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En este ensayo expone el tema "la precisión en el uso del lenguaje" destacando los

elementos fundamentales para redactar un texto con precisión. En primer lugar, se explicará la
importancia y cuidado necesario en el uso y abuso del léxico. En segundo lugar, se presenta los
puntos claves para darle elegancia a un escrito de cualquier tipo.

El uso del lenguaje toma un papel importante debido a que la utilizamos en nuestro
ámbito profesional, entre nuestros amigos, cuando estamos con nuestra familia así como entre
una infinidad de actividades diarias tanto de manera oral así como de manera escrita. De este
modo, al centrarse el enfoque en el lenguaje escrito, se debe tener en cuenta que un objetivo
fundamental incluir y presentar es primordialmente precisión (ya que el prestado lector no puede
pedir que se aclaren sus dudas de manera directa) al ser plasmado sobre papel o bien de manera
digital. En base en explicar la importancia y cuidado necesario en el uso y abuso del léxico, así
mismo el articulista debe conocer que, esto se logra a partir de considerar varios puntos, para
comenzar, “el uso de palabras fáciles” se debe tomar con precaución, ya que al querer tomar
vocabulario que es muy frecuente, muchas veces su significado llega a presentarse muy amplio
y en otros casos hasta poco preciso. Este problema se puede evitar al emplear mediante la
sustitución o bien el uso de sinónimos en las palabras, buscando dar más riqueza a la
expresión sin perder la coherencia de lo que se presenta. Otro aspecto a cuidar al querer
redactar es, evitar “los tópicos”, donde involucre expresiones triviales o muy empleadas tal
seria el ejemplo en la frase “En mi modesta opinión”. Y del mismo modo, “no permitir los
circunloquios” en otras palabras, dar rodeos al tema en cuestión causando que el lector se
desinterese y hasta se aburra. De manera casi similar, tal sería el caso del “uso de
repeticiones” tanto de palabras como de ideas, esto sólo demuestra pobreza de léxico. Por con
siguiente, cabe destacar que “el empleo de connotaciones y eufemismos”, en lo que esto
respecta debe ser tratado con cuidado al intentar referir algo, siempre consciente de que esto
llamado así se da porque una misma palabra puede ser molesta e incluso ofensiva en un
contexto determinado, mientras que en otro es aceptable y, en algunos casos insustituible. Un
ejemplo de ella muy particular es al decir que 'la vaca parió un ternerillo' esta palabra en
particular puede ser aceptable, pero por otro lado no para emplearlo al decir lo mismo de una
persona.

Durante la poesía clásica grecolatina y la renacentista el empleo del epíteto fue muy
característico en su tiempo, al querer añadir o subrayar cualidades al sustantivo, hoy día ese
recurso se identifica con el uso de adjetivos el cual ha ido variando. Otro recurso que se usa con
frecuencia es, “el uso de adverbios” con el sufijo -mente, si bien es reconocido como correcto,
su abuso resulta cacofónico (sonido poco agradable) en la mayoría de los casos. Los
“pronombres relativos” sustituyen a un antecedente y funcionan, a la vez, como nexos de
subordinación, pero no se pueden utilizar indistintamente en cualquiera de sus formas y
variantes, tal sería el caso de 'Que' (que se refiere a personas y cosas), 'Quien' (que se refiere
exclusivamente a personas y puede ir sin antecedente) y un último ejemplo 'Cuyo' (y todas sus
variantes no son pronombres, sino determinantes). Seguidamente, es notorio y frecuente en
redacción, el mal uso de las preposiciones. Primordialmente se da debido a la influencia de
otras lenguas extranjeras y ejemplo de ello se da aún en la comunicación verbal (decir ganar
'de' tres puntos en lugar de ganar 'por' tres puntos). Si bien hay muchos limitantes,
afortunadamente en cuanto a los verbos frecuentes tales como: ser, estar, haber, tener,
hacer, poner, decir, ver, etc. tiene la ventaja de ser sustituidos por otros intransitivos o
pronominales más expresivos. He aquí un ejemplo; Del verbo "Ser": Adela muestra
comprensión con todos. Otro elemento de apoyo lo es la voz pasiva; aunque en español, se
da preferencia el uso de la voz activa. Se usa la pasiva por influencia del francés y del inglés.
Ante esto es preferible decir “Eduardo compró esta casa”, en lugar de, “Esta casa fue
comprada”. Y un último con el cual tener precaución es, “los vicios de dicción”, ya que su
uso es incorrecto y en la mayoría de los casos contribuye a deteriorar y empobrecer la
lengua.
El lenguaje del que se vale la literatura, no difiere en lo esencial del que empleamos
corrientemente (a diario). Sin embargo, es evidente que existe una separación, una diferencia de
nivel. Si bien es notorio, hay siempre un afán de superación que hace evitar voces, giros o
frases empleados sin escrúpulos en el coloquio llano. Retomando el tema, es sabido y
entendido que, el lenguaje corriente corresponde al utilizado en los actos de la comunicación
diaria por estar desprovisto de belleza y elegancia, ya que quien lo utiliza no suele buscar las
palabras que emplea ni mucho menos piensa centrado en las instrucciones lingüísticas. En el
libro "Arte de escribir" publicado en 18899, declara: "Las tres cuartas partes de las personas
escriben mal porque no se les ha demostrado el mecanismo del estilo, la anatomía de la
escritura; cómo se encuentra una imagen o como se construye una frase". Y ciertamente, lograr
ese éxito en el cometido de la redacción y la aplicación de esos principios, se desarrolla bajo la
educación, y el estudio como así mismo, el interés.
Una vez puesto los cimientos, otro punto a trabajar en el empeño a la redacción, es “el
estilo”, lo cual hoy posee un significado más amplio, ya que se refiere al conjunto de rasgos
característicos que presenta un escrito, y estos rasgos son, esencialmente, fruto del dominio
de la lengua que tiene el autor, de la actitud que adopta al redactarlo y de su propia
personalidad. A pesar de que la redacción es un asunto personal y que se puede elaborar con
toda libertad, se menciona que, dentro del léxico español predominan las palabras llanas sobre
las agudas y, aún más, sobre las esdrújulas. Y se expone que cuando abundan las palabras
esdrújulas en los enunciados, este tono se altera y resulta poco elegante. Sin embargo, ante
estas declaraciones, esto no quiere decir que deban suprimirse de los escritos los vocablos
esdrújulos. Como también, al escribir, ante la duda de si las frases empleadas deben ser
largas o cortas. Esto queda como criterio personal. Lo sí sabido es, las frases cortas son más
fáciles de construir, pero cuando se abusa del punto seguido para separarlas se cae en la
monotonía y da la impresión de que el discurso avanza a saltitos como un gorrión. En
contraste con lo anterior, las frases largas dan mayor fluidez al texto, pero si no se utilizan bien
pueden llevarle a la ampulosidad y la confusión.

En conclusión, el autor de todo escrito, debe basar su atención en el uso del léxico,
pero así mismo como su abuso ya que la afectación se ve reflejada directamente en el
producto final. Y si la meta final, es darle elegancia a un escrito (que debería ser lo esperado)
todo finalmente cuenta, desde el punto gramatical así como la propia libertad personal. Pero es
necesario enfatizar que las cualidades siempre a emplear dejando de lado la elegancia, lo es la
originalidad (siendo fruto de la invención y el hallazgo de ideas), la claridad y la concisión
(permitiendo al lector comprenda los pensamientos expuestos), la naturalidad y la sencillez
(respetuoso en el uso de todo lo anterior, incluyéndolo tanto en su sintaxis como su léxico), ya
que sin duda estos son los puntos fuertes buscados en todo escrito. Así como estos puntos
mencionados en la conclusión representan los puntos débiles más comunes ante todo tipo de
redacción, y es la parte necesaria en donde trabajar y mejorar.

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