Vous êtes sur la page 1sur 3

 Pablo y la evangelización:

 Texto: Romanos 1:14-17

En el inicio de la carta a los romanos, Pablo, les explica que tenia mucho
deseo de ir a verlos para compartirles algún don espiritual, o mejor dicho,
ser edificados mutuamente.

Roma estaba ubicada en el centro del mundo antiguo. Era la capital del
imperio romano, y se encontraba a la mitad de camino de una de las
metas de Pablo en cuanto a evangelización y avance misionero, que era
España!

Pablo mismo declaro que el no quería predicar en lugares donde Cristo ya


había sido predicado, y por eso, le escribe a la iglesia de Roma, que no
había sido fundada por el, para que pueda ser una iglesia que lo ayude en
la tarea evangelizadora que el tenia por delante.

¿Ahora bien, que es lo que motivaba a Pablo a tener que ir al otro lado del
mundo conocido para evangelizar?

Pues, podemos encontrar la respuesta en los versículos de nuestro pasaje.

1. En primer lugar: Pablo estaba en deuda con todos. Vs. 14

a. Como es que estaba en deuda? Uno tiene dos maneras de


ponerse en deuda. La primera seria si alguien me presta
dinero. Pues en ese caso, yo estoy en deuda con la persona
que me presto el dinero.
El segundo caso, seria si un amigo suyo, me pide que le
entregue $1000 pesos. En este caso, hasta el momento en
que yo le entregue el dinero, estare en deuda con usted.
Nosotros somos deudores de lo que Dios nos encomendó a
darle a otros. Y eso son las BUENAS NOTICIAS DEL
EVANGELIO.
b. Pablo se sentía deudor a todos. A cultos e incultos. Otras
versiones nos dicen a barbaros y a instruidos. Y esto puede
querer decir diferencias en inteligencia, conocimiento,
cultura, lengua, nacionalidad. Somos, al igual que Pablo,
responsables de compartir las BUENAS NUEVAS a TODOS.
c. No podemos discriminar, o decidir, quien es digno y quien no.
El aceptara, este no aceptara. Este merece que le predique,
este no merece. Pues Dios no hizo asi con nosotros.

2. En segundo lugar: Pablo anhelaba. Vs. 15.

a. Cual es tu gran anhelo en la vida? Si, lo se, todos queríamos


ganar el mundial. Pero todavía lloramos cuando veíamos
correr a mbappe y que nadie podía agarrarlo.
b. Pablo sabia que tenia una deuda, y eso lo llevaba a tener un
gran anhelo que era predicar el evangelio.
c. Todos tenemos deudas, y nuestra obligación es saldarlas. A
veces vivimos con el afán de trabajar hasta deshoras, con el
fin de saldarlas. Nuestro anhelo es pagar todo y quitarnos el
peso que eso conlleva. Pablo sabia que su deuda no era con
Dios, sino con la gente. Con aquellos que todavía no habían
tenido la oportunidad de escuchar el evangelio.

3. En tercer lugar: Pablo no se avergüenza del evangelio. Vs. 16.

a. Vergüenza: es el sentimiento de incomodidad producido por


el temor a hacer el ridículo.
b. Pasa desapercibida esta frase, porque no centramos en la
segunda parte del versículo. Pero Pablo, al escribir esto,
seguramente recordó algún momento en lo que se habrá
sentido avergonzado, por el evangelio. La tradición nos
cuenta que Pablo era un personaje no muy agraciado
físicamente. Petizo, narigon, medio feo, calvo, uniceja, y de
nariz grande. No era muy buen orador ni tenia un gran
encanto. Se acerco a los Corintios con temor y debilidad,
hablo que el evangelio para algunos es locura y hasta
aconseja a Timoteo que no se avergüence del evangelio. Jesus
mismo dio la advertencia, si alguno no se avergüenza de mi
ante los hombres, pues yo tampoco me avergonzare de El
antes mi Padre.
c. La vergüenza es un sentimiento que va a luchar en nosotros
para que no prediquemos el evangelio. Pero el antídoto para
la verguenza es recordar que ese mismo mensaje que algunos
rechazan por debilidad, ES PODER DE DIOS. Y como sabemos
que es poder de Dios, pues porque lo hemos experimentado
en nuestras vidas. Si Dios ha sido capaz de cambiar nuestras
vidas, entonces tiene el poder de cambiar la vida de otro.
d. Debemos creer que Dios ha actuado en nosotros por medio
de la fe. Una fe sanadora y efectiva.
e. Si Dios te cambio a vos que eras mas duro que una piedra.
f. ¿Como no va a cambiar a otros?

4. Conclusión:
a. En síntesis: estamos en deuda, no con otros. Dios nos confio
las buenas noticias, para que podamos compartirlas, esa
deuda debe generar un anhelo de poder saldarla, cumplirla,
predicando en cada ocasión que se presente… recordando
que aun hoy, el evangelio es Poder de Dios, para aquel que
creer.
b. Podemos decir juntos: no me avergüenzo, tengo la obligación,
por tanto, anhelo compartir el evangelio con el mundo.
c. Cuantos quieren desafiarse en su vida de diaria de
evangelización, asi como lo hizo Pablo y compartir juntos las
BUENAS NUEVAS. Vamos a orar.

Vous aimerez peut-être aussi