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NOTARIADO I HONORABILIDAD

GACETA NO. 23 EXPEDIENTE 273-91 PAGINA 4


SENTENCIA DICTADA EL 4 DE MARZO DE 1992 DE CC.

Ser de "reconocida honorabilidad", cuestionando esta última calidad en la persona


designada. Sobre este aspecto cabe considerar que el vocablo "honorabilidad", que
con mayor frecuencia se aprecia en el campo de la moral, expresa desde un punto
de vista objetivo la reputación que una persona goza en la sociedad, es decir, el
juicio que la comunidad se forma acerca de las cualidades morales y de los méritos
de la personalidad de un individuo. En el ámbito doctrinario del Derecho, se
considera que "el honor, como concepto jurídico, es el valor individual de estimación
que la sociedad acuerda a todo hombre, tutelándolo contra los ataques de los
demás en la medida en que la propia sociedad estima relevante". Una de las
manifestaciones de esa tutela se encuentra en la ley penal que tipifica los delitos
contra el honor para proteger la integridad moral de la persona.
Gaceta No. 23, expediente No. 273-91, página No. 4, sentencia: 24-03-92.

ANALISIS:
Sobre este aspecto cabe considerar que es el juicio (Opinión razonada que alguien
se forma sobre una persona) que la comunidad se forma acerca de las cualidades
morales y de los méritos de la personalidad de un individuo. En el ámbito doctrinario
del Derecho, se considera que ‘el honor, como concepto jurídico, es el valor
individual de estimación que la sociedad acuerda a todo hombre, tutelándolo contra
los ataques de los demás en la medida en que la propia sociedad estima relevante’.
Una de las manifestaciones de esa tutela se encuentra en la ley penal que tipifica
los delitos contra el honor para proteger la integridad moral de la persona.
¿En qué consiste la “reconocida honorabilidad”?
Debe reconocerse que –tal como ha admitido la Corte de Constitucionalidad– el
requisito debe ser materia de interpretación, puesto que ni la Constitución ni la
legislación interna definen la condición de “reconocida honorabilidad”. Es normal
que así sea porque la noción citada es una de las que en derecho se denominan
concepto estándar, esto es, una fórmula cuyo contenido específico adquiere
determinación en una circunstancia social dada. Mal haría cualquier norma legal
que intentara fijar el contenido de la honorabilidad, utilizando inevitablemente
referencias cuya vigencia estaría limitada por usos y costumbres que varían con el
tiempo.
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La idea de integridad, como la de honorabilidad, conduce a la condición de una


persona de conducta irreprochable. En definitiva, estamos ante un atributo personal
que en el Diccionario de la RAE aparece definido como que corresponde al honor:
“Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del
prójimo y de uno mismo.” Probablemente esta “cualidad moral” es la que se halla
en la raíz de la exigencia constitucional de “honorabilidad” para el desempeño de
los altos cargos públicos.

La reconocida honorabilidad es una condición sine qua non instituida por la


Constitución Política de la República de Guatemala. Así se menciona como requisito
esencial para optar a diversos cargos públicos en los artículos 207, 216, 234 y 270
de la Carta Magna nacional.
Además de forma indirecta el artículo 251, segundo párrafo, exige este requisito
para optar al cargo de Fiscal General de la República y jefe del Ministerio Público,
cuando establece que el Fiscal General deberá tener las mismas calidades que los
magistrados de la Corte Suprema de Justicia, contempladas en el artículo 207 ya
citado. A pesar de tratarse de un tema de la mayor importancia, cuyo rango
constitucional así lo revela, no existe dentro de la Constitución ni mucho menos en
la legislación ordinaria una definición que de claridad sobre qué es o cómo evaluarla.
Esta laguna debe solventarse de conformidad con lo que establecen las reglas de
hermenéutica, contenidas en el decreto legislativo 2-89, Ley del Organismo Judicial.
El referido cuerpo normativo indica que las normas se interpretarán conforme a su
texto según el sentido propio de sus palabras, a su contexto y de acuerdo con las
disposiciones constitucionales (art.10). Las palabras de la ley se entenderán
acuerdo al Diccionario de la Academia Española (art.11). Entonces, a efecto de
definir la honorabilidad, se acude a lo indicado en el diccionario que ordena la ley.
Para ponderar si la cualidad relacionada puede atribuirse o no a alguien, resulta
imperativo escrutar las acciones de esa persona, a efecto de determinar si la misma
puede ser sujeto del calificativo de honorable.
Por tanto, atribuir la reconocida honorabilidad exige un proceso en el que sus pares
reconozcan la condición a quien afirma ostentarla, tras un cuidadoso escrutinio de
los actos que el postulante ha llevado a cabo en su vida. La honorabilidad no es
innata deviene de los méritos propios.
Con mayor frecuencia se aprecia en el campo de la moral, expresa desde un punto
de vista objetivo la reputación que una persona goza en la sociedad, es decir, el
juicio que la comunidad se forma acerca de las cualidades morales y de los méritos
de la personalidad de un individuo.
Aplicando la definición expuesta al ejercicio profesional de la abogacía se puede
afirmar que ésta entraña una obligación, un deber, que en términos generales está
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regulado por el ordenamiento jurídico nacional, como se desprende de la lectura de


normas tales como: el artículo 102 del Código Procesal Penal, que establece la
prohibición para el abogado que renuncia a la defensa técnica, de abandonar a su
cliente, hasta que intervenga su sustituto. Lo establecido en la norma citada
encuentra su contraparte en el artículo 4 del Código de Ética que indica: “4. Lealtad.
El abogado debe guardar fidelidad a la justicia y a su cliente, lo cual conlleva,
además la observancia rigurosa del secreto profesional, honorabilidad en el litigio,
respeto y consideración al juez, a la autoridad y al adversario.”
En consecuencia, la actitud honorable de quien ejerce la defensa técnica lo
constituirá, el no abandonar al patrocinado en tanto no comparezca un nuevo
abogado que proporcione el auxilio necesario. En semejante sentido la
honorabilidad del abogado defensor exige que este no haga uso innecesario o
indebido de los mecanismos procesales que la ley pone a su disposición.
En este orden de ideas el honor referido a la labor ejercida por los agentes fiscales
queda comprendido en la función que la Constitución y el Código Procesal Penal
señalan, o sea la averiguación de los delitos que por ley les corresponde y el
ejercicio de la acción penal. Es esa su responsabilidad, es ese su deber y en tanto
tal, resulta un imperativo moral para los integrantes de las fiscalías cumplir con tal
cometido. Dicho cumplimiento es la concreción misma del honor profesional.
En la gaceta numero 23 la corte de constitucionalidad deja claro que la honorabilidad
de un individuo va ser la idea o el concepto que la misma sociedad se forme en
base a una serie de elementos como, por ejemplo:
a) Criterios sociales: integrados por la buena conducta profesional, la estima
gremial, el reconocimiento del foro público, el decoro profesional, entre otros.
b) Repercusiones en el actuar: que se manifiestan tanto en lo profesional, en la
judicatura u otro servicio prestado desde la administración pública o en cualquier
otro ramo, entendiéndose como tal no solo su ejercicio profesional, sino también las
actividades personales, comerciales o de cualquier otra índole que resultaren
incompatibles con el ejercicio de la función pública.
c) Respeto a la intimidad: no inmiscuirse en la esfera de la intimidad personal o del
derecho a la propia imagen.

Son muchas las interrogantes que nos podemos plantear en torno a lo que significa
ser una persona honorable y en torno a esto es necesario decir que cada quien tiene
su propia percepción sobre el significado del honor, de la honestidad y de la estima
personal en general, según mi opinión una persona no puede ser honesta con los
demás si primero no es honesta consigo misma pues nadie da lo que no posee, es
por esto que el primer reto o la primera conquista para alcanzar el honor es
reconocernos en aquellas situaciones en la que no lo somos para cambiar.
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Desde mi punto de vista La honorabilidad es ante todo una actitud ante la sociedad,
ante nuestros conciudadanos, ante nuestros amigos, ante nuestra familia, pero
sobre todo es una actitud ante la propia vida, en el momento de tomar decisiones
importantes, es obrar con justicia, es actuar en forma coherente con respecto a lo
que pensamos, es poner por obra lo que decimos, ser honorable significa ser
auténticos amigos, fieles esposos, leales amigos e incluso oponentes respetuosos
de la dignidad humana, ser honorable significa reverenciar y tratar con respeto
incluso a nuestros enemigos y de allí cada uno formara su propio concepto respecto
a mí honorabilidad.

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