El hombre comenzó a construir barcos y a emprender viajes por el mar
motivado por dos distintos impulsos: el impulso de emigración, o sea, para encontrar tierras mejores donde instalarse, y el impulso de comerciar con otras gentes. Ambas actividades provocaron conflictos y, por consiguiente, nació la necesidad de combatir en el mar. Los tipos fundamentales de barcos o naves, por lo tanto, fueron tres:
Barcos para transportar personas
Barcos de transporte de mercancías Barcos de guerra Los primeros constructores de barcos fueron, al parecer, los ingeniosos egipcios. Se ha encontrado un pequeño modelo en piedra de una nave que data de hace casi 11.000 años.
La evolución del barco
Las naves egipcias eran de vela o de remo y se usaban principalmente para el
transporte a lo largo del río Nilo, de pesadas piedras y troncos, que se utilizaban para la construcción de las pirámides. Las primeras embarcaciones para navegar por el mar, sin embargo, fueron obra de los habitantes de una isla griega, Creta, que comerciaban con muchos países de las costas del Mediterráneo.