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El Calendario Judío, permanencia y renovación

Con la Creación del mundo, a partir del cual se cuentan los años en el Judaísmo y de las diversas
luminarias del cielo, el sol, la luna y las estrellas, Di-s demostró su intención de que fueran los astros los
que sirvieran para indicar la marcha del tiempo: “Para distinguir entre el día y la noche y que sean
para señales y fechas, para días y años” (Génesis 1:14).

La medida del tiempo


Al crear el sol y la luna, Di-s estableció tres unidades básicas de tiempo para toda la humanidad,
el día, el mes y el año. El día y el año son determinados por el sol. El sol se pone, sale, y se pone
nuevamente. Este ciclo de ocaso a ocaso es un día: la traslación de la tierra sobre su eje frente al sol.
Los días son cortos en el invierno, se vuelven más largos en primavera y verano, y vuelven a acortarse
en otoño. Un ciclo completo de días largos y cortos forman un año -tiempo que dura la traslación de la
tierra en su órbita alrededor del sol.
El mes está relacionado con el ciclo de la luna, desde su nacimiento -(molad) pasando por la luna
llena, luego decrece hasta desaparecer antes del nuevo nacimiento, basado en la órbita de la luna
en torno a la tierra. Además de estas tres unidades, Di-s entregó al pueblo judío una cuarta: la semana.
Esta unidad no depende directamente del movimiento de ningún cuerpo celeste, aunque indirectamente
depende del sol, porque está conformada por siete días. El significado de la semana como una unidad
de tiempo depende de la observancia del Shabat, que fue un signo específico del pacto entre Di-s y el
pueblo judío.
Los seis días de la Creación culminan con el Shabat, fijado por la Torá como un día santo y especial, que
se viene cumpliendo en forma in interrumpida a partir de la Creación del Mundo. En hebreo los días de la
semana reciben su nombre de acuerdo y con relación al Sábado; el Domingo es Iom Rishon, el primer
día con respecto al Sábado, el Lunes Iom Shení, el segundo día, y así sucesivamente toda la semana
gira en torno al sábado.

Tipos de calendario
El calendario judío es único en su genero, pues tiene un carácter lunisolar, ya que la ley establece
que los meses se deben fijar por el ciclo de la luna, pero a su vez éstos se deben corresponder
con las estaciones del año, que son gobernadas por el sol. Esta combinación es muy importante
porque la Torá establece que Pesaj debe celebrarse en primavera, Shavuot con la cosecha de verano y
Sucot en otoño.
Es importante notar que los judíos del mundo entero, cualquiera sea el lugar donde se encuentren,
celebran las festividades judías de acuerdo a la rotación de las estaciones en Eretz Israel,
independientemente de la estación del año reinante en el sector del mundo donde vivan.
Este calendario se diferencia del calendario civil o gregoriano, que es puramente solar, en el cual los
meses han perdido totalmente su relación con la luna. Por lo general los meses en este calendario no
comienzan con la luna nueva, y la duración promedio de un mes es de 30 días y medio, un día más largo
que el ciclo de la luna. Esta fue la solución dada por los romanos al problema: renunciar al significado
original del mes como el período de la luna y en su lugar dividir el año en doce períodos iguales
aproximadamente, y llamarlos meses. En el calendario judío no se puede hacer eso porque Di-s ordenó
comenzar cada mes con la aparición de la luna nueva.
También difiere del calendario musulmán, que es lunar. En éste los meses son de 29 o 30 días y cada
uno comienza con la luna nueva, pero no tienen conexión con las estaciones. Un mes que coincide un
año con el verano, coincidirá con la primavera pocos años después, luego con el invierno y finalmente,
luego de 33 años, habrá de coincidir nuevamente con el verano. Además, para ese entonces habrán
contado 34 años en su calendario, y no 33.
Año bisiesto – 13 meses
Como en el calendario judío se deben cumplir los requerimientos de ambos calendarios, el solar y el
lunar, se hace necesario equilibrarlos, dado que el número de días en el año lunar es de 354; para
hacerlo coincidir con el año solar que tiene 365, hace falta añadir 11 días aproximadamente. Esta
coordinación posibilita la determinación de las fiestas judías en el mes y la estación adecuada que se
rige por la órbita solar. Como no se pueden agregar al año fragmentos de mes, sino meses completos,
se espera la acumulación de treinta días sobrantes y se suma un mes más al año. El año en que esto
ocurre está compuesto por trece meses y recibe el nombre deaño bisiesto o shaná meuberet. El mes
suplementario es fijo, Adar, que se da dos veces, Adar Alef el primero, considerado adicional, que
tiene treinta días y Adar Bet, el segundo, con veintinueve días (la misma cantidad que un Adar regular.
Purim se celebra en el segundo Adar, lo mismo que los cumpleaños, los aniversarios de fallecimientos
(Iortzait o Najalá), que originalmente sucedieron en un Adar regular. Por lo tanto, el que haya nacido en
Adar de un año regular y su Bar Mitzvá acontece en un año bisiesto, lo celebra en Adar Shení, en el
segundo Adar, y no en el primero. Por lo tanto, en el año judío hay dos clases de años los regulares con
doce meses y los bisiestos con trece. Ninguno es exactamente igual a un año solar; los años regulares
son más cortos y los bisiestos más largos, pero combinando ambos es que se puede lograr un
calendario sincronizado con el sol, a diferencia del calendario musulmán y de igual modo continuar la
correspondencia con el ciclo de la luna, a diferencia de los meses del calendario romano.
Los años bisiestos suceden cada dos o tres años y la proporción es de siete años bisiestos por
un ciclo de 19 años comunes o solares.
Al cabo de cada 19 años, vuelven a coincidir, a veces con la diferencia de un solo día, una fecha judía
con la correspondiente fecha civil.

Los meses y las estaciones


Un mes es el período comprendido entre la aparición de una luna nueva hasta la próxima. La luna toma
más o menos 29 días y medio en circundar la tierra. A veces la luna nueva aparece la noche siguiente al
vigésimo noveno día del mes y otras en la noche siguiente al trigésimo día. Puesto que la duración
promedio de un mes es de 29 días y medio, significa que aproximadamente la mitad de los meses tienen
29 días y la otra mitad 30.
En el calendario fijo que se usa actualmente hay cinco meses que siempre tienen 29 días (se los
denomina Jasér – Carente), y son: Tevet, Adar, Iyar, Tamuz, Elul, y cinco que siempre tienen 30
días (denominados Malé – completos, porque tienen 30 días), y son: Shvat, Nisán, Siván, Av,
Tishrei y Adar (Adar 1 en un año bisiesto). Los dos meses restantes son Jeshván y Kislev, que
tienen carácter variable.
El principio del mes se llama Rosh Jodesh, a veces es un solo día (el mes que continúa a un mes
Jasér), y otras son dos (un mes que continúa a un mes malé). Estos días tienen un carácter
especial e incluyen un oficio religioso de carácter festivo.
La excepción la constituye el mes de Tishrei. Como el mes precedente es Elul, con 29 días, Tishrei
tendría un día de Rosh Jodesh, pero Rosh Jodesh Tishrei es a su vez Rosh Hashaná y no es
considerado como tal, sino como un Iom Tov, festividad. Los dos días de Rosh Hashaná son el primero y
el segundo de Tishrei.
Además, cada mes antes de la luna llena se la santifica con una plegaria -Kidush Halevaná- que se
recita a cielo abierto. En su contenido, esta plegaria alude a la promesa de renovación de la Dinastía del
Rey David, de la cual emerge la luz de Mashíaj, su descendiente.
Las Estrellas
Durante el curso del año, a medida que la tierra hace un círculo completo alrededor del sol, diferentes
grupos de estrellas se tornan ocultas cuando el sol pasa delante de ellas. Hay doce grupos
correspondientes a los doce meses del año y se denominan Mazalot o constelaciones. Las estrellas en
cada uno de ellos están dispuestas de acuerdo a un modelo distinto y tiene un nombre que está
relacionado con la forma.
El círculo formado por los doce Mazalot es llamado elíptico o Zodíaco. El ciclo completo del sol a través
de los Mazalot, constituye un año. Hay cuatro días especiales en cada año; el más largo, el más corto y
dos días en los cuales el día y la noche son iguales. Estos son llamados las Tekufot(comienzo de las
estaciones).
¿El calendario hebreo es solar o lunar?
En el Shabat anterior a Rosh Jodesh (Luna Nueva) se recita una plegaria especial antes del
servicio de Musaf…
El punto central de esta costumbre es anunciar el día (o los dos días) de la semana en que será
Rosh Jodesh.
Nuestro calendario- luáj es básicamente lunar, es decir, los meses del año se calculan según la
luna. La palabra hebrea Jodesh significa tanto “mes” como “luna”. La palabra deriva del hebreo
jadash, “nuevo”, porque la luna se renueva cada mes como luna creciente. Esta reaparición
mensual de la luna se llama molad — el “nacimiento” de la luna. El mes judío es el período de
tiempo de un molad al siguiente, que es 29 días, 12 horas y 44 minutos. Puesto que un mes
calendario debe consistir de días completos (sería muy complicado tener medio día que pertenez¬ca al
mes saliente y la segunda mitad al mes entrante, y, además, un día judío completo incluye la noche
anterior), nuestros meses calen¬darios invariablemente consisten de 29 o 30 días. En el primer caso, el
mes se denomina Jasér (deficiente), en el último, Malé (completo). El primer día del nuevo mes se llama
Rosh Jodesh, “cabeza del mes”. Si el mes saliente es un mes “completo”, entonces tanto su día 30 como
el día siguiente (el primer día del nuevo mes) son Rosh Jodesh.
Los días de Rosh Jodesh de nuestro lúaj fueron mencionados en la Torá entre los días festivos del año,
celebrados con leyes, costumbres y plegarias especiales (como en el caso del Shabat y las Festividades,
aunque no con el mismo grado de santidad).
El año lunar (12 meses con un promedio de 29 1/2 días, 44 minutos cada uno) contiene 354 días más
8 horas y 48 minutos. (Es interesante notar que la palabra hebrea año tiene el valor numérico de 355).
Por lo tanto, el año lunar es aproximadamente 11 días más corto que el año solar, que tiene 365 días.
¿Tiene alguna importancia? Mucha. Nuestras Festividades tienen fecha en la Torá, cada una debe ser
celebrada durante un día o días determinados, de un mes específico. Simultáneamente, la Torá requiere
que nuestras Festividades acaezcan en sus respectivas estaciones del año, (es decir, Pesaj en el mes
primaveral de Nisán, Sucot en el otoñal mes de la cosecha, Tishrei) . Sin embargo, las estaciones del
año se determinan por el sol, no la luna. Por lo tanto se requiere una adaptación periódica para conciliar
la diferencia entre el año lunar y el año solar. De lo contrario, nuestras festividades “oscilarían” de
estación a estación retrocediendo 11 días de año en año, siendo la Festividad de la primavera (Pesaj)
eventualmente en invierno, y la Festividad de la cosecha (Sucot) en primavera, y así sucesivamente.
Este ajuste consiste en agregar un mes extra cada dos o tres años. Este mes extra se agrega antes del
mes de Nisán, dándonos dos meses Adar, y haciendo de ese año una Shaná Meuberet, un año
embolismal (la gente por error llama “bisiesto”) de 13 meses.
Nuestro calendario fijo actual fue introducido por el Sabio Hilel el Segundo, alrededor del año 358 e.c Es
un sistema ingenioso y maravilloso que nos dice el punto exacto en el tiempo cuando aparece el molad
de la luna, cuándo es Rosh Jodesh, cuándo comienzan nuestras Festividades y Días de Ayuno, cuántos
días tiene cada mes, cuántos meses tiene cada año, y así sucesivamente.
En la era de los Gueonitn 589 E.C., se introdujo la costumbre de anunciar la luna Nueva en la Sinagoga
en el Shahat que le precede, para recordar la Consagración de la Luna Nueva por parte de la Suprema
Corte de antaño, y principalmente para informar al público cuando será el día, o los días, de Rosh
Jodesh.
Adaptado de MI PLEGARIA Volumen II, Editorial Kehot Sudamericana
¿Cómo se fijaron las fechas en las que se celebran las fiestas?
Presentamos un informe para aprender y comprender como se rige nuestro calendario…

Santificación del mes


En la antigüedad, el Rosh Jodesh, la neomenia, era determinado a través del testimonio de por lo menos
dos testigos ante el bet din (la “corte”), quienes afirmaban haber visto el novilunio.
La luna gira alrededor de la Tierra en un ciclo de aproximadamente 29 días, 12 horas y 44 minutos. Por
lo tanto, el novilunio aparecerá entre 29 a 30 días después del novilunio anterior. A pesar de que el ciclo
real dura 29.5 días, nosotros llevamos la cuenta en unidades de días completos. De aquí la razón por la
cual los meses del calendario hebreo duran 29 o 30 días, para compensar ese medio día.
Si los testigos aparecían después de 29 días, confirmaban que el mes anterior duró 29 días únicamente.
Si no aparecieron los testigos esa noche, el mes era considerado automáticamente como de 30 días de
duración, ya que según el calendario hebreo, ningún mes puede durar más de 30 días.
Después de que el bet din —el tribunal rabínico- fijaba qué día es el Rosh Jodesh, enviaba mensajeros a
los destinos más lejanos posibles, para informar a los judíos de las demás comunidades cuándo había
sido Rosh Jodesh y de acuerdo a esto, cuándo deberían ser celebradas las festividades.
¿Por qué Rosh Hashaná se celebra durante dos días?
¿Qué es el “segundo día de yom tov” que se celebra en la Diáspora?
En aquellos lugares que estaban alejados del bet din a los que no llegaban mensajeros con la
información sobre el día exacto del Rosh Jodesh (generalmente fuera de la Tierra de Israel), la
comunidad observaba dos días de yom tov y no uno sólo como está indicado en las Escrituras, para así
asegurarse que por lo menos uno de los dos días había sido el correcto. Este segundo día es conocido
hoy en día como el “segundo día de yom tov de la Diáspora” y ha sido celebrado desde el inicio del
exilio. Una de las excepciones a esta regla se aplica a Yom Kipur, porque no se espera de nadie que
ayune durante dos días consecutivos. La regla de agregar el día adicional se aplica en las festividades
decretadas por la Torá y en las comunidades que se encuentran fuera de la Tierra de Israel.
A pesar de que la Torá designó al primer día del mes de tishrei como Rosh Hashaná, la fiesta se observa
durante dos días tanto en la Diáspora como en la Tierra de Israel. ¿Por qué esta excepción?
Por acaecer Rosh Hashaná en el primer día del nuevo mes, también en caso de que los testigos llegaran
a atestiguar el novilunio, no había posibilidad alguna de enviar mensajeros. a tiempo a todas las zonas
del país, excepto a Jerusalén. Es por esto, que todos los judíos de Israel también celebran el segundo
día de yom tov en este caso. Por su parte, los jerosolimitanos, de hecho, podrían dejar de trabajar antes
de la víspera del 29 del mes de elul y en caso de que el novilunio apareciera esa noche, el día siguiente,
o sea, el mismo 29, sería Rosh Hashaná. En ese caso, elul tendría 29 días únicamente y el día siguiente
sería el primero de tishrei. Si ningún testigo apareciese al finalizar el 29 de elul, el día siguiente sería
considerado automáticamente como el 30 de eIul y Rosh Hashaná. Para evitar confusiones, nuestros
Sabios finalmente instituyeron que también los jerosolimitanos llevarán a cabo la práctica del segundo
día de Yom Tov en la fiesta de Rosh Hashaná.

Hoy en día, el novilunio ya no es determinado a través de testigos. El último Nasí -presidente del
Sanedrín-, Hilel (330-365 d.e.c. – no el famoso tanaíta Hilel el Sabio, mencionado tantas veces en la
Mishná-), comprendió que el Imperio Romano, en su intento por exterminar al judaísmo, dificultaría
atestiguar el novilunio y así, al imposibilitar al bet din a declarar el inicio de cada mes, causaría una gran
confusión en el pueblo de Israel donde quiera que estuviere.

Por lo tanto, Hilel introdujo un calendario hebreo perpetuo, que es el que utilizamos hasta el día de hoy,
para determinar la neomenia, Rosh Jodesh. En general, el calendario hebreo está compuesto por seis
meses de 29 días de duración y seis de 30 días de duración. Para asegurar que esté sincronizado con el
ciclo lunar, el mes de jeshván, que normalmente dura 29 días, a veces dura 30 y kislev, que
normalmente dura 30 días, a veces dura 29.

A pesar de la gran exactitud de este calendario, aquellas comunidades que habitan fuera de la Tierra de
Israel, siguen celebrando dos días de yom tov, por ser una tradición arraigada desde la antigüedad. Este
es un ejemplo del papel de la Tradición en la vida de los judíos y de la importancia de transmitir las
costumbres y de preservar la continuidad histórica de una generación a otra.

Judíos que residen en Israel que se encuentran en la Diáspora celebrando alguna festividad o judíos de
la Diáspora que se encuentran en la Tierra de Israel en esas fechas, deben consultar con el Rabino local,
para saber si deben conservar la tradición de su lugar de origen o si deben adoptar la tradición local.

El año embolismal
El mes en el Calendario Judío está basado en el período entre un novilunio y otro, que dura 29 días, 12
horas, 44 minutos y 31 segundos. Un año del almanaque judío regular contiene seis meses de 29 días
de duración y seis de 30 días, o sea, 354 días, que son 11 días menos que el año que se rige según el
ciclo solar, que consiste en 365 días. Si el calendario hebreo perdiese 11 días al año, las festividades
serían celebradas cada año en otra época, e incluso en estaciones diferentes como ocurre con el
calendario musulmán.
Pero nuestras festividades, por definición de la Torá, están claramente vinculadas con las estaciones del
año: “la fiesta de la siega”, “la fiesta de la primavera”, etc… Si perdiéramos 11 días cada año, después
de 6 años celebraríamos la fiesta de Pesaj 66 días antes, es decir, más de dos meses antes del mes de
nisán, mucho antes de la primavera. Después de 16 años, la celebraríamos en el otoño…

La Torá consciente de este problema, especificó: “Guarda el mes de aviv -de la primavera- y celebra en
él la Pascua en honor de D’s” (Deuteronomio 16:1). Pesaj debe ser celebrado en la primavera. Para
igualarse al calendario regido por el ciclo solar y seguir las estaciones, nuestros Sabios instituyeron la
adición periódica de otro mes adar, conocido contando con dos meses que llevan el mismo nombre y
que se distinguen por su numeración A y B ó 1 y II, asegurándose así que cada festividad sea celebrada
en la misma estación.

Antes de fijarse el calendario final que incluye la adición de otro mes adar, nuestros Sabios decidían
cada año si agregar o no el mes adicional, basándose en señales de la Naturaleza, como el florecimiento
de la vegetación a una fecha determinada, que les servía de indicación. En el calendario perpetuo fijado
por Hilel, está especificado que dentro de ciclos fijos de 19 años, hay 7 años embolismares: los años 3,
6, 8, 11, 14, 17, 19. La mayoría de los años embolismares están separados por un período de tres años
uno del otro y otros, por dos años, únicamente.

Extraído de Judaísmo Práctico del Rab. I. M. Lau

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