Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
de caliza*
A. G. VERDUCH
Investigador Científico
RESUMEN
Se hace una amplia revisión del problema general de las roturas
producidas en los ladrillos por inclusiones de caliza. Se estudia la des-
composición térmica de la calcita y también las propiedades físicas
del óxido de calcio formado en esa reacción. Se han recogido datos
experimentales de la literatura para mostrar el efecto que sobre la
tencienda a estas roturas tienen las variables tales como: tamaño
de grano de la caliza, actividad del óxido de calcio libre, tempera-
tura de cocción, atmósfera del horno, etc.
Se revisan también los métodos prácticos sugeridos para inhibir
las roturas de ladrillo por caliza. Las curas recomendadas con más
frecuencia son: Molienda fina, aumento de la temperatura de
cocción, atmósfera reductor a, adición a la arcilla de carbón fina-
mente molido, adiciones de sal común en el agua de amasado y em-
papamiento en agua fría de los ladrillos recién cocidos.
SUMMARY
A comprehensive^ review is made of the general problem of lime
blowing in bricks. The thermal decomposition of calcite is studied
as well as the physical properties of the newly formed calcium oxide.
Experimental data have been collected from the literature to show
the effect on lime blowing tendency of variables such as grain size
of limestone, ativity of the free lime, firing temperature, kiln at-
mosphere, etc.
The practical methods for inhibiting lime blowing are aiso revie-
wed. Fine grinding, increased firing temperature, reducing kiln at-
mosphere, finel ground fuel additions^, salt additions in the tempe-
ring water and docking are the cures most frequently recommended.
JULIO-AGOSTO 1 9 6 3 2SS
ROTURAS EN LADRILLOS TOR INCLUSIONES DE CALIZA
arcilla deben ser estudiados adecuadamente antes de su utilización y que hay que
soslayar aquellos en los que la arcilla esté seriamente impurificada por caliza.
Butterworth (1) manifiesta la opinión de que en la mayoría de los casos prác-
ticos, la dificultad surge más por la presencia de pequeñas cantidades (1-2 %)
de caliza gruesa que por la existencia de caliza finamente dividida en cantidades
de hasta un 10-20 %, como se han venido empleando en la mayoría de las inves-
tigaciones.
El tamaño de grano de la caliza es un factor fundamental que condiciona la
cantidad de reacción que tiene lugar entre el óxido de calcio y el resto de los
minerales que constituyen la arcilla. Dado que en unas condiciones« de calenta-
miento análogas el espesor de la película de reacción será el mismo para granos
pequeños y grandes, el volumen total de nuevas sustancias formadas —o si se
quiere, el volumen de CaO consumido— será directamente proporcional a super-
ficie originalmente expuesta a la reacción. Cuando el radio del grano de CaO es
de dimensiones análogas al espesor de la capa de reacción, dicho grano reacciona-
rá casi en su integridad y quedará poco o nada de óxido de calcio libre para
intervenir en los posteriores procesos de hidratación e hinchamiento.
Swallow (12), en un magnífico estudio sobre las roturas por caliche, ha deter-
minado por técnicas calorimétricas la cantidad de cal libre formada durante la
reacción en pastas de arcilla y caliza con diferentes granulometrías de esta última.
Por cálculo, llega a estimar un espesor aproximado de unas 30 p. para la película
de reacción formada en las condiciones normales de cocción del ladrillo. Este
dato nos hace comprender que la molienda ultrafina es muy eficaz para reducir
la cal libre y, por tanto, la tendencia a la rotura por hinchamiento. En granos de
tamaño macroscópico, la reacción no es total, por existir una gran desproporción
entre el tamaño del grano y el espesor de la película de reacción, y en consecuencia
quedan nodulos residuales de óxido susceptibles de hidratarse.
Swallow (12) ha determinado la variación de la cal libre formada en ladrillos
cocidos a 1.040°C durante dieciséis horas en función del tamaño de grano de la
caliza añadida, y ha observado que para tamaños comprendidos entre 1,20 y
2,41 mm. queda un 98 % de cal libre„ mientras que si el tamaño de la caliza se
reduce a 0,25-0,42 mm. solamente queda un 72 % de cal libre.
Al emplear caliza de tamaño fino, no solamente se reduce la cantidad de cal
hidratable, sino que al mismo tiempo los granos expandibles se distribuyen más
homogéneamente en la masa del ladrillo haciendo que las fuerzas expansivas que
se originan estén más dispersas y sean individualmente de menor magnitud. Con
ello se evita la existencia de grandes fuerzas localizadas en puntos determinados
del ladrillo, y el consiguiente peligro de rotura en dichos puntos.
y éste a su vez puede reaccionar con el CO2 con formación de carbonato. Hasta
ahora no existe ninguna evidencia de que la carbonatación del hidróxido juegue
ningún papel apreciable en la formación de las roturas que nos ocupan. Al tratat
de interpretar este fenómeno debemos dirigir nuestra atención esencialmente al
proceso de hidratación de la cal.
El volumen molar de la calcita —obtenido dividiendo su peso molecular por
su densidad— es 36,9, el del óxido de calcio es 16,45 y el del hidróxido de cal-.
CÍO 31,5. Estos tres datos son altamente significativos. Cuando se calcina un grano
de calcita, el óxido formado ocupa un volumen mucho menor. Dado que a las
temperaturas que consideramos se produce muy escasa sinterización del óxido,
éste aparece con una textura muy abierta. Un grano de calcita de porosidad nula
que se descompusiese en un aglomerado de crisitales de óxido de calcio que tu¡-
viese el mismo tamaño global, daría lugar a una porosidad del 55,5 %. Si ahora
hidratásemos totalmente este óxido de calcio necesitaríamos solamente un 85,4 %
del volumen disponible, es decir, del volumen ocupado inicialmente por la cal-
cita. El aumento de volumen que acompaña a la hidratación del óxido no es
suficiente para explicar la rotura por caliche, ya que el espacio originalmente ocu-
pado por la calcita es más que suficiente para albergar a todo el hidróxido que se
pueda formar.
Knibbs (15), señaló que las roturas no son necesariamente debidas a la dife-
rencia de volúmenes moleculares entre el óxido y el hidróxido y sugirió que este
fenómeno tiene alguna relación con la forma de los cristales de hidróxido de
calcio y con la presencia de agua adsorbida.
Swallow (12) cree que la presión ejercida por una partícula de cal que se está
hidratando no puede considerarse como puramente hidrostática, sino que es de
naturaleza direccional. La dirección depende en parte de la forma de partícula
y de la naturaleza del sistema de poros en el material que rodea a la partícula,
y a través del cual llega el vapor de agua para la hidratación.
La explicación del fenómeno de hinchamiento y rotura ha de basarse, por
tanto, en el crecimiento de los cristales de hidróxido de calcio. Este crecimiento
a su vez está inñuenciado por el tamaño y actividad de los cristales de óxido a
partir del cual se ha de formar el hidróxido, y por la presión de vapor de agua
a que se someten los granos de óxido para su hidratación. Según se lia descrito
en el apartado III, el tamaño y actividad de los cristales de óxido están condi-
cionados por el modo de verificar la descomposición de la calcita. Se ha com-
probado en muchas ocasiones que el cloruro sódico, si está presente durante la
descomposición del carbonato, actúa como acelerador del crecimiento de los cris-
tales de óxido y conduce a la formación de un material de baja reactividad.
Según refiere Swallow (12), Glasson (16) ha investigado la reacción de hidra-
Comentando este diferente comportamiento del agua fría y del vapor caliente,
Boxall y Clews (réf. 18, pág. 557) señalan que cuando se apaga cal viva con agua
se produce una masa más untuosa y más "grasa" que cuando se apaga con vapor.
Esta diferencia podría ser debida, (según ellos, a que los cristales de hidróxido de
calcio obtenidos por apagado en agua son más pequeños que los que se forman
apagando con vapor. Por ello cuando se sumerge en agua fría un ladrillo recién
cocido, la cal se apaga sin producir roturas, mientras que si se somete a vapor
caliente, el apagado de la cal se veriñca produciendo roturas en el ladrillo, y por
ello se emplea este método como ensayo de la potencialidad destructora del caliche.
Swallow (18) ha investigado el efecto de la humedad relativa sobre las rotu-
ras por caliche. Los ladrillos han sido hechos con adición de un 0,5 % de mármol
de tamaños comprendidos entre 1,20 y 2,41 mm. y la cocción se ha verificado a
1.040°C. Después se han sometido los ladrillos a atmósferas de distinta humedad
hasta que no se producen más roturas. En una serie de 20 probetas, que contienen
un total de unas 1.760 partículas de mármol, se han producido las siguientes ro-
turas : Por inmersiión en agua de la probeta, 1 rotura ; en atmósfera de humedad
relativa 100 %, 27 roturas; en humedad relativa de 91 %, 119 roturas; en hu-
medad de 81 %, 108 roturas; en humedad de 75 %, 129 roturas. Swallow ha
calculado que a un 75 % de humedad relativa, producen roturas hasta las partícu-
las situadas a 0,6 mm.
Las investigaciones de Swallow (18) han puesto también de manifiesto el efec-
to del tiempo de exposición de los ladrillos a humedades relativas diferentes. En
general se observa que a humedades relativas altas se producen inicialmente más
roturas que a baja humedad, pero al pasar el tiempo aparecen ya muy pocas rotu-
ras nuevas (ejemplo : a 100 % humedad relativa, 15 roturas a los tres días, 25 ro-
turas a los veinticinco días). A humedades ambientes más bajas se producen en
principio pocas roturas, pero a medida que pasa el tiempo se van originando más
y más, hasta llegar a números bastante altos (ejemplo: a 75 % humedad rela-
tiva, 3 roturas a los tres días, 119 roturas a los veinticinco días). También se
observa que, en las condiciones experimentales empleadas por Swallow, después
de quince-veinte días de exposición aparecen ya muy pocas roturas nuevas. A bajas
humedades relativas las roturas pueden tardar más en aparecer, pero al final el
ladrillo queda en estado más lamentable.
bulo de una patente alemana concedida a Lössnitz en 1938 (19) se dice que la
vi^ja idea de añadir ácidos clorhídrico, nítrico, o sus sales en la zona de cocción
del horno para exponer las piezas a vapores ácidos, no se había adoptado en la
práctica porque además de atacar la obra del horno no se lograba una acción
clara de reducción del defecto de caliche. Lössnitz iseñala en su patente la conve-
niencia de añadix a las pastas crudas cloruros alcalinos, de hierro, calcio, alumi-
nio, magnesio y amonio y hace especial hincapié en las ventajas que presenta el
cloruro amónico, añadiendo en cantidades de aproximadamente un 1 % en peso
con relación a la arcilla. Lössnitz no indica claramente el mecanismo por el cual
se espera que actúen estas adiciones.
Pocos años más tarde, Blumen (20) estudió en laboratorio y en fábrica la
acción de la sal común sobre el defecto de caliche. Para los ensayos de labora-
torio preparó ladrillos con un 1-1,5 % de trozois de caliza de hasta 10 mm. de
diámetro,, con y sin adición de 0,7-1,0 % de cloruro sódico. Por examen micros-
cópico puso de manifiesto la existencia de una capa de reacción rodeando a los
granos de caliza. En esta capa pudo identificar /5-silicatos bicálcico y ^o-aluminato
tricálcico. Como resultado de estos estudios, Blumen llegó a la conclusión de
que la sal había actuado como mineralizador, disminuyendo la temperatura a la
cual se produce la reacción entre la cal y la arcilla. Para demostrar la eficacia
del tratamiento fabricó una serie de más de 100.000 ladrillos, los almacenó a la
intemperie y después de algunos meses no se observó ningún daño en ellos. El
mecanismo de acción del cloruro sódico propuesto por Blumen no parece e-star
de acuerdo con los resultados de investigaciones más recientes (12).
Una vez conocidos los resultados de los trabajos de Blumen, una ladrillería
inglesa dedicada a la fabricación de ladrillO'S rojos de cara vista, comenzó a rea-
lizar ensayos con adiciones de 0,4 a 0,7 % de cloruro sódico, introducidas en el
agua de amasado. Aunque no se pudo comprobar con certeza la composición de
la película de reacción entre la cal y la arcilla, quedó claramente demostrado que
los granos de caliche no mostraban tendencias expansivas y que después de la
cocción, dichos granos habían adquirido un tinte amarillento análogo al que se
obtiene cuando una arcilla muy caliza se pasa de fuego.
Davenport, en la discusión del trabajo de Laird y Worcester (réf. 18, pág. 556)
señala que en una fábrica se viene empleando con éxito desde hace años la adi-
ción de un 0,2 % de sal como máximo, disuelta en el agua de amasado. Las pie-
zas que se obtienen no poseen caliche expansivo, pero se queja Davenport de que
la adición de sal produce manchas amarillas, observables a simple vista, que
afean la superficie del ladrillo. Por esta razón, se trata de reducir la adición de
sal al mínimo.
Durante el secado de los ladrillos, el cloruro sódico añadido muestra tenden-
rante quince días. Este hecho parece probar que la acción estabilizante del cloruro
sódico sobre el caliche no es enteramente atribuible a su contenido en sodio.
Swallow (12) ha estudiado la eficacia de otras sustancias para reducir la acti-
vidad de la cal. Parece claro ahora que las adiciones de sal común reducen el
riesgo de roturas por disminución de la reactividad de la cal. Con este criterio
como guía, se ha tratado de comprobar (12) cómo se altera la velocidad de hidra-
tación de la cal al ser obtenida por descomposición de carbonato calcico calen-
tado en presencia de distintos aditivos. Los resultados del estudio calorimétrico
se presentan en forma de curvas de aumento de temperatura en el calorímetro
en función del tiempo transcurrido desde el mezclado con el agua. Una adición
del 0,5 % de cloruro sódico disminuye fuertemente la reactividad de la cal. Au-
mentando la adición a 2 % se consigue solamente un pequeño efecto adicional.
Si en vez de calcinar el carbonato conjuntamente con la sal, y 4espués hidra-
tarlo en agua pura, se calcina el carbonato sólo y se hidrata en agua salada (iso-
lución de 1 % Nací, no se consigue ninguna disminución en la velocidad de hi-
dratación. Ello indica que para disminuir la reactividad del óxido de calcio, la
sal debe estar presente durante la calcinación. La sal en solución no ejerce ningún
efecto apreciable sobre la velocidad de hidratación de la cal.
El ácido bórico añadido, en un 2 %, y el fosfato tricálcico, en un 2 % y en
un 28 %, no parecen tener influencia sobre la reactividad de la cal. El cloruro
calcico (en 1,3 % y 8,6 %) y el carbonato sódico (en 1 % y 5 %) diminuyen la
reactividad de la cal, pero hay que emplearlos en cantidades sustancialmente ma-
yores que las requeridas cuando se emplea dloruro sódico. Los resultados de
Swallow demuestran claramente estos comportamientos.
LOIS resultados de este autor (12) con una misma muestra de caliza en granos,
embebida en arcillas diferentes, hacen sospechar que aparte de los distintos grados
de reacción con la arcilla, manifestados por distintos residuos de cal libre, la
clase de arcilla influye también sobre la propia reactividad de la cal libre residual.
día llevarse a mayor velocidad y que los ladrillos obtenidos tenían más del doble
de resistencia mecánica que los ladrillos de fabricación normal.
En el año siguiente, Hirsch (22) hizo una revisión de los métodos empleados
para hacer inactivo el caliche, y presentó como solución final las ideas conteni-
das en la patente de Heuer. Aunque estos autores no citan el mecanismo de ac-
ción, parece probable que se trate de una reducción del hierro férrico a ferroso
y subsiguiente reacción de este último con la cal y la sílice para dar lugar a com-
posiciones en el sistema CaO-SiOa-FeO (10). En este sistema hay composiciones
que funden alrededor de los 1.000 °C. El aumento de resistencia mecánica que,
según Heuer, experimentan los ladrillos cocidos en atmósfera reductora, puede
ser debido en parte a la vitrificación más avanzada que se consigue al pasar el
hierro a la forma ferrosa.
Ya muy posteriormente, Laird y Worcester (18) han experimentado el efecto
beneficioso que tiene la cocción en atmósfera reductora para disminuir la expan-
sividad del caliche. Con este fin han preparado ladrillos de control conteniendo
5 % y 10 % de caliza y otras series de ladrillos con 3 %, 4 %, 5 % y 10 % de
caliza, y además un 1 % de coque finamente pulverizado. Los ladrillos de control
se han cocido en atmósfera oxidante y los otros en cajas refractarias para in-
ducir atmósfera reductora. Los ladrillos de control se desintegraron después de
varios días de exposición, mientras que los que contenían 3 %, 4 % y 5 % de
caliza, más un 1 % de coque, no mostraron ningún signo de ataque ni siquiera al
cabo de varios meses. Los ladrillos con mayores contenidos de caliza y 1 % de
coque, salieron del homo parcialmente reducidos, al cabo de varios días las par-
tes no reducidas se desmoronaron, mientras que las áreas reducidas permanecie-
ron intactas.
Noble (ref. 18, pág. 558) señala la posibilidad de que durante el enfriamiento
de los ladrillos que contienen caliche, y a los cuales se ha adicionado carbón,
todavía tenga lugar la oxidación del carbón residual no quemado en las fases
anteriores de la cocción. El anhídrido carbónico formado podría carbonatar par-
te del óxido de calcio formado en el ladrillo, haciendo disminuir así la capacidad
expansiva de los granos de caliche. Ya hemos indicado que el volumen melecu-
lar del carbonato calcico es más del doble que el del óxido de calcio.
Davenport (ref. 18, pág. 558) advierte que el empleo de la atmósfera reduc-
tura no resuelve todos los problemas que presentan las arcillas con caliza. Las
roturas por caliche disminuirán o se eliminarán por completo, pero la acción
fundente debida a la reducción de la pasta puede dar lugar en el, mejibr de los
casos a motas o puntos fundidos, y en el peor a una completa deformación de
la pieza.
Spingler (23) cree que el coque pulverizado mezclado con la arcilla produce
X.—Consideraciones finales.
Cuando en una ladrillería aparece el problema de las roturas por caliche hay
que estudiar en primer lugar la forma de aparición de la caliza en la cantera de
arcilla. Si la caliza aparece en grandes bloques y está netamente diferenciada de
la arcilla, la solución más inmediata es evitar que dichas piedras entren en el
ciclo de fabricación del ladrillo. Si, por el contrario, la caliza se halla mezclada
con la arcilla en un grado mayor de división, entonces es aconsejable el extremar
su molienda. En general, la caliza de grano ñno es menos peligrosa que la de
grano grueso.
Aparte de la solución de molienda fina, se han propuesto los siguientes reme-
dios para luchar contra los efectos del caliche:
1.—^Inmersión en agua fría de los ladrillos a su salida del horno. De esta
forma la cal se hidrata de forma no expansiva. Como alternativa a este método
se menciona la pulverización de agua fría sobre lo'S ladrillos.
2.—^Elevar la temperatura de cocción con los fines de : a) Aumentar la reac-
ción entre la cal y la arcilla para que quede menos cal libre residual en el ladri-
llo ; b) Disminuir la reactividad de la cal libre para que su hidratación sea me-
nos expansiva,, y c) Aumentar la resistencia mecánica del ladrillo, en especial
su resistencia a la tracción.
3.—Adición de cloruro sódico (0,2-0,7 %) al ladrillo, introducido en el agua
de amasado. El cloruro sódico disminuye la reactividad de la cal y, por tanto,
la hidratación de los granos es menos destructora. Por consideraciones de la razón
volumen/superficie de la pieza, y de la acumulación de la sal en la superficie du-
rante el secado, en las piezas menores se requiere más sal que en las mayores.
4.—También se ha propuesto como remedio de las roturas por caliche la adi-
ción a la arcilla de un 1-5 % de coque finamente pulverizado, y la cocción en at-
mósfera reductora.
Todas las calizas no son igualmente peligrosas. Cuando las calizas poseen
gran cantidad de impurezas en estado de fina división, durante la cocción sé
produce una sustancial cantidad de reacción y en consecuencia, queda menos cal
libre y ésta es menos activa. Las calizas más puras, sobre todo si se hallan en
grano grueso, son mucho más peligrosas.
Las arcillas, por su parte, también ofrecen comportamientos distintos a la
rotura por caliche, bien sea por las mejores o peores características mecánicas que
son capaces de desarrollar durante la cocción, o bien por su mayor o menor capa-
cidad de reacción con la cal o su distinta influencia sobre la reactividad de la
misma.
Estos peculiares comportamientos de las distintas clases de arcillas y calizas
hace que sea difícil dar al problema del caliche unas soluciones universalmente
válidas. Las orientaciones dadas en los párrafos precedentes han sido compro-
badas con éxito en numerosas ocasiones y pueden servir de partida para iniciar
la resolución individual de los problemas prácticos concretos que sin duda tienen
numerosas industrias ladrilleras.
BIBLIOGRAFÍA
1. BuTTERWORTH, B., "Lime Blowing: Some notes on the literature", Trans. Brit. Ceram.
Soc, 55 [ 8 ] , 532-544 (1956).
2. FISCHER, H . C , "Calcination of calcite: II.—Size and growth rate of calcium oxide
crystallites", J. Amer. Ceram. S o c , 38 [ 8 ] , 284-288 (1955).
3. ZAWADZKI, J. y BRETSZNAJDER, S., "Mechanism of reactions of the type solid = solid
+ gas" J. Amer. Chem. S o c , 60, 951 (1938).
4. FISCHER, H . C , "Calcination of calcite: I;—^Effect of heating rate and temperature
on bulk density of calcium oxide", J. Amer. Ceram. S o c , 38, [71, 245-251 (1955).
5. CRAMER, E . , Tonindustr. Ztg., 30, [32], 419 (1906).
6. MOLLER, G., Tonindustr. Ztg., 30, [52], 770 (1906).
7. D E SHÀRENGRAD, Tonindustr. Ztg., 31, [60], 722 (1907).
8. MÖLLER, G., Tonindustr. Ztg., 32, [43], 506 (1908).
9. KALLAUNER, O . , Int. Ass. Test. Mater., Book of Amsterdam Congr., 222-338 (1927)
(The Hague, Nijhoff, 1928) (Referido en: Butterworth, B., Trans. Brit. Ceram. S o c ,
55, [ 8 ] , 536 (1956).
10. FISCHER, W . , Tonindustr. Ztg., 51, [102], 1843 (1927).
11. HAUSER. A . , Ost. Ziegl Ztg., 2 [ 5 ] , 80 (1952).
12. SWALLOW, H . T . S., "Lime blowing", Trans. Brit. Ceram. S o c , 61, [ 3 ] , 121-150 (1962).
13. D E KEYSER, W . Li, Proc. Int. Symposium^on th© Chemistry of Cement, p. 84 ri954).
14. GEORG. W., Tonindustr. Ztg., 80, 219 (1956).
15. KNIBBS. N . V. S., y GEE, B.^ J., "Lime and limestone", C a n a d á : Sajem Engineering Co.
(Referido en Swallow, H. T. S., Trans. Brit. Ceram. Soc, 61, [ 3 ] , 123 (1962).
{6. GLASSON, D . R . , J. Chem. S o c , 15U6 (1956); J. Appl. Chem., 8, 793 (1958); J. Appl.
Chem., 8. 798 (1958); J. Appl. Chem., 70, 38 (1960).
17. J. G., Schweiz Tonwarenind., 53, [ 6 ] , 20 (1950).
18. LAIRD, R . T . V WORCESTER, M . , "The inhibiting of lime blowing", Tran^. Brit. Ceram.
Soc, 55, 545-563 (1956).
19. LÖSSNITZ, Ri, Patente alemana No. 650, 748 (1937) (Citada en réf. 1, pág. 538).
20. BLUMEN, L . M., J. Priklad. Chem., 16, 81 (1943). (Citado en réf. 1, pág. 539.)
21. HEUER, A., Patente alenama N.« 464, 625 (1928). (Citada en réf. 1, pág. 537.)
22. HIRSCH, H., Tonindustr. Ztg., 52, [93], 1855 (1928). (Citado en réf. U pág. 537.)
23. SPINGLER, K . , "Defectos en la fabricación de ladrillos y tejas", Editorial Reverte, S. A.,
Barcelona, 1954.
FILTRACIÓN TAMICES
de PASTAS CERÁMICAS, CAOLINES, en monofilamento Poliamídico y Acríli«
COLORES, TIERRAS, ACEITES, PRODUC- co, para toda clase de usos industriales.
TOS QUÍMICOS, ETC
ifmputresciùles
ÜHOccidabtes
MANGAS Ho enoejecen
p a r a la captación de p o l v o
|i fc m£ Mr^ mË.€'J 1 1
Agente General:
JOSE A. RUIBAL
B a r c e l o n o - 7 - Ronda Universidad, 12
Tel. 231 11 95
Conferencias: Teléf 232 43 21
OXIDO DE ESTAÑO
SOMETOX, S. A.
G I N G E L O M (BÉLGICA)
REPRESENTANTE EN ESPAÑA:
A. BALADA AIGUASANOSA
Agente Comercial Colegiado
B A R G ELO N A -11
Calle U^gel,53-l.^ 1.° Teléfono 239 5179
TELEGRAMAS: ABALAIGUA
he potter's hands . . .
flows the skill of many years,
moulding the clay in the perfect
form of the flnished product.
f^His skill is there, matching the
scientific skill t h a t has gone
into the production and preparation
" V. ^^ ^^^ ^^^ materials he uses.
The vast deposits in the
¡uth-West of England provide
the highest grades of china
[ay, ball clay and china stone
(now available in
defluorinated form).
Modern engineei-ing methods, and technidues
Censure ^ constant flow of raw materials graded and
blended to extremely fine limits.
'Oduction is supervised and "laboratory checked" at
e y ^ y stage to ensure conformity with
individual and specialised requirements.
No wonder English clays are
accepted as the standards by
which others are judged.
If you are concerned with the
manufacture of Ceramics, you
need to know more about
English clays.
"EAE" 4 5 / 5 0 %
SÜPER.ALÜMINOSOS TJ^^!! g ^ ^ g |
"EAE" 7 0 / 8 0 %
utilice nuestro
servicio dç
lasesoramiento
técnico
Ladrillos y piezas de formas especiales
para toda close de hornos y hogares
Ladrillos de flofación aislante. Cemen-
tos, morteros y argamasas refractarias
sílico-aluminosos con distintas carac-
terísticas de fraguado. Tubos de grès.
CERÁMICA DE DENA
.GUiSASOLA
Factoría: SANGENJO (Pontevedra)
Dirección Postali A p a r t a d o 15, PONTEVEDRA - Teléfono 1. SANGENJO
D i r e c c i ó n G e n e r a l , d e V e n t o s : Avenida José Antonio, 5 4 4 - BARCELONA (11)
Tejéfonos 2 4 3 2 7 79 y 2 2 4 61 31