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SANACIÓN

INTERGENERACIONAL
Padre Robert De Grandis

Consejo del Padre Robert DeGrandis:


“Tómalo con calma: La oración puede
parecer algo abrumadora y puede
sensibilizar algunas áreas dolorosas. Tómalo
con calma. Relájate y recuerda que Jesús es
el arqueólogo. Tu no tienes que cavar. El
Espíritu Santo sacará a la superficie lo que
esté preparado para ser sanado”
* * *
ORACIÓN
NACIDO PARA SER
LIBRE: Señor Jesús, gracias por tu
presencia hoy. Se que me amas y que me
estás llamando por mi nombre. Viniste a
liberar a los cautivos. Gracias por Tu amor y
Tu piedad que me liberan constantemente de
vínculos y me llenan de Tu vida abundante.
Yo te alabo, te bendigo y te adoro. Me pongo
bajo tu protección, Señor, y me cubro con Tu
Preciosa Sangre y pido a los Ángeles, a los
santos y a Tu Madre Bendita que intercedan
por mi.
“Él te libra del lazo del cazador
que busca destruirte; te cubre con sus
alas y será su plumaje tu refugio” (Sal.
91, 3 – 4)

AUNQUE TU ME HAYAS
HERIDO: Señor, me sumerjo en un
perdón profundo para limpiarme de cualquier
raíz de amargura o resentimiento. Centro mi
oración ahora sobre la persona que más me
ha fastidiado en la última semana. Perdono a
esa persona desde lo más profundo de mi
corazón y bendigo a esa persona. Absuelvo
de toda culpabilidad a cada persona que me
haya herido en el último mes. Jesús, porque
te amo, dogo a esas personas: “Aunque me
hayan herido, yo no los voy a herir. Los
entrego a Jesús, los perdono, los acepto y
los amo tal y como son”. Por un acto de
voluntad, perdono a todos aquellos que me
han herido desde el principio de este año.
Jesús, bendícelos.
“Arranquen de raíz entre ustedes
los disgustos, los arrebatos, el enojo, los
gritos y toda clase de maldad. Por el
contrario, muéstrense buenos y
comprensivos unos con otros,
perdonándose mutuamente, como Dios
los perdonó en Cristo.” (Ef 4, 31 – 32)
POR EL QUE MÁS ME HA
HERIDO: Señor, ahora te ruego por la
persona que más daño me ha hecho en la
vida, la que es como el origen de todo mi
dolor. Elevo esta persona a Ti, para que
reciba Tu bendición.
“Sopórtense y perdónense unos a
otros, si uno tiene motivo de queja contra
otro”. (Col 3, 13)
YO ME PERDONO: Señor
Jesús, te pido la gracia de perdonarme de
verdad por mi mayor pecado, por la mayor
falta de fe en mi relación contigo. Me
perdono por eso, Señor. Tú me has
perdonado y ahora recibo de Ti la gracia de
perdonarme de verdad.
“Que la paz de Cristo reine en sus
corazones” (Co 3, 15)

SEÑOR, TE PIDO PERDÓN


POR ELLOS: Señor, me pongo en Tu
presencia y te pido por todos aquellos que
llevan mi sangre, que no están
perfectamente unidos a Ti. Señor, te pido
perdón por sus culpas. Me uno a la or4ación
de Daniel cuando intercede por su pueblo y
digo: “¡Señor, Dios grande y temible, que
aguardas la alianza y el amor a los que te
aman y observan tus mandamientos.
Nosotros hemos pecado, hemos sido
injustos y rebeldes y nos hemos apartado de
tus mandamientos y de tus leyes” (Dn 9, 4 –
5). “... porque nos hemos sublevado contra
Yahvé. De Él esperamos solamente el
perdón y la misericordia” (vs. 8 – 8). “Ahora,
pues, oh Dios nuestro, escucha la plegaria y
las súplicas de tu siervo, y, por amor de ti
mismo, haz brillar Tu Rostro sobre tu
santuario devastado. Dios mío, inclina tus
oídos y escucha. Abre tus ojos y mira cómo
está arruinada la ciudad sobre la cual ha
sido pronunciado tu Nombre. No nos
apoyamos en nuestras buenas obras, sino
que derramamos nuestras súplicas ante ti,
confiados en tu gran misericordia. Señor,
escucha; Señor, perdona; Señor, atiende.
Obra, Dios mío, no tardes más, por amor de
Ti mismo, ya que tu Nombre ha sido
invocado sobre tu ciudad y tu pueblo”. (vs.
17 – 19)
“Sean constantes en la Oración...”
(Col 4, 2)

JESÚS ES SEÑOR: Señor,


ante ti, confieso que mis antepasados han
podido estar mezclados en ocultismo,
espiritismo, brujería y toda forma de buscar
información en fuentes ocultas. Señor,
perdona. En nombre de Jesús y con el poder
del Espíritu Santo, tomo y uso la autoridad
que Tu me has conferido como cristiano lleno
del Espíritu. Rompo el poder del mal sobre
mis antepasados con esa autoridad; acabo
con todas las maldiciones, brujerías,
hechizos, malos deseos, vudú, magia negra,
secretos hereditarios, conocidos y
desconocidos. Deshago todos los votos
satánicos, pactos, ataduras y vínculos con
fuerzas satánicas, corto la transmisión de
esos vínculos a través de mis antepasados.
Rompo los efectos de todos los vínculos
mentales que haya habido con clarividentes,
astrólogos, mediums, videntes ocultos y
adivinos. Renuncio a cualquier participación
en sesiones de adivinación y cualquier
actividad con las cartas del tarot o tabla
ouija, astrología y juegos ocultos de todo
tipo. Renuncio a todas las formas en que
Satanás me puede tener cogido. Rompo con
las transmisión de todas las obras satánicas
que hayan pasado a través de las
generaciones. Señor, por favor, remueve de
mis antepasados todos los efectos que
hayan podido provocar el estar involucrados
en lo oculto. Recupero cualquier territorio
que haya sido entregado a Satanás por mis
antepasados, y lo coloco bajo el poder de
Jesucristo. Señor, por favor, c rea en mi
familia hombres y mujeres sanos que estén
profundamente comprometidos con Tu
verdad.
“Por eso Dios lo engrandeció y le
concedió el Nombre que está sobre tono
nombre, para que, ante el Nombre de
Jesús, todos se arrodillen en los cielos, en
la tierra y entre los muertos. Y toda
lengua proclame que Cristo Jesús es El
Señor, para gloria de Dios Padre”. (Fil. 2,
9 – 11)
TOCA, CURA Y HAZNOS
NUEVOS: Ahora ruego para que las
aguas de mi Bautismo fluyan a través de
todas las generaciones pasadas, a través de
mi árbol genealógico. Deja que fluya la
Sangre de Jesús, que limpia y da vida, a
través de cada generación; primera,
segunda, tercera, cuarta, quinta, etc., hasta
los primeros tiempos. Deja que la Sangre de
Jesús fluya desde la Cruz a través de todos
los padres y sus hijos hasta la duodécima
generación, tocando y sanando
íntegramente. Ahora coloco la Cruz de
Jesucristo entre mi persona y cada
generación de mis antepasados, y rompo la
transferencia de todas las fuerzas opresoras
de la vida que obran contra mí, en mí o a
través de mí.
“... porque ésta es Mi Sangre, la
Sangre de la Alianza, que es derramada
por una muchedumbre para el perdón de
sus pecados” (Mt. 26, 28)

INTEGRIDAD EN EL
MATRIMONIO: En nombre de
Jesucristo rompo todos los patrones de
profunda infelicidad matrimonial de mi árbol
genealógico. Digo “NO” a toda supresión de
la esposa y a todas las expresiones de falta
de amor en el matrimonio. Paro todo odio,
deseo de muerte, cualquier deseo o
intenciones malas en las relaciones
matrimoniales. Acabo con toda transmisión
de violencia, venganza, rencor, todo
comportamiento negativo, toda infidelidad y
decepción. Pongo fin a toda transmisión
codificada que impide relaciones duraderas.
Renuncio a esquemas de tensión familiar, de
divorcio y falta de sensibilidad, en el nombre
de Jesús; acabo con todos los esquemas
que estén profundamente arraigados en ese
sentirse atrapado en un matrimonio infeliz y
todos los sentimientos de vacío y fracaso.
Padre, perdona a mis familiares por todas las
formas en que han deshonrado el
Sacramento del Matrimonio. Por favor, haz
que en toda mi familia haya muchos
matrimonios bien avenidos, llenos de amor,
fe, fidelidad y cariño.
“No apagarán el amor ni lo
ahogarán océanos ni ríos” ( Cant. 8, 7)

SANANDO NIÑOS
HERIDOS: Señor, ahora disuelvo todos
los esquemas que hirieron a los niños en mi
linaje. Voy contra todas las formas hirientes,
los abortos, embarazos (interrumpidos)
perdidos, embarazos no deseados, bebés
que no hayan sido bienvenidos y
nacimientos concebidos fuera del
matrimonio. Renuncio a todas las formas de
no valorar la vida; rechazo todos los hábitos
de destrucción, abandono y secuestro,
emocional y físico de niños. Digo “no más” a
todos los tipos de partos difíciles o
problemáticos y de gestaciones anormales.
Señor, te pido perdón por todas las formas
en que mis antepasados han ocasionado
daño a los niños. Te pido, Señor Jesús, que
intervengas personalmente, para sanar las
heridas y detengas la continuidad de este
modelo satánico. Padre, haz que la gente de
mi linaje respete y ame a sus hijos y que les
eduquen de forma que te honren. Haz que
los futuros hijos de mi familia sepan lo que
es ser amados profundamente.
“Dejen a esos niños y no les
impidan que vengan a mi porque el
Reino de los Cielos es de los que se
asemejan a los niños” (Mt. 19, 14)

SANACIÓN SEXUAL: De
nuevo me pongo ante Ti, Señor, por los
pecados de mis antepasados. Ahora pongo
fin a todos los caminos profundamente
surcados de pecado sexual. Digo “NO” a
todas las tendencias de exhibición
indecente, violación, fornicación,
masturbación, acoso sexual, incesto y
perversión. Renuncio a toda bestialidad,
masoquismo, sadismo, ninfomanía, lujuria y
prostitución en mi familia. Pongo fin a toda
agresión sexual, desórdenes de mi
personalidad, traumas sexuales y desviación
en el comportamiento. Ordeno a cada
demonio que esté enganchado en estos
esquemas que se marche ahora, en nombre
de Jesús. Tomo la espada del Espíritu Santo
para romper esta cadena de vínculos
malignos. Padre, perdona y trae salud sexual
e integridad donde había enfermedad.
Padre, deja que todo mi linaje tenga una
sexualidad sana. Deja que cada expresión
sexual sea pura y agradable a ti, Señor. Te
bendigo, te adoro y te alabo. Gracias por ver
Tu Luz, Tu integridad y Tu bendición a través
de toda esta área de mi genealogía.
“La voluntad de Dios es que se
hagan santos... que cada uno sepa
buscarse una esposa con santidad y
respeto” (1 Tes. 4, 3 – 4)

SALUD MENTAL: Con el poder


de la Sangre de Jesús rompo todos los
esquemas de enfermedad mental y locura
que puedan estar codificados en mi sistema
ancestral. Rompo todo comportamiento
anormal, antisocial, paranoias,
esquizofrenias, patrones pasivos o
agresivos, desórdenes de la personalidad y
tics nerviosos. Rompo toda la inflexibilidad,
perfeccionismo (obsesivo), patrones de
comportamiento maníaco – depresivo y
rarezas. Interrumpo toda herida y represión
de la masculinidad; llevo a fin todas las
formas generacionales de opresión y daño al
espíritu femenino. Sello los caminos
escondidos de autodestrucción que haya
habido en mi historia familiar. Señor, llena
estas áreas con tu perdón y paz. Padre,
imprime en mi linaje la salud mental y la
integridad. Haz que cada uno tenga la mente
en Cristo. Haz que broten esquemas de
mente clara, equilibrio emocional y
relaciones sanas. Acaba con todos los
modelos profundamente oscuros de pesadez
emocional y espiritual, incapacidad de jugar,
de divertirse y de expresar alegría. Te pido,
Jesús, que entre en mi linaje un espíritu
risueño y alegre. Gracias, Señor Jesús.
“... transfórmense por la
renovación de su mente” ( Ro. 12, 2)

AMOR SIN TEMOR: Ahora


acabo con todas las clases de miedo en mi
árbol genealógico. Tomo autoridad sobre
todo miedo de rechazo y miedo al fracaso.
Digo “NO” a todos los miedos al agua, a los
hombres, a las alturas, a los éxitos o a los
fracasos, al gentío, a las mujeres, a Dios, a
la muerte, a salir del hogar, a lugares
cerrados, a espacios abiertos, a hablar
públicamente, a viajar en avión y al dolor.
Señor, deja que mi familia en todas las
generaciones, sepa que no hay temor en el
amor. Deja que tu amor perfecto llene toda
mi historia familiar y que todo recuerdo de
temor desaparezca. Te alabo, te bendigo,
Señor.
“En el amor no hay temor. El amor
perfecto echa fuera el temor” (1 Jn. 4, 18)

SANANDO HÁBITOS
INCORREGIBLES: Tomo la espada
del Espíritu Santo y corto los efectos de
hábitos incorregibles. Pongo fin a todas las
formas de adicción al juego, a comprar, a
hablar, a la bebida, a la comida y al abuso de
fármacos. Rompo todos los moldes de
acumular y derrochar recursos y talentos. Me
opongo a la mezquindad y al robo. Padre,
perdona y libera a mi familia de los vínculos
de todos los hábitos incorregibles por Tu
piedad, gracia y generosidad.
“...Me han enviado... para sanar
los corazones heridos, para anunciar a
los desterrados su liberación y a los
presos su vuelta a la luz” (Is. 6, 1 – 1)

SANANDO TODAS LAS


ENFERMEDADES: Ordeno a todas
las clases de enfermedades de mi código
genético que dejen de existir. Tomo la
espada del Espíritu Santo y corto todos los
vínculos de cualquier clase de enfermedad:
enfermedades del corazón, enfermedades
de la sangre, de los riñones, hígado,
páncreas, cáncer y problemas digestivos;
enfermedades relacionadas con la comida
(anorexia, bulimia, obesidad, peso muy
bajo), úlceras y tendencias a formar tumores.
Me opongo a todos los tipos de
enfermedades de la mujer, problemas
menstruales, hormonales, infertilidad y
frigidez sexual. Rompo el vínculo de todos
los problemas sexuales masculinos,
impotencia, problemas de próstata y
enfermedades transmitidas. También rompo
las deformidades físicas, problemas de oído,
inmunodeficiencias, enfermedades raras,
ojos delicados, mala dentadura, pies planos.
Me opongo a todo tipo de migraña,
convulsiones, retraso mental, problemas
pulmonares y respiratorios, alergias, artritis,
reumatismo, enfermedades de la piel o de
los huesos. Renuncio a toda clase de
traumas físicos que hayan llegado a mí a
través de las generaciones. Corto esa
conexión. Extirpo la raíz, causa de todas las
enfermedades físicas y debilidades
inexplicables. Señor, libérame de los efectos
de esos caminos de enfermedad grabados
en mis antepasados. Pon fin a su
propagación. Padre, perdona a aquellos en
mi familia que han elegido la enfermedad
para evitar la vida; por las formas con que
han afrontado las necesidades de manera
insana. Haz que un nuevo modelo de “elegir
la vida” fluya como río a través de mi
genealogía. Te alabo, Señor.
“...Y todos los que lo tocaban
quedaban sanados” (Mc. 6, 53)

DEL CRIMEN A CRISTO: Me


enfrento ahora al Maligno por todo el daño
hecho por estafadores, explotadores,
torturadores, chantajistas y extorsionistas en
mi árbol genealógico. Cierro la puerta al
daño hecho por toda clase de criminales.
Toda corrupción y brutalidad que haya
existido a través de mi linaje, tiene que cesar
ahora, en el nombre de Jesús. Corto todas
las ligaduras de venganza, comportamiento
violento y explosivo y todo perjuicio causado
con malicia.
“... deseamos actuar bien en todo”
(Heb. 12, 18)

AMOR, NO ODIOS: Con el


poder del Espíritu Santo pongo fin a todas
las respuestas profundamente enraizadas en
el odio; odio a otros, odio a uno mismo, odio
a Dios, odio racial y fanatismo religioso.
Padre, perdona. Haz que mi árbol
genealógico esté poblado por hombres y
mujeres llenos de amor. Haz que de ellos
brote la vida sana y sean donantes de vida y
sanadores.
“Mi Mandamiento es éste:
Ámense unos con otros como Yo los he
amado” (Jn. 15, 12)

UNA MUERTE SUVE Y


DULCE: Ahora intercedo por todas
aquellas personas en mi familia que hayan
muerto en temprana edad, que no hayan
sido amadas, que no hayan tenido funerales
adecuados u oraciones, y que no hayan
tenido un entierro lleno de amor cristino.
También oro por todos aquellos que han
tenido muertes terribles, con largas agonías;
muertes violentas, envenenados, abaleados,
muertos por fuego, por explosiones o
apuñalados, ahorcados, ahogados, en
acciones de guerra o matados por animales.
Pongo ante ti, Señor, a todos mis
antepasados que murieron de forma
inexplicable y misteriosa, por accidentes o
por suicidio. Haz que la transmisión de
tendencias a muertes horribles y fuera de lo
normal, cesen ahora. Señor, haz que tu amor
que sana, que es misericordioso y que
perdona, los toque con ternura. T, Señor, haz
que desde ahora solo tengan una muerte
dulce y suave. Haz que experimenten un
tránsito cristiano de la vida a la muerte.
Padre, haz que nadie en mi familia muera
hoy sin conocer personalmente a Nuestro
Señor Jesucristo.
“El que vive por la fe en Mi, no
morirá para siempre” (Jn. 11, 26)

SEÑOR, HAZNOS UNA


FAMILIA UNIDA: Ahora pongo fin a
todo tipo de ruptura en mi genealogía.
Rompo con autoridad todos los caminos de
separación de la familia y de la Religión;
pongo una barrera a aquellos, niños,
jóvenes, adultos y padres, que intentan
abandonar el hogar; me opongo a toso los
que se escapan para casarse, o se escapan
a la legión (grupos armados, bandas,
asociaciones ilegales, etc.) o para unirse a
sectas religiosas. Disuelvo todas las raíces
de aislamiento, de huidas y fugas. Padre,
rodea mi árbol genealógico con Tu corazón
que perdona y ama. Codifica en mi familia un
modelo de participación en una comunidad
sana. Haz que todos estén unidos. Permite
que seamos gente abierta y capaz de
relacionarnos de forma entrañable.
“¡Qué bueno y agradable cuando
viven juntos los hermanos!” (Sal. 133, 1)

JUSTICIA Y MISERICORDIA:
Ahora me opongo a todos los esquemas de
injusticia en mis antepasados. Sello todos los
canales genéticos de depravación,
esclavitud, encarcelamiento injusto,
represión de cualquier tipo, pobreza,
estrechez económica y crimen, con la
Sangre de Jesús. Me opongo a todas las
clases de injusticia social y política.
Renuncio a todos los tipos de rechazo social.
Corto todos los vínculos de brutalidad y de
rechazo a la gente. Estoy en contra de todo
tipo de marginación, gente sin hogar y
desamparados. M e opongo a toda clase de
sufrimiento por condiciones abrumadoras,
climas duros e inviernos crudos. Rompo
todos los patrones de hambre y abandono,
traición o vergüenza pública. Padre, pon el
óleo de tu Espíritu Santo en todos estos
modelos de mis antepasados y sana todo
recuerdo de dolor. Padre, perdona a toda la
gente que les causó daño. Haz que todo mi
linaje conozca modelos de justicia,
condiciones de vida sana, suficiente comida,
suficiente dinero, comida, seguridad y calor.
“...lo que el Señor te exige: tan
sólo que practiques la justicia, que sepas
amar y te portes humildemente con tu
Dios” (Mi. 6, 8)

SIRVIENDO A UN SOLO
DIOS: Ahora rechazo las idolatrías de las
generaciones. Corto los vínculos que
conecta y me atan a esos tipos de idolatría
de mis parientes en épocas pasadas.
Rechazo los ídolos de mi hogar: joyas,
formas de transporte, comida, bebida, títulos,
tierras, animales y posesiones de toda clase.
Padre, perdona todo esto. Hago una santa
elección para mi árbol genealógico: “so9lo
serviremos a un solo Dios, al Dios vivo”.
“... digan hoy mismo a quiénes
servirán... por mi parte, yo y los míos,
serviremos a Yahvé” (Jos. 24, 15)
EL DOLOR DE SER
DIFERENTES: Renuncio a todos los
efectos por ser diferente que estén grabados
en mi herencia. Tomo la autoridad sobre
todos los efectos de color de los ojos, de la
piel, del tamaño, del cuerpo y los talentos.
Corto la transmisión del sufrimiento por tener
diferentes idiomas, cultura, raza, color, por
aquellos que han sentido que sus propios
padres son feos o raros; corto la ruta del
dolor transmitida por defectos visibles de
nacimiento, así como también por
deformidades y retrasos. Padre, las
respuestas a estas y otras diferencias han
podido transmitirse a través de
generaciones. Por favor, Señor, cesa esta
transmisión y perdona a aquellos que
causaron el daño. Envía tu amor a través de
las generaciones para que las toque y las
sane plenamente. Gracias, Jesús.
“... me tejiste en el seno de mi
madre. Te doy gracias por tantas
maravillas que Tú has ejecutado; en
efecto, admirables son tus obras y mi
alma bien lo sabe” (Sal. 139, 13 – 14)

SANANDO LA LENGUA:
Levanto mi voz para cortar la transmisión de
todo problema de comunicación, dificultad
para comunicarse, miedo a hablar en
público, defectos en el habla y,
especialmente, el tartamudeo. Gracias,
Señor, por sanar a tu gente. Me opongo a
todos los medios de herir a otros
verbalmente, la mentira, la calumnia, la
injuria, el rumor y el chisme; me opongo a
toda blasfemia, maldad y traición por la
lengua. Padre, perdona; haz que mis
familiares sean gente que comunique la
sanación y la santidad. Gracias, Señor.
“Anunciaré todo el día tu
justicia...” (Sal. 71, 4)

CORTAR DE RAÍZ: Ahora


corto todos los patrones de sufrimiento
interminable, incluyendo la necesidad de
sufrir y la necesidad de fracasar; rompo
todos los caminos de sufrimiento por
sentirme inútil, indigno y sin esperanza.
Quito todos los patrones repetidos de
sentirme descorazonado, sin raíces y de no
pertenecer a nadie.
Corto todas las raíces de
desesperación e indignidad, trauma
emocional y parálisis. Digo “NO” a todos los
patrones de rechazo, amargura,
resentimiento y faltas de perdón. En nombre
de Jesucristo renuncio a todos los caminos
del mal, negativismo y falta de amor en mis
antepasados. Señor, reclamo que quites de
mi mente cualquier pensamiento obsesivo y
que Tú estés dispuesto a sanar cualquier
clase de vergüenza, dolor o pena, a revelar
los pecados ancestrales y que Tú digas:
Ahora es el momento de liberación”.
“Ya llega el hacha a la raíz de los
árboles” (Lc. 3, 9)

Señor, reclamo que con un soplo de


Tu Espíritu envíes perdón a través de todas
mis generaciones. Gracias por tocar, sanar y
hacerme nuevo, en Tu Nombre, Jesús.
Amén. Amén. Amén.
(Se puede dejar unos momentos de
oración, para dar gracias a Dios por todo lo
que ha obrado en nosotros, alabarlo y
bendecirlo)
(Enero 28 de 1932 – Agosto 6 de 2018)
El Padre Robert De
Grandis, S.S.J., en 1969
inició su trabajo con la
Renovación Carismática y en
1979 empezó su trabajo en el
ministerio de la sanación,
Ha viajado por más de 22
países llevando el mensaje
de Jesucristo y actualmente
continúa su labor
evangelizadora en los
Estados Unidos.
“La Iglesia nos enseña
que en el pecado hay dos
dimensiones, que se suelen
llamar la "culpa" y la
"pena." En términos
sencillos, la culpa es el
daño o desfiguración que uno
causa al propio ser, la
propia alma, porque al
escoger el mal es como si
abrazáramos algo apestoso y
venenoso: no es posible
elegir el pecado sin quedar
impregnados de su hedor y de
su fealdad. Esa es la culpa;
algo que uno lleva como
"adentro."
La pena en cambio, se
refiere al aspecto externo,
o sea, a las consecuencias,
más o menos visibles, que a
corto o largo plazo trae el
haber obrado mal.
Un ejemplo sencillo de
entender es del
alcohólico. Su vicio deja
unas consecuencias, por
ejemplo, un hígado
destrozado. Pero las "penas"
que trae el pecado no se
limitan a cosas físicas. El
ser humano es corporal y
espiritual a la vez, y la
naturaleza del pecado afecta
ante todo el alma. Por
consiguiente, esos efectos,
aunque sean más difíciles de
señalar con el dedo,
indudablemente repercuten en
otras personas, empezando
por la propia familia.
Lo que se hereda,
entonces, no es la culpa
sino la pena, y esto vale
ante todo para el pecado
original. Nosotros no
nacemos con un veredicto de
"culpable" pero sí nacemos
afectados por consecuencias
que vienen de la naturaleza
herida por el pecado, la
naturaleza que hemos
heredado de los antecesores.
Se ve aquí la lógica que
tienen las oraciones de
sanación intergeneracional:
no se trata de reconocerlo
poderes prodigiosos al
demonio sino de admitir
que el pecado trae
consecuencias, y esas
consecuencias pueden ser de
largo alcance.
Cuando la Biblia nos
invita a orar por los
pecados de nuestros
antecesores, entonces, nos
está invitando a tomar
conciencia de ese efecto
destructivo que se extiende
desde un pasado que nos ha
antecedido. Es una práctica
sana, por supuesto, aunque
hay que entenderla en su
contexto, o sea, no como una
acusación de culpa
individual sino como una
súplica para que Dios nos
libre de miserias que otros
cometieron pero que nos
afectan a nosotros.
A la vez, debe quedar
claro que el pecado del que
hay que pedir ser liberados,
ante todo, es el pecado
personal, por dos razones:
1.- Primera: porque es
la culpa propia la que
finalmente determina el
destino eterno de cada cual,
y en ese sentido la Biblia
nos habla de la
responsabilidad personal,
por ejemplo, en el profeta
Ezequiel, capítulo 18.
2.- Segunda: los dolores
o miserias que vengan del
pasado no necesariamente son
desgracia, porque si son
asumidos como parte de una
historia que enseña
humildad, sabiduría y
reconciliación lo que iba a
ser destrucción se convierte
en mérito. Pensemos en el
caso de una persona que
viene de una familia repleta
de conflictos y que sin
embargo se vuelve un
instrumento de paz."
Fray Nelson Medina, O.P.

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