¿Dónde se sitúa el psicoanálisis? ¿Cuál es su lugar?

¿Cuál es
su localización en un espacio que no existe todavía? ¿Cuáles Louis Althusser
son sus fronteras con las disciplinas existentes? Y ¿cuáles son
sus no-fronteras con las disciplinas existentes? Ésas son las
cuestiones que acosan de manera recurrente la reflexión de
Lacan. Y.no es exagerado decir que han sido igualmente las
que acosaron la reflexión de Freud. Lo que resulta igualmente
asombroso, tanto en Lacan como en Freud, es la siguiente
paradoja. U~a doble preocupación se encuentra en Freud,
como se !a vuelve a encontrar en Lacan: separar radicalmente
el psicoanálisis de la disciplina que se presenta como la más
próxima a ella, la psicología, y, por el contrario, tratar de
acercarlo a disciplinas que, aparentemente, están lejos de él,
como la sociología, la antropología o la etnología.

Louis Althusser

Las dos conferencias que componen este volumen fueron pronun-

ciadas por Althusser en el marco del seminario que dictó en la
École normal e supérieure de la calle Ulm sobre Lacan y el psicoa-
nálisis durante el año universitario 1963-1964. El filósofo aborda
en detalle la relación que, sobre todo en Francia, el psicoanálisis
establece con las ciencias humanas, con la filosofia y en particular,
con la psicología. Dos textos esenciales.

Edición establecida y presentada por Olivier Corpet y Francois

Matheron.

I.S.B.N. 978-950-602-658-5

!Nueva Visión l
JIJJILLI
 Louis Althusser

PSICOANÁLISIS
Y CIENCIAS HUMANAS
Dos conferencias
(1963-1964)

Edición establecida y presentada

por Olivier Corpet y Franyois Matheron

Ediciones Nueva Visión

Buenos Aires
 EDICIÓN PÓSTUMA DE LAS OBRAS
Althusser, Louis
Psicoanálisis y ciencias humanas. Dos conferencias. - 1a DE Loms ÁLTHUSSER
ed. -Buenos Aires: Nueva Visión, 2014
112 p.; 19,5x13 cm. (Psicología Contemporánea)

ISBN 978-950-602-658-5
Traducción de Pablo l. Betesh
1. Psicología, l. Betesh, Pablo 1., trad.
CDD 150

Título del original en francés: El presente trabajo se inscribe dentro de un programa de

Psychanalyse et sciences humaines. Deux conférénces
© 1996, Librairie Générale Fran9aise/IMEC
*This edition by agreement with 2 Seas Literary Agency and SalmaiaLit
edición póstuma de los textos .de Louis Althusser' en su
mayoría totalmente inéditos, que provienen de los archivos
del filósofo que su familia encomendó en julio de 1991 al
Institut Mémoires de 1'édition contemporaine (IMEC ).

Traducción de Pablo l. Betesh
ISBN 978-950-602-658-5
Toda reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier sistema -incluyendo el
fotocopiado- que no haya sido expresamente
autorizada por el editor constituye una infrac-
ción a los derechos del autor y será reprimida
con penas de hasta seis años de prisión (art. 62
de la ley 11.723 y art. 172 del Código Penal).
© 2014 por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumán 3748 (Cll89AAV),
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. Queda hecho el
depósito que marca la ley ll. 723. Impreso en laArgentina/Printed in Argentina.
Ya publicados:
l. L 'avenir dure longtemps, suivi deLes Faits (1992)
[Existe edición en castellano: El porvenir es largo- Los
hechos, Destino/Áncora y Delfin (1993)].
2. Journal de captivité. Sta1ag XA, 1940-1945 :
Camets, correspondances, textes (1992).
3. Écrits sur la psychanalyse. Freud et Lacan (1993)
[Existe edición en castellano: Escritos sobre psicoanálisis.
Freud y Lacan, Siglo XXI (1996)].
4. 4crits philosophiques et politiques, tomo I ( 1994).
5. Ecrits philosophiques et politiques, tomo JI(1995).
La puesta en valor del Archivo Althusser y la edición
póstuma de estos textos han quedado bajo 1aresponsabi1idad
científica dellMEC.

7
PRESENTACIÓN

Las dos conferencias que se publican en este volumen las

pronunció Louis Althusser durante el seminario sobre
Lacan y el psicoanálisis que tuvo lugar en la École normale
supérieure durante el año universitario 1963-1964. Se
trata del tercer seminario organizado por Althusser,
después del de 1961-1962 sobre el joven Marx y el de
1962 y 1963 sobre los orígenes del estructuralismo; el del
siguiente año, sobre El Capital, dará lugar a la publicación
deLire «Le capital».' Paralelamente,Althusserinvitó a
Lacan, a quien habían echado del Hospital Sainte-Anne,
a dar su propio Seminario en la École, cuya primera sesión
tuvo lugar el15 de enero de 1964;2 y el6 de diciembre de
1963 también pronunció una larga alocución de presen-
tación del seminario de Pi erre Bourdieu y de Jean-Claude
1 Para leer «El Capital», México, Siglo XXI, 1969.
2 Cf. nuestra presentación de Louis Althusser ,Écrits sur la psychanalyse.
Freud et Lacan, París, Stock/IMEC, 1993; Biblio-essais, Le Livre de Poche,
1995 [Escritos sobre psicoanálisis. Freud y Lacan, México, Siglo XXI,
1996]; cf. también Élisabeth Roudinesco, Jacques La can. Esquisse d 'une
vie, histoire d'un systeme de pensée, París, Fayard, 1993 [Lacan. Esbozo
de una vida, historia de un sistema de pensamiento, Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica, 1994].

9

Passeron. 3 Había llegado el momento para él de establecer
alianzas estratégicas destinadas a modificar el estado del
campo teórico, por aquel entonces ampliamente dominado
por la problemática «estructuralista», y más generalmente
marcado por la emergencia de las «ciencias humanas». De
hecho, con la publicación casi simultánea de Pour Marx
(ParaMarx)ydePara leer«El Capital» a finales del año
1965, Althusser rápidamente se convertiría en una de las
mayores referencias teóricas de su época.
Cuando Althusserorganizó su seminario sobre Lacan y el
psicoanálisis ya había publicado la mayor parte de los
artículos que fueron recogidos en Pour Marx; en cambio,
todavía no había escrito nada, por así decirlo, sobre el
psicoanálisis: precisamente, fue en el contexto de este
Seminario que redactó, a principios de 1964, lo esencial de
su artículo «Freud y Lacan». 4 Sin embargo, lejos de ser solo
simples esbozos de ese célebre escrito, sus dos conferencias
presentan una originalidad indiscutible. En efecto, el acento
está puesto acá en una cuestión que no es la cuestión central
de «Freud y Lacan»: «¿cuál es el lugar que ocupa en la
actualidad, en 1963, en el ámbito de las ciencias humanas, el
psicoanálisis?». Lo cual implica, añade enseguidaAlthusser,
«que sepamos con total exactitud lo que el psicoanálisis es en
sí mismo, y que sepamos con total exactitud lo que es el
ámbito de las ciencias humanas». De ello surge, de inmediato,
El registro de este discurso y de todos los documentos citados en esta
3 Y el lector, tras haber alcanzado el final de este volumen,
edición figura en los archivos de Althusser que se conservan en el Instituto
Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC), donde se los puede
consultar.
4 «Freud et Lacam>, La Nouvelle Critique, diciembre de 1964-enero de
1965; reeditado en Escritos sobre psicoanálisis, Freud y Lacan.
10
un desdoblamiento de la interrogación: se trata, a la vez, de
considerar una cuestión de hecho y una cuestión de derecho.
Cuestión de hecho: «¿cuál es el lugar "empíricamente
efectivo" que ocupa en la actualidad, en 1963, en el ámbito
de las ciencias humanas, el psicoanálisis en Francia?». Esta
cuestión no puede ser resuelta si no es efectuando un largo
rodeo empírico por la historia de la recepción del psicoanálisis
en Francia, lo que constituye la parte más importante de la
primera exposición. Al tiempo que se toma el trabajo de
aclarar que procede así «por una razón teórica provisoria
que», espera, «será muy pronto superada», no deja de enun-
ciarun proposición de la que lo menos que se puede decir es
que no es muy frecuente en su obra publicada en vida: <(VOY a
contarleslahistoriaquetieneesteproblemaparamí».
Cuestión de derecho: «¿cuál debe ser la relación entre el
psicoanálisis y el ámbito de las ciencias humanas?». Cuestión,
sin duda, «desmedida», reconoce desde un principio
Althusser, puesto que el objetivo es muy simplemente «definir
las condiciones de posibilidad teóricas de una investigación
válida tanto en el ámbito del psicoanálisis como en el ámbito
de las ciencias humanas en general». La segunda exposición
tendrá precisamente por objetivo abordar uno de los aspectos
de este vasto problema: el de las relaciones entre psicoanáli-
sis y psicología. Al trazar una línea de demarcación rigurosa
entre estas dos disciplinas, Althusser habrá contribuido, tal
vez, a hacer que su empresa sea un poco menos desmedida.
tendrásindudaunaideamuchomásprecisadelainterpretación
propiamente althusseriana de una consigna que fue carac-
terística de una época: la del rechazo a la psicología.
11
 El seminario de 1963-1964 sobre Lacan y el psicoanálisis
se desarrolló de la siguiente manera. La primera exposición
fue de Michel Tort. Estaba dividida en tres sesiones y se
ocupaba de desplegar de manera muy general los conceptos
freudianos y lacanianos. La primera exposición de Althusser
se insertó entre las dos primeras sesiones de Michel Tort.
Étienne Balibar, a continuación, se dedicó durante dos
sesiones ahablarde la psicosis. Acto seguido, llegó el turno
delaexposicióndeJacques-AlainMillersobreLacan(tres
sesiones). Achille Chiesa habló justo después de Mer-
leau-Ponty y del psicoanálisis y, luego, Yves Duroux, de
«Psicoanálisis y fenomenología». Althusserdio entonces su
segunda exposición, y el último orador fue, fmalmente, Jean
Mosconi («Psicoanálisis y antropología»V La corres-
pondencia de Althussermuestra que se planteó con mucha
seriedad publicar el conjunto de estas contribuciones, pero
el proyecto no tuvo continuidad.
Los archivos de Althusserno contienen ninguna versión
escrita de sus exposiciones ni el menor conjunto de notas
preparatorias, y el registro conservado de su segunda
conferencia demuestra con claridad que ese día no estaba
leyendo ningún texto redactado con anterioridad, contra-
5 Esta cronología se estableció a partir de dos conjuntos de notas
manuscritas de oyentes: las notas de Althusser conservadas en sus archi-
vos y las notas de Étienne Balibar que él mismo dejó en ellMEC. Los
archivos de Althusser contienen, además, las grabaciones de las siguien-
tes exposiciones: la segunda exposición de Althusser (casi completa), las
exposiciones completas de Étienne Balibar y de Jacques-Alain Miller
y la exposición de Michel Tort (breve fragmento). Estos registros también
contienen cierta cantidad de discusiones que siguen a las exposiciones, en
las que es significativa la participación de Althusser.
12
riamente a lo que hizo, por ejemplo, en el seminario sobre E/
Capital. El texto de la primera exposición se estableció a
partir de la transcripción en bruto, que Althusser conservaba
en sus archivos, de un registro que hoy en día resulta
inhallable: una transcripción a menudo muy defectuosa,
sobre todo en lo que respecta a los nombres propios. Para
la fijación de este texto, por lo tanto, nos hemos basado en las
notas de oyente que tomó Étienne Balibary que nos han sido
valiosas en extremo. El texto de la segunda exposición se
estableció a partir de la transcripción de una cinta magnéti-
ca que se conservaba en los archivos de Althusser, y, de
tanto en tanto, se completó con las notas de Étienne Balibar.
Tanto en un caso como en el otro, hemos sido animados
por una doble preocupación: mantener en las exposiciones
su retórica específica y editar un texto legible. Lo que nos ha
conducido a la siguiente toma de partido: hemos suprimido
pura y simplemente, sin señalarlo en forma sistemática, las
repeticiones, cuyo único efecto habría sido acabar en un
texto incorrecto desde el punto de vista sintáctico; también
hemos suprimido las frases inacabadas cuyo sentido era
imposible reconstruir (cuando Althusser interrumpía una
frase por la mitad para volver a empezar con otra), pero las
hemos puesto entre corchetes; hemos modificado ciertas
frases que eran inaceptables sintácticamente, cuando el
sentido no era dudoso; y, finalmente, hemos dejado tal como
estaban ciertas frases sintácticamente aproximativas, cuando
nos parecía que no dificultaban la lectura. Naturalmente,
asumimos la entera responsabilidad de los errores de
transcripción que se habrían podido cometer.
Queremos agradecer a Fran~ois Boddaert, heredero de
13
Louis Althusser, quien nos ofreció toda su confianza, así Primera conferencia
como a Élisabeth Roudinesco y a Étienne Balibar, sin los
cuales la fijación del texto de estas conferencias habría sido, EL LUGARDEL PSICOANÁLISIS
tal vez, una tarea imposible. EN LAS CIENCIAS HUMANAS*

Olivier CoRPET- Fran9ois MATHERON

Nos vamos a interesar por~llugar efectivo que ocupa el

psicoanálisis en el ámbito de las ciencias humanas en la
actualidad, en 1963, a través de la interpretación de Lacan. \
Cuando digo «el lugar que ocupa en la actualidad el psico- 1

análisis en el ámbito de las ciencias humanas», esta simple

fórmula implica, desde luego, dos requisitos fundamentales:
1°) que sepamos con total exactitud lo que el psicoanálisis es
ensí mismo y 2°) que sepamos con total exactitud lo que es
el ámbito de las ciencias humanas. En consecuencia, er
problema que planteamos depende de dos cuestiones: 1°) de
unaconstatacióndehecho: ¿cuálesellugarempíricamente
efectivoqueocupaenlaactualidad,en 1963,enelámbitode
las ciencias humanas, el psicoanálisis; cuál es el papel práctico
hoy, en el ámbito de las ciencias humanas? y 2°) de una
cuestióndederecho:dadologueeslaesenciadelpsicoanálisis,
por un lado, y lo que es la esencia de las ciencias humanas,
¿cuál debe ser la relación de derecho entre el psicoanálisis y
el ámbito de las ciencias humanas? Si hoy llegamos a res-
ponder a esta cuest10n de derecho-se trata, desde luego, de
*Título elegido por los editores.

14 15
 una ambición que se puede considerar como desmedida, y
yo soy el primero en considerarla así-, lograremos definir por
esa misma vía un campo teórico de investigaciones en el que
toda reflexión teórica, científica, metódica y rigurosa
necesariamente debe entrar en lo que concierne tanto al psi-
coanálisis mismo como al ámbito de las ciencias humanas.
La empresa desmedida que está en tela de juicio, en la
serie de exposiciones que emprendemos, es precisamente
definir las cpndiciones de posibilidad teóricas de una
investigación válida tanto en el ámbito del psicoanálisis como
enelámbitodelascienciashumanasengeneral.Paraellovoy
·aemplearunaformaunpocoinéditadeplantearelproblema,
diciéndoles de inmediato que se puede plantear de dos
maneras diferentes. De un modo perfectamente objetivo,
haciendo abstracción de la experiencia personal de quien
habla: yo podría hacer una exposición ante ustedes y tratar
la cuestión haciendo completa abstracción de mi experiencia
personal. Voy a hacer que intervenga mi experiencia personal
por una razón muy precisa; dicho en otros términos, voy a
contarles lahistoriaque tiene este problema para mí. No es
en lo más mínimo en tomo a mí, sino que yo pienso que todos,
unos más, otros menos, hemos pasado por una historia
semejante, y que todos, unos más, otros menos, encontra-
mos, a través de toda una serie de indicios, la existencia de
este problema: y este encuentro es necesariamente, hasta el
momento, un encuentro personal. Digo bien: hastaelmomento
es necesariamente un encuentro personal, porque la teoría de
ese encuentro no existe; y porque la definición, por un lado,
del psicoanálisis y, por el otro, de las ciencias humanas en su
existencia actual de hecho, no ha dado lugar a una reflexión
16
teórica que permita hacer abstracción de la experiencia
personal de cada cual, es decir, del encuentro concreto del
problema por parte de cada uno de nosotros. Es únicamente
por ello mismo y, en consecuencia, por una razón
históricamente provisoria que, eso espero, se verá superada
muy pronto, que resulta indispensable explicar y exponer
cómo alguien puede toparse con este problema, dado que,
enlaactualidad,laúnicamaneradeencontraresteproblema,
el único modo de encuentro de ese problema, se expresa en
un encuentro personal, muy simplemente porque ese pro-
blema no se ha pensado. En consecuencia, se lo encuentra,
de hecho, en la experiencia de cada cual. Por lo tanto, les voyJ
arelatarmi historia. N~ pe~sonal, en el sen~ido.individual,
sino personal en el sentido mtelectual del termmo, con sus
problemas.
Haciendo abstracción de todos los elementos histórico-
autobiográficos, solo voy a decir lo siguiente: el encuentro
con el psicoanálisis se produce en realidad para mí, y pienso
que para ustedes también, en primer lugar por el encuentro
con los textos de Freud. Desde luego, al psicoanálisis se
lo encuentra por todas partes, en la prensa, en la calle, etc.,
pero en realidad, desde el punto de vista teórico, no es así
como ocurren las cosas: en un momento dado, uno va a ver
los textos de Freud. Entonces, acá nos tenemos que enfrentar
con un obstáculo muy grave y muy profundo del que Freud
tenía perfecta conciencia, y que está representado por lo que
Freud mismo denominaba las resistencias psicológicas
que se oponen a que la opinión pública admita la empresa
misma del psicoanálisis. Ustedes saben que Freudse enfrentó
ya desde sus primeros trabajos a un constante bombardeo
17
 absolutamente extraordinario. Ahora el psicoanálisis tiene
derecho de ciudadanía en nuestro mundo cultural. Cuando
Freudescribió sus primeras obras, todo el mundo lo condenó.
Ustedes saben que el primer hombre que tuvo el coraje, en
Francia, de hablar de Freud fue Hesnard, 6 quien por ello
mismo merece nuestro reconocimiento histórico. Todavía
vive. Publicó un libro cuyo prólogo escribió Merleau-Ponty
antes de morir, y es ciertamente él quien, en Francia, no voy
a decir que introdujo, pero sí propuso la existencia de Freud,
señaló que había un tal Freud, un vienés que había trabajado
en Francia -por lo demás, con Charcot- y que pensaba
ciertacantidaddecuestionesquepodíansermuyimportantes.
Freudteníaplenaconcienciadeestaresistenciaextraordinaria,
incluso la anunció en sus textos, diciendo «lo que digo no será
bien recibido», y dio de ello una explicación. Se trata de una
explicación que, según m10p1mÓn, es falsa desde el punto de
v1sta histórico, pero era la única que podía dar en ese
momento. Laexplicaciónque Freud dio es la siguiente: es una
explicación psicoanalítica. Freud dijo: mis textos no serán
aceptados porque ponen en tela de juicio, en cada individuo
que los lea, su propio equilibrio psíquico, es decir, su propio
¡ sistema de defensa frente a sus propias neurosis. Al decir
eso, Freud estaba afirmando algo que era perfectamente
verosímil, pero al mismo tiempo enunciaba una proposición
paradójica: suponía que todos los lectores a los que se dirigía
6 Ange1o Hesnard, miembro fundador de la Société psychana1ytique de
París, es el autor, junto con Emmanuel Regís, del primer libro sobre el
psicoanálisis publicado en Francia: La Psychoanalyse des névroses et des
psychoses, ses applications médica/es et extra-médica/es (París, Alean,
1914). Su libroL 'oeuvre deFreud(París, Payot, 1960) tuvo un prólogo de
Merleau-Ponty. Murió en 1969.
18
eran neuróticos. Es decir que el concepto de neurosis que
utilizaba para explicar la resistencia a la que se enfrentaban
necesariamente sus textos era un concepto que, de hecho, él
presentaba como un concepto analítico, pero que, si me
atrevo a afirmarlo, en derecho, no se lo podía pensaren los
términos del concepto analítico invocado. Y es por ello que
Freud, tras haber advertido con claridad la dificultad teórica
que se hallaba en cuestión en su explicación, produjo luego
otro concepto: el concepto del carácter neurótico de nuestra
civilización. Dicho de otro modo, Freud pasó a una verdadera
explicación histórica, pero en los términos mismos de su
teoría analítica, es decir, en los términos mismos de una
práctica que, en principio, se dirigía a individuos. Al proponer
ese segundo término: nuestra civilización es neurótica, Freud
daba cuenta, desde un punto de vista histórico, de la resistencia
inevitable a la que se enfrentaba su propia teoría en su
difusión misma. Pero al actuar de esta manera, modificaba el
estatuto teórico del concepto de neurosis. Y suponía que
nuestra cultura, en tanto que tal, era neurótica, es decrr que un
1< sujeto fustónco- ya no un individuo, sino una cultura históri-
ca- podía ser objeto, o más bien la sede de una afección
patológica del tipo de la neurosis. Al hacerlo de este modo;
planteaba un problema que ya no era un problema
psicoanalítico sino un problema histórico; enunciaba la
siguiente dificultad: ( ... ) la teoría que propongo se enfrenta!
a una resistencia ideológica extremadamente profunda que
puede tener ciertas afinidades con las estructuras de resistencia
psicoanalítica que descubro en los individuos, pero que, en
realidad, no se puede reducir a esas estructuras porque no se
tratadelmismoobjeto.NosetratadeunindividuoFreudque
if; /'.1-¡~·i-.:- dr
L'
·\'T ~ t .é. ;'<h/""" dJ..j'YJi h le
'¡~¡;;d!, .;d,'n?d/1 rJ
19
 explica su teoría a un individuo neurótico (laresistenciase ex-
plica por la neurosis del individuo), sino de Freud que explica
a la gran masa, incluidos los científicos, una empresa que, en
su mente, era científica y se enfrentaba a una resistencia que
él atribuía a la neurosis general de nuestra civilización, es
decir, a una resistencia que ya no era psicológica ni era
. psicoanalítica, sino ideológica e histórica. Esta dificultad la
. segunp.os encontrando nosotros m eluso ahora, a pesar del
prejuicio favorable en favor del psicoanálisis, aunque la
postura general de nuestra civilización haya cambiado en lo
que concierne a Freud cuando leemos sus textos, pero ha
adoptado para nosotros una forma diferente que es la que
voy a decir ahora.
Esta resistencia ha adoptado para nosotros una forma
muy precisa: la forma de la inadecuación entre los conceptos
que Freud emplea en sus textos y el contenido que esos
conceptos tienen por destino pensar. Esta inadecuación se
puede expresar de una manera extremadamente precisa
diciendo lo siguiente: los conceptos que Freud nos propone
son conceptos importidos, en el sentido kantiano. Ustedes
saben que Kant opone los conceptos domésticos de una
ciencia a sus conceptos importados. Dicho en otros términos,
Kant opone los conceptos que una ciencia misma produjo
por su propio desarrollo, que le pertenecen orgánicamente y
de los que ella misma puede dar cuenta, a conceptos que
considera importados, es decir, conceptos que una ciencia
utiliza, que necesita, que necesariamente le es menester
utilizar, pero que no produjo por ella misma en su propio
desarrollo orgánico, conceptos que tomó prestados a
disciplinas científicas que existen al margen de ella. Es
20
exactamente el caso de Freud. Freud expone su teoría
analítica con conceptos importados que han sido tomados
prestados de la biología por un lado, de la teoría energética
ae la física por el otro y, finalmente, de la economta
política. Es decir, de tres ámbitos, de tres disciplinas, que
daban lugar entonces a una elaboración científica, fechada
históricamente: la teoría biológica, que entonces era
dominante, de inspiración más o menos darwiniana, la
teoría energetista en física, que también dominaba y,
finalmente, la teoría económica (alusión a la posibilidad de
un conocimiento del mundo económico y de las leyes
económicas) en las que era posible reflexionar y que se
podían utilizar en sus formas conceptuales en el interior de
otro ámbito.
Heaquílaverdaderadificultadconla que nos encontramos,
todavía hoy, cuando leemos los textos de Freud: nos pre-
guntamos cuál es la relación que puede haber entre lo que
Freud designa con sus conceptos y el estatuto teórico de
conceptos que, a todas luces, fueron tomados prestados y
que, en cualquier caso, para convertirse en conceptos
domésticos, era menester que sufrieran una profunda
transformación, es decir. era menester que sufrieran una
transformación teórica a raíz de una reflexión teórica. Ahora
bien, en cuanto a esta transformación teórica como conse-
cuencia de una reflexión teórica, nos vemos, en efecto,
obligados a constatar que no existía tal cosa hasta que
apareció Lacan. Hasta que apareció Lacan, es decir, hasta ~/V\
el surgimiento de un intento de transformación de los concep-
tos importados en conceptos domésticos; para todo lector
de Freud existe una contradicción entre los conceptos de
21
 Freud, por un lado, y el contenido concreto de lo que designa
el psicoanálisis, por el otro.
La pregunta que ahora voy a plantear es la siguiente: ¿qué
designa el psicoanálisis con esos conceptos que hasta el
momento no han sido reflexionados de manera teórica, que
no han sido transformados de ser conceptos importados a
ser conceptos domésticos? .f.-a realidad que designan los
conceptos importados de Freud, todo el mundo está de
·acuerdo en ello, es la práctica analítica misma. Es por ello
que, cuando nos encontramos con el psicoanálisis, todos
estamos de acuerdo en decir que ahí pasa algo. N o que sea
solo una técnica de readaptación, de liberación, etc.: es una
técnica que se sitúa en el interiordeunapráctica. No quiero
émplear el término praxis, que nos introduce en una teoría
general-algo que yo emplearía gustosamente, digamos que
el psicoanálisis es una praxis 7 que se sitúa en el ámbito de la
praxis en general, etc.-. Dejemos eso de lado, puesto que se
trata de una teorización filosófica que supone que la cuestión
teórica del estatuto preciso del objeto en cuestión ya está
resuelta y que, tal vez, ya ha sido reflexionada. Ahora bien,
no es el caso. Pero todo el mundo reconocerá que lo que
designan los conceptos psicoanalíticos de Freud, en su forma
no doméstica sino importada, es una práctica real, es decir,
el hecho de que Freud tiene que enfrentarse con enfermos a
los que cura en una operación, en una práctica que se
denomina la cura.
Entonces, llegados a ese punto, se nos remite a la cura
misma. Cuando nos topamos con el psicoanálisis, tras haber
7 Ante la falta de cualquier otra fuente, aquí conservamos el texto de la
transcripción.
22
experimentado las dificultades teóricas que he mencionado,
tras haber constatado, en consecuencia, que los conceptos
teóricos no nos pueden servir para acceder a la cosa misma,
nos vemos obligados a decimos que la cosa misma se
encuentra en la práctica efectiva de la técnica analítica, es
decir, en la cura. Y acá es donde nos encontramos en un
verdadero callejón sin salida. ¿Por qué? Porque todo el
mundo nos dirá -incluidos, en primer lugar, los psicoanalistas
mismos; incluidos, en primer lugar, los que pasaron por el
psicoanálisis-que el tratamiento psic~analíti~o dalug~ a una
experiencia de la cura, que el tratamiento pstcoanahtlco da
lugar a una experiencia específica e irreductible. Los
psicoanalistas o los psicoanalizados se pueden comparar un
poco, si quieren, a los militares cuando leexplicanaun?que
un civil no puede saber nada del ejército si antes no htzo el,
servicio militar. Hay gue pasar por ahí. El lenguaje de los
psicoanalistas y los psicoanalizados adq~iere la sigui~n~e
forma: hay que hacerlo en vida. Es dectr: hay que vtvtr,
concretamente, la experiencia analítica de la cura, y la rea-
lidad institucionaÍ de la necesidad de estaexperienciadirecta,
irreductible, de la cura; es el análisis didáctico. Es decir que
el psicoanálisis creó como una institución indispensable ~a­
ra que alguien acceda a su propia verdad, lo que denomma
el psicoanálisis didáctico: impone a todopsicoanali~taha?~r
pasado él mismo por la experiencia concreta de la s1tuac10n
analítica, yplanteacomo principio absoluto un efecto que no
se reflexiona en derecho, sino que se afirma en los hechos,
que da lugar a una institución y que en realidad selec~io~~ a
los psicoanalistas mismos. En los hechos, superó e~epnn~1?1.o
en la forma de una institución que se llamó el pstcoanahsts
23
 did~ctico, que está, a su vez, sometido a todo un cuerpo, es
dec1r que nadie puede convertirse en psicoanalista si no es
a~itido por las sociedades psicoanalíticas existentes, pero
nadie puede ser admitido si no ha hecho un psicoanálisis
didáctico, y nadie puede hacer un psicoanálisis didáctico si
no recibió la autorización para hacer el psicoanálisis didáctico
en cuestión con psicoanalistas que la sociedad psicoanalítica
existente designa como capaces de hacer un psicoanálisis
didáctico. Vean hasta qué punto, en los hechos mismos, en
la práctica y en las instituciones, no del mundo exterior al
psicoanálisis sino del psicoanálisis mismo, se encuentra de
hecho consagrado lo que cada uno de nosotros puede vivir,
en sus encuentros o en sus conversaciones, ya sea con un
analista, ya sea con un analizado, bajo la siguiente forma: es
rnece~ario haber pasado por ahí, es necesario haberlo hecho
¡ en VIda, porque se trata de una experiencia concreta
\ absolutamente irreductible. No es posible comprender desde
1 afuera lo que es necesario haberlo vivido para saber de qué
Lsetrata.
Pero acá nos encontramos con una nueva dificultad, y
es que tanto los psicoanalistas como los psicoanalizados, en
lo que a ellos respecta, satisficieron esa exigencia. En efecto,
pasaron por eso, lo hicieron en vida, vivieron lo específico
que presenta esa situación e intentan expresarlo. Pueden
encontrar ustedes muchas cosas en los libros y en los textos
con pretensi?nes teóricas que escribieron los psicoanalistas,
en los que mtentan pensar qué es lo específico de esa
si.tuación. En un momento veremos cómo lo consiguen, cómo
piensan conseguirlo. Pero es un hecho que tanto la expresión
anecdótica (se cuenta la historia de los psicoanalistas) como
24
las tentativas de expresión teórica de la necesidad de ese
paso por la experiencia concreta de esa práctica irreductible
que es la cura desembocan en esta paradoja totalmente~·
asombrosa,yesquetodoesonuncaconvencióanadie. Y es
que todas las descripciones de la cura, todas las reflexio-
nes sobre la cura que existen en nuestros días, no son de
ninguna manera capaces de hacer las veces de conceptos
teóricos que permitan, efectivamente, no solo acceder a lo
que es la práctica analítica, que no es más que una parte de
la cuestión, sino a aquello de lo que ella es el contenido
concreto, a saber, su propia teoría. Dicho en otros términos,
no hay teoría psicoanalíticasatisfactoriaguereflexione sobre
larealidadmismadel psicoanálisis, el estatuto del psicoanálisis,
el estatuto científico de la práctica psicoanalíticano hay teoría
científica satisfactoria que pueda reducirse a una teoría de la
cura. Todo lo que se nos dice acerca de la cura nunca llega
a alcanzar el punto en que una teoría de la cura podría
transformarse en una teoría del psicoanálisis mismo. Lo cual
quiere decir que todo lo que se nos dice acerca de la cura no
llega nunca a transformaruna teorización de la práctica ana-
lítica en teoría del psicoanálisis mismo, quiero decir, en teoría
sobre el psicoanálisis mismo.
En cambio, esto nos aclara acerca de otro fenómeno muy
importante, que es la tercera manera que tenemos para
encontrarnos concretamente con el psicoanálisis. Traigo a la
memona las dos primeras: los textos mismos de Freud, con
la dificultad que contienen, a saber, la inadecuación entre los
conceptos y su contenido, y la práctica psicoanalíticamisma
y su impotencia a la hora de producir una teoría del
psicoanálisis. Encontramos el psicoanálisis de un tercer
25
modo en la filosofia contemporánea. Hay que hablar, en
efecto, de Francia, puesto que se trata de nuestro universo
cultural, y hay que hablaren efecto de Francia puesto que ese
universo cultural estámarcadomuyprofundamente, no solo
en lo que concierne a la filosofia, sino en todas las disciplinas
culturales, por ese rasgo absolutamente extraordinario que
es de uso corriente en Italia: el provincialismo. Con ello
quiero decir que uno de los rasgos fundamentales de la
cultura francesa en todos los ámbitos, desde fines del siglo
xvm, es la increíble ignorancia de lo que se hace en otras
partes, de lo que se está haciendo en el extranjero. Cuando
los italianos se bautizan a sí mismos <<provincialistas», lo que
quieren decir es esto: somos un país que no logró conformar
su unidad nacional, todas nuestras ciudades no son más que
capitales de provincias; nuestra unidad nacional es reciente,
Roma es nuestra capital pero es una capital administrativa,
artificial; todo ocurre fuera de nuestro país, todo ocurre en
Europa. Ylagranaspiracióndelaculturaitalianaesllegara
un nivel europeo. Una aspiración que en la actualidad se
encuentra realizada por el hecho de que la producción
económica italiana también llega a un nivel europeo. Pero
antes de que la producción económica italiana llegara a un
nivel europeo, se puede decir que los italianos vivían
verdaderamente la nostalgia de no estar en un nivel europeo.
Y lo vivieron de manera concreta, tal como se puede
observar: en todo el mundo, el país donde se hacen más
traducciones de obras extranjeras es Italia. Y en todo el
mundo, el país donde hay menos traducciones de obras
extranjeras es Francia. ( ... )Simplemente, quiero decir que
meveoobligadoahablardelasituaciónideológicafrancesa,
26
de la situación cultural francesa, en lo que concierne a la
filosofia, y es por esa razón que tomé este ejemplo pers~nal,
porque tiene un sentido histórico. Nosotros, en térmmos
concretos, encontramos el psicoanálisis en la filosofia, lo
encontramos en cierta cantidad de filosofias extremadamente
precisas, extremadamente concretas. Voy a decir unas
palabras al respecto.
No hablo de Dalbiez. Es interesante, por supuesto, es
históricamente interesante. Su enorme obra en dos tomos
sobre el psicoanálisis se acaba de reeditar; 8 pienso que no
le enseñó nunca nada a nadie, que fue un intento beha-
viorista de presentar el psicoanálisis; desde un punto de
vista histórico, se trata de un fenómeno perimido. No
hablo de Hesnard, quien cumplió ese papel histórico al
presentar el psicoanálisis en Francia, y que fue objeto de
un prólogo de Merleau-Ponty. Pero el hecho de que el
presentador del psicoanálisis en F:ancia, el in~roductor
histórico del psicoanálisis en Franela, haya pubhcado una
obra que Merleau-Ponty prologó es extremada~ente
interesante, pues para nosotros, el encuentro filosofico
del psicoanálisis, en Francia, pasa por Sartre Y por
Merleau-Ponty. Y ese encuentro que hacemos en Sartre
y en Merleau-Ponty, si tenemos la suerte, un día, de dar
con ese libro, que no se reeditó, que prácticamente desa-
s Roland Dalbiez es autor de un libro que en su momento alcanzó la
celebridad: La Méthode psychanalytique et la doctrine .freudienne (París,
Desclée de Brouwer, 1936) [El método psicoanalítico y la doctrinafreu~ia~a,
Buenos Aires Desclée de Brouwer, 1948], que apuntaba a separarla tecmca
psicoanalític~, considerada como innovadora, de !adoctrina ~reudiana, que
era vista como una filosofia confusa. Su influencia fue considerable: Paul
Ricoeur, por ejemplo, fue uno de sus alumnos.
27
 pareció de las bibliotecas, su origen lo encontraremos en
Politzer. 9 Es por Politzer que todo empezó, es por Politzer
que el psicoanálisis se convirtió en un objeto de reflexión
filosófica. Y es por Politzer que el psicoanálisis entró en la
reflexión filosófica francesa, muy expresamente, sin duda
alguna, en SartreyenMerleau-Ponty.
En un rato les voy a decir cómo se presentan las cosas de
ese lado-sigo hablando de mi experiencia personal. Quiero
9
Louis Althusser se refiere fundamentalmente a Critique des fondements
de lapsychologie, de Georges Politzer (París, Rieder, 1928) [Crítica de los
fundamentos de la psicología: elpsicoanálisis, Buenos Aires, Jorge Álvarez,
1966]. Un intercambio de cartas con Guy Besse, quien por ese entonces era
el director de Editions Sociales, muestra que en junio de 1965 tenía la
i~te?c_ión de reeditar la obra de Politzer, precedida de un «prefacio
histonco», en la futura colección «Théorie». Al enterarse por Guy Besse
del proyecto de Presses Universitaires de France de publicar el texto
«aco~pañado simplemente por una nota biográfica», Althusser le escribe,
por eJemplo, el23 de junio de 1965: «¿Es realmente demasiado tarde como
para intentar retomar el proyecto? Te hablo por un motivo cuya gravedad
no se puede subestimar. Y es esta: el texto de Politzer, lanzado al público
sin un prefacio teórico que todo lector se vea obligado a leer, va a causar
estragos. Incluso si publicamos aparte, y a tiempo, un texto teórico-crítico
sobre Crítica de los fundamentos, ¿cuántos lectores de Crítica leerán
nuestro texto? Se meterán de lleno en Crítica, y los efectos, tal como se lo
puede prever con seguridad, serán desastrosos. Crítica es un texto genial
pe~o falso y profundamente idealista. Su genio consiste en haber comprendido
la Importancia decisiva de Freud en un momento en que casi nadie en Francia
la sospechaba; su error es haber dado una exposición y una crítica 100 %
idealista y muy precisamente existencialista. No es debido a una mala
lectura de Politzer que Sartre y Merleau se beneficiaron como bien sabemos:
es, por desgracia, por una lectura fiel de Politzer: el único maestro de Sartre
es Pol!~~er, su único auténtico maestro (también hay que agregar, por muy
parado] Ico que pueda parecer, ¡a Bergson!; la influencia de Husserl es mucho
más s.uperficial en él, a pesar de los numerosos préstamos terminológicos
que hizo de ese filósofo)». El libro de Politzer, finalmente, se reeditó en PUF
en 1967.
28
decir que yo también encontré el psicoanálisis en Sartre y en
Merleau-Ponty; y tuve la suerte de dar con Politzer, lo leí.
Desde luego, había un personaje que se llamabaLacan y que
era absolutamente ininteligible. ( ... )Pero a partir de ese
momento, les voy a señalar cuál fue la forma que adoptó mi
pequeña síntesis personal, y cuál es la forma que conservó_,_
digamos, hasta hace más o menos dos o tres años. La forma )
que adoptó mi pequeña síntesis personal, es decir, mi \ 1
tentativa personal de tratar de responder a ese problema, i
quenoessolounproblemateóricosinounproblemareal(es/
algo que se encuentra en la vida, plantea problemas concretos,!
etc., incluidos hasta problemas prácticos: si un tipo está.
enfermo, ¿puede laburar?).
Por estos días, en Francia hay dos sociedades psico-
analíticas. La sociedad de Lacan, que se fundó a partir de una
escisión que data de 1953, y la antigua, presidida por
Nacht. 10 Hay conflictos violentos que pueden tener
repercusiones sobre la técnica, es decir, sobre la cura que se
puede alcanzar con la intervención de un psicoanalista o
la de otro. Al margen de la capacidad de los individuos, a
pesar de todo hay una argumentación general muy diferente
entre las dos sociedades psicoanalíticas. Por lo tanto, es
posible pensar (en fin, por lo menos nosotros, que nutrimos
la idea de que ~a teoría nunca queda sin consecuencias, gue
siempre tiene efectos prácticos) que eso puede dar lugar
también a diferencias en la técnica de la cura (es, por lo
10 La «sociedad de Lacan» es la Société fran9aise de psychanalyse que
fundó Daniel Lagache en junio de 1953; la «antigua» es la Société
psychanalytique de Paris: creada en 1926, en ese entonces la presidía Sacha
Nacht.
29

demás, lo que todo el tiempo dice Lacan) e incluso en los
resultados que se pueden esperar de ella. Entonces, les voy
a explicar cuál es la pequeña síntesis personal a la que había
conseguido llegar. Y es a propósito de ello que vamos a
encontrarnos con otra realidad, humanas.
Había conseguido llegar a la siguiente pequeña síntesis,
que en el fondo tenía por principios las bases teóricas de
Politzer que se encontraban en Sartre y en Merleau-Ponty.
Yo ya estaba un tanto prevenido, por otras razones, en lo que
se refiere a las síntesis filosóficas de Sartre y de Merleau-
Ponty,entoncesmásbientendíaavolveraPolitzer,altiempo
que me decía a mí mismo: vayamos a las fuentes, que por lo
menos ahí el agua es pura.
¿Quéesloqueocurrió?Politzereraelhombrequehabía
dicho: la psicología no existe, la psicología es abstracción, la
psicología es la teoría del alma. ¿Por qué no existe la psico-
logía? Porque es a la vez una ciencia que pretende tener por
objeto el alma, es decir, un objeto que no existe y, por otro
lado, porque es una disciplina que emplea conceptos que no
son más que abstracciones. Ni su objeto ni sus conceptos
existen. Las abstracciones de la psicología clásica son
conceptos de las facultades del alma: algo que no existe; lo
que es totalmente normal, puesto que el objeto que la
psicología clásica se da es el alma, y que el alma no existe. Por
lo tanto, vamos a hacer[una psicología sin alma], y es e~
quePolitzeranuncióeladvenimientodelostiemposn~~y9s.
Su texto es un verdadero manifiesto: es ahora que se da
comienzo. Es el sentido de su Crítica de los fundamentos
de la psicología. Deben leerlo porque es fundamental para
la cultura de nuestro tiempo. ( ... ) Lo que comienza es todo
30
\
lo contrario de lo que existía antes. En lugar de tener que
vémoslas con una psicología que tenía por objeto el alma,
tenemos que enfrentamos a una psicología que no tiene por
objeto el alma. Porunlado, vamosahacerunapsicologíasin
alma; por el otro, vamos ahaceruna psicología que, en lugar
de tener conceptos abstractos como las facultades del alma,
la sensación, la memoria, etc., tendrá ......conceptos concretos.
En ello consiste el programa. Politzer lo define a partir de
una realidad existente, a saber, la psicología clásica y
crítica: ese programa se define en términos puramente
negativos. Vamos a hacer una psicología sin alma, estamos
de acuerdo, pero es necesario que tenga un objeto: ese
objeto será lo concreto, será el drama. La psicología
clásica, decíaPolitzer, hacía una psicología en tercera persona:
nosotros vamos a hacer una psicología en primera persona.•
Lo concreto es eso. La psicologíaclásicaempleabaconceptos
aostractos, conceptos en tercera persona: nosotros vamos a
emplear conceptos concretos, conceptos en primera persona.
He aquí la idea mítica de Politzer, que conformaba el
contenido de su programa, que coincidía con su programa:
la psicología solo será si es una psicología concreta. Y pasó
a los hechos, puesto que Politzer quiso fundarunaRevue de
psychologie concrete [Revista de Psicología Concreta]
que, según creo ( ... ) no llegó a salir.U Era imposible, porque
lo que en verdad designaba Politzer, con respecto a la
psicología clásica, es lo que denominamos el no concepto de
la psicología clásica, es decir, un ámbito de realidad que se
define negativamente a partir de los conceptos existentes,
11 En realidad, se publicaron dos números de la Revue de psychologie
concrete en 1929.
31
 pero que no se define conceptualmente. Y la prueba reside
en que, cuando Politzer intentó definir cuál era el objeto
concreto con el que tenía que vérselas, se limitó simplemente
a pronunciar y a volver a pronunciar de manera indefinida
hasta la saciedad las palabras «concreto, concreto, concreto»,
las palabras «drama, drama, drama», las palabras ~primera
persona, primera persona, primera persona». Esas palabras
pueden indicar algo, pero de modo negativo: no es abstracto,
es concreto, no se trata de un fenómeno que ocurre por fuera
de la vida psicológica concreta o del sujeto, ocurre dentro y
es dramático, etc., pero desde el punto de vista teórico, es__
decir, desde el punto de vista conceptual, no aportaban
nada, solo podían indicar con eso el ámbito en el que había
que buscar, y no indicaban los conceptos teóricos que
definían el ámbito a partir de los cuales era posible una
investigación teórica. Dicho en otros términos, si se intenta
pensar el estatuto teórico de los conceptos por medio de los
cuales Politzer designaba ese objeto nuevo, no se llega a
nada. La demostración se encuentra hoy en algunos textos,
en algunos artículos, en particular en el artículo de Laplanche
queTortcitólaúltimavezY( ... )Loquedecíadefundamental
Politzer es que lo concreto, la psicología concreta, está en el
psicoanálisis. Politzerdecía, en pocas palabras: [la psicología
concreta] 13 existe pero no lo sabe, vengo a anunciarle su
existencia, es decir, vengo a anunciarle su existencia en el
-- Probablemente se trate del informe de Jean Laplan:hey Se~ge Leclair~ ,
12
1 para el coloquio de Bonneval, del que Althusser poseJa una tirada aparte ·.
no dedicada: J. Laplanche y S. Leclaire: «L'inconscient. Une étude ',
1 psychanalytique» [«El inconsciente. Un estudio psicoanalítico»], Les i
\ Temps Modernes,julio de 1961.
:__ 13 La transcripción, seguramente de acuerdo con lo que se dijo, da
32
psicoanálisis. YPolitzerdecíaalmismotiempo:pordesgracia,
el mismo psicoanálisis está contaminado por la psicología
clásica. Politzer decía: para que el psicoanálisis, que es
realmente la psicología concreta sin que la psicología lo se a,
pue a cump Ir con su papel de guía teórica en el ámbito de
la psicología, el propio psicoanálisis tiene que desembarazarse
de lo que recibió como herencia de la psicología clásica, a '
saber, sus abstracciones, su teoría del inconsciente, como 1
«es», ~omo «ello», como realidad interior a la conciencia, 1
como algo irreductible, comootraconcienciainconsciente. En \
una palabra, todos los conceptos teóricos de Freud caían en
eso, incluido el concepto de complejo, es decir que Politzer
rechazaba todos los conceptos operatorios de Freud con el
pretexto de que eran abstractos. Desde nuestro punto de vista,
~se trata de un aspecto esencial: no es posible hacer ninguna
··reflexión si no se pueden usar conceptos abstractos, y rl._
problema no se establece entre conceptos abstractos y
conceptos no abstractos, es decir,no conceptos, sino entre con-
ceptos abstractos científicos y conceptos abstractos no
científicos. Y la prueba de ello está en que los conceptos que
<?litzerproponía como concretos en lugar de los conceptos
de la psicología clásica, a los que consideraba abstractos, o
de los conceptos freudianos que Freudhabíaheredado de la
psicología clásica, todos esos conceptos concretos por
medio de los cuales Politzer designaba el objeto concreto de
lo que debía ser el psicoanálisis, por un lado, y en lo que debía
convertirse a través del psicoanálisis la psicología, por el
1
.__; «psicoanálisis». Sin embargo, es muy probable que Louis Althusser haya
querido decir «psicología concreta».
33
otro, todos esos conceptos no son conceptos teóricos, es
decir, no tienen ningún estatuto científico válido que permita
utilizarlos para elaborar una teoría o emprender una inves-
tigación. Cuando Politzer dice que es necesario que los
conceptos sean concretos, resulta evidente que se le~puede­
?Poner el pnmercapítulo de Lafenomenología del Espli-Tiu
de Hegel. El concepto de primera persona-preiende ser
concreto, pero es una abstracción. Exactamente como el
«esto» es una abstracción, una generalidad. El concepto de
drama, que pretende ser concreto, es un concepto abstracto,
es una generalidad. Y en lo que a nosotros respecta, podemos
decir que nos hallamos ni más ni menos en un callejón sin
salida teórico: es una mala abstracción porque no desemboca
en nada. E históricamente no desembocó en nada, en nada
más ni nada menos que en Merleau-Ponty y en Sartre.
Mi síntesis personal adoptaba la siguiente forma, muy
precisa: la psicología, (.. .) que está a la búsqueda de sí misma
en el ámbito de las ciencias humanas, ya existe, pero la
psicología no lo sabe. La psicología ha sido fundada y nadie
lo advirtió. Ha sido furidada por Freud. Por lo tanto, alcanza
con que la psicología actual tome conciencia de que.§!!..__
esencia ha sido definida por Freud para constituirse, para
que tome conc1enc1a de ello y para que saque las conse-
cuencias. (... ) Por lo tanto, alcanza con tomar conciencia del
hecho de que, del mismo modo que Galileo definió la esencia
de lo fisico como tal cuando dijo: lo fisico como tal es lo
corporal que se puede medir, es decir, había definido la
esencia de una región del existente, del mismo modo la
psicología no puede desarrollarse más que a condición de
tomar conciencia de la esencia del objeto que tiene que de-
34
sarro llar; ahora bien, la esencia del objeto que tiene que
d~sarrollar,Ja esencia de lo psíquico, es el inconsciente.
D1cho en otros términos, adoptaba esta forma divertida:
el objeto de la psicología es el inconsciente. So lo al definir
a tra:és de esta esencia el inconsciente como el objeto de
la psiCología es que la psicología se puede desarrollar. y 0
retomaba, en resumidas cuentas, la crítica de Politzer
( ... ), que consistía en decir: en el fondo, la psicología,
has~a el momento, vivió con el prejuicio del alma, y yo lo
decia de otra manera: la psicología vivió hasta el momento
~on· el prejuicio de la conciencia, no tomó conciencia del
l!_echo de que la esencia de su objeto es el inconsciente.
De esta manera, en realidad, estaba confrontando cierto
encuentro de la psicología, del propio psicoanálisis, con
otro encuentro que estaba haciendo, que hacemos todos,
que es el encuentro del psicoanálisis con las ciencias
sociales mismas, es decir, con una realidad objetiva.
De esta manera, paso, por así decirlo, del lado personal,
en fin, autobiográfico e inteleCtual de la exposición del
problema, a su exposición objetiva, que es posible formular
de la siguiente manera: ¿suál es, en la actualidad, el
estatuto del psicoanálisis en su relación con las ciencias
humanas, y en particular con la psicología? Segunda parte
de mi reflexión, que voy a dividir a su vez en dos: la
relación científica del psicoanálisis con la psicología, p;:-
un lado, y la relación ideológica del psicoanálisis con la
filosofia, por el otro.
Hablemos de lareTación científica del psicoanálisis con la
psicol?gía. La ~ar~doja de la situación presente se puede
enunciar de la sigmente manera: tras haber sido rechazado
35
por la cultura de su tiempo, Freud fue aceptado, pasó por
todos lados, lo invadió todo. Lo cual plantea un problema,
pero en fin, podemos no reflexionar de inmediato acerca de
ese problema. Se puede partir de ahí para reflexionar sobre
la cuestión -es lo que también hace Lacan-. La constatación
desde la cual debemos partir, en todo caso, consiste en que,
en el estado actual de las ciencias sociales, por todas partes
verificamos una simbiosis absolutamente profunda entre el
psicoanálisis y la psicología. Y la constatamos, si me atrevo
a decirlo, de ambos lados; dicho en otros términos,~
encuentro no se produce solo del lado de la psicología: por
un lado, vemos a la psicología que va al encuentro del
psicoanálisis y, por el otro, vemos al psicoanálisis que va al
encuentro de la psicología. Ambas cosas se dan al mismo
tiempo, es posible indicarlo de manera muy precisa.¿Qué es
lo quevadellado del psicoanálisis hacia la psicología? 14 Es lo
que Tort mostró la última vez: todos los desarrollos del
psicoanálisis conciernen el desarrollo del psicoanálisis de los
niños. Ustedes tienen en Freud una serie de textos: El
~ño Hans, Tres ensayos sobre la sexualidad, todo
eso adquirió un desarrollo considerable. En términos
generales, con Freud se desarrolló una serie entera de
psicoanalistas de niños que antes no existía y que produjo una
literatura extremadamente abundante. Del psicoanálisis ha-
cia la psicología también provino toda una serie de discipli-
nas que aparecen como disciplinas fronterizas con el
psicoanálisis -en un rato volveré sobre este concepto de
I4 La transcripción y las notas de auditor dan en ambos casos «sociología».
Se puede pensar, sin embargo, que Louis Althusser quiso decir en este caso
«psicología».
36
frontera-, en particular, la psiquiatría y la sicosomática. En
pocas palabras, se puede ec1rque el psicoanálisis revivificó
a la psiquiatría, es indiscutible. Las descripciones nosológicas,
es decir, las descripciones de las estructuras visibles de las
enfermedades, que constituían lo fundamental de la psiquiatría,
en cierto modo han quedado trastocadas y revivificadas por
la inter-vención del psicoanálisis. La psiquiatría cambió en
gran medida de rostro. La psicosomática, una disciplina que
no existía antes, se constrtllyó en un tipo de medicina general
que trata por medio de la psicoterapia cierta cantidad de
afecciones que no se identifican si no es a partir de los
conceptos freudianos, es decir, cierta cantidad de síntomas
que no atañen a la medicina general u orgánica sino a una
psicoterapia. Del mismo modo, también se puede considerar
que tEl psicoanálisis fue al encuentro de la psicología social,
en la medida en que le proporcionó toda una serie de
conceptos que están operando en todos los desarrollos más
corrientes de la psicología social. Ya se trate de encuestas de
incentivo, de trabajos sobre la publicidad, etc., lo que hallamos
entonces son conceptos psicoanalíticos, y parece que el
psicoanálisis fue al encuentro. «Ir al encuentro de ... »tiene
nombres específicos, nombres de psicoanalistas que hicieron
trabajos de los que se podría establecer una lista. Los eximo
de hacerla.
Último punto extremadamente importante: ~
psicoanálisis fue al encuentro del objeto general de las
ciencias humanas al ir, él mismo, al encuentro de la
antropología. Esto es algo que se halla en Freud, en tod()
caso, aparentemente en Freud: Tótem y tabú, El malestar
en la cultura, El porvenir de una ilusión. Otros tantos
37
 libros que tratan de fenómenos culturales, por lo tanto, de
fenómenos antropológicos, otras tantas obras que se
presentan con la pretensión de extender los conceptos
psicoanalíticos a disciplinas antropológicas, históricas,
que tratan objetos culturales. Ustedes saben que, en
particular en América, esta dirección de las investigaciones
presenta en la actualidad un desarrollo considerable. La
antropología norteamericana, las obras de Margaret Mead,
las de Kardiner, 15 etc., la m a yo ría de las veces han sido
redactadas por personas que, o bien son ellas mismas
analistas, o bien poseen una formación analítica y pretenden
hacer uso de los conceptos analíticos. Y todo eso provino
del propio psicoanálisis. 16
f Por el otro lado (no voy a contar lo mismo a la inversa),
f todas esas disciplinas-la psicología,del niñ~, la_psi~ología,
1 la psicología social, la antropolog1a, la ps1qmatna, etc.-
! fueron al encuentro del psicoanálisis, es decir, a la búsqueda
\ de conceptos que necesitaban para dar cuenta de fenó-
t.._ menos que en otros tiempos se les pasaban por alto. Lo
cual dio lugar a tentativas a veces extremadamente
interesantes, aunque relativamente aisladas. Por ejemplo,
a un intento como el de Spitz. Spitz es francés, me parece,
o es de origen francés, y enla actualidad vive en los
1s Abram Kardiner, quien se analizó conFreud, es uno de los representantes
de la corriente «culturalistm>. En francés, por ejemplo, se pueden leer
L 'Jndividu dans la société, París, Gallimard, 1969 [El individuo Y su
sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1945] o Mon analyse avec
Freud, París, Belfond, 1978 [Mi análisis con Freud: reminiscencias,
México, Mortiz, 1979].
16 La transcripción da en verdad «psicología». Se puede pensar que Louis
Althusser quiso decir en este caso «psicoanálisis».
38
Estados Unidos. 17 Publicó cierta cantidad de obras, dos
o tres, y continúa con las investigaciones para constituir una
psicología sicoanalítica del desarrollo del niño. Intenta
levar a cabo una psicología experimental que sea la psicolo-
gía experimental que necesita el psicoanálisis para encontrar
en lo concreto sus propios conceptos. Dicho en otros tér-
minos, lo que Spitz busca en la observación del niño, y no en
una relación analítica con el niño, es la constatación del
estadio oral, del estadio anal, etc. Es decir que está inves-
tigando en la psicología la realidad efectiva de los conceptos
psicoanalíticosmismos. No insistiré enMelanie Klein y Anna
Freud: todo eso forma parte del ámbito de la psicologiaCicl_
niño: estamos en el corazón de esas zonas fronterizas.
~erría poner de manifiesto otro encuentro, extrema-
damente importante y extremadamente típico, entre la
psicología y el psicoanálisis. En una palabra, el encuentro que
se produjo hasta ahora entre una psicología sin un auténtico
fundamento biológico o psicosociológico y el psicoanálisis. , (
Pero en otro terreno ocurre un encuentro extremadamente
interesante, que se puede calificar de indirecto: en el terreno
de la psicofisiología y de la biología. Ese terreno, desde
luego, es, por la siguiente razón, el más interesante de todos,
y es que la biología existe como ciencia, en todo caso se trata
de una disciplina científica, que tiene títulos científicos. La
psicofisiología también. El ejemplo más claro es el de Wallon.
17 En realidad, René Spitz es de origen vienés y participó de manera muyl
activa en los trabajos de la Sociedad Psicoanalítica de París antes de emi-
grar a los Estados Unidos. Es famoso por sus trabajos sobre la observación
del lactante y el hospitalismo. Por ejemplo, es posible leer en francés La
premiere Année de la vie de l'enfant, París, PUF, 1963 [El primer año de 1
la vida del niño, México, Fondo de Cultura Económica, 1969]. .;
39
Wallon desarrolló una psicología que resulta original con
respecto a la psicología clásica, y se la utiliza mucho, sobre
todo hacen uso de ella los marxistas que se interesan por esos
problemas. Wallon desarrolló una psicología que se puede
considerar, desde el punto de vista formal, con respecto a la
psicología clásica, como una psicología dialéctica. ( ... ) En la
medida en que todo lo que es dialéctico es marxista, o más
bien, nada de lo que es dialéctico es extraño al marxismo
(según un adagio que habría que redactar en latín para
otorgarle toda su fuerza), todo lo que es dialéctico es nuestro.
En tanto que dialéctico, Wallon, por lo tanto, es forzosamente
marxista. ¿Sobre qué se basa esta asimilación? Se basa en el
concepto de estadio. Wallon, apoyándose en trabajos de
neurólogos que, en efecto, pusieron de manifiesto estadios
de madurezneurológica, biológica, etc., en cierta medida
hizo un paralelismo entre la existencia de estadios de madurez
biológica, neurológica, etc., por un lado, y la existencia de
estadios de madurez psicológica, por el otro. Hizo un
paralelismo y una correspondencia, es decir que constató
que, efectivamente, los estadios esenciales coincidían. Y
entre otras cosas, un detalle divertido, es el primero que
insistió en la importancia fundamental del estadio del espejo,
lo que Lacan, no quisiera decir que nunca se lo perdonó, pero
en todo caso siempre se las arregló como para pasarlo por
1ilto. 18 Porque también ocurre que los psicoanalistas o los
psiquiatras leen textos que no son puramentepsicoanalíticos
18 Louis Althusser se refiere en este caso al artículo «Comment se
développe la notion de corps propre chez 1' enfant» [«Cómo se desarrolla
la noción del propio cuerpo en el niño»] (Journal de Psychologie, noviembre-
diciembre de 1931 ), en el que Henri Wallon desarrolla la noción de «prueba
del espejo», retomada en su libro Les Origines du caractere chez l 'enfant
40
o psiquiátricos. Cuando en una oportunidad alguien le dijo:
perosuestadiodelespejoyalohabíadicho Wallon,tuvouno
de esos arranques monumentales de ira que, si hubiesen
alcanzado la publicidad que merecían, habrían hecho
tambalear,cuantomenos,elArcodelTriunfo.Loquehayde
importante en ello es que, en efecto, se esbozó otro encuentro
entre la psicología y el psicoanálisis. Un encuentro sobre la
estructura misma del tipo de desarrollo que aparece, por un
lado, en el psicoanálisis y, por el otro, en la psicología. En el
psicoanálisis, como en la psicología, parece que tienen que
vérselas con un desarrollo dialéctico por estadios, y Wallon---~
es el teórico de ese encuentro. Aunque nunca habla de
psicoanálisis, de hecho, en su obra -y eso fue algo que utili-
zaronalgunosteóricosqueloreivindican,apartirdelmomento
en que los conceptos psicoanalíticos obtuvieron derecho de
circulación-hay sobre qué basarunaaproximación teórica entre
el psicoanálisis y la psicología. (... )
El tercer encuentro entre la psicología y el psicoanálisis se
produce en un tercer terreno: en el terreno de la sociedad
misma. Sin lugar a dudas, se trata del punto más interesante
·de todos. En cuanto a esto, no hago más que desarrollar todo
(París, Bovin, 1934) [Los orígenes del carácter en el niño. Los preludios
del sentimiento de personalidad, Buenos Aires, Nueva Visión, 1975]. En
193 6, Jacques Lacan expuso en el Congreso de Marienbad de la Asociación
Psicoanalítica Internacional su propia concepción del «estadio del espejo».
Lo más importante de ese texto, que no fue publicado, será retomado en 1938
en la contribución de Lacan al volumen VIII deL 'En-cyclopédiefranr;aise
que dirigió Wallon («La familia»). En julio de 1949, en el Congreso de Zúrich,
cuando pronunció la famosa alocución sobre el «estadio del espejo» («El 1
estadio del espejo como formador de la función del Yo», reeditado en sus¡¡
Écrits, pp. 93-100 [Escritos 1, México, Siglo XXI, 1971, pp. 99-106.]),
Lacan, en efecto, eliminó toda referencia a W allon.
41
loqueTortdijo,ylofueenparticularcuandocalificólacrítica
de Lacan contra el psicoanálisis existente como la crítica a los
psicoanalistas de la adaptaciÓn social. Es algo que ocurre en
el terreno de la sociedad. Lo cual supone dos condiciones
convergentes del encuentro, del lado del psicoanálisis y del
lado de la sociología. 19 Veamos las cosas del lado del
psicoanálisis. Éste se basa en una interpretación teórica de lo
que Freud denomina el principio de realidad. No pretendo
trazar la historia de lacuestión en sus mínimos detalles, no
vale la pena -puede llevarse a cabo, es muy importante-,
pero esto es lo fundamental: el principio de realidad se
interpretó progresivamente como querepresentabalarealidad
de la sociedad, es decir que el objeto del psicoanálisis se
interpretó como la resultante de la interacción entre, por un
lado, ese ser biológico que es niño y, por el otro, el medio
social en el que vive, y en el que a partir del primer instante
recibe la vida y, al mismo tiempo que recibe la vida, recibe
las normas de su educación, es decir, las coerciones sociales
que la sociedad le enseña por la mediación de sus padres,
muy especialmente de su madre, coerciones que adoptan la
forma, en primera instancia, de laregulaciónde la nutrición,
es decir, la organización del horario en que se le da el pecho
al chico, en segunda instancia la educación de la disciplina
anal, el pipí, etc., y eso sigue de esa misma manera. El
principio de realidad es la sociedad, no en cuanto a su
realidad material, no en cuanto al hecho de darle al chico algo
para comer, etc., sino en cuanto a las normas que el entorno
familiar inmediato transmite e impone al chico, normas que
19 La transcripción, en efecto, da «sociología». Tal vez Louis Althusser
haya querido decir «sociedad>>.
42
son las regulaciones necesarias de la propia sociedad. De
esta manera, todo se pondría en juego en el momento d~l
Edipo; esos momentos del Edipo, que le interesan espe-
cialmente a Sartre, serian los momentos en que el niño
interioriza el principio de realidad, es decir, retoma para sí las
obligaciones que le Impone la sociedad, es decir, ya no se
hace pipí encima, para tomar un ejemplo simbólico, simple-
mente porque sabe que ya no tiene que hacerse pipí encima.
Lo sabe, es el «superyó». He aquí un ejemplo con todo
detalle. En pocas palabras, la instancia fundamental que va a
dominar, a partir de ese momento, la vida del niño, explica
todo su desarrollo: el superyó, que controla la puesta en
marcha de todas las demás instancias subordinadas, es sim-
plemente un momento determinado, que por otra parte se lo
puedeconsiderarcomoelmomentoenquelamadurezneu-
rológica, la madurez motriz, la madurez visual, la madurez
biológica, la madurez psicológica se encuentran, y que
precisamenteresultaserelmomentoenqueelniñointerioriza
la obligación social que se le impone para vivir y las formas
de esa obligación social. Eso, entonces, es muy importante,
en primer lugarporguedmge la totalidad de una interpretación
del sentido del psicoanálisis, y luego de su práctica, como
también toda una reflexión teórica extremadamente divertida
sobre el propio psicoanálisis. Si, en efecto, el objeto del
psicoanálisis, en este caso, es el producto de la interacción
del individuo y el medio social; si el objeto del psicoanálisis
'se debe pensar a partir, en primer lugar, de las pulsiones
biológicas del individuo y, en segundo lugar, de las coerciones
SOCiales que Se le Imponen al mdlVldUO por la mediaCIÓn del
entorno cercano (del padre y de la madre, y en particular de
43
 la madre, sobre la que, por otra parte, planea la instancia.
superior del padre, que le da el apellido, le da con qué vivir
y le da órdenes, que es quien organiza la casa, que la protege
del exterior, que es una personalidadjurídica que tiene una
situación jurídica determinada en la sociedad): si todo pasa
por ahí, por saber lo que es el psicoanálisis como objeto, es
necesario disponer a la vez de la biología y de la ciencia de
la sociedad. Pero -y es una consecuencia extremadamente
importante-eso quiere decir que verdaderamente es posible
encontrar el objeto del psicoanálisis en la sociedad. Si leen
\ las interpretaciones sartreanas, ( ... )verá~ que ahí está el
1
/ punto nodal, porque es ahí que la praxis, el proyecto
[ individual se integra en la sociedad. Por mi parte, diría con
agrado que es la glándula pineal de Sartre, es decir, el punto
de encuentro infinitesimal, tan reducido como sea posible,
absolutamente imposible de asignar, pero, bueno, es necesario
quehayaunpuntodeencuentroenalgunaparte. Simplemente,
es por acá que se halla, exactamente igual que para Descartes
(era del lado de la glándula pineal. 20 Es en esa región -una]
región se define como el lugar donde hay un punto de
comc1 encm- que ocurre eso, es ahí que el proyecto individual
se convierte en praxis social, se asume como tal, etc. :=.J
Lo cual presenta consecuencias prácticas considerables.
Esas consecuencias prácticas considerables se dan a la luz
del día, son claras como el agua en todo el psicoanálisis que
Lacan llama el psicoanálisis americano, que es un auténtico
psicoanálisis de la adaptación social, es decir que es lo
·codtrario mismo del psicoanálisis. Si, efectivamente, el
20 La «glándula pineal», según Descartes, es el punto del cerebro en qiJe
se produce «la unión más particular del alma con una parte del cuerpo».
44
principio de realidad no es más que una intervención sobre
un individuo de las normas de la sociedad por la mediación
del medio familiar cercano, que el individuo mismo retoma en
la forma del superyó, en ese momento, la cura analítica se
convierte muy simplemente en una negociación entre el
individuo y la sociedad, una negociación que, como ocurre
en toda negociación delicada, requiere de los buenos oficios
del psicoanálisis, que va a arreglar las cosas, por supuesto,
diciéndose: pobre muchacho, la sociedad era demasiado
pesada para él, lo terminó aplastando, es decir que su yo
terminó aplastado por su superyó. El yo era demasiado débil,
vamos a reforzarlo: es todo el psicoanálisis de los sistemas de
defensa del yo, cuya gran teórica en el Reino del Señor es la
señoraAnnaFreud, que es una de las enemigas personales,
en fin, no personales sino que teóricamente personales de
Lacan, a la que nunca le atribuyó el calificativo que, para él,
es el certificado, no de la conciencia teórica sino de la
presencia de la teoría en su inconciencia teórica: el nombre
de «tripera genial». Lacan llamaaMelanie Klein «tripera
genial». 21 * Y le otorga el calificativo de tripera a la señora
Fran9oise Dolto. Por otra parte, resulta interesante ese
calificativo, que en francés solo existe en la forma femenina:
no es una genia todavía, pero puede llegar a serlo. En todo
caso, la señora Arma Freud ni es una genia ni mucho menos
una tripera, porque no es posible catalogar de genial más que
bajo el título de tripera: ni siquiera es tripera, simplemente
21 Lacan califica a Melanie Klein, sin nombrarla, de «tripera y mujer de
genio» (Écrits, p. 448; Escritos 1, p. 429). [El Centre national de ressources
textuelles et lexicales francés señala que la palabra tripiere se usa, figurada
y peyorativamente «para designar a una mujer de aire vulgar o físico
exuberante». (N. del T.).]
45
 í

esas cosas explicadas, vulgarizadas en instituciones concretas,

vende carne envuelta en celofán. Y la carne que vende la
no se mantienen en el estado de la especulación-. No sé si
señoraAnnaFreud es laque muy fácilmente ustedes pueden
les pasó de leer el diario Le Monde, en la página quinta o
comprarenvueltaen el celofán de las Presses, 22 a saber, esa
sexta. Le Monde -por otra parte, no sé con qué pensamien-
obra que se llama Mécanisme de déjense du moP3 o ese
to del fondo de la cabeza publica esas cosas (tal vez sea
otro libro que se llama La Psychanalyse des enfants. 24 Allí
malicioso, es lo que espero, veo mal cómo se las podrían
podrán ver presentada de esta manera su pequeña teoría
bajo la forma de conceptos analíticos reforzados-en unrat~
publicarsinmalicia}-publicareseñasdeunainstituciónque
en la actualidad presenta un gran desarrollo; me apuro en
veremos por qué- por una fuerte dosis de obsesiones
decirles que no es la única, porque las hay en gran cantidad,
castradoras, esa psicoanalista oficial que sintió la necesi-
en Francia e incluso en París, pero digamos que es la más
dad, en tanto que hija de Freud, de convertirse en la madre
famosa, en todo caso la más solvente, a laque resulta posible
de familia tipo del psicoanálisis, del mundo del psicoanálisis
acceder, puesto que el enviado especial deLe Monde puede
( ... ) Yque es recibida como tal por el mundo de la cultura
irhastaahí,quetienesusedeenJouy-en-Josasyquedauna
analítica. Todo eso, por supuesto, para no mencionar a la
formación a los ejecutivos de las grandes compañías
sociedad. Pero hay personas que, si me atrevo a decirlo en
industrialesparalaliquidaciónde las dificultades psicológicas
estos términos, no tienen escrúpulos y hablan resueltamente
que pueden surgir en el nivel de los propios eJecutivos y, en
de la sociedad: es toda la corriente del psicoanálisis nortea-
.consecuencia, entre los ejecutivos de una empresa y los
mericano, es toda la corriente de la antropología norteameri-
trabajadores.~lproblemasevuelveentonceselde lareadaptación
cana, etc., y de las técnicas alas que dan lugar. El representante
al medio social inmediato, y son todas esas técnicas analíticas
de esa tendencia, uno de sus representantes, si bien posee
que se emplean. ( ... )
una sólida cultura freudiana, es Alexander. 25( ... ) Si un día
Por lo tanto, eso abrió toda una serie de técnicas que, en
echan una mirada en un libro de Alexander -hay peores-...
efecto, existen, que pasaron a la práctica y que representan
Se lo puede considerar como un buen testigo, es un tipo que
el uso práctico de esta concepción teórica del principio de
poseeunabuenaculturafreudiana-encontraránconfrecuencia
realidad, por lo tanto, del superyó, por ende, del objeto del
~:El .aut~r.s.e refie~e a las Presses Universitaires de France N. del T.).
11 edJcJOn, Pans, PUF, 1985 [El yo y los mecanismos de defensa
psicoanálisis. Entonces, lo que más nos interesa, después de
Buenos Aires, Paidós, 1973]. ' la teoría, son las consecuencias teóricas de la cuestión. A
24 4" edición, París, PUF, 1981 [Psicoanálisis del niño Buenos Aires
partir del momento en que se dijo que el principio de realidad,
Paidós, 1960]. ' '
25 Franz Alexander, representante del «neofreudismo norteamericano»
es decir, el objeto fundamental del psicoanálisis, debe
fue e~ fundador, en 1931, del Chicago Institute for Psychoanalysis. De él: buscarse del lado de la sociedad, se pudo constatar el
por ~J~mplo,. se pue~e leer en francés La Médecine psychosomatique (La surgimiento de teorías psicoanalíticas de carácter
medzcma pszcosomatica), París, Payot, 1962.

47
46
 T
'(
1
antropológicoqueintentaronrelativizarelpropiopsicoanálisis
y sus conceptos mismos, a partir de la constatación teórica
precedente. Uno se encontró ante tentativas psicoanalíticas
que nos explicaron la siguiente cuestión: los conceptos
psicoanalíticos están vinculados con un objeto psicoanalítico
cuyo origen hay que buscarlo en las relaciones entre un ser
1 biológico(elniño)yunasociedaddeterminada,yelsuperyó,
la disposición de las instancias, representa la interiorización
de las normas de coerción social de esa sociedad y de su
estructura. Si, por lo tanto, tenemos que vémoslas con los
conceptos de Freud, es porque era vienés, es porque vivía
en la sociedad occidental, que es una sociedad patriarcal,
conunafamiliaestructuradademanerahistóricadeterminada
que les impone a los individuos que la componen cierta
cantidad de reglas jurídicas que son el reflejo de la estructura
económico-político-social de la sociedad, y que hallan su
realización en el entorno inmediato, al punto tal que la
glándula pineal adopta la forma de la familia que conocem;s.-
Pero hay sociedades que no conocen esta forma de familia,
se trata de otra glándula pineal diferente de la nuestra:
construyamos, por lo tanto, una teoría de las otras glándulas
pineales, es decir, una teoría general de la posibilidad en tanto
que tal de las formas de variaciones concretas de la glándula
pineal. Y eso nos daaMalinowski, nos da toda una corriente
\ de la empresa psicoanalítica norteamericana según la cual
Y.7cada sociedad posee, me atrevo a decir, los complejos gue
se merece, los psicoanalistas que se merece, etc. Lo cual
puede introducimos en la inteligencia de lo que se debe
comprender en la teoría del chamán de Lévi-Strau~ quien
empieza a convertirse en especialista en la generalización de
48
la glándula pineal, puesto que es su objeto mismo. Nos
presenta que el chamán de una sociedad primitiva y el
psicoanalista son lo mismo, que el psicoanalista recibe d~
la sociedad la misma misión que el chamán en la sociedad
primitiva: liquidar simbólicamente los conflictos que
presenta esa sociedad consigo misma por medio de la
¿ura de un individuo considerado por la sociedad como
un loco o como un enfermo. Si estudian, y les pido por
Tavor que lo hagan, el capítulo de la Antropología
estructural de Lévi-Strauss que está consagrado a la
teoría del chamán, encontrarán en él la presencia y la
aplicación inmediatas de esos presupuestos, y podrán
medir de inmediato cuál es el espacio en que se mueve
esta reflexión.
Éstos son los ámbitos de encuentro entre el psicoanálisis
y la psicología, por un lado, el psicoanálisis y la bioÍogía, por
el otro, [y finalmente] entre el psicoanálisis y la sociedad, con
sus consecuencias teóricas y prácticas. En la situación actual,
hay desde luego otro ámbito de encuentro, es el ámbito de
encuentro entre el psicoanálisis y la filoso tia. Es decir, entre
cierto número de temas tomados prestados al psicoanálisis
y su explotación por parte de las filosofias existentes. Ya dije
losuficientehaceunrato,cuandomereferíaaPolitzer,como
para tener que volver de nuevo sobre el tema. Lo que sim-
plemente quiero decir es que los tres encuentros que señalé
anteriormente pueden estar jurídica y teóricamente
autorizados por la posibilidad de utilizar en psicología, en
sociología, en antropología, los conceptos psicoanalíticos, o
por la posibilidad de utilizar en psicoanálisis conceptos
psicológicos, biológicos, neurológicoso sociológicos. Dicho
49
 en otros términos, las tres formas de encuentro que analicé
«Te voy a definir tu estatuto, tú me das tu práctica, yo te doy
hasta acá se producen en el plano de los conceptos, es decir
tus conceptos, y se terminó, que no se hable más del asunto».

~
ue son favores mutuos de orden conceptual que las demás
Ese «se terminó, que no se hable más del asunto» son los
isciplinas le hacen al psicoanálisis. N o hay encuentro sin
conceptos filosóficos en los que se desarrollaron las realidades
mtercambio. Lo que se intercambió entre el psicoanálisis y las
de la experiencia psicoanalítica de la cura. Esta realidad de
disciplinas a las que hemos hecho referencia hasta acá son
la experiencia psicoanalíticade la cura son esencialmente las
lconceptos. ( ... )
relaciones que se establecen entre el médico y el enfermo. Es
Lo que voy a decir ahora no concierne a los conceptos. Lo
también un punto fundamental de la reflexión de Lacan. Es un
que se va a intercambiar entre el psicoanálisis y lafilosofiano'
punto fundamental que se debe aclarar, para decir: esto es lo
son conceptos. Diría que se trata del sentido concreto. Más
que en efecto ocurre, es decir, para demostrar que la
exactamente el intercambio se va a llevar a cabo de la
' interpretación filosófica de la relación médico-enfermo es
siguiente manera: en pocas palabras, el psicoanálisis le va a
una impostura teórica, para demostrar que la filosofia, para
dar a la filosofia lo concreto y la filosofia le va a dar al
poder digerir filosóficamente esta realidad, está obligada a
psicoanálisis conceptos. Lo cual se produce de la siguiente
falsificarla. Ésa es la demostración fundamental de Lacan
manera: lafilosofia va a explicar al psicoanálisis que si quiere
sobre la cura. La filosofia está obligada a falsificar la
pensar lo concreto con el que flene que vérselas en la prácti-
experiencia de la realidad, de la práctica analítica misma,
cade la cura, que todavía está ciega, teóricamente hablando,
para poder declararla filosófica. ¿De qué manera se lleva a
debe tomar prestados los conceptos a la filosofia. Es algo
cabo esta impostura teórica? -se trata de una palabra, pido
que resulta muy mteresante: se trata de la práctica, cuando
disculpas por su violencia, pero es una violencia puramente
antes se trataba de intercambios teóricos. (... ) El intercambio
teórica-. Por el siguiente postulado: lo que está puesto en
se produce de la siguiente manera: el psicoanálisis da a la
cuestión en la relación médico-enfermo, en la relación dual
filosofia lo concreto, es decir, prácticamente, digamos las
de la cura, es muy simplemente el para el otro, es muy
cosas por su nombre, la situación dual de la relación entre el
simplemente la intersubjetividad, es decir, el concepto
médico y el enfermo: es el objeto que el psicoanálisis le da a
fundamental de lo que se puede denominar la corriente
la:filosofia. Ylafilosofia, en cambio, levaadaral psicoanáli-
existencialista, personalista, etc., que constituye una de las
sis conceptos para pensar esa cosa que la filoso tia considera
grandes corrientes de la época contemporánea y que corre
como que constituye verdaderamente el objeto y la esencia
a borbotones de innumerables bocas de las fuentes de la
misma del psicoanálisis. Intercambio, toma y daca, eso
historia moderna. Desde luego, el papel que cumplió Politzer
quiere decir que en esos dos intercambios hay uno que
en este contexto fue absolutamente decisivo, porque él fue
impone su ley: es lafilosofia, cuando le dice [al psicoanálisis]:
quien proporcionó esos conceptos. Cuando Politzeropuso
50
51
el conocimiento en tercera persona al conocimiento en
primera persona, cuando explicó que se daba entre e~
enfermo y el médico y ue era un drama, no era posible ver
en e o, en efecto, más que la intersubjetividad, en una sitllil-
ción que recuerda la del amo y el esclavo. ( ... )Para la anéc-
dota, puedo darles un ejemplo muy concreto de la cuestión,
es decir, de su eficacia real. Haceunañoymedio,hubo [un
congreso] en Bonneval, 26 que es una ciudad pequeña,
creo que del departamento de Sarthe, que resulta notable
porque, a la distancia, se destaca una especie de inmenso
edificio que tiene todo el aspecto exterior de ser un gran
castillo, porque es una planicie rasa; se lo ve de lejos: es
el hospital psiquiátrico. Creo que hay una pequeña
municipalidad que no está lejos del hospital psiquiátrico,
y en ese hospital psiquiátrico reinaba Henri Ey, 27 quien en
la historia de la psiquiatría francesa ocupó un lugar, iba a
decir comparable al de Bergson en la historia de la fi-
losofia francesa en el mismo período, pero habría sido umi
injuria para él porque cumplió Un papel extraor-
dinariamente positivo; pido disculpas por decirlo, pero es
absolutamente cierto; él fue precisamente el primer gran
profesor de la psiquiatría francesa, debido a que enseñó
a la psiquiatría francesa que existía algo l!lás allá de las
26 Se trata del coloquio que se organizó en Bonneval del 30 de octubre
al2 de noviembre de 1960 (actas publicadas en VI' colloque de Bonneval:
l'inconscient, París, Desclée de Brouwer, 1966).
27 Henri Ey, condiscípulo en el hospital de Sainte-Anne y amigo de La-
can, se ocupó después de René Laforgue de la dirección del grupo de
L'évolution psychiatrique, que pretendía organizar una confrontación
entre la psiquiatría y el psicoanálisis. En 1933 tomó la dirección del hos-
pital psiquiátrico de Bonneval, de la que se retiró recién en 1970.
52
fronteras de Francia. Se puede considerar a Henri Ey
como un héroe de la lucha contra el provincialismo francés
en el ámbito teórico en lo que concierne a la psiquiatría.
En especial, enseñó a la psiquiatría francesa que un tal
J ackson 28 había existido en alguna parte, no se sabe
dónde, pero bueno, había existido, había escrito ciertas
cosas, que eran cosas importantes, que había que
conocerlas, que podían traer consecuencias, etc.
En las comodidades de su castillo de Bonneval, Ey
reunió con periodicidad durante años un congreso
psiquiátrico en el cual expresaba su doctrina, que es una
doctrina dinámico-psico-orgánica, una especie de bergso-
nismo psiquiátrico que, efectivamente, ayudó a aclarar
ciertas cuestiones, que, por otra parte, se inspira en
Jackson, ( ... ) y le otorga a la gente la oportunidad de
expresarse. Desde luego, ya no es del todo el guía del
pensamiento de las jóvenes generaciones. Era
contemporáneo de Lacan, puesto que hicieron juntos los
estudios en el hospital Sainte-Anne; de esa época data
el encuentro; asimismo, cuando estaban ahí, en Sainte-
Anne, teníanelmismocuar-tucho, y en la pared de ese
cuartucho estaba escrita esta frase: «¡N o se vuelve lo-
co quien quiere!». Para ellos consistía en todo un pro-
grama. Dicho en otros términos: el loco existe, no está
al alcance de todo el mundo. ( ... )Era algo muy impor-
tante, porque quería decir: hay que tomarlo en serio,
28 J. H. Jackson (1835-1911): neurólogo inglés, famoso sobre todo por
sus trabajos acerca de la epilepsia y la afasia y, en términos más generales,
sobre las relaciones entre el pensamiento y el cerebro. Con frecuencia se
considera a Henri Ey como uno de los principales representantes de la
corriente «neojacksoniana» en psiquiatría.
53
no es solo algo negativo, también tiene algo positivo,
algo positivo se expresa allí. Y Lacan nunca renegó de
esta inspiración profunda; y abjuró aún menos de esa
frase, en la medida en que, cada tanto, la vuelve a sacar
para decirle: «Eh, ¿te acordás de nuestro programa
común, no? ¿Por dónde andás vos con respecto al"¡ N o
se vuelve loco quien quiere!"?». Cada tanto, constata que
Ey anda demorado en su programa -lo que no es nada
dificil- y cada tanto también tiene la malicia de permitirse
hacer una demostración en público delante del propio
Ey, en particular durante ese último congreso al que
hago referencia, que tuvo lugar hace un año y medio,
en el cual Laplanche dio el informe que escribió con
Leclaire sobre el inconsciente, y al que estaba invitado
Ricreur. 29
La psiquiatría francesa, entre otras cosas, se define por su
necesidad de filosofía, por un enorme consumo de filosofía.
N o me refiero a la medicina en general, pero en todo caso
está claro que los psiquiatras y los psicoanalistas se encuentran
entre los principales consumidores en el mercado filosófi-
co en Francia. Si desaparecieran enFrancialos filósofos, las
editoriales de libros filosóficos seguirían existiendo y les
sobrevivirían, si es que la psiquiatría lograse sobrevivir sin
Para mayores precisiones, véanse É. Roudinesco, La Bataille de
29
cent ans. Histoire de la psychanalyse en France, t. 2, pp. 317-328, París,
Seuil, 1986 [La batalla de cien años. Historia del psicoanálisis en
Francia, 1925-1985. Vol. JI, Madrid, Fundamentos, 2009], y Jacques
Lacan. Esquisse d'une vie, histoire d'un systeme de pensée, París,
Fayard, 1993, pp. 383-403 [Lacan. Esbozo de una vida, historia de un
sistema de pen·samiento, Buenos Aires, Fondo de.Cultura Económica,
1994, p. 423 y ss.].
54
filósofos. Ricreur dio un discurso que, según creo, fue muy
emocionante ... En fin, lo escuché decir de tantas personas
que no me atrevo a agregar más nada, porque ustedes han
oídohablardeellomejorqueyo.Peroloquequierodecires
que lo que estaba en el centro del encuentro entre Ricreury
e.se mundo de la si uiatría y del psicoanálisis era,
efectivamente, ese encuentro entre los conceptos filosóficos
1
de una filosofía de la intersubjetividad y lacríticaanaiitica de
la cura. ¿Qué es lo que está pasando? Los psicoanalistas se
preguntan: no tienen nada para pensar en lo que ocurre en la
cura, en la práctica. Y cuando alguien de afuera, que es un
hombre culto, inteligente, concienzudo, honesto y riguroso
como Ricreur, viene a decirles: «Miren, por mi parte, creo
que modestamente puedo aportarles algo», con el hambre
teórico que los atormenta, se sienten emocionados, y todavía
más en la medida en que Ricreur es, efectivamente, un
hombre que vive esas cosas, y que al fin y al cabo el único
malentendido colectivo que puede caracterizare se encuentro
histórico es que lo que se intercambió no es un concepto por
una práctica -dicho en otros términos, tal vez no sean
conceptos teóricos que provienen de la filosofía lo que se
intercambió por la práctica analítica de la cura-, sino que yo
diría que es una experiencia por otra. Es en ese plano que la
cuestión pudo ser real y creó una marca convincente:
intercambiaron la expe-riencia de cada cual. Los psiquiatras ll
y los psicoanalistas le suministraron sus experiencias y Ricreur
les suministró suexperienciadelmundo de la intersubjetividad, :
es decir, cierta experiencia de la práctica moral, de la \
práctica política, etc.: él mismo es lo que vive, lo que piensa, /
él mismo era su propia experiencia, su discurso era su propia \
55
 experiencia. Lo que se intercambió fueron experiencias,
mucho me temo que los conceptos quedaron al margen. Es
para decirles cómo es la situación. No es solo una situación
irrisoria opolémica, es una situación muy real ymuyprofunda,
y los fuerza a preguntamos, a la vez, acerca de lo que ocurre
del lado del psicoanálisis, y acerca de lo que pasa, por
supuesto, del lado de los demás ámbitos en cuestión. Es
decir, de todos los personajes que se encuentran, incluidos
los filósofos más honestos y más auténticos, puesto que en
este caso tanto Sartre como Merleau y Ricceur, en lo que se
refiere a la autenticidad, están absolutamente fuera de toda
sospecha.
He aquí, por lo tanto, en qué ámbito se operó ese encuen-
tro, al que hice mención al principio, y sobre qué principio viví
personalmente durante cierto tiempo, a saber, que la psicología
era el psicoanálisis, que la psicología no lo sabía pero que,
gracias a Dios, estaba empezando a saberlo; ¿la prueba?:
se estaba extendiendo por todas partes. Y se creyó que
estaba todo bien así, que alcanzaba con agregarle un
poco de conciencia teórica para arreglar un poco las
cosas, y que con eso bastaría. A partir de ese momento,
se plantea cierta cantidad de problemas. El primer
problema salta a los ojos de inmediato: si, en efecto,
el psicoanálisis es la esencia de la psicología -de la
psicología y de todas las disciplinas que dependen de
ella, si les parece, tomo ala psicología a título de ejemplo-, si
1 el psicoanálisis es la esencia de la psicología, ¿qué es lo
'·-y que diferencia el ámbito del psicoanálisis del ámbito d~!~-­
psicología? No se advierte cuál es la diferencia teórica que
se puede enunciar entre el psicoanálisis y la psicología, entre
56
el psicoanálisis y la psicoterapia, entre el psicoanálisis y la
medicina psicoterapéutica, entre el psicoanálisis y la
psiquiatría, etc. Mi maestro Jean Guitton30 en otra época nos
decía que «si todo es rosa, nada es rosa», y debo decir que
ese concepto es, con toda seguridad, un concepto fundamen-
tal que le debo-hay que reconocerles siempre sus títulos, hay
que ser honesto con respecto a los propios maestros: sin
dudáalguna, ese concepto se lo debo-y es la reflexión sobre
ese concepto lo que me autoriza a plantear la pregunta: si
todo es psicoanálisis, nada es psicoanálisis, si todo es
psicología, nada es psicología, ¿de qué manera, entonces, se
basan las diferencias reales? No se trata de diferencias
imaginarias, corresponden realmente a una diferencia de
práctica, puesto que la práctica analítica es una cosa pero
la práctica psicoterapéutica es otra cosa, todo el mundo
lo afirma. Los psicoanalistas que hacen psicoterapia les
dirán que no es para nada lo mismo, que no entran las
mismas técnicas, etc.; el psiquiatra les dirá: «Ah, para mí,
los psicoanalistas ... , los conceptos pasaron la frontera,
pero las técnicas no pasaron la frontera, para nada, etc.».
Allí hay una diferencia real.
Siempre en función del «si todo es rosa, nada es rosa», hay
un segundo problema teórico, pero esta vez se aplica al
acuerdo del psicoanálisis y lafilosofia. Si la situación analítica
es fundamentalmente idéntica a la situación de la intersub-
jetividad, ala situación original de la intersubjetividad,~
diferencia hay entre el psicoanálisis y la filosofia de la
intersubjetividad?Unproblemareal,paranadaimaginario,
porque es a él que responde muy claramente el psicoanálisis
30 La transcripción da únicamente: «mi maestro J.».
57
existencial de Sartre. Sartre hizo, pretendió hacer, un
psicoanálisis, pretendió fundar un psicoanálisis, y no es el
único.Binswanger, 31 enAlemania,nosoloesunfilósofo,sino
que además es un práctico facultativo. Pretendieron fundar
un psicoanálisis existencial, es decir, un psicoanálisis basado
teóricamente en la identidad de la relación médico-enfermo
¿:del para-el-otro originario, del Mit-sein originario, de la
intersubjetividad originaria. Y o no vería inconveniente alguno,
pero, después de todo, no se tiene la impresión de que las
cosas ocurran del todo de esa manera: el artículo de Laplan-
che, por ejemplo, es terminante: las cosas no ocurren de esa
manera en la realidad psicoanalíticamisma.
He resumido, si les parece, con esas dos dificultades, para
ser claro y esquemático a la vez, lo esencial del problema,
para decirles que, en cuanto a esas dos cuestiones funda-
mentales, Lacan es el único que proporciona una respuesta.
Lacan, desde luego, es un personaje qqe existe desde hace
rimcho tiempo, en fin, existe para el mundo del psicoanálisis,
tambiénexistióparaelmundodelafilosofia:debensaberque
el número uno de La Psychanalyse incluye un diálogo entre
Lacan e HyppoliteY Hyppolite frecuentó durante mucho
3 ' Ludwig Binswanger, miembro desde 1908 de la Asociación Vienesa
de Psicoanálisis, dirigió de 1911 a 1956 el sanatorio de Bellevue, en Suiza.
Fuertemente influido por la fenomenología, es el inventor del análisis
existencial (Dasein-analyse). Es posible leer, por ejemplo, en francés: Le
Reve et l'existence, París, Desclée de Brouwer, 1954 (con una introducción
de Michel Foucault); Analyse existentielle et psychana~vse freudienne,
París, Gallimard, 1981; Mélancolie et manie: études phénoménologiques,
París, PUF, 1987.
32 La Psychanalyse, no l. Sur la paro le et le langage, París, PUF, 1956.
Textos reeditados en los Écrits de Lacan, pp. 369-399y 879-887 [Escritos,
ob. cit., pp. 351-378 y 837-846].
58
tiempo el seminario de Lacan, que sigue teniendo lugar, se los
advierto -es una institución eterna que se reproduce a sí
misma-, los miércoles a las 12:15 horas, en el hospital
psiquiátrico de Sainte-Anne, pabellón de mujeres. Deberían
ir a ver en alguna oportunidad para que se den cuenta en el
lugar de lo que pasa ahí los miércoles a las 12:15 horas; no
es un horario muy cómodo, pero es la hora para los médicos,
porque terminaron sus visitas.
Desde luego, en el mundo de la filosofia, Lacan ya existía
un poco. En sus últimos cursos en el Colegio de Francia,
Merleau-Pontylocitóperonofiguróenningunadesusobras
fundamentales. Lacan es un fenómeno histórico: habría que
plantearse ciertas mterrogaciones al respecto. Lo que está
claro es que a nuestros despistados les resulta ininteligible, es
que está cerrado detrás de toda una serie de enigmas, disi-
mulado detrás de toda una serie de escudos de armas. En una
palabra, se presenta bajo una forma gongoresca, puesto que
él retomó este adjetivo por su cuenta, con una forma teórica
y deliberadamente barroca, como una especie de fiera: me
parece que la palabra no es excesiva, hay que haberlo
escuchado aullar para saber que posee una agresividad
absolutamente extraordinaria, una malicia espléndida, en
donde ciertamente se realiza en tanto que individuo que pasó
por el surrealismo. Pero el uso del surrealismo no siempre
resulta ejemplar; ahora bien, se corresponde con algo. ¿Con
qué? ~a hipótesis que les presento es que esta agresividad es
necesaria a causa del propio ambiente psicoanalítico. Quiero
decir que las dificultades del psicoanálisis antaño eran
dificultades que se establecían entre el psicoanálisis por un
lado, que las instituciones culturales rechazaban, y el mundo
59
cultural no analítico por el otro. Y cuando eso sucede en el
interior del propio mundo analítico, setratadeunadificultad
diferente, porque en ese caso no se trata para nada de la falta
de inteligencia del psicoanálisis por parte de personas que no
conocenaFreud, sino de la falta de inteligencia del psicoaná-
lisis por parte de las personas mismas que deberían conocerlo.
y en las formas actuales de la organización del mundo psico-
analítico, es decir, en las estructuras jurídicas, sociales,
económicasdelmundopsicoanalítico,creoquenocabeotra
salida más que, porun lado, la malicia y, por el otro, yo diría
una conducta de impostura teórica por medio de la cual finge
decir algo incomprensible, cuando en verdad dice algo
perfectamente claro, pero para lograr que se comprenda
necesita protegerse mediante laformade incomprensibilidad
que nos impone. A mi entender, ésa es para él la manera de
lograr que sus interlocutores sientan que son unos pelotudos,
y les proporciona la prueba inmediata de que no comprenden
nada de lo que dice: creo que necesitan de la inmediatez de
esa prueba para respetar algo que se esconde detrás de la
forma misma de inaccesibilidad del discurso. Si van al
seminario de Lacan, verán a un montón de personas que
están rezando ante un discurso que para ellos es ininteligible,
a menos que hayan frecuentado al maestro durante mucho
tiempo, o bien -y ese es el aspecto muy positivo y
absolutamente inevitable de su conducta -emplea los méto-
dos del terrorismo intelectual, es decir que fuerza a los tipos
a que reconozcan que no comprenden lo que leen, que no
comprenden porque incluso las personas que poseen una
cultura teórica no lo consiguen, entonces, con más motivo ...
En resumen, con estas formas, cuya existencia histórica
60
habría que justificar al margen de las razones autobiográficas
de Lacan, ocurre algo extremadamente importante y extre-
madamente serio que quiero enunciar en dos palabras: se
puede decir que la obra que emprendió Lacan se caracterizá
por un rechazo radical, consciente y resuelto, en el cual la
resolución y la conciencia están a la altura del contenido
teórico. Lo que quiero decir es que se trata de un tipo que
está resuelto, para nada a partir de una decisión de la
voluntad, sino a partir de la certeza teórica de que lo que dice
está fundamentado. Esta resolución se manifiesta de manera •
positiva y negativa. Se manifiesta de manera negativa por una
lucha implacable contra lo que corresponde, en efecto.
denominar las dos corrientes que dominan en la actualidad la
iñterpretación psicoanalítica: por un lado, la corriente cienti-
ficista o mecanicista, o incluso tecnocrática o técnica, como
quieran llamarla, que relaciona al psicoanálisis ya sea con la
biología, con la psicofisiología, ya sea con la neurología, o
bien con la sociología, etc., es decir, con objetos en los que el
psicoanálisis se pierde; y, por otra parte, la corriente que yo
llamaría personalista, humanista, intersubjetivista, es decir,
la corriente de interpretación filosófica que domina en la
actualidadlasituaciónfilosóficaenFrancia.
Un rechazo radical, pero este rechazo radical no es
simplemente un rechazo a la revuelta, como era el caso de
Politzer, es decir, un rechazo que simplemente deja de lado
algo, y que después dice: «Habría que ocuparse de eso»,
pero no es capaz de pensarlo. Lacanno solo nos proporciona
el ejemplo de lo concreto y de la designación del no
concepto. Lacan no dice: hay que rechazar lo que existe
desde el punto de vista teórico porque la realidad es otra
61
 cosa. Nos da dos cosas: nos da el no concepto, perdón, más
social, en la antropología, etc., no en las obras que existen yj
exactamente nos da el concepto y el no concepto a la vez; no
se contenta con decir: «No hay que pensar eso porque es - en los hombres que las hacen. Lo que por nuestra part~.
interesa es la cuestión teórica que nos planteamos: ¿cuál es
1also», sino: «He aquí cómo podemos pensar la realidad»; y
la relación, no digo efectiva, concreta, actual, sino la relación
eso lo da mediante un retorno a Freud y una interpretación
teórica, la relación de derecho, retomo lo que decía al prin-
teórica de los textos de Freud. Es sobre esto que se va a
cipio, entre el psicoanálisis y las ciencias humanas? Para ello
trabajar.
es necesario defmir la esencia del psicoanálisis. Para penetrar
En tales condiciones, traducir a Lacan es una necesidad
en ese mundo, es necesario ese punto que Arquímedes pedía
cultural muy importante, y nos interesa de manera directa,
para podervermás lejos, ese punto de partida: es necesario
. aunque solo sea para poder leer lo que escribe, por supuesto.
Si la tentativa de Lacan está fundamentada, quiero tennmar
. unpuntoabsoluto,esnecesariounpuntoteórico,esnecesario
que algo, en alguna parte, se defina teóricamente. La situación
conesto,nosresultainteresanteenelmásaltonivel,enelnivel
es tal que ocurre que en ese mundo hay, según mi opinión,
teórico, por razones absolutamente capitales. Y es que lo
dos puntos fijos. El primero( ... ) son las consecuencias
que está puesto en cuestión es todo ese ámbito, todo el
teóricas de la problemática que inauguró Marx, pero ése es
ámbito que hemos considerado a propósito de las relacio-
otro tema. Y el otro es el hecho de alguien que no tiene nada
nes entre el psicoanálisis por un lado, y la psicología por el
que ver con Marx de manera directa y que dice: en la
otro, en una palabra, todo el ámbito de las ciencias
actualidad, disponemos de un punto fijo teórico que es el
humanas, en el que se plantea el problema de lo que es el
único punto fijo del que disponemos, no en el conjunto de ese
psicoanálisis. No diría que todo depende de una reflexión
mundo, sino muy precisamente en el mundo de la psicología,
sobre el psicoanálisis; diría, para ser más preciso, que mu-
en el mundo de la psiquiatría, en el mundo de la relación entre
cho depende de una reflexión sobre el psicoanálisis. ¿Por
la psicología, la psiquiatría, etc., en el mundo que concierne
qué? Porque para nosotros lo que existe ahora. concre-
alarelacióndelapsicologíayelpsicoanálisis;yesepuntofijo
tamente, no es para nada el problema de las relaciones entre
es la posibilidad de una definición teórica consecuente,
el psicoanálisis y la psicología o la sociología, etc.: ese
rigurosa, válida, del psicoanálisis: eso es lo que nos
problema está resuelto de manera concreta por las relaciones
proporciOna Lacan. ( ... )
efectivas que existen entre el psicoanálisis, la psicología, etc.

~
El m~ndo de las ~iencias sociales no,nec~sita para nada el
trabaJO que este ano vamos ahaceraca: le 1mporta un bledo,
porque la teoría no le interesa, simplemente vive cosas,
consecuencias; vive, por mucho tiempo vivió en la psicología

62
63
Segunda conferencia

PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA*

Vamos a intentar hablar de la relación del psicoanálisis y

la psicología. Hablar de ello es mucho decir, puesto que
esas relaciones son muy problemáticas: todo lo que tal vez
se puede esperar alcanzar es una definición de los términos
de los que podernos estar relativamente seguros, y a par-
tir de los cuales podría resultar posible, no dar con la
solución, pero por lo menos con una primera posición
relativamente rigurosa del problema. Me gustaría poner
este ensayo, cuya dificultad estimé al tratar de otorgarle
estos puntos de referencia, bajo la protección de esta
fórmula de Freud: «¿Fue simplemente por casualidad
que se llegó a dar una teoría coherente y acabada del -
psiquismo solo después de haber modificado su
definición?»" 33 Fórmula que inscribiré frente a esta otra
*Título dado por Louis Althusser.
33Freud,Abregé de psychanalyse, París, PUF, 1949, p. 20. [Esta fórmula
formaba parte de una larga nota en el capítulo IV del Esquema del
psicoanálisis que no fue incluida en las traducciones canónicas de las obras
de Freud, aunque ambas mencionan la existencia y la supresión de esa nota.
Cf. Madrid, Biblioteca Nueva, 1968, t. III, p. 1022, n. 2 y Buenos Aires,
Amorrortu, 1976, Buenos Aires, t. XXIII, pp. 135 y 156, n. 3 (N. del T.)]

65
de Lacan: «Decir que la doctrina freudiana es una
psicología es un equívoco grosero». 34
El problema queme gustaríaintentarabordaresel siguiente:
¿por qué la modificación que Freud lleva a cabo de la
definición del psiquismo desemboca en esta conclusión de
·separar de manera radical el psicoanálisis de la psicología?
Intentar tratar este problema, intentar plantearlo, prácti-
camente equivale a plantear la cuestión del lugar del
psicoanálisis. Las exposiciones que ustedes han escuchado
hasta acá35 les han demostrado que la cuestión de la localiza-
ción de los conceptos en el interior del psicoanálisis era
fundamental para definirlos. Creo que se puede decir otro
tanto del propio psicoanálisis: la cuestión de su localización
en el dominio de la objetividad de las ciencias existentes o de
las ciencias posibles es esencial para su propia definición. Y
si no quisiera abusar aquí de una imagen, relacionaría la
descripción que Lacan da del sujeto del discurso, cons-
tantemente obsesionado, como por su condición de
posibilidad absoluta, por el lugar vacío a partir del cual se
pronuncia su discurso, con la situación del propio psicoaná-
lisis que, t¡n la reflexión de Lacan, está constantemente
obsesionido por el lugar que podría ocupar en el dominio
de la objetividad constituida.
¿Dónde se sitúa el psicoanálisis?¿Cuál es su lugar?¿ Cuál
es su localización en un espacio que no existe todavía?
34 Jacques Lacan, «La direction de la cure et les principes de son
pouvoim, La Psychanalyse, n° 6, reeditado en Écrits, París, Seuil, 1966, p.
623 y ss. [«La dirección de la cura y los principios de su poder», Escritos,
México, Siglo XXI, 1971, p. 559 y ss.].
35 Cf. la Presentación de este volumen.
66
¿Cuáles son sus fronteras con las disciplinas existentes? Y
¿cuáles son sus no-fronteras con las disciplinas existentes?
Ésas son las cuestiones que acosan de manera recurrente la
reflexión de Lacan. Y no es exagerado decir que han sido
igualmente las que acosaron la reflexión de Freud. Lo que
resulta igualmente asombroso, tanto en Lacan como en
Freud, es la siguiente paradoja. Unadoblepreocupación se
encuentra en Freud, como se la vuelve a encontrar en Lacan:
separar radicalmente el psicoanálisis de la disciplina que se
presentacomolamáspróximaaella(lapsicología)y,porel
contrario, tratar de acercarlo a disciplinas que, aparente-
mente, están lejos de él (la sociología, la antropología o la
etnología). Esta manera de plantear el problema y de
considerar su solución daría tal vez una nueva importancia a
los textos de Freudque han sido considerados con demasiada
frecuencia simplemente como aberrantes, en la medida
misma en que se tenía del psicoanálisis una concepción
psicológica: textos como Tótem y tabú, Elporvenir de una
ilusión, El malestar en la cultura, es decir, textos en los que
Freud intentaba dar un estatuto sociológico a determinados
conceptos aparentemente psicológicos. Quizás los relacio-
naba en ese momento con su verdadero lugar, pero quizás
también, al no llegar a localizar los conceptos psicoanalíticos
en el seno mismo del psicoanálisis, tenía entonces grandes
dificultades para localizar el psicoanálisis en el seno de la
objetividad existente.
En efecto, ¿por qué el psicoanálisis está a la búsqueda de
su lugar? Quisiera proponerles la siguiente hipótesis, que no
parece imposible sostener después de las exposiciones que
se hicieron acerca de la interpretación del psicoanálisis por
67
 T
Lacan:36 si el psicoanálisis representa efectivamente e~
surgimiento deunadisciplinacientífica~c~entenueva; SI
es cierto que Freudhamodificado, como eliDismo lo a~a,
la definición del psiquismo; si es cierto que Freud hizo un
verdadero descubrimiento científico; si, por lotanto,noslasve-
mos, en el psicoanálisis, con el surgimie~to de ~na nueva
disciplina científica, es decir, con la destgnacwn, co? la
especificación y con la individuación de un nuevo objeto
científico para cuya comprensión se proponen nuevos
conceptos: si todo ello es cierto, en e~ cas~ de Freud nos las
vemos con un fenómeno del que la htstona de la cultura ya
tuvo conocimiento. Nos las vemos con~~~g!mientode~
disciplina científica que se presenta:c~m() '!!giJ to~l~ente
nuevo con respecto a un campo constituidO COn antenondad.
N os las vemos con el surgimiento de una verdad nueva, de
unconocimientonuevoy,porlotanto,conladefinicióndeun
conocimiento nuevo y con la definición de un objeto nuev<?.~
que está totalmente en desacuerdo con respecto al camp~
constituido con anterioridad: conrespecto a un campo sobre
cuyo fondo se destaca esta nueva disciplina. ( .. } En la
historia de la cultura humana podemos observarfenomenos
del mismo género con el surgimiento de una.nuevadiscipl~a
científica, ya se trate de la matemática gnega, de la fisica
galileana, de la teoría de las sociedades en ~arx, etc: E~ la
SJ1J.t Ínedida en qlli: nos las vemos con un corte eptstemologtco,
~'FJ:.. on una ruptura de la continuidad c,on respecto al campo
IWU:(J anterior nos las vemos con un fenomeno de ruptura que
~ contiene,ensímismo,comounavirtualidadreal,unacapacida.Q
~ de cambio radical del campo sobre el cual surge. Ese es el
16 Cf. la Presentación de este volumen.
:::~~~~, ~ck~~
68 \ 69
primer punto. Pero al mismo tiempo, este surgimiento sobre
el foi_!c!o de un campo en que está11 9cupaggs to~gs los
~es se produce en tales condiciones que el_slJr_g!mi@~()­
suele ser cues~ion(l~Q_Y!'eVQ_C<!c!() ¡:>2_~~1 C<l!!!P() sobre ~uyo
fondo ha surgido. La ruptura que una nueva disciplina
científica introduce en un campo en el que todos los lugares
están ocupados plantea, en efecto, problemas prácticamente
insolublesenunprimermomentoalpensadoroaleruditoquein-
tenta definir su nuevo objeto. Esta ruptura debe llevarse a
cabo en el interior mismo del campo en que debe intervenir,
-prácticamente en el propio lenguaje con el cual esta nueva
disciplina debe romper. Esta es la razón por la que la ex-
presión de Freud «después de haber modificado ladefmición
del psiquismo»estárelacionadaellarnismaconel psiquismo.
Y toda la terminología freudiana está ella misma relacionada·
-
con los canee tos a artir de los cuales Freud iensa su
-
descubrimiento y mediante los cuales debe romper. No es
casual que la psicología del inconsciente se defina como la
negación de la psicología de la consciencia, ni que la ter-
minología freudiana del inconsciente esté obsesionada con
una filosofia de la conciencia. Esta herencia, esta condición
inevitable paraFreud, pesan enormemente en el destino de
su pensamiento.
La consecuencia inevitable del surgimiento de una nueva
disciplina sobre el fondo de un campo ideológico es que
tiende a anular esta disciplina, suele negar esta ruptura, es
decir, a deglutir la nueva disciplina que surge como su propia
contradicción y su propio cuestionamiento. Y eso es lo que
sucede en la historia del psicoanálisis, donde vemos el
psicoanálisis desaparecer bajo los efectos de la manduca-
 T
ción, el psicoanálisis digerido, ya sea por la biología, ya sea
por la psicología. La cuestión fundamental consistirá en sa-
berpor qué la disciplina que digiere con mayor especificidad
al psicoanálisis es la psicología. Dicho de otro modo, ¿por
qué el psicoanálisis ha surgido sobre el fondo del campo de
la psicología? Y ¿cómo ocurrió que este campo sea su
campo más inmediato? La última consecuencia de esta
situación es ue el reconocimiento de esta ruptura, es decir,
de suespecificidad,noesposible sinoporunareestructuración
total del campo sobre el cual esta ruptura surge, or una
~ fícactón completa y real de este campo, por la instaura-
~
•:
ción de un nuevo campo, de una nueva frontera en el interior
' ae este campo: en una palaora, por una redistribución de los
1~
Tugares. Esta es la razón por la que es posible decir que el
.
problema del lugar del psicoanálisis en el dominio de las
ciencias humanas es un problema que se plantea de dos
maneras.Elpsicoanálisisnotieneningúnlugarenuncampo
donde todos los lugares están ocupados, y es en ello que
aparecerá como fuera del campo, como sino tuviera frontera
con él, como si ocupara un lugar vacío. El segundo
aspecto del problema del lugar del psicoanálisis es que el
psicoanálisis no puede ocupar ningún lugar en este campo..
Sino es a condición de gue este campo sea, él mismo,
Cómpletamente reestructurado, es decir, que se cambie-
por completo su topología, que se modifique la naturalez!
ñüsma de este campo. ¿El psicoanálisis se basta a si mis-
• mo como para modificar la topología de este campo, es
aectr, como para cambiar su naturaleza y sus divisiones
iiifemas? Es una pregunta abierta. Lacan piensa,
~nte que el psicoanálisis es capaz de reestructurar
¡f·~t~~~~?
l.
~ ~(,VMI 1 . 1 ·
el campo sobre el que ha surgido. Tal vez esté más allá de J
sus posibilidades.
Nosotros vamos a intentar ver cómo, sobre el fondo del
@mpo existente, es posible localizar el psicoanálisis en una
primera aproximación. Aquí hice un dibujo un poco
' • 37
esquemattco que representa lo que se podría llamar una
primera tentativa de localizar el psicoanálisis. Lo que hemos
aprendido de lainterpretaciónde Lacan es que el psicoanálisis
concierne el devenir humano del pequeño cachorro de
hombre,esdecir,lainserciónenlaculturnporlosdesfiladeros
del significante, es decir, por los desfiladeros de la cultura
misma, y de la cl!!hl!a a p¡-jorjSJJJ_e. condiciona toda cultura-
ció~8 de este peqtieño ser biológico que es un pequeño;;·
biológico humano. Este pequeño ser biológico se convierte
en niño a partir el momento en ue franquea a arrera del
tpo,apartirdelmomentoenqueseinsertaenlamaquina-
na, es decir, en _la distribución de roles que le son impuestos
por las estructuras del parentesco, que se reflejan en el orden
del significante, a través de cual expresa su necesidad en
forma de demanda. El problema es, entonces, el siguiente:
¿qué encuentra el pequeño ser humano cuando llega al
estado de cachorro humano? Si el psicoanahsts tiene ·
efectivamente que ver con este paso de lo biológico a lo·
cultural, tE.! paso del pequeño ser biológico al pequeño
cachorro humano, ¿qué encuentra el pequeño ser humano-
cuando penetra en la cultura después de haber atravesado el
desfiladero del significante? En el estado actual del campo de
ras ciencias humanas, se puede considerar que encuentra una
37 Se trata de un esquema dibujado en el pizarrón.
, 38 Sic. PEJ'V\N PA-r
~ erJ.;_· rha 1tvt '/yw~ riJ. /-t{;
1 'J-' Mt-i»L.pJ_o. ~l /M. Ji
JL
uwf.ta O<.:r1
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}/u d 1Jil 1 1¡t.,QM4fem'- ._ r:J;..lri. ¡vu~ fiVt. Pff1ANPA-
 ~~r
.
' Ju d. ,')o?tXVIi~
00.1-ff dt La- ~~
1
()L. íi,C_Oú.[íU'~
realidadpsicológica,queseconvertiráensujetopsicológico;
y la psicología sería el punto de inserción del individuo
humano en la cultura, es decir, en las relaciones humanas.
Una psicología cuyo relevo tomaría más adelante un~ nueva
disciplina: la psicosociología. ( ... ) ~ued~ darles~ eJe~plo
de esta interpretación, del que voy a decules de mmediato,
y ustedes obviamente lo saben muy bien, ~ue es a?strac~: el
de la interpretación que se propuso en la 1deologm del s1glo
xvm y principios del xrx, en particular en la ideología con-
,i ~ dillaciana, sobre el fenómeno de los niños salvajes. Si tienen
·1\ ~TÍa oportunidad de leer los informes de~ doctor Itard sobre el
:¡¡ salvaje de Aveyron ... , pueden procurarse los en Les enfants
il[ sauvages de Lucien Mal son,. ?onde ~e acaban de reeditar. 39
:¡ Se sabe que el siglo XVIII se mtereso por este roblema del
¡¡ paso de la natura eza ala~~ltura; ~uno de los ejemplos sobr~
.:¡ -el cual se detuvo lareflexiOndelsigloxvmes lo que se llamo
! los niños salvajes: los niños lobo, los niños becerro, los niños
cerdo, etc., es decir, los niños que fueron recogidos en los
bosques, que vivían con animales, y que fueron recogidos en
un estado en el que no tenían nada de humano, sino que tení-
an un comportamiento animal que se asemejaba a cachorros
de lobo, a cachorros de oso, etc. He ahí lo que se puede decir
de las características fundamentales de estos niños salvajes,
aunque, desde Iúég"o, es bastante dificil hacer una verificación
auténtica, porque es posible que cierto número de percep-
ciones, precisamente ideológicas, hayan actuado en la
· definición de estas características. La primera característica
es que son cuadrúpedos, la segunda es que no hablan y no
39 Lucien Malson, Les Enfants sauvages, París, 10118, 1964 [Los niños
salvajes, Madrid, Alianza, 1973].
72
consiguen hacerlo, por decirlo así, casi nunca, un fenómeno
que resulta extremadamente interesante; la tercera es que no
~anifiestan ningún deseo sexual; la cuarta es que no pueden
reconocerse a sí mismos en el espejo; la guinta es que no
logra.nsonreír.Estascaracterísticas,quenohansidoresurni~
por los filósofos del siglo XVIII sino por antropólogos que han
reflexionado sobre estos ejemplos, tal vez no carezcan de
interés, en la medida en que toda una serie de trabajos
contemporáneos, en particular los de Spitz,40 relacionaron
todos estos fenómenos que una psicología experimental del
niño puede observar y que desempeñan un papel esencial en
la reflexión de Lacan y de Freud sobre los fenómenos que
estamos estudiando.
Tomemos ese ejemplo del salvaje de Aveyron_, estudiado
poreldoctorltard,quientrabajabayenseñabaenellnstituto
de Sordomudos (muy cerca de aquí, por cierto),41 y al que
el ministro del Interior de la época, interesado en los progresos
en las ciencias, le había encargado estudiar. Lo que resulta
extremadamente interesante, en este caso, es que el doctor
Itard aplicó una pedagogía que se basaba precisamente en la
hipótesis de que este niño salvaje era un ser biológico que se
debía insertar en la sociedad humana enseñándole los com-
_portamientos humanos, como si se tratara de un sujeto
psicológicopicho de otro modo, la pedagogía que aplicó
Itard es una pedagogía condillaciana, que intenta restaurar '1
la continuidad entre el individuo biológico y el sujeto 1
psicológico. El ejemplo más interesante, porque pone en .
4°Cf. supra, p. 32, nota 12 ° .
41El instituto se encuentra en el número 254 de la calle Saint-Jacques,
en París, y en la actualidad se llama Instituto Nacional de Jóvenes Sordos.
73
 cuestión un concepto esencial para nuestra reflexión, el del
lenguaje, es el de las tentativas a través de las cuales Itard
trata de enseñarle a hablar. Llegó a resultados extremada-
mente decepcionantes, pero lo que es interesante es ver
cómo reflexiona acerca de su propia decepción. La primera
cosa que Itard observó es que este joven salvaje era sensible
a ruidos totalmente insignificantes para un hombre culto, por
ejemplo el sonido que se hace al descascarillar una nuez,
pero era completamente insensible a un disparo efectuado a
sus espaldas, y completamente insensible ala voz humana. El
único sonido humano, la única vocal humana que, en un
momento dado, reconoció, era la vocal O Ésta es la razón Cú\L .
por la que Itard lo llamó «Víctor»: «.Un día en que se f·l b
encontraba en la cocina ocupado en cocer unas papas, dos
personas discutían acaloradamente detrás de él, sin que
pareciera que estuviera prestándoles la menor atención·.
Apareció un tercero que se metió en la discusión y que daba
inicio a todas sus réplicas con estas palabras: ¡Oh, es·.
diferente! Me di cuenta de que todas las veces que esta.
·persona dejaba escapar su exclamación favorita, Oh, el
Salvaje de Aveyron daba vuelta con presteza la cabeza. Al ·
·negar la noche, cuando se fue a acostar, hice algunas expe-
riencias sobre esta entonación y obtuve más o menos los
mismos resultados. Pasé revista a todas las demás entonacio-
nes simples que se conocen con el nombre de vocales y no
obtuve ningún éxito. Esta preferencia por la O me llevó a
darle un nombre que terminara con esta vocal. Elegí el de
Víctor.Lequedóesenombre,ycuandoalguienlopronunciaba
en voz alta, eran pocas las veces que dejaba de girar la
cabeza o de acudiD>. Y he aquí lo que resulta más interesante:
74
«Es, quizás, también por esa misma razón que luego
comprendió el significado de la negación no, de la que me
sirvo generalmente para que se dé cuenta de sus errores
cuando se equivoca en sus pequeños ejercicios». 42
Ahí está, si les parece, la localización y la marcación de un
reflejo ante una señal determinada. Y nuestro bravo doctor,
tras haber conseguido establecer este punto de contacto,
este punto fijo, con una vocal, intenta que desarrolle el
lenguaje:«MedabalugaracreerquelavocalO,alhabersido
la primera que escuchó, iba a ser la primeraque pronunciaría, ·
'y me produjo mucha alegría por mi plan el que esta simplé ·
pronunciación fuera, al menos en cuanto al sonido, el signo·
_de una de las necesidades más elementales de este niño»: ~g p
He ahí, si se quiere, el fondo teórico sobre el cual se va a
desarrollar esta pedagogía:~ palabra acá se concibe como
el signo de una necesidad. Aquí está implícita toda una
filosofiadellenguaje: signodeunanecesidad,necesidadde
un individuo, de un sujeto psicológico que se va a definir a
partir de sus necesidades, y que se deberá servir del lenguaje
como de un sistema de signos que sirven de mediación para
sus necesidades. Y esto es lo que va a suceder: «Sin embar-
go, ya no pude sacar ningún partido de esta favorable
coincidencia. En vano, en los momentos en que su sed era
ardiente, ponía ante él un vaso lleno de agua, 43 gritándole
frecuentemente "agua, agua"; al darle el vaso a otra persona
que pronunciaba la misma palabra al lado de él, y al pedirla
yo mismo por este mismo medio, el desgraciado se ator-
mentaba en todos los sentidos, agitaba sus brazos alrededor
42 En Lucien Malson, ob. cit., pp. 161-162. CEAL f1G
43 En francés, e agua, eau, se pronuncia lo/ [N. del T.].
75

del vaso deunamaneracasi convulsiva, hacía una especie de
silbidoynoarticulabaningúnsonido.Insistirparasacaralgún
beneficio habría sido inhumano. Cambié de tema y, sin
embargo, persistí en el método. La palabra "leche"44 fue
hacia la que apuntaron mis intentos. •>4S La palabra leche es
la primera palabra que va a pronunciar ese niño, lo cual va a
resultar desconcertante a nuestro valiente médico-filósofo:
«El cuarto día de este segundo ensayo tuve el agrado de
conseguir mis deseos, y escuché a Víctor que pronunciaba
con claridad, aunque de manera un tanto ruda, a decir
verdad, la palabra leche, que repitió casi de inmediato. Era
la primera vez que salía de su boca un sonido articulado, y yo
no pude evitar escucharlo con la más viva satisfacción. Sin
embargo, hice una reflexión que, en mi opinión, disminuyó
con mucho, la ventaja que otorgaba este primer éxito. Fue en
el momento en que, desesperado por lograr algún triunfo, yo
acababa de echar leche en la taza que él me traía cuando la
palabra leche se le escapó con grandes demostraciones de
placer; y de nuevo, fue después de que yo le llenara la taza
una vez más a modo de recompensa que la pronunció por
segunda vez. Se advierte por qué motivo este modo de
resultado distaba mucho de cumplir con mis intenciones; la
palabra pronunciada, en lugar de ser el signo de la necesidad,
_no era, conrespecto al tiempo en que había sido pronunciada, _
( más que una vana exclamación de alegría. Si esta palabra i
hubiera salido de su boca antes de la concesión de la cosa 1
deseada, lo habría logrado; Víctor habría comprendido el
Lverdadero uso de la palabra» (es decir: Víctor habría J
44 En francés, leche, lait, se pronuncia /le/ [N. del T.].
45 En Lucien Malson, ob. cit., pp. 164-165.
76
A'f'<"- fO:.:, ¡lu,,Lw e~.< (~Mw~) 7 1' ¡._· :,:;- ~
~ IJ.l.,~.~~
~¡}._~ni-
comprendido la concepción del sujeto psicológico de la \J
Filosofia de las Luces, de Condillac, y se habría convertido
en un cachorro condillaciano). «Entre él y yo se establecía un
punto de comunicación, y los progresos más rápidos se
derivaban de este primer éxito». 46 Pueden advertir en esta
práctica que se halla toda la filosofia del lenguaje: el sujeto
definido por sus necesidades, la mediación del lenguaje
como signo, el signo en relación unívoca con la cosa, y la co-
municaciónestablecidaentredossujetospormediodellen-
guaje, un sistema de signos enrelacióndirectaconel sujeto.
«En lugar de todo eso, yo acababa de obtener nada más que
una expresión, insignificante para él e inútil para nosotros, del
placer que él experimentaba. En última instancia, era un signo
vocal, el signo de la posesión de la cosa. Pero aquél, lo repito,
no establ~cía ninguna relación entre nosotros; debía ser
dejado de lado muy pronto por la sencilla razón de que era
inútil para las necesidades del individuo y estaba sometido a
una gran cantidad de anomalías, como el sentimiento efunero
yvariabledecuyoindiciosehabíaconvertido».47 Sinembargo,
a continuación Itard señala que Víctorpronuncia la palabra
laitcon las formas «la», <<li», «lli» (un poco como el «gli»
italiano, es decir, un «li» palatalizado), y se pregunta si no
tiene alguna relación con cierta niñita «que se llamaJulie, una
muchachita de unos 11 o 12 años, que va a pasar los
domingos a la casa de la señora Guérin, su madre. Es cierto
que ese día las exclamaciones "li", "lli" sevuelvenmucho más
l frecuentes, e incluso se dejan escuchar, según el informe de
su institutriz, durante la noche, en momentos en los que cabe
46 lbíd.
47 lbíd., pp. 165-166.
77
 creer que está durmiendo profundamente. No es posible
determinar con exactitud la causa y el valor de este último
hecho». 48 f11
He citado un poco largamente este texto para darles un
ejemplo de una interpretación por la cual este devenir
humano de un sujeto biológico se interpreta en función de
toda una ideología del sujeto psicológico que se define a
partir de sus necesidades; y el lenguaje interviene simple-
mente como una teoría del signo en relación con la cosa,
mientras que las propias necesidades se encuentran en
relación con la cosa: la cosa que se debe obtener por el
lenguaje como medio de comunicación con un otro que se la
dará al niño. La necesidad se determina, la necesidad se
expresa en un signo que pasa por un otro que da la cosa!_ y
la cosa está en reiaCJ.ón directa con la necesidad. El circuito,
de esta manera, se citirra, pero hace aparecer la presencia de
dos sujetos: el que habla (el sujeto que enuncia) y el que
comprende el lenguaje, y hace aparecer un estatuto particular
del lenguaje en el cual existe una relación unívoca entre el
signo y la cosa significada, entre el significante y la cosa
significada Acá podnlnencontrartodoel trasfondo ideológico
que pone en cuestión una maqyinaria ideológica: la de dos
sujetos que se comunican por medio del lenguaje, este medio
decomunicaciónentredossujetosqueesélmismounmediode
significacióndeunacosague es significada por el significante
-del lenguaje. Es decir que podrán encontraren todo esto una
estructura en la cual los sujetos se comunican por medio del
lenguaje, él mismo en relación directa con la cosa, mientras
48 Ibíd., pp. 166-167.
78
quelacosamismaestáenrelacióndirectaconlasnecesidades
dellenguaje. Todo está achatado: el sujeto y sus necesidades ' (
forman un bloque, el signo y la cosa forman un bloque, y es
por esta doble identidad que lacomunicaciónresul14factible.
, Tal es el fondo de la concepción ideológica con la que M.t~~
laque sacará partido Lacan. Este achatamiento, este carácter
horizontal de las relaciones de dos sujetos en su alteridad, de
P,t
sobrevendrá la ruptura de la lingüística moderna, ruptura de cit k ,
~­
>;wr;...
dos sujetos definidos por sus necesidades, dicho de otro
modo, la Identidad del sujeto y de SUS necesidades, y por otra
parte la identidad del signo, del significante y del significado,
todo ello forma una estructura ap.áloga, pertenece a la misma
problemáticafundamental.Esapartirdeelloqueelsujetosel
defme como sujeto psicológico: y es esta maquinaria imagi- '
naria, esta teoría imaginaria la que Itard intenta poner en
juegoparamtroduciral pequeño serbiológicoconlacualidad
de sujeto psicológico. Y no funciona. No funciona, pero en
cambio, observa fenómenos tan aberrantes como aquel por
el cual una expresión se encuentra relacionada con mani-
festaciones de alegría, con toda una especie de desfile que
puede igualmente serrelacionada con la aparición de cierta
muchachita asociada a estos vocablos, etc. Todos estos
•fenómenos son para él aberrantes. y no entran dentro de su
concepción. Todo esto va a darles cierta idea del trasfondo
cultural, del trasfondo ideológico sobre el cual se puede
.__intentar pensar este devenir humano del pequeño anim~
liumano. Gracias alo que senos explicó de Lacan, sabemos -
pornuestrapropiacuentaquetodoestonoesasí. Sabemos que
en la práctica analítica, el psicoanalista tiene que vérselas, en
el sujeto que se presente frente a él en la cura, con lo que se
79
 podría llamar las huellas de esta arqueología, es decir, con los
rasgos actualmente presentes de lo que pasó en el momento
capital áe la inserción del ser humano cachorro en el mundo
cultural. Y lo que es capital-y es sobre lo que insiste Lacan,
y constituye su gran descubrimiento-- es que est~- de~nj_~_
humano que se lo voy a presentar de esta manera, rrieoiante
este vector"9 «pase de lo biológico en lo cultural», es, en
verdad, el efecto de la acción de lo cultural sobre lo biológico.
Lo que se representa aquí con este vector en verdad se debe
representar con otro vector: es lo cultural lo que actúa sobre
lo biológico, como condicióñ de posibilidad de la inserción
del cachorro de ser humano. En lugar de vémoslas con este
vector «biología~ cultura», nos las vemos con una estruc-
turamuydiferente, en laque laculturaproduceestemovimiento
.!NttivW-~ de procesión; nos las vemos con una inversión de la de-
l;_ {f¿ terminación. Es por la acción de la cultura sobre el cachorro
J,ut.~ - de ser humano que se produce su inserción en la cultura. Por
~ lo tanto, no es con el devenir humano del cachorro de ser
humano con lo que nos las vemos, es con la acción de la
cultura, constantemente, sobre un pequeño ser diferente de
aquella misma que ella transforma en ser humano. Es decir,
que nos las vemos en realidad con un fenómeno de
mvestimiento cuyo vector está aparentemente orientado..
. hacia la cultura, cuando en realidad es la cultura 1~ que se
\l precede a sí misma de manera permanente, absorbiendo al
que sevaaconvertiren un sujeto humano.
La segunda consecuencia de la reflexión de Lacan es que
lo que va delante del devenir humano del cachorro de ser
f Fingieron que representaban como no cultural a un ser al que,:¡
\ .en realidad, lo habían dotado con todas las propiedades
49 Se trata de un esquema dibujado en el pizarrón.
! culturales necesarias como para pensar el estado de sociedad .
80
humano no es la psicología, no es el sujeto psicológico, sino
loqueéllama«elordendelosirnbólico»,oloqueyollamaría,
si me lo permiten, la ley de la cultura. Es la ley de la cultura
loquedeterminaelpasealaculturamisma. Y creoqueesto
hay que entenderlo en toda su dimensión. En primer lugar,
oponiéndolo a lo que se opone a este descubrimiento
fundamental: a una problemática de la relación de la natura-
leza y la cultura que se refleja en una ideología de la que he
dado un ejemplo a propósito de Itard, que se refleja en la
forma del devenirpsicológico del ser biológico cachorro. Es
el famoso problema de la filosofía del siglo xvm, el del pase
del estado de naturaleza al estado de sociedad. Y este pro- J)
blemaseplanteódeunamaneraparadójicaqueRousseauha [\,.{JU!t1»l/~
criticado muy bien. En la crítica que Rousseau dirige aHob-
bes, encontramos, por ejemplo, todos los términos en
presencia. En la filosofía del pase de la naturaleza a la
sociedad, la ideología del siglo xvm representa este pase
como el pase entre dos estados: de un estado diferenciado
Y, si tienen enm~nteesacríticaJ
a otro estado diferenciado.-------·"--·---
elsentidodelacríticaqueRousseauledirigeaHobbeseslá
dehacer aparecer el círculo ideológico de-~s~ concepción-:-·
¿Cuál esel a
sentido de lacríticaque-Rousseau le d!rigé t--u/¡-U<l/
lt4 t· )O
Hobbes? Rousseau le dice a Hobbes, y de una manera "' f!J'f/;/J)I;
general a todos los filósofos del derecho natural, que fingie- 1 • r
ron que imaginaban a un ser que no era más que naturaleza,
cuando en realidad lo que hicieron fue proyectaren el estado
de naturaleza las estructuras mismas del estado de sociedad.
81

del que lo abstrajeron. Ahí es donde se encuentra el senti-
do de la Introducción delDiscours sur 1'origine de 1'inégalité
parmi les hommes (Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres). Y la crítica de Rousseau
es extremadamente profunda, en la medida en que hace
aparecer una verdad que hoy en día todavía podemos
retomar por nuestra propia cuenta, a saber, que lo qu~lo!
filósofos de la naturaleza pensaron acerca del pasaje de la
naturaleza a la sociedad son, muy simplemente, las con-
diciones de posibilidad de existencia de la sociedad, pensadas
bajo la forma de la no-sociedad. El sujeto que se piensa
como el hombre en el estado natural se representa como
dotado de todos los atributos, en germen o desarrollados,
que pertenecen efectivamente a un sujeto del mundo de la
sociedad, es decir, a un sujeto cultural. Y esta es, sin duda,
larazónporlacualunaimportanterevolucióndelpensamiento
de Rousseau en el segundo Discurso consiste precisamente
en no pensar el problema del pase de la naturaleza a la
sociedad en términos de individuo, smo en térmmos de
especie: no preguntarse, como lo había hecho Condillac, en
lo que se convierte tal individuo, cómo tal individuo puede
desarrollarse, sino pensar el desarrollo de la sociedad como
un fenómeno social. Es decir, pensar la antecedencia
permanente de la cultura o de la sociedad sobre su propio
devenir cultural, pensar el hecho de que la sociedad se
precede siempre a sí misma. Y bien, es esta verdad
fundamental (que Rousseau más adelante abandonará para
intentarjustamente representarse bajo la forma de un hombre
natural el ideal político y social al que está ligado), es esta
verdad fundamental laque encontramos en las reflexiones de
82
Lacan. Es la cultura que se precede siempre a sí misma,~
esta prece,dencia, esta antecedencia e etua de la cultura
con res ecto a sí misma, lo que se re resenta con este
círculo. Y si queremos decir la verdad de las cosas, debemos
· constatar que si nos tomamos las cosas un poco en serio, en
el psicoanálisis no nos las vemos jamás con la observación
directa de esta antecedencia de la cultura con [respecto a] sí
misrna,enelmomentoenqueelniñitoseconvierteenunniño
humano o en que el ser biológico cachorro se convierte en un
niño humano. Nos las vemos, en realidad, con un fenómeno
ulterior, con un fenómeno que se sitúa en el interior_m~_!IlO de
la cultura, puesto que, en efecto, en la cura analítica se trata
9~_ll..:Qél.Práctica que se dirige a un ser humano que ha sido un
niño humano: cuando hablamos del devenir humano del ser
biológico humano cachorro, nos las vemos con una p~~~r'o.iil
recurrencia. Es esta primerarecurrencialaque plantea tantos {lÁ.(¿
·problemasa la teoría psicoanalítica clásica, de inspiración
psicológica, en particular el problema de saber si la reme- ~
moración ue se . one en ráctica en la cu:a analítica es ~n ~ 1
fenómeno de reahdad, corresponde a realidades. Ese feno- +, ·
meno de recurrencia, gue corresponde, por ejemplo, al
famoso problema de saber si la escena primitiva, de la que
Freud dijo que podía ser a tal punto traumatizante, se debía
asignar como una escena históricamente real o bien como un
fantasma. Una dificultad que también se encuentra presente
en el problema de la abreacción y en el problema de la
regresión. Dicho de otro modo, el problema de la rememo-
ración en las asociaciones, en las reglas, en las interpretaciones,
el problema de la abreacción y el problema de la regresión,
tres conceptos esenciales sobre los cuales reflexiona Lacan,
83
 _,!
son problemas ligados a este hecho fundamental de que la
rectrrrencia que opera en la práctica analítica, en una teoría
psicológica no se la toma en serio. Dicho en otros términos,
yolo si no se considera que lo que sucede en la práctica
analítica sucede, de hecho, en el interior de un mundo cultural
constituido, en un sujeto que es ya un sujeto de una sociedad
determinada, sujeto de cultura, que todos estos problemas
se plantean en términos de relación de lo biológico con lo
psicológico. Todos los falsos problemas que denuncia Lac~
;~IY~el de la rememoración, el de laabreacción, el de la regresión,
etc.) son problemas que nacen del desconocimiento del
]lecho de que lo que se piensa como antecedencia de la
cultura con respecto a sí misma en el devenir humano del ser
biológico cachorro se encuentra situado, de hecho, en el inte-
rior de la cultura misma. Dicho de otro modo, la precesión
delaculturaensurelaciónconlabiologíaesunaprecesiónde
Ja cultura con respecto a sí misma, que en la práctica
psicoanalítica se sitúa en el nivel cultural.
Aquí es donde vemos aparecer otra consecuencia.¿Cómo
es posible pensar la identidad de significado de esta precesión
de la cultura con respecto a sí misma, que está operando en
la cura analítica, con respecto aestalocalizaciónretrospectiva
que se asigriaen la rememoración, laabreacción, laregresión,
etc., como concerniendo al devenir humano del ser biológico
cachorro? El problema planteado aquí es absolutamente
insoluble en una teoría psicológica del inconsciente, y es un
problemaqueLacanafrontayresuelve,oesomepare~
demostrar que es precisamente por la insistencia de las
relaciones que se constituyen en todo el devenir cultural a
partir del momento en que es un niñito, por las condiciones..
84
de posibilidad de esta instancia en el lenguaje, es decir, en el
orden de lo simbólico (cuyo significado tendremos que-
precisar más adelante )~que se encuentra :fundada laposibilidad !111
de esta recurrencia. Dicho de otro modo, esta recurrencia es ~
posible porque la temporalidad, que es imposible de pensar
con un sujeto psicológico, se encuentra sometida acondicio-
nes de posibilidad que no son los marcos sociales de la
memoria en el sentido en que lo entiende Halbwachs, 50 sino
que se. funden con la estructura de lo simbólico, que estáL
sometida al modelo del lenguaje. Es debido a que el
devenir. cultural del cachorro de ser humano niño ,
convertido ~n adulto sometido a una cura, está sometido
a esta condición de posibilidad, como condición de
posibilidad de su propia temporalidad, que resulta posible
fundar esta recurrencia y hablar del devenir humano del
ser biológico cachorro en el momento de la cura, es decir, ¡
en un momento en que este ser biológico cachorro es unj
l!er humano y no es más que un ser humano.
Es partir de aquí que podemos comprender las relaciones
que se entablan entre el psicoanálisis y la psicología: a partir
de esta situación paradójica, y a partir de sus malentendidos.
Me gustaría dejarles algunas indicaciones -ustedes ya
conocen lo esencial-que manifiestan de manera concreta la
situación paradójica del psicoanálisis en el campo en el que
surge. Les estaba diciendo que el surgimiento de una nueva
disciplina científica, obligada porsumismanovedadaexpre-
sarse en una terminología existente, es decir, a desprenderse
5°Cf. M. Halbwachs,Les Cadres sociaux de la mémoire, nueva edición
París, Albin Mi che!, 1994 [Los marcos sociales de la memoria Madrid'
Anthropos, 2004]. ' '
85
 de un fondo apoyándose en ese mismo fondo, provoca una
con la sociedad. De ahí toda una serie de conflictos. La
situación ambigua y, en particular, la tentación de volver a
psicología se convierte, entonces, en el «yo», que es la
caer en ese fondo: en todo caso provoca, de parte del campo
categ~ría central de toda la teoría de Anna Freud. Afirma,
ideológico del cual se desprende, la tentación de absorberla.
por eJemplo, que «en la historia del psicoanálisis, la
Ése es el segundo punto de esta exposición, en el que me
investigación genética ha evolucionado del estudio del
gustaría hablar de la psicología dándoles dos ejemplos de
desarrollo libidinalal de las fuerzas inhibidoras, ha establecido
tentativas de digestión del psicoanálisis por parte de la
la descripción de dos líneas principales, simultáneas y paralelas
.psicología, e intentando reflexionar muy esquemáticamente que la personalidad humana sigue en su crecimiento». 53 La
acerca de lo que es esta psicología que intenta absorber al personalidad humana aparece corno doble y el interés del
.psicoanálisis. ps~coa?á~isis consiste en haber duplicado el antiguo sujeto
El primer ejemplo de esta tentativa de digestión del
ps1colog1co con una nueva realidad interna: «Los datos
psicoanálisis por parte de la psicología es el de Arma Freud. genéticos que surgen de esta doble observación en el curso
En un número de la Revue franc;aise de psychanalyse
de las sesiones de análisis permiten ampliar nuestro
dedicadoahornenajearaFreudsepuedeleerunartículode
conocimiento del origen y del desarrollo de los dos aspectos
Anna Freud titulado «La contribución del psicoanálisis a la
de la personalidad de un individuo. Con respecto a las
psicología genética». 51 Sialguientienelapacienciadeecharle
tendencias instintivas, este trabajo haperrnitidoensurnornento
un vistazo, no es muy largo, es muy esquemático, es muy
reconstruir las fases del desarrollo pregenital del desarrollo
caricaturescoy muy representativo ... Es posible resumirlo
libidinal. .. y, más tarde, del desarrollo concomitante de las
de la siguiente manera. Toda la tentativa de Anna Freud52
tend~n-~ias agresivas. En lo referente al yo y al superyó,
consiste en pensar el psicoanálisis corno la interioridad de lo
permit1o comprender progresivamente su origen y poner en
biológico en lo psicológico, para ponerlo en relación con lo .-- 'd .
evl encia esos aspectos de la personalidad». Y acá está la--
social. Se conservan todas las categorías preexistentes, se
frase fundamental: «Es a partir de un simple punto central la
conciencia de las sensaciones deplacery de displacer, q~e
conser-van con notable ingenuidad; simplemente, el sujeto
psicológico _se ~<??~-~~~~n unsl!i~<:>.9E~ti~neunainterioridarl se desarrolla la compleja organización del yo responsable de
biológica: lad~J.«~ll()!>,lade los instintos, la de las puisione-s,
las funcione~irnpo!la_l1!t!~. (!~l~ corno la percepción, la
la de las tendencias, etc., que va a encontrarse relacionada
)memoria, la p~~b~~~_l~~~!i~_~asíll~_!ii~_de fae~eriencia,
Revue franr;aise de psychanalyse, julio-septiembre de 1956.
51 el dominio de la motricidad) y de la tarea capÚalde ~~~i~ de
52 Una transcripción literal de la grabación dariamás o menos el
siguiente intermediario entre el mundo exterior y el mundo interior; en
texto: «Toda la tentativa de Melanie Freud ... de Anna Freud (risas del lo que concierne al superyó, representa e impone las exigen-
público). Estoy tratando de superar a mis colegas».
53 A. Freud, art. cit., p. 370.

86
87
 del «yo»: el «yo» es esta posición central que intenta
cias morales del entorno social en el interior de la personalidad
permanecer central, que intenta mantener su posición frente
individual». 54 En esta personalidad, en este sujeto psicológico
a las agresiones del «ello» o de la realidad social (bajo la
de Anna Freud, 55 nos las vemos con lo que ella llama una
forma del «superyó» o del mundo exterior objetivo). Es a
doble personalidad, con dos elementos fundamentales de la
partir de ello que se desarrolló la teoría de Anna Freud56
personalidad: el «ello», que es biológico (son pulsiones,
-sobre «los mecanismos de defensa del yo». Y toda una~~
instintos, etc.), y el «yo», que está en relación conflictual con
tendencia del psicoanálisis se encuentra de allí en más
el «ello», es decir, que intenta defenderse de su agresión, de
centrada en el problema de los «mecanismos de defensa del
sus excesos de agresividad, etc., y que, al mismo tiempo,
yo», es decir, los mecanismos pormedio de los cuales el su-
establece relaciones con la realidad. El «yo» ocupa, ento-
Jeto consigue mantenerse centrado sobre este «yo», que es \
nces, una posición extremadamente dificil, dado que está
·úna fuñción de síntesis a la vez teórica y práctica. *_j
obliga-do a hacer la síntesis entre las agresiones del «ello» y
Esta interpretación del psicoanálisis, esta teoría psico-
las exigencias de la realidad. La realidades doble: esa la vez
logizante del psicoanálisis tiene como resultado importantes
la realidad percibida, es decir, el mundo objetivo, y la
consecuencias técnicas que Lacandenunciaconstantemente,
realidad social, es decir, las normas, es decir, la ética. Estas
y en particular el primado del análisis de las resistencias. Es
nonnasyestaéticaseránfiguradas bajo la forma del «superyó»,
decir, el primado de las resistencias que el «yo» pone en
que siempre pone en cuestión de la misma manera la relación
juego como mecanismo de defensa para protegerse, para
de un sujeto con una realidad exterior -siendo esta realidad
proteger su función de síntesis frente a todas las agresiones de
exterior la del mundo objetivo, la del mundo que se puede
la realidad exterior, y en particular frente a las capacidades
percibir, y al mismo tiempo, la de las normas éticas, etc.-. En
de agresión que representa para él el psicoanalista, que es un
el interior de este sujeto, que comprende tres instancias, se
«yo» más fuerte que el suyo y que constituye una amenaza
desarrolla este conflicto entre el sujeto y la realidad exterior.
para el equilibrio interno de su propia unidad. No insistiré
·Es decir que el psicoanálisis simplemente ha introducido en
más sobre esta teoría, que tiene consecuencias absolutamente
elinteriordelsujetodosnuevasdimensionesquenosonmás
extraordinarias, puesto que el problema tiene finalmente
, 3ue el reflejo, la localización, la repercusión, si ~e quiere, a
como resultado en Anna Freud57 una especie de oscuridad
) partir del sujeto concebido siempre como «yo» su¡eto central, total sobre las posibilidades de encuentro entre los
desusrelacionesconlarealidad. Unareahdadqueesdoble:
mecanismos del «yo» y el «ello». Simplemente es por
ala vez razón teórica y razón práctica, y que, de este modo,
casualidad que se llega a observar~ierto número de relacio-
se encuentra investida en el interior del sujeto bajo la forma
56 Cf. la nota anterior.
54 lb íd., p. 371. 57 Cf. la nota anterior.
55 En lugar de «Melanie Klein», que, de hecho, fue lo que dijo Althusser.

89
88
 nes constantes entre los elementos del «ello» y del «yo», etc.
Se trata de una verdadera disolución de toda la teoría
freudiana.
Como segundo ejemplo de la digestión del psicoanálisis
r
~~por parte de la ps~cología se puede dar el ejemplo de
Lagache. Lagache mtenta dar una explicación acerca del
informe de Lacan en Roma. 58 Y da una explicación sobre
L~c-~~-~~!~~~nos de filos.gffaeXfs_!~i!_gil,-a_QQyárid6se
-especialmente en Sartre y disolviendo la realidad de Ú~oria ia
psicoanalíticaen una filosofia psicológíéaeilb-ogc!_q~e;eñ
veraaa reconstituye bajounaformamodernala vieja tentaCiÓn-
psicOlógica a la cual cedíaAnna Freud. 59 Se puede decir que
Anna Freud representa, si les parece, la vieja psicología
clásica, la del «yo» como sujeto moral que se basa en una
dualidad entre la interioridad del sujeto y la exterioridad del
mundo objetivo, ya se trate del mundo objetivo percibido o
del mundo objetivo de las normas sociales, de las normas
éticas que dominan en la sociedad, de las exigencias morales
de la sociedad. Y se puede decir, por el contrario, que la
tentativa de Lagache le otorga al sujeto psicológico un nuevo
estatuto, en el cual esta exterioridad se encuentra reabsorbida
en una filosofia de la existencia, en una filosofia de la
conciencia, en unafilosofiade laintencionalidad. Resulta muy
divertido ver que, al interpretar a Lacan, todo el esfuerzo de
Lagache tiende a explicar aLacan afirmando que lo esencial
58 J. Lacan, «Fonction et champ de la parole et du langage», en La
Psychanalyse, vol. I, 1956: «Acte.s du Congres de~me, 26 y 27 de
septiembre de 1953» (reeditado enEcrits, oh. cit., pp. 237-322) [«Función
y campo de la palabra Y del lenguaje en psicoanálisis», en Escritos, ob. cit.,
pp. 231-310].
s9 La grabación registra «Melanie Freud».
90
de la contribución de Lacan consiste en des-objetivar la \
psicología,esdecir,endes-alienarelsujeto,endes-cosificarl<\
etc., cuando en realidad el esfuerzo de Lacan consiste en
llevar a cabo un trabajo de elaboración de la objetividad,
que es la condición previa a toda inteligencia del sujeto.
Lo que también resulta interesante es que Lagache, en su
respuesta a Lacan, pone de manifiesto su propia teori:a.sabre
dela relación médico/enfermo, retomando término que un
Lacanhab_í~~iEtd_~diy~~() r~~_llercJg~tri}_r)ª!~º~ailsta:
el psicoanálisis es una «Two-body psychology», 60 ~~~~a
psicología que pone en cuestión a dos sujetos uno en frente
del otro; y él resuelve [el problema] en una psicología de la
intersubjetividad, en una psicología que hace aparecer otro
tipo de sujeto: yano el sujeto psicológico con su trasfondo
biológico, como enAnnaFreud, sino el sujeto como sujeto
de sentido, el sujeto en el que las estructuras puestas en
evidencia por Lacan se disuelven en simples estructuras de
~
sentido (sentido para una conciencia), es decir, en una-
1verdadera psicología de la intencionalidad. Y no es casual
que Lagache esté relacionado con Politzer, quien había, !
.precisamente- intentado sustituir las estructuras del incons- J
ciente freudiano por una psicología del drama en primera.
persona, es decir, por una psicología de la conciencia.
¿Cuál es la critica fundamental que Lacan dirige a estas
tentativas de digestión del psicoanálisis por parte de la
psicología? La crítica esencial de Lacan se ~poya en el
siguiente punto: toda tentativa de digestión del psicoanálisis
60 lbíd., p. 217. En su informe de Roma, Lacan menciona en este punto
a Michael Balint y «la consigna que toma de Rickman, del advenimiento de
una Two-body psychology» (Écrits, p. 304 [Escritos, vol. 1, p. 292]).
91
por la psicología se basa en una confusión entre el sujeto y el
«yo»,esdecir,enundesconocimientodelafuncióndel<<yo»
en el sujeto, que es precisamente la de ser una función de
reconocimiento y de desconocimiento. La segunda objeción
fundamental de Lacan es que la psicología aplicada en este
trabajo de refutación del psicoanálisis también se basa en una
confusión entre la estructura y el sentido, una confusión que
solo es posible a partir de una filosofla de la conciencia.
Dicho de otro modo, el psicoanálisis presentado bajo esta
forma psicológica padece la estructura fundamental de la
psicología, es decir, la estructura fundamental según la cual
el sujeto humano sería idéntico al «yo» humano, es decir,
tendría la estructura centrada del «yo» humano. De allí en
más, el tema fundamental de la crítica de Lacan se puede
enunciar de la siguiente manera: si se reduce el psicoanálisis
a la estructura típica de la psicología, ya no se comprende lo
que es el inconsciente. A partir del momento en que se quiere
reducir el psicoanálisis a la psicología, el inconsciente se
convierte en un interior de la conciencia: ya sea un «ello»
biológico, un por debajo del sujeto inasible en el interior del
sujeto, ya sea simplemente el sentido vivido pero ocultado,
el no-sentido que es siempre el riesgo del sentido vivido en
la intencionalidadde la conciencia. En ello reside la fatalidad
de estacentración del sujeto en el «yo», es decir, del some-
timiento de la estructura del sujeto a la estructura imaginaria
del«yo»;yporello,enlamedidamismaenqueelinconsciente
se vuelve inmanente al sujeto psicológico, se pierde esta
dimensión esencial del inconsciente que es su trascendencia:
una trascendencia que se manifiesta en las obras del propio
Freud, en la medida en que el inconsciente se busca como un
92
más allá del sujeto, se piensa como un más allá del sujeto
psicológico. Esta trascendencia del sujeto, la psicología
moderna, yen particular la psicologíasartreanaopolitzeriana,
la busca en la intersubjetividad. La trascendencia del in-
consciente,porejemplo,enLagache,despuésdePolitzer,se
piensa como la de la inmanencia del alter ego: el inconsciente
se encuentra investido en lo que se piensa como la condición
de posibilidad de su trascendencia, la de una intersubjetividad
trascendentalenelpropioniveldelovivido.Allíesdondese
encuentra, con toda evidencia, el puntomás importante: es-
ta intersubjetividad trascendental, que aparece como el lugar
del inconsciente en una psicología de tipo politzeriana o.
sartreana, o de inspiración fenomenológica, esta intersub-
jetividad, pensada como la condición de posibilidad
--trascendental de la alteridad psicológica, posee la misma
estructuraqueladelsujetopsicológico.Estepuntoeselque
resulta imperioso demostrar con cierta precisión. En ambos
casos, ya se trate de una interiorización del inconsciente, en
la forma de lo biológico o en la forma del sentido, o de un
reconocimiento de su trascendencia, en la forma de una
intersubjetividad trascendental, nos las veríamos con la
misma estructura, aquella por la cual la estructura real del
sujeto está sometida a la estructura imaginaria del yo, es
decir, a la misma estructura centrada.
¿Por qué el psicoanálisis se presenta en esta forma? Ése /
es el punto que a mí me gustaría examinar ahora, tratando de{J:: ~
pr~gunta;me: ¿~ué es la psicología?, ¿de dónde viene ~a ;:r:;
ps1cologm?, ¿cuales su pasado?, ¿cualessuretraso?, ¿cua- T ·.
les son los estigmas que carga todavía hoy? N o se trata de
hacer un estudio histórico: simplemente, me gustaría intentar
93

dar dos o tres indicaciones como puntos previos para un
estudio posible. La idea misma de una psicología supone
cierta cantidad de estructuras fundamentales que la hacen
posible. Estas estructuras fundamentales son las que identifican
tres realidades de diferente estatuto: el individuo, el sujeto y
el yo. La psicología no es posible más que por la identificación
<IeeSt"os tres términos, es decir, por la pre-suposición teórica
que requiere que el sujeto sea un individuo que posee la
estructura de un ego. Esta constitución supone e impone esta
identidad como si fuera real. Ahora bien, basta con
interrogarse sobre el estatuto de los tres términos que se-
ponen en presencia para darse cuenta de que no son del
mismo nivel; dicho en otros términos, que no poseen el
mismo contenido, y que en esta identidad, de hecho, se en-
cuentran reunidos tres significantes que no tienen la misma
slgn1ficac1Ón, que no se les puedeldentificar. El individuo es .wAricl.w.
un concepto que puede tener un sentido en el ámbito de la
biología, que puede tener un sentido en ladivisióndel trabajo,
en la división de las funciones sociales. El sujeto es un ,w..y-hr'
concepto que, por su parte, también posee un sentido en la O
división social del trabajo, y en particular como sujeto de
imputación de una cierta cantidad de conductas, ya se trate
de conductas morales o de conductas políticas. No es casuall
que el sujeto designe al que está sometido, mientras que en /
la función clásica de la psicología, el sujeto designa al que
es activo. Es esta inversión, por ejemplo, lo que con-forma
toda la paradoja de una psicología cuyo origen es
manifiestamente político: el sujeto es el que está sometido a
un orden, es el que está sometido a un amo, y que, al mismo
tiempo, en la psicología se lo piensa como si fuera el origen
94
de sus propias acciones. Lo cual quiere decir que es sujeto
de imputación, es decir, que debe rendir cuentas a un
tercero de sus propios actos, de su propia conducta, de
su propio comportamiento. Y si se considera el ego, que es ij
el tercer término de esta identificación, se advierte que
aparece él mismo ligado a estructuras totalmente diferentes,
a una problemática por completo distinta. Está ligado, en
particular, a una problemática propiamente filosófica que
se desarrolla a partir del siglo xvn, a una problemática que
hace aparecer al sujeto como un ego, es decir, como un
sujeto de verdad, como un sujeto de objetividad.
Podemos concluir, en una primera aproximación, que los
tres términos cuya identificación radical es la presuposición
de toda psicología, son en verdad tres términos heterogéneos.
El individuo biológico, cuyo lugar puede ser asignado como
tal, ya sea en el campo biológico o bien en el campo de la
división del trabajo, es decir, de la división de los roles en la
sociedad, es una cosa. El sujeto es un sujeto de imputación,
es decir, el que debe obedecer órdenes y que debe rendir
cuentas de su obediencia y de sus actos, ya se trate de
órdenes morales, de órdenes políticas, de órdenes religiosas,
etc. Y el ego corresponde a una tercera función, que es una
función veritativa, una función de síntesis, una función de
objetividad. Es entonces la síntesis, si se quiere, de estas tres
condiciones, de estos tres objetos, lo que constituye la
condición de posibilidad de toda psicología. Si intentamos
ver qué hay detrás de esta condición de posibilidad que se
propone a la psicología como algo que va de suyo, si
intentamos ver cuál es la condición para que se pueda
constituir una psicología, nos encontraremos frente a fe-
95
 h~.· {!M-b~~ dvc~ ,{tú,~ (,MMJ~
~h~ ' fó!-)j\ ~ ~. ~íVLO @¡¡A; 1'\ottMCihV~ v fwt..d.o/Wli11
\f-e , ri( /i.k J-
~ómenos bastante curi
vU)/V( '
I os y no menos interesantes. Me
gustaría mostrar que una psicología se vuelve posible como
subproducto, ya sea de una ideología política, ya sea de una
ideologíamoral,obiendeunaideologíafilosófica,yqueeste
subproducto puede presentar un doble carácter: o bien el de
~apatologíanormativadelaideologíaquelohaproducido,
o bien el de un fundamento en espejo de la ideología que lo
ha producido.
Wn Como ejemplo del primer caso tomaré a Platón. Desde
ct luego, el concepto de psicología es un concepto reciente, da-
do que solo aparece en el siglo xvmy que la palabra en fran-
cés solo aparece en los textos de Charles Bonnet, 61 en
1750. Sesabequedebemosestetérminoa Wolf,peroensu
acepción francesa, fue Charles Bonnet quien lo introdujo en
Francia. Por ende, resulta paradójico hablar de psicología a
propósito de Platón, ya que efectivamente la psicología
nuncafuetematizadacomodisciplinacientíficaduranteel
período clásico de la filosofia griega. Sin embargo, me
gustaría señalar que, a partir de la época de lafilosofia griega,
se ponen en práctica estructuras que serán retomadas con
posterioridad y que aparecen como condiciones de posibi-
lidad de una psicología. En lo que concierne a Platón, me
gustaría tomar el ejemplo bien conocido de laRepública, el
de la tripartición de clases que remite a la tripartición en
el interior del sujeto. Al interrogarse acerca del hombre,
Platón nos dice: podemos leer en grandes letras lo que es 1~
naturalezadelhombreleyéndoloenlasociedad;esmásfácil
leer un texto en grandes letras que en letras chicas. Para
61 Autor de un Traité de psychologie (Tratado de psicología) que
apareció en 1750.
'1>6
1
comprender al hombre nos remite a la estructura de la
sociedad, y cuando estudia la estructura de la sociedad nos
remite al hombre, es decir que nos remite a un sujeto humano
en el que se va a fundar la estructura de la sociedad. Y bien,
este sujeto se concibe en sí mismo como si tuviera una
estructura de tripartición: laepithumía, el thumós y elnous.
Si se analiza el punto de vista de Platón, surge que este sujeto
humano, concebido como constituido por una estructura
tripartita, es en verdad el subproducto de los problemas
políticos que Platón se plantea resolver. Es, a la vez, la re-
flexión de estos problemas políticos en el individuo y la
expresión de este problema político presentada como su
solución y como su fundamento. Es una patología fundadora:
es porque en el hombre existen efectivamente tres instancias,
la epithumía, el thumós y el nous, que se puede instaurar en
la sociedad un orden verdadero o, por el contrario, reinar
en ella un desorden confuso. Es la confusión de estas tres
instancias en el individuo lo que puede desembocar en la
confusión de clases en la sociedad. Se ve aguí gue la
tripartición en el sujeto humano se encarga de resolver el
problema de la división de clases en la sociedad. Pero esta
transferencia de la dificultad, que se presenta en forma de
solución, desemboca en paralogismos que resulta gracioso
seguir al detalle en la República: en particular el hecho de
que, al ser presentado todo hombre como constituido por
una estructura tripartita, se advierte que, según sea la clase,
cada hombre, en verdad, se reduce a una de las funciones de
esta tripartición. El artesano no es más que epithumía: si por
casualidad el artesano fuera algo más que epithumía,
supondría desorden; el guardián no es más que thumós, y si
97
 por obra del azar fuera nous o epithumía, sería desorden;
y el rey, el príncipe-filósofo, es solo nous. Hay una
con~~~ic~Í_<)l1~Ptrelªes._trn<;llira.d~ls!lj~tº_humano y la fun=--
c'ión que esta estructura s_e ell~~ª d~~~~ti~¡¡;;~-la
sociedad; la sol~-~~óg <:l_~_plª!Q!l.§_sLsi_p:lpl~~~;te~l~-de
sustituir la ttiP~~~-~~11~ jefa!_9!!Í'!~l1tr~lasfunc·i~~e~~n_
el sujeto humano, es decir, investir inmedi~t~~ente-~~~
~icología posible por una moral. Es el ordenamiento de las
tres instancias en el sujeto humano lo que aparece como
condición de posibilidad para el ordenamiento de las clases
en la sociedad. Aquí vemos el papel que juega la puesta en
prác-tica de esta estructura de una psicología posible en
Platón: a la vez, rendir cuentas de la patología de la política,
rendir cuentas del hecho de que el orden social no es lo que
debe ser y, al mismo tiempo, fundar un orden social que sería
lo que debe ser. Pero este orden social no se puede fundar
como tal en un individuo si no es a condición de negar la
significación objetiva de las estructuras puestas en práctica,
que podría62 fundar una psicología y transformarla
inmediatamente en moral. La política se vuelve moral en el
individuo, siendo la moral, bajo la apariencia de la constitución
de un sujeto que puede ser objeto de un estudio objetivo,
muy simplemente la puesta en práctica de un orden que, en
el sujeto, realiza la condición de posibilidad y el fundamento
del orden que se debe elaborar en la sociedad.
~1 oa,~,hy Se da en otro dominio, en uno muy diferente, el papel que
juega, por ejemplo, la puesta en práctica de la estructura del
ego en la filoso tia cartesiana.¿ Cuál puede ser, en la filosofia
62 ¿O «que podrían»?
98
cartesiana, la posibilidad de una psicología? N o puede ser
una psicología del ego, del ego cogito, en la medida en que
el sujeto del ego es ahí un sujeto de objetividad, es decir, un
sujeto de verdad. En cambio, vemos que la psicología se
vuelve posible en Descartes, como la patología, ella misma
capaz de representar el reverso de una normalidad, que
-permite el ejercicio de pleno derecho del ego de objetividad.
Dich() en otros términos, la psicología se vuelve posible en
Descartes para dar cuenta del error, para dar cuenta de la
irurtendón, para dar cuenta de la confusíori, para dar cuéñtii
de la confusión en'Ia-inatélJ.cíOn,paia dai:cuelJ.tadé-iato=--
ma de la~!!~~rta~el1 fas ap~riem~i-~~-4~10 sensible yde-1
c11erpo, es decir, para dar cuenta de la confusión del sujeto
de objetividad con su contrario, para dar cuenta de la
confusión de la verdad en el error, del desconocimiento de
la verdad en el error. El sujeto psicológico que aparece aquí
como la condición previa del sujeto de objetividad es el
sujeto del error; y es al mismo tiempo el sujeto del error que
puede convertirse en sujeto de objetividad. De este modo,
Ta psicología se puede fundar en Descartes como lo que con-
cierne al concepto del no-concepto del ego, como lo que
concierne a la posibilidad para el ego de no ser esta
transparencia misma que lo constituye como sujeto de
verdad, como sujeto de objetividad, es decir, como lo que
concierne a su propio pasado. He aquí por qué es a partir de
las funciones veritativas del ego como sujeto de objetividad
que se determinan negativamente las funciones fundamen-
tales del sujeto psicológico: la memoria, la atención, la
precipitación, la prevención, la imaginación, el sentimiento,
categorías todas ellas por medio de las cuales Descartes
99
 piensa la patología posible que es el reverso de la normalidad
del sujeto de objetividad. El Tratado de las pasiones del
alma de Descartes es el tratado de la patología teórica, de
la gnoseopatología, y es, al mismo tiempo, el tratado de la
normalidad ideal: el sujeto psicológico se convierte en el lugar
en que se juega la relación entre el sujeto de la verdad y
el sujeto del error. Y es en un concepto como el de
atención, en un concepto como el de libertad (que aparece
como el fondo de este concepto de atención) que se juega
el destino del sujeto psicológico, que es el de serjustamente
la sombra del sujeto de objetividad, que es el de ser su
reverso y, al mismo tiempo, su posibilidad. La patología
aparece aquí como la patología del sujeto psicológico; el
sujeto psicológico aparece aquí como el sujeto patológico,
como la posibilidad de la patología del sujeto de la objetividad,
una patología que se puede convertir de inmediato en
normalidad por la función esencial que se le otorgaa-esie___
sujeto: esta función de convertibilidad que es la libertad.-~
Desde este punto de vista, sería extremadamente interesante
r:WJO'- ver lo que ocurre, por ejemplo, en Spinoza con el Tratado
de las pasiones del alma, a partir de la crítica que Spinoza
hace justamente del cogito cartesiano, de este ego que apa-
rece como el centro del cogito. La cuestión consistiría en
saber si el abandono por parte de Spinoza del sujeto de
objetividadcomocondicióndeposibilidaddetodaafirmación
deunaverdadnotraeaparejadaunStmodificaciónradicaldel
sujeto de esta patología de la verdad. Dicho en otros
términos, la cuestión consistiría en saber si el estatuto del
sujeto de las pasiones del alma en Descartes, que se define
como esta posibilidad de alternativa entre el error y la
100
verdad, que se piensa, por lo tanto, a partir del sujeto de
objetividad, no se encuentra profundamente modificada en
Spinoza, a partirjustamente de la supresión de este sujeto de
objetividad, y si el Tratado de las pasiones del alma, en
lugar de dar lugar a una psicología, es decir, a una patología
del sujeto de objetividad,. no se abre en Spinoza a lo que l'o/lo/M'
P.Odríamos llamar una teoría de lo imaginario: lo imaginario no (<M::fj 1h
se concibe, como en Descartes, como una categoría ~fO
psicol?gica, sino como la categoría por la cual se piensa un
mundo. Lo imaginario ya no sería, en Spinoza, una función
psicológica, sino que casi sería un elemento en el sentido
hegeliano del término, es decir, una totalidad en la que se in-
sertan las funciones psicológicas, y a partir de la cual se
constituyen. Allí estaría el sentido de la distinción spinozista
de los géneros de conocimiento: la imaginación no es una
facultad del alma, no es una facultad del sujeto psicológico,
_la imaginación es un mund2; Y cuando se sabe que en
Spinozaelejemplomásdestacadodelaimaginacióneselde
la existencia histórica, que describe, por ejemplo, en el
Tratado teológico-político; cuando vemos a Spinoza que
relaciona las funciones de los sujetos psicológicos, y en
particular de los profetas, con su función en este mundo de
lo imaginario, es decir, cuando vemos a Spinoza que
constituye a los sujetos psiCológiCos (lo que nosotros
llamaríamos sujetos psicológicos) como funciones de este
mundo de lo imaginario, nos las vemos. tal vez. con una
verdadera inversión de la problemáticadelsujeto psicológico,
directamente hgada a la desaparición en él de la función del
Sujeto de verdad, es decir a la crítica del cogito. ( ... )
. Lo que acabo de decir hasta aquí se puede resumir de la
101
/;..¡~'iviJ.~
W-t" c'0l'/E
lt: t4 Jc rt;CdUt j (~ lTüfZ fX11vpl/~ ~"v;- t;ET~K4 U
fur~4 (T'l{)J<d;C;jft:-
)~WA~;'-'-F -h}; JArJio~)
(U ,Ú tiiMJ;A) r
t. /')~

siguiente manera: el sujeto psicológico solo es posible, en E_o-co.ncepto del concepto. El error se piensa como reflejo
a partu del-a verdad, sin que, no obstante, esta recurrencia
Descartes, como sujeto del error, es decir, como sombra
de la verdad sobre el error se piense en su concepto. Dicho
cargadaenlopatológicodeunsujetoconsideradocomoun
en otros términos, se piensa el error simplemente como el
sujeto normal: el de la verdad. La pregunta que cabe hacerse,
afuera de una verdad, como la exclusión de una verdad, sin
entonces, es la siguiente: ¿porqué la verdad debe expresarse,
que se piense la relación con esta verdad. La relación del
por qué se expresa, en Descartes, en la forma del ego? ¿Por
error con la verdad es pensada como un reparto, es decir,
qué la verdad se expresa por medio de la constitución de un
como el resultado de un juicio, como un reparto que impone
sujeto de verdad? ¿Por qué este surgimiento de un sujeto de
una exclusión, que impone una condena, un reparto que
la verdad como constitución de la verdad misma? Es un ..
pronuncia el concepto de la verdad misma. Pero esta relación
fenómeno extremadamente importante, porque está en el
de exclusión no se piensa en~lre_parto instaurado entre la~~W}!>
origen de toda la filosofia occidental, y la refutación que da
verdad y el error. Dicho en otros términos, si podemos k
Spinoza es una refutación que desapareció de la historia, que
considerar que la relación de una verdad con el error que ella·
quedó literalmente sumergida por el desarrollo de la pro-
~enuncia como su propiareflexiónnegativano manifiesta un ·
blemática posterior, y que tal vez todavía no ha resurgido,
¿_eparto sino un corte, es el desconocimiento del corte
salvo en una forma lateral y alusiva.
pensado en forma de reparto lo que se encontraría el origen
¿Porqué hay un sujeto?( ... ) Tal vez la necesidad de un
del surgimiento del sujeto de verdad. En efecto~· estarelac10n
sujeto de verdad esté impuestaellamisma precisamente por
pensada como un reparto es el equivalente de un juicio, de
la problemática de Descartes, que es una problemática que
un juicio que zanja. Y en este juicio que zanja y que
opone la verdad al error. Es quizás en estos conceptos de
desconoce, en consecuencia, el corte en la forma del reparto,
verdad y de error que se encuentra precisamente escondida
nos las veríamos con dos funciones distintas que no estarían
la exigencia del surgimiento de un sujeto como sujeto de
pensadas en su distinción. Nos las veríamos con la enunciación
verdad. En efecto, resulta realmente impactante ver que
«A es A, no-A es no-A», es decir, «la verdad es verdadera
estos conceptos de verdad y de error son los conceptos '
el error es erróneo», y nos las veríamos, por otra parte
fundamentales sobre los que surge la exigencia de un sujeto
(siendo esto una pura enunciación, es decir, una pura
de la verdad. Y es, quizás, del lado del pensamiento del error
constatación), con el juicio que zanja, con el juicio que se-
que se encuentra el sentido del <;oncepto de verdad que se
para, es decir que zanja entre dos valores sin que se re-
le opone. En efecto, ¿qué es el error para una filosofiacomo
flexio~~ de otro modo que no sea en la forma del juicio. Es
la de Descartes? El error solamente se piensa como lo otro
decir que una filosofia del juicio, tal como la filosofia de Des-
negativo de la verdad: el error es el concepto del no- cartes, aparecería necesariamente ligada a cierto tipo de re-
concepto, pero pensado no en su especificidad, sino como
103
102
 tx·~-> t ación entre una verdad y un error pensado en forma de
epart?, sin que se piense el acto que instaura este reparto,
es decir, el fundamento de esta distinción. Por lo tanto, una
filosofiadel juicio se fundaríaenciertarelaciónnegativade la
verdad con el error, en una distinción pensada como un
~eparto Y no como un corte, y es de allí en más que se
2_nstau~ría 1~ categoría del sujeto como sujeto de la verdad.
D~ alh en mas, desde luego, la categoría del sujeto como
SUJeto de error se encuentra igualmente instaurada, a la vez
,como la patología del sujeto de la verdad y como su
condición previa aleatoria. Y es así como Descartes re-
flexiona en todo el pasado de su propi~ filosofia, es decir,
toda la confusión, todo el error que lo ha precedido.
Entonces la cuestión que se plantea sería evidentemente
sabe~ por qué era necesario que una filosofía semejante
surgiese como una filosofía del juicio. Dicho en otros
términos, si podemos establecer la siguiente correlación63
entre ~erdad y error, esta ruptura trae aparejada
necesanamente una filosofia del juicio, que necesariamente
trae aparejada una filosofia del sujeto que zanja entre la
verdad Yel error. ¿Por qué la relación de la verdad con el
error provoca una aparición del sujeto de verdad? Todo el
problema consiste en saber por gué el sujeto de verdad
aparece como necesario para pensar la distinción entre la
v~rdad Yel error. Todo ello reside en el hecho de que se
) piens~ e.l error com~ lo contrario de la verdad, como su pura
_,..¡ negatividad, es decir que no se piensa la distinción entre el
( \ error Yla verdad, el corte entre el error y la verdad. - pronuncia una condena, quien pronuncia una exclusión, pero
\ en términos tales de los que pueda dar cuenta; es el que carga
"\J 63
Referencia a un esquema en el pizarrón.
V ;os 1 ~ -1 V: : )Jlf1Afl
104
En una ~etrospección epistemológica, desde luego,
podemos asignar la diferencia, podemos pensar cuáles han
sido las condicionesdeposibilidaddeestadistinción: podemos
asignar ahora por medio de un estudio histórico cuáles han
sido las condiciones de posibilidad de la distinción entre
verdad y error. Para Descartes, el error tiene un contenido
preciso: es la filosofia tomista, es la fisica del aristotelismo; la 1-t-f'd.thr
verdad es la nueva fisica, es la fisica galileana. Todo ello es
el resultado de un proceso histórico sobre el qÜe Descartes
no reflexiona. Pero nosotros no solo podemos explicar la
aparición de esta filosofia del juicio y, por lo tanto, del sujeto
en el que ella refleja el juicio que ella pronuncia sobre la
relación de la verdad con el error, por medio de la ilusión de
Descartes. Debemos intentar dar cuenta de esta función
de la ilusión, de este desconocimiento de un corte que es un
corte histórico, es decir, cultural, [de este desconocimiento]
del surgimTénto-de una nueva disciplina científica que se
pensó en la forma de unafilosofiadeljuicio. Evidentemente, A/fhwrl
aquí no puedo presentar sino una hipótesis: en la filosofiadel
ii juicio, Descartes habría pensado la relación histórica de un
conocimiento nuevo con uno viejo en la forma de lo que tiene
.9ue dar cuenta ante la cultura, es decir, en una categoría del
~ujeto de imputación, del sujeto moral. Es decir, en una-
categoría que se toma ella misma en un mundo que es el de
la imputación moral: en el mundo de la responsabilidad. Y ése
es todo el equívoco del juez y del juicio: el juez es quien
con la responsabilidad de la decisión del juicio que pronuncia,
de la separación del juicio por el cual atribuye a éste lo que
105
 es suyo y a aquéllo que le pertenece. En este caso, nos las
veríamos con una contaminación de las categorías éticas por
las categorías morales y religiosas del sujeto de imputación,
de la reflexión teórica sobre el advenimiento de una nueva
disciplina científica.
Esto podría ser, desde luego, objeto de un estudio histórico:
¿cómo es que Descartes experimentó la necesidad de que un
sujeto de objetividad cargara con la responsabilidad del
pensamientodeladvenimientodeunacontecimientohistóri-
co?Sinduda,provienedesusituaciónenunmundocuyaes-
tructura social objetiva no había intentado pensar, cuya
crítica no había intentado hacer, cuya crítica del juicio de
imputación moral no había intentado llevara cabo. Y tal vez
no haya sido obra del azar que Spinoza escapara a esta
categoría del sujeto de imputación proyectado sobre el
sujeto de objetividad, en la medida misma en que hizo la
crítica de este mundo moral en el Tratado teológic¡;:-
político, en la medida misma en que hizo la crítica de la
identificación de los sujetos, la crítica de la constitución del
sujeto (sujeto psicológico, sujeto ético y sujeto filosófico) en
tanto que impuesta por la estructura de lo imaginario, es
decir, por una estructura social que produce necesariamente
este sujeto para poder subsistir.
Creo que sería bastante simple mostrar en un tercer
ejemplo, mucho más fácil de desarrollar, que la psicología
~fill siempre se produce por el mismo esquema a partir del siglo
xvm (puesto que es en el siglo xvm cuando nace
verdaderamente la psicología). Creo que sería bastante fácil
demostrar que la constitución del sujeto psicológico, la
constitución de sus funciones, es decir, la determinación de
'~)k XVII/ - '''I(J~:q . . vc.ó ¡:<tru.ocÚJn.,. , _¿~,, h(vcc'- ,AúJ<'+o:- ~L i~·G'l
' 106 t'u; ~.u,l . (),. ;..f.' fK;~-fOW11 u
. ,r lJ.c )-<.. r~-cv~.d. . {¡rnci._ ¡_}-
hV:Jf(i>l 1 (J(ft":~f~v~v::.J;vl k (~~tJP'J~, /:. ff~l~~~~. ~.L~~J~,
lo que se tiene que estudiar como psicológico en un sujeto
psicológico a p~rtir del xvm, le es asi?~ada por la fil?sofia
dominante del siglo xv~u: por,el empmsmo sensuahsta..:.A
d fil,
partir del siglo xvrn, la psicologiaaparece fundamentalmente f-o.,...
como el subproducto de una filosofia del conocimiento de
nuevo tipo y de nuevo estilo. A p~rtir de e~te_ momento2 la
psicología no es simplemente el sujet~ patologiCo de un SUJe-
to de la verdad: se convierte en el eqmvalente de la filoso _Ha,
en la medida misma en que la filosofia empirista sensualista
·identifica los dos sujetos, identifica el sujeto de la verda~ Yel
sujeto del error en su teoría del sujeto empiris~ A partrrde
ese momento, entra con pleno derecho en la psicología el _
. roblema fundamental de la erce ción, el proble~a _uxr..M
fundamental de la sensación, no como un problema patolo- ~w~
gico sino como un problema de fundamento. A partir de este ~
momento, con el desarrollo de las ciencias de la naturaleza Yf(fflV~H'
delaneurofisiología,enlapsicologíaentraconplenoderecho ro ·
surelaciónconlafisiología,esdecir,elestudioenlafisiología
de los fundamentos de la función perceptiva que la te~ríadel
conocimiento empirista sensualista del xvm le asign~ ,al
sujeto. Lo que sería interesante estu~i.aren esta correlac10n
es el papel dellenguaj e, del que ya diJe unas palab:as hace ~:~yu:
unrato enlamedidamismaengueaparecenecesanamente
ligado~ toda la teoría del conocimiento empirista sensuaJista l
ro
G)
del siglo xvm, como lo que debe constituir la posibthda<t /V"""_ k,
misma de la enunciación objetiva, y como lo que debe ,~~!\)(,(
..resolver el problema que se proyecta como resuelto en el ¡
;üjeto psicológico que la filosofia empirista instituye._ No b
&ngo tiempo para entrar en el detalle, simplemente qmero ~
darestaindicación. ~
l 07 ¡.ti.vvJ
~
 Por consiguiente, si se quiere resumir la estructura funda- ÍNDICE
mental que permite que exista una psicología, yo diría que
la psicología aparece jugando una doble función. ( ... )La
psicología aparece como la patología, ya sea de lo teórico,
yaseadelomoral,yaseadelopolítico,obiendeloreligioso.
Por una parte, como [su] patología y, por otra como una
patología sobre la cual [se pueden fundar los discursos,
teóricos,morales,políticos,etc.],esdecir,comounapatología
que se puede revertir en normalidad. ~a patología, por lo
tanto, aparece como un fenómeno en espejo en el cual el
sujeto de objetividad refleja la posibilidad para él de no ser Presentación ................................................................. 9
lo que es y, al mismo tiempo, la posibilidad de ser lo que es.
En este fenómeno en que se asigna a la psicología una función Primera conferencia
que es la que el sujeto teórico no puede asumir; en estas EL LUGAR DEL PSICOANÁLISIS

condiciones en que la psicología aparece como encargada EN LAS CIENCIAS HUMANAS ...............•..............•...•......... 15
de garantizar la fundación, la función que le delega el sujeto
teórico,elsujetomoral,elsujetoreligiosooelsujetopolítico; Segunda conferencia
PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA ......................................... 65
en todos estos casos nos las vemos con una verdadera
función en espejo: espejo del desconocimiento en la forma
del reconocimiento. ( ... )64

64 La grabación se detiene en medio de la frase siguiente.

109
108