LA ÚLTIMA VEZ QUE TE VI

La última vez que te escribí

ya eras una niña.

Llevabas un vestido
que no pensabas ponerte
y sonreías desde lejos,
como quien hace una señal
para que alguien venga
y rápido sale corriendo.

Te vi soñando en la plaza,
alzando tu leve peso
sobre las puntas de tus pies
para ser más alta
y poder así disfrutar
de la miseria que te perdías
viviendo tan cerca del suelo.

Alguien te dijo que volvieras.

Echaste a llorar
y supe en ese instante
que nadie te comprendía.
Y que te amaba.

Que te amaría para siempre

porque sentí tu pensamiento:
habías decidido
que nunca pensabas hacerte mayor.