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Busquemos perlas escondidas (8 min.

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Lu 23:31. Al parecer, ¿de qué estaba hablando Jesús en este versículo? (nwtsty nota de estudio
para Lu 23:31: “cuando el árbol está húmedo, [...] cuando esté marchito”).
Lu. 23:31 Porque si hacen estas cosas cuando el árbol está
húmedo, ¿qué ocurrirá cuando esté marchito?”.
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Cuando el árbol está húmedo, [...] cuando esté marchito: Según
parece, Jesús se estaba refiriendo a la nación judía. Esta era como un
árbol moribundo al que todavía le quedaba algo de humedad porque Jesús
y algunos judíos que creían en él aún estaban allí. Sin embargo, Jesús
pronto sería ejecutado, y los judíos fieles serían ungidos con
espíritu santo y llegarían a formar parte del Israel espiritual (Ro 2:28, 29; Gál 6:16). Cuando eso
sucediera, la nación literal de Israel estaría muerta en sentido espiritual, como un árbol marchito
(Mt 21:43
Comentario Adicional. En el versículo anterior Jesús hace referencia de lo que la gente hacia
contra él a pesar de que era el hijo de Dios, el siendo el árbol húmedo fue tratado a palos, nosotros
como árboles secos somos las victimas perfectas para que el enemigo nos haga pedazos, cuando caes
y comienzas a levantarte, Satanás usara a todo lo que te rodea y a las personas que están cerca de
ti para desanimarte y no dejarte ponerte en pie. El árbol húmedo era símbolo de los justos (Sal. 1:3;
Jer. 17:8). El árbol seco es símbolo de los malos (Ezeq. 20:47), que serán castigados como si fueran
leña seca (Jer. 5:14). Si hacen esto al Inocente Jesús, ¿qué pasará con los inicuos?

Lu 23:33. ¿Qué hallazgo arqueológico demuestra que en las ejecuciones probablemente se usaban
clavos para sujetar a la persona a un poste de madera? (nwtsty multimedia para Lu 23:33: “Hueso
de talón atravesado por un clavo”).
Lu. 23:33 Y cuando llegaron al lugar llamado Cráneo, allí los fijaron en maderos a él y a los
malhechores, uno a su derecha y uno a su izquierda.
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Hueso de talón atravesado por un clavo Esta es una fotografía de una réplica de un hueso de talón
atravesado por un clavo de hierro de 11,5 centímetros (4,5 pulgadas) de largo (vea mwb17.12 pág. 5).
El original, que data de la época romana, fue hallado en 1968 en unas excavaciones arqueológicas al
norte de Jerusalén. Este hallazgo parece indicar que en las ejecuciones se usaban clavos para sujetar a la
persona a un poste de madera. El clavo quizás sea como los que usaron los soldados romanos para
sujetar a Jesús al madero. El hueso de talón se encontró en una urna de piedra —un osario—,
donde se habían depositado los huesos secos de una persona. Esto prueba que alguien que había
sido ejecutado en un madero podía recibir sepultura.
Comentario Adicional: Según el historiador Josefo, era una práctica común en Palestina. Esta era una de
las peores formas de tortura y uno de los métodos de ejecución más cruel que jamás se hubiera inventado. Era
la pena mortal diseñada para producir una muerte muy lenta, pues algunos duraban días en el madero antes
de morir. Era reservada para los traidores, los revolucionarios y otros de los peores criminales. Aun los
escritores romanos pensaban que era una muerte terrible. Cicerón dijo que era cruel y horrible y Tácito
dijo que era una muerte indescriptible. No hay palabras que puedan describir las agonías: la
inflamación de las heridas, las congestiones, el dolor causado por los tendones desgarrados, la
fiebre, un fuerte dolor de cabeza y una sed horrible. Era sumamente difícil respirar, mayormente
exhalar y, puesto que se requiere la exhalación para hablar, cada palabra que Jesús pronunciaba era
con mucho dolor. Tanto los pies como las manos fueron clavados, pues Jesús dijo a los discípulos
(Lu. 24:39), “Vean mis manos y mis pies, que soy yo". Véase Sal. 22:16.
¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?

Lu. 23:8,9 Fíjate en cómo actuaba Jesús. Cuando sabía que no iba a lograr nada ofreciendo una
explicación detallada, daba una respuesta breve o incluso se quedaba callado, como en la ocasión
en que Herodes lo interrogó. Por lo general, la mejor respuesta que puedes dar a una pregunta
impertinente es el silencio (Pro. 26:4; Ecl. 3:1, 7). Por lo general, la mejor respuesta que puedes
dar a una pregunta impertinente es el silencio (Pro. 26:4; Ecl. 3:1, 7). Pero ¿y si notas que tu
compañero es sincero? Incluso si te habla de mala manera, tal vez se trate simplemente de que no
entiende tu postura acerca de las relaciones sexuales o de cualquier otro asunto (1 Ped. 4:4). En tal
caso, podrías aprovechar para darle una explicación más amplia de los principios bíblicos en que te basas. En
vez de dejarte dominar por el temor, mantente siempre “[listo] para presentar una defensa” de tu fe (1 Ped.
3:15).

Lu. 23:13, 21-25 A menudo la opinión pública es muy injusta. Piense en el punto de vista
distorsionado que los sacerdotes principales y otras personas tenían de Jesucristo cuando “se
pusieron a vociferar, diciendo: ‘¡Al madero! ¡Al madero con él!’”. No conviene prestar atención a
las opiniones que se basan en información falsa o que están influidas por la envidia o el prejuicio.
Por lo tanto, tenemos que mostrar buen juicio y reaccionar con sensatez ante las opiniones ajenas.

Lu. 23:27,28 Por supuesto, llorar la muerte de un ser querido es algo normal; eso hicieron Jesús y
sus discípulos en algunas ocasiones (Juan 11:33-35, 38; Hech. 8:2; 9:39). Sin embargo, nunca
recurrieron a las manifestaciones extremas de dolor que tan comunes eran en su día. ¿Por qué?
Porque, entre otras cosas, sabían la verdad acerca de la muerte.

Lu.23:34 Quizás nos sintamos raros pidiéndole a Dios que bendiga a nuestros enemigos. Sin
embargo, cuanto más nos esforcemos por adoptar la mentalidad de Cristo, más fácil se nos hará
amarlos. Cuando Jesús estaba agonizando, imitó a su Padre y se mostró dispuesto a perdonar a
quienes lo habían clavado en el madero. De igual manera, los niños aprenden a perdonar imitando
a sus padres. Además, al ver lo bien que se sienten cuando sus padres los perdonan a ellos, se dan
cuenta de lo hermoso que es el perdón.

Lu. 23:43 A lo largo de la historia, mucha gente no llegó a ejercer fe en Dios y Jesucristo porque no
tuvo la oportunidad de conocerlos. ¿Qué será de todos ellos? La clave está en lo que Jesús le dijo a
uno de los delincuentes que fueron ejecutados a su lado: “Estarás conmigo en el Paraíso”. En efecto,
tanto aquel hombre como millones de personas más tendrán la oportunidad de conocer a Dios
cuando Jesús los resucite en un paraíso en la Tierra. Será entonces cuando podrán decidir si quieren
vivir para siempre en un planeta restaurado junto con los justos y mansos (Hechos 24:15).Eso me
enseña que Jehová se interesa por todos nosotros y nos ofrece una magnifica esperanza.

Lu. 23:44. ¿Fue provocada por un eclipse solar la oscuridad que duró tres horas? No, pues los
eclipses solares solo se producen en la fase de luna nueva, y no en la de luna llena, como ocurrió
durante la Pascua. La oscuridad que hubo el día de la muerte de Jesús fue un milagro de Dios.

Lu. 23:46 Justo antes de morir, exclamó: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Hasta en
aquellos duros momentos, su fe no vaciló ni un instante. En nuestro caso debe ser igual. Teniendo
a Dios de nuestro lado, no existen motivos para temer (Sal. 118:6).

Lu. 23:46 Sin embargo, fue el propio Hijo de Dios, Jesucristo, quien refutó definitivamente la
afirmación de Satanás de que podía apartar a cualquier ser humano de Jehová. Ni siquiera el
horrible tormento de morir en un madero pudo hacer que Jesús fuera desleal a Dios. De hecho, con
su último aliento clamó: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Lu. 23:43 La Tierra se convertirá en un paraíso. Jehová no nos dará estas bendiciones porque esté
obligado a hacerlo, sino porque nos ama. Por lo tanto, tenemos poderosas razones para sentirnos
cada día más apegados a Dios. ¿Seguiremos cultivando amor por Jehová y dejando que él nos
dirija? Es una decisión que compete a cada uno de nosotros.

Lu. 24:21 Algunos de los discípulos de Jesús se sintieron decepcionados al ver que él no había
liberado a la nación de Israel. No obstante, fueron leales, y con el tiempo lograron comprender con
claridad los asuntos.

Lu. 24:15-32 Cuando Jesús se encontró con dos discípulos suyos que iban camino a Emaús, primero
los animó a expresar sus expectativas y preocupaciones. Solo después de escucharlos por un buen
rato, les corrigió su forma de pensar explicándoles pasajes de las Escrituras. Más tarde, esos dos
discípulos dijeron: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino [...]?”.
Aquella conversación fue un buen ejemplo de comunicación franca, de corazón a corazón. Y
nosotros, ¿cómo podemos saber lo que en realidad sienten nuestras esposas, esposos, hermanos
e hijos?

Lu. 24:15,27 Tal como los apóstoles tuvieron que esperar hasta después de la muerte y resurrección
del Mesías para entender muchas profecías sobre este, en la actualidad los cristianos llegan a
entender en todo detalle las profecías bíblicas una vez que se cumplen.

Lu. 24:32 Cuando predicamos o enseñamos el mensaje de la Biblia en una lengua que la gente no
conoce bien, tal vez logremos que lo capte con la mente; pero para que le llegue al corazón, es mejor
hacerlo en su lengua materna, que es la que toca a las personas en lo más hondo de sus motivos,
aspiraciones y esperanzas.

Lu. 24:13-27 Un gran ejemplo en mostrar amor al escuchar es Jesucristo. Poco después de su
muerte, dos de sus discípulos viajaban de Jerusalén hacia una localidad situada a unos 11 kilómetros
[7 millas] de distancia. Todo indicaba que se sentían desanimados. Por esa razón, el resucitado
Jesucristo se puso a caminar junto a ellos y, mediante preguntas bien pensadas, logró que le contaran
cuáles habían sido sus esperanzas, y la desilusión y confusión que ahora sentían. Jesús se interesó
por ellos, y la amorosa forma en que los escuchó hizo que estos dos discípulos se sintieran
impulsados, a su vez, a escucharlo. Entonces, “les interpretó cosas referentes a él en todas las
Escrituras”.

Lu. 24:32 Jesús ayudó a la gente a aprender la verdad acerca de Jehová. Uno de los discípulos
admitió en cuanto a su Maestro: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el
camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?”. Si queremos aprender de Dios,
hay que ser humildes y estar dispuestos a que se nos enseñe.

Lu. 24:32 Jesús nos dejó un magnífico ejemplo. Él utilizó la Palabra de Dios para instruir y consolar
al prójimo. Después de resucitar, se apareció a dos de sus discípulos y les estuvo “abriendo por
completo las Escrituras”, llegándoles al corazón con sus explicaciones. Sin duda, es muy necesario
que leamos la Biblia todos los días. Gracias a ella y a las publicaciones cristianas, encontraremos
consuelo y esperanza en estos tiempos tan difíciles.

Lu. 24:32 Supongamos que usted es anciano y que está visitando a un matrimonio que se ha vuelto
inactivo. Quizá pueda animarlos a recordar cómo se sintieron cuando conocieron la verdad de la
Palabra de Dios. De seguro su corazón rebosaba de gratitud por lo que estaban aprendiendo sobre
Jehová, su amor y sus extraordinarios propósitos. Recuérdeles el privilegio que tenemos los
cristianos dedicados de orar a Dios y de tener una relación estrecha con él. Invítelos a responder de
nuevo a “las gloriosas buenas nuevas del Dios feliz”, Jehová (1 Tim. 1:11).

Lu. 24:39 En el cielo no existen familias como las terrenales, constituidas por el padre, la madre y
los hijos, relacionados todos ellos por un vínculo carnal. “Vean mis manos y mis pies, que soy yo
mismo; pálpenme y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos así como contemplan que
yo tengo”. Jesús señaló con toda claridad que los ángeles no se casan, y no hay la más mínima
indicación de que en modo alguno tengan prole. (Mateo 22:30.)

Lu. 24:33 Es difícil imaginar la avalancha de sentimientos que arrolló a Pedro esa mañana y en el
transcurso del día. ¡Qué culpable tuvo que haberse sentido luego cuando Jesús murió tras largas
horas de sufrimiento! ¡Cuánto debió estremecerlo la idea de haberle causado más dolor a su
Maestro el último día de su vida como ser humano! No cabe duda de que Pedro estaba destrozado,
pero no se hundió en la desesperación. El relato muestra que pronto estaba reunido con los demás
discípulos. De seguro, todos se reprochaban haberse portado como cobardes en aquella funesta
noche y, al estar juntos, pudieron consolarse unos a otros.

Lu. 24:45 Ni siquiera Jesús esperaba que sus discípulos comprendieran la Palabra de Dios por sí
solos. Él mismo en una ocasión “les abrió la mente por completo para que captaran el significado
de las Escrituras”. Es obvio que Jesús reconocía que se necesitaba ayuda para entender plenamente
las enseñanzas bíblicas.

Lu. 24:27, 44 Más tarde se apareció a sus apóstoles fieles y a otras personas, y les dijo: “Estas son
mis palabras que les hablé mientras todavía estaba con ustedes, que todas las cosas escritas en la
ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”. Piense en lo
siguiente: si al final del ministerio terrestre de Jesús las Escrituras Hebreas ya se habían quedado
anticuadas, ¿por qué seguía citando de ellas? No cabe duda: las Escrituras Hebreas siguen siendo
parte esencial de la Palabra inspirada de Dios, la Biblia, y son de mucho valor para todos nosotros.

¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?

Lu. 23:2,5, 14, 18-25 Por qué podemos decir que el ataque de Satanás contra Jesús fracasó? El
mayor ejemplo de devoción incondicional a Jehová es Jesús, a quien se acusó falsamente de sedición
y de perturbar el orden establecido. Aunque Jesús murió en el madero, el abyecto ataque satánico
contra el Hijo de Dios fracasó por completo, pues Jehová lo resucitó y lo ensalzó a Su propia
diestra. Y mediante este Jesús glorificado derramó el espíritu santo el día de Pentecostés de 33
E.C., estableciendo de este modo la congregación cristiana: “una nueva creación” (2 Corintios 5:17;
Hechos 2:1-4).

Lu. 23:10 A menudo, los siervos de Jehová son víctimas de acusaciones falsas y campañas
difamatorias. ‘Los sacerdotes principales y los escribas siguieron poniéndose de pie y acusando
a Jesús con vehemencia.’. Los cristianos no debemos levantar calumnias contra nadie. Sin embargo,
podemos incurrir en esta grave falta si testificamos en contra de una persona sin conocer primero
todos los hechos. Pablo fue acusado falsamente por el sumo sacerdote Ananías y otras personas
(Hechos 24:1-8). Y la Biblia presenta a Satanás como “el acusador de nuestros hermanos, que los
acusa día y noche delante de nuestro Dios” (Revelación12:10). Estos hermanos a quienes se acusa
falsamente son cristianos que viven en la Tierra en estos últimos días.

Lu. 23:15,21-25 ¿Por qué condenó Pilato a Jesús? El gobernador romano Poncio Pilato sabía que
Jesús era inocente y, al parecer, no deseaba causarle ningún daño. De hecho, admitió: “Nada que
merezca la muerte ha sido cometido por él”. Pero, a pesar de todo, lo condenó a la pena capital.
¿Por qué? Porque se dejó intimidar por la multitud (Luc. 23:15,21-25). El gentío le gritó: “Si pones
en libertad a este, no eres amigo de César” (Juan 19:12). Pilato tal vez tenía miedo de perder
supuesto —o incluso la vida⁠—si se ponía de parte de Cristo. De modo que cedió a la presión y acabó
haciendo la voluntad del Diablo.

Lu. 23:18-23 ¿Qué le hicieron los judíos a Jesús? “Los edificadores” que rechazaron a Jesús, el
Mesías, fueron los gobernantes judíos. No solo le dieron la espalda o se negaron a aceptar que era
el Cristo. Muchos judíos incluso exigieron su muerte. Así que fueron responsables de su asesinato.

Lu. 23:34 ¿Qué ejemplo nos dio Jesús? Jesús fue “de genio apacible” (Mat. 11:29). Fue muy
paciente con las debilidades de sus discípulos. Cuando estuvo en la Tierra, aguantó que sus
enemigos religiosos lo criticaran y lo acusaran. Además, fue apacible y paciente hasta la muerte.
Mientras sufría un inmenso dolor en el madero de tormento, le pidió a Jehová que perdonara a los
que le daban muerte. Dijo: “No saben lo que hacen”. Como hemos visto, Jesús fue apacible y
paciente a pesar de los peores sufrimientos. ¡Qué magnífico ejemplo nos dio! (Lea 1 Pedro 2:21-
23). Esto nos enseña lo pacíficos que debemos ser.

Lu. 23:39-43 ¿Qué beneficios produjo la actitud sumisa de Jesús? Tal vez haya quien crea que
mantener una actitud sumisa frente a las burlas y los insultos es una muestra de debilidad. Sin
embargo, Jesús no lo veía así. “Cuando lo estaban injuriando —escribió Pedro—, no se puso
ainjuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar.” (1 Pedro 2:23.) Al ver los
sufrimientos de Jesús, algunas personas pusieron fe en él, al menos hasta cierto grado. Ese fue el
caso del ladrón colgado en el madero junto a él y del oficial del ejército que presenció su ejecución
(Mateo 27:38-44, 54; Marcos 15:39). De igual modo, Pedro indicó que algunos esposos no
creyentes —incluso los maltratadores—llegarían a ser cristianos debido a la conducta sumisa
de sus esposas. Sin duda, todos conocemos casos que prueban esto.

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