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LA HONESTIDAD

Honestidad es la virtud que consiste en decir la verdad, ser decente, recatado,


razonable y justo. Desde un punto de vista filosófico, es una cualidad humana
que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente (coherencia). Se
refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra,
tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra.
Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de ánimo, integridad
con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por sobre todas las
cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas en la
comunidad en la cual vive.
En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple
respeto a la verdad en relación con el mundo exterior, los hechos y las
personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el
sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.

Honestidad y honradez, términos originariamente distintos, se han


aproximado con el lapso del tiempo y la influencia del idioma inglés; de tal
modo que se está produciendo una suerte de refundición de ambos para aludir
a la definición de honradez, siendo ésta sólo una de las acepciones del vocablo
"honestidad".
En su nivel más superficial, el Li, son todas aquellas acciones realizadas por una
persona con objeto de construir la sociedad ideal, y destinadas a cumplir sus
deseos, ya sea a corto plazo (malo) o a largo plazo (bien). Admitir que se busca
la gratificación inmediata, con todo, puede contribuir a transformar un acto
malo en uno peor, del mismo modo que ocultar las intenciones a largo plazo
puede empeorar una buena acción. Un principio fundamental en esta teoría
es la de que una buena persona debe mostrar sus sentimientos sinceramente
en su rostro, de forma que facilite la coordinación de todos en la consecución
de mejoras a largo plazo. Esta sinceridad, que abarca incluso a la propia
expresión facial, ayuda a lograr la honestidad con uno mismo, y a que las
actividades humanas resulten más predecibles, amigables y placenteras. En
esta primera versión, la honestidad se logra buscando únicamente el propio
beneficio.
Las obligaciones surgen de los cuatro principios (virtudes cardinales) que, de
forma unida y mutuamente dependientes, conforman la honestidad:
Prudencia (y sabiduría): de aquí la obligación de descubrir la verdad
(distinguir los actos buenos de los malos y el conocimiento teórico en
general)
Justicia (y beneficencia): de aquí la obligación de mantener la unión y
sociedad entre los hombres (tanto no dañar a los demás como servir a
los demás)
Fortaleza: de aquí la obligación de mantener la grandeza y excelencia
del ánimo para realizar las acciones.
Templanza: de aquí la obligación de mantener el orden, moderación y
constancia de los actos.
CUENTO DE LA HONESTIDAD
Hubo una vez un emperador que convoco a todos los solteros del reino pues
era tiempo de buscar pareja a su hija. Todos los jóvenes asistieron y el rey les
dijo: "Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6
meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta
más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino".
Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla pero no germinaba,
mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y
mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.
Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con
hermosas y bellas plantas. El joven estaba demasiado triste pues su semilla
nunca germinó, ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que
debía ir pues era un participante y debía estar allí. Con la cabeza baja y muy
avergonzada, desfiló al último hacia el palacio con su maceta vacía. Todos los
jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y
burla, en ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey,
todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas
las macetas admirando las plantas. Finalizada la inspección hizo llamar a su
hija, y llamó de entre todos al joven que llevó su maceta vacía, atónitos, todos
esperaban la explicación de aquélla acción. El rey dijo entonces: "Este es el
nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les
dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras
plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta
vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que un futuro rey debe tener
y que mi hija merece". Moraleja: "La honestidad, será por siempre una virtud".

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