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ALTIPLANO – PUNO
CODIGO: 134243
SEMESTRE: X
PUNO – PERU
2018
BIOTECNOLOGIA DE LA AGRICULTURA
LA BIOTECNOLOGÍA VEGETAL.
La biotecnología vegetal es una extensión de la tradición de modificar las plantas, con una diferencia muy
importante: la biotecnología vegetal permite la transferencia de una mayor variedad de información
genética de una manera más precisa y controlada.
Al contrario de la manera tradicional de modificar las plantas que incluía el cruce incontrolado de cientos
o miles de genes, la biotecnología vegetal permite la transferencia selectiva de un gen o unos pocos genes
deseables. Con su mayor precisión, esta técnica permite que los mejoradores puedan desarrollar variedades
con caracteres específicos deseables y sin incorporar aquellos que no lo son.
Muchos de estos caracteres desarrollados en las nuevas variedades defienden a las plantas de insectos,
enfermedades y malas hierbas que pueden devastar el cultivo. Otros incorporan mejoras de calidad, tales
como frutas y legumbres más sabrosas; ventajas para su procesado (por ejemplo tomates con un contenido
mayor de sólidos); y aumento del valor nutritivo (semillas oleaginosas que producen aceites con un
contenido menor de grasas saturadas).
Estas mejoras en los cultivos pueden contribuir a producir una abundante y saludable oferta de alimentos y
proteger nuestro medio ambiente para las futuras generaciones.
En la base de las nuevas biotecnologías desarrolladas están las técnicas de aislamiento de células, tejidos y
órganos de plantas y el crecimiento de estos bajo condiciones controladas (in vitro). Existe un rango
considerable de técnicas disponibles que varían ampliamente en sofisticación y en el tiempo necesario para
producir resultados útiles.
El desarrollo más crucial para la biotecnología fue el descubrimiento de que una secuencia de DNA (gen)
insertado en una bacteria induce la producción de la proteína adecuada. Esto amplió las posibilidades de la
recombinación y la transferencia de genes, con implicaciones a largo plazo para la agricultura a través de
la manipulación genética de microorganismos, plantas y animales.
En el campo de la agricultura las aplicaciones de la biotecnología son innumerables. Algunas de las más
importantes son:
Resistencia a herbicidas.
Así con las variedades de soja, maíz, algodón o canola que las incorporan, el control de malas hierbas se
simplifica para el agricultor y mejoran la compatibilidad medioambiental de su actividad, sustituyendo
materias activas residuales. Otro aspecto muy importante de estas variedades es que suponen un incentivo
para que los agricultores adopten técnicas de agricultura de conservación, donde se sustituyen parcial o
totalmente las labores de preparación del suelo. Esta sustitución permite dejar sobre el suelo los rastrojos
del cultivo anterior, evitando la erosión, conservando mejor la humedad del suelo y disminuyendo las
emisiones de CO2 a la atmósfera. A largo plazo se consigue mejorar la estructura del suelo y aumentar la
fertilidad del mismo.
El ejemplo más destacado se ha observado en EEUU y Argentina, donde las autorizaciones de variedades
de soja, tolerantes a un herbicida no selectivo y de baja peligrosidad, han tenido una rápida aceptación (14
millones de has en 1999) que ha ido acompañada de un rápido crecimiento de la siembra directa y no
laboreo en este cultivo.
Resistencia a plagas y enfermedades.
Gracias a la biotecnología ha sido posible obtener cultivos que se autoprotegen en base a la síntesis de
proteínas u otras sustancias que tienen carácter insecticida. Este tipo de protección aporta una serie de
ventajas muy importantes para el agricultor, consumidores y medio ambiente:
Este tipo de resistencia se basa en la transferencia a plantas de genes codificadores de las proteínas Bt de la
bacteria Bacillus thuringiensis, presente en casi todos los suelos del mundo, que confieren resistencia a
insectos, en particular contra lepidópteros, coleópteros y dípteros. Hay que señalar que las proteínas Bt no
son tóxicas para los otros organismos. La actividad insecticida de esta bacteria se conoce desde hace más
de treinta años. La Bt es una exotoxina que produce la destrucción del tracto digestivo de casi todos los
insectos ensayados.
Este gen formador de una toxina bacteriana con una intensa actividad contra insectos se ha incorporado a
multitud de cultivos. Destacan variedades de algodón resistentes al gusano de la cápsula, variedades de
patata resistentes al escarabajo y de maíz resistentes al taladro.
Los genes Bt son sin duda los más importantes pero se han descubierto otros en otras especies, a veces con
efectos muy limitados (en judías silvestres a un gorgojo) y otras con un espectro más amplio de acción
como los encontrados en el caupí o en la judía contra el gorgojo común de la judía.
Los casos más avanzados de plantas resistentes a enfermedades son los de resistencias a virus en tabaco,
patata, tomate, pimiento, calabacín, soja, papaya, alfalfa y albaricoquero. Existen ensayos avanzados en
campo para el control del virus del enrollado de la hoja de la patata, mosaicos de la soja, etc.
El conocimiento del metabolismo de las plantas permite mejorar e introducir algunas características
diferentes. En tomate, por ejemplo, se ha logrado mejorar la textura y la consistencia impidiendo el proceso
de maduración, al incorporar un gen que inhibe la formación de pectinasa, enzima que se activa en el curso
del envejecimiento del fruto y que produce una degradación de la pared celular y la pérdida de la
consistencia del fruto.
En maíz se trabaja en aumentar el contenido en ácido oleico y en incrementar la producción del almidones
específicos. En tabaco y soja, se ha conseguido aumentar el contenido en metionina, aminoácido esencial,
mejorando así la calidad nutritiva de las especies. El gen transferido procede de una planta silvestre que es
abundante en el Amazonas (Bertollatia excelsia) y que posee un alto contenido en éste y otros aminoácidos.
Las bacterias Pseudomonas syringae y Erwinia herbicola, cuyos hábitat naturales son las plantas, son en
gran parte responsables de los daños de las heladas y el frío en muchos vegetales, al facilitar la producción
de cristales de hielo con una proteína que actúa como núcleo de cristalización. La separación del gen
implicado permite obtener colonias de estas bacterias que, una vez inoculadas en grandes cantidades en la
planta, le confieren una mayor resistencia a las bajas temperaturas.
En cualquier caso, la resistencia a condiciones adversas como frío, heladas, salinidad, etc., es muy difícil
de conseguir vía biotecnología, ya que la genética de la resistencia suele ser poligenética,interviniendo
múltiples factores.
en el siguiente video podemos ver un ejemplo de el aporte de la biotecnologia en la agricultura.
Muchas de las aplicaciones en biotecnología, como es el caso de la fermentación y el malteado, han sido
utilizadas desde hace muchos siglos.
Otras técnicas son mucho más recientes, pero también están probadas y consolidadas.
¿QUE ES LA BIOTECNOLOGÍA?
3. LA BIOTECNOLOGÍA VEGETAL.
La biotecnología vegetal es una extensión de la tradición de modificar las plantas, con una
diferencia muy importante: la biotecnología vegetal permite la transferencia de una mayor
variedad de información genética de una manera más precisa y controlada.
Al contrario de la manera tradicional de modificar las plantas que incluía el cruce incontrolado de
cientos o miles de genes, la biotecnología vegetal permite la transferencia selectiva de un gen o
unos pocos genes deseables. Con su mayor precisión, esta técnica permite que los mejoradores
puedan desarrollar variedades con caracteres específicos deseables y sin incorporar aquellos que
no lo son.
Muchos de estos caracteres desarrollados en las nuevas variedades defienden a las plantas de
insectos, enfermedades y malas hierbas que pueden devastar el cultivo. Otros incorporan mejoras
de calidad, tales como frutas y legumbres más sabrosas; ventajas para su procesado (por ejemplo
tomates con un contenido mayor de sólidos); y aumento del valor nutritivo (semillas oleaginosas
que producen aceites con un contenido menor de grasas saturadas).
Estas mejoras en los cultivos pueden contribuir a producir una abundante y saludable oferta de
alimentos y proteger nuestro medio ambiente para las futuras generaciones.
En la base de las nuevas biotecnologías desarrolladas están las técnicas de aislamiento de células,
tejidos y órganos de plantas y el crecimiento de estos bajo condiciones controladas (in vitro).
Existe un rango considerable de técnicas disponibles que varían ampliamente en sofisticación y
en el tiempo necesario para producir resultados útiles.
El desarrollo más crucial para la biotecnología fue el descubrimiento de que una secuencia de
DNA (gen) insertado en una bacteria induce la producción de la proteína adecuada. Esto amplió
las posibilidades de la recombinación y la transferencia de genes, con implicaciones a largo plazo
para la agricultura a través de la manipulación genética de microorganismos, plantas y animales.
Así con las variedades de soja, maíz, algodón o canola que las incorporan, el control de malas
hierbas se simplifica para el agricultor y mejoran la compatibilidad medioambiental de su
actividad, sustituyendo materias activas residuales. Otro aspecto muy importante de estas
variedades es que suponen un incentivo para que los agricultores adopten técnicas de agricultura
de conservación, donde se sustituyen parcial o totalmente las labores de preparación del suelo.
Esta sustitución permite dejar sobre el suelo los rastrojos del cultivo anterior, evitando la erosión,
conservando mejor la humedad del suelo y disminuyendo las emisiones de CO2 a la atmósfera.
A largo plazo se consigue mejorar la estructura del suelo y aumentar la fertilidad del mismo.
Este tipo de resistencia se basa en la transferencia a plantas de genes codificadores de las proteínas
Bt de la bacteria Bacillus thuringiensis, presente en casi todos los suelos del mundo, que confieren
resistencia a insectos, en particular contra lepidópteros, coleópteros y dípteros. Hay que señalar
que las proteínas Bt no son tóxicas para los otros organismos. La actividad insecticida de esta
bacteria se conoce desde hace más de treinta años. La Bt es una exotoxina que produce la
destrucción del tracto digestivo de casi todos los insectos ensayados.
Este gen formador de una toxina bacteriana con una intensa actividad contra insectos se ha
incorporado a multitud de cultivos. Destacan variedades de algodón resistentes al gusano de la
cápsula, variedades de patata resistentes al escarabajo y de maíz resistentes al taladro.
Los genes Bt son sin duda los más importantes pero se han descubierto otros en otras especies, a
veces con efectos muy limitados (en judías silvestres a un gorgojo) y otras con un espectro más
amplio de acción como los encontrados en el caupí o en la judía contra el gorgojo común de la
judía.
Los casos más avanzados de plantas resistentes a enfermedades son los de resistencias a virus en
tabaco, patata, tomate, pimiento, calabacín, soja, papaya, alfalfa y albaricoquero. Existen ensayos
avanzados en campo para el control del virus del enrollado de la hoja de la patata, mosaicos de la
soja, etc.
Las bacterias Pseudomonas syringae y Erwinia herbicola, cuyos hábitat naturales son las plantas,
son en gran parte responsables de los daños de las heladas y el frío en muchos vegetales, al facilitar
la producción de cristales de hielo con una proteína que actúa como núcleo de cristalización. La
separación del gen implicado permite obtener colonias de estas bacterias que, una vez inoculadas
en grandes cantidades en la planta, le confieren una mayor resistencia a las bajas temperaturas.
En cualquier caso, la resistencia a condiciones adversas como frío, heladas, salinidad, etc., es muy
difícil de conseguir vía biotecnología, ya que la genética de la resistencia suele ser poligenética,
interviniendo múltiples factores.
La novedad de estos avances y las posibilidades que abren han hecho que las administraciones de
todo el mundo articulen sus legislaciones bajo el criterio de precaución, que significa que cada
una de estas mejoras debe ser evaluada “caso por caso”, y como si se tratara de un nuevo
medicamento se autorice o rechace ante la más mínima duda sobre su seguridad. Así, las
variedades actualmente autorizadas lo han hecho de acuerdo con las pautas recomendadas por
comités de expertos como los de la FAO, Organización Mundial de la Salud y otras instituciones
de reconocido prestigio.
Podemos estar por tanto seguros de que hay una legislación estricta que vela para que ninguna de
estas aplicaciones llegue a la fase comercial con posibles daños medioambientales o sanitarios
que no compensen su utilidad, y la prueba fehaciente de que esto es así, es que tras cuatro años
de comercialización, y cuando se suman millones de has sembradas con estas variedades, no ha
habido ni un sólo incidente sanitario.
La biotecnología en la agricultura
Los gobiernos, respetando los aspectos éticos, deberían reconocer las posibilidades de
la biotecnología para incrementar el suministro de alimentos y aliviar el hambre
Se espera que la agricultura alimente
a una población humana en
aumento, cuyo número se prevé de 8
000 millones de habitantes para el
año 2020. Aunque el ritmo de
crecimiento demográfico está
disminuyendo progresivamente, el
incremento del número absoluto de
personas que hay que alimentar
puede ser tal que podría alcanzarse
pronto la capacidad de carga de las
tierras agrícolas con la tecnología
actual. Con una orientación
apropiada, las nuevas tecnologías,
como las biotecnologías, ofrecen una
manera responsable de aumentar la
productividad agropecuaria ahora y
en el futuro.
La FAO asegura que diversos problemas preocupan especialmente a los países en desarrollo que
tratan de participar más en la biotecnología y de esta manera mejorar el sector agropecuario.
Entre ellos:
Sustitución de las exportaciones. Algunos productos con un valor de exportación elevado para
algunos países en desarrollo podrían sustituirse por productos con propiedades análogas (por
ejemplo, el aceite con calidad de copra a partir de la colza) obtenidos mediante modificación
genética de otros cultivos , o por medio de técnicas in vitro. Tales productos podrían alterar la
posición competitiva de cultivos tradicionales, afectando a las pautas existentes del comercio y, en
consecuencia, a la seguridad alimentaria de muchos países en desarrollo que dependen de los
ingresos en divisas generados por la exportación de esos cultivos.
Aspectos éticos. La biotecnología no es sólo una cuestión científica, hay quien considera que la
biotecnología "interfiere con el trabajo de la naturaleza y la creación". A la hora de establecer
prioridades deben equilibrarse con claridad todas las preocupaciones, respetando los aspectos
éticos, pero poniendo de manifiesto las posibilidades del aumento del suministro de alimentos y el
alivio del hambre. Muchas de las cuestiones de orden ético se están discutiendo actualmente en el
ámbito de la legislación sobre los DPI, pero otras siguen sin solución. Visto que tales cuestiones
están relacionadas en gran parte con los antecedentes culturales y el nivel de percepción y de
sensibilización del público, las decisiones sobre la utilización de tecnologías concretas deben
respetar la realidad socioeconómica.
Ensayo
Número 12 de Diciembre de 1999
Autores: Gabrielle J. Persley
Banco Mundial, Washington DC
James N. Siedow
Departamento de Botánica, Universidad de Duke
Durham, Carolina del Norte.
Revisores: Michael Gasson, Instituto de Investigación de Alimentos
Norwich, Inglaterra, C. O. Qualset
Programa de Conservación de Recursos Genéticos, Universidad de California en Davis
Introducción
El objetivo de esta monografía es el de resumir los recientes progresos científicos en que se basa la moderna
biotecnología, y analizar los potenciales riesgos y beneficios de su aplicación a los cultivos. Este estudio
introductorio está destinado a un público general, no especializado en el área, pero interesado en el actual debate
sobre el futuro de los cultivos genéticamente modificados. El debate es especialmente oportuno por la próxima
reunión sobre comercio internacional que tendrá lugar en Seattle, en Diciembre de l999, y en la cual las transacciones
en organismos genéticamente modificados (GMO´s por sus siglas en inglés) serán un tema importante. Este
documento se refiere exclusivamente a cultivos genéticamente modificados. CAST desea publicar una serie de
estudios sobre problemas más detallados y en un contexto más amplio, el de la modificación genética más allá de los
cultivos.
Terminología
Biotecnología se refiere en general a la aplicación de una amplia gama de técnicas científicas para la modificación y
mejora de plantas, animales y micro-organismos de importancia económica. Biotecnología agrícola es la parte de la
biotecnología relacionada con las aplicaciones agrícolas. Tomando el término en su mayor amplitud, la biotecnología
tradicional ha sido utilizada por miles de años, desde que comenzó la agricultura, para mejorar plantas, animales y
micro-organismos.
La aplicación de la biotecnología a especies agrícolas importantes ha incluido tradicionalmente el uso de
la fertilización selectiva para producir un intercambio de material genético entre dos plantas, para producir
descendencia con características deseables, tales como mayor rendimiento, resistencia a las enfermedades y mejor
calidad. El intercambio tradicional exige que las dos plantas cruzadas sean de la misma especie, o de especies muy
próximas. El cruzamiento de plantas ha producido especies superiores con mucha mayor rapidez de la que hubiera
tenido efecto al azar. Sin embargo, como el intercambio de genes tradicional se limita a especies iguales o muy
semejantes, toma demasiado tiempo. Además, frecuentemente las características deseadas no existen en ninguna
especie relacionada. La biotecnología moderna, en cambio, aumenta grandemente la precisión del intercambio,
reduce el tiempo necesario, y multiplica las fuentes potenciales de donde se pueden extraer características deseables.
Métodos
En la década de los setentas, una serie de progresos complementarios en el campo de la biología molecular
proporcionó a los científicos la capacidad de transferir ADN entre organismos relacionados distantes. Hoy día,
esta tecnología recombinatoria del ADN ha alcanzado una etapa en que los científicos pueden tomar ADN que
contenga genes específicos de casi cualquier organismo, incluyendo plantas, animales, bacterias o virus, e
introducirlo en un cultivo específico. La aplicación de esta tecnología frecuentemente se denomina ingeniería
genética. Un organismo que ha sido modificado, o transformado, utilizando las modernas técnicas de intercambio
genético es llamado comúnmente un organismo genéticamente modificado.
Sin embargo, la descendencia de un cruce tradicional también sería "genéticamente modificada", en relación con el
genotipo de las plantas originales. Las plantas genéticamente modificadas utilizando la tecnología recombinatoria de
ADN, para introducir genes de la misma, o diferentes especies, también son llamadas plantas transgénicas y el gene
transferido, transgene. No todos los GMO´s involucran el uso de diferentes especies, pues la tecnología también
puede servir para transmitir genes entre diferentes variedades de la misma especie o para modificar la manifestación
de genes de la misma planta, por ejemplo para aumentar la resistencia a enfermedades.
La aplicación de la tecnología recombinatoria de ADN para facilitar el intercambio de genes tiene varias ventajas
sobre los métodos tradicionales. El intercambio es mucho más preciso, porque se transfiere un solo gene, o máximo
unos pocos genes, que han sido identificados como poseedores de características útiles. Se evita así la transmisión de
otras características secundarias no deseadas, que deben eliminarse en generaciones siguientes, como sucede con el
cruce tradicional. La aplicación de la tecnología recombinatoria también permite el desarrollo más rápido de
variedades con características deseables. Además, se conoce cuál es el gene transferido, lo que no sucede con
métodos tradicionales, en los que puede desconocerse totalmente la base fundamental del cambio logrado. Por último,
la posibilidad de transferir genes de cualquier planta u organismo a una plana escogida, significa que la gama total de
capacidades disponibles entre todos los organismos biológicos puede ser transferido o usado en cualquier otro
organismo. Esto aumenta notoriamente la gama de características deseables que pueden ser aplicadas al desarrollo de
nuevas variedades. Como ejemplo hipotético, si los genes que permiten a ciertas bacterias tolerar niveles altos de
salinidad pudieran transferirse a papas, trigo o arroz, se podría cultivarlos en tierras salinas. Ya que la superficie de
tales tierras se calcula es el equivalente de 20% a 25% de la tierra actualmente cultivada, ésta sería una contribución
significativa a la provisión mundial de alimentos.
(Recuadro)
Se llama biotecnología a cualquier técnica que utilice organismos vivos o parte de ellos, para conseguir, o modificar
un producto, o para mejorar plantas, animales o micro-organismos, para usos específicos. Todas las características de
un determinado organismo están codificadas en su material genético, que consiste de las moléculas de ácido
desoxirribonucleico (ADN) que existen en cada célula del organismo. Los organismos superiores contienen una serie
específica de moléculas lineares de ADN llamadas cromosomas y el total de cromosomas en un organismo es
su genoma. La mayoría de organismos tienen dos juegos de genomas, uno de cada padre. Cada genoma se divide en
una serie de unidades funcionales, llamadas genes, y hay de 20 a 25 mil genes en plantas tales como el maíz o la
soya. El conjunto de características de cada organismo (fenotipo) depende de los genes presentes en su genoma
(genotipo). La aparición de una característica específica también depende de muchos otros factores, incluyendo si los
genes respectivos están en función (manifiestos) o no, las células específicas dentro de las cuales se manifiestan los
genes, y cómo interactúan éstos, y sus manifestaciones y productos, con los factores ambientales.
Genómica: la caracterización molecular de todos los genes y productos de gene de una especie.
Bioinformática: el conjunto de datos obtenidos del análisis genómico, en forma accesible y útil.
Transformación: la introducción de genes individuales que pueden producir características útiles en plantas,
ganado, peces y árboles.
Producción molecular: la identificación y evaluación de características útiles mediante la selección
ayudada por marcadores de plantas, árboles, animales y peces.
Diagnóstico : la identificación más precisa y rápida de patógenos, mediante el uso de nuevas técnicas de
diagnóstico, basadas en la caracterización molecular de los patógenos.
Tecnología de vacunas: basada en el uso de la moderna inmunología, para desarrollar vacunas basadas en
el ADN recombinatorio, logrando un mejor control de enfermedades fatales.
En la actualidad existen dos métodos principales para introducir ADN transgénico en los genomas vegetales, de una
manera funcional. Para las plantas dicotiledóneas (de hojas anchas, como la soya, el tomate y el algodón) se efectúa
la transformación mediante la bacteria Agrobacterium Tumefaciens. Dicha bacteria infecta, de forma natural, una
gran variedad de plantas introduciendo directamente su ADN en el ADN de las mismas. Se puede introducir
cualquier gene en una planta, sacando las características indeseables asociadas con la infección por Agrobacterium e
introduciendo las características deseadas en el ADN de dicha bacteria. Se puede luego identificar y cultivar las
células que contienen el nuevo gene, utilizando la tecnología de cultivo de células vegetales, obteniendo así plantas
completas con el nuevo transgene incorporado en su ADN. Las plantas monocotiledóneas (por ejemplo maíz, trigo,
arroz) no se dejan fácilmente infectar con el Agrobacterium, de manera que lo que se hace es cubrir con el ADN
pequeñas esferas de tungsteno, y se dispara éstas a las células de la planta. Parte del ADN se desprende de las esferas
y se incorpora al ADN de la planta. Como en el caso anterior, se identifican las células afectadas y se las cultiva para
que se transformen en plantas completas con el nuevo ADN.
La posibilidad de incorporar fácilmente el material genético de casi cualquier organismo en diferentes plantas útiles
ha llegado a una etapa de aprovechamiento comercial. Más o menos el 50% del maíz, la soya y el algodón cultivados
en los EE.UU. han sido modificados mediante técnicas recombinatorias. La limitación más importante ha sido la falta
de suficiente conocimiento sobre cuáles genes controlan las características agrícolas importantes, y cómo lo hacen.
El estudio de los genes tiene que ver con el campo rápidamente creciente de la genómica, la misma que se refiere a la
determinación de la secuencia de ADN, y a la identificación de la localización y funciones de todos los genes de un
organismo. Parece ser que muchas características se conservan a través de las especies, o sea que el mismo gene
produce el mismo rasgo en diferentes especies. Así, por ejemplo, un gene que otorgue tolerancia a la sal en una
bacteria, puede conferir la misma tolerancia al ser transferida al arroz o el trigo. El conocimiento de la secuencia de
genomas enteros, de organismos tan diversos como las bacterias, los hongos, las plantas y los animales nos está
llevando a la identificación del conjunto total de genes encontrados en muchos organismos diferentes. Esto aumenta
dramáticamente la velocidad con la que se llega a comprender las funciones de los diferentes genes. Desde el punto
de vista de la biotecnología agrícola, los progresos en la genómica llevará a un rápido aumento en el número de
características útiles disponibles para mejorar las plantas en el futuro.
Se utilizan los progresos de la biotecnología agrícola para incrementar la productividad de los cultivos, especialmente
mediante la reducción de los costos de producción logrados disminuyendo la necesidad de plaguicidas, sobre todo en
las zonas templadas. La aplicación de la biotecnología puede mejorar la calidad de vida, creando cepas de mayor
rendimiento, o que pueden crecer en ambientes diversos, lograr una rotación mejor para conservar los recursos
naturales o plantas más nutritivas, que se conservan mejor cuando están almacenadas o están siendo transportadas. Se
consigue así un abastecimiento continuo de alimentos a bajo costo.
Después de dos décadas de investigaciones intensivas y costosas, el cultivo comercial de variedades transgénicas de
plantas ha tenido lugar en los últimos tres años. Se calcula que, para 1999, se cultivaron aproximadamente 40
millones de hectáreas con variedades transgénicas de más de veinte especies vegetales. Las más importantes, desde
un punto de vista comercial, son el algodón, el maíz, la soya y la colza (Servicio Internacional de Adquisición de
Biotecnología Agrícola - ISAAA- 1999). Los países en que se efectuaron los cultivos incluyen algunos de los más
importantes productores agrícolas del mundo: Argentina, Australia, Canadá, China, Francia, México, África del Sur,
España y los EE.UU. El l5%, aproximadamente, de la superficie cultivada pertenecía a economías emergentes. El
valor, en el mercado mundial, de los cultivos transgénicos creció de US $ 75 millones en 1995, a US $ 1640 millones
en 1998.
Las características más frecuentes de las nuevas variedades son la resistencia a insectos (algodón, maíz), resistencia a
los herbicidas (soya) y maduración lenta de la fruta (tomate). Las ventajas obtenidas con estos cultivos transgénicos
iniciales son: mejor control de insectos y malezas, mayor productividad, y un manejo más flexible de los cultivos.
Los beneficiarios son principalmente los granjeros y empresas agrícolas, pero también se benefician los
consumidores, con la producción más barata de alimentos. Los beneficios más generales a favor del ambiente y la
sociedad, se reflejan en una agricultura más sostenible y mayor seguridad en los alimentos, gracias al uso reducido de
pesticidas. Las combinaciones que se están probando en economías emergentes incluyen variedades resistentes a los
virus de melones, papayas, papas, zambo, tomate y pimientos; arroz, soya y tomates resistentes a los insectos; papas
resistentes a las enfermedades, y ajíes de maduración lenta. También se está trabajando para utilizar plantas como el
maíz, la papa y el plátano como mini-fábricas para producir vacunas y plásticos biodegradables.
Los posteriores avances de la biotecnología tendrán, probablemente, como resultado, cultivos con una amplia gama
de características, de entre las cuales serán de especial interés para los consumidores las relacionadas con una calidad
nutritiva superior. Estos cultivos podrían ofrecer beneficios nutricionales a millones de personas que sufren de
malnutrición y desórdenes deficitarios. Se han identificado genes que pueden mejorar la composición de los aceites,
las proteínas, los carbohidratos y los almidones de granos y tubérculos. Experimentalmente, se ha incorporado al
arroz un gene que produce beta caroteno y vitamina A. Este gene mejoraría la dieta de 180 millones de niños que
sufren deficiencia de vitamina A, causante de dos millones de muertes anuales. De modo similar, la introducción de
genes que tripliquen la cantidad de hierro del arroz es un remedio posible para la deficiencia de hierro que afecta a
más de dos mil millones de personas y ocasiona anemia en la mitad.
Los progresos en tecnología genética pueden ayudar a resolver problemas médicos, agrícolas y ambientales de los
países pobres. Hasta aquí, los mayores esfuerzos privados han sido dirigidos a la introducción de características útiles
para los productores de países industrializados, porque en ellos las compañías pueden recuperar sus inversiones. Se
necesitan nuevas modalidades que movilicen recursos públicos y privados para que no se deje atrás a la gente pobre
en la revolución genética.
Un informe reciente del Consejo Nuffield de Bioética del Reino Unido (1999) concluía diciendo que hay un fuerte
imperativo moral de hacer posible que las economías emergentes evalúen el uso de nuevas biotecnologías, como
medios para combatir el hambre y la pobreza. La alianza creativa de países en desarrollo, centros internacionales de
investigación agrícola y sector privado podría proveer nuevos medios para compartir y evaluar estas nuevas
tecnologías. Algunas economías emergentes están realizando inversiones importantes, tanto humanas como
financieras, con el fin de utilizar los progresos científicos para mejorar la provisión de alimentos y reducir la pobreza.
Estos progresos fueron analizados detalladamente en una Conferencia en Wáshington, DC en Octubre de l999. La
reunión fue co-auspiciada por el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por las siglas
en inglés) y la Academia Nacional de Ciencias, de los EE.UU (CGIAR, l999).
Al evaluar los beneficios y riesgos de la biotecnología moderna, hay varios puntos que dilucidar, antes de tomar
decisiones sobre el uso de dicha tecnología en problemas relativos a la alimentación, la agricultura y el manejo de
recursos naturales. Entre esos puntos, se incluyen la evaluación y manejo de riesgos, dentro de un sistema efectivo de
regulación. También hay que tomar en cuenta el papel de la propiedad intelectual para recompensar la innovación y
permitir el acceso a la tecnología desarrollada por otras personas. En cuanto a los riesgos ambientales, hay seis
problemas de seguridad que la OECD(Organización para la Cooperación y el Desarrollo) cree que se deben
considerar: transferencia de genes, malezas, efectos de las características, variabilidad genética y fenotípica,
manifestaciones del material genético tomado de patógenos, y seguridad del personal encargado del trabajo (Cook,
l999)
Al juzgar los riesgos y beneficios, es importante distinguir entre riesgos inherentes a la biotecnología y riesgos que
trascienden la biotecnología. Los primeros incluyen aquellos que tienen que ver con la seguridad en la alimentación
y con la conducta del producto en relación con el medio ambiente. En el segundo grupo, los riesgos se derivan del
contexto social y político en el cual se utiliza la tecnología, y cómo su uso puede beneficiar o perjudicar los intereses
de diferentes grupos sociales.
En cuanto a los riesgos inherentes a la tecnología, los principios y prácticas de evaluación, caso por caso, están bien
establecidos por los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OECD), así como
algunas economías emergentes. Estos principios y prácticas están resumidos en una serie de informes de la OECD
publicados en los últimos diez años o más. Las guías nacionales, regionales e internacionales, para la evaluación y
manejo de riesgos, proporcionan una base para los sistemas de regulaciones nacionales. Las guías de bioseguridad
están disponibles de varias organizaciones internacionales incluyendo la OECD, el Programa Ambiental de las
Naciones Unidas, La Organización para el Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas y el Banco Mundial.
Las tendencias regulatorias para manejar el uso seguro de la biotecnología hasta ahora han incluido la identificación
de peligros y evaluación de riesgos, basados en la ciencia, y analizando caso por caso, para emitir regulaciones del
producto final en vez de centrarse en el proceso de producción en sí, el desarrollo de un marco regulatorio que se
apoya en instituciones existentes en vez de crear nuevas, y la incorporación de la flexibilidad para reducir la
regulación de productos luego de que se haya demostrado que son de bajo riesgo.
Las evaluaciones de riesgos de bioseguridad llevadas a cabo antes de miles de simulacros experimentales y de campo
en los Estados Unidos se centraron en las características de los organismos que se evaluaban, incluyendo sus
tendencias nuevas, el uso a darse, y las características del ambiente receptor. El concepto de equivalencia sustancia
entre los productos nuevos y los tradicionales se ha usado como base para determinar cuáles pruebas de seguridad son
requeridas antes de comercializar los productos derivados de la ingeniería genética, y si se requieren etiquetas
especiales. Si éstas son necesarias, se deberá saber qué información será útil para los consumidores. La
familiarización ha surgido como un principio clave de bioseguridad en algunos países. A pesar de que ésta no es
equivalente a la seguridad, ha servido como base para la aplicación de prácticas de manejo existentes a nuevos
productos. Es la premisa al evaluar caso por caso y paso por paso los riesgos y manjar nuevos productos. Este
enfoque ha sido recomendado por el OECD y es la base del sistema de regulaciones de los Estados Unidos (Juma y
Gupta, 1999).
Recientemente se ha introducido medidas en algunos países, especialmente en Europa y más recientemente en Japón,
en parte como respuesta a las reacciones negativas del público al uso creciente de cultivos modificados
genéticamente, sobre la colocación de etiquetas en algunos o todos los productos basados en la biotecnología, con el
objetivo de presentar más opciones a los consumidores. También algunas autoridades de organismos regulatorios
piensan que debe haber un enfoque más cuidadoso con las regulaciones relacionadas de GMOs. Este enfoque se basa
en la propuesta de que tal vez no se conozca lo suficiente sobre los efectos adversos a largo plazo de los GMOs y por
eso requiere evidencia previa de la seguridad de los productos basados en la biotecnología en relación a la salud
humana y el ambiente. El debate actual de las etiquetas incluye aspectos como si deben ser obligatorias u opcionales
las etiquetas, qué información deberá constar para informar al consumidor sobre las diferentes opciones, y si es
posible colocar etiquetas en productos de venta al por mayor que podrán contener una combinación de cultivos GMO
y no GMO.
Durante las negociaciones para establecer la Convención de Diversidad Biológica a principios de los noventas, existía
la preocupación de parte de algunos gobiernos de que los GMOs podrían considerarse un riesgo a la diversidad
biológica. Por consiguiente, se han llevado a cabo negociaciones entre gobiernos durante los últimos años para
negociar un protocolo que deberá cumplirse legalmente de bioseguridad bajo la Convención de Diversidad Biológica
(CBD). La parte central del protocolo, en etapa de borrador, es el procedimiento del acuerdo de informe adelantado
(AIA) que se seguirá antes de transferir entre fronteras los GMOs (llamados organismos modificados vivos o LMOs
en el protocolo). Los LMOs que estén en contacto con el ambiente del país importador estarán cubiertos por el AIA,
para evaluarlos para verificar si existe algún impacto potencial adverso en la biodiversidad. Se discute, sin embargo,
cuáles LMOs deberán ser regulados por el protocolo y con qué propósito. ¿Se trata de proveer supervisión
internacional de tendencias específicas de los LMOs que pueden afectar adversamente la salud humana y el ambiente
o impactar en la biodiversidad, o está el procedimiento del AIA enfocado en la supervisión de los procesos de
tecnología genética mediante los cuales se producen los LMOs?
Un punto clave de desacuerdo se centra en si los LMOs, que se usarán como alimentos para seres humanos y
animales o serán procesados, y no como semillas en el país importador, deberán estar cubiertos por el procedimiento
AIA. Estos LMOs conocidos como "bienes", incluirían los cultivos modificados genéticamente tales como la soya y
el maíz, que forman parte de un componente creciente del comercio de bienes agrícolas internacional de estos
cultivos. Un grupo de los principales países exportadores de productos agrícolas (el grupo Cairns) argumenta que los
bienes agrícolas deberán ser excluidos del procedimiento de AIA, debido a que no se los va a soltar en el ambiente,
por lo cual no constituyen riesgos a la biodiversidad. Esto guarda consistencia con el comercio actual de bienes, bajo
los acuerdos internacionales existentes, en donde semillas contaminadas con enfermedades de plantas pueden ser
comercializadas internacionalmente para ser consumidas, pero no como semillas. El grupo Cairns también dijo que el
proveer información detallada sobre LMOs en envíos de bienes agrícolas al por mayor no es factible, debido a la
mezcla de semillas modificadas genéticamente con aquellas que no lo son, y por no existir un enlace directo de
negocios entre los agricultores de semillas y sus exportadores. Otros países solicitan que la primera vez que se
transfiera LMOs, incluyendo bienes, deberán estar cubiertos por AIA, como la única manera de monitorear el ingreso
de LMOs a un país. Algunos también piensan que el protocolo deberá permitir tomar en cuenta impactos en la salud
al igual que en el ambiente. Estos países señalan que no se puede garantizar que aunque el uso intencionado del LMO
sea es para ser procesado (en vez de semilla), dicho bien no se use de otra manera, una vez que haya ingresado por la
frontera del país.
Otra discusión clave en de las negociaciones de protocolo de bioseguridad es si las decisiones del AIA deberán
basarse en ciencia o en cautela. Aquellos que solicitan que las base de las decisiones sea la ciencia, indican que
depender de un enfoque que toma precauciones excesivas podría crear como resultado barreras discriminatorias o no
justificables al comercio internacional de los LMOs. Aquellos que tienen el punto de vista contrario, que están a favor
de enfoques de cautela adicional, indican que en el corto plazo, no se contará con evidencia no ambigua y científica
del daño posible provocado por los LMOs. Dicen, por consiguiente, que existe la necesidad de tomar precauciones
por la falta de certeza científica para garantizar la seguridad de los productos modificados genéticamente en relación
a la salud y al medio ambiente. Los países tampoco están de acuerdo sobre los efectos socio-económicos de los
LMOs, las responsabilidades y compensaciones, y los productos farmacéuticos que deberán incluirse en el protocolo,
a pesar de que estos temas están fuera del alcance del protocolo, según se estableció por la Conferencia de las Partes
al CBD en 1994 (diciembre 2 a 5).
El último tema central es cómo se deberán relacionar las obligaciones de un país bajo el CBD y cualquier protocolo
de bioseguridad acordado con los derechos y obligaciones bajo los acuerdos de la Organización Mundial del
Comercio. La próxima ronda de negociaciones sobre el Protocolo de Bioseguridad tendrá lugar en Montreal en enero
de 2.000.
Los efectos en la salud de los alimentos cultivados de variedades de cultivos modificados genéticamente (también
conocidos como alimentos GM) dependen del contenido específico del alimento en sí y puede potencialmente ser
beneficioso u ocasionalmente dañino para la salud humana. Por ejemplo, un alimento GM con un alto contenido de
hierro digerible puede tener un efecto positivo en la salud si es consumido por una persona con deficiencia de hierro.
En cambio, la transferencia de genes de una especie a otra también puede conllevar la transferencia de riesgos de
alergias. Estos riesgos deberán ser evaluados e identificados antes de que se comercialice. Algunas personas alérgicas
a ciertas nueces, por ejemplo, necesitarán saber si los genes de cierta característica se transfieren a otros alimentos
tales como la soya. Se requerirán etiquetas si tales cultivos se llegaran a comercializar. También hay preocupaciones
sobre los riesgos potenciales a la salud del uso de señales de resistencia antibiótica de alimentos GM, a pesar de que
no existe ninguna evidencia que lo pruebe.
Se podrán requerir etiquetas en algunos países para identificar el contenido nuevo que resulte de la modificación
genética por razones culturales o religiosas o simplemente por el hecho de que los consumidores querrán saber cuál
es el contenido del alimento y cómo fue producido para tomar decisiones basadas en conocimientos, sin que
dependan de los riesgos de salud.
Riesgos Ambientales
Dentro de los riesgos ecológicos potenciales identificados consta el incremento de la maleza, debido a la polinización
cruzada en donde el polen de los cultivos GM se difunde a cultivos no GM en campos cercanos. Esto puede hacer que
se dispersen ciertas características como resistencia a los herbicidas de plantas GM a aquellas que no son GM, con el
potencial posterior de convertirse en maleza. Este riesgo ecológico puede evaluarse cuando se decida otorgar al GMO
una característica específica, si se lo suelta en un ambiente particular, y si es así, bajo cuáles condiciones. Cuando se
han aprobado tales liberaciones, el monitoreo del comportamiento de los GMOs luego de que hayan sido soltados, es
un campo fructífero de investigación futura como parte de la ecología de cultivos.
Otros riesgos ecológicos potenciales surgen del gran uso de maíz y algodón modificados genéticamente con genes de
insecticidas del Bacillus thuringienisis (el gene Bt). Esto puede hacer que se desarrolle una resistencia al Bt en
poblaciones de insectos expuestas a cultivos GM. Se está intentando manejar este riesgo en plantas iniciales de
cultivos GM mediante la plantación de secciones "de refugio" en campos de algodón de Bt con variedades de insectos
susceptibles para reducir la oportunidad de que los insectos evolucionen hasta lograr la resistencia a las plantas que
tengan el gene Bt (Gould, 1999). También puede haber riesgo para especies que no son el objetivo, como pájaros y
mariposas, por plantas con el gene Bt. El monitoreo de estos efectos de nuevos cultivos transgénicos en el ambiente y
el crear enfoques efectivos de manejo de riesgos son componentes esenciales para investigaciones posteriores de
manejo de riesgos.
Los riesgos que van más allá de la tecnología incluyen preocupaciones sociales y éticas de que la biotecnología
moderna puede aumentar la brecha de prosperidad entre ricos y pobres, tanto internacionalmente como en sociedades
individuales y que puede contribuir a la pérdida de biodiversidad. También hay ansiedades éticas sobre las
dimensiones morales de patentar organismos vivientes y el movimiento entre especies de genes. Estos riesgos están
relacionados con el uso de la tecnología, no la tecnología en sí. El manejo de estos riesgos requiere políticas y
prácticas que brinden a los consumidores opciones mientras promuevan desarrollo sustentable ambiental por medio
del uso sensato de nuevos adelantos de la ciencia y la tecnología.
La reducción de la biodiversidad es un riesgo que va más allá de la tecnología. Si se produce por la destrucción de
bosques tropicales, por tomar más tierra para la agricultura, por la pesca excesiva, y otras prácticas para alimentar a la
creciente población mundial es más importante que cualquier pérdida potencial de biodiversidad debida a la adopción
de variedades de cultivos GM. Este no es un tema relacionado solamente con cultivos transgénicos. En el pasado, los
agricultores ya habían adoptado variedades nuevas desarrolladas comercialmente y continuarán haciéndolo cuando se
den cuenta que será ventajoso para ellos. A veces, las variedades introducidas podrán mejorar la diversidad biológica,
como sucedió con el trigo en Turquía y el maíz en México en donde nuevas especies están evolucionando por la
introgresión de genes de variedades mejoradas de landraces tradicionales.
Para desacelerar la pérdida continua de biodiversidad, las principales tareas son la conservación de bosques
tropicales, de manglares y otros pantanos, de ríos, lagos y corales. El hecho de que los agricultores reemplacen las
variedades tradicionales con variedades superiores no significa necesariamente que se pierda la biodiversidad.
Cuando exista presión por sustituir una variedad, ésta se puede conservar por medio de estrategias "in vitro" o "in
vivo". El apoyo mejorado de gobiernos e internacional es necesario para limitar la pérdida de biodiversidad. Los
recursos que son útiles en verdad o potencialmente no pueden perderse por el hecho de que no sepamos o no
apreciemos su utilidad en este momento (Leisinger, 1999).
Sistemas Regulatorios
Los riesgos y oportunidades asociados con los alimentos GM pueden integrarse a las regulaciones generales de
seguridad alimenticia de un país. Los procesos regulatorios están siendo revisados continuamente y son temas de
discusión a nivel local e internacional mientras más productos de la biotecnología están por salir al mercado. Un
sistema de regulaciones, basado en la ciencia, eficiente y que cuente con la confianza del público y de las
comunidades de agricultores y negociantes, es primordial para permitir el uso efectivo de la biotecnología. Este
sistema deberá estar asociado estrechamente con arreglos regulatorios existentes para nuevos productos
farmacéuticos, alimenticios, agrícolas y veterinarios. Los sistemas de regulaciones nacionales se complementan con
guías técnicas internacionales. La seguridad alimenticia nacional y las regulaciones de bioseguridad deberán reflejar
los acuerdos internacionales, los niveles de riesgo aceptable de la sociedad, los riesgos asociados con la no
introducción de biotecnología moderna, al igual que los medios alternativos para lograr los objetivos deseados.
Los derechos de propiedad intelectuales relacionados con el comercio (TRIPS, según sus siglas en inglés) también
serán un tema de discusión relacionado con la biotecnología y los alimentos en la ronda próxima en Seattle de
negociaciones de la WTO. Existe una necesidad de que haya un sistema justo para el manejo de propiedad intelectual
que proteja los intereses de los inversionistas a la vez que promueva el uso seguro de nuevas biotecnologías. Todos
los países que firmen los acuerdos del WTO han acordado establecer un sistema de protección de derechos de
propiedad intelectual, incluyendo la protección de nuevas variedades de plantas, a pesar de que muchos todavía no lo
han hecho. Estos nuevos sistemas de propiedad intelectual deberán incluir maneras de compensar no solo a los
inventores de nuevas tecnologías sino también a los agricultores que se han dedicado a mejorar, de manera
tradicional, las variedades de plantas, durante muchos siglos. Además se deberán crear sistemas apropiados de
protección de propiedad intelectual que aliente y entregue premios a la innovación en todo nivel y para todos los
países, no solamente aquellos que cuentan con tecnología sofisticada.
"La nueva biotecnología puede ser maravillosa si se maneja adecuadamente. Pero rara vez se maneja
correctamente y obviamente debemos ser conscientes de los posibles riesgos", dijo Per Pinstrup-
Andersen, director general del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias.
Los científicos y las organizaciones no gubernamentales afirman que estos riesgos van desde posibles
efectos en la salud humana hasta consecuencias ambientales como la diseminación de genes a través de
la polinización cruzada de otras plantas.
Las compañías de semillas, entre ellas Monsanto, Novartis y Pioneer Hi-Bred International, afirmaron que
la alteración de los cultivos para que contengan la toxina que mata las plagas disminuye la necesidad de
pesticidas químicos, y de ese modo se beneficia el ambiente.
Los cultivos alterados genéticamente aumentarán la producción agrícola a tiempo para alimentar a la
creciente población mundial, agregaron.
"Preocuparse por las futuras generaciones que padecerán hambre no las alimentará. La biotecnología
alimentaria sí", reza una campaña publicitaria de Monsanto.
Estados Unidos y cinco grandes países exportadores agrícolas, Argentina, Australia, Canadá, Chile y
Uruguay, también pregonan las ventajas de la nueva tecnología y rechazan la propuesta de un tratado
que regule el comercio de los productos modificados genéticamente.
"Las variedades de semillas mejoradas genéticamente disminuyen la incidencia de las plagas, aumentan
las cosechas y reducen la necesidad de utilizar pesticidas", según una carta enviada al presidente Bill
Clinton por senadores estadounidenses que representan estados agrícolas.
Gordon Conway, presidente de la Fundación Rockefeller, que financia investigaciones agrícolas, dijo que
la biotecnología no es la panacea para el hambre en el mundo, pero sí ofrece algunas ventajas que vale
la pena estudiar.
"La ventaja de la biotecnología es que podemos comenzar a seleccionar de manera muy precisa las
clases de cultivos que queremos. Cultivar demasiado de manera natural es hacerlo al azar", dijo Conway,
experto en agricultura en Africa y Asia.
La ciencia está muy cerca de lograr una variedad de arroz con vitamina A.
"En los países en desarrollo hay 120 millones de niños con deficiencia de vitamina A. Muchos de ellos
mueren por esa causa", dijo.
Conway reconoce que el arroz deberá ser probado para descartar posibles riesgos de salud y
ambientales, pero "las potenciales ventajas de la vitamina A en un grano de arroz son seguramente
mucho mayores que los posibles riesgos", aseguró.
Sin embargo, los posibles efectos negativos imprevistos no pueden ignorarse, según los grupos
ambientalistas y muchos científicos. Los centros de investigación continúan elaborando informes sobre los
potenciales riesgos de salud y ambientales de los organismos modificados genéticamente.
Según un estudio publicado el jueves en la revista Nature, el polen de las plantas de maíz alterado
genéticamente es tóxico para las mariposas monarca. El maíz fue modificado por Monsanto para que
contenga una toxina de la bacteria bacillus thuringiensis, comúnmente conocida como "Bt".
En 1998, casi 20 por ciento del maíz estadounidense plantado era del tipo Bt, como forma de controlar a
los insectos. Se estima que el uso de la semilla aumentará este año.
El estudio de Nature descubrió que murieron casi la mitad de las orugas monarca alimentadas con hojas
de plantas espolvoreadas con polen del maíz Bt.
Las sobrevivientes tenían casi la mitad del tamaño que las que fueron alimentadas con hojas de plantas
espolvoreadas con polen de maíz no modificado.
"Durante mucho tiempo la ingeniería genética fue presentada al público como una alternativa segura al
rociado tradicional de pesticidas, pero los cultivos modificados en realidad se utilizan como un nuevo
método para diseminar pesticidas químicos", dijo Rebecca Goldburg, científica del Fondo de Defensa
Ambiental.
"Las monarcas que se alimentan con hojas cubiertas de polen cerca de campos de maíz Bt también
podrían estár comiendo hojas rociadas con pesticidas. De un modo u otro el resultado son mariposas
muertas", agregó.
Goldburg exhortó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, que regula los
pesticidas, a limitar las extensiones de tierras agrícolas plantadas con maíz Bt hasta que se desarrolle un
plan para proteger a las mariposas.
Este año, más de 650 organizaciones, incluso Greenpeace y la Federación Internacional de Movimientos
de Agricultura Orgánica, presentaron una demanda contra la aprobación de los cultivos Bt por la EPA.
La toxina Bt fue utilizada en forma de pulverizador durante años por los agricultores orgánicos que no
utilizan pesticidas industriales.
Los ambientalistas advirtieron que con los cultivos alterados para contener Bt los insectos son
constantemente bombardeados con el químico y que en algunos años las plagas se volverán resistentes
al pesticida.
"Cuando ocurra esa resistencia los agricultores que utilizan cultivos Bt volverán a utilizar insecticidas
sintéticos y los agricultores orgánicos y convencionales perderán un pesticida biológico seguro e
irremplazable", dijo Jane Rissler, científica de la Unión de Científicos Preocupados.
Los grupos también advirtieron que EPA no estudió adecuadamente si la toxina Bt podría ser llevada a
otras plantas a través de la polinización cruzada. Se registraron informes de tal polinización cruzada en
Alemania, Canadá y Estados Unidos.
Monsanto afirmó que los riesgos asociados con la resistencia de las plagas pueden minimizarse
plantando maíz u otros cultivos que no hayan sido genéticamente alterados en las cercanías de los
cultivos que sí lo fueron.
Sin embargo, Andersen, del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias, dijo que
ninguna compañía aplica ese sistema.
"La tecnología no se aplica bien actualmente", dijo.
VENTAJAS
Rendimiento superior. Mediante los ogm el rendimiento de los cultivos aumenta, dando alimento más por
menos recursos, disminuyendo las cosechas perdidas por enfermedad o plaga asi como. porciones
factores ambientales.
reducción de pesticidas . cada vez que sin ogm es modificado párrafo resistir una determinada plaga en
sí no está contribuyendo a reducir el uso de los plaguicidas asociados a la misma que suelen servicio
causantes de grandes daños ambientales ya la salud.
Los Procesos de Modernización Agrícola, ademas del AUMENTO de la Producción y los Rendimientos,
Tienen Otras Consecuencias.
Una de Ellas es la disminución de la mano de obra empleada porción Efectos de la Mecanización; ESTO
géneros Desempleo y éxodo rural en los muchas áreas.
Por Otro Lado, párr aprovechar las Nuevas Tecnologías sí require Dinero y Acceso a la tierra y al agua.
Pobres Los Agricultores Que no pueden acceder a este OEN Recursos Quedan FUERA de la
Modernización y en peores Condiciones párrafo Competir con las producciones Modernas.
Conclusiones
Los temas de mayor preocupación en relación con las aplicaciones futuras de la biotecnología a la mejora de cultivos
incluyen la evaluación de los riesgos a la salud humana y al ambiente, la necesidad de contar con etiquetas
obligatorias y / o voluntarias de alimentos GM y / o bienes agrícolas de comercio internacional, la relación entre las
responsabilidades de los países bajo el WTO, y los tratados ambientales internacionales. Estos incluyen el protocolo
internacional de bioseguridad que se está negociando en el Consejo de Diversidad Biológica, y si proveerá un
resumen de las características y / o procesos de modificación genética.
Los gobiernos y otras partes responsables deberán comunicar efectivamente al público la naturaleza de los nuevos
tipos y variedades de cultivos, sobre la unidad de los procesos vitales en todos los organismos, y sobre los riesgos y
beneficios de la biotecnología agrícola en su propio país e internacionalmente. También existen las necesidades de
contar con una mejora continua en la transparencia y de una amplia participación en los procesos de toma de
decisiones en relación con la biotecnología, la liberación de organismos modificados genéticamente en el ambiente y
la aprobación de los alimentos GM para uso comercial.
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Consejo Nuffield de Bioética, 1999. Cultivos Modificados Genéticamente, Asuntos Éticos y Sociales,
Consejo Nuffield de Bioética, Londres.
Se pueden obtener copias adicionales de este ensayo por US$ 3.00 de Kayleen A. Niyo, Ph. D. Editor
administrativo científico, www.cast-science.org.
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