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COLONIZAR Y MODIFICAR
Las estrategias de supervivencia de nuestra especie y las tecnologías
que hemos desarrollado para ello han tenido un impacto directo en la
biodiversidad del planeta desde el inicio de nuestra expansión
geográfica. El éxito evolutivo del ser humano radica en nuestra ansia
de colonización y la capacidad de modificar los territorios conquistados
para adaptarlos a nuestras necesidades vitales.
Construimos ciudades, puentes, túneles, presas, autopistas;
modificamos el curso de los ríos, desecamos marismas, conectamos
mares y océanos con canales. Llegamos a cada nuevo lugar con
nuestra provisión de plantas y animales domésticos que nos servirán
de alimento. Desaparecen las barreras geográficas que impiden la
expansión de algunas especies; diversos organismos son introducidos
voluntaria o involuntariamente por el ser humano en nuevos
ecosistemas donde sus efectos en la comunidad existente son
siempre imprevistos. En ocasiones, algunas poblaciones o especies
son exterminadas en unos pocos años o décadas. Desde que el
hombre ha impuesto su hegemonía en la biosfera, los ecosistemas de
todos los rincones del planeta han estado en un estado de crisis
permanente.
DODOS Y BUCARDOS
Igual de trágica es la extinción de otra ave no voladora, el dodo,
endémico de la isla de Mauricio. Los colonos occidentales introdujeron
nuevas especies en la isla: cerdos, perros, gatos y ratas, que
ejercieron una tremenda presión ecológica sobre esta ave que no
había tenido depredadores hasta ese momento. La destrucción de los
bosques, el hábitat natural del dodo, el saqueo de sus nidos a ras de
tierra y la caza, tanto por el ser humano como por las nuevas especies
introducidas, fueron las causas de su rápida extinción.
DE SHANGHAI A NORTEAMÉRICA
El cangrejo de Shanghai (Eriocheir sinensis), un manjar de la cocina
china importado vivo a los restaurantes de comida asiática, ha
colonizado ríos y lagos de Norteamérica y Gran Bretaña. Más cercana
a nosotros es la liberación del cangrejo americano (Procambarus
clarkii) y el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) en arroyos
aragoneses, donde ambas especies están desplazando de su hábitat
al cangrejo autóctono (Austropotamobius pallipes) hasta ponerlo en
peligro de extinción.
MODIFICACIÓN GENÉTICA
La investigación biológica y la modificación genética de especies ha
sido otro de los vectores de origen humano que ha afectado a la
biodiversidad. La ya mencionada C. taxifolia, modificada
genéticamente con radiación ultravioleta en el Wilhelmina Zoo de
Stuttgart en Alemania para resistir las condiciones de los acuarios,
está causando estragos en el ecosistema litoral Mediterráneo desde
su liberación accidental. La abeja africanizada es un híbrido
procedente del cruce en un laboratorio brasileño de la subespecie
natural tanzana Apis mellifera scutellata con abejas criollas del
continente sudamericano. Fue liberada accidentalmente cerca de Sao
Paulo en 1957 y ha ido expandiéndose por Sur y Centroamérica,
México, Texas, Arizona, Florida y California, colonizando colmenas e
hibridándose con las abejas autóctonas y causando centenares de
muertes a humanos debido a su gran agresividad en la defensa
territorial.