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M. ILIN Y E.

SEGAL

COMO El HOMBRE LLEGO

A SER GIGANTE
2,,. EDICION

EDITORIAL EPOCA, S, A.
EMPERADORES No, 185 MEXICO 13, D. I',
Traducción:
NOTA BIOGRAFICA
CARLOS ROVA TI
M. ILIN. autor de LlllRO PRIMERO
DE LECTURA DE LA NUEVA R U S I A
(Moscú tiene un Plan), 100,000 PREGUN-
TAS (Viaje Alrededor de un Cuarto),
NEGRO SOBRE BLANCO (Historia del
ILUSTRACIONES Libro), TRANSFORMANDO LA NOCHE
l>N D!A (Historia del Alumbrado), LAS
A. KOMAROV y E. A FURMAN MONTAAAS Y LOS HOMBRES (Dominio
del Hombre Sobre la Naturaleza), ¿QUE
HORA ES? (Historia del Reloj), y otras
obras interesantes. es un joven ingenie~
ro ruso. hermano de Marschak. el famo~
so cuentista y poeta. Ambos pertenecen
a un grupo de escritores que se dedica
a estudiar ciencia,. historia y la vida so~
la. EDICION 1977. viética y que escribe libros. no sólo para
los niños rusos. sino también para los
obreros y campesinos. De este grupo de
escritores algunos_ son artistas. otro fué
cocinero en el Ejército Rojo, dos de ellos
fueron en su niñez niños sin hogar ni
familia. Todos ellos trabajan juntos. traª
tando de escribir de una manera simple
y sencilla sobre el mundo real en el cual
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGAN1E .. 970-627-003-5 vivimos.

lmpre1:10 t>n México Printed in México


DEDICADO A BORIS
PRE f A C 1 O
Existen muchos libros acerca de la evolución del hom-
bre y del desarrollo de la civilizaci6n. Pero la mayor ¡:x:rr ce
de los que han sido escritos p:lra adultos están escritos por
especialistas pa:ra. especialistas, y la mcryor parte de los
,. ,,,, que han sido_ escritos perra jóvenes tienden a menoscabar
la inteligencia de sus futuros lectores. Sin embargo, es evl-
dente que el adulto en general tiene derecho a una infor-
,mación que no obscmrezca su entendimiento con un alarde
de conocimiento altamente especializado, y que el joven en
general tiene derecho a ser informado considerándole una
edad mental que supere a los cinco años. No es de ningún
modo u.n accidente que para ptoducir esto fueran necesa-
rios un hombre y una mujer educados dentro de una nue-
va civilización, pues esta civilizaci6n era en si misma la
obra de los j6venes: de los jóvenes de años y de coraz6n.
No es extraño que ellos comprendieran, mejor que nos-
otros, cuán fuerte es la necesidad que sienten las personas
jóvenes de conceptos fundamentales, de detalles concretos
combihados adecuadamente don la explicación justa y la
teoría correcta, y que comprendieran también mejor que

11
PlllEFll.CIO
generalizan demasiado lo general para adelantarse de ftZ
nosotros cuón d sdeñosa es la actitud de los jóvenes hacia
en cuando a los hechos, ello es un defecto insignificante,
todo subterfugi,~- / hacia toda evasiva.
si es que en realidad es un defecto. Lo que importa real-
Esta comprensión de la psicologia de la gente joven
mente es que un autor describa la evoluci6n humana en
constituye la caracterlsticu principal de "COMO EL HOM-
una forma veraz, sin esas medias verdades y evasivas que
BRE LLEGO A SER GIGANTE". En nuestra civilización se
se cuelan tan fácilmente en las descripciones académicas y
ha enseñado a los niños durante generaciones que los gi-
profesionales. Los muchachos de ambos sexos, y aquellos
gantes existieron solcnnente en el obscuro amanecer de la
adultos afortunados que poseen un sentido infantil de las
historia, si es que existieron. Será una revelación para ello3
realidades, reclaman que la exposición de los hechos re-
-si en ralidad no lo han sospechado siempre-- que esto
lativos a este fascinante lema sea convincente, que los he-
no es asi; que los gigantes son seres verdaderos, que se
chos ofrezcan un cuadro claro e imparcial de cómo el
convirtieron lentamente en gigantes a través de miríadas
hombre ha alcanzado su estado actual, de las fuerzas de la
de años y mediante miríadas de transformaciones y con -
ignorancia y de la oposición a las cuales tuvo que enfren-
tingencias, y que ellos mismos -los niños- son gigante3
tarse el hombre en el pasado, de cómo las afrontó y cómo
incipientes. En el libro de Ilin y Segal descubrirán que el
debe afrontar las de hoy y de mañana.
hombre empezó como un pigmeo y que sólo adquirió su
estatura gigantesca durante el transcurso de los últimos mi- Todo esto y más encontrarán en este libro. Nosotros los
• viejos sólo podemos envidiar a los jóvenes a quienes les
llares de ciños. Cómo ha realizado ésto, cuáles fueron loG
grandes e importantes períodos de su crecimiento, qué obs- ha sido concedida semejante oportunidad. y lelicitar a la
táculos pusieron en su camino la naturaleza y sus seme- nueva civilización que supo producir autores capaces de
jantes - todos estos hechos están expuestos aquí con ve- escribir tal libro.
racidad y precisión, con una cabal apreciación de cuanto PAUL RADIN.
Profeaor de Antropologta.
constituye transición y evolución verdaderas y de cuanto
Coleqio de Black Moun-
hubo que pagar por ellas.
tain. Black Mountain
Si para los especialistas y los adultos parece algunas No.rth Carolina.
veces que los autores concretan demasiado lo concreto y Noviembre 1° de 1941-

12 13
INDICE DE LOS CAPrroi.os
PAG.
P!IEi' A CIO .. 11
IMTIIODUCCIOll 17
PlllMEllJI PllllTE
COMO SE YllANSFOllMO EL HOMllllE E11 GIGAllTE IKDICE DE 11.US'l'llACIOl'IEll
CllPITULO 1
EN UllA JAULA lllVISllll.E PAG.
CllPITULO 11
NUESTROS REMOTOS ANTEPASADOS, HABITANTES DE LOS
llUEBTllO HEllOE Y SUS P lUllDITES ARBOLES
CAPJTIJLO ID
.,., 61 LLEGABA A TENER UN ENCUENTRO CON UN ENEMIGO
CllPJTIJLO IV TENIA SU PALO Y SU PIEDRA. Y NO ESTABA SOLO .. 63
EL F111 DE Ull M1JllDO Y EL PIUllCIPIO DE OTllO 103
CllPITULO V EL RIO V!VIENTE SE PRECIP!TABA EN EL ABISMO COMO UNA
CATARATA 179
UllA ESCUELA Mll.Elllllllll. 131

SEGUNDA PllllTE AL EXAMINAR...O DESCUBRrMOS QUE ESTE ES UN HOMBRE


CUBIERTO CON UNA PIEL DE BISONTE 195
U\ JUVEllTUl> DEL G!GAllTE
CllPITULO 1 EL CAZADOR TUVO QUE CAMBIAR EL DARDO POR LA FLE-
E11 UNA CASA DESIEllTA 167 CHA SEGURA Y VELOZ 235
CAP!T1n.O 11
UllA COllVEllSACION CON NUESTROS AllTEPASADOS . 203 EL CASER!O ESTA CIRCUNDADO POR UNA ALTA EMPALIZA·
CAPITULOW DA 315
UllA GllAllDIOSA PlliMJI.VERA
TODA LA ALDEA SOUA RECOGER SUS PERTENENCIAS Y SE-
CAPmn.O IV
GUIR A LOS REBA!IOS .. 319
TllES MIL AJIOS DESPUES 265
CAP!T1n.0 V
UllA LUCHA DE MUNDOS . 289
CAP!T1n.O VI
IllSTRUMEllTOS VIVIEllTES
CAPmn.O VII
EL MUNDO SE EllSAllCHA . / .. 347
INTRODUCCION
EL HOMBRE-GIGANTE

Hay un gigante en el mundo.


Tiene manos que pueden lev:antar una locomotora sin
el menor esfuerzo.
Tiene pies que pueden caminar millares de millas en
un solo día.
Tiene alas que pueden transportarlo por encima de lrn
nubes, a una altura mayor a la que puede volar un p6-
jaro.
Tiene aletas tales que puede nadar sobre la superficie
y por debajo del agua mejor que cualquier pez.

Tiene ojos que pueden ver lo invisible, oídos que pue·


den oír lo que está diciendo la gente al otro lado del
mundo.
Es tan fuerte que puede atravesar las montqñas y de-
tener desenfrenadas cataratas en medio de la corriente.
Transforma al mundo de acuerdo con su conveniencia;
planta bosques, une los mares, riega los desiertos.

17
IMTRODUCCIOll

¿Quién es este gigante?


Este gigante es el hombre.
¿Cómo llegó el hombre a ser un gigante?
Eso es lo que les vamos a contar en nuestro libro.
PRIMERA PARTE

COMO SE TRANSFORMO El HOMBRE


EN GIGANTE

18
CAPITULO l

En una Jaula Invisible


Hubo un tiem¡xi en que el hombre no era un gigante.
Era un enano. No era el amo del mundo en qua vivía. Erc1
su esclav.> obediente.

Ero tan impotente ante la naturaleza, tenla tan poca


libertad como cualquier animal salvCije o como cualquier
ave montaraz.

"¿Cómo, -dirán ustedes-, no son libres los animales


salvajes ni las aves montaraces? ¿No salta libre de árbol
en árbol la ardilla salvaje en los booques? 1No está dentn
de ninguna jaula!"

..Y, ¿creen ustedes que un pójaro carpintero que pico-


tea en cualquier abedul que se le antoje estó encadenado
a ese árbol?"

21
COMO EL HOMBllE LLEGO A SER GIGANTE EN UNA JAULA INVISIBLE

Eso parece una tontería considerado osL Porque es muy Tomemos otro pájaro: el piquituerto del ab~lo, por
cierto que nadie vi6 nunca un pájaro carpintero encade-nO- ejemplo. Como el pájaro carpintero, tiene que vivir tam-
do a un árbol o una ardilla salvaje encerrada en una jaula, bién en los bosq:ues. Pero no puede vivir en cualquier bos-
No. Nadie vió eso nunca y nadie lo verá jamás, por-. que que quiera. Tiene que vivir en un lugar poblado de
que la jaula y la cadena son invisibles. abetos. y su primo, el piquituerto del pino, s6lo puede vi-
vir en un -pinar y no en otra clase de bosque.
Hubo ~n tiempo en que el hombre, también, vivía den-
tró de una jaula exactamente invisible como ésa y estab'.l Es exactamente como si el bosque de abetos donde
sujeto por una cadena igualmente invisible. Si queremo:; vive el piquituerto de ese árbol estuviera cubierto' b~n una
saber c6mo logr6 romper la cadena y salir de la jaula jaula invisible que le impidiera salir. Y el piqui~Uerlo del
tendremos que :ir a_ los bosques y ver c6mo viven alH nues-- pino nunca sale tampoco del pinar, como si alrededor de
tros parientes, prisioneros todavía. éste hubiera una muralla alta, invisible, que no pudiera
atravesar o por encima de la cuql no pudiera volar.
Por lo tanto, tenemos que empezar este libro acerca: \ '
del hombre con un recorrido por los bosques y una plá-
UN PASEO POR LOS\BOSQUES
tica sobre los animales salvajes y las aves montaraces.
Por dondequiera que ustedes paseen en los bosques
"LIBBE COMO UN PAJARO" van pasando por estas murallas invisibles. Y cuando tre-
Ustedes han oldo hablar con frecuencia de ser "libre pan a un árb_ol sus cabezas atraviesan techos que no se
como un pájaro". Pero, ¿suponen ustedes que un pájaro ven. Todo bosque está dividido en diferentes corrales y
carpintero es libre? Si fuera "libre" un pájaro podrla volar jaulas como un jardin zoológico, aun cuando ustedes no

a donde se le ocurriera y vivir donde quisiera. Y eso es lo puedan verlos.


que no sucede, precisamente. Traten nada más de llevar a A medida que ustedes caminan por un bosque no pue-
un pájaro carpintero a una pradera sin árboles. Morirla, den dejar de advertir que cambia. Durante un ralo se en-
porque s6lo puede vivir donde hay órboles. Serla exacta- cuentran entre ab~tos, después entre pinos. _Y .se dar6n
mente como si estuviera enccidenado a un árbol por una cuenta de que hay dos clases de pinos: bajos y altos. En
cadena invisible que no puede romper. un sitio caminarán sobr'e mllsgo blanco; en otro, por entre

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COMO EL HOMllllE LLEGO A SER GIGANTE EN UNA JAULA INVISmLE

hierba aita, y después sobre musgo de nuevo, s61o que es- Los bosques de abedul tienen también sus pr:sioneroo,
ta ver; no es musgo blanco sino verde. y nunca los encontrarón iguales en los bosques de abef,)
ni en los pinares. El guaco del abedul. por ejemplo. El
El veraneante no ve en todo esto más que bosques.
nombre de e~ta ave indica su domicilio De su nombre p'ue-
Pero preqúntenle a un guardabosques y les dirá que en rea-
den deducir ustedes que el guaco del abedul sólo pucd :
lidad hay cuatro clases de bosques y no una sola. En lm
vivir en una arboleda de abeduleG, en un bosque fronr:lss..--_
tierras bajas húmedas se encuentran -abetos de copas fron-
dosas que parecen blandos lechos de plumas. Más arriba, Cada bosque es como una jaula. Y esti3?6 grandes jau
en las laderas arenosas, se hallan arboledas de verdes las estón divididas en pequeños corrales y celdas. Por
pinos musgosos, junto con abundantes arbustos de aránda- ejemplo, todos los bosques tienen varios pisos diferentes.
no y gayuba. Más cirriba aún-,- en las cumbres arenosas, se igual que una casa grande de apartamentos l1ay bosqu~;
encuentran los blancos- pinos musgosos, y en los parajes de dos, de tres y hasta de siete pisos.
húmedos vemos de nuevo praderas pobladas de hierbas.
Los bosque de pinos tienen dos pisos, y algunos yeces
Sin saberlo atravesaron ustedes tres murallas que se- tres. En el primer piso est6n los musgos y las hierbas. Lo::;
paraban a cuatfo pequeños mundos. Pasaron por cuatro arbustos y las matas viven en el segundo ;:-iso, y los p1·
jaulas diferentes, cada una de las cuales encerraba a sus
nos en el tercero.
prisioneros.
Un robledal tiene siete pisos El piso rr.é'.s alto, el sé;l'-
Si hubiera rótulos colgando de los árboles del bosque,
timo, lo forman las copas de los robles, de los fresnos, arcas
como los que se ven en un jardin zoológico, los cuales in-
y tilos. Sus copas ondulantes son el techo de los bosques,
dioon los nombres de los diversos animales, leerían ustedes
verde en verano, multicolor en el otoño. Mós abajo, como
en los r6tulos colgantes de los abetos los nombres: Piqui-
a la· mitad de la altura de los robles, se enc•..ientran las ci-
tuerto del Abeto, Pájaro Carpintero de Tres Dedos, Pinzón
mas de los mostellares, de los manzanos y de lo:-, pcrale.3.
Real, Pinz6n, Reyezuelo, Ardilla, Marta y Ratón de Monte.
Este es el sexto piso.
En el r6tulo que cuelga de los pinos leerían nombres
muy diferentes. Alli encontrarian: Chota=bra, Pájaro Car- Después, en el quinto piso, están las rarn.as ~1nñosas y
pintero Rayado, Papamoscas, Tirano Pecho Amarillo, Tordo las hojas de los arbustos: avellanos, espinos, boneteros. De-

24 25
COMO EL HOMBRE llEGO A SEB GIGANTE
EN UNA JAULA INVISIBLE
bajo de los arloc::tos se h"1llan las hierbas y las flores. Pe-
Una cueva excavada en el suelo es una vi viendo in-
ro csté!:1 distribuidas en varios pisos: en el de arriba, eh el
vernal. Traten de tomar la temperatura de un hoyo de 1.2:)
cuartq,. e~./án las campjnulas. En el tercer piso, entre los
a 1,50 m. de profundidad en un helado d!a de invierno.
helechos, florecc:1 los lirios y la tfiguera. Las violetcis y la.'3
Verán que cuando la .temperatura es de 17.7'C en la su-
f:cscs v~vcn en el se.guido piso, y el primero, o sea la plan·
perficie, en el fondo del hoyo es aproximadamente de
lü baja, csLJ: cubierto de tupidos rriusgos. \
7.7'C. Y eso, ¡sin calefacción'
Mós abajo aún, deba;o de la planta baja, hay un só-
Dentro del tronco del roble hace mucho más frfo. Un
tano. Ahi están las ra;ccs de los árboles y de los arbustos.
animal que viviera allí en el invierno se congelarla. Por
Coda uno ·de estos pisos tiene sus propios inquilinos: eso es un excelente lugar en e1 verano, especialmente par.:i
animales salvajes y aves silvestres. Arriba, éntre las ramas los buhos y los murciélagos, los cuales vagan durante la
más altas, tiene su nido el halcón. El pájaro carpintero vive noche y les gusta pasar el dia adormecidos en cualquier
U!1 poco más ab'Jjo, dentro del tronco del roble. En el quin-
rincón obscuro, sombrío.
to piso, entre los arbustos, están los más bullangueros d~
La gente cambia co~ frecuencia de ap:xrtamentos y
todos los inquilinos. Llenan el bosque con sus silbidos Y
se muda de una casa para ~oÍra, de un piso para otro. Per::>
sus cantos: los reyezuelos, los ruiseñores... El inquilino dei
en los boSques los inquilinos de un piso no pueden cam-
primer piso, la chocha, anda vagando por el suelo. Abajo,
biar apartamentos con los inquilinos de otro piso, porqu~"]
en el sótano, los ratones de monte cavan sus túneles y cue-
como ustedes ven,. en. los bosques no hay inquilinos sino
vas subterráneas.
prisioneros. Sus viviendas no son apcrrtamentos; son ca-
Existen apartamentos de todas clases en esta enorm9· labozos.
casa de apartamentos. Los del piso superior son .calientes,
La chocha, que vive en el primer piso, no puede ccrrn-
secos, claros. Los de la planta baja son obscuros, húme-
biar sus ._húmedas y obscuras viviendas por el cobertizo
dos y fríos. Hay apartamentos frescos, buenos solamente
seco y soleado del techo. El halcón no podria vivir de nin-
para el verano, y los hay calientes que pueden ser habi-
gún modo en. la planta baja, aun cuando se le metiera en
tados todo el año.
la cabeza tan disparatada idea.
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27
COMO EL HOMBllE LLEGO A SEll GIGANTE EN UNA JAULA INVISmLE

¿Quó hay realmenle en el fondo de todo esto? ¿Qu·~ piquituerto, durante el transcurso de millares de años,
c!Clse de paredes y techos invisibles son éstos que dividen adap!6 su pico a las condiciones del bosque de abetos,
n los bosques en jaulas y calabozos? ¿Qué es lo que ha- para poder sacar las semillas de la piña del abeto. Logró
ce pr;~ioncros a los animales salvajes y a las aves silves- adaptar:3e con tanto éxito que ahora no solamente es que
t:-r.s que vi~en en libertad? ¿Qué es lo que mantiene al pi· el piquituerto necesita del abeto, sino que los servicios de
l'.'.:¡uituerto del abeto en el bo5quc de abetos, al piquituerto aquél son necesarios para el abeto, pues a medida que va
del pino en el pinar, a la chocha en la planta baja y al recogiendo semillas pata su comida, esparce muchas so-
Páiaro carpintero y al halcón en los pi~os altos? bre el suelo y de ese modo siembra abetos para propor-
cionar las provisiones a las futuras generaciones de piqui-
UNA VISITA AL PIQUITUERTO DEL ABETO tuertos. Esto es lo que hace qu8 sea tan fuerte el vinculo
ertre el abeto y el piquituerto.
Vamos a hacerle una visita al piquituerto del abeto- y
veamos c6mo vive y cómo pasa sus dias. La mejor hora Este pájaro ni siquiera puede hacer un cambio de ho-
de visitarlo ser6 la del desayuno o la de la comida, aun- gar con su pcrriente más cercano, el piquituerto del pino.
que es dificil saber cuándo termina el desayuno para un Porque el pico del piquituerto del abeto es un instrumento
piquituerto y cuándo comienza la comida. Dedica mucho que está precisamente dispuesto para abrir las piñas de!
rnós tiempo a la comida que cualquiera de nosotros. abeto, pero no es suficientemente fuerte para abrir las du~
ras piñas de pino. La extracci6n de las semillas de pino de
Un piquituerto no usa cuchillo ni tenedor p:Jra comer. la piña es la especialidad del piquituerto del pino.
Su ~ervicio de mesa consiste en un par de tenazas y las
Esto es lo que obliga a permanecer al piquituerto del
usa con mucha habilidad para abrir el fruto y sacarle las
abeto en el bosque de abetos y al piquituerto del pino en
semillas. El piquituerto lleva siempre consigo sus utensi-
el pinar. No fué Por propia elección sino por necesidad qu<!
lios de mesa, aun cuando esté dormido, por la muy sen-
el piquituerto del abeto se convirti6 en prisionero y aliado
cilla raz6n de que su propio pico le sirve de tenazas. Este
del bosque de abetos.
pico es tan apropiado para coger las semillas de una pi-
ña de abeto como lo es el cascanueces para romper una Carece de libertad, pero, en oambio, no tieru> el pe-
nuez, o como el saoacorchos para sacar un tapón. El propio ligro de morir de hambre. Nunoa hay escasez de piñas de
COMO El. HOMBl!E 1.1.EGO A 11E11 GIGA111'E EN UNA JAULA INVISIBLE

abeto, ni en invierno ni en verano. EJ piquituerto jamás en gorgojo. Este gorgojo está adaptado al abeto y el pájaro
abandona su abeto, ni siquiera en invierno, pues durante carpintero está adaptado al gorgojo. El pájaro carpintero
lodo el invierno hay gran cantidad de semillas en las pi. tiene la lengua larga y flexible, la cual puede introducirse
ñas de abeto paro proporcionarle alimento. en esos hoyitos ocultos, por más escondidos que estén, Y ~­
car la larva del gorgojo.
PBJS.IONEROS DEL BOSQUE
A_qui tenemos una cadena de. tres eslabones: abeto-
Si visitáramos a los otros prisioneros del bosque, des- gorgojo,..pá:jaro carpintero. !...os científicos llaman a esas
cubrirlamos que cada uno de ellos está alado a su propio cadenas "cadenas de alimento". Todos los prisioneros di:=l
bosque especial, mantenido en su Propio piso especial me-
bosque están unidos por esas cadenas de alimento
diante una cadena que no es fácil de romper.
Tomemos la marta, por eje?mplo. ¿Por qué vive en el
La chocha, por ejemplo, vive en la planta baja por-
bosque? Porque caza a otro de los habitantes del bosqu~:
que encuentra su alimento en el s6tano. Su largo pico está
la ardilla. Esta vive en el bosque porque ése es el único lugar
especialmente dispuesto paro sacar lombrices del subsue-
donde ella puede encontrar el alimento que debe comer.
lo. No sabrla qué hacer en un árbol. Por eso nunca verán
Una vez unos cazadores abrieron los est6magos de las a!'·
ustedes a una chocha instalada en la éopa de un árbol.
dillas que hablan matado en una selva virgen para ver qué
Y un pájaro carpintero no sabrla que hacer en el suelo.
clase de alimento comian esas ardillas en su restaurant sil·
Durante periodos de dlas enteros se está moviendo alrede-
dor del tronco de algún abeto o de un abedul. ¿Qué está vestre. El menú resultó ser semillas de abeto y hongos. As!
picoteando alli? ¿Qué es lo que busca? tenemos otro eslabonamiento: marta-ardilla-hongos-semillas
de abeto.
Si ustedes arrancaran la. corteza de un abeto verían
caminitos quebrados cavados alrededor del tronco, preci- Podrlamos seguir alargando esta cadena. Hemos vis-
samente debajo de la corteza. Los hizo un gusanito, un pa- to por qué la marta y la ardilla viven en los bosques. Pero,
rásito del abeto, el gorgojo del abeto. Cada camino termi- ¿por qué se producen los hongos en los bosques? Todos
na en un hoyito en forma de cuna· y en esta cuna la larva nosotros hemos recogido hongos alguna vez. Pero todos
del gorgojo se transforma primero en crisálida y despuée no nos hemos hecho la pregunta:

30 31
COMO EL HOMBRE LLEGO JI. SEB GIGANTE
EN UNA JAIJLJI. INVISmLE
¿Por qué se producen los hongos en los bosques Y le es necesario por una razón muy diferente. Le sirve de
no en las playas?'' almacén. El almacena las bellotas en las concdvidcdes del
Los hongos nacen en los bosques necesariamente, asi tronco del pino para proveerse cuando ya no hay en los
como los pójaros y los animales de los cuales hemos es- robles.
tado hablando, porque es allí donde encuentran su ali-
mento. Porque los hongos viven de alimentos preparados, 1NO HAY PASO!
alimentos que han sido almacenados por las plantas. La
tierra de un bosque está llena de fragmentos podridos dd El mundo del bosque es uno de los muchos Pf'queños
hierba, hojas, musgo. Los hongos viven de esta materia en mundos que forman el mundo. En toda la tierra, lo mismo
putrefacción. Por eso existe siempre un olor a algo rhohoso que en los bosques, hay praderas, desiertos, montañas,
y podrido en un lugar donde crecen hongos. tundras, mares y lagos. En cada. pradera, como en cada
bosque, hay murallas invisibles que limitan las divisiones
De este modo agregamos otro eslab6n a nuestra ca·
de la pradera. Todo mar tiene varios pisos submarinos.
dena: marta-0rdilla-hongos-vegetación podrida. La marta
no come hongos, pero sin embargo está vinculada a ellos En las playas del Mar Negro hay ocho de esos pisos.
por esta cadena de alimentos. S6lo que esos pisos se cuentan de arriba hacia ahai<r~
lugar de contarlos desde el fondo. El p;imer piso, cerca de
La cadena de alimentos es el medio por el cual pasa
de una cosa a otra la energía solar, almacenada y absorbi-
donde los riscos se hunden en la 'superficie del agua, está
da por las plantas que crecen.
el hogar de las anémonas de mar, de los cangrejos y de
los percebes. Abajo, en el segundo piso, los cangrejos
Pero esta cadena de alimentos no es lo único que re- ermitaños vagan por el fondo arenoso y los peces sultanes
tiene a los prisioneros del bosque. Existen también otras
se entierran en la arena. Las ostras viven más abajo, en
cadenas. Hay dos que hacen que el pájaro carpintero de
el cuarto piso. El último piso, en el fondo, está lleno de gas
California sea prisionero del bosque: una lo ata al roble,
venenoso, de hidr6genc sulfurado. Pero este mismo piso
el cual proporciona una amplia provisión de bellotas para
no está vado. Está habitado por bacterias que han llegado
su alim(:onto; la otra lo ata al pino amarillo. El pájaro car-
a adaptarse a la vida en esta atm6sfera venenosa. Lo quc,
pintero no come las semillas de este árbol, pero el pino
es mortal para otras criaturas es para ellas el aliento vital.
32
33
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

En el mundo hay cerca de un millón de clases___ Q.ife-ren ·


tes de criaturas vivientes, cada una de las cuales vive en
su propio pequeño mundo, al cual se ha adaptado. Algu-
nas viven en el agua, otras en la tierra seca. Unas no pue-
den soportar la luz y a otras no les gusta la obscuridad.
Algunas se entierran en la arena candente, otras sólo
pueden vivir en un pantano. Donde para algunas está co-
locado el aviso de "¡Prohibido el Paso!", encuentran otras
el rótulo que dice "¡Entrada!"
Los pájaros prosperan donde perecerían los peces. Uri.
sitio que esté completamente· cubierto de árboles es terre-
no accesible para el musgo, porque éste ama la sombra,
mientras que los árboles necesitan luz.

En el mundo no hay un solo sitio libre, un solo sitio


donde no haya penetrado la vida. Una clase de vida ·pue-
de no prosperar donde otra puede. En los polos y en el
ecuador, en las cumbres de las montañas y en el fondo
del mar, dondequiera hay seres vivientes cuyos hogares
están alll, y que no podrían vivir en ninguna otra parte.

Si ustedes llevaran un oso polar a una selva tropical


moriría, de igual modo que si hubiera sido metido en un
baño turco, porque lleva un abrigo _ de piel que no ~e pue-
de quitar. En ccnnbio~ el elefante, ·nativo de de los tr6picos,
se congelarla hasta morir si lo llevaran al Artico, porque
anda desnuq,o como si eri todo momento se fuera a bañar.

34 Nueatto1 rtmotos anrepaJWdos, babitanrts dfl lo~ i<bol1111.


EN UNA JAULA INVISIBLE

Sólo hay un lugar en el mundo donde ustedes pueden


ver animales de todas las latitudes, animales de las pra-
deras y de los bosques, viviendo a pocos pasos unos de
otros. Ese lugar es un jardin zoológico.
En él se encuentra al Africa del Sur al lado de Austra-
lia, y a Australia a unos cuantos pasos de la América del
Norte. Animales dé todo el mundo están juntos, pero n3
se reunieron alli espontáneamente. Fué el hombre quien
los reunió.
Y, fcuémtas mortificaciones le causa su colección! A ca~
da animal hay que crearle un ambiente tan parecido como
sea posible al que está acostumbrado. Para uno un pozo
representa el océano; otro dispone de un desierto de seis
metros cuadrados. Además, hay que alimentar a todos los
animales e impedir que se coman unos, a otros. El oso po-
lar debe tener un baño de agua fria; el mono, uno calien ·
te. El le6n tiene que recibir su ración regular de carne
cruda todos los díás, y el aguila necesita espacio para ex-
tender sus alas. Todos estos animales deben tener la clase
de lugares a los cuales han estado habituados, o si no
morirán.

Ahora bien, ¿qué clase de animal es el hombre: un


habitante de las llanuras, un morador de los bosques, o
un hábitante de las montañas? ¿Llamamos "hombre del
bosque" a un hombre que vive en el bosque, o le decimos
EN UNA JAULA JNVJSIBLE
COMO El. HOMB!IE 1.1.EGO A SElll GIGJ!NTE
¡HE JI.QUI JI. VUESTROS Jl.NTEPASJl.DOS!
"hombre del pantano" a uno que vive en un lugar pan-
Hace millones de años, en lugar de los bosques de ro-
tanoso?
ble, de álamo, de haya, como los que tenemos hoy, los bos-
1No! ques eran del lodo diferentes. Estaban llenos, además, de
Porque el hombre que está viviendo en el bosque pue- animales de especi'es enteramente diferentes, y de dife-
de vivir tcnnbién en las llanuras, y al que está viviendo en rentes clases de arbustos, hierbas y helechos. En estos re-
la región pantanosa le encantará cambiarse para un lugar motos bosques el abedul, el tilo y el fresno credan al lado
seco. del mirto, del laurel y de la magnolia. El nogal era vecino
de la vid. Junio al sauce llorón luaian sus flores brillantes
El hombre vive en todas partes. Dillcilmente hay un
los alcanforeros. Los poderosos robles parecían enanos al
lugar en el mundo donde él no haya penetrado; dif!cilmen-
lado de estos árboles gigantescos.
te se encuentra un Jugar donde esté colocado para él el
aviso de "Prohibido el Paso". Papinin, el explorador ártico, Siguiendo nuestra comparación de un bosque con una
y sus compañeros, vivieron durante nueve meses en un casa, tendriamos que decir que este bosque no es una ca-
témpano de hielo flotante. Y si hubieran tenido que em- sa cualquiera sino un verdadero rascacielos. Los pisos su-
prender un viaje al centro de un desierto candente, hubie- periores del rascacielos estaban llenos de luz y de sonido.
ran podido hacerlo con el mismo buen éxito. Pájaros de vivos colores volaban entre las enormes flores
resplandecientes, llenando el aire con sus gritos agudos, y
. El hombre ha penetrado a todas partes: ha subido "
los monos se niecían en las ramas y se columpiaban ale-
las cimas de los montañas más altas, se · ha aventurado gremente de uno a otro árbol.
hasta el fondo del mar, ha cruzado el desierto de Sahara,
ha explorado las inmenóidades heladas del Artico, haba- Una horda de monos corria por las ramas como si éstas
jado a las entrañas de la tierra y se ha remontado a la fú.eran un puente. Las madres, abr~zando a sus pequeña:;
eatratósfera. contra el pecho, les llenaban la boca de frutas y nueces
masticadas. Los hijos mayores se colgaban de las piernas
Pero no siempre fué así. Eso no sucedia en aquellos d~ la madre. El viejo y peludo jefe de la banda se subla
dias en que el hombre no era lqn libre ni tan poderoso alegremente al tronco de un árbol. Los demás lo regulan.
wmo lo es ahora.
39
38
COMO EL HOMBI!E LLEGO A SER GIGANTE
EN UNA JAULA INVISmLE
¿Qué clase de monos son éstos?
Nuestro antepasado estaba encadenado al bosque ll')
Son de una especie que ustedes no encontrarán hoy
por una cadena, sino lo menos por tres, y no solamente :il
en ningún jardín zoológico. E'ran de la especie de simio:.
bosque sino al piso mós alto de la selva. ¿Cómo logró el
de la cual resultó el hombre, el chimpancé y el gorila. He-
hombre romper estas cadenas? ¿Cómo se atrevió este ani-
mos encontrado a nuestros remotos antepcsados habitan-
tes de los árboles. mal selvático a aventurarse fuera de su jaula, a traspasar
los confines del bosque?
Nuestros progenitbres vivían, con10 el pájaro carpin-·
tero, en los pisos más altos del bosque. Estas criaturas,_ que
debian transformarse en hombres, caminaban por las ra-
mas de los árboles como si éstas fueran puentes, galerías y
balcones a muchos metros del suelo. El bosque era su ho-
gar. De noche hacían sus camas en las horquetas de los
árboles.

El bosque era su fortaleza. En lo alto, entre las ramas,


se ocultaban de su :rriortal enemigo, el tigre de dientes co-
mo sablés y de colmillos largos como puñales.
El bosque era su almacén. Arriba, entre las ramas, ha-
bla depósitos de frutas y nueces que constitulan su ali-
mento.

Pero para subir a la azotea del bosque, tuvieron qu9


adaptarse a él, llegar a ser tales que pudieran agarrar lá-
cilffiente las ramas, correr con paso firme por los tronCos de
los árboles, saltar de uno a otro árbol, coger el fruto y
arrancarlo, romper las nueces. Debían tener dedos pren-
siles, vista penetrante, dientes fuertes.

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41
CAPITULO ll

Nuestro Héroe y 51..15 Parientes

Los autores de hace algunas generaciones sollan ser


muy meticulosos cuando se ponlan a escribir acerca de la
vida y aventuras de su héroe. En los primeros cap!iulos
encontrarla el lector todo lo relacionado· con el protago-
nista y sus parientes. Cuando lela las primeras páginas
sabia exactamente cómo veslla la abuela del protagonista
cuando era moza, y qué soñaba su madre por las noches
antes de casarse. Después sollan seguir descripciones de-
talladas del primer diente del héroe, de sus primeras pa..
labras, de sus primeros pasos, de sus primeras e inocentes
travesuras.
Al cabo de unos diez capitulos el protagonista entra-
ª Ja escuela, y al linal del segundo volumen se enamo-
43
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE NUESTRO HEllOE Y SUS PAlllENTES

raba. En el tercer volumen, después de vencer toda clase cuantos huesos y dos puñados de dientes que han sido ha-
de obstáculos, se cas0ba, y la novela terminaba con un llados en diferentes lugares de Africa, Asia y Europa.
epilogo en el cual aparecían el héroe y su esposa, con el Estamos acostumbrados a ver a las abuelas sin dien-
cabello empezando ya a encanecer, contemplando los pri- tes. Ahora tenemos el caso de los dientes sin la abuela.
meros pasos inseguros de su nieto. de rosadas mejillas.
En el momento en que el hombre, desde hace mucho
En este libro vamos a relatar la vida y las aventura:.; tiempo, ha abandonado las selvas tropicales y se yergue
del hombre. Siguiendo el ejemplo de los apreciables nove sobre sus pies, en el sentido literal de estas palabras, sus
listas de aquellos dias, vamos a hacer un relato acerca de parientes más cercanos -los gorilas, chimpancés, los gibo-
los remotos antepasados de nuestro héroe, acerca de sus nes y los orangutanes- permanecen todavla comd anima-
parientes más cercano_s, de su primera aparición en la tie- les salvajes en la selva. El hombre es un poco renuente a
rra y de cómo aprendió a caminar, a hablar, a pensar; u!1 pensar en su humilde parentela. Hasta trata, algunas ve-
relato de sus luchaS ·para vivir, ·de sus tristezas y de sus ces, de rechazar su parentesco. Algunas gentes consideran
alegrías, de sus victorias ~r derrotas. incluso un insulto la alusión al hecho de l:¡ue el hombre y
el chimpancé tienen una tatarabuela que les es común.
Debemos confeSar que para empezar tropezamos con
las más serias dificultades. Hace algunos años hubo un proceso por esa causa. Un
maestro de escuela fué llevado ante un tribunal y proce-
¿Cómo podemos describir a la abuela, a la abuela sado porque se habla atrevido a hablarles a sus alumnos
mona de quien él es un descendiente directo, si durante sobre el parentesco del hombre con el mono. Gran núme-
siglos y más siglos no ha existido tal persona en eJ. mun- ro de ciudadanos respetables se echaron a la ca:!e llevan-
do? No disponemos de retratos de ella por la muy sencilla do brazaletes que dedan:
razón de· que, como ustedes saben, los monos no saben
dibujar. Sólo en un museo p6demos !elacionarnos con esos ¡NO SOMOS MONOS Y NOS NEGAMOS A DESCEN-
antepasados de quienes hablábamos en el capítulo ante- DER DE MONOS!
rior. Y aun en un museo será impciSible encontrar uno que El pobre maestro de escuela, quien no tuvo ni la más
esté completo. Porque todo cuanto queda de ellos son unos remota idea de tratar de convertir a estos asnos en monos,
44 45
lué completamente apabullado por el populacho que lle·
g6 a lanzar acusaciones contra él. Cuando esta!Y.x siendo Hace algunos años, en Ja aldea de Kotushy (hoy Pavlov)
intimidado con las amenazadoras preguntas que le hacla fueron llevados al laboratorie del cienlifico !van Petrovich
el juez, debi6 haber pensado: Pavlov dos chimpancés: Rosa y Rafael.
"¡Este juez debe haber perdido los sesos! De igua;
La gente por lo general no es muy cortés con sus po-
modo podrlan procesarlo a uno por causa de la tabla de
bres ¡xtrientes de la selva cuando vienen de visita. Lo pri-
multiplicar!"
mero que hace es meterlos en una jaula. Pero en esta oca-
El proceso se llev6 a cabo con todas las lormalidadee sión estos huéspedes procedentes de las selvas africanm
legales. Después de que los testigos hubieron prestado recibieron la más hospitalaria bienvenida. Todo un piso fué
declaración, se pregunt6 al acusado si quería agregar al- puesto a su disposición: alcoba, comedor, baño, oficina y
go. Entonces el juez ley6 el veredicto: cuarto de recreo. Había dos hermosas camas en la alcoba,
1.-Ha sido probado que no existe parentesco alguno con una mesa de noche a la cabecera de cada una. La
entre los hombres y los monos. mesa del comedor estaba cubierta con un blanco mantel
y los estantes de la alacena estaban bien repletos de pro-
2.-Se multa al acusado con cien dólares.
visiones.
As! abolió un juez de Tennessee toda la doctrina cien-
llfica del origen del hombre tal como lué establecida por Nada babia en su atractivo apartamento queJes recor-
Darwin y otros hombres de ciencia. dara que no eran seres humanos sino monos. En la mesa
Pero los hechos son cosas tenaces. No pueden ser abo- les ponian cuchillos, tenedores y cucharas. Sus camas te-
lidos por decreto judicial. man frazadas, sábanas y almohadas. Es cierto que los invi·
Podr!amos llenar nuesn;o libro con pruebas del paren- tados no siempre se conducían con la co:ffipostura conve-
l~sco del hombre con el mono. Pero aun prescindiendo da niente. A Ja hora de Ja comida solian poner a un lado las
estas pruebas cientificas, este parentesco es del todo evi- cucharas y lamerse el pudin del plato. De noche, en lugar
dente para el mós imparcial observador que haya visto de poner la cabeza sobre las almohadas, ponian las al.
odguna vez un chimpancé o un orangután. mohadas sobre la =haza.

46 47
COMO El. HOMBRE LLEGO A SEll GIGANTE
NUESTRO HEROE Y SUS PARIENTES
Pero si Rosa y Rafael no se comportaban exactamente
de su alcance. Las úni'cas cosas que habia en el charto, a
como gente, casi lo haclan. Rosa, por ejemplo, pocila ma-
las cuales se podía trepar, eran los cubos. Pero aun cuando
nejar las llaves de la alacena tan bien como cualquier ama
se subiera al trozo más grande, todavía no podía alcanzar
de casa. El guardión generalmente guardaba las llaves
los albaricoques.
en su bolsillo. Rosa se subía solapadamente detrás de él
y deslizaba la mano en su bolsa. Entonces salia corriend;> D:l!1doles vuelta una y otra vez a los cubos Rafael-hi-
para el comedor, iba directamente a la alacena y se sen. zo un d'escubrimiento aCcidental: que si se ponían los da--
tada en una silla frente a·sus puertas de vidrio. Detr6s de dos uno encima de otro se llegaba más cerca de los alba-
esas puertas de vidrio habla tentadores pkrtones de alba· ricoques. Poco a poCo logró- hacer una Pir6:m:íde con tres
ricoques y uvas. Cuidadosamente metia la llave en la ce- cubos, después" con cUatro, y finaimen-te con cinco. Este
rradura, le daba una rópida vu~lta y cogía el codiciado no fué un trabajo fácil para él. No podfa acomodarlos al
racimo de uvas. azar. Tenían ·que ser colocados en cierto orden: el más
grande-- abajo, de¿puGS uno más pequeño, y en ese orde;i
¡Y s1 vieran a Rafael! Era de verlo durante sus leccio- hasta colocar -el más ·pequeño de todos.
nes. Su equipo consistia de una cubeta de albaricoquoo
y de unos cubos de diferentes tamaños. Los cubos eran Una y otra vez· incurria en el error de querer colocar
mucho m6s grandes que los que u~an los niños para jugar. los más grandes sobre los más pequeños y todo aquello
El m6s pequeño era por lo menos tan alto como un ban- tambaleaba dmenazadoramente. Parecía como si lu piró--
quillo. La cubeta de albaricoques colgaba en alto fuera mide iba a desplomarse arrastrando ·consigo a Rafael; pe-
de su alcance. El problema consistia en alcanzarla y co- ro esto nunca· sucedió porque, como verán ustedes, Rafael
merse los albaricoques. era "tan ágil como un mono".

Al principio Rafael fué totalmente incapaz de resol- Por fin resolvió el problema. Amontonó los siete blo-
ver este dificil problema. Allá en su hogar del bosque se ques uno encima de otro por orden de tamaño, exactamen-
habla trepado con frecuencia .a los árboles para coger las te como si todos hubieran estado numerados y él htibiéro
frutas que querla. Pero .aqu1 las frutas no colgaban de leido los números marcados en elios.
una rama; estaban suspendidas muy alto en el aire fuero Al fin alcanzó la cubeta, y alll, encima de Ja tambalean.

49
NlJEST!lO llEllOE Y SUS PAll!ENTES
COMO EL HOM!lllE LLEGO A SEli GIGANTE
larse a la mesa Y a tomar la sopa sin derramarla sobre
le pirámide, puso la fiesta con los bien ganados albarico-
el mantel. Hasta aprendió a deslizarse por una colina en
ques. un trineo.
¿Qué otro animal se habría comportado en esta for- Pero no se transformó en un ser humano.
ma humana? ¿'Pueden imaginarse ustedes a un perro cons-
Es féicil ver por qué. Un chimpancé está formad d
truyendo una pirámide de bloques? Sin embargo, uste- manera muy diferente a un ser humano S o e
des saben que el perro es un animal muy inteligente. d'f · . · us manos son
i erentes. Sus pies y piernas también · Jgualmente si.J ce-
re b ro. Su lengua es diferente.
Era sencillamente asombroso observar cuánto se ase·
mejaba Rafael a una persona mientras estaba trabajan· d d Observen . la boca de un chimpance~.......
, pero con cui.
do. Levantaba un bloque, se lo ponla en el hombro y, a o. Los chimpancés muerden duro. Verán qu b
ca no h . - e en su o-
equilibrándolo con la mano, lo colocaba en la pirámide. Si ay espacio para que la lengua se mueva mucho
y el poco espacio .
que hay está ocupad0 por sus grandes.
el bloque no era el indicado, lo dejaba .de nuevo en el
welo y se sentaba sobre él como si estuviera pensando qué dien tes.
hacer. Después de algunos momentos de descanso se po· Este solo hecho de que no haya espacio en su boca pa-
nla a trabajar otra vez y entonces corregia los errores que ra que la ~engua se mueva libremente, hace imposible
habla cometido. que aprendiera a hablar alguna vez e d
m habl · uan o un ser hu-
ano a, su lengua tiene que ejecutar la más ¡·
cada · . comp i ·
l gimnasia: arquearse, sacudirse, pegarse contra el pa-·
Entonces, ¿puede un chimpancé aprender a caminar, adar, relr~ceder para dejar que el sonido salga de la gar-
a hablar, a pensar y a trabajar como un ser humano? ganta, y viceversa, adelantarse y pegarse centra los dien-
tes superiores. Tiene que haber espacio paro t d
Es"6 fué el sueño de un lamoso amaestrador de ani- acroba · . _ . o as estas
cias y e 1 chimpancé tiene muy poco lugar libre
males. Se afanó en todas las formas para educar a un la boca. en
chimpancé llamado Mimtls. Mimus dió muestras de ser
También es oomp!etamenle imposible ~ un chim·
un diidpulo de lo mós inteligente: aprendió a usar la cu- pancé '-'-' .---
~~,ar con las manos como lo hace un nr 11....
dliara. a aiCmle una corbata alrededor del cuello, a sen-
SI
50
......
COMO EL HOMB:IB LLEGO .~ SEll GIGANTE NUESTRO HEROE y SUS PARIENTES

mano, porque sus manos son completamente diferentes de circunvoluciones que el cerebro hu mano. S e ncces,t:-i-
.
de las manos del hombre. El pulgar de un chimpancé e.s ¡on centenares
. de rnillares de años para que un mono ~,,,
más pequeño que su dedo meñique. No está tdrí distante convirtiera
. en hombr
- ~~
e. p or este: sola razón de la dileren-

d un lado corno en nuestras manos, y- el pulgar es preci - cra entre sus cerebros, es _imposible enseñar a un chin1-
samente el más útil de los cinco dedos. Es el cap:ItCIZ de pancé a pensar como un ser humano. -
esa brigada de cinco obreros que. llamarnos manos. El Los movimientos desordenados de los cl't.I"pa nces
• ,
'
1 il ;:,o;i
pulgar puede enfrentarse a cualquiera de los otros dedos. clara expres1on del carácter caót_íco de la actividad de su~~
o a todos elles juntos. Por eso nuestras manos pueden co- cerebros, absolutamente en contraste con el trabajo ordc:
ger con tanta habilidad muchas clases diferentes de instru · nado y CQncen1rado del cerebro humano.
mentas. Sin embargo, el chimpancé es lo bastante inteligente y
La rri.ano de un chimpancé se p:rrece m6s al pie de está· bastante bien formado para llevar su vida "'
d =·~=
un ho1nbre. Cuando quiere arrancar alguna fruta de un ár· riqueras nativas, en el bosqUe, en ese pequeño mundo
bol, el chimpancé generalmente se mantiene sobre la ra- a~ cual se ha adaptado durante el curso de millones d>.?
ma con las manos y agarra la: fruta con un pie. Y cuando anos.
camina sobre el suelo se apoya con las manos. Es decir, Una vez un director de pelícuias fué a tomar
utiliza a menudo los pies como_ ~anos y las roanos c:orno cenas dG Ros
~ y
Ra fael . Ins1sho
. . -,_ , unas es
en que en una de las e:,;-
pies·. cenas aparecieran ellos jugOndo libremente fuera d
habit · A ,. e su';
¿Cuárcto trabajo suponen ustedes que pcdría realiza1 aciones. s1 es que los sacaron. En _el momento ~
un ser hu mano si tratara de hacer con los pies lo que hace que se vieron
. rb
l res se fueron directamente al árbol -"
,~
cercano • se tre paran por el tronco y empezaron a salta ma."
con las m~nos, y viceversa? rl
unarama a o t ra, emitiendo
.. sonidos inarüculados con g:-anre
Pero además· de la constitución de la lengua, de loo j ·[ S
0 egr a. ~ casa en un árbol -qu"'
e sentían mucho rrtár,__, en .,u
pies y de las manos, hay todav!a algo más importah\e que
en su hermoso Y, cómodo apartamentito. ' ~
olvidan los damadores que tratan.de transformar a los chim-
pancés en seres humanos. Olvidcm que el cerebTo de un más En
altosu tierra,- en Africa, el chimpance/ vive
. .
en el piso
chimpancé es mucho más pequeño y tiene un-número menor del bosque. Construye su hogar entre las ramas

52 53
NUESTRO l!EllOE Y SUS PA!llEll'l'ES
COMO EL HOMBRE Ll.EGO A SER GIGANTE
NUESTRO HEIIOE APRENDE A CAMINAR
Se ampara contra sus enemigos entre las copas de l05
Crboles. Encuentra su alimento, frutas y nueces, en los Nuestro hombre del bosque no se !ibert6 de su jaula
árboles. Está tan acostumbrado a vivir en los órboles que de la selva en un sólo df.a ni en un solo ciio. Transcurri&-
puede correr por los- troncos mucho rnc;or quG por el sue- ron' ceritenares de millares de años antes de que fuera su-
lo. I'Tunca encontrarán ustedes chimpancP,s donde no ha·· ficientemente libre -para salir de los bosques e internarse
yo árboles. en las llanura$ sin árboles.

Un cientifico fué a Camerún, en Africa, para obs>?I- Lo primero que tuvo que hacer para romper la cadena
var cómo vivían los chimpanc<?s en sus madrigueras nati- que lo alaba a la vida de la selva fué bajar de las copas
vas. Atrapó a doce de ellos y los instal6 en un bosque pró- de los árboles y aprender a caminar en el suelo.
ximo a ;su rancho, de modo que se sintieran como en su
casa. Para impedir que. se escaparan les construyó- una Ni siquiera hoy es fácil para un ser humano apren..
enorm:e jaula invisible. Esta jaula fué construida sólo con der a caminar. Quien haya visitado una casa-cuna sabe
dos herramientas: un hacha y una sierra. Todo cuanto hizo que en ellas hay salones especiales llamados "Gateado-
fué cortar los árboles comprendidos en una considerable fa- res''. Los gateadores son aquellos. niños que han aprendi.-
ja alrededor de ur;a grc:n extensión de bosque, dejando una d'.) a moverse de un sitio a otro pero que todavia no saben
isla de árboles en medio de un gran espacio descubierto. carninar. Se necesitan varios meses para- que un gatea-
En estos árboles instaló a los chimpancés. dor salga de su salón e ingrese al de los caminadores. No
es ninguna tontería caminar en el suelO sin apoyar en él las
Sus cálculos eran correctos. El chimpcincé es un ani-
manos ni agarrarse de algo que esté al ·alcance. Es mucho
m;::tl selvó:tico. Eso quiere decir que jamás abandona el
más dificil que aprender a andar en bicicleta.
bosque por su propia voluntad. Es tan imposible estable~
cer a un chimpancé en un lugar desprovisto de árboles Pero los pocos meses que necesita un niño para apren-
como a un. ·oso polar en un desierto. der a caminar son nada en comparación con los millares
de años que necesitó nuestro antepasado para aprender
Ahora bien, si un chimpancé no puede abandonar el
bosque, ¿cómo fué que su pariente, el hombre, pudo sa- a hacerlo. Es cierto que cuando aún vivía en las copcm de
los árboles, bajaba algunas veces al suelo por un rato.
lir de alll?
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54
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE NUESTllO HE!IOE Y SUS PAlllENTES

Puede serque no siempre apoyara lc::is_mano~ en_ el suelo si· los ratones -y los topos estaban habituados a con1er Al
no que diera __ -~os o tres pasos con sus piernas traseras. principio comia esta clase de alimento solamente cuand-:>
tal como lo hace a veces un chimpancé. habia escasez de su propia especie de comida, cuand0
el bosque habla sido despojado do las !rulas y nueceo
¡Pero dos o tres pasos es algo muy diferente de cin
por las bandas de monos. Poco después, cuando se hu-
cuenta o cien!_ Eso supone un esfuerzo largo y persistente
bo habítuado más a este nuevo alimento, bajaba con m'l
Desde luego que nuestro antepasado podría haber conti-
yor Jrecuencia de los 6rboles a buscarlo Escarbaba el
nuado siendo un animal cuadrúpedo. Pero entonces no
suelo en busca de tubérculos y raíces y los sacaba con
habria sido hombre. Como hombre no podía usar las ma·
ayuda de un palo. Ayudándose con una piedra abrla a
nbs para caminar: las necesitaba para muchos otros usos.
golpes los tocones de los troncos y sacaba de ellos las lar
LOS PIES DEJAN LIBRES A LAS MANOS PARA TRABAJAR vas de los ins,ectos.
Cuando aún viyia en los árboles, nuestro tatara- Si debia tener las manos libres para trabajar, nece'5i.
buelo aprendió a usar las manos en forma dife-:-ente de taba librarlas de ese otro trabajo de caminar. Cuanto
los pies. Con las manos éogia las frutas y las nueces y más se ocuparan las manos en el trabajo, tanto más debiar,
construla su casa en las horquetas de los árboles. ocuparse los pies en caminar.
De este modo las manos pusieron a los pies a cam'-
· Pero la mano que podí:i: coger un pedazo de fruta o
nar Y los pies dejaron a las manos en libertad de traba
una nuez podia agarrar también una piedra o un pclo. Y )dr. y apareció en la tierra una nueva especie de cr\a.
cuando se tiene en la mano un palo o una piedra, es como tuta: una criatura que caminaba sobre sus extremidade3
si la mano se-· hubiera alargado o se hubiera hecho más posteriores y trabajaba con las anteriores.
Juerte.
Esta criatura se asemejaba mucho todavía a un ant-
Con una piedra se puede romper una nuez de cáscara
mal. Pero si ustedes hubieran visto cómo manejaba un
dura que no se podría quebrar con los dientes. Con un pa- palo o una piedra habrian dicho al instante: "Este animci
lo se pueden desenterrar ralees comestibles. ha empezado a transiormarse ya en hombre". Porque eo
A.si, poco a poco, nuestro antepasado empezó a agre- un hecho, como ustedes saben, quo sólo el hombre soba
gar nuevos productos a su alimento: cosas que los pájaro", rhanejar instrumentos. Los animales no los tienen.

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COMO El. llOMllllE LLEGO A SEll GIGllNl'E NUES'l'llO !IEilOE Y !IUS PJlBlDl'l'Ell

Cuando un topo o una musaraña escarban el suelo, trio dejando caer sus hojas-en invierno. Estos 6-rboles apa-
nunca emplean un azadón; usan las patCIS. Cuando un ratón rentemente cesan la lu..__~1a durante el invierno Y mueren
hace un corte en un árbol o lo roe, no utiliza un cuchillo. mientras tanto, pero pc1ra renacer a la vida en p,.imavera
lo hace con sus propios dientes_. - El pájaro carpintero no Las higuer~ y las vides se retiraron ante Cl ido Y se
emplea una broca para hacer hoyos en la cortezq de un 6r- ocultaren en las cañadas y en las faldas meridionales El
bol; utiliza su propio pico. Hnüte· de la selva tropical siguió desplazándose cada ve:r
Pues bien, nuestro tatarabuelo no térúa pico que le más hacia el Sur. Y los habitantes del bosque se tras·
sirviera de broca, ni patas que pudiera usar como azada· ladaron al Sur con la floresta. El mastodonte, ab1_;elo del
nes, ni dj_entes incisivos afilados como cuchillos. Pero te- elefante, desapareció. El tigre de dientes como scb¡es se
nla algo mejor que cualesquiera inCisivos y colmillos. Te- :•üzo cada vez mó.c; raro.
nia manos. Y estas manos podian proporcionarle dientes Donde antiguamente había existido una intrincada ma-
de piedra y garras de madera. raTia de maleza, aparecian ahora espacios descubiertos
entre los árboles; donde se apacentaban grandes manadas
NUESTIIO HEROE DESCIENDE A LA TIERRA de ciervos y rinocerontes. De los monos, algunos qued:i-
Mientras ocurrian todas estas cosas, el clima de la tie- ron y algunos desaparecieron.
rra iba cambiando gradualmente. Las extensiones hela- t1o era f6cil adaptarse a estas nuevas condiciones. -El
das del lejano_ Norte se iban desplazando hacia el Sur. Las alimento apropiado para los monos escaseaba constante-
montañas hacian bajar sus picos nevados en sus cumbres. mente. Había menos v,ides; y era m6s :difícil encontrar ba-
Las noches se iban haciehdo más frescas en el hogar sel- ncinos e higueras. También se dificultó mé:s viajar por los
vé:tico de nuestro antepasado, y los inviernos iban siendc bosaues, de uno a otro 6rbol. Había que atravesar espacios
más frias. El clima era todavia cálido, pero ya no podia descubiertos entre macizos de érrboles. Caminar por el suelo
decirse que fuera tórrido. era bastante difícil de por si para un morador de los érrboles
En las faldas_ septentrionales de las montañas las pal- pero había que agregar la dificultad de tener que mante-
mas siempre verdes, las magnolias y los laureles daban pa- nerse alerta en todas direcciones contra algún acechador
so a los robles y a los tilos, los cuales podían resistir al. animal de presa.

58 59
COMO EL HOMBRE LLEGO A 3I:R GIGANTE MUESTRO llEBOE Y SUS PARIENTES

Pero nuestro antepasado no podía elegir a su gusto. saraño o como los de un ratón de monte. En una pala-
El hambre lo hacia salir de los árboles. Cada vez con m.-:i- bra, tendria que dejar de ser ardilla. O bien resignarse
yor lrccuenci(J tenía que bajar de ellos- y vagar por el sue- a ser como nuestro piquituerto -del abeto. ¿Creen uste-
lo en busca de algo que comer, de algo que en otro tiem-
des que podría instalarse en un robledal y vivir de bello
po ningún mono hubiera pensado llevar~e a la boca.
tas? No ·podría. Porque su hocico, tan perfectament·~
¿Y qué significaban JXIra los animales salvajes todos apropiado para sacar las semillas. de una piña de abeto,
estos cambios de abandonar las jaulas a las cuales esta- no podría de ningún modo abrir una bellota. Si un pi
ban habituados y de salir del mundo selvático al cual es-- qui tuerto quisiera abandonar su bosque de abetoS e irs•J-
taban adaptados? Piensen en lo que significaria eso. Eso a. \•ivir en u;;. robledal, tendrón que adquirir antes otra c:a-
1n¡¡...:l1caba la rnodi!icación de todas las normas d~l bosque, s•2 de pico.
la ruptura de las cadenas que atan a los animales salva- Es cierto que los p:Jjaros y los animales evolucionan.
jes a los lugares que ocupan en }a natcr:::leza. Todo en el mundo está evolucionando constantemente.
1 ornemos una ardilla, ¡:x:>r ejemplo, que tratara de cam-- Pero se requieren muchos años para que se efectúen estos
biar su vida en el bosque por la vida en la llanura. En tansformociones. Cada descendiente se diferencia de SU3
ésta tendría que comer hierba en lugar de piñones y hon- padres sólo en un -detalle insignificante. Se necesitan mi-
gos. Eso signihcaria la necesidad de tener otra clase de llares de -generaciones paia -que una nueva generación
dientes. En _la llanura te_ndría que cavar un hoyo para haya eVolucionddo en una especie diferente, distinta dP
v~vir. Eso requeriría una especie diferente de gcirra~ Y su her- la prime;:-a.
,mosa cola, la cual le_ es tan útil e!l el bosque cuando salta-de Bueno, y ¿c6mo ocurrió entonces con nuestro ante -
órbol en órbol, s6lo le servirla de obstóculo en su vida Pasado?
en la llanura. Seria como una banderola roja que la de.5-
Si_ él .no hubiera n1odiíicado todos sus hábitos y cos-
cubriria ante sus enemigos.
.tumbres, habrta tenido que irse al Sur con los otros mo ·
Para que la ardilla pudi~ra abandohar el bosque y nos. Pero en ese tiempo era diferente de todos los de-
establecerse en la llanura, tendría que renunciar a su co- .n1ás porque podía hallar climento con_ ayuda de -colmi-
la de paracaídas y adquirir dientes como los de una mu- llos y garras de piedra y de madera. Si era pre.ciso, po-

60 61
COMO EL HOMllllE LLEGO A SE!I GIGl!.N!'E

dia ~clfse sin las jugosas frutes meridionales que -:;e


estaban escaseando cada vez más en el bosque. Y el
hecho de que loe árbolas se estuvieran alejando más y
más no lo preocupaba tanto Ya habla aprendido a co
rrer por el suelo y no temia a los espacios descubiertos,
sin árboles. Si le ocurrla tropezar con un enemigo, dis-
ponia do su palo y de su piedra y no estaba solo, además.
Toda la banda de "gentes a medías" solía defenderse jun·
la, y todos lenian palos y piedras.
Las inclementes estaciones que se sucedían ahora
no le causaban la rr..uerte a nuestro antepasado ní lo obli-
gaban a retirarse con la retirada de los bosques tropica
les. Eso sólo apresuraba su transformación en ser humano

Y, ¿qué sucedió a nuestros parientes, los monos?


Se retiraron con el bosque tropical, y de ese modo
!Siguieron siendo moradores da la selva. Tenían que re
tirarse. No se hablan desarrollado como lo hablan he-
cho nuestros antepasados. No habian aprendido a usar
,.-1
instrumentos. El más inteligente de ellos, el que continuó
viviendo en las copas de los árboles, aprendió a saltar más
ágilmente- aún de rama a rama, a colgarse más firmemen-
te aún de las ramas. En lugar de transformarse en se.
res humanos y de aprender a !fabajar con las manos y a
caminar con los pies, se volvieron, por el contrario, más
semejantes a los monos, se adaptoron mejor aún a la vi-

62 Si llegaba 11 tener un enctuntto con un mmnigo, tmía m ¡xtlo 11 ilY


piedra. v roo d á solo.
NUESTRO HEllOE Y SUS PJUllENTES

da en los árboles. Aprendieron a agarrarse de una ra··


ma no sé1o con las manos sino también con los pies.
Aprendieron a caminar soportando un peso sobre las ma-
nos, como Jo hacen todav!a los chimpancés. Ese sólo hecho
les impidió trasformarse alguna vez en seres hum.anos, pue111
éstos necesitan las manos para trabajar.
Fué otra la suerte de los monos que eran menos ági-
les y que no teman tanta disposición para adaptarse 'l
vivir en los árboles. Sólo sobrevivieron los más gran-
des y más fuertes de éstos, pero cuanto más grande y más
fuerte era un animal, tanto más dillcil le resulta seguir
.siendo un habitante de los árboles. Fuera que les gus-
tara o que no fuera de su gusto, los monos más grandes
tuvieron que bajar al suelo para vivir. Los gorilas, por
ejemplo, viven todav!a en el suelo, en el primer piso del
bosque. No se defienden de sus enemigos con piedras o
palos, sino con los enormes colmillos de sus poderosas
quijadas.
De ese modo se separaron los caminos del hombre y
de sus parientes. El hombre lué más lejos que cualquie·
ra de los demás. Con buen !in habla aprendido a cami-
nar y trabajar.

El hombre no aprendió en seguida a caminar en dm;


pies. Al principio sus pasos eran desgarbadoa y torpilll.

65
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE tllIESTRO HEROE Y SUS PARIENTES

¿Cuól era el aspecto del hombre, o más bien, del hom- Indicó en el mapa el lugar donde, en su opinión, po-
bre mono, en aquellos primeros cifas de' su .existencia? drlcm haberse conservado los huesos del Pitecantropus, es
decir, en las Islas Sonda.
No hay un ejemplar viviente de este hombre mono en
parte alguna del mundo, pues hace muchísimo tiempo que Muchas personas pensaron que esta idea no era más
se transformó en ser humano, pero es posible que sus huesos que una peregrina opini6n sin fundamento alguno. Pero
se encuentren en alguna parte del mundo. Si pudiérc: había un hombre que estaba tan convencido de que era:
mos encontrar esos huesos, se tendría la prueba conclu- correcta que decidió suspender su trabajo e irse a las Is-
yente de que el hombre desciende del mono. Porque es- las Sonda y-buscar los huesos de esta criatura hipotética.
te hombre mono es el eslabón que une la cadena que con- Era el doctor Eugenio Dubois, anatomista de la Universidad
de Amsterdam.
duce del hombre al mono. Y este eslabón está extra-
viado. Ninguna señal de él se ha encontrado todavía en Muchos de sus compañeros de trabajo, profesores de
las profundas capas de arcilla y arena, ni en los sedimen- la universidad, movieron la cabeza y expresaron la opinión
tos a lo largo de las orillas de los antiguos r!os. de que ningún hombre en su juicio haría tal cosa. Esto9
profesores universitarios eran hombres de vida sedentaria.
Los arqueólogos pueden excavar la tierra, pero an-
Los viajes más largos que habían emprendido eran SU3
tes de empezar tienen que decidir dónde tienen que ha-
diarios recorridos de ida y vuelta a la Universidad por las
cer la excavación, dónde buscar este eslabón perdido.
tranquilas calles de Amsterdam, con sus paraguas en fa
La tierra es una esfera muy grande, y buscar este esla- mano.
bón perdido. en alguna parte de su superficie es como
ponerse a buscar una aguja en la arena. Pero Dubois abandon6 su trabajo en la Universidad y
se alistó en el ejército colonial holandés a fin de poder lle-
A fines del siglo pasado un famoso hombre ele cien - var a cabo su propósito. Ingresó al servicio médico y así
eta, Haeckel, sugirió una hipótesis. ¿No sería posible que
pudo cruzar los siete mares hc::sta las lejanas Islas Sonda.
los huesos de este hombre mono, o del Pitecantropus, pa-
ra decirlo cien!Uicamente, se pudierail encontrar en el Asia En cuanto llegó a Sumatra, Dubois se puso en activi-
cWSur? dad. Reunió una cuadrilla de hombres y los puso a traba-

¡;7
66
COMO El. HOMBll!! LLEGO l\ SEll G!GlllltE :RllESTllO HE!IOE Y SUS PAlllEllTES
}ar, a excavar bajo su dirección. Amontonaron verdade 'f aill por fin lo favoreció la suerte.
ros montañas de tierra y las escudriñaron. Tranacurrieron
uno, do", tres meses, pero no aparecieron los huesos del En el lecho del rio Bengawan, en las lomas de las co-
linas de Kendeng, halló dos dientes, un lémur y la parte SU·
Pitecantropus.
perior del cróneo del Pitecantropus.
Cuando uno busca algo que se le ha perdido, por lo
menos sabe que la cosa que se busca está en alguna parte Lo que se ofreció a su mente cuando concibió la cara
y, si se sigue buscando por bastante tiempo, hay posibilidad de su antepasado y trató de imaginarse cómo eran l<M
de encontrarla. El trabajo de Dubois era mucho más dili- facciones que no hablan, fué una frente estrecha, inclinada,
cil. Su única guia era la suposición de que en algún sitio de fuertes y abultadas cejas debajo de las cuales hablan
se encontraban estos huesos de los hombres monos. Sin estado los ojos. Más parecía el hocico de un mono que la
embargo, siguió excavando obstinadamente. Pasaron uno, cara de un hombre. Pero cuando examinó el interior del
dos, tres años, y todavia no habla sido encontrado el "es· cráneo se convenci6 de que el Pitecanlropus era más inte-
lab6n perdidou. ligente que cualquier mono. El tamaño de la fosa cere·
La mayor parte de la gente que se encontrara en la bral era más grande que el de la de un mono, el animal
situación de Dubois hubiera prescindido de la inútil bós- más cercanamente emparentado con el hombre.
queda. Hasta él mismo debió tener sus dudas en algunos ·
momentos. Mientras vagaba por las pantanosas oñllas Un pedazo de cráneo, dos dientes, y un fémur. Eso no
de los rios y por los bosques tropicales de Sumatra, debió es mucho. Sin embargo, estudiándolos, Dubois pudo esta
haber pensado ansiosamente en las viejas casas situadas blecer muchos hechos. Del examen cuidadoso del fémur
.:x lo largo de los tranquilos canales de Amsterdam, en los y de las señales apenas visib!es que dejaron en él loo
hermosos jardines de tulipanes en flor, en las blancas pa· músculos, llegó a la conclusión de que el Pitecantrepus ya
redes de su laboratorio. había aprendido a caminar, en cierta forma, pero que no
Pero Dubois no era el hombre que abandonara algo habla dejado completamente de andar a cuatro palas.
que hubiera empezado. No pudiendo encontrar su Pite- · Pudo imaginarse fácilmente cuál debi6 ser el aspec-
c:cmtropus en Sumatra, decidió probar suerte en Java, otra to de su antepasado; cómo debi6 haber vagado por la
t.la del grupo de las Sonda. regi6n boscosa, encorvado, dobladas las piernas en las ro·

69
NUESTRO HEROE Y SUS PARIENTES
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
En una palabra, hicieron cuanto pudieron perra volver
dillas, con los largos brazos colgantes; sus ojos, profunda-
a inhumar al Pitecantropus, para enterrarlo de nuevo y re·
mente impla:ntados debajo de las cejas salientes, miran
hacia abajo ........ para ver si puede hollar algo de comer. legarlo al olvido.

Este no es ciertamente un mono, pero no es aún un Dubois se defendió valerosamente y fué apoyado poI
hombre. Dubois resolvió dar no:mbre a su hallazgo, así todos quienes comprendieron la importancia cientifica de
que lo bautiz6 "Pitecantropus Erectus", JX)rque, en comJ)Cl- su descubrimiento.
ráci6n con un mono, caminaba erguido. En respuesto: a sus adversarios Dubois afirmó que el
cráneo del Pitecantropus no podia ser el de un gibón. El
Ustedes podrian pensar que el trabajo de Dubois habla
gibón no tiene las cejas salientes, mientras que el Pitecan-
tocado ya a su fin, puesto que había encontrado su Pitecan-
tropus si las tiene.
tropus; pero esto er.c: Sólo el comienzo. Lo más dificil es-
taba por hacerse todavía. Era más fácil excaVar aquellas Pero, a fin de refutar cumplidamente la objeción, ho-
tenaces capas de tierra que vencer las obstinadas supern· bria que encontrar un esqueleto completo, Por lo tcnto,
ticiones y prejuicios de sus semejantes. continuó la búsqueda a lo largo del rio Bengawan. Duran-
Los descubrimientos de Dubois fueron recibidos con te cinco años fueron embarcadas para Europa 300 cajas de
una granizada de objeciones de todos aquellos que es- huesos de animales prehistóricos que habían vivido en la ri-
taban obstinadamente decididos a no reconoo~r que cl bera del río. Los científicos se entregaron al trabajo de
hombre ha descendido del mono. Los arqueólogos de so- seleccionarlos y estudiarlos. Pero entre todos estos millares
tana y los de levita trataron de probcrr que el crá!le > ha- de huesos sólo pudieron encontrar tres que podrlan ¡::>er-
ll neo por Dubois era el de un gibón, y que el fémur ere tenecer a un Pitecantropus: tres pedazos de fémur.
el de un hombre actual.
Pasaban los años y la gente aún dudaba de la exis ·
No contentos con descomponer al hombre mono de tencia del Pitecantropus. De pronto un científico encontró
Dubois An la s·u.ma aritmética de un hombre más un mon1;, el siguiente eslabón de la cadena, es decir, el que debia
sus adversarios crearon duda acerca de la antigüedad de insertarse entre el Pitencantropus y el hombre.
su hallazgo e intentaron probar qu~ estos huesos habian
Hace cuarenta años llegó este hombre de ciencia a
permanecido alH sólo unos cuantos años, y no centenares
una botica de Peiping buscando un medicina china. So·
de millares de años.
71
70
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE NIJESTBO H&lllOE Y BUll l'A!llENTES
bre el mostrador estaba desplegada una gran cole<::ci6n ron muchos de los huesoa. Quizós se los llevaron las bes-
de objetos: una raíz de ginsen que parecía un esque!elo tias salvajes. Pero por Jos huesos que quedaron es f6cil
humano y a la cual se le atribulan virtudes curativas, un<:I imaginar cuál era el aspecto de los habitantes de la cue-
cantidad de huesos y dientes de animales, y amuletos de va.
todas clases.
¿Cuál era, pues, el de nuestro héroe en ese remoto ¡»-
Entre los huesos encontró el cientifico un diente q 1.1e
rlodo de su vida?
evidentemente no era de animal, y que sin embargo di·
feria mucho de los dientes del hombre contemporóneo. Hay que confesar que no se distingula por su belle-
Compró este diente y lo envió a un museo europeo dond" za.
fué prudentemente catalogado como "Diente Chino".
Si ustedes se hubieran tropezado con él, probablemen ·
De manera muy casual fueron encontrados otros dos te habrian huido aterrorizados. Con su cara echada ha-
de esos dientes unos veinte y tantos años después en la cia adelante, con sus colgantes y largos brazos peludos, to·
cueva de Chou-Kou-Tien, no lejos de Peiping, y poco des- davia se rx:rrece muchisimo a un mono. Pero si O primera
pués se encontró al dueño de los dientes, a quien los hom- vista lo confundieran con un mono, pronto cambiarian da
bres de ciencia bautizaron Sinantropus. opinión. Ningún mono camina erecto, al estilo del hom-
bre. Ningún mono tiene una cara tan semejante a un
Para ser exactos, no lo encontraron entero, sino en
lonna de una-colección de toda clase de huesos. Hab!a rostro humano. Y todas sus dudas se desvaneced.an si us·
50 dientes, 3 cráneos, 11 mandlbulas, un \rozo de fémur, una . tecles siguieran al Sinantropus cuando voiviera a su cuevc.
vértebra, ur1a clavicula, un hueso de la muñeca, y un pe- Camina balanceándose torpemente sobre sus piernas
dazo de hu·.·so del pie. encorvadas. De repente se sienta en la arena. Ha vistrJ
Esto no quiere decir, naturalmente, que el habitante una piedra grande. La alza, la examina y la golpea centre
de la cueva tuviera tres cabezas y una sola pierna. Hay otra piedra. Después se levanta y continúa su· camino, lle.
una explicación mucho más sencilla: que en la cueva no vando consigo su hallazgo.
vivia un solo Sinantropus, sino toda una partida de ellos. Siguiendo detrás de él llegan ustedes a un alto ris-
En el curso de centenares de millares de años se perdie- oo. A la entrada de una cueva del risco está aglomerado
72 73
COMO EL HOMl!RE LLEGO A SER G:GArlTE NUESTRO HEBOE Y SUS PARIENTES

un grupo de individuos parecidos a él: son los otros ha- mentas. Encontrarían un fuego ardiendo en algún lugar del
bitantes de la cueva. Un viejo barbudo y peludo está coc- bosque y se llevarían cuidadosamente alguno de los ti-
tando el cuerpo de un antílope con un instrumento de pie- zones humeantes, y en la cueva, protegida contra la llu-
dra. Las mujeres, de pie junto a él, est6n despedazando via y el viento, vigilarían y alimentarían el fuego como liiu.
la carne con las manos; los hijos piden trozos de carne. más precioso tesoro.
Toda la escena estó iluminada por el resplandor de- una ho-
guera que arde dentro de la cueva.

Todas las dudas de ustedes desaparecerían. Porque,


¿hubo alguna vez. un mono que pudiera formar hogueras
o hacer instrumentos de piedra?

Ustedes podrian preguntar con mucha razón: "¿Cómr:i


saben ustedes que el Sinantropus podia fabricar instru-
mentos de piedra y sabía utilizar el fuego?"
La cueva de Chou-Kou-Tien nos da la respuesta a
esta pregunta. En el curso de las excavaciones fueron
halladas en ella muchas otras cosas además de huc:sos:
una gruesa capa de cenizas mezcladas con tierra, y un mon-
tón de toscos instrumentos de piedra. Más de dos mil de esos
instrumentos fueron encontrados y la capa de cenizas te-
nia cerca de siete metros de espesor.
Evidentemente en esta cueva vivieron durante largo
tiempo miembros del clan del Sinantropus y tuvieron fuego
durante muchísimos años. Es probable que todavía no su
pieran hacer fuego, sino que lo recogieran, de igual modo a
como recogían raíces para comer y ~iedras p:na los instru-

74 75
cAPmJJ.Om
Huellas
EL ROMllBE INFRINGE Ll\S LEYES
Nuestro héroe cogió una piedra o un palo. Inmediata-
mente lué mós fuerte y tuvo mayor libertad. Ahora no
importaba tanto que las frutas o las nueces que necesi-
taba estuvieran a su alcance. Poclla alejane más de sus
inmediaciones habituales para buscar alimento. Podia pa-
sar de un pequeño mundo a otro. Pod!a permanecer por
algún tiempo en los espacios descubiertos. Deealiando to-
das las leyes, pod!a quitar a otros animales el alimento
que nunca antes habla pensado probar.
De eee modo, en el albor de su arriesgada vida, el
hombre lué un inlrac:lor de las leyes que gobernaban al
mundo en el cual se enoontraba. En elec:lo, este morador
de los árboles baja de su árbol y vaga por el suelo. Se

77
COMO EL HOMllRE LLEGO A SER GIGANTE

yorgue sobre sus extremidades inferiores, además, y co- dros y palos, es posible que los gatoe tampoco temieran
mienza a caminar sobre ellas en una forma en que nunc('] bajar del árbol y atacar al perro más feroz.
se pensó que lo hiciera. Y no se detuvv :xhl. Come cosas Y luego no deben olvidar ustedes el luego. Con él
que no se creyó que comerla y obtiene su alimento en una podía ahuyentar el hombre a la más peligrosa bestia
forma completamente original.
oalvaje.
Pero lo más atrevido de todo ee que quebranta las
leyes de la "cadena de los alimentos". No sólo comienza HUELLAS
a comer alimentos extraños, sino que se niega a ser ali- Una vez que hubo roto las cadenas que lo ataban a
mento del tigre de dientes de sable que se había comido los árboles, el hombre pasó de las copas de loe árboles
a sus antepasados durante centenares de millares de años. al suelo, del bosque a los valles.
¿Cómo se atrevió a ser tan intrépido? ¿Cómo pudo ¿Cómo sabemos que el hombre llegó a loe valles?
resolverse a bajar de su árbol al suelo, donde las feroces Sus huellas nos llevan hasta ali!. Pero, ¿cómo pueden hcx-
bestias de presa estaban echadas esperándolo? ¿Podría ber durado las huellas todo este tiempo?
esperarse también que un gato bajara de un árbol cuando
No nos referimos a las pisadas. Las huellas de que
hay un perro feroz que lo está esperando abajo?
hablamos son las obras de las manos.
Fueron sus manos las que hici&ron tan audaz al hom~
bre. Aquella piedra que había alzado, aquel palo qu" Hace unos cien años estaban excavando unos trahn-
empleó para desenterrar el alimento, también podían de- jadores en la cuenca del río Somme, en Francia. Estaban
fenderle. El primer instrumento del hombre llegó a ser ou sacando arena, grava y piedra depositadas por el rlo en
primer arma. tiempos remotos.

Por otra parte, él nunca andaba solo por el bosque. Cuando el Somme, hace muchlsimo tiempo, era jo-
Una partida completa, toda =oda de piedras y palos, re- ven todavía, cuando acababa de abrirse camino en 01
sistía unida los ataques de una bestia salvaje. Si hubiera mundo, era tan velo_z' y tan fuerte que arrastraba consigo
varios gatos en el árbol y abajo estuviera un perro fero" peñascos enteros. A medida que los iba arrastrando en su
amenazándolos, y si además esluvieran =ados de pie- corriente, golpeaba una roca contra otra, las alisaba, pu-

78
COMO El. llOMllllE 1.1.EGO A SEll GIGANTE

lia los fragmentos irregulares, los triluraba convirtiéndolos


en guijarros y piedrecltas. Después, cuando el rlo se cal- Entonces aparecieron estas extrañas piedras encon-
tradas en la arena por los cavadores. ¿Quién pudo haber-
mó y se volvió más tranquilo, cubrió estos guijarros y pie-
les tallado asi por ambos lados? Boucher de Perthes con-
drecitas con un depósito de arena y arcilla.
cluyó al instante que la única posibilidad consistla en que
De esta arena y de esta arcilla era de donde los ca· aquello fuera obra del hombre. Se emocion6 grandemente
vadores sacaban la piedra. Observaron una cosa muy ex- con su nuevo descubrimiento. Es cierto que estos no eran
traña: algunas de las piedras no estaban pulidas. Por el verdaderos vestigios del hombre primitivo, pero eran sus
contrario, eran irregulares, como si hubieran sido corta- huellas, las huellas de su trabajo. Evidenlemenle esta no
das por dos lados ¿Qué podla haberles dado semejante era obra del rlo sino de la mano humana.
forma? No pudo haber sido el rlo, porque él siempre las
Boucher de Perthes escribió urí libro sobre sus de".
pulla uniformemente. cubrimientos, al cual dió atrevidamente el titulo de: "Acer-
Un hombre de ciencia, Boucher de Perthes, habitante ca de la Creaci6n. Tratado sobre el Origen y la Evolución
de la región, tuvo noticia de estas piedras extrañamente de los Seres Vivientes".
talladas. Tenla en su casa una extensa colección de tod-'1
Entonces comenzó la lucha. Boucher de Perthes lué
clase de reliquias que hablan sido. descubiertas en las ri-
atacado en todas direcciones, como lo habla sido Dubois.
beras del Somme: colmillos de mamut, cuernos de rinoce-
Destacados arque6logos se dedicaron a probar que esla
' ronte, cr6neos de osos de la caverna. Tenla en gran apre-
aficionado anticuario de provincia nada sabia de ciencias,
cio estas reliquias y estaba: haciendo un intenso estudio
que sus "haChas" de piedra eran una impostura, y qu9
de estos vestigios de los terribles monstruos que hablan
su libro debla ser prohibido porque contradecía las ense-
bajado a beber en el Somme en aquellos antiguos tiem-
ñanzas de la iglesia acerca de la creación del hombre.
pos, tal como lo hacen hoy las ovejas y los gcm110s.
Durante quince años continu6 la guerra entre Bou·
Pero, ¿dónde se enconlrabá el hombre primitivo? Bou- ! ¡ L;
cher de Perthes y sus enemigos. Boucher de Perthes er.- i' 1
clter de Perthes no habla hallado rastros de sus huesos en
vejeció, se encaneció su cabello, pero sostuvo firmemente 1

parle alguna. la lucha para probar la gran antigüedad de la rnro hu- jf


I'
so 1
81 !
COMO EL HOMBBE LLEGO A. SER GIGANTE
piedra. Se hallan muy frecuentemente en las orillas de
mana sobre la tierra. Poco después de aparecer su pn ·
mer libro escribió otro, y luego un tercero. los ríos donde se hacen excavaciones para sacar cascajo
y arena.
Luchaba contra muchos, pero al fin obtuvo el triunfo,
sin embargo. Los geólogos Lyell y Prestwich vinieron en De ese modo la pala del trabajador actual tropieza en
su ayuda. Fueron a la cuenca del Somme y ex=inaron el suelo con los instrumentos de aquellos tiempos en que
personalmente las excavaciones, estudiaron las coleccio ·
el hombre apenas habla empezado a trabajar.
nes de Boucher de Per!hes y, después del más cuidadoso Los instrumentos de piedra rnás antiguos son los
examen, declararon que los '"instrumentos encontrados por cortados por ambos lados con otra piedra. Pero junto .con
de Perthes eran auténticos instrumentos del hombre primi- éstos se encuentran t=bién los fragmentos, los pedacitos
tivo que hab!a vivido en Francia durante la época de los separados cuando la piedra se despedazó.
mastodontes y rinocerontes.
Estos instrumentos de piedra son las huellas de las
El libro de Lyell, "Pruebas Geológicas de la Antigüe- manos a que nos referíarnos, las huellas que nos conducen
dad del Hombre"', silenció a los adversarios de de Perthes. a los valles y a los bancos de arena de los ríos. Ahi en
Entonces comenzaron a decir todos ellos que, después c:le los depósitos y en las playas de los r!os buscaba el hom-
todo, en estricta verdad, de Perthes no habla descubierto bre los materiales apropiados para sus garras y colmillos
nada nuevo, que ya antes habían sido encontrados 103 artificiales.
instrumentos del hombre primitivo.
Esta era una ocupación clar=ente humana. Un ani-
Lyel!, en respuesta a esto, dijo ingenios=ente: "Cada ~al puede buscar alimento o material para construir su
vez que se realiza un descubrimiento científico importante, nido. Pero nunca se le verá buscando material para la-
lo primero que dice la gente es que contradice a la reli- brkarse garras y colmillos artificiales.
gión, y después dice que siempre hab!a sido del conoci-
miento de todo el mundo en todas partes". PALAS Y TONELES VIVIENTES

Posteriormente al descubrimiento de de Perthes han Todos hemos oldo hablar mucho del trabajo especiali-
sido encontrados muchos más de estos instrumentos de zado de los animales, de animales que son construclorel!,

82 fl3
HUELLAS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

a!baiilles, carpinteros, teíedores, y hasta sastres. Sabemos, ¡No!


por ejemplo, cómo los castores derriban árboles con sus: ¿Estriba quizás en que las hormigas tienen seis pier-
fuertes y agudos incisivos tan diestramente como los le- nas y el hombre sólo tiene dos?
ñadores; cómo construyen verdaderas presas con troncos 1No! Esa no es la diferencia a la cual nos referimos.
y ramas de árboles para que el r[o se extienda y forme un
¿C6mo trabaja el hombre? No lo hace sin instrumentos,
pozo.
sino con un hacha, con una pala, con un martillo. Y por
¡Y las hormigas comunes! No hay más que hurgar con
más que ustedes las busquen en una cueva de hormigas,
un pal6 en una cueva de hormigas para ver qtié verdade-
jamás encontrarán ni un hacha ni una pala. Cuando una
ra ciudad subterránea se han construido.
hormiga tiene que corlar algo, emplea unas tijeras vivien-
Siendo as[, <lirón ustedes: "¿No será posible que algu- tes que lleva en su propia cabeza._ Cuando quiere cavar
na vez las hormigas o los castores compitieran con el un canal, usa cuatro palas vivas que ya trae consigo, cua-
hombre si éste no les destruyera sus construcciones? Y, tro de sus seis patas. Cava la tierra con las dos patas
¿no podría suceder que dentro de un- millón de años, di- anteriores, la arroja a un lado con sus dos patas posterio-
gamos, estén leyendo las hormigas periódicos para hormi- res, en tanto que se apoya sobre las dos cenitales.
gas y trabajando en fábricas de hormigas, volando en
Tiene incluso utensilios vivientes. Existe una deter-
aeroplanos _ para hormigas _y oyendo a hormigas pronun··
minada clase de hormiga que cuenta con bodegas llenas
ciar discursos por la radio?"
de toneles vivos. Abajo, en sus pequeños s6tanos obscu-
No; en nuestra opinión esto no sucedería ni dentro de ros, cuelgan en compactas hileras estos toneles. Allf estón
diez millones de años. Porque, como ustedes verán, existe suspendidos abso]oitamente inmóviles, y todos son igua-
una diferencia muy importante entre un hombre y una les. Pero observen cuando una hormiga entra a la bo- I'
1
hormiga. dega. Se sube a un tonel, lo golpea con sus antenas, y i
¿Cuál es esa diferencia? el tonel comienza a moverse.

¿Consiste quizás en que un hombre es más grande Resulta que el tonel tiene cabeza y tronco y extremi-
que una i:1ormiga? dades. El tonel es en realidad el vientre de una hormiga

U1 85
1'
1
HUELLAS
COMO EL HoMBRE !.LEGO A SEi! GIGllNTE
UN HOMBRE CON PALAS EN LUGAR DE MANOS
que IOstá colgando de las vigas del techo. Abre las man
Supongamos que un hombre tuviera instru1nentos vi-
díbulas y por la boca sale una gota de miel. La hormiga
vientes, como los demás animales, en lugar de instrumen-
obrera, la cual ha bajado a refrescarse, lame la miel y
tos hechos de madera, de hierro, y de acero.
regresa a su trabajo. La hormiga tonel sigue colgando
inmóvil entre los demás toneles. No podria adquirir nuevos instrumentos, ni poclríu
rehacer los viejos. Si necesitara cavar tendria que nacer
Esa es la clase de equipo "vivo" que tienen las hormi- con las manos en forma de palas.
gas. · Sus instrumentos y utensilios no son manufacturado-;
Es una suposición disparatada, pero supongamos, sin
como los de los seres humanos. Son instrumentos y uten-
ernbargo, que existiera semejante monstruo.. Indudable-
silios naturales, de los cuales nunca se separan.
mente seria un excelente cavador, pero no podrla ense·
Los instrumentos del castor son vivos también. El n,., ñarle su habilidad a nadie, as! como una persona que len··
corla Jos árboles con un hacha. Lo hace con sus dientes. ga una vista extraordinariamente buena no puede de nin-
Es decir, ni la hormiga ni el castor fabrican sus propios gún modo transmítirsela a otra persona.
instrumentos. Nacen con un equipo completo de ellos. Tendria que llevar consigo constantemente su pala-
A primera vista esto poclrla parecer una ventaja: uno mano, y no le servirla para realizar ninguna otra clase de
no puede perder un instrumento viviente. Pero meditán- trabajo. Y cuando muriera su pala moriría con él.
dolo se comprenderá que un instrumento asi no es tan Del único modo que este cavador nato podrla legar
bueno. No se puede reparar y es imposible perfeccio- su destreza a la posteridad seria por herencia, sí alguno
narlo. de sus hijos o nietos heredaran de él esta monstruosidad,
como hereda la gente el color de la piel o la forma de la
Urt castor no puede llevar sus incisivos a un taller
nariz.
me<::ánlco para que le afilen los que se han vuelto rom0s
con la edad. Y una hormiga no puede pedir en la bode- Y esto no es lo peor. Los instrumentos vivientes se con-
ga una pala de una nueva marca que le permita cavar la servan y se transmiten por herencia sólo cuando son úli-
tiena mejor y más rápidamente.
87
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGAN'rE

les a un animal, y no cuando le son perjudiciales. Si !a


no hacía sus instrumentos; simplemente recogk: sus dien-
gente viviera bajo tierra, como los topos, naturalmeP-.te
tes y garras de piedra como nosotros recogemos hoy hon
le serían útiles las palas-manos. Pero para una crialura
gos y bayas.
que viva sobre la tierra resultarí.a un lujo superfluo seme ·
jante garra. Durante largo tiempo vagó por las playas de los rlo•
buscando piedras que hubieran sido pulidas y tallada<;
Ustedes pueden darse cuenta de cuántas condiciones
por la naturaleza.
se necesitan para crear un nuevo instrumento, siempre
que sea viviente, natural, y no uno manufacturado. Afor- Estas piedras puntiagudas eran muy comu'1es cer=
tunadamente para nosotros el hombre siguió otro camino. de donde algún furioso remolino hubiera golpeado y pu·
No esperó a que le nacieran palas en lugar de manos. !ido las piedras, haciendo resonar uncm contra otras como
Hizo una, y no sólo una pala; hizo un cuchillo también, y una gigantesca matraca. Evidentemente al rlo artesano ¡.,
un hacha, y muchlsimos otros instrumentos. importaba poco que su trabajo tuviera alguna utilidad.
As!, entre centenares de piedras trabajadas por la natu-
A los veinte dedos y a los treinta y dos dientes que
raleza, sólo unas cuantas eran útiles al hombre.
heredó de sus antepasados, agreg6 millares más de todas
clases y formas: largos y cortos, gruesos y delgados, agu- Por lo tanto, el hombre mismo comenzó a tallar las
dos y romos, punzones, y cortadores, y martillos -dedos, !;
piedras de acuerdo con su conveniencia, empezó a b- i 1

colmillos, garras, puños,


bricar instrumentos. Esto es lo que ha sucedic!o muchas ve-
Esto le di6 tanta ventaja !'>n su pugna con los otros ces durante el curso de la historia de la humanidad: el
animales que lué del lodo imposible que éstos lo alcan- hombre ha reempl=do algo que encontró ya hecho en
zaran. la nautraleza con un objeto manufacturado por él mismo.
Construyó para si su propio pequeño taller en uno de los
EL HOMBRE y EL mo. FABRICA.Nn:s rincones del gran taller de la naturaleza, y alll fabric:S
nuevas cosas.
DE INSTRUMENTOS

Cuando el hombre comenzaba apenas a ser hombre Eso fué lo que sucedió con los instrumentos de pie-
dra y asl sucedió más tarde, millares de años después,
88
89
COMO E!. llOMllRI: LLEGO A SER GIGANTE

con el metal. En lugar de utilizar las pepitas originales de


las playas y de las riberas de los rlos donde se ha~ hecho
metal. las cuales no se encuentran tan fácilmente, el hom ·
excavaciones, debajo de gruesas capas de arcilla y arena.
bre comenzó a extraer el metal fundiendo el mineral. Y ca-
se han descubierto verdaderos talleres del hombre primi-
da vez que el hombre pasaba del uso de cuanto encon-
tivo, con una cantidad de hachas y fragmentos que eran
traba en estado natural al empleo de algo hecho por él
utilizados como instrumentos_ Si se e}Camina uno de estos
mismo, avanzaba en su liberaci6n de la dependencia del
fragmentos se puede ver el lugar preciso en que fué gol -
riguroso dominio de la naturaleza.
peado para afilarlo y c6mo fué desbastado para conve•-
Al principio no podía labrioo:r él mismo el material tirlo en un instrumendo adecuado.
para sus instrumentos, y s6lo daba nuevas formas a los
Tales instrumentos no se encuenlrcm en la naturaleza.
materiales que encontraba en estado natural.
S6lo el hombre puede hacerlos.
Cogla una piedra y la tallaba golpeándola contra.
otra piedra. Al principio s61o obtavo un tosco instrumento, Es fácil comprender porqué es esto os!. En la natura-
apenas semejante a un hacha o a una cuchilla de carni~ leza tocio se hace por si mismo, sin plan ni propósito. El
cero. Tal instrumento servia para cortar. Los fragmentan remolino del rlo sacude las piedras en cualquier clirecci6!1,
de piedra podían utilizarse también paro cortar, raspar v sin criterio alguno. El hombre realizó el mismo trabajo, pero
hacer agujeros. lo hizo conscientemente, con un fin. De ese moc!o apare·
cieron por primera vez en la tierra el prop6silo y el plan.
Los instrumentos más antiguos, hallados a gran pro·
El hombre comenzó a perfeccionar poco a poco a la ncr··
funclidad en la tierra, son tan semejantes a piedras que
luraleza, a rehacerla, cucmdo perlecciion6 la piedra que
han sido talladas por la naluroleza que es cli!1cil determi· aquélla le habla dado.
nar si el artesano fué el hombre o el río, o si fué simple·
mente la acci6n del oalor y del Irle combinada con el Y esto hizo que el hombre subiera aún otro escalón
agua que rompla y descostraba las piedras. con respecto a los demás animales, le clió mayor libertad.
Ya no estaba sometido a encontrar una piedra acabada,
Pero se han encontrado otros instrumentos acerca de
en estado natural, como la que él necesitaba. Ahora podía
los cuales no puede existir la menor duda. A lo largo de
Producir su propio instrumento.
90
91
00110 EL ll!OlllHE IJ.llGO A llEll GIGANTE

EL COMIENZO DE UNA llIOORAFIA el nombre de Jorge cuando nació, sigue llamándose Jorge
Generalmente una biografia comienza dando a cono- hasta el lin de sus dias.
cer la fecha y el lugar del nacimiento de una persona. Por La cosa es más complicada en relación con nuestro
ejemplo: héroe. Cambia tanto de uno a otro cap!tulo que, de gra-
do o por fuerza, tenemos que cambiarle el nombre.
"Jorge Washington nació el 22 de Febrero de 1732 en
Bridges Creek, ceroa de Fredericlcsburg, en el Estado de. Desde luego, lo más sencillo habrla sido llamarlo sim-
plemente "Hombre" desde el principio. Pero, ¿c6mo po-
Virginia."
drlamos llamar por el mismo nombre al hombre actual y
Ya vamos por la página 92 y todavla no hemos di-
al Pitecantropus, que tanto se asemeja a un mono?
cho dónde y cuando nació nuestro protagonista. Tenemos
que confesar que ni siquiera le hemos dado un nombre. El Sinantropus es un poco menos parecido a un mono,
En una parte lo hemos llamado "hombre mono"; en otra, y sin embargo dificilmente se le puede llamar hombre.
"semi-hombre", y otras veces hemos hablado de él má-< El Hombre de Heidelberg se acerca más aún a nos-
vagamente como de "nuestro antepasado de la selva''. otros. Es dificil decir cuál era su aspecto; porque todo cuan-
to ha quedado de él es un mandlbula hallada cerca de
Permltasenos decir unas cuantas palabras para justi-
Heidelberg. Pero, a juzgar por esta mandibula, podemos
ficarnos. decir que muy bien podía llamársele hombre. Sus dientes
Nos referiremos en primer lugar al nombre de nuestro no son los de un animal sino los de un ser humano; ya no
héroe. A pesar de estar animados de la mejor intención tiene colmillos salientes que sobresalen de los otros díen-
del mundo, no pudimos darle un nombre, debido a que tes como sucede eñ la boca de un mono.
son muchos los que tiene. Sin embargo, el propio Hombre de Heidelberg no es
Si ustedes hojean alguna biografia verán que desd<! todavía un verdadero hombre. Esto resulta evidente de su
frente inclinada hacia atrós como la de un mono.
la primera hasta la última pá<;¡ina el biografiado conserva
el mismo nombre. Se desarrolla desde la niñez hasta la Pitecantropus, Sinantropus, Hombre de Heidelberg. ¡Ya
madurez, pero su nombre no cambia. Si hubiera recibido son tres nombres!

93
COMO El. HOMBRE LLEGO A SE!! GIGANTE

Podr!amos alargar todavía esta lista de nombres: des- Lo más dil1cil de todo es precisar el lugar donde na-
pués del Hombre de Heidelberg apareció el Hombre de ció nuestro héroe. Al tratar de hacer esto hemos intentado
Eringsdor!, porterionnente, el Hombre de Neanderthal, y indicar dónde vivió su abuela: esa antigua abuela fósil
después, el Hombre de Cro-Magnon. de quien descienden el hombre, el gorila y el chimpancé.
¡Qué cantidad de nombres para un solo biografiado' Los hombres de ciencia llaman Driopitecus a ese mono.
Pero no debemos adelantamos a nuestra historia. En est·3 Cuando intentamos localizar el domicilio del Driopitecus
capitulo el nombre de nuestro biografiado es Hombre de resultó que existían varias tribus llamadas asL Algunas
Heidelberg. huellas conduelan a la Europa Central; otras, al Africa del
Norte, y otras, al Asia del Sur.
Es él quien vaga por las orillas del rio buscando ma-
terial para fabricar sus instrumentos. Es él quien, tallando Además, recordamos que los huesos del Pitecantropu•
una piedra con ayuda de otra, fabrica las toscas hachas y del Sinantropus fueron hallados en Asia, mientras que
que se encuentran hoy en los antiguos depósitos de lm el Hombre de Heidelberg fué descubierto en Europa.
rios. 1A ver si después de eso se puede decir dónde nació
El lector puede darse cuenta de que no es tan fácil el hombre! Ni siquiera se trata de saber en qué pa!s, sino
dar un nombre a nuestro biografiado. en qué continente.

Es más dificil aún determinar el año de su naci. Comenzamos a estudiarlo. ¿No deberlamos indagar
miento.
alll donde fueron hallados los antiguos instrumentos? Por-
que cuando el hombre empez6 a fabricar instrumentos er::i
No podemos decir que nuestro héroe nació en tal o hombre, indudablemente. Quizás estos instrumentos nos
cual año. El hombre no llegó a ser hombre en un solo año. ayudar!an a establecer dónde apareció el hombre por pri·
Centenares de millares de años separan al Pitecanlropus mera vez.
del Sinantropus, y a éste del hombre contemporáneo.
Así es que tomamos un mapa del mundo y mar=os
Si ustedes recuerdan que el Pitecantropus vivi6 hace en él los lugares donde hablan ~ido encontrados estos an-
aproximadamente un millón de años, pueden decir que tiguos instrumentos, las toscas hachas de piedra. Cuando
la raza humana data de cerca de un millón de años. acabamos quedó un buen número de marcas en el mapa.

94 9S
COMO EL HOMllllE IJJlGO .ll SE11 GIG.ll!ITE !

HUELLAS 1

La mayor parte de ellas estaban en Europa, pero las ha- ;¡


bla también en Africa y en Asia. da. El hombre pasaba mucho tiempo ojeando y algunas
veces ni asi podia encontrar lo que buscaba. Entonces 1

Sólo se podla llegar a una conclusi6n: el hombre apa- tendria que emplea:rr uria- piedra más porosa y hasta con-
reció por primera vez en el Viejo Mundo, y no en un solo tentarse con un material blando como la piedra caliza o
lugar, sino·en diferentes sitios. la piedra arenisca.

EL HOMBRE OBTIENE TIEMPO Y cuando hallaba una piedra conveniente necesitaba


disponer de otra piedra para pulirla y darle la forma apro-
Todo el mundo sabe cómo obtenemoá hierro, carbón,
piada. Y eso requería más tiempo. Los dedos del hombre
fuego.
no eran tan hóbiles corno lo son ahora. Apenas habia
Pues bien, ¿pueden decir ustedes cómo obtenemos aprendido a trabajar. Sin duda empleaba mucho más tiern-
tiempo? ¡:.-o íobricando su tosca hacha de piedra que el que se ne-
No todos sabemos esto. _c·1sita hoy para hacer una de acero.

Pero sin embargo es un hecho que el hombrE! apren- Pero, ¿adónde iba a encontrar tiempo?
di6 hace muchos años a obtener tiempo. Cuando empezó El hombre primitivo disponia de muy poco tiempo l_i-
a fabricar instrumentos introdujo en su vida una ocupa- bre; de mucho menos, les aseguro, que el hombre mós
ción completamente nueva: el trabajo. Pero el trabajo re- ocupado de nuestros días. Desde que amanecía hasta que
quería tielllpo. Para producir un instrumento de piedra el anochecía andaba por los bosques y por los espacios des-
hombre, ante todo, necesitaba hallar una piedra apropia- cubiertos del bosque recogiendo alimento, pertrechóndose
da. Y esto no era tan fácil, porque no todas las piedras que de todo cuanto podían cOrner él y sus hijos. Recogiendo
habla en el suelo servirlcm. alimento y comiéndolo: así empleaba el hombre todas sus
horas de vigilia. Porque coino comprenderón ustede3, ne-
Las mejores para fabricar instrumentos eran las pie-
cesitaba tener una gran cantidad de la clase de alimentos
dras duras, compactas. Y no todas las piedras que se en-
que comía. Es preciso comer más cuando la comida con -
contraban eran duras y compactas. Fué preciso buscar
siste enteramente de baya.s, nueces, retoños, hojas, larvas,
con alguna minuciosidad para hallar la variedad adecua-
Y de ricos bocados por el estilo.
GG
97
CONO E1 HOMBRE LLEGO A SEll GIGANTE

La grey humana se a¡lacentaba en los booques igual De este modo se recolectaba más fácilmente el alimen·
to, lo cual significaba que el hombre disponía de m63
a como lo hace hoy una manada de -ciervos que tienen
tiempo para trabajar. Las horas que no tenla que emplear
que pasar iodo su tiempo mordiscando las hierbas peque-
buscando comida las dedicaba ahora a fabricar sus im-
ñas y mascándolas, y en aquel tiempo apenas lograba en-
trumentos. Continuó haciéndolos mejores y más afilados y
contrar manera de vivir. Y si tenla que pasar todo el día
cada nuevo instrumento le reportaba mayor cantidad de
bus=do comida y comiéndola. ¿cuándo podía trabajar?
comida, lo cual se traducía también en mayor =tidad
Y entonces sucedi6 algo maravilloso: el trabajo resultó de tiempo.
tener un poder mágico; no sólo requería tiempo, sino que
1ambién lo proporcionaba. Especialmente la caza podía proporcionarle mucho más
tiempo. Porque en media hora pod!a obtener suficiente
Ustedes pueden darse cuenta de que si logran hacer
carne para todo el dfa. Pero al principio no tenla con fre-
en cuatro horas algo en lo cu'al otro persona invertiría ocho
cuencia carne para comer. No podio matar animales gran-
horas, han ahorrado cuatro horas. Si ustedes inventan un
des con un palo o con una piedra y un ratón de monte no
instrumento que reduce a la mitad el tiempo requerido
tiene mu cha carne.
por una pieza de n1adera, eso significa que ustedes har1
economizado la mitad del tiempo que se necesitaba inver-
El hombre -no era todavía un verdadero cazador.
tir antes en esta pieza.

Mientras el hombre se encontraba en esta etapa pri- ¿Qué era? Era un recogedor.
mitiva descubrió este mediO de -ganar tie?npo. Terúa qu9
El. HOMBRE EN SU CONDICION DE RECOGEDOR
pasar muchas horas tallando su inslrumepto, pero despué•
e!"a mucho más fácil sacar las larvas de abajo de la corte- Nada significa para nosotros ser recogedores. Todoo
za con este instrumento afilado. Era un trabajo largo cepi- hemos pasado dfas enteros recogiendo hongos o fresas_
llar un palo con una piedra afilada, pero después era mu- Y 1cuán delicioso es encontrcrr un hongo de casquete pardo
cho más fácil desenterrar ralees comestibles con este palo oculto entre el musgo, o descubrir de repente tino de bri-
o matar a un animal pequeño larizándoselo como dardo llante casquete rojo resplandeciendo entre la hierba' ¡Cuán
por entre la hierba. delicioso es meter los dedos entre el musgo o la hierba y

98 99
HUELLAS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGANTE
¡Y para empeorar las cosas se hizo inminente una te-
sacar cuidadosamente el tallo regordete de un hongo d"
rrible calamidad!
orla negra!
Pero sup6nganse que la recolección de hongos o de
bayas fuera nuestra únioa ocupación. ¿Creen ustedes qu<>
siempre tendrlamos bastante que comer? Cuando se sale a
recoger setas se regresa algunas veces con Ja cesta llen::i
hasta el tope y con el sombrero repleto, ademós. Pero tam-
bién algunas veces se regresa, después de vagar por el
bosque todo el dla, sólo con un insignifi=te hongo tirado /
en el fondo de la cesta.
Una chiquilla de nueve años, amiga nuestra, siem-
pre dice con j:-ictancia cuando sale a caminar por el bos.
que:
"¡Voy a recoger centenares de hongos!"
Pero casi siempre regresa a su casa con las manos va-
clas. Y si en su casa no hubiera otra cosa que comer, se
morir1a de hambre.
Al hombre, cJ recolector de aquellos antiguos tiempos,
le iba peer aún. Si no merla de hambre era únicamente
porque comía cuanta cpsa comestible encontraba y por-
que pasaba todo el día buscándola.

A pesar de que era mós fuerte y .mós libre que sus


antepasados moradores de los árboles, era todavía una
pobre criatura medio muerta de hambre.

1ur. 1OJ
CAPJTUO IV

El fin de un mundo
y el principio de otro
UNA CALAMIDAD INMINENTE

Por alguna causa, la cual no se ha desCubierto !oda·


vía, las tierras heladas del Norte comenzaron de nuevo a
desplazarse hacia el Sur. Grandes rios helados, glaciares,
se deslizaban por las faldas. de las laderas y por Jos valles,
abriendo surcos y canales en las faldas de las montañas,
destrozando las cumbies de las colinas, ro;mpiendo y arro··
llande riscos enteros, arrastrando consigo montones de
despojos. En su parte delantera el hielo derretido de los
glaciares formó corrientes de agua que cubrieron a las
montañas y abrieron cauces en la tierra.

103
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
J:L FIN ['E UN MUNDO y EL PlllNCIPIO DE OTRO
Los glaciares bajaban del Norte como columnas de un
rrientes oceánicas, esos rios que corren por el océano.
ejército en marcha. Y las masas heladas de las quebradas
tralan consigo el frío de los témpanos helados del Norte.
y abras de las montañas se precipitaban, como aliados, a
A veces arrastraban a los propios témpanos. ,,
reunirse con estas extensiones heladas que venían del !.I
Norte. i, 1

El sedimiento depositado en la costa dice todavía elo-


Tódavía podemos descubrir la trayectoria de estos rlos ctientemente cómo se enfricrron estos mares cllidos. En tan-
de hielo por las rocas esparcidas en los valles de Francia to que la tierra estaba poblada aún por animales que s6b
y de los paises vecinos. A veces, entre un macizo de ár- viven en un .clima cálido, la población del mar había cam- i j

boles, en Alemania, se encuentra uno de repente con uno biado completamente. En los depósitos de ese periodo en.
11
enorme roca cubierta de musgo entre los pinos. ¿Cómo lle- cóntramos muchas conchas de aquellos moluscos que sólo
go allí? Fué arrastrada por un glaciar. Varias veces antes pueden vivir en agua fria. i!
1:
las tierras heladas del Norte se habían deslizado hacia <>l
I'
Sur. Pero esta vez habían llegado más lejos que antes. En l.!\ GUERRA DE LOS BOSQUES ',
I!
la Europa Occidental llegaron a las montañas del centro Pero en la tierra se empezaba a sentir también 1~ 1 :·ji
de Alemania y casi cubrieron a las Islas Británicas. En la proximidad de las extensiones heladas. Es fócil imaginar '
América del Norte llegaron más al Sur de los Grandes que no era para reírse cuandc las tierras heladas del Artico
Lagos.
comenzaron a deslizarse hacia el Sur. Los bosques de abe-
No avanzaban aprisa. Su helado aliento no se sintió to del Norte se desplazaron al Sur. A medida que se reti-
inmeditamente en aquellos lugares habitados por el hom- raban, comenzaron a penetrar en los bosques frondosos.
bre. Los animales que vivfan en el mar sintieron este alien- Se inició una gran guerra milenaria de los bosques.
to helado antes que los habitantes de la tierra.
Hoy también están en guerra los bosques. El abeto Y
Aun hada calor en las playas. Los laureles y las mag- el álamo temblón se hacen constantemente la guerra. Al
nolias florecían aún en los bosques. Los enormes elefante> abeto le gusta la sombra; al álamo temblón le agrada la
y rinocerontes vagaban todavía por los valles pisoteando la luz. Los álamos temblones quedan ocultos bajo el bosque
alta hierba. Pero el mar se enfriaba cada vez más. Las co- de abetos como pequeños retoños. Los abetos los cubren
y no les dan oportunidad de crecer.
104
105
COMO EL HOMBRE l.L!:GO A SER GIGANTE EL FIN DE UN MUNDO Y EL Pll1NC!PIO DE OTRO

Pero cuando llega la gente y corta los abetos los ala- tado por su propia sombra. Pero esto sucede en Ja vida de
mos temblones salen inmediatamente a la vida en una luz un árbol. Los abetos pequeños que lograron sobrevivir,
más brillante y comienzan a crecer furiosamente. Todo al. florecen a la sombra de los álamos temblones Pronto que-
rededor empieza a cambiar. Los musgos, tan afectos a la da cubierta la tierra por las pequeñas y verdes agujas es-
sombra, los cuales nacieron al pie de los abetos, mueren pinosas de los abetos. Pocos años después las copas d"'
Los abetos jóvenes que fueron perdonados por los aserra- Jos abetos están a la altura de las de los álamos temblo-
dores, se secan a la candente luz del sol. Mient~as sus ma- nes. El bosque se ha dividido en dos: el verde claro de loo
dres, los grandes abetos, estuvieron alll, florecieron al· · álamos temblones alterna con el verde oscuro de las agu
amparo de sus gruesas y protectoras enaguas. AJ quedar das copas de los abetos. Estos continúan creciendo y li ·
sin protección contra el sol, se enferman y mueren. nalmente sus tupidas ramas oscuras privan de luz a las
hojas de los álamos.
Los ólamos temblones, por el contrario, celebran su
triunfo. Antes tenían que subsistir a coela de los pocos ra- Estos han llegado a su fin. Comienzan a morir a la
yos de sol que lograban introducirse a hurtadillas. por en'( sombra de los abetos_ El abeto hace uso de sus derecho•.
!re las ramas de sus rivales, los abetos. Pero los abetos yq El bosque de abetos se levanta de nuevo en su antiguo
hablan sido cortados y el ólcnno temblón es el amo del ·.· sitio.
=mpo. Y pronto se levanta un bosque de álamos temblo'
nes en lugar del bosque de abetos. As! es como los bosques sostienen la guerra cuand ~
el hacha del leñador se mezcla en sus vidas.
Pero el tiempo pasa. El tiempo es un gran trabajador.
Poco a poco reconstruye la casa del bosque. Los álamr· 'Mucho más feroz fué la guerra que sostuvierón cuan-
temblones crecen cada vez más, sus frondosas copr dó los glaciares se introdujeron en sus vidas. El frlo ma-
juntan más y más. La sombra proyectada a sus pies, . taba a los árboles a los cuales gustaba el calor y abriu
teada al principio por la luz del sol, se hace cada vez mL
el. camino a los bosques del Norte. El pino, el abeto y el
densa. El ólamo temblón habla sido el vencedor, pero • ·
cíbedu! vencieron al roble y al tilo. A medida que se reple ·
victoria era su destrucción.
gaban, los robles y los tilos pan!an en fuga a los restos
No se registra el caso de alguien que haya sido de siemprevivas, laurel, magnolia y sicomoro.
106 107
COMO EL HOMBRE Ll.EGO A SER GIGANlE
EL FIN Dt: UN MUNDO Y EL Pll!NCIPIO DE OTRO
En los lugares expuestos al frlo y al viento les era
más dificil sostenerse a los árboles delicados y afectos al La ardilla, el piquituerto, y sus amigos, se instalarón de
calor y perecian, dando paso a sus conquistadores o ale- nuevo en él.
jóndose cada vez más hacia el Sur. Era más fácil para
Un bosque, al mismo tiempo que muere, renace como
ellos resistir en las regiones montañosas. Alli encontraban
un mundo completo, indivisible, no como una simple agru ·
refugio en las cañadas protegidas y se sostenían como e:i
pación casual de vegetación y de vida animal.
una fortaleza sitiada. Pero nuevos glaciares se precitaban
sobre ellos desde las cimcs de las montañas, trayendo Eso fué lo que ocurri6 durante la Edad de Hielo. Los
como avanzada a la tundra montañosa, y dirigiendo el ata- habitantes· de los bosques afectos al calor desaparecieron.
que los abetos y los abedules de montaña. No quedaron mamutes. Los rinoceroiltes y los toros salva-
Y, ¿qué sucedió a los animales que vi.vf.an en aquello3 jes se fueron al Sur. Desapareció el antiguo enemigo del
bosques que fueron derrotados en la batalla contra los hombre, el tigre con dientes como sables.
conquistadores procedentes del Norte?
Junto con estos gigantes murieron o se fueron al Sur
Hoy, cuando un bosque es destruido por la tala o por casi todas las demás aves y animales que habían vivido
un incendio, los habitantes o perecen con él o se salvan y en las selvas. No pudo haber sido de otro modo. Porq·ue
huyen. Cuando un bosque de abetos es derribado, sus ha- cada animal viviente está atado como con cadenas a su
bitantes nativos, o más bien, sus prisioneros, desaparecen .mundo, a su propio bosque, y cuando ese mundo comenzó
11
con él: el piquituerto del abeto, la ardilla, etc. a desaparecer o a desplazarse, arrastró consigo a mucho.s
de sus habitantes.
Donde se alzaba su umbroso hogar de abetos, se levan-
ta una nueva casa boscosa de álamos temblones. En este Cuando desaparecieron los árboles, los arbustos y las
nuevo hogar ~iven alegres otros pájaros y otros animales . ,::. hierbas, los animales que se· habian alimentado de esta
vegetación y que encontraban refugio bajo sus ramas pro-
y cuando muchisimos años después el abeto vence :Il '•
_-tectoras, quedaron sin alimento y Sin amparo. Y estos ani-
álamo tembl6n, el nuevo bosque de abetos que ocupa el' ·
mnles arrastraron consigo en su desgracia a otros animales,
lugar de los álamos temblones tampoco estaró despoblado.'
a las bestias de presa. Porque cuando quedaron pocos
108
109
COMO EL HOMllBE LLEGO ll SEi! G!Gll.NTI! EL FIN DE UN MUNDO Y EL PlllNCIPIO DE OTllO

animales herb!voroo, las bestias de ¡>Nl8a que vivlan a~~unos de estos animales septentrionales sabian p~0tege~
ellos murieron también de hambre. se del fria ocultándose en cuevas. Y ademés no se les di.
Unidos entre s! por la "cadena de alimentos", los ani- licultaba hallar comida en estos bosques, porque eran sus
males y las plantas perecieron juntos cuando desaparecie- bosques, su mundo.
ron sus bosques, igual a como en los antiguos tiemp::>s se Asl. los antiguos habitantes de las selvas, los cual""
hundlan los galeotes junto con su galera, encadenadoa a estaban desapareciendo, tenían que luchar también con-
sus asientos. tra estos nuevos cnnos. ¿Es de extrañar que OC>brevivieran
La única forma de sobrevivir consistía en romper la pocos de ellos?
cadena, en comenzar a comer una clase diferente de ali~ ¿Y el hombre?, ¿qué fué de él?
mento, en cambiar la forma de sus garros y de sus clientes,
Sobrevivió, desde luego. Si hubiera desaparecido, nC>
en criar larga lana para protegerse del frío.
estarian ustedes leyendo este libro.
Pero sabemos cuán dificil es que un animal se transfor.
Quienes vivian en los paises cálidos la pasaron muy
me. Para eso se requiere el trabajo de dos artífices: la he- . bien, a pesar de que aun alli se hizo mós fresco el clima.
rencia y la variación. Y estos dos art!Jices trabajan con su·
Quienes vivían en lugares donde se sentía todo el rigor da
ma lentitud. las extensiones de hielo que se avecinaban llevaban un::x
· Vida más dificil.
Era un problema dificil para un animal del Sur vivir
en un bosque del Norte y, además, con estos bosques sep- Tiritando, castañeteando los dientes, amontonados pa-
tentrionales venían sus velludos amos: el peludo rinoceton·- ra conservarse en calor y proteger del frlo a sus hijos, hi-
te, el mastodonte, el león y el oso de la caverna. Estos ani- cieron frente a las primeras nieves, a los primeros terribles
males se sentían muy a gusto en el bosque del Norte. días de invierno.
Tenían ten maravillosos abrigos de. pieles, i;i1u2sas y ca- El hambre, el frío y los animales salvajes los amena-
lientes. El fr!o, tan Insoportable para el elefante, para el zaban de muerte. Si hubieran podido imaginar lo que es-
rinoc:eron!e pel6n y ¡x:rra el toro salvaje, era nada para un taba sucediendo a su alrededor, probablemente habrían
mastodonte y para un rinoceronte peludo. Por otra parte,
pensado que el mundo estaba tocando a su fin.

110
111
EL !"IN DE UN MUNDO Y EL PRINCIPIO DE OTBO
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
nuyendo constantemente, los bosques están siendo conti-
FIN DE UN MUNDO nu=ente derribados, y dilicilmente queda suficiente pe-
El fin del mundo ha sido profetizado a menudo. tróleo para muchos siglos. Cuando no quede combustible
en el mundo todas las máquinas de las fábricas tendrán
Cuando alguna vez aparecía un cometa de larga cauda que pararse, los trenes se detendrán, el fuego de las c=..1"
durante la Edad Media, la gente se persignaba y dedo: y las luces de las calles se apagarán. La mayorla de la
··se está acabando el mundo". gente morirá de frlo y de hambre. Quienes queden se vol-
verán montaraces, volverán a ser animales salvajes primi-
Cuando una epiderni0, como la peste negra, azolabo:
las ciudades y llenaba los cementerios, la gente murmu- tivos.
roba aterrorizada: "Es el fin del mundo". ¡Realmente nos pintan un cuadro horripilante!
Pero el mundo no se estaba acabando.
Y lo peor es que en realidad no hay tanto combustible
Hoy sabemos que los cometas no vienen a anunciar 1;
en el mundo en comparaci6n con la cantídad que encon.
ningún futuro acontecimiento, sino que recorren su 6rbita •tr6 el hombre. Algún dia se consumirá todo.
¡:tlrededor del Sol, y poco les importa cuanto piensen de
él los supersticiosos habitantes de la tierra. Y, ¿será ese el fin del mundo?

Sabemos que el h=bre y las epidemias, e incluso la ¡No; no será!


guerra, no significan que el mundo esté llegando a su fin.
Lo importante es· conoCer la causa de unci calamidad. Si se Porque el combustible no es la única fuente de oalor
conoce su causa, se puede luchar mejor contra ella. y de. energía que existe en el mundo. La principal fuente
de energia es el Sol. Y no hay duda de que cuando se ha-
No s6lo la gente ignorante, analfabeta, pr9fetiza el fin
yan agotado todas las existencias de combustible, la gente
del mundo. También hay hombres de ciencia que profeti-
habrá aprendido a hacer que el Sol mueva los trenes, ilu-
zan el fin del mundo y de la raza humana. Algunos de mine las casas y las calles, ponga en movimiento las rue-
eHos, por ejemplo, afirman que la humanidad desaparece- das de las máquinas y hasta cocine nuestras comidas. Ya
rá por falta de calor. Presentan cifras para apoyar su pro- hoy existen algunas estaciones eléctricas experimenta.i....
nóstico. Las existencias mundiales de carbón están dismi-
113
112
ll:I. nM DE UN MUNDO Y EL PRINCIPIO DE 01'110
COl\llO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGANTE
Et PRINCIPIO DE UN MUNDO
que obtienen su energía del Sol, y ya han aparecido las
primeras cocinas solares. Si el hombre no hubiera rolo aquellas cadenas que lo
ataban a su bosque nativo, el fin del mundo de la selw1
Pero estas personas que tienen tanta prisa de enterrar habría sido también su fin.
al mundo replican que el Sol también se enfriará algún día,
Pero el mundo no se estaba acabando, sólo se estaba
que ya es menos caliente y ardiente que algunas estrellas transformando. El mundo anterior estaba llegando a su fin,
nuevas, que dentro de millones de años la temperatura del y estaba naciendo un nuevo mundo.
Sol llegará a ser tan baja que el mundo se volverá más
Para sobrevivir en el nuevo y cambiante mundo 3]
frío. Los grandes osos polares errarán por donde hoy cre-
hombre tenla que cambiar también. Su antiguo alimento
cen las palmeras. Y eso no será tan bueno para los sereo
humanos. habla desaparecido. Tenía que aprender a obtener nuevas
clases de sustento. Las duras piñas de abeto y pino no erao
Seguramente serla en verdad muy malo que se pro- apropiadas para sus dientes, acostumbrados a las jugosas
dujera otra Edad de Hielo. ¡Pero el hombre primitivo pudo frutas de los bosques del Sur.
sobrevivir al hielo! Y, ¿suponen ustedes que la gente del
El clima se hacia más frío constantemente. El Sol pa ·
futuro, armada de una ciencia increíblemente más avanza-
recia haber desamparado al mundo y el hombre tendrb
da que la actual, será incapaz de sobrevivir?
que aprender a vivir sin el calor de sus rayos.
Hasta podemos prever lo que hará para vencer al frío. ¡Debla convertirse en otra clase de persona, y aprisa,
Hará que la energía atómica venga en ayuda de los rayos :>demás!
del Sol, la energía que ahora se ocwta en las células más El hombre era la única criatura viviente que pod!a
recónditas de la materia. Y la energia atómioa no se ago- hacer esto. Como ustedes saben, ya él habla aprendido
tará. Lo únioa que se necesita es encontrar oómo libertarla. desde antes a transformarse. Era el único de todos los ani-
males del mundo que habla aprendido a hacer esto.
Pero ya es hora de dejar de hablar de este remoto fu-
turo, y volver a un tiempo no menos remolo, al pasado, a El adversario del hombre, el tigre con dedos como sa ·
la época · hombre primitivo. bies, no podio hacerse una gruesa oapa de piel. El hombre

115
114
COMO EL HOMBRE !.LEGO JI. SEll GIGAN'l'E
llL FlN DE UN MUNDO Y EL PRINCIPIO DE OTRO
podía. Todo cuando necesitaba hacer era matar a un oso y
terior y se amontonó formando grandes cordilleras sobre la
quitarle la piel.
tierra. Otras páginás cuentan cómo se levantó Y se des-
El tigre con dedos como sables no podia hacer luego. plomó la corteza terrestre haciendo que los mares se des-
El hombre podio. Ya sabia utilizar el fuego. Habla llegado P:irramaran por la tierra y obligándolos a regresar.
al punto en que podia transformarse y oorregir a la natu. Después de las páginas (estratos) blancas como las
raleza. canchas marinas de las cuales están formadas, siguen las
Y aun cuando han transcurrido muchos millares de Páginas negras como carbón. Y es carbón. En sus negras '¡'
años desde entonces, todavía podemos descubrir qué cani- 'moles se puede leer la historia de aquéllos gigantescos bos-
bió el hombre en la naturaleza y cómo se transformó a ,,¡ ' ques que crecieron una vez s6hre la tierra. En ciertos luga-
mismo. ~es-, como en los mapas de un libro, se encuentran señales 1
de hojas y de huesos de animales que vivieron en la vege-
UN LIBRO CON HOJAS DE PIEDRA tación que más tarde se transformó en carbón.
La tierra que pisamos es como un enorme libro. Cada; Asi, leyendo una página después de otra, se puede
capa de la corteza terrestre (cada estrato de depósitos) es; leer la historia de la tierra. Y sólo en las últimas página~.
una página de este libro. Vivimos en la parte mós alta,· éll al fin del libro, aparece nuestro héroe, el hombre.
la última de estas páginas. Las primeras páginas están en Al principio se podría pensar que él no es el protago-
lo profundo ,del fondo de los océanos y en las bases sub- nista principal del enorme libro. Parece no ser más que
terráneas de los continentes. un personaje secundO:rio al lado de colosos como los an-
Sólo podemos suponer lo que sucedió antes de eso, lo tiguos y gigantescos elefantes y rinocerontes. Pero a me-
que se encuentra en los capitulas anteriores a estas pág'¡, dida que leemos-, nuestro héroe se va acercando cada vez

nas. Pero cuanto mós próximos a nosotros están las páQi- más al primer plano. Y finalmente llega el momento en que
nas del libro, tanto mós fétcil es leerlas. el hombre se convierte no sólo en el héroe del gran libro
sino en uno de sus autores.
Algunas de las páginas están chamuscadas y torcida,¡
Observen ese corte a lo largo de la orilla del ria. En-
por el luego. Nos refieren cómo se derramó la lava del in-
1re los sedimentos dejados por la edad de hielo aparece
116
117
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1 1

EL FIN DE Ull MUNDO Y EL PB!NC!PIO DE O'i'llO l.


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COMO EL HOMBRE LLEGO ¡¡ SER GIGANTE ,¡·I


'.·.'.1'1
mayor frecuenci_a carne a su alimentación. La carne satis- l1¡i1'
1.li:l
Una clara marca negra. Esta marca la hizo el carbón. facía más, daba más fuerza, y dejaba más tiempo para tra- 1IJ¡!i

dónde provino esa capa de carbón colocada precisamen- bajar. El creciente cerebro del hombre necesitaba un ali~ lj.· ·'. I. .'
!¡' ¡I
te en medio de esta arena y de- e<>ta
.,
alli acaso el incendio de un bosque?
arcilla?
- ue pro d UJO
. ¿0 · .mento nutritivo como la carne. '""
11¡•11
'1~ 111 1
A medida que el hombre perfeccionaba sus instru- 1¡1111 i,

, Si fuera la marca del incendio de un bosque el mate- '\!


1

mentos, la caza iba ocupando un lugar más importante en rf,l:i1.


rial carbonizado se extendG:tÍa en una amplia .área, y aquí su vida. 'i'· :,¡
1.11:
solo hay una pequeña capa de carbón. Sólo una hoguero
pudo haber dejado una capa tan pequeña. y sólo el hom. Si hasta en el cálido Sur la caza se estaba convir- ' -¡
1'I''·'
[·c:
¡i;:!:
, ,¡
bre pudo haber construído una hoguera. tiendo en una necesidad, en el Norte era absolutamente ,:¡
!¡i¡!,
Y para que no haya dudas, cerca del fuego encontra-
imposible vivir sin ella. El hombre ya no podio consegui.r
:]!¡
':F ·¡
b.astantes animales pequeños para satisfacer sus necesi- 1
mos otras huellas de la rnano del hombre: instrumentos d-= r¡
dades. Le era preciso conseguir presas más grandes. Por
piedra Y los huesos dispersos de animales matados en ca-
otra paríe, la nieve dificultaba la caza en el Norte. La nie-
1l¡Ji
~ :1
cería.
ve, las ventisca-s y el clima gracial. Esto queria decir qus- 1!·i
¡:lt
Fuego y caza: ahí tenemos las d os cosas con les cua- era preciso tener carne a la mano que d-urara largo tiemp,:i. i,'¡i '
11.I
]c;-3 ~~·2 enfrentó al hielo.
¿Qué clase de animales, pues, comenzó a cazar 01
EL HOMBRE ABANDONA EL BOSQUE hombre? 111:1

Casi nada encontraba el hombre que pudiera recoger Había gran variedad de animales grandes en los bos - ! 1

11··
¡·:,
en estos bravíos bosqqe septentrionales. En consecuencia ques. El reno se alimentaba de musgo en los lugares abier ·
!:'H, '
comenzó a buscar en la selva alguna otra clase de botin, tos. El jabalí escarbaba el suelo con la trompa. Pero los
algo que no se estaba en un solo lugar y esperaba a ser re· más grandes de todos los animales no se encontraban en el 1111
cogido, sino que huía y se escondía de su perseguidor. bosque; estaban en las llanuras donde crecian los arbus-
tos. Manadas de bisontes atronaban lm; llanuras, haciendo "i
Aun en las partes más calurosas del mundo, el hom- ·retemblar la tierra bajo el pe.c:;o de sus patas. Los maslo
'

l:irc co1nenzó por uquel tiempo a agregar cada vez con


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COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
EL FIN DE UN MUNDO Y EL Pll!NCIPIO DE 0'1110
dantes, gigantes lanudos, avanzaban sorda y lentarnenta tescos huesos de mamutes: sus enormes cabezas, sus col-
cual montañas en marcha.
millos largos y curvos, sus dientes semejantes a ralladores,
Para el hombre primitivo esto representaba carne en sus enormes piernas, y pedazos de sus troncos_
movimiento, carne que huía delante de él, escapándosele 1 Cuón atrevida y fuerte debió haber sido la criaturu
como un fuego fatuo. aue podía matar a tal gigante como el mamut! Y tendría
que ser más fuerte aún para descuartizar el cadóver y lle-
Ast saliendo en persecución de su presa, abandonó
varlo al campamento, porque cada pierna pesaba casi unrJ:
el hombre su bosque nativo donde había nacido y se había
tonelada. La cabeza era tan grande como un hombre.
criado. Sus caserios se extendieron cada vez más por lac:;
llanuras y los valles. Los restos de sus hogueras, de su3 Les cazadores de hoy disponen de armas especiales
campamentos de caza, se encuentran muy lejos de los para cazar elefantes. Y el hombre primitivo no t011ia armas
bosques en lugares donde nunca vivió, donde jamás pu· de fuego. Toda su equipo consistía en un cuchillo de pie-
do haber vivido un hombre de la selva, un hombre-reco- dra y de una asta con una piedra puntiaguda ajustada ::xi
gedor. extremo.

Es cierto que durante los muchos millares de años que


UNA PALABRA QUE DEBEMOS INTERPRETAR
separan al hombre cazador del hombre recogedor, habían
En les campamer:tos de caza del hombre prioiti7o en-
cambiado sus instrumentos de piedra, habian llegado a
cont.ramos huesos de animales matados en cacería. Ahí se
ser más agudos y mejores. Para hacer un cuchillo de pie·
er.~uentran costillas de caballos, cabezas encornadas de
dra o una punta de piedra para el asta, el hombre tenia
ganado, colmillos curvos de jabalí. A veces se encuentra:1
que ·tallar primero la ¡::x::rrte exterior, pulir después las si-
grandes montones de esos huesos, lo cual demuestra qu·~
nuosidades e irregularidades, reducir la piedra a lóminas,
el hombre solio permanecer durante-- largo tiempo en u~
mismo lugar. y finalmente, darles a estas láminas el borde afilado que
necesitaba.
Y lo mós notable es que entre estos huesos de caba-
Para fabricar un cuchillo de un material tan inadecua
llus, jabalíes y bisontes, encontramos también los gigan-
do co~o la piedra, se necesitaba una gran habilidad y mu·
120
12!
COMO EL llOMllllE LLEGO A SEll GIGA!ll'E
EL 1"111 DE UN MUNDO Y EL PlllNCll'IO DE OTllO
cho tiempo. Por lo tanto, una vez que habla fabricado se- a un Robinson Crusoe que, gracias a su tenacidad, se pro·
mejante utensilio, el hombre no lo tiraba después de veyó de cuanto necesitaba_ Pero si el hombre hubiera sida
usarlo; lo cuidaba mucho y lo crlilaba cuando perdia el filo. 1ealmente un solitario Robinson Crusoe, si la gente hubi~
Conservaba su instrumento porque valoraba su trabajo Y ra vivido en familias aisladas y no en verdaderas socieda-
5u tiempo. des, nunca habrían llegado a ser gente ni jamás habrlan
Pero por m6s que se haga, una piedra sigue siendo creado una civilizaciÓY"t.
piedra. Un asta con una punta aguda era un arma poco En realidad la vida de Robinson Crusoe no fué lo qu~
eficaz cuando era preciso entendérselas con un animal co- se representa en el libto de Defoe. Defoe tomó como bas9
mo el mamut. Porque el mamut tenia la piel tan fuerte co- la historia de un marinero que vivió realmente. Este ma
mo una coraza de acero. rinero fué el instigador de un motin a bordo, por lo cual !o
Sin embargo, el hombre mataba a los mamutes. Los cr1- abandonaron en una isla pequeña y desierta en medio-del
océano. Muchos años después visitaron esta isla unos via-
neos y colmillos encontrados en sus camp:nnentos nos lo
jeros y encontraron allí al marinero, al único habitante di
dicen.
la -isla, absqlutamente solo. Pero el antiguo marinero casi
¿Cómo se las arreglaba el hombre primitivo con un:r había olvidado hablar y más JXJreda una bestia salvaja
bestia tan enorme? que un hombre.
Sólo cuando se da a la palabra "hombre" la interpre · Si, aun en los tiempos actllales, es dificil que un s9r
tación de "gente" podemos comprender esto. Aisladamen- humano siga siendo humano si permanece en absoluta s0
te el hombre nunca hubiera tenido ventaja sobre ningún leda?, Jqué podríamos esperar del hombre primitivo!
animal grande. Pero, ¿ ha~ría sido el homb-re lo que es si 11
Los hombres llegaron a ser humanos sólo porque vi-
hubiera estado solo? No fué el hombre, sino la gente con
vían juntos, caiaban juntos y juntos hacian sus instrumen-
,!!
1

'l.i
su fuerza combinada quien aprendi6 a fabricar instrumen-
tos. Toda la tribu reunida cazaba a los enormes animales. ¡,
tos, a cazar, a hacer fuego, a co~truir casas, a rehacer el
No una sino docenas de lanzas se clavaban en sus peludos
mundo.
costados. La horda humana, como una criatura de mucho~
Hay libros que representan al cazador primitivo com0 pies y manos, cazaba a los mamutes. Y el trabajo lo ha-
122
123
El. F!l'I DE UN MUNDO '!' El. PlllMCll'IO DE OTBO
COMO El. llOMBliE u.EGO A SEll GIGANTE

da:J. n"J só!o docenas de manos, sino tambén docenas a~


piedras apropiadas en los bancos de arena para fabricar
cabezas. lo'.; instrumentos.
Esto querla decir que el cadóver debla ser arrastrado
Muchas veces un mamut era mós grande y más fuer~
hasta arriba desde el hondo p:Intano. Y aqui se pon1an a
te que un hombre, pero la gente era más lista. trabajar de nuevo, no un par, sino docenas de p:Ires d~

Un mamut era tan pesado que para él era nada pisar manos. Con piedras afiladas tajaban, cortaban, aserraban
a un hombre y matarlo. Pero la gente aprovechaba ese pacientemente la gruesa piel, los duros tendones, los enor-
mes músculos del mamut. Los mós diestros, los- viejos, les
mismo peso para tener ventaja sobre este gigante tan p-a-
sado que la tierra apenas podio soportarlo. enseñaban a encontrar las articulaciones para separar rá-
pidamente la cabeza y las piernas. Finalmente, cuand'."J
Lo cercaban por todos lados e incendiaban la plani- hablan descuartizado el cuerpo del animal, se lo llevaban
cie pantanosa donde vivia. Cegados los ojos ,por el resplan- en pedazos para el campamento.
dor del fuego, chamusqueoda y humeante la pelambre, el
Docenas de personas, gritcmdo al unisono para halar
mamut huía de dondequiera que lo perseguía el fuego. al mismo tiempo, arrastraban una pierna grande y pelu~
Y de acuerdo con el plan inteligente del hombre, el fuego da, o una cabeza de largos colmillos que dejaban el rastro
lo empujaba directamente a un pantano. en el suelo.

Llenando el aire con sus berridos de terror, el mamut Cuando llegaban al campamento les corrla el sudor y
trataba de sacar del fango primero una pata, después otr::x, quedaban agotados. Pero ¡qué celebración se iniciaba' La
pero cuanto más se esforzaba, tanto más se hundía. Enton- gente sabia que un mamut significaba una gran fiesta co ·
c.;::s todo cuanto la gente tenia que hacer era matarlo. mo no la habían tenido en mucho tiempo. Sabian que un
mamut era la comida para muchlsimos dios.
No era fácil dar caza y matar a un gran elefante, pero
era más dificil aún arrastrarlo hasta el campamento. El EL FIN DE LA LUCHA
campa._'Ilento estaba situado generalmente sobre una orill·:r Habla finalizado la lucha del hombre con los otros
alta del ria para que no lo alcanzaran las crecidas. Apro- cmimales. El hombre habla resultado vencedor al fin. Ha-
vechaban el agua del rlo ~a beb& y se podían encontrar bía vencido al mós grande de todos los animales.

124 125
EL FIN DE lJII NllNDO y EL l'lllNCIPIO DE omo
Esta era una lucha por el cilimento más bien que una
competencia. ¿Quién se iba a comer a quién? El hombr~ lia, cilando llevaron alH conejos de Europa. Se reproduje
llegó a ser quien se come a todos los otros animales y no ron en tal cantidad que no habla manera de salvar de ello,
es comida de ninguno de ellos. a los jardines.

Como ccnsecuencia comenzó a aumentar rápidamen-


Los australianos tuvieron que hacer llevar de Europ-J
una clase especial de zorro con objeto da reducir el número
te el número de personas en_ el mundo. Cada siglo, cada
de conejos en el pals y restablecer el equilibrio que habl''
mil años, habla más gente, de modo que al fin se pobló
llido alterado.
todo el mundo.
Este es un caso de trastorno y de restablecimiento del
Ocurrió algo que no podio sucederle a ningún otro ani-
orden de la naturaleza efectuados por el hombre.
mal.
¿Seria posible que los conejos, por ejemplo, llegaran a Desde hacia mucho tiempo el hombre habla eliminado
ser tan numerosos como los seres humanos? por si mismo los lazos y las limitaciones establecidas en la
naturaleza como barreras para los animales semejantes 'l
Bien pueden ver ustedes que no puede ser. Porque no
él. Empezó a fabricar instrumentos, a comer alimentos ex-
hr.bria suficiente comida en el mundo p:rra mlilares de mi-
traños; obligó a la naturaleza a ser más generosa con él.
llones de conejos. Y además, a medida que aumentara el
Dos o tres grupos humanos podían existir ahora donde an-
número de conejos, aumentarla también el número de lo-
tes sólo uno pocila encontrar suficiente alimento.
bos. y los lobos se encargar[an de que se redujera de nue.
vo el número de conejos. Y cuando comenzó a cazar grandes animales, ensan-
chó más aún el lugar que ocupaba en la naturaleza.
Es decir, la cantidad de animales en el mundo no pue-
de aumentar indefinidamente. Existe un cierto limite que Ahora no tenla que recoger planlas para alimentarse.
les es dificil sobrepasar. Ello depende de lo que comen v El bisonte, los caballos, los mamutes las recoglan para él.
de quienes se los comen. Es cierto que a veces aumenta Manadas de estos animales vagaban por las llanuras con-
tanto el número de conejos que. llegan a ser una verdadera sumiendo montañas de hierba. Dla tras dia, año tras año
plaga para los hombres. Eso sucedió una vez en Austro- engordaban, trcmslormando toneladas de hierba en kilos
de carne. Y cuando el hombre mataba un bisonte o un
126
1Z7
COMO EL HOMBRE 1.1.EGO A SEi! GIGJUC'l'E

elefante obtenia una provisión de alimento y de energLJ: EL f1N DE UN MUNDO Y EL Plt!NCIPIO DE OTRO
paru cuya 1ecolecC1ón se habd.an necesitado muchos años,
A la entrada de una cueva o debajo de algún peñasco
saí1énte construía para sí su pequeño cielo privado con
Y kI gente necesitaba provisiones. Durante las tormen-
pieles y ramas, bajo el cual no había ·lluvias, ni nieves,
tas de nieve y las ventiscas y el tiempo helado, no era po.
ni viento. En el centro de su pequeño mundo coloc6 un
sible buscar alir:iento. Ya no eran los buenos dios p:ISados
sol ardiente, el cual le daba luz en la noche y calor en
cuando hacia calor durante todo el año.
invierno.

Pero un cambio trae otro consigo. Una vez que el hom- En los sitios de algunos antiguos campamentos de c.:i-
bre comenzó a almacenar provisiones, tuvo que Permarie- za se pueden ver todavía hoyos en los cuales eran cia·
cer mayor tiempo en un mismo sitio. No podía cambiar de vados los Postes que soportaban esta "bóveda celeste",
lugar tan fócilmente. Porque no podla arrastrar a toda. el techo de la choza. Y en el cenh·o del espacio cir::-:un-
partes consigo el cuerpo de un mamut. dado por los postes, se ven todavía las piedras tiznadas que
rodeaban a la hoguera, al sol artificial.

Hubo otras causas, además, por las cuales tuvo el hom- Hac~ mucho tiempo que las paredes se derrumba-
bre que dejar de ser un nómada sin hogar. Antes cual- ron, se hicieron trizas, se pudrieron. Pero, aun cuando ya
quier árbol podía servirle de refugio durante la noche. no existen, es posible ver ex~ctamente donde se alzaban.
protegerlo de las bestias de presa. Ahora no les temia tan- Todo el interior del pequeño Inundo habla de su creador
to a éstas. Tenia otro enemigo -el frlo--- y le era preciso del hombre.
disponer de un refugio seguro para protegerse contra es· Cuchillos .y raspadores de piedra, fragmentos y lómi·
te nuevo enemigo. nas de piedra, huesos desarticulados de animales, carbón
Y cenizas sobre el fogón: todo está mezclado con la me-
EL HOMBRE CREA UNA SEGUNDA NATIJRlU.EZA na y la arcilla en una forma en la cual nunca se encuen-
Al fin lleg6 el tiempo en que el hombre comenz6 a tra en la naturaleza que no ha sido tocada por el hon1~
crearse su pequeno mundo caliente dentro del enorme y bre.
bio mundo.
Demos apenas uno~ cuanfG? pasos mé::s allá de est~
paredes invisibles de la habitación que desapareció hace.
128
J29
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

tanto tiempo y no encontraremos vestigio alguno de la


obra del hombre. Ya no se hallarón instrumentos en el
suelo, ni el carbón y las cenims de una hoguera, ni huesos.
Asi es que este otro mundo creado por el hombre está
sepc::rrado tOdavia de todo cuanto lo rodea como por una
linea invisible.

Al explorar el suelo que ha conservado las huellas de
CAPITULO V
la obra de manos humanas, al examinar los cuchillos Y los
raspadores de piedra, al hurgar en el carbón que hay so-
bre el fogón donde hace tanto tiempo se apagó el fuego, Una. Escuela. Milenaria.
vemos claramente que el fin del mundo anterior no fuá
el fin del mundo para el hombre, porque el hombre logró PRIMER VIAJE AL PASADO
crear su propio pequi:¡ño mundo. En los campamentos de los cazadores de bisontes y
mamutes se encuentran generalmente dos clases de ins -
trumentos de piedra: uno grande y otro pequeño.

El más grande es una pesada piedra triangular afila-


da por dos caras. El pequeño es una lámina larga y del·
goda con un borde afilado, recortada de un pedazo más
Qrande de piedra.

Evidentemente cada uno de estos instrumentos tiene


un uso especial; de otro modo no habrían sido tan dile
rentes.

¿Cómo vamos a descubrir cuál era el uso a que esta-


ban destinados? Desde luego, mediante un simple "xame"

131
130
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
UNA ESCUELA MILENARIA
de ellos podemos deducir algo acerca de esto. Los do• junto con su suelo de lona, algunas cañas corredizas de
están afilados. ESo. quiere decir que eran usados para
bambú, estacas para asegurar las cuerdas de la tienda,
cortar o partir. Uno es más grande y más pesado que eI y un martillo para clavar las estacas en el suelo. Ade-
otro~ Eso signifiéa·-que estaba destinado a- un trabajo más
más de la tienda necesitarán toda una porción de otras
rudo. Por su aspecto se pUede comprender que su ma- cosas: un sombrero de corcho para protegerse contra el
nejo requería mucha fuerza.
sol, un hacha, una marmita, una estufa de gasolina, una
Pero, ¿qué clase de trabajo pudo haber sido exacta- taza, una cuchara, una brújula y un mapa. Metan todo
mente? esto en su saco de viaje y no se olviden de llevar una es-
copeta. En la Edad de Piedra no es posible vivir sin ca-
La mejor manera de averiguarlo es regresar a la Edad
zar. Y ahora vayan al puerto más cercano y compren su
de Piedra y ver cómo trabajaba la- gente con estos instru-
pasaje.
mentos de piedra.
No le digan al vendedor de boletos que van para la
En las.novelas dice con frecuencia el autor: "Regrese-
Edad de piedra. Si se lo dicen pensará que deberían com-
mos diez años". Eso. está muy bien- para los novelístas:
prar pasaje para un manicomio más bien que para un
ellos pueden ir a cualquier parte que quieran en la forml'..l
vapor.
que lo deseen, y pueden escribir cuanto quieran acerca
de sus protagonistas. Pero ¿qué podemos hacer nosotros, En su boleto no encontrarán ustedes nada que diga:
que estamos escribiendo una historia verdadera? No te- "A la Edad de Piedra con Retorno". Será simplemente
nemos que regresar unos diez años más o menos, sino un pasaje ordinario en vapor y dirá:
decenas de millares de años. "Pasaje de Turista para Melbourne."
A las pocas semanas el vapor los dejará en el des·
Sin embargo, podemos volver a la Edad de Piedra.
tino deseado. Pues ustedes sabrán que todavía hay gente
Si ustedes quieren hacer esto, deben proveerse an· que usa instrumentos de piedra, y esa gente vive en Au~­
tes de las cosas ,que necesitarán para un viaje tan lar· tral.ia. Es decir, ustedes f)Ueden hacer un viaje en esp:::1-
goo Ante todo deben conseguir una costosa tienda de cio, en lugar de un viaje en tiempo. El vapor es un reloj
campaña- que pueda meterse dentro de un pequeño sac.J tan bueno como el descrito por Welles.

132 133
COMO El. HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE UNA ESCUELA MILENARIA

En Australia vive gente que usa instrumentos de pie- explicarnos muchas cosas. Al observar a estos austra-
dra, as! es que debemos visitarla para saber cómo se usan líános trabajando, comprendemos, por ejemplo, que ese
esos instrumentos. Por las secas llanuras desiertas con cuchillo largo y triangular es un instrumento del hom-
manchas dispersas de arbustos espinosos, nos internamos bre, el instrumento del cazador. Lo usan para matar a
en lo recóndito del pa!s, hasta llegar a la región de los su presa, para desollarla y para descuartizar el cadáver.
cazadores australianos. Debajo de los árboles a lo largo El cuchillo pequeño es para uso de las mujeres, para el
de un ria descubriremos sus chozas con~truidas con pie- trabajo doméstico. Con él cortan los vestidos las mujeres,
les y ramas. p::rrten cosas pequeñas y raspan el cuero.

Los niños juegan cerca de las chozas. Los hombres La división del trabajo entre los dos instrumentos, ex-
y las mujeres están sentados en el suelo trabajando. Un plica la división del trabajo entre la gente, la cual ya se
viejo de cabello hirsuto y larga barba, le está quitando habla iniciado en la época del hombre primitivo, cuando
la piel a un kanguro matado en cacería. El viejo est:X aún viv1a de la caza.

trabajando con un cuchillo de piedra triangular: precisa- El trabajo se· iba haciendo más complicado. Para d<>-
mente la clase de voluminoso instrumento de piedra que sempeñarlo con mayor eficacia, una persona t'enía que ha-
motivó este largo viaje. A su lado una mujer está cor- cer un cosa, y otra persona alguna otra cosa. MientrCl3 los
tando un vestido con un trozo de piedra largo, delgado y hombres estaban siguiendo la pista de su presa y persi-
afilado. De nuevo reconocemos un objeto familiar: en guiéndola, las mujeres no estaban sentadas ociosas, sino
Europa, en los campamentos de caza del hombre primi- construyendo chozas, recogiéndo raíces, ocupadas con las
tivo, se encuentran cuchillos largos y .angostos, exactoo provisiones.
a ése.
Y. habia otra división del trabaio: la existente entre
Esto no quiere decir que los australianos de hoy son jóvenes y viejos.
gente primitiva. Millares de generaciones los separan de
UNA ESCUELA MILENARIA
la gente primitiva. Estos cuchillos de piedra que están
usando, no son más que reliquias del pasado que han Para realizar cualquier clase de trabajo, era preciso
sido conservadas, pero estas reliquias del pasado pueden aprender primero a ejecutarlo. Y este conocimiento no bcJ..

134
COMO EL HOMBRE LLEGO JI SER GIGANTE
UNA ESCUELA MII.ENJIRIJI
ja del cielo. Hay que adquirirlo de alguna otra persona.
Si un carpintero tuviera que inventar él mismo un ha~ Astro-Fisica. Y generalmente se consideraba una sola Qc!:-
cha, una sierra y un cepillo y, además, tuviera que busca: mica. Ahora tenemos la Geo-Quimica, la Bio-Qu!rr.ica: y !-::
la forma de trabajar con estos instrumentos, no habría un Ágro-Quimica. Impulsada por el nuevo conocimie!1to !,'J'
soio carpintero en el mundo. ciencia continúa creciendo y multiplicándose como cédula:;
vivas.
Si, para aprender Geografía, cada uno de nosotros
tuviera que recorrer todo el mundo, descubrir de nuevo la En la Edad de Piedra no existían ciencias, dedc lue.
América, explorar el Africa, escalar hasta la cima del Mon.. go. El hombre estaba comenzando apenar a adqt..:i:-::- ex.
f.e Everest, y contar por sí mismo todos los cabos e istmoa periencias y a hacer acopio de ellas. El trabajo del hcm-
que hay en el mundo, a nadie le alcanzarla la vida, aun bre no era tan complicado como lo es hoy, por lo cual la
.cuando fuera mil veces más larga de lo que es. gente no tenia que pasar mucho tiempo aprendiendo. Pero
sí tenían que estudiar algo, aún entonces .
Cuanto más progresamos, tanto más tenemos que
aprender. Cada nueva generación recibe de la preceden- Seguir la pista a los animales salvajes, dcwllarbs,
te un caudal mayor de conocimiento, de informaci~n, de construir chozas, fabricar cuchillos de piedra: cada una de
desc:ubrimientos. estas actividades requería pericia. Y ¿adónde iban a apre!1·
der su técnica.
Hace doscientos años las gentes llegaban con frecuen-
cia a ser profesores cuando apenas tenían dieciseis años. El hombre no nace artesano. Aprende a serlo.
;A ver si hoy se puede llegar a ser profesor a esa edad!
Ahí tenemos un ejemplo muy claro de cuánto se dife-
Se necesitan doce años para cursar apenas hasta la rencia el hombre de los animales. Un animal adquiere por
enseñanza superior. Y en el futuro la gente tendrá que ha- herencia de sus padres todos sus instrumentos y el cono.
cer estudios más largos aún, porque cada año hay nuevos cimiento relativo a su uso, en la misma forma en que here-
descubrimientos en todas las ciencias, y el número de cien- da de ellos el color de su piel y la forma de su cuerpo. Los
cias crece constantemente. No hace mucho tiempo habla cerdos no tienen que aprender a hozar, porque nacen con
solamente una Física. Ahora tenemos la Geo-Flsica y la hocicos apropiados para hacerlo. Un roedor no tiene difi.
cultad para roer y derribar un árbol porque como ustedes
136
137
COMO EL HOMBRE LLEGO .1\ SEi! GIG.l\l!TE
UNA ESCUEL.I\ Mll.ENAlll.I\
saben sus instrumentos cortantes crecen precisamente en
su propia boca. Por lo tanto, los animales no tienen talle- do al hombre ciencia, técnico y arte, que le ha dado toda
su civilización.
res ni escuelas. Pero el hombre fabrica sus propias herra-
mientas; no nace con ellas. Eso quiere decir que no hereda. El hombre entró a la Escuela Milenaria por la Edad
de sus padres el conocimiento del uso de sus instrumentos, de Piedra. Los antiguos y experimentados =adores en
sino que tiene que adquirirlo de sus maestros y de los
señaron a Ja gente más joven el diffcil arte de la =a, le
mayores durante el curso del trabajo. enseñaron a distinguir las diferentes huellas dejadas en el
suelo por los animal~, le enseñaron a acercarse a su pre·
Me atrevo a decir que los disdpulos perezosos esta-
sa sin ahuyentarla.
rían muy contentos si la gente naciera conociendo las re--
glas gramaticales y sabiendo resolver problemas de Arit- La caza requiere habilidad hoy, también, a pesar de
mética. Entonces no tendrlan que ir a la escuela. Pero eso que ahora es más fácil ser =ador debido a que éste no
no seria nada bueno para ellos. Si no hubiera escuelas, la tiene que fabricar sus propias =as. En la Edad de Pie-
gente jamós aprendería nada nuevo. La técnica y la expe- dra los =adores lenlan que fabricarlas: garrotes, cuchl·
riencia humanas no pasa:rlan de cierto nivel, lo mismo qud llos, puntas de lanzas. Un maestro antiguo tenla mucho
la tknica y la experiencia de la ardilla. que enseñar a un joven.

Afortunadc:::nente para la humanidad, la gente no na- El trabajo de las mujeres tenla que ser aprendido tan:-
ce con hábitos formados. Estudia y aprende, y cada ge>- bién. Una mujer terúa que ser no solamente ama de casa.
neraci6n agrega algo al caudal común de la experiencia sino también arquitecto, leñadora y sastre.
humana. La experiencia crece más y más. La humanidad
continúa dejando cada vez más atrás las limitaciones a En cada tribu habia hombres y mujeres viejos, exper-
su conocimiento. tos, quienes transmitian las experiencias de sus vidas krr-
gas y laboriosci.s a la nueva generación.
Todos los escolares estudian. Y toda la humanidad v<r
también a la escuela, constantemente aprende cada vez Pero, ¿Cómo transmitían a los demás su conocimiento
más cosas nuevas. Esta es la Escuela Milenaria que ha da- Y su experiencia? Enseñando y relatando, y por eso nece.
silaban el lenguaje.
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139
COMO EL HOMBRE LIJ;GO A SER GIGANTE
UNA ESCUELA MILENARIA

Un animal no tiene que enseñar a su hijo la manera ¿Existe algún medio de poder viajar en el tiempo CJ-
de usar su instrumentos vivientes: sus garras y sus dientes;
mo lo hacemos en el éter?
en consecuencia, un animal no necesita saber hablar. Pero
el hombre tenla que aprender a hablar. El lenguaje le era Si existe: el Cine Sonoro.
necesario, tanto para su propio trabajo como para que ~u Sobre la pantalla podemos ver todo el mundo, no sób
experiencia y su habilidad pudieran ser transmitidas de el mundo dei presente, sino también el del pasado. Pero
una a otra generación.
una película cin_ematogré:Iica es una embarcación que
¿Cómo hablaba el hombre en la Edad de Piedra? puede conducirnos retrospectivamente sólo hasta la fe-
cha en que fué construida, sólo hasta unos cuantos años
SEGUNDO VIAJE AL PASADO atrás. Las prirheras películas sonoras aparecieron en 1927.

Volvamos otra vez al pasado. Sólo que ahora tratare· Para continuar nuestro viaje hasta más lejos por el pa-_
mos de conformarnos con un equipo menos complicado, de sado, tendremos que ser transbordados de uno a otro barco,
hacerlo más sencillamente. No necesitamos embarcarnos y cada embar.cación será peor que la anterior: del vapor
para viajar. Podemos hacerlo con sólo sentamos en =· pasamos al buque de vela; de éste, al barco de remos.

Cuando hacemos girar la aguja del radio-receptor, so- Tomemos, por. ejemplo, el cine silencioso. Ah_i podemos.
mos trasladados en un momento de New York a París, d9 ver el paso:do, pero no podemos oirlo.
Paris a Moscú, de Moscú a Bombay, sin salir de nuestro
O el fonógrafo: podemos oír la voz con todos los grO!-
cuarto. Y si tenemos un equipo de televisión, no sólo po-
dos de sus entonaciones, pero nb podemos ver al que ha-
demos oir, sino que también vemos a la gente de otras
bla.
ciudades y paises que se encuentran al otro lado de las
montañas, de loS mares y de los océanos. Y estos barcos también pueden llevarnos únicamente a
aquellas playas de donde partieron. El cine silencioso no~
Pero ¿cómo podemos oír a: la gente de quien estamos
puede mostrarnos cosas que ocurrieron antes de 1895, y el
separados no sólo por kilómetros sino por años y años,
lonógr6lo sólo nos lleva hasta 1877, el año en que fué in-
y años?
ventado.
140 141
COMO Et HOMlllE 1.1.EGO A 8Ell GIGllRTE

Antes de esa fecha están mudas todas las voces. Sólc booa está calda. Al pie del retrato está escrito, con mano
se conservan en simbolos, en letras: en las líneas rectas, templorosa: "A mi querida .niela, de su amante abuela".
pare1as. de los libros impresos.
Toda una vida humana representada en una sóla IJÓ·
En los retratos, en los antiguos daguerrotipos, se ven son- gina de una album fotográfico.
risas y expresiones inmóviles. Observen algún viejo album
Cuando más retrocedemos, tanto más defectuosamente
familiar, y entre las cubiertas de raso verde, aprisionada.c:;
dan los retratos la expresión del rostro, la posición de la
por los broches de metal, se encuentran las vidas de varias
cabeza, los movimientos de las manos. Hoy podemos cap·
generaciones.
tcrr fácilmente en nuestras ¡:)eHculas fotográficas un jinete :::I
All!, sobre una hoja de cartón, está el descolorido re- todo galope, un nadador hendiendo el agua. Pero en aque-
trato de una chiquilla, vestida como acostumbraban a ves - llos dias, cuando querían retratar a una persona, tenían
!ir a los niños en los años del 70. La niña está inclinada que colocarla en una silla especial con ganchos para man-
sobre un pintoresco seto de jardín. como los que se encon- tenerle quietos la cabeza y los hombros. No es de extrañar
traban solamente en los estudios de los fotógrafos. que el retrato pareciera más bien de un maniquí que de
un ser humano.
En la misma página se ve una novia de largo velo, y
su obeso y calvo novio de levita. Sus manos descanscm tie- Año de 1838. Antes de esta fecha 110 se encuentran fo-
sas en el nicho de una columna de mármol hecha para ese tógrafos. A medida que nos internemos en el pasado tendre-
objeto. Sus anillos de boda están completamente visibles. mos que fiarnos de otros testigos que no son tan imparcia-
El novio es por lo menos treinta años mayor que la novia, les y precisos como una cámara _fotográfica.
quien tiene los ojos ingenuos, atemorizados, como los de
Para reconstruir el pasado tenemos que oir y compa-
la chiquilla del otro retrato.
rar los testimonios -de los testigos que han ido conservando
Y aquí está de nuevo, cuarenta o cincuenta año~ para nosotros en las galerías de pinturas, en los archivos
después. Apenas podemos reconocerla. Su frente, bajo un y en las bibliotecas.
pañuelo negro de encaje, está surcada de arrugas; sus ojos
En esa forma desfilan velozmente ante nosotros cente-
tienen una expresión de cansancio y de resignación; su
nares de fechas, como lcis números inscritos en los postes
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143
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
UNA ESCUELA MILENARIA
de lc:J carreteras. Año de 1456. Antes de esta fecha no en-
cor:trcmos libros impresos. Los dibujos de ornato de la es- UN LENGUAJE SIN PALABRAS
critura de !:::is copistas subst:tuyen a los claros caracteres En el fondo de las cuevas de los campamentos de caza
dC" ]r1 pógi:-ia impresa. del hombre primitivo, encontramos con frecuencia al hom.
La plurr..a de ganso del copista se desliza lentamer:L~ bre mismo, o más bien, a lo que qued~ de él.
por el pergamino y con ella recorremos nuestro intrincado
¿Qué clase de persona era nuestro héroe después de
camino e:i el pasado, paso a paso, letra a letra. Del perga- esos centenares de millares de años que lo separaban del
mino al papiro y a las inscripciones en las paredes de lo::; Pitecantropus?
templos, nuestro carnina nos conduce cada vez más lejos
en el pasado. Ante todo debemos ponernos de acuefdo acerco de
cómo Io vamos a llamar de aqui en adelante, porque como
Lo3 escritos que nos dejaron esta gente en la antigüe·
ustedes saben, el nombre de nuestro héroe carnbia de uno
dad van siendo cada vez más díficiles de comprender, más
a otro capítulo. Lo llamaremos como lo llama la ciencia:
misteriosos a medida que penetramos más profundamen-
Hombre de Neanderthal, por el nombre del valle de Nean.
te. Por último desaparece la escritura. Las voces del pasad·)
derthol, donde fué hallado el cráneo de hombre que vi
han enmudecido completamente.
vió en la época de los mamutes.
¿Qué hay más allá?
Tenemos que darle un nombre nuevo a nuestro pro.
Buscamos las huellas del hombre· en la tierra. Excava-
tag.onista porque, como ustedes ven, se ha transformado
mos las tumbas olvidadas; examinamos los instrumento.:;
en realidad en otra persona. -Su columna vertebral se ha
antiguos, las piedras de los edificios que hace tiempo- se
enderezado, sus manos se han vuelto más flexibles, su .fr....u-
derrumbaron, el carbón de las hogueras aoagadas desde ra se ha hecho más humana.
hace muchos años.

Estas reliquias del pasado nos dicen cómo vivia y c6· Los novelistas acostumbran describir en detalle el as-
mo trabajaba el hombre. Pero ¿pueden decirnos cómo ha- exterior de su protagonista. Y nunca son mez:¡uino:~
blaba y cómo pensaba? darle muchos atractivos, ademós: sus ojos son "carbo-
su nariz, "aristocrática, aguileña"; su cabe
144
14.5
UNA ESCUELA MILENA!l!A
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGA~
Su frente estrecha cae por encima de sus ojos como
llo, "negro como el ala de un cuervo". Pero nunca nos ha- la visera de una gorra. Sus dientes se proyectan hacia
blan del tamaño de su cerebro. afuera.
En lo que más se diferencía del hombre actual es en el
Nosotros nos encontramos en diferente situaci6n. Paro
mentón y la frente. Su frente se inclina hacia atrás, y ape-
nosotros es de primera importancia el tamaño de su cere-
nas tiene mentón.
bro y nos interesa mucho más que la expresión de sus ojos
y que los tonos argentinos de su voz. Dentro de su cráneo de frente estrecha faltaban algu-
nas partes del cerebro del hombre actual. Y la quijada in-
Cuidadosas mediciones del cráneo del Hombre d9 ferior, con el mentón tirado haci~ atrás, no se adaptaba to-
Neanderthal demuestran, sin posibilidad de dudas, que su davía al habla humana.
cerebro era mayor que el del Pitecantropus.
Un hombre con tal frente y con semejante quijada in·
Evidentemente aquellos millares de años de trabajo n::> feriar no podio pensar ni hablar como lo hacemos nosotros.
fueron en vano. Transformaron completamente al hombre, Sin embargo, tenia que hablar. Era necesario JXIra el
en especial su cabeza y sus manos. Porque sus manos eran trabajo en común. Cuando la gente trabaja junta tiene qu¡;:
las que tenían que ejecutar el trabajo y su cabeza tenla ponerse de acuerdo acerca de su trabajo. El hombre no
que dar las órdenes. podio esperar hasta que su frente se enderezara y su qui-
jada inferior se hiciera más grande. Habría tenido que es-
A medida que trabajaba en su hacha de piedra, que perar mil años.
daba nueva forma a la piedra, el hombre se estaba trans-
¿Cómo se hada entandar el hombre?
formando inconscientemente a si mismo, rehaciendo sus
propios dedos, dándoles movilidad y habilidad mayores. Se expresaba lo mejor que podla con todo su cuerpo.
Estaba reconstruyendo su cerebro, también, el cual se iba Aun no tenla un órgano especializado para hablar, por lo
volviendo. más complejo constantemente. cual hablaba con todo su cuerpo: hablaban los músculos
de su cara, sus hombros, sus piernas, y sus manos habla-
Al examinar al Hombre de Neanderthal se da uno ban más que todo.
cuenta en segttlda de que él no es un mono.
147
146
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

¿Han sostenido ustedes alguna vez una conversación UNA ESCUELA MlLENAl!IA

con un perro? Cuando el perro quiere decirle algo a su: Esto seria imposible si no fuera por el hecho de que
amo, lo mira, lo soba con la nariz, le pone las patas sobre,: estas gentes primitivas fueron nuestros antepasados y de
Ias rodillas, mueve la cola y se menea y se lamenta con que nosotros, gente de hoy, hemos heredado algo de ello.
impaciencia~ ¿No puede hablar con palabras y tiene que
hablar con todo su cuerpo, desde la punta de la nariz has--'. flGURAS GESTICULADAS
ta e! e:xtremo de la cola.
Hace algunos años visitó a Europa un indio norteame-
El hombre primitivo tampoco podía hablar con pala- ricano de la tribu de. los Nez Percés. No se parecía en nada
bras, pero tenía manos que lo ayudaban a expresarse. Co- a esos indios descritos por Fenimore Cooper, armados con
mo ustedes ven, ejecutaba su trabajo .con las manos. Su hachas de guerra. No calzaba µiocasines ni usaba plumas
lengua no era utilizada para trabajar. en la cabeza. Vestía igual que nosotros y hablaba perfec-
ta!nente tanto su propio dialecto como el idioma inglés.
En lugar de decir "corta!", hacía un gesto con sus ma-
nos. En vez de decir "¡dame!", tendía la mano con la palma Pero además de estos dos lenguajes, conoda también
hacia arriba. Para decir "jven aca!" ejecutaba un ademán otro que había sido conservado entre los indios desde tiem-
hacia él. Y al mismo tiempo ayudaba a sus manos con }a_
voz: rugia, gemía y gritaba para atraer la atención de la
persona a quien estaba hablando, para hacerla observar I:ste es el lenguaje más sencillo ·del mundo Si us-
los gestos que estaba haciendo. tedes quieren aprenderlo, no tendró:n que molestarse estu-
diando toda clase de declinaciones y conjugaciones, ni
¿Cómo sabemos esto? aprendiendo participios y preposiciones y todas esas co-
Cada pedacito de instrumento de piedra hallado en sas que hacen tan difícil nuestro lenguaje. Y no tendrán- di·
la tierra es un fragmento del pasa~o. Pero ¿dónde vamos- ficultad alguna para la pronunciación porque no tendrán
ª encontrar fragrnentos de esos gestos? ¿Cómo podemos re- que pronunciar nada. El lenguaje que podía hablar este vi-
construir los movimientos de aquellas manos que se des- sitarlte indio no era de sonidos sino de gestos.
integraron hace tanto tiempo?
Si ustedes trataran de hacer un diccionario de este
148 idioma obtendrian algo parecido a esto:

149
UNA ESCUELA MILENAlllA

Lluvia.-Dos puños, separándose y bajando rápida-


mente.
UNA PAGINA DEL DICC!ONAflIO DE LOS GESTOS
Estrella.-Dos dedos colocados en alto sobre la cabe-
filco de Flecha.-Con una mano se sostiene un arco za, juntándolos y separándolos, para representar el cen-
imaginario. Con la otra mano se tiro de una cuerda ima- telleo de una estrella.
ginaria.
Cada gesto es una. figura dibujada en el aire por las
Choza.-Un techo inclinado, de dos aguas, formado manos. Así como la forma más antigua de escritura no sé
por la colococión entrelazada de los dedos de ambas ma·'' ejecutaba con letras sino con -figuras, a:Sí, quizás, estos
nos. antiguos gestos eran también figuras gesticuladas.
Hombre Blanco._:.Un gesto de la mano sobre la fren- No queremos decir que el actual lenguaje mímico de
te, para representar el ala de un sombrero. estos indios es el mismo que usaba la gente primitiva. En
Lobo.-Una mano con dos dedos extendidos hacia ade-''· este lenguaje mímico hay muchas palabras que de nin-
!ante, como dos orejas. gún modo podían haber existido en el lenguaje de la gen-
te primitiva. Por ejemplo( los gestos que fueron adoptados
Conejo.-También una mano con dos dedos extendí'.'
muy recientemente:
dos y otro gesto con la otra mano para describir un arco:''
Autom6vil.---Se ejecuta un movimiento circular con las
las dos orejas y el lomo curvo del conejo.
manos, para imitar dos. ruedas. Después se hace el ade-
Pez.-Una mano abierta, con la palma hacia abajo, mo.s
mán de manejar el volante de un autom6vil.
viéndose en zig-zag en el aire. Esto representa un pez, eL:r
Tren.-Las mismas dos ruedas, agregando un movl·
cual, cuando nada, sacude la cola a derecha e izquierda ..• •
miento ondulatorio de las manos, que imita el humo de la
Rana.-Los dedos de una mano doblados hacia aden·"' locomotóra.
tro y hacia abajo. Luego se hace sallar la mano. Estos son g8stos muy recientes, pero junto con elioG
Nube.-Ambos puños sobre la cabeza, imitando encontramos en nuestro diccionario de gestos palabras qu~
nube flotante. evidentemente proceden de la gente primitiva. Por ejem·
p]o:
Nieva.-Los dos puños, separándolos '/ moviéndolos
lentamente hacia abajo, como ondulantes copos de nieve.e 151

ISO
COMO EL HOM!JllE U.EGO A SER GIGANTE

Fuego.---Movimientos ondulatorios de la mano hacia


arriba: el humo que se desprende de una hoguera. Ahl tienen ustedes conversaciones completas sin una
sola palabra hablada. Este "lenguaje sin palabras". el len-
Trabajo.-La mano abierta golpeando en el aire. guaje mímico, no está dispuesto a desaparecer.
1Quién sabe!, quizás la gente primitiva golpeaba tam-
Y tiene sus ventajas. AJgunas veces podemos expre-
bién el aire con la mano abierta cuando quería decir
"trabajo". sar más con un solo gesto que con todo un discurso. En
media hora un buen actor puede decir más sin pronunciar
EL LENGUAJE lllllMICO DE NOSOTROS una sola palabra, simplemente con las cejas, los ojos, los
lObios, que con centenares de palabras.
El lenguaje mfmico se usa hoy todavfa.
Cuando queremos decir "si", no siempre decimos "si". Desde luego, no debemos abusar de este lenguaje de
Por lo general hacemos simplemente movimientos afirma- los gestos. No vale la pena expresar con las manos y los
tivos con la cabeza. pies lo que se puede decir con palabras. Y. después de to-
do, no somos gente primitiva. Patear, sacar la lengua, se-
Cuando queremos decir "ahí" o "en esa direcci6n" se-
ñalar a la gente: estos son hábitos que convendría más
ñalamos a menudo con un dedo. Hasta tenemos un nombre abandonarlos.
especial para el dedo que usamos: el dedo "índice".
Pero hay ocasiones en que es indispensable el "len
Cuando nos saludamos, nO!IS inclinamos.
guaje sin palabras".
Movemos la cabeza, encogemos los hombres, extende-
¿No han visto alguna vez transmitir señales con ban-
mos las manos, frucimos el entrecejo, hacemos un ruí.do
déTas de uno a otro barco? 1Qué gritos se necesitaría dar
de succión con los labios, amenazamos con un dedo, gol-
para ser ofdós por encima de esas rófagas de viento, del
peamos la mesa, golpeamos el suelo con los pies, saluda-
ruido de las olas, y a veces por encima también de las sal-
mos con las manos, nos cogemos la cabeza, nos oprimimos
vas de artillerfa! En este caso el ofdo es inútil para el hom.
el pecho con las manos, nos tendemos los brazos unos a bre y los ojos vienen en su ayuda.
otros, nos damos apretones de manos, lanzamos besos de
adi6s. Con frecuencia ustedes mismos usan este "lenguaje
sin palabras". Cuando, en clase, quieren atraer la aten-
152
153
COMO EL HOMBRE 1.1.EGO A SER GIGANTE

t,:ión de su maestro, levantan la mano. Y deben mitido hablar con los iguales. Este infortunado pueblo es
Porque a nadie le serla posible estudiar si treinta taba privado del derecho de "libre expresión" en el sentido
renta personas hablaran todas al mismo tiempo. literal de las palabra&
Asi es que en la actualidad encontramos vestigios del
remoto pasado. EL HOMBRE Ol!TIDIE UNA MENTE

Evidentemente este "lenguaje sin palabras" no es tqq~


Todos los animales salvajes del bosque estón oyendo
y observando siempre las señales que les llegan de todas
pobre puesto que ha sobrevivido durante tantos millar~§\':
de años y aún le es necesario a la gente. Ha sobrevivido }Xlrtes. La raspaduia de una rama indica que quizás un
en muchos pueblos como una reliquia del pasado .. enemigo se oculta alH. Es preciso huir o prepararse a li
brar un combate.
Venció el lenguaje articulado pero no derrotó cornple_
tmnente a este lenguaje primitivo. Un trueno. El viento sopla entre el bosque arrancando
el sirviente del conquistador. las hojas de los árboles. Hay que protegerse en el nido o
en la cueva contra la tempestad que se avecina.
No carece de importancia el hecho de que entre m-u::-
chos pueblos se conservó como lenguaje de los vasallos;: En el suelo, junto con el hedor de hojas y hongos po-
de los esclavos y de los niños. dridos, hay un débil olor a presa. Conviene seguir esta
pista y agarrar la presa.
No hace mucho tiempo en
Cada susurro, cada olor, cada pista en la hierba, cada
nias del Cáucaso era costumbre que las mujeres se co~~<
grito o silbido significa algo, exige que se haga algo.
nicaran por medio de señales, pues no les estaba perm~..,
tido hablar a los hombres extraños a sus propias familiQ?-.~-- El hombre primitivo escuchaba también las señales
que le llegaban del mundo circundante. Pero pronto apren-
También, en Siria y en otros varios lugares
dió a comprender también otras señales, las que procedian
bierto un lenguaje mimico.
de la demás gente de su tribu.
En Persia, por ejem:Plo,_ Un cazador sigue la pista de un venado. Con un ges-
shah lenian que hablar por medio de señales. Sólo era pefc
to de la mano hace señales a los otros cazadores que vie-
154 155
COMO EL HOMlllllE LLEGO A SEll GIGANTE

nen detr6s de él. No han visto al venado todavía, pero la te el crujido de una rama o el susurro de las hojas. El ani -
señal les indica que tengan listas las armas, exactarnent~ mal no estaba visible todavía; aun no lo habían oido; pe-
como si en realidad hubieran visto los cuernos ramificados ro el hombre estaba alerta para enfrent6rsele.
y las orejas puntiagudas del venado.
Cuanto mayor era el número de gestos, con tanta ma-
U:J pista del ciervo sobre el suelo es una señal. El mo- yor frecuencia eran trasmitidas al cerebro estas "señale1
vimiento de la mano, para informar que el rastro ha sido de señales" y tanto mayor era el trabajo de la "estación
hallado, es la señal de una señal. central" que está situada en la parte frontal del cr6neo
Cada vez que uno de los cazadores halla un rastro humano. Y esto hacia necesario ensanchar la estación cen·
u oye un susurro de un animal oculto en el bosque, tras- traL En el cerebro se continuaron formando nuevas célua
mite una señal acerca de estas señales a la demás gente las. Las conexiones entre estas células se volvieron cado
de su partida. vez más complicadas. El cerebro creció, aumentó de ta-
.mano.
De ese modo estas señales (de señales) que el hombr~
hacia al hombre, fueron combinadas con las otras señales Por esff el cerebro del Hombre de Neanderthal es mós
que la naturaleza le enviaba al hombre. grande que el· del Pitecantropus. El cerebro del hombre se
había desarrollado. El hombre había aprendido a pensar.
Ivón Petrovich Pavlov dice en una de sus obras que el
habla humana es una "señal de señales". Cuando veía u oia una señal que significaba "el sol",
pensaba en el sol, aun cuando fuera media noche.
Al principio s61o habla gestos y alaridos. Estas sena·
Cuando le hacian señales de que debía venir y traer
les, recibidas por medio de los ojos y los oidos, eran trans~
consigo la lanza, pensaba en su lanza, aun cuando no la
mitidas al cerebro del hombre, como a una estación cen-
iuviera con él en ese momento.
tral telef6nica. El cerebro, tan pronto como captaba la "se-
ñGI de una señal", tal como: "se acerca un animal", con- El trabajo en común enseñ6 a los hombres a hablar,
testaba con una orden: a las manos, para que agarraran y al aprender a hablar aprendieron tmnbién a pensar.
firmemente la lanza; a los ojos, para que escudriñaran en~ El h6mbre no obtuvo su inteligencia como un don d~
tre las ramas; a los oidos, ·para que escucharan atentamen- la naturaleza; la conquistó.

156 157
COMO El. HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

COMO TROCARON SUS FUNCIONES LA


LENGUA Y LAS MANOS a la boca la mano ahuecada y lamia ansiosamente el agua
imaginaria. Esto indicaba que el agua era buena, que mi-
Mientras habla muy r,x:icos instrumentos y no era muy
tigaba la sed.
grande la experiencia del hombre, los gestos más senci.
llos eran suficientes ¡:x:ira todos los propósitos prácticos. Nosotros decimos simplemente "atrapar" o "cazar". O
hombre primitivo describia con gestos toda la escena de
Pero a medida que el trabajo se complicó se hicieron
mós complicados también los gestos. A cada cosa habla la cacería.
de corresponder su propio gesto, y éste tenia que descri- El lenguaje mímico era pobre y rico al mismo tiempo .
•bir y representar con exactitud lo que expresaba. Era rico porque era vivido, porque describ!a clcuamente
As! nació la figura-gesto. El hombre dibujaba en el cosas y hechos. Era pobre porque mientras que con un so-
aire un animal, un arma, un árbol. lo gesto se podio decir "ojo derecho" u "ojo izquierdo", era
mucho más dificil decir simplemente "ojo".
Supóngase que un hombre quería describir un puer-
co espín. No sólo lo dibujaba, sino que en ese momento Se podio describir con exactitud una cosa por medi-J
se convertía, como quien dice, en un puerco espín. Mos- de-gestos, pero era completamente imposible expresar unu
traba con gestos cómo endereza sus orejas este animal, có- abstracción con cualquier clase imaginable de gestos.
mo hoza la tierra y la tira a un lado con las patas, cómo El lenguaje mimico tenia otros defectos, ademós. No
proyecta sus cerdas hacia afuera. La explicación de la co- se podla hablar de noche, pues por más violentamente que
sa más insignificante requería una observación tan atenta se movieran las manos en la obscuridad, nadie las vería.
como la que s61o los verdaderos artistas poseen hoy.
Y aun durante el dia no siempre era posible hablar
Cuando ustedes dicen "tomo agua", nadie puede in- con gestos. En la llanura abierta la gente podía comunicar·
ferir de lo que ustedes dicen cómo la toman: si en un va- se por medio de ademanes; pero en los bosques, cuando
so, en una botella o en la palma de la mano. los cazadores estaban separados por una muralla de ór.
Esa no era la única forma en que hablaba el hombre boles, la conversación resultaba totalmente imposible.
cuando se expresaba con km manos solamente. Se llevaba Por lo tanto, el hombre tuvo que expresarse por me-
dio de sonidos.
153
159
COMO EL HOMllBE LLEGO A SER GIGANTE UNA ESCUELA MILENAl!IA

Al principio la lengua y la garganta no le servían muy Cada una de esas expresiones es una figura verbal,
bien. Era dificil distinguir un sonido de otro. Todos los so- que describe con exactitud hasta en sus más pequeños de~
nidos podian ser un rugido, un grito o un quejido. Trans- talles el acto de caminar. Hay simplemente un paso firme,
currió algún tiempo antes de que el hombre dominara su y además el paso firme de una persona larguirucha, y tam-

propia lengua y la hiciera articular claramente. bién el paso firme de una persona que camina sin doblar
las piernas.
Al principio la lengua no hac(a mós que ayudar a las
Hay tantas expresiones como formas diferentes de ca-
manos. Pero a medida que aprendía a hablar mós clara
minar.
y distintamente, iba ocupando con mayor frecuencia el
lugar del primer violín en una orquesta. El lengl\aie ar- El gesto-figura se completó con la palabra-figura.
ticulado subió a primer lugar. Asi aprendió a hablar el hombre: primero por medio
de gestos y después con palabras.
Los movimientos de la lengua en la boca eran los
menos perceptibles de todos los gestos del cuerpo, pero UN ruo y sus CABECERAS
tenían la gran ventaja de ser oidos. ¿Qué hemos descubierto en nuestros viajes por el pa-
sado?
Al principio el lenguaje articulado era muy semejante
al mímico. Era también una representación que describía Como un viajero que recorre el curso de un río contra
todo, cada movimiento, clara y vívidamente. la corriente descubre el nacimiento del río, asi hemos lle-
gado a ese pequeño arroyo del cual nació el gran río de la
En el lenguaje de la tribu Yeve no dicen simplemente experiencia humana.
"caminar". Dicen: "tso dsi dsi'._'.~--<;:_qminar firmemente; "tso
Allí, en sus orígenes, hemos encontrado el principio
bocho bocho", cami9_9f----coi1 paso fuerte como una persona
de la sociedad humana, el comienzo del lenguaje, el des-
gorda; "tso____ bulá- bula", caminar rápida, precipitadamente,
pertar del pensamiento.
sin mirar a dónse se va; "tso pciia paia", caminar con pasos
cortos, afectados; "tso govu govu", caminar encorvado En igual forma a como un río se hace más ancho y
con la cabeza inclinada hacia adelante. más profundo con las aguas que le dan sus tributarios, asi

160 161
COMO EL HOMllilE LLEGO A SER GIGANTE Cuando contemplamos la larga sucesión de le"' milla-
""" de años que separan al hombre del mono, no podemoo
también el río de la experiencia humana ha seguido en-
menos que recordar aquellas sabias palabras de Federico
sanchándose y haciéndose más profundo porque cada ge-
Engels: "El trabajo creó al hombre".
neración ha vertido en él toda la experiencia que ha acu-
mulado.
Se han sucedido las generaciones. Pueblos y tribus
han desaparecido sin dejar rastro, se han disipado en el
polvo, y no han dejado tras sí monumento alguno en for-
ma de ciudades y aldeas.
Parecía como si nada podía resistir la fuerza aniqui-
ladora del tiempo. Pero la experiencia humana no ha des··
aparecido. Venciendo al tiempo, continuó viviendo en el
lenguaje, en la técnica, en la ciencia. Cada palabra de un
idioma, cada movimiento en el trabajo, cada concepto
cientifico, constituyen la experiencia acumulada y Combi-
nada de generaciones de hombres.

El trabajo de estas generaciones no se perdi6, como


no se pierde tampoco el agua de un río tributario cuando
desemboca en la corriente principal. El trabajo de la gente
de edades pa.saelas se une en el rio de la experiencia hu-
mana con el trabajo de la gente que vive hoy, para for-
mar un solo todo.
De este modo hemos llegado a la cabecera del rlo, al
principio de todos los principios .. Asl naci6 el hombre: una
criatura que trabaja, habla y piensa. 163

162
SEGUNDA PARTE

LA JUVEílTUD DEL GIGAílTE


CAPITULO 1

En una casa desierta


Cuando la gente se cambia de casa deja siempre uno
porción de cosas que ha desechado: pedazos de papel en
desorden por los pisos de las habitaciones vaclas, fragmen-
tos de tazas quebradas, botes viejos. Sobre la estufa fria
quedan cnnontonadas las viejas cacerolas maltratadas. Una
lámpara sin tubo contempla tristemente toda esta desola-
ción. Una antigua poltrona desvencijada, con mechones
de pelo rojo saliéndosele de la gastada tapicer!a y con WKll
pietna menos, duerme con sueño tranquilo en un costad<)
de la habitación. Es dlffcil saber cómo vivla Ja gente en
esta casa por el solo examen de todo eslo.
Y ese es precisamente el problema que se le presenta
al arqueólogo. El es siempre la ultima persona que visita
una casa. Y eso no seria tan malo si pudiera encontrar la

167
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
EN UNA CASA DESIERTA

casa arreglada todavia. Pero genetalmente llega al lugdr


centenares de años después. de que sus habitantes la han.
Después se fué el u.¡ua y se instaló gente en la =-
vema. Los toscos y puntiagudos pedazos de pedernal ha-
abandonado. En vez de una-casa sólo é"ncuentra parede-.:; llados en la arcilla nos hablan de ella. Con estos instru-
derrumbadas y restos de los cimientos, por. lo cual cons:- i:nentos puntiagudos acostumbraba descuartizar la gente
dera un hallazgo cada fragmento de loza quebrada y un primitiva los cuer¡:x>s muertos de los animales, separar le
pedazo de buena suerte cada trocito de cualquier cosa. carne de los huesos para sa=rles el tuétano. Es decir, las
¡Cuánto pueden decir las casas antiguas a ·una per- gentes que vinieron a esta caverna ya eran cazadores.
sona que entienda su lenguaje!
Pasaron muchos arlas. La caverna fue abandonada por
Las viejas torres con sus atavíos de piedra en proce- la gente. Otros inquilinos llegaron a vivir en ella. Sus po··
so de desintegración, con sus paredes cubiertas de hierba. redes se ven restregadas o pulidas. Este fué el trabajo del
1han visto tánta gente, han presenciado tántos aconteci- oso de la caverna, el cual se rascaba el peludo lomo cor:.-
mientos! tra las paredes de piedra de su hogar. Y alU está él mismo,
o más bien su cráneo, con su ancha frente y su estrecho
Pero hay otras casas, las casas más antiguas del mun-· hocico.
do, las cavernas, las cuales vieron más aún en su tiempo. En la siguiente capa encontramos de nuevo restos d¿
Porque, como ustedes saben, 1hay algunas cavernas donde una vivienda humana: carbón y cenizas de una hoguera.
vivió gente hace quince mil años! _huesos desarticulados, instrumentos de piedra y de hueso.
_La gente habia vivido otra vez en la caverna. No podemo~J
Afortunadamente para nosotros, las montañas son.ce·
ver a esta gente, pero sin embargo, podemos decir muchas
sas perdurables, y las paredes de las cavernas no se de-
cosas de ella. Todo cuanto tenemos que hacer es exami-
rrumban tan pronto como las paredes de un edificio cons-
nar las cosas que dejó tras si.
truído por los hombres.
Para el ojo inexperto éstas no son más que fragmentos
Tomemos por ejemplo una de estas cavernas. Cambió y pedazos de piedra quebrada, muy poco diferentes entre
de dueños incontables veces. -Primero fué habitada por el
si. Pero examinándolas cuidadosamente se pueden descu·
agua subterránea. Esta agua traía arcilla, arena y grava
brir el martillo, el cuchillo, la sierra y el punzón del futuro.
168 169
Un instrumento tiene un borde afilado; otro, un extremo
agudo; un tercero tiene dientes a lo largo de un borde. Antiguamente no habla más que una sola clase de pie·

Esos eon loe abueloe de nuestras herromien!<lll. El más


dra afilada para todos los""°"· Ahora cortaban con un ins-
trumento, parlian con otro, raspaban con otro, y martilla.
antiguo de e!loe es el martillo: una ma:za de piedro redon-
ban con otro diferente. Ese instrumento puntiagudo "" un
deada. Con este martillo romp!an la piedra, la quebraban
punzón con el gua! abrían hoyos en el cuero cuando co·
en peda:zoe, en lámin<lll, para labrioar sus instrumentos.
slan un vestido. Ese otro con dientes a lo largo de un borde
Pero donde hay un martillo debe haber un yunque. es un descarnador con el cual cortaban carne y raspaba11
Si eeoarbamoe bien en loe esoombroe del fondo de la la piel. Y ese otro con el borde agudo es la punta de une1
caverna, encontraremos el abuelo yunque, no lejoe del lanza.
abuelo martillo. Es evidente que los hombres trabajaban más y se es-
El martillo abuelo era de piedra. meraban más en su trabajo. El lr!o;· el tiempo inclemente
El yunque abuelo era de hueso. se habla echado sobre ellos. Tuvieron que pensar en fa·
Este '"viejo con una pierna huesuda" estó muy distan- bricarse ropas de piel de oso, en tener provisiones de car.
te de nueslroe yunques actuale;i, pero examlnenlo atenta- he para el invierno, y en construir refugios calientes pma
mente y verón que desempeñaba bien su trabajo. Está vivir. Un solo instrumento, de cualquier clase que fuera, no
cubierto de mm= del martillo y de rayas. Evidentemente servirla para todo este trabajo. Necesitaban disponer de to.
el yunque aguantaba bien mienlros fabricaban el instru- do un equipo de instrumentos.
mento·. Ahí en el hogar de nuestros abuelos encontramoe los
¿Qué nos dicen estos instrumentos? abuelos de nuestros instrumentos.
Nos dicen que los nuevos amos de la caverna esta-
Pero encontramos solamente aquellas cosas que ha
ban mucho más adelantados que los primeros inquilinos.
conservado el tiempo. Y el tiempo es un mal guardián. H'1
Durante los millares de añoe. que habian transcurrido, ei guardado para nosolroe sólo las más durables, las más
trabajo humano habla llegado a ser más variado y más
luertes de todas: las hechas de piedro y de hueso.
complicado.
Todo cuanto lué hecho de madera o de pieles ha sido
170
171
COMO EL HOMBllE LLEGO A SEil GIGANTE EN UNA CASA DElllEllTA
destruido por el tiempo. Por eso el punzón ha llegado has- cubrla de nuevo, no quedaba nada que les hablara de loo
ta nosotros, pero no asi el vestido que cosieron con ayuda últimos inquilinoe.
de ese punzón. La punta de piedra de la lanza se ha con-
servado hasta nuestros días, pero no el pedazo de madera Transcurrieron años, siglos, millares y millares de años.
a cuyo extremo estaba fijada. La gente construyó sus hogares bajo el cielo abierto, dejó
de usar aquellos refugios que le ofrecla ya hechos la na-
Pero sigamos en nuestra búsqueda.
turaleza.
Las excavaciones se efectúan generalmente de arri- Sólo los pastores permaneclan en la caverna durante
ba ahajo: primero se apartan las capas mós altas, después cortos periodos de tiempo mientras apacentaban a sus re-
se sigue con las inferiores, hasta las profundidades de la baños en las verdes laderas, o loe viajeros detenidos ines-
tierra, hasta las profundidades de la historia. El arqueó peradamente en las montañas.
lago lee su libro hacia atrás, como quien dice. Comienza
por el último capitulo y acaba por el primero. Finalmente llegamos al último capltulo, con el cual
concluye la historia de nuestra caverna. La gente regres6
Nosotros hemos relatado nuestra historia en la forma
de nuevo a ella. Pero esta vez no vinieron a habitarla, sino
inversa. Comenzamos por los estratos más profundos, por
a descubrir cómo vivia en ella gente de aquel tiempo.
los primeros capltu!os de la historia de la caverna, y ahora
estamos subiendo más alto, acercándonos más a nuestros Excavando sucesivamente los estratos, estos explora-
tiempo. dores del pasado leyeron desde el principio hasta el fin to-
da la historia de la caverna.
¿Qué sucedió después en la caverna?
Comparando los instrumentos descubrieron c6mo se
Estudiando los estratos descubrimos que la gente
desarrolló la habilidad humana de una a otra generación.
abandonó la caverna en varias ocasiones y regresó a ella
cómo se enriqueció la experiencia humana. Vieron que los
varias veces. Cuando no había gente en la caverna, la ha·
instrumentos del hombre no permanecieron inmutables du-
bitaban osos y hienas. Estaba llena de arcilla y del techo
rante esos millares de años, sino que eran PerfeccionadoB
calan polvo y pedazos de piedra. Después de transcurri-
constantemente. El hacha toscamente afilada fué substitui·
dos muchos anos, cuando un grupb humano la de?"
da por la aguda punta de lanza, por barrenas y punzone"
172
EN UNA CASA l>ElllEl!TA
fabricados de delgadas láminas de perdenal. A los instru-
mentos de piedra se agregaron los de hueso y de cuerno. Enderezándose en toda su gran al!um, el oso se aba-
Al lado del martillo destinado a lrobajor solamente la pie- lanzaba contra el cazador. Pero antes da qua sus garras al-
dra, aparecieron instrumentos para trabajar el hueso, !a canzcrran al hombre, se encajaba una punta aguda en su
piel y Ja madera. De la misma piedra hacia el hombre un peludo pecho, pues como ustedes ven, la lanza ara más
cincel para cortar, un descarnador para trabajar la piei larga que las piernas del oso.
y una barrena para taladrar madera. Las garras y los dien ·
El animal herido, "dando patadas contra el aguijón
tes artificiales del hombre se volvieron más afilados y se embestía contra el arma y eso hacia que la punta de pie-
diferenciaron más en su apariencia. dra se hundiera más y más en su carne. Hubiera siCio una
desgracia para el cazador si en ese momento se hubiera
UN UUIOO B:l!AZO
quebrado en sus manos el asta de madera y el oso, apri-
CUando el hombre hizo una lanza y Je fijó una punta
sionándolo bajo sus palas, le destrozara la oara y los
de piedra en el extremo, aumentó la longitud de su propio
hombros con las garras y los dientae.
brazo.
Y esto le di6 más fuerza y mós intrepidez. Pero no ocurrla con frecuencia que el oso le llevara
la ventaja al hombre, porque en ese tiempo el hombre n~
Antes, cuando un hombre llegaba a tropezar con un
salia a cazar solo. Toda la partida se le reunla cuando ola
oso, huia de él, fuera de juicio. No se atrevía a medir su
sus gritos pidiendo ayuda. Por todas partes rodeaba la
fuerza, con la del peludo habitante de la caverna. Sacab·~
gente al oso y lo malaban a cuchilladas con sus cuchillos
sin dificultad alguna el mejor provecho de los animales pe-
de piedra.
queños, pero no se arriesgaba a enfrentarse a un oso en
combate individual. Sabia muy bien que no se salia con La lanza proporcionaba al hombre un botin que antes
vida de las garras de un oso. ni siquiera pudo haber imaginado. Todavía se encuentran
Esto siguió as! hasta que el hombre empuñó una lan- en las cavernas despensas construidas de lajas, y dentro
za. Esta le daba valor. Ahora no huia al ver un oso. Por de ellas se ven montones de huesos de oso. Evidentemen·
el contrario. iba derecho hacia él para aíacarlo. té la cacería era provechosa puesto que la gente podía al-
macenar carne de oso.

175
EN UNA CASA DESIERTA
COMO EL HOMllRE LLEGO A SED GIGANTE
El cazador aprenclla desde la niñez a lanzar el dardo,
La lanza habría respondido a todos los propósitos si el
y sin embargo ocurria a menudo, cuando estaba cazando,
hombre hubiera tenido que habérselas siempre con anima-
que entre centenares de dardos s6lo unos cuantos dieran
les tan torpes como los osos; pero ten[a que cazar también
en el blanco.
otros animales mós ágiles y rápidos.

Cuando recorria las llanuras, la partida soHa tropezar- Transcurrieron siglos, millares de años. Escasearon las
se con manadas de caballos y bisontes salvajes. Se acer manadas de caballos y bisontes. El hombre no habla ma,
caba sigilosamente a ellos, pero al primer murmullo se tado pocos. Cada vez con mayor frecuencia regresaban los
p:>níarl en movimiento y huían como el viento. cazadores con las mano$ vacías. Era preciso inventar uno
nueva arma que tuviera mayor alcance. Los brazos del
Los brazos del hombre eran todavía demasiado cortos
hombre debian alargarse más aún.
para cazar caballos y bisontes. Después la misma caceria
le di6 al hombre un material nuevo y fuerte: el hueso. Y el hombre cre6 una nueva arma. Cort6 una rama
Con un cincel de piedra labr6 una punta liviana y agu- tierna, la dobl6 en forma de arco, y la at6 con una tira de
da. fijó esta punta a un pedazo corto de madera y tuvo
cuero que servía como cuerda de arco.
una nueva arma: un dardo.
El cazador tuvo un arco de flecha.
No poclla lanzar la pesada lanza a un caballo en ca-
Cuando tiraba de la cuerda lentamente hacia atrás,
rrera, pero podía hacer puntería con un dardo de liviana
ésta concentraba y almacenaba la ener9fa de sus múscu-
punta de hueso, y un dardo podía llegar lejos. De este mo-
los tensos. Entonces, al soltarla, comunicaba instantánea·
do se hizo más largo el brazo del hombre. Con un arma li-
mente a la flecha toda esta energia almacenada. Y al dis-
viana, con un dardo, alcanzaba a un caballo en carrerc:
parar al espacio, la flecha volaba como un halcón que
antes de que pudiera escapar.
persigue a su presa.
Es cierto que no era tan fácil dar en un blanco en
La flecha tema mayor alcance que el dardo lanzado a
movimiento. Era preciso tener un brazo fuerte y un ojo se-
mano.
guro.

177
176
COMO EL HOM!li!E LLEGO A SE11 GIGAN'l'll

La flecha y el dardo son tan semejantes como una her-


mana y un hermano, pero la hermana es mil años más jo-
ven que su hermano.
Se necesitaron millares de años para que los hombres
fabricaran una flecha. AJ principio usaban sus dardos con
los arcos, y entonces ten!an que hacer grandes sus arcos,
tan altos como un hombre.

De ese modo el hombre alargó y fortaleció su corlo


y débil brazo. Cuando aprendió a fabricar un arma pun.
liaguda de cuerno de reno o del colmillo de un mamut,
volvió contra estos animales sus propias armas. Y el hom-
bre es la única criatura en el mundo que haya hecho eso.
La mano que l0n2aba el dardo y soltaba la cuerdr.t
del arco no era una mano corriente. Era la manr> de un
gigante.

Y cuando el joven gigante salía a cazar no segula la


pista de un solo animal, sino de manadas enteras de ellos.

ONJ!. CATAM.TJ!. ViV1Em'E


En un lugar llamado Solutré, en Francia, hay un preci-
picio BSCOfpado y empinado. AJ pie de ese precipicio han
desenterrado los arqueólogos un enom1e montón de hue
sos. Hay pedazos de huesos de mamut, huesos de ganado
Primitivo, y cráneos de osos de la caverna.

178 El río viviente se precipitaba en el abiimo comn una ,. .. '"~"'"'


EN UNA CASA DESIERTA

Pero la gran mayoria de los huesos son de caballos.


En algunos sitios forman verdaderos montones de vario:1
metros de altura. Los arque6logos estiman que deben !ói>r
los restos de centenares de millares de caballos:
¿Cuál es el origen de este cementerio de caballos?

Cuando lo examinaron, los cientificos descubrieron que


muchos de los huesos estaban quebrados, dislocados, cha-
muscados. Era evidente que hablan pasado por las manos
de algunos cocineros primitivos antes de llegar a este mon-
t6n. Y, hecha la investigaci6n, result6 que esto no era un
cementerio de· caballos, después de todo, sino un enorme
mont6n de deshechos de cocina.

Un mont6n tan grande de desperdicios no se pudo for-


mar en un solo año. Por lo tanto, en ese lugar vivió gente
durante muchos años consecutivos.
Pero ¿por qué estaba este mont6n de desperdicios en
e.se lugar precisamente? ¿Sería que los primitivos cazado~
res de caballos habrian establecido su campamento ali!
en vez de establecerlo en un lugar plano?
Esto debe haber sido lo que sucedi6: los cazadores,
cuando descubrian una manada de caballos en la llanura,
se acercaban sigilosamente a ellos, ocultándose en Jos m-
bustos y en la hierba alta. Cada cazador llE>vaba vario•
dardos en las manos. Los que iban al frente indicaban por

181
COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!! GIGANTE EN UNA CASA DESIERTA

medio de señales d6ndo estaban los caballos, cuántos ba- mo un rlo viviente. El torrente se dirigía hacia la cuesta y
bia y en qué dirección iban. de pronto..... ¡el precipicio! Los caballos que iban al frente
de la manada habían llegado ya al borde y advertían el
Un cerco de cazadores rodeaba a la manada y los
peligro. Se encabritaban sobre sus piernas traseras, reso-
encerraba. Los caballos, que al principio pareclan manch<J!S
plando, pero no podían detenerse. Detrás de ellos arreme-
oscuras dispersas en la llanura, eran ahora claramente vi-
Uan los demás y los empujaban hacia adelante.
sibles. Sus grandes cabezas, sus finas piernas, las crines
de ·sus arqueados cuellos, sus cuerpos cubiertos de largo Y el rio viviente se precipitaba en el abismo como una
y lanoso pelo, podían distinguirse fácilmente. catcrrata, para convertirse abajo en un montón de cadá..;
veres ensangrentados.
Se al=aban, dándose cuenta de la presencia de un
enemigo, y se disponían a huir. Pero era demasiado tar- La caza habla terminado. Al pie del risco ardia el fue.
de. Una nube de dardos volaba hacia ellos como una ban- go. Las mujeres viejas repartían el botín. Pertenecia a to-
dada de pájaros sin alas y de largos picos. da la partida, pero los cazadores más valientes y hábiles
recibían las mejores piezas.
Los dardos se hundían en sus costados, en sus lomos,
en sus cuellos. ¿Hacia dónde correrían? El enemigo los rO··
deaba por tres lados. En esta explanada, que había apa- GENTE NUEVA
recido súbitamente, no habla más que una salida. Relin- Cuando observamos el horario de un reloj, nos parece
chanclo salvajemente, la manada se abalanzaba hacia que no se mueve. Pero cuando han pasado una o do~ ho-
esta salida para escapar de los cazadores. Pero eso era pre· ras nos convece1..1os de que la manecilla se ha movido.
cisamente lo que éstos querían. Empujaban a la manada Lo mismo ocurre en la vida de la gente. No siempre
en esa dirección, haciéndola acercarse más y más al pre- nos damos cuenta de los cambios que se operan a nuestro
cipicio.
alrededor y en nosotros. El horario de la historia nos da
Enloquecidos de terror, los caballos acomet!an hacia la impresión de que está imnóvil. Y sólo después de trans-
adelante, llin ver a dónde iban. Las colas al aire, los costa· curridos varios años advertimos súbitamente que la ma~
dos c:ubiema de espuina, corrian desenfrenadamente co- necilla se ha adelantado y que nosotros nos hemos movido

182 183
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE .EN UNA CASA DESIERTA

con ella y que todo cuanto nos rodea se ha vuelto dife- Sin embargo, inconscientemente, la gente introduch
rente. cambios en sus instrumentos, en sus viviendas y en su tra-
bajo.
Si nosotros, la gente de hoy, no siempre podemos ad-
vertir lo nuevo, nuestros antepasados, quienes vivieron ha- Cada instrumento nuevo era al principio muy seme-
ce decenas de millares de años, estaban completamente in- jante al que lo habla precedido. El primer dardo se dife-
capacitados para hacerlo. renciaba: muy poco de la lanza. La primera flecha era muy
parecida a un dardo. Pero la llecha y la lanza eran ya dos
Dispcnemos de diarios, retratos, periódicos y libros cosas tjiferentes. Y la caza con arco y flechas no era en
para comparar lo antiguo con lo moderno. Nuestros ante- forma alguna lo mismo que la caza con una lanza.
pasados carecían absolutamente de medios de compara-
ción. La vida les parecía inmóvil, inmutable. Porque es No sólo hablan cambiado los instrumentos del hom-
tan impcsible observar el cambio sin comparar lo. viejo bre, el propio hombre cambi6 también. Esto se ve clara-

con lo nuevo, como lo es advertir el movimiento de las ma- mente en los esqueletos hallados en las excavaciones. Si
ustedes comparan al. hombre que habitó la caverna por
necillas de un reloj cuya esfera no tuviera números.
primera vez, con el que la abandonó al fin de la edad el>.
Cada artesano, cuando fabricaba un instrumento de hielo, pueden . ver que eran dos seres diferentes. El Hom-
piedra, trataba de imitar exactamente todos los movimien- bre de Neanderthal penetró en la caverna conservando to
tos y los métodos de la persona que lo habla enseñado a davla su linaje simio. Tenla la espalda doblada; caminaba
trabajar. torpemente; su cara casi no terúa frente ni mentón. El
Hombre de Cro-Magnon era desarrollado y erguido, muy
Cuando estaban construyendo sus casas, las mujeres poco diferente de nosotros en su aspecto.
disponían las piedras del fogón exactamente como las ha-
La diforencia es tan grande que algunos arqueólogos
blan dispuesto sus abuelas. Los cazadores cazaban bestias han considerado que en realidad se trata de dos seres di-
salvajes de acuerdo con las reglas transmitidas por la cos- ferentes. Scstienen <:¡ue los hombres de Cro-Magnon lle-
tumbre. garon de algún lugar remoto y expulsaron a los antiguos

184 JBS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE EN UNA CAU l>l!llllnll

habitantes, los hicieron desaparecer de la faz de la tierra. No lejos de ia entrada cavaban un hoyo para el fogón
y lo revestian con lajas. Las mujeres se dedicaban a hacer
Esa es la teoría que han mantenido algunos arqueó-
camas para los pequeños. Paro construir una cama cava-
logos y al parecer es imposible convencer a los sostenedo-
ban una zanja en el suelo y echaban adentro cenizas ca-
res de esta leona de que los hombres de Cro-Magnon pro-
lientes del fogón en lugar de un lecho de plumas.
cedlan de los hombres de Neanderthal.
En un rincón apartado construlan una depensa para
PmMDl CAPITULO DE LA ml!TORI.11. DE LA CASA guardar la carne de oso y otras provisiones.

A medida que el hombre cambiaba, su vivienda cam- Asl arreglaban la caverna hecha por la naturaleza y
biaba también. por medio de su trabajo la convertlan en vivienda.

Si escribiéramos una historia de Ja casa, comenzaría- A medida que lrcmscurr1a el tiempo se preocupaban
mos con la caverna. El hombre no construyó esta casa. La cada vez más por el arreglo de su habitación. Cuando ha-
encontró. Fué edificada por la naturaleza. llaban un toldo natural formado por un peñasco saliente.
levantaban paredes hasta él. Si encontraban paredes, cons-
Pero la naturol~_za es una mala conatructura de casas.
trulan un lecho sobre ellas.
Cuando movía montañas y construia cavernas en ellas, no
se preocupaba de si alguien vivirla en las cavernas. En En las montañas del Sur de Francia se ha conservado
consecuencia, cuando la gente buscaba una caverna para una de estas viviendas primitivas. Los habitantes locale3
si, raramente podía encontrar una que le conviniera. Los le han dado el extraño nombre de "Chimenea del Diablo".
techos del apartamento eran demasiado altos, o las pare- Pensaban que sólo un diablo podía haberse calentado en
des amenazaban derrumbarse, o la puerta ero tan baja un fogón en esta enorme y rocosa cueva. Si hubieran co-
que era preciso entrar a cuatro patas. nocido mejor la historia de sus propios antepasados, ha-
brían sabido que la "Chimenea del Diablo" no fué cons-
Todo el grupo se ponla a trabajar para habilitar la
truida por un diablo, sino por manos humanas.
caverna. Raspaban el piso y las paredes y los aplanaban
con raspadores de piedra y eón manojos de ramas entre- Gente primitiva encontró aquí una vez, bajo un pe-
lazadas. ñasco saliente, dos paredes formadas por roca quebrada

186 197
EN UNA CASA DESIERTA
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
La <mica entrada era por la "chimenea", pues la única
que habla caldo del peñasco. Levantaron otras dos pare·
abertura era un hueco en el techo a través· del cual es-
des. Una, de grandes lajas planas; la otra, de ramas entre-
oopaba el humo.
lazadas cubiertas con pieles. S6lo podemos imaginarnos
esta última pared, pues ha sido completamente destruida Utilizaban como bancos huesos de quijadas de mamu-
por el tier:>po. tes colocados a lo largo de las paredes de barro. Y la ma-
Estas p:rredes limitaban una sucia barraca: una gran dre tierra les servía de cama: apisonaban y alisaban un
cueva_ /-d fondo de ella se han conservado fragmentos de espacio rectangular de suelo, y usaban un pedazo de ma-
pedernal e instrumentos de hueso y de cuerP..O. dera como almohada.

Esta "Chimenea del Diablo" es medio casa y medio Las mesas eran de piedra en esta casa con bancos de
cueva. No estaba muy distante de ser una verdadera casa. hueso y camas de tierra. En el lugar más iluminado,. junto
al fogón, instalaban una mesa de trabajo hecha de lajas.
Una vez que el hombre hubo aprendido a construir dos
Sobre una mesa de trabajo como ésta se encuentran to-
JXI:redes, necesitó poco tiempo para aprender a constru~r
davía instrumentos, pedazos de material, objetos no aca-
cuatro.
bados. Regadas en la mesa se ven cuentas de hueso, algu·-
Y, para que no hubiera dudas, encontramos las prime-
nas acabadas, pulidas y perforadas; otras sólo parcial-
ras ~asas bajó cielo abierto. Estas casas más parecen ho-
mente acabadas. El artifice había abierto ranuras en un
yos que casas de nuestros dios. Los hombres primitivos
lárgo pedazo de hueso, pero no habla acabado de cortar
cavaban en el suelo un s6tano grande y profundo, una
los trozos para hacer las cuentas. Algo interrumpió su tra-
cueva. Para impedir que se cayer:xn las paredes, las refor-
bajo y abligó a la gente a abandonar la vivienda. Evi-
zabun con piedras y con grandes huesos de mamut. Con
dentemente el peligro era muy grande, de otro modo no
objeto de protegerlas contra la nieve y el viento, construlan
habrían abandonado aquellas puntas de lanza de tan ar-
un techo abovedado de varas encorvadas entrelazadas con
tlstico acabado, aquellas agujas de hueso horadadas, y
ramas y recubierto con tierra.
aquellos instrumentos cortantes de pedernal para toda cla-
Era una casa de extraño aspecto. Desde afuera s6lo
se de trabajo.
era visible el techo, el cual parecla un monticulo combado.
189
188
EN UN A CASA DESIEllTA

No era fácil hacer todas estas 006CIS. Muchas horas ds Demos una ojeada a la cueva de unos cazadores -pri
trabajo hablan sido empleadas en ooda una de ellas. To- mitivos.
memos, por ejemplo, una aguja de hueso, la primE>ro agu. En medio de la llanura nevada se ven varios montlcu-
ja en la historia de la humanidad. Parece algo insignifican- los, de los cuales sale humo. Nos dirigimos a uno de ello3
te, pero se .necesitaba la mayor habilidad para fabricarla. y nos introducimos en la choza por la abertura del techo,
En un ooserio lué encontrado un taller para la manufacturo sin preocup::xrnos del humo que nos causa escozor en los
de agujas de hueso, oon un equipo completo, materias pri. ojos.
mas y productos sell'li-aoabados. Todo estaba conservado
en perfecto orden. Mañana se podria iniciar de nuevo la Supondremos que nos hemos puesto un "casquete in-
manufactura si hubiera demanda de agujas de hueso. Pe- visible" para que nadie pueda vernos. La cueva es oscura
ro es dudoso que pudiéramos encontrar hoy obteros qu9 y está llena de humo y de ruido. Hay alH por lo menos diez
conocieran esta clase de trabajo. personas grandes y un número mayor aún de chicos.

He aqul la forma en que fabricaban agujas: con un. Cuando nuestros ojos se han acostumbrado al humo
instrumento cortante recortaban un pedacito cilíndrico de podemos distinguir mejor los rostros y los cuerpos de la
hueso de conejo; después le sacaban punta e_n un extremo gente. Nada recuerda en ellos al mono. Son altos, bien for-
con un pedazo de piedra plana de borde dentado; a con- mados y fuertes. Tienen rostros amplios con los ojos juntos.
tinuación abrían un agujero en el otro extremo con un pe- Sus cuerpos trigueños están adornados con dibujos traza-·
dos con pintura roja.
dacito puntiagudo de piedra, y finalmente pulían la aguja
sobre una laja. Sentadas en el suelo, las mujeres están cosiendo vesti-
¡Observen cuántos instrumentos y cuánto trabajo se dos de piel. Los niños dan saltos jugando con el hueso de
necesitaban para fabricar una sola aguja! una pierna de caballo o con un cuerrio de venado a falta
de otros juguetes.
No todas las comunidades contaban con obreros qua
tuvieran tanta destreza para poder fabricar agujas, por lo Junto al fuego, con las piernas cruzadas, está sentado
cual la aguja de hueso llegó a ser uno de sus más precia- un artesano sobre un banco hecho de lajas. Está aseguran-
dos tesoros. do una punta de hueso a un dardo de madera. A su lado

190 191
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE
EN UNA CASA DESIERTA
se sienta otro artlfice, esculpiendo determinado dibujo en
un trozo plano de hueso. No. En las cavernas de la gente primitiva podríamos
formar toda una colección de tan extraños cuadros.
Acerquémonos y vecmoe qué está dibujando, o crra-
ñando, mós bien. En uno de ellos se ve un mamut sobre el cual están
dibujadas dos chozas. En otro está un bisonte con tres cho·
Con unos cuantos cortes linos dibuja sobre la plancha
zas encima. Y en otro está representada una escena com-
de hueso la figura de un caballo pastando. Con habilidad
pleta: en el centro del cuadro se ve el cadáver medio co-
y paciencia asombrosas talla las graciosas piernas, el cue-
llo extendido con su corta crin, la abultada cabeza. El ca- mido de un bisonte; sólo quedan la cabeza, el espinazo y
las piernas. La peluda cabeza, con su trompa_ curvada, des-
ballo parece vivo. Parece como si fuera a dar un J'.?CISO. Se
creerla que el artista debla estar observando un caballo al cansa entre las patas delanteras. Dos hileras de gentes es-
tán junto a él.
ver lo bien que capta el movimiento de las piernas y el giro
de la cabeza.
Muchos de esos dibujos enigmáticos, que representan
La figura del caballo está acabada, pero el crrtista con- animales, gente y habitaciones, se han conservado en plan-
tinúa dibujando. Traza dos o tres rasgos diagonales a tra- chas de hueso y en lajas, y en las paredes de los peñascos.
vés del caballo. Y comienza a delinearse un extraño bo- Pero la mayor parte de ellos se encuentran en los muros
ceto. ¿Qué P'.-lede estar haciendo este maestro primitivo? de las cavernas.
¿Por qué está echando a perder el cuadro, del cual podrla
Cuando estábamos haciendo nuestras excavaciones en
tener envidia un artista de nuestro tiempo?
las cavernas no encontramos dibujos sobre las paredes.
El boceto se complica mós. Al fin, perra nuestro gran Pero como ustedes vieron, apenas estábamos a lct entrada
asombro, vemos el diseño de una cabaña sobre el cuerpo de lo caverna, en el sitio donde la gente comía, dormía, y
del caballo. Al lado de esta choza el artista dibuja dos o trabajaba.
tres más, un caserío corriente.
Regresemos a la caverna y examinemo& todos sus es-
¿Cuál es el significado de este extraño dibujo? condrijos y laberintos, y registremos las grietas abiertas en
¿Es acaso un azar, el capricho de un artista\' la roca, las cuales se internan en el peñasco a veces unas
cuantas docenas de metros, y a veces- varios centencrres_
192
193
UNA G.lll.ERIA SUll~ 00 Pm1'mlM
Tenemos que llevar una !interna cuando exploramos la
caverna. Y a medida que avanzamos debemos estar segu-
ros de recordar todos los recodos y encrucijadas. Es fácil
el<lraviarse en un laberinto subtertáneo.
La escabrosa galería se estrecha cada vez más. El
agua gotea del techo abo1redado. Manteniendo la linterna
en alto, examinamos cuidadosamente las paredes.

Las corrientes subterráneas han adornado la cueva


con cristales resplandecientes, pero la mano del hombre
no ha trabajado aqul.
Avanzamos. Y alguien grita de repente: "¡Miren esto!"
Hay ali! un bisonte pintado en la pared con pintura
negro y roja. Esta caldo sobre sus piernas anteriores. Loa
dardos se han clavado en su lomo curvo.
Permanecemos largo tiempo contemplando la obra del
arlisla que trabajó aqul hace decenas de millares de añom.
Un poco más adelante descubrimos otro dibujo. C"i.erta
oopecie de monstruo está bailando sobre la pared: un hom-
bre que parece un animal, o un animal que parece un
hombre. El monstruo tiene barba y sobre su cabeza se ven
largos cuernos curvos. Tiene una joroba en el lomo, y una
cola peluda. Sus manos y piernas son humanas y está em-
puñando un moo.
Al e;-.·aminarlo descubrimo1 qfl2 este es un hombre robiet'to con uJ'Jil:I pief
de bisonte.
!94
EN UNA CASA DESIERTA

Al examinar cuidadosamente el cuadro vemos que T!;:!-


presenta un hombre cubierto con una piel de biscnt_e,._
Más allá de este cuadro hay otro, \ln tercero, un curu-
lo..._

¿Qué extraña clase de galería de ;iinturas es ésta?


En nuestros días los artistas trabajan en estudios bien
iluminados. Colgamos sus cuadros en museos de modo que
reciban buena iluminación.

¿Qué pudo inducir al hombre primitivo a disponer una


exhibición de pinturas en un sótano oscuro, tan lejos de
los ojos humanos?

Es evidente que él no pintaba sus cuadros para ser


exhibidos.

Pero ¿por qué los pintaba entonces el artista primi-


tivo? ¿Qué significado tienen estas figuras de danzarines
disfrazados de animal, incomprensibles para nosotros?

UN ACERTIJO SOLUCIONADO
"Varios cazadores participan en la danza. Cada uno
se cubre la cabeza con la piel de una cabeza de bisonte o
con una máscara con cuernos arreglada p:rra imitar la ca-
beza de este animal. Cada aborigen empuña un arco o
una lanza. Los danzarines representan una cacería de bi
son'te. Cuando uno de ellos se cansa, simula que va a caer-

197
EN UNA CASA DESIERTA .

COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE Entre nosotros la danza es una diversión o un arle.
Pero es dificil suponer que Jos indios dancen ininlerrurnpi-
se. Entonces otro le dispara una flecha empelada. Arras-
darnente durante tres semanas, hasta rendirse, nada más
trándolo por las piernas lo sacan del circulo y blanden los
que por amor al arle o para divertirse. Y la danza misma
cuchillos sobre su cuerpo. D...espués lo dejan irse y otro
parece mós una especie de ceremonia religiosa que una
hombre, cubierto con una máscara de bisonte, ocupa su
lugar en el circulo. A veces la danza dura dos o tres sema- danza.
nas sin un momento de receso." Entre nosotros dirige la danza un maestro de danza.
A los indios los dirigía un mago. Los danzarines se movían
Eso es lo que nos revelan esas figuras acerca de la pri-
en cualquier dirección hacia la cual soplara el mago el hu-
mitiva danza de la cacería.
mo de su pipa, seguian Ja pista de una presa imaginaria.
Pero ¿quién pudo haberla visto, y cuándo? Lanzando el humo en una u otra dirección, el mago hacia
que los danzarines se movieran hacia el Norte, hacia el
De una manera completamente accidental encontra-
mos, en las notas de un viajero contemporáneo, esta des·· Este, hacia el Sur o hacia el Oeste.
cripci6n de esa danza de los cazadores que hemos visto
Y si la danza está dirigida por un mago, eso quiere
representada en las paredes de la caverna por el artista
decir que no es una danza, sino una ceremonia de magia,
primitivo.
una hechicerla.
Este viajero la presenció en las llanuras de la Amé-
Los dcmzarines, con sus extraños movimientos, están
rica del Norte, donde las tribus indias de ese lugar han con-
tratando de encantar al bisonte, de hacerlo venir de la
servado hasta hoy las ::ostumbres de los antiguos caza-
pradera por medio del poder mistico del hechizo.
dores.

Hemos hallado la clave para interpretar el dibujo que ¡De modo que ese es el significado de la danza repre-
tanto nos confundia, pero la propia solución plantea otro sentada por el hombre sobre ~a pared de la caverna' No es
problema. simplemente un danzarin, sino más bien un hombre que
está practicando una ceremonia rri6gica. Y el artista que
¿Qué clase de misteriosa danza es ésta que dura se-
¿nanas? 199
198
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
EN UNA CASA DESIERTA
penetró al sótano a dibujar a la luz de las antorchas,
era simplemente un artista¡ era también un mago. "º comido todo el cuerpo del animal con excepción de la ca-
beza y de los cuartos delanteros.
Al pintar a los cazadores disfrazados de bestias salva-
jes Y al representarlos como bisontes heridos, estaba prac- ¿Qué signfica este dibujo?
ticando un encantamiento para que la cacería fuera afer-
hmada. Esta vez no iremos a América a buscar la solución.
Iremos al lejano Norte de Rusia.
Y cree firmemente que la danza será favorable. Esto En Siberia recuerdan todavfa la época en que los ca-
nas P<Irece descabellado e insensato.
zadores, cuando habían inatado un oso, organizaban una
Cuando vamos a construir una casa, no danzamos, "Celebración del Oso". Llevaban al animal a la casa Y lo
imitando los movimientos de los albañiles y de los carpin- colocaban ceremonioscnnente en el sitio más honodfico. Le
teros. Si a un maestro de escuela se le ocurriera danzar ponían la cabeza entre las patas y frente a la cabeza co-
para sus alumnos con una regla en las manos, lo man- locaban varias figuritas de venado hechas de pan o de
daríamos directamente a un manicomio. Pero.. lo que 'l' corteza de abedul. Estas eran ofrecidas para el oso. Le
nosotros nos parece una locura era uno ocupación im· adornaban el hocico con tacitas de abedul y le ponfan mo-
rx:irtante para nuestros antepasados. nedas en los ojos. Después los cazadores llegaban hasb
él y lo besaban en el hocico.
Hemos resuelto el acertijo de uno de los dibujos. He-
mos decubierto por qué era pintado sobre ia pared de la Esto era solamente el principio de la celebración, la
caverna el hombre que danzaba. Pero vimos también otros cual duraba varios días, o varias noches, más bien. Todas
C'lladros no menos misteriosos. las noches se reunían junto a los restos del oso, le hacían
reverencias y se entregaban a la danza, imitando los pa-
Recuerden que en la caverna descubrimos una histo- sos torpes de un oso.
ria completa, tallada en una plancha de hueso con un in~­
trurnento agudo. En medio de los danzarines se veía el ca- Cuando se acababa el canto y la danza, celebraban:
dáver de un bisonte rodeado de cazadores. Se habían se comían la carne del oso, dejando intactas la cabeza 'f
los cuartos delanteros.
200
201
Ahora comprendemos lo que significa el dibujo de la
plancha de hueso. Es una "Celebración del Bisonte", una
danza como la Danza del Búfalo. La gente que rodea al bi-
sonte (al búfalo europeo) le dan las gracias por ofrecerles
su carne y le suplican que siga siendo bondadoso con ellos
en el futuro.

Si visilamos de nuevo a los indios, enconlraremos en-


tre ellos la misma cll:lse de celebraciones de la casería.
CAPITIJLO 11
Entre los huicholes los camdores colocan el cuerpo de
un venado que han matado, con las piernas dirigidas hacia Una conversación con nuestros
el oriente.
antepasados
Enfrente de la boca ponen una taza con toda clase de
comida. Los cazadores llegan uno después de otro. hasta "JWJ HAY COSAS MIUIAVILLOSAS: POR Aill VAGA
el venado, le pasan la mano derecha desde la cabeza has- EL DUENDE DEL BOSQUE"
ta la cola, dándole las gracias por haberles permitido que Cuando éramos niños todos lelamos los cuentos fan-
lo mataran. tásticos de príncipes, de la Bella Durmiente y de Las Mil
"¡Descansa en Paz, Gran Hermano!", dicen al hacer Y Una Noches; de animales que se transformaban en gen·
esto. le, Y de gente que, cuando quería, se transformaba en
animales.
El hechicero, volteándose hacia el venado, dice: "1 Nos
diste tus cuernos y por eso te damos nuestras gracias!" Si creyéramos cuanto dicen estos cuentos, todo el m un.
do estarla habitado por seres misteriosos, buenos y malos,
visibles e invisibles. En este mundo habría que estar cons-
tantemente en guardia para no ser victima de la maldición
de algún maligno hechicero o de una bruja perversa.
202
203
UNA CONVEBSACIOH CON HUESTllOS AH'l'EPAllADOS
COMO EL HOMBBE LLEGO A SER GIGANTE
sable a un esplritu malo que habla puesto la piedra en
No podrla confiar uno en sus propios ojos: una asque- su camino.
rosa rana pod(a convertirse en cualquier momt!nto en una
bella princesa, o un hermoso joven transformarse en una Cuandó un h6Inbre muere a cOnSecuericia de Una Cu·

terrible serpiente. Todo sucedería de acuerde> ce>h sus pro .. chillada decimos: murió de una cuchillada. El hombre pri
pias Y partk-ulares leyes; los muertos ~ucitarlan, habla- mitivo habría dicho algo completamente diferente: el hom ·
rían las cabezas que hubieran sido cortadas, la gente qu9 bre murió porque la daga ron la cual fué apuñalado estaba
se hubiera ahogado atraerla al agua a los pescadores. embrujada.
Mientras estamos leyendo el fantóstico cuento casi Desde luego, aún hoy existen personas que creen que
creemos todo esto. Pero tan pronto como hemos cerrado ~1
las enfemiedades pueden ser causcidas por un "mal de ojo",
libro volvemos inmediatamente al mundo real, donde no
que es mejor no emprender nada en ella Viernes, que e.•
hay hechiceros ni brujas, donde todo está regido por la
ley natural. Por más fascinante que sea un cuento de ha-
de mala suerte que un conejo cruce el camino en frente de
das, dificilmente quemamos vivir en un mundo encantado, nosotroá.
en el cual la razón es impotente, donde es preciso haber Nos mofamos de tales gentes. Es inexcusable ser su·
nacido afortunado para escapar de estos hechizos y encan~
persticioso en nuestros ellas.
larnientos.
Pero no debemos Culpar a nuéstros antepasadoá por·
Pero precisamente era así como les parecía el mundo
que crelan en brujas y en esplritus. Honradamente trata-
a nuestros antepasados. No distingulan el mundo imagi-
nario del mundo real. Crelan que lodo ocurría de acuerdo ban de expliearse 'c:Uanto sucedla a su alrededor, pero sa-
con los buenos o malos caprichos de poderes invisibles que bian muy poco para poder 'encontrar la expli=ción co-
gobernaban el mundo. rrecta.
Cuando tropezamos con una piedra y caemos, culpa- Todavla existen tribus, a las cuales no he¡ llegado aún
mos a nuestro propio descuido. El hombre primitivo no se la civilización, que son as!.
nabria culpado a si mismo, sino que habría hecho respon-
205
204
COMO EL HOMllllE 1.1.EGO A SEi! GIGANTE
111m ...,.. .....,,,u:10B11 OOlll ~ rumi:P.llllAl>Oll
U!. VEJIIDICA HJSTOIUA DEL MISIONERO, DEL CHIVO
mones que hubiera prormndodo. l'olque cuando estaba
Y DEL llETM.TO DE U REINA VICTOIUA
predicando, estaba halando de salvar las almas de lo•
Una vez se produjo una epidemia entre la gente de una
demás, pero esta vez era su propia vida la que estaba en
tribu de Nueva Guinea, entre los Motu-Motus. Se sucedlan
peligro.
las defunciones. En todas las casas habia gemidos y lágri
mas. Toda la tribu estaba aterrorizada. Los gritos oeearon. Los nativos comenzaron a escu ·
c:har. El habla ganado tiempo, pero la situaci6n era irule·
¿De dónde pudo haber venido tan terrible peste? gura !odavla. De repente, para fortuna del misionero. apa-
Lo consideraron y lo meditaron, y al fin recordaron reció un chivo detrós de la cerca del jardln. Se qued6
que el mal habla empezado a ro!z de la llegada de ciertos mirando a la multitud; la turba, a su vez, miraba al chivo.
blancos, de un misionero y su familia. La enfermedad lle Hubo un silencio. Las mentes de los nativos comenzaban a
gó al mismo tiempo que ellos. trobajm de nuevo.

Esta idea les pareda la explicación correcta. Asl es El chivo lleg6 al mismo tiempo que el hombre y la pes··
que los nativos, armados de lanzas y bumeranes, se diri- te.. 1Quizá lué el chivo el portador de la enfermedad 1
gieron en turba a la casa del misionero. La rodearon y co-
menzaron a vociferar: "¡Mueran los blancos! ¡Nos han Alguien gritó: "¡Muero el chivo! ¡El El!!! el culpable!".
echado un mal! 1Nos han traído la enfermedad!"
La ruerte del chivo estaba echada. Docenas de mano,
El misionero, pálido y asustado, se asomó a la puerta. derribaron la cerca del jard!n. El misionero observaba ""
"Queridos hermanos y hermanas..._", comenzó a decir. silencio y no hacia movimiento alguno para salvar a su
Pero su voz lué ahogada por los gritos feroces. Le cos- chivo. Cuando hubo rematado al pobre animal ron sus
ió trobajo hacerse oir. Nunca antes en su vida habla sido lClllZ<>lll, la mullilud se alejó con alegres griloe de lriunlo.
tan elocuente el pobre misionero. El discurso que impro-
Pasaron algunos dias. Pero a pesar de que se le habla
visó para estos nativos superaba por la fuerza de las imó:--
aplicado el debido castigo al chivo criminal, la epidemb
genes Y por la persuasión del argumento a lodos lo• ser-
no cesaba. Comenzaron a buscar de nuevo la <XJUS<J. Re-
206
207
COMO EL HOMBRE llEGO A SER GIGANTE
UNA CONVERSACION CON NUESTROS ANTEPASADOS
cordaron que el misionero habla traldo dos chivos más,
aquel cuadro el que hab!a traído tan tremenda desgracia
junto con el macho cabrio que hablan matado.
a la tribu de los Motu-Motus.
Asi fué que volvieron a reunirse alrededor de su cas:I
Comenzaron a gritar de nuevo. Blandiendo sus lan·
y le exigieron que les entregara estos dos criminales ba!"-
zas, se preciPitaron en la casa. No sabemos exactamente
budos. Esta vez el mi~ionero decidió resistir; hoy ped[an lo5
cómo acabó aquello. Quizás los nativos se dieron por sa-
chivos, mañana vendrlan por la vaca, y ¿quién sabe por
qué más? tisfechos con el retrato de la reina inglesa. Quizás descar-
garon su ira contra· alguna otra cosa qu,e nunca antes
Por lo tanto, se negó decididamente a entregar los
hablan visto: las pantuflas de noche del misionero, una
chivos. Estaba dispuesto a jurar que eran completamente
cafetera de porcelana adornaq:a con flores de color rosa,
inocentes.
o el reloj colgado en la pared que balanceaba su péndulo
Bue?no, ¿quién era el culpable, entonces? tan siniestramente.
Sucedió que algunos de la turba que rodeaba la casa
Los detalles no importan. Referimos esta historia verí-
del ri1isioi1ero miraron por la ventana y vieron un cuadro
dica con el solo objeto de hacer ver cómo Ia gente que no
colgado en una de li::Is JXliedes del comedor. Era una mu-
tiene conocimiento de las leyes de la naturaleza se pierde
jer con un lujoso vestido de noche, con los hombros des·
en conjeturas acerca de las causas de los hechos.
nudos, el pecho adornado con estrellas, y tocada la cabeza
con una pequeña corona. Era un retrato de la Reina Vic- La gente sabe por experiencia que todo en el mundo
toria, quien a la sazón era la reina de Inglaterra. está ligado. Pero como no conoce las relaciones causales,
Retratos como ése, reproducidos en millares de copias, acaban por creer en determinados poderes mágicos, sobre-
colgaban en todas las tabernas y tiendas de Londres, per~ naturales, que ciertas cosas ejercen sobre otras.
en la tierra de los Motu-Molus el retrato de una reina era He aqul un relato referido por Levy Bru!, cienlillco
una extraña novedad. francés que viajó por Africa: "En Loango toda la genle
Todos los nativos se quedaron mirando el retrato. Aho- que vive en la costa suele excitarse a la vista de un barco
ra todo les resultaba claro: ¡el retrato era el culpable! Era de vela aparejado _en forma que no sea común, o de m'l
vapor que tenga más chimeneas de las acostumbradas.
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209
ONJ!. CONVE!ISACION CON NUESTRO:s ANTEPASADOS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!! GIGANTE

Un impermeable, un sombrero de aspecto raro, una mece- partes andarían rondando desasosegados y vengadores es
dora, cualquier nuevo instrumento suscitaban la mayor plritus de los muertos,, dispuestos a arrojarse sobre los vi·
sospecha entre los nativos". vos. Cada animal salv~e matado en cacería podría regre-
sar a vengar su mt1:erte. Para alejar el daño era preciso,
Es decir, todo lo desacostumbrado les parecla a estos
implorar, tratar constantemente de hacer propicios a estos
aborígenes un instrumento de magia. esplritus, ofrecerles donativos y rezarles.
Para protegerse contra el daño era preciso usar un ta- La ignorancia engendra miedo.
lismán, algún collar de dientes de cocodrilo, o un braza-
lete hecho con los pelos de la cola de un elefante. Un ta- Y puesto que el hombre era ignorante, no actuaba co-
lismán es un custodio que aleja el daño de la persona que mo amo del mundo, sino como un suplicante amedrentado
lo usa. y despreciable.

En realidad aún era demasiado pronto para que se


La gente primitiva no sabia más acerca del mundo
considerara el amo de la naturaleza. Habla llegado a ser
que los nativos de Loango. Y evidentemente creían en ma·
más fuerte que todos los demás animales del mundo, habla
gias, en brujerías, en encantamientos. Los talism.lnes ha-
vencido al mamut, pero todavía era una criatura muy débil
llados en las excavaciones son prueba de esto, y también
en comparaci6n con las poderosas fuerzas de la naturaleza
lo demuestran los dibujos mágicos hallados en las pro-
que él no sabia gobernar.
fundidades de las cavernas.
Una cacería desafortunada podría condenarlo a se-
QUE PENSABAN DEL MUNDO NUESTROS manas de hambre. Una ventisca podría sepultar en la nieve
ANTEPASADOS sus campamentos de caza.
Serla dificil que una persona viviera en el mundo si
¿Qué di6 al hombre la fuerza para luchar contra !a
no conociera ninguna de sus leyes. Se sentiría débil y
naturaleza y para vencerla poco a poco, paso a paso?
desamparado en poder de fuerzas invisibles. De acuerdo
con este concepto, cualquier cosa podría servir de !alis· Lo que le di6 esta fuerza fué el hecho de que no estaba
mán, cualquier hombre podría ser un hechicero. Por todas solo.
211
210
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

Reunida en grupos, la gente luchaba contra las fuer- UNA CONVEllSACION CON NUESTROS ANTEPASADOS

zas hostiles de la naturaleza. Trabajaba en grupos y du- se salvarla del mal y del peligro. Los antepasados viv!an
rante el curso de su trabajo conjunto acumulaba y ateso- con sus deSceridientes, invisibles, participaban en la ca-
raba experiencia y conocimiento. za y en la vida del hogar. Sabían y veían todo. Castigaban
Es cierto que ella misma no sabía que estaba hacien- al malo y recompensaban al bueno.
do esto, o más bien, lo sabia a su modo.
Así, a juicio del hombre primitivo, el trabajo en común
No tenia concepto alguno de lo que era la sociedad para el bien común llegó a ser sencillamente la obedien-
humana, pero sentía que estaba unida, que la gente d<> cia, el cumplimiento de la voluntad de un antepasado co-
una comunidad era una enorme persona dotada de mu- mún.
chas manos.
Y el hombre primitivo no tenía el mismo concepto que
¿Qué mantenía unidos a los hombres? Estaban liga-
t_enemos nosotros del trabajo. Para nosotros es la cacería l':>
dos por el parentesco. Porque como ustedes saben, vivían
que proporciona alimento al cazci:dor de bisontes. El cazador
en tribus: los hijos vi~ían con sus madres, y sus hijos, a su
primitivo creía que era el bisonte quien lo alimentaba. Pen-
vez, continuaban viviendo Gen sus hermanos y hermanas~
sarÍlos algo parecido, cqmo un vestigio del pasado, cuando
con sus tios y sus !las, con sus madres y abuelas.
decimos que una vaca nos "da" leche, a pesar de que se
Este fué el origen de la tribu. la quitamos sin pedirle permiso.
Para el cazador primitivo la sociedad era la tribu, la
El cazado.r primitivo consideraba como un benefacto~­
aual procedla de los antepasados comunes. Toda la gente
a un- animal salvaje, a un bisonte, a un mamut o a un oso.
estaba ligada por sus antepasados. Ellos la enseñaron o
Para él no era el cazador quien mataba al animal, sino el
cazar y fabricar instrumentos; sus antecesores re
dieron
animal quien le daba su carne y su piel al cazador. Los
viviendas y luego.
indios creen que no pueden matar a un-animal salvaje sin
Tln!lbajar y cazar: esto significaba cumplir la volunlad su consentimiento. Si se mata a un bisonte es solamente
de los antepasados. Quien obedeciera a sus antecesores porque se da comó tina ofrenda, Porque está dispuesto ;::I

que lo maten.
212
?.13
UNA CONVEllSJ\CION CON NUESTROS J\NTEPJ\SJIDOS
COMO Et HOMllRE LLEGO J\ SER GIGANTE
UNA CONVERSACION CON NUESTROS
El bisonte es el benefactor y el protector de la tribu.
ANTEPASADOS
Asi, a juicio de la gente primitiva, cqn su concepto vago
aún acerca del mundo circundante, estas dos ideas se fun. Penetremos de nuevo a la caverna del hombre primi·
dieron gradualmente en una: en el antepasado y en el ani- tivo y sentémonos con él junto al fuego a platicar sobre sus
mal, protectores que alimentaban a la tribu. creencias y costumbres. Que él nos diga si nuestras supo-
siciones son o no son correctas, si hemos interpretado bien
"Somos hijos del bisonte'', dedan los cazadores. Y real- esos dibujos que al parecer nos dejó deliberadamente en.
mente creían que su antecesor era un bisonte. Cuando los las paredes de sus cavernas, y en los talismanes de hueso
artistas primitivos dibujaban un bisonte y pintaban tres y de cuerno.
choz,;s encima de él, eso quería decir: "Campamento dt>
los hijos del bisonte". Pero ¿cómo haremos que hable el amo de la caverna?

Desde hace mucho tiempo el viento dispersó las ceni·


El hombre estaba ligado en su trabajo a los animales
zas de su fogón. Hace muchos años que se desintegraron
salvajes, y no podía concebir ninguna relaci6n que no fue-
los huesos de la gente que acostumbraba trabajar junto al
ra la del nacimiento, la del parentesco. Cuando mataba "
fuego, fabricando instrumentos de pedernal y de cuerno,
un animal salvaje, imploraba su perdón, dirigiéndose a .§1
como a su hermcmo mayor. Se cubría con la piel del ani- cosiendo vestidos de piel. Muy raramente logramos encon-
trar en la tierra un cráneo seco y amarillento.
mal e imitaba sus movimientcs.

El hombre todavía no se decla "Yo". Se sentia una ¿Qué haremos para que el cráneo hable?
parte, un instrumento de la tribu. Cada tribu tenla su nom · Cuando haciamos nuestras excavaciones en Ja caver ·
bre, su totem. Siempre era el nombre de un animal consi- na, encontramos pedazos y fragmentos de instrumentos que
siderado como el antepasado y benefactor de la tribu. Una nos permitieron reconstruir esos instrumentos y compren··
tribu se denominaria "Bisonte"; otra, ''Oso", una tercera, der cómo los usaba el hombre.
"Venado". Consideraban las costumbres de la tribu como
Pero ¿dónde encontraremos los restos, los fragmentos
órdenes del totem y las órdenes del totem eran ley para
de su antiguo lenguaje?
ellos.
215
214
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
UNI! CONVERSACION CON NUESTROS ANTEPASADOS
Debemos buscarlos en los lenguajes que se habla~
guna parte entre los polinesios, antiguos significados y ex
hoy.
presiones que hemos olvidado.
Para estas excavaciones no necesitamos una pala; no En su búsqueda de palabras los explaradores van a I~
tenemos que cavar en la tierra sino en el diccionario. Cada desiertos del Sur y a las tundras del Norte.
palabra que conserva un lenguaje es un precioso residuo
Entre las nacionalidades del Lejano Norte existen len-
del pasado. No podía ser de otro modo, porque es a través
guajes en los cuales quedan todavla palabras de la épo-
del lenguaj'e ·como· centenares y millares de generaciones
han llegado hasta nosotros. ca en que los hombres no tenian concepto alguno de in-
dividualidad, cuando la gente no sab!a qué significaban
Parece demasiado sencillo estudiar un idioma, realizar expresiones tales como "mi arma" o "mi casa".
en él un trabajo de investigación; parece como si todo
Es en esos lenguajes donde debemos internarnos para
cuanto hubiera que hacer es sentarse a una mesa y son-
dear en un diccionario. desenterrar los restos del antiguo lenguaje, igual CI com:i
los arqueólogos cavan en los poblados antiguos en busc::r
Pero esa no es la forma en que se lleva a cabo. de restos de habitaciones e instrumentos.

Para buscar palabras antiguas los investigadores via- Desde luego, no todo el mundo puede ser un arqueó-
jan por el mundo, escalan montarías, cruzan océanos. A ve- logo del diccionario. Sin una larga preparación, sin cono-
ces, en una pequeña nación que reside detrás de las alta;; cimiento cientifico, no se llegaría a parte alguna. Porque
murallas de una montaña, se pueden hallar palabras anti- las palabras antiguas no se conservan en un idioma como
guas que han desaparecido de otros idiomas. los objetos en un museo. Las palabras se han modificado
muchas veces durante el curso de las edades. Han pasado
Cada idioma es como un pequeño caserío a la orilla
de uno a otro idioma, se han derivado una de otra, han
del camino de la humanidad. Los lenguajes de las tribus
cambiado sus prefijos y sufijos. En algunos casos sólo
cazadoras de Australia, Africa y América son como cam-
queda la antigua raíz de una pa:labra, como la raíz de un
pamentos que nos son familiares desde hace largo tiempo.
árbol que ha sido quemado. Y es s61o por medio de esta
Asf, los exploradores cruzan e1 océano para buscar en al-
raíz como podemos descubrir de dónde provino la palabra.

216
l
COMO EL HOMBRE LLEGO l\ SEi! GIGANTE
UNA CONVEllSACION CON NUESTROS l\NTl:Pl\SADOS
A través de millares de años no sólo cambiaron las
Todo esto ha sucedido en épocas recientes, en las ca-
formas de las palabras; sus significados cambiaron tazn.
pas mós altas de nuestro lenguaje, de modo que nos es
bién. A menudo ocurrió que una antigua palabra adquirió
un nuevo significado. fácil encontrar los anteriores significados de esas palabras.
Pero si ahondamos más, el trabajo se hace más dificil. fa
Hoy sucede lo mismo. Cuando se inventa algo nuevo
preciso ser un gran especialista en idiomas p:rra descu-
no siempre se le busca un nombre nuevo. Elegimos una p:r- brir el significado perdido de una palabra.
labra antigua y la fijamos a la nueva cosa, como un rótulo.
Marr fué uno de esos especialistas. Por medio del es-
Tomemos, por ejemplo, la palabra pluma (de ave) parCI tudio de los idiomas de nacionalidades antiguas y moder-
expresar pluma (de escribir). La misma palabra significa nas demostró que muchas de nuestras palabras tuvieron
las dos cosas, porque hace muchos años se utilizaban las anteriormente significados completamente diferentes. En-
plumas de ave como plumas de escribir. Un martillo a va- contró que en varios idiomas la palabra "caballo" signi-
por no se parece en lo más mínimo a un martillo. En rus'J ficaba "reno" y "perro", porque la gente utilizó renos y
la palabra para expresar tirador (de precisión) correspon- perros como animales de tiro antes de emplear caballos.
de a arquero1 a pesar de que el tirador -de precisión de Halló que en algunos idiomas al "trigo" se le decia antes
nuestros dfas dispara balas y no flechas, y las dispara con "bellotas", porque la gente comia bellotas antes de empe-
un rifle y no con un arco.
zar a cultivar el trigo.
Los manuscritos se escriben generalmente a máquina, Existen idiomas en los cuales al león se le dice ''perro
en lugar de ser escritos a mano, como se deducirla de la grande" y al zorro "perro pequeño". Esto se debª_p: que
palabra. Y cuando fué inventada la máquina para escri- la palabra "perro" se formó primero que las palabras
bir, se le dió el nombre de "máquina de escribir", a pesar "león" y "zorro".
de que imprimía y no escribía.
FRAGMENTOS DEL ANTIGUO LENGUAJE
Hemos utilizado la antigua palabra pluma (de ave), y
Al excavar en los idiomas, los exploradores han en-
muchas otras palabras, y las hemos aplicado a cosas nue-
vas. contrado restos del más antiguo lenguaje hablado. Mes-
chaninov habla de estos restos en uno de sus libros.
218
219
UNA CONVEllSACION CON NUESTROS ANTEPASADOS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!I G!GANTE
La expresión "hombre-reno-mata" carece de agente
Por ejemplo, en el leng-uaje de los yougaki res existe
1

activo. ¿Cómo podía saber el hombre primitivo quién era


una palabra que traducida literalmente significa "hombre-
el sujeto: si era él o el reno? Es que él crela que el reno
reno-mcta". Es dificil hasta pronunciar una palabra tan
le era ofrendado al hombre por un benefactor invisible,
larga, y m6s dificil aún comprenderla.
por el antepasado de él y del reno.
No se ·sabe quién r.iataba a quién: si el hombre al re-
no, o P.l reno al hombre, o si el hombre y el reno mataban Igual que en nuestras excavaciones, partiendo de lac
a otra persona, o si alguna otra persona mataba al hom -
capas m6s antiguas del lenguaje hablado hasta llegar n
bre y al reno. las más recientes, encontraremos todavía restos del len-
guaje de aquellos iiempos en que el hombre se considera·
Pero un yougakir entiende esta palabra. La emplea ba como un instrumento en manos de fuerzas misteriosas.
cuando quiere decir: "Un hombre mató a un_ reno"
He aqul una oración en el lenguaje de los chukotas:
¿Cómo fué que formaron una palabra tan extraña?
"Por hombre carne da perro".
Se formó en una época en que el hombre no se decía
aún "Yo", cuando no tenía conciencia de que era él mis- Esta oración es ininteligible para nosotros. La hemoo
mo quien trabajaba, quien cazaba, quien seguía la pista desenterrado de esa CCIJXl de expresión verbal que se far
y mataba al reno. Creía que no era él quien mataba al
m6 hace muchisimo tiempo en el lenguaje, cuando el hom
reno, ni siquiera que era su tribu quien lo hacía, sino un bre pensaba en forma muy diferente a como lo hacemos
algo místico, invisible. El hombre se sentía aún muy· débil nosotros.
y desamparado frente a la naturaleza. La naturaleza no En lugar de decir: "El hombre da carne a su perro"
le obedecía.
decían: "Por medio del hombre carne da a su perro".
Un día, cumpliéndose el deseo de ciertas fuerzas in- ¿Quién da la carne por medio del hombre?
comprensibles, "hombre-reno-matCiba'" muy afortunadamen-
Es una cierta fuerza misteriosa que actúa a través del
te. Al siguiente día la caza podría ser desafortunada y po-
drían regresar con las manos vacías.~ hombre, que lo utiliza como instrumento,

220 221
COMO El. HOMBRE !.!.EGO A SER GIGJ\NTE
UNA CONVEBSAC!ON CON li'UESTIIOS ANTEPASADOS
Los indios de Dakota en lugar de decir "Yo tejo", di.
Asl, desenterrando una capa de lenguaje después de
cen "Tejiendo por medio de mi", como si el hombre fuero
otra, encontramos no solamente las palabras, sino también
la aguja para tejer y no la persona que trabaja con la
los pensamientos de los hombres primitivos. El hombre pri-
aguja.
mitivo vivía en un mundo misterioso, incomprensible, don-
En los idiomas europeos se conserva también restos de no era él quien trabajaba y =zaba, sino que algún
del lenguaje antiguo. En francés se dice "El hace lrlo". Lo otro trabajaba a través de él. algún otra mataba al reno:
cual significa "Hace frlo". Pero, literalmente, quiere decir en un mundo donde todo acontecla de acuerdo con la vo-
"El hace lrio". Siempre el mismo "él" que rige al mundo. luntad de un poder invisible.

Pero no hay para qué escudriñar en otros idiomas, Pero el tiempo transcurrla. A medida que el hombre lle-
puesto que todos podemos encontrar en los nuestros abun- gaba a ser más fuerte, más claramente comenzaba a te-
dantes restos de antiguas formas de lenguaje, lo cual equi- ner conocimiento del mundo y del lugar que en él ocupa-
vale a antiguas formas de pensar. ba. "Yo" apareció en el lenguaje: surgi6 el hombre, el
Ese desconocido y misterioso "él", por ejemplo, que hombre que actúa, que lucha, que somete a su voluntad
está implicito en expresiones tales como : "Está lloviendo", a las cosas y a la naturaleza.
"Está aclarando", "Está helando".
Ya no decimos "El mat6 al reno por medio del hom-
Nosotros no creemos en semejantes fuerzas misterio- bre"; decimos "El hombre mat6 al reno".
sas, pero hemos conservado en nuestros idiomas restos de
lenguajes de la gente de la antigüedad, quien si creía en Sin embargo, a veces se encuentran en nuestro idiomo.
ellas. vestigios del pasado. Todavía decimos "Es de mala suer-
le", "Es inevitable" o "El está destinado".
Decimos, por ejemplo, "l':I reloj ha sido encontrado"
como si no fuéramos nosotros quienes hubiéramos encon- ¿Quién decide la suerte, qué lo hace inevitable, quién
trado el reloj, sino que el reloj hubiera sido encontrado de lo ha destinado a uno?
algún modo milagroso.
11.a suerte, el destino!
222
223
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE
COMO EL HOMBRE LLEGO /\ SER GIGANTE
Esta suerte, este destino, es preciscnnente la cosa "in·
Pero cuando tuvo conocimiento de las leyes de la na-
visible" que atemorizaba tanto al hombre primitivo. La pa- luraleza Y de su propia vida, comenz6 a ser dueña de su
klbra "suerte" existe todcrvia en nuestro idioma. Pero po- destino y a libertarse.
demos prever ya el dia en que habrá desaparecido.

El agricultor siembra sus campos -con un sentimiento


de seguridad constantemente mayor. Sabe que de él de-
pende que haya cosecha o que no la haya. Dispone de
móqt.:inas que hacen fértil una tierra estéril, y de ciencL:r
que le ayuda a dirigir el crecimiento de sus plantas.

Con intrepidez cada vez mayor se hace a la mar el


marinero. Puede ver la drena en el fondo del agua y sabe
de antemano cuándo se va a producir una tormenta.

"Inevitable", "destinado", son expresiones cada vez


más raras.

La ignorancia engendra el miedo. El oonocimienlo ""


fuerza.

Mientras la gente no conoc!a las leyes ele la naturale.a


y no podla dirigir las fuerzas de ésta, se •entia esclava de
la naturaleza, esclava de algún podf'r invisible.

224 225
CAPITULO IlI

Una Grandiosa Primavera


LAS EXTENSIONES HELADAS SE RETIRAN
Todos los años, cuando la nieve comienza a derretirse,
vemos por todas partes --en los bosques, en los campos, en
las calles de las aldeas, en las alcantarillas junto a las ace-
ras- pequeños é:zrroyos, riachuelos, cataratas, turbulentos
y ruidosos. Salen de abajo de la nieve sucia y fangosa co ·
mo muchachos a quienes no se puede retener en la casa
en primavera. Saltando sobre las piedras, atravesando las
calles, se desbandan llenando el aire con su alegre mur-
mullo.

La nieve, abandonando la soleadas laderas y los cano-


pos abiertos, se retira a las hondanadas, a las zanjas, a la

227
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

orilla sombreada de los setos donde algunas veces logra


UNA GRANDIOSA PllllllA VERA
ocultarse del sol hasta los primeros dlas de Mayo.
tamos a la mañana siguiente encontramos que todo se ha
A dondequiera que uno mire, encuentra que toda Ja
vuelto blanco de nuevo, cubiertos de nieve los techos co.
naturaleza ha cambiado. En unos cuantos dias el sol ha
mo si no estuviéramos en primavera.
cubierto de hierba las laderas peladas y de hojas a las ra-
mas desnudas. La Grandiosa Primavera tampoco venció al frie de
repente. Las extensiones heladas se retiraban muy lenta··
Eso sucede cada primavera cuando se derrite la capa
mente, como si estuvieran renuentes a irse. Ofrecían una
de nieve acumulada durante el invierno.
resistencia de siglos.
¿Qué suponen ustedes que sucedió en aquellos días
en que empezó a derretirse la enorme costra de hielo que A veces, también, cuando se habían retirado un poco,
formaba como un casquete blanco sobre la cima de la es- las extensiones heladas se detenían por corto tiempo, como
fera terrestre? si estuvieran congregando sus fuerzas, y entonces comen·
zaban a avanzar de nuevo. Con ellas llegaba la tundra,
No eran ríos y arroyos pequeñitos, sino anchos y pro -
la fria y medio helada llanura, llevando consigo al reno.
fundos ríos los que salían de abajo de la nieve. Muchos de
su fiel compañero.
esos ríos afluyen todavía al mar, llevando consigo en su
viaje el agua de todos los arroyos, riachuelos y cañadCl!I Los musgos y los liquenes se extendían por los valles,
que se encuentran en su camino. expulsando la hi.erba. Las manadas de bisontes y caballos,
que se alimentaban de hierbas, se marchaban hacia e1 Su~
Era un imponente despertar de la naturaleza, una
Grandiosa Primavera, que cubría los valles desnudos del
La batalla entre el calor y el frie duró largo tiempo.
Norte con bosques formidables.
pero al fin venció el calor. Rugientes ríos salían precipita-
Pero la primavera no llega de repente. En Abril hay damente de abajo de las masas de hielo en fusión. El bor-
dtas durante los cuales, después de un día caluroso y so- de más distante de los campos de hielo se desplazó hacia
leado, surge súbitamente un viertto fria. Cuando nos levan- el Norte y con él se trasladó el limite más meridional de kt
tundra. Allí donde hablan crecido musgos y liquenes, don-
de sólo aisladamente hablan existido dispersos macizos

229
UNA GRANDIOSA PlllMJ\VEllA
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGANTE
y cisnes silvestres gritaban y lanzaban reclamos por enc1-
de siempre.vivas enanas, aparecían ahora tupidos bosques
de vigorosos pinos. ma de los lagos de los bosques.

Cada vez hada m6s calor.


EN UNA CARCEL DE HIELO
Con m·ayor frecuencia se destacaban las copas solea- Mientras se operaban todos - estos cambios en la na-
das del 6lamo temblón y del abedul entre las puntas os· turaleza, el hombre no podía permanecer aparte como un
curas de los pinos. espectador indiferente. Todo cambiaba a su alrededor,
Y detrás de ellos, como un poderoso ejército, marchc- igual a como se cambian los decorados en el teatro. Sólo
ban hacia el Norte los robles y los tilos de grandes hojas. que, a diferencia del teatro, cada acto duraba aquí milla-
res de años, y el escenario ocupaba millones de kilómetros
La "Edad del Pino" fué suplantada por la "Edad del cuadrados.
Roble" Una casa-bosque daba paso a otra. Y cada una
de estas casas-bosques tenía sus propios inquilinos. El hombre no era un espectador en esta función del
mundo; era uno de los actores.
Junto con el boscque frondoso, junto con los arbusto.:;
y los hongos y las bayas, se marcharon -'también al Norte A cada c_ambio de escena, el hombre tenia que reno-
aquellos animales a los cuales les gustaba la clase ·¿e ali- varse, cambiar su forma de vida para sobrevivir.
mento que proporcionabá el bosque. Se march.aron el ja-
balí, el alce, el toro salvaje, y el noble venado de astas ra- Cuando la tundra se desplazó hacia el Sur se llevó

mificadas. El oso pardo comenzó a quebrc!r las ramas de los consigo, como encadenados, a sus prisioneros, a los renos.

,árboles en busca de miel silvestre. Caminando sin hacer En un extremo de esta cadena invisible estaba el reno, y
ruido sobre las hojas caídas, los lobos seguían .las pistas en el otro extremo los musgos y los Jlquenes.
de los conejos. Los castores de nariz achatada y patas
El reno vagaba por aquellas llanuras frias, sin 6rboles,
aplastadas se pusieron a trabajar en la construcción de sus
heladas, comiendo musgos y líquenes. El hombre iba de-
presas en las corriente~ de los bosques. Grandes bandada.;
tr6s de él.
de pájaros llenaban las selvas con sus cantos. Los gansos

230 231
COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!I GIGAN'i'.E
llMA Gl!ANl>IOSA PlllMllVEllA
En las llanuras no heladas el hombre cazaba caballo;
y bisontes. En la tundra tenla que cazar renos. ellas, los hombres viajaban livianos, llevando en las ma-
nos los harpones y las lanzas. El oficio del hombre no em
Porque ¿qué más podía cazar en la tundra? el preocuparse por la casa.
Los mamutes hablan desaparecido. Como ustedes sa-
ben, el hombre los habla exterminado por millares, amon- Ahora la tundra comenzaba a retirarse, llevándose
tonando montañas de huesos de mamut cerca de sus cam- consigo al reno. Los bosques tupidos, impenetrables, se-
pamentos de caza. Los caballos hablan sido exterminado• guian extendiéndose cada vez más hacia el Norte, ocupan·
también en gran medida. Los que sobrevivían se hablan re. do el lugar de la llanura pantanosa.
tirado al Sur, donde las hierbas jugosas crecían en la lla-
¿Qué le sucedi6 entonces a la gente?
nura en vez de los viejos líquenes secos.
Algunas tribus cazadoras emigraron, inconscientemen ·
El único "benefactor" que le quedaba al hombre en la
te, hacia el Norte, hacia el Artico, siguiendo a las manadas
tundra era el reno. El alimento del hombre era el reno, .,e
de renos. Esto era lo más sencillo que podla hacer, porque el
ves!!a con la piel del reno, fabricaba lanzas y harpones de
hombre estaba acostumbrado a la naturaleza tal como era
cuerno de reno. Por lo tanto, el hombre tenla que adaptar
en el Norte. El frío habla durado treinta y cinco mil años.
su vida a la vida del reno.
Durante estos treinta y cinco mil años el hombre habia
A donde iba el reno iba el hombre. Las mujeres cons- aprendido a cubrirse con las pieles calientes quitadas a
trulan apresuradamente chozas en sus campamentos de los animales salvajes. Cuanto más frío hiciera afuera, tan-
caza, cubriéndolas con pieles. Sabían que no iban a vivir to más caliente arclia el fuego en el fog6n de la cueva, bien
mucho tiempo en un solo sitio. Cuando el reno, perseguido protegido contra el viento.
por enjambres de jejenes, se fué en busca de otros pastos,
Ir al Artico era más fácil que permanecer donde esta-
la gente no pudo hacer otra cosa que abandonar también
ba; pero lo más fácil no siempre es lo mejor. Esa parte dd
ilUS campamentos. Las mujeres derribaban los jacales, los
la humanidad que fué al Norte con el reno se diezm6 mu-
cargaban en sus espaldas y se iban penosamente por la
cho, debido a que la Edad de Hielo se prolongó para ella.
tundra, dando traspiés a causa del agotameinto_ Al lado de
Los esquimales viven todavía en Groenlancia en extensio~
232
COMO EL HOMBRE u.EGO A SEi! GIGANTE

nes heladas y sostienen una lucha interminable contra una


naturaleza rigurosa y mezquina.

La suerte de las tribus que permanecieron donde esta-


ban fué muy diferente. Al principio se les hizo duro vivir en
los bosques que crecían a su alrededor. Pero, por otra par-
te, habian escap:ido de su cárcel de hielo donde sus ante
pasados vivieron durante millares de años.

EL HOMBRE EMPRENDE LA GUERRA CONTRA


EL BOSQUE
Los bosques que suplantaron a la antigua llanura eran
muy diferentes a nuestros bosques de hoy. Eran macizcs
impenetrables que se extendian millares de kilómetros has-
ta las propias orillas de los rios y de los lagos, llegando
en algunos lugares hasta las costas.

No era fácil para el hombre vivir en este nuevo mun-


do al cual no estaba acostumbrado. El bosque lo estrangu-
laba, lo oprimía con sus garras cubiertas de piel, no le de-
jaba sitio donde vivir, lo privaba de espacio. Tenía que
pelear constantemente con el bosque, cortarlo, derribarlo.

En la tundra o en la llanura era fácil para el hombre


hallar un sitio para su campamento. Sobraba espacio. Pero
en los bosques tuvo que crear. espacio. Alll cada palmo d8
tierra estaba ocupado por árboles y arbustos.

234 El cazador tavo que cambiar au dardo por la fl•cba ~egura r; vela.z.
!IN.11 Gll.llNDIOS.11 PlllMllVEllll

Ten:a que emprender la guerra contra la selva, to-


marla por asalto, como si fuera una fortaleza enemiga.

Y la guerra sin armas era imposible. Para derribar tr'-


boles, el hombre necesitaba un nuevo instrumento. Para
obtenerlo ató su pesado martillo de piedra lrangular a un
largo mango de hacha.

En los macizos de la selva, donde antes sólo se o10Tl


los picotazos del pájaro carpintero, resonaron los primero:;;
golpes del hacha. Jos cuales asustaban a las aves y a las
bestias.

La piedra afilada se encajaba en la madera del árbol.


Espesa savia goteaba de las heridas. Los árboles se desplo-
maban, lanzando quejidos, a los pies del leñador.

\ Dla tras dia, tenaz y pacientemente, la gente derriba-


ba Jos árboles para habitar el mundo del bosque.

Cuando habla obtenido un espacio libre, quemaba Jos


troncos y la maleza.

De ese modo luchaba el hombre contra la selva y la


venda. Pero no le daba tregua al enemigo vencido y de-
rrotado. Cortándole las ramas, el hombre aguzaba un fi;<·
tremo del tronco de un árbol y lo clavaba en el suelo a gol-
pes de mazo. Al lado de este primer poste colocaba un sa-

237
COMO El. HOMllllE LLEGO A SEll GIGANTE
UNA G!IANDIOSA Pll!MAVEllA
gundo, un tercero, un cuarto. Formaba una cerca y la en.
trelazaba con ramas. All!, entre los órboles, se levantó 1a ¿Cómo iban a guiarse los cazadores entre estos cruji
primera cabaña enramada, la cual se asemejaba mucho a! dos y rastros, entre estas variadas manchas entre los man·
bosque mismo. Se velan troncas de órboles, igual que en chados troncos de los órboles?
el bosque, entretejidos con ramas. Pero estos troncos d:-
Cada animal de la selva, cada ave, tenlan su colorido
á:rboles no estaban dispuestos al azar, sino que eran arre" propio que les servia de protección. Las plumas de las aves
glados de acuerdo con un orden determinado, de acuerdo
se asemejaban a la corteza de los órboles. El pelaje pardo
con el orden en que los habla colocado el hombre.
de los animales se mezclaba en la smi-obscuridad del bos-
Era dificil para el hombre obtener espacio para él en que con el color pardo de las hojas caldas.
el mundo del bosque. Mós dificil aún era conseguir algo Era dificil seguirle la pista a un animal, y cuando se
que comer.
encontraban su rastro era preciso hacerle el primer dis-
paro antes de que se ocultara o desapareciera en la espe-
En las llanuras y praderas habla cazado animales qu8
sura. En consecuencia, el cazador tuvo que cambiar su
andaban en manadas. Era fócil verlos a distancia. Desde la
dardo por la flecha veloz y segura.
cima de un montículo la tierra se extendía ante él C'Omo u:a
horizonte dilatado. Empuñando el arco y a su espalda el carcaj lleno de
flechas, el cazador penetraba en las espesuras a cazar ja·
En el bosque era d¡¡l todo diferente. La casa-selva es-
bolles y flechar bulliciosos gansos y patos silvestres.
taba llena de inquilinos, pero éstos no estaban a la vista.
llenaban cada piso del bosque con sus voces, con sus su-
surros, con sus reclamos y sus ruidos, pero era dificU UN AMIGO DE CUATRO PATAS
perseguirlos y dar con ellos. Todo cazador tiene un gran amigo. Este amigo tiene
cuatro patas, grandes orejas flexibles, y una extraña y ne-
En el suelo se oía un crujido, algo pasaba rápidamente
gra nariz.
por encima de la cabeza, alguna cosa rozaba las hojas de
las ramas de un órbol... ... Este amigo cuadrúpedo ayuda a su amo a buscar la
presa cuando estó cazando. A la hora de la comida se
238
239
COMO EL llOMBllE 1.1.EGO A SEll GIGANTE
UNA GRANDIOSA PRIMAVERA
sienta a su lado, mirándolo a los ojos, y parece preguntac
"¿Dónde está mi parte?" pisadas de un venado, el perro estaba ya alerta y se ponto
a seguir la pista por el suelo.
Este fiel amigo de cuatro patas ha estado sirviendo al
¿Qué es ese olor que se percibe en las hojas? ¿Qué
cazador no sólo durante un año, sino durante millares d9
pasó por ahi? Dos o tres olfateos al aire y ya está encontra-
años. Porque el hombre domesticó al perro desde aquellos
do el rastro. Sin ver ni oir nada en las cercanías, guiado
tiemp:>s en que mataba a su presa con una flecha liviana
totalmente por su sentido más importante, por su olfato, el
y emplumada, y no con un perdigón disparado con una
perro corre con seguridad por entre el bosque. Todo cuan-
escopeta.
to el hombre tiene que hacer es seguirlo.
En las turberas de los bosques, junto con los restos d2 Cuando el hombre domestic6 al perro, llegó a ser más
los campamentos de caza de los hombres, se hallan tam- fuerte que antes. Utilizaba la nariz del perro, la cual podlu
bién restos de campamentos para perros. Y entre los des~ distinguir los olores mejor que su propia nariz.
perdicios de cocina o en los basureros que se encuentran
Tomó a su servicio no sólo la nariz del perro, sino tcnn.-
en los bsoques cerca de donde había existido un caserío, se
bién sus patas. Mucho antes de que el caballo hubiera sid0
conservan todavía huesos de animales salvajes con marca~
enjaezado, los perros conducían al hombre en un trineo.
de dientes de perro. Evidentemente los perros se sentaban
también en aquellos dlas al lado del =ador a la hora de En Siberia, no lejos de Grasnoyarsk, se han encentra·
comer y le pedían huesos. do huesos de perros juntos con restos de sus arneses cerca
del sitio donde· hubo un primitivo campamento de caza.
Pero no es de creer que el hombre hubiera conserva~
do y alimentado al perro si no le hubiera sido útil. Cuand0 Es decir, el perro no sólo ayudaba al hombre a c=r,
el hombre domesticó al perro, el cazador encontró en él un sino que también transportaba al cazador.
auxiliar: le enseñó a seguir la pista de los animales sal-
Asi es como por primera vez encontrarnos en la bio--
vajes.
gral!a del hombre a su amigo, al perro.
Y el hombre no se equivoc6 en su elecci6n. Antes de
lCuántos relatos se han escrito sobre perros: perro•
que él mismo pudiera ver el rastro de Wl jabali u oír laJ
que les salvaron la vida a los viajeros en las montañas, jitie
240
241
COMO EL HOMBllE LLEGO A SER GIGANTE UNA GRANDIOSA PlllMAVERA

han llevado a sus amos heridos fuera del campo de bata- Al principio todas las inundaciones los cogían des-
lla, que han montado guardia no s61o en el umbral de una prevenidos. Pero a medida que observaban al río, que ad-
casa sino también en las fronteras de un país! El perro sir·· vertian sus crecidas y bajadas, podían tomarle ventaja.
ve al hombre en el hogar, en la caza, en la guerra y en el
laboratorio. Derribaban varios árboles, los alaban unos a otros y
los tendían a la orilla del rio. Sobre la primera hilera de
troncos colocaban otra. Poco a poco los tioneos formaban
EL HOMBRE EN GUERRA CON EL RIO
una alta y amplia plataforma. Y alli, sobre la plataforma
No todos permanecieron en las selvas intrincadas. Al. construían sus chozas. Ya no le temían: a la inundación.
gunos abandonaron las espesuras y se fueron a las playa Cuando el agua subía furiosa a las orillas, ni siquiera podía
3
de los ríos y de los lagos. .salpicar los· cimientos' de sus casas.

Allí, en la estrecha faja de tierra situada entre el agua Esto representó una gran victoria para el hombre.
y el bosque, construyó la gente sus cabañas entretejidas. ¡No era tontería elevar una orilla baja de río! De esta
plataforma, construida de troncos, se han derivado toda..:;
A la orilla del río había más espacio libre que en la las presas y diques que utilizamos para contener a lo~
selva, pero la vida no era allí tan fácil. El rio era vn in-· ríos.
quieto vecino. Durante la primavera se desbordaba e inun··
El hombre trabajó infatigablemente en esta guern
daba sus riberas. funto con los témpanos de hielo y con
contra el r.ío. Y. ¿por qué quería establecerse precisamen-
los troncos que_.habían· caído al· agua, arrastraba a me-
te a la margen del río? ¿Qué lo atraia al agua?
nudo las cabañas construídas por el hombre. Los habitan-
tes, tratando de salvarse de la inundación, se subían a lo:> Pregúntenselo a un pescador que pasa días entero~
.:írboles y ahi se sentaban a esperar hasta que el rio cam en el río vigilando pacientemente su flotador de corcho .
biara su mal humor por una manera· de ser más apacible.
El rlo lo atraía porque en él habla peces.
Y cuando el rio regresaba a su lecho se dedicaban a re-
construir de nuevo sobre la ribera sus hogares destruidos. ¿Cómo lué que el cazador llegó a ser también pesca

242 243
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGANTE
UNA GRANDIOSA PB!MAVEBA
dor? Necesitaba disponer de une equipo completamente
sacando turba y arena, descubrieron un cráneo humano Y
diferente, y tener hábitos y métodos diferentes.
algunos instrumentos de piedra.
Cuando encontramos una ruptura en la cadena de Esto atrajo la atención de los arqueólogos. Y de es!J
los hechos, debemos tratar de hallar el eslabón que falta. ciénaga donde habían creído que no babia más que tur-
ba, sacaron los arqueólogos toda clase de objetos, tal co--
Un cazador no podia convertirse en pescador de la
mo si los estuvieran sacando del escaparate de un museo:
noche a la mañana. Es decir, antes de que pudiera pes-
~n hacha y un cuchillo de piedra; un anzuelo; una puntl-1
car, tenia primero que cazar los peces. Y eso fué preci-
de flecha; un arpón de borde dentado, y una ballenita he·
samente lo que hizo el hombre. El primer instrumento
cha de un pedazo de hueso, un talismán.
de pesca fué un arpón, el cual difería muy poco de un.:i
lanza. El pescador buscaba en el agua sumergido hasta Después de estos instrumentos de piedra y de hueso
la cintura, y cuando encontraba peces que se ocultaban desenterraron con gran satisfacción una canoa completa.
entre las rocas, los mataba con su lanza. Después comen- Esta canoa estaba tan bien conservada, que en ese mis·
zó a cogerlos en otra forma. Ya habla aprendido a ca- roo momento se hubiera pódido salir a bogar en ella.
zar aves con una red, y trató de usar su red en el agua
también. No es muy semejante a nuestros barcos de hoy. Esta
abuela de nuestros barcos, vapores y buques movid_os po:
As!, poco a poco, el hombre se proveyó de aparejo Dieseis, fué hecha de un gran tronco- de roble. Al exam1-
de pesca. Junto con arpones y lanzas, los arqueólogos en- narla, se tiene la impresión de que est~mos viendo con
cuentran en la tierra, lastres de piedra para redes, y an- nuestros propios ojos cómo el hacha de piedra se clavab•.:i
zuelos de hueso. en el corazón del roble. Donde el corte se hada a lo la:-
go de !a fibra no era tan difícil, pero cuando el corte er.::J
contra la fibra-, ya no era simple1nente trabajo, sino un<i
LA ABUELA DE NUESTROS BARCOS
penitencia. La madera está cortada y tajada en todas di-
Hace sesenta años, no lejos del Lago Ladoga, en Euro·
recciones, como si los dientes de piedra la hubieran mo~
pa, cmraban un canal unos trabajadores. Cuando estaban
dido ferozmente. En las partes donde había nudos y ra-
214
245
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE UNA GRANDIOSA Pl!IMAVEBA

mas, el hacha sencillamente no servía. Los hombres te- a adivinar sus cambios caprichosos? A veces estaba tran-
nlan que abandonar su intento y buscar la ayuda del fuego quilo, quieto, manso, y en seguida comenzaba a enfure-
en su lucha con el 6rbol. cerse, a bramar, a levantar grandes olas.

Toda la popa está quemada, cubierta con una negra El voluminoso tronco de roble, al cual ni siquiera una
costra de carbón. Evidentemente no era mucho más fácil tormenta podía hundir, saltaba sobre las olas, dando vuel-
fabricar una canoa en aquellos días, que construir hoy to. tas sin cesar como una liviana tabla. Bogaron hacia !a
do un barco. playa llenos de terror. Por fin pisaron suelo firme, suelo
que no se sacudía, ni se encorvaba, ni formaba grande3
En la turba, junto a la canoa, encontraron el hach'.l
olas. Como un niño que se agarra de sli madre, se aga.
con la cual había sido fabricada. El borde del hacha es-
rraba el hombre de la madre que le dió la vida, de !a
taba pulido Y afilado. A poca distancia se encontró tam-
tierra.
bién una piedra de afil,;. Es decir, en aquel tiempo ya
sabí~~ no sólo desbastar con un martillo de piedra, sin<> En lugar de aventurarse en esta traicionera extensión
lambien pulir y afilar. de agua, alejándose hasta el propio fin del cielo, el hom-
bre esperaba a que los peces vinieran a la orilla.
Es difícil concebir cómo podían hacerse con un hach.:x
embotada todos esos cortes en un duro roble. Era un lar- Cautelosamente, paso a paso, el hombre lué conquis-
go Y penoso trabajo convertir en barco un tronco de roble. tando las inmensidades de agua.

Cuando al fin quedó acabada la obra y Ja canoa fué Hubo un tiempo en que el mundo estuvo limitado pa-
bolada al agua, los hombres cogieron sus arpones, anzue- ra él por los límites de la tierra. Todas las riberas esta-
los, lanzas Y redes, y salieron a una expedición de pesco. ban amuralladas, como quien dice, y sobre la muralla la
señal de "No Hay Paso".
Era un gran lago y en él había grandes cantidades
de peces, Pero no llegaron lejos de la playa. Sin embargo, el hombre logró atravesar esta muralb
El agua era un elemento nuevo e inexplorado para invisible. Aún se mantenla en las orillas de este mundo
elloa. ¿Cómo iban a conocer sus modos de comportarse, nuevo para él, del mundo del agua. Pero, de cualquiPr

245 247

L
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
UNA G!UlNDIOSA PlllMAVEllA
modo, lo más difícil, el principio, habla acabado. Se acer -
coba el tiempo en que el hombre se libertaría de las cos cuada para el trabajo, las docenas de diminutos y agudo'
tas. No en una liviana canoa, sino en un barco, surcar{o:i cuchillos de la h"oja de la sierra, se encajan en la mader'1.
los mares para descubrir, muy lejos de sus propias front:::·- Pront<> todo el material sobrante que ocultaba la fo,-
ras, tierras nuevas habitadas por gente como él. ma que ustedes querian, queda a un lado, convertido en
astillas, en virutas, en serrín.
LOS PRIMEROS ARTESANOS
La victoria es de ustedes, pero no es de ustedes sola·
Para ustedes los jóvenes artesanos que acaban de em-
mente. Es también la victoria de todos los trabajadores
puñar por primera vez el hacha, el cepillo, el martillo y el
que a través de tantas edades han estado inventando :·
desarmador; para ustedes los futuros ·químicos y metalúr
perfeccionando herramientas, buscando nuevos materiales,
gicos; para ustedes los futuros fabricantes de tornos, aero-
nuevos métodos de trabajo.
planos, constructores de casas y de barcos; para ustedes
que aman sus herramientas y su trabajo, está escrito este En este libro han conocido ustedes a estos primero.3
libro. artesanos, a aquellos que inventaron el cuchillo, el hacha
y el martillo. Los han visto en su trabajo, el cual, como
Ustedes conocen las dificultades y el esfuerzo de la
el de ustedes, era árduo y al propio tiempo divertido.
herramienta contra los materiales, y la satisfacción de ven-
cer esta¡; dificultades. Aquellos primeros carpinteros, cavadores de zanjas,
Cuando ustedes cogen un pedazo de madera, ya se albañiles, se vestían con pieles de animales salvajes. Ne-
han formado en la mente la imagen del objeto que van cesitaban varios meses para hacer un pequeño bote. Más
a fabricar. Parece demasiado sencillo. Todo cuanto tie- dificil era para ellos modelar una olla de barro, que paru
nen Que hacer es aserrar aquí, taladrar allí, y recortar des- nosotros modelar una estatua. Pero de esos carpinteros,
pués. Pero el material no es dócil. Con toda su fuerz::r cavadores de zanjas, alfareros, proceden todos los cons-
ae resiste a dejarse hundir la hoja de la cuchilla. tructores, quimicos, metalúrgicos que están transformand':J
hoy al mundo con su trabajo.
Prueban una herramienta, después otra. Cuando fa-
lla el cuchillo, emplean un hacha. Si el hacha es inade- Tomemos, por ejemplo, al alfarero primitivo, el prime-
ro que transformó la crrcilla en un material que anterior-
248
Z49
COMO EL HOMllRE LLEGO ll SE11 GIGANTE UNA GllllNDIOSll Pll!Mll VElill

mente no existia en estado natural. Eso fué una doble bierto donde los primitivos alfareros coc!an sus primera3
victoria: una victoria sobre la arcilla y una victoria sobre y toscas ollas de forma cónica.
el fuego. Es cierto que la gente habla utilizado el fueg"
antes de esto: le mantenla el calor, ahuyentaba a los ani- UN GRANO DE CEBEAL REFIERE UNA HISTOll!A
males salvajes, le ayudaba a tumbar bosques, y venia en En uno de los =ipamentos de caza encontraron los
1
ayuda del hacha cuando el hombre estaba construy~'1do arqueólogos, entre otras cosas, varias ollas de barro.
su canoa. Por ese tiempo la gente habla aprendido a !1a-
cer luego: obedientemente se presentaba cuando fr.ot :iba Las ollas estaban adornadas .con un sencillo diseño de
uno contra otro, dos pedazos de madera. rayas cruzadas. Este diseño da la clave de cómo mode-
laban y coc!an las ollas.
Pero ahora el hombre le asignó al fuego un trabajo
nuevo y más complicado: transformar una substancia en Revestlan interiormente con arcilla húmeda una ces'.a

otra. tejida, y después la ponlan en el luego. La cesta de mim ·


bre se quemaba y quedaba la olla. De este modo se mar-
El hombre habla observado los electos del fuego y lo caba claramente el diseño entrecruzado de los juncos de
puso a cocer arcilla, a cocinar comida, a hornear pan, a la cesta en la parte exterior de la olla.
fundir mineral.
Después, cuando comenzaron a modelar lcls ollas sin
Hoy seria dificil encontrar alguna fábrica donde el fue- ayuda de la cesta, los alfareros marcaban en ellas este di-
go no esté trabajando, convirtiendo una substancia en bujo entrecruzado. Creian que la olla no cocinaría bien
otra. a menos que fuera igual a aquéllas en las cuales hablan
cocinado antes que ellos, sus abuelas ·y bisabuelas.
El fuego nos ayuda a obtener el hierro del minerai, el
vidrio de la arena, el papel de la madera. Un ejército de Los artesanos de aquellos tiempos crelan que todru
qulmicos y metalúrgicos rige el fuego que arde e,-¡ loo las cosas gumdaban en su interior poderes ocultos y mis-
hornos de las fábricas. Y todos estos hornos son los des- teriosos, y de cualquier manera, el poder de la olla res1-
cendientes de aquel fuego que ardia en un fogón des cu· dia en el dibujo grabado sobre ella. Si se carnbiara el

250 251
COMO EL HOM!lllE LLEGO A SER GIGANTE
UNA GllANDIOSA P111MA VERA
dibujo habria que lamentarlo. La olla podla tra.,,- mab
hombres andaban cazando, las mujeres y los niños se iba~
suerte, miseria, hambre.
a explorar el lugar donde estaba situado el campamento,
A veces el alfarero dibujaba un perro sobre la olla algunas con cestas, otros con cántaros, para recoger todo
para ahuyentar el "mal de ojo". Un perro era un guar- cuanto pudieran encontrar que fuera comestible. Recogian
diá!l: que ·cuidara la olla y su contenido. mariscos en las playas. En los bosques coglan hongos, ba-
yas y nueces. Tampoco despreciaban las bellotas, sino qu9
En muchos lugares se han encontrado ollas de barro
, las trituraban hasta volverlas harina y horneabc:i JXJ!1....., ;
con dibujos entrecruzados. Una de ellas, descubierta cerc :x
hechos de esa harir.a. Esa es la causa de que en algunos
de la ciudad de Compiégne, en Francia, es particularme!lte
famosa. Cuando los arqueólogos examinaron el dib.ujo qu·3' idiomas al "cereal" se le llama todavla "bellotao ...
habíc:t en ella, advirtieron la marca de un grano de avena. 1

Se contentaban especialmente cuando descubrlan una


Se entusiasmaron con este descubrimiento, pues eso colmena de abejas silvestres. Existe en un peñasco un
no era simplemente un grano de avena, sino un testigo, dibujo que representa a una mujer recogiendo miel. Est!I
un diminuto testigo, que hablaba de cambios muy impor-· subida en un órbol y vaciando la colmena con una mano
tantes en la vida del hombre. mientras con la otra sostiene su cántaro. Enjambres de abe-
Donde habla granos, debla haber agricul!ura. Y, par::t jcs zumban rabiosamente a su alrededor, pero ella no les
que n.o hubiera dudas, en el mismo poblado donde encon- presta atención sino que continúa sacando de la colmen':l
traron la olla con el grano de avena marcado sobre ella, los panales llenos de miel.
descubrieron también raspadores de granos y azadones.
de piedra destinados a cmrar la tierra para sembrar. Las mujeres y 10s niños regresaban de roda expedici611
Olargados de miel, bayas, manzanas y peras.
Evidentemente nuestros cazadores y pescadores 2-::
habían dedicado a la agricultura también.
¡Qué gran lest!n! Pero las amas de casa eran muy cui-
Debemos recordar que no todos los miembros de la dadosas de sus provisiones. Hacían salir a los niños y guar-
tribu se ocupaban en la caza y en la pesca. Mientras lo• daban cuanto podian en ollas, cántaros y cubas. Esas peo-

2&2 253

t il
UNA GllANDIOSA P111MA VElll\
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
volverla a ellas con rizos dorados. Y en el otoño, cuando
visiones podr!an ser útiles algún dla, pues. la caza no siem-
recogían las espigas, celebraban el retomo de la divinidad
pre era productiva.
del seno de la tierra.
As!, cuando el clima se hada benigno de nuevo, la gen-
te se dedicaba una vez más a la recolección. Ustedes po- Colocaban derecha sobre el suelo la última espiga y
drán pensar que esto era un paso hacia atrás, pero en danzaban y cantaban a su alrededor. Eso no era simple- 1
realidad era un gran progreso. De la recolección pasó la mente una danza; era una ceremonia mágica. Las mujeres

gente a la siembra, cruzó la linea de separación entre el · cantaban alabanzas al fruto e imploraban a la tierra que
recogedor y el agricultor: fuera siempre bondadosa para ellas.

Además de frutas y bayas las mujeres traían granos LO VIEJO EN LO NUEVO 1

de cereales: avena y trigo silvestres. Cuando echaban es-


A principios de este siglo habla lugares dor.de des-
tas semillas en cántaros y ollas, calan algunos granos al
pués de la recolección del fruto la gente celebraba una
suelo. Algunos germinaban. Se sembraban ellos mismos.
Fiesta de la Cosecha.
Al principio la gente sembraba accidentalmente, perd!a
Cogian los últimos granos y los cubrian con un pañue-
sencillamente algunas de sus semillas. Después comenzó
lo y una enagua. Después se cog[an de las manos y dan-
a esparcirla deliberad=ente, a sembrar la semilla.
zaban alrededor del fruto, cantando con toda la fuerza
En algunos pueblos existen mitos, leyendas, acerca del de sus voces para que se oyeran en la próxima aldea:
entierro y la resurrección del grano.
En nuestra granja; en nuestra granja
Algunas de estas leyendas hablan de una doncefü¡
Es hoy el Dla de la Cosecha.
y de un joven que en vida descendieron al reino de los
¡Loado sea Dios!
muertos y regresaron después milagros=ente a la tierra.
Cuando, en aquellos remotos tiempos, las mujeres ca-
Un campo es cosechado,
Otro es arado.
vaban la tierra y luego sembraban en ella el grano, c;eian
¡Loado sea Dios!
que estaban enterrando a una misteriosa divinidad gue
255
254
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE
UNA GRANDIOSA PRIMAVERA
Los impresionantes y lastimeros sones de esta salme--
dio eran muy diferentes de los alegres cantos populares no es más que una parte de la celebración del alegre ella
que se o!an en las aldeas al anochecer, cuando las mozas festivo.

"'[ los jóvenes iban en rondas por la aldea.


Muchas antiguas ceremonias, encantamientos, exorcis-
Esta Fiesta de la Cosecha era en realidad una antigua mos, están pasando su vejez entre los niños, igual a los.
viejos que gustan de tener niños cerca de ellos.
¡,
ceremonia, la cual databa de la época de los primeroo
agricultores.
1IJu-..ria, lluvia, vete!
Muchos de esos ritos han llegado hasta nosotros en jue- 1Vuelve otro día!
gos y cantos infantiles. Los niños se cogen de las mane• Los nifics, cuando cantan esto, no creen en lo más mi··
y cantan:
nimo que ahuyentarán a las nubes o que harán volver Ja
La avena. los guisantes. los frijoles y la cebada nacen. lluvia. Lo cantan simplemente porque les gusta cantcrr.
La avena. los guisantes. los frijoles y la cebada crecen. ••
La gente grande ¿no está ta1nbién constantemente
Este juego musical fué una vez también un rito. A jugando juegos y cantando cantos que tuvieron un sign:-
medida que se ha ido trasmitiendo a través de los siglos ficado muy diferente en la antigüedad?
ha ido perdiendo todo su significado cmtiguo y mágico r
En Italia y en Francia celebran todavía el entierro del
sólo ha conservado su tono de alegria.
Carnaval. La gente sale a las calles en una gran procesión.
tY el árbol de Navidad! El árbol de Navidad fué un.~ Los enterradores llevan una efigie del Carnaval. vestida
vez un árbol sagrado. La gente danzaba alrededor de los con trapos de diversos colores. Marchan en silencio, cada
pinos para devolverles la vida a los bosques y campos dor- uno con uno: trompeta en la mano y una botella en la bol-
midos, para que la primavera sucediera al invierno. sa. De vez er.. cuando se detiene la procesión y los sepul-
tureros se refrescan con unos cuantos tragos de vino.
Nuestros niños, a quienes tanto gusta adornar el árbol
de Navidad, no lo consideran un árbol 11<1grado. Para el!oo Una mujer que representa a la esposa del Carnavai
encabeza la procesión. Simula estar llorando y hace gran
256

' I¡,:
UNA GRANDIOSA PRIMA VERA
COMO EL HOl\IBBE !.LEGO A SEll GIGIUITE

des demostraciones de dolor. Esto causa explosiones de * después del invierno, porque aún nadd sabia acerca de
las leyes naturales. Cada primavera le parecía un rpilagrQ,
sa entre la multitud.
una milagrosa resurrección de la naturaleza. Y el hombre
La procesión va a una pi= pública donde arde una'• hacia todo cuanto podía para que se produjera este mila-
hoguera y los sepultureros arrojan al luego al Carnaval. la• gro por medio de cerernonias mágicas. '
efigie se quema con acompañamiento de ruido de tam- 1

bores, y después se inicia una alegre fiesta. Enterrar al invierno, resucitar a la primavera, hacer
volver las flores a los cá:mpos y las hojas a los árboles: es:J
Las calles se llenan de bullangueros disfr=dos. En era el objeto de aquellos juegos y danzas, por eso incine-
cada parque hay una banda y regocijadas parejas se arre- raban al invierno.
molinan bailando.
y estos antiguos ritos y supersticiones han llegado has-
¿Quién es este Carnaval cuyo entierro se celebra en ta nosotros en forma de regocijados festejos.
tal forma?
Tam.bién se manifiestan entre nosotros en otras formas.
Si ustedes interrogaran acerca de esto a los alegr"" ·
En las iglesias, en los solemnes oficios de Pascua de
sepultureros, o a la "viuda" del Carnaval, contestarían: "Es
Res~recci6n, oimos en las oraciones los ecos de los anti-
simplemente una antigua costumbre". Pero no sabrlan de·
guos cantos mágicos, Estas oraciones, como los cantos de
cirles de dónde procede esa costumbre. La gente ha olvi-
los primitivos agricultores, hablan de muerte y de resurrec-
dado completamente la significacióñ de esa ceremonia a
., n . Lo que ha sobrevivido fuera de la iglesia, en forma de
ClO
través de los millc;:ires de años transcurridos desde que s"
juegos, sobrevive todavía dentro de la iglesia con el caróc-
originó.
terae una ceremonia religiosa.
Su significación original fué ésta: El Carnaval simbo-
UN ALMACEN MAGICO
liza la muerte, la cual durante el invierno cubre a la tierra
Mientras las mujeres cavaban la tierra y sembraban el
con una blanca mortaja. ¿Quién podía asegurar que no se
grano, los hombres pasaban días enteros cazando Y ro.
habla adueñado del mundo para siempre? El hombre pri-
gresaban al anochecer cargados de =a.
mi!ivo no estaba seguro de que la primavera regresarlcr
25e
258
COMO EL HO~IBRE Ll\EGO A SER GIGANTE UNA GRANDIOSA PRIMAVERA

Cuando los niños veian aC::ercarse a sus pcdres y a SUt:i Una vaca se puede comer una sola vez, pero se pued(";l
hermanos mayores, corrían a encontrarlos, ansiosos de ser beber su leche durante muchos años hasta que ya n.o
los primeros en saber si hab1an tenido buena suerte. Con- dé mós. y además, hasta se puede obtener mós carne de
templaban admirados el hocico ensangrentado del jabalí ella a la larga, dejándola vivir, porque cada vaca puede
con sus largos colmillos curvos que salían por los lados de tener un ternero cada año.
la boca, y los cuernos ramificados del venado. Pero Sll Lo mismo ocurre con una oveja. Es fácil matarla Y qui.-
gozo llegaba al máximo cuando los cazadores traf.cm CCJ['-
tarle la piel, pero no se puede hacer mucho con una pi~l.
gados o arreando algunos animales vivos: corderitos asus- Mucho mejor provecho se obtiene dejando que la ove¡"
tados o terneros desvalidos a los cuales todavia no l~
conserve su piel y quitarle solamente la lana. Cada vez
apuntaban los cuernos.
que se esquila le crece nueva lana y en lugar de una
Los cazadores no mataban en seguida a sus prisione- sola piel se pueden obtener docenas de pieles de una sola
ros cuadrúpedos. Los encerraban en corrales y los alimen- oveja.
taban para que crecieran. Se sentían más seguros cuan~
10 podían oir corderos balando o terneros dando mugid08 E n vez de matar a sus prisioneros cuadrúpedos, le:; .
daba mejor resultado perdonarles la vida y recibir un trí-
por allí cerca. Entonces estaban seguros de que no les
faltaría la carne, aun cuando escaseara la caza. Ahora bulo en compensación.
contaban con una provisión seguramente encorralada y, Pero la gente no se dió cuenta de esto inmediatamen.
lo que era mejor, una provisión que crecía constantemente. te, y transcurrieron muchas edades antes de que el belicoso
Al principio la gente conservaba el ganado solcnnente cazador llegara a ser un pacífico pastor.
para aprovechar la carne y las pieles. No se dieron cuenta ¿Qué significaba en realidad todo esto?
inmediatamente de las ventajas de la cría de ganado. Los
cazadores lo consideraban como animales de caza y ellos Enterraban los gran'.:ls que esparcían por el suelo Y la
acostumbraban matar a estos animales. No era fácil que tierra les devolvia muchos granos por cada uno. Dejaban
se dieran cuenta de que dejar que viviera una vaca o una vivir a los animales que cogían en caceri.a y como recom ·
oveja era más provec:hoso que matarlas. pensa aumentaban en número y crecían en tamaño.

260 261
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGAN'l'li: UNA GRANDIOSA PlllM!IVEllA

El hombre llegó a ser más libre, se sintió menos sujeto hierba de •US pastos y praderas. La lluvia podia llevarse las
a la naturaleza. Antes nunca estaba seguro de encontrar semillas que habla sembrado.
el rastro y matar a un animctl salvaje, o de poder conse- El cazador primitivo imploraba al bisonte o al oso qua
guir suficientes granos para llenar sus canastas. Los pode- le dieran su carne. El agricultor primitivo suplicaba a la
res misteriosos de la naturaleza podían depararle alimen!') tierra, al cielo, al agua, que le dieran su cosecha. La gente
:::i negárselo. Ahora el hombre había aprendido a ayudar
creó nuevas divinidades. Estos nuevos dioses se asemej~
1

a la naturaleza; había aprendido a cultivar el grano, y los todavía a los anteriores. De acuerdo con su antigua cos-
cazadores no tenían que cazar ni seguir la pista de !03
tumbre se los imaginaba parecidos a animales o como gen~
anímales salvajes en el bosque.
te con cabezas de animales. Pero estas divinidad~s tenían
El grano se reproducía en parcelas alrededor de sus nuevos nombres y nuevas ocupaciones. A una la llamaban
hogares y las vacas y ovej...:rs apacentaban $TI las cerca- Cielo; a otra, Sol; a otra, Tierra. Su oficio era enviar luz
nías. 'Y oscuridad, lluvia y sequla.

El hombre había descubierto un almacén mágico, 0


Nuestro hombre-gigante se ha desarrollado, ha llegado
más bien, había creado uno por medio de su trabajo. a ser fuerte, pero todavía no conoce su propia fuerza. Igu~t
que en la antigüedad, cree que es el cielo y no su prop>o
Ahora necesitaba disponer de tierra para sus cultivos trabajo quien le da el pan de cada dla.
Y pastos. Tenía que quitarle esta tierra al bosque, y tenía
que ·cavar y abrir surcos _en la tierra. ¡Cuánto trabajo sig-
nificaba eso!

No fué en la vagancia como se libertó, como se inde-


pendiz6 el hombre de la naturaleza. Obtuvo su libertad y
su independencia mediante arduo trabajo, venciendo mi-
llares de obstáculos. El nuevo mundo le reservaba alegrias
J tristeza. El sol podía quemar su cosecha, abrasar la

262 263
¡,
CAPlTULO IV

Tres mil años después


AVANZA LA MANECILLA DE LAS HORAS
Adelai.1temos tres rail años el horario de la historia.
Eso sucederá apenas unos cuarenta siglos antes de 1941

¡Cuarenta siglos! Ese es un l::J•go periodo de tiempo


cuando hablamos de la vicia de un individuo ai.::;lado "":."
hasta de una nación entera. Pero, como ustedes ven, no
estamo~ habla::do de un solo individuo, sino d- 1 Hombre,
3

con H mayúscula, de la humanidad.

El Hombre, con H mayúscula, tiene por lo menos un


millón de años. Para 81 cuarenta siglos no representan u~
tiempo muy largo.
Se ha movido, pues, la manecilla de les horas. La es-
fera terrestre ha resorrido varios millares de veces su órb1-
1a alrededor del Sol. ¿Qué le ha sucedido mient:;:;.; td•1t2

265
COMO EL HOMBllE LLEGO A SEi! GIGANTE

A la primera ojeada advertimos que está quedand<'


colva en algunos lugares. ¡Antiguamente sólo se destaca-
ban casquetes de nieve entre las oscuras masas de boSf!UeS
tupidos! Pero ahora los bosques se han enrarecido. Anchm
lenguas de tierra desnuda los han lamido. Aqu1 y allá los
macizos están separados por extensos campos soleados. Las
¡,
riberas de los rios y las playas de los lagos se exticnder.
hasta distancia cada vez mayor de la orilla del agua, aban-
donando anchas fajas cubiertas de cañas y arbustos.

Y ¿qué es Jo que se ve ali! sobre una colina junto al


recodo de un rio? Parece como si sobre la lade~a hubieran
extendido un pañuelo amarillo.

Es un pedazo de tierra que ha sido transformado por


las manos del hombre. Entre las espigas de cereal se ven la:3
espaldas encorvadas de las mujeres. Las hoces se mueven
rápidamente cortando las espigas.

Hace mucho tiempo conocimos el martillo. Esta es la


primera vez que encontramos la hoz. Es muy diferente de
la hoz actual. Est6 hecha de piedra y de madera: dientes
de piedra implantados en un mango de madera.

Este es un sembrado, uno de los primeros terreno¡¡.


cultivados en el mundo. Hay t<0laffl<>nte unos cuantos de
~os pañuelos amarillos en el coraz6n de la inculta natu-

266 El caserío e&tá circundado por a.na alta empalizada.


TRES NIL MOS DESPUES

raleza no tocada todavía por el hombre. En este sembrado


primitivo hay muchas manchas de ciwña entre el cereal.
La gente no ha aprendido todavía a librarse de las ciwñm.
Pero las espigas de fruto llevan la ventaja y se acerca el
tiempo en que la tierra será inundada por un océano do· ,,
1

rado.
A lo lejos, en una verde pradera próxima al rlo, se
distinguen unas figuras diminutas: blancas, amarillas, mo-
teadas. Las pequeñas figuras se mueven, apartándose a
veces y a veces agrupóndose. Unas son más grandes, otrru
son más pequeñas. Es un rebaño de vacas, cabrCis y ovejas.
No son muchas, no abundan estos animales que han sido
transformados por el trabajo del hombre. Pero se multipli ·
can m6s rápidamente que sus parientes salvajes, los cua-
les tienen que cuidarse ellos mismos. Dentro de unos cuan-
tos millares de años habrá toros y vacas en nún1ero mu-
cho mayor al de búfalos salvajes que hay en las llanuras.

Sembrados y rebaños ... Eso indica que debe haber U!1


poblado en algún lugar de las cercanias. Y alli está, sobre
una orilla empinada que sube desde el ria. En seguida se
ve que esto es algo completamente diferente de los anti··
guos campos de caza. En lugar de chozas construidas co:i.
postes y ramas entrelazadas, vemos aquí verdaderas casas
de madera con techos de dos aguas. Las paredes están
cubiertas de barro. Sobre la puerta y por debajo del techo

269
COMO EL HOMBRE 1.1.EGO A SEll GIGANTE

se proyecta hacia afuera una viga, y en ella está esculpida Es evidente que hay muchos peces en el lago, pero
la cabeza enastada de un buey El buey es una divinidad los habitantes del lugar no viven solamente de la pesca
protectora de la casa. El caserio está circundadci por una Entre las casas hay graneros cillndricos y puntiagudos cons-
alta empalizada y por un malecón de barro. truidos de ramas entrelazadas en los cuales almacenan
los frutos. De un establo próximo al granero llega el mu·
¡,
Huele a humo, a estiércol, a leche fresca: ¡los olores
fa!Tliliares de una vieja aldea de nuestra niñez! Los niños gido de una vaca.
están jugando alrededor de las casas, y en el lodo se re. Este antiguo caserio que nos hemos estado represen-
vuelcan las marranas con sus camadas de puerquitos. A tando desapareció hace mucho tiempo. El agua ha cubier-
través de la puerta abierta de la casa se ve el fuego. Una to el lugar donde se levantaban las casas. ¿Cómo podemos
mujer vieja está horneando pan en el fogón. Pone los bollo 3 encontrar los restos de estas viviendas en el fondo del lago"J
en ceniza caliente y 103 tapa con una olla de barro. ¡Una Parece imposible, pero a veces el lago se retira y descubre
olla en lugar de nuestro horno! En· un estante próximo sa a nuestra vista lo que ha conservado durante siglos.
ven escudillas y tazas de madera con adornos.
EL BEi.ATO DEL LAGO
Salgamos del poblado y bajemos al rio. En la orilla,
medio llena de agua cabecea una canoa. Si remontára- En el año de 1853 hubo una grcm sequía en Suiza. El
mos el rlo hasta el lago del cual procede, encontrariamo• agua de los lagos se retiró de sus orillas dejando al descu
otro poblado, pero de clase muy diferente. bierlo el fondo lodoso.

Este poblado no está en la playa del lago, sino en me. Los habitantes de la ciudad de Obermeilen, sijuada a
día del agua, como una isla. orillas del Lago Zurich, decidieron sacar ventaja de la se-
Se asienta sobre pilotes clavados en el fondo del lago, quia y quitarle al lago algún terreno seco.
con vigas a través de los pilotes y tablas tendidas sobre laa Para hacer esto tenlan que represar aquella parte del
vigas. Un pequeño puente comunica la playa con el case- lago que habla quedado descubierta. Se inició el trabai"
rio. Sobre las paredes de las casas hay redes de pescar 'y sacaron el lodo del fondo que el lago habla dejado seco.
colgadas para que se sequen. Se ola gritar a sus caballos a los tronquistas que sacaban

270 271
COMO EL HOMBllE LLEGO A SEB GIGANTE
TRES MIL AÑOS DESPUES
el cieno de alll en donde antes bogaba en botes azules y
rojos la muchedumbre de habitantes alegrernente vestidos. ¿Cómo se formaron estas capas?

El agua pudo haber arrastrado la arena, pero ¿de dón-


Un día la pala de uno de los cavadores choc,J en la tie.
de procedía el carbón?
r;a ccnt:-a un pilote medio ¡:odrido. Además del pnrner pi-
L-:te C'r:contraron otro, y clro ... Era evidente que antes ha. Era evidente que el fuego había actuado ali!. ¡,
bia !!abajado gente en ese mismo lugar. Con casi todas la.::;
Por el estudio de las capas llegaron los cientlficO<S al
paladas de cieno sacaban hachas de f)tdra, anzuelos,
conocimiento de toda la historia del lago. En época muy
fragmentos de objetos de barro quebrados. Lo3 urqt.:eólogos
remota llegó gente a este lago y edificó su caserío a sus
se pusieron a trabajar. Examinaron cada pilote, cada objeto
orillas. Posteriormente creció el lago e inundó sus playas.
er.contrado en el fondo del lago, y construyeron. para nos.
otros en las páginas de un libro el caser1o edificado sobre La gente se marchó, abandonó su anegada aldea. Las
pilot2s que una vez se levantara en el Lago Zurich. construcciones se pudrieron y se desplomaron en el agua.
Hasta ahora han sic:o descubiertas varias de esas al- Multitudes de pececitos nadaban por encima de los techos
c!.eas. Recientemente unos arqueólogos estaban llevando '.l donde solían gorjear las golondrinas. Los lucios de afilados
cabo sus exploraciones en el Lago de Neuchatel, otro lago dientes pasaban por las puertas abiertas de pcrr en par,
suizo. Efectuaron varios cortes en el fondo del lago y en- batiendo perezosamente sus aletas. Los cangrejos asoma
contraron que estaba formado por una serie de copas. Igual ben sus tentáculos por debajo del estante pr6ximo al fogón.
a como eri un pastel es fácil distinguir la masa del relleno, Pero el lago no se mantuvo en sosiego. Poco a poco el ..
asi e:-i este caso se distinguían fácilmente una cCipa de la agua se fué retirando de las orillas y dejando descubierto
otra. En el fondo había una capa de arena; después seguÍ".l el fondo. La faja de arena sobre la cual se levantó una vez
ur:.a r::apcx de cieno, con restos de las casas y de los utensilios la aldea volvió a ser tierra seca. Mas no quedaban señales
e instrumentos pertenecientes a la gente que una vez ha- de aldea. Sus ruinas estaban profundamente enterrad~ ba-
bitó la:s viviendas, luego arena otra vez. Esto se repetía jo una capa de arena.
varias veces. Sólo en un lugar se encontró una gruesa capa'
de carbón entre las dos capas de arena. La gente regresó al lago. El ruido de las hachC!! llenó
el aire. Blancas virutas encrespadas cubrieron la arena
272
273
TRES MIL AÑOS DESPUES
CCIMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
Esa vez hubo pónico en el lago. La gente se arrojO:ba
amarilla. Nuevas y recias casas surgieron una tras otra a al agua, abrazando a sus hijos. Los animales desampara·
orillas del lago. dos mugían y bramaban en sus corrales, pero la gente no
Asi continuó la lucha entre el hombre y el lago, can tenia tiempo de pensar en ellos. La aldea de madera ardia
diversa suerte: la gente construyendo y el lago destru. como una gigantesca hoguera, despidiendo chispas en to·
yendo. das direcciones.

Al fin Ja gente se cansó de luchar. Dejó de construir El incendi6 fué un desastre terrible pare la gente qu.e
en la playa y comenzó a levantar sus casas en medio del vivia en la aldea. Pero el mismo fuego que quemó sus
agua sobre altos pilotes clavados en el fondo del lago. hogares conservó invalorables objetos para nosotros, para
A través de las rendijas de los pisos podian ver el agua nuestros museos: utensilios de madera, redes para pescar,
profunda a sus pies, pero ya no les causaba miedo. Que y hasta semillas de plantas.
subiera tan alto como se le antojara; no llegaría a sus
¿Qué milagro hizo que el fuego, el destructor, conser·
pisos.
vara para nosotros cosas que pudo haber destruído tan fá-
Pero la gente tuvo otro enemigo además del agua: el
cilmente?
fuego.
Antiguamente, cuando vivían en cavernas, el fuego Esta es la explicación: los objetos ardian y calan en el
no los acobardaba. Los muros de piedra de la cavernu no agua; ésta apagaba el fuego y los salvaba, y las cosds /3&
ardían. Pero junto con las primeras casas de madera ss sumergían intactas hasta el fondo del lago. Entonces la:;
produjeron los primeros incendios. amenazaba otro peligro; podrian pudrirse. Pero eran sal-
vadas nuevamente por el hecho de que, como se habian
La feroz bestia roja, la cual durante tantos millares de
quemado, estaban cubiertas por una capa de carbón que
años se habla sometido dócilmente al hombre, enseñó sú-
las protegía contra la putrefacción.
bitamente sus garras.
La gruesa capa de carb6n encontrada en el fondo de.l El fuego o el agua aislad=ente las habrian destruido,
Lago de Neuchatel es el rastro dejado por un antiguo in- pero actuando juntos, conservaron para nosotros cosas tan
cendio.
27li
274
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE TRES MIL AÑOS DESPUES

deleznables com0 un pedazo de lino, tela tejida hace milla. sus manos no descansaban todavía de empuñar la hoz, le·
res de años. nian que desan-aigar el lino, arrancarlo de la tierra con
ra1ces y todo; s~carlo, lavarlo, y secarlo de nuevo. No aca·-
EL PRIMER TEXTIL baban todavfa. Tenían que machacar el lino seco hasta
El primer tejido no fué fabricado en un telar mecáni· convertirlo en pulioa y cardario. Y, finalmente, tenían que
co. Fué trenzado a mano. dar vueltas al husoy torcer estas fibras para volverlas hilo.
Sólo después de todo esto p<>dlan comenzar a tejer.
Los esquimales trenzan todavía en vez de tejer. Ex-
tienden los largos hilos, la trama, en un bastidor. Pasan los Las mujeres se fatigaban infinitivamente para fabricar
hilos cortos, la urdimbre, a través de aquéllos, con los de- tela, pero en cambio obtenían vistosos pañuelos, delanta·
dos, sin lanzadera, hacia arriba y hacia abajo, hacia atrá'.> les y faldas con orlas de brillantes colores y alegres ador-
y hc-cia adelante.
nos.
Es difícil creer que nuestros telares mecánicos tienen
sy'" origen en este bastidor con los hilos extendidos a su LOS PRlMEROS MINEROS Y METALUl!G!COS
través; sin embargo, el telar mecánico procede en línea En todas las casas podemos encontrar hoy una diver-
/.
recta precisamente de esos sencillos bastidores formadoc;¡ sidad de objetos fabricados de materiales artificiales, de
de cuatro piezas cruzadas. materiales que no se hallan en estado natural.

El trapo chamuscado, ennegrecido, hall-ado en el fon No existen ladrillo, porcelana, hierro colado ni papel
do del lago nos habla de un hecho muy importante en ]e naturales. Para obtener hierro colado o p<>rcelana, el hom-
---vida
--------
del hombre. El hombre, quien antiguamente se había bre toma los materiales hallados en la naturaleza Y los
vestido con pieles de animales, se dedicó finalmente a tra- transforma de tal manera que no se pueden reconocer. El
bajar en la fabricación de trozos de género en vez de coser hierro colado no se parece en lo más mlnimo al mineral
simplemente pieles. de hierro. ¿Quién p<>dría reconocer en una delgada Y tras-

1Cuánta fatiga y cuánta molestia sumaron al trabajo lúcida taza de porcelana la arcilla original de la cual está
de las mujeres los linares con sus flores azules! Cuando hecha?

276 277
TllES MIL AlíOS DESPUES
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
ayuda del fuego. El fuego vidriaba su arcilla, !ranslormaba
JY qué decir de esos materiales como el concreto, el ce:. su harina en pcm, fundía el cobre.
lofán, los materiales plásticos, la seda artificial y el caucho
sintético! ¿Han visto ustedes alguna vez un peñón de con- ¿Cómo lué que el hombre, quien habla fabricado de
creto? Y ¿cuál es el gusano que puede hacer seda de ma- piedra sus instrumentos durante tantos milláres de años, co-
dera? menzó de repente a fabricarlos de metal? Y ¿dónde en-
contró el metal?
A medida que dominaba a la materia se internaba_
cada ~vez más el hombre en el taller de la naturaleza. Co- Cuando caminamos por los bosques o por los campos
me~zo por pulir una piedra con otra. Ahora trabaja con ' no encontramos pedazos de cobre puro tirados en el suelo.
mo_Ie~ulas, con diminutas particu1as que sólo es posible ve: Una pepita de cobre es una gran rareza hoy; pero no siem-
al m1croscopio. pre fué asL Hace unos cuantos millares de años el cobre
era mucho más común que ahora. Se encontraban mucho-3
ESte trabajo se inició hace muchísimo tiempo, mucho yacimientos, pero la gente no les prestaba atención porqué
antes de que apareciera la química, la ciencia de la mate- :k:tbricaba sus instrumentos de pedernal.
ria_ A tientas, casi sin saber él mismo lo que estaba hacien-
do, el hombre aprendió a transformar la materia. Sólo comenzaron a reparar en las pepitas de cobre
cuando el pedernal se escaseó debido a que la gente lo
Cuando los/~rimeros alfareros cocieron la mcilla es- utilizaba irreflexivamente. Cuando estaban trabajando,
taban dominando a la materia, aunque ellos mismo no se solía haber a su alrededor grandes montones de desperdi-
dabdn cuenta de eso. No era una cosa fácil de hacer. Me- cios que no podían utilizar. También hoy podemos formar-
diante el modelado no se pueden reintegrar las pequeñas nos juicio acerca de un carpintero por la clase de desper··
partículas de las cuales está compuesta la materia, ni se <licios que hay en su taller.
cambia su forma con las manos como se modifica la forma
~e una R.iedra. No es la fuerza manual lo que se necesita, Al cabo de millares de años habla disminuido nota-
sino otra fuerza capaz de reconstituir la materia. blemente la provisión de pedernal. Si hoy se nos ocurriera
fabricar nuestros instrumentos de ese material, nO podria-
Y el hombre descubrió esta fuerza cuando buscó la
279
1 '

COMO EL HOMBRE !.!.EGO A SEll GIGANTE


TRES Mil. lll!OS DESPUES
mas obtener suficiente cantidad porque nuestros ontepasa-
pedernal esqueletos de mineros con sus instrúmentos, picos
dos no dejaron bastante para nosotros.
hechos de cuerno de venado.

Se empezó a sentir en el mundo la escasez de pedernal En un sitio encontraron dos esqueletos: uno de un hom-
Y esID fué un gran desastre. ¡Imagínense lo que acontece- bre de edad y el otro de un muchacho. Evidentemente -.l
ría en nuestras fábricas y talleres si hubiera encasez de padre había bajado con su hijo para que trabajara con ;,: ¡
hierro! Tendrí=os que internarnos cada vez más en la pero no lo había llevado nuevamente a su casa. "'
tierra para obtener el mineral.
Cada siglo se escaseaba más el pedernal; cada vez
Eso fué lo que la gente hizo t=bién en la antigüedad. se hacia más difícil obtenerlo. Pero el hombre necesi tab'.J
Emprendió la excavación de minas, de las primeras minas disponer de pedernal. De ese material fabricaba sus ha-
del mundo. En varios lugares se encuentran en lechos de chas, cuchillos y palas.
ye.so minas antiguas de diez a veinte metros de profundi.
dad. El yeso y el pedernal andan frecuentemente junios. Era preciso hallar algo con qué subsEtuirlo.

Era alg<> peligroso para la gente trabajar bajo tierra El cobre vino al rescate. La gente comenzó a examinar-
en aquellos días. Tenían que bajar por una cuerda o por lo: ¿qué clase de piedra verde era ésta, y servia para algo?
una larga vara a la cual cortaban muescas, y abajo hab!::t Coglan un pedazo de cobre y trataban de romperlo
oscuridad y mucho humo. Trabajaban a la luz de una an- con un martillo, porque como ustedes comprender6n, creian
torcha de resina o de una pequeña lámpara de aceite. Hoy que era una piedra e intentaban trabajarla igual a como
los tiros de las minas están trabados con vigas de madera trabajaban la piedra. Cuanto más lo martillaban, tanto má>
para reforzarlos, pero en aquellos tiempos nada sabla el se endurecía el cobre, y c=biaba de forma, además. Mm--
hombre de echar trabas a las paredes y bóvedas de los tillaban cada vez con mayor fuerza. Cuando los golpes
pasillos subterráneos. Muy a menudo ocurría que la tierra llegaban a ser demasiado fuertes, el cobre se cristalizabci
se desplomaba y enterraba a la .gente. Debajo de monto. y saltaba hecho pedazos.
nes de yeso se encuentran en algunas antiguas minas de
Así fue como el hombre comenzó a forjar, a trabajar
280
281
COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!! G!GANTE
TRES MIL AllOS DESPUES
el metal. Es cierto que era !orja en frie, pero no habia mu-
da del hombre antiguo es preciso usar otra clase de calen·
cha distancia del trabajo en frío al trabajo en caliente.
dorio, otra medida del tiempo. En vez de decir "hace tanto3
Casualmente cayó en el fuego una pepita de cobre, o o cuantos millares de años", decimos "en la antigua Edar:l
quizós un pedazo de mineral de cobre. O pudo ser que el de Piedra", "en la Nueva Edad de Piedra", "en la Edad d·'
hombre tra'lara de cocer el cobre deliberadamente, igual Cobre", "en la Edad de Bronce". Este no es un calendario
a como cocía el borro. Cuílndo el fuego se ap:Ig6 quedó anual; es un calendario de trabajo. Por medio de este ca-
sobre los piedras del fogón una pequeÍ!'.l y aplastada pas- lendario podemos ver en seguida a qué etapa ha llegado til
tilla de cobre fundido. hombre en su trayectoria.
La gente contemplaba asombrada este "milagro" que
En el calendario "anual" corriente hay medidas gran-
habían realizado con sus propias manos. Creía que había des y pequeñas del tiempo: siglo, año, mes, día, hora.
sido el esp[ritu del fuego y no ella misma quien habla
transformado una piedra azul verdosa en brillante cobra En el calendario de trabajo existen también medida:;

rojo.
grandes y pequeñas. Podemos decir, por ejemplo, la "Edad
de Piedra" refiriéndonos al período del martillo, o la "Edad
Rompía en pedazos la pastilla de cobre, y a golpes
de Piedra" en_relaci6n con el período del pulido.
de sus hachas de piedra convertía estos pedazos en picos
y cuchillos. El calendario anual y el calendario de trabajo no siem-

Así encontró el hombre en el mágico almacén un bri- pre coinciden. Existen lugares en el mundo donde la gent~
trabaja todavía con instrumentos de piedra. En Polinesia se
llante y resonante metal. Arrojaba mineral en el fuego y
encuentran todavia aldeas construidas sobre pilotes en me-
volvía a sus manos convertido en cobre.
dio del agua.
Y esta maravilla fué obra del hombre.
Esto se debe a que no toda la gente tuvo el mismo gra-
UN CALENDARIO DE TRABAJO do de adelanto en su trabajo. Australia, la cual fué segre-
gada del resto del mundo, quedó rezagada debido a que
Estamos acostumbrados a medir el tiempo en años, en
estaba alejada de la corriente principal de la experiencia
siglos, en millares de años. Pero cuando se estudia la vi-
humana.
282 283
1 '

COMO EL HOMlll!E LLEGO A SER GIGANTE


TRES MIL lll!OS DESPUES
No ocurrió así entre los europeos Cuando en cualquie"'
¡:xrrte del continente se produclan hachas de cobre o reci. Los dioses viajaron. En los lugares a donde llegaban
pientes de barro, pasaban gradualmente de una a otra se les daba casi siempre nombres nuevos, pero es fácil re·
tribu. conocerlos.

La ge'nte bogaba por los ríos de una aldea a otra pa~ Al estudiar las religiones de los pueblos antiguos re-
ra cambiar cobre por ámbar, pieles por lino. Una tribu po- conocemos el mismo dios en el Tamuz babilonio, en el Osi-
dría ser rica en pedernal, otra en pescado y una tercera ris egipcio y en el Adonis Griego. Siempre es el antiguo
podría ser famosa por su alfareria. Y así quienes habitaban dios de los agricultores que muere y resucita.
sobre pilotes en los -lagos tendrían visitantes que llegaban
a cambiar mercancías con ellos. Al mismo tiempo que sus En ocasiones podemos señalar en el map::1 cómo via ·
productos cambiaban experiencias y nuevos métodos de jaron los dioses. Adonis, por ejemplo, llegó a Grecia desde
trabajo también. Siria, el pafs de los semitas. El mismo nombre de "Adonis'
lo prueba. En el lenguaje semitico significa "Señor", y los
La gente tenia que recurrir a menudo al lenguaje mí-
griegos lo usaron como nombre propio por desconocer el
mico, pues las diferentes tribus hablaban lenguajes diver-
significado de la palabra.
sos. Pero, aun asi, cuando se iban, sus visitantes se lleva-
ban no solamente objetos extranjeros sino también algunas Asl continu6 el trueque de cosas, de palabras Y d"
palabras nuevas que habían adquirido inconscientemente. creencias.

De ese modo los lenguajes de las diversas tribus se


No se puede decir que el cambio se realizara siempre
mezclaban e injertaban. Y al propio tiempo que las pala-
pacíficamente, sin choques. Si los "visitantes" podían obte-
bras, se mezclaban y se injertaban también las ideas, pues
ner el cobre, las telas o los frutos por la fuerza, no vacila-
éstas son inseparables de las palabras. Las deidades ex-
ban en hacerlo. El comercio, el cual aun sin esto era una
trañas ocup:zban sus puestos al lado de las nativas. De mu-
trampería, llegó a ser un verdadero bandolerismo. Los vi-
chas formas de creencias se form6 una que, en el futuro 1
sitantes y huéspedes empuñaban sus armas y decidían la
abarcaría a todas las naciones.
situaci6n por medio de una batalla campal.
284
285
1 '!

COMO EL HOMBRE LLEGO A SE!! GIGANTE


'!'BES MIL AJIOS DESPIJES
~lo es de extrañar que las aldeas empezaran a tener
e:! es pecto de fortalezas. Los aldeanos comenzaron a ro. La enemistad hacia un extranjero, hacia un "extraño"
dearse de empalizadas y murallas de modo que no llega- hacia una persona de otra raza es un vestigio de antiguo~.
ran hué~pcdes que no fueran invitados. remotos, primitivos sentimientos y supersticiones.

La gente sospechaba mucho de los miembros de una La historia nos enseña que no existen pueblos supe-
tribu extraña. No se consideraba como delito robar 0 ma-
riores ni inferiores. Hay pueblos avanzados y pueblos que
tar a un extranjero. Cada tribu calificaba como gente a
se han quedado rezagados en el camino de la cultura. Dd
sus propios miembros, pero no consideraba tan gente como
ellos a los miembros de otras tribus. Se dedan "hijos del acuerdo con el calendario de trabajo, las gentes que viven
Sol'', "hijos del Cielo", pero aplicaban a los extranjeros en una misma época est6n lejos de ser todas contemporá-
apodos insultantes que casi siempre les quedaban y lle- neas, de pertenecer a la misma era.
gaban a constituirse después _en el nombre de la tribu.
No todos los pueblos son igualmente avanzados. Al-
Hay una tribu de indios llamada "Narices Polvorien-
gunos están en la edad de las máquinas, otros aran con
tas", Y otra llamada "Gente Encorvada"_ Difícilmente s"
el antiguo y primitivo arado de madera y tejen en anti-
puede creer que estas tribus hubieran ideado para ella;
cuados telares de mano. Hay otros que fabrican sus armas
mismas nombres tan poco halagüeños.
de hueso y que ignoran la existencia del hierro.
Todavía encontramos hoy restos, vestigios de esta an.
tigua hostilidad hacia los pueblos extranjeros, y esto es Los pueblos avanzados deben ayudar a los retrasa-
algo terrible. En la Edad del Hierro, o mós bien, en la Edad dos. Durante las dos últimas décadas el pueblo del Asia
del Aluminio y de la Electricidad, existe aún gente que Central, de Siberia y del Lejano Norte, han avanzado un
predica la enemistad hacia los extranjeros, el odio de razas. siglo. Los atrasados están alcanzando a los que van m&.i
Considera que sólo ella es gente; los demós, según ellos, adelante.
no son seres humanos sino criaturas de una clase inferior.
Los colonizadores europeos que descubrieron a Aus-
286
287
tralia habitada por gente de la Edad de Piedra, no cxim.
prendieron que el presente de la Polinesia era el PC!Sado
de Europa.

CAPITULO V

Una Lucha de Mundos


DOS COOIGOS
Navegando por los mares en sus barcos, los hombre"
han descubierto varias veces no sólo nuevos paises sino
épocas hace. tiempo olvidadas.

Cuando los europeos descubrieron a Australia tuvie-


ron una gran suerte: la de descubrir y apoderarse de todo
un continente.

Pero para los australianos eso significó una dura ad-


versidad. Como ustedes saben, los australianos vivían en
otra época, de acuerdo con el calendario de trabajo. No
querían someterse a las costumbres europeas. Y por eso
los europeos los perseguían y los cazaban como a bestias
salvajes.
288
289

------ __,
COMO EL HOMBllE LLEGO A SER GIGANTE TRES MIL A!IOS DESPUES

Los australianos vivían todavía en bohlos, mientrm menor vacilación se pon1an a desenterrar con ayuda de sua
que en Europa había altos edificios en las ciudades. Los estacas los maravillosos tubérculos._ ¡Era gran cosa en-
australianos nada sablan aún de la propiedad privada, en contrar tantos tubérculos comestibles y todos en un mismo
tanto que en Europa la gente era encarcelada por matar sitio, además! Podían obtener allí en una hora mayor can-
un venado en un bosque que perteneciera a otra persona. tidad de la que conseguían por lo general en todo un mes.

Lo que era legal para un australiano era un .


crimen Pero su buena suerte se convertía en una gran des .
para un europeo. Cuando los cazadores australianos en- gracia para ellas. Se producía un estruendo de disparos y
contraba un rebaño de obejas, lo cercaban lanzando gri- las mujeres caían al suelo con sus costales de papas, si~
tos de alegria, y arrojaban por todos lados sus lanzas y saber quién lqs había matado ni porqué.
bumearanes contra los aterrorizados animales. Pero enton·
La misma el.ase de lucha se produjo entre dos mun~
ces entraban en acción los hacendados europeos y sus ca-
dos cuando América fué colonizada,
rabinas.

Para un criador europeo una oveja constituía propie· DESCUBRIMIENTO DE AMERICA


dad privada. Para un primitivo cazador australiano era un Cuando los európeos descubrieron a-la América creye-
hallazgo afortunado. "Una oveja pertenece a quien la ha
ron que h°12iá:rt encontrado un nuevo mundo. A Colón le
comprado o a quien la ha criado". Esa era la ley europea.
dieron un éscudo de ármas que tenía esta divisa: "Colón
"Un animal salvaje pertenece al cazador que lo ha caza- descubrió un Nuevo Mundo para Castilla y para León".
do". Esa era la ley australiana.
Pero, en realidad, este Nuevo Mundo era un viejo mun-
Y porque los australianos observaban la ley de su épo ·
do. Los europeos, sin saberlo, hqbian descubierto en Amé-
ca, los incomprensivos europeos los mataban como si no
rica su propio pasado desde hacfq mucho tiempo olvidado.
fueran seres humanos sino lobos que se hubieran introdu-
cido en el corral de las ovejas, Las costumbres de los indios resultaban incomprensi-
Los dos c6digos chocaban también cuando las muje, bles para estos recién llegados del otro lqdo del océano.
rea nativas sellan encontrar un sembrado de papas. Sin la Los indios no tenían la misma clase de casas que tenlan

290 291
UNA LUCHA DE MUNDOS

COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE Algunos de los primeros indios a quienes vieron lo';

los europeos, no usaban la misma clase de ropa ni obse!c' navegantes que llegaron con Colón, llevaban adornos de
vahan las mismas costumbres. oro en las narices y usaban collares de oro, pero alegre-
mente los camb~aban por cuentas de vidrio, baratijas y
Aquellos indios que vivían en el Norte fabricaban pedazos de tela.
de piedra y de hueso sus garrotes y sus puntas de flecha.
Ignoraban por completo la existencia del hierro. La agri~ Los recién llegados del otro lado del mar estaban acos-
cultura ya les era familiar; sembraban rnaiz, y cultivaban tumbrados a pensar que en el mundo toda la gente estaba
calabazas, frijoles y tabaco en huertas. Pero su principal" dividida en aHLQS y esclavos, en señores y siervos. Cuando
ocupación era la caza. Vivían en casas de madera y cons-': los indios capturaban a un enemigo no hacían de él un
truían altas empalizadas alrededor de sus aldeas. esclavo ni un siervo. Lo mataban o lo adoptaban.

Alll no existlan castillos ni propiedades particulares.


'Más hacia el Sur, en México, los indios tenían ador-
Er:i.tre los iroqueses, por ejemplo, la gente vivía en hogares
nos hechos de cobre y oro. Tenian grandes casas constrtií
cor.1unales que llamaban ''casas largas". Clanes eYiteros
das de adobes, enlucidas con yeso.
vivian y trabajaban juntos. La tierra no pertenecía a in..
Los primeros colonizadores y coriquistadores de Amé- dividuos aislados sino a toda la tribu. Alll no habla sier-
rica nos hablan en sus diarios con gran detalle acerca de vos que trabajaran la tierra de otro hombre, sino que todos
todas estas cosas. Pero es más fácil describir las propieda· eran libres.
des que los hábitos y costumbres. En América los hábitos
Esto solamente era suficiente para confundir a los eu ·
Y costumbres eran tan extraños que a los europeos les re
ropeos, quienes vivían en la época feudal, en la época dA
sultaba imposible comprenderlos, y hablan de ellvs en la
los señores y los siervos; pero eso no era todo.
forma más vaga y confuséx.
En Europa todo el mundo sabia que a quien se apo ·
Las grandes extensiones del Nuevo Mundo constituían
derara de la propiedad perteneciente a otra persona lo
un mundo en el cual no existían dinero, ni comerciantes,
agarrarla un policla por el cuello y lo arrojarla a la cárcel
ni ricos y pobres. Exístian tribus entre los indios que co~
noclan el oro pero que ignoraban su valor.
293
292
UNA LUCHA DE MUNDOS
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
En el Nuevo Mundo las tribus tenlan otras costumbres.
mientras que en América no había policías ni cárceles. Sin.
En algunas tribus el padre no tenla potestad sobre s~s hi-
embargo, existía el orden público y la gente observaba es~
jos. Los hijos pertenecían a la madre. Las mujeres decidían
orden, pero no como lo hOcían en Europa.
todo en las "casas largas". Entre las familias europeas lo~
En América el hombre estaba protegido por sus pa- hijos permanedan en el hogar y las hijas volaban del nido
rientes y por los miembros de su tribu. Si una persona era en todas direcciones. En América, por el contrario, no era
asesinada, todo el clan vengaba el crimen. Y en ocasiones el esposo- quien llevaba consigo a la esposa al hogar'. erc;:r:
tqles incidentes eran arre9Iados pacíficamente. Los pcrrien- la mujer quien llevaba al marida a su hogar. Las mu¡eres
tes del asesino solían pedir perdón y ofrecer presentes a eran señoras de la casa.
los parientes del hombre asesinado.
.
Encontramos la siguiente descnºpción en el relato de
En Europa había emperadores, reyes, príncipes. En un viajero por el Nuevo Mundo:
América no había reyes. Los asuntos de la tribu eran de-
"La costumbre es que las mujeres gobiernen el h~gar­
cididos por un consejo de jefes en presencia de toda la tri-
esto, naturalmente, las mantiene estrechamente unidas.
bu. Los jefes .eran elegidos por servicios prestados ,y des--
Y
Los depósitos de provisiones son prop1e· d a d común
- . Pero ,
tiluídos si cumplían mal su cometido. El jefe no era un
'
1ay del esposo que sea un m al proveea.or y no traiga bas-
señor con potestad sobre los miembros de su tribu. La mis-
!ante botín' Cualquiera que sea el número de hijos o de
ma palabra "jefe" significaba "orador" en algunos de los
propiedades que tenga en el hoQ-ar,, en cualquier momento
lenguajes tribales.
· -
le µuede ser ordenado ·
que reco1a su8 cosas y 3e marche.
De nada le valdría oponerse a la orden. La vida se le harla
En el Viejo Mundo el rey era el jefe del gobierno, el
insoportabl~ en la casa. y a menos que alguna tla o algu-
padre era el jefe de- la familia. La mayor organización ao
na abuela venga en su rescate~ tendria que regresar a -su
cicl era el estado, y la más pequeña era la familia. El rey
propia tribu o casarse en otra. Las mujeres tienen un gran
impartía justicia e imponía el castigo a sus súbditos. El rey
poder. Cuando es necesario, no vacilan en " ar rancar los
legaba su país a su hijo, un padre legaba su propiedad a
cuernos" de la cabeza de un jefe, de acuerdo con su ex-
•u hijo.

295
294
COMO EL HOl\IIBBE l.LEGO A SEi! GIGANTE
UNA LUCHA DE MUNDOS
presión, para reducirlo a la condición de simple guerrero
Olvidaban que ellos hablan tenido las mismas costum-
Por lo tanto, la elección de un jefe siempre depende com-
bres en los dlas del arco y de la flecha, de la primera ca-
pletam~nte de las mujeres".
noa y de la primera azada.

En el Viejo Mundo las mujeres estaban sometidas a


En sus notas sobre América, los primeros colonizado
los hombres. Entre estos indios la mujer era jefe del hogar,
res y conquistadores presentaban a los jefes de tribu <:"OIT'O
algunas veces hasta jefe de toda la tribu. Pushkin, el escri.
prlncipes y señores. Consideraban la palabra ""jefe" como
tor ruso, cuenta cómo el norteamericano John Tanner se
un título, y la vara del totem como un escudo de armas.
unió a los indios y lué adoptado por una mujer llamada
Juzgaban.el concejo de jefes como un senado, y creian que
Nyet-No-Kua, quien era jefe de los Ottawas. Su barco por-
el jefe principal era un rey, exactamente a como si hoy
taba una bandera, y cuando Nyet-No-Kua llegaba a un
llamáramos rey al jefe de un ejército.
puerto inglés era recibida con una salva de artillería. Lo•
hombres blancos, igual que los indios, le profesaban un Durante varios siglos los habitantes blancos de Amé·
gran. respeto.
rica 'no pudieron comprender las costumbres de la pobla

No es extraño que en tales condiciones la gente esta- ción indlgeria. Esto continuó as{ hasta que el antropólogo
bleciera su descencia a través de la madre y no a través norteamericano Margan desc-ubrió a América por :::egun-

del padre. En Europa los hijos llevaban el nombre del pa. da vez en su libro "La Sociedad Antigua". Morgan lué -.'
dre. En América adoptaban el nombre tribal de la madre hombre que demostró que la organización tribal de loe'
Si la tribu del padre se llamaba "Venado" y la de la ma iroqueses y de los aztecas era una etapa que habia sido
dre "Oso", los hijos pertenec!an a la tribu "Oso". Cada superada en Europa desde hace mucho tiempo
tribu estaba integrada por mujeres, por sus hijos, por los
Pero Margan no escribió su libro hasta 1877, y esta·
hijos de sus hijas y por los hijos de sus nietas.
mos hablando de los primeros conquistadores de América
A los europeos se les hacia imposible entender esto.
Los hombres blancos no entendían a los indios, y éstos
Calificaban como "salvajes" las costumbres de los indios
no entendían a los blancos. Los indios no podían com-
Y llamaban "salvajes" a los propios indios.
prender por qué los hombres blancos estaban dispuesto"
296
297
COMO EL HOMBRE J,LEGO A SEll GIGANTE UNA LUCHA DE MuNooS

a destrozarse por un puñado de oro. No comprendlan por ma del agua. LOs cañones se asomaban ·por las cuadradcs
qué los hombres blancos hablan venido a América ni quá escotillas, y las cubiertas se erizaban de lanzas y mosqu9-
signi!icaba la "conquista de un pa1s extranjero". tes. En la proa del barco insignia estaba de pie un hombre
De acuerdo con las creencias. de Jos pueblos primiti- barbudo, de anc_ha espalda, tocado con un gorro echado
vos, la tierra pertenecla a toda la tribu y estaba protegida hacia adelante. Sus ojos penetrantes se fijaban en la CO$fU.
por los esp!ritus protectores de la tribu. Apoderarse por la que se extendía abajo y en la multitud 'de indios medio
desnudos que se había congregado en la playa.
fuerza de la tierra que pertenecla a otros descargaba so-
bre la cabeza de uno Ja ira de los dioses de esa otra gente. Este hombre del barco insignia se llamaba Hern6n
Los indios hadan la guerra, pero cuando vendan a Cortés. Era el jefe de la expedición, enviado a conquistar
una tribu vecina no la esclavizaban ni le imponían su ma- a México. ES cierto que en su bolsa habia una carta en la
nera de vivir. Y no destitu!an al jefe, sino que obligaban a cual el gobierno español lo destitula del mando. Pero, ¡qué
los vecinos a pagar un rescate para dejarlo en libertad. significaba una orden de destitución para un aventurero
Un jefe sólo podla ser destituido por su propio clan o por su tan temerario como Cortés! Una infinita extensión de agua
propia tribu. se interponla entre él y España. Alll, sobre aquellos bar-
cos, él se sentía rey.
En esa forma chocaban dos mundos, dos man'eras de
vivir. La historia de la conquista de América es la historia Las embarcaciones anclaron. Los esclavos indios a
de la lucha entre dos mundos. quienes Cortés había capturado en las islas de la ruta co-
menzaron a descargar en botes los cañones de grandes bo·
Un buen ejemplo de esta lucha es la conquista de Mé- cas, las cureñas y haces de mosquetes. Traían caballos
xico consumada por los españoles. sobre cubierta, los cuales se encabritaban de espanto. Lo
UNA CADENA DE ERRORES m6s dificil de todo fué sacarlos de los bateos y llevarlos a
En 1519 apareció una flota a dis1ancia de la costa de la playa.
México: once carabelas. Las embarcaciones tenían ven- Los indios contemplaban admirados las casas flotan-
trudos costados y sus proas y popas se elevaban por enci- ¡.,,,, los hombres de piel blanca completamente vestidos' y

298 299
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

las extrañas armas de éstos. Pero mós que todo los asom- UNA LUCHA DE MUNDOS
braban los grar.des y relinchadores animales de crines y
no podlan saber eso, pues los indios y los blancos vivían
colas agit::Jdas. Nunca antes f:abian visto tales monstruos.
en épocas diferentes.
La noticia de la llegada de los hombres blancos se Fueron desp::ichados los mensajeros. Llevaron anillos
extendió rópidamente por la costa y pronto se intern6 pdr de oro tan grandes co~o una rueda de vag6n, adornos da
el pal". por las montañas, all!, en un valle detrás de una oro, figuras de oro de gente y de animales. 1Más sensato
muralla de montañas, vivía;i los aztecas en sus ciudade$ habr!a sido que hubiertln enterrado profundamente tod°"
La mós grande de éctas era Tenochtitlón Se levantaba en esos tesoros!
med o de un lago y estaba_ comunicada por puentes con Cuando Cortés y sus compañeros vieron el oro quedó
la playa. Las resplandecientes paredes blancas de sus ca- echada la suerte de los aztecas. En vano los mensajeros le
sas Y los lechos de oro de sus templos eran visibles desdr.:! suplicaron que se fuera al otro lado del mar; en vano tra·
lejos. En la mós grande de las casas vivía con todo su clan !aron de acobardar a los huéspedes no invitados hablán-
Moctezuma, el jefe militar de los aztecas. doles de las penalidades y peligros del viaje por las man·

Cuando Moctezuma se enter6 de la llegada de los tañas.

blancos convoc6 un concejo de jefes. Reflexionaron duran- Antes los españoles hablan sabido del oro mexicano
te largo tiempo acerca de lo que deberlan hacer. Lo princi- sólo de oidas; ahora lo veian ellos mismos. Sus ojos cente-
pal era saber porqué hablan venido los blancos, qué que- lleaban. Los relatos eran ciertos, pues.
rlan .. Las súplicas de los embajadores les pareclan ridicu-
Por rumores que les hablan llegado de otros lugares las. 1Cruzar el océano de regreso ahora que la meta estaba
sab!an que a los hombres blancos les gustaba el oro, por tan cerca! Eso seria una verdadera estupidez.
lo cual el concejo decidió enviarles ricos presentes y pe- ¡Cuóntas penalidades hablan soportado durante la tro-
dirles que regresaran a su pais. vesf.a! Las resecas galletas que casi les quebraban los
dientes, las duras hamacas en las apretadas bodegas, el
Ese fué un error irreparable, porque el oro sólo avi-
penoso trabajo subidos entre las jarcias embreadas, las tor·
varla la codicia de los blancos. Pero los aztecas no sablan,
mentas y arrecifes: todo esto lo hablan soportado por las
300 riquezas con l<l.ts cuales soñaban por las noches.

301
COMO EL HOMBRE LLEGO .11 SEll GIGANTE
UJl.11 LOCHA DE MUNDOS
Cortés dió la orden d elevantar el campo y empren..
desde el desfiladero de una montana,
- descubrieron el lago
der la marcha. Sus hombres cargaron las armas y las pro.
y la ciudad en medio de él
visiones sobre las. espaldas de los esclavos. Estos, quienes
más bien POTecian bestias de carga que seres humanos, Los aztecas no o!recieron resistencia alguna. Los ."hués-
caminaban trabajosamente, lanzando_ quejidos bajo el pe- pedes" penetraron a 1a ciu . d a d ' . y lo primero que h1cteron
.
so de las cargas. Tenlan que caminar, porque si alguno se . .
estuvo lejos de ser cortés . Hlctero n preso al hombre
. a
.. quien
quedaba atrás, los españoles los pinchaban con sus sable• consideraron gobernador de la ciudad, al ¡efe militar, a
y les hendlan los cráneos a quienes se negaran a seguir. Moctezuma.

Ha sido conservado un dibujo de ese tiempo en el cual Cortés ord enÓ que Moct ezuma fuera encadenado Y exi-.
los propios aztecas representaron esta expedici6n. En esd . al rey aspan- ol . El cautivo rep1-
.ó que jurara obediencta
dibujo marchan por tres veredas hombres cargados con ~ó umisamente todo cuanta se le ordenó decir pero no te.
bultos. Uno lleva sobre su espalda la rueda de una cureña, . Toaba
rúasla más remota idea de lo que s1gru l un rey ru d•
otro, un haz de mosquetes, y un tercero una caja llena de lo que era un juramento.
provisiones. Un oficial español está blandiendo un garrote
sobre la cabeza de un indio. Lo tiene asido por el cabelh · · Creyó que. habb
Cortés consideró ganada la V1ciona.
y lo está pateando. Al lado hay un peñasco sobre el cun' .
capturado al rey de los meXJcanos y que. el - cautivo
E d rey.
se ve un Crucifijo. .
habla transferido su auton ad d al rey de Espana. s
ó c rtés
ecir.

d taba arreglado. En esa forma razon o ·~


que to o es Sabl tan poco
Los conquistadores se consideraban "buenos cristia- Pero estaba haciendo cuentas galanas. a M
nos". Llevaban consigo la cruz cuando emprendlan la con .
acerca de las costumbres meXJcanas como sabia octezu-
quista de un pafs.
ma acerca de los españoles. Cre¡a qu~.Moctezumma
. eci era
de un
fa-
rey, pero no era más que un jefe militar y 'Car a
En ese dibujo se ven cabezas y manos cortadas tira-
das por el suelo. cultades para disponer de su país.

··
Cortés estaba contando los h uevos antes de tener la
Paso a paso avanzaron los españoles y, finalmente,
gallina al creer que ya !erúa la victoria en sus manos.
302
303
1 1

COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE


UNA LUCHA DE MUNDOS
Los aztecas hicieron lo que él menos esperaba: eligie-
de piedras y flechas. Por todos lados se oían gritos de:
ron a un nuevo jefe, el hermano de Moctezuma.
"1Inútil! No eres un guerrero. Eres una mujer, bueno para
El nuevo jefe ordenó a todos los guerreros de la trib 1 i
hilar y tejer, para dejar que esos perros le tengan preso!
que asaltaran el gran edificio donde se hablan instalad"
rCobarde!"
los es¡::x:xñoles.

Estos dispararon sus cañones y mosquetes. Los azte~ Moctezuma cayó gravemente herido.
cas arrojaron piedras y dispararon flechas con sus arcos.
Las balas de cañón y los proyectiles son mós eficaces que Dificil le fué a Cortés escaparse por entre las filas de
las flechas y las piedras, pero los aztecas estaba'1 pelean- los sitiadores. Perdió la mitad de sus soldados. Afortuna
do por su libertad y nada podía detenerlos. Cuando caían damente para él los aztecas no lo persiguieron. De no ha-
docenas de ellos, centenares loS reemplazaban. Eran her-·
ber sido as! no habría quedado vivo.
manos que luchaban p:rra vengar a sus herman6s, miern-
bros de tribu que peleaban para vengar a sus compañeros
Los aztecas incurrieron en otro error al dejar que Cor-
de tribu. Nada significaba su propia vida para un azteca
cuando su clan estaba en peligro, y con su clan toda su tés escapara. Reunió otro ejército, regresó y puso sitio a
tribu. 'l'enochtitlán. Los aztecas se defendieron durante varios me-
Cortés, viendo que las cosas iban mal, decidió parle-- ses, pero, rde qué sirven los arcos y las flechas contra los
mentar con los aztecas. Creyó que lo mejor que podía hacer cañones! Tenochtitlán fué capturada y saqueada,
era utilizar a Moctezuma como mediador. Moctezuma era
su rey. Que ordenara a su pueblo deponer las armas. Los hombres de la Edad de Hierro conquistaron a los

Le quitaron las cadenas a Moctezuma y lo hicieron hombres de la Edad de Bronce. El antiguo sistema del clan
subir al techado de la casa, pero el pueblo lo consideró se desplomó ante el ataque de un nuevo orden. La propia
como un cobarde y un traidor. Fué saludado con una lluvia historia combatla a favor de Cortés.
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GIGANTE

Los pocos descendientes que quedan de aquellos libres


guerreros montañeses trabajan hoy como peones en las
plantacíones ae ricos terratenientes.

CAPITULO VI

Instrumentos Vivientes
BOTAS DE MIL LEGUAS
Un escritor del siglo pasado refiere la historia de un
hombre que por casualidad compró un par de botas de mi~
leguas, en lugar de un par de botas corrientes.

El héroe del cuento era un individuo distraído y no


advirtió el error en el momento. Se fué a su casa desde el
mercado, engólfado en meditaciones, cuando de repenti:~
comenzó a sentir mucho fria. Mir6-d- sU alfed9dor y vió hie~u
por todas partes, y un oscuro Sol rojo puesto en el horizon-
te. Resultó que las botas de mil leguas lo hablan llevado
al Artico sin que él se diera cuenta.

Cualquiera otra persona eh su lugar habria tratado de


saoor el mayor provecho posible del milagroso hallazgo

30/
306
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE INSTRUMENTOS V!VIENTES

Pero al héroe del cuento para nada le preocupaba el d\. No pedíamos detenernos a estudiar detalles como lo hacen
nero. Su principal i.nterés er~ la ciencia, por lo cual decidió las personas que usan botas corrientes.
aprovechar su buena suerte para conocer y estudiar el
Quizás vimos de una ojeada una o dos cosas cuando
mundo entero.
en un salto atravesábamos un siglo, pero si nos hubiéramos
Emp_rendió el viaje por toda la Tierra en sus botas de quitado las botas de mil leguas aún cuando hubiera sido
mil leguas: de Norte a Sur y de Sur a Norte. A veces el in- por un mint.ito y hubiéramos caminado con pasos normale3,
vierno lo obligaba a ir desde las extensiones heladas de jamás habríamos salido del montón de detalles. Cuando se
Siberia a los desiertos de Africa. La noche lo hada pasar observa cada uno de los árboles de un bosque, se corre
del hemisferio oriental al occidental. el riesgo de no ver el bosque por mirar los árboles.
Enfundado en una levita negra, con una caja bajo el Con nuestras botas de mil leguas hemos pasado no
brazo para sus colecciones, pasaba de Australia a Asia y solamente de una edad a otra, sino también de una a otrG
de Asia a América, utilizando las islas como apoyos.
ciencia.
Caminando atentamente de cumbre en cumbre, una~
Hemos pasado de las ciencias de las plantas y de los
veces por volcanes en erupción y otras por sobre montañas
animales a la ciencia del lenguaje, a la historia de las he-
cubiertas de nieve, coleccionaba minerales y hierbas, exu-
rramientas, a la historia de las religiones, a la historia de
minaba antiguos templos y cavernas, estudiaba el mundo
las naciones.
y todo cuanto en él existia.
Esto, naturalmente, na fué fácil, pero no pudimos reme-
Nosotros también, lector, hemos tenido que calzar bo-
diarlo. Todas las ciencias han sido creadas por el hombre y
tas de mil leguas a fin de estudiar la vida del hombre. Por
para el hombre, y todas son necesarias cuando habl=or,
las p6ginas de este libro hemos pasado de continente a co°'
no solamente de la forma de los pétalos de una florecilla o
tínente, de una épcca a otra épcca.
de la clasilicaci6n de las hachas de la Edad de Bronce, sino
A veces las enormes e.xtensiones de tiempo y de espa- también de la vida del hombre sobre la Tierra y del lugar
cio nos han causado vahidos, pero no nos detuvimos. que ocupa el mundo.

308 309
INSTRUMENTOS VIVIENTES
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
APARECE UNA GRIETA EN LA ANTIGUA ESTIIUCTURll.
Acabamos de estar en América en la época de Corté•
Nuestro idioma conserva todavía algunas trazas del
Regresemos ahora a Europa en el tercero o cuarto si - sistema del clan, pero nada recordamos acerca de éste.
glo de nuestra era. Encontraremos allí el mismo sistema de
Los adultos dicen a veces ''hermano" en.lugcrr de "ami·
clan que practicaban los iroqueses y los aztecas. Encon-
go'', Y cuando hablamos a un chico extraño le decimos
traremos "casas largas" comunales gobernadas por mu:
jeres.
"hijo".

En alemán la palabra empleada para de_cir "sobrino"


Dejan a la mujer la responsabilidad del hogar por- . ,, E
significa "hijo de mi hermana . so se debe.. a que anti·
que ella es constructora del hogar y jefe del clan. Ella cui- cuamente los hijos de una hermana permaneclan en 91
da de las provisiones durante el invierno, cava la tierra ;Jan, mientras que los hijos de un herrn.ano. pertenecían ".í
para sembrar y recoge las cosechas. otro clan, al clan de su esposa. Los hijos de una herrna-
m eran parientes, "sobrinos", pero. los hijos de un herma-
Ella trabaja más que el hombre y por eso es tenida ro no eran considerados como parientes puesto que perte-
en n1ayor consideración. En aquellos días solía encontrar~ necían a otro clan.
se en cada aldea, en cada casa, una imagen de mujer,
Evidentemente el sistema de clan era algo muy pode-
lo madre, tallada en hueso o en piedra. Esta era la ma-:
roso, pues a pesar de nosotros mismos todavla lo recor-
dre ancestral de quien descendía el clan. Su espíritu pro~
dcinos .. ¿ Qu~ causó su desintegración?
tegía la casa. Le imploraban que les. enviara pan, que
protegiera su casa contra los enemigos. En América fué la llegada de los conquistadores eu-
ropeos lo que lo destruyó. En Europa, millares de años
Al cabo de algún tiempo esta protectora maternal del antes del descubrimiento de América, se derrumbó por si
hogar. se convirtió en Atenea, en una diosa armada de mismo, como una casa comida por hormigas blancas.
lanza, protectora de la ciudad. Y no estaba representada
Su despedazamiento se inici6 cuando los _hombres in-
por una figurilla, sino por una enorme estatua , l-J la diosa
tervinieron cada vez más en los asuntos domésticos.
que protege a la ciudad que lleva su nombre.

311
310
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE

Desde tiempos inmemoriales las mujeres habkm culti- se sequ~as, ademós, las cuales consumian el fruto, dejan-
vado la tierra y los hombres hablan apacentado los re- do intacta la hierba nativa, la cual. estaba acostumbrad,.,
baños. Mientras hubo poco ganado, el trabajo de la mu.
a la aridez.
jer, la agricultura, fué la ocupación más importante. Ra-
ras veces comían carne, y no habia suficiente leche pera Cuando llegaba el tiempo de la cosecha no habla na·
todos. Si no hubiera sido por los frutos recogidos por las da que recoger. No era posible ver las espigas entre la~
mujeres no hubiera existido bastante comida en la cascr. cizañas. Las hierbas de la pradera ondeaban de nuevo
Un panecillo de avena o un puñado de grarros seco'3 era al viento como las banderas de un ejército enemigo que hu·
a menudo lodo cuanto tenlan de comer en aquellos c:!las. A biera sido derrotado pero que habla vuelto a la carga.
esto se agregaba miel o frutas silvestres, recogidas tam- ¡Cizaña en vez de grano' ¿Valla la pena trabajar tan
bién por las mujeres. Estas administraban la casa y po1 afanosamente para eso?
lo tanto eran responsables de todo.
Pero el pasto era para los animales lo que el fruto
Pero esto no fué siempre asl, ni en todas partes. Los para los hombres. 1Las vacas y las ovejas vivían bien en
granos no se produdan bien en las llanuras. La hierbe las praderas! Encontraban buen pasto por todas partes
de las praderas expulsaba al grano. Sus fuertes raíces se y cada año se desarrollaba el rebaño. Con su cuchillo "1
aferraban a la tierra y cuando la gente trataba de arran. cinto el hombre segu!a al ganado. El fiel amigo del pastor.
oorkr con la azada tenla que entendérselas con un césped el perro, lo ayudaba a pastorear a las ovejas para que no
firme Y encontraba un lecho rocoso dificil de cultivar, en .se desbandaran por las praderas. El rebaño creda y cada
vez de un suelo desmenuzable. vez daba mós leche, mós mantequilla, mós lana.

Dos o !rés mujeres sol!an empuñar juntas la azada, y El fruto escaseaba en el hogar, pero habla bastante
aun as! apenas lograban raspar la superficie. Las semi- queso de oveja y en las ollas de la cocina se cocia la gus ·
llas echadas en estos surcos poco profundos eran resecadas tosa carne de chivo.
por el sol y se las comían los pájaros. El grano germina- El trabajo del hombre, el pastoreo, era la labor má•
ba, ):>ero creda distanciado y mezquino. Sollan presentar- importante en la vida de las llanuras.

312 313
COMO EL llOMBl!E LLEGO A SEi! GIGANTE

En un risco de Suiza fué hallado un antiguo dibujo


que representa a un ·labrador. Es un dibujo tosco e imper-
fecto, y el labrodor parece uno de esos hombres raros que
dibujun los niños. Pero lo que nos importa no es que el di-
bujo nos parezca bien hecho. No es un dibujo, sino un tes.
ligo. Y este testigo nos dice claramente que el labrador
va detrás de un arado de madera tirado por bueyes.

Este es el primer arado en la historia del género hu-


mano. Es muy semejante a una azada. La única diferencia
es que está unida a una larga vara, a una especie de es~
piga de vagón, y que el arado está lirado por bueyes r
no po.r gente.

El hombre habla descubierto la primera locomotora.


Porque un buey engarichado a un arado es un m6tor vi-
viente, el abuelo viviente de nuestro tractor metálicO.
Cuando el hombre uncia un yugO a un buey, descargaba
también su trabajo sobre el buey. El ganado, el cual sólo
le daba antes al hombre su carne, su leche y sus pieles,
empezó a darle también su fuerza de trabajo.

Los bueyes penetraban en los campos con el yugo so.


bre su testuz y arrastraban el arado detrás de ellos. El ara-
do hacía cortes más hondos en el suelo que la azada. Tras
él quedaba la tierra surcada como una larga cinta negra.

314
Un buey enganchado a un airado es un motor viviente.
INSTRUMENTOS VlVlENTES

El labrador primitivo se apoyaba con toda su f Jerza


1

sobre los asideros· del arado. Después hacia que el buey


trabajara por él. Lo ponla a arar, a trillar y a arrastrar
el grano. En el otoño lo conducta a la erc:I y el buey pisa
1

ba las espigas y les sacaba el grano. Después lo engan- 1 •

'1
chaba a una pesada narria y el buey arrastraba los saco.i
de fruto desde el campo.

La cr[a de ganado ayud6 a la agricultura. El hombre


pastor lleg6 a ser también labrador, y esto le di6 mayo:
autoridad en el hogar.

Es cierto que aún habia bastante trabajo para la mu-


jer. Tenia que hilar y tejer, recoger la cosecha y cuidar de
los hijos. Pero ya no era jefe cama lo habla sido antes. El
hombre ocupó el primer lugar en el pastoreo y en la siem
bra.

Los hombres ya no eran reñidos tan a menudo con


motivo de la caza. Por el contrario, comenzara na ser quie-
nes regañaban: pasaron de la defensiva a la ofensiva.
Antes no era problema para las suegras, Uas y abuela.e;
echar a un hombre extraño de la casa. Ahora lo halaga·
ban, porque este forastero, procedente de otro clan, tra-
bajaba para todos y daba de comer a la familia. Y el
clan camenz6 a ver can profundo disgusto la separación
de sus hombres.

317
COMO 1:1. HOMBRE LLEGO JI. SER GIGANTE

De este modo el antiguo orden de cosas empez6 "1

agrietarse. como un viejo roble que ha estado en pie du-


rante un siglo. La gente comenzó a violar con mayor fre-
cuencia las tradiciones. Anteriormente la mujer traia al
esposo a la cosa de ella; ahora el marido llevaba a su
casa a lCJ .esposa.

Esto era una violación de una antigua Costumbre, pó"


lo cual el hombre que ](] practicaba era considerado cul -
pable El novio no podio llevar simplemente al hogar "
S'.J. esposa; terúa que robársela, obtenerla mediante la fuer
za y el engano.

En una noche oscura, el novio y sus parientes, arma-


dos de lanzas y puñales, se introducfan _en la casa de la
novia a quien el clan del novio había elegido para éste-.
Los ladradores pcr;-os despertaban a todo el mundo en·. 1.:i
casa Todos los horn-bres, desde les canosos abuelos hasta
los jóvenes hermanos imberbes de la novia, empuñaban las
-armas. Los lamentos de las mujeres ahogaban lós desa-
fiantes g-rilos de los hombres. Pero finalmente airoso y llEi-
vando en sus brazos a su forcejeante novia, se retiraba el
novio protegido por sus compañeros de tribu.

Transcurrieron los años. Lo que en un principio fu?


violación de una costumbre, se convirtió gradualmente .:r
au vez en costumbre. La pugna entre el novio y los p:::I-

318
'º.' ,·,
'";'oda l.i k 11
(ea recnnq
~.,.
_ Y aieguic a foi rebo,ños.
ros perterwn<td.$
' l.'

', 'I

INSTRUMENTOS VIVIENTES

rientes de su esposa llegó a ser una ceremonia. Los rego--


los reemplazaron a la sangrienta lucha. Los lamentos de
la madre y de las hermanas de~ la novia vinieron a ser parle
de la ceremonia nupcial, la cual acababa con una íiesta.

1
Se han conservado hasta nuestros días los antiguos
cantos quejumbrosos en los cuales la joven lamentaba su 1i
suerte de tener que ir a otro clan.

Y no era una suerte de envidiar. En su nuevo hogar


la mujer era sometida al dominio de su esposo. A riadio
podia acudir en solicitud de simpatía, pues -sus suegros
y todos los parientes de su marido estaban del lado de
éste. Consideraban a la desposada como una nueva sir-
vienta de la casa, y todos procuraban que ganara su ma':"
nutenci6n y que no estuviera ociosa. El clan matriarcal
fué reemplazado por el patriarcal.

Ya los hijos no permanecían con sus madres, sino con


sus padres. Y la descendencia era establecida a través
del padre en vez de serlo a través de la madre. Además
del nombre personal y de clan, el hombre terúa ahora un
tercer nombre: "Hijo de Fulano".
Existe todavía la costumbre, la cual_ data de esa épo-
ca, de llamar a la gente por el nombre de su padre, por
•U patrorúmico. Por ejemplo: "Pedro Rodrlguez" o, como

321
INSTRUMENTOS VIVIENTES

COMO Et HOMBRE i.LEGO A SEll GIGANTE de un bello dios, vestido con pieles de cabra, que tantos
acostumbraban decir antiguamente, "Pedro, el hijo de Ro- sufrimientos habla soportado.
drigo". En los bajíos ribereños que eran inundados cada pri..
A nadie se Je habría ocurrido jamás llamar a una per- mavera y fertilizados por los sedimentos arrastrados por
sona por el nombre de su madre: "Pedro Elénez"'. por las inundaciones, la propia naturaleza, como quien dice,
ejemplo. cuidaba de las cosechas.

LOS PR!MEBOS NOMADAS Pero aun alll no descansaban las manos del agricul-
El mágico almacén que había descubierto el hombrn tor. Abria canales para que no faltara el agua en los cam-
seguía dándole más y más provisiones constantemente. pos y construía diques para obligar al agua a llegar a
Millares de ovejas apacentaban en las llanuras y prade· Jos sitios donde hada más falta.
ras. En los campos, los labradores gritaban a sus tard.ios La gente Je rezaba al rio, el cual daba lertibilidad a
bueyes para estimularlos a avanzar por el rico suelo negro. sus suelos, olvidando el hecho de que si no hubiera traba-
En los valles fértiles floredan y daban fruto los pri- jado Ja tierra, ésta sólo hubiera producido hierba mala.
meros huertos y viñedos. Al anochecer, la gente se con· El trabaj,o del agricultor se hacia constantemente máJ
gregaba a la sombra de las higueras. duro, pero el criador de ganado tampoco estaba libre de
El trabajo le daba al hombre más alimento continua- dificultades. En Ja exuberancia de las praderas los rebc.·
mente, pero tenia que trabajar más también. Cada racim:> ños aumentaban rápidamente, y cuanto mayor era el re-
de uvas, cada espiga de trigo, se nulr!an de trabajo huma- baño más trabajo reclamaba. Una cosa es cuidar de unas
' ·igual que de savia.
no cuantas ovejas y otra muy diferente cuidar de millares de
ellas. Además, un rebaño grande acababa pronto con un
¡Cuánto trabajo requerían las uvas, por ejemplo¡ Des- apacentadero y Jos hombres tenían que conducirlo a otros
pués de ser recogidos los grandes racimos, eran llevados
pastos, cada vez más lejos del hogar.
a una prensa de piedra y exprimidos. El jugo, rojo como
sangre, era recogido en un recipiente de piel de cabra. Finalmente ocurrla que toda la aldea solia recoger
La gente cantaba himnos de elogio al vino, himnos acerca
323
322
INSTRUMENTOS VIVIENTES

brado. Cuando bajaban por las laderas hacia los valles


COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
ribereños o cuando rodeaban los bosques a lo largo de
s_us pertenencias Y seguir a los rebaños. Cargabcin sus las llanuras, saqueaban aldeas, hollaban sembrados y .se
hendas sobre ccmellos y se ponían en marcha, echando llevaban animales domesticados y gente.
por delante sus rebaños.
Necesitaban gente, sobre todo, pues podlan ponerla
Atras dejaban campos desiertos cubiertos de cizañae.
a trabajar en el pastoreo de los rebaños. Siempre habia
Pero no se preocupaban por eso, pues las buenas cosechCJ!'ll
escasez de trabajadores en la tribu. Cada hombre po-
eran una rareza en las llanuras áridas.
dria lener diez o más hijos, pero a pesar de eso faltaba
~ar primera vez apareció la división del trabajo, no gente para el trabajo. Los rebaños crecían tan rápidamen-
solamente entre individuos sino también entre tribus. te que nunca había suficientes pastores, por lo cual la
tribu capturaba miembros de otras tribus y los esclavizaba.
En las llanuras habitaban tribus pastoras que criabQll
ganado y lo cambiaban por frutos. No permanecian en Eso era lo que hacían las tribus nómadas criadoras.
~ingún lugar fijo sino que emigraban, pasando de un':! Pero las agricultoras tampoco eran muy pacíficas. En el
a otro apacentadero. La vida de estos nómadas era tur- otoño, después de la cosecha, no vacilaban en asaltar a
bulenta y líbre~ sus vecinos para robarles sus depósitos de grano, sus ro-
pas, sus adornos y armas. Pero el botín que más aprecia-
Plantaban sus tiendas a la intemperie, en sitios dondg
ban eran los propios hombres de las tribus.
no habla árboles ni casas que los privaran del cielo. Su
hogar era toda la inmensa llanura. Durante sus largos via- Porque los agricultores también estaban escasos de
¡es el lomo giboso del camello servia de cuna para su:s brazos para abrir canales, construir diques y conducir los
pequeñuelos. bueyes cuando habla que cn:ar.
En otros tiempos no esclavizaban a sus prisioneros
INSTRUMENTOS VIVIENTES
porque eso no habría tenido razón de ser. Un par de ma-
La vida de las tribus nómadas no era tranquila y nos adicionales no produda un ingreso adicional. El pri-
pacifica. Cuando en su marcha encontraban campos y re-
baños, oasi siempre cosechaban lo quA no hablan oem- 325

324
INSTRUMENTOS VIVIENTES
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
MEMORIA Y MONUMENTOS
sionero trabajaría, pero también consumiría todo
produjera. Hasta ahora nuestro viaje por el pasado ha estado
lleno de dificultades. Nos hemos extraviado en el laberin-
La situación cambió totalmente cuando comenzaron to de las cavernas. Nos hemos hundido en las zanjas y en
a tener grandes rebaños y campos fértiles. El trabajo de los hoyos de las excavaciones. Todo cuanto encontrábamos
.
un hombre Comenzó a producir granos, carne y lana en era un acertijo que no podíamos adivinar. No hemos visto
mayor cantidad de la que le era necesaria. Con su traba- señales en nuestro camino ni inscripciones grabadas eh
jo uh cautivo podía alimentar a su amo y alimentarse a: columnas que nos ayudaran en nuestra búsqueda. ¡Cómo,
sí mismo. Todo cuanto el amo tenía que hacer era procurar podían los hombres de la Edad de Piedra dejarnos algo
que su esclavo trabajara más y comiera menos.
en forma de inscripción si no sabían escribir!
De ese modo el hombre convirtió a su semejante en-
Pero ahora, por fin, hemos llegado a un camino con
instrumento viviente suyo. Degradó al hombre, le unció urt
señales a lo largo de la vía. Encontramos las primeras ins-
yugo como lo hacía con los bueyes. En su camino haci:.J
la libertad, hacia la conquista de la naturaleza, el hombre
. .
cripc1ones en 1as !a'pidas y en las paredes
. .de .los templos.
. .
En nada se parecen a aquellos antiguos dibu¡os mIBteno-
llegó .a ser esclavo de su semejante.
son destinados a los espíritus. Son relatos completos,
Antiguamente la tierra era propiedad común, perte-
dibujados, relatos des tinados a la g~nte y acerca de la
necía a todos quienes la trabajaban. Ahora era un escla-
gente.
vo quien cultivaba la tierra que no le pertenecía. El buey
que conducía no era su buey y la cosecha que recog{a Absolutamente nada hay todavía que se asemeje a
no era su cosecha. nuestras letras. Un buey es representado por la ligur.::i
de un buey, un árbol es representado con todas sus ramas.
Un esclavo en el antiguo Egipto cantaba cuando con-
duela los bueyes: La historia de la escritura se inicia con la escritur ..J
figurada. Transcurrió mucho tiempo antes de que estas fi.
¡Pisen las espigas. bueyes!
guras se volvieran sencillas y se convirtieran en símbolos
Pisen las espigas.
convencionales.
tLo: cosecha pertenece al amo!
327
326
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE INSTRUMENTOS VIVIENTES

Al observar las letras de nuestro alfabeto es dificil je hablado a transmitir las experiencias del hombre. En
acertar con las figuras de las cuales se han originado-/ - -- la lápida de un jefe representaban sus hazañas Y batallas
(,Quién se imaginaría que la:;"A" es la cabeza de un buey?;:'.- para que las futuras generaciones pudieran conocerlm>. ''
1, i

Pero si invertimos la ¡'A" -veremos que es una cabeza coii''.: Cuando enviaban emisarios a los jefes de las tribus veci-
cuernos. En el alfabeto de los antiguos semitas esta cci~:c:· nas grababan notas figuradas en un trozo de corteza '.J
beza encornada significaba "A", la primera letra de en un pedazo de loza quebrada para ayudar a su me·
palabra "Aleph", que quiere decir "buey".
maria.
En la misma forma se puede buscar el origen de cada_ El primer libro del mundo fué escrito sobre una lópi-
una de nuestras letras. La "O" representa un "ojo". Lq--- da. La primera carta fué escrita en un pedazo de corteza.
"R" es una cabeza en el extremo de un largo cuello ......
Nos enoraullecemos de nuestros teléfonos Y radios Y
Pero nuestras botas de mil leguas nos han llevado mu:f aparatos grabadores de sonidos que nos ayudan a con-
lejos. Apenas hemos llegado en nuestra historia a la épocu quistar el espacio y el tiempo. Hemos aprendido e envio:'
en que aparece la primera escritura figur,ada. por radio la p:rlabra humana a millares Y millares d0
kilómetros. Nuestras voces grabadas en cinta y en discos
El hombre aprendió Cé escribir lentamente y a tienta•. serán oídas cuando hayan transcurrido décadas Y siglos.
Mientras no hubo mucho que saber la gente pocila Es una gran realización, pero no debemos exagerar nues-
conservar todo fácilmente en la memoria. Tradiciones, le- tra contribución.
yendas y cuentos eran transmitidos verbalmente. Todos lo::;: HaGe muchísimo tiempo que nuestros antepasados con·
viejos eran libros vivientes. Recordarido palabra por pala· quistaron par primera vez el espacio cuando enviaron un
bra los cuentos, las leyendas, las reglas de buena conduc- mensaje en un. pedazo de corteza, y el tiempo cuando gra-
ta, la gente los transmitía a sus hijos como un precioso le· baron una inscripción en un monumento.
gado, y éstos, a su vez, las transmitían -a sus hijos.
Hasta nosotros han llegado muchos monumentos que
Pero ahora los monumentos venían en ayuda de la hablan elocuentemente de las hazañas y batallas de 103
memoria. El lenguaje escrito comienza a ayudar al lengua· , tiempos pasados. Hay grabadas en la piedra figuras de

328 329
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
INSTRUMENTOS VIVIENTES
guerreros con sables y lanzas. Los vencedores regresan
triunfo, seguidos por sus cautivos con las cabezas bajas y A PROPOSITO DE ESCLAVOS Y DE
los brezos atados a la espalda. Y entre las figuras que HOMBRES LIBRES
prese:ita~ palabras encontramos las primeras esposas, Una rosa no nace de una cebolla; un hombre libre no
simbolo de la subyugación, de la esclavitud. nace de madre--esclava.

Teognis, el poeta griego, escribió esas lineas en una


Este simbolo nos habla de un nuevo capitulo de !q
época en que la esclavitud estaba firmemente estableci-
historia de la humanidad: el comienzo de la esclavitud.
da como el orden social imperante.

Posteriormente encontramos en los muros de los tem- En la antigüedad los esclavos no eran considerados
plos egipcios gran número de esos testigos gráficos. En< de raza inferior. Los _hombres libres y los esclavos vivían
uno, una fila de esclavos está transportando ladrillos para-:;,:' juntos, trabajaban juntos, integrando una gran comuna,
un edificio. Uno de ellos tiene sobre la espalda una caja El padre era el jefe y director de esta comuna familiar, el
de ladrillos y la agarra con ambas manos; otro está car- "patriarca". Sus hijos y sus nietos, así como los esclavos,
gando ladrillos colgados a cada extremo de una larga va- hombres y mujeres, vivian con él bajo el mismo techo y
ra sostenida sobre los hombros, igual a como se usa hoy< estaban sometidos a él en todo sentido. Sólo el padre te·
para transportar baldes de agua. Los albañiles están le· . nía autoridad para "apalear" tanto a un hijo como a un
vantando la pared y sobre un pedazo de ladrillo está sen- esclavo desobedientes.
tado el capataz. Apoya los codos sobre las rodillas y tiene
Cuando un esclavo viejo se dirigía a su amo lo lla-
un palo largo en una mano. No tiene que trabajar; su ocu-
maba sencillamente "hijo'', y el amo, a su vez, le decía
paci6n es hacer que trabajen los ciemás. Otro capataz
"padre" al esclavo viejo, de acuerdo con las antiguas cos-
anda cerca del edificio que está siendo conS:~uído. Su ga-
tumbres.
rrote está levantado amenazadoramente sobre la cabez-:r
de un esclavo. Evidentemente el esclavo hizo algo que no Si ustedes han leido la "Odisea" recordarán sin dudn
le gus!6. al porquero Eumeo, quien de la manera más natural co-
mf.a y bebia en la misma mesa con su amo. Los romance-
330
331
COMO EL HOMllBE LLEGO A SEB GIGANTE

ros y trovadores que escribieron la "Odisea" llamaban INSTRUMENTOS VIVJENTE5


al porquero "igual a los dioses", como llamaban también Pero un esclavo era más valioso aún. El esclavo cui-
ol jefe de una tribu. daba los puercos, las vacas y las ovejas. Al anochece!'
los conduela· a los establos, a los chiqueros y a los rediles
Pero el poema no corresponde exactamente a la rea-
rodeados de fuertes empalizadas. El esclavo ayudaba a
lidad. El porquero Eumeo no era igual a los dioses ni a
recoger las cosechas; exprimia el jugo de las uvas y ha·
su amo. Tenia que trabajar, mientras que su amo tra-
cia mantequilla de la nata. En los graneros eran almace-
bajaba cuando querla. En el trabajo doméstico se exigb
nadas grandes provisiones de grano dorado. Los cántaro3
más de un esclavo que de un miembro de la familia, -y
y ánforas de barro estaban llenos de fragante aceite hasta
recibia menos. Un esclavo_ constituia una propiedad;
hombre libre era un dueño de propiedad. los bordes.
El esclavo ayudaba a los hombres libres, pero el Ir<:·
Cuando maria su amo, el esclavo pasaba a bajo más duro correspondia siempre al esclavo.
junto con él castillo y otras posesiones.
La guerra 11eg6 a ser un provechoso negocio J'.)Orque
La antigua igualdad no ex:iStia ya en esta comuna producia esclavos, y los esclavos creaban riquezas. Por !o
familiar. Ahora el padre gobernaba a sus hijos; la esposa tanto, los hombres libres iban a la guerra y dejabcm a los
estaba sometida a su marido; la nuera, a su suegro, y laa esclavos en la casa para que cuidaran el ganado y cul ·
nueras más j6venes a las mayores. Pero el esclavo ocuPa-
tivaran la tierra.
ba el lugar más bajo de la escala.
EL smo DE UNA FORT JU.EZA
La primitiva igualdad entre tribus, entre comunas,
La guerra hacia trabajar más a la gente. Necesitaban
tampoco existia ya. Algunas teman mucho ganado, otras
tenian poco. Y el ganado tenia valor: podia ser cambia- disponer de sables y lanzas y carros para atacar. ·
do por telas y por armas. No es p~r casualidad que las Dos veloces caballos enganchados al carro de guerr'.I
monedas más antiguas eran fabricadas en forma de una los llevaban por el campo de batalla; pero en la guerra
piel de buey extendida. el ataque es inseparable de Ja defensa. Se resguardaban
las cabezas con yelmos y portaban escudos en los brazos
332
333
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
INSTRUMENTOS VIVIENTES
izquierdos para protegerse contra los golpes de los sables
Cada mañana se abrían las rechinantes puertas de la
y lanzas del enemigo. Construían fuertes murallas de enor-
fortaleza. Los defensores, unCr partida de guerreros prote-
mes bloques de granito alrededor de las casas comuna~
gidos ¡:or sus lanzas, se arrojaban al exterior a decidir la
les. Cuanto mós rico y poderoso era el clan, tanto md~.},-;_~:-'
suerte del clan en la llanura abierta. Descargaban feroz-
arduamente tenia que trabajar para protegerse, pues't; " .
mente _sus sables contra los brillantes yelmos del enemigo
que tenía algo por lo cual valía la pena pelear. Sobre las
adornados con colas de caballos. Peleaban hasta quedar
altas colinas se levantaban enormes casas acondiciona-.
agotados, sin regatear sus vidas ellos ni los enemigos.
das como fortalezas, con docenas de cuartos y almacenes,
con baiuartes a lo largo de los muros y con fuertes puer- De un lado estaban inspirados por el pensamiento de
tas. que estaban defendiendo sus hogares, a sus esposas y 'l

sus hijos, en tanto que los otros estaban enardecidos poi


Desde las murallas de la fortaleza era visible la re-- la ambición del rico botfn, tan di!!cil de obtener. Entrada
gión a kilómetros a la redonda. Cuando en las llanura:.; la noche, los defensores se retiraban protegidos por 1
a
aparecían una nube de polvo y el brillo de las lanzas, la oscuridad, dejando a sus muertos en el campo. La luch'.J
gente se disponía a defenderse dentro de la fortaleza. El cesaba hasta el amanecer.
labrador metia .apresuradamente sus bueyes y el pastor
conducia su rebaño al interior de las murallas. Cuando Transcurren los dios. Los sitiados luchan valientemen-
todas las personas y animales estaban adentro eran ce- te contra los sitiadores, pero el hambre es más terrible
rradas las pesadas puertas. Los guerreros colocados sobr8 que los sables y las flechas de sus enemigos.
los muros y en las atalayas esperqban al enemigo, pron-
Cuando en las bodegas se ha agotado el grano y no
tos a dispararle sus !lechas aladas.
queda más que polvo, cuando el último resto de aceite co-

Los sitiadores llegaban hasta la fortaleza y acampa- mienza a salir interrumpidamente del ánfora y sólo forma
un hilo de gotas separadas, hay lamentos dentro de la for-
ban frente a las murallas. Sabian que no era fácil apode·
taleza. Los niños hambrientos lloran, pero las mujeres les
rarse de un Jugor fortificado, que podrian transcurrir mu-
secan las lágrimas en secreto por temor de atraerse la ira
chos meses antes de que cedieran aquellos altos muros.
de los hombres.
334
335
1

i 1

,,1

1.1'
INSTRUMENTOS VIVIENTES !,j
COMO EL HOMBRE LLEGO A 5Ell GIGANTE
>;,guntemos a los arqueólogos que estón haciendo
Después de cada incursión quedan menos en
aciones en el túmulo, porque ellos han descubierto
rior pora defender la fortaleza, y llega el cila en q
~~aconteció muchos siglos antes de. que nosotros na-
sitiadores, persiguiendo a los defensores en retirada;--,
pen en la fortaleza. Derriban los altos muros sin-de(
dra sobre piedra. Donde la gente habla vivido, tr
s túmulos, nos dicen, son las tumbas de gente que
do, celebrado fiestas, no hay ahora sir.o ruinás)
J:iace muchlsimo tiempo en la llanura. A medida que
cadóve.:r:es de los caidos: Los venced.ores ·se llevan
ctivadores escarban en los túmulos, encuentran en
hombres, a las mujeres y a los níños para que searr
fundidad esqueletos de seres humanos, y junio con
vos en vez de gentes libres como lo eran antes.
J:ipy vasijas de barro, instrumentos de piedra Y. de
e y algunos huesos de caballo.
LOS MUERTOS HABLAN DE LOS VIVOS
En muchos paises, en llanuras o extensiones sía es lo que sus =igos obsequiaban al difunto
de tierra plcma, existen elevaciones largas y de que llevara consigo en su largo viaje. La gente crela
tura. En algunas partes hay sol=ente un solo montó' ·.unct>persona tendría que comer y trabajar después
de de tierrO:; en otras partes hay tantos que semej rtiuerte,- que el espiritu de una mujer necesitarla su
lila de colinas muy bajas. el de un hombre su lanza.

En muchos paises los habitantes no est6n segu .n casi todos los antiguos túmulos estón enterrctdas
lo que son realmente esos largos monticulos, a los-- con la persona muerta algunas de sus pertenencia..CJ.
los arqueólogos llaman túmulos. Muchas historias en los tiempós más remotos la gente no posela mu-
yendas han llegado a ser relacionadas con ellos, p cosas. ¿Qué tenla uri individuo que pudiera ll=m
historias siempre se prenden de algo que se sale ''? Un =uleto que ,·maba alrededor del cuello, o la
común, particularmente si han existido durante un ~: que empleabct para atacar a sus enemigos. Todo
mucho mayor del que puede contenerse en- la m hogar era de propiedad común, pues el hogar era
del hombre más anciano. el interés común de todo el clan. Por

336 337
INSTRUMENTOS VIVIENTES
COMO EL HOMBRE LLEGO A SEi! GiGAmE
Existe el dicho de "mudo como una tumba". Pero es·
eso en los túmulos más antiguos no hcr¡r tumbas rioo:s ni tas tumbas no se quedaron mudas. Nos dicen muy clara-
pobres. Todos los muertos eran iguales.
mente cuándo aparecieron por primera vez en el mundo
Los ricos y los pobres aparecen entre los muertos en los ricos y los pobres. Los muertos nos hablan de los vivos.
una época posterior.
Si dejamos las tumbas y vamos al caser[o no lejos
Cerca del rlo Don encontraron un túmulo con tres cla-
ses de .tumbas. En la primera estaban los ricos; en la se-_ de los túmulos, veremos alli restos de la riqueza y la po-
gunda, los medianamente acomodados, en la tercera, Jos •• breza antiguas. Los arqueólogos han descubierto que b
pobres. aldea, situada en la margen del ria, tenia dos murallas:
una rodeaba exteriormente a la aldea y la otra limitalxl
- En el centro -de los túmulos más grandes lué descu: ·
un circulo en el interior. En esta parte central hallaron mu-
bier!o un gran foso, la tumba, y en él habla jarrones grie-
gos pintados, cotas de malla adornadas de oro y puñales chos pedazos de utensilios y jarrones costosos que habian
de art!slico acabado. sido traídos desde la lejana Grecia. En la parte exterior, en-
tre las murallas interior y exterior, casi no se encontró
Casi no habla objetos de oro en los túmulos medianos, 77,
ni nada parecido a un jarr6n pintado. Las tumbas de Jq¡s¡ ~­
ninguna de esas cosas. Ali! habla tirados fragmentos d"
las ollas y jarros más ordinarios de la localidad. La gente
pobres no merecen ser mencionadas, pues no serta ad~-""~f
misible que hubiera tazones barnizados ni primorosas co- que vivía ah( no tenia derecho de comprar platos exlran ·
las de malla en la tumba de un hombre pobre. jeros adornados con figuras ni relucientes tazOnes barn1.-
zados.
En el cementerio los monticulos humildes están en
número mucho mayor que cualesc.uiera de los olros. En .
Sobre las tumbas de esta gente se amontonaron pos·
estos pequéiios !osos está tendida una _lanza junio a la -.
mano derecha del muerto, y cerca de su mano izquierda _¡ !eriormen!e los altos terraplenes que todavía ll0 al=
hay un waso pequeño para que lo usara cuando tuvie~ --- •· !rente al horizonte de la tierra plana.
:oed. Los pobres segulan siendo pobres c:¡un en la tumba.-
339
COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE
INSTRUMENTOS VIVIENTES
De este modo nos hablan las tumbas acerca de la gen
Eran precisos muchos días para fabricar hasta el más
te enterrada en ellas. A veces cuentan cosas terribles: so..:
sencillo puñal de bronce. Prime.ro tenían que obtener el
br~ esclavos a quienes mataron para que pudieran se;·>:
mineral. Ya hablan pasado los días en que se podlan en-
enterrados con su amo, y sobre mujeres obligadas a se-
contrar a flor de tierra trozos de cobre puro. Necesitaban
guir a la tumba a sus esposos muertos. Relatan más elo.
internarse en la tierra para hallar mineral de cobre, igual
cuentemente que cualquier libro hechos de la crueldad
que como lo hadan para buscar pedernal. Abajo, en los
de un padre, jefe de un rico clan. Cuando murió se llevó
consiga a la tumba a sus esposas y a sus esclavos, porque profundos túneles de las minas, lo arrancaban con picos,
le pertenecían lo mismo que los objetos preciosos de OI".:J y después le subian en sacos de cuero.
y de bronce. Para facilitar la extracción del mineral encendían una
hoguera dentro de la mina y cuando las paredes de piedra
EL HOMBRE CREA UN NUEVO METAL
se hablan calentado les echaban agua. El agua silbaba Y
Las cosas de valor. que permanecieron durante _milla- se convertia en nubes de vapor; la piedra crujia y se des-
res de años en la oscuridad de las tumbas y entre los ca- pedmaba. El fuego ayudaba al pico del minero.
seríos fortificados se conservan ahora en. museos. Objetos
del remoto pasado, ocultos durante tantos años a la mira- Las minas de aquellos tiempcs parecian V©lcanes. De
da del hombre, se exhiben hoy para que todo el mundo su boca, como del cráter de un volcán, se elevaban nubes
los vea Y pcdemos contemplarlos con nuestros propios ojos. · de vapcr iluminadas por el fuego interior. La palabra "vol-
cán" tiene su origen en Vulcano, el antiguo dios herrero.
Los visitantes. se están durante largo tiempo ante los
aparadórés de vidrio de los museos contemplando sables Después de que obtenian el mineral, sacaban el me-
con empuñaduras de oro, retorcidas cadenas de primo- tal por fundición. Esto también requería una gran habili-
roso acabado, abalorios de doradas cabezas de ternera y dad. Para que el metal fuera más duro y más fácil de darle
objetos de plata en forma de bueyes o de renos. forma de las cosas que querían fabricar, agregaban mi-
neral de estallo al mineral de cobre mientras se fundia.
1Cuánto trabajo y cuánto arte se necesitaban para
la cual les producia una aleación de cobre y estaño. Ya
hacer cada una de estas -cosas!
esto no _era cobre puro; era bronce, un metal nueyo con
340
341
INSTRUMENTOS 1/Ill!ENTES

COMO EL HOMBRE !.LEGO A SER GIGANTE de demarcaci6n entre un clan ricO y otro pobre; otra grie~
características nuevas creado por las manos del hombre ta marcaba una línea- de separación entre los a.rtesémos 'Y
Antiguamen·te, en los tiempos de los toscos instrumen- los agricul tares.
tos de piedra, un obrero podía reemplazar fácilmente ·a
Miéntras un artesano trabajara para toda ki commtl~
otro. -No era muy difícil dominar un ·oficio. En una tribu ca.
dad, ésta lo mantenía. Las gentes trabajan jun!Cl3 Y todas
zadora todos los hombres cazaban, y cada uno de ellos
compartían lo que producían. Pero cuando un artesano
sabia hacer sus propios arcos y flechas.
cambiaba sus sables o su loza al lado, ya no estaba dis-
Pero transformar un pedazo -de mineral en un relu- puesto a compartir con sus compañeros de clan el grcmo,.
ciente sable de bronce es una cosa muy diferente de ar- o las telas, o lo que hubiera recibido a cambio de sus mer-
quear una rama tierna y atar una cuerda a sus extremos. eanclas. Sentla que él y sus hijos habían ganado sin ayu-
Ahora la gente tenia que pasar años estudiando el arte de da de nadie ese grano, esas telas, o lo que fuera.
la armería. Los hijos lo aprendían de sus padres. El domi-
nio de un oficio era propiedad de un clan,_ su riqueza he-
La··gente comenzó a vivir -en: casas separadas. I.m
ruinas de aldeas descubiertas en Grecia, en MiceDOll y en
reditaria. Comunidades enteras estaban integradas a ve-·
Tirinlo, lo demuestran claramente.
ces de alfareros, o de armeros, o de trabajadores del cobre,
y su fama se extendía a los cuatro vientos. La familia más rica solía vivir rodeada de fuertes mu-
rallas en la cumbre de una alta colina. ¡Sobrada razón
LO MIO Y LO TUYO . terúan para querer ocultar su riqueza detrás de muros de
Al principio cada artesano trabajaba solamente para piedra! Allí vivfo el jefe militar de toda la tribu junio con
su propia comunidad, para su propia aldea; pero a medi- ous hijos y con las esposas e hijos de éstos. Abajo, en el
da que transcurrió el tiempo, los armeros y los alfareros valle, las gentes más pobres de todas, los campesinos, vi-
comenzaron a practicar el cambio de sus productos ·por vían en sus chozas estrechas. En las colinas bajas de los
grClllos, telas u otras cosas fabricadas por otros artesanos. suburbios estaban situadas las casas de los artesanos: ar-
El antiguo sistema de clan comenz6 a resquebrajarse. meros, alfareros, trabajadores del cobre.

Antes cada habitante de una aldea era igual-<r todos En una ciudad comd esa no vivía ya Ja gente en con-
los demás. Ahora una grieta había establecid~ una J!IJ'!<I
343
342
COMO EL HOMBRE LLEGO ll SEB GIGANTE
INSTllUMENTOll VIVIDl1Ell
diciones de igualdad. Las masas envidiaban la riqueza del prendlan cuól era la causa de la diferencia entre los ricos
rico y poderoso jefe, y en consecuencia lo trataban con y los pobres, y creicm que el destino de un hombre estab'.l
el mayor respeto. Creían que los propios dioses estabaii predeterminado por los dioses; que los dioses protegian
de parte de él. Así se lo enseñaban sus sacerdotes, me-
a los ric:lCll y 11610 les deparaban desventuras a los pobres.
tiéndolo en sus mentes desde la más temprana niñez.

Tc;nnpoco los trabajadores del campo consideraban


al artesano ni al minero como a un hermano. Sentlan que
los mineros debían ser una especie de hechiceros, un~
hombres ennegrecidos por el humo, que obtenlan cobre
en una cueva subterránea mediante el fuego que echd·
han por la hoce. ¿C6mo se iba a saber lo que sucedia all<i
abajo? ¿C6mo consegulan el mineral? Evidentemente al:
guien les indicaba d6nde cavar la tierra, los ayudaba Gi
obtener el mineral y a convertirlo, por algún milagro, en
cobre o en bronce. El minero debía tener algunos protec-
tores misteriosos allá abajo y era mejor para una persona
corriente mantenerse a distancia de él.

As! pensaba la gente en todas partes, no solamente


en Grecia: Desde la más remota antigüedad han llegado
hasta. nosotros cuentos de brujos herreros. En nuestro idio•'
ma hcm sobrevivido palabrds que explican cómo solfa pen~
sar la gerit~ acerca de la riqueza y la pobreza. No com-·

344 345
CAPITULO VII

El Mundo se Ensancha

El hombre se habla habituado a pensar que todo el


mundo no era mós que una tierra encantada. No podio
comprender ni explicar nada. Cada paso, cadq. movimien-
to de la rr ano, podrian hacer surgir fuerzas desconocidas
que trae,rian buena o rr1alo suerte.

La gente disponía aún de tan escasa experiencia que


no estaba segura de que el día siguiera siempre a la no.
che, ni de que la primavera sucediera siempre al invierno.
Practicaban ritos mágicos para favorecer la salida del Sol.
En Egipto creian que el Faraón tenia poder sobre el
Sol. Cada mañana se dirigla al templo a asegurarse de
que el Sol recorr!a su trayectoria ese ella, y los egipcios

347
EL MUNDO SE ENSAll'CRA
COMO EL ROllCllllE LLEGO A 8Ell GIGAllTE
Pero pasaron los años, millares de años. Poco a poco
celebrabcm una fiesta especial en el otoño llamada e!'~Sé. aprendió el hombre a comprender la naturaleza de la pie·
quito del Sol". Crelan que el débil Sol de otoño neceiiita- dra en general, a fuerza de manipular muchas de todar.
ba un cuerpo de asistentes que lo ayudaran a continuar 5\.1 . clases. Todas las piedras eran duras; es decir, la piedra es
viaje. una substancia dura. Ninguna piedra hablaba; es decir.
Pero ei hombre segula investigando y constante_m1>nte las piedras no hablan.
aumentaban sus descubrimientos acertxJ del mundo ;j de De ese modo aparecieron los primeros rudimentos de
las leyes de la naturaleza.
la ciencia, la comprensión de las cosas.
A medida que el artesano primitivo pulla y afilaba una Cuando un artesano decía que el pedernal era una
piedra, se familiarizaba con sus características por medio piedra dura, se estaba refiriendo a todo pedernal. no s6-
de sus propias manos y de sus propios ojos. Sabia que la lamente al pedazo que tenia en sus manos. Habla adqw·
piedra era dura, que si se le daba un fuerte golpe se rom- rido el conocimiento de una determinada ley de la natu-
perla en pedazos y que no se quejarla cuando fuera golpea, raleza, de un cierto principio existente en el mundo.
da. Es cierto que habla piedras de todas clases. Determi·
nada piedra no hablaba, pero quizás algún dla poi:Írfa "Después del invierno viene la primavera". Esto no
encontrarse otra que si lo hiciera. Nosotros nos burlamos nos sorprende en lo mós mlnimo. Sucede sin que se diga
de tales ideas, pero el hombre primitivo no pensaba como que la primavera, y no el otoño, sigue al invierno. Peró la
pensamos nosotros. sucesión de las estaciones fué uno de los primeros descu-
brimientos cient!ficos realizados por nuestros antepasados,
El no habla aprendido todavía a deducir principios. un descubrimiento 'que no hicieron sino después de larga
Por lo tanto, para él la vida estaba llena de misterios. Veía observaci6n. La gente no comenz6 a contar por años sino
que no exist!an dos piedras que fueran exactamente igua- después de que aprendió que la alternación del invierno Y .
les y crela que poi:frfan compollwse de manera diferente del verano no es una cuestión accidental, que la primave-
también. Cuando fabricaba una azada nueva trataba de ra siempre viene después del invierno, y el verano Y el
hacerla exactamente igual a la vieja: as! cavarla bien la otoño después de la primavera.
tierra.
349
348

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COMO El. llOM!lllE LLEGO ll SEll GIGANTE

En Egipto hizo la gente este descubrimiento observan ruego: denlro de mis n<lChes vendr6 el agua a regar los
do las crecidas del Nilo. Calculaban su año de una crecidq oom.pos''
a la siguiente. Las observaciones del rlo eran realizad~·
Lentamente, paso a paso, la gente· dominaba lo quo
por los sacerdotes, porque la gente creta que el rlo era u~y-,, ero para ella un mundo nuevo, un mundo que podio ser
dios. Todayia existen marcas en los templos egipcios co~~;y
comprendido, y no un mundo encantado. El primer obse7·
lroldos a la orilla del r\o, trazadas por los sacerdotes par~·.
indicar la altura a la cual llegaba el agua. · '
vatorio astronómico !u"
el tejado de un templo. Los talle·
res de los alfareros y de los herreros fueron los primero•
En Julio, cuando los campos estaban tostados por el ca- laboratorioe donde se llevaron a cábo los primeros experi·
lor, los agricultores esperaban impacientemente la subidcf:
menlCMS cienllficcs.
del agua cenagosa y amarilla del Nilo. ¿Se producirla
La gente a¡:imndi6 a observar, a oonlar, a sacar con·
realmente? ¿Qué sucederla si los dioses estuvieran enoj~ 1;,
doe con ellos y se negaran a enviar agua para sus cam; ' dusionM.
pos? . •
Esl.a ciencia primitiva dilerla mucho de nuestra cien-
De todas partes llegaban a los templos presentes '{'' cia actual. Aun era muy semejante a la magia, porque
ofrendas. Los agricultores traían sus fillimos puñados de
era dificil tramr una linea entre la ciencia y la magia, La
!m!Ilº Y los entf'egaban a los sacerdotes, suplicándol..; h\lcr gente no solamente observaba las estrellas; se basaba en
mildemenle que imploraran a los dios..; por ellos. ••
ellas para hacer predicciones. Al misma tiempo que estu-
diaban e!, cielo y la tierra, les rezaban lambián. Sin em·
Todos los ellas, al amanecer, los sacerdotes bcijaban al"' !::>argo, la lm comenzaba a abrirse camino gradualmente
rlo para ver si venia el agua. Todas km noches subían al''' a lraVés de la oscuridad.
lecho achatado del templo y, arrodill6ndose, levantaban Id'
mirada a las estrellas. El cielo estrellado era su calen" ·· LOS DIOSES SE !IEmlAN AL Ol'.JMPO
darlo. E.a un tiempo el hombre primitivo erala que habla es·
Finalmente, anunciaban solemnemente en el templo~··· plrltus por dondequiera: en cada piedra. en cada árbol, e!l
"Los dioses han escuchado miserlcordiOl!alllen!e nues\r(I .•' ciada i:mimal; pero esta creencia desapareció lenlamenle.
COMO EL BOlllBllE 1.1.EGO A llEll GlGA!nE EL MUNDO SE ENSANCHA

El hombre dejó de pensar que en cada animal habla" rayos. Pero quienes contaban esas leyendas, agregaban
un esplritu. Un dios selvático que vivia en el bosque sus- que esas cosas sucedían en un pasado muy lejano.
tituyó a todos los divel1!08 esplritus de los animales. Los
De esta manera se ensanchaba progresivam~nte la ex-
agricultores dejaron de creer que en cada espiga se alo,.
periencia del hombre, se agrandaba el circulo de luz, obli
jaba un esplritu. Reemplazaron a todos estos esplritus conc
gando a los dioses a retirarse desde la inmediata proximi-
una dlgsa de la fertilidad, quien hacia crecer las espigas.
dad hasta un lugar distante, del presente al pasado, de
Estos dioses que sustituyeron a los antiguos esplritus este mundo a un mundo existente "al otro lado"·
no vivlan ya entre los mortales. El conocimiento los ibCÍ Las relaciones con los dioses se dificultaron. Ante-
empujando gradualmente cada vez mós lejos de los mora- riormente cualquiera podía celebrar ceremonias, practicar
das humanas. Los dioses fueron llevados a lugares donde ritos mágicos. Eran cosas muy sencillas. Para que llovie-
aún nadie habla estado: a las sombrlas espesuras de los•> ra, por ejemplo,todo cuanto habla que hacer era tomar
bosques sagrados y a las cumbres boscosas de las mon- un poco de .agua en la boca y expelerla a medida que se
tañas. danzaba; para ahuyentar las nubes bastaba con· subirse
sobre .el techo y soplar imitando al viento. Ahora la gen-
Pero el hombre fué all1 también. El conocimiento ilu-,7
te sabia que mediante tales métodos no podia hacerse que
minó las selvas y disipó las nubes que se posabanc sob19.,
lloviera ni ahuyentar las nubes, por lo cual llegaron a kt
las laderas. Por consiguiente los dioses, expulsados de St¡'!;1•
conel usión de que no era fácil hacer que los dioses les sa-
nuevo asilo, se trasladaron al cielo y a las profundidades'1
tisfacieran sus deseos. En consecuencia, era utilizado un
del mar, o se ocultaron en las entrañas de la tierra, en el.;·!
sacerdote como mediador entre la gente común y los dio-
reino subterráneo.
-¡¡,es, un sacerdote que coz:iocierp: .todas las complicadas ce~
Existian consejas, transmitidas verbalmente, acerca de remonias, todas las misteriosas leyendas relativas a los
cómo los dioses bajabai). a la tierra para participar en ba· dioses.
tallas· y ·sitios, armados de sables y lanzas. Eran ellos Et hechicero primitivo era sokimente un maestro de
quienes, en el momento decisivo, ocultaban al héroe en " ceremonias, el director de una danza de caza. No estalY.J.
una nube obscura y fulminaban a sus enemigos con sus más cerca de. los esplritus que .sus compañeros de clan.

352 353
EL MUNDO SE ENS.l\NCHA
COMO EL. HOMllJIE !.LEGO A SER GIGA!l'l'E
EL MUNDO SE ENSANCHA
El sacerdote era del lodo diferente. Vivia en el l:¡c:is,.
El hombre primitivo no hacia distinci6n alguna entre
que sagrado, pr6ximo a los dioses.. Se subla sobre el. l!I;
la verdad y la ficci6n, entre el conocimiento Y la supers·
cho del templo para leer la voluntad de los dioses en el
libro de las estrellas, pues era la única persona que sablct tición.
leer este libro estrellado. Antes de una batalla examinal:i:. Fué preciso que transcurrieran millares Y millares de
las entrañas de un animal y predecla la victoria o la d~­ años para que el conocimiento se libertara de In supersti-
rro1a. ción, para que fuera separado de la superstición como s~
separa la .nata de la leche.
Los dioses siguieron alejándose cada vez más de los
mortales. Ya habían pasado aquellos d!as en que los diCi' En los cantos y fábulas que han llegado hasta nosotros
ses trataban a todos por igual. Cuando las gentes cmali- es dificil distinguir la historia de las tribus Y de los jefes
mban sus propias vidas, veían que su antigua igualdad de la parte de fantasla acerca de los dioses y de los hé-
había desaparecido. "Ese es el orden de las oosas", leá roes, es dificil separar la verdadera geografla de la !icticia,
enseñaban los sacerdotes. "El hombre' debe dejar que lós diferenciar de las antiguas leyendas, las primitivas obser-
dioses decidan todo. Ellos gobiernan el mundo, de igual vaciones de las estrellas.
modo a como los jefes gobiernan las naciones".
Los griegos nos dejaron sus antiguos poemas Y le·
Pero no toda la gente aceptaba dcScilmente las en91>· yendas en la "Illada" y en la "Odisea". Ellas nos cuer.
iianzCIS de los sacerdotes. Habla quien no querla some:- tan c6mo los griegos sitiaron y saquearon la ciudad d-.
- a la voluntad de los dioses. Troya y c6mo después el jefe de una de las tribus griegas,
Ulises (.u Odiseus), anduvo durante largo tiempo por los
Llegarla el mom$nlO en que el poeta griego pregutl- mares hasta que logr6 llegar al fin a su propia ciudad de
taria: "¿Dónde está Ja juslicla de Zeus? Los buenos sulrel\; . !taca Junto a las murallas de Troya, los dioses Pelearon al
los injustos prosperan. Los hijos son castigados por los lado de los hombres: unos en favor de los sitiadores Y otros
pecados de sus padres. No queda más que rogar a la del lado de los sitiados. Cuando la mue_rte amenazaba a
Esperanza. la únicc;& diosa que habita entre los hombrell. un protegido de los dioses, se lo llevaban ile$o. Duran!"
Todos loo demda· dlO!lllS se han ido w Olimpo".
355
EL MUNDO SE ENSANCHA

COMO EL HOMBBE LLEGO A SER GIGANTE N todo en la Odisea es ficción, pero cometerla un
0
sus festines en las cumbres del Olimpo discutlan si deb!an • gran error quien tuviera la ocurrencia de estudiar en ella
continuar la guerra o reconciliar a los pueblos beligerantes. la geografla del mundo antiguo.

En esas viejas narraciones, la verdad se mezcla con la' En éste, que fué el primer libro de viajes, la geografla
ficción. ¿Qué hay en ellas de histórico y qué de fantásti- está toda envuelta en fantaslas. . A las montañas se las
co? ¿Combatieron alguna vez los griegos dentro de las hace aparecer como monstruos, y a los salvajes que habi-
murallas de Troya? Y la misma ciudad de Troya, ¿existió taban islas, como gigantesco~ canlbales de un solo ojo.

alguna vez? La gente de estos tiempos conoda solamente los lu ·


gares donde habla nacido y crecido. Es cierto que habla
Esto constituyó un importante punto de discusión en- •/
tre los investigadores hasta que al fin apareció un arque~{ .
comerciantes que navegaban en mar abierto, pero no se
aventuraban muy lejos de la costa. Era peligroso navegar
logo que se dispuso a disipar todas las dudas. Siguiendo
las indicaciones contenidas en la Il!ada, fué al Asia Me- en mar abierto en aquellos tiempos, pues la gente no dis-
nor y excavó las ruinas de Troya en el preciso sitio donde ponla de brújulas ni mapas. Sólo podlan hacerlo a tien-
tas, fijando su ruta por medio del sol y las estrellas. Un
se suponía que estaban.
alto peñón en alguna isla o un elevado árbol de la costa
Resultó, dt:lemás, que no todo en la Odisea era ficción. tenían que hacer las veces de faro.
Los geógrafos lo probaron. Pudieron comprobar las an-
El mar ocultaba millares de peligros bajo sus aguas.
danzas de Ulises. Si se examina un mapa, se encontrarán ·
Las anchas embarcaciones en forma de escudillas, eran
en él el pals de los Comedores de Loto, la Isla de Eolo y •I
sacudidas por la más leve agitación del agua, las tosca3 .
hasta Escila y Caribdis, que casi hicieron naufragar la em-
'fl . de mane¡· ar El viento solla rebelarse \
barcación de Ulises cuando pasaba entre ellos. ve1as .eran d i c11es .
a las órdenes del hombre y aventaba una embarcación
El pa!s de los Comendadores de Loto es la costa tripoli- como si fuera una pluma.
tana de Africa; Eolo es una isla conocida hoy con el nom- y cuando al fin una embarcación llegaba a la coste,
bre de Llpari y Escila es un escollo y Caribdis un torbellino
los fatigados marineros tenlan que subirla a rastras hasta
que se encuentran en el estrecho situado entre Sicilia e
Italia. 357
356
EL MUNDO SE ENSANCHA

COMO EL HOMBRE LLEGO A SEB GIGANTE En Rusia crela la gente en el Siglo XV, que al otro
la playa arenosa. Alll, sobre la tierra seca, podia11 de•- lado de los Montes Urales, vivia gente que dorm!a como
cansar por fin, pero se sentían intranquilos. Un país ex- osos durante todo el invierno. Hasta nuestros d!as se h:i
traño era más aterrador a6rr que el mar. Los marinero~ conservado un viejo manuscrito titulado: "Acerca de la
se imaginaban ver a los canibales de quienes hablan okb Extraña Gente del Pais Oriental". En él se encuentra un
hablar a otros marineros. Creian que todo animal deseo· relato detallado sobre gentes sin boca, sin cabeza Y de
nocido era una especie de monstruo peligroso. Sent1C!n gentes con ojos en elpecho.
miedo de aventurarse tierra adentro. Esto nos parece ridiculo, pero nosotros también imagi-
Sin embargo, cada viclje ensanchaba el mundo. Las
namos mundos que nos son inaccesibles, habitados po"
fronteras de lo desconocido, del pais de la fantasia, seg1'ian monstruos. Como conocemos muy bien la Tierra, hemos
retirándose. Los marineros más intrépidos llegaban hasta trasladado nuestras criaturas imaginarias a Marte Y a la
la salida del mar, más allá de la cual se extendio: el océa- Luna.
no. Este océano les parecía tan ilimitado como el univer,,
so. Cuando regresaban, dedan que hablan estado en el LOS PRIMEROS POETAS
fin del mundo Y que el mundo estaba limitado por todas Con cada época transcurrida, se libraba la gente de
partes por el océano. más misterios y cosas extraordinarias El artesano llegó
a Creer cada vez más en sus propias manos y en sus pro-
Millares de años después, la gente fué desde Eufooa
piós ojOs. Raramente podio recurrir a misteriosos encanta-
a la India, desde China _a Europa. Los navegantes ~­
mientos. La magia fué desapareciendo poco a poco de la
zaban el océano y encontraban a la otra orilla un pais r1:::-
vidtr,' como se disipa la oscuridad en un valle cuando sale
bitado. Y s_in embargo, !a ciencia d~ la tierra babia dÜ
el sol.
seguir acompañada por la fantasia durante largo tiempo
Donde se mantuvo por mayor tiempo fué en las cere-
Colón, el hombre que descubrió la América, creia que monias religiosas, en los juegos sagrados, en danzas y
en es~tierra había una montaña muy .elevada sobre ld cantos. Pero la naciente razón la expulsó implacablemen·
cual descansaba el cielo. Escribió 'ü: la Reina de España
te de alli to:mbién. La magia abandonó -las danzas .Y los
qu~ esperaba visitar estos aledaños del cielo y explorar la
reg16n por todas partes.
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COMO EL HOMBRE LLEGO A SER GIGANTE EL MUNDO SE ENSANCHA

cantos, quedando sol=en!e las danzas y los cantos ·en ,.¡ te, no de los dioses. Los espectadores, .absortos, reían ·r

mismos. lloraba·n, se emocionaban con los hechos heroicos Y se


retan de las bellaquertas y de las ID,sensateces. El direc-
Las ceremonias que organizaban los agricultores en_ 19
tor del coro antiguo se convierte en actor de tragedia Y los
antigua Grecia en honor de Dionisia como donador de ¡;;;
alegres enmascarados pasan a ser comediantes, p:::lyasos
frutos, eran al principio encantamientos. El coro cantaba
y juglares.
la muerte y la resurrección de Dionisia, para ayudar a l~
naturaleza a volver a la vida, pasada la desolad6n de la Pero el director no s6lo es el primer actor, también es
nieve invernal, y a dar a la gente gfanos, frutas y vino. el primer poeta. Al principio cantaba solamente con el
Disfrazados de animales, los agricultores danzaban alre- coro. Después cantaba solo también.
dedor del altar de la aldea. El director del coro cantab:t
Los cantos eran diferentes de las ceremonias. El solis-
los sufrimientos de Dionisia y el coro contestaba entonan-
do el estribillo. ta no sólo cantaba en las ceremonias sagradas; también lo
hacia a l~ hora de la comida cuando un jefe celebraba
Esta antigua ceremonia mágica era muy semejante °' festines con sus _partidarios. A tiempo que cantaba, toca-
una representación teatral. En el director y en las coni- ba su arpa, y a veces hasta danzaba, combinando las pa-
parsas se descubren fácilmente futuros actores. El direc- labra~, la música y el movimiento de acuerdo con la anti-
tor no sólo canta los sufrimientos del dios, sino que tarr:- gua costumbre. Era al mismo tiempo voz cantante y coro,
bién los interpretaba. Se golpeaba el pecho, gemía y al- entonando el solo y el estribillo.
zaba las manos al cielo. Cuando el dios volvía a la_ vida,
¿Qué cantaba? Cantaba acerca de los dioses y de los
los enmascarados enloquecían de alegríO:, se hacían ges 7
!iéroes, de los jefes de tribu que pon[an en fuga a hombres
tos unos a otros y cambiaban burlas y chanzas.
valientos, de guerreros que caían en la batalla, de herma-

Durante el curso de varios siglos, desapareció la ma·· nos vengados por hermanos.
gia de la ceremonia mógica, pero subsistió la ceremoniá Este canto no era un exorcismo ni un encantamiento.
en si misma. Corno antes, la gente representaba, cantaba Era un relato de hechos heroicos, una ínspiraci6n para imi-
Y danzaba, pero representaban los sufrimientos de la gen' tarlo•.

360 361
CONO EL W !.!.EGO ll SEi GIG.lllnE El. MUlmO llllE ~
¿Y los cantos de amor, de primavera, de pesar? tCua cos, el cantor estaba ligado estrechamente todavla a IN
es su origen? También proceden de las ceremonias que clan, a su tribu. La gente hacia lodo en comunidad Y
se acostumbraba celebrar en las bodas y en los funerales, sus cantos. también, eran lo obro combinado de genera-
o en tiempo de cosecha o de venclim!a. En eeas OMCmo- ciones. Un trovador no se consideraba autor ni creador.
lllas el coro cantaba a intervalos canciones cortas. Cuan- aun cuando modificara y embelleciera la canción que ha·
do una jc,ven se sentaba a hilar o cuando una madre arru- bia llegado hasta él.
llaba a su hijo, sol!an repetir esas breves, canciones.
Pero llegó el momento en que el hombre comenzó a
¿Quién compuso los primeros cantos heroicos, los Jl'i· hacer distinción entre lo "suyo" y lo "ajeno". El clan se
meros cantos de amor? estaba disgregando; ya no exislla la primitiva igualood.
Un artesano trabajaba paro si, ya no se consideraba un
No lo sabemos. Como tampoco sabemos quién formó
instrumento en manos de su clan.
la primero palabra, ni quién labric6 la primera rueda de
hilar. No una sola persona, sino centenares de generacio- Unos cuantos siglos después, dirla el poeta llrico grie-
nes fabricaron instrumentos, compusieron cantos, fcrmaron go Teognis'
palabras. Un trovador no componla las canciones que can-
taba; repella las que habla oldo. A medida que :a can-
He puesto mi firma en estos versos.
ción pasaba de trovador a trovador, se alargaba y sufria
Fruto de mi arte.
cambios. De igual modo a como un rlo está· formado po-: Nadie los firmará ni dirá que son suyoe.
todos los riachuelos que desembocan en él en su tayecto, Todos afirmarán: Son los versos de Teognis de Megaro..
se formaron los poemas con los cantos ..
___ Decimos que Homero escribió la "Illada". Pero, ¿quién Nadie hubiera podido decir eso en la época del su.-
fué Homero? Sólo leyendas han llegado hasta nosotros tema de clan.
acerca de él. Es una figura legendaria, como les héroes
que él canta. EJ hombre empleaba cada vez más la palabra "Yo".
Estaban muy distantes aquellos días en que el hombre
Cuando fueron compuestos los primeros cantos heroi• creia que no era él quien ejecutaba su trabajo, sino al

362 363
COMO EL HOMllRE LLEGO A SER GIGANTE

guien que actuaba a través de él. Los poetas hablaban


todavia de las Musas que los inspiraban y decían cómn
recibian de los dioses el "don de cantar", pero no renun-
ciaban a su particip:rci6n en la obra.

"Las Musas me inspiraron. No seré olvidada".

En este poema la poetisa griega, Safo, combina lo vie-


jo con lo nuevo. Aún creia que -eran las Musas quienes--1e
Esta obra se terminó de imprimir,
indicaban lo que habla de decir, y no que ella, por si
misma, encontraba las palabras. en los talleres de Impresora Publimex, S.A.,
Czda San Lorenzo núm. 279-32, Col. Estrella Iztapalapa,
Pero en este verso está expresado el orgullo del crea· · C.P. 19820, México D.F, ..
se tiraron 1000 ejemplares, mas sobrantes de reposzczon.
dor, el orgullo del poeta que sabe que su nombre no será Mayo de 2000
olvidado.

Asi se desarrolla el hombre. Y cuanto más alto sube,


tanto más extenso es el horizonte que lo rodea.

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