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Maximiliano Hernández Martínez

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Maximiliano Hernández Martínez

Presidente de la República de El Salvador


4 de diciembre de 1931-28 de agosto de 1934
Predecesor Directorio cívico
Sucesor Andrés Ignacio Menéndez

Presidente de la República de El Salvador


1 de marzo de 1935-9 de mayo de 1944
Predecesor Andrés Ignacio Menéndez
Sucesor Andrés Ignacio Menéndez

Vicepresidente de El Salvador
1 de marzo de 1931-2 de diciembre de 1931
Predecesor Gustavo Vides
Sucesor Andrés Ignacio Menéndez

Información personal
20 de octubre de 1882
Nacimiento
San Matías, El Salvador
15 de mayo de 1966 (83 años)
Fallecimiento Hacienda Jamastrán, Danlí,
Honduras
Causa de la
Homicidio
muerte
Nacionalidad Salvadoreña
Información profesional
Ocupación Militar, General de Brigada
Rango  General de brigada
 Collar de la Orden de Isabel
Distinciones
la Católica
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Maximiliano Hernández Martínez (San Matías, El Salvador, 20 de octubre de 1882 –


Hacienda Jamastrán, Danlí, Honduras, 15 de mayo de 1966) fue un militar, dictador y
Presidente de El Salvador (1931-1944),12 cargo al que accedió tras un golpe de Estado.3

Tras realizar sus estudios militares en Guatemala, ascendió en rangos militares hasta ser
general de brigada.34 En 1931, el partido Pro Patria lo postuló a la vicepresidencia, la
cual ganó. Nueve meses después, participó en el golpe de Estado contra el presidente
Arturo Araujo tras el que se autonombró presidente, siendo ratificado al año siguiente
por la Asamblea Legislativa. Prolongó su mandato durante trece años por medio de
elecciones en las cuales era el único candidato, y también a través de decretos
legislativos.56

En su mandato (conocido coloquialmente como martinato) destacaron la matanza de


25 000 indígenas que contradijeron su gobierno en 1932,7 sus políticas apegadas a sus
creencias teosóficas,8 los movimientos diplomáticos durante la Segunda Guerra
Mundial,9 la disminución significativa de la delincuencia mediante el uso de la fuerza, el
saneamiento de las finanzas públicas, la creación de un banco estatal emisor de moneda,
la venta de viviendas a bajo costo para campesinos, la reducción significativa de la
deuda para personas al borde de la quiebra, la construcción de la Carretera
Panamericana y la cancelación de la deuda externa.10
En 1944, un grupo de militares se alzaron contra el presidente, los cuales fueron
sofocados mediante la fuerza en un par de días.11 Un mes después se suscitó una huelga
general de la sociedad civil, la cual obligó al general a deponer el cargo de la primera
magistratura.5 Hernández Martínez fue asesinado 22 años después en Honduras, a
manos de su motorista.12

Índice
 1 Familia
 2 Estudios y carrera militar
 3 Incursión en la política
 4 Gobierno de Maximiliano Hernández Martínez
o 4.1 Levantamiento campesino de 1932
o 4.2 Políticas de gobierno
o 4.3 Sus políticas frente a la Segunda Guerra Mundial
o 4.4 Principales logros
o 4.5 Principales críticas
 5 Fin de su mandato
o 5.1 Rebelión militar
o 5.2 Rebelión civil
 6 Muerte y legado militar
 7 Véase también
 8 Referencias
 9 Bibliografía
 10 Enlaces externos

Familia
Sus padres fueron Raymundo Hernández y Petronila Martínez. Contrajo nupcias con
Ana Valeria Flores, con quien tuvo ocho hijos: Alberto, Carmen, Esperanza, Marina,
Eduardo, Rosa, Gloria y Maximiliano.13 Su relación familiar siempre estuvo supeditada
a sus creencias teosóficas y a su cargo como mandatario; ejemplo de eso fue la muerte
de su hijo Maximiliano. El niño enfermó de apendicitis y Hernández Martínez se negó a
que fuese tratado por médicos, puesto que él mismo lo trataría con "aguas azules" (agua
que había pasado mucho tiempo bajo el sol dentro de botellas de color azul); el
resultado fue fatal, el niño falleció y la respuesta del militar fue que sólo quedaba la
resignación porque los "médicos invisibles" no habían querido salvar al infante.14 A sus
costumbres teosóficas se agregaban su vegetarianismo, la obsesión por las ciencias
ocultas y su afición por el estudio de la reencarnación.15 Era absolutamente abstemio,
hábito que inculcó estrictamente a sus hijos.8

Estudios y carrera militar


Realizó sus estudios en el Instituto Nacional de El Salvador. Tras acabar sus estudios de
educación media, ingresó en la Escuela Politécnica de Guatemala, en donde obtuvo el
grado de Subteniente. Regresó a El Salvador durante la presidencia del general Tomás
Regalado. A su vuelta, estudió en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales en la
Universidad de El Salvador, dejando la carrera en el segundo año de estudios.3

Fue ascendido a teniente efectivo el 17 de noviembre de 1903; a capitán, el 23 de agosto


de 1906; a capitán mayor, el mismo año (durante la guerra con Guatemala, donde peleó
el general Martínez a las órdenes del general Tomás Regalado); a teniente coronel, el 6
de mayo de 1909; a coronel, el 15 de junio de 1914, y a general de brigada, el 27 de
junio de 1919.3 En 1921 fue instituido como ministro de Guerra y Marina.4

Incursión en la política
En 1931, el partido Pro Patria lo incluyó como candidato a la vicepresidencia. Tras
ganar las elecciones, ocupó el cargo de vicepresidente, a la vez que el de Ministro de
Guerra, a los servicios del presidente Arturo Araujo.6 El 2 de diciembre del año de su
elección participó en un golpe de Estado, siendo elegido como presidente de la
República, tras el designio del Directorio cívico instaurado provisionalmente.13 Su
presidencia fue ratificada por el poder legislativo en 1932.16

En el golpe de Estado fue acompañado por una minoría civil y por un buen número de
militares con rangos bajos y medios, los cuales eran conocidos como "Juventud
Militar". Los militares fueron incitados principalmente por incumplimiento salarial del
ejecutivo y por las condiciones poco favorables para el ejercicio de su labor. Tras un día
de deliberación, Hernández fue nombrado presidente interino por haber abandonado al
presidente saliente antes de comenzar
el alzamiento.5

En 1935, año en el cual debían


celebrarse las elecciones regulares,
Hernández Martínez renunció a la
presidencia, dejando el cargo por seis
meses en manos del general Andrés
Ignacio Menéndez, fungiendo durante
ese tiempo únicamente como ministro
de Guerra. Se inscribió como candidato único a la presidencia, por lo cual obviamente
prolongó su mandato por un periodo más. En 1939 fue ratificado por el poder legislativo
en el cargo.4 En 1944, fue el poder legislativo quien prolongó, de nuevo, el mandato de
Hernández Martínez.1617
Véase también: Directorio cívico

Gobierno de Maximiliano Hernández Martínez


Levantamiento campesino de 1932

Artículo principal: Levantamiento campesino de 1932 (El Salvador)

En rojo, la zona afectada por el levantamiento.

Manifiesto de Maximiliano Hernández Martínez del 23


de enero de 1932, publicado en el Diario Oficial de El
Salvador.

En enero de 1932, Agustín Farabundo Martí (líder de


grupos estudiantiles y político de izquierda) fueron
fusilados por haberles sido encontrados panfletos de
apoyo al Partido Comunista Salvadoreño. La situación
política se volvía tirante para el presidente Hernández
y, días después, estalló el levantamiento campesino.18

El levantamiento campesino de 1932 fue una


insurrección que acabó en la muerte de
aproximadamente 25.000 indígenas.19 Las causas
fueron diversas, entre ellas el fuerte descontento de los
campesinos ante las políticas del gobierno del General
Hernández Martínez.20 En poco tiempo, bajo las órdenes presidenciales, el ejército
salvadoreño sofocó la revuelta y se instauró un estado de sitio. El líder indígena
Feliciano Ama fue linchado y ahorcado por fuerzas militares, fomentando la
participación de los paisanos de Ama en el levantamiento.21 Tras la matanza, los
cadáveres enterrados a poca profundidad sirvieron como foco de contaminación, lo cual
propagó focos de enfermedades entre los residuos de los insurrectos. Además, los cerdos
y otros animales desenterraron los cuerpos y se alimentaron de los mismos, lo cual trajo
una reacción gubernamental inmediata, puesto que repercutía en la economía al
contaminar a los animales de corral.22

Una vez sofocada la insurrección, el presidente se negó a recibir ayuda militar


extranjera, refiriendo un telegrama al almirante de los buques de guerra que Estados
Unidos y Gran Bretaña habían enviado. El telegrama apuntaba que:

El jefe de Operación de la Zona Occidental de la República, general de división José


Tomás Calderón, saluda atentamente, en nombre del gobierno del general Martínez y en
el suyo propio, al almirante Smith y comandante Brandeur, de los barcos de guerra
Rochester, Skeena y Wancouver, y se complace comunicarles que declaramos situación
absolutamente dominada fuerzas gobierno El Salvador. Garantizadas vidas propiedades
ciudadanos extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la República. La paz está
establecida en El Salvador. Ofensiva comunista desechada sus formidables núcleos
dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están liquidados cuatro mil ochocientos
bolcheviques.

General José Tomás Calederón23

Tras la matanza, Hernández Martínez se ocupó de llevar a todo el país diversas obras
teatrales, tales como Pero también los indios tienen corazón y Pájaros sin nido, cuyo
contenido pretendía matizar los hechos para aplacar los rumores y los reclamos de
algunos sectores. Mandó destruir todos los periódicos, artículos o panfletos que le
fueran contrarios con respecto al tema;22 el objetivo fundamental fue el de convencer a
la opinión pública de que los indígenas fueron confundidos por los comunistas y de que
la insurrección había sido financiada por la Unión Soviética,24 lo cual obligó a la
matanza.25 Además, tras los acontecimientos, Alfredo Schlesinger, simpatizante del
gobierno de Hernández Martínez, escribió un libro titulado La verdad sobre el
comunismo, en el cual contaba la historia según la versión oficial. Más tarde, el mismo
Schlesinger escribió otro libro, titulado Revolución comunista, y que fue publicado en
1946, donde reafirmaba lo que decía en el primero.26 Algunas partes de los libros han
sido fuertemente criticadas por encubrir los hechos,27 aunque también hay críticas por
exagerar los acontecimientos.28 En general, las acusaciones apuntan a que las cifras de
fallecidos son mucho menores de las reales y que se describen actos vandálicos de parte
de los alzados que en realidad no sucedieron.26 En cuanto a medios de comunicación, el
presidente limitó las emisiones radiales, prensa escrita e incluso el cine, intentando dar
un giro a la historia mediante el manejo de la opinión pública.25

Políticas de gobierno

Sus políticas de gobierno tuvieron diversos efectos sobre la vida cultural, política y
económica del país. Sin establecer un gobierno centralizado, participaba casi en todas
las decisiones que tenían que tomarse, dirigiendo casi personalmente cada una de las
actividades de su gobierno.25 Alejó a los militares (con excepción de sí mismo, por
supuesto) de la administración civil, y fue por ello su gabinete minoritariamente
castrense. Los sueldos para los funcionarios de gobierno y para los militares fueron
sumamente bajos, en comparación con épocas anteriores, lo cual ahuyentó
significativamente a los militares interesados en participar del gobierno.2930 Sin
embargo, siempre prefirió estar cercano a la protección militar, por lo cual trasladó el
despacho presidencial y su residencia familiar a la entonces Escuela Normal de Varones,
junto al Cuartel El Zapote.31

El 23 de febrero de 1932 el Estado salvadoreño fue declarado en mora, especificando a


los acreedores de la deuda externa que no pagaría los empréstitos si no se le ablandaban
los intereses y se le alargaba el plazo. La deuda neta, es decir sin intereses, quedó
cancelada en su totalidad en 1938, aunque los intereses se acabaron pagando hasta
1960.32 Una vez pagada la deuda propuso, mediante una placa conmemorativa colocada
en la Asamblea Legislativa, la política de no adquisición de empréstitos internacionales
en el futuro. Pese a dicha iniciativa, igualmente adquirió préstamos para la construcción
de la Carretera Panamericana.5 Por otro lado, el 12 de marzo de 1932 decretó la Ley
Moratoria, mediante la cual redujo los intereses de los deudores que estaban a punto de
caer en bancarrota. Además, con el objetivo de estabilizar el valor del colón, creó el
Banco Central de Reserva de El Salvador en 1934, indemnizando a los bancos privados
para que dejasen de emitir dinero.337

En cuanto a políticas referentes directamente a la población, siempre predominaron sus


costumbres teosóficas. Por ejemplo, cuando se desató una peste de viruela, ésta fue
tratada por el presidente forrando con papel azul las lámparas de las plazas, esperando
que los médicos invisibles salvasen a los que estaban destinados a vivir.14 Entre otras
cosas, estableció que todo aquel que pidiese educación debía ser considerado comunista,
negando especialmente el acceso a la educación a los obreros y asalariados porque, en
sus palabras, pronto dejaría de haber personas dispuestas a trabajar en tareas de
limpieza.10

Estableció en julio de 1932 el Fondo de Mejoramiento Social, y en octubre, la Junta


Nacional de Mejoramiento Social, cuya actividad principal era la de adquirir viviendas
y facilitar créditos blandos a los campesinos para comprarlas;34 sin embargo, dicha
actividad no trajo los resultados esperados por la población, ya que los beneficiados
fueron muchos menos que lo que se había proyectado.35 Pese a que se le calificó como
una reforma agraria, ésta no lo fue, puesto que las tierras no fueron expropiadas, sino
compradas a precio de mercado y vendidas a uno inferior, utilizando fondos nacionales
que jamás serían reintegrados y que pasarían a manos de los terratenientes de la época.35
También se construyeron viviendas para ser vendidas en las mismas condiciones,
aunque esto se dio en menor escala.34

Modificó la ley de policía, prohibiendo a civiles el porte de armas de fuego, cuchillos,


machetes u hondillas, elevando a calidad de delito la evasión de dicha ordenanza. Por
otro lado, estableció que serían perseguidos y castigados como vagos los que no
tuviesen oficios lícitos o modo de vivir honesto.10 La pena por hurto era la amputación
de una mano y, ante la reincidencia, la condena era el paredón de fusilamiento.36
Estableció fuertes alianzas con la Iglesia católica, obteniendo el beneficio de los dos
monseñores de la época, Monseñor Belloso y Monseñor Chávez y González, quienes
siempre estaban presentes en las ejecuciones políticas y quienes, tras el levantamiento
de 1932, ofrecieron misas en agradecimiento por la victoria militar.10

En materia militar, fortaleció la profesionalización de oficiales mediante becas de


estudio militar, especialmente a Italia. Financió la construcción de un tanque de guerra,
armado con seis ametralladoras pesadas.5

En 1939 convocó a la Asamblea Constituyente para que elaborase una nueva


constitución, cuya principal novedad era la inclusión del voto femenino bajo algunas
condiciones de origen social y nivel de instrucción.37

En 1943, Hernández Martínez trató de aumentar las tasas tributarias a las exportaciones
para obtener mayores ingresos para el Estado, y eso rompió la relación que mantenía
con los grupos oligarcas.38

Sus políticas frente a la Segunda Guerra Mundial


Mapa de los países participantes en la Segunda Guerra Mundial. Aliados Aliados
tras el ataque a Pearl Harbor Potencias del Eje Países neutrales (Nótese cómo, El
Salvador se muestra a favor de los aliados,después del ataque a Pearl Harbor)

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial significó un aumento en las


exportaciones a los Estados Unidos y el mejoramiento de la economía salvadoreña. Eso
le permitió a Hernández Martínez realizar algunas reformas sociales y una ligera
redistribución de la tierra mediante un programa agrario.5

El general se sentía muy atraído por los éxitos de los gobiernos fascistas europeos, en
especial por Hitler y Mussolini. De hecho, en 1938 nombró director de la Escuela
Militar a Eberhardt Bohnstedt, general de la Wehrmacht del ejército alemán.539 Además,
abrió relaciones diplomáticas con el dictador español Francisco Franco;9 sin embargo,
estando bajo la presión de los Estados Unidos (principal comprador de café al país
centroamericano), tuvo que olvidarse de sus simpatías y aceptó alinearse al lado de los
Aliados.169 Además, dio el reconocimiento diplomático al Estado títere de Manchukuo, y
removió del cargo a sus funcionarios que tenían ascendencia alemana e italiana.9
Asimismo, a los residentes alemanes e italianos en El Salvador les expropió sus tierras y
los mandó a campos de concentración, lo que valió para obtener el reconocimiento
diplomático de Estados Unidos.5

Ese cambio en su política exterior, al igual que la represión contra los comunistas y
opositores a su gobierno, le permitió obtener mayor apoyo de Washington. Sin embargo,
la situación cambió ante la negativa de Hernández Martínez de recibir a 3000 soldados
estadounidenses para dar protección al Canal de Panamá. Estados Unidos colocó tropas
en los países cercanos al Canal, excepto en El Salvador, dada la negativa presidencial.
El motivo que Hernández Martínez adujo para rechazar el pedido de los
norteamericanos fue que, dado que las tropas que arribarían tendrían un porcentaje de
soldados de raza negra, se corría el inminente riesgo de que se reprodujesen en El
Salvador y que llenasen de niños de color al país.9

Principales logros

Durante su mandato obtuvo aciertos tales como la organización de la banca, mediante la


creación del Banco Central de Reserva de El Salvador y el Banco Hipotecario de El
Salvador entre 1934 y 1939, la eliminación momentánea de la deuda externa,40 la
creación de instituciones de crédito para el campesinado (Federación de Cajas de
Crédito Rural), la ejecución de proyectos de construcción de vivienda asequible para
obreros, el saneamiento de la tesorería nacional, el respaldo a los productores de café,
de azúcar y de algodón mediante medidas económicas favorables para dichos rubros; la
construcción de 300 kilómetros de la Carretera Panamericana y la reducción de las
deudas de pequeños y medianos propietarios de tierras que estaban en proceso de
embargo.310 Además, su logro más recordado fue la reducción significativa de la
delincuencia, mediante el cumplimiento implacable de la ley.41
Principales críticas

El gobierno de Hernández ha sido ampliamente criticado por diversos sectores,


enfocándose principalmente en sus prácticas teosóficas y las repercusiones de las
mismas en sus acciones como gobernante. En primer lugar, la creencia del general de
que el ser superior (el Estado, para el caso) debe tener el poder absoluto sobre los
individuos lo llevó a convertir al Estado como un controlador individual, dotándolo de
poder extraconstitucional sobre la vida nacional, entregándole el control a las fuerzas
armadas.4230 Tuvo un estricto control de los medios masivos de comunicación,
alineándolos a favor de su régimen o simplemente cerrándolos ante la resistencia
ocasional.22 Además, se le critica el exilio de los más importantes pensadores y artistas
de la época que no comulgaban con su gobierno.4243 La dureza de sus medidas y
principalmente su desprecio hacia la calidad del ser humano lo orillaron a cometer actos
que marcarían un precedente de violencia, antesala de lo que se vendría décadas después
durante la dictadura militar.1 El manejo mediático se extendió hacia el campo político,
creando condiciones para que aun en el extranjero se le considerase un presidente
democrático; por ejemplo, colocó el puesto de elecciones del Partido Comunista justo
frente al Hotel Nuevo Mundo, el cual albergaba a gran cantidad de extranjeros,
especialmente estadounidenses. La intención era clara: crear una imagen de democracia
para ser reconocido por el resto de los Estados como un presidente legítimo.1 En el
campo de las ideas, se apoyó públicamente en las teorías de Alberto Masferrer, aunque
en la práctica se oponía a las mismas.421

Sin embargo, la principal crítica que se le hace a su gobierno es el uso excesivo de la


fuerza. Se valió de métodos represivos poco ortodoxos y caracterizados por la violencia
y el irrespeto a la integridad del individuo.2242

Fin de su mandato
Dado que Hernández Martínez tenía pretensiones de extender su mandato más allá de
1944, los militares, inconformes por los fusilamientos de oficiales opositores, se alzaron
contra el gobernante, y lo obligaron a capitular en tres días. Fue entonces cuando la
sociedad civil, manifestándose en contra de los fusilamientos masivos de oficiales
alzados, se rebeló mediante una huelga de brazos caídos que desembocó en la renuncia
del dictador.5

Rebelión militar

La tarde del 2 de abril de 1944,36 mediante el uso de fuerza aérea y de infantería,


militares alzados bajo el mando de Alfonso Marroquín y Tito Tomás Calvo tomaron el
control de los Cuarteles de Infantería, Sexto Regimiento de Ametralladoras, y Quinto de
Infantería de Santa Ana. Todo sucedía mientras Hernández Martínez viajaba de La
Libertad hacia San Salvador en una camioneta de alquiler.3

Los combates se prolongaron hasta el 4 de abril, cuando las fuerzas leales a Hernández
Martínez aniquilaron a los alzados en una emboscada camino a Santa Ana. Marroquín
presentó la rendición y fue arrestado junto a Calvo, a quien le fue negado el asilo
político en la embajada estadounidense. Ambos fueron fusilados sin juicio al siguiente
día.311
Rebelión civil

La sociedad civil, liderada por el intelectual Joaquín Castro Canizales, quien había
colaborado con Hernández Martínez en 1931, se declaró en huelga paulatinamente.
Desde el 26 de abril, los estudiantes universitarios impusieron una huelga parcial,
seguidos por los estudiantes de educación media, los maestros, los empleados de teatro,
las vendedoras de los mercados, los profesionales, y exactamente un mes después del
alzamiento militar, el 2 de mayo de 1944, rebeldes civiles impidieron que los
ferrocarriles de la capital operasen, dando inicio oficial a lo que se conoce como "la
huelga de brazos caídos",5 en la cual participaron algunos actores que con el tiempo se
convertirían en políticos relevantes: tal es el caso de Schafik Handal, quien aspiraría a la
presidencia de la república varias décadas después.44 Durante la huelga no hubo
producción alguna, por lo cual la presión nacional e internacional creció hasta el punto
de obligar al presidente a deponer su cargo, depositándolo en Andrés Ignacio
Menéndez. Su renuncia fue anunciada por el mismo mediante un comunicado radial el 9
de mayo de 1944 a las 21:00 horas; acabó su discurso con la frase:

No creo en la historia porque la historia la hacen los hombres y cada hombre tiene su
pasión favorable o desfavorable. Yo no creo más que en una cosa: en mi conciencia, y
esa conciencia me dice que he cumplido con mi deber.

Maximiliano Hernández Martínez al renunciar a la presidencia.3

Muerte y legado militar


Tras su renuncia a la primera magistratura, huyó vía terrestre a Guatemala, donde fue
recibido por su hermano Guadalupe,29 luego se movió hacia Estados Unidos,45 para
finalmente trasladarse a Honduras. Ahí fue asesinado por Cipriano Morales, su
motorista, quien le asestó 17 puñaladas. El asesinato se perpetró en el comedor de su
residencia en Honduras, el 15 de mayo de 1966.12

Tras la muerte del dictador, se le dio su nombre a una brigada de exterminio


anticomunista, que funcionó como escuadrón de la muerte.46 Con su mandato, se
iniciaron más de cinco décadas de gobiernos militares que desembocarían, entre otras
cosas, en una guerra civil.478

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