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Lo ideal sería encontrar un término medio, pero la cruda realidad es que estos
dos tipos de madres y padres permisivos o autoritarios en exceso, existen, y
que sus hijos, en la medida que ellos se afanan en mantener su sistema
educativo, crecen de una forma determinada. Aquí encontrarás la diferencia
entre estas dos 'escuelas' educativas, las diferencias en definitiva entre
hijos de padres permisivos frente a hijos de padres autoritarios.
- Problemas para controlar los impulsos. Tanta libertad les da alas para
mostrar sus impulsos sin tanta limitación, lo que les provoca algunos problemas
para controlar la ira o las rabietas. Sin límites ni normas en casa, podrán
desarrollar problemas de comportamiento.
- Niños poco pacientes. Suelen ser niños que lo quieren todo al instante. Sus
padres les conceden los caprichos... ¿por qué tendrían que esperar?
- Baja autoestima. Los padres autoritarios no dejan que sus hijos opinen sobre
ninguna de las normas de la casa. Esto crea en sus hijos poca confianza en
ellos mismos y hace que sus autoestima baje.
- Problemas para relacionarse con otros niños. Si los padres de estos niños
no les muestran afectos y se mantienen distantes y fríos, ¿cómo van a ser
capaces ellos de generar empatía? No sabrán controlar sus emociones y
tendrán problemas para relacionarse con los demás.
Bien, esto de ser padres no es nada fácil, creo que todos los que
lo somos lo tenemos claro, pero creo que es interesante tocar el
tema y las definiciones para conocer las posibles
consecuencias. Claro que nos vamos a equivocar muchas veces,
cientos de ellas, pero si el cariño está por delante, y sobre todo
las buenas intenciones, seguro que nuestros hijos (que también
se equivocan) sabrán entendernos.
¿Y cómo lo hago?
Pues eso me pregunto yo muchos días, cómo hacer para llegar
a ser un padre democrático, porque hay días que lo hago de
libro, pero hay días que me quedo solo en el intento y que me
cuesta sacar la pata de lo hondo que la he metido. Pues no
tengo muchos consejos, pero lo que a mí me suele funcionar es
el respirar un momento, no tratar de forzar las cosas, para que
salgan solas, y probar con pasar más tiempo con ellos.
Sorprendentemente, cuando les dedicas más tiempo, la
comunicación empieza a fluir mejor, la relación se restaura (si se
había deteriorado) y empiezan a escucharte más que cuando
estás tan ocupado que acaban haciendo lo posible por llamar tu
atención (por las buenas y por las malas).