Ser concientes. Tomar conciencia. Despertar a la conciencia. Concientizar.

Expresiones que refieren

a esa cualidad humana que por medio de su razón y de su producto, la inteligencia, permiten lo
humano en tanto capacidad y potencia de conocer, de nombrar las cosas y describir las acciones y
los sucesos. De definir y crear conceptos en la mente de aquello que percibimos, sentimos, nos
provoca emociones. De darnos cuenta y construir explicaciones. De crear ciencia y producir el arte
del conocimiento humano.

Y no hay que ser demasiado inteligente y hacer uso exagerado de la razón para percibir que, si
humanos somos en esas construcciones y en ese arte de producir conocimiento y ciencia, tan bien
no nos fué a los humanos, despues de mas de 50 siglos de historia sobre la tierra.

Es que en realidad, y lamentablemente, hemos sucumbido y cedido a una realidad que para muchos
sigue inconsciente … nos han impuesto la equivocada idea de que la ciencia es aquella que,
europea, europeizante y europensante, centra su existencia en los últimos siglos a los que denomina
“modernidad” y a partir de tal centralismo, el europeo, busco sus “orígenes” en el rescate de los
imperialismos Griegos y Romanos, obviando las ciencias que en el resto del mundo venían
desarrollando tecnicas y conocimientos desde muchos siglos antes y en medio del oscurantismo del
medioevo europeo que no existió en el resto de las civilizaciones del mundo.

Tales constataciones nos devuelven universos de conocimientos perdidos, escondidos y sometidos a

los designios coloniales desde la cual Europa se constituyó como tal, tan solo en algo mas de tres
siglos, en tanto antes, no eran mas que pequeños conglomerados tribales que vivian en guerras
permanentes entre sí, mientras que los otros mundos hacían otras cosas y producian sus
conocimientos de otras formas. Economías que se desarrollaban muy lentamente a costa del camino
“ a las Indias orientales” (Cuyas especies eran el petróleo de la época) o al mismisimo Oriente de
donde exportaron la polvora, la seda y otros bienes apreciables en sus tiempos. En las disputas
tribales por apropiarse de los caminos por tierra o por el mediterráneo para acceder a dichos
productos, comienzan su expansionismo colonialista y su enriquecimiento a costa de los territorios
que esclavizan.

Así es como nos “descubren” (Invaden y encubren nuestra existencia pre-colonial), y así es como
europa, europeiza todo el continente, incluido el norte, en tanto apendice de las Islas Británicas que
tuvieron la única virtud de constituirse en Imperio, por primera ves en al historia de la humanidad,
que no reconoce pasado sino que presume pensado hacia el futuro. De allí la constante negación de
esta historia. El constante encubrimiento de la memoria ancestral y de los siglos de insignificancia
europea en la construcción de saber humano y en los desarrollos técnicos y cientificos que
resultaban de ello. EEUU como la nueva europa, replicó el modelo colonial en tiempos de
revoluciones industriales y el comienzo del cientificismo, hasta el punto de erigirse en lider de esa
misma europa que la engendró.

Cuándo los colonizadores llegaron a estas tierras, los conocimientos en este continente eran
superiores a los europeos y las conciencias que lo generaban muchos mas humanizadas …
retrocedimos siglos, de los mismos modos que retrocedieron siglos los grupos civilizatorios del
mundo Musulman y del sureste asiático en estos nuevos tiempos de “occidentalización” de sus
pueblos y territorios. La globalización no propone una “era del conocimiento” como se pretende
instalar, sino y por el contrario, una sujección de toda capacidad conciente y de conocimiento que
posee la humanidad a una sola mentalidad y método hegemónicamente impuesto, occidental y
Cristiano, Capitalista y avaro, consumista, competitivo y fundado en la guerra y el desprecio de
ciertos grupos hacia otros.

No hay conciencia colectiva sin conciencia individual ni conciencia de sujeto sin lo colectivo como
estructura que la contenga y posibilite … Occidente creció a costa de negar esta realidad y de poner
la mentira del “inidividuo” capaz por si mismo de construir algo que se precie de humano. Por el
contrario, lo humano es construcción colectiva, civilizatoria, grupal. El poder lo sabe y así actúa. Se
agrupan fragmentando y dividiendo la conciencia de sus posibles adversarios. Concentrando las
decisiones e imponiéndolas en pequeños grupos y atomizando a las mayorias con un materialismo
que aleja a las conciencias de su potencialiad y aliena a los sujetos en la propia comprensión de
como se constituyen sus “si mismos” y de la importancia del “otro” en esas constituciones.

El temor, principal enemigo de lo humano y fuente de toda conducta animal en tanto irracional,
impide la acción conciente, razonada, ineligente. Por el contrario el amor, crea lazos, relaciones
interpersonales, grupales, comunitarias. Produce el conocimiento social como resultado del arte de
poner lo individual al servicio de las construcciones sociales y de la creación de las civilizaciones
humanas y humanizadas. El amor vence al temor en la conciencia de que juntos podemos mas que
aislados, de que multiplicar nos hace mas fuertes. De que la conciencia que surge de la razón
inteligente que piensa lo que siente, le emociona y percibe, le permite al humano humanizar sus
espacios vitales y producir bienes colectivos dónde todos los sujetos disfrutan del resultado de sus
esfuerzos y no que unos pocos se apropien del esfuerzo de muchos, dividiendo para reinar.

Solo constituiremos sociedades del conocimiento, si nuestras conciencias aceptan el carácter

alienante de las conformaciones objetivas y subjetivas de la realidad presente. Sin pensar que nos
pasa y porque nos pasa, ideando categorías nuevas que recuperen esas historias negadas y ocultadas
por la historia europea impuesta, no podremos consituirnos sujetos indivduales al servicio de causas
comunes que humanicen nuestros espacios vitales y adminsitrar nuestros recursos, nuestros
territorios y nuestras capacidades humanas en arás de una ciencia que, arte de todos, socialice los
beneficios de sus creaciones.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Julio de 2018