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Psicothema, 1998. Vol. 10, nº 3, pp.

551-570
ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG
Copyright © 1998 Psicothema

¿EXISTEN PROCESOS AFECTIVOS NO


CONSCIENTES? EVIDENCIA A PARTIR DEL
EFECTO DE LA MERA EXPOSICIÓN Y DEL
PRIMING AFECTIVO
Soledad Ballesteros
Universidad Nacional de Educación a Distancia

Una serie de resultados recientes han mostrado la existencia de importantes diso-


ciaciones entre pruebas implícitas y explícitas destinadas a evaluar distintos procesos
psicológicos como la percepción, la memoria, el aprendizaje, la toma de decisiones, o la
emoción implícitas. Estas investigaciones han servido para rehabilitar el interés actual
por el estudio de los procesos inconscientes. El trabajo revisa y resume la evidencia
existente sobre procesos emocionales no conscientes obtenida sobre todo a partir de dos
paradigmas experimentales, el de la mera exposición repetida a estímulos y el del pri-
ming afectivo. Abundantes resultados experimentales sugieren que las experiencias pre-
vias pueden influir de modo inconsciente en la conducta emocional. Algunos avances re-
cientes en las neurociencias, como el descubrimiento de una red neural subcortical que
une el tálamo con la amígdala, son consistentes con la hipótesis de la existencia de afec-
to inconsciente. Parece que se pueden producir influencias afectivas tempranas difusas y
no conscientes sin la participación de procesos cognitivos superiores.

Are there unconscious affective processes? Evidence from the mere exposure and
affective priming paradigms. Recent findings have shown dissociations between explicit
and explicit measures in a number of psychological processes such as perception, me-
mory, learning, decision making, and emotion. This research has served to renew the in-
terest for the study of unconscious processes. The paper reviews and summarizes results
showing the existence of unconscious emotional processes. These data were obtained
from two main lines of research, the traditional mere exposure and the emotional pri-
ming paradigms. A large number of findings suggest that previous experiences influen-
ce emotional behavior unconsciously. Some recent neuropsychological findings are con-
sistent with the idea of unconscious affects. The identification of a subcortical thalamo-
amygdala pathway seems to be in accordance to the hypothesis. It seems like some af-
fective influences are mediated by low-level systems. These influences seems responsi-
ble for unconscious affects without the implication of higher-level cognitions.

¿Existe emoción sin conciencia? ¿Existe


Correspondencia: Soledad Ballesteros el inconsciente psicológico? ¿Cómo interac-
Universidad Nacional de Educación a Distancia ciona la emoción y los procesos cognitivos?
Ciudad Universitaria
28040 Madrid (Spain) Estas cuestiones son de las más debatidas en
E-mail: sballest@cu.uned.es la psicología actual. La idea de que es posi-

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ble captar información del medio físico y voluntaria fue denominado memoria implí-
social sin ser conscientes de ello tiene una cita (Schacter, 1987). En los años setenta, la
larga historia, muy anterior al nacimiento de utilización del término inconsciente cogniti-
la psicología científica. En la filosofía, Des- vo por parte de Rozin (1976) contribuyó
cartes distinguió entre lo consciente y lo in- también a renovar el interés por el estudio,
consciente; y hace casi 300 años, otro filó- tanto de los procesos cognitivos inconscien-
sofo destacado, Leibniz, señaló que existen tes ocurridos en la memoria o el aprendiza-
muchas indicaciones que apuntan a la exis- je, como por el estudio del inconsciente
tencia de percepciones y otros procesos que emocional y motivacional.
no están acompañados de reflexión o Este trabajo tiene dos objetivos principa-
conciencia (Merikle, 1992). les. El primero consiste en revisar la evi-
El tema del inconsciente fue tratado am- dencia empírica que parece soportar la exis-
pliamente por la tradición psicoanalítica. Sin tencia de afecto y emoción no conscientes.
embargo, una idea compartida por la psico- El segundo, consiste en intentar aclarar qué
logía académica es que los conceptos psico- tipo de relación existe entre los procesos
analíticos no pueden ser confirmados ni re- afectivos y cognitivos. Más concretamente,
futados de manera empírica (ver Pérez Alva- la cuestión se situaría en determinar si la in-
rez, 1996). El resultado fue que el término teracción de ambos procesos, en el caso de
inconsciente desapareció casi totalmente de que existiera, sería de naturaleza semántica
las publicaciones de la psicología académi- (con influencia del significado) o presemán-
ca. Antes de que surgiera la tradición psico- tica (sin influencia del significado, sólo de
analítica, los psicólogos Pierce y Jastrow las características físicas de los estímulos).
(1884) trataron el tema de la percepción su- Para ello nos detendremos en los dos méto-
bliminal y el problema del concepto de um- dos más utilizados en el estudio experimen-
bral psicofísico. A partir de este trabajo sur- tal del afecto inconsciente: El efecto de la
gió una linea de investigación sobre los pro- mera exposición a estímulos y el priming
cesos psicológicos inconscientes que fue ob- afectivo. Además, para intentar explicar es-
jeto de serios ataques durante años (ver tos efectos consideraremos también las rela-
Kihlstrom, Barnhardt y Tataryn, 1992). ciones entre los efectos emocionales no
A pesar de que los procesos psicológicos conscientes y la memoria implícita.
inconscientes constituyen de nuevo un tema
destacado dentro de la psicología científica, Emociones y procesos cognitivos
el tema del procesamiento de la información
sin conciencia no ha estado exento de con- Las emociones son procesos psicológicos
troversia (e.g., Greenwald, 1992; Kihls- extremadamente complejos, formados por
trom, 1987; Merikle, 1992; Schacter, 1987). componentes innatos, subjetivos, fisiológi-
La vuelta al primer plano de los procesos cos y conductuales muy importantes para la
psicológicos no conscientes se produjo so- evolución y la adaptación del individuo al
bre todo a partir de una serie de estudios medio (e.g., Darwin, 1872; Zajonc, 1980;
neuropsicológicos realizados con pacientes Plutchik, 1980). Se trata de fuerzas podero-
amnésicos a finales de los sesenta (Warring- sas que ejercen una gran influencia sobre el
ton y Weiskrantz, 1968). Estos pacientes comportamiento de las personas. Sin embar-
mostraban la persistencia de experiencias go, a pesar de la importancia de la emoción,
pasadas que no podían recordar de modo todavía no existe consenso unánime entre los
consciente. Con el tiempo, este tipo de me- científicos sobre qué es la emoción y cuál es
moria preservado en ausencia de memoria su lugar dentro de la ciencia psicológica.

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Aunque la psicología cognitiva surgida en Para comprender las relaciones exis-


los años sesenta descuidó el estudio de las tentes entre los procesos cognitivos y emo-
emociones y motivaciones humanas por con- cionales es necesario distinguir qué se en-
siderar los procesos afectivos y motivaciona- tiende por unos y otros. La respuesta que se
les como irrelevantes para los procesos cog- dé a esta cuestión va a depender de la for-
nitivos, el estudio del afecto constituye un ma como se defina emoción y cognición.
componente destacado del sistema de proce- La emoción se refiere a un estado psicoló-
samiento y de la recuperación de la informa- gico complejo, con un fuerte componente
ción. Por eso, el estudio de las relaciones en- filogenético que está relacionado con cam-
tre las emociones y los procesos cognitivos bios conductuales importantes, tendencia a
es en estos momentos un tema central para la afrontar la situación, y sentimientos perso-
psicología (Forgas, 1995; ver Fernández, nales positivos o negativos. La definición
Granero, Barrantes y Capdevila, 1997; Si- de lo que se entiende por procesos cogniti-
món, 1997). Sin embargo, la interpretación vos es menos unitaria. Por lo general, por
de estas relaciones constituye un problema cognición se entiende todo aquello que ten-
conceptual todavía no resuelto de manera sa- ga que ver con conocimiento y representa-
tisfactoria. Mientras para unos teóricos la ción mental, aprendizaje, memoria, pensa-
cognición es un prerrequisito para la emo- miento y lenguaje (Ballesteros, 1994). Los
ción hasta el punto que la activación de las procesos perceptivos pueden dar lugar a
emociones depende principalmente de pro- cogniciones cuando producen representa-
cesos cognitivos (e.g., Bower, 1981; Laza- ciones en la memoria, aunque parece exis-
rus, 1982, 1991; Ortony, Clore y Collins, tir otro tipo de percepción que no se tradu-
1988), para otros, la cognición es sólo uno de ce en representaciones conscientes, que
los varios procesos responsables de la acti- pueden operar en el sistema emocional (cf.
vación emocional. En esta última línea, Izard Zajonc, 1980). El problema es que el térmi-
(1993) ha propuesto la existencia de cuatro no «cognición» a veces se define de una
sistemas diferentes implicados en la activa- forma tan amplia que incluye todo tipo de
ción emocional, de los cuales sólo uno es procesos como la percepción implícita, me-
cognitivo (ver Figura 1). Los otros tres siste- moria implícita, la toma de decisiones y
mas, el neural, el sensomotor, el motivacio- aprendizaje implícito (Kihlstrom, 1987), e
nal no dependen de la cognición. Estos cua- incluso cognición social implícita (Green-
tro sistemas están interactuando permanente- wald y Benaji, 1995). A pesar de la idea tan
mente para mantener el fondo afectivo de la extendida de que los procesos cognitivos y
persona y para producir nuevas emociones. emocionales interaccionan entre sí, algunos
teóricos defienden la conveniencia de dis-
tinguir entre ambos tipos de procesos ba-
sándose en datos empíricos obtenidos tanto
Procesos
sensomotores en el ámbito de la evolución, como a partir
Procesos Experiencia de otros datos provenientes del desarrollo
neurales emocional
Procesos
afectivos
ontogenético. Estos datos son consistentes
con la idea de que el sistema emocional
Procesos precede filogenética y ontogenéticamente
cognitivos
al sistema cognitivo (Izard, 1971; 1993; Za-
jonc, 1980). Esta precedencia tiene valor
Figura 1. Los cuatro sistemas responsables de la acti- adaptativo para la vida del animal y la del
vación emocional según Izard (1993). niño preverbal.

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La relación entre conciencia y emoción mente en condiciones subliminales (sólo


es un tema muy complejo, como lo es tam- durante unos ms) delante de otro estímulo,
bién la interacción entre la conciencia y no relacionado, presentado durante un tiem-
otros procesos psicológicos como la aten- po más largo (1 s). Lo habitual es que estí-
ción, la memoria o la toma de decisiones. mulos neutros desde el punto de vista emo-
Algunos investigadores mantienen que las cional reciban valoraciones afectivas más
emociones, para que existan, deben ser elevadas cuando aparecen precedidos del
conscientes porque la persona debe experi- prime afectivo que cuando no lo hacen
mentarlas de modo subjetivo (e.g., Clore y (condición de control).
Parrott, 1994: Schwarz y Clore, 1996). Se- ¿Pueden influir en nuestros juicios de
gún LeDoux (1994), las emociones no cons- preferencia afectiva y en nuestra memoria
cientes no existen aunque los estados emo- estímulos que no somos conscientes de ha-
cionales conscientes son el resultado de pro- berlos percibido? Este es un tema muy estu-
cesos inconscientes. Otros investigadores, diado actualmente en psicología cognitiva y
sin embargo, entre los que se encuentran en psicología social, aunque la observación
Izard (1987, 1993) y Zajonc (1980, 1994) de que la exposición repetida a estímulos
defienden la existencia de procesos afecti- aumenta el afecto positivo hacia esos mis-
vos no conscientes, poco específicos, que mos estímulos ya fue realizada por Fechner
serían los encargados de colorear nuestra vi- (1876). Desde la psicofísica clásica, la teo-
da afectiva. ría del umbral sensorial explicaba que no se
percibían los estímulos demasiado débiles
¿Existe afecto inconsciente? porque al estar situados por debajo del um-
bral sensorial no producían ninguna sensa-
El estudio de la existencia de afecto in- ción en el perceptor. Con el tiempo, la psi-
consciente ha generado un buen número de cología experimental mostró que la teoría
investigaciones en la psicología científica del umbral no podía explicar muchos resul-
de los últimos treinta años. Los dos modos tados experimentales porque el umbral no
principales de investigación tendentes a es fijo ya que puede variar de una ocasión a
mostrar la existencia de afecto no conscien- otra. Factores como la fatiga, la repetición
te han sido la exposición repetida a estímu- de la tarea, o la actitud del perceptor pueden
los, lo que se conoce en la literatura como el modificar el umbral sensorial. Además, se
efecto de la mera exposición, y el priming ha comprobado que su valor puede variar en
afectivo no consciente. El efecto de la mera función del método de cálculo utilizado. En
exposición se ha definido como el incre- la actualidad se piensa que la sensación es
mento del afecto positivo generado en el ob- continua y no discreta, como mantenía la te-
servador como resultado de la presentación oría del umbral propuesta por la psicofísica
repetida de estímulos que anteriormente re- clásica. Por estas razones, la psicología y la
sultaban no familiares. Cuanto más fre- psicofísica abordaron el estudio de la sensa-
cuentemente se expone una persona a un es- ción desde nuevos planteamientos que tu-
tímulo, más preferirá dicho estímulo. Lo vieran en cuenta no sólo la intensidad de la
interesante de este efecto es que puede ob- estimulación física, sino también otras va-
tenerse, incluso para estímulos que no son riables del sujeto como su estado de activa-
reconocidos conscientemente. ción general, su motivación, o sus actitudes
El priming afectivo no consciente se ha hacia la tarea. Green y Swets (1966) publi-
empleado para mostrar la influencia de un caron su libro sobre la teoría de la detección
estímulo (prime) presentado muy breve- de señales (TDS) utilizando ideas y proce-

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dimientos ya manejados en los años cin- estímulos presentados de manera subliminal


cuenta por los ingenieros de telecomunica- sobre la conducta continuó interesando a los
ción. La teoría considera que la sensación investigadores que intentaron averiguar a
depende tanto de la intensidad del estímulo través de experimentos mejor controlados si
como de la motivación del perceptor (Ba- los estímulos percibidos sin conciencia po-
llesteros y García, 1995; Reales y Balleste- dían influir en el afecto y en el reconoci-
ros, 1994; 1997). miento. Hoy se acepta que estímulos de los
Existe percepción subliminal cuando es- que no somos conscientes pueden ser proce-
tímulos situados por debajo del umbral sen- sados por el sistema perceptivo (Cheesman
sorial influyen sobre la conducta del obser- y Merikle, 1986; Dixon, 1981; Marcel,
vador de alguna forma que pueda apreciarse 1983). Un reciente meta-análisis realizado a
de modo objetivo. La percepción subliminal partir de los resultados de 2517 pacientes y
ha sido uno de los tópicos más controverti- 44 estudios ha indicado que los pacientes
dos de los últimos años. Sin embargo, el es- recuerdan información específica ocurrida
tudio de la percepción subliminal no es nue- durante la anestesia hasta 36 horas más tar-
vo. Se inició con el estudio clásico de Poetzl de. Sin embargo, las sugestiones positivas
(1917/1960) al principio del siglo XX. Po- presentadas durante la anestesia no parecen
etzl mostró a los sujetos un dibujo comple- influir en la recuperación postoperatoria del
jo durante sólo 10 ms y evaluó después la paciente (Merikle y Daneman, 1996).
recuperación consciente de los sujetos pi-
diendo que describieran y dibujaran todo lo El efecto de la mera exposición
que recordaran del dibujo. A continuación
les pidió que anotaran cualquier sueño que El estudio pionero de Zajonc (1968)
tuvieran durante la noche y volvieran al día mostró que la simple exposición repetida a
siguiente. El resultado fue que las imágenes estímulos influía en las preferencias afecti-
del sueño contenían rasgos del dibujo pre- vas del observador. La pregunta a la que de-
sentado el día anterior. Este resultado sugie- seaba responder fue si el hecho de darse
re que estímulos de los que no somos cons- cuenta de forma consciente de la presencia
cientes pueden registrarse en la memoria de ciertos estímulos constituye un prerre-
durante muchas horas. Esta observación es quisito necesario para poder observar un
consistente con los estudios actuales de cambio en la actitud de las personas hacia
aprendizaje y memoria implícitos. tales estímulos. El procedimiento experi-
Más recientemente, el interés por el estu- mental consta de dos fases, la fase de expo-
dio de la percepción subliminal surgió ante sición a los estímulos y la fase de prueba.
la controversia creada por los resultados de Zajonc realizó varias exposiciones de polí-
algunos estudios realizados en los años cin- gonos o pictogramas y comprobó que la ex-
cuenta en el campo de la publicidad. Estos posición repetida era suficiente para que
estudios intentaban demostrar que cuando mejorara la preferencia afectiva del indivi-
se exponía de forma subliminal a supuestos duo hacia dichos estímulos. Según Zajonc,
consumidores a una serie de mensajes pu- la exposición (no reforzada) a un estímulo
blicitarios verbales, su conducta resultaba aumenta la preferencia afectiva por dicho
influida por tales mensajes (McConnell, estímulo de entre otros estímulos de su mis-
Cutler y McNeil, 1958). Aunque las prime- ma clase.
ras investigaciones adolecían de importan- Kunst-Wilson y Zajonc (1980) utilizaron
tes problemas metodológicos, el interés por el paradigma de la mera exposición para
el estudio de la posible influencia de ciertos mostrar que la exposición a polígonos irre-

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gulares no familiares, presentadas sublimi- entre la exposición de los estímulos y su va-


nalmente producían efectos observables en loración, y el número máximo de exposicio-
las preferencias de los sujetos. Estos inves- nes influyen en la magnitud del efecto de
tigadores presentaron una serie de 10 octó- preferencia afectiva. Este efecto es más
gonos irregulares, cinco veces cada uno, en potente con exposiciones estimulares breves
exposiciones de sólo un milisegundo en y con la presentación de los estímulos en
condiciones de baja iluminación y sin más- una secuencia heterogénea, lo que parece
cara. Una vez finalizada la presentación de indicar que el aburrimiento es un factor que
todos los estímulos de la serie pidieron a los limita la aparición y fuerza del efecto.
observadores que realizaran elecciones for-
zadas entre pares de estímulos. En cada en- Consistencia y robustez del efecto de la
sayo aparecía un estímulo de los presenta- preferencia afectiva
dos durante la primera fase del experimento
junto a un estímulo nuevo. Los observado- El efecto de la mera exposición es muy
res tenían que emitir dos juicios (de manera consistente y ha sido replicado muchas ve-
contrabalanceada): elegir el polígono que ces con polígonos irregulares (Seamon,
preferían y señalar, además, el estímulo que Brody y Kauff , 1983a, 1983b; Bonnano y
reconocían como familiar. Los resultados Stillings, 1986, Exps. 1 y 2). Mandler, Na-
mostraron que mientras la precisión media kamura y van Zandt (1987) realizaron un
de reconocimiento de los estímulos presen- experimento en el que presentaron 10 octó-
tados previamente no superó el nivel de azar gonos irregulares muy brevemente (2 ms)
(48%), los participantes prefirieron los estí- durante la primera fase del experimento 5
mulos presentados previamente (60%) más veces, en un orden al azar. En la fase de
que los estímulos nuevos. Obtuvieron pre- prueba añadieron otros 10 octógonos para
ferencia afectiva con estímulos que no se construir los pares de estímulos expuestos y
podían reconocer. no expuestos previamente. Los resultados
Harrison (1977) revisó los estudios sobre replicaron también los de Kunst-Wilson y
el efecto de la mera exposición y encontró Zajonc. Los juicios de preferencia por los
que variables como el retraso entre la expo- estímulos expuestos fueron 59%, resultando
sición a los estímulos y los juicios de valo- significativamente mayores que los juicios
ración, la complejidad de los estímulos uti- de reconocimiento (50%), que no se dife-
lizados, y la secuencia heterogénea de pre- renciaron del nivel de azar.
sentación de los estímulos, aumentaban la El efecto se ha replicado también con es-
fuerza del efecto. Sin embargo, Harrison no tímulos mucho más complejos como foto-
tuvo en cuenta el efecto de otras variables grafías e interacciones personales en una si-
como la duración de la exposición y el nú- tuación social. Bornstein, Leone y Galley
mero de exposiciones estimulares. Borns- (1987) replicaron el efecto en el laboratorio
tein (1989) ha realizado un meta-análisis con polígonos irregulares introduciendo al-
para analizar la investigación realizada de gunas modificaciones metodológicas en el
1968 a 1987. En el estudio incluyó 134 artí- procedimiento experimental (Exp. 1). Las
culos publicados y un total de 208 experi- preferencias afectivas de los observadores
mentos. Los resultados mostraron que va- por las formas geométricas no familiares se
riables como el tipo de estímulo, su comple- vieron significativamente influidas por la
jidad, la secuencia de presentación, la dura- presentación subliminal de los estímulos.
ción de la exposición, el número de presen- Cuando dicha presentación fue de 4 ms, las
taciones de los estímulos, la edad, el retraso preferencias afectivas por los estímulos ex-

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puestos fue del 58% (significativamente su- el tiempo de exposición. Mientras que dura-
perior al nivel de azar), a pesar de que no pu- ciones inferiores a1 segundo suelen produ-
dieron reconocer los polígonos como ante- cir un fuerte efecto de preferencia afectiva,
riormente expuestos (50% correcto). Cuan- duraciones de entre 1 y 60 segundos produ-
do la exposición estimular fue de 48 ms, los cen efectos muy pequeños (Hamid, 1973;
juicios de preferencia de los estímulos pre- Harrison y Zajonc, 1970; Marcus y Hakmi-
sentados fue del 56%, mientras fueron capa- ker, 1975).
ces de reconocerlos explícitamente el 94%. Seamon et al. (1984) estudiaron de forma
Bornstein y colaboradores extendieron el sistemática la influencia de duraciones mu-
efecto a estímulos más complejos como foto- cho más breves sobre los juicios afectivos y
grafías de caras de personas con una expre- el reconocimiento. En el estudio participa-
sión facial neutra. Además de los dos tiempos ron 160 observadores a los que se presenta-
de exposición utilizados en el primer experi- ron 10 polígonos irregulares cinco veces en
mento, incluyeron otra condición consistente un orden al azar y en condiciones de baja
en 200 ms de exposición porque un estudio iluminación. Los sujetos se dividieron en
piloto mostró que los observadores a veces seis grupos y cada uno se le asignó a una ex-
eran incapaces de reconocer correctamente posición (0, 2, 8, 12, 24, y 48 ms). En la fa-
las fotos con una exposición de sólo 48 ms. se de prueba se presentó en cada ensayo un
El resto del procedimiento fue semejante al polígono previamente presentado junto a
del primer experimento. Los resultados repli- otro nuevo (distractor). A los observadores
caron los del experimento con polígonos y del grupo asignado a la condición 0 ms no
apoyaron la hipótesis de que la presentación se les presentó ningún estímulo durante la
subliminal repetida de fotos de caras huma- fase de estudio. Los resultados de este gru-
nas aumenta las preferencias afectivas de los po sirvieron como línea-base en los juicios
observadores hacia esas fotografías. de preferencia y de reconocimiento. La ac-
El problema es que no existe hasta el mo- tuación en los juicios de preferencia en la
mento una explicación plenamente aceptada condición control (0 ms de exposición) no
de este efecto aunque algunos resultados re- superó el nivel de azar. Los resultados del
cientes parecen atribuirle un sentido actitu- resto de los grupos, tanto para los juicios de
dinal implícito (Greenwald y Banaji, 1995). preferencia afectiva como para los de reco-
Bornstein y D´Agostino (1992) encontraron nocimiento, mostraron que la duración de la
que el efecto es más fuerte cuando las con- exposición del estímulo influía de manera
diciones hacen que los sujetos recuerden diferente en los juicios afectivos y en los
menos las exposiciones que producen el juicios de reconocimiento. La función para
efecto. En esos casos, es como si a medida los juicios afectivos aumentó rápidamente a
que la facilidad para la identificación de los partir de los 2 ms de exposición y permane-
estímulos aumenta por su exposición conti- ció prácticamente constante hasta el tiempo
nuada, el sujeto lo atribuyera erróneamente máximo de exposición (48 ms). Los obser-
a la preferencia y lo evaluara positivamente. vadores prefirieron los polígonos previa-
mente presentados frente a los nuevos el
Importancia crítica de la duración 60% de las ocasiones, incluso en exposicio-
de la exposición nes tan breves como 2 y 8 ms, mientras que
los juicios de reconocimiento no superaron
Paradójicamente, presentaciones suprali- el nivel de azar. Por el contrario, los juicios
minares de estímulos han mostrado una dis- de reconocimiento se mantuvieron sin cam-
minución del efecto a medida que aumenta bio hasta los 8 ms de exposición, para a par-

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tir de ahí aumentar rápidamente. Estos datos separación o independencia de los procesos
replicaron el efecto de la mera exposición al afectivos y cognitivos. Desde esta perspecti-
mostrar que los observadores prefieren los va, las reacciones afectivas hacia la estimula-
estímulos previamente presentados a pesar ción del medio son diferentes de los procesos
de que no los pueden reconocer. Además cognitivos (ver también, Izard, 1993). Según
mostraron que el efecto de preferencia afec- Zajonc, se trata de un fenómeno afectivo que
tiva de estímulos que no se pueden recono- se produce en un momento temprano del pro-
cer ocurre sólo con duraciones muy breves, cesamiento de la información sin necesidad
y el aumento del tiempo de exposición ape- de que intervengan los procesos cognitivos.
nas influye sobre este tipo de juicios. Por el Esto es posible porque los observadores co-
contrario, los juicios de reconocimiento exi- difican diferentes cualidades de un estímulo,
gen exposiciones estimulares más largas, y de forma que mientras los juicios afectivos
están más directamente influídos por la du- se realizan a partir de ciertos rasgos estimu-
ración de la exposición estimular. La inves- lares que pueden resultar demasiado vagos e
tigación realizada hasta ahora se ha referido insuficientes para producir su reconocimien-
a la modalidad visual y no se ha probado to, los juicios de reconocimiento se basan en
con estímulos auditivos o hápticos. rasgos discriminables de los estímulos que
Los resultados de la investigación sobre la no tienen valor afectivo.
relación exposición-afecto tienen aplicación Otros investigadores han explicado el
en publicidad donde se está utilizando la ex- efecto desde la perspectiva de los modelos
posición repetida a ciertos estímulos (pro- de la memoria de reconocimiento (Bonnano
ductos) con el fin de aumentar las preferen- y Stillins, 1986; Seamon et al. 1983a,
cias del espectador (consumidor) hacia estos 1983b). Cuando se pregunta al observador
productos. Por ejemplo, en la publicidad te- ¿Qué estímulo le gusta más? o ¿Qué estí-
levisiva los anuncios son bastante breves, in- mulo reconoce como aquel que ha sido pre-
teresantes, y aparecen en secuencias hetero- sentado previamente?, éste dispone de un
géneas entremezclados con otros anuncios. contexto diferente para examinar la infor-
En la clínica, el efecto de la mera exposición mación almacenada en la memoria. Si se
puede ser útil también en el tratamiento de pregunta por la preferencia afectiva, el ob-
fobias. En realidad, la técnica de la desensi- servador puede que no sea consciente de
bilización sistemática engloba varios princi- que ha accedido a dicha información. Sin
pios del efecto. Los pacientes tratados con embargo, su actuación por encima del nivel
esta técnica son sometidos a una serie de es- del azar indica que, aunque sea de manera
tímulos que producen cada vez más ansie- inconsciente, ha accedido a ella. En el caso
dad. Se supone que la presentación repetida del reconocimiento, el observador accede
de estos estímulos o situaciones estresantes de nuevo a la información almacenada y
reducirá la ansiedad del paciente ante tales puede ser consciente del contexto en el que
estímulos, a la vez que le predispondrá más anteriormente experimentó el estímulo. Se-
positivamente hacia ellos (Bornstein, 1989). amon et al. (1983a) interpretan estos resul-
tados a partir del modelo de los dos proce-
Interpretación del efecto de la preferencia sos propuesto por Mandler (1980) sobre las
afectiva de estímulos que no pueden decisiones de reconocimiento. Los estímu-
reconocerse explícitamente los pueden reconocerse, o bien porque re-
sulten suficientemente familiares, o porque
Zajonc (1980) ha interpretado el efecto de se produce una búsqueda para determinar si
la mera exposición como apoyo empírico a la el estímulo puede localizarse en la memoria

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a largo plazo. Según Seamon y colaborado- Schacter (1987) atribuyó este efecto a la
res, el aumento del afecto positivo que defi- memoria implícita para estímulos presenta-
ne el efecto de la mera exposición puede ex- dos de manera subliminal sin reconocimien-
plicarse por el desarrollo de la fluencia per- to consciente. Otros estudios posteriores
ceptiva mientras que cuando los observado- (Bargh y Pietromonaco, 1982) mostraron
res tienen que indicar si reconocen o no el también el efecto de la exposición sublimi-
estímulo ponen en funcionamiento un pro- nal a palabras hostiles. Observadores que
ceso de búsqueda que resultará efectivo o habían sido expuestos subliminalmente a
no, dependiendo de los recursos atenciona- palabras hostiles calificaron más negativa-
les y del tiempo invertido en la codificación mente a una persona que otro grupo de ob-
de los estímulos. servadores a los que no se les había presen-
Klinger y Greenwald (1994) han intenta- tado dichas palabras mientras que la evalua-
do explicar el efecto de la mera exposición ción del reconocimiento de las palabras hos-
a partir de un modelo de memoria. Sugieren tiles no superó el nivel de azar. El efecto de
que sólo las características físicas de los es- la presentación subliminal se ha obtenido
tímulos se codifican automáticamente en la también con otros tipos de palabras no hos-
memoria. Esta memoria perceptiva se acti- tiles (Bargh, Bond, Lombardi y Tota, 1986).
vará cuando en la fase de prueba se vuelva Durante los últimos quince años, el estu-
a presentar el estímulo, lo que producirá un dio de la memoria implícita y explícita se ha
sentimiento de familiaridad. El modelo su- convertido en una de las áreas de investiga-
giere además que las atribuciones no cons- ción más fructíferas. Su origen se sitúa en
cientes realizadas sobre los estímulos son una serie de observaciones realizadas en
las que median el cambio de afecto que se ambientes clínicos con pacientes amnési-
produce como resultado de la exposición re- cos. Estos pacientes aunque no podían recu-
petida. Este modelo fue propuesto para in- perar conscientemente la información, man-
tentar explicar el efecto de lo atractivo que tenían intactas otras habilidades (Warring-
resultaban los estímulos en el efecto de pre- ton y Weiskrantz, 1968). Poco después, los
ferencia. Para estos autores, el afecto de- estudios de Jacoby y sus colegas (Jacoby y
sempeña un papel destacado en el fenóme- Dallas, 1981; Jacoby y Witherspoon, 1982)
no, aunque mediado por la cognición. Las mostraron la existencia de resultados seme-
cualidades afectivas de los estímulos son jantes en estudiantes universitarios; por
importantes para determinar las atribucio- ejemplo, la mejora en una tarea de deletreo
nes que se realizan sobre los estímulos. La con palabras presentadas previamente en
relación existente entre el efecto de pre- comparación con palabras nuevas, o la habi-
ferencia afectiva y la memoria implícita (in- lidad de identificar palabras expuestas bre-
consciente) se contempla más detallada- vemente o en condiciones degradadas. Estas
mente en el apartado siguiente. nuevas pruebas indirectas mostraban que
había un tipo de memoria diferente a la eva-
Preferencia afectiva y memoria implícita luada con las pruebas de memoria conscien-
te habituales (pruebas de recuerdo o de re-
Los términos implícito-explícito consti- conocimiento). Para revisiones sobre el te-
tuyen quizás la dicotomía más empleada en ma, véase Richardson-Klavehn y Bjork
la psicología actual. Estos términos captan (1988); Schacter (1987); Roediger y Mc-
una serie de distinciones como inconscien- Dermott (1993).
te-consciente, indirecto-directo, automáti- La memoria implícita se ha definido co-
co-controlado, procedimental-declarativo. mo la recuperación no intencional (incons-

Psicothema, 1998 559


PREFERENCIA AFECTIVA Y PRIMING EMOCIONAL

ciente) de la información previamente ad- fase de estudio o fase de codificación) y en


quirida. Generalmente, este tipo de memo- la fase de prueba (en la que se evalúa la me-
ria inconsciente se ha solido evaluar a través moria) son los mismos de forma que sólo
del priming de repetición, entendido éste las instrucciones proporcionadas para la re-
como la ventaja a favor de estímulos pre- alización de la tarea de reconocimiento ha-
sentados previamente en comparación con cen referencia explícita a la necesidad de re-
otros del mismo tipo no presentados. Este ti- cuperar conscientemente la información
po de memoria se ha inferido a partir de la presentada previamente. Durante la realiza-
mejor actuación en pruebas que no exigen la ción de la prueba de preferencia afectiva,
recuperación voluntaria de la experiencia por el contrario, el experimentador no men-
previa. Por el contrario, la memoria explíci- ciona en ningún momento la exposición
ta supone la recuperación intencional (cons- previa a la estimulación. Por otro lado, los
ciente) de información codificada previa- estudios sobre el efecto de preferencia han
mente y se avalúa mediante las pruebas tra- manipulado una serie de variables con el fin
dicionales de reconocimiento, recuerdo li- de comprobar cómo influían en la expresión
bre y recuerdo señalado (Graf y Schacter, del afecto y en la memoria de reconoci-
1985). miento, mostrando las disociaciones exis-
En ocasiones, la distinción entre pruebas tentes entre las pruebas de preferencia y las
implícitas y explícitas resulta controvertida, de reconocimiento (Bornstein, 1989). Por
dada la falta de acuerdo en la distinción un lado, estos estudios han mostrado que un
consciente/inconsciente. Para intentar supe- aumento del afecto positivo como resultado
rar esta dificultad, Schacter, Bowers y Boo- de la presentación repetida de estímulos que
ker (1989) propusieron el criterio de la re- al principio resultan no familiares; por otro,
cuperación intencional. Este criterio supone los sujetos no son capaces de reconocer los
que las claves externas de las dos pruebas estímulos presentados previamente de otros
de memoria (la implícita y la explícita) de- estímulos nuevos. Estos dos resultados pa-
ben ser idénticas, y lo único que debe cam- recen sugerir que el efecto de la mera expo-
biar son las instrucciones que se proporcio- sición constituye una indicación de la exis-
nan a los observadores a hora de realizar las tencia de memoria implícita (Schacter,
pruebas (Reales y Ballesteros, submitted, 1987; Schacter, Cooper y Delaney, 1990).
Exp. 3). Mientras que la prueba implícita no Seamon et al. (1995) han estudiado di-
debe hacer referencia al encuentro previo rectamente la relación existente entre el
con los estímulos, la explícita insistirá en la efecto de la mera exposición y la memoria
recuperación de los estímulos presentados implícita. Para ello, intentaron replicar la di-
previamente. Para cumplir este criterio, el sociación habitual entre el afecto de la me-
investigador debe además identificar ciertas ra exposición y la memoria de reconoci-
variables que influyan en un tipo de prueba miento en función del tiempo de exposición
pero no en la otra, de forma que puedan apa- de los estímulos (Seamon et al. 1983a,
recer disociaciones entre los resultados de la 1983b, 1984). Además, estudiaron otras va-
prueba implícita y explícita. riables que podrían mostrar disociaciones
Los estudios sobre el efecto de la mera entre los juicios de afecto y de reconoci-
exposición a estímulos, a los que acabamos miento. De este modo, pretendían propor-
de referirnos, satisfacen los dos criterios cionar una prueba más directa de que el
propuestos por Schacter et al (1989). Por un efecto de la mera exposición es el resultado
lado, los estímulos presentados en la fase de de la memoria implícita a estímulos previa-
exposición (conocida en la literatura como mente presentados. A la hora de buscar cuá-

560 Psicothema, 1998


SOLEDAD BALLESTEROS

les podrían ser estas variables, Seamon y En el siguiente experimento, Seamon y


colaboradores se basaron en la investiga- colaboradores intentaron replicar los resul-
ción de Schacter, Cooper y sus colegas so- tados de Schacter et al. sobre la influencia
bre memoria implícita para objetos visuales del tipo de codificación del estímulo sobre
posibles e imposibles (e.g., Cooper, Schac- la memoria implícita y explícita utilizando
ter, Ballesteros y Moore, 1992; Schacter et la tarea de la preferencia afectiva. Los re-
al. 1990; Schacter, Cooper, Delaney, Peter- sultados mostraron que la codificación glo-
son y Tharan, 1991) con el fin de detectar bal de los estímulos produjo mejores resul-
qué variables mostraban la existencia de di- tados en la tarea de la preferencia afectiva
sociaciones entre la tarea implícita de deci- que la codificación local. Sin embargo, los
sión del objeto (indicar si un objeto no fa- resultados de Schacter et al. (1990) no mos-
miliar es posible o imposible) y la tarea ex- traron diferencias entre un tipo de codifica-
plícita de reconocimiento (indicar si se trata ción y otro. La variable número de exposi-
de un estímulos presentado previamente o ciones mostró disociaciones entre el recono-
no). Según Seamon, si los juicios afectivos cimiento y los resultados de la tarea de los
y la actuación en la tarea de decisión del ob- juicios de preferencia, lo mismo que Schac-
jeto se basan en las mismas representacio- ter et al. (1991) encontraron en la tarea de
nes mentales sobre las que descansa la me- decisión del objeto. El número de exposi-
moria implícita, deberían encontrar el mis- ciones no influyó ni el la tarea de decisión
mo tipo de disociaciones entre los resulta- del objeto empleada por Schacter y sus co-
dos de la prueba de reconocimiento y la legas para evaluar la memoria implícita ni
prueba de preferencia afectiva que las que sobre los juicios de preferencia. Por el con-
habían obtenido Schacter, Cooper y sus co- trario, el reconocimiento explícito fue mejor
legas entre las pruebas de decisión del obje- en ambos casos cuando el número de expo-
to y de reconocimiento. siciones fue mayor.
Seamon y colaboradores utilizaron algu- Al contrario que Schacter y sus colegas
nos de los objetos posibles e imposibles de (Cooper et al. 1992; Schacter el al., 1990,
Schacter, Cooper y sus colegas. En la fase 1991), Seamon et al. encontraron efectos de
de estudio, presentaron cada objeto cinco preferencia tanto para objetos posibles co-
veces en cinco órdenes diferentes estableci- mo para imposibles. La segunda diferencia
dos al azar. Durante esta fase, cada grupo de fue que la codificación local frente a global
observadores recibió un tiempo de exposi- influyó en la memoria implícita evaluada
ción diferente consistente en 2, 4 y 6 ms. con la prueba de decisión del objeto, pero
Los resultados obtenidos indicaron que los no en la prueba de preferencia afectiva. A la
observadores a los que se expusieron los es- vista de estos resultados, los autores conclu-
tímulos durante 4 ms mostraron una pre- yeron que aunque el efecto de la mera ex-
ferencia mayor para los estímulos presenta- posición es el resultado de la memoria im-
dos durante la fase de estudio que para los plícita parece que está basado en un tipo de
distractores, pero no reconocieron los estí- representaciones implícitas diferentes a las
mulos presentados en la fase de estudio. Es- que parecen subyacer a la memoria implíci-
te resultado replica los obtenidos en la in- ta evaluada a través de la prueba implícita
vestigación sobre el efecto de preferencia de decisión del objeto. Según Seamon, pa-
afectiva. Veinte ms (5 exposiciones de 4 ms rece que hacen falta varios segundos para
cada una) parecen suficientes para mostrar generar una representación de la estructura
la existencia de preferencia afectiva en au- global del objeto mientras es posible que
sencia de reconocimiento consciente. puedan generarse representaciones estructu-

Psicothema, 1998 561


PREFERENCIA AFECTIVA Y PRIMING EMOCIONAL

rales de las partes posibles de los objetos, atribuciones (Schwarz y Clore, 1996, para
tanto posibles como imposibles, en un tiem- una revisión). Sin embargo, no se ha de-
po mucho más breve. Seamon ha interpreta- mostrado hasta el momento que el modelo
do los resultados obtenidos en su investiga- «afecto-como-información» pueda explicar
ción sobre el efecto de preferencia dentro el priming subliminal. Dentro de esta pers-
del marco del sistema de representación es- pectiva, las influencias afectivas se atribu-
tructural propuesto por Schacter y Cooper yen a que los juicios están basados en esta-
(Cooper et al. 1992; Schacter, et al. 1990, dos afectivos conscientes. Cuando los suje-
1991). De acuerdo con esta interpretación, tos tienen que realizar una tarea compleja,
es posible que prefiramos los objetos que lo que hacen es basarse en su reacción sub-
hemos visto previamente (tanto posibles co- jetiva hacia el estímulo, pudiéndose equivo-
mo imposibles) porque el sistema de repre- car sobre los sentimientos preexistentes. Es-
sentación estructural es capaz de calcular to daría lugar a más evaluaciones positivas
las descripciones estructurales de los obje- cuando se está en un estado de ánimo posi-
tos posibles y las descripciones estructura- tivo en vez de negativo. Aunque el modelo
les de las partes posibles de los objetos im- del afecto-como-información puede dar
posibles. cuenta de la congruencia de estado de áni-
Resultados semejantes se han encontrado mo, tiene que ser suplementado con otras te-
también cuando la memoria implícita se ha orías (Forgas, 1995).
evaluado mediante juicios de complejidad Zajonc y sus colegas han estudiado la in-
(Gooding, Mayes y Meudell, 1997). Patro- fluencia del afecto no consciente sobre el
nes previamente expuestos fueron juzgados priming (la forma más frecuente de evaluar
por los observadores como menos comple- la memoria implícita). La técnica utilizada
jos que otros patrones semejantes nuevos. consiste en presentar una fotografía de una
Otros investigadores han utilizado juicios cara sonriendo durante muy poco tiempo (4
sobre la experiencia subjetiva como pruebas ms). A continuación, se presenta un estímu-
indirectas (implícitas) de otros procesos. Por lo neutro, o no relacionado con el anterior
ejemplo, la altura percibida de un ruido de (por ejemplo, un ideograma chino), diga-
fondo fue menor cuando los observadores mos, durante 1 segundo. El resultado es que
tenían que contestar a preguntas con carga el pictograma chino recibe mejor valoración
emocional que a preguntas neutras (Jacoby, afectiva cuando aparece precedido por la
Lindsay y Toth, 1992). Jacoby y sus colegas cara sonriente que cuando no se presenta
han informado también de la existencia de ningún estímulo, o cuando le precede una
otras ilusiones basadas en la memoria que cara enfadada (Murphy y Zajonc, 1993;
amplían la lista de los juicios de preferencia Murphy, Monahan y Zajonc, 1995; Winkiel-
afectiva. Así, la presentación previa de una man, Zajonc y Schwarz, 1997). Lo curioso
serie de nombres aumenta la familiaridad de es que cuando el prime se presenta en con-
los mismos lo que, a su vez, produce un au- diciones supraliminares y, por tanto, los ob-
mento en la fama atribuida a dichos nombres servadores son conscientes de su presenta-
(Jacoby, Woloshyn y Kelley, 1989). ción, no se produce priming; esto es, las
evaluaciones de los pictogramas no varían
Priming afectivo: Juicios evaluativos en función de que hayan sido o no presenta-
o primacía del afecto das previamente. Zajonc (1994) explica es-
tos resultados paradójicos asumiendo que el
Una serie de estudios han informado de priming con estímulos subliminales supone
la influencia de los estados afectivos en las la participación de una especie de afecto in-

562 Psicothema, 1998


SOLEDAD BALLESTEROS

consciente. Se trataría de un tipo de afecto de que iban a ser expuestos a primes subli-
diferente al afecto en el que se basa la valo- minales, pero no sobre su naturaleza (positi-
ración cognitiva (Lazarus, 1991). va o negativa) fueron los que mostraron un
Winkielman et al. (1997) han puesto a mayor efecto. Los autores apuntan a que en
prueba un aspecto específico de la relación esta condición es posible que las instruccio-
entre afecto y cognición; concretamente, la nes crearan un estado de expectación que
hipótesis de que la exposición a estímulos hiciera que los sujetos atendieran más a los
afectivos presentados por debajo del umbral estímulos. Los autoinformes de los sujetos
de la conciencia influye en la evaluación de indicaron que no habían sido conscientes de
estímulos no relacionados y que esta eva- haber experimentado ningún sentimiento
luación no depende de procesos atribucio- hacia los estímulos o hacia los primes. Se-
nales (cognitivos). Para ello, manipularon el gún los autores, es posible que como en es-
priming afectivo sin conciencia y las atribu- te experimento la valencia afectiva del pri-
ciones de los observadores. Según Zajonc, me varió de ensayo a ensayo, resultara muy
los procesos afectivos tempranos son auto- difícil seguir todas las reacciones. En otro
máticos y no están representados como sen- experimento, con el fin de aumentar y pro-
timientos conscientes. La hipótesis de la pri- longar las reacciones afectivas, presentaron
macía afectiva predice que el priming subli- secuencias de cinco ensayos en los que el
minal afectivo es independiente de los pro- prime aparecía siempre con la misma valen-
cesos atribucionales. Winkielman y sus co- cia a la vez que pusieron música que había
legas informaron a los observadores en al- mostrado tener éxito en otros estudios e in-
gunas condiciones de que iban a ser expues- formaron a los sujetos que la música les
tos a primes subliminales que podían produ- produciría sentimientos positivos o negati-
cir en ellos a algún sentimiento. De acuerdo vos, según la condición experimental. Los
con la condición experimental, informaron resultados replicaron de nuevo la existencia
a tres grupos independientes de observado- de priming subliminal afectivo que no res-
res de que iban a experimentar un afecto po- pondió a la manipulación de las atribucio-
sitivo, negativo, o no se les informó sobre la nes. Las respuestas al autoinforme mostra-
valencia del afecto. Estas atribuciones se ron que los sujetos no fueron conscientes de
cruzaron con la valencia de los estímulos haber experimentado reacciones afectivas a
que actuaban como primes subliminales los primes aunque si percibieron los cam-
(caras expresando felicidad o enfado). Los bios afectivos producidos por la música.
resultados mostraron priming afectivo, con Los resultados mostraron priming afectivo
lo que replicaron los resultados de Murphy que resultó ser independiente del tiempo de
y Zajonc (1993). respuesta.
El resultado más importante del estudio En general, los resultados son consis-
fue que la manipulación de las atribuciones tentes con el modelo de Zajonc. Parece po-
no influyó sobre el priming afectivo. Los sible la influencia afectiva en juicios eva-
sujetos informados de que estímulos (pri- luativos sin la necesidad del papel mediador
mes) no perceptibles podían influir en sus de la experiencia emocional. Sin embargo,
juicios no se diferenciaron de los no infor- varios datos del estudio de Winkielman y
mados, y tampoco se observó el aumento o sus colegas no son totalmente compatibles
la disminución del efecto en los grupos in- con la versión fuerte de la tesis de la inde-
formados de forma inconsistente o con- pendencia entre afecto y procesos cogniti-
sistente con la valencia (positiva o negativa) vos defendida por Zajonc. Por ejemplo, los
del prime. Además, los sujetos informados sujetos retuvieron la evaluación formada

Psicothema, 1998 563


PREFERENCIA AFECTIVA Y PRIMING EMOCIONAL

previamente ya que los juicios a los estímu- han identificado una serie de redes neurales
los en el segundo bloque estaban correlacio- y de neurotransmisores implicados en la
nados positivamente con los mismos estí- emoción (e.g., Agleton y Minsky, 1986; Le-
mulos del primer bloque incluso aunque en Doux, 1987, LeDoux, 1995; Pankepp,
el segundo bloque los estímulos se empare- 1986). La mayor parte de los conocimientos
jaron con primes afectivos opuestos. Ade- disponibles hasta ahora proceden de estu-
más, la fuerza del priming varió con la res- dios animales. La emoción que más se ha
puesta a la música. Estos resultados parecen estudiado a nivel neuropsicológico ha sido
más compatibles con la interacción entre el el miedo. Su elección se debe a que esta
afecto y procesos cognitivos de bajo nivel emoción está presente en la vida del indivi-
que con la tesis de la independencia total. duo prácticamente desde el momento de na-
Forgas (1995) ha propuesto un modelo cer y se trata de una emoción básica que se
multiproceso de infusión de afecto según el da en todas las culturas, y que existe tanto
cual las personas adoptan distintas estrate- en la especie humana como en los vertebra-
gias en función de una serie de variables dos. La Figura 2 muestra un esquema de las
contextuales. El modelo distingue cuatro ti- dos redes neurales implicadas en la activa-
pos de estrategias disponibles para compu- ción de las emociones: la red subcortical y
tar un juicio, dos de bajo nivel (de acceso la red corticolímbica. El elemento central de
directo, motivacional) y otras dos de alto ni- estas dos redes neurales es la amigdala, una
vel (heurístico, substantiva). La estrategia pequeña estructura nerviosa del tamaño
del acceso directo es la forma más sencilla aproximado de una almendra, situada deba-
de producir un juicio que suponga la recu- jo de cada lóbulo temporal. Esta pequeña
peración directa de una evaluación pree- estructura está directamente implicada en
xistente. Esta estrategia está basada en la re- muchas funciones emocionales. Ciertos de-
cuperación directa de juicios preexistentes. sórdenes mentales como las fobias o la an-
La estrategia del procesamiento motivado siedad parecen deberse al mal funciona-
se utilizaría cuando existieran presiones miento de la amígdala. Hasta el momento,
motivacionales específicas para que se pro- se conoce bastante mejor la función de la
duciera un juicio particular. Un ejemplo pa-
radigmático sería cuando las preferencias Corteza cerebral
vienen a guiar nuestras inferencias (Zajonc,
1980). La estrategia heurística se utilizaría
Tálamo Amígdala Hipocampo
cuando se quiere construir un juicio utili-
zando atajos. Finalmente, la estrategia de
procesamiento substantivo se emplearía Hipotálamo
cuando hay que recurrir a un procesamiento Tronco
cerebral
selectivo y constructivo de la información
disponible y hay que basarse en una serie de
Estímulos Estímulos
procesos de memoria y de aprendizaje. sensoriales sensoriales Emoción
externos internos
Conducta Actividad Actividad
emocional SNA hormonal
El sustrato neural de la emoción
Red corticolímbica
Red subcortical (tálamo - amígdala)
Varios equipos de neurobiólogos están
estudiando los circuitos emocionales del ce- Figura 2. Representación esquemática de las redes
rebro implicados en las reacciones emocio- neurales de la emoción: La red cortico-límbica y la red
nales. Hasta el momento, las neurociencias subcortical, según LeDoux.

564 Psicothema, 1998


SOLEDAD BALLESTEROS

amígdala en la emoción de miedo que la paz de reconocer otras características de


función que desempeña en otras emociones, mismos, lo que parece sugerir que existe un
a pesar de que parece estar implicada en mecanismo encargado de computar el signi-
emociones con valencia tanto positiva como ficado afectivo de los estímulos y que esté
negativa. Otras estructuras nerviosas dife- mecanismo es independiente, al menos has-
rentes como el hipocampo y las áreas corti- ta cierto punto, de otro tipo de procesos.
cales de asociación están implicadas espe- Otros resultados recientes en el campo de
cialmente en los procesos cognitivos (me- las neurociencias parecen consistentes con
moria, lenguaje). Además de la vía cortico- la existencia de una ruta emocional directa y
límbica, que conecta la estimulación exte- con la idea de que los circuitos emocionales
rior con el tálamo, la corteza prefrontal, la de la amígdala (utilizando posiblemente la
amígdala, el hipocampo y el hipotálamo, red subcortical mostrada en la Figura 2) per-
existe otra vía mucho más rápida que co- miten el procesamiento de expresiones fa-
necta directamente la información propor- ciales aunque no se reconozcan (Adohls,
cionada por los estímulos sensoriales con el Tranel, Damasio, y Damasio, 1994). Este ti-
tálamo y la amígdala. La red subcortical po de procesamiento inconsciente puede ser
puede activar emociones sin que intervenga el responsable de ciertos sesgos no cons-
la corteza cerebral (LeDoux, 1987). Esta vía cientes encontrados en sujetos normales en
parece que permite, al menos, que alguna tareas de toma de decisiones (Bechara, Da-
parte de la información de los estímulos masio, Tranel, y Damasio, 1997).
pueda ser procesada rápidamente y ponga al Los resultados revisados son consistentes
individuo en disposición de responder con con el modelo propuesto por Murphy y Za-
eficacia a los peligros del medio, antes in- jonc (1993) y por Öhman, Dimberg y Este-
cluso de que la corteza pueda interpretar ves (1989) del continuo de conciencia. Se-
plenamente su significado. Pero la amigda- gún estos modelos, el afecto se procesa
la influye también en el procesamiento cor- pronto en el sistema de procesamiento de la
tical cognitivo a través de la red corticolím- información. Con exposiciones del estímulo
bica con un mayor número de sinapsis. Esta más largas es posible que nueva informa-
forma de activación es más lenta pero pro- ción supere el afecto temprano. Los descu-
porciona una información mucho más com- brimientos neurofisológicos recientes han
pleta sobre el estímulo. Para una explica- proporcionado un apoyo convergente a la
ción detallada sobre la participación de la idea de que existen procesos afectivos tem-
emoción en la toma de decisiones, ver Si- pranos que pueden ser independientes de los
món (1997). Lo importante para el tema que procesos cognitivos, aunque unos y otros
nos ocupa, es que la activación de la emo- interaccionan continuamente. El descubri-
ción a través de la vía subcortical (tálamo- miento de LeDoux (1987) de una ruta direc-
amigdala) tiene un claro valor de supervi- ta entre la amígdala y el tálamo permite a
vencia al permitir al individuo que emita aquella responder unos 40 ms más rápida-
una respuesta rápida ante situaciones de pe- mente que al hipocampo. Esta red puede ha-
ligro, mucho antes de que sea consciente del cer posible que prefiramos algo antes de sa-
mismo. Un estudio realizado con un pacien- ber exactamente lo que es, o que huyamos
te con cerebro dividido ha proporcionado de prisa antes de que podamos comprender
evidencia compatible con esta interpreta- el verdadero peligro que puede entrañar un
ción (Làdavas, Cimatti, Del Pesce, y Tuoz- ruido extraño.
zi, 1993). Este paciente, reconoció el valor En resumen, la investigación ha puesto
emocional de los estímulos pero no fue ca- de manifiesto un número de fenómenos que

Psicothema, 1998 565


PREFERENCIA AFECTIVA Y PRIMING EMOCIONAL

resultan difíciles de explicar si no se supone 1994; Schacter, 1987; Seamon et at. 1995;
la existencia de algún tipo de afecto no Squire, 1992).
consciente. Fenómenos como el incremento La investigación realizada por Schacter,
del afecto positivo como resultado de la ex- Cooper y sus colegas sobre la memoria im-
posición subliminal repetida (Kunst-Wilson plícita se ha relacionado con el efecto de la
y Zajonc , 1980; Seamon et al, 1994), el pri- exposición (no reforzada ) a estímulos (Se-
ming afectivo inconsciente (Kitayama, amon et al. 1995), mostrando efectos com-
1991; Murphy, Monahan y Zajonc, 1995; parables en cuanto a las disociaciones entre
Murphy y Zajonc, 1993, 1995; Winkielman los juicios de afecto y de reconocimiento.
et al, 1997), o la percepción subliminal Estos resultados pueden sugerir que el efec-
(Shevrin, 1990), requieren que se apele a la to está basado en la memoria implícita. Sin
activación no consciente del afecto para po- embargo, como Seamon y sus colegas han
der explicarlos. encontrado este efecto tanto para objetos
posibles como imposibles (resultado que
Conclusiones nunca había obtenido Schacter y sus colegas
en ninguno de sus estudios), podría estar ba-
Después de años de olvido, se observa en sado en un tipo diferente de representacio-
el psicología actual un interés creciente por nes de la memoria implícita que las utiliza-
el estudio de los procesos psicológicos in- das en la tarea implícita de decisión del ob-
conscientes. Como señalan Kihlstrom y co- jeto.
laboradores (1992), el concepto de incons- Una característica de la memoria implí-
ciente se está ampliando considerablemente cita es que no se ve afectada por la variable
ya que incluye áreas de estudio como la per- niveles de procesamiento, lo que sugiere
cepción, la memoria implícita, el pensamien- que las representaciones que soportan el
to, el aprendizaje y la emoción implícita. priming son de naturaleza presemántica
En el ámbito de la emoción, la investiga- (e.g., Reales y Ballesteros, submitted;
ción ha mostrado que el efecto de la mera Schacter et al., 1990). Dado que el efecto
exposición se trata de un efecto potente y de la preferencia afectiva parece tratarse de
replicable (Zajonc, 1968) que se produce una forma de memoria implícita, tendría
cuando las exposiciones repetidas del estí- sentido suponer que la interacción afecto-
mulo son breves, los estímulos se presentan cognición, de producirse, sería de naturale-
entremezclados, el número de exposiciones za presemántica. Los resultados de las dife-
del mismo estímulo no es demasiado gran- rentes líneas de investigación revisadas pa-
de, y los estímulos son complejos. Parece recen sugerir que puede accederse a ciertas
que la relación entre la presentación repeti- formas de emoción básica sin necesidad de
da y la preferencia afectiva se produce la mediación de procesos cognitivos de alto
siempre que se evite el aburrimiento, nivel. Las emociones pueden representar
(Bornstein, 1989). Este efecto se ha obteni- una ayuda valiosa en el proceso de toma de
do con estímulos subliminales que los ob- decisiones. Los fenómenos de la mera ex-
servadores son incapaces de reconocer posición y del priming emocional parecen
conscientemente como estímulos presenta- consistentes con la existencia de una cierta
dos previamente (Kunst-Wilson y Zajonc, independencia entre las emociones y los
1980). Este resultado ha sido replicado en procesos cognitivos, al menos en los prime-
numerosas ocasiones y varios teóricos han ros momentos del procesamiento de la in-
considerado este efecto como una forma de formación. Algunos avances recientes de
memoria implícita (Klinger y Greenwald, las neurociencias son consistentes con esta

566 Psicothema, 1998


SOLEDAD BALLESTEROS

interpretación. El descubrimiento de una Agradecimientos


red subcortical que une el tálamo con la
amígdala permite que ésta capte rápida-
La preparación de este trabajo se ha realizado
mente información del medio, poco elabo-
dentro del proyecto PB94-0393 financiado por la
rada, y que responda con prontitud ante una
situación comprometida. Esta respuesta ca- DGICYT. Enviar correspondencia sobre este tra-
si automática, de manifiesto valor adaptati- bajo a Soledad Ballesteros, Departamento de Psi-
vo, puede ayudar al individuo a salvar su cología Básica II. Universidad Nacional de Edu-
vida al reaccionar rápidamente ante la si- cación a Distancia. Ciudad Universitaria, 28040.
tuación de alarma. Madrid, Spain. E-mail: sballest ( cu.uned.es

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