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1. Introducción
2. Drogas o sustancias estupefacientes
3. Drogas o sustancias sicotrópicas
4. Tipos de droga
5. Patrones de consumo
6. Clasificación
7. Tipos
8. Consecuencias de las drogas
9. Factores sociales que contribuyen al
problema de las drogas
10. Factores de riesgo y de protección
11. El impacto del consumo de drogas en la
salud
12. La situación del consumo de drogas en el
hemisferio
13. El problema de las drogas en las Américas
14. Conclusión
15. Referencias bibliográficas
Introducción
Los jóvenes y adultos jóvenes entre 18 y 31 años son quienes más consumen drogas. Los
consumos se inician a temprana edad, la mayoría de los consumidores las usa por primera vez
antes de los veinte años.
Chile posee la cuarta tasa de consumo de alcohol en el mundo y la segunda de mortalidad por
cirrosis; el veinticinco por ciento de las muertes ocurridas en el país están asociadas al consumo
de alcohol.
La mayoría de las personas considera que es fácil o muy fácil acceder a la droga, especialmente
marihuana y en el norte, cocaína y pasta base. Ahora es más fácil contactarse con el mundo de la
droga: ¿quién no posee a algún familiar, amigo o conocido en contacto con el alcohol u otras
drogas?
Un gran número de personas percibe hoy al problema de la droga como una de las principales
amenazas en todos los ámbitos de la vida en sociedad: individuo, familia y salud mental; violencia,
delincuencia y seguridad personal; trabajo, producción y seguridad laboral; economía, narcotráfico
y seguridad nacional.
Este capítulo se centrará en revisar algunos conceptos básicos en relación a la droga, sus tipos y
efectos más relevantes, para luego evidenciar los distintos significados o representaciones
culturales que se han construido en relación a ella, los que han determinado en gran forma los
mecanismos de control utilizados actualmente por la sociedad para abordar la problemática.
¿Qué son las drogas?
El concepto de droga evoca con mayor frecuencia, y de una manera espontánea, distintos tipos de
imágenes relacionadas principalmente con sustancias ilegales o que producen una alteración
importante de los estados de conciencia y de la percepción de la realidad.
No es habitual que este concepto se asocie a otras sustancias legales como el alcohol, café y
tabaco, aunque también son drogas en un sentido estricto, ya que igualmente poseen un efecto
psicoactivo como las drogas ilegales, y pueden ser tan dañinas como éstas.
Existe cierta confusión por la amplitud de este concepto, de allí que se entienda de modo tan
diverso.
En términos generales, la definición de droga es la siguiente:
Droga es "cualquier sustancia, natural o sintética, que al ser incorporada al organismo provoca
cambios en el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, aumentando, disminuyendo o
modificando los estados de conciencia. Tales cambios pueden ser físicos, psicológicos o ambos, y
se manifiestan en diferentes formas según las características individuales, del entorno y de la
droga utilizada".
Son, en general, aquellas que causan "estupor"; esto es, una disminución de las facultades
intelectuales acompañada de cierto aire o aspecto de asombro o indiferencia. Según el diccionario,
es aquella sustancia narcótica que hace perder la sensibilidad.
Ejemplos comunes de estas drogas:
Cannabis sativa (cáñamo índico) o su resina; coca en hojas; cocaína y sus sales, entre ellas
clorhidrato de cocaína y sulfato de cocaína o pasta base; heroína; y morfina.
2. drogas o sustancias sicotrópicas:
En general, son aquellas que estimulan el organismo por la vía de la alteración mental del sujeto
que las ingiere, de tal manera que su comportamiento varía y cambia en relación con su normal
forma de ser.
Ejemplos comunes de sicotrópicos son:
Mescalina, anfetamina, barbital, meprobamato y temproporex.
Tipos de Drogas
Existen variados criterios con los cuales se puede elaborar una clasificación de las drogas. Así se
tiene, por ejemplo:
1. Según sus efectos:
De acuerdo a sus efectos sobre el Sistema Nervioso Central, las drogas se clasifican en dos
grupos: depresores y estimulantes; algunos autores agregan un tercer grupo denominado
distorsionadoras y aquí incorporan los alucinógenos.>
De acuerdo a esta clasificación, se distinguen las siguientes drogas:
Estimulantes
Cocaína
Anfetaminas
Tabaco
Cafeína
Depresoras
Alcohol
Inhalantes (neoprén)
Tranquilizantes
Barbitúricos
Opiáceos
Distorsionadoras
Alucinógenos (LSD y otros)
Pasta Base
Inhalables
Marihuana
Drogas Estimulantes:
Se distinguen las drogas naturales y las sintéticas. También se utiliza el tipo de precursor que le da
origen. De este modo, se distinguen las derivadas del opio (opiáceos), las del género cannabis, los
anfetamínicos, benzodiazepínicos, bebidas alcohólicas, etc.
4. Según su status legal y aceptación social:
Se diferencian drogas legales (tabaco, alcohol y tranquilizantes) e ilegales; drogas de uso social y
drogas ilícitas.
Respecto a las drogas de uso social se puede reconocer que existe un consumo moderado y otro
excesivo o inmoderado, de acuerdo a las motivaciones, situaciones, frecuencia, cantidad, y efectos
para la salud, entre otros.
Para el desarrollo de este Archivador, se analizará el tema de drogas de una manera general,
considerando al alcohol, como una droga más, que posee una figura jurídica legal distinta a las
otras drogas. Esto implicará, en algunos casos, una mirada y abordaje distinto y diferenciado.
El alcohol es la droga de mayor consumo en Chile, la más asequible y la que más daños produce a
las personas y al país. No obstante, es una droga masivamente aceptada por esta sociedad y
donde se distinguen aspectos económicos, culturales y legales que condicionan su consumo y
abuso.
El Consumo de drogas
En relación al consumo, la Organización Mundial de la Salud distingue las siguientes formas:
1. consumo Experimental:
El consumidor recurre a las drogas una o varias veces, sin continuar después. Lo hace por
curiosidad o presión del grupo que frecuenta.
2. Ocasional:
Existe consumo intermitente, sin desarrollar dependencia alguna. Lo que se busca es placer,
relajación emocional, desinhibición, integración o aceptación en grupos, etc.
3. Habitual o dependiente:
Esta modalidad lo ha llevado a desarrollar dependencia, ya sea psíquica o física.
Conceptos: uso indebido y abuso de drogas
Frente a la interrogante de por qué las personas consumen drogas y se exponen a sus
consecuencias, surgen varias respuestas que provienen del ámbito fisiológico, psicológico y social.
Se dice que estas sustancias tienen efectos excitatorios los que se relacionan con el reforzamiento
implicado en la liberación de dopamina en el núcleo acumbens, estimulándose las conductas de
beber, fumar, esnifar o inyectar.
Todo ser humano posee un componente adictivo, que puede ser a la nicotina, al alcohol, al trabajo,
al sexo, a la marihuana, al comprar, limpiar, etc. Se convertirá en adicción desde el momento en
que la persona no es capaz de analizar críticamente su comportamiento o de plantearse conductas
alternativas a esta situación.
Los jóvenes: alto riesgo
Uno de los grupos vulnerables a la adicción de algunas drogas es el de los jóvenes, debido a
varias razones que analizaremos a continuación.
En todo caso, es importante señalar que el inicio de la conducta de consumo en los jóvenes es
multicausado, lo que implica que depende de variados factores psicológicos, familiares y sociales
que por sí solos o por su interacción influirán en mayor o menor medida en que un joven se
involucre en el consumo de drogas.
En general, las investigaciones señalan los siguientes factores que influyen en el inicio del
consumo de droga y en la posterior adicción a éstas:
1. La presión de los pares:
El joven se ve expuesto a presiones que van a determinar su aceptación o rechazo en el grupo en
que se inserte. Esto se da principalmente en el período de la adolescencia, cuando el joven se
acerca a grupos y necesita desarrollar el sentido de pertenencia y aceptación por parte de éste.
2. La curiosidad (experimentación):
Los mitos con respecto a la droga (aumentados por los medios de comunicación), además del
desconocimiento y desinformación, generan en muchos jóvenes el interés de conocer un fenómeno
que se muestra atractivo; interés que se suma a su necesidad natural de experimentar cosas
nuevas, lo que puede incluir las drogas.
3. La evasión:
Tras el consumo de drogas, muchas veces existe una necesidad de abstraerse o evitar una
condición física o psicológica molesta o amenazante. A este hecho se le conoce como solución
química, y sólo contribuye a agravar el conflicto que pretendía solucionar.
El evadirse parece una solución para aquellos jóvenes que se encuentran hastiados de sus vidas,
generando tranquilidad pero también enturbiamiento de la conciencia y dificultad en el manejo de
sus vidas.
4. La gratificación:
Las personas se orientan hacia determinados objetivos que son gratificantes en distintos ámbitos
de la vida (físico, psicológico, familiar, laboral, espiritual, etc.), buscan obtener una respuesta
placentera como consecuencia de una acción. Aquí la droga es vivenciada y mantenida como un
objeto placentero (produce euforia en la persona, crea estados agradables).
5. La compensación:
El ser humano busca compensar ciertas características o rasgos personales (reales o imaginarios),
que evalúa como negativos o carentes; para ello recurre a la droga, la que permite el reemplazo
imaginario de algo que les falta. Esto ocurre con mayor énfasis en los jóvenes, quienes en su
adolescencia se ven inundados de dudas que —a medida que maduran— son capaces de superar,
debido al logro de sentido de poder personal y seguridad psicológica.
Otro tipo de compensación, tiene relación con las carencias físicas, como por ejemplo el hambre, el
frío, etc.; las que pretenden ser satisfechas a través del consumo de drogas. Por ejemplo, en
sectores marginales, el neoprén ejerce una fuerte labor compensatoria en relación a las carencias
antes descritas.
6. La aventura:
Muchas personas realizan actividades estimulantes y/o riesgosas con el fin de salir de la rutina
diaria. Cuando esta característica tan propia de la juventud se transforma en la necesidad
constante de originarse emociones fuertes a través de la alteración del estado de conciencia, se
ingresa al mundo de la droga. A corto plazo la droga esclaviza al usuario, impidiéndole la libertad
tan necesaria en la vivencia de la aventura.
7. La automedicación:
La administración de fármacos sin la previa autorización o indicación del especialista es una
costumbre muy arraigada en el país. Esta actitud, no sólo puede traer consecuencias negativas
desde un punto de vista médico, sino que, al mismo tiempo, es una enseñanza al interior de la
familia de la solución química a los problemas, tensiones o malestares.
8. Psicopatía:
Los individuos con tendencia a comportamientos irregulares, desprovistos de normas y carentes de
autocensura y culpabilidades (las culpas actúan como contención de las conductas
desadaptativas), se encuentran en situación de alto riesgo de desarrollar un consumo compulsivo
de drogas.
9. Psicosis:
Algunas patologías psiquiátricas, como alteraciones de la personalidad, implican a menudo una
desconexión de la realidad. Se desarrolla la propia realidad, se vive en un mundo diferente, el cual
facilitaría la incursión en las drogas.
Las intervenciones en Prevención
La definición más genérica sobre prevención es el establecimiento de las medidas pertinentes para
impedir que ocurra un hecho no deseado o compensar las consecuencias de su ocurrencia.
La prevención del abuso de drogas ha evolucionado desde sus inicios en la década de 1960 hasta
estos días. Asimismo, han evolucionado las drogas tanto en su variedad como en su efectividad
(capaces de alterar en mayor medida el estado de conciencia).
Existen actualmente drogas cada vez más sofisticadas, más adictivas y más dañinas y los
consumidores inician su consumo siendo cada vez más pequeños.
En los primeros intentos por prevenir el abuso de drogas en jóvenes, iniciados hacia fines de la
década de 1960 e inicios de la década de 1970, se pretendía proveer a los jóvenes con la mayor
cantidad de información acerca de las drogas y sus efectos. Se suponía que los jóvenes no
consumirían drogas si conocían todo acerca de éstas y sus daños, tanto orgánicos como
psicológicos.
Los programas de prevención se estructuraban en torno a fotografías y películas que mostraban
con crudeza y morbosidad los daños que las drogas producían en las personas. También se
incluían clases teóricas de información y formación acerca de los distintos tipos de drogas, sus
efectos psicológicos más comunes y formas de consumo.
No obstante, pronto esta forma de prevención mostró su inefectividad y más aún generó un
fenómeno que los investigadores, con posterioridad, llamaron "efecto boomerang", que consistió en
un aumento de la curiosidad de las personas por el efecto de estas drogas, produciendo un
aumento del consumo.
Más recientemente la prevención se ha centrado en dos modalidades:
• la prevención de la oferta por medio de medidas legales administrativas y penales para impedir su
provisión, y
• la prevención de la demanda, también con medidas legales administrativas y penales para
impedir su adquisición y uso.
Además, la prevención está concebida como un conjunto de intervenciones que tienen por finalidad
persuadir a quienes no hacen uso de drogas de abstenerse de hacerlo, y a quienes hacen uso de
ella a dejar de consumirlas. TODO uso de drogas es considerado incompatible con una buena
salud y su empleo es calificado de alto riesgo sanitario, social y criminal.
También se han venido desarrollando nuevos programas que comenzaron a centrarse en los
factores psicológicos y sociales que influyen sobre la conducta humana. El énfasis pasó de la
droga como objeto central de atención, a los aspectos personales y ambientales que determinan
que un joven sea más o menos vulnerable a las influencias negativas de su entorno.
Esta nueva forma de conceptualizar el fenómeno, permitió atender a factores fundamentales como
la autoestima, la autoconfianza, las habilidades de toma de decisiones, habilidades sociales de
comunicación y asertividad, la expresión de sentimientos y afectos, etc., que en conjunto forman un
importante respaldo psicológico para un joven que se ve ante la complicada tarea de resistir
presiones provenientes de su grupo de pares, sector que muchas veces él valora y estima.
Factores de Riesgo y Factores Protectores
Efectos de la droga en
deportistas
Familias con tendencia a formar coaliciones para hacer "frente" (o enfrentar juntos) al otro
miembro. Es el caso, por ejemplo, de una madre que busca el apoyo de su hijo para enfrentar a su
marido, colocando al joven en una situación complicada de ambigüedad y daño emocional.
5. Control rígido, agresivo o violento:
Se aprecia en los padres autoritarios que no flexibilizan en el control familiar. Éste lo ejercen de
una manera impositiva y rígida, y con frecuencia lo refuerzan vía agresión y violencia.
6. Dificultad en la expresión de rabia:
Padres e hijos manifiestan dificultad en la expresión de rabia o enojo entre ellos. No existen
interacciones honestas y asertivas, se aprecia negación, descalificación y violencia entre ellos.
7. Desinterés y poco compromiso por la socialización del hijo:
Padres muy preocupados por el logro de sus metas, el éxito y el placer, despreocupándose de lo
que ocurre con la vida de sus hijos. Generalmente, se trata de padres tan ocupados de sí mismos,
que delegan el cuidado de sus hijos en terceras personas (familiares, "nana", etc) o simplemente
los dejan solos.
8. Uso del castigo:
Cuando la violencia física y psicológica son las herramientas preferentes de educación y control
conductual de los hijos.
9. Padres desprestigiados:
La negligencia parental, las mentiras, las manipulaciones, la falta de cariño honesto, la falta de
apoyo, etc., desprestigian a los padres ante los hijos, los que ya no los ven como figuras de
autoridad y respeto.
10. Padres incongruentes y límites inconsistentes:
Padres que castigan o premian una determinada conducta del hijo dependiendo de su estado de
ánimo (inconsistentes) y que verbalizan su rechazo a las drogas, pero consumen alcohol
frecuentemente para "relajarse", revelando una actitud de incongruencia.
Una característica importante del uso tradicional de las drogas es que se encontraba
rigurosamente regulado, tanto respecto de las situaciones en que podían ser empleadas como de
quiénes podían consumirlas, fueran sacerdotes, brujos, hechiceros, chamanes, magos, etc.
Por ejemplo, durante la época medieval se utilizaron en brujería los extractos de plantas
alucinógenas como el floripondio, la mandrágora y la belladona.
En China, se utilizaba la marihuana como sedante, mientras en la India se la consideraba una
planta sagrada y era usada en ritos religiosos. Se sabe del uso ritual de distintos tipos de plantas
mágicas en culturas precolombinas de América Latina, tales como las del género Datura, especies
de hongos y cactus como el peyote y el San Pedro.
Actualmente, en muchas regiones de América los pueblos indígenas siguen utilizando estas
substancias; entre ellos, las pequeñas tribus del Amazonas, los cazadores de las llanuras del oeste
norteamericano, los huicholes y curanderos mazatecos en México, los actuales curanderos del
Perú y las curanderas mapuches del sur de Chile.
Reconociendo que todas las drogas pueden ser dañinas, cada sociedad define las pautas de uso y
regulaciones respecto de éstas, define qué drogas son aceptadas y cuáles no. Así, por ejemplo, el
alcohol y el tabaco son aceptados porque tienen un sentido social. Otras en cambio, son aceptadas
porque pueden ser empleadas con fines terapéuticos; a este grupo corresponden los fármacos.
La masificación del abuso de drogas en la sociedad actual se inició a partir de los movimientos
sociales de la década del 60, el "hippismo" o la "guerra de las flores", como protesta a la estructura
social imperante simbolizada, especialmente, en el rechazo a la guerra de Vietnam, la maquinación
y automatización del hombre moderno.
De este modo, se hizo popular entre un sector de la juventud, el uso de la marihuana y drogas
psicodélicas como el ácido lisérgico (LSD).
A pesar del decaimiento de estos movimientos sociales, el consumo de drogas como la marihuana
se ha mantenido con diversas modalidades y distintos sentidos, incorporándose además, el
consumo de otras sustancias, tales como anfetaminas, cocaína y benzodiazepinas.
Estas últimas, especialmente entre la población femenina adulta y de la tercera edad. También
aparece el consumo de solventes volátiles, principalmente en población infantil marginal de zonas
urbanas.
• Un fenómeno importante en países desarrollados es la elaboración clandestina de nuevas
substancias, conocidas genéricamente como "drogas de síntesis" o "drogas de diseño".
Afortunadamente, no se conoce de la difusión o consumo de este tipo de drogas en Chile.
Situación actual de consumo en Chile
Actualmente ya no es posible sostener que el fenómeno del consumo indebido de drogas es
privativo de determinados grupos. Este afecta y se manifiesta de diferentes formas a través de
todos los grupos y estamentos sociales.
No obstante, sus potenciales consecuencias son mucho más graves en los sectores socialmente
más desprotegidos como los jóvenes, los grupos de menores recursos y, en general, en aquellos
sectores más afectados por la falta de oportunidades.
El fenómeno del consumo de drogas es una manifestación de que los procesos de crecimiento y
desarrollo del país no son armónicos y no van acompañados de la suficiente justicia social y
equidad, de un refuerzo en los valores fundamentales como la solidaridad, en los componentes
humanitarios y espirituales, en la familia, etc.
Es, además, causa de los desajustes en los procesos de desarrollo, reproduciendo y
profundizando los problemas de falta de oportunidades y de marginación social, donde el consumo
de drogas se manifiesta en forma más aguda.
El consumo de drogas y la drogadicción produce un deterioro moral y un estancamiento de las
capacidades de las personas. Ello trae como consecuencia, además del deterioro del individuo, un
daño al conjunto de relaciones sociales en las que participa, afectando asÍ a toda la sociedad.
• En este sentido se aprecian consecuencias sobre la convivencia social, la seguridad y el
bienestar de las personas; más aún se observa una repercusión directa sobre las bases culturales,
económicas y políticas de la sociedad.
Esto último constituye un potencial peligro para los objetivos de desarrollo, crecimiento y
democracia del país, ya que involucra aspectos tales como: la actividad delictual que se genera en
relación al consumo y al tráfico de drogas; el peligro de corrupción que involucra la movilización de
grandes recursos por parte de las mafias que operan en el tráfico; los costos económicos
derivados de la pérdida de productividad en el ámbito laboral (accidentes y ausencias laborales,
rotación de personal, disminución de eficiencia, etc); los elevados costos que involucran los
procesos de tratamiento y rehabilitación, etc.
Un ejemplo: el alcohol
• En el caso del consumo de alcohol, éste es reconocido como el principal problema de salud
pública en Chile, el que además de sus efectos de enfermedad y muerte, provoca graves daños
económicos y sociales.
• Uno de los principales daños es sobre el hígado. Chile tiene una de las tasas más altas del
mundo de muertes por cirrosis hepática post- alcohólica.
• Alrededor de una de cada diez muertes se relaciona directa o indirectamente con el consumo de
alcohol
• Un tercio de los accidentes ocurren en conductores que circulan bajo la influencia del alcohol, y
alrededor de la mitad de los homicidios.
• Su uso en mujeres embarazadas origina el síndrome alcohólico fetal, caracterizado por
anomalías físicas y retardo mental.
• En el ámbito laboral se atribuye al alcohol gran parte de las ausencias injustificadas y de los
accidentes laborales.
• Existen estimaciones que señalan que la menor productividad, las muertes prematuras y el gasto
médico social ocasionado por el alcohol ocasionaría una pérdida anual al país de 1.800 millones de
dólares.
Ver: Alcohol en Chile
Un aspecto que trasciende los componentes y ámbitos analizados es el de Salud Integral; es decir,
salud física y mental, la que involucra la sensación de bienestar, equilibrio y armonía de la persona
consigo mismo y su medio.
Aquí cobran importancia las relaciones que se pueden observar entre el consumo de alcohol y
otras drogas, y diversos problemas de salud mental, tales como soledad, depresión, ansiedad y
algunas conductas violentas que no dejan de ser significativas, ya que muchas veces se ven
involucrados mujeres, niños y ancianos.
Las mujeres y los psicofármacos:
Lo anterior precisa tomar más conciencia respecto a esta problemática y asumir la responsabilidad
que le cabe a cada uno en este tema.
C. Alcohol, drogas y pobreza
Se ha querido profundizar más en esta temática por ser el contexto donde el Programa Servicio
País realiza su intervención.
Tal como lo señala Paulo Egenau, en su artículo "Pobreza y Droga", se aprecia en el discurso
oficial (modelo médico-jurídico o de control social) una preocupación "aparente" por el consumo de
drogas y los daños que éstas producen en la persona.
Sin embargo, en la realidad y a partir de las acciones que se realizan, se advierte cierta
ambigüedad en este discurso, relacionado con el poco interés genuino que se le proporciona a
este fenómeno en sí, preocupación que está focalizado más en la sociedad y en el daño que a
ésta le ocasionan los drogadictos que en las vivencias personales de éstos. La sociedad aparece
como víctima del mundo de la drogadicción, de los drogadictos. ¿Y no será al revés? ¿por qué no
se mira más allá?
Detrás de esta necesidad de cuidar a la sociedad, la que aparece en un rol pasivo y de víctima, se
aprecia una relación unidireccional, reflejada en la cadena pobreza- droga- juventud- delincuencia
y muerte, muy aceptada y validada en el discurso social imperante.
Se trata de una visión del drogadicto proyectada por los distintos actores sociales que carece de
una fundamentación válida y no corresponde a la experiencia vivencial del mundo de la droga. En
este sentido, se establece una relación falsa, simplista y negadora, ya que los drogadictos no son
pobres ni delincuentes; por el contrario son muchas personas presentes en la sociedad actual, que
están cansados, desesperanzados y sin proyecto de vida.
Frente a este panorama y visión impuesta, cobran sentido los métodos represivos, de control y
penalización, más que las acciones que se pueda realizar en el nivel preventivo.
La droga no es el problema en sí mismo, ya que ésta ha existido desde siempre, más bien es un
síntoma de un problema previo y complejo, Las personas que se suicidan, no se suicidan por
efectos de la droga, sino porque llegan a un nivel tal de deterioro, que se dan cuenta que su vida
ha perdido sentido. Es un problema de tipo existencial. ¿Por qué cada vez más personas necesitan
de la droga para sentirse mejor?.
Este es un problema que trasciende la pobreza económica y que más bien, tiene que ver con una
pobreza de tipo espiritual; es así como un ejecutivo, para mantener un ritmo constante de trabajo y
lograr bienes valorados excesivamente por la sociedad, puede llegar a ser un adicto de la cocaína.
Pero, en el extremo contrario, está el caso de los jóvenes marginales, que para enfrentar el hambre
y el frío, consumen neoprén. Los dos están siendo dañados por la droga, al tratar de satisfacer a
través de ella, necesidades distintas. Tal vez, en el segundo caso, el joven se encuentra en una
situación de doble vulnerabilidad, al vivir ya una situación de carencia económica que lo afecta
física y emocionalmente.
Se concluye que el problema de las drogas no es privativo de la pobreza, sino que más bien ésta
aumenta la vulnerabilidad de quienes viven en tal condicion. El fenómeno de la droga en el mundo
de la pobreza es muy distinto a la droga en el mundo de la "no pobreza", dado que en ambas
realidades existen características y motivaciones muy distintas para su consumo.
La pobreza implica vulnerabilidad en todo sentido. Se aprecian carencias físicas, materiales y
emocionales que hacen que el consumo de drogas adquiera un matiz distinto al de los sectores no
pobres. La vulnerabilidad es una característica propia o atribuible a determinados grupos sociales o
personas, incluso instituciones o regiones, que se define como "la baja capacidad para protegerse
o asimilar una acción externa indeseable o peligrosa" (Ibán de Rementería, 1999).
El problema de la drogadicción infantil es un símbolo claro de la pobreza. Es poco frecuente
encontrar a niños de 9 a 12 años de sectores "no pobres", consumiendo drogas en las noches, a
esa hora están en sus casas, disfrutando del hogar y del calor familiar. Al contrario, es más
frecuente en niños de estas edades o incluso menores, en los sectores marginales. Un "pito" de
marihuana en un niño o joven de un sector pobre es distinto a un "pito" de marihuana en un niño o
joven que tiene sus necesidades socioeconómicas y emocionales satisfechas.
La pobreza genera carencias a todo nivel en la infancia, sean éstas físicas, materiales,
emocionales, afectivas, etc., que expone a los niños y adolescentes a una situación muy grave y
compleja.
No obstante, en este punto surge un aspecto muy relevante que se aprecia en algunos niños (y
también algunos adultos), que, pese a haber crecido, desarrollado o enfrentado un ambiente físico
y emocional adverso y perjudicial (violencia, drogas, delincuencia, padres ausentes, pobreza, etc),
lo superan sin salir dañados, a pesar de que las circunstancias parezcan indicar lo contrario.
¿Cómo lo hizo este niño para no hacer o ser lo que tenía que hacer o ser según las condiciones:
drogadicto, delincuente, etc ? ¿Cómo se las arregló?.
Esto es conocido como Resiliencia y Stefan Vanistendael la explica como la capacidad de una
persona de hacer las cosas bien a pesar de las condiciones de vida adversas; "es la capacidad
humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o
incluso transformado". Este concepto es aplicable tanto para niños como para adultos.
Todas la personas se enfrentan con adversidades, nadie está exento. Las adversidades pueden
suceder dentro y fuera del círculo familiar (muerte, divorcio o separación, enfermedad, accidente,
pobreza, malos tratos, abuso sexual, homicidios). Pero no todas las personas tienen la capacidad
de superar las adversidades, lo cual tiene bastante relación con el disponer de otros agentes de
apoyo o protectores.
La droga tiene sentido en el mundo de la pobreza, ya que provee -aunque sea de manera química,
artificial, temporal o momentanea- la satisfacción de necesidades, independiente del nuevo
problema que se genera con su consumo. Este problema no es prioritario o importante para quien
tiene necesidades.
No se hace prevención enseñándole a las personas a temerle a la droga o asociándola a la
delincuencia y la muerte, más bien se debe buscar las maneras de reducir la demanda de éstas
por parte de la sociedad; se debe lograr que las drogas cada vez tengan menos sentido en la vida
de las personas, se deben entregar alternativas para vivir de manera tal que no se necesite de
sustancias externas, para estar mejor o para suplir aquello que falta.
Es una gran falacia cuando se dice que la droga en Chile está siendo abordada y que permanece
bajo control. Según Egenau, detrás de este argumento existe una evasión de la necesidad de
reflexionar y aceptar que los problemas de drogadicción en Chile se van a resolver cuando los
problemas de pobreza, iniquidad e injusticia social se aborden o resuelvan.
Es muy probable que la persona consuma algún tipo de drogas cuando siente que ha
sido marginada de los procesos de crecimiento económico-cultural . Esto implica que hay que
poner atención a la individualidad, a las carencias, a las diferencias sociales, a la iniquidad social, a
la marginalidad, al consumismo y a la competencia que son productos de las dificultades de la
modernidad, de este "seudodesarrollo" y de la crisis espiritual que se aprecia, donde valores como
solidaridad, honestidad y justicia han perdido espacio dentro de la existencia humana.
La drogadicción en el mundo de la pobreza se resolverá atendiendo a ésta y a la satisfacción de
las necesidades de las personas, sean éstas niños, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos;
respetando sus derechos más fundamentales establecidos en instrumentos tales como la
Declaración de los Derechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño, entre otros.
"El problema de la droga es más bien un problema de índole ético-valórico, donde se tiene que
mejorar o replantear el proyecto socioeconómico del país, el cual está dañado, es macabro y
corrupto" (Paulo Egenau).