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Agua y Vida

La relación entre el agua y la vida es inseparable. Cada ser vivo requiere estar con
contacto con este compuesto, unas veces como medio externo para desarrollar
sus procesos vitales y en otras, a falta de este medio, lo lleva consigo mismo. Sin
embargo, es importante considerar que la forma óptima para el desarrollo de los
procesos vitales es el agua líquida, por ello donde no la hay, las posibilidades de
vida son mínimas.

La base de todo organismo conocido es la molécula del ADN, ésta requiere para
su metabolismo y reproducción estar en contacto con una solución acuosa.
Cualquier célula contiene millones de moléculas de agua .En el caso del ADN, las
moléculas del agua actúan en su exterior con elementos hidrófilos (elementos que
forman enlaces con el hidrogeno, ej. proteínas) pero no pueden ingresar dentro de
la estructura central pues ahí se encuentran elementos hidrófobos (no forman
enlaces con el hidrogeno, Ej. grasas). Los elementos hidrófobos parecen cumplir
una función de estabilidad estructural mientras que los elementos hidrófilos son
más dinámicos.

Todo ser vivo, y en especial nosotros dependemos en absoluto del agua. Nuestra
fisiología requiere para su actividad metabólica, reproducción celular y sus
funciones específicas, de un medio acuoso. Realmente nuestro cuerpo es una
compleja solución acuosa (60% de agua en adultos masculino, 45% adulto
femenino, 85% niños) protegida por nuestra piel y otros elementos protectores. El
agua no sólo es importante para los procesos metabólicos (ingestión, digestión y
absorción de alimentos, aspiración y expiración - que dirige el oxigeno a las
células-. evacuación de los productos residuales de la actividad celular -líquidos,
sólidos, gaseoso: CO2, sino también porque las plantas y animales la requieren
para su existencia y así conformar nuestra cadena alimenticia además de
brindarnos otros usos y beneficios.

David Pabon.

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