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Nombre: Curso.
Puntaje:
“Yo he vivido toda mi vida en el campo y nunca en mi vida vi un huaso vestido así hasta que
llegue a la ciudad, ni en las ramadas, ni en los torneos, ni en misa, ni en velorio, ni en rodeo, ni
en ninguna parte, porque el huaso elegante y la cueca de salón y el famoso rodeo son un invento
de la élite terrateniente, una ficción creada e impuesta por la dictadura para hacernos creer que
este invento representa a la chilenidad.
El patrón podía costearse una manta de 200 mil pesos y darse el lujo de aplastar un par de sus
miles de novillos contra una cerca para divertirse, podía bailar de punta en blanco con alguna
de sus chinas (empleadas o esposas de sus empleados) para después llevársela a la cama
como si tuviera derecho de pernada. El huaso que jamás plantó un puñado de trigo, que nunca
sacó una papa, que nunca cargo un saco, ni herró un caballo, que nunca ayudo a parir a una
yegua, ni ordeñó una vaca, porque tenía un ejército de peones e inquilinos mal pagados a su
servicio que cultivaban por migajas una tierra ajena.
Y esta cultura huasa que sólo representa al valle de la zona central, una mínima porción del
país más largo del mundo. En el walmapu nunca se bailó una cueca hasta la invasión de la
Araucanía, en Magallanes hay gauchos y no huasos, en Tarapacá se baila caporal y hay más
semejanza entre ellos y los peruanos que con estos huasos de Hacienda.
Esta farsa no respeta ni la regionalización, ni los pueblos originarios, ni las colonias de
inmigrantes, queriendo imponernos un mito a todos único y opresivo de Arica a punta Arenas.
El rodeo debe quedar en el pasado al igual que toda su farsa mitológica.”
Nombre: Curso.
Puntaje:
“Yo he vivido toda mi vida en el campo y nunca en mi vida vi un huaso vestido así hasta que
llegue a la ciudad, ni en las ramadas, ni en los torneos, ni en misa, ni en velorio, ni en rodeo, ni
en ninguna parte, porque el huaso elegante y la cueca de salón y el famoso rodeo son un invento
de la élite terrateniente, una ficción creada e impuesta por la dictadura para hacernos creer que
este invento representa a la chilenidad.
El patrón podía costearse una manta de 200 mil pesos y darse el lujo de aplastar un par de sus
miles de novillos contra una cerca para divertirse, podía bailar de punta en blanco con alguna
de sus chinas (empleadas o esposas de sus empleados) para después llevársela a la cama
como si tuviera derecho de pernada. El huaso que jamás plantó un puñado de trigo, que nunca
sacó una papa, que nunca cargo un saco, ni herró un caballo, que nunca ayudo a parir a una
yegua, ni ordeñó una vaca, porque tenía un ejército de peones e inquilinos mal pagados a su
servicio que cultivaban por migajas una tierra ajena.
Y esta cultura huasa que sólo representa al valle de la zona central, una mínima porción del
país más largo del mundo. En el walmapu nunca se bailó una cueca hasta la invasión de la
Araucanía, en Magallanes hay gauchos y no huasos, en Tarapacá se baila caporal y hay más
semejanza entre ellos y los peruanos que con estos huasos de Hacienda.
Esta farsa no respeta ni la regionalización, ni los pueblos originarios, ni las colonias de
inmigrantes, queriendo imponernos un mito a todos único y opresivo de Arica a punta Arenas.
El rodeo debe quedar en el pasado al igual que toda su farsa mitológica.”
2.- ¿Qué semejanzas hay entre la vida en el campo y la vida en las fábricas?
CONTROL DIARIO HISTORIA Y CS SOCIALES.
Nombre: Curso.
Puntaje:
“Yo he vivido toda mi vida en el campo y nunca en mi vida vi un huaso vestido así hasta que
llegue a la ciudad, ni en las ramadas, ni en los torneos, ni en misa, ni en velorio, ni en rodeo, ni
en ninguna parte, porque el huaso elegante y la cueca de salón y el famoso rodeo son un invento
de la élite terrateniente, una ficción creada e impuesta por la dictadura para hacernos creer que
este invento representa a la chilenidad.
El patrón podía costearse una manta de 200 mil pesos y darse el lujo de aplastar un par de sus
miles de novillos contra una cerca para divertirse, podía bailar de punta en blanco con alguna
de sus chinas (empleadas o esposas de sus empleados) para después llevársela a la cama
como si tuviera derecho de pernada. El huaso que jamás plantó un puñado de trigo, que nunca
sacó una papa, que nunca cargo un saco, ni herró un caballo, que nunca ayudo a parir a una
yegua, ni ordeñó una vaca, porque tenía un ejército de peones e inquilinos mal pagados a su
servicio que cultivaban por migajas una tierra ajena.
Y esta cultura huasa que sólo representa al valle de la zona central, una mínima porción del
país más largo del mundo. En el walmapu nunca se bailó una cueca hasta la invasión de la
Araucanía, en Magallanes hay gauchos y no huasos, en Tarapacá se baila caporal y hay más
semejanza entre ellos y los peruanos que con estos huasos de Hacienda.
Esta farsa no respeta ni la regionalización, ni los pueblos originarios, ni las colonias de
inmigrantes, queriendo imponernos un mito a todos único y opresivo de Arica a punta Arenas.
El rodeo debe quedar en el pasado al igual que toda su farsa mitológica.”
1.- ¿Cuáles son las ideas centrales del texto? Explica y enumera cada una de ellas.
CONTROL DIARIO HISTORIA Y CS SOCIALES.
Nombre: Curso.
Puntaje:
“Yo he vivido toda mi vida en el campo y nunca en mi vida vi un huaso vestido así hasta que
llegue a la ciudad, ni en las ramadas, ni en los torneos, ni en misa, ni en velorio, ni en rodeo, ni
en ninguna parte, porque el huaso elegante y la cueca de salón y el famoso rodeo son un invento
de la élite terrateniente, una ficción creada e impuesta por la dictadura para hacernos creer que
este invento representa a la chilenidad.
El patrón podía costearse una manta de 200 mil pesos y darse el lujo de aplastar un par de sus
miles de novillos contra una cerca para divertirse, podía bailar de punta en blanco con alguna
de sus chinas (empleadas o esposas de sus empleados) para después llevársela a la cama
como si tuviera derecho de pernada. El huaso que jamás plantó un puñado de trigo, que nunca
sacó una papa, que nunca cargo un saco, ni herró un caballo, que nunca ayudo a parir a una
yegua, ni ordeñó una vaca, porque tenía un ejército de peones e inquilinos mal pagados a su
servicio que cultivaban por migajas una tierra ajena.
Y esta cultura huasa que sólo representa al valle de la zona central, una mínima porción del
país más largo del mundo. En el walmapu nunca se bailó una cueca hasta la invasión de la
Araucanía, en Magallanes hay gauchos y no huasos, en Tarapacá se baila caporal y hay más
semejanza entre ellos y los peruanos que con estos huasos de Hacienda.
Esta farsa no respeta ni la regionalización, ni los pueblos originarios, ni las colonias de
inmigrantes, queriendo imponernos un mito a todos único y opresivo de Arica a punta Arenas.
El rodeo debe quedar en el pasado al igual que toda su farsa mitológica.”
CONTROL DIARIO HISTORIA Y CS SOCIALES.
Nombre: Curso.
Puntaje:
“Yo he vivido toda mi vida en el campo y nunca en mi vida vi un huaso vestido así hasta que
llegue a la ciudad, ni en las ramadas, ni en los torneos, ni en misa, ni en velorio, ni en rodeo, ni
en ninguna parte, porque el huaso elegante y la cueca de salón y el famoso rodeo son un invento
de la élite terrateniente, una ficción creada e impuesta por la dictadura para hacernos creer que
este invento representa a la chilenidad.
El patrón podía costearse una manta de 200 mil pesos y darse el lujo de aplastar un par de sus
miles de novillos contra una cerca para divertirse, podía bailar de punta en blanco con alguna
de sus chinas (empleadas o esposas de sus empleados) para después llevársela a la cama
como si tuviera derecho de pernada. El huaso que jamás plantó un puñado de trigo, que nunca
sacó una papa, que nunca cargo un saco, ni herró un caballo, que nunca ayudo a parir a una
yegua, ni ordeñó una vaca, porque tenía un ejército de peones e inquilinos mal pagados a su
servicio que cultivaban por migajas una tierra ajena.
Y esta cultura huasa que sólo representa al valle de la zona central, una mínima porción del
país más largo del mundo. En el walmapu nunca se bailó una cueca hasta la invasión de la
Araucanía, en Magallanes hay gauchos y no huasos, en Tarapacá se baila caporal y hay más
semejanza entre ellos y los peruanos que con estos huasos de Hacienda.
Esta farsa no respeta ni la regionalización, ni los pueblos originarios, ni las colonias de
inmigrantes, queriendo imponernos un mito a todos único y opresivo de Arica a punta Arenas.
El rodeo debe quedar en el pasado al igual que toda su farsa mitológica.”