos cuerpos podria dar l u -
-102 —
gar á graves accidentes. Los ácidos fosfórico y fosforoso
quedan en el t u b o , y los ácidos bromhídrico y iodhídrico,
que se desprenden en forma de g a s , pueden obtenerse en
disolución en el agua.
Acido fluorhídrico. Este ácido, descubierto por Sebéele,
ha sido obtenido en estado de pureza por M. Gay-Lussac
y Thénard.
Propiedades físicas. Es líquido, incoloro, muy ácido,
de un olor picante y de un sabor insoportable. E s tan cor-
rosivo , que una gota puesta sobre la piel va acompañada
de inflamación , supuración y gran fiebre; su densidad es
mas grande que la del agua. Se congela á — 4 0 ° ; hierve
á los 3 0 ° , evaporándose también á temperaturas inferiores
y produciendo vapores blancos muy espesos.
Propiedades químicas. El ácido fluorhídrico no se des-
compone por el calórico ni por los metaloides ; pero sí
con un gran número de metales que dejan en libertad el
hidrógeno: se combina con el flúor; esta descomposición
va acompañada de una luz viva , de una fuerte explosión
y de uri desprendimiento rápido de hidrógeno : este ácido
se combina también con el agua desprendiendo un calor
considerable; así que echando una gota en una masa pe-
queña de a g u a , se evapora con la misma fuerza que si
se introdujera un hierro candente.
Goza este ácido de una propiedad notable, q u e es la
de atacar el sílice y el ácido bórico, originando los ácidos
fluosilícico y íluobórico que después estudiaremos; esta es
la razón porqué no puede conservársele en vasos de cris-
tal que contienen sílice, y sí en los de plomo ó mejor
de platino.
Composición. No se ha podido determinar completa-
mente la del ácido fluorhídrico; sabiéndose tan solo que
este ácido contiene hidrógeno, suponiéndose por su analo-
gía con el cloro, el iodo y el b r o m o , que contendrá medio
volumen de hidrógeno , y medio de vapor de flúor.
Preparación. Se obtiene tratando el fluoruro de calcio
con el ácido sulfúrico á un calor moderado; se emplea al
efecto una retorta de plomo compuesta de dos porciones
que ajusten exactamente, y cuyo cuello se introduce en
un recipiente de la misma sustancia, provisto de u u a a b e r -
— 103 —
tura que dé paso al aire dilatado y al exceso del vapor:
luego que se ha introducido el fluoruro machacado y el
ácido sulfúrico en la parte interior de la r e t o r t a , se ajusta
la parte superior y después el recipiente que se tendrá
cuidado de rodearle de hielo, calentando lijeramente la r e -
torta; el sulfato de cal producido permanece en esta, y el
ácido fluorhídrico pasa al recipiente donde se condensa.
Usos. Se emplea este ácido para grabar en el cristal;
al efecto se cubre el cristal con una lijera capa de cera, se
raya con un punzón lo que se trate de grabar, cubriendo
el diseño con ácido fluorhídrico dilatado en agua, ó bien
exponiéndole á los vapores de este, ácido. Entonces des-
truye el sílice del cristal, consiguiéndose de este modo
el objeto.

3.° Hidrógeno y metaloides de Ja cuarta familia.

El hidrógeno forma con el ázoe una sola combinación,


que es el nitruro de hidrógeno. Este compuesto es ga-
seoso, desempeña el papel.de una base enérgica, y se en-
cuentra formado de 3 volúmenes de hidrógeno y de 1 vo-
lumen de ázoe condensado en 2 ; se le designa comunmen-
te con el nombre de amoniaco; el hidrógeno se une ade-
más con otros metaloides de la cuarta familia, en muchas
proporciones: los compuestos mas importantes que resul-
tan son análogos al amoniaco en su estado gaseoso, en
sus propiedades básicas y en su composición.
Nitruro de hidrógeno ó amoniaco. Se le designa tam-.
bien con el nombre de álcali volátil y espíritu de sal
amoniaco; Scheele fué el primero que encontró el ázoe en
su composición, Priestley halló el hidrógeno, y Bertollet
las proporciones de estos dos elementos.
Propiedades físicas. El gas amoniaco es incoloro, de
un sabor acre y cáustico, y un olor fuerte y característi-
co, arrancando lágrimas al respirarle, mezclado con m u -
cho aire. Su densidad es 0 , 5 9 1 ; apaga la combustión, e n -
verdece e! jarabe de violetas, y restituye el azul del torna-
sol enrojecido por los ácidos. El agua disuelve 4 3 0 veces
su volumen ó la tercera parte de su peso á la temperatura
ordinaria; se precipita en una probeta llena de gas amo-
— 104 —
iliaco con la misma fuerza que en el vacío; el amoniaco
no humea en contacto del aire húmedo, pues aunque sea
muy soluble en el a g u a , tiene poca afinidad con ella. El
amoniaco se liquida por la presión y enfilándole á — 3 0
ó 40".
Propiedades químicas. El gas amoniaco no se altera
con el calor rojo, cuando atraviesa un tubo de porcelana
calentado en un horno de reverbero; pero si el tubo se ca-
lienta al grado blanco, se resuelve en sus elementos. Una
corriente de chispas eléctricas produce el mismo efecto; se
hace este experimento introduciendo cierta cantidad de es-
te gas en un eudiórnetro abierto que descanse sobre una.
cuba de mercurio, y se aproxima un conductor de una má-
quina eléctrica durante algún tiempo; si la descomposición
del gas es completa, su volumen se duplica , el cual no
será sino una mezcla de hidrógeno y de ázoe, desprovista
enteramente de las propiedades características del a m o -
niaco.
Muchos metaloides obran sobre el amoniaco, á saber:
'el oxígeno, el azufre, el carbono, el cloro, el iodo y el
bromo. El oxígeno no obra sobre el amoniaco sino á t e m -
peraturas muy elevadas y bajo la influencia de una chispa
eléctrica, formándose a g u a , algo de ácido nítrico y m u -
cho ázoe en libertad. Aunque se aproxime una bujía no se
inflama, por no hallar en la capa de aire que le rodea el
oxígeno suficiente.
El azufre tampoco obra sino en temperaturas muy
elevadas, resultando ázoe y sulfhidrato de amoniaco; si se
hacen pasar por las dos extremidades de un tubo de por-
celana calentado una corriente de gas amoniaco y otra
de vapor de azufre , se ve bien pronto que el sulfhidrato
se condensa en una largadera puesta al efecto en forma de
cristales, mientras que el ázoe se desprende. Los cristales
son parte blancos y parte amarillos, lo cual nos anuncia
la presencia de un sulfhidrato simple y de un sulfhidrato"'
sulfurado de amoniaco. El carbono tampoco actúa sino ea
temperaturas elevadas; descompone una parte del amo-
niaco, desaloja una porción de su hidrógeno, sustituyén-
dose á elja para producir el ácido cianhídrico ( H A z C ) que
forma con el amoniaco no descompuesto un cianhidrato de
—105 —
amoniaco. Se hace el experimento de introducir una cor-
riente de amoniaco en un tubo de porcelana sobre carbo-
nes encendidos, recibiendo los productos en un tubo en
forma de U , rodeado de una mezcla refrigerante; el hi-
drógeno puro se desprende y el cianhidrato se condensa en
el tubo; por lo tanto se nota que el cianhidrato de amo-
niaco se forma en todos los casos en que se calcinan las
materias animales, porque entonces se pone en presencia
del carbono el amoniaco á una temperatura elevada.
El cloro obra sobre el amoniaco á la temperatura or-
dinaria. Si se le hace llegar ¡>oco á poco á una probeta
llena de amoniaco, cada burbuja dará lugar á una luz viva
y el mercurio se irá elevando en la probeta. El hidroclo-
rato de amoniaco formado se deposita en las paredes de la
probeta, dirigiéndose el ázoe libre á la parte superior. La*
misma reacción se produce introduciendo el cloro en una
campana que contenga una disolución acuosa de amonia-
co. Acontece también lo mismo poniendo estos dos ga-
ses én estado de disolución, cuyo experimento se efectúa
llenando hasta sus tres cuartas partes un tubo largo que
contenga una disolución de cloro, concluyendo de llenarla
con una disolución de amoniaco é invertiendo después el
tubo. La reacción tiene lugar, pero no va acompañada de
ningún desprendimiento de luz.
El iodo actúa igualmente que el cloro sobre el amo-
niaco á la temperatura ordinaria: le absorbe lentamente
cuando se dirige una corriente hacia su masa, originándo-
se un líquido amarillo negruzco llamado ioduro de amo-
niaco. Este ioduro se descompone con solo derramarle en
el agua. Una parte del hidrógeno del amoniaco forma con
el iodo ácido iodindrico, que se combina con el amoniaco
no descompuesto, resultando un iodhidralo de amoniaco
que se disuelve en el agua; y la otra parte del hidrógeno
se combina con el ázoe y parte del iodo, y el compuesto
AzM* que resulta se precipita bajo la forma de un polvo
negro. Se obtiene este compuesto en estado de pureza la-
vándole en un filtro y secándole sobre el mismo. Cuando
se halla seco se descompone con la mayor facilidad, produ-
ciendo una gran detonación ; produce igual fenómeno si
se le toca con las barbas de una p l u m a , ó se le deja caer
— 106 —
al suelo ó en una masa de agua. Hasta estos últimos tiem-
pos se dio á este compuesto el nombre de ioduro de ázoe,
pues se creia que se encontraba tan solo formado de iodo y
ázoe. Se obtiene con la mayor prontitud este producto ha-
ciendo obrar el iodo sobre una disolución acuosa de a m o -
niaco. Se consigue un producto mas explosivo y detonante
(AzH'Ch) poniendo en contacto un exceso de cloro con una
disolución de amoniaco, ó bien dirigiendo cloro en una
disolución del clorhidrato de amoniaco, y tomando las p r e -
cauciones convenientes ya para evitar la descomposición
de este producto , ya para resguardarse de cualquier peli-
gro. Muchos metales obran sobre el amoniaco á una t e m -
peratura elevada. El potasio, el sodio , el h i e r r o , el cobre,
el platino, el oro y la plata son los únicos en quienes se
ha estudiado su acción.
Cuando se calienta un glóbulo de potasio situado en la
parte encorvada de una campana llena de gas amoniaco
que descanse en una cuba de mercurio, se combina con
uno de los elementos del amoniaco para formar un compues-
to A z H K , q u e difiere del amoniaco AzH por la sustitución
a 3

de un eq. de potasio en un eq. de hidrógeno. Este compuesto


es de un color verde olivo, opaco, mas denso que el agua,
y se trasforma en potasio mas amoniaco bajo la influencia
del agua; se conserva bien en el aceite de nafta. El hidró-
geno se separa cuando se le calienta al grado rojo, p r o -
duciéndose un nitruro de potasio AzH que se descompo-
3

ne completamente á sí mismo en una temperatura mas


elevada. El sodio se comporta de la misma manera.
El hierro y el cobre descomponen igualmente el a m o -
niaco á una temperatura elevada, absorbiendo una parte
de sus elementos. Se hace el experimento introduciendo
alambres de estas sustancias en un tubo de porcelana ca-
lentado hasta enrojecerle, y por el cual se hace que a t r a -
viese una corriente de amoniaco. El gas obtenido á su sa-
lida del tubo es una mezcla de hidrógeno, ázoe y gas
amoniaco no descompuesto; el hierro , al parecer , se apo-
dera de cierta cantidad de ázoe, y el cobre del hidrógeno.
Por otra parte estos metales adquieren propiedades n u e -
vas, pues se hacen muy frágiles cualesquiera que haya sido
su maleabilidad y ductilidad.
— 107 —
JÍI platino , el oro y la plata descomponen igualmente
el amoniaco, aunque obran con menos energía que el co-
bre y h i e r r o , sin que a l parecer absorban ninguno de sus
elementos.
El amoniaco y el hidrógeno se combinan igualmente
bajo la influencia de ciertos metales , cuando se hallan en
estado de gas naciente. Llenando de mercurio una cápsula
de clorhidrato de amoniaco ligeramente humedecido, y
aproximando al mercurio el polo negativo de una pila , y
la cápsula con el positivo, el ácido clorhídrico se dirige al
polo positivo con el oxigeno procedente de la descomposi-
ción del a g u a , mientras que el amoniaco marchará con el
hidrógeno hacia el mercurio en que se halla sumergido el
alambre negativo. Estos dos gases se unirán entre sí bajo
la influencia del m e r c u r i o , formando un compuesto A z l i
4

que se unirá con el metal. La liga que resulta posee la


consistencia de la manteca y el brillo metálico mas vivo;
tiene un volumen 5 ó 6 veces mayor que el mercurio, no
siendo posible conservarle de otro modo que con el auxilio
de la pila. Se obtiene con mas prontitud echando una amal-
gama de potasio en un tubo de cristal, que se concluirá
de llenarle con una disolución de clorhidrato de amoniaco.
Los cuerpos AzH* y A z H que se originan en "las r e -
4

acciones precedentes y que no difieren del amoniaco AzH*


sino en un equivalente de hidrógeno, tienen una importan-
cia teórica muy grande. Se designa el primero bajo el nom-
bre de amidógeno, y el segundo bajo el de ammonio. El
ammonio se comporta como los metales en todas las com-
binaciones que forma. Estos dos compuestos no se han
podido aun obtener en libertad.
Composición. Se analiza el gas amoniaco buscando la
cantidad de oxígeno que es necesario emplear para q u e -
mar todo su hidrógeno; no siempre se pondrá inmediata-
mente en contacto con el oxígeno el amoniaco, porque
parte del oxígeno se combinará con el ázoe para producir
el ácido nítrico. Se empezará descomponiendo en el eudió-
metro cierto volumen de gas amoniaco, por medio de una
larga serie de chispas eléctricas; después de la descom-
posición completa se pondrá en contacto un volumen de
oxígeno cou dos del gas producido, y se hace que la chis-
— 108 —
pa pase. Se halla entonces un residuo igual á £ ; pero como
el volumen era 3 antes de la chispa, hay una absorción de
3 — | ó d e f , lo cual représenla un volumen de oxígeno
igual á | , y uno de hidrógeno igual á | ó | .
Los dos volúmenes del gas descompuesto contienen
por lo tanto \ volumen de hidrógeno, y por consiguiente
f volumen de ázoe. Se podría desde luego evidenciar el vo-
lumen del ázoe introduciendo un botón de fósforo en el
residuo | á fin de absorber el oxígeno que contiene.
Resultando de aquí que un volumen de gas amoniaco es
igual á | volumen de hidrógeno - H \ volumen de ázoe.
La composición en peso se deduce fácilmente del r e -
sultado precedente. Si se llaman al efecto P y P ' los

pesos del hidrógeno y del ázoe, se t e n d r á — ^ = ^'í)'^

4,7. Por lo tanto si se hace P ' = l , será P " = 4,7, es


decir, el tercio del equivalente de ázoe. El amoniaco se
halla por lo tanto formado de un equivalente de hidrógeno
p u r o , § equivalente de ázoe, ó de un equivalente de ázoe
para tres equivalentes de hidrógeno ; se halla por conse-
cuencia la fórmula Azll . 3

Preparación. El amoniaco se halla en estado de clor-


hidrato de fósforo en los orines y en los excrementos de los
camellos, &c.; en el de carbonato y acetato en las materias
animales en putrefacción; en el de sulfuro en algunas m i -
nas de alumbre.
Se pulveriza separadamente el clorhidrato de amonia-
co y la cal viva; se les mezcla en partes iguales, llenando
un balón de cristal ó una retorta de barro y calentándola
gradualmente. La cal descompone el clorhidrato ; deja en
libertad el amoniaco y se combina con el ácido clorhídrico
para dar lugar á la formación de agua y de un cloruro de
calcio. E l amoniaco deberá recogerse en la cuba de mercu-
rio por su solubilidad en el agua.
Solución acuosa del amoniaco. Se obtiene por medio
del aparato de Woolf (fig. 8 ) . Esta disolución es incolora,
de un sabor muy cáustico, teniendo el mismo olor y la
misma acción sobre los colores vegetales que el amoniaco;
se solidifica á los — 4 0 ° . El amoniaco líquido pierde en
— 109 -
contacto del aire una gran cantidad del gas que contiene,
lo mismo que haciéndole hervir. Se ve por lo tanto que
tiene mas afinidad con el agua que con el ácido clorhí-
drico, aunque tenga casi la misma solubilidad ; así es que
no humea al aire libre.
El amoniaco obra como una base poderosa aunque no
contenga oxígeno; es también la base mas enérgica des-
pués de las seis de la primera sección.
Usos. Se emplea en medicina como caterétíco; en tin-
tura como disolvente ; se usa también en química con la
mayor frecuencia en muchas manipulaciones de labora-
torio.
Fosfuros de hidrógeno. Aun cuando hasta ahora se
hayan admitido dos fosfuros gaseosos de hidrógeno, el fos-
furo espontáneamente inflamable en contacto del aire y el
np inflamable espontáneamente, se les debe tener por
idénticos; diferenciándose en que aquel tiene algunos r e s -
tos de vapor de un fosfuro líquido que le comunica su in-
flamabilidad. M. Paul Thénard , á quien se debe este resul-
tado , admite tres fosfuros de hidrógeno: uno sólido , otro
líquido y otro gaseoso.
Fosfuro gaseoso. El fosfuro gaseoso de hidrógeno es
incoloro, de un olor á ajos muy fuerte, de un sabor amar-
go: su densidad es 1,2; no tiene acción sobre los colores
vegetales; el agua disuelve cerca de la octava parte de su
volumen. Este gas se descompone con el calor rojo ó bajo
la influencia de una serie de chispas eléctricas, el fósforo
se precipita y el hidrógeno se desprende.
El fosfuro de hidrógeno no se inflama en contacto del
aire á la temperatura ordinaria, pero si á los 100°, y á
temperaturas mas elevadas ; si se aproxima la llama de
una bugía á la abertura de una probeta llena de este gas,
arde produciéndose agua, ácido fosfórico y fósforo. Los
mismos resultados se obtienen poniendo el fósforo gaseoso
en contacto con el oxígeno, lo cual efectuado da lugar á
la formación de agua y ácido fosfórico, si existe una canti-
dad suficiente de oxigenó. La descomposición del fósforo se
efectúa también á la temperatura ordinaria cuando se s o -
mete la mezcla del gas á una débil presión.
El cloro descompone el fosfuro de hidrógeno á la lem-
— 110 —
porntura ordinaria: se hace el experimento en una probeta
que contenga cloro, en la cual se introduce poco á poco el
fósforo. Resulta entonces un desprendimiento intenso de
calor y l u z , formándose cloruro de fósforo y ácido clorhí-
drico. El bromo y iodo obran de la misma m a n e r a , y el
azufre le descompone á una temperatura elevada.
Casi todos los metales pueden descomponer el fosfuro
de hidrógeno á causa de su grande afinidad con el fósforo.
Así que dirigiendo una corriente de este fosfuro sobre el
potasio, el hierro, el cobre y plata suficientemente calenta-
d a , se forma un fosfuro metálico con desprendimiento de
hidrógeno.
El fosfuro de hidrógeno ejerce á veces el papel de ba-
se; se une con el ácido iodhídrico en igualdad de volúme-
nes inmediatamente que se le pone en contacto con este
gas. La sal que resulta de la combinación es blanca, sólida,
volátil y perfectamente análoga al clorhidrato de amoniaco
aunque se diferencia en la cristalización. Se une con el áci-
do sulfúrico; pero la sal que se forma es de una existencia
efímera.
El fosfuro gaseoso so encuentra formado de un equiva-
lente de hidrógeno para f eq. de fósforo, ó de 1 eq. de
fósforo para 3 eq. de hidrógeno, y de consiguiente su fór-
mula es P h H ; su composición en volumen, esto e s , un vo-
3

lumen de fosfuro gaseoso de hidrógeno , se halla formado


de 5 de volumen de hidrógeno y \ vapor de fósforo.
Preparación. El fosfuro gaseoso se encuentra en la na-
turaleza en los fuegos fatuos, en cuyo caso es espontánea-
mente inflamable. Se obtiene calentando ligeramente en un
balón el fósforo , el ácido fosforoso y el hipofosfórico; el
agua que contiene se descompone bajo la influencia del áci-
d o ; su hidrógeno se combina con una porción del fósforo
para dar lugar al fosfuro de hidrógeno , y su oxígeno con
otra porción del fósforo ya oxigenado para engendrar el áci-
do fosfórico. Se obtiene también echando fosfuro de cal-
cio en el ácido clorhídrico humeante por medio de un
tubo vertical sumergido en el ácido, en cuyo caso se ori-
gina cloruro de calcio que se disuelve, y fosfuro de h i -
drógeno sólido que quedará suspendido en el agua sin
sufrir alteración. Se conocerá la pureza del fosfuro de
—111 —
hidrógeno gaseoso, si es completamente absorbido en una
disolución de sulfato de cobre, formándose fosfuro de co-
bre que se precipita, y ácido sulfúrico.
Si se echa en agua fosfuro de calcio ó de c a l , se for-
mará fosfuro gaseoso de hidrógeno; pero este fosfuro es
inflamable en contacto del aire. Generalmente se emplea
otro método para obtener el fosfuro inflamable: se divide
fósforo en pedacillos y.cal humedecida; después se la in-
troduce en un m a t r a z , que se llenará de cal para desalo-
jar el aire, y se le calienta ligeramente después de haberle
adaptado un tubo de conducción de gases.
El fosfuro de hidrógeno obtenido de esta manera no
es p u r o ; contiene siempre una porción de hidrógeno, y
algunos restos de fosfuro líquido que le hacen espontánea-
mente inflamable en contado del aire. Se le podría hacer
que perdiese su inflamabilidad haciéndole pasar por un
tubo en U, rodeado de una mezcla frigorífica que conden-
sase el fosfuro líquido, ó bien en el ácido clorhídrico,
bromhídrico ó en el cloruro de fósforo que le despojase
igualmente del fosfuro líquido.
El fosfuro de hidrógeno inflamable da lugar á la p r o -
ducción de una luz viva inmediatamente que se pone en
contacto del a i r e : cada burbuja produce una corona blanca
de humo que se eleva en la atmósfera, conservando su
forma y aumentando mas y mas de diámetro.
Estas coronas se encuentran formadas de ácido fosfó-
rico y vapor de agua. El fosfuro de hidrógeno no solamen-
te pierde su inflamabilidad atravesando un tubo enfriado y
algunas disoluciones, sino que la pierde igualmente des-
pués de haber estado en contacto con las paredes de las
vasijas, y sobre todo bajo la influencia de la luz solar. E n
este caso el fosfuro líquido que contiene se trasforma en
fosfuro sólido ó en gaseoso ordinario.
Fosfuro sólido. Este fosfuro es amarillo; tiene origen
en una multitud de circunstancias; se le forma rápida-
mente uniendo el fosfuro gaseoso, espontáneamente infla-
mable , con el ácido clorhídrico líquido.
Queda en esta operación un residuo sólido que se lava
en agua fria , y que se deseca rápidamente en la máquina
neumática. Su fórmula es Ph*H.
- 112 -
Fosfuro líquido. Se obtiene este fosfuro haciendo que
pase el fosfuro, espontáneamente inflamable, por un tubo
en U , rodeado de una mezcla frigorífica. Es perfectamente
t r a s p a r e n t e , sin color; tiene una tensión considerable,
pues hierve á — 1 0 ° ; se intlama en contacto del aire con
grande energía y hierve con llama blanca extremadamente
viva. Se descompone con la luz solar en fosfuro sólido y
fosfuro gaseoso; su descomposición se efectúa también á la
luz difusa , pero con menor intensión. Trasforma en in-
flamables el hidrógeno, el cianógeno y otros muchos gases,
igualmente que el fosfuro de hidrógeno. Su fórmula es
PhH*.
Arseniuro de hidrógeno. El arsénico forma con el h i -
drógeno un compuesto gaseoso, que se designa ordinaria-
mente con el nombre de hidrógeno arsenicado. Este c o m -
puesto ha sido descubierto por Scheele.
Propiedades. El hidrógeno arsenicado es gaseoso, i n -
coloro, de un olor nauseabundo; apaga la combustión,
siendo uno de los gases mas venenosos. Su densidad es 2,7.
El agua disuelve cerca de la quinta parle de su volumen.
Se descompone con el calor y con una serie de chispas
eléctricas.
El aire y el oxígeno no tienen acción sobre este gas á
la temperatura ordinaria cuando están secos; pero si se
encuentran húmedos, la descomponen poco á poco apode-
rándose de su hidrógeno. La acción de este gas es muy
enérgica á una temperatura-elevada, desprendiéndose una
luz muy intensa, y formándose agua, ácido arsenioso y a r -
sénico, ó simplemente a g u a , ácido arsenioso y oxígeno en
exceso. De donde se puede fácilmente deducir que el hi-
drógeno arsenicado debe arder en contacto del a i r e ; la lla-
ma que.se produce es blanca y deposita cierta cantidad de
arsénico. -
El cloro, iodo y bromo descomponen este gas á la tem-
peratura ordinaria; el azufre y el fósforo á una muy ele-
vada , en cuyo caso estos cuerpos actúan por la doble afi-
nidad que ejercen sobre los dos elementos del compuesto;
así su acción es tan enérgica. Lo es igualmente con el clo-
ro , en el cual se necesita hacerle que pase poco á poco por
el hidrógeno arsanicado ; pues de lo contrario se produciría
-113 —
una explosión de las mas enérgicas, obrando sobre volú-
menes un poco grandes. Todos los metales de las cinco
primeras secciones descomponen el hidrógeno arsenicado,
trasformándose en arseniuros metálicos.
Composición. Se obtiene la composición del hidrógeno
arsenicado, descomponiéndole en una campana encorvada
por medio de un exceso de estaño que se calentará hasta
el grado rojo. De este modo se encuentra que un volumen
de gas contiene § volumen de hidrógeno; deduciéndose de
consiguiente que su densidad en la fórmula es A s H , y 3

que encierra J de vapor de arsénico.


Preparación. Se prepara el arsénico por medjo del a r -
seniuro de zinc, compuesto que se forma en una retorta
de barro , arsénico pulverizado y granalla de zinc. Se p u l -
veriza el arseniuro introduciéndole en un m a t r a z , se le
echa ácido clorhídrico, se le calienta á una moderada
t e m p e r a t u r a , y se produce cloruro de zinc etí ésta opera-
ción que permanece en el matraz é hidrógeno arsenicado
que se desprende. Se conocerá que este producto se halla
p u r o , si es completamente absorbido por una solución de
sulfato de cobre ; en cuyo caso se forma a g u a , arseniuro
de cobre y ácido sulfúrico en estado libre.
Efectos del arsénico en la economía-animal. Los seres
vivientes que por cualesquier evento sufren la acción del
arsénico ó sus preparados, experimentan dolores intensos
en el abdomen, vómitos y convulsiones acompañados de un
desfallecimiento s u m o , seguido de síncopes y entorpecimien-
to en todos los miembros. La parálisis alcanza bien pronto
el sistema nervioso de la vida animal, sobreviene la disnea,
el pulso se debilita é irregulariza, sobreviniendo la muerte.
Orfila asegura que ha notado el priapismo doloroso. Los
medios de combatir la intoxicación del arsénico son provo-
cando el vómito, si existe en sustancia; usando el per-
óxido de hierro , si el tóxico fué el ácido arsenioso. R e s -
pecto el hidrógeno arsenicado, su acción es t a n pronta que
difícilmente se consigue la salvación del paciente.
Reseña sobre el envenenamiento por el arsénico. Cuan-
do el gas hidrógeno en estado nativo, se ponga en con-
tacto con una disolución en la que haya ácido arsenioso
ó ácido arsénico, reducirá dichos ácidos, se combinará
8
—-114 —
con el arsénico para originar el hidrógeno arsenicado que se
desprende de la disolución, en la que será fácil manifestar
su presencia. Tal es el principio que ha servido de base
en 1836 á Marsh para reconocer los envenenamientos por
el arsénico; describiremos tan solo su aparato, que ha reci-
bido al presente modificaciones importantes, indicando el
que la Academia de Ciencias de París ha considerado
como mas ventajoso.
Supongamos introducido en el tapón de un frasco "de
cuello largo (fig. 18) un tubo aguzado en su extremidad

exterior, y otro tubo recto que descienda hasta cerca del


fondo del frasco. Introduciendo en el agua, zinc, ácido
sulfúrico y una disolución arsenical, se produce inmedia-
tamente hidrógeno arsenicado, que sale por el tubo
adelgazado en su extremidad después de haber calentado
el aire. Si entonces se inflama la corriente y se aproxima
un pedazo de cristal ó una cápsula de porcelana á la dis-
tancia media de la longitud de la llama, se obtiene unas
manchas de un color gris negro y de aspecto jaspeado for-
madas por el arsénico. E l hidrógeno arsenicado, en efecto,
se descompone en contacto del aire por la influencia del
calor de la llama; su hidrógeno se combina con el oxígeno
del aire y el arsénico queda en libertad. Las manchas jas-
peadas se forman siempre que el líquido contenga ácido
arsenioso ó arsénico; pero además se produce aun cuando
— 115 —
las preparaciones sean de antimonio, dando lugar á hidró-
geno antimoniado. Se producen también cuando el hidró-
geno arrastra consigo algunas partículas de hierro ó de
zinc, que se reducen en la llama, y sobre todo cuando el
líquido contiene materias orgánicas que engendren car-
buros gaseosos de hidrógeno. En semejantes casos es fácil
exponerse á equivocaciones de gran trascendencia si por
solo el aspecto de las manchas se afirmase que la diso-
lución contenia preparaciones arsenicales.
He aquí la causa de que expongamos las modificacio-
nes que la Academia ha inducido en el aparato de Marsh.
Consiste dicha modificación en un frasco de cuello largo
cuyo tapón recibe un tubo recto B (fig. 18) de un centí-
metro de diámetro que se sumerge hasta el fondo, y
de un tubo C de menor diámetro encorvado en ángulo
recto. Este último tubo se introduce en otro mas largo
de unas cuatro pulgadas de longitud , el cual se llena de
amianto á fin de retener las sustancias sólidas que pudie-
sen ser arrastradas por la corriente del gas; y este mismo
tubo se adapta á un tubo de cristal poco fusible E , de dos
ó tres líneas de diámetro, aguzado en su extremidad : se
rodea el tubo E de una hojilla de o r o , en la extensión de
una ó dos líneas. Se llena el frasco de manera que conten-
ga libre la quinta parte de su capacidad, obrando siempre
sobre un volumen pequeño de líquido á fin de poderle con-
centrar cuando se trate de obtener manchas mas intensas.
El tubo C se determina en bisel en su extremidad infe-
rior , debiendo tener una dilatación esférica en un punto
cualesquiera de su brazo vertical: disposición que propor-
ciona la ventaja de que el agua vuelva al frasco siempre
que haya sido arrastrada durante la salida del gas.
Dispuesto de este modo el aparato é introducida como
en el caso precedente la sustancia que debe analizarse, el
hidrógeno que se desprende calienta el aire del frasco , y se
calienta hasta el grado rojo el tubo en el punto en que se
halla cubierto por la hojilla metálica; una pantallita impe-
dirá que el calor se comunique á mayor distancia del
tubo.
Si el gas que se desprende es el hidrógeno arsenicado
sufrirá una descomposición en la parle del t u t o calentada,
—116—
y el arsénico se depondrá bajo la forma de anillos mas allá
de dicho punto. E n todos los casos es necesario recoger el
gas que se desprenda sobre cápsulas de porcelana, á fin
no solo de ensayar las m a n c h a s , sino también de recoger
el exceso de g a s , pues los anillos no se producen en los
casos en que el tubo sea de gran diámetro ó se le haya c a -
lentado en una grande extensión de su longitud ; el a r s é -
nico depositado en los tubos bajo la forma de anillos, nos
ofrecerá las propiedades físicas y químicas que caracterizan
á esta sustancia. Se notarán su volatilidad y su cambio
en un polvo blanco y evaporable (ácido arsenioso) cuan-
do se calienta el tubo abierto en ambos extremos en una
posición inclinada; por otra parte se calentará un poco de
ácido nítrico ó de agua real en el t u b o , á fin de que el ar-
sénico pase al estado de ácido muy soluble en el agua;
después se evapora el líquido hasta secarle en una cápsula
de porcelana , y se obtendrá un precipitado rojo' ladrillo
cuando se eche en la cápsula algunas gotas de una diso-
lución neutra de nitrato de plata. Después de todas eslas
pruebas se podrá aislar el arsénico en estado p u r o , para
lo cual bastará reunirle con una pequeña cantidad de car-
bón y de carbonato de potasa en la cápsula en que se hizo
la precipitación con el nitrato de plata; se desecará esta
sustancia introduciéndole en un tubito afilado por una de
sus extremidades, cerrando la otra por medio del soplete
después de haber introducido la mezcla. Se inclina el tubo
para que ocupe la parte mas baja, y se le calentará fuer-
temente. El arsénico en este caso se reduce, y forma en la
parte estrechada del tubo un anillo que presenta todos
los caracteres físicos del arsénico; pero cuando no haya
sino cantidades muy pequeñas de esta sustancia se r e c o -
nocerán dichos caracteres en las manchas jaspeadas que
se obtuvieron en la cápsula. Es tal la precisión de este
procedimiento, que podría hallarse el arsénico en un l í -
quido que contuviese una décima de milígrama de arsé-
nico.
El líquido que haya de observarse es necesario some-
terle á preparaciones especiales; al efecto se destruirán
todas las sustancias orgánicas que contengan por medio
de la carbonización, para lo cual se pondrán dichas m a t e -
— 117 —
rías en una cápsula de porcelana, se añadirá cerca de la ses-
ta parte de su peso de ácido sulfúrico, calentándole después
poco á poco hasta que este ácido forme vapores blancos.
La materia entra desde luego en disolución, después se
carboniza durante la concentración del líquido y se remue-
ve continuamente con una varilla de cristal, y de este mo-
do se continúa la acciou del calor hasta que el carbón apa-
rezca friable y casi seco. Se enfria después la cápsula y se
añade con una pipeta un poco de ácido nítrico concentrado
que trasforme el ácido arsenioso en ácido arsénico, estado
en el que es mucho mas soluble. Se evapora de nuevo hasta
que se seque el líquido que se va á examinar y se trata con
el agua hirviendo. En este caso se halla perfectamente diá-
fano y en el estado conveniente para que se le someta al
aparato de Marsh.
Antimoniuro de hidrogeno. E s t e compuesto, llamado
también hidrógeno antimoniado, es gaseoso, incoloro, y
se comporta como el hidrógeno arsenicado con el aire,
el oxígeno, el cloro, y otros cuerpos. Se forma siempre
que el hidrógeno en estado naciente se ponga en contacto
con una disolución en que haya antimonio, el emético por
ejemplo. Arde con llama mas clara que la del hidrógeno
p u r o , y produce como la del hidrógeno arsenicado manchas
jaspeadas de un color gris negro. Estas manchas no son
volátiles y se disuelven en el ácido nítrico, que las t r a s -
forma en ácido antimónico; pero este ácido se distingue
del ácido arsénico en ser amarillento, insoluble en el agua
y no precipitarse con el nitrato de plata.

4.° — Hidrógeno y metaloides de la quinta familia.

El carbono es entre los seres de esta familia el único


cuerpo que forma con el hidrógeno un gran número de
compuestos de gran importancia. E n t r e estos los unos son
gaseosos, los otros líquidos, presentándose algunos sólidos,
como la paraQna y la naftalina. Todos ellos son incoloros,
volátiles, descomponibles á un calor rojo y esencialmente
combustibles; la llama que producen ardiendo varía con
su composición, es blanca, de una extrema vivacidad
cuando el carbono é hidrógeno se encuentran combinados
—118 —
equivalente con equivalente, como se observa en el gas
olciflcante y la parafina puesta en forma de bujía; es roja
y fuliginosa cuando el carbono forma mas de un equivalen-
te del hidrógeno, como en la esencia del limón y de t r e -
mentina; en fin se presenta pálida y amarillenta sin d e -
terminar ningún h u m o , cuando el hidrógeno predomina
como en el gas de los pantanos. Muchos carburos de h i -
drógeno desempeñan el papel de bases , mas ó menos
enérgicas ; otros son neutros ó indiferentes, pero ninguno
posee propiedades acidas. Generalmente difieren en su
composición ; algunos compuestos de la misma manera
se diferencian en la composición de sus elementos; otros
que poseen la misma composición y condensación presentan
distinta situación molecular. El estudio de los diferentes
carburos de hidrógeno pertenece á la química orgánica,
por lo que no describiremos sino el proto carburo y b i -
carburo gaseosos.
Bicarburo gaseoso de hidrógeno. Este compuesto fué
descubierto en 1796 por los químicos holandeses; se for-
ma de 2 volúmenes de hidrógeno y de vapor de carbono
condensado en 1 volumen. Se le llama gas deificante por
formar una materia de aspecto oleoso obrando sobre eí
cloro.
Propiedades. El bicarburo gaseoso es insípido , de un
olor ligeramente empireumálico, muy soluble en el agua,
apaga los cuerpos en combustión y presenta una densidad
de 0,9814. Se descompone con el calor rojo; pero su des-
composición es gradual como la de los otros carburos de-
hidrógeno : se despoja desde luego del negro de humo y
sucesivamente forma un carburo menos carburado has-
ta que la descomposición es completa. Las chispas eléc-
tricas obrau del mismo modo.
El oxígeno y el aire descomponen á este carburo á
una temperatura elevada. Arde con llama blanca y ligera-
mente fuliginosa en contacto del aire y de una bujía e n -
cendida , dando lugar á la formación de agua, ácido carbó-
nico y un residuo de carbón. La combinación es mas
enérgica cuando se "le mezcla con oxígeno; entonces va
acompañada de una detonación fuerte y de la rotura del
frasco, especialmente si se introdujo una cantidad de
~;ii9 -
oxígeno capaz de quemar todo el hidrógeno y todo el
carbono, es decir , 3 volúmenes para uno de biearburo.
El azufre obra también sobre el biearburo al calor r o -
j o , resultando ácido sulfhídrico y un residuo de carbón.
Se obtiene igualmente el sulfuro de c a r b ó n , obrando á
una temperatura mas elevada sobre un exceso de azufre.
El cloro obra de diversas maneras sobre el biearburo,
según las circunstancias en que se o p e r e : 1.° si se pone
en contacto 1 volumen de biearburo y 2 volúmenes de cloro,
se obtiene á una temperatura elevada un residuo de car-
bón y 4 volúmenes de ácido clorhídrico: la combinación se
efectúa lentamente introduciendo poco á poco una bujía
en la probeta que contenga la mezcla, efectuándola bajo
la influencia de los rayos solares. 2 . Si se expone á la
a

luz difusa una mezcla de volúmenes iguales de cloro y de


biearburo, estos dos cuerpos se combinan poco á poco
formando un líquido de una apariencia oleosa que se lla-
ma licor de las Holandeses, que puede considerarse como
un clorhidrato de euadricarburo de hidrógeno. Se obtiene
este líquido llenando una probeta de la mezcla y d e -
jándola sobre el agua durante algún tiempo; el agua se
eleva gradualmente en la probeta , mientras que los dos
gases se combinan. 3.° Exponiendo á la luz solar una
mezcla de cloro y biearburo que contenga un exceso
de cloro, se obtiene ácido clorhídrico y un cloruro de
carbono.
E l iodo actúa también sobre el biearburo á una t e m -
peratura elevada, y se produce un compuesto cristalino
blanco, friable, de un sabor dulce , de un olor aromá-
tico , que se le puede mirar como un iodhidrato de e u a -
dricarburo de hidrógeno.
Composición. Se determina fácilmente por medio del
eudiómetro, quemándole con el oxígeno sobre la cuba
de mercurio; de este modo se ha averiguado que 1 vo-
lumen de biearburo = 2 volúmenes de hidrógeno -+- 2 vo-
lúmenes de vapor de carbón. Respecto su p e s o , el bi-
earburo contiene 1 eq. de carbono para 1 de hidróge-
no, y de consiguiente su fórmula es HG.
Preparación. E l biearburo de hidrógeno no se en-
cuentra en la naturaleza; se obtiene artificialmente mez-
— 120 -
ciando una parte de alcohol en peso con 4 de ácido sulfú-
rico concentrado, se introduce la mezcla en un matraz
provisto de un tubo de conducción de gases, y sometiendo
el aparato á una temperatura de 160 á 180.° El bicarburo
que se desprende se recoge en probetas llenas de agua. S e
concibe la reacción notando que el alcohol puede conside-
rarse como un hidrato de bicarburo de hidrógeno; el áci-
do sulfúrico quitando el agua de este hidrato deja en li-
bertad el bicarburo. Cuando se le calienta mas allá de
los 140° se forma éter en lugar del bicarburo de h i -
drógeno; y si se le calienta mas allá de 1 8 0 ° , se p r o -
duce a g u a , ácido sulfuroso y ácido carbónico por la reac-
ción del carbono sobre el ácido sulfúrico. Se concibe bien,
según lo expuesto, que el bicarburo obtenido no siempre
será puro ; pero se le purificará fácilmente disolviendo
éter en el ácido sulfúrico en frío, y los dos ácidos en una
solución de potasa.
Usos. El bicarburo de hidrógeno jamás se usa sino én
estado de pureza; pero constituye mezclado con algunos
otros carburos de hidrógeno el gas del alumbrado.
Protocarburo gaseoso. Este compuesto, conocido bajo
el nombre de gas de los pantanos, es inodoro, insípido,
m u y poco soluble en el agua; su densidad es 0 , 5 5 9 ; apa-
ga la combustión de los cuerpos, arde con llama a m a r i -
llenta en contacto del a i r e , aproximándole una bujía en-
cendida, dando lugar á la producción de agua y un resi-
duo de carbono. La acción del oxígeno es mas enérgica,
y sobre todo cuando se introduce la cantidad de oxígeno
suficiente para quemar el hidrógeno y el carbono.
El cloro actúa sobre este gas bajo la influencia de los
rayos solares» resultando ácido clorhídrico y un residuo de
carbón; pero jamás actúa de otro modo que á la luz di-
fusa, á no ser que se encuentre húmedo, en cuyo caso se
formará ácido clorhídrico y ácido carbónico.
Se determina la composición del protocarburo como
la del bicarburo, notando que consta de 2 volúmenes de
hidrógeno y 1 vol, de vapor de carbono, condensado en un
volumen; su fórmula es H C .
S

Preparación. Al efecto se introduce en un matraz una


parte de acetato de sosa y tres de barita, sometiendo la
— 121 —
mezcla á un calor moderado; el protocarburo se desprende
permaneciendo en el matraz los carbonatos de sosa y de
barita; la reacción se explica fácilmente considerando al
ácido acético como un bicarbonato de protocarburo de h i -
drógeno.
Este gas se desprende del fondo de los pantanos y de
las aguas estancadas. Se produce continuamente en la des-
composición de las materias orgánicas, saliendo á la s u -
perficie de las aguas bajo la forma de ampollas: se le pue-
de recoger en campanas llenas de agua; pero el gas obte-
nido de este modo contiene ázoe, oxígeno y ácido carbó-
nico, de los que es difícil desembarazarle. Este gas se des-
prende naturalmente de muchos terrenos, y se le halla
en las minas de hulla, igualmente que mezclado con el
aire contenido en las galerías; producto sumamente infla-
mable que ha dado lugar é accidentes muy funestos con
solo la aproximación de la llama de una lámpara. La lám-
para de Davy, llamada frecuentemente lámpara de segu-
ridad, lámpara de mineros, ha servido para preservar de
los efectos de la explosión á los trabajadores de estas m i -
nas. Se.reduce á una lámpara ordinaria, rodeada de un c i -
lindro de tela metálica de cerca de 2 pulgadas de diáme-
tro y 7 á 8 de altura; la tela se halla formada de hilos tan
finos y unidos, que la combustión del gas interior no se
comunica al exterior. El protocarburo de hidrógeno se
produce en fin descomponiendo con el calor la hulla, los
aceites, y en general las materias orgánicas; pero se le
encuentra de preferencia mezclado con los carburos de h i -
drógeno mas ó menos carburados y con algunos otros ga-
ses: separándole de dichos gases extraños es como se
obtiene el gas del alumbrado.

CAPITULO II.

D E LOS OXIUROS Ó D E LOS COMPUESTOS DE OXÍGENO.

El oxígeno se une con todos los metaloides y en m u -


chas proporciones, siendo el hidrógeno por quien manifies-
ta mayor afinidad: el b o r o , el silicio y el carbono, dis-
— 122 —
frutan de tal propiedad en el mismo grado; después el fós-
foro, el arsénico y el antimonio; síguenles el azufre, el
selenio y el t e l u r o , continuando el flúor, el cloro, el iodo,
el bromo y el ázoe; el oxígeno se une con todos los meta-
les, fundándose en esta propiedad su clasificación.
Hemos estudiado las combinaciones del oxígeno con
el hidrógeno; veamos cuáles son los compuestos que for-
ma con otros cuerpos. Nos limitaremos á los mas impor-
tantes considerando las combinaciones con el azufre, con
el cloro, ázoe, fósforo, arsénico, carbono, boro y silicio
y con los metales. •
Compuestos oxigenados de azufre. El azufre forma
seis combinaciones con el oxígeno, á saber: el ácido hipo-
sulfuroso, ácido sulfuroso, ácido hiposulfúrico, ácido sul-
fúrico, ácido sulfhiposulfúrico y ácido bisufhiposulfúrico;
los ácidos sulfuroso y sulfúrico son los únicos compuestos
empleados en los laboratorios y en la industria.
Acido sulfuroso. Conocido desde la antigüedad; Stahl
le dio a conocer como sustancia particular.
Propiedades físicas, El ácido sulfuroso es gaseoso,
incoloro, de un sabor fuerte y desagradable, de un olor
picante y característico. Provoca la tos en pequeña canti-
d a d , y en muy grande ocasiona la asfixia. Destruye la
combustión y enrojece la tintura azul de tornasol. Su den-
sidad es 2 , 2 3 5 ; el agua disuelve 37 veces su volumen á
la temperatura ordinaria.
Este ácido se liquida fácilmente comprimiéndole ó e n -
friándole, bastando un frió de 2 0 grados para liquidarle
á la presión ordinaria. Evapórase este ácido con tal rapi-
dez á — 1 0 ° , que basta empapar un trapo en el líquido que
resulta, y rodearle á la esfera de un t e r m ó m e t r o , para
que descienda rápidamente, señalando una temperatura
de — 5 7 ° .
El ácido sulfuroso líquido adquiere fácilmente el estado
esferoidal, lo cual se consigue echándole en una cápsula
de platino, sumergida en parte en un baño de agua hir-
viendo ó en cualquier medio de una temperatura mas ele-
vada ; y como en semejante caso su temperatura es cerca
de — 1 0 ° , congela inmediatamente el agua que se proyecta
sobre él en pequeñas masas. La congelación del agua se
-123 —
efectúa también cuando el ácido sulfuroso se halla en es-
tado esferoidal en una mufla candescente.-
Propiedades químicas. El ácido sulfuroso es el mas
estable de los compuestos de oxígeno y azufre; no es des-
componible ni por el calórico, ni por la electricidad. N o
obra sobre el oxigeno, ni sobre el airea ninguna tempera-
t u r a ; así es que aproximándole una bujía encendida no se
inflama. Por esta razón se emplean las flores de azufre
para extinguir el fuego de las chimeneas; pues aun c u a n -
do el azufre arda, cerradas estas por todas partes, el oxí-
geno del aire será en parte absorbido por este c u e r p o , y
la porción no absorbida pierde su propiedad comburente
en contacto del ácido sulfuroso que se origina.
El hidrógeno y el carbono descomponen el ácido s u l -
furoso por su mayor afinidad con el oxígeno que el azu-
fre. Así haciendo pasar una corriente de hidrógeno y áci-
do sulfuroso en un tubo candescente, se produce agua y
flores de azufre; si se hace que pase otra de ácido sulfu-
roso sobre carbones candescentes, se forman flores de azu-
fre y ácido carbónico ú óxido de carbono; obteniéndose
sulfuro de carbono si la temperatura es mas elevada y el
carbón se encuentra en exceso. El azufre, el ázoe, el
cloro, el bromo y el iodo no actúan sobre el ácido sulfu-
roso ; un gran número de metales le descomponen á una
temperatura elevada.
Composición. Se obtiene la composición del ácido s u l -
furoso por medio de la síntesis, es decir, calentando el
azufre en la parte superior de una campana encorvada lle-
na de oxígeno y situada en una cuba de mercurio: el vo-
lumen del ácido sulfuroso resultante de la combustión es
algunas centésimas menor que el volumen del oxígeno
empleado; pero como quiera que él forma un poco de áci-
do sulfúrico y algo de sulfuroso, se debe admitir que el
ácido sulfuroso contiene un volumen de oxígeno igual al
suyo. En efecto, contiene un peso igual de azufre y o x í -
geno ; pero como el equivalente del azufre es duplo del de
oxígeno, se formará de un equivalente de azufre y dos equi-
valentes de oxígeno, de donde resulta la fórmula S 0 , 0 . 7

Así que un volumen de ácido sulfuroso se encuentra forma-


do de un volumen de oxígeno y medio de vapor de azufre.
— 124 —
Preparación. El ácido sulfuroso se encuentra á las in-
mediaciones de los volcanes y se produce por la combus-
tión del azufre al aire; pero en este caso no se halla puro,
pues contiene mucho ázoe y ácido carbónico: se debe para
prepararle convenientemente quitar al ácido sulfúrico una
parte de su oxígeno. Al efecto se introduce en un matraz
ácido sulfúrico concentrado y mercurio, sometiéndoles á
una temperatura moderada; en cuyo caso el ácido sulfú-
rico se descompone en parte, cede algún tanto de su o x í -
geno al mercurio, resultando ácido sulfuroso que se des-
prende.
Solución del ácido sulfuroso. Esta solución es t r a s -
p a r e n t e , incolora, de un olor y sabor semejantes al del
acido: le abandona completamente calentándole. Se des-
compone también con las disoluciones de cloro y ácido
sulfhídrico: el cloro produce ácido clorhídrico; y el ácido
sulfúrico, ácido sulfhídrico y un depósito de azufre y agua.
El manganeso, el hierro y el zinc se trasforman al cabo
de algún tiempo en hiposulfitos Se prepara esta solución
haciendo pasar una corriente de ácido sulfuroso por el
aparato de Woolf. El ácido sulfuroso se prepara mas eco-
nómicamente empleando carbón pulverizado en vez de
mercurio.
Usos. El ácido sulfuroso se emplea en medicina en la
mayor parte de las afecciones de la piel, en la sarna, her-
pes, &c. Se usa además en el blanqueo de la seda, lana, y
en todas las materias azoadas atacables por el cloro. Las
esponjas, la paja y la cola de pescado se blanquean con
esta sustancia. Destruye el color de los vegetales, sirviendo
para limpiar en los lienzos las manchas ocasionadas por
las frutas.
Acido sulfúrico. Este ácido fué' descubierto hacia el
siglo X V por Basilio Valentín; Lavoisier manifestó su
composición. Se obtiene en dos estados: anhidro é hi-
dratado.
Acido sulfúrico anhidro. Este ácido es sólido, blanco,
opaco; se funde á 2 5 ° , hierve á los 3 0 ; cristaliza en p e -
nachos sedosos cuando se le sublima. Su densidad es casi
dupla de la del agua. E s muy cáustico, enrojece fuerte-
mente el color de tornasol, y produce abundantes vapores
—125 —
en contacto del aire', absorbiendo la humedad qne la a t -
mósfera contiene. Disuelve el color índigo coloreándole de
rojo p ú r p u r a , mientras que el ácido hidratado le colorea
de azul.
El ácido sulfúrico anhidro se descompone en ácido
sulfuroso y oxígeno cuando se le hace pasar en estado de
vapor por un tubo enrojecido, dando 1 volumen de ácido
sulfuroso para | volumen de oxígeno; y de consiguiente
contiene vez y media ó | de oxígeno respecto el ácido sul-
furoso, para la misma cantidad de azufre; se encuentra for-
mado según lo expuesto de 3 eq. de oxígeno para 1 eq. de
azufre, esto es S O . 8

Se obtiene el ácido sulfúrico anhidro descomponiendo


el sulfato de hierro por medio del calor: se le calienta
hasta el grado rojo en una retorta de barro que comunique
por medio de una alargadera con un recipiente frió, t r a s -
formándose asi en un sesquióxido de hierro que perma-
nece en la r e t o r t a ; en oxígeno,-quese desprende, y en un
líquido muy ácido y muy humeante q u e se condensa en el
recipiente. Este líquido debe mirarse como una mezcla de
ácido sulfuroso, ácido sulfúrico anhidro, y ácido sulfúrico
ordinario. Este ácido es el que se prepara abundantemente
en Nordhausen, en Alemania, para los usos del comercio, y
se le da el nombre de ácido de Nordhausen. El ácido s u l -
fúrico anhidro se obtiene calentado á una temperatura
moderada en una retorta de cristal, cuyo cuello comunique
con un tubo en U , aguzado por su extremo libre y r o -
deado de una mezcla frigorífica. El líquido obtenido se d e -
clara al poco tiempo en ebullición, desprendiendo abun-
dantes vapores blancos, que se condensan en el tubo en U,
y que no son otra cosa que ácido sulfúrico anhidro. Si se
trata de conservar este ácido, se cierran á la lámpara de
esmaltar las extremidades del tubo á fin de preservar este
ácido del contacto del aire.
Acido sulfúrico hidratado. El ácido sulfúrico del co-
mercio contiene 1 eq. de agua cuando se halla en el mayor
grado posible de concentración; no es posible separarle de
ella sino combinándole con ciertas bases, lo cual nos con-
duce á que le consideremos como una verdadera sal for-
mada de agua y ácido sulfúrico anhidro, de aquí la fór-
— 126 —
muía H O , S 0 . Antiguamente se llamaba á e s t e ácido aceite
3

de vitriolo por su aspecto oleoso.


Propiedades físicas. El ácido sulfúrico hidratado es
blanco, inodoro, de una consistencia oleosa; enrojece fuer-
temente la tintura de tornasol. Su densidad es 1,844 á la
temperatura de 15°. Es un cáustico de los mas violentos;
destruye rápidamente las sustancias organizadas, ocasio-
nando una muerte tan rápida como violenta á los animales
que beben algunas gotas. Sus contravenenos son la mag-
nesia diluida en agua y las disoluciones simples de jabón,
porque los sulfatos que resultan de la combinación del
ácido con estas sustancias no tienen ninguna acción de-
letérea.
El ácido sulfúrico concentrado se solidifica cerca de
los 10° bajo cero; hierve á los 310°. Si contiene mas de
1 eq. de agua pierde mas y mas á medida que se le ca-
lienta hasta que se reduce á esta proporción, lo cual se
efectúa cuando posee la densidad de 1,844, ó cuando el
areómetro de Beaumé señala 66°.
Propiedades químicas. El ácido sulfúrico se descom-
pone al pasar por un tubo estrecho de porcelana calentado
al rojo; su agua queda en libertad, y se trasforma en 1 vo-
lumen de ácido sulfuroso y § volumen de oxígeno, como el
ácido sulfúrico anhidro.
El oxígeno, el cloro, el b r o m o , el iodo y el ázoe no
ejercen ninguna acción sobre el ácido sulfúrico; pero el hi-
drógeno, el carbono, el azufre, el fósforo, el arsénico, el
antimonio, y probablemente el boro y el silicio le descom-
ponen. El hidrógeno obra desde los 30 ó 4 0 ° , porque se
encuentran vestigios de ácido sulfuroso en el hidrógeno
que atraviesa el ácido sulfúrico á esta temperatura, y en el
hidrógeno que se obtiene por la reacción producida entre
el zinc y el ácido sulfúrico. A medida que la temperatura
se eleva las descomposiciones son mas completas, y se ob-
tiene como productos de ellas, agua y ácido sulfuroso cuando
no son muy elevadas, y agua y azufre en el caso que lo
sean y que el hidrógeno se encuentre en abundancia. El
carbono obra á los 100° dando ácido carbónico y ácido sul-
furoso , y produciendo en temperaturas mas elevadas ade-
más de los gases expuestos, carburos gaseosos de hidrógeno
— 127 _
procedentes de la descomposición del agua contenida en el
ácido. El azufre obra sobre el ácido sulfúrico á los 2 0 0 ° ,
desprendiendo en todas temperaturas ácido sulfuroso. El
fósforo, el arsénico y el antimonio se acidifican á expensas
del exceso de oxígeno del ácido sulfúrico, aproximando
este mismo ácido al estado de ácido sulfuroso: el boro y
silicio probablemente actúan del mismo modo.
Todos los metales, exceptuando el platino, o r o , pala-
dio , rodio é iridio, descomponen el ácido sulfúrico concen-
trado á una temperatura elevada, formando sulfatos y des-
prendiendo hidrógeno.
El ácido sulfúrico concentrado tiene mucha afinidad
con el a g u a ; así es que se desprende un calor intenso
cuando se combina con dicho líquido. En virtud de esta
afinidad es como absorbe la humedad del aire hasta el
punto de duplicar su peso en pocos días; carboniza la m a -
dera , el papel y las sustancias orgánicas; en contacto del
aire se ennegrece por absorber á la vez que su agua en
vapor, los restos orgánicos que carbonizados la comunican
semejante coloración. Aun cuando el agua se encuentre en
estado de nieve, es tal su afinidad hacia ella, que la funde
para combinarse resultando un cambio de temperatura. E l
ácido sulfúrico no humea en contacto del vapor de agua
á causa de no ser volátil á la temperatura ordinaria.
Preparación. El ácido sulfúrico se halla aunque en
pequeñas cantidades á las inmediaciones de los volcanes.
E n las aguas sulfurosas termales suele producirse por el
contacto del ácido sulfhídrico y del a i r e , ayudado por la
elevación de temperatura y la presencia de algún cuerpo
poroso. Se obtiene ácido sulfúrico haciendo que pase una
corriente de ácido sulfhídrico y oxígeno por un tubo muy
caliente que contenga sustancias porosas. Esta circunstan-
cia déla interposición de un cuerpo poroso, es indispensable
para obtener el ácido sulfúrico.
La preparación del ácido sulfúrico del comercio estriba
sobre algunas reacciones que es necesario explicar. Supon-
gamos que se ponga en contacto el bióxido de ázoe A z O 2

con el oxígeno ó el aire á la temperatura ordinaria; se


trasforma súbitamente en ácido hiponítrico A z O por m e -
4

dio del oxígeno que absorbe: supongamos que se adiciona


—128 —
á este gas ácido sulfuroso y un poco de a g u a , resultarán
inmediatamente cristales blancos del aspecto de la nieve,
cuya fórmula es S 0 A z 0 , S 0 -+- H O . S O : supongamos
5 4 3 3

que se eche una gran cantidad de agua sobre estos crista-


les, se descompondrán con gran efervescencia desprendien-
do ácido sulfúrico. El compuesto S 0 A z O se trasforma
2 4

entonces en ácido sulfúrico S O , y el ácido nitroso A z O


3 2

que se apodera de repente del oxígeno del aire para pa-


sar al estado de ácido hiponítrico A z O : el ácido sulfúrico
4

producido se disuelve con el ácido de los cristales; mien-


tras que el ácido hiponítrico se combina de nuevo con el
ácido sulfuroso y una pequeña cantidad del ácido sulfúrico,
para dar lugar á la formación de nuevos cristales idénticos
á los primeros. Estos cristales se descomponen á su vez
por la acción del a g u a ; el ácido sulfúrico se disuelve y el
gas nitroso se trasforma en hiponítrico por medio del oxí-
geno del aire. La reacción del nuevo ácido hiponítrico y
del ácido sulfuroso producirá todavía cristales, dando lu-
gar á los mismos fenómenos ínterin haya oxígeno y ácido
sulfuroso. Se echa de ver que el ácido sulfúrico resulta
de las acciones recíprocas del bióxido de ázoe, del oxígeno,
del ácido sulfuroso y del agua; y por otra pártese advierte
que la cantidad de ácido hiponítrico empleada es muy pe-
queña en comparación con la cantidad de ácido sulfuroso y
de oxígeno, porque este ácido absorbido á cada instante se
reproduce continuamente.
Se emplean generalmente vastds cuartos forrados
de plomo para preparar en grandes cantidades el ácido
sulfúrico. Al efecto se coloca azufre y nitrato de sosa en
una placa de fundición, que se fija interiormente á a l -
gunas pulgadas del suelo, y después se calienta la mezcla
por medio de un horno de evaporación. Una parte del azu-
fre quemado absorbe el oxígeno del cuarto y se trasforma
en ácido sulfuroso; la otra porción, reobrando sobre el ni-
trato de sosa, le trasforma en sulfato de sosa y en bióxido
de ázoe. El sulfato permanece sobre la placa, mientras que
el ácido sulfuroso y el bióxido de ázoe se difunden por el
cuarto, en donde se mezclan con el oxígeno del aire que
contiene. Basta solo que se sujete cierta cantidad de vapo-
res de agua para que el ácido sulfúrico se produzca y corra
— 129 —
por el suelo del cuarto. Se concibe muy bien la reac-
ción del azufre y del nitrato de sosa; en efecto se tiene
S-+-NaO,AzO'n-NaO,S0. 3

En la actualidad se adopta otro procedimiento en la


mayor parte de las fábricas de ácido sulfúrico. Se quema
azufre en un horno que comunique por la parte superior
con un cuarto de plomo; el ácido sulfuroso producido en
la combustión se une con el aire en este c u a r t o ; y la
mezcla de estos dos gases pasa en seguida por medio de
una abertura inferior á otro cuarto en el que se hallan
muchos lebrillos de ácido nítrico. Este ácido cede una
parte de su oxígeno al ácido sulfuroso, resultando de aquí
ácido sulfúrico y ácido hiponítrico que pasan con el aire y
el ácido sulfuroso á un cuarto mas vasto, en el que se in-
. yecta vapor de agua y en el que se producen la mayor
parle de los fenómenos que acompañan á la formación del
ácido sulfúrico. La reacción sin embargo no es completa
en este local, pues se desprenden algunos vapores de un
color rojo que deberán recogerse aun en dos. ó tres c u a r -
tilos mas pequeños, en los que inyectando el vapor de agua
la reacción se reproduce. El gas que salga del último cuar-
to circula en un refrigerante que condensa hasta las ú l t i -
mas porciones de ácido sulfúrico, y de aquí se dirigen á
la atmósfera.
El ácido nítrico empleado en esta operación es poco
considerable, de lo cual es fácil convencerse atendiendo á
que el oxígeno que acidifica el azufre proviene del.aire,
y el ácido hiponítrico es sucesivamente reproducido y
absorbido. Finalmente, el ácido hiponítrico que se empleó
en las reacciones se le halla disuelto en el agua al t e r -
minar la operación, y se le pone en contacto con el c a r -
bonato de cal y de sosa para trasformarle en un n i t r a -
t o , de donde es fácil extraer el ácido nítrico.
El ácido sulfúrico tal como se obtiene en los cuartos
contiene mucha a g u a , un poco de ácido sulfuroso, algo del
n í t r i c o , un poco de sulfato de plomo y casi siempre algo
de sulfato de hierro procedente del azufre. Se le desem-
baraza del agua y ácidos e x t r a ñ o s , y del sulfato de
h i e r r o , calentándole en vasos de cristal ó platino hasta que
señale 6 6 ° del areómetro de B e a u m é ; pues el agua y los
9
- 1 3 0 -
áeidos se evaporan y el sulfato de hierro se deposita cuan-
do la concentración es suficiente.
Usos. No hay ácido que tenga usos mas numerosos,
tanto que la industria de una nación se puede casi r e -
gular por el consumo de este ácido. Baste decir que en
Francia y Alemauia el consumo de este.artículo se r e g u -
la anualmente en mas de sesenta millones de reales.
Oíros ácidos deazufre. Los ácidos hiposulfúrico , hipo-
sulfuroso , sulfhiposulfúrico , bisulfhiposulfúrico pueden
obtenerse en combinación con el a g u a ; se les debe consi-
derar como mezclas de azufre, ácido sulfuroso y ácido
sulfúrico.

Compuestos oxigenados de cloro.

El cloro se combina con el oxígeno en 7 proporciones;


resultando 7 ácidos, á saber : ácido hipocloroso, ácido clo-
roso , ácido hipocíórico, ácido dórico , ácido perciórico,
ácido cloroclórico y ácido cloroperclórico.
Acido hipocloroso. Este ácido es gaseoso, de un ama-
rillo rojizo, de un olor penetrante análogo al del cloro; se
-descompone en cloro y oxígeno bajo el influjo de los ra-
yos solares ó de un calor mas elevado; le descomponen
igualmente casi todos los metaloides , y un gran número
de los metales. Su descomposición va frecuentemente
acompañada de una luz viva y de una fuerte detonación.
Se liquida á — 20° , originándose un líquido de un, color
rojo de sangre.
El agua disuelve cerca de 2 0 0 veces su volumen de
ácido hipocloroso. E s t á disolución es de un color a m a -
rillento y de un olor vivo y penetrante ¡ decolora el tor-
nasol, el índigo y los tegidos con mucha mayor fuerza
que el cloro; pues obra ya por su oxígeno, ya por su
cloro, sobre el hidrógeno de las materias colorantes. L a
disolución del ácido hipocloroso se descompone, como el
mismo gas hipocloroso, por todos los cuerpos hidrogenados,
y en general por todos los cuerpos que tengan afinidad
con el oxígeno; la descomposición se efectúa comunmente
á la temperatura ordinaria y á veces con explosión.
Se obtiene ácido hipocloroso haciendo pasar una cor-
— 131 —
riente de cloro seco por un tubo que contenga óxido rojo
de mercurio ; se produce en tal caso ácido hipo'cloroso y
cloruro de mercurio, que se combina con el óxido no des-
compuesto para formar un cloruro de mercurio. El oxi-
cloruro permanece en el tubo y -el gas se desprende; la
fórmula del ácido hipocloroso ChO no tiene, uso sino en
estado de hipoclórico.
Acido dórico. Este ácido es líquido, incoloro, inodoro,
de un sabor muy ácido; enrojece la tintura de tornasol,
y se decolora completamente al cabo de algunos dias. No
es posible obtenerle en estado anhidro; se concentra mas
y mas con la acción de un calor moderado hasta cierto
p u n t o , mas allá del cual se descompone en oxígeno y clo-
ro y en ácido perclórico. L a misma descomposición se
efectúa calentándole bruscamente.
Los ácidos clorhídrico, sulfhídrico y sulfuroso le des-
componen en frió; el ácido clorhídrico produce agua y cloro;
el ácido sulfhídrico, agua, cloro y azufre; y el ácido s u l -
furoso, ácido sulfúrico y cloro. El ácido clorhídrico descom-
pone el alcohol á la temperatura ordinaria , produciendo
a g u a , cloro y ácido acético; no enturbia la disolución del
nitrato de plata que tan fácilmente se efectúa con el ácido
clorhídrico y los cloruros.
El ácido dórico concentrado tiene un color amari-
llento y un olor tan fuerte, que obra con la mayor a c t i -
vidad sobre las materias combustibles. Su acción sobre
el alcohol es tan enérgica que le inflama y produce una
detonación ; inflama también él papel seco cuando se
echan sobre él algunas gotas.
El ácido dórico , que no existe en la naturaleza ni
libre ni combinado, se obtiene pasando una corriente de
cloro por una disolución de potasa ; produciéndose así
un clorato y un cloruro fáciles de separar por su distinta
disolubilidad. El ácido dórico se obtiene tratando el clorato
de barita disuelto en agua con el ácido sulfúrico. El l í -
quido se enturbia en gran manera por la precipitación
del sulfato de b a r i t a , se le filtra y evapora suavemente
hasta darle la consistencia oleaginosa. El sulfato de barita
queda siempre retenido en el filtro.
La composición del ácido dórico se determina des-
— 132-
componiendo por medio del calor el clorato de potasa , re-
cogiendo el oxígeno que se desprende y pesando él cloruro
producido. Su fórmula da C h O . Este cuerpo no tiene
6

ningún uso fuera de sus combinaciones con la potasa.


Acido perclórico. Este ácido es liquido, incoloro, inodo-
r o ; enrojece la tintura de tornasol sin destruirla; hierve á
los 140° sin descomponerse. No se altera con los ácidos
clorhídrico, sulfhídrico y sulfuroso; no enturbia la disolu-
ción del nitrato de plata. Precipita las sales de potasa mas
no las de sosa, porque el perclorato de potasa es muy so-
luble, mientras que el perclorato de sosa posee una gran-
de solubilidad : distintivo importante que nos diferencia
las sales de potasa de las de sosa.
Cuando se concentra el ácido perclórico hasta que
desprenda vapores blancos y se le destila con 4 ó 5 veces
su volumen de ácido sulfúrico, se cristaliza en láminas
prolongadas. Estos cristales se funden á los 4 5 ° ; atraen
la humedad del aire difundiendo espesos vapores; produ-
cen con el agua un ruido semejante al de un hierro can-
dente cuando se apaga.
El ácido perclórico es el mas estable de los compues-
tos oxigenados: su fórmula es C h O ; se obtiene su com-
7

posición tratando el perclorato de potasa con un peso 4 0


veces mayor de ácido sulfúrico concentrado, se forma sul-
fato de potasa y todo el ácido perclórico se descompone en
sus elementos. Se recoge la mezcla de cloro y oxígeno,
después se absorbe el cloro por medio de una solución al-
calina y se gradúa el oxígeno por su volumen y el cloro
por sustracción.
Se prepara el ácido perclórico calentando el clora-
to de potasa hasta que haya perdido parte de su oxí-
geno. Si se suspende en tal estado la operación y se trata
el residuo con el agua, el perclorato de potasa se precipita,
mientras que el agua conserva en disolución un poco del
clorato de potasa y del cloruro de potasio. Se recoge el
perclorato, se le introduce en una retorta pequeña con la
mitad de su peso de ácido sulfúrico dilatado, y se le ca-
lienta hasta cerca de los 1 4 0 ° . Formará bien pronto vapo-
res blancos de ácido perclórico, que se reciben en un reci»
píente y se condensan con el frió.
-133 —
Los otros cuatro ácidos de cloro no tienen ningún uso,
y no son otra cosa que compuestos efímeros que detonan
con facilidad.

Compuestos oxigenados de ázoe,

Kl ázoe combinándose con el oxígeno forma cinco


compuestos, AzOv A z Q , AzO?, A z O , AzO . Los dos
2 4 5

primeros no desempeñan papel ni de ácido ni de base; se


les llama protóxido y bióxido de ázoe. Los tres últimos
desempeñan el de ácidos y se les designa con los nombres
de ácido nitroso, hiponítrico y nítrico. El ácido hiponf-
trico es el mas estable de todos estos compuestos, y no se
descompone con el calor. El ácido nítrico es tan solo el
cuerpo que la naturaleza presenta, pero siempre en e s -
tado de combinación con las bases.
Protóxido de ázoe. Fué descubierto en 1772 por
Priestley ; se le llamó sucesivamente gas nitroso deflagisli-
cado, óxido nitroso, oxídulo de ázoe.
Propiedades, El protóxido de ázoe es gaseoso , inco-
loro, inodoro; de un sabor ligeramente azucarado. Su den-
sidad es 1,5269 , el agua casi disuelve su volumen, asfixia
los anim.iles que le respiran , se liquida comprimiéndole y
enfriándole al mismo tiempo. Este gas se trasforma en
ázoe y ácido hiponítrico cuando atraviesa un tubo de porr
celana calentado hasta el enrojecimiento; se descompone
con todos los metaloides excepto el oxígeno, el cloro, bro-
m o , iodo y ázoe, y con todos los metales á excepción de
los cinco últimos de la sesta sección. El ázoe en tales casos
queda en libertad ínterin que el oxígeno se combina con
el metaloide ó con el metal.
El protóxido de ázoe mantiene la combustión mejor
que el aire, por contener mayor cantidad de oxígeno en
igualdad de volumen; se descompone con los cuerpos com-
bustibles , y á semejanza del oxígeno determina la inflama-
ción.de las bujías que lleven un punto de su pábilo en i g -
nición. Se combina con el hidrógeno bajo la influencia de
una bujía encendida ó de una chispa eléctrica, siendo sufi-
ciente un volumen de hidrógeno para quemar lodo el oxí-
— 134 —
geno contenido en un volumen igual de este g a s ; lo cual
nos prueba que su mitad es de oxígeno.
Composición. Se analiza el protóxido de ázoe por m e -
dio del sulfuro de bario. Se introduce cierto volumen de
este gas en una campana encorvada que estribe en la cuba
de mercurio; se hace en seguida pasar algunos fragmentos
de sulfato de bario á su parte superior y se calienta con
una lámpara de alcohol. El protóxido se descompone in-
mediatamente; su ázoe queda en libertad, mientras que el
oxígeno trasforma una parte del sulfuro de bario en sul-
fato,de barita. El volumen de ázoe es en tal caso igual al
volumen del protóxido empleado. Por lo tanto si en la
fórmula VD = Y ' B ' - H Y " D " se hace V = Y ' = 1,
D = 1,5269, D ' = 1 , 1 0 5 6 3 , D " = 0 , 9 7 1 3 7 , se halla
V' = ^. Resulta de aquí que un volumen de protóxido de
ázoe es igual á f vol. de oxígeno - H 1 vol. de ázoe. Por
Y"D"
consiguiente la relación de pesos será — = =
l'
1
Y'B'
1,75; de donde si P ' = 8 , P " = 14, Tal es el equivalente
de ázoe.
Preparación. Se prepara el protóxido de ázoe calen-
tando suavemente en un matraz nitrato de amoniaco dese-
cado ; se obtiene por otra parte agua que se dirige en unión
con el gas á las probetas destinadas á recibirle. Se concibe
bien la reacción según la fórmula A z l l , A z 0 = 2 A z O - t -
3 3

3HQ. E s menester calentar fuertemente el matraz, por-


que la descomposición del nitrato es tan viva que podría
resultar una explosión,
Bióxido de ázoe. Este cuerpo fué descubierto por
Hales, y se le conoció con los nombres de gas nitroso,
óxido nitroso, óxido nítrico.
El bióxido de ázoe es gaseoso, incoloro, probablemen-
1
te inodoro; su densidad es 1 , 0 3 9 ; el agua disuelve - de
JA)
su volumen; asfixia á los animales que le respiran y se
liquida con el frió y presión.
Este gas se trasforma como el protóxido de ázoe en
ázoe y ácido hiponítrico, sometiéndole á un fuerte calor:
— 135 —
se descompone con casi todos los cuerpos que obran sobre
el protóxido, pero su descomposición exige sin embargo
una temperatura mas elevada.
El oxígeno y el aire actúan sobre él á la temperatura
ordinaria, y le trasforman en ácido hiponítrico tan luego
como se pone con ellos en contacto. Basta en efecto que
comunique con el aire la abertura de una probeta llena
de bióxido de ázoe, para que se llene inmediatamente de.
vapores rojizos de ácido hiponítrico.
Se creería tal vez que conteniendo mas oxígeno que
el anterior, inflamaría la llama de las bujías recien apagadas;
pero siendo por el contrario poco descomponible, las apaga.
Se le analiza también por medio del sulfuro de bario;,
contiene la mitad de su volumen de oxígeno y la mitad
de ázoe ó 1 equivalente de ázoe y 2 de oxígeno. Su fór-
mula es AzO . Se forma este gas siempre que se pongan
a

en contacto el ácido nítrico cen la plata, el mercurio y


el cobre, de donde se deduce fácilmente los medios de ex-
tracción. Se conocerá la pureza de este gas siempre que
sea completamente absorbido por una disolución de sulfato
de protóxido de hierro.
Acido nitroso. Es líquido, de un color azul, muy fluido
y muy volátil; hierve á temperaturas inferiores á cero.
Se obtiene echando ácido hiponítrico y calentando suave-
mente el líquido azulado que proviene.de la descomposi-
ción de este ácido; se le recibirá en un tubo en U r o -
deado de una mezcla frigorífica. El gas nitroso se encuen-.
tra siempre combinado formando nitritos , y se produce
siempre que se ponga en contacto el ácido hiponítrico con
una base, ó cuando el bióxido de ázoe se encuentra en pre-
sencia de una disolución alcalina. Se analiza descompo-
niendo por el calor el nitrito de plomo, obrando del pro^
pío modo que en el análisis del ácido nítrico. Se encuentra :
formado de 1 volumen de ázoe para | vol. de oxígeno, y
de consiguiente su fórmula da A.z0 . 3

Acido hiponítrico. Este ácido es líquido, de un olor


fuerte y característico, de un sabor insoportable y muy :

cáustico. Su densidad es 1,45. Enrojece fuertemente la


tintura de tornasol; corroe la piel y la desorganiza con
prontitud. Su color varía con la temperatura; es incoloro
— 136 —
á — 2 0 ° , de un amarillo de paja á —10°, de un amarillo
leonado á 0 , anaranjado de 0° a 15°, y rojo intenso mas
o

allá de 1 o°. Este ácido es muy volátil y difunde vapores


rutilantes á la temperatura ordinaria; hierve á 28°, p r o -
duciendo un gas de un hermoso color rojo. Es el cuerpo
que se produce cuando se pone el bióxido de ázoe en con-
tacto con el oxígeno ó con el aire á la temperatura or-
dinaria.
El ácido hiponítrico no se altera con el calor. Se des-
compone con casi todos los cuerpos que atacan al ácido ní-
trico; no actúa sobre el oxígeno seco» pero se combina
c o n e s l e gas bajo la influencia del agua. Este ácido s e d e s -
compone con las bases en ácido nítrico y ácido nitroso,
obteniéndose nitratos y nitritos de barita cuando su vapor
obra sobre la barita seca. Se descompone también en con-
tacto del a g u a , pero los productos que resultan varían
con las cantidades relativas de los cuerpos. Si se echa en
electo algunas gotas del ácido en un gran volumen de
a g u a , esta permanece incolora, se acidifica y desprende
bióxido de ázoe, mientras que se colorea de azul y des-
prende una pequeña cantidad de gas si se echa mucho
ácido en poca a g u a ; el ácido hiponítrico en el primer caso
se trasforma. en ácido nítrico y bióxido de ázoe, y casi to-
talmente en el segundo en ácido nitroso y nítrico que
permanecen disueltos.
Composición. Se analiza el ácido hiponítrico introdu-
ciendo limaduras de cobre en un tubo de porcelana, que
comunique por un extremo con un tubo de conducción de
gases y por el otro con una retorta medio llena de ácido.
Se calienta fuertemente el tubo y la retorta con suavidad
á fin de que se evaporice el ácido hiponítrico y de que sus
vapores se fijen en el cobre. E n este caso se descompone
en oxígeno que oxida el metal y en ázoe que se despreu.T
de. Se gradúa el ázoe según su volumen y el oxígeno por
el aumento de peso que sufre el cobre; de este modo se
halla que el ácido hiponítrico contiene 2 vol. de oxígeno
para 1 vol, de ázoe , y por consiguiente que su volumen
es A z O .
4

Preparación. Se efectúa descomponiendo por medio


del calor el n i t r a t o de plomo seco. Se le pulveriza, se le
— 137 —
deseca en una estufa introduciéndole en una retorta y
calentándola al grado rojo. El nitrato se descompone á
esta temperatura y su óxido queda en la r e t o r t a , mientras
que su ácido, que no puede sostenerse á esta temperatura,
se descompone en oxígeno y ácido hiponítrico. Estos dos
gases se recogen en un tubo en U rodeado de una mezcla
frigorífica; el ácido se condensa bajóla forma líquida, y el
oxígeno se desprende por la extremidad aguzada del tubo.
Acido nítrico. El ácido nítrico descubierto en 1 2 2 5
por Raimundo Lulle, se designó con los nombres de es-
pírüu de nitro, agua fuerte. No se le ha podido obtener
en estado de pureza; contiene aun en los casos de mayor
concentración un equivalente de agua, es decir, la sép-
tima parte de su peso.
El ácido nítrico concentrado es un líquido blanco, de
un olor característico, de sabor muy ácido; desorganiza
prontamente la piel y la colora de amarillo, color que
aumenta en contacto de los álcalis. Es un cáustico de los
mas violentos, produciendo en los animales que le beben
la muerte acompañada de convulsiones. Enrojece el t o r -
nasol, humea al aire á causa de su volatilización y su
afinidad con el agua. Su densidad es 1,512. El ácido ní-
trico hierve á los 86° si contiene un equivalente de agua;
pero siempre descompone una pequeña parte, porque el
líquido que resulta de la condensación de los vapores está
ligeramente coloreado de amarillo por el ácido hiponítrico.
Se congela á — 50°. El punto de ebullición se retarda y
el de solidificación se adelanta, si el ácido contiene mas
agua.
Propiedades químicas. El ácido nítrico se descompone
completamente en hiponítrico y oxígeno cuando atraviesa
por un tubo de porcelana calentado al grado rojo; se des-
compone también bajo la influencia de los rayos solares,
coloreándose de amarillo por el ácido hiponítrico q u e q u e -
da libre; pero entonces la descomposición es parcial, y cesa
tan luego como el ácido restante se encuentra suficiente-
mente debilitado por el agua que tomó del ácido.
El ácido nítrico no se descompone por el oxígeno, el
cloro, el bromo, el ázoe, el o r o , el platino, el rodio y el
iridio, siéndolo por los demés cuerpos simples á la t e m -
— 138—
peratura ordinaria ó á una mas ó menos elevada; su oxí-
geno se absorbe en todo ó en p a r t e , y se desprende del
ázoe ó de sus compuestos mas ó menos oxigenados. La
mayor parte de los metales atacados dan lugar á un nitra-
to metálico que permanece en disolución; algunos, como
el hierro y el estaño, producen nitrato de amoniaco, por-
que el agua del ácido descomponiéndose á veces, su hidró-
geno se une al ázoe y el amoniaco que resulta se combina
con una parte del ácido nítrico. La acción de los meta-
loides y metales varia extraordinariamente según la con-
centración del ácido, la temperatura y la solubilidad de
los productos, que de ella tengan origen.
Los cuerpos muy afines con el oxígeno descomponen
también el ácido nítrico. Los ácidos sulfuroso, arsenioso,
hipofosforoso, fosforoso, le quitan una parte de su oxígeno
para adquirir un grado rnayor de oxigenación ; los ácidos
hidrogenados le descomponen también por medio del hi-
drógeno que contienen.
Composición. Se empezará buscando el peso del agua
que encierra el ácido nítrico. Se tratará un peso dado de
este con una base seca, de óxido de plomo por ejemplo, se
recoge la sal originada, se la deseca y pesa. Sean P el peso
del ácido empleado, P ' el del óxido, P " el de la sal dese-
cada. Se tendrá evidentemente 1?" — P ' para el peso del
ácido seco , y P — ( P " — P ' ) para el peso del agua que
contiene. Este medio es aplicable á la mayor parte de los
ácidos hidratados.
La composición del ácido se determina calentando
fuertemente en una retorta de barro un peso conocido de
nitrato de plomo. Esta sal se descompone y el ácido ní-
trico que la constituye pasa por un tubo candente en el
que de antemano se depositan limaduras de cobre; su oxí-
geno se deposita en estas y el ázoe se recoge en probetas
dispuestas al efecto. De este modo es fácil, calculando el
aumento de peso de las limaduras y el gas recogido en las
probetas, determinar la composición del ácido, que es 2
volúmenes de ázoe para 5 de oxígeno. Su fórmula es AzO . 5

Preparación. Se obtiene el ácido nítrico tratando el


nitrato de potasa con el ácido sulfúrico en una retorta y
calentándoles hasta la fusión ; resulta en este caso un b i -
— 139 —
sulfato de potasa que permanece en la retorta , y vapores
de ácido nítrico que se condensan en el recipiente. La r e -
acción producida entre estos dos cuerpos da lugar á un
desprendimiento de vapores rutilantes de ácido hiponítrico,
porque el ácido nítrico puesto en libertad, lo es en muy
pequeñas cantidades respecto al ácido sulfúrico ; y como
no puede desde luego apoderarse de la cantidad de agua
necesaria á su existencia, se trasforma en ácido hiponí-
trico y oxígeno. Llega una época , sin e m b a r g o , en que el
ácido sulfúrico que se combina con la potasa cede su agua
al ácido nítrico, en cuyo caso los vapores rojizos desapa-
recen hasta el fin de la operación en que el agua del ácido
se concluyó. E l nitrato de potasa se sustituye ventajo-
samente por el de sosa, cuyos principios son mas abun-
dantes.
Usos. El ácido nítrico tiene numerosísimos usos, siendo
uno de los mas enérgicos reactivos empleados en química.
Grabados al agua fuerte. Estriban en la facilidad
con que este ácido ataca el cobre. Se cubren al efecto las
láminas de cobre con una capa de cera; se delinea en ella
el diseño que se trata de obtener, separándola con un p u n -
zón y se vierte ácido nítrico dilatado ; este obra sobre los
puntos correspondientes del cobre, quedando el grabado
en disposición de usarse tan luego como se separe la cera
con la esencia de trementina.
Acido cloronílrico. Calentando partes iguales d e los
ácidos clorhídrico y nítrico, se obtiene un líquido rojizo
dotado de propiedades particulares. Este líquido obra con
mas energía que cada uno de los ácidos que le constituyen,
disolviendo el oro y platino sustancias inatacables por
cualesquiera de ellos. Se la llama agua real por obrar
sobre el oro, llamado el rey de los metales. Su fórmula es
AzOCh*; no difiere del ácido nítrico sino en la sustitución
de 2 eq. de cloro por 2 de oxígeno.
Este gas es muy soluble en el a g u a ; produce en con-
tacto de los metales cloruros y desprendimiento de ácido
nítrico é hiponítrico; da lugar en contacto de las bases á
cloruros y á nitruros. Se condensa á — 2 0 ° bajo la forma
de un líquido rojo muy volátil, que actúa sobre los metales
y las bases con mas energía aun que el gas mismo. El
— 140 —
agua real debe considerarse como una disolución del gas
cloronítrico, de cloro, ácido nítrico, y un poco de ácido hi-
ponítrico; siendo el gas cloronítrico quien principalmente
le comunica la propiedad disolvente.

Compuestos oxigenados de fósforo.

El fósforo se combina con el oxígeno en cuatro propor-


ciones, resultando el óxido Ph'O* y los tres ácidos P h O ,
P h O , P h O , que sucesivamente tienen los nombres de
3 5

ácido hipofosforoso, fosforoso y fosfórico.


Acido fosfórico. Este ácido es sólido, incoloro, inodoro,
de un sabor muy ácido. Enrojece la tintura de tornasol, es
muy soluble en el agua, teniendo mayor peso específico
que este. Se funde al grado rojo y se volatiliza á una t e m -
peratura mas elevada ; tiene el aspecto de un cristal blanco
y trasparente si se encuentra fundido. Es necesario encer-
rarle en vasijas de platino pues ataca la plata y los m e t a -
les en contacto del aire formando fosfuros, y efectúa lo
mismo con las vasijas de barro ó cristal.
El carbono descompone el ácido fosfórico á una tempe-
ratura muy elevada , originando óxido de carbono, ácido
carbónico y fósforo. E s probable que el hidrógeno, el boro
y el silicio le descompongan también á uua temperatura
muy elevada. Los metales de las tres primeras secciones
le descomponen también y forma cou el potasio y el
sodio fosfuros y fosfatos
El ácido fosfórico se puede obtener en estado anhi-
dro ó bien combinado con 1 , 2 ó 3 equivalentes de agua.
Estos diferentes ácidos no poseen las mismas propieda-
des.
E l ácido fosfórico anhidro P h O se obtiene quemando
4

fósforo al aire seco. A | efecto se coloca un pedazo de fós-


foro sobre un flotador de corcho situado sobre la cuba
hidroneumática, se le da fuego y se le cubre con una
campana que contenga aire desecado. El ácido fosfórico
se deposita bajo la forma de copos blancos y absorbe la
humedad con gran avidez.
El ácido fosfórico mouohidratado P 1 I O - H H O se ob-
S
— 141 —
tiene echando agua sobre el ácido anhidro ó calentando al
grado rojo el fosfato de amoniaco en una retorta de pla-
tino. Forma un precipitado blanco con el nitrato de plata
y la disolución de albúmina; se puede emplear para reco-
nocer esta última sustancia , porque precipita del mismo
modo las disoluciones que no contienen sino pequeñísima
cantidad de ella.
El ácido fosfórico trihidratado P h 0 - r - 3 H O se obtie-
6

ne disolviendo el ácido fosfórico anhidro ó monohidratado en


el agua, y abandonando la disolución á sí misma por 3 ó 4
meses. También se obtiene este ácido tratando el fósforo
por el ácido nítrico á una temperatura próxima á la e b u 7

Ilición; el fósforo se acidifica y se desprende ázoe y bió-


xido de ázoe. Este ácido precipita el nitrato de plata en
amarillo, mas no precipita la albúmina.
El ácido fosfórico bihidralado P H Ü - H 2 H O se forma
6

calentando convenientemente el ácido trihidratado; preci-


pita el nitrato de plata en blanco, mas no la albúmina ni
sus disoluciones. Si se calienta el ácido trihidratado hasta
el punto de obtenerle en estado vidrioso, pierde dos cq.
de agua y se comporta entonces como el ácido monohidra-
tado.
Acido fosforoso. Este ácido es sólido, incoloro, ino-
doro, de sabor muy ácido, enrojece la tintura de tornasol,
y cristaliza en agujas siendo muy soluble en el agua; jamás
se le ha podido tener anhidro. Reduce muchos óxidos por
su tendencia á apropiarse el oxígeno para formar el ácido
fosfórico; descompone el agua en que se encuentra disuelto
en estado de ebullición, produciendo fosfuro gaseoso de
hidrógeno y ácido fosfórico que queda en disolución.
Se le prepara echando protocloruro de fósforo PhCh 3

en el agua y agitando la mezcla. El agua se descompone:


su oxígeno se une al fósforo para formar ácido fosforoso
P h O , mientras que el hidrógeno se une al cloro para o r i -
5

ginar ácido clorhídrico. Se evapora la disolución hasta una


consistencia de jarabe , abandonándola después á sí misma.
Acido hipofosforoso. Este ácido es líquido, incristaliza-
ble, mas denso que el a g u a , de un sabor muy ácido y muy
soluble en ella. No se le puede obtener sino en estado
anhidro. Se trasforma calentándole en fosfuro gaseoso
— 142 —
de hidrógeno y en ácido fosfórico; reduce también gran
número de ácidos.
Se le prepara echando fosfuro de bario en agua tibia,
resultando inmediatamente fosfuro de hidrógeno inflamable
y un hipofosfito de barita que permanece en disolución. Se
echa poco á poco en el líquido el ácido sulfúrico para pre-
cipitar la barita, filtrando después y evaporando el líquido
hasta la consistencia de jarabe.
Oxido de fósforo. Este óxido es rojo, i n o d o r o , insí-
pido é insoluble en el a g u a , alcohol y é t e r ; se trasfor-
ma calentándole en fósforo y ácido fosfórico, pero si
se le calienta en contacto del aire no produce sino este úl-
timo ácido. Se obtiene el óxido fundiendo el fósforo en
agua á 50 ó 6 0 ° , y haciendo que llegue á ella una cor-
riente de oxígeno; resultando ácido fosfórico que perma-
nece en disolución, y óxido de fósforo que se precipita.
Por mucho tiempo se admitió un quinto compuesto de
fósforo y oxígeno, llamado ácido hipofosfórico ó fosfático;
pero este ácido no es sino una mezcla de ácido fosforoso y
de ácido fosfórico, y se produce cuando se pone en con-
tacto el fósforo con el aire humedecido.

Compuestos oxigenados de arsénico.

El arsénico forma dos ácidos combinándose con el oxí-


g e n o , el ácido arsenioso A s O y el ácido arsénico A s O . 6

Forma además un compuesto que ciertos químicos consi-


deran como un óxido, y otros como una mezcla de arsé-
nico y ácido arsenioso. Dicho compuesto es negro pulve-
rulento ; se produce exponiendo el arsénico al contacto del
aire h ú m e d o , descomponiéndose en arsénico y ácido arse-
nioso en contacto del agua caliente; se le conoce con el
nombre de polvo para matar moscas.
Acido arsenioso. Se conoce en el .comercio con el nom-
bre de arsénico blanco, polvo para matar ratones, y se
presenta en masas blancas vidriosas. E s inodoro, de un
sabor acre nauseabundo y un tóxico de los mas activos:
ulcera las partes con quienes se pone en contacto. Se usa
como contraveneno el hidrato de peróxido de hierro dilui-
-143 -
do en el agua, porque forma con esta sustancia unarscnito
de hierro insoluble y poco nocivo.
El ácido arsenioso enrojece débilmente la tintura de
tornasol; su densidad es 3 , 7 4 ; es poco soluble en el agua,
no disolviendo sino la 1 0 0 parte de su peso á la tempe-
a

ratura ordinaria y 10 veces mas á la de 100.° Así que


una disolución saturada á esta temperatura deposita abun-
dantes cristales de ácido arsenioso enfriándola. Estos cris-
tales tienen una forma tetraédrica. El ácido blanco ú opa-
co es algo mas soluble que el ácido vidrioso ó semitras-
parente, así es que obra como un veneno de los mas
violentos.
El ácido arsenioso es volátil al calor rojo: si se le so-
mete á esta temperatura en un matraz pequeño de cuello
largo, se sublima y sus vapores se condensan en el cuello
del matraz bajo la forma de una costra blanca formada de
pequeños cristales tetraédricos. Si el matraz se encuentra
cerrado los vapores no se producen, y entonces el ácido se
funde produciendo una masa vidriosa trasparente que se
hace opaca ó blanca en contacto del aire húmedo. E s t e
ácido no se descompone con el calórico; pero si se le ele-
va á una gran temperatura tratándole con el carbono, el
hidrógeno ó el azufre, se efectúa su descomposición. La
producida por el carbono se efectúa tan luego como se
proyecta el ácido sobre carbones encendidos, desprendién-
dose un olor á ajos que no debe atribuirse á los vapores
del ácido sino á la combinación del arsénico libre con el
oxígeno del aire.
El ácido arsenioso se halla en la naturaleza, ya en for-
ma de un polvo blanco, ya bajo la forma de cristales tras-
parentes ; generalmente se prepara el arsénico del comer-
cio quemando el arseniuro de cobalto y recibiendo los va-
pores en cilindros que comuniquen con grandes piezas. E n
este caso se encuentra el arsénico en forma de masas vi-
driosas en los cilindros, y en estado de /lores en las piezas.
El ácido arsenioso tiene infinitos usos en medicina, en
química y en la industria para la preparación de colores
verdes, del oropimente, &c.
Acido arsénico. E s t e ácido es sólido, blanco, incrista-
lizable, muy cáustico; enrojece fuertemente la t i n t u r a de
— 144—
tornasol; es muy soluble en el agua, muy delicuescente,
y un veneno activo. Se descompone al calor rojo en ácido
arsenioso y oxígeno; se funde antes de descomponerse y
produce una masa vidriosa de ácido arsenioso. No tiene
ningún uso.
Los ácidos arsenioso y arsénico se distinguen por su
solubilidad; pero aun mejor se consigue diferenciarlos
echando una disolución de estos ácidos saturados de amo-
niaco en una disolución de nitrato de plata ó de sulfato de
cobre. El ácido arsenioso da un precipitado amarillo claro
en el nitrato de plata y verde herbáceo e n ' el sulfato de
cobre; y al contrario el arsenioso produce en el nitrato un
precipitado rojo ladrillo y uno azul celeste con el sulfato.

Compuestos oxigenados de carbono.

El carbono forma con el oxigeno dos combinaciones:


el óxido de carbono CO y el ácido carbónico C O . Estos
dos compuestos son gaseosos á la temperatura ordinaria é
indescomponibles por el calor.
Oxido de carbono. Se debe á Priestley su descubri-
miento , y á MM. Clemente y Desormes su composición.
Propiedades. E s gaseoso, incoloro, inodoro, insípido,
sin acción sobre el tornasol ni el jarabe de violetas. Su den-
sidad es 0 , 9 6 7 8 ; es casi insoluble en el agua y apaga los
cuerpos en combustión: produce también la asfixia. Es uno
de los gases mas deletéreos, y jamás desempeña el papel
de ácido ni de base, siendo indescomponible por el calor
y electricidad.
Aun cuando ni el aire ni el oxígeno tienen acción so-
bre el óxido de carbono á la temperatura ordinaria, le
trasforman en ácido carbónico en una muy elevada. Arde
con llama azulada característica quemándole en una pro-
beta en contacto del airé, resultando ácido carbónico que
blanquea la disolución de agua de cal. El cloro también
actúa sobre este óxido, pues exponiendo la mezcla de es-
tos dos gases al influjo de la luz solar, se contrae poco á
poco, reduciéndose á la mitad de su volumen y resultando
un nuevo gas dotado de un olor sofocante y de un sabor
muy ácido, designado con el nombre de ácido cloroxicar-
— 145 —
bonico. Los otros metaloides, igualmente que los metales
de las cinco últimas secciones, no tienen ninguna acción
sobre este gas; mas no así el potasio y los demás metales
de la primera sección.
Composición. Se determina la composición del óxido
de carbono quemando este ,gas con el oxígeno en el eu-
diómetro. De forma que situando 1 volumen de oxígeno
y 1 volumen de óxido de carbono, se halla un residuo
de | volúmenes después del paso de la chispa eléctrica,
el cual se halla formado de medio volumen de oxígeno
y 1 volumen de ácido carbónico. lo cual es fácil de cal-
cular absorbiendo con la potasa este último gas. E l óxido
de carbono se halla formado en peso de 6 partes de c a r -
bono para 8 de oxígeno, cuya fórmula es CO.
Preparación. El óxido de carbono existe en la a t m ó s -
fera según Saussure, pero en pequeñísimas cantidades;
formándose en los casos en que se calienta fuertemen-
te un exceso de carbono en el oxígeno, en ácido carbónico
y en los óxidos y carbonatos difíciles de descomponer. Se
obtiene este cuerpo tratando el ácido oxálico por el ácido,
sulfúrico concentrado. Se introducen estos dos cuerpos en
un matraz provisto de un tubo largo y se Je calienta poco,
á poco. El gas que se desprende no es el óxido de carbono
p u r o , pero sí una mezcla en volúmenes iguales de óxido
de carbono y ácido carbónico; es menester por lo tanto
separar el ácido carbónico por medio de la potasa ó de la
sosa. Es fácil darse cuenta de la reacción notando que el
ácido oxálico C*0*-+- Aq puede considerarse formado de
un equivalente de óxido de carbono unido á otro equiva-
lente de ácido carbónico bajo la influencia de cierta can-
tidad de agua; por lo tanto calentando este cuerpo en con-
tacto de una sustancia que absorba el a g u a , el óxido de
carbón se desprenderá del ácido y se obtendrá una mezcla
de estos dos gases bajo igualdad de volúmenes.
Acido carbónico. Este gas fué el primero que se le di-
ferenció del aire atmosférico; Vanhelmout fué quien le
descubrió y Lavoisier quien estudió su composición. Se
le llamó sucesivamente gas, aire fijo, ácido mefítico, áci-
do creloso.
Propiedades físicas. E l ácido carbónico es gaseoso é
10
-146 -
incoloro: tiene un olor algo picante y un sabor acídulo:
colorea la tintura de tornasol en rojo. El agua disuelve
vez y media su volumen á la temperatura ordinaria. Apaga
los cuerpos en combustión y asfixia los animales que le
respiran. La llama de las bujías se extingue cuando encierra
l o por 100 de ácido carbónico, ínterin que un ser vi-
viente resiste hasta 3 0 . Esto gas es mucho menos dele-
téreo que el óxido de carbono, no produciendo á veces
sirio leves indisposiciones las mismas cantidades que de
óxido de carbono 'Originarían la muerte.
El ácido carbónico es mucho mas denso que el aire; su
peso es 1,52910; así es que puede extravasarse con la
misma facilidad que un líquido.
Este gas es el primero que ha podido liquidarse por
medio de la presión y el enfriamiento, siendo necesaria
una presión de 26 atmósferas p a r a — 2 0 ° ; una de 3 0
paro — 10°, 36 á 0 , 4 5 á 10°, 56 á 20°, 7 3 á 3 0 ° , y
o

probablemente mas de 100 en temperaturas superiores


á 40°. El líquido que resulta es incoloro, muy fluido, y
se dilata mas que el gas con la acción del calórico. Se le
puede obtener en masas muy considerables por medio del
aparato de M . Thilorier (fig. 19). Se reduce este á un

cilindro grueso de hierro de unos dos pies de altura,


de un pie de diámetro y de seis á ocho líneas de grueso;
-147 —
se le sitúa en una disposición vertical apoyado en dos.tor-
nillos horizontales que puedan imprimirle un movimiento
de rotación; se introduce en su cavidad bicarbonato de
sosa y un tubito lleno de ácido sulfúrico; se les hace girar
á fin de que se incorporen estos líquidos cerrando previa-
mente el aparato. Inmediatamente se le hace que comu-
nique con otro cilindro fijo, en el cual se condensa por
efecto de la presión que el gas ejerce sobre sí mismo á
medida que se forma. Este gas se ha podido hasta solidi-
ficar; al efecto se abre una llave que tiene el segundo ci-
lindro:, y se sitúa una cápsula en dirección de la vena lí-
quida. La porción del líquido que se evapora determina un
frió tal que solidifica la otra porción bajo la forma de copos
análogos á los de la nieve. La temperatura desciende á
9 4 ó 95° bajo cero. El ácido sólido se conserva mucho tiem-
po, en especial si se le rodea de sustancias malas conduc-
toras del calórico, como lana. E s fácil notar que la porción
que se evapora mantiene el estado sólido dé la restante.
También se consigue solidificar el mercurio y el ácido ní-
trico, situando sobre estos líquidos una cutícula de dicha
sustancia sólida. Si se le toca con los dedos no se e x p e r i -
menta sensación muy viva por hallarse esta sustancia siem-
pre rodeada de una atmósfera de ácido carbónico; pero si
se la comprime con las manos, la impresión es sumamente
dolorosa y análoga á la que resultaría si fuese un hierro
candente. Echándole en líquidos que le mojen sin atacarle,
como el éter sulfúrico, su temperatura desciende repen-
tinamente á 9 4 ó 95° bajo cero.
Propiedades químicas. E l ácido carbónico resiste al
calor mas fuerte á que se le pueda someter; pero una se-
rie de chispas eléctricas le descomponen en oxígeno y óxi-
do de carbono; á veces esta descomposición es tan solo
parcial, porque el oxígeno y el óxido de carbono se c o m -
binan bajo la influencia de una chispa para originar ácido
carbónico. El hidrógeno, el carbono, y probablemente el
boro, descomponen el ácido carbónico á una temperatura
elevada; el hidrógeno se apropia la mitad de su oxígeno,
resultando agua y óxido de carbono; e\ carbono del propio
modo la mitad de su oxígeno y produce un volumen
de óxido de carbono doble del ácido carbónico. Todos estos
— 148 —
experimentos deberán practicarse en un tubo de porcelana
calentado al grado rojo. El potasio, el sodio, y probable-
mente los demás metales de la primera sección, descom-
ponen el ácido carbónico en oxígeno y carbono. Los m e t a -
les de las otras secciones le trasforman tan solo en oxígeno
y óxido de carbono: los metales de la sexta no le atacan
en lo mas mínimo.
Composición. Se obtiene por medió -de la síntesis q u e -
mando en el oxígeno un volumen de ácido carbónico igual
al volumen de oxígeno absorbido, y de consiguiente el áci-
do carbónico contiene un volumen de oxígeno igual al
suyo. La fórmula es CO% lo cual da en el ácido carbónico
dos equivalentes de oxígeno para uno de carbono. Aun
cuando esta sustancia no se haya podido aislar en estado
de vapor, se admite en ella un volumen igual al volumen
de oxígeno, y de consiguiente que se halla formada dé un
volumen de oxígeno y de otro de vapor de carbono c o n -
densados en uno. Para quemar el carbono en el oxígeno
midiendo el volumen del g a s , se usa de un balón provisto
de una llave de hierro, la cual da paso á una varilla de la
misma sustancia, unida á una cápsula de platino, en
la que se sitúa el carbono que debe quemarse en el centro
del balón. Se llena este de oxígeno p u r o , se cierra la llave
y se determina la combustión concentrando los rayos sola-
res sobre el carbono ó diamante que se haya situado.
M. Dumas ha repetido esta síntesis tomando las mas
minuciosas precauciones, hallando que 6 partes en peso
de carbono producen 2 2 de ácido carbónico, y de consi-
guiente que absorben 16 partes de oxígeno.
Preparación. El ácido carbónico se encuentra combi-
nado en la naturaleza con diversas bases, como la c a l , so-
sa', potasa, &c.; á veces disuelto en muchas aguas, á las
que comunica sus propiedades; y finalmente se presenta
en estado gaseoso en muchos terrenos volcánicos , de los
que se desprende en gran abundancia, como acontece
en la gruta del Perro, en el Pouzole, que llega á formar
una capa de 3 ó 4 pies de altura: razón por la que un
hombre puede entrar impunemente, al paso que un perro
ó cualquier otro ser se asfixia.
L Í presencia de este ácido es fácil de conocerla, pues
— 149 —
apaga la combustión de los euerposj produciéndose siem-
pre que se queme el carbono en presencia del aire. Se
obtiene con la mayor facilidad, tratando el carbonato de
cal con el ácido sulfúrico ó con el ácido clorhídrico: estos
ácidos, siendo mas poderosos que el ácido carbónico, se
combinan con la cal y le desprenden.
El carbonato de cal preferible es la c r e t a , usando, para
que la reacción sea mas viva, el ácido clorhídrico; pues si
-se usara el mármol y el ácido sulfúrico, el sulfato de cal
producido no es soluble y originaría muy luego una costra
que rodeando el carbonato impedirá la reacción. Cuales-
quiera que sea el procedimiento usado se conocerá que el
ácido carbónico es puro cuando sea completamente a b -
sorbido por u n í disolución de potasa ó sosa.
Usos. Dhuelto el ácido carbónico en el agua, forma las
aguas gaseosas naturales ó artificiales. Estas últimas se
forman de dos maneras : unas veces inyectando ácido car-
bónico hasta que se disuelva seis veces su volumen, y
otras echando bicarbonato de sosa en una disolución del
ácido tártrico. Por otra parte el tartralo de sosa que se
produce no comunica al agua ningún sabor desagradable.

Compuestos oxigenados de boro y silicio.

El boro y el silicio no se combinan con el oxígeno


sino en una proporción; el ácido bórico y silícico que r e -
sultan de esta combinación son sólidos, fijos é indescompo-
nibles por el ealor. Sus fórmulas son B O y S C O , tomando
3 3

11 y 2 3 por equivalentes de boro y silicio.


Acido bórico. Este ácido es incoloro é inodoro; su sa-
bor es muy débil; enrojece muy poco la tintura de t o r n a -
sol; no se volatiliza ni se descompone por el calor, pero se
funde al grado rojo formando cristales de una diafanidad
extraordinaria. El ácido cristalizado pierde su trasparencia
paulatinamente; si se le deja expuesto al contacto del aire,
se cubre tle una película que se la considera formada de-
cristalillos de ácido bórico hidratado, pero que probable-
mente depende de una nueva situación molecular.
— 150 —

E l agua disuelve-^r parte de su peso á los 100° y ^ ~


J2 oO
á la temperatura ordinaria ; así es que estas disoluciones
cristalizan fácilmente cuando se enfrian si se encontraron
bien saturadas á los 100.° Estos cristales toman siempre
tres equivalentes de agua, y es imposible conservarles de
otro modo que introduciéndoles en vasijas herméticamente
cerradas, pues desaparecen absorbiendo la humedad del
aire.
El potasio y el sodio son los únicos cuerpos simples
que descomponen el ácido bórico; parte del boro se d e s -
prende , y parte forma boratos de potasa y sosa. General-
mente la operación se practica en tubos de cristal poco
fusibles, en los que se introducen las sustancias, se cierran
y se calientan en un horno evaporatorio. Efectuada la ope-
ración se rompe el tubo y se proyectan las sustancias en
agua tibia para que se disuelva el borato y se aisle el boro.
El ácido bórico se descompone fácilmente cuando se le
trata con cuerpos de los que uno tenga tendencia á unirse
con el oxígeno y el otro con el b o r o ; tal sucede con el
carbón y el hierro, Ó con el carbón y cloro.
Una propiedad notable del ácido bórico es la de colo-
rear de verde la. llama de las sustancias con quienes se
halle interpolado. Se puede notar esto, disolviéndole en
alcohol é inflamando la llama. Aun cuando los compues-
tos de cloro y las sales de cobre tengan esta propiedad,
no es fácil, una vez vista, confundir entrambas colora-
ciones.
Preparación. El ácido bórico existe en disolución en al-
gunas lagunas de Toscana , de donde se le extrae evaporan-
do el agua. Frecuentemente se le obtiene del borato de sosa
(bórax) que se encuentra en gran abundancia en la India;
se disuelve al efecto esta sal en agua hirviendo; después se
echa poco á poco ácido sulfúrico hasta que el líquido colo-
ree el tornasol en rojo jacinto. El bórax se halla en tal
caso completamente descompuesto y resulta sulfato de
sosa que permanece en disolución, y ácido bórico que el
enfriamiento descompone en forma de láminas. Cuando
el líquido se encuentra completamente frió, se filtra y se
— 151 —
calcina.el residuo en una retorta de platino candescente
para privarle del ácido sulfúrico que se halla en exceso.
De este modo se obtiene el ácido bórico puro y en estado
de cristales.
Este ácido se usa para fundir y analizar las piedras que
contengan potasa ó sosa.
Acido silícico. Se ledesigna comunmente con el n o m -
bre de tierra vüri/icable por entrar en Ja composición del
vidrio; se le da también el nombre de sílice porque forma
casi completamente el sílice ó pedernal.
El ácido silícico es incoloro, inodoro, insípido, sin a c -
ción sobre el tornasol, infusible al calor de forja, irreduci-
ble al calor y por la pila, é indescomponible por todos los
cuerpos excepto el potasio y el sodio. No Je descompo-
nen sino aquellas sustancias que puedan actuar á la vez
sobre el oxígeno y sobre el silicio, lo eual se consigue con
el carbón y el cloro, el carbón y el.hierro, el flúor y el
hidrógeno en estado de ácido fluorhídrico.
El ácido silícico es una de las sustancias mas. difundi-
das en la naturaleza; se le encuentra casi puro en el cuar-
zo ó cristal de roca, sustancia incolora, trasparente, c r i s -
talizada en prismas de seis caras, terminados en remates
piramidales: se le halla también en la amatista, en el
ágata ó calcedonia, en la cornerina, én el silex, en la arena
blanca, en el gres y en muchas tierras en que se encuen-
tra mezclado con el carbonato de cal, la alúmina, &c.; se
presenta en fin combinado con diversas bases en casi todas
las piedras duras ó preciosas, excepto el diamante , el za-
firo y el rubí.
En los laboratorios se puede obtener el áeidu silícico
pulverizando arena é introduciendo este cuerpo en una r e -
torta con un peso duplo de hidrato de potasa; se calienta
la mezcla manteniéndola en estado de fusión perfecta d u -
rante una media hora. De este modo se obtiene un silicato
de potasa que se disuelve en el agua hirviendo y que se
tratará después con el ácido sulfúrico; en este caso el áci-
do silícico se precipita bajo la forma de un polvo impalpa-
ble, y el sulfato de potasa queda en disolución. El ácido
silícico obtenido de este modo es soluble en pequeña can-
tidad de agua, aunque la arena y el gres sean completa-
— 152 —
mente insolnbles; esta solubilidad nos explica su presencia
en el agua de ciertos manantiales y plantas, como las gra-
míneas y las yerbas de las praderas, &c.
El ácido silícico es una de las sustancias mas impor-
tantes en la industria: se usa de él en forma de arena
para la fabricación del vidrio, en el de gres y guijarro
para los empedrados y construcciones; también se le e m -
plea en la fundición de hierro, cobre, & c . ; en fin en es-
tado de cristal se usa en la fabricación de las lentes.

Compuestos oxigenados de los metales.

Todos los metales se combinan con el oxigeno por lo


menos en una proporción. Sus compuestos se denominan
en general óxidos metálicos, siendo ácidos, básicos, indife*
rentes , salinos ó singulares. Los óxidos ácidos neutralizan
perfectamente las bases y jamás se unen entre sí ni con
los ácidos metaloideos; tales son los ácidos crómico, m o -
líbdico, túngstico, mágnico, &c. Enrojece la tintura de
tornasol cuando son solubles y jamás enverdecen el jarabe
de violetas.
Los óxidos básicos neutralizan perfectamente los áci-
dos metálicos ó metaloideos, sin desempeñar jamás entre
sí el papel dé ácidos; tales son los protóxidos de los m e -
tales de la primera sección, los protóxidos de manganeso,
de'hierro, & c . : enverdecen el jarabe de violetas ios que
son solubles; enrojecen el papel amarillo de cúrcuma y
restablecen el azul de tornasol enrojecido por un ácido.
Óxidos indiferentes. Desempeñan ya las funciones de
bases, ya las de ácidos; así la alúmina, el protóxido de
zinc, el bióxido de cobre obran como bases; sin embargo
de que se comportan á veces corno ácidos neutralizando
las bases poderosas, tales como la potasa y la sosa.
Los óxidos salinos están formados de dos óxidos que
contienen el metal en dos grados diferentes de oxigena-
ción: puede considerárseles como verdaderas sales, en las
que el óxido menos oxigenado funciona como base y el
mas oxigenado como ácido. Así el óxido de hierro magné-
tico , que se encuentra compuesto de protóxido y sexqui -
óxido de hierro, es un ferralo de protóxido de h i e r r o : el
—153 —
minio, que es m compuesto de protóxido y bióxido de plo-
mo , se puede considerar como un plombato de protóxido
de plomo.
Los óxidos singulares no se combinan ni con los áci-
dos ni con las bases; pero pierden una parte de su o x i -
geno bajo la influencia de muchos ácidos, en cuyo caso se
comportan como bases. Lo cual acontece con los bióxi-
dos de bario y manganeso, en presencia del ácido sulfú-
r i c o ; desprenden parle del oxígeno y se convierten ,en
protóxidos que se combinan con el ácido.
Adoptaremos en el estudio de los óxidos metálicos la
clasificación seguida en los m e t a l e s , estableciendo algu-
nas generalidades á fin de abreviar el estudio de los d i -
versos compuestos.
Estado físico. Todos los óxidos metálicos son sólidos,
opacos y quebradizos; desposeídos de brillo en la forma
pulverulenta; insípidos excepto los óxidos de la primera sec-
ción, que tienen un sabor muy acre y cáustico; inodoros. Su
densidad es mayor que la del agua, pero menor que la del
metal que le dio origen, excepto los óxidos de potasio y
sodio. Los óxidos de la primera sección son los únicos solu-
bles en el agua; enverdecen el jarabe de violetas, enroje-
cen el papel de cúrcuma, y restituyen el azul al tornasol
enrojecido por un ácido. El óxido de manganeso y el
bióxido de mercurio disfrutan estas propiedades aunque
en un grado muy remiso. El protóxido de hierro y el
óxido de hierro salinos son los únicos óxidos magnéticos.
Acción del calórico. Los óxidos metálicos de la últi-
ma sección se reducen completamente por el calor; los
demás no se descomponen cuando se hallan en estado de
protóxidos, pero pierden gran cantidad de su oxígeno si
poseen mayor grado de oxigenación.; tal es lo que acon-
tece con el bióxido de manganeso. Los óxidos indescom-
ponibles pueden fundirse á una temperatura muy elevada;
los unos al fuego ordinario, los otros al de forja : algunos
lo efectúan por medio del soplete de oxígeno é hidrógeno,
tales como los de la segunda sección, el b a r i o , estroncio
y calcio. Respecto á los óxidos reducibles en todo ó en
parte se descomponen en general antes de su fusión. El
ácido ósmico es el único óxido volátil.
— 154-
Accion de la pila. Todos los óxidos metálicos se descom-
ponen por medio de la pila a excepeion de los de la segunda
sección. Se practica el experimento colocándole sobre una
cápsula de platino que comunique con el polo positivo y
el óxido con el negativo. Se humedece algún tanto el óxi-
do para hacerle mejor conductor por medio del agua. De
esta manera obtuvo Davy el potasio y el sodio.
Acción délos metaloides. Na trataremos sino de la a c -
ción que desenvuelven el oxígeno, el hidrógeno, el car-
bono , el fósforo, el azufre y el cloro. El ázoe no desen-
vuelve ninguna acción sobre los óxidos metálicos. ;
Oxígeno. Aun cuando la acción de este metaloide sea
nula á la temperatura ordinaria , obra con una energía e x -
traordinaria sobreoxidando los óxidos metálicos en las muy
elevadas; cuyo efecto se nota perfectamente en los protó-
xidos de potasio , de sodio¿ de bario, de estaño, de cobre,
de plomo y mercurio. El oxígeno produce el mismo efecto
aun á la temperatura ordinaria sobre ciertos óxidos, con
tal que se encuentren en presencia del agua; por ejemplo,
los protóxidos de hierro, manganeso, cobre y titano. Así
que echando amoniaco en una disolución de sulfato de pro-
tóxido de hierro , se forma inmediatamente un precipitado
blanco de protóxido de cobre, que sucesivamente se tras-
forma en verde, verde oscuro y amarillo rojizo, absorbien-
do el oxígeno disuelto en el agua.
Hidrógeno. Este gas no actúa sobre los óxidos m e t á -
licos á la temperatura ordinaria , ni tampoco en las muy
elevadas sobre los protóxidos de los metales de la primera
y segunda secciou; pero trasforma en protóxidos los per-
óxidos de estas secciones y reduce completamente los óxi-
dos de las cuatro últimas. Los metales procedentes de la
reducción de los óxidos por el hidrógeno poseen á veces
propiedades particulares; el h i e r r o , por ejemplo , se hace
negro, pulverulento y sin tenacidad; se inflama inmedia-
tamente que se le proyecta á la temperatura ordinaria en
el aire.
Carbono. El carbono descompone á una temperatura
elevada todos Ius óxidos de las cuatro últimas secciones;
efectúa lo propio con los óxidos de potasio, sodio y man-
ganeso , y restituye al estado de óxidos los bióxidos de
— 155 —
b a r i o , do estroncio y calcio. La descomposición es difícil
con la potasa y sosa, no tiene lugar sino al rojo blanco,
al paso que en los otros óxidos, es sumamente fácil. Los
productos de esta descomposición son ácido carbónico ú
óxido de carbono, según que la reducción sea mas ó m e -
nos completa.
Fósforo. El fósforo descompone á una temperatura
mas ó menos elevada lodos los óxidos metálicos excepto
los de la segunda, á pesar de ser reducible el óxido de
manganeso. Los productos varían con la naturaleza del
óxido. Generalmente en los de fácil reducción se obtiene
un fosfuro metálico y ácido fosfórico, y fosfatos.y fosfuros
con los que presenten una reducción mas difícil. Cuando
los óxidos se reduzcan difícilmente, como sucede con la
sosa, la potasa y la barita , se hace uso de un tubo hori-
zontal encorvado á la manera de una retorta por una de
sus extremidades, se coloca el fósforo en la parte encor-
vada y el óxido en la horizontal aguzando por medio de
una lámpara la otra extremidad. Se calienta el óxido sobre
carbones encendidos y el fósforo á fin de evaporizarle. I n -
mediatamente que los vapores de este llegan sobre el ó x i -
do, la reducción se efectúa determinándose un estado c a n -
descente de los mas enérgicos, que se propaga por las di-
versas capas de la materia á medida que el fósforo penetra.
Si el óxido es de fácil reducción como el de c o b r e , p l a -
t a , &c. , se empleará un lubilo en el que se mezclará el
fósforo y el óxido pulverizados, calentándole.después á la
lámpara ; en lodos estos cases se determina una combus-
tión de las mas intensas.
El fósforo no aclua por el intermedio del agua sino en
los óxidos alcalinos y en los de fácil reducción. Con los
primeros produce un fosfato, un hipofbsfito y un fosfuro
gaseoso de hidrógeno; con los segundos origina ácido fos-
fórico y la reducción del metal. Generalmente se opera
sobre un matraz expuesto al calor de una hornilla.
Azufre. El azufre obra sobre los mismos óxidos que el
fósforo; forma con los óxidos alcalinos un sulfuro y un
sulfuto, y con los demás un sulfuro y desprendimiento de
ácido sulfuroso. Se opera como en el fósforo.
El azufre obra también sobre los óxidos alcalinos por
— 156—
el intermedio del agua, resultando hiposulfilos y un poli-
sulfuro metálico. Este último cuerpo se disuelve en el lí-
quido y le colora de amarillo.
Cloro. Este cuerpo no obra como los metaloides pre-
cedentes , apoderándose del oxígeno del óxido; se c o m -
bina con el metal dejando en libertad el primer cuerpo.
Esta acción del cloro se manifiesta fácilmente obligando á
que llegue una corriente de cloro seco sobre un óxido ca-
lentado al grado rojo, y recogiendo el gas producido en
probetas llenas de agua ó mercurio. Los óxidos de la se-
gunda sección y los óxidos de manganeso y magnesio son
los únicos que resisten la acción del cloro. Este cuerpo
actúa también sobre las disoluciones de bases alcalinas,
formando cloruros y cloratos. Los cloruros permanecen
en disolución y los cloratos se precipitan formando cris-
tales.
Acción de los metates. Los metales dotados de una
grande afinidad con el oxígeno pueden en general, y á una
temperatura elevada, reducir los óxidos de aquellos meta-
les cuya afinidad con dicho cuerpo sea menos enérgica.
Así es que los metales de la primera sección reducen los
óxidos de las cuatro últimas, y un metal de cualesquiera
de ellas reduce los de la sección siguiente, apoderándose del
oxígeno. Acontece frecuentemente que un metal de una
sección reduce á menor grado de Oxigenación á un óxido
sobreoxidado de una sección precedente: así es que los
peróxidos de potasio y sodio se reducen en parte por el
hierro y zinc, trastornándose en potasa y sosa. La acción
de un metal sobre un óxido se modifica desde luego por
todas las circunstancias que influyen en la afinidad.
Acción del agua. Los protóxidos de los metales alcali-
nos, es decir, la potasa, la sosa, la fitina, la barita, la
estronciana y la cal, son los únieos óxidos solubles en el
a g u a , aun cuando la fitina y la cal disfrutan de una solu-
bilidad muy débil. Los protóxidos de h i e r r o , manganeso
y estaño descomponen él agua á una temperatura muy
elevada y se apoderan de su oxígeno: el agua descompone
al contrario los peróxidos de los metales alcalinos y los
trasforma en protóxidos, ya á la temperatura ordinaria -ó
bien »n temperaturas próximas á los 100°. La mayor par-
-157 —
te de los óxidos metálicos pueden combinarse con el agua,
formando verdaderas sales llamadas hidratos, en las que
el agua desempeña el papel de ácido. Estos hidratos con-
tiene» siempre agua en proporción tal, que el oxígeno del
agua es igual al oxígeno de la base: se descomponen con
extraordinaria facilidad en temperaturas elevadas, excepto
los hidratos de litina y barita, de estronciana y cal que
retienen el agua, y los hidratos de potasa y sosa que son
también indescomponibles.
Preparación. Se hallan en la naturaleza algunos óxi-
dos metálicos en estado de pureza : otros combinados en-
tre sí y mas bien con los ácidos. Los óxidos naturales son
la alúmina, los bióxidos de manganeso y estaño, el óxido
de titano, el protóxido de cobre, el scsquióxido de hierro
y el óxido salino de hierro; siendo fácil obtener los otros
óxidos con los medios siguientes.
1.° Calcinación del metal en contado del aire ó del
oxígeno. Se coloca el metal en una retorta y se le calienta
hasta una temperatura elevada; si no es fusible, se le agi-
tará con una espátula durante la operación á fin de que
la oxidación sea completa; si lo e s , se separarán las capas
oxidadas que se vayan formando en su superficie. No se
emplea el oxígeno puro sino en la preparación de los per-
óxidos de potasio, de sodio y de bario; en cuyo caso el
oxígeno y el cuerpo se encerrarán en una campana e n -
corvada que estribe en la cuba de mercurio.
Descomposición de una sal por una base. Se disuelve
en agua la sal que contiene el oxígeno que se trata de e x -
t r a e r ; se vierte en la disolución una hase alcalina que
precipite el óxido, sin combinarse con é l ; se le recoge
entonces, se le lava y deseca. Este medio es aplicable á
casi todos los óxidos, aunque no siempre puede emplearse
en los de la primera sección que son solubles.
Descomposición de una sal por medio del calor. Se
calentará hasta el grado rojo en un crisol el carbonato ó
el nitrato de la sal, cuyo óxido se trate de obtener: el
ácido se desprende y el óxido queda en libertad. Si el óxido
essobreoxidablealaire,se le deberá encerraren una retor-
ta. Sentadas estas generalidades describamos sumariamen-
te los óxidos mas importantes por sus usos y propiedades.
— 158 —
Protóxido de potasio ó potasa. La potasa tiene un
sabor acre y cáustico, enverdece fuertemente el jarabe de
violetas, enrojece el papel amarillo de cúrcuma restable-
ciendo el azul de tornasol enrojecido por los ácidos; es una
de las bases mas enérgicas y uno de los álcalis mas pode-
rosos. La potasa es blanca, fusible mas allá del calor rojo
y muy delicuescente; se liquida rápidamente en c o n t a d o
del aire húmedo y se trasforma al mismo tiempo en un
carbonato, absorbiendo el ácido carbónico déla atmósfera^
E s muy soluble en el agua y forma un hidrato indescom-
ponible por el calor. No se presenta en la naturaleza en
estado de libertad; pero sí en el de carhonato, sulfato,
n i t r a t o , t a r t r a t o , oxalalo y silicato. La potasa entra en la
composición de una multitud de productos artificíales,
como el jabón blando, el cristal, el alumbre y el hidrato
de potasa; jamás se usa en estado dé libertad.
Para preparar el hidrato de potasa, reactivo de los
mas enérgicos y del Cual se hace gran uso en química, se
emplea el nitrato y el bitartrato de potasa. Mezcladas
una parte del nitrato con dos del bitartrato, se les echa en
una vasija de fundición calentada al grado rojo á fin d e q u e
se determine una reacción pronta entre los elementos de
estos dos ácidos. Resulta inmediatamente ázoe y vapor de
agua que s e desprenden, y ácido carbónico que se une á la
potasa para formar carbonato de potasa, Se echa en segui-
da cal y agua en la vasija, se la hierve por algún tiempo
á fin de que el carbonato se disuelva y de que la cal se
descomponga, filtrándole en seguida. El carbonato de cal
queda en el filtro con el exceso de cal, y el líquido no
contiene sino potasa, un poco de cal y algo de carbonato
de potasa que se reproduce por el contacto del a i r e , acom-
pañado de algunas salesextniñas procedentes del nitrato y
bitartrato empleados. Se evapora la disolución hasta la consis-
tencia de jarabe: se echa después tres ó cuatro veces su peso
de alcohol, se agita é introducé en frascos prolongados y
estrechos. Al cabo de 2 4 horas todas las sales extrañas se
depositan, y el líquido no contiene sino un hidrato de po-
tasa. Se le decanta y coloca en una retorta de barro pro-
vista de una alargadera y de un recipiente. Calentado el
líquido hasta que se reduzca á las tres cuartas partes de
- 159 -
sir.volúraen, se vierte e| residuo en una cápsula de plata
á fin dé que se evapore, y cuando la masa se encuentra en
fusión tranquila y de un color rojo, se la echa en una va-^
sija de estaño ó cobre para que se fije. Al cabo de algunos
minutos se la quebranta introduciéndola en frascos esmeri-
lados. El hidrato de potasa obtenido de éste modo se le
llama potasa al alcohol.
Se prepara también el hidrato de potasa con la potasa
del comercio, que es un carbonato mezclado con un sulfato
de potasa, cloruro de potasio y pequeña cantidad do otras
sales. La operación es análoga á la ya descrita , empleando
el alcohol del mismo modo.
La potasa á la cal es, un hidrato impuro que se o b -
tiene tratando la potasa del comercio con la c a l , filtrando
y evaporando el liquido.hasta la sequedad; se funde des^
pues e| residuo y se eue|a> Pero este hidrato contiene,siemr
pre algo d e c a í , carbonato de potasa, sulfato de idem, clo-
ruro de potasio y algunas sales. Esta preparación se conoce
en medicina con el nombre de. piedra de cauterios.
Protóxido de sodio ososa. La sosa es blanca y disfruta
de las mismas propiedades qu'e (a potasa; pero no se liqui-
da en contacto del aire húmedo, porque el carbonato, q u e
se forma es eflorescente, lejos de ser delicuescente como
el carbonato de potasa. La sosa no.se presenta en la natu-
raleza libremente sino combinada con los ácidos sulfúrico,
carbónico, nítrico y bórico: se le obtiene fundiendo el so-
dio en el oxigeno seco y calcinando el producto á fin de
descomponer la porción de sesquióxido de sodio que se
forme. Entra en, la composición del jabón sólido, del vi-
drio y de la sosa del comercio. La sosa, combinándose
con el agua forma un hidrato análogo al; de la potasa,
que no es eflorcsccnte y muy difícil de descomponer con
el hierro.
¡Protóxido de bario ó barita. La barita es blanca cuan-
do se. halla p u r a ; es cuatro veces mas densa, que el agua;
n o e s fundible como la estronciann y ia cal sino al soplete
de hidrógeno; se desmorona reduciéndose & polvo en con-
tacto del aire, absorbiendo el vapor de agua y el ácido car-
bónico ; pasa al estado de bióxido de bario cuando se la ca-
lienta en el .oxígeno. iLa^ barita tiene mucha Safiuidad con
- 160 -
el agua, combinándose con tal vivacidad que se hace can-
descente, dejando tan solo caer algunas gotas de agua so-
bre su masa. El agua no disuelve sino la vigésima parte de
su peso á la temperatura ordinaria, y la décima á los 100°;
así que enfriando una disolución saturada de barita, pre-
cipita al enfriarse una multitud de cristales muy volumi-
nosos, que se consideran como formados de agua y un h i -
drato, de barita. E l agua de barita es uno de los reacti-
vos mas usados. La barita existe en la naturaleza combinada
con los ácidos sulfúrico y carbónico; se la extrae del n i -
trato calcinándola en una retorta de platino; de este modo
se la puede conservar en masas sólidas y porosas en fras-
cos de cuello esmerilado. Existe un hidrato de barita aná-
logo á los d e sosa y potasa, que se prepara echando len-
tamente agua en la barita hasta que se reduzca á una masa
espesa que se calentará al grado rojo para que evaporó el
a g u a : se la vierte en seguida en una cápsula de cobre,
conservándola fuera del contacto-del aire.
Protóxido de estroncio ó eslronciána. La estronciana
posee una multitud de propiedades comunes también á la
b a r i t a ; se halla en la naturaleza en estado de sulfato y
carbonato, extrayéndola del nitrato por medio de la e a l -
1
cinacion. E l agua no disuelve sino de su peso á la tem-

peratura ordinaria, — á los 100°, dejando depositar pe*


JA)
medio del enfriamiento cristales de estronciana hidratada.
Las sales de estronciana se distinguen de las de barita,
en que aquellas comunican á la llama de alcohol un color
rojo.
Protóxido de calcio ó cal. La c a l , conocida desde la
antigüedad, es blanca y cristaliza en exaedros; su densidad
es-2,3. Aumenta de volumen y se reduce á polvo en con-
tacto del aire, absorbiendo la humedad y el ácido carbó-
nico. Tiene gran aünidad con el a g u a , desprendiendo al
combinarse mucho calórico. La cal pulveriza por su com-
binación con el agua; es mucho menos cáustica que en
estado a n h i d r o : á esta se la da el nombre de cal viva, y
— 101 —

á aquella el de apagada. El agua no disuelve sino de

su peso de cal á la temperatura ordinaria, disolviendo algo


mas á los 100°. El agua de cal tiene varias aplicaciones
en la industria y sobre todo en la fabricación de azúcares;
se usa también en química como reactivo. La cal no exis-
te en la naturaleza en estado de libertad, pero sí en e s -
tado de combinación con los ácidos carbónico, sulfúrico
y fosfórico. Comunmente se extrae del carbonato de cal.
La cal se usa en la preparación del hidrato de potasa,
del hidrato de sosa y amoniaco; se emplea también en las
fábricas de jabón para privar del ácido carbónico á la po-
tasa y sosa del comercio, para absorber también los ácidos
carbónico, sulfúrico y sulfuroso en la preparación del gas
del alumbrado, y finalmente en química es un r e a c t h o
s

de los mas usados.


El hidrato de cal se obtiene echando agua sobre la cal
para que se reduzca á uua pasta, y calentándola en una
retorta al calor de una lámpara de alcohol. Este hidrato
es blanco, pulverulento, menos cáustico que la cal viva,
y abandona su agua en contacto del aire para apropiarse
e! ácido carbónico. E s también muy susceptible de absor-
ber el cloro á la temperatura ordinaria formando un com-
puesto llamado en las artes cloruro de cal, del que se
hace un uso muy frecuente eu el blanqueo de las telas y
la desinfección del aire. Aun cuando el calcio puede for-
mar un bióxido combinándose con el'oxígeno, este com-
puesto no tiene lugar sino en circunstancias acciden-
tales.
Oxido de magnesio ó magnesia. La magnesia es el ú n i -
co óxido de magnesio que ha podido obtenerse; es blanco
y suave al tacto, enverdece el jarabe de violetas, es casi
insoluble en el agua, se funde con la acción del soplete de
hidrógeno, y se descompone tan solo por el cloro al calor
rojo. Absorbe lentamente el ácido carbónico del a i r e , tras-
formándose en un carbonato. Su densidad es 2 , 3 , siendo
una de las bases mas poderosas eutre los álcalis.
La magnesia se presenta en la naturaleza en estado de
sulfato, carbonato, nitrato, silicato, fosfato y borato. Se
11
— 162 —
obtiene echando una disolución de carbonato de potasa 6
de sosa en el sulfato de magnesia; lavando el precipitado
de carbonato de magnesia, secándole y descomponiéndole
por el calor. No tiene la magnesia sino usos médicos.
Oocido de aluminio, alúmina. La alúmina que se o b -
tiene en los laboratorios es blanca y suave al t a c t o ; áspera
en contacto de la lengua; ningún cuerpo Simple le ateca;
se funde con el soplete de oxígeno é hidrógeno; es insolu-
ble en el agua, formando con ella una pasta blanda com-
binándose. Su densidad es 2 , y desempeña el papel de base
con los ácidos enérgicos, y el de ácido con las bases; así
es que existen sulfatos y nitratos de alúmina y aluminatos
de potasa y sosa.
La alúmina se encuentra en la naturaleza en estado
p u r o , cristalizada en forma de prismas exaédricos, en
dodecaedros triangulares ó romboideos; forma el zafiro
y las sustancias mas duras después del diamante. Su
densidad es 4. En este estado se emplea como piedra p r e -
ciosa , usándose de sus polvos llamados de esmeril para
pulimentar el cristal y las piedras preciosas. La alúmina
se presenta también en casi todas las piedras duras y en
los minerales de alumbre tan difundidos en Italia; se une
con el sílice formando las arcillas.
Se le extrae del alumbre, es decir, del sulfato doble
de alúmina y potasa, disolviéndole en el agua y echando
amoniaco. La alúmina se precipita entonces en forma de
h i d r a t o , resultando además un sulfato de amoniaco que
permanece en disolución con el sulfato de potasa. Se ex-
trae también la alúmina como base del sulfato doble de
amoniaco y alúmina por medio de una temperatura ele-
vada, en cuyo caso el ácido y el amoniaco se desprenden
y la alúmina permanece bajo la forma de un polvo blanco.
La alúmina en estado p u r o , 6e usa tan solo en los la-
boratorios en la preparación de sus sales; en las artes se
emplea en estado de arcillas, es decir, mezclada con el
sílice, el hierro y algo de cal; su fórmula es A C " 0 \
Óxidos de manganeso. Existe un protóxido, un ses-
quióxido y un bióxido de manganeso , además de los áci-
dos mangánico y permangánico. El óxido rojo que resulta
de la calcinación del sesquióxido y del bióxido no es un
— 163 —
un óxido particular, sino una verdadera sal compuesta de
un equivalente de bióxido y dos de protóxido.
El protóxido MnO se obtiene calcinando el carbonato
de manganeso en un vaso cerrado. Es verde grisáceo, y se
sobreoxida en contacto del aire trasformanduse en un pol-
vo de un color amarillo bronceado. Se le puede obtener en
estado de hidrato precipitando por medio de la potasa una
disolución de una "sal de manganeso; pero este hidrato
pasa inmediatamente al estado de hidrato de sesquióxido
absorbiendo el oxígeno del a i r e : así es que su color pasa
de blanco á amarillo. El protóxido de manganeso es una
base poderosa ; se le encuentra en la naturaleza combinado
con los ácidos carbónico y silícico.
El sesquióxido M n ' O se obtiene calentando en una
3

retorta al calor rojo el nitrato de manganeso. Es negro y


se descompone por el calor en oxígeno y óxido rojo. Rara
vez se presenta en estado p u r o ; pero sí en estado de h i -
d r a t o , ofreciéndose ya bajo un aspecto terroso, ya en frag-
mentos brillantes y duros que se confunden con el bióxido.
El bióxido MnO* se presenta en la naturaleza en a g u -
jas brillantes ó en estalactitas; pero mas frecuentemente en
masas compactas dotadas de brillo metálico ó en masas
ásperas y negras. En el primer caso se encuentra en estado
de pureza, y en el segundo combinado con el hidrato de
sesquióxido de hierro y con algunas materias extrañas.
Jamás desempeña funciones de base; así es que da o x í -
geno y sulfato de protóxido de manganeso cuando se le
trata por el ácido sulfúrico. Este óxido se emplea en la
preparación del oxígeno, del cloro y del cloruro de cal;
usándose en la fabricación del cristalpara aclarar el viso
verde que comunica al vidrio el uso de arenas ferrugino-
sas. Si se echa en efecto bióxido de manganeso en el vi-
drio fundido, se forma protóxido de manganeso y sesqui-
óxido de hierro que no colorean sensiblemente la masa.
No conviene empero emplear demasiado bióxido, porque
el vidrio adquiere un tinte de violeta; pero en caso de que
esto aconteciese, se podria destruir echando sobre la masa
fundida ácido arsenioso que trasformando el bióxido en
protóxido pasaría á ser ácido arsénico, que combinado
con la potasa ó la sosa formaría un arseniato de estas bases.
— 1G4 —
El ácido mangánico M n O ' no se puede obtener sino ea
combinación con la potasa ó la sosa. El m'anganato de po-
tasa cristaliza fácilmente; se le obtiene calcinando hasta el
grado rojo en una retorta partes iguales de potasa y bi-
óxido de manganeso en polvo, durante tres cuartos de
hora, y echando agua sobre esta masa cuando se halla aun
caliente. Se decanta el líquido después de algún tiempo,
se le evapora en seguida bajo el recipiente de la máquina
neumática, obteniendo de este modo hermosos cristales de
color verde , que no son otra cosa que un maiigauato neu-
tro de potasa. Este manganato se descompone rápida-
mente en contacto del a g u a , resultando un precipitado de
bióxido de manganeso hidratado y un permanganalo de
potasa de color rojo que permanece en disolución: su des-
compone también cuando contiene un exceso de potasa y
se expone su disolución en contacto del aire; porque ol áci-
do carbónico de la atmósfera satura lentamente este exceso
de álcali, y entonces el manganato neutro se trasforma
bajo la influencia del agua en bióxido y en permanganalo;
así es que el líquido pasa lentamente del color verde al
rojo, presentando sucesivamente lodos los colores intermu-
diai'ios. Sebéele fué quien primero obtuvo el manganato
de potasa, dándole el nombre de camaleón mineral, por
sus cambios de color.
El ácido permangánico M n O satura perfectamente la
7

potasa, la sosa y un gran número de las demás bases;


se le extrae del permanganato de potasa. E s un líquido
rojo intenso, muy volátil, poco permanente, y se descom-
pone á la temperatura ordinaria en oxígeno y bióxido de
manganeso.
Óxidos de hierro. El hierro forma un protóxido FeO y
un sesquióxido F e 0 : estos dos óxidos se combinan entre
a 3

sí en dos proporciones, originando dos óxidos salinos


FeO,Fe°Q y 4 F e O , F e 0 q u é se denominan óxido magné-
s 3

tico y óxido de las batiduras..


El protóxido se presenta en la naturaleza combinado
con el sesquióxido de h i e r r o , con el ácido carbónico, con
el titánico y con el silícico. Aun cuando no se le ha podido
obtener en estado de pureza, se presenta en la de hidrato,
precipitando una disolución de sulfato de protóxido por
— 1G5 —
merlío de un álcali. El hidrato es blanco, adquiriendo des-
pués un verde claro, ó un amarillo de ocre , absorbiendo
el oxígeno del aire; constituye en este estado el hidrato
del sesquióxido. El protóxido de hierro funciona del p r o -
pio modo que una base de las mas poderosas. El sesquióxi-
do de hierro existe en la naturaleza formando copas, ma-
sas inmensas de forma mamelonada y cristalizada; es el
que presta color á todas las masas arcillosas difundidas en
la superficie de la tierra. La hematites, el. hierro digisto,
el óxido amarillo de hierro , el oolítico , no son sino ses-
quióxidos de hierro anhidro ó hidratado. Este óxido en es-
tado puro es de un color rojo violeta , mas fusible que el
hierro, inalterable por el calor, sin acción sobre el oxí-
geno; no obra como los imanes. Se obtiene calcinando
fuertemente el nitrato y el sulfato de h i e r r o , porque' el
protóxido se trasforma en sesquióxido con el oxígeno que
adquiere del ácido descompuesto. El sesquióxido se emplea
bajo el nombre de cólcotar ó de rojo de Inglaterra. Este
óxido es d e l que mas cantidad de hierro se obtiene. Et
óxido magnético es negro, mas fusible que el h i e r r o , no se
descompone por el calor y se trasforma en sesquióxido
cuando se le calienta en contacto del aire. Es el óxido que
se origina descomponiendo el agua con el hierro. S e pre-
senta en cristales, en masas granulosas ó laminosas, y tam*
bien en fragmentos muy compactos como en el imán y
bajo la forma de arenas ferruginosas.
Óxidos de cromo. El cromo y el oxigeno se combinan
en muchas proporciones, siendo el sesquióxido de cromo
C r ' O y el ácido crómico CrQ los únicos compuestos im^-
3

portantes.
El sesquióxido es verde, de difícil fusión, sin acción
sobre el aire ni sobre el oxígeno, indescomponible por e]
calor é irreducible con los metaloides; se trasforma en
cromato de potasa ó de sosa cuando se le calienta con es=-
tas dos bases en contacto del aire; es casi inalterable con
los ácidos mas poderosos;- se le halla en la naturaleza en
pequeñas cantidades, siendo el cuerpo que colorea la es-
meralda y la mayor parte de las rocas de magnesia. Se
prepara calcinando el cromato de mercurio en una retorta
de barro: el óxido de cromo queda en la retorta y se des-
-166 —
prende oxígeno y vapores mercuriales. Se usa en la pre-
paración de I05 colores verdes de la porcelana y . e n la fa-
bricación de algunas piedras artificiales.
El ácido crómico es rojo púrpura, tiene un sabor acre
desagradable, enrojece fuertemente el tornasol, mancha la
piel de amarillo, es soluble en el agua, depositándose por
la evaporación bajo la forma de cristales. Se descompone
por el calor en oxígeno y sesquióxido de cromo. Excepto
el bicromato de potasa , no tiene ningún uso.
Óxidos de cobre. Existen tres óxidos de cobre: el pro-
tóxido, el bióxido y el cuadróxido. El primero es una
base débil, el segundo una base enérgica, y el último no
desempeña ni el papel de base ni el de ácido, siendo poco
importante.
El protóxido es rojo: se hace amarillo y pasa atestado
de bióxido cuando se le calienta en contacto del aire; se
descompone bajo la influencia del ácido sulfúrico dilatado,
en cobre metálico que se deposita, y en bióxido que se
reúne con el ácido. Colorea de verde el cristal con quien
se funde. Este óxido existe en la naturaleza en octaedros
pequeños ó en filetes sumamente delgados en las mismas
piritas de c o b r e ; se le halla también en pequeñas masas
en el soraque de los filones. Se le obtiene en estado de
pureza calcinando un equivalente de cobre con un equiva-
lente del bióxido de este m e t a l , y también hirviendo d u -
rante algunos minutos una disolución de azúcar y de ace-
tato neutro de cobre.
El bióxido es de un color amarillo negro; se trasforma
en carbonato en contacto del a i r e ; es insoluble en la pota-
sa y sosa; se obtiene en estado de hidrato echando potasa
ó sosa en una disolución de sulfato de cobre. Este hidrato,
que es insoluble en estos dos álcalis, es muy soluble en el
amoniaco, formando con esta base una especie de cuprato
de amoniaco de un hermoso color azul. El bióxido de co-
bre fundido con el vidrio le comunica un verde muy pro-
nunciado. Se obtiene el bióxido calcinando en una retorta
nitrato ó sulfato de cobre bien desecado. E l bióxido de
cobre ha sido empleado por Dumas como un excelente
medio de analizar las proporciones en que se combinan el
hidrógeno y el oxígeno en la producción del agua, tenien-
— 167 —
do ta ventaja de apoyarse en la densidad m ism a del hidró­
geno. Al efecto se sirve (fi­
gura 17) de un balón peque­
ño A de cristal poco fusible,
en el que se sitúa el bióxido
de c o b r e ; se le calienta con
una lám para de alcohol de
doble corriente durante el
paso del hidrógeno; el gas
llega al balón por una tubu­
ladura lateral, y el vapor de
agua producido se desprende
por la opuesta: una parte
del vapor se condensa en el
balón B enfriado previam en­
t e , y la otra parte en los
tubos T y T ' en form a de U
llenos de piedra póm ez con
ácido sulfúrico y fosfórico arw
hidros. №1 hidrógeno no em ­
pleado sale por el tubo Y
que se sum erge en una pro­
beta llena de agua, y que se
separa del tubo V por m e ­
dio de un tubiío t lleno tam *
bien de piedra póm ez em pa­
pada de ácido sulfúrico á fin
de absorber el vapor emitido por el agua del vaso. Se reduce
pues este m edio á dirigir una corriente de hidrógeno sobre
el bióxido de cobre calentado al grado rojo, y en recoger
el agua que se origina en la reducción del bióxido.
El bióxido de cobre se usa frecuentem ente en el a n á ­
lisis de las sustancias orgánicas, por ceder con facilidad su
oxígeno al hidrógeno y carbono que contienen.
Óxidos de plomo. El plom o form a con el oxígeno uo
protóxido, un bióxido y un óxido interm edio; el m inio
debe considerarse com o una sal form ada de un equivalente
de bióxido y de un equivalente de protóxido. El protóxido
aun cuando desem peña á veces el papel de ácido es una
base de las m as poderosas.
— ios —
El protóxido es nmarillo: fundido por el calor se cris-
taliza al enfriarse en láminas amarillas ó de un amarillo
rojizo. No actúa sobre el oxígeno á la temperatura ordi-
naria, pero le absorbe á una elevada para convertirse en
minio. Se trasforma en carbonato en contacto del aire, y
fundiéndole destruye las. retortas de, barro y cristal combi-
nándose con el sílice. Se leda el nombre de masicot cuando
en estado pulverulento presenta un color nmarillo sucio,
y el de lüargirio si se encuentra cristalizado en láminas de
color amarillo rojizo. El protóxido de plomo no existe en
la naturaleza sino en estado de combinación con los ácidos:
en los laboratorios se prepara calentando basta enrojecerle,
en una retorta de platino, el minio ó el carbonato de plo-
mo. El masicot se dispone calcinando en un horno de r e -
verbero plomo hasta que adquiera un color m o r e n o ; se
quebranta después la masa entre dos muelas que arrastren
el óxido en polvo por medio de una corriente de agua , la
cual se someterá después á una evaporación conveniente.
El protóxido de plomo se emplea en una multitud de
preparaciones, tales como el carbonato de plomo y el ace-
t a t o , de que se hace un uso enorme en la fabricación de
las telas pintadas y en medicina.
El bióxido de plomo tiene un color oscuro rojizo; no
tiene acción sobre el oxígeno del aire, y se trasforma en
protóxido por medio de un calor intensó. Se obtiene t r a -
tando el minio con el ácido nítrico: en este coso el bióxido
se precipita, y queda un protóxido que formará un nitrato
de protóxido de plomo. El minio es pulverulento, y se
trasforma también en protóxido á una temperatura ele-
vada. Se obtiene calentando el masicot pulverizado en los
mismos hornos que sirvieron para prepararle. Se emplea
abundantemente esta sustancia en la pintura y en la fa-
bricación del cristal.
Óxidos de mercurio. Existe un protóxido y un bióxido
de mercurio; estos dos compuestos desempeñan el papel
de bases. ' *• ' '
El bióxido HgO tiene un color variable según el estado
ce división en que se encuentre: así que se presenta de un
dolor amarillo cuando está muy dividido, rojo anaranjado
cuando no lo está t a n t o , y rojo moreno si está menos.
— 169 —
Es paco soluble en el a g u a , enverdeciendo su disolución el
jarabe de Viejolas; tiene un sabor ligero; se descompone
por el calor rojo naciente, y se ¡reduce con la acción de
lodos los cuerpos ávidos de oxígeno. Se prepara, bien e x -
poniendo á una temperatura elevada mercurio en contacto
del aire durante ocho ó diez dias, bien disolviendo el m e r -
curio en el ácido nítrico con un calor ligero, y descompo-
niendo después el nitrato de mercurio que resulta. Se ha :

('ado el nombre de precipitado per se al bióxido que se ob-


tiene calentando el mercurio en contacto del aire, y- el de
precipitado rojo al bióxido que se origina por la calcinación
del nitrato.
El protóxido Ffq'O no existe sino combinado con los
ácidos. El precipitado negro, que se origina echando potasa
ó amoniaco en el nitrato de protóxido, se ha considerado
por mucho tiempo como un protóxido íle.mercurio, aun
cuando no es otra, cosa que una mezcla de mercurio y del
bióxido. Se puede preparar fácilmente el protóxido de mer-
curio tratando el protocloruro con un exceso de potasa.
Este compuesto no tiene ningún u s o , y su existencia es
muy efímera. No describimos sino los óxidos metálicos que
tienen alguna importancia: estudiaremos después los carac-
teres generales de sus compuestos salinos y sus principales
propiedades. '
CAPITULO I I I .

D E l.OS SCI. I T R O S .

El azúfrese combina con todos los cuerpos simples: in-


dicaremos sucesivamente sus combinaciones con los meta-
loides y con los metales.

De los sulfuros mplaloideos.

Sulfuros de fósforo. Existe un. gran número de sulfuros


de fósforo; pero probablemente no son otra cosa que com-
binaciones de algunos sulfuros con proporciones de azufre
mas ó menos grandes. Tienen un color amarillo y un estado
sólido ó líquido según su composición. El sulfuro formado
de 7 partes de fósforo y 5 de azufre es líquido en tem-
— no —
peraturas inferiores á cero; se prepara fundiendo fósforo en
un tubo cerrado, en el que se echa poco a poco fragmentos
de azufre. Abandona una porción del azufre cristalizado
cuando se le conserva por algún tiempo en el a g u a , y se
trasforma en un nuevo sulfuro P h ' S que se cristaliza per-
fectamente á sí mismo. E s t e sulfuro puede obtenerse tam-
bién directamente uniendo el fósforo y el azufre en las
proporciones que le constituyen; se trasforma como todos
los sulfuros de fósforo en ácido fosfórico y fosforoso cuando
se le calienta en contacto del oxígeno ó del aire, lo cual se
consigue sumergiendo una pajuela de azufre en un frasco
que contenga fósforo, y que se frote fuertemente la p a -
juela contra un cuerpo escabroso para determinar la com-
bustión.
Sulfuros de arsénico. El azufre y el arsénico se com-
binan en muchas proporciones, pero no forman sino dos
compuestos interesantes: el bisulfuro AsS* y el trisulfuro
A s S : se les designa con los nombres de rcjalgar
3
y de
oropimente. Son sólidos, itisolubles en el agua, mas vene-
nosos que los ácidos de arsénico, y mas solubles y volátiles
que este metaloide: absorben ambos el oxígeno del aire á
una temperatura elevada, y producen ácido sulfuroso y
ácido arsenioso. Son m u y usados en pintura. El rejalgar
A s S es de color rojo anaranjado: se presenta natural-
a

mente cristalizado bajo formas derivadas del prisma obli-


cuo. Se le puede obtener en masas trasparentes y de un
hermoso color de r u b í , haciendo fundir en un crisol una
mezcla de 7 5 partes de arsénico y 32 de azufre; pero el
modo mas frecuente de prepararle es por medio de la des-
tilación de una mezcla de azufre y ácido arsenioso. Este
medio suministra un producto menos puro y menos her-
moso que el a n t e r i o r , encerrando siempre un poco del
ácido. En las artes se emplea en la producción de los fue-
gos blancos i mezclando al efecto una parte con 3*- de
azufre y con 12 del nitrato de potasa; la luz producida
por la combustión de la mezcla tiene una claridad muy
intensa.
El oropimente es de un amarillo de o r o : se presenta
en cristales derivados del prisma oblicuo; pero mas fre-
cuentemente en láminas s e m i t r a s p a r e u t e s , blandas y
— 171 —
flexibles. Se prepara en los laboratorios dirigiendo una
corriente de ácido sulfhídrico sobre una disolución de ácido
arsenioso; también se dispone fundiendo azufre y ácido a r -
senioso en proporciones determinadas aun cuando este
procedimiento tiene el inconveniente de retener un poco
del ácido. Se emplea este producto en tos manufacturas de
telas pintadas.
Sulfuro de antimonio. Existen muchos sulfuras de
antimonio, de los q u e no describiremos sino el natural SbS*
por ser el único que tiene aplicaciones.
Este sulfuro es sólido, brillante, gris «zulado, muy
fusible .é inalterable por el calor é kisoluble en el agua;
cristaliza en agujas por medio de la fusión. No actúa sobre
el oxígeno ni el aire á la temperatura ordinaria; pero sí
cuando se eleva algún tanto e s t a , en cuyo caso origina los
ácidos sulfuroso yantimonioso. Este sulfuro, muy difundido
en la naturaleza, se consigue separarle del soraque que le
acompaña por la simple fusión. El sulfuro de antimonio
usado en la preparación del ácido sulfhídrico, entra en la
composición de muchos productos farmacológicos, tales
como el crocus, el hígado de antimonio y el Jcermss.
El kermes, que comunmente se prepara fundiendo d u -
rante una media hora una parte del sulfuro pulverizado,
22 de carbonato de sosa cristalizado y 2 5 0 d e a g u a , no
es probablemente otra cosa que un oxisulfuro de antimo-
nio hidratado q u e contiene restos de sosa; se encuentra
formado de seis partes de sulfuro de antimonio, tres de
ácido antimonioso y una de agua. Se concibe la reacción
admitiendo que una parte de la sosa se descomponga, que
su oxígeno oxide una parte del antimonio y que su sodio
se una con el azufre: en efecto, se encuentra un sulfuro
de sodio y un sesquicarbonato de sosa en el líquido que
deposita el kermes. El cuerpo obtenido de esta manera es
ligero, velloso, de color rojo de p ú r p u r a , brillante al sol y
de un aspecto cristalino: por otra parte es inodoro é insí-
pido ; se decolora poco á poco en contacto de la luz y del
aire concluyendo por hacerse blanco amarillento; aban-
dona su ácido y se trasforma en un sulfuro lavándole en
el agua. Aun cuando el kermes se obtiene de otras sustan-
cias , no tiene las mismas propiedades físicos.
- 1 7 2 -
Sulfuros de carbono. El azufre no se combina con el
carbono sino en una proporción, resultando un compuesto
designado á veces bajo el nombre de ácido sulfocarbónieo
cuya fórmula es G S \
El sulfuro de carbono es líquido , trasparente , incolo-
r o ; su sabor es acre quemante, su olor es fétido y su den-
sidad 1,26. Hierve á los 4 5 ° , produciendo un frió de 50°
cuando se le evapora en el vacío. Es indescomponible por
el calor. E s una de las sustancias mas combustibles; así
es que en presencia del aire se inflama en contacto de la
llama do una bujía, produciendo ácido sulfuroso y carbó-
nico ; el color de su llama es azulado como la del azufre;
detona cuando después de haber echado algunas gotas de
líquido en una probeta llena de oxígeno á la que se apli-
que la llama de una bujía, se agite aquella para efectuar
la mezcla. El sulfuro de carbono es insoluble en el agua;
soluble en el alcohol, en el éter y en los aceites; el agua
le precipita de todas estas disoluciones.
Se obtiene este cuerpo poniendo en contacto el car-
bono y el azufre en temperaturas muy elevadas. Al efecto
se usa un tubo de porcelana que se coloca en un horno de
reverbero bajo una ligera inclinación; se sitúa carbono ha-
cia su parte media, y cuando se encuentra enrojecido al
grado blanco se introducen fragmentos de azufre por su
extremidad superior tapándola después El azufre fundido
se une con el carbono, y se combina con él formando va-
pores de sulfuro de carbono que van á condensarse á un
recipiente rodeado de una mezcla frigorífica; pero como
este sulfuro contiene mucho azufre en disolución, es nece-
sario destilarle para obtenerle en estado de pureza. El sul-
furo de carbono se forma siempre que se fabrica el gas del
alumbrado, por contener la hulla muchas piritas de hierro
que desprendiendo su azufre á la temperatura de la desti-
lación , y poniéndole en contacto con el cok, producen esta
sustancia.
El sulfuro de carbono es análogo al ácido carbónico
por su composición y por comportarse con los sulfuros
metálicos del propio modo que el ácido carbónico con los
óxidos; razón por la que se le llama ácido sulfo-carbónico.
— 173 —
De los sulfuro» metálicos.
Los sulfuras metálicos son análogos á los óxidos por
su composición: así es que los protosulfuros se hallan for-
mados de un equivalente del m e t a . ' y de un equivalente
de azufre. Los bisulfuros contienen un equivalente del me-'
tal y 2 de azufre: son pues como los óxidos, básicos,
ácidos, indiferentes, salinos ó singulares. Los protosul-
furos alcalinos son los que desempeñan el papel de base
en su mas alto grado; neutralizan las propiedades de los
sulfuras de arsénico, de antimonio y de carbono, del mis-
mo modo que los óxidos metálicos neutralizan las propie-
dades de los oxáeidos; pero se combinan mejor con el á c i -
do sulfhídrico pura formar sult'hidratos de sulfuras, c o m -
puestos perfectamente análogos á las sales que se les d e -
nomina sulfósale i.
Los metales de las dos primeras secciones tienen mas
afinidad con el azufre que los d e m á s ; siguiéndoles el c o -
bre, el h i e r r o , el estaño, el zinc y el plomo, &c. E s t e
orden no es el de la afinidad de los metales con el oxíge-
no : el cobre, por ejemplo, descompone el sulfuro de hierro
para apoderarse de su azufre , mientras que el hierro des-
compone el óxido de cobre para apropiarse el oxígeno.
Dijimos ya en la extracción del plomo que el hierro tiene
mas afinidad con el azufre que este metal.
Estado físico. Todos los sulfuras son sólidos, q u e b r a -
dizos, inodoros é insípidos, excepto los sulfuras alcalinos
y algunos sulfuras de la segunda sección, cuyo sabor es
acre y cáustico; menos densos que los metales, excepto
el potasio y sodio, y casi todos mas ó menos coloreados.
Acción del calórico. Los sulfuros son mas fusibles q u e
los metales que les constituyen, á menos que estos no se
fundan mas allá del grado rojo: algunos son volátiles
á S00 ó 600°: otros no se evaporizan s i n o á temperaturas
mas elevadas ó bajo la influencia de la corriente de un gas
inerte. Un gran número de sulfuros pueden cristalizar por
la fusión, y otros cristalizan tan solo volatilizándose: los
hay también que son dimorfos, es decir, que presentan
cristalizaciones diversas. El bisulfuro de mercurio por
ejemplo cristaliza volatilizándose en agujas de un coloi'
-174 —
violado, mientras qué ta naturaleza le presenta en una
cristalización completamente diferente.
Muchos sulfuros se descomponen bajo la influencia
del calórico, tales como los sulfuros de oro y de platino
que en temperaturas un poco elevadas se desprenden del
azufre: el de mercurio necesita tío grado blanco, y otros
no pierden á lo mas sino una parte del azufre, lo cual
prueba que contienen mas de un equivalente de azufre.
M . Dartigues ha utilizado esta propiedad para la e x t r a c -
ción del azufre, de la pirita ó.del bisulfuro de hierro.
Acción de los metaloides. El oxígeno y el aire uo actúan
sobre ningún sulfuro á la temperatura ordinaria, pero sí
en las muy elevadas. Los productos varían según el grado
de calor y la naturaleza del sulfuro: debiendo tener pre-
sente que todos los compuestos que puedan resultar de la
acción del azufre, del oxígeno y del m e t a l , han de ser
cuerpos mas estables a la temperatura de la experiencia
a que se producen. El sulfuro de m e r c u r i o , por ejemplo,
da ácido sulfuroso y mercurio, porque el sulfato de m e r -
curio y los óxidos de mercurio son menos estables que
estos productos. El sulfuro de hierro origina á una t e m -
peratura poco elevada sulfato de hierro, y ácido sulfu-
roso y óxido de hierro al calor rojo; si se considera un
sulfuro alcalino se obtendrá siempre un sulfato, porque
los sulfatos alcalinos jamás se descomponen por el calor.
El aire húmedo obra sobre algunos sulfuros á la tem-
peratura ordinaria. E! sulfuro de hierro, por ejemplo, pasa
lentamente al estado de sulfato cuando se le expone al
contacto del aire húmedo; descomponiéndose después en
ácido sulfuroso y óxido de hierro por efecto del calórico
desprendido en la combinación. E l aire obra con mas c e -
leridad sobre los sulfuros en estado de disolución; así es
que una disolución de sulfuro de potasio pasa sucesiva-
mente al estado dé hiposulfito, de sulfito y de sulfato de
potasa. El hidrógeno no tiene ninguna acción sobre los
sulfuros de las tres primeras secciones; pero reduce m u -
chos sulfuros de las secciones siguientes, originando ácido
sulfhídrico.
El cloro obra sobre todos los sulfuros en todas t e m -
peraturas, originando cloruros metálicos y cloruros de
— 175 —
azufre. El iodo y el bromo actúan como el cloro, espe-
cialmente con la interposición del agua.
Acción del agua. Los sulfures de la primera sección
todos son solubles en el a g u a , siendo sus disoluciones i n -
coloras si se hallan en estado de protosulfuros; amarillas
si se encuentran en el de bisulfuros ó trisulfuros; y en
fin, de un color amarillo moreno si poseen mayor grado
de sulfuración. Todos los sulfuros alcalinos son venenosos,
acres, cáusticos, y de un sabor á huevos podridos. Los
sulfuros de la segunda sección descomponen el agua á la
temperatura ordinaria, resultando un óxido y un despren-
dimiento de ácido sulfhídrico. Los sulfuros de las demás
secciones son insolubles en el agua; algunos forman un
hidrato combinándose con e l l a : así que echando sulfuro
de potasio en una disolución de sulfato de zinc, se obtiene
un precipitado blanco de hidrato de sulfuro de zinc.
Caracteres químicos. Se reconocen los sulfuros solubles
echando en ácido clorhídrico sus disoluciones: en cuyo
caso se desprende inmediatamente ácido sulfhídrico, fácil
de conocer por el olor, y se produce un precipitado negro
si se echa una sal de plomo. Los sulfuros insolubles se
conocen quemándoles en contacto del aire, pues el ácido
sulfuroso que se desprende tiene un* olor característico.
Al efecto se les introduce en la parte media de un tubo
inclinado, y se les quema por medio de una lámpara de a l -
cohol. También se les puede trasformar en un sulfuro de
potasio haciéndoles hervir en una disolución de carbonato
de potasio, y de consiguiente aplicándoles los caracteres
de los sulfuros solubles.
Preparación. No existiendo en la naturaleza sino los
sulfuros de hierro, zinc, cobre, plomo, mercurio y plata
difundidos en masas ó filones en los terrenos primitivos ó
intermediarios, se preparan los demás sulfuros de tres
modos principales.
1." Exceptuando los sulfuros de oro y platino, es fácil
obtener ios de todos los metales de las cuatro últimas sec-
ciones, calentando directamente el azufre y el metal. Si
este es de difícil fusión, se le introduce en un tubo de
cristal de porcelana que se le calieata al grado blanco con-
duciendo hasta él una corriente de azufre en vapor; si es
— 176 —
muy fundible sé le calentará fuertemente en un crisol
cerrado, después de haberle unido con la proporción con-
veniente de azufre. El mismo resultado se obtiene e m -
pleando su óxido en vez del metal.
2.9 Se pueden obtener los sulfuros alcalinos y un gran
número de los sulfuros de las cuatro últimas secciones,
descomponiendo los sulfatos por medio del carbón. Al efec-
to se pulveriza, se les mezcla con un peso igual de negro
de humo y se les calienta en un crisol cerrado.
3.° Exceptuando los sulfuros de la segunda sección, se
pueden preparar dirigiendo una corriente de ácido sulfhí-
drico seco sobre el óxido, bien á la temperatura ordinaria
ó bien en una muy elevada. Este procedimiento origina
agua y el sulfuro metálico, porque el hidrógeno del ácido
se combina con el oxígeno del óxido; pero el agua se eva-
pora á la temperatura de la operación. Estudiemos los sul-
fures mas interesantes.
Sulfuros de potasio. El azufre se combina con el po-
tasio en muchas proporciones. M. Berzelius admite 5 sul-
furos, que contienen en igualdad de potasio distintas can-
tidades de azufre, representadas por los números 1 , 2 ,
3,4,5.
El protosulfuro KSs se prepara calentando al grado
blanco en una retorta arcillosa el sulfato de potasa en pe-
dacitos. En este caso se presenta mamelonada, cristalina,
trasparente y de un hermoso color rojo ; goza de una
grande combustibilidad en contacto del aire húmedo Si se
halla muy dividida y mezclada con el carbón. Si se calcina,
por ejemplo, en una retorta de barro una mezcla íntima de
sulfato de potasa pulverizada y de negro de humo en e x -
ceso, se tendrá una mezcla de sulfuro y de carbón de tal
inflamabilidad que cada partícula produce una chispa in-
tensa cayendo en el aire húmedo. Esta mezcla se ha d e -
nominado piróforo de M. Gay-Lussac.
Cuando se hace que pase una corriente de ácido sul-
fhídrico en una disolución del sulfuro de potasio, el hi-
drácido y el sulfuro se combinan desde luego formando un
compuesto ternario análogo á las sales. Este compuesto ha
recibido el nombre de sulfhidralo de sulfuro de potasio:
desprende como los sulfuros ácido.sulfhídrico cuando se le
— 177 —
traía con el ácido sulfúrico ; pero se distingue de estos
compuestos por su acción sobre las sales de zinc y de
manganeso; produce en efecto con una disolución neutra
de sulfato de zinc un desprendimiento de ácido sulfhídrico
y un precipitado blanco de sulfuro de zinc hidratado;
mientras que el sulfuro de potasio no desprende gas algu-
no con la misma disolución. Todos los sulfuros alcalinos
que contengan un equivalente de azufré se comportan como
el sulfuro de potasio.
El monosulfuro de potasio KS es uno de los reactivos
mas preciosos que se emplean en química: se usa casi
siempre en disolución , y se le obtiene frecuentemente en
este estado disolviendo la potasa cáustica en el agua, sepa-
rando en dos partes esta disolución y dirigiendo una cor-
riente de ácido sulfhídrico sobre u n a de ellas hasta la sa-
turación completa, y echando la otra en el sulfhidralo de
sulfuro de potasio formado.
El persulfuro de potasio E S se emplea comunmente
5

en medicina, bajo el nombre de hígado de azufre, en las


afecciones de la piel; se prepara calcinando el carbonato
de potasa con un exceso de azufre.
Sulfuros de hierro. El azufre se combina fácilmente
con el h i e r r o , siendo suficiente para originarle situar azu-
fre sobre una barra de hierro calentada al grado blanco;
El azufre también se combina con el hierro á la t e m p e r a - '
tura ordinaria bajó el influjo de la humedad ; así que mez-
clando partes iguales de limaduras de hierro y flores d e
azufre, humedeciendo la mezcla se produce una pasta que
introduciéndola en una vasija cerrada para preservarla del
contacto del aire, se produce poco á poco la reacción, la
pasta se calienta considerablemente y al cabo de algún
tiempo se trasforma en un hidrató de sulfuro de hierro.
Este hidrato és muy ávido de oxígeno, le absorbe con
mucha fuerza haciéndose la masa candescente por efec-
to del calor desprendido. Existe un gran número de sul-
furos de h i e r r o , presentándonos la naturaleza el protosul-
furo, el sesquisulfuro, el bisulfuro y la pirita magnética.
Este compuesto puede mirarse como una sal, en la que el
bisulfuro desempeña el papel de ácido y el prolosulfuro el
de base. El polvo de estos diferentes sulfuros es amarillo
12
— 178 —
como el o r o : así es que se les llama vulgarmente polvos
de oro.
Los sulfuros de z i n c , de cobre, de plomo, de m e r -
curio y de plata se presentan en grande abundancia en la
naturaleza, como ya dijimos al tratar de estos metales.
Los bisulfuros de estaño y de mercurio 6e preparan se-
gún los objetos de las artes. El primero se emplea para
frotar las almohadillas de las máquinas eléctricas, dándo-
le por su color el nombre de oro musivo; e\ segundo se
usa en p i n t u r a , tiene un color rojo, aplicándole el de ci-
nabrio si se encuentra en m a s a , y el de bermellón si pul-
verizado finamente.

CAPITULO IV.

DE LOS CLORUROS , FLUORUROS, BROMUROS Y IODUROS.

Describiremos en los párrafos de este capítulo los clo-


ruros metaloideos y metálicos, los fluoruros, los bromu-
ros y ioduros.
Cloruros metaloideos Cloruros de azufre. Existen
dos cloruros de azufre, un'protocloruro S'Ch y un biclo-
ruro S'Ch*. Se obtienen dirigiendo una corriente de cloro
seco sobre las flores de azufre. El protocloruro se forma
cuando el azufre se halla en exceso, originándose el biclo-
ruro cuando este factor desaparece. Estos dos compuestos
son líquidos, el primero es amarillo y el segundo presenta
un color rojo intenso: uno y otro se descomponen ponién-
doles en contacto de agua ó alcohol, dando lugar á la pro-
ducción de ácido clorhídrico, sulfuroso y un sedimento
de azufre.-El bicloruro tiene un sabor muy fuerte, un
olor picante y desagradable, desprendiendo abundantes va-
pores en contacto del aire: hierve á los 6 4 ° ; el protoclo-
r u r o es mucho menos volátil entrando en ebullición á 138".
Estos dos compuestos no tienen ningún uso.
Cloruros de iodo. Existen también dos cloruros de
iodo: el primero es líquido y rojo amarillento, de un olor
sofocante, mancha la piel de amarillo y la corroe; es mas
— 179_.
denso que el agua, disolviéndose en este líquido y en el
éter sin alterarse. El segundo es sólido, blanco amarillen-
t o , c r i s t a l i z a r e , muy volátil, de un olor irritante. Des-
compone el agua á la temperatura ordinaria dando lugar
á la producción de los ácidos iódico y clorhídrico, pues
como el alcohol disuelve el ácido clorhídrico sin alterar el
ácido iódico; se puede obtener este último ácido en estado
de pureza. Los dos cloruros de iodo originan cloruros y
iodatos cuando se les pone en contacto con un exceso de
álcali, produciendo cloruros y ioduros tratándoles por los
metales. Se obtienen directamente proyectando iodo en un
frasco lleno de cloro seco; entonces se engendra el proto-
cloruro, produciéndose el percloruro cuando el cloro se
encuentra en exceso.
Cloruros de fósforo. El cloro y fósforo también for-
man dos compuestos PhCh y" P h C h ; se les designa bajo
3 5

los nombres de protocloruro y de percloruro de fósforo ó


de ácidos clorofosforoso y clorofoslorico. Se preparan estos
compuestos dirigiendo una corriente de cloro seco sobre
el fósforo; el protocloruro se forma cuando el fósforo se
halla en exceso y el percloruro en el caso contrario. La
reacción va siempre acompañada de gran desprendimiento
de calor. Estos dos cloruros descomponen igualmente el
agua á la temperatura ordinaria, resultando los ácidos clor-
hídrico fosforoso y fosfórico.
El protocloruro es líquido transparente, mas denso que
el agua: hierve á l o s 7 8 ° , desprendiendo abundantes vapo-
res que descomponen el agua gaseosa contenida en la at-
mósfera. El percloruro es sólido, de un color negruzco,
cristaliza en prismas, es algo mas volátil que el perclo-
ruro y enrojece la tintura de tornasol. Absorbe á la t e m -
peratura ordinaria el amoniaco, dando lugar á un com-
puesto que se trasforma en un fosfuro de ázoe A z P h ?

calentándole al grado rojo. Este fosfuro es blanco pulve-


rulento, indescomponible por el calor, y resiste la acción de
casi todos los cuerpos. Los dos cloruros de fósforo se des-
componen cuando se les dirige una corriente de oxígeno
después de haberles calentado en un tubo de porcelana,
desprendiendo cloro y ácido fosfórico.
Cloruros de antimonio. Existen dos cloruros de anti-
-180-
monio SbCh , S b G h , análogos á los cloruros de fósforo.
5 5

El protocloruro es blanco semitrasparente, muy cáustico


y de un aspecto untuoso como la manteca , propiedad por
la que se le aplica el nombre de manteca de antimonio:
cristaliza en tetraedros, y es muy delicuescente en con-
tacto del aire húmedo. Se funde á los 1 0 0 ° y se volatiliza
al grado rojo. El protocloruro se descompone poniéndole
en contacto con una grande cantidad de agua, formando
un precipitado blanco en copos de ácido ontimonioso, y un
líquido que contiene en disolución clorhidrato de cloruro
de antimonio. Se obtiene este cuerpo tratando el sulfuro
de antimonio por el ácido clorhídrico casi fumante, y
concentrando el líquido en una retorta hasta la consisten-
cia oleaginosa. El percloruro se usa en medicina como
cáustico, y mezclado con 8 partes de agua adquiere pro-
piedades de emético, apellidándole polvos de Algarolh:
El percloruro de antimonio se prepara dirigiendo una
corriente de cloro seco por un tubo que contenga frag-
mentos de antimonio; este preparado es líquido, amarillen-
t o , de olor fuerte y desagradable, despide abundaiites va-
pores blancos en contacto del aire, y se descompone en el
agua depositando ácido antimónico hidratado.
- Cloruros metálicos. El cloro se combina con casi todo3
los metales á la temperatura ordinaria ó en otras mas ó
menos elevadas; así la potasa y la sosa producen una luz
viva en esta combinación: el c o b r e , bajo la forma de alam-
bres espirales y en estado candescente, produce el mismo
resultado, originando un cloruro que cae en gotas sobre
las paredes de la vasija. El mercurio á la temperatura or-
dinaria se combina igualmente; pero sin desprender luz
alguna, excepto en él caso de que se ponga en contacto
con el cloro en estado de vapor, en cuyo caso produce una
llama blanca. Todos los metales que en general desenvuel-
ven una acción muy viva sobre el cloro, son los que for-
man cloruros volátiles á la temperatura del experimento,
porque su superficie se pone constantemente en contacto
con el cloro, efecto de la volatilización del cloruro.
La afinidad de los metales eon el cloro varía según sea
la que tengan con el oxígeno. En efecto, un metal de la
primera sección descompone los cloruros de todas las de-
— 181 —
más, propiedad que se utiliza en la-preparación de los clo-
ruros de todas las secciones; así que el bicloruro de m e r -
curio se reduce con cualesquier metal de las cinco seccio-
nes anteriores. Fundados en esta propiedad es sumamente
fácil purgar de los metales que tenga en disolución el
mercurio de una cuba; bastará al efecto ponerle en con-
tocto de una cantidad suficiente de bicloruro de. cobre,
pues este compuesto tiene además la ventaja de ceder el
cloro á todos los demás metales, excepto el oro y platino,
en cuyo caso les trasformará en cloruros, y aun atacará
el mercurio mismo de la cuba si no se le retira oportu-
namente.
Los cloruros metálicos son análogos á los óxidos y
sulfuros en su composición: los protocloruros se encuen-
tran formados de un equivalente de metal y de otro de
cloro; los bicloruros de uno de metal para dos de cloro, y
así sucesivamente....; son básicos, ácidos, indiferentes, sa-
linos ó singulares. Los cloruros de la primera sección a c -
túan como bases; el cloruro de platino y el bicloruro de
mercurio como ácido. El protocloruro de esta misma sus-
tancia se puede considerar como el tipo de los cloruros
singulares, pues se desprende de la mitad del mercurio en
contacto de una disolución de cloruro de sodio, formando
un precipitado de bicloruro de mercurio y de cloruro de
sodio. Los cloruros dobles tienen una composición análoga
á la de las sales, con la diferencia de contener el cloro
como elemento electro-negativo; así es que se les llama
doro-sales. Respecto los cloruros simples reciben el nom-
bre de sales halógenas, del propio modo que los fluoruros,
bromuros y ioduros, por asemejarse á las sales en una m u l -
titud de cualidades.
Estado físico. Todos los cloruros son sólidos, excepto
el protocloruro de manganeso , de cromo, de vanadio, de
titano y de estaño : casi todos son susceptibles de cristali-
zación; son mas ó menos sápidos, y su densidad es mayor
que la del agua. Algunos desprenden vapores en contacto
del a i r e , descomponiendo el agua que contiene.
Acción del calórico. Todos son irreducibles por este
agente, excepto los cloruros de oro y de platino que no lo
son, y el bicloruro de cobre que pasa al estado de proto-
- 182 —
cloruro. Son también todos ellos fusibles, volátiles y cris-
talizares en temperaturas mas ó menos elevadas, notán-
dose que el percloruro de todo metal es mas volátil que
el protocloruro, sucediendo lo contrario en los cloruros me-
taloideos.
Acción de los metaloides. El oxígeno actúa tan solo
sobre un corto n ú m e r o ; á la temperatura ordinaria es ab-
sorbido por los protocloruros de h i e r r o , de estaño y de
c o b r e , resultando prolóxidos y percloruros que se com-
binan desde luego.
El hidrógeno á ninguna temperatura ataca los cloruros
de las dos primeras secciones; pero sí los de las cuatro úl-
timas , á menos que no se escapen á su acción por efecto
de su volatilidad, dando lugar á la producción de ácido
clorhídrico. El azufre y el fósforo descomponen la mayor
parte de los cloruros de las cuatro últimas secciones á
causa de su doble afinidad con el cloro y con el metal. El
carbono no reduce ninguna á menos que no intervenga en
su acción el agua y un calor muy fuerte.
Acción del agua. El cloruro de plata y los protocloru-
ros de cobre, de m e r c u r i o , de o r o , de platino y de i r i -
dio son insolubles en el agua; la insolubilidad del cloruro
de plata es tan grande que por medio del nitrato de plata
1

se puede reconocer la presencia de ^QQQQ de ácido clor-

hídrico ó de un cloruro en disolución,


Los percloruros de manganeso, de c r o m o , de tántalo,
de tungsteno, y los cloruros de bismuto y de osmio descom-
ponen el agua á la temperatura ordinaria, dando origen al
ácido clorhídrico y á un óxido metálico; los demás cloru-
ros son mas ó menos solubles en dicho líquido. Se encuen-
tran algunos cloruros, tales como los de la segunda sección,
que á la temperatura ordinaria se disuelven, y á los 140
á 130° la descomponen.
Caracteres genéricos. Los cloruros producen vapores
picantes de ácido clorhídrico, tratándoles con el ácido sul-
fúrico concentrado á la temperatura ordinaria ó á una mas
ó menos elevada ; producen cloro, tratándoles con el bi-
óxido de manganeso y el ácido sulfúrico dilatado; ocasio- ,
—183 —
nan un precipitado blanco cualesquiera que sea su solubi-
lidad con una disolución de nitrato de plata , cuyo preci-
pitado tiene el carácter de ser soluble en el amoniaco é
insoluble en el ácido nítrico.
Preparación. Aun cuando la naturaleza nos presenta
los cloruros de potasio, de calcio, magnesio, plomo y pla-
ta , el bicloruro de coljre y el protocloruro de mercurio,
lo efectúa de un modo bastante r a r o , excepto el de sodio
que es muy abundante; se pueden por lo tanto preparar
todos estos compuestos tratando sus óxidos ó carbonatos
con el ácido clorhídrico líquido; algunos se pueden t a m -
bién obtener tratando el metal mismo con este ácido, con
el agua real ó con el bicloruro de mercurio. A veces es
su3ciente dirigir una corriente de cloro sobre el metal ó
su ó x i d o , mezclados con carbón.
Cloruro de sodio. Esta sustancia , designada sucesiva-
mente con los nombres de sal, sal marina, sal gemina,
se ha usado desde la antigüedad; presenta un color blanco,
un sabor agradable , es inodora y delicuescente al aire hú-*
rnedo. El agua disuelve los 0,36 de su peso á los 1 4 ° y
los 0,40 á los 110, por lo cual apenas depositan cristales
sus disoluciones al enfriarse. Estos cristales se obtienen
mas fácilmente por medio de la evaporación espontánea;
son cúbicos y encierran por interposición alguna cantidad
de agua. El cloruro echado en el fuego decrepita , porque
evaporándose el agua que contiene, proyecta con fuerza
las partículas que la encierran. Este cuerpo se funde y
volatiliza á una temperatura elevada. El ácido silícico, al
rojo cereza, descompone el cloruro de sodio bajo la ¡n-*
fluencia del vapor de agua resultando ácido clorhídrico y
una masa vidriosa que contiene cloruro de sodio y silicato
de sosa. Esta cualidad se utiliza en la fabricación del vl-
driado de las vasijas.
El cloruro de sodio es una de las sustancias mas di-
fundidas en la naturaleza: se presenta formando masas
mas ó menos notables en las minas de sal gemma; en diso-
lución en las aguas del m a r , en las que se presenta cons-
tituyendo las 0,04.
Cualesquiera que sea el punto de donde se extraiga la
sal, esta contiene siempre sales delicuescentes y sobre todo
— 184 —
cloruros de calcio y magnesio y sulfatos de magnesia. Se la
purifica en los laboratorios, haciéndola cristalizar por ser
ella menos soluble que estas diversas sales.
Prescindiendo de los numerosos usos que desempeña
la sal en la economía doméstica, sirve para la preparación
del cloro, del ácido hidroclórico, de la sal amoniaco y de
la sosa artificial.
Cloruro de bario. Este cloruro es blanco, sin olor; su
sabor es acre picante, es venenoso. Es mas soluble en el
agua caliente que en la fria, cristalizando por el enfria-
miento en prismas aplanados. Se funde y decrepita por el
calor; el alcohol no disuelve sino la 4 0 0 parte de su
a

peso, siendo inalterable al aire. Se obtiene calcinando una


mezcla de sulfato de barita y. cloruro de calcio pulverizado;
se muele después la sustancia procedente de la fusión com-
pleta y se la echa en una vasija llena de agua caliente. El
sulfato de cal se precipita y el cloruro de bario se disuelve;
se decanta rápidamente el líquido, se le filtra y evapora
para obtener el cloruro cristalizado.
El cloruro de bario se usa en medicina como fun-
dente en los tumores llamados frios, y en los laborato-
rios para conocer la presencia de los sulfuros y del ácido
sulfúrico.
Cloruro de calcio. Este cloruro es blanco, de un sabor
acre y' picante; delicuescente, muy soluble en el agua,
cristaliza dificilmente á causa de su extrema solubilidad,
formando cristales prismáticos de seis caras que contienen
mucha agua en combinación. Si se les calienta se funden
primero en su agua, y se desecan después experimentando
todavía una segunda fusión sometidos á temperaturas mas
elevadas. El cloruro que resulta tiene la propiedad de ha-
cerse luminoso frotándole en la oscuridad, y se le denomi-
na fósforo de Homberg.
Se obtiene el cloruro de calcio tratando en frió el car-
bonato de cal por el ácido clorhídrico, y evaporando la
disolución hasta que se cubra de una película, abandonán-
dola después á sí misma para que se cristalice. Se le cal-
cina y funde á fin de secarla y que se haga propia para ab-
sorber la humedad.
Esta sustancia se usa en química para desecar los ga-
— 185 —
ses; en la pioduccion de un frió artificial y para obtener
el alcohol anhidro.
Cloruro de cobalto. Este cloruro puede obtenerse en
estado anhidro é hidratado. En estado anhidro cristaliza
en escamas amarillentas, y e s muy volátil al calor rojo; se
hidrata rápidamente en contacto del aire y se haceeflores-
cente. E n estado de hidrato forma cristales eflorescentes
de un viso azulado mas ó menos intenso, según el agua
que contenga; se trasforma por el calor e n a g u a , áci-
do clorhídrico y oxicloruro de cobalto; este mismo oxi-
cloruro se descompone á una temperatura mas ele-
vada.
El cloruro de cobalto tiene un'sabor muy estíptico; su
disolución tiene un color rosado si se halla muy dilatada,
y azul si está concentrada. Sirve de tinta simpática. En
efecto, extendiéndola en agua de modo que tenga un li-
gero color rosado y trazando varios caracteres en un papel,
cuando se sequen dejarán de hacerse visibles reapareciendo
con un hermoso color azul tan luego como se les caliente,
de modo que el agua se evapore en parte. Enfriados des-
aparecerán para volver á presentarse tan luego como se
les caliente, para tornar después á desaparecer; y así s u -
cesivamente hasta tanto que una parte del cloro uniéndose
con el hidrógeno del papel produzca un oxicloruro ama-
rillo que no desaparecerá ya. El colorido de la tinta se
le podrá trasformar en verde calentándole con el sesqui-
cloruro de hierro, de amarillo verde con el cloruro de
nikel y el clorhidrato de amoniaco, y de un violeta rosado
con el sulfato de zinc.
El cloruro de cobalto anhidro se prepara haciendo lle-
gar una corriente de cloro seco sobre el cobalto, ó sobre el
sulfoarseniuro de cobalto calentado á la lámpara de a l -
cohol. El azufre, el arsénico y el hierro que contiene el
sulfoarseniuro forman cloruros que se volatilizan, quedan-
do un cloruro de cobalto que no es volátil á esta tempe-
ratura. Se obtiene anhidro tratando el carbonato de c o -
balto por el ácido clorhídrico, concentrando la disolución
por el calor y abandonándola después á sí misma para
que efectué su cristalización.
Cloruros de estaño. Existen dos cloruros de estaño,
- 186 -
un protocloruro y un bicloruro, muy empleados ambos
en las artes.
El protocloruro es blanco, de sabor estíptico, mas
soluble al calor que en frió; cristaliza en agujas ó en oc-
taedros , según que la cristalización se efectué mas ó m e -
nos lentamente; se apropia el oxígeno de un gran n ú -
mero de cuerpos formando oxicloruros insolubles. Su di-
solución se enturbia en contacto del aire atmosférico, des-
componiéndose en los ácidos nítrico y sulfuroso...; resti-
tuye el minio al estado de protóxido, y muchas sales muy
oxidadas en otras que lo son menos; descompone además
los cloruros de oro y mercurio apropiándose su cloro. Se
prepara esta sustancia tratando el estaño puro y en gra-
nalla con la ayuda de uu gran calor por el ácido clorhí-
drico y concentrando el liquido; pero en este caso se pre-
senta hidratado, siendo fácil preparar el anhidro calentan-
do este en una retorta hasta él grado rojo. Esta sustancia
se usa con mucha frecuencia en la fabricación de las telas
pintadas para destruir ciertos colores; en las manufacturas
de porcelana para preparar los precipitados de púrpura
de Cassio; tiene también los usos de mordente en los colo-
res de escarlata, pero el bicloruro es el que se prefiere con
este último objeto.
El bicloruro de estaño es l í q u i d o , trasparente, muy
diáfano y volátil; de un olor insoportable y de sabor cáus-
tico ; produce un humo espeso en contacto del a i r é , a b -
sorbiendo la humedad; cristaliza cuando se le echa un
poco de a g u a , disolviéndosele en una cantidad mas ó me-
nos considerable. No sustrae el oxígeno á ningún cuerpo.
Se le obtiene tratando el estaño con el agua regia, ó ha-
ciendo que pase una corriente de cloro sobre una disolu-
ción del protocloruro; se le desigua también con el nom-
bre de licor humeante de Libavio.
Cloruros de mercurio. El cloro forma dos combina-
ciones con el m e r c u r i o , el protocloruro y el bicloruro.
El protocloruro, llamado comunmentecalomelano, mer^
curio dulce, es blanco, sin sabor, sin olor, insoluble en
el a g u a , inalterable al aire é indescomponible por el ca-
lor; es volátil y cristaliza por sublimación en prismas cua-
driláteros. No es soluble en el ácido clorhídrico: sedisuel-
-187 —
ve en el cloró y pasa al estado de bicloruro. Se ennegrece
en contacto de los álcalis, por formar un cloruro alcalino
y precipitarse del protóxido de mercurio. Ennegrece la
luz.
Se prepara poniendo en contacto una disolución de
cloruro de sodio con otra de nitrato de protóxido de
mercurio, lavando en gran cantidad de agua el preci-
pitado que se forme. Se obtiene también haciendo una
mezcla de cloruro de sodio y sulfato de protóxido de
mercurio, y calentando la mezcla en un matraz á fin de
sublimar el cloruro de mercurio. El sulfato de sosa que
se forma en la reacción queda en el m a t r a z , y el cloruro
se condensa en su cuello. Este cloruro se usa como pur-
gante y no participa de las cualidades venenosas del bi-
cloruro.
El bicloruro de mercurio, llamado comunmente subli-
mado corrosivo, es blanco, sin olor, de un sabor estíptico
y desagradable. Es una de las sustancias mas venenosas,
siendo soluble en el agua , en el alcohol y en el é t e r ; for-
ma compuestos insolubles con la albúmina y el gluten; así
que estas sustancias pueden servir de contraveneno én los
casos de intoxicación por el bicloruro.
Se obtiene comunmente calentando en un matraz
5 partes de sulfato de mercurio, 4 de cloruro de sodio y 1 de
bióxido de manganeso; se sitúa el matraz en un baño de
arena que le envuelva hasta su cuello y se le calienta d u -
rante 1 5 ó 16 horas. Se encuentra después, el bicloruro
sublimado en el cuello del matraz, mientras que el sulfato
de sosa y el óxido de manganeso menos oxidado quedan
en el matraz. Se elige el bióxido como un medio de p r o -
veer de oxígeno al mercurio y hacerle que puse al estado
de bióxido, siendo inútil dicha sustancia en el caso de usar-
se el sulfato de bióxido y él cloruro de sodio. El bicloruro
de mercurio se usa como un medio de conservar las m a -
terias animales.
Cloruro de oro. Existe un protocloruro y un biclo-
ruro de oro. Se preparan disolviendo hojas de oro en agua
real un poco dilatada y evaporando el líquido. Si se con-
centra ligeramente la disolución dará por el enfriamiento
cristales amarillos de clorhidrato de cloruro de o r o ; si se
— 188—
halla mas concentrado el clorhidrato se descompone y
queda un tricloruro; y calentándola fuertemente, una parte
del cloro se desprende y no queda sino el protocloruro.
El protocloruro es ligeramente amarillo; es insoluble
en el agua fria, trasformándose en la hirviendo en oro y
en tricloruro. Su fórmula es Au'Ch. — El tricloruro es
rojo intenso, se funde desde luego y se descompone des-
pués por la acción del calor; es delicuescente, muy solu-
ble, y se comporta siempre como el clorhidrato del triclo-
ruro. Este clorhidrato es quien forma ordinariamente la
disolución de que se hace uso; su color es amarillo, su
sabor estíptico y cristaliza en agujas de un amarillo pálido.
Muchas sales descomponen el clorhidrato de tricloruro
de o r o ; si se echa una disolución de prolóxido de hierro,
se forma inmediatamente un sulfato de sesquióxido de
hierro y cloruro de hierro que permanece en disolución, y
un precipitado amarillo que es oro. El nitrato de p r o -
tóxido de mercurio y el protocloruro de estaño precipi-
tan también el oro p u r o ; pero si se vierte en la disolu-
ción una mezcla de protocloruro y de bicloruro de esta-
ño, se obtiene un precipitado de color de p ú r p u r a , lla-
mado precipitado purpúreo de Cassio, cuya fórmula es
A u ' 0 , 3 S t O ' - t - 4 H O , que deberá por lo tanto conside-
rarse como un estannalo hidratado de protóxido de oro.
E s t e precipitado es muy usado en los dorados de la china
y porcelana.
El tricloruro se combina fácilmente con otros cloruros
para formar cloruros dobles ó sales, en las que desempeña
el papel de ácido. Todos estos compuestos pueden crista-
lizar; tienen un color anaranjado en el estado de hidrata-
cion y rojizo en el anhidro; se obtienen mezclando las d i -
soluciones de los cloruros y concentrándolas suficiente-
mente.
Cloruros de platino. Son dos, á saber, un proto y un
bicloruro; los cuales se preparan como los de o r o , tratan-
do sus láminas con el agua r e a l , obteniéndose primero un
clorhidrato, y después un bicloruro cuando la disolución se
halla bien concentrada por la evaporación.
El protocloruro se presenta bajo la forma de un polvo
verdoso, insoluble en el agua y en los ácidos sulfúrico y
— 189 —
n í t r i c o ; se disuelve en el clorhídrico concentrado é hir-
viendo, reduciéndose al calor rojo; su fórmula es P - t - C h .
El bicloruro es de un amarillo negruzco; su sabor es
muy estíptico y desagradable; es soluble en el agua, ofre-
ciendo su disolución Un color rojo cuando se encuentra
saturada , y amarillo si dilatada. Se trasformaen un proto-»
cloruro cuando se le calienta hasta los 200", y se descom-
pone completamente al calor rojo. No cristaliza sino cuan-
do no se combina con el ácido clorhídrico.
El bicloruro de platino precipita todas las sales de base
de potasa; el precipitado es un cloruro doble de platino y
de potasio, ó una sal en la que el bicloruro de platino d e -
sempeña el papel de ácido y el cloruro de platino el dé
base. Esta sal es de un amarillo d e limón; es poco soluble
en el agua fria, pero sí en la hirviente; cristaliza en oc-
taedros y es insolublé en el alcohol y en los ácidos.
El bicloruro de platino sé combina también con los
demás cloruros de la primera sección, con los protoclo-
ruros de la segunda y tercera, y con el bicloruro de cobre;
los cloruros dobles que resultan son amarillos, á excep-
ción de los de nikel y cobalto que son verdes, y todos
ellos son solubles.

De los fluoruros.

Fluoruros metaloides. E l flúor no se combina sino con


tres metaloides, el hidrógeno, el boro y el silicio. H a -
biendo descrito ya los compuestos que forma con el hidró-
geno , estudiaremos los que forma con el boro y silicio.
Acido fluobórico. Este compuesto, denominado á veces
fluoruro de boro, es gaseoso, incoloro, de sabor análogo
al deí ácido clorhídrico, apaga los cuerpos en combustión,
y enrojece fuertemente la tintura de tornasol. Su densidad
es 2,37. E s t e gas es el mas soluble en el agua; disuelve
700 veces su volumen á la temperatura ordinaria, lanzán-
dose en una probeta llena de gas como si fuese en él va-
cío. Esparce abundantes vapores blancos en contacto del
aire atmosférico, absorbiendo su humedad. Sé obtiene este
compuesto introduciendo ácido bórico vitrificado y fluoru-
ro de cal en un matraz que contenga ácido sulfúrico con-
-190 —
centrado. Calentando la mezcla el ácido bórico se descom-
pone; su boro se une al flúor produciendo gas fluobórico
que se recibe sobre el mercurio; su oxígeno se une al cal-
cio , produciendo cal que se une al ácido sulfúrico. Es in-
dispensable emplear un exceso de ácido sulfúrico á fin de
que retenga el agua que el ácido abandona uniéndose á
la cal.
Si se tratase de preparar la disolución, se hará que el
tubo que conduce el gas se introduzca hasta el fondo do
una probeta que contenga un poco de mercurio y el resto
de agua. Esta disolución es diáfana, humeante y muy
cáustica, cuyas propiedades se destruyen cuando se le ca-
lienta, perdiendo cerca de la quinta parte del gas que la
s a t u r a ; da lugar á fluoboratos cuándo se la pone en con-
tacto, con los óxidos metálicos ó con los carbonatos.
Ácido flmsüicico. Este ácido, llamado á veces fluoruro
de silicio, es gaseoso, incoloro, de un olor picante como el
ácido clorhídrico; apaga los cuerpos en combustión , y en-
rojece fuertemente le tintura de tornasol. Su densidad
es 3 , 5 7 ; es indescomponible por el calor, por los metaloides
y metales de las cuatro últimas secciones. Es muy soluble
en el a g u a , desprendiendo vapores blancos en contacto del
aire atmosférico. Cuando se pone el gas fluosilícico en con-
tacto del agua, forma un precipitado gelatinoso de sílice,
y queda en disolución un compuesto de ácido fluorhídrico
y fluosilícico qne puede considerarse como un fluosilicato
de.fluoruro de hidrógeno; lo cual prueba que el agua se
ha descompuesto, y que cada cual de sus elementos se ha
unido respectivamente al flúor y al silicio. Poniendo esta
disolución del.fluosilicato de fluoruro de hidrógeno en con-
tacto de óxidos metálicos ó carbonos, se obtienen fluosili-
catos de bases de fluoruros. Los fluosilicatos de fluoruro de
potasio, de sodio, de. bario, &c. son poco .solubles en el
a g u a ; jos de estroncio, magnesio, &c. al contrario son
muy solubles.
Se prepara el gas fluosilícico tratando la sílice y el
fluoruro de calcio por el ácido sulfúrico, y obrando como
para el ácido fluobórico, debiendo tener las mismas p r e -
cauciones ; pues si se omitiese la inmersión del tubo que
conduce el gas en el mercurio, el ácido, descomponiéndose
— 191 —
en contacto del a g u a , formaría un depósito que obstruiría
el tubo.
De los fluoruros metálicos. Todos los fluoruros m e t á -
licos son sólidos, excepto el fluoruro de t i t a n o , que es l í -
quido, y los perfluoruros de manganeso y cromo que son
gaseosos. Todos los fluoruros sólidos pueden fundirse, y
algunos volatilizarse por el calórico; mas ninguno es redu-
cible: algunos son solubles en el a g u a , y otros la descom-
ponen ; entre los solubles se cuentan los de potasio, sodio,
aluminio, estaño, bismuto y plata; entre los insolubles,
el bario, estroncio, calcio, magnesio, zinc, cobre, plo-
m o , y los protofluoruros de manganeso; y hierro. LoS que
la descomponen son el percloruro de manganeso y el de
cromo.
Los fluoruros se reconocen en general por la propiedad
que presentan de atacar el vidrio y de formar vapores t r a -
tados con el ácido sulfúrico. Se preparan todos estos,com-
puestos tratando los óxidos metálicos ó los carbonatos con
el ácido fluorhídrico.
Fluoruro de caldo. Siendo el único compuesto usado,
manifestaremos su manera de presentarse en la naturaleza,
á saber, ya en el interior de los filones metálicos, ya cons-
tituyendo él solo pequeños filones. Se le encuentra ftfl>
mando masas cristalográficas insertas las unas en las otras,
coloreadas de violeta, verde ó amarillo, cuyos colores
desaparecen por medio del calórico. Este fluoruro es insí-
pido, cristalraa en c u b o s , es luminoso en la oscuridad
cuando se le calienta ligeramente,, perdiendo, dicha propie-
dad conducido á una gran temperatura. Es fusible al ca-
lor de un horno de reverbero., formando un cristal t r a s -
parente. Se le conoce con el nombre de espalo flúor.

••' De los bromuros.

El bromo puede combinarse con todos los cuerpos sim-


ples , excepto el ázoe.y el b o r o ; generalmente se consigue
este resultado dirigiendo una: corriente dé vapor de bromo
sobre el cuerpo calentado al grado rojo. El fósforo, el ar-
sénico, el antimonio, el potasio, el sodio y el estaño des-
— 192 —
prenden una luz muy viva cuando se efectúa semejante
operación á la temperatura ordinaria.
Las propiedades de los bromuros metálicos son análo-
gas á las de los cloruros; diremos tan solo que calentán-
doles en un tubo de cristal con bisulfato de potasa, des-
prenden vapores rojos de bromo y ácido sulfuroso mezcla-
dos. Algunos bromuros, como el de sodio, calcio y magne-
sio, nos los presenta la naturaleza.

De los ioduros.

El iodo se combina con el cloro y el bromo, y con casi


todos los metaloides y metales en diversas temperaturas.
Ioduros metálicos. Todos estos ioduros son sólidos, que-
bradizos, algunos incoloros como los de la primera sec-
ción; otros mas ó menos coloreados como el ioduro de plo-
mo que es amarillo, el proíoioduro de mercurio que es
v e r d e , y el dé mercurio que es rojo. A veces se descompo-
nen por el calor como sucede con los de oro y platino;
otros se volatilizan como los de sodio, mercurio y zinc, y
otros se funden como los de bario y estroncio.
El agua no actúa sobre los dos ioduros de mercurio
ni sobre los protoioduros de los metales de la quinta sec-
ción; descompone los biioduros de estaño disolviendo t o -
dos los demás ioduros, los cuales es fácil cristalizar.
Muchos ioduros se combinan entre s í , como los clo-
r u r o s , bromuros y fluoruros, para formar ioduros dobles;
algunos se unen también al ácido iodhídrico para formar
iodhidratos d e ioduro.
Para reconocer los ioduros solubles se echará lenta-
mente agua dé cloro en su disolución, se lavará el preci-
pitado, se le secará, y aplicándole á un foco de calor se
notará el desprendimiento de vapores violados. Es nece-
sario en esta prueba no emplear demasiado cloro, porque
el iodo se disolvería formando un cloruro de iodo. Si el
ioduro es insoluble se le puede tratar también con el agua
de cloro, pero después de pulverizado; se le quemará en
contacto del aire ó se le calentará con el bisulfato de po-
tasa eri un tubito cerrado: en uno y otro caso los vapores
d e iodo se desprenden. La naturaleza presenta ioduros de
— 193 —
potasio, de sodio y de plata, obteniéndose casi todos e s -
tos compuestos calentando el iodo en un matraz y tratan-
do el óxido y el carbonato por el ácido ¡odhídrico. El proto-
ioduro de potasio se prepara disolviendo el iodo en la
potasa cáustica hasta que empiece á colorear; pues se ori-
gina ioduro de potasio y iodato de potasa, fácil de sepa-
rar atendiendo á su diversa solubilidad. Del mismo modo
se prepara el ioduro de sodio.

CAPITULO V.

NITRUROS Y FOSFUROS.

De los nüruros. El ázoe no forma compuestos impor-


tantes sino con el hidrógeno, el oxígeno y el carbono: ha-
biendo ya descrito los dos primeros, trataremos de este
último.
Nitruro de carbono ó cianógeno. El cianógeno, descu-
bierto por Gay-Lussac, es uno de los cuerpos mas impor-
tantes de la química.
Propiedades físicas. El cianógeno es gaseoso, incoloro,
inodoro, de un olor vivo y característico, enrojece débil-
mente la tintura de tornasol y apaga la combustión. Su
densidad es 1,81. El agua disuelve 4 , 5 veces su volumen
á la temperatura de 2 0 ° . E l éter y la esencia de t r e -
mentina disuelven la misma cantidad, y el alcohol 5 v e -
ces mas.
Se le puede liquidar bien por la presión, bien por el
enfriamiento.
Propiedades químicas. Es un compuesto muy estable,
que no "se descompone ni con el calor de un horno de r e -
verbero. El oxígeno ni el ázoe ejercen sobre él ninguna
acción á la temperatura ordinaria; pero sí en las muy ele-
vadas y bajo el influjo de una chispa eléctrica: arde tam-
bién con llama azulada, originando ácido carbónico y ázoe.
El cianógeno se comporta al modo de un cuerpo sim-
ple en sus acciones químicas; en estado naciente se com-
bina con el hidrógeno, oxígeno, azufre, selenio, cloro
13
-Í9i —
bromo, iodo y metalesj formando compuestos análogos á
los de cloro y bromo: el estudio de estos pertenece á la
química orgánica.
Composición. Se determina la composición del cianó-
geno haciéndole detonar con el oxígeno en el eudiómetro
situado sobre mercurio. Si se introduce un volumen de
cianógeno y 3 volúmenes de oxígeno, se encuentra des-
pués del paso de una chispa eléctrica 1'volumen de ázoe,
2 de ácido carbónico y 1 de oxígeno, lo cual es fácil de
notar absorbiendo el ácido carbónico y el oxígeno por m e -
dio de la potasa y el fósforo- Resulta de aquí que el cianó-
geno contiene un volumen igual al suyo de ázoe, y se e n -
cuentra formado de un equivalente de ázoe y 2 equivalen-
tes de carbono. Se le representa por Cy y se comporta como
un cuerpo simple.
Preparación. Este compuesto se obtiene descompo-
niendo por medio del calor el cianuro de mercurio bien
seco, pues de lo contrario se obtendría ácido cianhídrico. Ál
efecto se le introduce en un matraz provisto de un tubo
de conducción de gases, y se le calienta á la lámpara de
alcohol.
La disolución acuosa del cianógeno que se prepara por
medio del aparato de W o l f , es incolora cuando está r e -
cien preparada; pero se colorea de amarillo al cabo de
algunos dias, después de un color bronceado,y finalmente
de negro, en cuyo caso se halla ya descompuesta en carbo-
nato , cianhidrato y cianalo de amoniaco, cuerpos que pro-
ceden de la reacción del cianógeno y del agua. No tiene
mas usos que en algunos de sus compuestos.
Acido cianhídrico. Fué descubierto por Scheele el
año 1780. M . Gay Lussac fué el primero que le obtuvo en
estado de pureza. Se le designa con los nombres de ácido
prúsico y de ácido hidrociánico.
Propiedades físicas, lis líquido, incoloro, soluble en
el agua, alcohol y éter. Su densidad 0,7. Hierve á los 2 6 , 5 ,
solidificándose á — 1 5 ° .
E s uno de los venenos mas activos, ocasionando la
muerte de cualesquier ser en quien.se eche una sola gota
en un ojo. Sus contravenenos son el cloro y el hidrógeno que
forman el ácido clorhídrico y.el cianhidrato de amoniaco.
— 195 —
Preparaciones químicas. El acido cianhídrico se altera
en contacto de la luz, convirtiéndose en cianhidrató de
amoniaco y ácido azúlmico C A z H que comunica á la
5 2

masa un color negro. El calórico casi no descompone este


ácido; pero la electricidad voltaica le descompone en hi-
drógeno y cianógeho.
Este ácido forma una mezcla detonante cuando se le
quema en contacto del aire, produciendo agua en vapor,
ácido carbónico y ázoe. El cloro, el bromo, el iodo, el azu-
fre y el selenio son los únicos metaloides que obran sobre
é l ; los-metales se comportan con el ácido cianhídrico
como con el ácido clorhídrico, cuando se les calienta en
su vapor; esto es, se desprende hidrógeno y se forma un
cianuro metálico. Muchos ácidos, y entre ellos el sulfúrico,
le descomponen bajo la influencia del agua y le trasfor-
man en amoniaco y ácido fórmico.
Composición. La naturaleza presenta este ácido en las
hojas del melocotón, del laurel cerezo , en las almendras
amargas dé muchas frutas, y en general se produce siem-
pre que, se destilan sustancias orgánicas que contienen ázoe
ó cuando se las calcina con la potasa ó sosa. Para prepa-^
rar este ácido concentrado se usa una retorta bitubulada,
en la que se introduce cianuro de mercurio pulverizado y
ácido clorhídrico, calentando ligeramente el aparato. El
cloruro de mercurio que se forma queda en la retorta,
al paso que el ácido cianhídrico se dirige por medio de un
tubo que contiene cloruró de calcio á un frasco rodeado
de una mezcla frigorífica, El cloruro de calcio se emplea
á fin de que el gas se deseque, situando también un poco
de mármol molido para que en caso de que se despren-
diese ácido clorhídrico no pase con el gas al frasco.
De los cianuros metálicos. El cianógeno se combina
con casi todos los metales; los compuestos que resultan
son análogos á los cloruros, fluoruros, bromuros y io-
duros por su composición y por sus principales propie-
dades.
Los cianuros alcalinos en general son irreducibles por
el calor si se encuentran anhidros; algunos son solubles en
el agua , otros insolubles; se descomponen cuando se les
trata por el ácido clorhídrico, produciendo ácido cianhídri-
— 196 —
co si el cianuro se halla en exceso; y formando por el
contrario amoniaco y ácido fórmico si el ácido clorhídrico
predomina.
Casi todos los cianuros pueden combinarse con el p r o -
tocianuro y sesquicianuro de h i e r r o , resultando cianuros
dobles de gran importancia. Se obtienen en general tra-
tando los metales con el cianógeno, ó bien los acetatos y
carbonatos con el ácido cianhídrico.
Cianuro de potasio. Este cianuro es amarillo, de sabor
alcalino, muy soluble en el agua é insoluble en el alcohol.
Se descompone con todos los ácidos, y en contacto del
aire se trasforma en un carbonato. Basta hervirle en una
disolución acuosa, para que apoderándose de los.elemen-
tos del agua se. trasforme en amoniaco y formialo de po-
tasa. Este cianuro, aunque no precipita ninguna disolución
alcalina, precipita al contrario gran número de disolucio-
nes de las cuatro últimas secciones.
Se prepara lo mas fácilmente calentando al grado
rojo en una retorta dé porcelana el cianoferruro de po-
tasio hasta que no desprenda ya ázoe. El residuo que que-
da es una mezcla de cianuro de potasio y cuadricarburo
de hierro; se separan fácilmente estos dos compuestos d i -
solviendo el cianuro en pequeña cantidad de agua fría; se
evapora después la disolución hasta la sequedad en el
vacío.
Cianuro de mercurio. El cianuro de mercurio corres-
ponde al bióxido; es incoloro, inodoro, y sin acción sobre
el tornasol; tiene un sabor muy estíptico y desagradable;
es soluble en el agua y cristaliza en prismas cuadrangula-
r e s , siendo estos cristales anhidros.
Se prepara hirviendo en un matraz 8 partes de agua,
1 de bióxido de mercurio y 2 de azul de Prusia (proto-
cianuro y sesquicianuro de hierro); se filtra el líquido
cuando su color de azul que era se trasforma en amarillo,
abandonándole á sí mismo para que se" cristalice.
Cianoferruro amarillo de potasio. E s t e compuesto es
sólido, trasparente, inodoro, de sabor desagradable; es
soluble en el agua é insoluble en el alcohol; inalterable al
a i r e , y cristaliza fácilmente cuando se deja enfriar su d i -
solución después de caliente. Calentado lentamente pierde
— 197 —
su agua de cristalización á los 6 0 ° ; se funde al grado rojo
descomponiéndose mas allá de este punto en ázoe, y un
residuo formado do cianuro de potasio y cuadricarburo de
hierro. Algunos,químicos miran este compuesto como un
cianuro doble de potasio y h i e r r o , pues se puede obtener
directamente mezclando 2 eq. de cianuro de potasio con
1 eq. de cianuro de hierro, siendo su fórmula F e C y n - 2 K C y ;
pero se le considera mas bien como compuesto de un
radical particular FeCy y de 1 eq. de potasio 2 K . Este
3

radical se le llama cianoferro ó ferrocianógeno , y de con-


siguiente el compuesto 2K,FeCy es un cianoferruro ó fer-
3

rocianuro de potasio. El cianoferro que no ha podido


aislarse, se combina perfectamente con los metales y con
el mismo hidrógeno, formando con este último cuerpo el
ácido ferrocianhídrico cuya fórmula es 2H,FeCy . 3

Se obtiene en los laboratorios por medio del azul de


Prusia. Se muele esta sustancia; se la calienta con un peso
igual de ácido sulfúrico" á fin de que disuelva las sustan^
cias extrañas; se filtra al cabo de media hora y se lava el
residuo en gran cantidad de agua. Hecho esto se echa en
la disolución hirviente hidrato de potasa, se filtra el l i -
quido, y se concentra abandonándola á sí misma para que
cristalice.
En las artes se obtiene el cianoferruro calcinando con
la potasa las sustancias animales, como la sangre dese-
cada , las raeduras de cuerno...: se disuelven estas sustan-
cias en el agua y se echa sulfato de protóxido de hierro
hasta que adquiera un viso azulado; se decanta el líquido
y se le evapora á fin de separar el sulfato de potasa y el
cianuro doble. Se reduce este cianuro para cristalizarle d e
nuevo. Este compuesto se le ha denominado prusiato ama-
rillo de potasa.
Cianoferruro rojo de potasio. Se le supone formado,
según unos, de 3 equivalentes de cianuro de potasio y un
equivalente de sesquicianuro de h i e r r o ; siendo su fórmula
BKCy -+- Fe'Cy . Según o t r o s , es un cianoferruro sesqui-
3

básico de potasio, compuesto de 2 eq. de cianoferro y 3


eq. de potasio; su fórmula es 3K(FeCy )'. Se le llama
3

también cianoférrido de potasio; es un reactivo de los mas


preciosos de la química.
-198 —
151 cianuro rojo de potasio y hierro es muy soluble en
el agua y casi insoluble en el alcohol; se obtiene por la
via húmeda en hermosos cristales anhidros y trasparentes;
arden á la lámpara de alcohol emitiendo chispas de hierro.
Destilado en vaso cerrado da cianógeno, ázoe, y una m a -
teria formada de cianuro de potasio unido á un cuadricar-
buro de hierro. Este cianuro no altera la disolución de las
sales del sesquióxido de h i e r r o ; acusa por el contrario la
presencia de la mas pequeña cantidad de prótóxido de
hierro en una disolución; la colorea en verde si la canti-
dad de prótóxido es muy pequeña; de azul si es algo m a -
y o r , y produce un precipitado azul si es mas considerable.
Se obtiene haciendo pasar una corriente de cloro en
una disolución de cianuro amarillo, hasta que cese de pre-
cipitar las sajes de sesquióxido de hierro; se evapora en
seguida la disolución y se la deja cristalizar. El cloro se
apodera en esta operación de una parto del potasio para
formar un cloruro de potasio. Si se toman por ejemplo 2
eq. de ciauoferruro amarillo 4K(FeCy )', se forma 1 eq. de
3

cloruro de potasio KCh y l eq.dec¡anoférr¡do3K(FeC\ ) . 3 a

E s t e compuesto se llama por otra parte prusiato rojo de


potasa.
Azul de Frusta. Este azul pqede considerarse como
un compuesto de 3 eq. de protocianuro de hierro y 2 eq.
de sesquicianuro de h i e r r o , ó como un cianoferruro de
hierro. Su fórmula será 3 F e C y - i - 2 F e ' C y en el primer
3

caso, y 4Fe(FeCy ) en el segundo. Fué descubierto el


3 5

año 1 7 1 0 por Diesbach , fabricante de colores en Berlin.


El azul de Prusia es de un azul intenso si se encuen-
tra muy dividido, y de un color de cobre como el índigo si
se presenta en masa. Es inodoro, insípido,' insoluble en el
agua y-alcohol. Se altera poco á poco en contacto del aire
adquiriendo un color verde; no experimenta alteración al-
guna cuando se le calienta hasta los 150° en vaso cer-
rado , pero mas allá produce cianhidrato d e amoniaco,
carbonato de id. y carburo de hierro.
El azul de Prusia no existe en la naturaleza. Se obtiene
en los laboratorios echando una disolución de cianoferruro
amarillo de potasio en una disolución de sesquicloruro de
h i e r r o , lavando el precipitado y secándole en un filtro. El
—199—
exceso de cloruro de potasio y cloruro de hierro quedan
en la disolución. Para obtenerle en las artes se mezcla la
potasa del comercio con igual peso de sangre desecada y
raeduras de c u e r n o ; se calcina la mezcla hasta que se
haga pastosa, y después que se enfria se la pone en con-
tacto con 10 ó 12 veces su peso de agua, filtrándola al
cabo de media hora. La disolución no contiene entonces
sino el cianuro de potasio, carbonato de potasa , y un poco
de sulfuro y cloruro de potasio. Se echa un poco de sulfa-
to de hierro en exceso, se lava el precipitado por decanta-
ción todas las 12 horas durante 2 5 ó 30 dias á fin de con-
ducir al hierro á su máximum de oxidación en contacto
del a i r e , y cuando se encuentre lo mas azulado posible; se
le sitúa en una tela y se le deja enjugar, 6 bien se l e d a
la forma de panes cúbicos á fin de que se sequen. Comun-
mente se adiciona un poco de alumbre con sulfato de hier-
ro para comunicar un viso mas hermoso al azul de Prusia.
No hablaremos ya de los demás preparados de esta clase,
por ser puramente del dominio de la química orgánica.

De los fosfuros.

Fosfuros metálicos. No formando, el fósforo con. los


metaloides ningún compuesto importante, trataremos tan
sojo de los metálicos; en los que combinándose el fósforo
con un mismo metal en varias proporciones, se encuentran
sometidos á las mismas leyes que los óxidos, sulfures y
cloruros.
Propiedades. Todos los fosfuros son sólidos, quebradi-
zos é inodoros, dotados de brillo metálico y susceptibles de
cristalización; son insípidos é insoluoles, excepto los de las
dos primeras secciones q u e , además de ser sápidos y, olo-
rosos , descomponen el agua á la temperatura ordinaria,
produciendo un hipofoslito, un óxido y un fosfuro gaseoso
deshidrogeno.
Los fosfuros son en general mas fusibles que los metales
que.encierran; son irreducibles por el calor, y algunos e x -
perimentan una descomposición parcial evaporizando parte
— 200 -
del fósforo, lo cual sucede con los fosfuros de o r o , plata
y plomo.
El oxígeno y el aire obran sobre algunos a la tempe-
ratura ordinaria, pero sobre todos ellos en las muy eleva-
das. En este caso sus dos elementos se combinan con el
oxígeno en el caso de encontrarse formados por metales de
las cinco primeras secciones, y forman un fosfato; pero si
el fosfuro es de alguno de los metales de la ú l t i m a , el ca-
lor produce ácido fosfórico y el metal en cuestión.
Preparación. Ningún fosfuro metálico se presenta en
la naturaleza. Todos ellos se preparan dirigiendo una cor-
riente de fósforo en vapor sobre un metal calentado al
grado rojo. pulverizándole previamente si es quebradizo,
ó bien extendiéndole en hilos en caso de que sea dúctil.
También se consigue el mismo resultado dirigiendo un
fosfuro de hidrógeno sobre el óxido metálico calentado al
grado rojo.

CAPITULO VI.

De las aleaciones.

Las aleaciones ó ligas no se encuentran sometidas á las


leyes que presiden á las combinaciones de los metaloides y
métales; no contienen en efecto un número simple de equi-
valentes de cada cual de sus principios constituyentes. Las
aleaciones cristalizables son las únicas en que los metales
se unen en proporciones determinadas.
Propiedades físicas. Todas las aleaciones son sólidas,
á excepción de algunas en que entra el potasio y sodio, ó
en las amalgamas en que predomina el mercurio. Todas
son opacas, brillantes, buenas conductoras del calórico y
electricidad y casi todas inodoras. Su densidad es tanto
mayor ó menor según sea la proporción de los metales que
la constituyen. Las ligas también son mucho mas quebra-
dizas que sus factores.
Acción del calórico. Este fluido desenvuelve tal acción
sobre las aleaciones que las funde; pero con la partícula-
— 201 —
ridad de ser mucho mas fusible que el metal que entrando
en su composición lo sea menos. Pueden cristalizarse un
gran número de aleaciones dejándolas que se enfrien lenta-
mente después de fundidas.
Las aleaciones se descomponen siempre que contenien-
do metales volátiles se les conduzca á una temperatura su-
ficientemente elevada. La descomposición es completa si el
metal volátil es el mercurio, siendo tan solo parcial en el
caso d e q u e sea el potasio, el cadmio y el zinc. La descom-
posición se efectúa también cuando los metales tienen dis-
tinto grado de fusibilidad, en cuyo caso la temperatura
capaz de licuar un metal mantiene aun en estado sólido á
los demás. En esto consiste la licuación. Si la liga contiene
dos metales, á saber, plata y cobre, cuyos puntos de fu-
sión sean demasiado aproximados para que por semejante
medio puedan separarse, se les combinará con cierta pro-
porción de otro m e t a l , el plomo por ejemplo, mucho mas
fusible que cada uno de ellos; porque este metal retardará
la fusión de la plata dejando el cobre en libertad. Esta
operación se practica en grande en la explotación de las
minas de cobre argentíferas, separándose después el plomo
de la plata por medio de la copelación.
Acción del oxígeno 6 del aire. El oxígeno y \;1 aire obran
sobre las aleaciones del propio modo que sobre los metales
que las producen: así que si un metal tiene gran afinidad
con dicho cuerpo, se oxidará tan solo quedando en libertad
el opuesto. Tal acontece con la aleación de cobre y hierro.
Preparación. Se practica esta operación fundiendo
desde luego los metales, en un crisol cerrado, y colocando
en la parte inferior el metal mas fusible. Hablemos un
momento de las aleaciones mas usadas.
Hierro blanco. Esta sustancia, que no es otra cosa que
el palastro (hierro laminado) cubierto de una ligera capa
de estaño, se le prepara fácilmente. Se empieza frotando
el palastro con piedra asperón y ácido sulfúrico para pri-
varle de la costra de oxígeno que le cubre. Se le sumerge
después en un baño de sebo fundido, del que se le extrae
para introducirle en otro de estaño fundido, sacándole
después para volver á sumergirle en el baño de sebo á fin
de privarle de la oxidación. Después de algún tiempo se le
-'202 -
frota con una fuerte brocha que iguale la capa de estaño,
sumergiéndole después de nuevo en un baño de esta sus-
tancia á fin de que desaparezcan las impresiones de la
brocha.
Al hierro blanco ú hojalata se le puede comunicar un
anacarado metálico calentándole, cubriéndole con una es-
ponja empapada de agua acídula, calentándole de nuevo
para sumergirle en una disolución acida y repitiendo va-
rias veces esta operación; terminando-por cubrir el anaca-
rado con un barniz blanco que le preserve de la oxidación.
Hierro galvanizado. No es otra cosa que hierro c u -
bierto de una ligera capa de zinc. Se obtiene igualando el
hierro é introduciéndole en un baño de zinc.
Cobre y zinc. El cobre y zinc forman dos aleaciones:
el latón y el cn'sócofa.
El primero, llamado cobre amarillo, se halla formado
de 2 partes de cobre y 1 de zinc; es amarillo muy ma-
leable y muy dúctil enfriándole, siendo quebradizo cuando
se le enrojece. Es. mas fusible y mejor conductor del ca-
lórico que el cobre. Se obtiene en las artes calentando
una mezcla de calamina, de cobre y de carbón.
La crisócola ó metal de soldaduras contiene i partes
de cobre para 1 de zinc", se usa esta aleación en las fá-
bricas de bisutería : al efecto después de formados los ob-
:

jetos se les lava en ácido nítrico á En de que se disuelva


en zinc, lavándoles inmediatamente en ácido sulfúrico para
limpiarlos. De este modo se obtiene una mezcla que imita
perfectamente al o r o , llamada similor, oro de Corza, oro
de Manheim. .
Cobre, zinc y nikel. El cobre blanco ó< mclquioro no
es otra cosa que una aleación de cobre, zinc y nikel.
Contiene 2 partes de cobre, 1 de nikel y 1 de zinc; á
veces la adición de 2 ó 3 centímetros de hierro ó acero
le comunica mayor blancura, aun cuando se hace mucho
mas dura y quebradiza.
Cobre y estaño. Estos dos metales forman aleaciones
de la mas alta importancia^
Él bronce se encuentra formado de 10 partes de cobre
y 1 de estaño ; es amarillo rojizo., mas tenaz y fusible que
el cobre algo maleable. Se altera en contacto del aire cu-
— 203 —
briéndose de una costra verde de subcarbonato de cobre
hidratado. Se usa en la fabricación de cañones y estatuas.
El metal de campanas. Le constituyen 3,5 de cobre,
contra 1 parte de estaño; es blanco g r i s , de granulación
fina y apretada, quebradizo y mas fu&ible que el bron-
ce. Los tantanes y timbales contienen 4 partes de cobre
contra 1 de eslaño, y los espejos de los telescopios 2 partes.
Esta última mezcla contiene algo de arsénico, y á veces
arsénico y platino que le comunican mejores propiedades.
Cobre estañado. A veces se estañan las vasijas de c o -
bre para preservarlas de la oxidación é impedir que c o -
muniquen propiedades venenosas á los alimentos Al efec-
to se limpian las vasijas, se las frota con sal amoniaco y
calentándolas fuertemente se las estaña. La capa de este
metal no es muy duradera.
Bismuto, plomo y estaño. Estos metales forman alea-
ciones notables por su fusibilidad, muy usadas en la for-
mación de las placas fusibles de las calderas de vapor. En
efecto, la aleación formada de 8 partes de bismuto, 5 de
plomo y 3 de estaño es fusible á los 94°.
Plomo y eslaño. La aleación formada de 2 partes de
plomo y 1 de estaño es blanca gris, maleable, mas fusible
que el estaño, y arde en el aire como un piróforo al grado
rojo convirtiéndose en un estannato de plomo: se conoce
con el nombre de soldadura de plomeros.
Plata-y- cobre. S e emplea esta aleación en la fabrica-
ción de la moneda, vajilla y joyas. Es ün medio de aumen-
tar la dureza de la plata mezclando en cada país propor-
ciones convencionales de cobre.
Áí efecto se efectúan los ensayos de cobre y plata por
medio de la copelación y de la via húmeda.
Copelación. Suponiendo que se introduce en una copela
pequeña de huesos calcinados una grama de aleación con
algunas gramas de plomo y que se caliente la copela al
grado rojo blanco; el plomo y el cobre se oxidarán y p a -
sarán al estado de óxidos r ° J 08
al través de los poros de
la copela, mientras que la plata quedará en libertad. De
este modo se puede obtener el peso de este metal dedu-
ciendo por sustracción el peso del cobre. Tal es el princi-
pio de la copelncion.
— 204 —
Se usan en las copelaciones un horno de reverbero lla-
mado de copela (fig. 2 0 ) . Este horno
contiene hacia la mitad de su laborato-
rio un pequeño horno AB llamado « r a -
fla, que recibe la copela y que se calien-
ta al grado rojo blanco por medio de car-
bones encendidos. Las copelas se fabri-
can calcinando, lavando y quebrantando
huesos, á los que se les da próximamente
el peso de 12 gramas; presentan la par-
ticularidad de ser impermeables a los
metales muy permeables á sus óxidos.
Calentada la mufla al grado blanco,
se coloea la copela y se introduce la
aleación y el plomo. La fusión se efec-
túa prontamente y la oxidación comienza al punto. Los
óxidos de cobre y plomo se funden é infiltran en los poros
de la copela á medida que se producen, excepto una ligera
porción que se volatiliza produciendo un humo ligero. La
masa liquida adquiere un movimiento muy rápido duran-
t e la oxidación, y disminuye de volúmeu; su superficie se
hace mas y mas convexa, concluyendo por presentar va-
rios puntos brillantes. El plomo y cobre casi son comple-
tamente absorbidos; los puntos brillantes desaparecen y el
glóbulo parece grisado; pierde su brillo, volviendo á reco-
brarle por un movimiento instantáneo llamado relámpago.
Se extrae el glóbulo después que se baya enfriado, se le
lava de las materias terrosas y se le pesa.
La cantidad de plomo que es necesario adicionar á la
mezcla no es siempre la misma, empleándose 4 , 7 10 ó t

2 0 gramas de plomo para una grama de aleación, según


que su proporción sea 9 5 0 , 9 0 0 , 800 ó doscientas milési-
mas. El número ó proporción de la aleación obtenido por
la copelación es siempre un poco mas bajo, porque la co-
pela se infiltra igualmente de una pequeña cantidad de
plata.
Ensayo por la via húmeda. Sabiendo que la sal ma-
rina precipita á la plata de su disolución en el ácido nítri-
co sin precipitar el cobre que puede contener; tomando
una aleación de plata y cobre que le disuelva en el ácido
— 20o —
nítrico y echando en la disolución una cantidad suficiente
de sal marina, se precipitará toda la plata en estado de
cloruro sin precipitar el cobre: no restando otra cosa que
recoger este cloruro, desecarle y pesarle á fin de saber la
cantidad de plata que contiene. Es mucho mas fácil em-
plear una disolución marcada de sal marina que de plomo
en la operación anterior, y echar poco á poco en la disolu-
ción el ácido hasta que deje de producir mas nebulosida-
des; porque el volumen del líquido empleado dará á c o -
nocer inmediatamente la proporción de la liga.
Oro y cobre. Las monedas, la vajilla y las joyas por la
misma razón que expusimos en la plata no se hallan for-
madas de oro p u r o , sino de éste metal mezclado con su-
ficiente cantidad de cobre en proporciones convencionales,
según los países. Además el oro siempre contiene cierta
cantidad de piala, razón por la que constituye una aleación
triple. Es fácil determinar las proporciones en que entra
cada metal empleando los dos métodos expuestos. Sin e m -
bargo , cuando los objetos se encuentran ya formados, se
usa el medio llamado de la piedra de toque, que consiste
en frotar el objeto con una piedra negra y dura de modo
que marque en ella una línea de cierta longitud, la cual se
tratará con el ácido nítrico dilatado. Cuando la proporción
750
-del oro es de —'— no se alterará la impresión; pero si di-
1000
cha proporción de oro es inferior, se enrojecerá desapare-
ciendo en parte.
Amalgamas. El mercurio se combina con casi todos los
metales, excepto el platino forjado, el manganeso, el h i e r -
r o , el nikel , el cobalto, el c r o m o , y algunos otros que
se funden á una temperatura muy elevada.
Todas las amalgamas se preparan poniendo en contac-
to el metal muy dividido con el mercurio, ó mas bien ca-
lentando aquellos dentro del mismo mercurio.
Amalgama de eslaño. Se emplea una amlgama de es-
taño para azogar los cristales y los globos de la misma
sustancia. Al efecto se calienta el globo y se abre con una
hoja de estaño, sobre la cual se derrama mercurio enfrián-
dola después para que se adhieran al cristal.
— 206 —
Amalgama- de bismuto. Se emplea frecuentemente una
amalgama de bismuto para azogar los globos de cristal; al
efecto se les calienta y se derrama después la amalgama
teniendo cuidado de extenderla bien , dejándola después
enfriar.
Amalgama de oro y platas Se emplean para dorar y
platear, el latón y la plata; se produce calentando en un
crisol mercurio y hojas de oro en láminas ó bien de plata.
Se limpian al efecto los metales en ácido sulfúrico di-
latado, se les calienta al grado rojo, se les cubre con una
disolución de nitrato mercurial y después con la amalga-
ma , calentándoles aun mas para que se evaporice el m e r -
curio.
PAUTE TERCERA.*

D E LOS COMPUESTOS T E R N A R I O S .

Los compuestos ternarios provienen de la combinación


de dos compuestos binarios que poseen un principio co-
m ú n : tal acontece con las oxisales que resultan de la com-
binación de un oxácido con un.óxido metálico; las sulfo-
sales que se encuentran formadas por la combinación de
un sulfuro ácido con un sulfuro básico; las clorosales que
provienen de la unión de un cloruro'ácido con un cloruro
básico. • .•:
: Siendo las oxisales los únicos compuestos que d i s f r u - .
tan alguna importancia, daremos á conocer su historia di-
vidiéndolos en cuatro capítulos. Reservaremos un quinto
capítulo al estudio de las sales amoniacales, aunque en rea-
lidad no sean compuestos ternarios.

- CAPITULO PRIMERO.

NOCIONES GENERALES SOBRE LAS SALES.

Propiedades físicas. Comprenderemos el estudio de las


sales en general y su composición, no considerando sino
las sales formadas por oxácidos y óxidos metálicos.
Todas las sales en general son sólidas, inodoras, y
mas densas que el agua destilada; insípidas cuando son in-
solubles en este líquido. Su sabor en general es parecido al
del óxido metálico; así es que las sales de plomo son azu-
caradas; las de aluminio astringentes; las de magnesio
amargas. Se exceptúan tan solo las de potasa, sosa y li-
tina , cuyo sabor varía según la naturaleza del ácido.
— 208 —
Las sales son incoloras cuando se hallan formadas tan
solo de un ácido y una base incoloros. Sin embargo los
ácidos influyen poco en la coloración , excepto los ácidos
férrico, crómico y permangánico que poseen un color in-
tenso ; casi siempre las bases son quienes influyen en la
coloración de las sales. Así es que las de prolóxido de hier-
ro tienen un color esmeralda , las de sesquióxido amarillo
rojizo, las de nikel son verdes, las de cobalto rosadas, y
las de bióxido de cobre azules ó verdes el agua inter-
viene á veces en su coloración; así es que las sales de hier-
ro cristalizada su disolución tienen un Verde esmeralda,
poseyendo un color blanco verdoso cuando se encuentran
anhidras.
Acción del agua. Hay sales que no pueden ni combi-
narse ni disolverse en el a g u a , existiendo otras que se d i -
suelven y combinan.
Hidratacion. Muchas sales anhidras se combinan con
el agua cuando se encuentran en contacto con dicho l í -
quido , desprenden calórico y se modifican sus propiedades.
Tal acontece con los sulfatos de sosa y c a l , igualmente
que con el de cobre que de blanco y anhidro se colorea de
azul hidratándole.
Disolución. Un gran número de sales anhidras é hidra-
tadas son solubles en el a g u a , teniendo lugar en un infi-
nito número de proporciones. Si la sal es hidratada y con-
tiene toda el agua que puede encerrar en estado de hi-
drato, la disolución se efectúa por una acción simplemente
mecánica análoga á la espansion de los gases y vapores, y
sin intervención de ninguna acción química : si por el con-
trario la sal es anhidra, absorbe desde luego cierta canti-
dad de agua para constituirse en estado de hidrato, disol-
viéndose este de la manera que los hidratos ordinarios. En
el caso de disolución de una sal hidratada ó anhidra, hay
descenso de temperatura procedente del cambio de estado
de sólido á líquido, y aun cuando una sal anhidra primero
se hidrata, este efecto dura muy poco tiempo, y el caló-
rico desprendido es muy escaso en comparación del segun-
do fenómeno.
Cuando una sal se pone en contacto del hielo, como
quiera que los dos cuerpos adquieren el estado líquido, el
— 209 —
descenso de temperatura es mucho mas enérgico: así que
iguales cantidades de hielo y sal pulverizada determinan,
un frió"" d e — 1 7 ° , y si son 2 partes de sal y 5 de hielo la
temperatura desciende a — 3 4 ° .
No es posible juzgar de la afinidad de las sales para el
agua por las cantidades en que sean solubles, pues la so-
lubilidad es un acto mecánico que ninguna analogía tiene
con la acción química. Así es que el agua tiene mas afi-
nidad con el cloruro de sodio que con el sulfato de sosa
aun cuando aquel es mucho menos soluble.
Se han establecido ciertas reglas que sirven para p r e -
decir la solubilidad ó insolubilidad de algunas sales: 1 . to-
a

das las sales de base de potasa y sosa son solubles cuales-


quiera que sea su ácido: 2. todas las sales acidas son so-
11

lubles aun cuando su base varíe: 3 . todas las sales b á -


v a

sicas no se disuelven cuando la base tampoco lo efectué.


Respecto las sales neutras se sienta tan solo que todos los
nitruros neutros son solubles.
La solubilidad puede enunciarse en general que crece
con la t e m p e r a t u r a : algunas como el sulfato de sosa su
grado de solubilidad crece en razón de aquella; pero lle-
gado un punto, decrece á medida que aquella aumenta.
Cristalización. Casi todas las sales solubles pueden
cristalizar, lo cual se consigue fácilmente enfriando la d i -
solución en el caso d e que la sal sea muy soluble en ca-
liente; el mismo resultado se obtiene cuando lo sea igual-
mente en diversas temperaturas, abandonando la disolución
á una evaporación espontánea. Se llaman aguas madres
al líquido que queda después de la cristalización.
Cuando se trata de obtener "grandes cristales se d i -
suelve la sal en caliente, se la deja enfriar, y los cristales
formados se introducen con las aguas madres en una vasi-
ja de fondo plano; al cabo de algunos días se extraen los
cristales que tengan formas mas regulares, y se les intro-
duce de nuevo en una vasija con dichas aguas madres para
que sirva de núcleo, teniendo cuidado de volverle en todas
direcciones á fin de que el engrosamiento de sus caras se
efectué por igual.
Hay disoluciones que cristalizan agitándolas algún tan-
to al aire libre; en tal caso se encuentran las disoluciones
14
— 210 -
del nitrato de plata y sulfato de sosa; este último encer-
rado en un tubo en el vacío no cristaliza sino enfilándole,
al paso que rompiendo el tubo para que pe.ielre el aire
cristaliza inmediatamente.
Algunas sales no retienen el agua en que cristalizan,
como acontece con el nitrato de potasa; otras como el
cloruro de sodio la mantienen interpuesta e n t i e sus lami-
nas; y otras combinada, en cuyo caso recibe mas particu-
larmente el nombre de agua de cristalización.
E s sumamente fácil reconocer si una sal contiene agua
interpuesta entre sus láminas; porque en tal caso decre-
pita sin perder sü trasparencia, cuando se le echa brusca-
mente sobre carbones encendidos, y humedece las hojas de
papel josef entre las que se la comprime. No ofrece t a m -
poco mayores dificultades reconocer si una sal contiene
agua de cristalización, porque se funde en dicha agua in-
mediatamente que se la somete á una temperatura mode-
r a d a ; pero lo que es bien difícil de resolver es si una sal
no tiene sino agua interpuesta ó es agua de cristalización.
Acción higrométrica del aire. Las sales que atrayendo
la humedad de la atmósfera la liquidan, se llaman delicues-
centes; otras hay que abandonando su agua en contacto
del aire pierden su trasparencia trasformándose en polvo;
estas son las denominadas eflorescenles. Todas las sales d e -
licuescentes ó eflorescentes en el aire contienen por lo me-
nos la mitad de su peso del agua de cristalización.
Acción del calórico. Todas las sales indescomponibles
por la acción del calórico pueden fundirse á una tempe-
ratura bastante elevada. Si son anhidras se trasforman
con la fusión en un cristal trasparente que se hace mas ó
menos opaco por el enfriamiento; si son hidratadas y con-
tienen una cantidad suficiente del agua de cristalización, se
funden desde luego en dicha agua á una temperatura ele-
vada , pierden después este líquido por efecto de la eva-
poración, haciéndose anhidras y experimentando una nue-
va fusión á una temperatura mas elevada. La primera fu-
sión de la sal hidratada no es propiamente hablando sino
una disolución de la sal en el agua; la segunda es la ver-
dadera fusión de la sal. Se da á esta el nombre de fusión
ignea, y á la primera el de fusión acuosa. Si ia sal no con-
— 211 —
tiene sino agua interpuesta entre sus moléculas decrepita
por la acción del calórico, porque dicha agua evaporan^
cióse bruscamente proyecta sus partes con fuerza.
Las sales en general adquieren mayor ó menor estabi-
lidad por influencia del ácido ó de la b a s e ; así es que un
ácido que á cierta temperatura estando libre se descom-
pondría , no lo efectúa cuando al mismo grado se encuen-
tra unido con una base poderosa, experimentando antes de
descomponerse una fusión acuosa ó ígnea ó las dos á la vez.
Acción de la pila. Todas las sales se descomponen por
la acción de la pila. El ácido y la base se desunen sim-
plemente si poseen gran estabilidad y la corriente es muy
enérgica , en cuyo caso el ácido se encamina al polo posi-
tivo y la base al negativo. Pero si la pila es muy activa'
ó los compuestos binarios no tienen la mayor afinidad, se
descomponen estos mismos; su oxígeno se dirige al polo
positivo y los dos radicales al negativo. Suele también
acontecer que uno de los compuestos binarios, la base por
ejemplo, se descompone por la corriente marchando al
polo positivo, y su oxígeno junto con el ácido no descom-
puesto se dirige al polo negativo. La galvanoplastia y sus-
numerosas aplicaciones en la industria, no son sino apli-
caciones de este principio.
Acción de los metaloides. Todos los metaloides, esceplo
el ázoe, obran sobre la mayor parte délas sales á una tem-
peratura mas ó menos elevada; los resultados varían al
infinito.
Acción de los metales. No trataremos sino de la acción
que los metales desenvuelven sobre las disoluciones salinas.
En efecto, cuando se sumerge en una disolución salina un>
metal que tenga menos afinidad con el oxígeno que el de
la disolución, esta no se descompone, efectuándose tan
solo en el caso de que su afinidad sea mayor. Así es que
los metales de las cuatro últimas secciones no precipitan
ninguna sal de las primeras, y los de estas por el contra-
rio lo efectúan con las sales de las últimas. Los metales
de una misma sección por una causa análoga no precipitan
sus sales, pues su afinidad con el oxígeno es poco diferente:
el mercurio sin embargo lo efectúa con las sales de plata,
porque es mucho mas ávido del oxígeno que este metal.
-212-
Los metales precipitados de sus disoluciones se deposi-
tan á veces sin atqcar al metal precipitante; pero en cier-
tas ocasiones obran sobre él y le envuelven por decirlo así
en todos sus puntos. La precipitación continúa todavía á
pesar de que la acción química se baya suspendido, por
desenvolverse una corriente eléctrica, efecto de los me-
tales sobrepuestos. Estos metales forman una pila vol-
taica en la que el metal precipitante es el elemento po-
sitivo, y el metal precipitado el negativo; por lo tanto di-
cha pila descompone la sal que la rodea, atrae su metal
al polo negativo, e s t o e s , sobre el metal ya precipitado, y
conduce su ácido con el oxígeno de su base al polo posi-
tivo, á saber, sobre el metal precipitante. El metal preci-
pitado no se deposita entonces mas sobre la extensión del
metal precipitante, pero se acumula mas y mas sobre las
capas que se precipitaron las primeras. Se concibe desde
luego que el metal precipitante se combina poco á poco
con el ácido y con el oxígeno de la base descompuesta,
resultando de aquí una nueva disolución salina. *
La precipitación mas notable se obtiene sumergiendo
una lámina de zinc en una disolución de acetato de plomo
que contenga la 3 0 parte de su peso de dicha sal. Se dis-
a

pone la disolución en un frasco de cuello prolongado, de


cuyo tapón penda el zinc fijado al extremo de un alambre
de cobre, sumergiendo también algunos de dichos alam-
bres en la disolución. El plomo se precipita desde luego
sobre el zinc y cobre bajo la forma de cristalinos brillantes,
extendiendo sus ramificaciones por toda la masa líquida.
Esta cristalización ha recibido el nombre de árbol de Sa-
turno.
: A veces los metales precipitados se unen con el metal
precipitante, en especial cuando este sea el mercurio. Así
es que introduciendo 15 ó 20 onzas de mercurio en 50
ó 60 de una disolución concentrada de nitrato de plata, y
abandonando á sí misma la disolución después de haber
cerrado el vaso, se observa al cabo de algunos dias una
multitud de cristalinos de plata que se combinan con al-
gunas partes del mercurio y forman una multitud de ra-
mificaciones de bastante altura. Se da á dichas ramifica-
ciones el nombre de árbol de Diana.
-213 —
Acción de los ácidos. Cuando se pone en contacto un
ácido con una s a l , si este es suficientemente enérgico se-
para parte del ácido de la sal', combinándose con la por-
ción de base que quedó en libertad ; después la descompo-
sición continúa de la misma m a n e r a , hasta que el ácido
expulsado, cuya cantidad se acrecienta gradualmente,
obra también como el ácido que se empleó, cuya disminu-
'cion va siendo cada vez mayor. De este modo se obtienen
dos ácidos y dos sales diferentes. Pero si por una causa
Cualesquiera , el áddo expulsado se colocase fuera de a c -
ción á medida que queda en libertad, no se opondría ya á
la descomposición de la sal, y esta descomposición .conti-
núa en tal caso hasta que se completa ; lo cual acontece
en ciertas ocasiones que es importante conocer.
l.° El ácido empleado descompondrá totalmente
aquellas sales cuyo ácido sea mas volátil á la temperatura
•del experimento. La descomposición tiene lugar también
en aquellos casos en que siendo los ácidos igualmente vo-
látiles , la cantidad del uno es mucho mas considerable
que la del que se halla combinado con la sal.
2.° El ácido empleado descompondrá completamente
las sales cuyo ácido sea insoluble ó menos soluble que el
que se adicionó.
3.° El ácido que se emplee descompondrá toda sal con
cuya base sea capaz de producir una sal insoluble.
Acción de las bases. Las bases se comportan con las
sales de una manera análoga á los ácidos : el de la sal se
reparte generalmente entre las dos bases, resultando de
aquí dos bases y dos sales diferentes, La descomposición
no es completa sino en los casos en que la base expulsada
se coloca fuera de la acción, lo cual acontece en estos
casos :
1.° Una base fija descompone completamente una sal
cuya base sea volátil.
2.° Una base soluble descompone también completa-
mente las sales cuyas bases sean insolubles: así es que las
seis bases alcalinas precipitan de sus disoluciones todas
las bases de las sales de las cinco últimas secciones.
3.° Toda base descompone la sal con cuyo ácido sea
capaz de formar un producto salino insoluble. Así es que
— 214 —
la barita, la estronciana y la cal descomponen los sul-
fatas y los carbonatos de potasa y sosa.
Acción de las sales. Se sospecharla quizá que las sales
no actúan las unas sobre las otras, puesto que el ácido y la
base se neutralizan completamente en cada s a l , satisfa-
ciendo su afinidad recíproca; pero no sucede así según lo
acredita la experiencia. Si se echa en efecto una disolu-
ción concentrada de cloruro de sodio, en otra disolución
también concentrada de nitrato de cobre, el líquido deazul
que era se trasforma en verde por efecto de la formación
de cloruro de cobre.
Las sales obran sobre las sales como los ácidos y las
bases; cada ácido se reparte entre las dos bases, y cada
base entre los ácidos, de modo que las sales forman gene-
ralmente cuatro por efecto de sus acciones recíprocas.
Pero si por uua causa cualesquiera una de las cuatro sales
que tienden á formarse se coloca fuera de la acción, la
descomposición recíproca de las dos primeras sales conti-
nuará hasta que se complete, y se obtendrá solamente dos
sales, de las que una será la que desaparezca por la reac-
ción , lo cual se verifica en los casos siguientes:
1.° Si se calientan reunidas dos sales que puedan por
efecto del cambio de sus bases y ácidos dar origen á una
sal fija y á una sal mas volátil que cualesquiera de las pri-
m e r a s , la descomposición completa tiene lugar.
2.° La descomposición también se efectúa en el caso
en que se calienten dos sales que puedan por efecto del
cambio de bases y ácidos formar una sal infusible , y otra
menos fusible que cualesquiera de ellas.
3.° Si se ponen en contacto dos disoluciones salinas
capaces de originar en el respectivo cambio de bases y áci-
dos una sal soluble y otra insoluble.

Composición de las sales.

Sales neutras. Hemos ya dicho que un mismo ácido y


una misma base se combinan á veces en muchas propor-
ciones para dar origen á diferentes sales; hemos también
expuesto que sus diversas variedades se conocen bajo los
— 215 —
nombres de sales neutras, sales acidas, y sules básicas.
Se usa de ciertos colores vegetales para conocer su n e u t r a -
lidad , la tintura de tornasol y el jarabe de violetas. Sin
embargo de que se denomina neutra la sal que no altera
dichos colores, conviene tener presente que hay sales q u e
no teniendo su ácido con su base una fuerte afinidad, se
desprenden en parte uno ú otro obrando sobre dichos c o -
lores ; tal acontece con el sulfato neutro de zinc que e n -
rojece el tornasol, y con el borato neutro de sosa que
enverdece el jarabe de violetas desprendiendo parte de su
base. Teniendo presente que las sales que tengan la misma
composición son análogas en la mayor parte de sus propie-
dades fundamentales, se deberá partir de la composición
de las sales para establecer su neutralidad. De donde si
analizando sales que no ejerzan ninguna acción sobre los
colores vegetales y que se consideren como neutras se les
halla formadas de un equivalente de ácido y otro de base,
generalizando el principio, se deberá admitir que todas
las sales neutras se encuentran formadas de la misma ma-
nera.
Encontrándose las bases enérgicas constituidas por un
equivalente de oxígeno y otro del m e t a l , y que el equiva-
lente de un bióxido consta de un equivalente de oxígeno y |
de metal, y que uno de sesquióxido presenta § de equiva-
lente metálico ; resulta de aquí que debe existir una rela-
ción constante entre la cantidad de oxígeno del ácido y la
cantidad de oxígeno de la base en todas las sales que con-
tengan un mismo ácido. Esta relación es de 3 á 1 en los sul-
fatos, de 5 á 1 en los nitratos , y de 2 á 1 en los carbonato?.
Sales acidas y sales básicas. El paso de una sal neutra
al estado de sal acida no se efectúa gradualmente, sino de
una manera brusca cuando se obliga á que un exceso de
ácido actué sobre la sal ; porque la cantidad de ácido de la
sal acida es un múltiplo simple de la cantidad de ácido de
la sal neutra. Si se considera por ejemplo el sulfato neutro
de potasa y se le agrega cierta cantidad de ácido para t r a s -
formarle en bisulfato, una parte del sulfato neutro quedará
intacto y la otra se convertirá en sulfato ácido, de modo
que se hallará una mezcla de dos sales diferentes. Los mis-
mos resultados se aplicarán á las sales básicas, porque la
— 216 —
cantidad de base de estas sales es siempre un múltiplo
simple de la cantidad de base de la sal neutra.
Las diversas bases que proceden de la combinación de
un metal con diferentes proporciones de oxígeno, no
tienen la misma afinidad para los ácidos; la base menos
oxigenada es en general la mas poderosa. Estas bases sin
embargo tienen distintas capacidades de saturación; así es
que las bases menos oxigenadas necesitan menos ácido, los
bióxidos y trióxidos uua cantidad dupla , triple.... La neu-
tralidad de las sales no se cambia aun cuando sus ácidos
se apoderen"de una nueva proporción de oxígeno, según
se echa de ver en los sulfitos y fosíitos neutros que pasan
fácilmente al estado de sulfatos y fosfatos también neutros
cuando su ácido se apodera de mayor proporción de o x í -
geno.
Constitución de las sales. Hasta el presente hemos con-
siderado á las sales, como Lavoisier, formadas pura y sim-
plemente por la combinación del ácido y de la base, por
la simple'yuxtaposiciou de átomos de dos compuestos bi-
narios; se les puede también, según Davy, considerar bajo
otro punto de vista distinto.
E n efecto, cuando se ponen en presencia la sosa y el
ácido clorhídrico, estos cuerpos no se unen molécula á
molécula para dar origen al clorhidrato de sosa ; descom-
póuense recíprocamente para originar dos nuevos com-
puestos binarios: agua y cloruro.de sodio. Todos los otros
hidrácidos, es decir , todos los demás ácidos hidrogenados
se comportan de la misma manera con los oxácidos. Los
cloruros, bromuros que resultan de esta acción son
perfectamente análogos á las sales por su aspecto y crista-
lización, por sus propiedades físicas, y en general por la
acción que ejercen sobre los demás metales los ácidos y las
bases; es probable que ellos les sean también semejantes
en su composición. Por lo tanto siendo necesario conside-
rar á estos últimos compuestos como binarios, se halla
uno inclinado á representar de la misma manera los c o m -
puestos de- los óxidos y de los oxácidos.
Consideremos, por ejemplo, el ácido sulfúrico anhidro
SO y la potasa KO. Estos dos cuerpos no se combinan
3

molécula á molécula para originar el compuesto K O , O ;3


— 217 —
mas una molécula O de oxígeno se une desde luego sobre
una molécula SO de ácido sulfúrico para formar el radi-
3

cal S O , que se combina él mismo con la molécula k de


4

potasio para formar el compuesto K S O . Este compuesto4

será perfectamente análogo al cloruro de potasio K C h , y


al cianuro de potasio K A z C ; resultará de la combinación
a

molécula á molécula del radical S O y de potasio, y se le


4

llamará por lo tanto un sulfatoxuro de potasio.


El ácido sulfúrico hidratado no será según esta hipó-
tesis mas que un sulfato de agua ó un compuesto de agua
y ácido sulfúrico: tendrá para su composición H S O ; resul- 4

tará de la combinación del radical S O con el hidrógeno,


4

y será perfectamente análogo al ácido clorhídrico HCh y


al ácido cianhídrico HAzC*. Este cuerpo será por lo tanto
un hidrácido y se comportará como tal en su disolución
sobre los óxidos metálicos; es decir, que producirá con es-
tos cuerpos agua y un sulfato puro. Se obtendrán los m i s -
mos resultados con el ácido nítrico H O , A z O , con el 5

ácido fosfórico HO , P h O s
; se les. considerará á todos
como hidrácidos H A z O , H P h O . . . . . En esta teoría es p r e -
6 6

ciso admitir una multitud de radicales compuestos, t a -


les como S O , AzO » P h O
4 6
que no han podido aislar-
6

s e ; pero que por esta razón no deberán descontarse, por-


que ya hemos notado la existencia de un radical aná-
logo A z O que se comporta absolutamente de la misma
manera.
Sería pues fuera de propósito que nos ocupásemos en
dilucidar las ventajas y los inconvenientes de una y otra
teoría, en el estrecho recinto de una obra puramente ele-
mental; basta á nuestro objeto la reseña que acabamos de
mencionar.
CAPITULO II.

CARACTERES DE LAS SALES SEGÚN SU ÁCIDO.

Ocupémonos de los caracteres mas importantes de las


sales, á saber: de aquellas cuyo ácido tenga por radical el
azufre, el cloro, el ázoe, el fósforo, el arsénico, el carbo-
n o , el boro, el silicio y el cromo.

Sales cuyo ácido tiene el azufre por radical.

Dijimos ya que el azufre puede formar sus bases com-


binándose con el oxígeno, y que todas ellas pueden s a t u -
rar las bases de todos los productos salinos que resultan;
las sales neutras son las que nos ofrecen mayor i m p o r -
tancia.
Sulfatos neutros. Los sulfatos neutros se hallan c o m -
puestos de un equivalente de ácido sulfúrico S O , y de una
3

cantidad de base que contiene 1 eq. de oxígeno; resul-


ta pues que el oxígeno de su ácido es triple del oxígeno
de su base.
Acción del calórico. Se sabe que el ácido sulfúrico li-
bre se descompone por la acción del calor en 2 volúmenes
de ácido sulfuroso y 1 de oxigeno; este ácido se descom-
pone también cuando se encuentra unido á alguna base, á
menos que esta no sea demasiado enérgica; exige sola-
mente una temperatura mucho mas elevada que si se en -
cuehtra libre, porque las bases aumentan la fijeza de t o -
dos los ácidos. Los sulfatos alcalinos y el sulfato de mag-
nesia son indescomponibles por el calor; todos los demás
se descomponen, y de su descomposición resulta ácido sul-
furoso, oxígeno y óxido de la sal, á menos que este óxido
no pueda él mismo reducirse ó sobreoxidarse. La corriente
de ácido sulfuroso arrastra siempre cierta cantidad de áci-
do sulfúrico no descompuesto, y como el agua del sulfato
se evaporiza antes de la descomposición, el ácido sulfúrico
que se obtiene es anhidro.
— 219 —
Acción de los metaloides. El carbono descompone t o -
dos los sulfatos á una temperatura elevada, resultando áci-
do carbónico ú óxido de carbono y otros productos que
varían con la naturaleza de los sulfatos. Los sulfatos alca-
linos dan un sulfuro metálico al calor blanco y un oxisul-
furo á una temperatura algo inferior; los sulfatos de la
segunda sección dan el óxido de la s a l , azufre y sulfuro
de carbono; los sulfatos de las demás secciones producen
en fin un sulfuro metálico mas ó menos sulfurado, y á ve-
ces si la energía de la base no es muy notable, ácido s u l -
furoso con la base y el metal de la sal. El hidrógeno, el
fósforo y el boro descomponen también todos los sulfatos;
el azufre, el cloro, el bromo y el iodo no descomponen
sino aquellos sulfatos descomponibles por el calor, obran-
do en tal caso como si el ácido y el óxido se encontrasen
libres.
Acción del agua. Algunos sulfatos como los de barita,
estaño, plomo, antimonio y bismuto son insolubles en el
agua. Otros como los de estronciana , cal, itrio, cerio, pía -
ta y mercurio lo son muy poco. Los demás se disuelven
completamente. El sulfato de barita es no solamente iusolu-
ble en el agua sino en todos los ácidos, excepto el ácido
sulfúrico hirviendo.
Acción de los ácidos. Los sulfatos no producen eferves-
cencia con ningún ácido, porque el ácido sulfúrico no es
volátil á una temperatura menor que 3 1 0 ; además de que
no abandona sus combinaciones por la acción de ningún
oxácido á la temperatura ordinaria ó en cualesquiera in-
ferior al grado rojo. Los sulfatos tan solo se descomponen
al grado rojo por los ácidos fosfórico, bórico y silícico
que son mas fijos que el ácido sulfúrico á esta tempera-
t u r a , resultando de aquí sulfatos, boratos, silicatos y des-
prendimiento de oxígeno y de ácido sulfuroso en las pro-
porciones en que constituían el ácido sulfúrico.
' Los ácidos sulfhídrico, selhídrico y telurhídrico des-
componen á la temperatura ordinaria casi todos los sulfatos
de las cuatro últimas secciones, á causa de la afinidad del
azufre, el selenio y el teluro con los metales. El ácido sul-
fúrico queda en libertad formándose agua y un sulfuro, s e -
leniuro y telururo metálicos.
— 220 —
Caracteres genéricos. Los sulfatos solubles se reconocen
echando nitrato de barita ó cloruro de bario en sus diso-
luciones; pues forman inmediatamente un precipitado
blanco insoluble en todos los ácidos, excepto el sulfúrico
hirviendo, y en todos los álcalis: obteniéndose por la cal-
cinación de este precipitado un sulfuro de bario. Respecto
los sulfatos insolubles se les hace hervir con una disolu-
ción de carbonato de potasa para trasformarles en sulfatos
solubles , reconociéndoseles entonces de la misma manera.
Se debe observar desde luego que los sulfatos no producen
efervescencia con ningún ácido ni á la temperatura ordi-
naria , ni á la de la ebullición del agua.
Preparación. Existen en la naturaleza un gran n ú m e -
ro de sulfatos, siendo los mas frecuentes los de cal, barita,
alúmina y potasa. He aquí los principales métodos:
l.° Se obtienen los sulfatos solubles trotando los óxi-
dos ó los carbonatos por el ácido sulfúrico dilatado en agua;
se calienta el líquido hasta la ebullición, se le enfria y se le
deja cristalizar.
2.° Se obtienen casi todos los sulfatos de las cuatro
últimas secciones tratando el metal con el ácido sulfú-
rico , dilatando el ácido y operando en frió si el metal
pertenece á la tercera sección, y usándole concentrado y á
la temperatura de la ebullición si pertenece á las tres ú l -
timas.
3.° S J pueden preparar todos los sulfatos insolubles
por medio de dobles descomposiciones- Se pone en contacto
una disolución de un sulfato con una disolución de una sal
cuya base sea la que debe entrar en el nuevo sulfato;
este sulfato se precipita desde luego, no restando ya otra
cosa que lavarle en gran cantidad de agua.
4 . ° Se puede obtener un gran número de sulfatos
quemando los sulfures correspondientes en hornos, ó e x -
poniéndoles simplemente al contacto del aire húmedo. Así
es como se preparan los sulfatos de hierro, zinc y cobre
en las artes.
Bisulfatos. Se obtienen los bisulfatos mezlando los s u l -
fatos neutros reducidos á polvo con un peso igual de ácido
sulfúrico concentrado, e d e n t a n d o la mezcla al grado rojo
hasta que no se desprendan mas vapores ácidos, y dejando
— 221 —
cristalizar la sa' después de haberla tratado por el agua.
Los bisulfatos alcalinos se descomponen por el calor en sul-
fatos neutros y ácido sulfúrico; pero como la descomposi-
ción no tiene lugar sino á una temperatura superior al
punto de ebullición de este ácido, se pueden producir con
los bisulfatos reacciones que no sería posible efectuar con
el ácido libre. Se podría emplear el bisulfato de sosa en la
preparación del ácido sulfúrico anhidro, porque no se des-
compone sino después de la volatilización de toda su agua.
Sulfilos é hiposulfilos. Existen sulfitos neutros y bisul-
fitos, hiposuiíitos neutros y bihiposulíitos. Se reconocen
estos compuestos por el desprendimiento inmediato de áci-
do sulfuroso que producen cuando se les echa ácido sulfú-
rico dilatado: por otra parte se distinguen los hiposuiíitos
de los sulíitos, porque además de la producción del ácido
sulfuroso determinan la precipitación de un sedimento de
azufre.
Todos los sulfilos se descomponen por la acción del ca-
lor; los sulíitos alcalinos se tranforman en sulfatos y en
sulfures; los otros en ácido sulfuroso y en óxido, ó bien
en sulfatos y sulfures como los anteriores si la t e m p e r a -
tura no es demasiado elevada. Los hiposulfitos se compor-
tan de la misma manera.
Todos los sulfitos de potasa y sosa en general se p r e -
paran dirigiendo una corriente de ácido sulfuroso en una
disolución de carbonato de potasa ó sosa, y se convierten
poco á poco en sulfatos exponiéndoles al contacto del
aire. Los demás sulfitos son insolubles, y se les prepara
por medio de las dobles descomposiciones, no trasformán-
dose en sulfatos en contacto del aire sino con gran
lentitud.
Los hiposulfitos se preparan hirviendo los sulfitos con
un exceso de azufre, ó haciendo pasar una corriente de
ácido sulfuroso en el sulfuro del metal. Son en general
mas estables que los sulfilos correspondientes, porque no
pasan sino muy difícilmente por su contacto con el aire
al estado de sulfatos. Debe exceptuarse el hiposulfito de
piala, que se descompone casi repentinamente en sulfuro
y ácido sulfuroso. Los hiposulfitos son todos muy solubles,
menos los de barita, plomo y plata que lo son muy poco.
_ 222
Los hiposulfitos de potasa y sosa tienen la propiedad
de disolver los cloruros, bromuros y ioduros de plata que
son completamente insolubles en el agua.
Hiposulfatos. Cuando se vierte ácido sulfúrico dilatado .
en una disolución de hiposulfato, el ácido hiposulfúrico
que queda libre permanece en disolución; pero calentán-
dole un poco se trasforma en ácido sulfúrico que perma-
nece en disolución, y ácido sulfuroso que se desprende.
E s t e carácter se aplica también á los sulfhiposulfatos y á
los bisulfhiposulfatos; mas dichos compuestos producen
por otra parte un sedimento azufroso. Todos los hiposul-
i'atos son solubles, y se trasforman difícilmente en con-
tacto del aire en sulfatos.

Sales cuyo radical es el cloro.

Aun cuando el cloro combinándose en diversas propor-


ciones'con el oxígeno produce siete ácidos, no origina sino
cuatro clases de compuestos salinos: los cloratos, los p e r -
cloratos, los hipocloritos y los cloritos; no trataremos sino
de los mas importantes.
Clóralos. Se encuentran formados de 1 equivalente de
ácido dórico C h O y de 1 equivalente de base: el oxígeno
5

del ácido es por consiguiente quíntuplo del oxígeno del


óxido.
Acción del calórico. Todos los cloratos se descomponen
por el calor: basta calentar á 4 0 0 ° el clorato de potasa,
el mas estable de todos ellos, para que sé descomponga
completamente.
Acción de los metaloides. Los metaloides, exceptuando
el cloro, el bromo, el iodo y el silicio, activan la descom-
posición de los cloratos, arden con llama muy viva y a b -
sorben el oxígeno.
La mayor parte de los metales descomponen también
los cloratos cuando se les somete á un choque vivo y s ú -
bito una mezcla íntima de dichos cuerpos. En efecto , mez-
clando una parte de las flores de azufre con tres de clorato
de potasa pulverizado, y sacudiendo la mezcla con un
martiflo, produce una fuerte detonación. El mismo efecto
se obtiene con los sulfuros de antimonio y de arsénico, y
— 223 —
las materias vegetales ó animales pulverizadas es necesario
tan solo encerrarlas en un papel y golpearlas con mas vio-
lencia. Dichas mezclas constituyen los polvos llamados ful-
minantes.
Con el fósforo, metaloide mucho mas enérgico que los
anteriores, se forma una mezcla en extremo explosiva; al
efecto se echa fósforo pulverizado en el agua y se le agita
hasta que adquiera una temperatura próxima á los 4 0 ° ;
se la introduce en esencia de trementina, en la que se le
mezcla con un clorato pulverizado; separando el aceite por
medio de un filtro, el residuo posee la cualidad expuesta.
Acción del agua. Todos los cloratos son solubles en el
a g u a , á excepción del clorato de protóxido de mercurio.
E l clorato de potasa es uno de los cloratos menos solu-
bles.
Acción de los ácidos. Si se echa ácido sulfúrico concen-
trado sobre un fragmento de clorato de potasa, detona
con fuerza y produce un desprendimiento abundante de
vapores amarillos de ácido hipoclórico: resultando por otra
parte perclorato y bisulfato de potasa, detona con fuerza
y ocasiona un desprendimiento abundante de vapores amar
rulos de ácido hipoclórico: resultando por otra parte per-
clorato y bisulfato de potasa , que permanecen en disolu-
ción y que se colorean de amarillo por el ácido. Los mis-
mos fenómenos tienen lugar si se echa ácido sulfúrico en
una disolución de clorato y se calienta el líquido hasta la
ebullición; se producirá solamente uua deflagración menos
viva. Los ácidos nítrico y fosfórico dan lugar á resultados
análogos.
Caracteres genéricos. Se reconocen los cloratos por la
propiedad que poseen de activar la combustión cuando se
les echa sobre carbones encendidos; desprenden vapores
amarillos y un olor á cloro cuando se echa sobre ellos
ácido sulfúrico concentrado. Los cloritos y los hipocloritos
gozan también de estas propiedades; pero se distinguen fá-
cilmente de los cloratos porque exhalan un olor á cloro á
la temperatura ordinaria, mientras que los cloratos no t i e -
nen el menor olor. Estos diferentes compuestos no alteran
la disolución de nitrato de plata que los cloratos efectúan
con tanta facilidad.
— 224 —
Preparación. No se encuentra ningún clorato en la
naturaleza; se obtienen todos, excepto el clorato de potasa,
uniendo directamente el ácido clorhídrico á la potasa, ó
bien poniendo en contacto una disolución de clorato de ba-
rita con otra de un sulfato.
El clorato de potasa se prepara haciendo pasar una
corriente de cloro por una disolución de carbonato de po-
tasa algo concentrado : en primer lugar forma hipoclorito
de potasa y cloruro de potasio; después el hipoclorito se
descompone cuando la potasa se absorbe en totalidad, no
quedando sino un cloruro de potasio y clorato de potasa.
El cloruro siendo muy soluble permanece en disolución;
mientras que el clorato, que loes muy poco en frió, se de-
posita en escamas brillantes á medida que se forma. Se le
recoge y hace cristalizar repetidas veces á fin de que se
encuentre en estado de pureza.
Usos. El clorato de potasa se emplea en la preparación
de los eslabones oxigenados y candelillas químicas. Tam -
bien se trata de emplearle en la preparación de la pólvora;
pero la pólvora fulminante que resulta puede ocasionar la
rotura del arma.
Percloratos. Los percloratos se descomponen por el
calor como los cloratos; detonan como estos con los cuer-
pos combustibles, pero su detonación es menor por ser
mas estables. Se distinguen de los cloratos en que el ácido
sulfúrico concentrado no desprende vapores y el mismo
ácido permanece incoloro. Ya hemos expuesto los medios
de preparar el perclorato de potasa y el ácido perclórico.
Hipoclorilos. Los hipocloritos son compuestos tan poco
estables, que basta exponerlos á la acción de un calor ligero
ó á la luz para trasformarles en cloruros y en cloratos.
Ceden con tal facilidad su oxígeno á los cuerpos que le
son afines, q u e á la temperatura ordinaria se trasforman en
sulfato de prótóxido de hierro, en sulfato de sesquióxido,
los sulfuras en sulfatos.... Por la misma razón trasforman
el azufre y el iodo, el fósforo y el arsénico en ácidos
sulfúrico, iódico, fosfórico y arsénico, que se combinan
con la base de la sal.
Los hipocloritos no pueden obtenerse disueltos á m e -
nos que no contengan un exceso de base alcalina; todos
tienen un olor semejante al del cloro; se descomponen por
casi todos los ácidos, incluso el ácido carbónico.
Se preparan los hipocloritos alcalinos uniendo directa-
mente la base con el ácido; pero deberá cuidarse en echar
el ácido sobre la base, pues el calor de la combinación es
tal que podría descomponer el hipoclorito si la base no se
hallase en exceso.
Los hipocloritos se usan en la desinfección del aire que
contenga miasmas pútridos, y para decolorar las materias
orgánicas. Desde que Bertollet. tuvo la feliz ocurrencia de
aplicar la propiedad decolorante del cloro al blanqueo de
las telas, simplificó los largos procedimientos antiguos de
exponerlas á las alternativas de humedad y sequedad de la
luz y oscuridad durante muchos meses. Al principio e m -
pleó el cloro gaseoso, después Sus disoluciones, y notando
que los álcalis disminuían la energía de esta sustancia sin
alterar sus cualidades decolorantes, usó de las disoluciones
del cloruro de potasa llamadas aguas de Javelle por h a -
berse practicado el primer ensayo en las manufacturas de
Javelle. Se sustituyó bien pronto la cal á la potasa, ya por
su fácil trasportación, bien por su poder decolorante, y.se
las aplicó el nombre de polvos de blanqueo.
La composición de estos polvos es un equivalente de
cloro unido á otro de oxígeno y otro de calcio; mas no se
coneibe cómo el cloro se puede unir con un óxido m e t á -
lico sin descomponerle para formar productos estables. Se
admite finalmente que el cloro reobra sobre el óxido e m -
pleado de modo, que le descompone en p a r t e , uniéndose
. con una porción del metal para formar un cloruro, y la
otra con el oxígeno para originar ácido hipocloroso, el
cual se supone que forma Un hipoclorito con la porción de
base no descompuesta. El producto obtenido es en tal
caso una mezcla de cloruro de calcio é hipoclorito de cal.
El hipoclorito de cal impuro se prepara en los labo-
ratorios dirigiendo una corriente de cloro en un lecho de
cal, y agitando de tiempo en tiempo la disolución y filtrán-
dola cuando la cal se halle disuelta. El hipoclorito de sosa
impuro se prepara del mismo m o d o , ó bien descompo-
niendo el hipoclorito de cal por el carbonato de sosa.
Manifestemos algunas particularidades acerca de los
J5,
- 226 —
medios de apreciar la cantidad de cloro que contienen los
hipocloritos de cal del comercio? á saber-, de la cloromelria.
La clorometría se halla fundada en la propiedad que
poseen ciertos cuerpos, tales como el sulfato de prótóxido
de h i e r r o , el protocloruro de mercurio, el ácido arsenio-
so... de descomponer el hipoclorito de cal sin obrar sobre el
cloruro de calcio que resulta de la descomposición y sobre
el que se halla mezclado con el hipoclorito en el compuesto
sometido al ensayo. Mr. Gay-Lussac, á quien se deben los
ensayos clorométricos, disuelve una cantidad dada de ácido
arsenioso en agua, después colora el líquido de índigo
echando hipoclorito y cloruro de cal gota á gota. Este
compuesto obra desde luego sobre el ácido arsenioso que le
trasforma en arsénico; después cuándo todo el ácido se so-
breacidifica, obra sobre el índigo el cua} decolora. Se nota
con cuidado la época en que la decoloración comienza, por-
que la riqueza del hipoclorito será tanto mayor cuanto
menor cantidad sea necesaria para producirla. Se dice que
el hipoclorito es á 7 0 ° , 75°.... cuando desprenda 7 0 , 7 5
litros de cloro puro por cada quilógrama bajo la influencia
de los ácidos.
Sales cuyo radical es el ázoe.

El ázoe forma tres ácidos: el nitroso, el hiponítrico


y el nítrico. El ácido nitroso y el nítrico pueden combi-
narse con las bases: el ácido hiponítrico al contrario.
Nitratos neutros. Los nitruros neutros se hallan com-
puestos de un equivalente de ácido nítrico AzO y de un 5

equivalente de base; su ácido contiene 5 veces mas oxíge-


no que sus óxidos.
Acción del calórico. Todos los nitratos se descomponen
á temperaturas bastante elevadas. Los nitratos alcalinos
son los mas difíciles de descomponer; pierden desde luego
2 equivalentes de oxígeno y se trasforman en nitritos; des-
pués se desprende al grado rojo del ázoe y oxígeno de un
poco del ácido hiponítrico, no quedando sino el óxido de
la sal. Los demás nitratos producen oxígeno, ácido hiponí-
trico y el óxido de la sal.
Acción de los metaloides. El cloro, el b r o m o , el iodo
y el ázoe no tienen ninguna acción sobre los n i t r a t o s ; los
— 227 - -
otros metaloides obran por el contrario sobre ellos con mu-
cha vivacidad á una temperatura elevada. Todos se apropian
el oxígeno para originar óxidos ó ácidos capaces de for-
mar con la base productos estables á la temperatura de la
experiencia.
Acción del agua. Todos los nitratos neutros son solu-
bles en el agua, mas no los básicos cuyas bases lo sean.
No se conoce ningún nitrato ácido.
Acción de los ácidos. Los ácidos fosfórico y arsénico
líquidos descomponen todos los nitratos al calor del agua
hirviendo: el ácido sulfúrico los descompone también á la
temperatura ordinaria: estos diversos ácidos se sustituyen
al ácido nítrico y le desprenden en forma de vapores. El
ácido clorhídrico descompone casi todos los nitratos y for-
ma con sus bases agua y un cloruro metálico, y él actúa
sobre el ácido libre para formar agua real. La descompo-
sición no siempre es completa, porque el ácido clorhídrico
no es ni mas poderoso ni mas fijo que el ácido nítrico: así
es que el ácido nítrico descompone él mismo parcialmente
los cloruros dando resultados análogos.
Caracteres genéricos. Todos los nitratos activan la com-
bustión cuando se les echa sobre carbones encendidos; pero
no basta este carácter para distinguirles de muchos géneros
de sales. Se les reconoce mas bien en la propiedad que
poseen de producir vapores blancos y picantes cuando se
les mezcla con agua y ácido sulfúrico concentrado, y vapo-
res rutilantes de un olor muy fuerte cuando se adiciona
á la mezcla líquida limaduras de cobre.
Nitrificacion. Se encuentran en la naturaleza nitra-
tos de amoniaco, de potasa, de sosa, de cal y de magne-
sia. El uitrato de sosa es el mas abundante; presentándose
en el Perú con tal abundancia que'ocupa muchas leguas
de extensión, ya en estado p u r o , ya mezclado con el sul-
fato de sosa y cloruro de cal. El nitrato de amoniaco se
halla en casi todas las lluvias de las tempestades, porque
el oxígeno y el ázoe de la atmósfera se combinan fácil-
mente bajo la influencia del amoniaco por efecto de las
chispas eléctricas. . . .
Los nitratos de potasa, cal y magnesia se presentan
en la naturaleza ó disueltos, ó en forma eflorescente en la
— 228— '
superficie de la tierra. Se les aplica en general el nom-
bre (le nitros, y el de nitrificacion al fenómeno que les da
origen.
El nitro se ofrece con la mayor frecuencia en los t e r -
renos calcáreos porosos de. base de potasa de cal y mag-
nesia , humedecidos é impregnados de materias animales,
circunstancias que conducen á la teoría de la nitrificacian..
En efecto, dirigiendo una corriente de amoniaco y
oxígeno por un tubo de cristal que contenga esponja de
platino y que esta se caliente mas allá del grado rojo, se
obtiene por producto agua y ácido hiponítrico. Pero como
el amoniaco es uno de las productos constantes de la des-
composición de las materias animales, y como se encuen-
tra constantemente en contacto del .oxígeno del aire bajo
la influencia de ciertos cuerpos porosos, debe producir á la
larga ácido hiponítrico» y de consiguiente nitratos si e n -
cuentra una Lose apropiada.
Algunos químicos opinan que el áaoe proviene como
el oxígeno del a i r e , y que estos dos gases se combinan bajo
el influjo de los cuerpos porosos; pero semejante opinión
es menos probable que la anterior.
Preparación. El nitrato de potasa se obtiene, según lo
veremos mas adelante, por media de los nitros de base de
cal, magnesia, sosa y potasa: se extrae el ácido nítrico
que sirve para extraer los demás nitratos. Los nitratos de
h i e r r o , zinc, cadmio, bióxido de cobre, de plomo, de
b i s m u t o , de plata y de mercurio se preparan haciendo
que obre el ácido nítrico sobre los metales; los nitratos
de barita y e:tronciana haciendo que actué el ácido sobre
los sulfuros, y todos los demás poniendo en contacto dicho
ácido con sus óxidos ó carbonatos.

Sales cuyo ácido tiene el fósforo por radical.

El fósforo combinándose con el oxígeno forma tres


ácidos, á saber: el hipofosforoso, et fosforoso y el fosfóri-
co. Estos ácidos pueden formar sales, pero los hipofosfitos
y fosGtos son de una importancia muy insignificante.
Fosfatos. Existen fosfatos n e u t r o s , hipofosfatos, ses-
— 229 —
quifosfatos, fosfatos bibásicos y fosfatos sesqu i básicos Los
fosfatos neutros se hallan compuestos de un equivalente
de ácido fosfórico P h O y de dos equivalentes de base;
6

el oxígeno de su ácido es por consecuencia al oxígeno de


su óxido : : 5 •• 2 .
Acción del calórico. Los fosfatos son compuestos de
tal fijeza que no se descomponen por el calor: en t e m -
peraturas muy elevadas se trasforman en un cristal t r a s -
parente que se hace opaco por el enfriamiento.
Acción de los metaloides. El carbono descompone tan
solo parcialmente los fosfatos neutros y ácidos á una t e m -
peratura elevada : con los fosfatos de las dos primeras sec-
ciones produce óxido de carbono, fósforo y un fosfato bá-
sico, y con los de las demás óxido de carbono, ácido car-
bónico y. un fosfuro.
Acción del agua. Los fosfatos ácidos son solubles en
el a g u a , á la vez que los neutros y básicos no lo son, e x -
cepto los de potasa, sosa y magnesia.
Acción de los óxidos. El ácido fosfórico disuelve todos
los fosfatos, por trasformarlos en fosfatos ácidos: el nítrico
los disuelve también, porque apoderándose de una parte de
su base resulta un fosfato ácido y un nitrato ambos solu-
bles: el ácido clorhídrico los disuelve igualmente, á excep-
ción de los fosfatos de plata y del protóxido de mercurio. E l
ácido sulfúrico disuelve por la misma razón un gran n ú -
mero de fosfatos apoderándose de una porción de sus b a -
ses , y descompone completamente los fosfatos de barita y de
plomo á causa de su enérgica afinidad hacia estas dos ba-
ses. El ácido bórico es el único ácido que descompone los
fosfatos al calor rojo, porque los demás ácidos son menos
fijos y poderosos que este ácido á dicho grado.
Caracteres genéricos. E s muy fácil de reconocer las
sales que contengan un ácido fosforado, porque calentán-
dolas con carbón y ácido bórico producen fósforo, ácido
carbónico y un borato; se trasforman calentándolas en
nn tubo con el potasio en fosfuro de potasio, que se des-
prende en su contacto con el agua, y fosfuro gaseoso de hi-
drógeno cuyo olor es característico.
Los hipofosfitos y fosfitos se distinguen de los fosfatos
por su propiedad de arder con llama amarilla cuando se
— 230 —
les echa sobre carbones, de desprender fosfuro gaseoso
de hidrógeno calentándoles en un tubo de cristal, y produ-
cir vapores rutilantes cuando se les trata por el ácido ní-
trico. Los hipofosfitos y fosfitos se trasforman en fosfatos
en estas diversas circunstancias.
Estado natural. El fosfato sesquibásico de cal es el
que se presenta con mayor abundancia, formando él solo
olinas enteras en el reino de Extremadura. En un gran
número de principios orgánicos se nos ofrece con no m e -
nor profusión.
Se halla el fosfato doble de sosa y amoniaco en los o r i -
nes humanos, el fosfato doble de amoniaco y magnesia en
los cálculos del hombre y de los caballos, el fosfato de
magnesia en los cereales, el de potasa en un gran número
de granos; en fin , los fosfatos de cobre, plomo, urano y
hierro... en el reino mineral.
Preparación. Se obtienen los fosfatos de sosa y potasa
tratando el fosfato calcáreo por los hidratos ó carbonatos
dé sosa y potasa; proporcionándose todos los demás por
medio de las dobles descomposiciones, echando una diso-
lución de fosfato de sosa en una disolución de un cloruro
ó.de un nitrato; pero se precipita casi siempre un fosfato
básico, si este no es el fosfato de plomo, de barita, de es-
tronciana y el prolóxido de hierro. Se obtiene por ejemplo
con el nitrato de plata un precipitado amarillo claro de
fosfr.-to bás co.
:

Usos. Los fosfatos de c a l , de sosa y de cobalto son los


únicos fosfatos empleados. El fosfato de cobalto se obtiene
como los demás fosfatos insolubles, echando una disolu-
ción de fosfato de sosa en otra de nitrato de cobalto; se
precipita inmediatamente la disolución en estado de fosfato
básico. Lavando el precipitado y mezclándole cuando se
encuentra congelado con 8 partes de hidrato de alúmina
en el mismo estado, y calcinando la mezcla durante media
h o r a , se obtiene un hermoso color azul llamado azul de
Thénard. Este color no es sino un aluminato de cobalto:
se obtiene también sustituyendo ei arseniato de cobalto al
fosfato básico, ó el alumbre de base amoniacal; pero en
este último caso el color es algo bajo.
— 231 —

Sales cuyo ácido es el arsénico.

E l arsénico y el ácido arsenioso son los únicos ácidos


oxigenados'de arsénico, saturan perfectamente las bases, y
producen sales análogas á l o s fosfatos y fosfitos por su com-
posición y propiedades.
Acción del calor. Los arseniatos son indescomponibles
por el calor, á menos que su mismo óxido lo sea. Los a r -
senitos por el contrario se descomponen á una tempera-
tura bastante elevada, trasformándose en arsénico y un a r -
seiiiato si son alcalinos; y en ácido arsenioso y óxido si
pertenecen á las cinco últimas secciones.
Acción de los metaloides. Todos los arseniatos y arsé-
nicos se descomponen por el carbon á una temperatura su-
ficientemente elevada.
Acción del agua. Los arseniatos y arsenilos se com-
portan como los fosfatos con el agua y los ácidos.
Caracteres. Se reconocen fácilmente las sales cuyo
ácido contiene arsénico, en el desprendimiento de un olor
arsenical muy pronunciado cuando se les somete sci»re un
carbon á la llama de un soplete; producen arsénico m e t á -
lico cuando se les calienta con carbon y ácido bórico en
un tubo de cristal cerrado por un extremo. E s fácil distin-
guir los arseniatos de los arsenitos trasformándoles en sa-
les solubles por medio del carbonato de potasa, y ensa-
yando su acción sobre las disoluciones de plata ó cobre,
como se dijo hablaudo de los ácidos arsénico y arsenioso.
Preparación. La naturaleza no presenta con alguna
abundancia sino el arseniato sesquibásico de cobalto y el
arsenito de bióxido de cobre. Se preparan directamente
los dos arseniatos y los dos arsenitos solubles, obtenién-
dose todos los.demás por via de las dobles descomposicio-
nes. La única preparación de que se hace algún uso es el
arseni!o de bióxido de c o b r e , conocido con el nombre de
verde de Scheele, de gran aplicación en la pintura al óleo y
en las fábricas de papel pintado.
— 232 —

Sales cuyo ácido tienen el carbono por radical.

El carbono forma muchos ácidos oxigenados, entre los


que el ácido carbónico es el único que debe contarse en la
esfera de la química mineral. Produce este ácido con las
bases carbonatos n e u t r o s , bicarbonatos, sesquicarbonatos,
carbonates básicos y carbonatos sesquibásicos.
Carbonatos neutros. Son estos carbonatos análogos en
su composición á los carbonatos de cal y sosa, aunque este
último enverdece el jarabe de violetas; se encuentran cons-
tituidos por un equivalente de ácido y otro de b a s e , de
suerte que el oxígeno del ácido es duplo del de la base.
Acción del calor. Todos .los carbonatos, excepto los de
potasa, sosa, litina y barita, se descomponen por el calor.
Los de estronciana y cal exigen una temperatura superior
al grado rojo, y los demás temperaturas mas ó menos ele-
vadas, t •
Acción de los metaloides. Todos los metaloides descom-
ponen los carbonatos excepto el oxígeno y el ázoe. Si el
carbonate pertenece á las 5 últimas secciones, el m e t a -
loide no obra sino sobre el óxido; mas si pertenece á la
primera , el azufre, el selenio, el teluro , el cloro, el b r o -
mo y el iodo no obran sino en el ó x i d o , mientras que el
hidrógeno, el carbono, el fósforo y el boro actúan sobre
el ácido. El hidrógeno origina óxido de carbono y un h i -
drato alcalino con los carbonatos de potasa , de sosa, de
litina y de barita; óxido de carbono, a g u a , y un óxido
con los carbonatos de estronciana y de cal. El carbono
produce óxido de carbono con los carbonatos alcalinos;
produce también otros de potasio y sodio con los carho-
natos de potasa y sosa, y un óxido con los demás. Se o b -
tiene con el fósforo y el boro, carbono y óxido de carbono
igualmente que con un fosfato ó un borato alcalinos.
Acción del agua. Los carbonatos neutros en general,
son insolubles en el agua, excepto los de sosa, potasa y
litina que son algo, aunque mucho mas los dos primeros.
Acción de los ácidos. Casi todos los ácidos, por poco
enérgicos que sean, descomponen los carbonatos apoderán-
dose de sus bases y produciendo una viva efervescencia.
233 -
Caracteres genéricos. Siempre que echando sobre una
sustancia ácido nítrico ó clorhídrico dilatados haya efer-
vescencia y desprendimiento abundante de un gas incoloro
y ligeramente picante, diremos que es un carbonato.
Preparación. Los carbonates sumamente difundidos
en la naturaleza se obtienen por medio de dobles descom-
posiciones ; indicaremos mas adelante su preparación.
Bicarbonatos. Aun cuando en estado sólido no se c o -
nocen sino los bicarbonatos de potasa y sosa, hay una m u l -
titud en estado de disolución , porque la mayor parte de
ios carbonatos neutros son solubles en el agua cargada de
ácido carbónico. Estas sales abandonan á la temperatura de
la ebullición del agua una parte del ácido carbónico; no
precipitan el sulfato de magnesia, porque el bicarbonato de
magnesia que se forma es muy soluble; precipitan las d i -
soluciones de barita con efervescencia. Estos caracteres
bastan para distinguir los carbonatos neutros.
Sesquicarbonatos. Se conoce un gran número de ses-
quicarbonatos, entre los que citaremos los de potasa, sosa,
barita, nikel y plomo. Los dos primeros se obtienen h a -
ciendo hervir durante algunos minutos los bicarbonatos
correspondientes; los demás se preparan por medio de d o -
bles descomposiciones. Se distinguen los carbonatos n e u -
tros por la propiedad que poseen de no precipitar el s u l -
fato de magnesia , y sí las sales de c a l ; se distinguen de
los bicarbonatos en que precipitan las sales de barita y
plomo sin efervescencia sensible.

Sales en que el ácido tiene por radical el boro.

El ácido bórico es el único ácido oxigenado de boro


que combinándose con las bases en muchas proporciones
forma compuestos, de los que no mencionaremos ahora
sino los boratos neutros que corresponden al borato de
sosa , formado de un equivalente de ácido bórico B O y de 3

otro de base.
Acción del calor. Los boratos son indescomponibles por
el calor á menos que su óxido sea reducible; los de las dos
primeras secciones resisten á la acción de los metaloides, al
paso que las de los cuatro últimas son descompuestos pro-
-234 —
Dablemente por el hidrógeno, el b o r o , el carbono, el fós-
foro y el azufre; porque estos metaloides actúan sobre
todos sus óxidos cuando se hallan libres, y la afinidad del
acido bórico para las bases es m u y débil para impedir la
descomposición. Los boratos se funden fácilmente por el
calórico; su fusibilidad es desde luego tanto mayor cuanto
sus bases mismas sean mas fusibles; el borato de plomo se
reblandece hacia los 3 0 0 ° .
Acción del agua. Los boratos de potasa, sosa y litina
son solubles en el agua; los demás son casi insolubles.
Acción de los ácidos. Los ácidos fijos descomponen úni-
camente los boratos a! calor rojo; los d e m á s , excepto
aquellos que sean sumamente débiles, lo efectúan á la
temperatura Ordinaria ó á la de la ebullición del agua.
Caracteres. Se reconocen los boratos aislando su
ácido por medio del sulfúrico ó del nítrico, y exami-
nando si el ácido obtenido es casi insípido, fijo , fusible, y
capaz de formar un cristal trasparente; al grado rojo co-
munica un color verde á la llama del alcohol.
Preparación. La naturaleza no presenta sino los bo-
ratos de sosa , de magnesia, de cal y de h i e r r o , y aún
estos tres últimos boratos son extremadamente raros. So
prepara el borato de sosa purificando por la cristalización
el borato natural d e la Tndia, ó tratando el ácido bórico
de la Toscana por el carbonato de sosa. Los demás boratos
solubles se preparan uniendo directamente el ácido á la
base, y aun por modio de la doble descomposición.
Borato de sosa. El borato de sosa, vulgarmente llama-
do bórax-, tiene un sabor alcalino; enverdece el jarabe de
violetas. El agua disuelve la mitad de su peso á los 100°,
y tan solo la 6 . parte á la temperatura ordinaria; crista-
a

liza fácilmente cuando se la disuelve en agua caliento y se


enfria la disolución.
Los cristales de borato de sosa son prismáticos, y con-
tienen 10 eq. de agua si se forman á la temperatura o r -
dinaria ; siendo por el contrario octaédricos y no conte-
niendo sino 5 eq. si se producen á una temperatura supe-
rior á 56°. En el primer caso se hacen opacos y ellorescen
al aire seco; en el segundo se conservan bien al aire seco,
voh¡endose opacos al aire húmedo. El borato octaédrico es
_ 235 —
desde luego mas duro y denso que el borato prismático.
El borato de sosa facilita la fusión de i o s óxidos m e -
tálicos, y produce cristales mas ó menos coloreados con
casi todos los demás. El óxido de manganeso le colorea de
violeta, el de hierro de verde botella, el de cobalto en
azul violeta, el óxido de cromo en verde esmeralda, y el
de cobre en verde claro; los óxidos blancos casi no le co-
lorean. Se utiliza frecuentemente esta propiedad para re-
conocer los óxidos metálicos, empleándose en tal caso el
soplete para producir la fusión.
El bórax sá usa en la reducción de un gran número de
sales, para servir de fundente, para reconocer los óxidos
metálicos, para soldar los metales y en la preparación del
ácido bórico. '

Sales en que el ácido tiene al silicio por radical.

~E\ ácido silícico es el mas estable de todos los ácidos,


el mas fijo; se combina con las bases en muchas propor-
ciones y no las neutraliza de una manera completa, lo
cual induce algunas dudas acerca de su naturaleza y d e
la verdadera composición de los silicatos neutros. Se han
considerado como tales todos aquellos en que el ácido con-
tiene tres veces mas oxígeno que la base; se deduce el
equivalente del silicio.
Acción del calórico. Los silicatos son indescomponibles
por el calor; á lo mas se les llega á fundir por la acción
de este agente. Su fusibilidad se halla en relación con la
de las bases; así es que los silicatos de potasa, de sosa,,
de plomo.... son muy fusibles; los de cal y barita son
muy difíciles, y los silicatos de alúmina y de manganeso
son completamente infusibles al fuego de forja. Los sili-
catos dobles son siempre mas fusibles que el menos fusi-
ble de los cuerpos que les constituyen.
Acción de los metaloides. El carbón no actúa sobre
los silicatos de las dos primeras secciones; pero descom-
pone la mayor parte de los demás, ya trasformándoles en
siliciuros metálicos, ya reduciendo completamente la
base y dejando el siliciuro intacto. La acción de los demás
metaloides no ha podido estudiarse.
—m —
Acción del agua. Los silicatos de potasa y sosa son
los mas solubles en el a g u a : son también muy solubles
en el agua cuando contienen 3 eq. de potasa para 1 eq.
de sílice; son algo menos cuando la proporción del ácido
a u m e n t a ; de modo que es fácil calcular su grado de so-
lubilidad.'
Acción de los ácidos. El ácido fluorhídrico ataca todos
los silicatos á la temperatura ordinaria, dando lugar á la
producción del ácido fluosilícico; los ácidos fosfórico y
bórico le descomponen t a m b i é n , pero tan solo al calor
rojo. Los ácidos sulfúrico, nítrico, clorhídrico.... actúan
sobre los silicatos de potasa y sosa á la temperatura o r -
dinaria y aun á la de la ebulición; pero no obran sobre
los demás silicatos sino en tanto que sean neutros ó bá-
sicos y que no posean una gran fuerza de cohesión. La
sílice puesta en libertad por estos últimos ácidos se d e -
posita y concreta si el ácido es concentrado, y se disuelve
en el agua si se halla dilatado.
Caracteres genéricos. Se reconocen los silicatos po-
niendo en libertad el ácido silíc-ico, porque este ácido se
halla caracterizado por su insipidez, su insolubilidad y su
fijeza. Se pulveriza al efecto el silicato, se le mezcla con
tres veces su peso de carbonato de sosa, se calienta des-
pués la mezcla hasta que se haga pastosa, se le extrae
después del fuego , se le diluye en agua y se le echa ácido
nítrico dejando evaporar la disolución.
Preparación. Existen en la naturaleza una multitud
de silicatos, á saber: el de cal, alúmina, magnesia y hierro.
Se preparan artificialmente los silicatos de potasa y sosa,
calentando fuertemente después de bien pulverizados y
mezclados el ácido y la base. Los demás silicatos se prepa-
ran por medio de las dobles descomposiciones. Describire-
mos después los principales silicatos.

Sales cuyo ácido liene por radical el cromo.

El único ácido de cromo es el crómico C r O : se com -


3

bina con las bases en diversas proporciones: produciendo


— 237 —
cromatos neutros, básicos... Todas estas sales son mas ó
menos coloreadas, siendo esta coloración según la de la
base.
Acción del calórico. Los cromatos alcalinos son al pa-
recer indescomponibles por el calor; pero los cromatos de
otras secciones lo efectúan al grado rojo, resultando un
óxido de cromo Cr* O . Todos los cromatos se descompo-
3

nen á una temperatura muy elevada, bajo la influencia del


hidrógeno del carbón y de otros metaloides afines con el
oxígeno.
Acción del agua. Hay cromatos, como los de potasa,
sosa, estronciana, c a l , magnesia, manganeso y n i k e l . q u e
son solubles en el agua; y otros por el contrario que son
insojubles en dicho líquido, entre los que se cuentan los
.do barita, alumina, zinc, cobalto, plomo, cobre, m e r -
curio y plata.
Acción de los ácidos. El ácido sulfúrico concentrado
descompone todos los cromatos á la temperatura ordina-
ria ó á una poco elevada; se combina con las bases dejan-
do el ácido en libertad. Los ácidos nítrico y clorhídrico
actúan de la misma manera.
Caracteres genéricos. Su reconocen los cromatos echan-
do en sus disoluciones nitrato de plomo, de plata y do
mercurio. El primero da un precipitado amarillo; el se-r
gundo un rojo purpúreo, y el tercero un rojo anaranjado.
Este último produce además calentándole un óxido verde
de cromo. Se reconocen los cromatos insolubles trasfor-
mándoles en cromatos solubles por medio de los carbona-
tos de potasa ó de sosa.
Preparación. La naturaleza no presenta mas croma-
tos que el de plomo y el doble de plomo y cobre. Se p r e -
paran artificialmente los cromatos solubles por medio del
ácido crómico, y los insolubles usando del cromato de po-
tasa por la via de las dobles descomposiciones.
Usos. Los hermosos colores que poseen los cromatos
les hacen muy estimados en pintura. El cromato neutro
de plomo es una sustancia de las mas usadas con este
objeto.
— 238 -

CAPITULÓ I I I .

CARACTERES DE LAS SALES SEGDN SU BASE.

Determinaremos en este capítulo los caracteres que


nos proporcionan los medios de investigar las bases que
constituyen las sales: no nos ocuparemos SIDO de las mas
importantes atendidas sus aplicaciones. Suponemos á todos
estos-compuestos en disolución; y si se tratase de una sal
insoluble, la trasformariamos desde luego en soluble h a -
ciéndola hervir con una disolución de carbonato de sosa, y
tratando después el carbonato obtenido con el ácido ní-
trico ó el clorhídrico.

Sales de la primera sección.

Las sales de esta"sección son blancas, excepto los cro-


matos , cuyo color es amarillo ó amarillo anaranjado se-
gún el ácido; sus disoluciones son también incoloras, m e -
nos las de los expresados cromatos. El sabor de las sales
de potasa-, de sosa y de litina varía con la naturaleza del
ácido; el de las sales de barita, de estronciana y de cal
es acre y picante, no teniendo sabor sino cuando se d i -
suelven.
Sales de polasa y sosa. L a s sales de potasa y sosa son
muy solubles, menos el bitartroto de potasa que es muy
poco, y él perclorato de potasa que lo es aun en un grado
mas remiso.
Las sales de potasa y sosa se distinguen de las amo-
niacales, porque estas últimas puestas en contacto con la
potasa dejan desprender un fuerte olor amoniacal. Se di-
ferencian también de las demás sales en que no producen
precipitado alguno con los carbonatos de potasa y sosa.
Las sales de potasa se distinguen de las de sosa por
producir con el ácido tártrico un precipitado blanco que
no tarda en presentarse; con el ácido perclórico un p r e -
-239 —
cipitado también blanco que se produce inmediatamente,
y con el cloruro de platino concentrado uno amarillo. Las
sales de sosa no precipitan con ninguno de estos reacti-
vos, porque el bitartrato de sosa y el perclorato y' los clo-
ruros dobles de platino y sodio son muy solubles.
La litina es la base que mas se aproxima á la potasa
y sosa, perb sus disoluciones precipitan en frió por los
carbonatos de potasa y sosa; comunicando además un
color rojo purpúreo á la llama de alcohol, lo cual no
acontece, con las bases precedentes.
Sales de barita, de estronciana y cal. Estas sales se
distinguen de las de potasa y sosa en que se precipitan
con los carbonatos de estas dos bases, distinguiéndose de
las demás por no efectuarlo ni por el agua de ca!, ni por
el amoniaco.
Las sales de barita produceu un precipitado blanco
con el ácido sulfúrico, ó con una disolución de un sulfato,
aun cuando el líquido no contenga de barita sino una
5 0 0 0 0 parte de su peso. Puede añadirse que él cloruro de
a

bario comunica un color amarillo á la llama de alcohol.


Las sales de estronciana originan un precipitado blan-
co con el ácido sulfúrico; pero este precipitado es lige-
ramente soluble en un exceso de a g u a : se puede notar
además que el cloruro de estroncio comunica un color
purpurino á la llama de alcohol, y cristaliza en agujas p r o -
longadas.
Las sales de cal se precipitan con la potasa, la sosa,
la barita y la estronciana; se precipitan también por el
ácido sulfúrico, el oxálico,-y por los oxalatos de potasa y
amoniaco.
Las sales en general de la primera sección no. dan
precipitado alguno, ni con el cianoferruro de potasio, ni
el sulfhídrato de amoniaco , ni el protosulfuro de potasio,
ni por la infusión de nuez de agallas, reactivos emplea-
dos frecuentemente para reconocer las sales de las demás
secciones.
Sales de la segunda sección.

En esta sección no trataremos sino de las sales de


magnesia, de alúmina y de protóxido de manganeso. E s -
tas sales son blancas, y sus disoluciones son incoloras á e x -
cepción de los cromatos; se encuentran sin embargo algu-
nas sales de protóxido de manganeso cuyo color es rosado,
mas este color se debe á una pequeña cantidad de la sal
del bióxido y del sesquióxido. Todas las sales de magne-
sia tienen un sabor a m a r g o , las de alúmina astringente,
las de manganeso melálico', es decir, acre, muy astringente
ó estíptico, excitando la salivación.
Sales de magnesia. Las sales de magnesia dan un p r e -
cipitado blanco de hidrato de magnesia con todas las ba-
ses precedentes, y este precipitado ño es soluble en un e x -
ceso de álcali; él da también con el amoniaco un precipi-
tado cuando el ácido no se encuentra, en exceso. El fosfato
de amoniaco produce un precipitado blanco de fosfato doble
de amoniaco y magnesia. El carbonato neutro de sosa les
precipita ; pero el bicarbonato de sosa no les precipita,
porque el bicarbonato de magnesia es soluble.
Sales de alúmina. Las sales de alúmina con la potasa
y la sosa determinan un precipitado blanco de hidrato de
alúmina soluble en un exceso de álcali, y producen con el
amoniaco un precipitado que casi no se disuelve en un ex-
ceso de esta base. Una disolución concentrada de sulfato
de potasa ó de amoniaco produce un precipitado de a l u m -
b r e , siendo además precipitados por la magnesia y por el
protosulfuro de potasio, lo cual no sucede con las sales de
magnesia; producen en fin , secándolas y purificadas, un
hermoso color azul celeste cuando se las trata al soplete
con el nitrato de cobalto.
Sales de protóxido de manganeso. Con estas sales pro-
ducen la potasa y la sosa precipitados blancos que pasan
á amarillos , rojizos y aun negros en contacto del a i r e ; el
amoniaco precipita la mitad del óxido en estado de hidrato
y forma una sal doble soluble.
El ácido sulfhídrico no precipita las sales de manga-
neso por ser muy débil este ácido; mas sí el sulfuro de p o -
— 241 —
tasío 6 el sulf hidrato de amoniaco, produciendo un precipi-
tado de color de rosa de sulFuro de manganeso hidratado.
El cianoferruro amarillo de potasio da un precipitado
blanco si la sai es pura , y azulado por pequeña que sea
la cantidad que contenga de hierro. La nuez de agallas no
precipita ni las sales de mangaueso ni las~ de la segunda
sección.
El sesquióxido de manganeso forma también sales com-
binándose con los ácidos; mas estas sales son poco es-
tables. No se conoce sino el sulfato de sesquióxido; su c o -
lor es rojo violado; se- produce poniendo en contacto á la
temperatura ordinaria el ácido sulfúrico concentrado con
el bióxido de manganeso pulverizado. Produce un precipi-
tado morenusco con los álcalis, restituyéndose al estado de
sulfato blanco de protóxido por el ácido sulfuroso , y en
generaLpor todos los cuerpos ávidos dé oxígeno.

Sales de la tercera sección.

No trataremos sino de las de hierro , n i k e l , cobalto,


zinc y cromo. .
Sales de protóxido de hierro. Tienen un sabor astrin-
g e n t e , color verde y cristalizan disolviéndolas.
La potasa, sosa y amoniaco producen un precipitado
blanco, que sucesivamente se hace v e r d e , verde oscuro y
amarillo, absorbiendo el oxígeno del aire.
El ácido sulfhídrico no produce ningún precipitado;
pero el sulfuro de potasio y el sulfhidrato de amoniaco
ocasionan uno negro de sulfuro hidratado.
El cianoferruro amarillo de potasio determina uno
blanco verdoso, que se trasfórma en azul en contacto del
aire ó del cloro. El cianoferruro rojo le produce azul. La
nuez de agallas no le precipita ; pero si se le adiciona algo
de cloro da un precipitado negro de agallato y tagnato de
sesquióxido de hierro.
El cloro, el ácido nítrico y otros cuerpos oxigenados
le trasforman en sales de sesquióxido, que precipitan
en amarillo rojizo con los álcalis. El contacto del aire
10
— 242 —
le trftsforma también á la larga en sales de sesquióxido..
Sales de sesquióxido de hierro. Estas sales tienen un
sabor acre y astringente, siendo de un color amarillo r o -
jizo. La potasa, sosa y amoniaco producen un precipitado
amarillo rojizo de hidrato de sesquióxido.
Elciaiioferruroamarillo.de potasio produce un pre-
cipitado azul; el cianoferruro rojo no da precipitado, pero
comunica á la sal un color mas marcado. La nuez de aga-
llas le produce negro, y el sulfocianuro de potasio le co-
munica un color de sangre sin precipitarle.
Sales de nikel. Todas las sales de esta sustancia poseen
un sabor azucarado al principio, después acre y metálico;
excitan vómitos violentos sin ocasionar la muerte. Tienen
un color mas ó menos verde cuando se les cristaliza por
disolución; desecados, su coloración es verde. El ácido sul-
fúrico las precipita eu negro si la sal es neutra, no alterán-
dola en el caso de que sea acida. Los sulfuros de potasio y
sodio producen un "precipitado negro, ligeramente soluble
en un exceso de sulfuro.
El cianoferruro amarillo de potasio forma un precipi-
tado amarillo claro; la n u u de agallas, blanquizco en co-
pos en las disoluciones muy dilatadas de dichas sales.
Sales de cobalto. Todas las sales de esta sustancia p o -
seen un sabor astringente, un color rosado si se encuen-
tran disueltas ó cristalizadas, y azul violeta ó de lila si
insolubles.
La potasa y la sosa dan un precipitado a z u l , que se
hace verde en contacto del aire. El amoniaco forma con
ellas una sal doble y soluble que colorea el líquido de m o -
reno rojizo.
El ácido sulfhídrico produce un precipitado negro si la
sal e s . n e u t r a , no determinando ninguno cuando sea acida.
Los sulfuros alcalinos dan siempre un precipitado negro de
sulfuro hidratado.
El cianoferruro amarillo de potasio determina un pre-
cipitado v e r d e ; la nuez de agallas uno amarillento.
Las sales de cobalto calcinadas con el bórax dan un
azul intenso; precipitando en azul violeta por el fosfato de
sosa , en rosa por el arseniato de sosa, y en rojo pálido por
los carbonatos de sosa y potasa.
— 213 —
Sales de zinc. Las sales de zinc tienen nn sabor estíp-
tico , son blancas en estado sólido y sus disoluciones in-
coloras.
. La potasa, sosa y amoniaco dan un precipitado blanco,
que se disuelve en un exceso de álcali.
El ácido sulfhídrico y los sulfures alcalinos determinan
uno blanco de sulfuro de zinc hidratado.
El cianoferruro amarillo de potasio produce un preci-
pitado blanco; la nuez de agallas no les pfecipita.
Un carácter muy importante en las sales de zinc es;,
la volatilización del metal cuando se le calienta fuerte-
mente con el carbón, y el precipitado de hidrato que r e -
sulta de la acción de los álcalis.
Sales de cromo. Las sales de cromo tienen un sabor
dulce y un color verde esmeralda.
La potasa, la sosa y el amoniaco dan un precipitado
gris verdoso* soluble en la potasa y la sosa, y apenas so-
luble en el amoniaco.
El ácido sulfhídrico casi no le precipita; los sulfuras
alcalinos determinan un precipitado gris verdoso hidratado,
con un desprendimiento de ácido sulfhídrico.
El cianoferruro amarillo de potasio forma un precipi-
tado verde, y la nuez de agallas no da ninguno.'
Un carácter aplicable á todas estas sales es la de no
precipitarse por el manganeso, ni con ninguno de los m e -
tales de las cuatro últimas secciones.

Sales de la cuarta sección.

Trataremos en este párrafo de las sales de estaño y


antimonio.
Sales de protóxido de estaño. Estas sales tienen un
sabor astringente y metálico, y un color blanco a m a r i -
llento ; la potasa, la sosa y el amoniaco dan un precipitado
blanco de hidrato de p r o t ó x i d o , que puede disolverse en
un exceso de álcali. El ácido sulfhídrico y los sulfuros a l -
calinos producen uno moreno achocolatado de protosulfuro
hidratado.
El cianoferruro amarillo de potasio le produce p u r p ú -
reo , y el bicloruro de mercurio uno blanco de protoclo-
— •Hi —
r u r o mercurial que se descompone desde luego abando-
nando el mercurio. Una lámina de zinc 6 de hierro preci-
pita completamente el estaño de sus disoluciones.
Sales de bióxido de eslaño. Aun cuando los caracteres
físicos de estas sales sean como las del prótóxido, se dis-
tinguen de aquellas en que precipitan en púrpura con el
cloruro de o r o , y dan uno amarillo ( o r o musivo) con el
ácido sulfúrico. No reducen además las sales de sesqui-
óxido de hierro y de bióxido de cobre al estado de sales
de prótóxido, como acontece con las de prótóxido de
estaño.
Sales de antimonio. El prótóxido de antimonio puede
formar sales combinándose con los ácidos, mas estas.sales
son muy poco estables. Sus disoluciones son inodoras y li-
geramente amarillentas. El agua precipita el hidrato blanco
de prótóxido de antimonio, excepto en el caso que su ácido
sea de naturaleza orgánica.
La potasa, la sosa y el amoniaco producen un preci-
pitado blanco de hidrato de prótóxido, que se disuelve en
un exceso de álcali.
E l ácido sulfhídrico y los sulfuros alcalinos producen
un precipitado amarillo de naranja, de protosulfuro hidra-
tado. E l cianoferruro forma un precipitado blanco de h i -
drato de prótóxido. El h i e r r o , el ziuc'y el estaño les
precipitan también.

Sales de la quinta sección. .

Sales de bióxido de cobre. Estas sales tienen un sabor


metálico muy desagradable; poseen una coloración azul ó
verde.
La potasa y la sosa dan un precipitado azul de bióxido
hidratado . i n s o l u b l e en un exceso de estas bases; el a m o -
niaco uno blanco azulado de s u b s a l , que se disuelve en un
exceso de alcohol y que colorea la disolución de un h e r -
moso azul celeste.
El ácido sulfhídrico ocasiona uno negro de bisulfuro
de cobre. E l cianoferruro de potasio uno moreno castaño;
la nuez de agallas, gris. El zinc y el hierro precipitan todas
estas disoluciones*
• —• 2 4 o —
El protóxido de cobre forma también sales, mas estas
son poco estables y conocidas. Bajo la influencia del cloro,
del acido nítrico y de otras sustancias oxigenadas «e tras-
forman Cn sales de bióxido.
Sales de plomo. Todas las sales de plomo poseen un
sabor azucarado, son en extremo venenosas, y aun á p e -
queñas dosis ocasionan cólicos llamados saturninos; si son
neutras presentan .un color blanco, á menos que el ácido
sea coloreado,'
La potasa, la sosa y el amoniaco dan un precipitado
blanco de óxido de plomo hidratado. El ácido sulfhídrico
y los protosulfuros le producen negro de sulfuro de plomo.
El ácido clorhídrico y el cianoferruro le determinan blan-
co , y los cromatos de potasa y sosa de un hei moso color
amarillo.
Sales de bismuto. Las sales de bismuto tienen un sa-
bor metálico, son blancas y sus disoluciones incoloras, ex-
cepto los cromatos; son además poco estables, pues basta
dilatarlas en agua para que se precipiten las snbsales.
Los álcalis ocasionan un precipitado blanco de sesqui-
óxido hidratado,

Salea de la sesla sección,

No trataremos en esta sección sino de las Sales do


mercurio, de plata , oro y platino; las demás no tienen,
ninguna utilidad.
Sales de protóxido de mercurio. Tienen un sabor me-
tálico muy desagradable, son blancas y sus disoluciones
incoloras, excepto los cromatos.
La potasa, la sosa y el amoniaco dan un precipitado
n e g r o ; el ácido clorhídrico y los cloruros alcalinos el
ácido sulfúrico, y los sulfatos determinan uno blanco que
no amarillea en contacto del aire. El ácido sulfhídrico y
los sulfuros alcalinos le dan n e g r o , y el cianoferruro a m a -
rillo de potasio uno blanco gelatinoso.
Sales de bióxido de mercurio. Estas sales poseen un
gran número de propiedades que les son comunes con las
de protóxido de mercurio; se las distingue en que no dan
precipitado con él ácido clorhídrico y los cloruros alcalinos,
-246.—
y en determinar uno amarillo con la potasa y la sosa.
Tanto las salces de protóxido, como las de bióxido, pre-
cipitan el mercurio metálico cuando se introduce en sus
disoluciones una lámina de cobre.
Sales de plata. Las" sales de plata tienen un sabor
metálico muy desagradable; son blancas y sus disolu-
ciones incoloras , excepto los cromatos, si son neutras;
presentando coloraciones amarillas si básicas, se enne-
grecen por la acción de la l u z , lo que proviene proba-
blemente de la reducción de la plata.
La potasa y la sosa determinan un precipitado ama-
rillo claro; el amoniaco no determina ninguno.
El ácido sulfhídrico y los sulfuros alcalinos negro;
el clorhídrico y los cloruros blanco en copos, soluble en
el amoniaco, é ¡disoluble en los ácidos.
Las sales de plata son precipitadas bajo la forma de
un polvo cristalino por los metales de las secciones p r e -
cedentes, y en especial por el cobre.
Sales de oro. Las disoluciones de estas sales tienen
un color amarillo extendidas, y rojo cuando están con-
-

centradas; dan precipitados morenos con el ácido sulfhí-


drico, el sulfuro de potasio y el sulfhidrato de amoniaco;
uno blanco con una mezcla de protocloruro y bicloruro de
estaño, y amarillo rojizo con una disolución concentrada de
potasa y sosa. Se obtiene el oro en estado metálico echando
un sulfato de protóxido de hierro.
Sales de bióxido de platino. Estas sales son amarillas ó
amarillas rojizas.
El ácido sulfhídrico y los sulfuros alcalinos dan un
precipitado negro de bisulfuro ; el cloruro de potasio y ej
clorhidrato de amoniaco y algunas otras sales no dan nin-
guno , del propio modo que el cianoferruro de potasio.
El protocloruro de estaño determina una coloración
roja intensa; ocasionan uno amarillo si las disoluciones son
neutras.
Todas las sales de platino se precipitan por los metales
de las secciones precedentes y por la plata ; son además
reducibles á una temperatura elevada.
CAPITULO IV.

ESTUDIO DE LAS PRINCIPALES SALES.

Hemos estudiado ya muchas sales importantes en los


capítulos precedentes; réstanos describir los sulfatos, los
nitratos, los carbonatos, y los silicatos mas útiles.

De los principales sulfalos-

Los sulfatos mas importantes y los únicos que debe-


mos estudiar son: los de potasa, sosa, cal, magnesia, a l ú -
mina , protóxido de hierro , bióxido de cobre, y sulfato
doble de alúmina y potasa. •
Sales de potasa, Existe un sulfato neutro y un bisul-
fato de potasa; mas este último no tiene ninguna impor-
tancia.
El sulfato neutro es ligeramente amargo, cristaliza en
prismas de 4"ó 6 caras terminadas pbr pirámides, no con-
tiene agua de cristalización , y decrepita al fuego fundién-
dose al rojo cereza. Es poco soluble, pues el agua no di-i
suelve sino 10 centésimas de su peso á la temperatura or-
dinaria, y 26 á la de la ebullición. Cede con facilidad parte
de su base á los ácidos clorhídrico y nítrico..;., y pasa a l
estado de bisulfato.
El piróforo de Gay-Lussac se prepara por medio del
sulfato de potasa. Se mezelan íntimamente 9 partes de
sulfato pulverizado con 8 de negro de h u m o ; se introduce
la mezcla en una retorta de barro, y se calienta fuerte-
mente. Entonces hay desprendimiento de ácido carbónico,
quedando un polvo formado de polisulfuro de potasio,
oxisulfuro del mismo y carbón. Este polvo constituyo
el piróforo; pues dejando caer algunas partículas en aire
húmedo, se inflaman y producen brillantes chispas. Se
puede conservar el piróforo en un frasco lleno de ácido
carbónico.
Se obtiene el sulfato neutro de potasa echando ácido sul-,
fúrico en una disolución de carbonato de potasa hasta la
saturación completa,' ó calcinando al grado rojo el bisul-
— ¿48 —
fato que se obtiene abundantemente en la preparación
del ácido nítrico. Se emplea en gran cantidad en la fa-
bricación del alumbre y del nitrato de potasa; á veces se
usa como purgante.
Sulfato de sosa. Existe un sulfato neutro y un bisul-
fato de sosa; este ú l t i m o , a u n q u e poco usado, se emplea
con ventaja en la preparación del ácido sulfúrico h u -
meante.
El sulfato neutro, sal de Glauber, es amargo; crista-
liza en prismas de cuatro caras terminados en pirámides.
Sus cristales contienen 10 partes del agua de cristali-
zación; son etlorescentes y sufren con facilidad |a fusión
acuosa. Este sulfato se funde al rojo cereza.
La solubilidad del sulfato aumenta con la temperatura
hasta los 33% y disminuye desde esto punto hasta la e b u -
llición. Otra particularidad es la de no cristalizar en el
vacío sus disoluciones saturadas, aun cuando se ias con-
duzca á temperaturas menos solubles.
El sulfato de sosa se presenta en muchos pantos del
globo y en algunas plantas marinas. Se emplea en me-
dicina como purgante, y en la preparación de la sosa a r -
tificial.
Sulfato de cal. Esta sal no tiene s a b o r , es muy poco
soluble en el a g u a , siendo mas soluble si se halla satu-
rada de ácido sulfúrico, y se separa también por la eva-
paracion en agujas satinadas. Se puede obtener artificial-
mente tratando la cal por el ácido sulfúrico y calcinando
la materia al grado rojo. El sulfato de cal existe h i d r a -
tado y anhidro en la naturaleza.
El sulfato anhidro es blanco agrisado, blanqueándose
al fuego; su densidad es 2,96 ; es mas duro que el s u l -
fato hidratado. Se presenta *á veces en prismas rectangu-
lares , y mas frecuentemente en forma laminosa.
El sulfato hidratado contiene 2 eq. de agua ; su d e n -
sidad es 2 , 3 1 ; es algo mas duro. Expuesto al fuego se
blanquea perdiendo su a g u a , se hincha y exfolia si se
halla cristalizado; recobra en contacto del aire toda el
agua que perdió por la acción del calórico. Se presenta
cristalizado en tablas cortadas al bisel sobre bases de para-
lelógrainos oblicuángulos. Sus cristales son limpios, pero
- _ 249 —
mas Frecuentemente opacos y coloreados de rojo por las
arcillas ferruginosas. Su estructura es ya fibrosa» ya lami-
nosa y compacta.
' En el interior de la tierra se hallan masas considera-
bles dé esta sustancia, intercaladas con.capas de carbonato
de c a l ; en los terrenos terciarios se la encuentra mezclada
con materias arcillosas.
Se usa el sulfato hidratado para hacer el yeso. Al efecto
se le calcina y pulveriza tamizándole después. Guando se
le diluye en igual volumen de agua adquiere una gran
dureza , adhiriendo con fuerza los objetos por efecto de la
formación de cristales en todos sentidos..
Este sulfato diluido en agua de cola fuerte constituye
el estuco, que pulimentado y teñido imita al mármol.
Sulfato de magnesia. Esta sal es muy amarga, crista-
liza en prismas de cuatro caras; contiene 7 eq. de agua,
lo cual constituye cerca de 51 centésimas de su peso; es
etlorescente en contacto del a i r e , mas no experimenta la
fusión ignea. El agua disuelve cerca de las 3 3 centésimas
de su peso á los 1 4 ° y las 7 2 á los 97°.
Existe en las aguas de Sedlitz y de Epsom Se las e x -
trae haciendo evaporar su disolución hasta que formen
una película, y dejándola enfriar hasta que se precipite en
estado de cristal. Se prepara por medio de los esquistes
magnesia unida con el sulfato de hierro; se les expone al
contacto del aire y se les riega á fin de que se determine
una especie de fermentación. Se forma entonces ácido s u l -
fúrico y óxido de hierro por efecto del oxígeno del a i r e , y
por consiguiente sulfato de magnesia y sulfato de p r ó -
tóxido de hierro; pero esta sal es mucho mas abundante
que la primera, por ser el óxido de hierro una base mucho
mas enérgica que ia magnesia. Se someten á la legivacion
los esquistes cuando se encuentran cubiertos de una espesa
capa de sulfato; se pone en la disolución un poco de cal
para precipitar el óxido de h i e r r o , y se separa por la cris-
talización el sulfato de magnesia de la pequeña parte de
sulfato de cal que queda en disolución. El sulfato de cal se
usa como p u r g a n t e ; se extrae de él la magnesia y se d e -
Signa con el nombre de sal de Epsom, sal de Sedlitz,
Sulfato de alúmina. El sulfato de alúmina es muy
— 250 —
estíptico, soluble en el agua y muy ácido; cristaliza en lá-
minas anacaradas ó en copos sedosos; contiene 6 eq. de
agua de cristalización. Forma sales dobles combinándose
con ei sulfato de potasa, con el sulfato de amoniaco...
Estas sales han recibido en general el nombre de alumbre.
Se emplea el sulfato de alúmina en la preparación de
los alumbres, que puede efectuarse calcinando las arcillas
que contengan carbonato de cal y de hierro .para que se
sobreoxide éste y se haga mas friable: se les pulveriza é
introduce en calderas de plomo con el ácido sulfúrico dila-
tado ; se somete la masa á un ligero calor, y se le agita á
fin de facilitar la acción de estas sustancias. De este modo
se obtiene un depósito de sílice, sulfato de c a l , salíalo de
sesquióxido de hierro, y una disolución de sulfato de alú-
mina. El sulfato de alúmina se presenta también en la na-
turaleza en estado puro, bajo la forma de cristales.
Sulfato de protóxido de hierro. Este sulfato es estípti-
co, verde esmeralda, cristaliza en prismas romboidales. Sus
cristales contiene 6 eq. de agua de cristalización; son eflo-
rescentes y pueden experimentar la fusión acuosa. El agua
disuelve la mitad de su peso á la temperatura ordinaria, y
mas de la mitad al calor de la ebullición.
Absorbe el oxígeno del aire á la temperatura ordinaria,
trasformándose lentamente en sulfato básico' de sesqui-
óxido, de un color de ocre; se descompone á una tempera-
tura elevada, produciendo oxígeno, ácido sulfuroso, ácido
sulfúrico anhidro y sesquióxido de hierro.
Se le prepara directamente en los laboratorios, p o -
niendo en contacto el hierro y el ácido sulfúrico dilatado;
pero en la India se le prepara por medio de las piritas
(persulfuro de hierro) arcillosas, tan difundidas en la natu-
raleza. Sé trasforma en sulfates de protóxido de hierro y
alúmina exponiéndoles durante un año al contacto del aire
y separando estas dos sales como se ha d i c h o , por efecto
de su diversa cristalización. E s necesario guardarse bien de
quemar las piritas, porque no se obtendría sino sulfato de
alúmina.
Se usa en las artes bajo los nombres de vitriolo verde,
caparrosa verde, para disolver el índigo, preparar el azul
de P r u s i a , la t i n t a , y en general todos los colores negros
— 251 —
ó grises. Se emplea también en la preparación del cólcoíár
o sesquióxido de hierro.
Sulfato de bióxido de cobre. Este sulfato es muy estíp-
tico; cristaliza en prismas oblicuos trasparentes y de un
hermoso color a z u l ; sus cristales contienen 5 equivalentes
de agua de cristalización ; son eflorescentes, blanquean por
el calor y experimentan la fusjon acuosa. El agua disuelve
la cuarta parte de su peso á la temperatura o r d i n a r i a , . y
la mitad á la de la ebullición. Ya dijimos que el amoniaco
precipita su disolución y que disuelve inmediatamente el
precipitado , dando un hermoso color azul llamado celeste.
En ciertos países se le obtiene quemando en un horno
de reverbero los sulfures de cobre naturales; se somete
después á lejivacion la masa , evaporando en seguida la d i -
solución para obtener la sal cristalizada. En Francia se em-
plea otro procedimiento.
El sulfato de cobre, llamado también vitriolo azul,
caparrosa azul, se usa en la preparación del verde Sebéele
y-en medicina.
Alumbre. El alumbre es el sulfato de alúmina combi-
nado con el sulfato de potasa ó de amoniaco. Se forma de
3 eq. de sulfato de a l ú m i n a , de 1 eq. de sulfato de potasa
ó de amoniaco, y de 2 4 eq. de agua.
Alumbre de base de potasa. Este alumbre es astrin-
gente , cristaliza con facilidad en hermosos octaedros p e r -
fectamente trasparentes y algo eflorescentes en contacto
del aire. El agua disuelve 15 partes de su peso á la t e m -
peratura ordinaria, y mas de su peso á los 100°. Experi-
menta una fusión acuosa á una temperatura algo superior
á el agua hirviendo, pierde después su agua y se eflo-
resce, haciéndose opaco y adquiriendo una cohesión tal que
es difícil disolverle. Se le da entonces el nombre de alum-
bre calcinado. Se descompone parcialmente al calor rojo;
abandona entonces su oxígeno, el ácido sulfuroso y el ácido
sulfúrico anhidro, resultando una mezcla de alúmina y
sulfato de potasa; la descomposición es todavía mas
completa en temperaturas mas elevadas por formarse alu-
minato de potasa, y el ácido sulfúrico queda enteramente
libre.
Se puede hacer un excelente piróforo con alumbre
común y sulfato de potasa. Se mezclan íntimamente 3
partes de alumbre, i de almidón ó de harina, después de
pulverizados y perfectamente desecados estos cuerpos; en
seguida se calienta la mezcla en una retorta de barro hasla
que no se desprenda mas gas al calor rojo. El producto
que queda en la retorta es un polisulfuro de potasio de
alúmina y de carbón; se inflama y determina chispas muy
brillantes, inmediatamente que algunas partículas se po-
nen en contacto del aire húmedo.
El alumbre se puede formar uniendo directamente el
sulfato de alúmina con una disolución del sulfato de potasa.
Si las disoluciones están muy concentradas se precipua
inmediatamente, por ser menos soluble que cada uno de
los dos sulfatos tomados en particular De este modo se
preparan la mayor parte de los alumbres del comercio.
El alumbre es una sustancia bastante abundante en la
naturaleza. Cerca de Roma se presenta un alumbre parti-
cular cristalizado en cubos y de un tinte sonrosado.
E s t e alumbre contiene mas alúmina que el ordinario, y
algo de óxido de hierro suspendido en las aguas de que
proviene.
Alumbre de base amoniacal. Tiene la mayor analogía
con el alumbre anterior, la misma solubilidad, cristalria-
cion y propiedades. Desprende un olor amoniacal y se des-
compone completamente al grado rojo. Se le prepara mez~
clando las disoluciones del sulfato de amoniaco con el s u l -
fato de potasa; tiene los mismos usos que el alumbre de
potasa.

De los principales nitratos.

Describiremos tan solo los nitratos de potasa, de sosa,


de bismuto y de plata.
Nitratos de potasa. El nitrato de potasa tiene un sabor
fresco y picante; cristaliza en prismas prolongados de seis
c a r a s , que se reúnen frecuentemente formando estrías-
Contienen poca agua de cristalización. El agua disuelve 1 3
centésimas de su peso á la temperatura ordinaria, y dos
veces y media al punto de ebullición. E s delicuescente en
-253-^
un aire casi saturado de humedad ; se funde cerca de los
3 5 0 ° y se descompone al calor rojo.
El nitrato de potasa arde con llama intensa cuando se
le mezch íntimamente con el carbón ó el azufre. Con el
carbón forma carbonato de potasa, ácido carbónico y ázoe.
'Ion el azufre determina sulfato de-potasa, ázoe y ácido
sulfuroso.
Se prepara también un polvo fulminante mezclando 1
parte de azufre, 2 de potasa del comercio y 3 de nitrato
de potasa. Mezclando 1 parte de azufre, 1 de serrín de
madera y 3 partes de nitrato de potasa, se forma un
polvo particular llamado de fusión, porque las piezas de
cobre que se sumergen en su masa , se funden cuando se
le inflama. Depende esta fusión dé la formación de un sul-
furo de cobre de una fusibilidad extrema.
El nitrato de potasa se presenta en las bodegas, en las
rasuras de los toneles, en la parte inferior de los muros
viejos y frecuentemente en la tierra.
Cuando una tierra contiene grandes cantidades de p o -
tasa se la somete á la legivacion, concentrando después la
legía para obtener el nitrato cristalizado. Este proceder no
es aplicable á los casos en que la tierra contenga poca sal,
ó cuando se halle mezclada con los nitratos de cal y de
magnesia.
Al efecto se recogen los trozos de los antiguos edificios,
y no se emplearán sino los muy próximos al s u e l o , por
ser los únicos que contienen nitratos; se les pulveriza y
somete á la legivacion. La disolución obtenida contiene
nitratos de potasa, cal y de magnesia; y cloruros de p o -
tasio, sodio , calcio y magnesio: se les concentra por el
calor , echando después una disolución concentrada de po-
tasa del comercio hasta que cese de precipitarse. Esta po-
tasa obra sobre los nitratos de cal y de magnesia y los clo-
ruros de calcio y magnesio , por los carbonates y sulfatos
de potasa que la contienen casi totalmente. Resulta carbo-
nato de c a l , de magnesia y sulfato de cal que se preci-
pitan, y nitrato de potasa y cloruro de potasio que quedan
en disolución. Se concentra el líquido hasta los 45° del
areómetro de B e a u m é , se le decanta y cristaliza.
La sal así obtenida se llama salpelra en bruto, y con-
— 254 —
tiene cerca de 8 5 centésimas de su peso de nitrato de
potasa, y las 15 centésimas de cloruros de potasio y so-
dio. Se consigue la refinación de este producto disolviéin
dolé en la menor cantidad posible de agua, y conduciendo
lentamente el líquido á la ebullición; pero los cloruros que
son mucho menos solubles que el nitrato de potasa ai
calor , se precipitan hacia el fondo de la caldera.
De la pólvora. La pólvora es una mezcla íntima de
salitre , carbón y azufre; contiene un cq. de nitrato, otro
de azufre, y 3 de carbón. Según los usos á que la pól-
vora se destine , varían las proporciones de estos factores.
La de la guerra contiene 7 5 partes de salitre, 1 2 , 5 de
carbón y 12,5 de azufre; la de la caza 7 8 de salitre, 12
de carbón y 10 de azufre; la de las minas 6 5 de salitre,
1 5 de carbón y 10 de azufre. Todos estos componentes
de la pólvora deberán estar puros y refinados.
Nitrato de sosa. Esta sal tiene un sabor fresco, pican-
te y amargo; cristaliza en prismas romboidales. El agua
disuelve 7 5 centésimas de su peso á 0 ? y los 1,75 á 1 0 0 ° .
E s algo mas delicuescente que el nitrato de potasa, lo
que impide su uso en la fabricación de la pólvora. Se
presenta con bastante abundancia en el P e r ú , en el distri-
to de Atacama. Se hace-un gran consumo de este produc-
to en la preparación del ácido nítrico y del nitrato de
potasa.
Nitrato de bismuto. Este nitrato es cáustico y muy
estíptico; cristaliza en prismas cuadriláteros, que contie-
nen 3 eq. de agua de cristalización. Se obtiene tratando el
bismuto en polvo por el ácido nítrico, y evaporando la di*
solución para que se cristalice.
El nitrato de bismuto se descompone poniéndole en
contacto con una gran cantidad de a g u a ; gran parte de su
acido permanece en disolución, y su óxido se precipita en
estado de subnitrato de bismuto. Este precipitado consti-
tuye el blanco de los cosméticos, v
Nitrato de plata. El nitrato de plata es a m a r g o , acre
y muy cáustico; cristaliza en láminas delgadas y largas; es
soluble en igual peso de agua á la temperatura ordinaria,
y en uno mucho menor á la de la ebullición. E n tempera-
turas algo elevadas experimenta la fusión acuosa y se des-
compone completamente al grado rojo. Su disolución pro-
duce manchas violadas sobre la piel y sobre las materias
animales. .
Se prepara esta sal á un calor moderado tratando la
plata reducida á granalla con el ácido nítrico dilatado, con-
centrando la disolución y cristalizándola. Sirve esta sustan-
cia, como ya dijimos, para reconocer la presencia del ácido
clorhídrico ó de un cloruro; también se emplea en la p r e -
paraciou de la piedra infernal, que no es otra cosa que el
nitrato de plata fundido y enfriado en un canalcillo.

fie los principales carbonalos.

Tratemos de los carbonatos mas esenciales, á saber: los


de potasa , sosa , c a l , cobre y plomo.
Carbonatos de potasa. H.iy tres carbonatos de potasa,
un carbonato n e u t r o , un bicarbonato y un sesquicar-
bonato. . •
El carbonato neutro tiene un sabor acre y cáustico; es
delicuescente y muy soluble en el agua ; cristaliza en lámi-
nas romboidales, mas esta cristalización es difícil á causa de
su delicuescencia y extremada solubilidad. Es susceptible
de experimentar la fusión acuosa y la ignea. Se obtiene
mezclando 2 partes de nitrato de potasa y 1 de bitartrato
de potasa pulverizados; y proyectando la mezcla por partes
en una vasija de fundición, cuyo fondo no esté muy calien-
t e , se produce una viva deflagración, efecto de la descom-
posición de los dos ácidos, y un producto negruzco debido
al carbonato de potasa y al carbón.
El bicarbonato cristaliza fácilmente en prismas de cua-
tro caras, y es mucho menos soluble que el carbonato neu-
tro. Se obtiene haciendo pasar hasta la saturación ácido
carbónico por una disoluciou concentrada de carbonato neu-
tro de potasa. El bicarbonato pierde la cuarta parte de su
ácido carbónico y se transforma en sesquicarbonato cuan-
do se hace que hierva su disolución durante algún tiempo,
pasando á ser un carbonato neutro si se le conduce á una
temperatura demasiado elevada. Estos tres carbonatos de
potasa en estado de pureza no tienen otra aplicación que en
— 236 —
los laboratorios; m á s e n l a industria se usa uno bastante
i m p u r o , llamado potasa del comercio.
Potasa del comercio. Esta sustancia contiene sulfato de
potasa, cloruro de potasio y algunas materias insolubles,
tales como la sílice, la alúmina, la c a l , y á veces los óxi-
dos de hierro y manganeso. Se extrae esta sustancia de las
maderas quemándolas en el suelo al abrigo de los "vientos,
sometiendo á la legía las cenizas y evaporando el liquido
hasta la sequedad en calderas de fundición. El residuo se
calcina en hornos de reverbero, á fin de secarle y quemar
completamente las materias carbonosas que pudiesen h a -
ber sido arrastradas. La potasa del comercio se emplea en
la fabricación del salitre, a l u m b r e , vidrio, jabón blando,
azul de Prusia y en las legías.
Ensayos alcalímélros. Como quiera que las potasas
procedentes de distinto? países no tienen la misma compo-
sición , y como por otra parte no actúan sino por la potasa
que contienen, es de la mayor importancia la determina-
ción de la calidad de una potasa dada, esto e s , el número
de quilógramas de materia útil que encierra un quintal.
Se sabe que 5 gramas de ácido sulfúrico puro y con-
centrado saturan exactamente ie,807 de potasa pura; por
lo tanto si es menester 10 6 15 centésimas de 5 gramas de
ácido sulfúrico para saturar 48,807 de una potasa del co-
m e r c i o , no contendrá sino 10 ó 15 centésimas de su peso
de potasa pura ó de carbonato de potasa, es decir, 1 0 ó 15
quilógramas sobre 100 quil. En este principio ha estrivado
M. Gay-Lussac su método para ensayar las potasas del
comercio.
- Se sirve esencialmente de una campanita AB
(fig: 21) dividida de C á B en 100 partes de igual
capacidad; se introducen aquí o gramas de ácido
sulfúrico p u r o , dilatándole á fin de que su acción
sobre la potasa sea menos enérgica, de manera
que la disolución ocupe las 100 partes de la capa-
cidad de la campana. Se disuelve después en agua
destilada 4»,807 de la potasa que se trata de en-
sayar; se colorea la disolución con la tintura azul
" de tornasol echando poco á poco el ácido sulfúrico.
Este ácido se combina inmediatamente con la potasa del
carbonato desprendiendo el ácido carbónico con viva efer -
vescencia, y el líquido se colorea de rojo vinoso por efecto
del ácido carbónico puesto en libertad. Se vierte poco á
poco el ácido sulfúrico cuando la efervescencia haya dismi-
nuido , suspendiendo la emisión luego que el líquido ad-
quiera un color rojizo, análogo á la cubierta de la cebolla.
Esta coloración, producida esencialmente por la acción
del ácido sulfúrico sobre el tornasol, se presenta cuando
toda la potasa del carbonato ha quedado neutralizada, y de
consiguiente podrá juzgarse de la cantidad de potasa por la
del ácido empleado. Si por ejemplo se emplearon 60 divi-
siones de la campanita, es consiguiente que 60 centésimas
del ácido son las combinadas, y por lo tanto que el trozo
de potasa contiene 6 0 centésimas de su peso de carbonato;
esto e s , 60 kilógramas por quintal.
Carbonates de sosa. Existen también tres carbona-
tes de sosa: uno n e u t r o , un bicarbonato y un sesquicar-
bonato,
El carbonato neutro tiene un sabor aere y ligeramente
cáustico, cristaliza en prismas romboidales, es muy solu-
ble en el agua y eflorescente éu contacto del aire. Sus
cristales contienen 10 eq. de agua de cristalización; puede
experimentar la fusión acuosa y la fusión ígnea. Se o b -
tiene haciendo cristalizar muchas veces la sosa del c o -
mercio.
El bicarbonato que suele presentarse naturalmente en
muchas aguas, se prepara también saturando de ácido car-'
bonico una disolución de carbonato neutro. No es eflores-
c e n t e , é hirviendo su disolución se trasforma en un ses-
quicarbonato de potasa. Se halla este último producto d i -
suelto en algunos lagos de Egipto y" de la América m e r i -
dional.
Sosa del eomeráo. Se distinguen en sosas naturales y
artificiales. "
Las sosas naturales se obtienen por la combustión de
plantas m a r i n a s ; las cenizas que resultan forman masas
d u r a s , y en este estado se presentan en el comercio dichas
sosas. La de Alicante, que es la mas estimada , contiene
30 ó 4 0 por 100 de carbonates de sosa; las demás sus-
tancias son : sulfato de sosa , sulfuro de sodio, cloruro de
17
- 258 —
sodio, carbonato de c a l , de alúmina, sdice, óxido de hierro
y cafbon.
Las sosas artificiales se preparan por medio del sulfato
de sosa, la creta y el carbón. Se mezclan íntimamente
una parte de cada una de las dos primeras sustancias y
media de carbón ; se somete la mezcla á un calor rojo c e -
reza en un horno de fundición, teniéndole hasta que la
masa se haga pastosa ; se la amasa entonces con una barra
de hierro y se la extrae después para los usos del comercio.
Se le puede considerar como una mezcla de carbonato de
soea, sosa y oxisulfuro de calcio.
Se emplea la sosa del comercio en la fabricación del
jabón d u r o , del vidrio de botellas, en las legías, y en a l -
gunas operaciones de tintorería. Se hace el mismo ensayo
que en la potasa, teniendo présente que 5 gramas de
ácido sulfúrico saturan 3 e , l 8 5 de carbonato de sosa ó de
sosa pura.
Carbonaio de caí. El carbonato de cal es una sal anhi-
dra, cuyadensidad varía según las especies desde 2,3 hasta
3,8. No es soluble en el agua sino en el caso de que se
halle cargada de ácido carbónico. Así que dirigiendo una
corriente de ácido carbónico sobre agua de c a l , al p r i n -
cipio se- enturbiará; pero cuando el ácido domine se
aclarará de nuevo, no enturbiándose sino en el caso de
que se caliente, pues el exceso de ácido desaparece de este
modo.
El carbonato de Cal se desprende al grado rojo, resul-
tando cal viva y ácido carbónico. Sin e m b a r g o , encer-
rando herméticamente este carbonato en un canon de fu-
sil, la presión es tal que la cal se funde sin descomponerse.
El carbonato de cal es una sustancia tan difundida en
la naturaleza que no solamente se presenta en todos los
terrenos y en las aguas de muchos manantiales, sino que
además constituye muchos productos del reino orgánico.
Los carbonatos de cal presentan una larga Serie de varieda-
des, constituyendo la creta,.el mármol, el alabastro., cris-
talizado se nos ofrece en espato de Islandia y en la arrago-
n i t a , cristales derivados de un romboide. Los usos de esta
sustancia se puede decir que son tan inmensos como las
variedades en que se presenta.
— 259 —
Carbonato de cobre. Existen exclusivamente dos car-
bonatas básicos de cobre, el carbonato azul y el verde.
Carbonato azul. E s un carbonato sesquibásico hidra-
t a d o , se presenta en prismas romboidales, en ríñones lisos
ó cubiertos de cristalinos, ó en estado pulverulento, mez-
clado con las tierras que colorea de azul. El carbonato
azul artificial que sirve para la coloración del papel, forma
las cenizas azules tenidas por un secreto.
El carbonato verde es un carbonato bibásico hidra-
tado. Se obtiene por medio de una disolución de sulfato de
cobre y de carbonato de potasa ó de sosa; se le deberá
lavar en agua fria, pues eL ealor de la. ebullición le des-
compone. La naturaleza le presenta en estado cristalino,
pero mas frecuentemente en masas mamelonadas de e s -
tructura fibrosa ó testácea; es muy estimado para la fa-
bricación de vasijas preciosas, por su hermoso color y las
zonas variadas que presenta cuando se encuentra puli-
mentado.
El carbonato verde natural se designa bajo el nombre
de malaquita. Los dos carbouatos existen juntos en las
minas. 1

Carbonato de plomo. Esta sustancia se presenta en


la naturaleza en forma de prismas romboidales; es diáfana,
blanca ó de un amarillo m o r e n o ; su densidad varía de
6,07 á 6 , 5 6 ; es poco abundante.
En los laboratorios se prepara echando una disolución
dé carbonato de potasa ó de sosa en otra de nitrato neutro
de plomo; pero en las artes se prepara de una manera
mas económica, descomponiendo el subcarbonato de plomo
por el ácido carbónico.
El carbonato de plomo artificial se designa comun-
mente con el nombre de blanco de plomo y de cerusa; for^
ma siempre un polvo blanco y compacto. E s muy usado
en pintura; se usa también como secante, utilizándose
además en la preparación del minio anaranjado.
— 260 —

De los principales silicatos.

Veamos cuáles son los principales silicatos empleados


en las artes.
Silicatos de polasa. La sílice se-combina con la potasa
en un gran número de proporciones: los silicatos que re-
sultan son fusibles, excepto e n d caso en que el ácido en-
trase en una proporción muy g r a n d e , dando lugar á la
producción de cristales trasparentes; son mas ó menos
solubles en el agua según la proporción que encierren de
potasa. El silicato formado de una parte de sílice y dos ó
tres de potasa es también delicuescente; se trasforma fá-
cilmente en líquido en contacto del a i r e , y sé le llamaba
antiguamente licor de canteros., pues todos los ácidos pre-
cipitan la sílice; el agua de barita, de estronciana, de cal,
y las disoluciones salinas de las cinco últimas secciones, se-
paran este ácido de la potasa.
El vidrio soluble de M. F u c h s es un silicato de po-
tasa , formado de tres partes de polasa y 7 de sílice. S e
prepara calentando 1 parte de carbonato de potasa, 1,5 de
arena blanca y cerca de 0,1 de carbón pilado, hasta que la
materia se haga líquida y homogénea. El carbón no tiene
aquí mas objeto que la descomposición del carbonato, y de
consiguiente facilitar la combinación de la sílice con la
potasa.
Esle vidrio no se altera en contacto del aire aun cuan-
do al cabo de mucho tiempo llega á eflorescerse; no se di-
suelve en agua fria sino reduciéndole á polvo, aunque sí
en agua hirviendo. La disolución presenta una consisten-
cia de j a r a b e ; su densidad es 1,5 y se deja extender en
hilos como el cristal fundido. Se usa á la manera de un
barniz para hacer incombustibles muchos objetos de m a -
dera.
Silicatos de sosa. Todos son análogos á los silicatos de
potasa; tienen un viso azulado ó verdoso, aunque prepa-
rados con las sustancias puras son menos solubles.
Silicatos de cal. La sílice se combina con la cal en m u -
chas proporciones, resultando silicatos infusibles, excepto
el silicato n e u t r o , el sesquibásico, y el silicato que con-
— 261 -
tiene 4 eq. de ácido por 3 eq. de base, y aun estos tres si-
licatos no se funden sino en temperaturas muy elevadas.
Se encuentran en la naturaleza silicatos sesquibásicos de
masa blanca ó amarillenta con brillo nacarado; fundién-
dose produce un esmalte blanco designado con el nombre
de Wollastonilo.
' Silicatos de alamina. Existen un gran número de
estos silicatos de alúmina en la naturaleza : el dislhena , la
sillimanita y algunas otras piedras; las arcillas puras no
son otra cosa que silicatos de alúmina hidratados.
Las arcillas puras son blancas, opacas , blandas, y de
granulación fina; son untuosas al tacto; su densidad es
2,5. Se hinchan en contacto del agua ; se diluyen p r o n t a -
mente , forman una pasta y se petrificau con gran faci-
lidad cuando se encuentran humedecidas. Los objetos for-
mados con estas sustancias se endurecen en contacto del
a i r e , se contraen y hunden á menos que su desecación no
sea muy lenta. Tienen gran afinidad con el aire húmedo,
que retienen aun en temperaturas elevadísimas.
Las arcillas que la naturaleza presenta son una mez-
cla de a r e n a , carbonato de c a l , sesquióxido de hierro,
grafito y betún. Las arcillas que contienen arena la des-
prenden lavándolas, por ser suspendible la arcilla en el
agua, y la arena se precipita; si contiene carbonato de cal
forman efervescencia con los ácidos; las que encierran si-
licato de protóxido de hierro ofrecen en general un color
verdoso, y las que el sesquióxido, se hallan matizadas de
un color rojizo ó amarillento; estas se designan con los
nombres de ocres, de glasés, de tierras botares. Se en-
cuentra un gran número de arcillas, de las que según su
pureza se fabrica la porcelana, el vidriado.... La porcelana
se hace con una arcilla pura llamada kaolín, que deberá
considerarse como un silicato tribásico de alúmina ( A l 0 , a 3

SiO ); se adiciona siempre la proporción de 15 á 2 0 cen-


3

tésimas de feldspalo, que se encuentra con la mayor pro-


fusión en la naturaleza que no es sino un silicato doble
de alúmina y potasa. Esta sustancia comunica á la masa
un principio de fusión que presta el aspecto vidrioso á
la porcelana. El feldspato sirve además para formar la
cubierta ó barniz de la loza.
— 262 —
Silicato de plomo. La sílice se combina con el óxido
de p l o m o , formando vidrios mas ó menos fusibles, t r a s -
parentes y amarillos, según la cantidad de plomo que con-
tengan , pues esta sustancia aumenta la fusibilidad de
estos compuestos.
Del vidrio propiamente dicho. No es sino un silicato
de potasa ó de sosa combinado con un silicato de cal.
Contiene varias sustancias extrañas y se distinguen varias
especies de vidrios.
Vidrio de Bohemia. E s un silicato doble de potasa y
cal, que contiene 4 eq. de ácido para 1 eq. de cada una
de las dos bases; es notable por su diafanidad y blancura.
Se le prepara con arena blanca , cal y potasa del co-
mercio. Se usa á veces de arena coloreada ligeramente de
verde por un silicato de prolóxido de h i e r r o ; pero se
adiciona algo de bióxido de manganeso que sobreoxide el
h i e r r o , desoxigenándose él miemo por partes.
Crown glass. E s un silicato doble de potasa y cal; con-
tiene 8 eq. de ácido por 3 eq. de cada una de las bases;
es mas blanco y trasparente que el vidrio de Bohemia
por usarse de materias mas puras. E n los instrumentos
de óptica se usa en la preparación de cristales acromá-
ticos.
Cristal de vidrieras. E s un silicato doble de sosa y cal;
se prepara con la arena, la creta y la sosa del comercio, ó
mas económicamente con la arena , la creta y el sulfato d e
sosa y el carbón. Se adiciona algo de bióxido de m a n g a -
neso y ácido arsenioso, si la arena contiene una gran pro-
porción de silicato de prolóxido de hierro.
Vidrio de botellas. Contiene menor cantidad de sosa y
mucha mas cal que el de vidrieras; tiene además una
gran porción de a l ú m i n a , óxido d e hierro y un poco de
peróxido de manganeso..
"Vidrios coloreados. No difieren de los demás sino en
cierta proporción de óxidos que les dan color: así que los
vidrios de color violado lo deben al óxido de manganeso;
los azules, al óxido de cobalto; los verdes, al de cromo;
los amarillos, al óxido de urano y el cromato de plomo;
y el rojo y rosado, al precipitado purpúreo de Cassius.
Propiedades del vidrio. Se halla caracterizado por su
— 263 —
trasparencia , insolubilidad é infusibilidad. Su color y den-
sidad varían con la naturaleza y proporciones de las sus-
tancias que les constituyen.
El vidrio adquiere una extremada fragilidad con los
cambios bruscos de t e m p e r a t u r a , según'se echa de ver en
las lágrimas batávicas, que se obtienen dejando caer algu-
nas go'tas de vidrio fundido en agua fria.
El agua hirviendo con el tiempo ataca al vidrio; d i -
suelve una pequeña porción de los silicatos alcalinos según
puede notarse hirviendo agua que contenga vidrio pulve-
rizado, y ensayando su acción sobre un pedazo de papel
de tornasol enrojecido por un ácido. El vapor de aguade
la atmósfera actúa también al cabo de algún tiempo sobre
el vidrio; le quita su trasparencia determinando á veces
su exfoliación. ••>
Los ácidos sulfúrico, nítrico y clorhídrico obran t a m -
bién á la temperatura de la ebullición disolviendo parte de
sus bases. El ácido fluorhídrico es el único que actúa con
una rapidez extraordinaria. Las disoluciones alcalinas p r o -
ducen también el efecto de los ácidos á la temperatura de
la ebullición, y sobre todo cuando se encuentran despu-
limentados los vidrios.
Del cristal. El cristal es un silicato doble de potasa y
.plomo: se le prepara con arena blanca privada completa-
mente de óxido de hierro y manganeso; con la potasa del
comercio desprendida del óxido .colorante que siempre en-
cierra , y con el minio perfectamente purificado. En las
proporciones de 3 partes de a r e n a , 2 de minio, y 1 de
carbonato de potasa p u r o , se encuentra formado de 6 1
partes de sílice, 33 de óxido dé plomo , y 6 de potasa.
.El cristal puro es mas d u r o , mas fácil de tallar y mas
refringente que el vidrio; deberá ser perfectamente limpio,
incoloro, exento de estrías y burbujas de aire; se vitrifica
difícilmente y no es atacable ni por el agua ni por los
ácidos. El flint-glass difiere poco del cristal ordinario; y
contiene tan solo un poco mas de plomo, lo cual aumenta
su poder refringente.
Délos esmaltes. Los esmaltes se hallan formados de
ácido silícico , ácido estánnico de potasa y plomo; se les
debe; cousiderar como combinaciones del silicato de potasa
-264 —
y del estannato de plomo. Son blancos ó coloreados por
diversos óxidos. Se les aplica por la fusión sobre el oro,
la p l a t a , el cobre y. porcelana...
Extras ó pastas cristalizadas. E s una especie de cristal
en cuya preparación entra el ácido bórico. Se le fabrica
con las sustancias mas p u r a s , empleando el ácido silí-
cico en estado de cuarzo ó cristal de roca.
El extras es la base de todas las piedras coloreadas
artificiales: entra en los topacios con el vidrio de anti-
monio y el precipitado purpúreo de Cassio; en los rubís
con la materia de los topacios opacos; en la amatista
con los óxidos de manganeso y cobalto; en el zafiro con
el óxido de cobalto; en la esmeralda con el óxido de
cobre y cromo. E n estos últimos tiempos se ha llegado
á reunir estas diversas sustancias en proporciones conve-
nientes, haciendo piedras que imitan perfectamente los to-
pacios, los r u b í s , los zafiros, las amatistas y las esme-
raldas naturales.
De los morteros. Los morteros se preparan con la
cal, el a g u a , y la arena ó ladrillo t r i t u r a d o ; sus cuali-
dades dependen principalmente de la naturaleza de la cal.
Sa divide la cal en gruesa, Gna é hidráulica.
La cal gruesa depende de la calcinación del mármol,
d é l a creta ó de las materias calcáreas, que casi no e n -
cierran sino materias e x t r a ñ a s ; en contacto del agua se
deshace, y calentándola se hiende.
La cal fina procede de las materias calcáreas que
encierran 2 5 ó 3 0 por 100 de carbonato de magnesia; se
deshace con menos facilidad que la cal gruesa en contacto
del a g u a ; se calienta y aumenta menos de volumen; se
une cou menos facilidad que la cal gruesa, pues la magne-
sia que encierra no produce pasta con el a g u a ; se usa
como la cal gruesa. Estas dos especies de cales no expe-
rimentan alteración alguna cuando se las conserva d u -
rante algún tiempo bajo el agua ó en tierra humedecida,
por encontrarse entonces al abrigo del contacto dfeí ácido
carbónico.
Cal hidráulica. A la propiedad . de endurecerse
bajo el agua y contraer una adherencia tan fuerte como
la de las piedras de construcción , reúne esta cal la
-265 —
propiedad de no distenderse cuando se encuentra h u m e -
decida ; absorbe además el agua sin desprender mucho
calórico, y sin aumentar de volumen; pero forma con
este líquido una pasta que se endurece bajo el agua en el
espacio de algunas horas ó dias. Presenta tan solo en
contacto del aire una débil tenacidad.-La cal hidráulica
Tesulta de algunas piedras calcáreas, que contienen cierta
proporción de arcilla; es débilmente hidráulica cuando
contiene tan solo 10 por 100 de arcilla, y muy h i d r á u -
lica si su proporción es 2 0 por 1 0 0 ; siendo la mejor la
que presente 2 8 á 3 0 . Esta última constituye el cimento
romano.
Se prepara la cal hidráulica calcinando la creta con
la alúmina, la magnesia ó los óxidos de hierro y de
manganeso: se obtiene mejor con el carbonato de cal y
la arena ordinaria; pero se obtiene la mejor calcinando
el carbonato con la sílice en estado pulverulento, ó mas
bien adicionando á esta sustancia la alúmina ó la m a g -
nesia. . • _
La cal hidráulica espesada con los ácidos, debe consi-
derarse como un compuesto de cal y de alúmina ó de
magnesia, mezclada probablemente con la cal en exceso;
debe la dureza que adquiere bajo del agua á la combi-
nación de este líquido con los silicatos que encierra.

CAPITULO V.

DE LAS SALES AMONIACALES.

Hemos dicho ya que el amoniaco neutraliza los ácidos


combinándose con ellos, y da lugar por efecto de esta
neutralización á compuestos análogos á las sales. R é s -
tanos estudiar estos diversos compuestos.
Caracteres generales- Todas las sales amoniacales son
sólidas á la temperatura ordinaria, excepto el fluorato
que es líquido; son blancas y tienen un sabor picante; son
todas solubles en el agua y susceptibles de cristalización.
- 26S -
Acción del calórico. Las sales amoniacales cuyo ácido
es gaseoso, se volatilizan bajo el influjo del calórico; las
que tienen un ácido fijo se descomponen abandonando el*
amoniaco; y las que presentan un ácido ni fijo ni gaseoso
se descomponen también por ln reacción de los elementos
del ácido sobre los de la base. Así es que los carbonatos,
sulfatos y clorhidratos son volátiles; que el fosfato y el bo-
rato desprenden amoniaco; y que los sulfatos, nitratos...
se descomponen dando lugar á nuevos productos.
Acción de las bases. Las seis bases alcalinas de la pri-
mera sección separan completamente el amoniaco de sus
combinaciones, sustituyéndose á ellas: la magnesia, el óxi-
do de zinc, el bióxido de cobre le pierden en parte, dando
lugar á sales dobles; pero la mayor parte de las bases de
las cinco secciones no tienen ninguna acción sóbrelas ba-
ses amoniacales, por descomponer el amoniaco todas.las
sales metálicas de estas secciones.
Caracteres genéricos. Se reconocen las sales amoniaca-
les por el olor á amoniaco que desprenden cuando se las
pone en contacto con una base alcalina fija. Cuando el olor
amoniacal no se perciba, basta aproximar un tubo i m -
pregnado de ácido, clorhídrico, pues la combinación que
resulta determina un desprendimiento rápido de vapores
amoniacales.
Preparación. En la naturaleza no se presenta sino el
sulfato, el fosfato, el carbonato, él clorhidrato y elsulfhi-
drato de amoniaco. Se preparan casi todas las sales a m o -
niacales poniendo directamente en contacto el amoniaco y
los diferentes ácidos, excepto el sulfato, el carbonato y
el clorhidrato, que se obtiene con procedimientos econó-
micos que describiremos en el estudio particular de las
sales.
Composición. Las sales neutras de amoniaco se en-
cuentran constituidas como las demás sales de un eq. de
base y de otro de ácido, tomando la cantidad A z f P = 1 7
por equivalente del amoniaco, por ser precisamente esta
cantidad de amoniaco la que es necesario emplear para sa-
turar un equivalente de otra base, en una sal neutra. Se
nota fácilmente como consecuencia de esta composición,
que el volumen de radical de ácido es igual al volumen
— 267-
de ázoe y amoniaco, ó duplo del volumen de amoniaco
mismo.
Constitución. Algunos químicos consideran las gales
amoniacales como formadas por la unión pura y simple
del ácido con la base; otros las consideran bajo un punto
de vista diverso.
Para dar una nueva idea de este modo de considerar
las sales amoniacales, nos fijaremos en la unión del ácido
clorhídrico HCh con el amoniaco A z H ; se admite e n -
3

tonces que el equivalente de hidrógeno del ácido se d i -


rige al amoniaco para formar un equivalente de amonio
A z H , y que el equivalente de cloro se combina con este
4

.cuerpo para formar un equivalente A z H de cloruro de


4

amonio. Los otros hidrácidos se comportarán como el áci-


do clorhídrico, y acontecerá lo propio con los oxácidos hi-
dratados: así es que el ácido sulfúrico hidratado H O . S 0 3

ó H S O dará un sulfatoxuro de amoniaco A z H S 0 .


4 4 4

Consideremos ahora las sales amoniacales, formadas de un


ácido no hidrogenado, tal como el sulfúrico anhidro S O ; 3

los mismos químicos admiten que forma agua HO y un


c u e r p o " A z H ' S Q , resultando de la combinación del radi-
5

cal S O ' con el amidógeno A z H : acontecerá lo mismo


4

con los demás.


En este último modo de inspeccionar las sales, no re-
sultan sales amoniacales sino compuestos de amonio y
amidógeno «on ciertos radicales simples ó compuestos.
Sin embargo, acomodándonos á lo que hemos sentado has-
la a q u í , describiremos las sales de amoniaco mas impor-
tantes.
Sulfato de amoniaco. Existe un sulfato neutro y un
bisulfato de amoniaco; esla última sal no liene ninguna
importancia, se prepara poniendo en contacto un eq. de
ácido sulfúrico con otro equivalente de sulfato n e u t r o : es
delicuescente.
El sulfato neutro de amoniaco cristaliza en prismas de
seis caras que contienen cerca de las 2 4 centésimas de su
agua ; pierde parte de su amoniaco á una temperatura
menor que el agua de ebullición, después pasa al estado
de sulfato ácido, y se descompone al calor rojo en ázoe, en
agua y en sulfito de.amoniaco que se evapora. El sulfato
- 2 6 8 -
de amoniaco se une directamente al sulfato dé alúmina-,
constituyendo el alumbre de base amoniacal.
Este sulfato existe en la naturaleza combinado con
el de alúmina > mas no se encuentra sino en pequeña
cantidad^ Se obtiene en los laboratorios echando amoniaco
en el ácido sulfúrico dilatado y evaporando el líquido has-
ta la sequedad; en las artes se prepara calentando las m a -
terias animales en putrefacción con la cal, y recibiendo en
el ácido sulfúrico dilatado el amoniaco que se desprende
en gran cantidad. El sulfato de amoniaco formado se mez-
cla con una gran proporción de aceite empireumático, se
le deseca fuertemente é fin de evoporiíar una paite del
aceite, transformando el resto en soluble por medio de la
carbonización, después se le disuelve en el a g u a , se le fil-
tra y cristaliza.
El sulfato de amoniaco Se emplea eh la preparación
del clorhidrato de amoniaco, del carbonato y del alum-
bre amoniacal; también en la del amoniaco por ser me-
nos costoso que el clorhidrato. Es necesario tan solo t e -
ner cuidado en esta operación de reducir el sulfato de
amoniaco y la cal é un polvo fino, mezclándola exacta-
mente.
Sulfhidrato de ümonittco. Esta sal es blanca, crista-
liza en agujas ó en láminas; tiene un olor muy desagra-
dable; es tan volátil que se sublima á la temperatura o r -
dinaria á la parte superior de las vasijas en que se la con-
serva. Absorbe el oxígeno del aire á la temperatura or-
dinaria , produciendo agua y sulfhidralo de sulfuro de
amoniaco; pasa también cuando su acción es muy prolon-
gada al estado de hiposullito de sulfilo. Es un reactivo
precioso en química» según se ha notado en el examen de
los caracteres de las sales.
Se le obtiene cristalizado dirigiendo una corriente de
gas amoniaco y de gas ácido sulfhídrico perfectamente
secos al interior de un balón > con un tubo prolongado bajo
el mercurio á fin dé dar salida al exceso de gas sin que
comunique ton la atmósfera. Los cristales que se forman
son á veces coloreados ó amarillos por una pequeña can-
tidad de sulfhidrato de sulfuro debido á la acción del aire
del balón; no se obtendrán sino cristales blancos y puros
— 269 —
llenando el balón de hidrógeno ó de ázoe anles de hacer
que llegue el amoniaco y el ácido sulfhídrico. La disolu-
ción acuosa del sulfhídrato de amoniaco se obtiene hacien-
do que pase una corriente de ácido sulfhídrico en a m o -
niaco líquido.
Sulfhídrato de sulfum de amoniaco. Esta sal es lí-
quida, roja, morena, de un olor extremadamente fétido; se
descompone por el calor en sulfhídrato simple y en azu-
fre; desprende en virtud de su volatilidad vapores blancos
en el aire. Se prepara mezclando intimamente clorhidrato
de amoniaco, cal y azufre en polvo, é introduciendo la
mezcla en una retorta que comunique con un recipiente
tubulado y calentando la retorta al grado rojo. Se pro-
duce entonces sulfato de c a l , cloruro de calcio y sulfhí-
drato sulfurado de amoniaco. Los dos primeros cuerpos
permanecen en la retorta, y el último se condensa en el
recipiente en el que se tendrá cuidado de enfriarle. Se ha
dado en muchas ocasiones á este sulfhídrato el nombre de
licor fumante de Boyle.
Este sulfhídrato, del dominio de la química recreativa,
forma una tinta simpática en los caracteres escritos con
una disolución de acetato de plomo, los cuales se hacen
visibles en negro por el sulfuro de plomo, que se origina
por la acción recíproca de estas dos sales.
Clorhidrato de amoniaco. Esta sal, llamada frecuente--
mente sal amoniaco, cristaliza en agujillas l a r g a s , que
se reúnen á veces como las barbas de una p l u m a , y poseen
una elasticidad extraordinaria. Se las puede cristalizar por
!a via húmeda, por ser mucho mas solubles en caliente q u e
en frió, en cuyo caso los cristales contienen 17 centés¡*
mas de su peso de agua. Pueden igualmente cristalizar
por la via seca; en efecto, exponiéndoles á la acción del
calor en una retorta ó en un matraeillo, se funden en su
agua de cristalización, se desecan después y volatilizan
cerca de los 3 6 0 ° , bajo la forma de agujas cristalinas que
ocupan la parte superior del vaso.
Se presenta en los orines de los camellos y á las in-
mediaciones de los volcanes.
En Egipto se extrae desde mucho tiempo del estiér-.
col de los camellos, secándole al sol, quemándole después,
- 270 —
recogiendo el hollín, llenando un balón hasta sus tres
cuartas partes, y exponiéndole á la acción del calor. La
sal se sublima poco á poco y se aplica formando una cos-
tra hemisférica en la parte superior del balón. E n Fran-
cia se prepara mezclando el sulfato de amoniaco con la sal
marina, se introduce la.mezcla en un balón y se sublima.
El sulfato.de sosa que se forma queda en la parte inferior,
y el clorhidrato de amoniaco se condensa en la superior.
Se usa esta sal en la preparación del amoniaco y de
T

muchos productos farmacéuticos.


Nitrato de amoniaco. Esta sal cristaliza comunmente
en prismas de seis lados, situados en forma acanalada; es
poco delicuescente, experimenta con facilidad la fusión
acuosa é ígnea, se descompone cerca de los 2 6 0 ° en agua
y en protóxidq de ázoe. Origina algunos otros productos
exponiéndole bruscamente á una temperatura elevada. Se
prepara echando desde luego amoniaco en ácido nítrico
dilatado y evaporando la disolución completamente.
Fosfato de amoniaco. Hay dos compuestos de esta
especie, á saber: un fosfato neutro y un bifosfato de amo-
niaco. Esta última sai se obtiene haciendo que hierva una
disolución de fosfato neutro hasta que deposite gruesos
cristales por la evaporación de una parte de la base. No
tiene ninguna aplicación.
El fosfato neutro enverdece el jarabe de violetas; es
mas soluble en agua caliente que en fria; cristaliza some-
tiendo su disolución saturada en frió á una evaporación
espontánea. Sus cristales son eflorescentes en contacto del
aire y pasan á ser con el tiempo un bifosfato. Se descom-
ponen completamente por la acción del calórico, y su ácido
queda bajo la forma de un cristal fundido en estado do
ácido fosfórico monohidratado.
Sumergiendo una tela ó gasa muy fina en una disolu-
ción de fosfato de amoniaco se hace completamente in-
combustible, porque el ácido fosfórico que resulta de la
descomposición de la sal por el calor cubre todas las par-
tes del tegido oponiéndose á la acción del aire. Vemos ya
que el cristal soluble disfruta de la misma propiedad, acon-
teciendo lo mismo con todas las sales solubles capaces de
experimentar la fusión ígnea.
— 271 —
El fosfato neutro de amoniaco>.cxisfc en los orines hu-
manos combinado con los fosfatos de sosa y magnesia. So
obtiene echando un exceso de amoniaco en una disolución
de fosfato ácido de cal; se forma un fosfato neutro de cal
y un fosfato neutro de amoniaco, que se separa por efecto
de la insolubilidad del fosfato calcáreo.
Carbonato de amoniaco. Existe un carbonato neu-
t r o , un bicarbonato y un sesquicarbonato de amoniaco.
El carbonato neutro se prepara introduciendo ácido car-
bónico y gas amoniaco bien secos en una probeta llena de
m e r c u r i o ; de este modo se p*roduee siempre carbonato
n e u t r o , cualesquiera que sean las cantidades relativas de
los dos gases.
El bicarbonato se prepara haciendo que pase una cor-
riente de ácido carbónico en una disolución de amoniaco,
de carbonato neutro ó de sesquicarbonato. Se obtiene fi-
nalmente el sesquicarbonato calentando en una retorta de
barro una mezcla de clorhidrato de amoniaco y de carbo-
nato de cal; se forma en este caso oxicloruro de calcio, que
permanece en la r e t o r t a , y sesquicarbonato de amoniaco
que se volatiliza y recoge en un recipiente frió. Se susti-
tuye con ventaja el sulfato de amoniaco al clorhidrato en
esta preparación.
E l carbonato de amoniaco se forma en la destilación
de los huesos y generalmente de todas las materias orgá-
nicas azoadas: otras veces se extrae para preparar el sul-
fato de amoniaco; pero se prefiere que el carbonato de po-
tasa se introduzca en ácido sulfúrico dilatado, porque el
sulfato que se forma es fácil de separar de los aceites em-
pireumáticos y de las materias bituminosas.
El carbonatro neutro es anhidro, muy soluble en el
agua, cristaliza en agujas, es muy volátil y tiene un olor
muy pronunciado. Se halla constituido por un volumen
del ácido y dos de gas amoniaco.
El bicarbonato es neutro al papel reactivo; es el mas
estable de los tres carbonatos de amoniaco : el carbo-
nato neutro y el sesquicarbonato se trasforma en efecto
en bicarbonato al contacto del a i r e , perdiendo parte de
>u base.
El sesquicarbonato cristaliza fácilmente ; tiene una
— 272 —
reacción alcalina y uu olor amoniacal muy pronunciado; es
en extremo volátil. Se usa en los laboratorios y en medi-
cina; también se emplea para las personas asfixiadas, aro-
matizándole é,introduciéndole en un frasquito de cuello es-
merilado. Se le designa á veces con las denominaciones
de sal volátil de Inglaterra, álcali volátil concreto.

FIN,
BIBLIOTECA NACIONAL

BN 1000574747

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