Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
1
2
LOS LIBROS
DE LAS GAVIOTAS
Derechos reservados.
Se autoriza el reenvío sólo por correo electrónico como archivo adjunto PDF.
Se autoriza a las bibliotecas a catalogarlo para el público.
3
4
http://loslibrosdelasgaviotas.blogspot.com
http://ciinoe.blogspot.com
http://invencionart.blogspot.com
http://siesamorqueseadecine.blogia.com
http://fgcfgc.wordpress.com
LA
COMEDIA
URBANA 5
6
A MANERA DE PRÓLOGO
“Tú te pones a leer y no hallas lo que buscas. Entonces tienes que inventar
tu propio libro”. Juan Rulfo, en conversación con Fernando Benítez.
“Será una nueva Biblia... El último libro. Todos los que tengan algo que decir
lo dirán aquí... Anónimamente”. Henry Miller. Trópico de Cáncer.
“...con aquella vocería, hija de su barbaridad, con que suelen desfogar los
ardimientos de su cólera”. José de Oviedo y Baños. Historia de la Conquista y
Población de la Provincia de Venezuela.
“He aquí que me senté a escribir un libro sobre Caracas y lo que me salió
fue un kaleidoscopio. No por el estilo, sino por los temas, mi libro a lo largo de su
lectura irá dejando en el alma del lector un reguero de cositas pequeñas y colori-
das...”. Aquiles Nazoa. Caracas Física y Espiritual.
“Todo el valor de mi libro, si alguno tiene, estará en haber sabido andar dere-
cho sobre un cabello suspendido entre el doble abismo del lirismo y de lo vulgar
(que quiero fundir en un análisis narrativo). Cuando pienso en lo que puede resul-
tar, tengo deslumbramientos, pero cuando después pienso que me ha sido confia-
da a mí tanta belleza, me dan cólicos de espanto y ganas de huir a cualquier sitio”.
Gustave Flaubert. Carta a Louise Colet, 20 -21 de marzo de 1852.
“Pues bien: ¿Qué otra cosa es la vida humana sino una comedia como otra
cualquiera, en la que cada uno sale cubierto con su máscara a representar su pa-
pel respectivo, hasta que el director de escena les manda retirarse de las tablas?”.
Erasmo de Rótterdam. Elogio de la Locura.
“La vida es una sombra tan sólo que transcurre; un pobre actor que, orgullo-
so, consume su turno sobre el escenario para jamás volver a ser oído”. William
Shakespeare. Macbeth.
“Mas cuando el tiempo se desgaja del tiempo...”. Octavio Paz. “Himno futuro”.
9
I Acto
CIVILIZADA
BARBARIE
10
Torre a Veroes
P ARA LLEG AR HASTA MARCOS P ARRA
Para llegar hasta Marcos Parra usted tiene una de dos: puede
irse por esta avenida, que es la avenida Urdaneta, ha sta la esquina de
Bolero, donde esTá el palacio de Miraflores. En Bolero, doble a la i z-
quierda y baje hasta la estación Silencio del Metro: esa es Marcos P a-
rra. Ahora, si prefiere irse por esta otra vía, también es fácil llegar.
Estamos en la esquina de Veroes y la que viene, a la izquierda, donde
está la Catedral, es la Torre. Ahí en la Torre, se va a encontrar a m a-
no derecha con la plaza Bolívar: usted la cruza en diagonal, pasando
frente a la estatua del Libertador, y llega a la esquina de Las Monjas.
En Las Monjas puede segui r a la izquierda hasta la esqu ina siguiente,
que es la de San Francisco. Si se va por la derecha, pasa frente al
Capitolio y llega a la esquina de P adre Sierra, donde antes estuvo la
casa natal de Francisco de M iranda. Ahí está un edificio bien feo y lo
único que recuerda a Miranda es una placa que nadie ve, ni lee, do n-
de dice que en ese lugar nació el prócer. Es que en este país no s a-
bemos conservar lo que tiene valor histórico, ni lo que tiene valor
estético... Pero, vo lviendo a lo nuestro, en Padre Sierr a usted sigue
derecho hasta la esquina que viene, que es Muñoz. Ahí se va a enco n-
11
trar con una avenida que llega hasta El Avila: esa es la avenida B a-
ralt. En Muñoz, tome a la izquierda y baje una cuadra hasta la e squina
de La Pedrera, y ahí vuelva a doblar, pero esta vez hacia la d erecha:
la esquina que sigue es Marcos P arra. Ahora bien, si cuando usted
llega a Las Monjas, decide seguir a su izquierda, va a caer, como le
dije, a la esquina de San Francisco, en la avenida Universidad, donde
está una ceiba eno rme y una iglesia. Justo en esa esquina, tiene que
doblar a la derecha, seguir recto tres cuadras por la avenida, y ya:
eso no tiene pierde.
Avenida Principal de El Bosque
SÓLO P AR A CERDOS
¡M i a m o r . . . ! ¡M i a m o r . . . ! ¡T e e st o y l l a m a n d o p o r e l c e lu l a r
p o r q u e n o e n cu e n t r o d o n d e e s t a c i o n a rm e . . . ! ¡S í , a h o r i t a e st o y p a -
r a d o e n d o b l e f i l a , p e r o n o q u ie r O q u e ve n g a u n f is c a l d e t rá n s it o y
m e p o n g a u n a m u l t a ! ¡Si ya estás lista, baja rápido, que se nos ha
hecho un poco tarde! ¡Y ya que vas bajando, aprovecha y tráeme el
revólver pequeño...! ¡Sí, el de culata nacarada...! ¡¿Dónde?! ¡Creo
que está, debe estar en la repisa del comedor! ¡Si está, desde ahí lo
debes ver...! ¡¿No?! ¡Entonces está detrás del José Gregorio Herná n-
dez de yeso que tiene tu mamá en la peinadora! ¡Ah, no, ahora que
me acuerdo! ¡A n o ch e , p a r a q u e Jo s é I g n a c i o n o lo f u e r a a a g a r ra r ,
n i t a m p o co n i n g u n o d e l o s a m i g u i t o s q u e vi n o a su cu m p le a ñ o s , lo
p u se d e t rá s d e l M i c k e y M o u se d e p lá s t i co q u e t ú le co m p r a s t e e n
d i c i e m b r e y q u e é l n o q u ie r e ve r n i e n p in t u r a ! ¡Tráemelo rápido
aunque te dé miedo agarrarlo, porque como está el mundo, uno no
puede salir a la calle sin llevar con qué defe nderse!
14
Calle Suapure, Colinas de Bello Monte
EL CRISTO MIRÓN
15
Calle La Colina, Lomas del Mirador
INCOMP ATIBILIDAD CON EL MUNDO
Con los años he descubierto que hay una frase que le permite a
uno aceptar la vida sin tantos problemas: esa frase es “Así era la c o-
sa”. De pequEño, cuando uno estaba jugando o brincando dentro de la
casa, lo regañaban los padres y los tíos y, en general, las pe rsonas
mayores, y uno no entendía por qué la mayoría de las cosas divert idas
estaban prohibidas. Hasta que creció, tuvo varios hijos y desc ubrió
que, cuando los muchachos se divierten, rompen o dañan las cosas
que tanto ha costado comprar y conservar. E ntonces uno dice: “Así
era la cosa”, y ya no se molesta tanto. Y, de paso, se le quitan a uno
tantos malos recuerdos de los padres, pues uno creía que actu aban
injustamente. En el trabajo, a veces le demoraban a uno el pago de la
quincena dos o tres días, has ta que uno montó su propia empr esa y
un día, por equis o por zeta, no tuvo el dinero a tiempo para p agar la
nómina, y se vio obligado a decirle a sus empleados que se aguant a-
ran dos o tres días para cobrar. Ahí también uno dice: “Así era la c o-
sa”, y descub re que el retraso en el pago no era por mala i ntención, ni
nada por el estilo, como uno había creído. Yo me he dado cuenta que,
desde que uso esa frase, ando por la vida con mejor án imo y libre de
20
todos esos prejuicios y rencores que, si uno se pone a ver, son un las-
tre para vivir y para salir adelante.
Calle Bajada de los Curtidores, Alto Hatillo
TRES MARAVILLAS
Si quieres que la gente te preste dinero cada vez que neces ites,
tienes que hacer algo que te voy a enseñar. Es un poquito tr abajoso
porquE debe hacerse varias veces con la misma persona, pero te g a-
rantizo que es infalible. La primera vez, tú le pides prestados mil o
dos mil bolívares a alguien a quien nunca le ha s pedido nada y ofre-
ces pagarle al día siguiente, a una hora determinada. Al día siguiente,
a esa hora en punto y ni un minuto más, ni un minuto menos, vas y le
pagas con el mismo dinero que te prestó, porque tú lo has guardado
tal cual como te lo entregó. Como a los quince días o tres semanas, le
pides prestada una cantidad un poquito mayor -cinco mil, por ejemplo-, y
también los guardas y los pagas puntualmente dos o tres días de s-
pués, en la hora y en la fecha exa ctas en que te has comprometido a
hacerlo. Después, esperas un mes y solicitas un tercer préstamo, que
tiene que ser por una cantidad mayor y con un plazo de venc imiento
también mayor, digamos que de una semana o hasta el próximo día de
cobro. Otra vez haces lo mismo y repites la receta un mes más tarde,
para asegurarte. Haciendo eso, yo te garantizo que cuando de verdad
24
necesites, esa persona te presta lo que le pidas, con los ojos cerr a-
dos, y si ofreces pagarle en un mes o dos, ten por seguro que te esp e-
ra porque te cons idera buena paga.
Avenida Principal de La Hacienda
EL VERDADERO CRIMINAL
Una noche, por ahí por mil novecientos treinta y cinco o trei nta
y seis, yo andaba borracho y, como empezó a llover, me metí en un
cine que quedaba cerca de la cAsa. Como era Semana Santa, estaban
pasando una película sobre Nuestro Señor Jesucristo. Yo estuve vie n-
do la película tranquilo, hasta la escena del prendimie nto en el huerto
de Getsemaní. En ese momento, me dio una rabia tan grande ver
aquella injusticia que, cuando los centuriones estaban azotando a
Cristo, no sé qué me pasó por la mente que me paré de la butaca con
la intención de meterme en la pantalla a salva rlo. Mientras corría por
la sala, me di cuenta de que lo único que podía usar como arma era el
cinturón y lo saqué de los pantalones. Yo sé que parece un chiste, p e-
ro unos pasos más ad elante se me cayeron los pantalones y me fui al
suelo. Lo único que se me ocurrió decir fue: “¡Cu ando me pare de
aquí, le voy a dar con el cinturón a los ce nturiones!”. Eso me pareció
tan gracioso que me reí a carcajadas. Entonces encendieron las luces
y entre un policía y el portero me sacaron a la calle. Yo me quedé en
la acera frente al cine, riénd ome a más no poder. Todavía me acuerdo
26
y me dan ganas de reír, pero no de la frase sino de las idioteces que
uno hace, cuando está tomado... Ahora, la última vez que a mí me vi e-
ron borracho fue en agosto de 1945, el día en que los americanos tir a-
ron la bomba en Hiroshima. A mí me caían mal los japoneses -ya ni
me acuerdo por qué -, y agarré una pea de brandy que por poco me
lleva a la muerte, porque yo salí del bar donde estaba celebrando y,
alentado por unos am igos con quienes andaba, intenté cruzar la cal le,
brincando en una sola pierna, y casi me atropella un carro que iba p a-
sando a toda velocidad. Esa noche, del susto, se me quitó la borr a-
chera y comprendí algo que muy pocos bebedores comprenden: que el
borracho es un bufón para los demás y un p eligro pa ra sí mismo.
Castán a Palmita
VESTIDO DE ROJO, CON UNOS CACHOS
29
Avenida Andrés Bello con Avenida Los Samanes
P AZ EN MARG ARITA
S ie mp re qu e se p re se n ta b a u no de e so s f ine s d e sema n a la r-
go s e n lo s que uno p ue de ha ce r pu en t e , m i e sp o sa y yo n o s íb a mo s
p a ra Ma rga rit a . Te e st o y h ab la n do d e ha Ce po co m á s de ve in t e
a ñ o s. Ma rga rit a e ra m u y sa na , un o po d ía d e ja r ha st a la p u e rt a d e la
ca sa ab ie rt a , p o r e l ca lo r, y n a d ie se me t ía a ro ba r. Co n de cirt e que
la isla d e Ma rga rit a e r a e l ú n ico lu ga r d e Ve n e zu e la do n de n o h ab ía
cá rce l, p o rqu e qu é cá rce l ib a a h a b er, si a h í n o h a b ía la d ro ne s. P e -
ro co n la zo n a f ran ca , p rime ro , y d e s p u é s con e l p ue rt o lib re , e so se
lo co gie ro n lo s á rab e s y lo s ju d ío s y se a ca bó la t ra n quilid a d . . . ¡No ,
si e sa e s la co sa : lo s á r a be s y lo s jud ío s se la p a san en gu e rra po r
a llá , p o r e l cip o t e vie jo , p e ro , e n Ma rga rit a , co m o se t ra t a d e un n e -
go cio , a h í sí e st á n d e a cue rd o , y t ú lo s ve s ju n t ico s, p a ra a rrib a y
p a ra ab a jo, y a ve ce s h a st a co m ien do e n e l m i sm o p la to !
30
Avenida Paramaconi, Macaracua y
P ARA MAT AR A ALGUIEN,
LE TENGO QUE TOMAR RABI A
Yo, para matar a alguien, le tengo que tomar rabia. Yo aver iguo
primero quién es la persona a la me han encargado pegarle un tiro y
después, pOco a poco, voy desarrolland o un odio tan grande que,
cuando llega el día de sacarla de circulación, no siento ningún remo r-
dimiento por hacerlo. Más bien, si no lo hiciera, me sentiría muy mal.
Yo, sin ese odio, sin ese rencor profundo, no sería capaz de matar a
nadie. Una vez me pas ó que, a medida que averiguaba quién era la
persona a la que debía matar y por la que hasta me habían dado un
buen anticipo, descubrí que quien me había contratado era un autént i-
co coño de su madre y que quien iba a ser mi víctima había sido est a-
fado por él. Entonces fui donde el cliente, le devolví el dinero y le dije
que se cuidara porque, aunque yo no m ataba a nadie de gratis, yo ya
había empezado a odiarlo. Además, le advertí que si me llegaba a e n-
terar que otra persona contratada por él mataba a ese se ñor, en cual-
quier momento que yo tuviera encima uno o dos tragos de más, lo
buscaba donde estuviera y le metía dos balas en el pellejo.
31
Esquina de Palo Negro
KING KONG
ES MUCHO MÁS SEXY QUE ELLA
35
Avenida Washin gton, El Paraíso
DISFRAZADAS DE NEGRITAS
Eso pasó hace como quince años: unos amigos y yo dec idimos
asaltar un banco en San Antonio de lo s Altos y, después de planif icar
bien la cosa, nos fuimos pa Ra allá, un miércoles por la mañana. El g e-
rente del banco, apenas nos vio llegar con las caras cubiertas con
medias y empuñando cada uno una ametralladora, nos dijo que no
quería derramamientos de sangre, ni violencia de ningún tipo. E l mis-
mo nos entregó los billetes y, con el nerviosi smo, hasta unos cheques
que estaba contando uno de los cajeros. “¡Tengan, tengan”, decía,
mientras nos daba los billetes y trataba de que nos fuéramos lo más
pronto posible, “que el dinero y todo lo demás se repone, pero la vida
no”. A todas éstas, el compinche que se quedó afuera para conseguir
transporte había forzado la cerradura de una camioneta y, apenas s a-
limos del banco, nos m etimos en ella. Pero resultó que la camioneta
era del gerente del banco y e l hombre, en lo que vio que nos la llev á-
bamos, corrió, se acostó en la vía con los brazos cruz ados sobre el
pecho, y dijo que para llevarnos su camioneta teníamos que pasarle
por encima. Nosotros lo amenazamos con hacerlo y hasta con ametr a-
llarlo, pero él alegó que esa camioneta la había comprado con mucho
38
esfuerzo y que, además, en ella tenía el almuerzo que le había prep a-
rado su madre esa mañana, y que un almuerzo preparado por su m a-
dre era algo sagrado para él. “¡Pero, bueno, vale”, le grité yo, “¿tú no
decías allá adentro que el dinero y todo lo d emás se repone y que la
vida no?”. Él contestó, acostado a todo lo ancho de la vía: “¡Sí, p ero
lo de allá adentro no es mío y la camioneta sí!”. “¿Te vas a qu itar o
no?”, le preguntó uno de los que andaban conmi go, acercándosele
como si le fuera a disparar. “¡No!”, dijo el hombre y cerró los ojos.
“¿Si te damos tu a lmuerzo, nos prestas la camioneta?”, le preguntó
otro. “¡No!”, respondió, sin abrir los ojos, “porque de spués la policía la
va a retener para buscar huellas digitales, me la van a devolver d e-
ntro de un mes, y yo la necesito esta tarde p ara llevar a mi mamá al
cardiólogo!”. “¿Tu mamá está enferma del c orazón?”, quiso saber el
que lo iba a ametrallar. “Sí”, dijo el hombre, ponie ndo los ojos como
un chino, “hoy le toca hacerse su chequeo”. C omo ya teníamos varios
minutos tratando de convencerlo de que se quitara del camino y nos
dimos cuenta de que no le importaba m orirse, tuvimos que bajarnos de
la camioneta y roba rnos otro carro para escapar.
El Cubo Negro
LA TRAICIÓN DE ROLANDO
Ay, gordo, mi papá nos llevó a Miami la semana pasada para que
compráramos la ropa de diciembre. É l dice que en diciembre todo se
pone más caro y que por eso es mEjor cualquier otro mes del año p ara
comprar. Además, dice él y es verdad, así uno tiene tiempo para es-
coger y nadie te obliga a comprar lo primero que te vendan. Tony se
compró cuatro bluyines y dos trajes, mientras yo me compré otros cu a-
tro bluyines, ocho blusas, tres conjuntos y un par de suéteres que
están soñados. Yo me iba a comprar cuatro, pe ro los modelos que vi
no me gustaron. Allá, todavía, pese al cambio, salen baratísimos. E s-
tuvimos en Miami todo el fin de semana, desde el viernes, y regres a-
mos el lunes bien temprano. Me di el gusto de comer hamburguesas
de verdad, no esos panes d uros y carnes podridas que venden aquí.
Antes de venirnos el domingo en la ta rde, papá le compró un par de
vestidos a mamá, que yo le entregué al llegar porque, tú sabes, ellos
están separados. El sábado en la noche, Tony se fue a ver el fútbol
americano y yo me quedé en el casino del hotel, con papá, jugando en
la ruleta, en las máquinas tragaperras, en todo. Como perdimos más
de 400 dólares, yo le dije que mejor nos íbamos y él me contestó que
42
no me preocupara, que eso lo sacaba él, en el quirófano, en diez m i-
nutos... A ti te traje este regalito. Lo escogí yo misma, pensando en ti.
Ábrelo y verás... ¿Te gusta? Es un gorrito tejido para mi amigu ito de
allá abajo, para que te lo cubras bien cuando llegues a Berlín, po rque
ahora ya está bien entrado el otoño y no qui ero que él salga a buscar
calor en otra mujercita. ¡Tengo que cuidar mis posesiones, aunque
estén al otro lado del Atlántico, ¿no te par ece?!
Calle La Colmena, Antímano
UNO NUNCA DURA MUCHO TIEMPO
EN LA GLORI A
Hay que ver cómo es la gente por donde yo vivo, por Terrazas
del Club Hípico. El sábado en la noche, me asomé a la ventana y, c o-
mo estAba el cielo clarito, me metí al cuarto a buscar mis bin óculos,
unos que compré para cuando voy al hipódromo o al b oxeo y, bueno,
me puse a ver ese poco de estrellas, de todos col ores y tamaños. Ya
tenía un rato dándome un banquete de cielo, cuando vi, casualmente,
que en un apartamento del edificio de enfrente estaba o tro tipo, tam-
bién con binóculos y detrás de una co rtina, mirando hacia donde yo
estaba. Yo me dije, “¡Ah, conque así es la cosa!”, y me puse a ver
hacia todas partes y resulta que, en el mismo edificio de enfrente, en
el techo, sorprendí a un segundo indi viduo, mirando también con bin ó-
culos hacia donde yo estaba. Seguí registrando los alrededores y en
otro edificio que está un poco más allá, vi a un tercer m irón. Yo, como
la situación del país no está nada buena, pensé que toda esa gente
estaba contratada por el gobierno como espía y que su trabajo co n-
sistía en ver qué era lo que los ciudadanos estábamos haciendo. “S e-
guramente”, pensé, “me están vigilando, por el cargo nuevo que tengo
44
en la universidad”. Pero esta mañana se lo comenté al vendedor de
periódicos de la esquina y me dijo que no era a mí a quien estaban
viendo, sino a una rubia que vive dos pisos más arriba que yo, una
que se mudó hace como dos meses, que acostumbra desnudarse fre n-
te a la ventana abierta. Me dijo, además, que eso era famoso en el
vecindario y más bien se extrañó que yo no lo supiera.
Gato Negro a Nacimiento
EL SEÑOR CABALLERO
50
Urapal a Alcabala
NUNCA TOMO V ACACIONES
Hoy está haciendo un calor como el que hacía el día del terr e-
moto del 67, ¿te has dado cuenta? A mí no se me olvida ese día, po r-
que ese día yo estaba viSitando a una tía que vivía en uno de los bl o-
ques del 23 de Enero y, de r epente, aquel bloque empezó a moverse,
como si se quisiera caer hacia la avenida Sucre. Yo creí que de esa
no nos salvábamos. Mi tía se puso a rezarle a cuanto santo y a cuanta
virgen le pasaron por la cabeza y uno de mis primos, el hijo mayor de
ella, fue el que nos dijo que nos m etiéramos debajo de las columnas
porque, si se derrumbaba toda la estructura, eso era lo último en c a-
erse. El esposo de mi tía, entr etanto, dijo que como él en verdad creía
en Dios, él dejaba que el Señor hiciese su voluntad y se quedó sent a-
do en la sala, leyendo el per iódico. Cuando salimos a la calle vimos a
un gentío corriendo desnudo, en interiores, en pantaletas, en bata, y,
algunas casas con el t echo o las paredes caídas o con grietas en las
fachadas. Había fuego en algunas y se oían gritos y gemidos por t o-
das partes. En fin, un desastre. Por cierto, esa noche, entre la gente
que salió desnuda a la calle, and aba una vecina de mi tía que a mí me
gustaba porque estaba de lo mejor y yo, apenas la vi, me le ace rqué y
53
le presté mi camisa para que se cubriera. De lo que m e arrepiento,
porque desde entonces La Negra no sólo se convirtió en mi mujer, s i-
no en mi principal tormento... De eso no hablo porque, ¿para qué? No
voy a remediar nada quejándome. Yo mismo me puse la soga al cu e-
llo. Pero sí te digo que por ese calor que está haciendo, yo creo que
lo mejor es acostarse vestido esta noche.
Barrio El Manguito
NO HAY COMO LOS S ANTOS
Iraima, hazme caso, para esas cosas no hay como los santos.
Yo sé que ustedes los jóvenes no creen en nada de eso y se la p asan
burlándose de los viejos, pEro acuérdate que más sabe el diablo por
viejo que por diablo. Esc úchame: para eso de tu mamá, para su mal
carácter, tienes que enc omendársela a San Marcos de León, que es el
que amansa a las fieras. Para que te vaya bien en los exámenes, a
partir de la semana que viene, préndele una vela a Santo Domingo de
Guzmán, el patrono de los estudiantes. Si de verdad quieres enco ntrar
la pulsera que se le perdió a tu mamá y por la que armó el zap eroco
antenoche, ofrécele un padrenuestro al ánima de Gr egorio de Rivera y
tú vas a ver que, en un momentico, la consigues. Para lo de cons e-
guirte un buen hombre, con el cual casarte y llevar una vida d ecente,
con tus dos hijos, escucha bien lo que te voy a decir: agarra dos velas
y las pones en cualquier rincó n de la casa por donde no estés pasa n-
do para allá y para acá y se las ofreces, una a San Antonio, para que
te presente un buen partido, un buen hombre que te proponga matr i-
monio, y la otra a Santa Eduvigis para que, en lo que se c asen, les
consiga rápido una casita o un apartamento. Si tú quieres, te lo repito
54
todo y lo anotas para que no se te olvide. Eso sí, tienes que hacer las
cosas al pie de la letra, exactamente como te lo he dicho, para que
tengas buenos resultados.
Calle Los Abogados, Los Chaguaram os
LO QUE QUEDA
En una época esa familia tuvo hasta seis sirvientes, sin contar al
chofer, al jardinero, al cocinero, al ama de llaves y a dos guardae s-
paldas. Y Mira lo que queda: ese viejo en ese caserón, íngrimo y solo. Todo
se vino abajo, cuando la m ujer que él tenía se fue con uno de los
guardaespaldas, un tipo que había sido de su más abs oluta confianza.
A partir de entonces, todo empezó a funcionar mal en esa c asa, de
eso hace ya una buena cantidad de años y, claro, una casa como esa,
sin mantenimiento, unas fábricas sin el ojo del amo que supervisara y
una serie de empresas donde los gerentes hacían y deshacían sin vi-
gilancia de ninguna especie, d errumbaron ese imperio. Yo estuve ahí de
visita hace como tres meses, acompañando a una persona que c onoce
al viejo y que vino del interior expresamente a verlo, y eso daba lástima.
Con decirte que, en el patio de atrás, tenían un gallo que, según parece,
tenía el termostato dañado porque el pobre, según me dijeron, nunca
cantaba de madrugada sino –y yo lo oí–, en pleno mediodía.
55
El Placer de María, Baruta
¿QUÉ PIENS A HACER POR ESTE VIEJO?
56
Esquina de Salas
LA COS A HA EMPEORADO
57
Calle Murachí, El Marqués
CROQUETAS DE CANGREJO
61
Centro Ciudad Comercial Tamanaco
MUERTO QUE AÚN VIVE
Tuve que botar a esa secretaria, porque esa mujer era un desa s-
tre, y el colmo fue lo de la semana antepasada. Yo me sentía tan mal,
después de ir donde el dentIsta, que le dije que no quería recibir a
nadie y que, a quienes preguntaran por mí, les dijera que m e había
muerto. A todas estas, yo me encerré en la oficina, me tomé dos asp i-
rinas y me recosté en el sofá convertible, para ver si echaba un sueñ i-
to. ¿Tú puedes creer que esa mujer tomó mis palabras al pie de la l e-
tra y a todo el que llamó esa tarde le dij o que yo me había muerto?
Imagínate el lío que se armó: la gente e mpezó a llamar a la casa y, en
la casa, mi mujer y su mamá, que ahorita está pasando un tiempo con
nosotros, se volvieron locas, llamaron a nuestras amistades, contrat a-
ron una funeraria y s e fueron a la morgue, donde esta mujer les dijo
que estaba mi cuerpo. Yo dormí tan profundo en la oficina que no me
enteré de nada hasta que ya casi era de noche. Cuando desperté, la
secretaria se había ido, y atendí yo mismo una llamada de mi su egra.
Figúrate el susto que se llevó, le iba dando un soponcio. Cuando mi
esposa pasó al teléfono, me armó un zaperoco y me dijo que lo que yo
había hecho era de mal gusto, que yo era un desconsiderado y unas
62
cuantas cosas más. Después de explicarle lo que más o men os en-
tendí que había pasado, me enteré que ya ella había contr atado una
sala en la funeraria Vallés y que varios amigos habían enviado unas
coronas de flores. Yo pasé por la funeraria y, en efecto, había nueve
coronas. Después fui al bar y César, Bartolomé y “El Colombiano”,
apenas me vieron, en vez de alegrarse, se molestaron conmigo, po r-
que también pensaron que yo les estaba jugando una broma. Aquí
tengo El Nacional y El Universal del día siguiente y, como ves, hay
dos invitaciones para mi e ntierro y cinco notificaciones de condolencia
a mi familia.
Calle San Jerónimo, Sabana Grande
JIMÉNEZ
63
Avenida Intercomunal de El Valle
“LA CUCAR ACHA”
Cada vez que salía o que entraba la señora que vive pue rta de
por medio conmigo, en el apartamento de al lado, se enteraba todo el
edificio poRque d aba unos portazos terribles. Parecía siempre que le
daba grima agarrar el picaporte. Pero eso fue hasta hace mes y m e-
dio. Una noche, ella iba saliendo, en momentos en que mamá y yo
estábamos durmiendo al niño, y ¡pram!, ha dado tal portazo que el n i-
ño se puso a llorar. Mamá entonces salió corriendo al pasillo, armada
con un pote de insecticida y, antes de que la vec ina pudiera decir algo
o al menos cubrirse la cara, la roció desde la cabeza hasta los pies.
Por supuesto, la mujer se puso a gritar y a maldecir a todo volumen y
eso hizo que los demás vecinos sali eran de sus apartamentos a ver
qué pasaba. A mamá la agarraron entre dos ho mbres y le quitaron la
lata de insecticida y a la vecina se la llevaron a una clínica porque,
según ella, estaba intoxicada de muerte. Y aunque nosotros estáb a-
mos temerosos de una demanda, la cosa no pasó a mayores y, de p a-
so, como que fue efectiva po rque la vecina más nunca ha vuelto a ti rar
la puerta. Claro, ella ahora no nos dirige la palabra, ni a Ma rcelo, ni a
mí, ni mucho menos a mamá. Y ahora, con todos los chistes que se
64
hacen por el asunto, ya nadie la llama por su nombre, sino que t odo el
mundo le dice “La Cucaracha” y, cuando ella pasa, le cantan o le tararean
aquello de “La cucaracha, la cucaracha, ya no puede c aminar”.
Avenida Sucre, Catia
TARJETAS DE PRESENTACIÓN
69
Esquina de Pepe Alemán
TIBIS AY
81
Complejo Cultural “Teresa Carreño”
LA CATEDRAL SUMERGIDA
82
Monzón a Mame y
LOS CURSOS DE LA VIDA
87
Centro Plaza
LO QUE P ASÓ ESA TARDE
He terminado por creer que son los golpes los que la e nseñan a
una. Yo he llevado tantos que, si escribiera, podría escribir no una s i-
no varias novelas. Por esO yo, en e ste momento, para vivir tranquila,
tengo tres mandamientos que no dejo de cumplir por n ada: el primero,
y eso que yo también soy mujer, es no trabajar t eniendo a una mujer
como jefa. Qué va, eso es lo peor que le puede pasar a una en el
mundo. El segundo es no trabajar con amigos porque, con los am igos,
encima de que tú nunca sabes si te van a pagar, cuando te p agan -si
es que te llegan a dar algo -, te arreglan como les da la gana y tú no
les puedes reclamar, a menos que estés dispuesta a perder esa ami s-
tad. Y mi tercer mandamiento es no llevar nunca un amante a mi apa r-
tamento porque, mi amor, se mete a vivir allí y de spués no hay forma
de sacarlo.
94
Calle El Polvorín, La Colina
J AMÁS REG AÑES A LOS CAM AREROS
97
Calle Real de Los Magallanes, Catia
EL HOMBRE DEL MALETÍN
99
Esquina de Los Cuatro Vientos
TÚ TAMBIÉN ERES HIJO DEL VIE JO
No, Argimiro, yo no estoy loca ni soy mujer de gastar din ero por
el simple gusto de gastarlo. Apenas me di cuenta de lo que estaba p a-
sando, Yo llevé a papá primero al hospital pero, cuando llegamos, r e-
sulta que el médico de guardia se había ido para el cine con una de las
enfermeras. Quienes estaban de guardia eran dos estudiantes de m e-
dicina que, para atender las emergencias, no contaban ni con g asas ni
con mercurocromo, ni algodón, ni vac unas antitetánicas. Para que a
un paciente le aplicaran cualqu ier medicina, había que ir hasta la fa r-
macia de turno más próximo y traer, no sólo el medicamento sino ha s-
ta la inyectadora desechable. Yo, antes de que el viejo se fuera a m o-
rir de mengua, decidí llevarlo a una clínica privada que queda dos
cuadras más al lá pero, para aceptarlo, me pidieron un depósito y,
bueno, les tuve que dar lo que había reunido para pagar el alquiler del
apartamento. A Dios gracias, papá respondió al tratamiento y ya está
bien pero ahora tengo la mensualidad pendiente y hasta le debo una
platica a una vecina que me prestó para completar el pago de la clín i-
ca. Vine a ver si tú me puedes ayudar con algo, porque, bueno, tú
también eres hijo del viejo.
100
Avenida Bolívar, La Hoyada
UN SOLO DEFECTO
Gilda tiene una prima que está tan buena como ella. Si tú quie-
res, te la presento. Se llama Victoria y trabaja como escribiente en
una notaría. Tiene, cReo, diecinueve años, a lo más veinte, y está so l-
terita y sin compromiso. ¿Cómo es...? Es rubia, alta, de lgada y canta
muy bien. Yo la oí cantar en una fiesta y lo hace de maravilla. Si qu i-
siera, podría hacerse pr ofesional. Tiene un cuerpo de modelo, habla
tres idiomas y hasta es huérfana, es decir, no tiene suegra... ¿Defe c-
tos? Que yo sepa, nada más tiene uno y no es gran cosa, si tomas en
cuenta todo lo demás. Victoria tiene un br azo artificial que le pusieron
hace como dos años, cuando perdió el suyo en un accidente. Pero no
es un brazo de madera, ni de plástico. Es un br azo tan bien hecho que
hasta se ve mejor que el de verdad.
101
Bárcenas a Río
¡¡¡AHÍ ESTÁ LA DERECHA!!!
104
Avenida Libertador con Avenida Las Acacias
¿QUÉ SE PUEDE HACER CON UNA PERSONA ASÍ?
METÁSTASIS DE LA LOCURA
110
INDIO COMPLETO
Y CHUPULÚN
Ay, no, mi corazón, eso fue como cuando uno está soñando: yo
salí del trabajo para acá y, como tenía más o menos media hora esp e-
rando y nada que pasaba un autobús o un taxi y no quería llegar ta r-
de, se me ocurrió hacer lo que hice. Yo me di cuenta de que ahí e s-
taban unos muchachos y unas muchac has pidiendo cola y yo también
me puse a hacer lo mismo. En eso, pasó un hombre que me preguntó
que para dónde iba, que él me llevaba, y vine yo -tonta que soy, que
ni se me ocurrió ver cómo era el hombre -, y me monté y, cuando me di
cuenta, el carro iba r umbo al Cementerio. Yo le dije que iba para Los
Chorros y él no me contestó nada, nada más me miró, sin decir nada.
Pero yo no le insistí, sino que me dejé llevar. Yo estaba tan chorreada
que ni se me ocurrió gritar. Al fin, llegamos al Cementerio y empez a-
mos a recorrer todas aquellas calles con tumbas a lado y lado. Por fin,
detuvo el carro y como yo me negué a salir, el hombre me sacó carg a-
da y me llevó hasta una fosa que estaba recién abierta. Me tiró d e-
ntro y, afortunadamente, la tierra estaba blandita y casi no me golpeé.
Ni siquiera me había i ncorporado, cuando el hombre me saltó encima
y empezó a romperme la ropa para violarme. Pero como yo me puse a
forcejear, evitando que me tocara en mis partes íntimas, él dijo que
me iba a estrangular. En eso yo dije: “¡Si existe un Dios en el cielo,
que me salve!”. Y chupulún...
SOBRE LOS MUEBLES
HEDOR A AZUFRE
“Mientras iba por las llanuras del infierno, deleitado con los g ozos
del Genio que a los ángeles parecen tormentos y locura, r ecogí algunos
de sus proverbios pensando que, así como los dichos del pueblo señ a-
lan su carácter, así los Proverbios del Infierno muestran la nat uraleza
de la Sabiduría Infernal mejor que cualquier descripción de edificios o
vestiduras”. W illiam Blake. Las Bodas del Cielo y el I nfierno.
115
SOL TODO EL AÑO
116
Todas las mañanas, al despertarse, durante casi noventa años, el
abuelo siempre hizo eso: abría los ojos, mucho antes de que el sol sali e-
ra, se iba hasta la ventana, y allí se quedaba cerca de media hora, vie n-
do cómo la claridad iba disipando las sombras y el cielo se iba ll enando
de colores. Una vez me mostró lo que veía y oía. Yo ha bía ido a pasar
unas vacaciones con él y con la abuela, y me despertó tempranito, t o-
davía oscuro. Aún me estaba quitando las nubes del sueño de los ojos,
cuando me dijo que escuchara cómo, al abrir rendijas de luz en la noche,
la aurora producía un sonido muy suave que tra ía la brisa. Recuerdo
haberle dicho que no oía nada y entonces me pidió que me concentrara.
“Tampoco, abuelo”, le dije. No insistió, pero su cara se fue llenando de
una alegría increíble, como si le estuvi esen inyectando felicidad, o algo
así. Al rato, me dijo que oyera el canto de los gallos y eso sí lo oí, a lo
lejos. “Le dan gracias a Dios por haberles regal ado un día más de vida”,
dijo, y me apretó contra él con uno de sus brazos. Así me tuvo un rato,
en silencio, hasta que me señaló las bandadas de p ájaros, loros y gua-
camayas que pasaban sobre el edificio. Después, me soltó y dijo: “Bu e-
no, ya Dios hizo su trabajo. Ahora me toca a mí hacer el mío”. Y entró a
su cuarto, a vestirse para ir a trabajar en su joyería.
VISIÓN DIVINA
VENEZUELA YA NO EXISTE
CELEBRANDO LA DESGRACI A
ASOMBRO DE ÍDOLO
119
EMBAR AZ AD A DE UN IDIOTA
DETALLES OLVIDADOS
L o p eo r d e t o do lo qu e e st á p a sa ndo e n e ste p a ís e s qu e ya
la h o mo se xu a l id ad h a lle ga d o ha sta lo s L la n o s, u na re gió n d o n de
u n o p en sa ba qu e ja m á s en t ra ría y qu e , e n e l p e o r d e lo s ca so s, se
co n ve rt iría e n e l ú lt im o b a st ió n d e la h omb ría . P e ro qu é va , la s
f u e rza s d e l m a l e st á n d e sa ta da s y e l o t ro d ía , e st an d o yo e n Ca l a -
b o zo , e n e l e st a do G u á rico , e n un a m a n ga d e co leo , se m e a ce rcó
u n t ipo de b igo t es, m ed io f o rt a ch ón é l, igu a lit o a eso s t ip o s que
h a cen la s c u ña s de lo s ciga rrillo s M a rlb o ro , y m e p re gu n t ó si yo e ra
m a rico . Yo , a h í m i sm o , le con t e st é qu e n o , pa ra n o pro d u cir m a los
e n t en d ido s co n una re sp u e st a t it ub ea n t e, y a g re gu é q u e me se n t ía
t a n m a ch o com o él. E n t on ce s, e l t ipo se e ch ó a re ír y m e d ijo qu e
p o r e so e ra qu e me h a b ía p re gu nt a do , p o rqu e é l te n ía la im p re sión
d e qu e yo e ra t a n m a rico com o é l. Me n o s ma l qu e se d iscu lp ó a n te s
d e irse , p o rqu e ya yo t e n ía la m a n o ce rra d a pa ra ro mpe rle la n a riz,
n o só lo p o r la f a lta d e re sp e to , sin o a d e má s p o r e xh ib ir co n t a n to
o rgu llo su ma riqu e ra .
COMO SI UN ÁNGEL HUBIERA DICHO “AMÉN”
Camila fue a Margarita hace como vei nte días, a pagarle una
promesa a la Virgen del Valle. Una promesa que ella le había hecho
de ir al santuario a visitarla y prenderle un cirio, si la curaba de un d o-
lor en el pecho que se le presentaba con cierta regularidad. Fue a eso
y a comprar ropa para vender pero, parece que se le fue todo el tie m-
po entre una tienda y otra y, al final, no pudo ir donde la Virgen. C o-
mo ella había ido en su carro para moverse más rápido, resulta que el
carro se le paró antes de llegar a Punta de Piedras, para tomar el fe-
rry de regreso. Dos mecánicos revisaron el carro por todas partes y na-
da, no le encontraron ni esto. Camila consiguió a otro mecánico y ese
le vio hasta el último tornillo. Al rato, en vista de que no conseguía
ninguna falla, el mecánico le preguntó si ella había dejado alguna
promesa sin cumplir y ahí fue que se acordó de la Virgen del Valle.
Ella me cuenta que, apenas se propuso mentalmente saldar su deuda,
fue como si un ángel hubiera dicho “amén”, porque el carro pre n-
dió, ella fue al santuario, y después hizo su viaje de retorno sin
ningún contratiempo.
124
PUESTO V AC ANTE
USTED PRIMERO
125
PELE A NULA
CANCIÓN FAVORITA
A quien le pasó algo peor que eso que me acabas de co ntar fue
a Roxanna, la hermana de Paulina y Petra. ¿Tú la c onoces...? Ella es
bien bonita y bien proporcionadita y tiene una figura que llama mucho
la atención. Bueno, ella se estaba bañando en Chir imena, cuando vino
una ola bien fuerte y le arrancó el traje de baño, tanto la parte de arr i-
ba como la de abajo del bikini, porque a mbas se sostenían con nudos.
Ella cuenta que, con el temor de que la vieran, se puso a gritar “¡Aux i-
lio, me quedé desnuda!”. Y ahí m ismo la rodearon cerca de treinta
hombres, muchos de los cuales se metieron al mar corriendo. Si no es
por otra muchacha que fue a auxiliarla y le prestó una toalla para que
se cubriera, ella no sabe qué hubiera ocurrido porque, según me dijo,
la mayoría de los hombres que se hallaban alrededor s uyo, al verla
desnuda, se quitaron sus trajes de baño y, como est aban bebidos y en
grupo, trataron de violarla. Cuando el salvavidas y la muchacha lleg a-
ron a su lado, ya dos de los hombres la estaban manoseando por de-
lante y por detrás, mientras los demás aplaudían y agitaban en el aire
sus trajes de baño.
LA MEJOR AMIG A DE MI SUEGRA
Ella quedó así desde 1948, el día que ganó el Extra del Carmen
127
de la Lotería de Caracas. Ella fue, cobró veinte mil bolívares que eran
el premio mayor de esa época, por ahí por los años Ci ncuenta, y se
los trajo a la casa en una bolsa de tela de las que todavía usan los
bancos. Entonces metió los billetes en una maletica que puso debajo
de la cama y no le dijo nada a nadie, ni pensó siquiera en compartirlo
con su mamá o con sus hermanas. Por la tarde, llovió como si hubi e-
ran abierto un grifo en el cie lo y a medianoche ella escuchó que a l-
guien tocaba a la puerta de la casa. Afuera estaba una comadre suya
gritándoles “¡Eloísa, Carlota, Guadalupe, María de Jesús, por amor de
Dios, sálganse de la casa que ahí viene el río!”. Y, en efecto, el rumor
de la crecida del río se escuch aba a poca distancia. Ella apenas tuvo
tiempo de despertar a la mamá y a las hermanas y de salir corriendo
hasta un montecito cercano. Desde allí vio como el río arrastraba la
casa, que no era más que un montón de l adrillos montados unos sobre
otros. Entonces se echó a llorar y a dar gritos, porque en ese mome n-
to fue que se acordó del dinero, pero ya era tarde. Desde e ntonces,
no quedó bien de la cabeza y sólo tiene ratos de lucidez.
EL PUESTO
En los días que vinieron después de los saqueos del Carac azo,
Estanislao fue el que salió peor de todos: figúrate tú que le costó ci nco
horas de trabajo subir un refrigerador al rancho donde vive, ahí en El
Guarataro. Eso de llevar el refrigera dor hasta su casa, primero en una
carrucha de transportar mercancías y de spués a pulso, él solo, porque
todo el mundo estaba ocupado cargando cosas, fue el martes. El ju eves,
cuando empezaron los allanamientos para encontrar la mercancía rob a-
da, él fue uno de los primeros a los que la Guardia Nacional obligó a d e-
volver lo saqueado. Daba dolor verlo otra vez con el refrigerador a cue s-
tas, porque los guardias lo hicieron cargar con él por las escalinatas
hasta abajo. Más que agobiado por la carga, el p obre Estanislao iba más
triste que un capitán al que se le hunde su barco, devolviendo algo que
casi se podía decir que se lo había ganado con el sudor de su fre nte.
HIJO DEL COMETA
DE VENENO A VENENO
130
UN RENAULT NUEVO, AZUL ELÉCTRICO
OÍDOS SORDOS
132
EN MI FAMILI A NO EXISTE LA CORDURA
BENEFACTOR INDIRECTO
BABEL
AMOR ATROPELLADO
¡NO SE RINDA!
MI KHARMA
ME DI EL GUSTO DE DECÍRSELO
SERVICIO DE MANTENIMIENTO
Mire, doña, aquí entre nos, yo le voy a d ecir una cosa: no vaya
usted a pensar que yo soy comunista porque, créame, yo no quiero
que ahora que el comunismo está de capa caída v aya a llegar aquí al
país de uno porque, ahí mismo, a mí me quitarían mi taxi, que es lo
único que yo tengo en el mundo p ara mantener a mi mujer y a mis dos
hijos, peroooo... Le d igo: en este país lo que hace falta es un Fidel
Castro. Sí, un Fidel Castro que venga y haga un servicio de manten i-
138
miento. Que fusile a esa cuerda de vivos que se está robando el tes o-
ro público, que hacen y deshacen y para ellos no hay ley, y que ac a-
be con tanta vagabundería. Ah, pero eso sí: en lo que termine su
trabajo, que se vaya, porque aquí no queremos el c omunismo.
La mamá mía fue una vez donde esa señora que está en esa
cama, a pedirle prestado algo de dinero, porque desde hacía dos días
no teníamos nada para comer, y ella le contestó que se los pre staba si
le dejaba en prenda el documento de propiedad de la casa. La neces i-
dad tiene cara de perro, como dicen, y a mamá no le quedó más r e-
medio que volver a la casa y buscar lo que la señ ora le pedía. Con el
dinero que prestó, apenas se pudieron comprar unos panes, algo de
queso y de jamón y un poquito de café. Una semana después, mamá
consiguió trabajo en una clínica, barriendo y limpiando los pasillos y
los consultorios, y pudo recuperar el d ocumento con el que ya la señ o-
ra se quería quedar, alegando que no le habían pagado los i ntereses.
En ese entonces ella cobraba -cáete para atrás-, ¡el diez por ciento
semanal! Por eso es que hoy está como está: tiene un tumor así, de
este tamaño, en la es palda, que no la deja dormir sino es de medio
lado, y eso por raticos, y no tiene a nadie que la venga a ver aquí al
hospital.
140
Eternidad
141
LA SUERTE NO SABE QUE ESTAMOS AQUÍ
ETERNIDAD LABORAL
LO MISMO
LA PRIMERA VEZ
La primera vez que yo hice el amor con alguien tenía diec isiete
años y lo hice con Aramis, un novio que tenía en esa época. Ese día,
en lugar de irnos a clases en la universidad, él me llevó a un hotel que
todavía existe, por ahí por el centro. Yo estaba de lo más asustada,
pensando en el dolor que sentiría, al perder la virgin idad, pero todo
fue tan lindo, tan tierno, que apenas sentí una punzadita. Esa tarde,
cuando salimos del hotel y empe zamos a caminar hasta la parada del
autobús, yo tenía la sensación de que todo el mundo nos miraba, de
que todos sabían lo que veníamos de h acer. Aquello llegó a tal punto
que Aramís tuvo que mandarme en un taxi para la casa. Y, aun así, yo
creía que el ta xista, cada vez que me miraba por el espejo retrovisor,
e st a ba a pu n to de d e cirme a lgo o d e h a ce rme a lgu na p ro p o sición
in decente.
ARGUMENTO DE TELENOVELA
TAMAÑO DESCARO
Ha y ge n t e qu e , cu a n d o t ra e a qu í a s u s n iñ o s, p a re ce q u e a n -
t e s h u b ie ra co m p r a d o e l p a r qu e . S e a d u e ñ a n d e lo s co lu m p io s, d e
lo s t o b o ga n e s y d e lo s s u b e y b a ja s , co n u n d e sca ro i n cre íb le . P a ra
e llo s, lo s ú n i co s q u e t ie n e n d e r e ch o a d isf ru t a r d e e s a s co sa s so n
su s h i jo s . ¿V e s la se ñ o ra e s a , ve s t id a d e ro jo . . . ? L o s t r e s n iñ o s qu e
t ie n e n o c u p a d o s l o s co lu m p io s d e sd e h a ce m á s d e m e d ia h o ra so n
d e e lla . Y m ira l a co la d e n i ñ o s e sp e ra n d o qu e se b a je n . Ha st a
h a ce co m o d ie z m in u t o s Ju a n A lb e rt o , m i h i jo , e st u vo e sp e ra n d o
t u rn o y co m o vi l o qu e e st a b a p a s a n d o , le d i je a la se ñ o ra q u e
h a b la ra co n su s h ijo s, p a ra qu e l e ce d ie ra n lo s co lu m p io s a lo s
o t ro s n iñ o s y, ¿ qu é c re e s qu e m e co n t e st o ? Q u e la vid a e s co m o e l
ju e go d e M o n o p o l i o : ga n a e l qu e se qu e d a co n t o d o . ¿ T ú h a s vist o
t a m a ñ o d e sca ro ?
“P AN P ARA HOY”
FLOJERA G ALOPANTE
148
La gente, en nuestros días, es una cosa seria. Pareciera que
ya nadie quiere trabajar, ni progresar o salir adelante en la vida. Hay
una flojera galopante, una indolencia que está pegada a la gente c o-
mo una segunda sombra. Y no sólo en las oficinas del gobierno, s ino
en las empresas privadas, en las peluquerías, en las tiendas, en los
restaurantes y en los comercios de cualquier tipo... La otra tarde fui a
una tienda por departamentos que está cerca de casa y como vi a una
de las empleadas parada en una esquina, sin hacer nada, me le ace r-
qué y le pregunté por algo que iba a comprar. ¿Y sabes lo que me d i-
jo? Que ella no me podía atender porque todavía faltaban die z minu-
tos para regresar de su hora de a lmuerzo. La culpa de eso la tiene el
petróleo. Como aquí hay petróleo ha sta para regalar, la gente se ha
hecho indolente, perezosa, y ha perdido la creatividad y hasta el d e-
seo de progresar. A ti se te daña un electr odoméstico y no consigues
una sola persona que lo repare. ¿Entonces, qué h aces? Te compras
uno nuevo. Y, ¿sabes lo peor de toda esta situación...? Lo peor es
que a cualquiera que le preguntes, eso le parece normal, le parece
que forma parte de la identidad del venezolano.
P AÍS DE SORDOS
¿Te has dado cuenta de que en este país nadie oye a nadie?
Los gobernantes hablan y nadie les hace caso y el pueblo habla y se
queja y los gobernantes se hacen los sordos. Yo me he puesto a p o-
nerle cuidado a las discusio nes de la gente, en la calle, y he desc u-
bierto que la mayoría de las veces las personas que discuten no ti e-
nen posiciones contrarias, sino la misma, sólo que ninguno oye al otro
y piensa que se le está oponiendo. Una amiga mía hizo la prueba y,
en una fiesta, le dijo a sus invitados, mientras pasaba con una band e-
ja de canapés, que los había de tres sabores disti ntos: de jamón, de
queso o de basura. Y nadie puso cara de asco, ni n adie dejó de comer
los canapés. Mayor prueba de sordera, imp osible.
LA SEQUÍ A
Esa mujer saca todas las tardes a pasear a ese perro y... Dios
me perdone por lo que voy a decir, aunque simplemente voy a repetir
lo que la gente dice por aquí. Yo no la he visto, pero, dicen que ese
perro es su amante. La conserje del edificio donde ella v ive, que es
muy amiga mía desde hace mucho tiempo, me contó que una tarde,
hace como año y medio, la mujer ésta la llamó porque tenía una
emergencia. Mi amiga, además de atender la conse rjería, se redondea
sus centavitos haciendo la limpieza de algunos apartamentos. Por
eso, ella tiene llave de esos apartamentos y... A lo que iba: ella me
cuenta que, esa tarde, cuando e ntró, encontró a la mujer y al perro,
tumbados en la cama, pegados uno al otro y sin poderse zafar. Ella
me dijo que, después de que se le pasó el aso mbro, trató varias veces
de separarlos, halando el perro hacia ella, pero no pudo. Ento nces,
después de unos minutos en que no se le ocurría qué hacer, buscó
agua helada en la nevera y se la echó al perro. Entonces, en lo que se
le bajó aquella cosa roja, dice ella, el perro se salió de la mujer y las
cosas volvieron a la normalidad. Mi amiga me dijo que la mujer le
pagó bien para que no se lo co ntara a nadie, y a la única que se lo ha
contado es a mí. Ahora lo sabes tú, pero eso es algo tan sucio que yo
sé que tú también vas a guardar el secreto.
¡CALLADÍIIIIIIITO!
152
TURISMO METALIZADO
153
LOS MUCHACHOS DE AHORA NACEN APRENDIDOS
Ese carro me tiene tan enojada que anoche hablé con él. El
muy muérgano no quiso rodar ayer en la tarde y ya otras veces me
había presentado problemas en el encendido. Yo me paré frente a él y
le dije: “¡Así es la cosa: ¿tú no quieres trabajar?! ¡Bueno, se acabó:
hasta aquí llegamos! ¡De ahora en adelante, no te voy a seguir cu i-
dando! ¡Aquí te dejo y ojalá te conviertan en chatarra!”. Di media vue l-
ta y, cuando ya me iba, sentí que me llamaba, no con una voz, sino
con, no sé... Me metí otra vez dentro, le di vuelta a la llave en el e n-
cendido y el motor prendió como si fuera nuevo. Esta mañana se portó
bien, cuando salí con Alicia, y ahora, cuando vine para acá, también.
Pero vamos a ver cuánto le dura la mansedu mbre, yo no confío mucho
en él.
EN CAS A DE HERRERO
¿Tú conoces ese dicho que dice que “En casa de herrero, c u-
chillo de palo”? Con Franklin, mi cuñado, ese dicho está más que ju s-
tificado. El, precisamente, es herrero, y de los buenos, de los de ant e-
s, formado en el oficio. Pero tú vas a su apartamento y Franklin no
tiene ni una sola reja, ni una sola cerradura, ni nada qu e le recue rde
su trabajo. Allí no existen ventanas ni puertas, la única que hay es la
de la calle. Desde que se mudó, él hizo sacar las ventanas y mandó a
que taparan los huecos con ladrillos. Allí no entra luz natural y, p ara
no pintar las paredes, las r ecubrió de papel tapiz y las tapó con cort i-
nas. Para resguardar el apartamento, Franklin tiene un sistema de
alarma conectado a una sirena, que suena si a lguien intenta forzar la
puerta de la entrada. Por eso y por otras excentricidades es que él no
se ha casado y yo no creo que haya en este mundo una sola mujer
que le soporte sus locuras.
155
EL ESPECI ALISTA
SI YO TUVIERA UN HIJO
SUFICIENTE CASTIGO
ANOREXI A MORTAL
RETOQUES A LA MUERTE
DE MARTE P AR A VENUS
LA ENSEÑANZA DE UN G ATO
¿QUÉ ES UN MUERTO?
162
NUNCA HEMOS QUERIDO CONTRADECIRTE
163
Fe
“Yo miré y vi una mano tendida hacia mí con un libro enroll ado.
Lo desenrolló ante mi vista: estaba escrito po r dentro y por fuera y
contenía lamentaciones, gemidos y ayes”. Ezequiel, 2,9-10.
164
CARA DE ESPERANZA
MAL DE OJO
EL NAUFRAGIO DE NOÉ
167
LECTORA DEL PENS AMIENTO
EL DÍ A QUE YO TENG A RE AL
S ALUD DE BICICLETA
AUGURIOS
No estoy de acuerdo con las utopías porque, en las uto pías, los
que las hacen quieren que el mundo sea a imagen y semejanza de
ellos, que el orden sea el que ellos imponen y que el curso de los
acontecimientos siga el camino que ellos han trazado. A mi mod o de
ver, cada quien debe construir su propia utopía y tratar de vivirla, p ero
eso sí, sin imponérsela a nadie.
EL NUEVO RATÓN DE LOS DIENTES
ERRORES DE DIOS
Hay que ver, Teodoro, que la misericordia divina es infin ita: hay
170
tanta gente en esta vida en la que no vale la pena gastar m ateria y,
sin embargo, Dios la tiene ahí, como si nada, tragando a más no p o-
der, consumiendo a ire, gastando agua, ocupando un espacio, ten iendo
hijo tras hijo. Uno de esos es el dueño del bar que está a mitad de la cua-
dra. ¿Qué beneficio le ha reportado a la humanidad o al mundo la
existencia de ese señor? Es un hombre grosero, e nvidioso, tracalero,
intrigante y, para colmo, cobarde a más no poder. Él te hace algún
daño y tú le respondes o, simplemente, te d efiendes, y te lleva ante la
policía, acusándote de que lo estás agrediendo. Como ya está viejo,
hace uso de la edad para prese ntarse como víctima. Él te busca pleito
y hasta trata de dart e un carajazo y, cuando tú se lo devue lves, va y
pide ayuda, porque él es una persona mayor. Y claro, ahí mismo se
levantan de las mesas del bar cuatro o cinco hombres, a defende rlo.
Ya yo he tenido varios encontronazos con él, porque parece que ded i-
ca su vida a ver cómo hacerle daño a los demás... A veces pienso que
para lo que existe ese tipo de persona es para probar la p aciencia y la
entereza de los demás. Para más nada. De otra manera, lo único que
a uno le quedaría pensar es que se trata de err ores de Dios.
DE HUECO EN HUECO
PIS ADA
SI ME ANUNCI AN UN MAL DÍ A
COMPRAR EL PERIÓDICO
172
Necesidad
“¡Y hay tantas historias que contar, demasiadas, tal exc eso de
vidas acontecimientos milagros lugares rumores entrelazados, una
mezcolanza tan densa de lo improbable y de lo mundano! He sido un
devorador de vidas y, para conocerme , sólo para conocer la mía,
tendréis que devorar también todo el resto”. Salman Rushdie. Hijos de
la Medianoche.
173
DE FAMILI A
174
SUCEDÁNEO TROPICAL
HORAS DESIGUALES
CABALLERO ANDANTE
AL FIN Y AL CABO
VIDA DE PERRA
A h o ra qu e lo d i ce s, e s ve rd a d : d e sd e qu e d e jé e l t ra b a jo , m e
h e p a sa d o la vid a la d ra n d o . P e ro , p e n sá n d o lo b ie n , e so n o e s n u e -
vo . E m p e za n d o p o r qu e , se gú n e l h o ró s co p o ch in o , yo n a cí e n e l
a ñ o d e l p e rro , d e a h í e n a d e la n t e , la vid a m e h a t ra t a d o sie m p r e
co m o u n p e rro y a ve ce s co m o a u n a p e rra . . . P a ra qu e ve a s qu e lo
qu e d i go e s ve rd a d , e l o t ro d ía m e p re se n t é a u n a p r u e b a p a ra i n -
g re sa r e n la E scu e la Na c io n a l d e T e a t ro y m e p u s ie ro n a h a ce r p r e -
cis a m e n t e d e p e r r o . T e n ía qu e la d ra r, m o ve r la co la y ra s ca rm e la s
p u l ga s co n u n p i e . Yo p e n sé qu e m i a ct u a c ió n le s e s t a b a gu st a n d o
m u ch o , p o r qu e o í a t o d o t ip o d e e xcla m a c io n e s p e ro d e sp u é s m e
qu e r ía m o r ir d e la ve r gü e n za , cu a n d o su p e qu e l o qu e t o d o s
a p la u d ía n e ra qu e a l le va n t a r la s p i e rn a s, se m e ve ía n la s p a n t a l e -
t a s, p o r qu e c o m e t í la t o rp e za d e ir a p re se n t a r e se e xa m e n co n u n a
f a ld a co r t a .
¡GABRIEL, BÁJ ATE DEL ÁRBOL!
LA SÉPTIMA VÍCTIMA
EL AUTOPROBLEMA DE CRISTINA
P ARRANDERA
LA P AS ANTÍ A DE JULIETA
COMO UN BISTECK
No, señora, ¿cómo va usted a pensar que uno, por ser médico,
está acostumbrado a ver gente desnuda? Uno la ve, claro que sí, pero
en otras condiciones, igual que se ve un bisteck o una parr illa, no sé
si me entiende. Por otra parte, en la emergencia de esta clínica, las
pocas veces que uno tiene enfrente a una mujer verdaderamente b e-
lla, lo más seguro es que ella esté tan mal que uno sólo sienta co m-
pasión por ese cuerpo. Pero, por supuesto, eso no qu iere decir que a
uno no le guste ver ciertas cosas, por ejemplo, unos bu enos pechos,
un trasero bien pr oporcionado, unas piernas de concurso. Y si a uno
se le presenta la ocasión, no debe de saprovecharla, ya que no hay
peor cosa que llegar a viejo y sentir se frustrado por no haber hecho
todo lo que se pudo.
MAMÁ NUNCA HA VISTO CAER GRANIZO
NI UN MES
P ADRE INVISIBLE
DOÑA PERFECTA
Hace como cinco años estuvo aquí un joven que se pag aba los
estudios t rabajando en el día como carnicero, en una charcutería que
quedaba por Caricuao. Una tarde, cuando a él le correspondió el per ío-
do de sus prácticas hospitalarias, le tocó asistir a un parto y, apenas
entró al quirófano, se armó un escándalo porque la partu rienta lo co-
nocía y se puso a gritar nerviosamente: “¡El carnicero! ¡¿Qué hace
aquí el carnicero?!” “¡No dejen que me haga nada m alo!” Como nadie
sabía qué era lo que estaba pasando, porque él nunca nos había d i-
cho a qué se dedicaba para ganarse la vida, p asó un rato antes de
que pudiéramos aclarar el asunto. Pero, por poco, la pobre mujer tiene
un shock, creyendo que el carnicero estaba allí para hacerle d año a
ella o a su bebé.
SI LA OBRA SE CAE
187
Memoria
188
SOUVENIRES AMBULANTES
El primer delincuente que tuvo esta ciudad fue nada m enos que
su propio fundador, Diego de Losada. El otro día leí que Losada
189
montó un juicio fraudulento contra el cacique Guaicaipuro y libró co n-
tra él una orden de aprehensión, siendo que ambas cosas eran ileg a-
les, pues Guaicaipuro no era súbdito español y no estaba bajo su j u-
risdicción. Por eso, se podría decir que lo de la delincuencia
organizada –y, por supuesto, también la deso rganizada–, que pulula
en esta ciudad, es congénita.
T o d o l o qu e e s y t o d o lo q u e s u ce d e , a b so l u t a m e n t e t o d o lo
q u e p a sa , h a p a sa d o y va a p a s a r e n e s t a vi d a , e st á e s c r i t o e n a l -
g o q u e s e l l a m a lo s “ r e g i s t r o s a k á sh i c o s ”. L o q u e s u c e d ió , l o q u e
e s t á s u c e d ie n d o y l o q u e va a s u c e d e r , ya t o d o e st á a n o t a d o a h í y
n o h a y m a n e r a d e c a m b i a r l o . U n o t ie n e q u e a d e cu a r se a e s o , t e n e r
c o n c ie n c i a d e q u e l o q u e e s t á p a sa n d o e s a s í y n o p u e d e se r d e
o t r a m a n e r a , a m e n o s q u e e s t é e sc r i t o q u e u n o l o d e b a ca m b ia r.
I n c lu s o e st a r e ve l a c i ó n q u e t e e st o y h a c i e n d o ya e s t á e s c r i t a . S i yo
m e l e d e c l a ro a u n a m u j e r, e s o t a m b ié n e st á e sc r i t o , in c l u s o co n
l a s p a l a b ra s q u e yo c re a q u e e s t o y in ve n t a n d o e n e se m o m e n t o . S i
yo e s c r i b o u n p o e m a , e se p o e m a e s t á e sc r i t o e n e s o s r e g i s t ro s
a k á sh i co s y yo l o q u e h a g o e s p e n e t r a r a e se l u g a r co n m i m e n t e y
c o p ia r l o .
EL NAZ ARENO DE S AN P ABLO
LA BECA
¡Ah, no, vale, tú no puedes seguir con eso de que hoy te dan la
beca para irte a Alemania y mañana no! Si la cosa sigue así, vas a t e-
192
ner que hacer como el tipo que llegó una vez do nde Guzmán Blanco,
cuando Antonio Guzmán Blanco era presidente de la Repúbl ica, y le
pidió una ayuda económica para irse a estudiar a Fra ncia, porque él y
que era pintor. Ese día Guzmán estaba molesto y le soltó al tipo cua n-
to insulto le vino a la cabeza. Pero el supuesto pintor se quedó call a-
do y dejó que Guzmán Blanco se cansara de echar sapos y cul ebras.
Y como él sabía que a Guzmán lo q ue más le gustaba era que lo co m-
pararan con Simón Bolívar, se levantó de donde estaba sentado y dijo:
“¡Caramba, general: hasta en el carácter se parece usted al Libert a-
dor!”. Y ahí mismo Guzmán Blanco ordenó que le conc edieran la beca.
193
ASÍ NO LLEG AMOS A NI NGUNA P ARTE
UN BUEN P ADRE
En otro país, ese hombre estaría preso por pegarle así a ese
niño, pero aquí hasta se le considera un buen padre porque, según la
gente, pegándole demuestra que se preocupa por él. La semana p a-
sada se lo tuvieron que quitar entre dos vecinos, porque el niño est a-
ba en un sólo grito y tenía los cachetes hinchados y m oretones por
todo el cuerpo. Ayer, dice el niño, el papá llegó enojado del trabajo y,
apenas lo vio, le dio una bofetada. Y no conforme con eso, en lo que
la criatura cayó al suelo, le dio una patada en las costillas. Menos mal
que en la casa estaba de vis ita un compadre, que fue quien resc ató al
niño del suelo, porque si no ese salvaje lo hubiera matado. Yo me
pregunto: ¿para qué una persona así tiene hijos? ¿P ara desquitarse
con ellos de lo mal que lo ha tratado la v ida?
195
EN CONTRA DE LAS CLASES ABURRIDAS
“S ANSÓN”
Cada vez hay menos gente con quien hablar en este país. Es i m-
presionante la imbecilidad y la brutalidad de las personas que lo rod ean
197
a uno... Y lo peor es que, en vez de disminuir el número, todos los días
aumenta. A la gente no le interesan las cosas importantes, sino t odo lo
que es banal, superficial, farandulesco. Uno siente como si se le est u-
viera reblandeciendo el coco o secando la materia gris a la gen te. A ese
paso, no sé a dónde iremos a llegar, ni en qué nos iremos a conve rtir.
CONSIDÉRENLO UN PRÉSTAMO
EL MEJOR ESCONDITE
Desde hace más o menos veinticinco años esa mujer anda por
ahí, pidiendo un bolívar para completar un pasaje e ir a Guarenas, y,
desde entonces, veo yo a la gente cayendo con ese cuento, así que tú
no eres el primero ni serás el último. Pero resulta que esa mujer es
dueña de dos edificios en Boleíta y tiene su buena quinta por El Hat i-
llo, donde viven ella, su marid o -que nunca ha trabajado en la vida y
fue quien le dio la idea de hacer lo que hace -, y los cuatro hijos que
tienen, ninguno de los cuales da golpe, ni estudia. A fuerza de pedir
ese bolívar, que a todo el mundo le parece poco y por eso nadie se lo
niega, ella tiene más dinero que tú y yo ju ntos pelos en la cabeza.
Una vez, el profesor Márquez Pérez, aquel que nos daba Cast e-
llano y Literatura en tercer año, dijo en una clase que nosotros los
humanos siempre veíamos las cosas desde nuestro pu nto de vista y
que por eso no teníamos consideración hacia ninguna otra especie
animal ni vegetal. Más adelante dijo que, con esa actitud, práctic a-
mente estábamos destruyendo el mundo. Yo no entendí bien aquello
y, cuando salimos de clases, le pedí que me explicara eso del punto
de vista. Entonces me puso como ejemplo el punto de vista de una
hormiga. Márquez Pérez dijo que, para nosotros, los animales peligr o-
199
sos eran las fieras, en tanto los inofensivos eran los domésticos. En
cambio, para una hormiga, las cosas eran al contrario. Para ella se rían
peligrosos el pato, el ganso y la gall ina, e inofensivos el tigre, el león,
el oso y la serpiente.
UN P ALO DE MUJER
200
EN ESTOS AP ARTAMENTOS
IMAGÍNESE
Y LISTO
INCENDICIDA
¿OKEY?
“CLAR A, GO HOME”
208
MENS AJE DE PELÍCULA
AUXILIO DE CARRETERA
¡PASTELITOS CALIENTES!
211
¿QUIÉN ES MÁS LADRÓN?
EL TREINTA Y CUATRO
Una tarde íbamos por el parque Los Caobos, cuando de repe nte
salió un animalito de los matorrales. Mi esposa y una pareja de am i-
gos con quienes íb amos charlando dijeron que era una rata y yo que
era una ardilla. Entonces me dijeron que, c laro, yo era un po eta y veía
ardillas donde había ratas. Yo no me quedé con la d uda y me acerqué
al lugar donde habíamos visto meterse al animal y r esultó que yo tenía
razón, que de verdad era una ardilla. Ahí me puse a pensar en lo t e-
rrible que es la vida : ellos, que eran el s etenta y cinco por ciento de
los testigos, falsearon la realidad. Y yo, que apenas era el veint icinco
por ciento restante, no. Así mismo ocurre en la sociedad: los que v e-
mos las cosas como son y no como nuestros preju icios quieren verlas
somos una minoría.
III Acto
ESCOMBROS
Y RELIQUIAS
NUESTRAS FRONTERAS
LA SILLA DE FLORENCIO
ESE EGOÍSMO
OBSESOS SEXUALES
T ú j a m á s h a s e s t a d o e n la p o b re za y p o r e s o t e r e su l t a d if í -
c i l e n t e n d e r qu e p e r s o n a s co m o A n a M a r í a o yo vi va m o s co m o v i -
v i m o s . A t i , t u p a p á t e d a t o d o lo q u e l e p i d e s , p o r q u e e r e s e s o , u n
h i j o d e p a p á . E n ca m b i o , n o s o t r a s t e n e m o s q u e t r a b a j a r p a ra c o m -
p r a r c u a l q u i e r co sa y, a n t e s , sa ca r c u e n t a s p a r a ve r s i l o q u e v a -
m o s a co m p ra r n o n o s d e se s t a b i l i za e l p r e su p u e s t o . P a r a t i n o h a y
c r i s i s , n o p u e d e h a b e r l a , p o r q u e t ú s i g u e s vi vi e n d o i g u a l q u e s i e m -
p r e p e ro , p a ra n o s o t r o s , p a ra l o s qu e e s t a m o s d e e st e la d o d e la
e c o n o m í a , l a vi d a e s t á d u r a , a p r e t a d a , ch i q u i t i ca co m o u n g r a n o d e
m o s t a za .
EL LLAMADO DE LA TIERRA
¡Ay, Nicolás, qué cosa tan horrible soñé anoche! ¡Soñé que
dejábamos de ser amigos y tú me declarabas tu amor, me pedías que
fuera tu esposa, yo te decía que sí y teníamos un noviazgo de lo más
lindo! ¡Después nos casábamos, nos íb amos a esa región del Canadá
que tanto te gusta y vivíamos en una casita de madera muy confort a-
ble y hermosa y con una chimenea que espantaba el frío de la s no-
ches! ¡Teníamos dos hijos, Michael y Pamela, y ér amos la pareja más
feliz del mundo! ¡Yo respiré tranquila esta m añana, cuando abrí los
ojos, y vi que todo había sido un sueño!
¡Hay que ver, Gilberto, que tú eres bien id iota: Frank se la p asa
todo el año jodiéndote, sacándote el jugo en el trabajo, e xplotándote a
más no poder, y porque el 24 de diciembre, en un a lmuerzo, se toma
contigo dos cervezas y te pone la mano en el ho mbro, por eso ya tú
piensas que es un buen tipo , una buena persona! ¿Tú no te das cue n-
216
ta que ese hombre, apenas pasen las navidades, volverá a ser el
mismo déspota de sie mpre?
POR SI AC ASO
A mi mujer la tuve que matar porque era más puta que una ga-
llina. Para mí, llegó a ser la mujer más puta que había sobre la Ti erra.
Y no lo digo para justificarme sino que, en los años que estuvimos c a-
sados, no hubo un solo hombre entre mis amigos y c onocidos que no
se acostara con ella, incl uyendo al párroco de la iglesia donde iba a
misa los domingos. Nada más con él, me enteré que me había mo nta-
do cachos tres veces y eso que era un cura más feo, buena persona
pero feo a más no poder. No sé cuántas puñaladas le di porque a la
de veintidós perdí la cuenta . Yo quería darle una por cada hombre con
que me había engañado, pero como no sabía cuántos eran, le di todas
las que pude, hasta que se me cansó el brazo. Cuando terminé, cua n-
do sentí que ya no tenía fuerzas para darle una más, yo mismo fui con
el cuchillo lleno de sangre a entregarme a la policía.
MULTILINGÜÍSMO
SEGÚN SE MIREN
Las cosas son según como se miren. Tú las ves favor ables y te
resultan favorables. Las ves en contra tuya y seguro que te s alen mal.
Yo siempre me acue rdo de algo que leí en un libro, algo que d ecían
de David y Goliat. Todos los israel itas veían a Goliat tan grande y tan
fuerte que llegaron a creer que nadie podía derrotarlo. En cambio, D a-
vid lo vio igualmente grande, pero pensó: Con ese tamaño, es i mposi-
ble que me f alle la puntería”.
NUDO EN EL CORAZÓN
CAUS AL DE DIVORCIO
LA UNIÓN
219
VÍCTOR
CEMENTO FRESCO
Algo que muy pocos entienden es que los niños son como el
cemento f resco y que todo lo que les cae les deja marc ada su
huella.
MANTENERSE JOVEN
¿A TI NUNCA TE HA P AS ADO?
LA MARCA MUNDIAL
ESPERANDO A MILITZA
¿POR QUÉ?
LO QUE NO ES S ANO
222
En la vida, uno puede abrazar opiniones y puntos de vista. Eso
es muy sano. Lo que no tiene nada de sano es que la s opiniones y los
puntos de vista te abracen tan fuerte que, después, te impidan m overte.
ESTÍMULO FISIOLÓGICO
UN ENG AÑO
CONSEJO
SI YO FUERA GOBIERNO
PETICIÓN DE AUXILIO
PROSPECTO DE MONSTRUO
DI AGNÓSTICO
¡Mire, amigo, vamos a precisar las cosas: cuando dije que u sted es
un imbécil y el coño de madre más grande que he conocido en mi vida, no
lo estaba insultando! ¡Yo soy médico y lo que hice fue darle un diagnóst ico!
MALAGRADECIDA
COMPLETAMENTE MUDO
LA BOTADERA
EL PROBLEMA DE BRENDA
226
El problema de Brenda es el de muchas personas que yo cono z-
co: es gente que ha tenido la suerte de toparse cara a cara con la fel i-
cidad y, al mismo tiempo, la desgracia de no haberla recon ocido.
“RENOIR”
PREJUICIO FAMILI AR
INCONFORMIDAD
¿Qué hora tiene usted, por favor...? ¡Todavía falta media hora
para que abran el ban co! Si uno tuviera el poder de aligerar o retardar
el tiempo, qué bueno sería, ¿verdad? Que uno dijera “¡abracadabra!” y
ahí mismo el reloj pegara una carrerita y se montara en el minuto que
uno quisiera. O, al revés, que uno anduviera retras ado y entonces el
tiempo se pusiera a caminar como si estuviera cojo... Otro poder que
me gustaría tener sería el de conve rtirme en cualquier animal, para 228
que cada vez que alguien me molestara, me sintiera aburrida o cans a-
da, me pudiera transformar en el que me diera la gana y así poder sa-
lir a la calle, a disfrutar la vida. Que alguien me insultó, voy y me
vuelvo una avispa para picarla. Quiero volar y me convierto en un
pájaro o, si deseo nadar, me hago pez, tiburón o ballena. Un poder de
esos le hace a una m ucha falta en la vida, yo que se lo digo.
TROMP AS DE REPUESTO
Los dos, cuando les nació el sexto niño, decidieron operarse. Cua-
tro meses después, él se hizo la vasectomía y ella la histerecto mía pero,
qué va, esa hermana mía y su marido son peores que los conejos, d e-
masiado fértiles, y una semana después ya ella estaba otra vez embar a-
zada. La única explicación, según uno de los médicos que c onocieron
del caso, es que ella tiene unas trompas de Falopio de r epuesto.
RECICLAJE
Mira, Franco, eso es una ley: una mujer que baila bien, que es
buena moviendo el esqueleto al ritmo de la música, es igual de buena
en la cama. No lo digo yo, lo dicen los científicos: los resortes del
cuerpo para bailar y para hacer el amor son los mismos.
HUMO DE INCIENSO
COCINAR BIEN
EN PERSONA
ADIOS, INDIGESTIÓN
¡OBEDECE A TU PAP Á!
Uno debería ser como las culebra s, que todos los años ca mbian
de piel. Aunque, si eso pasara, quebrarían todas las fábricas de
cosméticos y las mujeres ya no necesitarían quitarse la edad porque,
cada tanto tiempo, tendrían su cirugía estética natural y gratuita.
“CHICHO” BLANCO
232
Eso sí que da lástima. La pobre le dejó el niño a una m ujer ahí
mismo, en la entrada de la maternidad, para entregar un papel que le
estaban pidiendo –creo que era el certificado de que el médico la ha b-
ía dado de alta–, y resulta que la mujer se fue con el niño y de sapare-
ció de todo esto... Sí, pasó hace como diez minutos, yo estaba
hablando en el teléfono público y vi cuando ella le entr egó el bebé a la
mujer. A mí no se me ocurrió que estuviera sucediendo nada malo,
porque las dos hablaron como si se conocieran desde hace mucho
tiempo. Luego, todo fue tan rápido que, si no tuviera el dolor de vien-
tre que tengo por la regla, pensaría que e stoy soñando.
HELIODORO
He l io d o ro sa l ió a b u sca r t ra b a jo la se m a n a a n t e p a sa d a y t o -
d o s e n la ca sa d i jim o s “ ¡m ila g ro ! ”. P e ro qu é p o co n o s d u ró e l co n -
t e n t o : h a y qu e ve r qu e e se h o m b re e s b ie n sin ve r gü e n za . P o r la
t a rd e , n o s co n t ó q u e e n u n a co n s t ru cci ó n n o a ce p t ó e l t ra b a jo qu e
le ofrecieron porque no pagaban el salario mínimo. Después y que f u e
a u n a ca rn ice r ía y t a m p o co se qu e d ó p o r qu e n a d a m á s p a ga b a n e l
sa la ri o m ín im o . P o r ú lt im o – se gú n d ijo – , l le gó a u n a t ie n d a p o r d e -
p a rt a m e n t o s d o n d e n e ce sit a b a n a u n a lm a ce n i st a y, c u a n d o le d ij e -
ro n qu e le p a ga r í a n p o r e n c im a d e l sa la rio m ín im o , é l y qu e p u so
ca ra d e in t r i ga y c o n t e st ó : “ ¡Q u é va , si p a ga n t a n t o , e s p o r qu e a qu í
lo e xp lo t a n a u n o sin m ise r ico rd ia ! ” . E so f u e lo qu e é l co n t ó – ¡l o
qu e t u vo la d e sf a ch a t e z d e co n t a r! – , p e ro , a qu í e n t re n o s, He l io d o -
ro e s d e l t ip o d e ge n t e qu e s a le d e la ca sa b u sca n d o a D io s y r o -
ga n d o n o e n co n t ra rlo .
LA V AINA
LECCIONES DE PULCRITUD
“PEPE NOSEQUÉCOS A”
Magda es de esas personas que creen que los demás son idi otas
y siempre tratan de demostrar que son más vivas y más intel igentes
que los demás. Pero como tratan de hacer eso a cada rato, hay qui e-
nes nada más con verla se dan cuenta de quién es ella. Sin ir más l e-
jos, el otro día fue a verse con una adivina y la mujer, apenas la vio
entrar a su consultorio, la d etuvo y le soltó: “¡Para decir le algo, me
tiene que pagar por adelantado...!” Si no fuera porque a Magda se le
ven las intenciones claritas, yo pensaría que esa adivina de verdad es
buena.
PRIMERA S ALIDA
DÍ A DE LAS SECRETARI AS
¡Ay, Irene, qué flores tan lindas tiene usted aquí...! ¡Ay, Dios: si
hasta parecen de plástico!
TABACO
NO LO VOY A PERMITIR
Nos hemos reído bastante con algo que le pasó a Tulio porque el
lunes, cuando Cristina tuvo la bebé, se la llevaron a la habit ación para
que la viera y le diera de mamar. Un tipo que estaba en la sala de e s-
pera comentó que ojalá cuando su hijo, que también acababa de n a-
cer, tuviera edad de ca sarse, eligiera a una niña tan bonita como la
nuestra. Al rato, en la habitación -estábamos Dorys, mamá y yo -, nos
llamó la atención ver a Tulio, pensativo y con los puños cerrados,
dándole golpes a la pared y a la silla. “¿Qué te pasa, Tuly?”, le pr e-
guntó Dorys, y mira tú por donde andaba su pensamiento que co n-
testó, todo molesto: “¡Ah, no, yo no voy a permitir que mi hija se en a-
more de un cualquiera y menos que, de buenas a prim eras, se vaya a
vivir con él!”.
ACUÉRDATE DE ESO
A los hombres sólo les gustan las mujeres rubias. Si eres rubia
te dicen piropos, te dan el asiento en e l metro o en el autobús, te inv i-
tan a salir, a comer, a todo. Si tienes el cabello negro, ni te ven. Por
eso, yo me dejé de tonterías y me teñí el pelo de rubio cenizo y, de s-
de que me volví rubia, me va de maravillas. Los ho mbres se voltean
cuando paso, me consienten, hacen lo que yo quiero y hasta juego
con ellos, como si todos fueran mongólicos. Yo no sé cómo no me teñí
el pelo antes.
NO ES POR ASUSTARTE
SIN EXPLICACIÓN
237
Hemos tenido que pagarle a una psicopedagoga para que ayude
a Alexis a aprender a leer. Par ece mentira, pero ese n iño ya está en
quinto grado y todavía no sabe leer de corrido... Eso es lo que yo no
me explico: si no sabe leer bien, ¿por qué pasa de gr ado? ¿Cómo son
entonces esas maestras? ¿En base a qué lo eva lúan y lo promueven
de un grado al siguiente?
PROHIBICIÓN MÉDICA
LUJO IMPOSIBLE
REVIVIR LA REPUGNANCI A
SIN FRENOS
¡No, no me digas más nada! ¡Ya no quiero volver a oír tus cue n-
tos! ¡Yo ya me resigné a que tú vas a abandonar a tu mujer y a casa r-
te conmigo, cuando yo sea una vieja gorda y fea, con las tetas caídas
y sin dientes, con el poco pelo que me quede recogido en un moño, y
con tres o cuatro hijos que ni siquiera van a ser t uyos!
Carol, mi mujer, tiene una fijación con las labores de la c asa que
no la deja estar tranquila, ni disfrutar de nada de la vida. Ni cuando
salimos de vacaciones, Carol se olvida de la casa y sus quehaceres.
Cuando se muera, te aseguro que va a andar por la casa espantando,
porque es candidata a convertirse en ánima en pena. Hace seis o si e-
te meses, nuestro hijo m ayor nos regaló un viaje a Suiza, con todos
los gastos pagos, desde los boletos de avión hasta el hotel y las c o-
midas y, estando allá, mirando por las ventanas del hotel aquellas
montañas cubiertas de nieve, yo me sentía feliz, con el espíritu en paz
239
y enamorado de la vida. En cambio, Carol, cuando vio las nieves s o-
bre las montañas, ¿sabes qué me dijo? “Isidro: acabo de acordarme
que, antes de venirnos, no puse a descongelar el r efrigerador”.
Yo opino que un hombre que sólo tiene una cama donde pasar la
noche es un pobre hombre porque, o es un miserable o un imp otente.
Y, te digo, de alguien así yo no me enamoraría jamás en la vida.
S ALÍ A MI ABUELA
E n e so yo sa lí a m i a b ue la : m i a b ue la d e cía qu e si e l e n em igo
le p e d ía a u no a gu a , n o ha b ía qu e n e gá rse la . P e ro , e so sí, co n b a s-
t a n te sa l, p a ra qu e se le vo lt e a ra e l e st ó m a go com o si f u e ra una
ch a qu e t a.
MANUMISO
RESPUESTA A LA TERQUEDAD
240
Te voy a ser sincera: Erasmo es tan terco que yo terminé
casándome con él para ver si, por fin, después del divorcio, me lo
podía sacar de encima.
EL AÑO NUEVO
BIBLIOTECA A CUENTO
MENOS MAL
Menos mal que ninguna ley considera delito las cosas que uno
hace contra sí mismo. Si eso fuera así, las cárceles estaría n llenas y,
donde hubiera pena de muerte, las guillotinas, las cámaras de gases o
las sillas eléctricas no pararían de trabajar en todo el día, veinticu atro
horas diarias, los trescientos sesenta y cinco días del año.
241
RECURSO P ARA S ALIR ADELANTE
DESPUÉS DE V ACACIONES
LA MAYOR RIQUEZA
242
Dicen que la mayor riqueza que uno tiene en la vida son los
hijos, pero habemos mujeres que, por lo visto, tenemos el vientre ma l-
dito: yo tuve tres hijos, dos varones y una hembra, y el primero me
salió ladrón, la hembra me salió puta y el t ercero policía, de esos que
le pegan a los presos para que h ablen...
ARMANDITO EN LA TELEVISIÓN
NUEV AS TRETAS
REMEDIO P AR A LA SOLEDAD
243
Nunca en mi vida he tenido problemas de soledad. Las pocas
veces en que, por alguna razón, me he sentido sola, a los cinco min u-
tos he agarrado la guía telefónica y me he pue sto a ver cuánta gente
vive en Caracas. Toda esa gente está al alcance de una llamada tel e-
fónica, la conozcas o no. Entonces, no estás sola. Mie ntras eso sea
así, no te puedes sen tir sola.
HORA VENEZOLANA
LA MUJER DE UN ANORMAL
TENEMOS UN PROBLEMA
DORELYS
LA ESCALERA AUSENTE
VERDAD S ANGRIENTA
El día que yo acepte que me vea cualquier otro médico tiene que
ser que estoy en coma, porque consciente yo no me vuelvo a exponer a
que hagan conmigo lo que les dé la gana o a que estén experime ntando
con mi cuerpo y con mi vida, c omo si yo fuera un conejillo de Indias...
Me he pasado más de dos semanas de médico en médico, asustado,
haciéndome exámenes de todo tipo y tomando diversos m edicamentos
y ahora, como no encuentran la causa de lo que tengo, ¿sabes lo que
me han dicho? Que yo padezco el “síndrome de la e nfermedad oculta” y
246
que, mientras tanto, lo único que se puede hacer conmigo es estudia r-
me, porque yo y que soy el paciente cero de ese mal.
TAL CUAL
QUIERO DIEZ
OSCURO DESIGNIO
Hay una época en la vida de uno en que eso que te está pasan-
248
do a ti es más o menos normal. A uno le parece, oyendo hablar a los
demás, que ha perdido su tiempo leyendo los pocos libros que ha p o-
dido leer, porque los verdaderamente importantes par ecen ser los que
han leído los demás. Ni más ni menos, uno siente como que hubiera
extraviado la senda para alcanzar la verdad y que todo el mundo está
en el camino corre cto y uno no. Pero no es así y de eso te vas a dar
cuenta más adelante. Tú vas a ver, no ahora sino dentro de unos
años, que las cosas no son co mo parecen y que más de un erudito
es, en realidad, un farsante. Ninguna persona, ni la más culta que tú
conozcas, se ha leído todo lo que cita.
EN LOS CASINOS
¿Tú quieres saber dónde se la pasan los que han arruin ado a
este país? No los busques en sus casas, ni en sus of icinas, y ni s i-
quiera en lu gares maravillosos como París, Nueva York o las islas
Seychelles. Están en Curazao, en Aruba, en Bonaire, o en cualquier
lugar del Caribe donde haya casinos, apostando el dinero que tan
poco esfuerzo les ha co stado, sin importarles si lo pierden o no, po r-
que saben que bie n pronto volve rán a reponerlo. Algún día, cuando
se escriba la verd adera historia de este país, se señalará un f en ó-
meno socioeconómico bien curioso y es cómo los casinos de toda el
área del Caribe p rosperaron, durante décadas, gracia s al petróleo
vene zolano.
“LILY MARLEEN”
MIENTRAS ÉL ME DÉ MI DINERITO
BUSCANDO ORO
ATENTO
Tú sólo tienes que estar atento todos los días en los periód icos
a que se muera alguien con tu apellido. Debes revisarlos te mpranito y
todos, eso sí, todos, porque no traen los mi smos muertos. Mira: no ha
habido una vez que se haya muerto un Gutiérrez que yo no haya ped i-
do permiso para faltar en el trabajo.
LA MISMA GE NTE
ACTUALÍZATE
PROMES A MATRIMONI AL
SI YO HUBIERA SABIDO
PEORES HE CONOCIDO
EL ÚNICO CONSUELO
VECINOS V AMPIROS
UN RATICO DESPUÉS
PICOR DE MANOS
253
Me está picando la mano derecha, qué buena broma . Cuando
ese picor empieza, al rato también empieza el desfile de cobrad ores
por mi oficina.... Si, en cambio, la mano que me picara fuera la i z-
quierda, tendría al menos la esperanza de que me va a entrar algún
dinerito. El mes pasado, me empezó apenas cob ré la quincena y, ha s-
ta que no pagué la última cuenta y me quedé más limpio que talón de
lavandera, no se det uvo el picor.
ACOSTUMBRADOS A LO MALO
TIRO AL BLANCO
AL REVÉS
COMPRENSIÓN DIVINA
CÓMO ME V A EN EL TRABAJO
YO NO COMO NARANJ AS
Con los juguetes de los niños pasa una cosa que no sé si te has
dado cuenta y es que existe una especie de reciclaje espont áneo. Uno
le compra juguetes a sus hijos y ellos los botan o los pierden. Supo n-
go que lo mismo le sucede a los demás padres con sus niños y, por
eso, por cualquier sitio que pases, si empre encuentras un juguetico
que se le ha caído o se le ha perdido a algún niño. Y no sé si te has
dado cuenta, pero esos juguetes encontrados son los que más le gu s-
tan a nuestros hijos. Yo he llegado a pensar eso que te dije, que con
los juguetes existe algo así como un espíritu o una fuerza universal de
reciclaje espontáneo, que mantiene un cierto nivel de compens ación.
SU VERDADERO ÉXITO
MIS NEGOCIOS
VE AN A CONTINUACIÓN
258
CONCLUSIÓN
INDEFENSIÓN
SER CALVO
CONSENTIMIENTO
A h , ¿t e e n te ra st e? S í, a l f in a l, de sp ué s d e t a n to n e ga rm e , t u ve
qu e d a r m i con sen t im ien t o p a ra qu e Ma ria n e la se casa ra co n e se
m u cha cho qu e la h a e sta d o p re te n d ie n do d e sd e qu e e lla t e n ía qu i n -
ce a ñ o s. E l d ía e n qu e é l f ue a h ab la r co n m igo p a ra pe d irm e la m a -
n o d e Ma ria ne la , yo a b rí la b o ca p ara d e cirle qu e n o , p o rqu e é l n o
co n t ab a con lo s re cu rso s suf icien t es p a ra ma n te n e rla, y e n e so me
d i cu e n t a de qu e yo t a mp o co. E n t on ce s, m e le qu e d é vie n do y, co m o
m o ví la ca b e za h a cia a rrib a y h a cia a b a jo, va ria s ve ce s, t an t o él
co m o Ma ria ne la int e rp re t a ron qu e a pro b a ba su m at rim on io y se la n -
za ro n so b re m í, a a b ra za rm e . A e sas a lt u ra s, ya n o m e a t re ví a d e -
cir n a d a y, b u en o , co m o ya t e h ab rá s e n t e rad o , la b od a e s d e nt ro de
qu in ce d ía s.
260
EN LAS REVISTAS PORNOGRÁFICAS
EN PRIMERA FILA
SI UNO PUDIERA
Oye, Alirio, mira lo que dice aquí: “Si uno pudiera patearle el c u-
261
lo a la persona que nos hace la vida imposible y que nos mete en líos
y nos llena de tr ibulaciones a cada rato, le asegur o que no podríamos
sentarnos en varios meses”. A mí me parece un pensamiento buenís i-
mo, ¿y a ti?
ESCOMBROS Y RELIQUI AS
PULMONES DROGADOS
A h , s í , e so m e p a s ó a m í : e l o t ro d ía f u i a l ca m p o p a r a r e sp i -
r a r a i r e p u r o y, a p e n a s h i c e la s p ri m e ra s i n h a la c io n e s , t u ve u n a
b a ja d e t e n s i ó n y m e d io u n d e sm a yo . F u e c o m o s i m i o r g a n i sm o
p r o t e s t a se p o r l a f a l t a d e e s t e a i re c o n t a m in a d o q u e r e s p i r a t o d o s
l o s d í a s. D e b e se r q u e m is p u l m o n e s ya a s p i r a n e l a i re u r b a n o c o -
m o u n a d ro g a .
NO TENGO PROBLEMA
LAS LLAVES
Aquí, en el trópico, son más las flores sin nombre que le perf u-
man a uno el camino que las flores hermosas y distingu idas. Y esas
flores sin nombre, juntas, son como esas personas amables y hospit a-
larias que encuentras en todo el país, excepto en las grandes ciud a-
des... Ni siquiera en las grandes ciudades, porque la amabilidad es un
rasgo que, afortunadamente, no se ha perdido del todo en ninguna
parte del país.
P ARECE MENTIRA
Parece mentira que la vida sea tan larga que llegue un m omento
en que uno no recuerde e l nombre de una persona de quien se en a-
moró y creyó que era imposible vivir sin ella. Me parece i ncreíble no
acordarme cómo se llamaba la novia que tuve cuando estudiaba te rcer
año de bachillerato y que, cuando me dejó, hizo que yo estuviera e n-
cerrado en mi cuarto, llorando durante tres días.
HACE TIEMPO
ABEJ AS SUICIDAS
ES A TAL CORY
HELADO GRATIS
EN LA CLANDESTINIDAD
EL PLANETARIO
CUERPO DE COSTUMBRES
Hay que ver que, mientras más se vive, más se ve. Ayer, cuando
268
estaba haciendo la cola de los r eclamos en el teléfono, me puse a
hablar con un señor que estaba delante de mí, que había ido a pr o-
testar porque su cuenta era altísima. Pero no porque él tuviera m u-
chos familiares o amigos a los cuales llamar, sino porque en los últ i-
mos meses se había pa sado la mayor parte del día llamando a las
compañías de gas y de ele ctricidad, para quejarse de que las facturas
que le estaban enviando también eran exag eradas. ¿Tú puedes creer
semejante exabrupto?
VIDA DE J ARDINERO
Mire señora: eso de que la vida de jardinero es una vida bon ita,
porque uno se la pasa entre flores, eso es relativo. Yo he sido jardin e-
ro toditica mi vida, pero desde que me trajeron para acá , que era yo
un pelao -tendría como unos nueve años -, desde entonces, no he
hecho otra cosa que cuidar flores aj enas.
CASCADAS EN LA ESCALERA
Z u l m a e s d e e se t i p o d e m u j e r q u e lu c h a c o n l a vi d a c o m o s i
f u e ra u n h o m b re . E l l a s e le va n t a t e m p ra n o y s a l e a la c a l l e a d a r l a
p e le a , h a st a qu e p o r l a n o c h e re g r e s a a ca s a , a g o t a d a . No h a y
q u i e n n o h a ya t r a b a ja d o co n e l l a q u e n o e s t é a d m i r a d o d e su ca p a -
c i d a d y d e l a e n e rg í a q u e t i e n e . E l la e s t a n m a ch a qu e , a q u í e n t re
n o s, n o p u e d e u sa r m in if a l d a , n o p o r q u e t e n g a l a s p i e r n a s f e a s ,
s i n o p o r q u e s i s e l l e g a r a a p o n e r u n a , se g u r o q u e s e l e ve n lo s
t e s t í c u l o s.
270
QUE LO LLEVEN A UNA SELV A
P AJ ARITOS PREÑADOS
UN PROBLEMA DE CARIÑO
EL AP AR ATICO
Y pensar que hubo una época en que los hijos de uno estuvi eron
como para comérselos, y uno no se los comió...
CELAJE
CORRECTOR DENTAL
TRAGEDI AS ACTORALES
LA DEPRE A MILLÓN
¡Vaya, últimamente usted anda vestido con una pinta que cua l-
quiera diría que a caba de llegar de Hollywood! ¡Dígame una cosa,
aquí entre nos, ¿fue que se sacó la lotería, se metió en una de esas
bandas que se dedican a robar tiendas y sa strerías, o es que ahora
está trabajando en una tintorería de lujo?! ¡Dígamelo en confianza,
que yo le prometo que no se lo cuento a nadie!
Las malas costumbres son como las malas hierbas, que crecen
espontáneamente en cualquier sitio. Por eso es que tú no puedes d e-
jar dinero o una maleta sin vigilancia, porque v iene alguien, se los ll e-
va, y zas: de un momento para el otro nació un ladrón.
Ese es peor que Judas, porque siquiera Judas vendió a Cristo por
unas monedas, pero él tipo es capaz de entre gar a su madre, a ca m-
bio de nada, sólo por el gusto de la traición...!
Cuando uno juega con un perro, uno sabe que está juga ndo con
un animal pero, cuando juega con un gato, queda siempre la sens a-
ción de que es el gato el que está jugando con uno. Con los gatos p a-
sa igual que con los indios, que tú los miras en lo profu ndo de los ojos
y nunca sabes qué es lo que están pensando.
EL P ARAÍSO PERDIDO
GENERACIÓN DE NIETOS
BUEN CUERPO
Yo sé que tengo buen cuerpo, claro que lo sé, y por eso siempre
me compro ropa que me permita lucir el físico. Yo sé que unas pie r-
nas como las que yo tengo no las tiene casi nadie y por eso pien so
que mostrarlas no es pecado, como tampoco me parece pecado p o-
nerme un buen escote de vez en cuando o cruzar las piernas delante
de alguien que me interese. Hay que mostrar lo que se tiene, cuando
se tiene, porque -como decía mi abuela -, la belleza, en l o que empie-
za a marchitarse, es peor que la lepra: todo el mundo huye de ella.
SUEÑO CUMPLIDO
TELEVISIÓN P ACÍFICA
Mamá casi no fue a la escuela, pero era una persona que te nía
mucha sabiduría. Ella inventó una fórmula para que en casa vi éramos
poca televisión y que consistía en dejarnos ve rla, pero sólo hasta que
hubiera un herido o un muerto. Mis hermanos y mis dos hermanastras,
por parte de papá, empezábamos a ver una pelí cula y, apenas se pre-
sentaba una escena violenta, nos poníamos a gr itar, suplicando: “¡No
le pegues duro!” o “¡Por favor, no lo mates!” porque, tan pronto pas a-
ba algo violento, mamá nos apagaba el televisor.
MADRE DE CUATRO VIEJ AS
RETORTIJÓN DE ESTÓMAGO
V ALENTÍ A
P a r a m í , n o h a y h o m b r e m á s va l i e n t e q u e e l q u e s e ca s a co n
u n a a d i vi n a . L o s u yo e s va l e n t í a d e la b u e n a y l o d e m á s e s c u e n t o .
I m a g í n a t e q u e le g u s t e o t r a m u j e r o q u e q u i e ra t e n e r u n a a ve n t u ra .
¿ C ó m o l a o c u lt a . . . ? A u n q u e , a q u í e n t r e n o s, e n e se s e n t i d o t o d a s
l a s m u j e re s s o n a d i vi n a s p o r q u e , a p e n a s s e t e va n l o s o j o s e n
o t r a s d i re c c io n e s , a h í m i sm o t e ca p t u r a n l a i n t e n c i ó n .
MONTONCITO DE NADA
Me dan lástima esas personas que dicen que no tienen nada por
qué vivir. Son personas que no miran a su alrededor, que no se ent u-
siasman con las exp eriencias que tienen. No se dan cuenta de que la
vida les da todos los días cientos de regalos. Yo he conoc ido muchas
personas que viven quejándose del mundo, en lugar de quejarse de
ellas mismas. Y eso ocurre porque no saben que es dentro de ellas y
no afuera donde están los problemas.
UN DÍ A ENTERO DE MI VIDA
EL DE LA ARGOLLITA EN LA ORE JA
GUARDAR LA CUARESMA
LA RAZÓN
MI RELOJ
Sí, cómo no, ya le digo, déjeme ver... Son las cuatro y un...
¡Epa, epa...! ¡Hey...! ¡Mi reloj...! ¡Policía...! ¡Policía...! ¡Mi reloj! ¡D e-
vuélvame mi reloj! ¡Se llevan mi reloj...! ¡Hey...! ¡Pol icía!
281
UN GRAFITTI
FICCIÓN
DETALLES CONMOVEDORES
DOLOR EN LA COLUMNA
MIEDO AL DENGUE
Félix José perdió esos dos dedos cuando tenía ocho años, una
noche de Año Nuevo. Encendió un petardo y no lo soltó a tiempo. Esa
noche, en plena celebración, tuvimos que salir c orriendo con él para
285
el hospital, y lo que vimos allí fue espant oso: varias docenas de niños
y adultos mutilados o quemados de manera horrible, po rque tampoco
supieron lanzar un petardo o porque alguien, con mala intención, les
tiró uno. Esa noche, Alfredo y yo comprendimos que en este país no
hemos aprendido a separar la alegría de la muerte y nos da por m a-
tarnos entre nosotros, cada vez que est amos de fiesta.
MOVIMIENTO ONDULAR
MACHISMO LINGÜÍSTICO
No sé qu é m e p a sa , p e ro a sí co m o o t ra s p e rso n a s t ie n en e l
vicio d e l ciga rr illo , d e l a lcoh o l o d e la co ca ín a , yo t e ngo e l d e l ch o -
co la t e . Au n qu e me h a ce un d a ño p e rve rso p a ra e l h íga d o , yo n o
p u ed o d e ja r d e com e rme u n o o d o s ch o co lat e s a l d ía . Y a u n qu e sé
qu e e so s ch o co la te s me p ro d u ce n a le rgia , d o lo r d e h íg a d o y gra n o s
e n la ca ra , n o p ue d o d e ja r d e co me rlo s. Ha st a a ho ra h a sid o a lgo
m á s f ue rt e qu e yo , a lgo qu e n o h e p o d id o ve n ce r, au n qu e t e ju ro
qu e lo h e in t en t ado . ¿T ú no sab e s si a qu í, e n Ca ra cas, e xist e un a
a so cia ció n com o lo s A lco hó lico s An ó n im o s, p a ra qu ie n e s so mos
a d ict o s a l ch o co la te ?
BUENOS CONSEJOS
286
DÍ AS DE LLUVI A
A LO LIGHT
287
Ah, sí, desde que llegó el postmodernismo, todo es a lo light.
Hasta las ideas son a lo light. Por eso es que en este país no hay
pensadores que valgan la pena, ni líderes de verdad, y por esa misma
razón es que los políticos son t an inconsistentes.
LA ÚNICA DIFERENCI A
ESPERANDO
LO MALO DE LA INFIDELIDAD
Seguro que por ahí viene una mujer con hambre. Florcita, mi
amor, recójame esa cuchara que se me acaba de caer, que el lumbago
no me deja agacharme. ¿Quién será esa mujer que anuncia la cuch ara?
¡¿Si usted hubiera tenido diez años de amores con una mujer y
esa mujer sale preñada por otro hombre, usted no se dedicaría ta m-
bién a beber?! ¡Por eso es que yo estoy aquí, y bebo y bebo y sigo
bebiendo y no pienso parar de beber hasta que acabe con la bebida o
la bebida acabe conmigo!
HOMBRES COBARDES
EL ALCOHOL
CLARÍSIMA
E l vi e r n e s e n la m a ñ a n a , f u im o s a l C e n t r a l Ma d e i r e n se a
h a ce r m e r ca d o y, e n e l s e ct o r d e lo s ve g e t a l e s y l a s f ru t a s , vi m o s a
u n a p a re j a d e c in c u e n t o n e s e l i g i e n d o u n a s za n a h o r i a s . Me j o r d i -
c h o , e ra e l h o m b r e e l q u e e s t a b a s e l e c c io n a n d o l a s za n a h o r i a s.
“ E s t a s s o n b u e n a s p a r a u n a t o r t a ” , c o m e n t ó é l y e l l a p u s o ca r a d e
a s c o y c a n s a n c io a l a ve z. N o s o t r o s p e n s a m o s q u e la s e ñ o r a e s t a -
ba cansada de cocinar y que hacer una torta de zanahorias –a d e m á s d e
l a c o m i d a d i a r ia –, l e r e s u l t a b a a g o t a d o r . P e ro n u e st r a s s u p o s i c i o -
n e s se vi n i e r o n a l s u e lo p o r q u e , d e sp u é s d e p o n e r e s a c a r a , l a m u -
j e r d i j o , m o l e st a : “ ¿ Y t ú n o sa b e s co c i n a r o t r a co s a q u e n o se a t o r -
t a d e z a n a h o r i a s? ”
SOP A DE LETRAS
¡Pero hay que ver, Virgen del Carmen, que este hijo mío si es
bien ocioso y grosero, igualito al papá! ¡¿De dónde sacaste eso de
escribir groserías con la s opa de letras, ah...?! ¡Deja que regrese tu
papá del trabajo, que se lo voy a decir, para te que dé una pal iza!
SE P ARECÍ A A RODOLFO V ALENTINO
DORMIDOS EN EL CARRO
MORDERSE LA LENGUA
El que dijo aquello de que “No hay mal que por bien no venga”
era un genio, un verda dero genio. Hace quince días, mientras yo e s-
taba haciendo un negocio en el Parque de Cristal, entraron a robar en
mi tienda de la avenida Urdaneta y, cuando los ladrones –que eran
tres–, se estaban retirando, los descubrió la policía. Los ladrones t o-
maron como rehenes a mis dos empleadas y trataron de salir parap e-
tados tras ellas. Hubo un intercambio de disparos y dos de ellos sali e-
ron heridos, uno, por cierto, de gravedad. El tercer ladrón, al ver a sus
compañeros caídos y bañados en sangre, se entregó. La noticia salió
esa noche en todos los noticieros y al día siguiente en todos los p e-
riódicos. Yo mismo aparecí en televisión y retratado en los diarios. Y,
aunque parezca increíble, desde ento nces se triplicaron las ventas.
Primero, la gente venía por curio sidad pero, como yo tengo buenos
295
precios, corrió la voz, y ahora me va de lo mejor. Y ojalá, Dios m e-
diante, siga así. Si no, voy a tener que pedirle a otros ladrones que se
ocupen de nuevo de hacerme p ublicidad.
LENGUA VIPERINA
Silvia, chica, qué suerte tienes tú: yo nunca he visto un niño más
tranquilo que éste, ¿qué le das...? Parece que ni respirara, no se
siente en lo absoluto, es como si no estuviera... Si Dios me garantiz a-
ra que, si tengo un hijo va a ser como el tuyo, esta misma noche
saldría a buscar con quién lo hago.
LA BALA
CIGÜEÑA, ADIOS
NÚMERO EQUIVOCADO
¿TÚ ME ENTIENDAS...?
¡Oh! ¡¿Cómo es -tá osted...?! ¡Yo, moy bien, gra -cias...! Otro día,
yo ido bús-car osted, lle... ¿lle -var? ¿Se dice lle -var...? Yo ido lle -
var paquete de ambaja dor y en el suyo edificio, encón -trar mochacha,
mochacha linda... Mochacha linda invita tó -mar café... Yo sube a -par-
to-menta,,, qué soerte, piensa yo, mochacha li nda... Yo entra a -par-to-
menta y, oh, yo pone rojo: esposo gay, ¿tú me entiendas...?
PICANTE
UN CEPILLO DENTAL
MULTIPLICAR Y NO DIVIDIR
SESENTA BUJÍ AS
ETERNAMENTE AGRADECIDAS
CIUDAD SUCI A
¡Esta ciudad está cada día más sucia...! ¡No hay un sólo día que
yo llegue a mi casa con la ropa decente y con los zapatos present a-
bles, y eso que salgo de aquí con el liqui liqui, de punta en blanco. ..!
¡Y el problema no es sólo del gobierno, sino de falta de educación
ciudadana! ¡Yo estoy cansado de ver a la gente lanzando desperdicios
en la calle, incluso delante de agentes de policía, y nadie les dice n a-
da! ¡Es más, yo he visto a los mismos pol icías comerse algo y tirar
los papeles a la calzada!
Estoy hecha una porquería: cada vez estoy más miope, tengo el
pelo quebradizo y lleno de horquetil las, la cara con barros y e spinillas,
tengo un seno con el pezón infectado, me han salido hemorroides y se
me han enterrado dos uñas en los pies. No me extraña que, con este
panorama, en los últimos tiempos no haya h abido un solo hombre que
se me acerque.
DUEÑA DE UN V AN GOGH
ENCARNACIÓN
COMUNIDAD DE INTERESES
SUICIDIO EN EL METRO
¡Sí, sí, claro que lo vi, qué horrible, yo vi cuando se tiró a la vía,
estaba llegando el tren a la estación! ¡El muchacho, porque en real i-
dad era un hombre joven, como de unos veintici nco años, esperó que
el tren entrara a la estación y, de repente, no sé, caminó rapidito y se
tiró! ¡Ay, Dios mío, qué desgracia, yo no quiero volver a pensar en
eso! ¡Cada vez que cierro los ojos, me acuerdo del s onido del golpe,
del grito del hombre, del chirrido de los frenos del tren y de los gritos
de la gente y de los que yo di, y siento un escalofrío que me estrem e-
ce todo el cue rpo!
304
¡Noooo, mijo...! ¡Para yo salir contigo, primero tienes que baña r-
te con kerosene y después p egarte un fósforo! ¡Y aun así lo pensaría
porque a mí no me gustan los negros, y menos si están qu emados!
MAMITIS
CAMBIOS
La gente que piensa que todos los días son iguales está mue rta.
Muerta en vida. Si algo bueno tiene la vida es la variedad de situ a-
ciones y experiencias que te da. Ningún día se parece a otro e, incl u-
so, ningún minuto es igual al que le sigue. Nosotros tamp oco somos la
misma persona todo el tiempo po rque el que somos al levantarnos es
muy distinto al que somos cuando por la noche nos volvemos a aco s-
tar. Uno sólo deja de experimentar cambios cua ndo se muere... Y ni
siquiera, porque tanto el espíritu como los huesos se siguen transfo r-
mando.
S AN NICOLÁS V A AL BAÑO
DILEMA
“CUELG A, YA ATENDÍ”
A LA GENTE INFERIOR
POR DÓNDE V A
307
A mí no me preocupa adónde va a ir a parar el mundo dentro de
unos años o dentro de un siglo. Eso nadie lo sabe. A mí lo que en re a-
lidad me preocupa es por dónde va a ir el mundo mientras tanto.
S ANTOS DE TURNO
EL S ÁBADO EN LA NOCHE
LOS SÍMBOLOS DE LA P AZ
ASÓMATE A LA VENTAN A
8:00 a.m.
I Acto (CIVILIZADA BARBARIE)
II Acto (METÁSTASIS DE LA LOCURA)
Mundo
Cielo
Destino
Eternidad
Fuerza
Fe
Necesidad
Memoria
Alfabeto
Aritmética
III Acto (ESCOMBROS Y RELIQUIAS)
8:01 a.m.
311
312
Sequera, Armando José (Caracas, Venezuela, 1953). Escritor, periodista, profesor y productor audiovisual. Reside en
Valencia, Estado Carabobo. Es autor de sesenta libros de diversos géneros, unos para adultos y otros para niños y jóvenes. Ha obteni-
do diecisiete premios (y veinte y cuatro menciones de honor) literarios, cuatro de ellos internacionales: Premio Casa de las Américas
(1979), Diploma de Honor IBBY (1995), Bienal Latinoamericana “Canta Pirulero” (2001) y Premio Internacional de Microficción Narrativa
“Garzón Céspedes” (2012). Es Premio Iberoamericano “Chamán” de Comunicación, Cultura, Oralidad y Oralidad Escénica. Entre sus
títulos más destacados: Evitarle malos pasos a la gente (1982), Teresa (2001) y Mi mamá es más bonita que la tuya (2005). En 2006
fue nominado al Premio Astrid Lindgren por el Banco del Libro. Obras: Ojos de fiera (Cuento para adolescentes, Fondo Editorial del
Caribe, Barcelona, Venezuela, 2011). Curiosidades históricas en torno al Libertador (Divulgación histórica, Fondo Editorial Ipasme,
Caracas, 2010). Una tía excesivamente cariñosa (Cuentos, Editorial Alfaguara, Caracas, 2010). Por culpa de la poesía (Novela, Editorial
Alfaguara, Caracas, 2009). El Libro de Teresa (Cuentos para niños y jóvenes. Editorial Gente Nueva, La Habana, Cuba, 2008; este libro
reúne en un único volumen los tres libros de cuentos en torno al personaje Teresa). Chocolate (Cuento para niños. Fondo Editorial El
Perro y La Rana, Caracas, 2008). Morceaux choisis (Anthologie bilingüe / Selección de cuentos de Luis Britto García y Armando José
Sequera. Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas - París, 2008). Passarola (Poemas, Editorial Electrónica Remolinos, Lima,
Perú, 2008, Editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2010, Ediciones COMOARTES, Madrid, 2012). ¿Qué haces tú en mis sueños?
(Cuentos para niños y jóvenes, Editorial Norma, Caracas, 2008 - 2da. edición corregida, Editorial Norma, Caracas, 2009). Papá el
escritor (Cuentos para jóvenes, Editorial Alfaguara, Caracas, 2008). Los hermanos de Teresa (Cuentos para niños y jóvenes, Editorial
Alfaguara, Caracas, 2008). El unicornio despierto (Cuento para niños, Fondo Editorial del Caribe, Barcelona, Venezuela,
2007 - Editorial Gente Nueva, La Habana, Cuba, 2010; posteriormente, se ha editado como El despertar del unicornio, Cuento para
niños, Editorial Alfaguara, Caracas, 2008). El derecho a la ternura (Novela, Editorial Espasa, Caracas, 2007 - Editorial Emooby, Portu-
gal, 2011). Ciencia para leer (Divulgación científica, Fondo Editorial Ipasme, Caracas, 2007). Un mundo de colores (Cuento para niños,
Thule Ediciones, Barcelona, España, 2007 - Un mon de colors, edición simultánea en catalán). Vine, vi, reí (Pequeñas crónicas
humorísticas, Debate - Random House Mondadori, Caracas, 2006). Reflexiones nocturnas para crecer en el día (Aforismos, Ediciones
San Pablo, Caracas, 2006; contiene todos los aforismos del libro Hallazgos y más de un centenar nuevos). Acto de amor de cara al
público (Cuentos. Fondo Editorial El Perro y La Rana , Caracas, 2006 y Editorial Electrónica Remolinos, Lima, Perú, 2008). Funeral para
una mosca (Crónicas, Random House Mondadori, Caracas, 2005). Libro de los valores y los antivalores (Anécdotas y relatos populares
de diversas partes del mundo. San Pablo Ediciones, Caracas, 2005 - Ediciones Alba, Ciudad de México, 2008). Todo por Dulcinea
(Aventuras de Don Quijote de la Mancha, vol. III; versión para niños de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha , Editorial Alfa-
guara, Caracas, 2005). Juan de papel (Cuento para niños, Editorial Alfaguara, Caracas, 2005 - 2da. edición a color, Editorial Alfaguara,
Caracas, 2009). Mi mamá es más bonita que la tuya (Cuentos para niños y jóvenes, Editorial Alfaguara, Caracas, 2005). La princesa
Micomicona (Aventuras de Don Quijote de la Mancha , vol. II; versión para niños de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha ,
313
Editorial Alfaguara, Caracas, 2005). Don Quijote es armado caballero (Aventuras de Don Quijote de la Mancha, vol. I; versión para niños
de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha , Editorial Alfaguara, Caracas, 2005). Un elefante con corbata (Cuento para niños,
Yosileo Editores, Ciudad de México, 2005). Detrás de una pelota (Cuento para niños, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas,
2005). El aprendiz de científico (Divulgación Científica, CENAMEC, Caracas, 2004 - Editorial Emooby, Portugal, 2011). Cultura y patri-
monio (Ensayo, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Consejo Nacional de la Cultura, Caracas, 2004). Enamórate de las cien-
cias (Divulgación Científica, CENAMEC, Caracas, 2004 – Editorial Gente Nueva, La Habana, 2008). La comedia urbana (Novela. Edi-
ciones Comala.com, Caracas, 2002 – Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 2006). Mosaico (Antología de cuentos 1977-
2001, Editorial El Otro, El Mismo, Mérida, Venezuela, 2001). Piel de arco iris (Cuentos para Niños, Ediciones San Pablo, Caracas,
2001). La calle del espejo (Cuento para Niños y Jóvenes, Editorial Alfaguara, Madrid, 2000 - Editorial Alfaguara, Ciudad de México,
2001). Teresa (Cuentos para Niños y Jóvenes, Editorial Alfaguara, Caracas, 2000 - Editorial Altea, Ciudad de México, 2001 - Editorial
Gente Nueva, La Habana, 2009 - Edición 10° Aniversario, Editorial Alfaguara, Caracas, 2010). Ayer compré un viejito (Cuentos para
Niños y Jóvenes, Editora Isabel De los Ríos, Caracas, 2000). Caída del cielo (Cuentos para Niños y Jóvenes, Editora Isabel De los
Ríos, Caracas, 1999). Fábula de la mazorca (Relato para Niños y Jóvenes, Ediciones Rondalera, Caracas, 1998 - Editorial Norma,
Caracas, 2002). La vida al gratén (Cuentos, Alcaldía de Girardot, Maracay, 1997 - Fondo Editorial Ambrosía, Caracas, 2002). Píldoras
de dinosaurio (Divulgación Científica, Alfadil, Caracas, 1998). Pequeña sirenita nocturna (Cuentos para Niños y Jóvenes, Editora Isabel
De los Ríos, Caracas, 1997). Guía de la sabiduría (Colección de Aforismos, Alfadil, Caracas, 1997; en este caso: recopilador). Agenda
del petróleo en Venezuela (Divulgación Histórica para Jóvenes, Alfadil, Caracas, 1997). Cuentos de humor, ingenio y sabiduría (Recopi-
lación y reescritura de Cuentos Folklóricos y Populares de Todo el Mundo para Niños y Jóvenes, Ediciones San Pablo,
Caracas, 1995 - Editorial Emooby, Portugal, 2011). Varias navidades al año (Cuentos para Niños y Jóvenes, CORPOVÉN, Caracas,
1995). Espantarle las tristezas a la gente (Cuentos para Niños y Jóvenes, Editora Isabel De los Ríos, Caracas, 1995). Maravillas y
curiosidades de la naturaleza (Divulgación Científica para Jóvenes, Ediciones San Pablo, Caracas, 1994). El jardín de las anécdotas
(Divulgación Histórica para Jóvenes, Ediciones San Pablo, Caracas, 1994). Hallazgos (Aforismos, Ediciones San Pablo, Caracas,
1994). Vidas inverosímiles (Relatos Biográficos Históricos, Vadell Hermanos Editores, Caracas, 1994 - Grijalbo, Caracas, 2009). Fábula
del cambio de rey (Relato para Niños y Jóvenes, Ediciones María Di Mase, Caracas,1991). Cuando se me pase la muerte (Cuentos,
Alfadil, Caracas, 1987). Escena de un spaguetti western (Cuentos Humorísticos, Ediciones Oox, Caracas, 1986). Alegato contra el
automóvil (Ensayo, Academia de la Historia, Caracas, 1985). El otro salchicha (Cuentos, FUNDARTE, Caracas, 1984). Evitarle malos
pasos a la gente (Cuentos para Niños y Jóvenes, Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 1982 - 2ª edición corregida: Editora Isabel
De los Ríos, Caracas, 1993). Cuatro extremos de una soga (Cuentos, Monte Ávila Editores, Caracas, 1980). Las ceremonias del poder
(Humorismo histórico acerca de las tomas de posesión de los presidentes democráticos, Ediciones de El Diario de Caracas, Caracas,
1980). Me pareció que saltaba por el espacio como una hoja muerta (Cuentos, CELARG, Caracas, 1977). Su último libro publicado es la
novela “Ágata” (2013). Ver sobre Armando José Sequera: http://caravasarlibros.com/
314
TÍTULOS EDITADOS EN LA COLECCIÓN
LOS LIBROS DE LAS GAVIOTAS
Números extraordinarios
I. Concurso Internacional de Microficción “Garzón Céspedes” 2007
Polen para fecundar manantiales / Cuentos, poemas, monólogos hiperbreves
II. Concurso Internacional de Microtextos “Garzón Céspedes” 2008
La tinta veloz del ciempiés. Cuentos de nunca acabar, dichos y pensamientos.
III. Dossier: La fórmula infinita del cuento de nunca acabar
Garzón Céspedes, Francisco / Textos teóricos, técnicos, literarios y visuales
del autor, recopilación de nunca acabar de las tradiciones más ficción actual:
· Manifiesto y Decálogo del cuento de nunca acabar (F. G. C.)
· Antología esencial del cuento de nunca acabar de las tradiciones (F. G. C.)
· Cuentos y cuentos visuales de nunca acabar / Cuentos hasta el infinito (F. G. C.)
· Fuerzas / Hiperbrevedades de nunca acabar (J. V. M. G.)
· Premios y Menciones: Concurso Internacional de Microtextos / Del Cuento
de nunca acabar “Garzón Céspedes” 2008 / 69 autores de diez países
IV. Colección Gaviotas de Azogue / Primera Temporada
Números 1 – 25 / Julio – Diciembre 2007 / Edición 2009
Textos de ficción de Francisco Garzón Céspedes,
de escritores de otras épocas y de contemporáneos, junto a algunos textos
testimoniales, tradiciones... El humor o el drama de los textos…
V. Colección Gaviotas de Azogue / Segunda Temporada
Números 26 – 50 / Enero – Junio 2008 / Edición 2009
Textos de ficción de Francisco Garzón Céspedes,
de escritores de otras épocas y contemporáneos, tradiciones…
VI. Garzón Céspedes, Francisco / Entrevistado
La oralidad es la suma de la vida / Testimonio / Periodismo / Documentos
VII. Concurso Internacional de Microficción para Niñas y Niños
“Garzón Céspedes” 2009 / Brevísimos pasos de gigantes
Cuentos, poemas, monólogos teatrales hiperbreves para niñas y niños
VIII. Garzón Céspedes, Francisco / Oralidad es comunicación
Teoría y técnica de la oralidad escénica
IX. Ardila, Jhon / Oralidad, oralidad narradora artística y transformación
social / Investigación sobre oralidad
X. Martínez Gil, José Víctor / Antología de cuentos iberoamericanos
en vuelo / 30 autores de 13 países
XI. Cuatro cuentistas latinoamericanos del Siglo XIX
/ Selección realizada por F. G. C. / Cuentos. 316
317
OTRA DIMENSIÓN DE LA COLECCIÓN GAVIOTAS DE AZOGUE
Número 22
LA COMEDIA URBANA
Armando José Sequera
318